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DICCIONARIO HISTÓRICO

DE LA COMPAÑÍA DE JESÚS
, ,
BIOGRAFICO-TEMATICO

CHARLES E. O'NEILL, S.l.


JoAQUÍN M.a DoMíNGUEZ, S.I.
(Directores)

1
AA - COSTA RICA

UCAI/1 iliiHüiil rrogia


30111000002930

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PARABERE 3032

la Société Historique de Saint-Boniface 1 (1911) 58-76. The :_nunicándole h.a ber recibido una delegación de espa-
Tragedy u{Old Huronia (Midland, Ontario, 1932). noles de Asunc1ón, que solicitaban el envío de je:suitas
FUENTES: Archivos, Prov. Can. Sup (ST), Toronto. a su territorio. Nunes pidió a su vez de Nóbrcga per-
miso para dar misiones allí por seis o siete meses con
T. J . FAY cuatro hennanos *lenguas. Nóbrega, que como Nu-
nes y el gobernador del Brasil, Tomás de Sousa, juz-
PARABERE, Louis. Capellán militar. g~ba que el Paraguay estaba en territorio de Portugal.
N. 18 febrero 1804, Burdeos (Gironde), Francia; VIO con buenos ojos el proyecto y decidió ir él mismo
m. 26 abril 1863, Constantina, Argelia. allá con la intención de realizar fundaciones estables;
E. 16 septiembre 1830, Chieri (Turfn), Italia; con todo, el gobernador se opuso al plan, por no pa-
o. 1835, Le Puy (Haute-Loire), Francia; ú.v. 8 sep- recerle oportuno hacerlas en zona tan alejada. Tanto
tiembre 1852, Constantina. entre los jesuitas del Brasil como entre los de Portu-
Estudió derecho antes de entrar en la CJ. Si- gal, el nombre del Paraguay se hizo familiar no sólo
multaneó sus año de noviciado (1830-1832) con el por las cartas de Nóbrega y Nunes, sino también por
estudio de la filosof1a e hizo la teología en Friburgo la del H. António *Rodrigues a los jesuitas de Coím-
de Suiza (1832-1833) y Le Puy (1833-1835). Re idió bra, e crita (31 mayo 1553) desde San Vicente. Este
algún tiempo en Francia, pero se encontraba en hermano había estado al ·ervicio de los españoles,
Innsbruck (Austria) cuando fue nombrado capellán participando en la primera fundación de Buenos Ai-
militar en Constantina (1845). Trabajando en hos- res (24 agosto 1536) y en la de Asunción (15 agosto
pitales y prisiones, y tomando parte en numero as 1537). Mostrándose conocedor de esas tierras y de sus
expediciones, consiguió muchas conversiones entre necesidades, proponía el envío de jesuitas no sólo al
los soldados y sus jefes, sin descuidar la labor en tre Paraguay, sino también al Perú.
los árabes. Nóbrega seguía alimentando el deseo de llegar al
Paraguay y, siendo ya provincial del Brasil, informó
El mariscal Saint-Arnaud advirtió su total entre-
al P. Ignacio de Loyola sobre sus planes. Este escribió
ga y lo nombró capellán-jefe del ejército francés du-
al P. Pedro de *Ribadeneira el 3 marzo 1556: «De las
rante la guerra de Crimea (1854-1856). Para mante-
ner la moral de la h·opa afectada por las epidemias Indias del Brasil tenemos nuevas cómo han comen-
7.ado a comunicarse los nuestros, que están en la ca-
del tifus y el cólera, desplegó una actividad pastoral
pitanía de San Vicente, con una ciudad de castellanos
extraordinaria, pero la victoria le encontró tan ago-
que se llama Paraguay en el Rfo de la Plata » (Eplgn
tado que [ue repatriado a Marsella.
11 :84s). En 1558 los jesuitas del Brasil pensaron ya
Una vez curado reemprendió en Conslantina sus
seriamente en abrir casa en el Par·aguay. El P. Gene-
trabajos, sobre todo con los enfermos. y organizó
ral Diego Laínez ordenó (1561) que no se diera nin-
clases y una biblioteca para utilidad de los soldados.
gún paso sin contar con la aprobación del rey de Por-
Durante la guerra contra Austria (1859) fue llamado
tugal o del gobernador del BrasiL El *visitador
de nuevo al teatro de las operaciones en el norte de
Ignacio de *Azevedo impidió (1568) todo intento de
Italia; terminada esta rápida guerra, no salió apenas
fundar en territorios que no fuesen claramente del se-
de Constantina, sino para acompañar a algunas in-
ñorio de Portugal. El P. General Evcrardo Mercuria-
cursiones al interior del pafs. Su salud ya quebran-
no recalcó ( 1576) la misma prohibición. Pero la unión
tada no pudo resistir al tétano que se lo llevó en tres
