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El Derecho Administrativo es una rama del derecho público que surge en el siglo
de acción de lo que es el Poder Ejecutivo, por ser éste quien tiene el encargo de
estructura de organización.
2010).
INDICE
INTRODUCCIÓN
INDICE
CAPITULO I
LOS SERVICIOS PÚBLICOS
1.1. ORIGEN DE LA NOCIÓN
1.2. DEFINICIÓN EN LA ACTUALIDAD
1.3. CARACTERES
1.4. CLASIFICACIÓN DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS
1.5. LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA EN EL ESTADO DE DERECHO
1.6. RÉGIMEN JURÍDICO
1.7. LOS SERVICIOS PÚBLICOS EN EL PERÚ
CAPITULO II
DERECHO ADMINISTRATIVO
2.1. ANTECEDENTES
2.2. CONCEPTO
2.3. CONTENIDO DEL DERECHO ADMINISTRATIVO
2.4. CARACTERÍSTICAS DEL DERECHO ADMINISTRATIVO
2.5. CARÁCTER DEL DERECHO ADMINISTRATIVO
2.5. ÁMBITO DE APLICACIÓN
2.6. CONTENIDO DEL DERECHO ADMINISTRATIVO
2.7. NATURALEZA JURÍDICA. DISTINCIÓN ENTRE EL DERECHO PÚBLICO Y
EL PRIVADO
CAPITULO III
EL DERECHO ADMINISTRATIVO Y LOS SERVICIOS PÚBLICOS
3.1. CONCEPTO Y CONTENIDO DE ADMINISTRACIÓN PÚBLICA
3.1.1. Servicios Públicos y las funciones del Estado
3.1.2. Administración Pública y los poderes del Estado
CONCLUSIONES
BIBLIOGRAFÍA
CAPITULO I
LOS SERVICIOS PÚBLICOS
Dejando de lado las nociones más antiguas, podemos recordar aquí la de Hauriou “un
servicio técnico prestado al público de una manera regular y continua para la
satisfacción de una necesidad pública y por una organización pública,” la de Bielsa “toda
acción o prestación realizada por la administración pública activa, directa o
indirectamente, para la satisfacción concreta de necesidades colectivas, y asegurada
esa acción o prestación por el poder de policía” y la “ad hoc” creada por Corail para
resumir las ideas tradicionales sobre el punto “una empresa creada por las autoridades
públicas y dotada de medios exorbitantes al derecho común, en vista de dar satisfacción
a una necesidad de interés general.”
El primer elemento que distingue a esta noción de las más antiguas es el criterio de que
ni la actividad legislativa ni la actividad jurisdiccional se considera “servicio público” en
sentido estricto; o sea, que sólo puede hablarse de “servicio público” dentro de la
actividad administrativa.
El segundo elemento es que no toda la actividad de la administración pública constituye
servicio público, sino sólo una parte de ella. Ahora bien, establecido que la actividad
estatal sólo puede considerarse servicio público en ciertos casos de la actividad de los
órganos administrativos, se aclara que no es necesario que la administración misma,
mediante sus propios medios y personal, asuma la prestación del servicio público:
El servicio público puede ser prestado tanto directamente por la propia administración,
como indirectamente a través de un concesionario. “Público es el servicio... cuya gestión
es asumida, ya por la administración directamente, ya por una persona o entidad por su
encargo o con su colaboración.
Así, por ejemplo, nos encontramos con servicios públicos básicos en las ciudades como
son los medios de transporte, entre los que destacan tanto el autobús como el tranvía o
incluso lo que es el metro. Esos pueden ser utilizados por cualquier persona a través de
los correspondientes billetes simples, pero suele suceder que los habitantes de la ciudad
pueden disfrutar de ciertas reducciones en el precio mediante determinados bonos o
tarjetas.
Aquellos países con un Estado rico y bien administrado suelen contar con mayor
amplitud y calidad de servicios públicos. Así el Estado puede brindar servicios públicos
de salud, educación, telefonía, energía y telecomunicaciones para toda la gente. En
cambio, cuando el Estado tiene un alcance reducido, los servicios públicos suelen ser
deficientes o muy caros, siendo poco accesibles para los habitantes.
1.3. CARACTERES
El poder público se hace así presente a través de un régimen jurídico especial que
subordina los intereses privados al interés público, fundamentalmente en razón de
proteger la continuidad del servicio.