de las coronas de España y Portugal bajo *Felipe ll
días. Los militares y numerosos habitantes de la ciu-
(1580) hizo renacer las csperam:as en el Brasil; su
dad manifestaron su gran estima hacia P con su
Congregación Provincial (1583) propuso la fundación
afluencia a las exequias y sus testimonios.
de casas en el Río de la Plata y en el Paraguay. El P.
BTBUOGRAFÍA: T-etrres de Fourviere (nov. 1863 ) 1-5. General Claudia Aquaviva les penni tió ( 1584) ir a
Précis historiques (1864) l3:179s. esos territorios sólo «per modum missionis».
H. DE G ENSAC
El 6 marzo 1585 el obispo del Tucumán, Fran-
cisco de Vitoria, O.P, escribió al provincial del Bra-
sil pidiéndole jesuitas para su diócesis, ya que los de
PARACUAY. En la tenuiuulogfa jesuft1ca, la anti- la provmcia del Perú , a quienes ya había acudido,
gua provincia del Paraguay abarcaba mucho más carecían de personal. El visitador Cristóbal de Gou -
que la actual república, ya que incluía regiones que veia acogió la petición y envió al Tucumán a los
ahora son de Argentina y de Brasil. PP . Leonardo *Armini (italiano), Manuel *Ortega
(portugués). Tomás *Fields (irlandés), Juan *Saloní
l. LA ANTIGUA CJ ( 1588- 1767) (español) y al escolar Esteban de *Grao (portugués),
qmencs llegaron a Buenos Aires el 8 marzo 1587
l. ANTECEDENTES Allí se enteraron de que ya se encontraban en San~
tiago del Estero dos jesuitas de la provincia del Pe-
~os jesuitas de la provincia de Portugal llegaron al rú, los PP. Francisco de *Angulo y Alonso de *Bar-
Bras1l en 1549 y, desde 1551, se pusieron en contacto zana. Reunidos amhos grupos en Córdoba del
con los españoles de la vecina gobernación del Para- Tucumán en abril 1587, resolvieron trabajar juntos
guar El P .. Le.o nardo N unes escribió (29 junio 1552) en espera de las determinaciones de los superiores
al VlCepr~VlncJal del Brasil, Manuel da *Nóhrega, des- El P. Aquaviva ya había resuelto el 24 enero 1587
de San V1cente, fuerte fronterizo con el Paraguay, co- que el Tucumán siguiese como parle de la provincia
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del Perú. Por acuerdo de los provinciales del Perú dicción de la provincia del Perú; el empuje misione-
Brasil, Ortega, Fields y Salonf se incorporaron a ro del P. José de* Arce en la región de Chiquitos (de-
la provincia del Perú, y Armini y Grao volvieron al partamento de Santa Cruz) hizo que ésta pasara
Brasil. también a la provincia del Paraguay, que abarcaba
cuatro zonas claramente diferenciadas: Tucumán,
2. PARTE DE LA PROVINCIA DEL PERÚ (1588-1604) Buenos Aires, Asunción y Chiquitos.
Con refuerzos llegados en 1609 y 161 O empezó
En 1588, el -uperior de la mi ión del Tucumán , las tareas de la fundación de *reducciones, confor-
Angulo, accedió a la petición del obispo de Asun- me a lo deseos del sínodo de Asunción de 1603 [ véa-
ción, Alonso Guerra, de enviar jesuitas a esa dióce- se más abajo a) visión general]. Se fueron estable-
sis. Fueron de ignado Saloní, Ortega y Fields. Uno
ciendo ocho reducciones guaraníes al norte del río
de sus primeros ministerios fue la atención de los
Paraná, en territorio actualmente paraguayo; más
enfermos en la terrible peste que asoló Asunción po-
tarde otra tres, no de guaraníes, en la región de Ta-
co después de su llegada. Ortega Field , que ya te-
ruma: San Joaquín, San Estanislao y Belén. A fines
nían algunos conocimientos del tupí, no muy dife-
de marLo 1629, los PP. Justo *Van Suerck, flamenco
rente del guaraní que se hablaba en el Paraguay, e
(má conocido por su apellido castellanizado de
dedicaron a dar misiones en la región del Guayrá, te-
Mansilla), y Simón *Mascetta, italiano, salieron en
niendo como centros las ciudades e pañolas de Vi-
seguimiento de unos 10.000 guaraníes, conducidos a
llarrica, Ciudad Real y Santiago de Jerez. Propusie-
S. Paulo por los *bandeirantes, pero, pese a la ayu-
ron al obispo y a Angulo la fundación de pueblo , a
da de los jesuitas portugue e , no pudieron lograr la
la manera de los «aldeamentOS >> e tablecidos en el
liberación sino de unos pocos .
Brasil, por juzgar que se podía hacer mu poco en
misiones itinerantes, dificultad con la que tropezaba En 1644 surgió un grave conflicto entre el obis-