En efecto, de estos cuatro caracteres que hacen al funcionamiento del servicio público,
el más importante es el de la continuidad, el cual no significa que la actividad sea
ininterrumpida, sino tan sólo que satisfaga la necesidad pública toda vez que ella se
presente. La continuidad del servicio público reside, pues, en que se satisfaga
oportunamente, sea en forma intermitente, sea en forma ininterrumpida, según el tipo
de necesidad de que se trate, la necesidad pública.
La generalidad significa que todos los habitantes tienen derecho a gozar del servicio, y
se comprende en una característica que a veces se menciona aisladamente: La igualdad
o uniformidad, por imperio de la cual todos tienen derecho a exigir el servicio en igualdad
de condiciones. Regularidad quiere decir conformidad a reglas y condiciones
preestablecidas.
4.1.4. Servicios públicos obligatorios y optativos. Los primeros los señalan como tales
la Constitución y las leyes, y son indispensables para la vida del Estado. Los optativos,
el orden jurídico los deja a la potestad discrecional de la autoridad administrativa
competente.
Justifica su régimen jurídico el interés colectivo que satisface y que supone por
parte del estado el ejercicio de sus prerrogativas de poder y en razón del cual
ejerce el poder de policía sobre el servicio; puede imponer restricciones y
servidumbres administrativas; someterlo al régimen de las obras públicas, etc.
Cuando el servicio es prestado mediante concesión puede transferirle el ejercicio
de prerrogativas o potestades públicos inherentes al servicio, pero manteniendo
siempre la potestad exclusiva y excluyente de controlar el funcionamiento del
servicio público.
A finales del siglo XIX la modernización se fue haciendo cada vez más creciente debido
al desarrollo de los servicios del telégrafo y el ferrocarril, los cuales fueron
nacionalizados y estuvieron bajo la dirección de la administración, lo que ya sucedía
en el caso de los correos.
Cabe destacar, además, que otro aspecto importante es el cambio progresivo que
sufrió la forma de gestión de los servicios considerados de utilidad pública, es decir, se
pasó de una gestión directa a través de una dependencia administrativa, a un modelo
que implicaba la creación de una persona jurídica autónoma, pero que permanecía en
el ámbito estatal, es decir, se inició la utilización generalizada de modelos societarios
para la gestión de directa. En estricta armonía, la Constitución de 1993 señaló la
libertad de la iniciativa privada y definió el nuevo rol y funciones del Estado
enmarcándolos dentro de una economía social de mercado.
En la segunda mitad del siglo pasado se produce una ola de privatización de los
servicios públicos, que provoca que a partir de 1969 el Estado peruano se oriente hacia
la creación de un conglomerado de empresas estatales a cargo de tales servicios. El
ejemplo más saltante se da a través de la promulgación de la Ley de Organización y
Funciones de la Empresa Nacional de Telecomunicaciones del Perú (ENTEL-PERÚ),
que encargaba a dicha persona jurídica “el establecimiento, operación y desarrollo de
un sistema para la explotación de los servicios públicos de Telecomunicaciones del
país…”. Otras empresas fueron creadas con propósitos y contextos similares: ENAFER
Perú (Empresa Nacional de Ferrocarriles), ELECTRO perú (Empresa Pública
“Electricidad del Perú), AEROPERÚ (Empresa de Transporte Aéreo del Perú),
ENATRU Perú (Empresa Nacional de Transporte Urbano del Perú), entre otras.
Para implementar exitosamente los cambios realizados fue necesario definir y precisar
la misión, organización y funciones de los nuevos organismos, sus políticas de trabajo,
sus respectivos campos de acción y atribuciones, así como sus mecanismos de
operación, lo cual originó una extensa y abundante normativa al respecto.
CAPITULO II
DERECHO ADMINISTRATIVO
2.1. ANTECEDENTES
El Derecho administrativo moderno tiene su origen con las revoluciones liberales de los
siglos XVIII y XIX.
Tras este proceso y sobre todo a partir de las revoluciones liberales surge lo que se
conoce como Estado liberal. Antes de estas revoluciones no se reconocía la igualdad
de todos los hombres como principio jurídico; a partir de ellas, estos dejarán de ser
súbditos para pasar a ser ciudadanos, con derechos y obligaciones iguales.