también el franciscano Luis de Bolaños, precw·sor po de A unción, Bernardino de *Cárdenas, y la CJ,
de los jesuitas en el apostolado entre los guaraníes en el que por ambas partes hubo excesos, y ocasio-
en el Paraguay. Saloní se quedó en Asunción a car- nó grande enfrentamientos entre lo · partidarios de
go de la foT1Tlación de algunos jóvenes, entre ellos uno y otro bando. Originado con las disquisiciones
Roque *González. En 1593 se le agregó el P. Marciel de los jesuitas sobre la legitimidad de la toma de po-
de *Lorenzana. Tras la muerte de Saloní (1599) lla- se ión de su diócesis por parte de Cárdenas antes de
mado Ortega a Lima, Fields se estableció en Asun- recibir la bulas papales, se agravó al insistir los je-
ción. En 1600 el visitador Esteban *Páez propuso a suitas en la supresión del *servicio personal de los
Aquaviva la transferencia de la goberna ión del Pa- indios, que no compartía Cárdenas, y llegó a su pun-
raguay a la provincia del Brasil, debido a la distan- to culminante cuando el obispo quiso quitarles las
cia enorme que había entre Lima y Asunción, y pro- reducciones para entregarlas al clero secular. La
ponía el río Paraná como límite entre las provincia imagen de un obispo franciscano expulsado de su
del Perú y Brasil. Del mismo parecer eran Fields y el diócesis por lo jesuitas pasó a formar parle de los
provincial del Brasil, Ignacio *Tolosa. Por ello, Páez hechos que se transmiten por generaciones. Un siglo
cerró la casa de Asunción, y ordenó a Lorenzana y más tarde, los sucesos de 1644 fueron desempolva-
Fields salir a Córdoba. Aquaviva no juzgó oportuno do y lanzados sobre las cabezas de los jesuitas de
el proyecto de Páez y, habiendo recibido quejas por todo el mundo.
el cierre de la casa de Asunción, en especial del obis- El nombre de las reducciones jesuitas del Para-
po Martín Ignacio de Loyola (sobrino del fundador guay se había hecho ya famoso como modelo de
Ignacio), que insistía en el envío de más jesuitas pa- aculturación de pueblos salvajes. Sin embargo, en la
ra la evangelización de los guaycurúes y guaraníes, segunda mitad del siglo xvm evocaba más bien la
determinó crear la nueva provincia del Paraguay. idea de un imperio riquísimo, independiente de he-
cho de las autoridades civiles y eclesiásticas españo-
3. PROVINCIA DEL PARA\. AY (1604-1767) las. Asunción era el punto focal de la difusión de es-
ta idea. Habfa crecido una fuerte hostilidad de los
a) De arrollo. Se c1igió ( 1604) la provincia con españoles contra las reducciones jesuitas oor no es-
las gobernaciones del Paraguay (que incluía el Río tar sus indios sometido al servicio personal, ni pa-
de la Plata), Tucumán y Chile, que se separaban de gar tributos a la corona ni diezmos a la iglesia, al
la del Perú. Se nombró provincial a Diego *Torre contrario de los de los franciscanos y sacerdotes se-
Bollo, quien como procurador de la provincia del culares. La revolución de José de Antequera y la re-
Perú, estaba entonces en Roma. Torres llegó a Cór- vuelta de los comunero · tuvieron como trasfondo el
doba del Tucumán con trece jesuitas a fines de 1607, intento de poner las reducciones en manos del clero
y fijó su residencia y las casas de formación de los secular, a fin de disponer sin trabas de mano de obra
escolares jesui las en Córdoba del Tucumán (sede indígena. Antequera depuso en 1721 al gobernador
central hasta 1767). Dadas las dificultades de comu- de Asunción, Diego de los Reyes Balmaceda. Tuvo
nicación entre Córdoba y Santiago, se creó (1611) la que ser declarado en rebeldía, por su clara negativa
viceprovincia de Chile, dependiente de la provincia a obedecer al viJTey. Después de la detención de An-
del Paraguay hasta 1625. En 1690 la provincia del tequera hubo de hecho dos gobiernos en Asunción:
Paraguay, con aprobación del P. General Tirso Gon- el de sus partidarios,llamado comité revolucionario,
zálcz, abrió la residencia de Tarija en la Audiencia y el cabildo civil. Ttiunfantes los primeros (enero
de Charcas (actual Bolivia), que estaba bajo la juris- 1731 ), ordenaron al obispo José de Palos expulsar· a
PARAGUAY
3034