2.2. CONCEPTO
Complejo de principios y normas de Derecho público interno que regula: la
organización y comportamiento de la administración pública, directa e indirectamente;
las relaciones de la administración pública con los administrados; las relaciones de los
distintos órganos entre sí de la administración pública; a fin de satisfacer y lograr las
finalidades del interés público hacia la que debe tender la Administración.
Por lo tanto, se puede finalizar este apartado diciendo que el Derecho Administrativo
será una rama del Derecho Público, que regula la actividad del Estado, así como las
relaciones de la Administración Pública con las demás instituciones del Estado y con los
particulares.
Se suele distinguir entre Administración territorial (con distintas subdivisiones que tiende
a ser coincidente con la división territorial del Estado) y Administración institucional, la
cual, en distintos grados en función del ordenamiento jurídico de que se trate, no ejerce
ninguna potestad administrativa. Cuando, en estos casos, la Administración Pública
actúa como un mero particular y le son de aplicación las normas del derecho común. No
obstante, siempre habrá en su actuación un núcleo estrictamente administrativo, aunque
solo sea a los efectos del procedimiento para la formación de la voluntad del órgano
administrativo (unipersonal o colegiado) y las normas de atribución de competencias del
órgano implicado. La ley orgánica de la administración pública federal es el
ordenamiento legal que se encarga de regular la estructura, facultades y atribuciones
de los organismos integrantes de la administración pública.
El derecho Administrativo es una rama del derecho público muy importante pues sirve
para que exista relación de las personas con las instituciones y entidades públicas.
Dentro del derecho administrativo la principal función que se realiza es el Acto
administrativo. El acto administrativo no es más que la declaración de las entidades
públicas como los municipios, los gobiernos regionales y locales, que van a generar
efectos jurídicos dentro del marco legal. para que se lleve a cabo este acto se necesita
indispensablemente de requisitos fundamentales las cuales están establecidos en
determinadas leyes.
1.9.2. Reglamentos normas que pueden dictar los órganos con rango inferior a ley.
1.9.3. Actos y Procedimientos los actos son la forma que tienen de manifestarse las
administraciones y el procedimiento es el camino que debe seguir para
realizarlas.
1.9.6. Responsabilidad Civil obligación de responder por los actos propios o de las
personas dependientes.
Esta distinción es una las cuestiones más debatidas por la literatura jurídica de
todos los tiempos. Royo-Villanova recuerda la monografía publicada por el alemán
Hollinger, en la que dicho autor cita hasta 104 teorías intentando matizar esta distinción.
CAPITULO III
EL DERECHO ADMINISTRATIVO Y LOS SERVICIOS PÚBLICOS
Buena parte del derecho administrativo se construyó alrededor de la figura del servicio
público, considerada, en los inicios del derecho administrativo, como la actividad que
abarcaba todas o las principales funciones del Estado.
Aunque el más ligero examen sobre la realidad jurídica muestra que el servicio público
ha dejado de ser la institución central del derecho administrativo también nos enseña
que, luego de la profunda crisis que soportó durante la mitad del siglo XX, sigue
cumpliendo una función trascendente para satisfacer las necesidades básicas de la
población. Para ello, ha tenido que producirse una profunda transformación del concepto
original, al menos el que propugnaba la Escuela de Burdeos que, tras la máscara de la
solidaridad, impuso una concepción estatista y autoritaria.
Lo acontecido, lejos de ser una metamorfosis kafkiana, refleja más bien el producto de
la evolución del papel del Estado en la economía, mediante un proceso que ocurrió en
casi todos los países europeos y en gran parte de los latinoamericanos (Brasil, Chile,
Perú y Colombia, entre otros) los cuales, más que poner fin a la ideologización del
concepto de servicio público y a su exagerada extensión, pusieron el acento en la
función del control y de garantía2que debe cumplir el Estado para asegurar
determinadas prestaciones básicas a la comunidad, en un escenario en el que se
promueve, al propio tiempo, la competencia entre las empresas que satisfacen
necesidades colectivas a través de prestaciones susceptibles de llevarse a cabo en un
sistema de libre mercado. En ese proceso se ha reafirmado el control o la intervención
estatal para evitar o controlar las prácticas derivadas de los procesos de concentración
empresarial que tienden, por lo general, a la formación de monopolios o de posiciones
dominantes en los mercados cuyas actividades deben ser objeto de control y regulación
para impedir conductas abusivas que afecten la libre competencia.
Otros países, como Estados Unidos, al rechazar como regla la gestión estatal de los
servicios considerados de utilidad pública (salvo excepciones puntales) no cayeron en
los defectos europeos y solo tuvieron que profundizar las técnicas de control o
regulación de actividades que prestaban empresas privadas mediante fórmulas, reglas
y mecanismos que hoy día guardan bastante semejanza con lo que ha acontecido en
Europa continental.
La historia de la teoría del servicio público, en los modelos de origen francés, con sus
luces y sus sombras, ha transitado por diversos caminos que parten desde la adopción
generalizada del sistema de concesiones privadas, como regla general, hasta el más
amplio estatismo. Este movimiento circular ha concluido y actualmente la realidad es
otra.
En ese espacio, los avances tecnológicos han incrementado en forma exponencial las
necesidades colectivas y el Estado, en su función de garante de prestaciones de calidad
a precios justos y razonables fijados libremente en condiciones de competencia, precisa
ejercer sus poderes de regulación y de control.
la libertad económica, así como de los llamados servicios sociales (como la educación
y la salud). En otro plano, quedan también fuera del concepto típico y restringido de
servicio público económico las actividades de interés público que realizan los
particulares «jure propio», aun cuando se encuentran sometidas a una intensa
regulación estatal, las cuales, según las realidades que operan en los respectivos
países, pueden asimilarse al régimen de los servicios públicos económicos típicos.
Para delimitar el concepto hay que examinar las funciones y los poderes del Estado.
Estableciendo por vía general de las normas a qué deben de ajustarse las conductas de
los miembros de la comunidad
Decidiendo sobre los conflictos intersubjetivos de intereses que se planteen entre los
individuos o entre éstos y la comunidad, y
Ejecutando las medidas pertinentes para satisfacer las necesidades que plantea la vida
en común.
Éstas son las llamadas funciones del Estado y se conocen, respectivamente, con los
nombres de legislación, jurisdicción y ejecución.
La función legislativa consiste en establecer por vía general y obligatoria las normas
a que ha de ajustarse la conducta de los miembros de la comunidad, así como la
organización misma de esa comunidad. A tales normas se les da el nombre de leyes,
las cuales tienen como características fundamentales la generalidad y la obligatoriedad.
Analizadas las funciones del Estado se trata ahora de saber qué lugar ocupa la
administración entendida como actividad estatal entre ellas. En principio, hay que
desechar la posibilidad de una función administrativa como cuarta función del Estado
por lo que el problema queda reducido a determinar cuál de las tres funciones estatales
es la que, con terminología distinta, se conoce con el nombre de función administrativa
o administración.
Si bien es cierto que el poder del Estado es único, la referencia a los poderes del
Estado tiene un valor entendido en la literatura iuspublicista, en la que se denominan
como tales a los órganos constituidos para ejercer las funciones estatales.
Este es el único punto de vista desde el que se puede intentar una definición positiva
y resulta curioso que sea la que con gran acierto y precisión técnica ha aceptado el
Diccionario de la Lengua Española de la Real Academia, al caracterizar la
administración como “acción de Gobierno al dictar y aplicar las disposiciones
necesarias para el cumplimiento de las leyes y para la conservación y fomento de
los intereses públicos, y al resolver las reclamaciones a que dé lugar lo mandado”
De esta definición se observa que esta acción puede consistir en aplicar y cumplir las
leyes (ejecución) pero también en dictar disposiciones (función de reglamentación y en
resolver reclamaciones (función de jurisdicción).
Por último, si queda así definida la actividad administrativa, resulta también posible
obtener el concepto de Administración pública en sentido subjetivo, que no es sino el
sujeto de aquella actividad y, por consiguiente, la Administración pública es un complejo
orgánico integrado en el Poder ejecutivo.
CONCLUSIONES
El Derecho Administrativo es una rama del derecho público que surge en el siglo
XIX como materia jurídica, teniendo como propósito definido la administración
pública; concebida ésta como la actividad mediante la cual el Estado y sus
sujetos auxiliares tienden a la satisfacción de los intereses colectivos.