los jesuitas de Asunción, quien, negándose a ello, tu- San José, San Juan Bautista, Concepción, San Mi-
vo que huir, y presentar luego la renuncia a su dió-
guel, San Ignacio, Santiago, Santa Ana y Santo Co-
cesis. Conocida la noticia de la ejecución de Ante- razón.
quera en Lima, los comuneros expulsaron a los
jesuitas en enero 1735. Aunque éstos volvieron pron- 2) La guerra paulista. Fue la más tenible sacu-
to, en realidad habían perdido la batalla, pue su fa- dida que soportaron las reducciones antes de su ins-
buloso imperio al margen de la autoridad real se ha- talación definitiva. La actual capital del estado ho-
bía vuelto en la imaginación popular plenamente mónimo de Sao Paulo, fundada en 1553 por jesuitas,
auténtico. Los sucesores de Palos no se dieron cuen- fue albergue de gente advenediza. Brasil conquistó
ta de que la ruina de los jesuitas representaría, y a con los bandeirantes la mayor parte de su territorio,
brevísimo plazo. la de las reducciones. Tras la re- en un movimiento sincrónico de expansión. Al prin·
vuelta guaraní (1752-1756), los candidatos para la cipio éstos sólo atrapaban indios sueltos, a quienes
sede de Asunción fueron escogidos cuidadosamente conducían a sus estancias de Sao Paulo. Atacaron
entre los adversarios declarados de la CJ, o por lo después las reducciones, comenzando ( 1629) con la
menos entre personas capaces de cerrar los ojos. Las de San Antonio, en el Guayrá, donde sólo quedaban
reducciones se habían puesto en manos de lo jesui- en 1631 la de Nuestra Señora de Loreto y de San Ig-
tas en el siglo xvn, porque convenía a los intcr·eses nacio Miní, las cuales. conducidas por el P. Antonio
del rey y de los habitantes de Asunción, y po1·lo mi - *Ruiz de Montoya, bajaron por el río Paraná hasta el
mo se las quitaron en el siglo XVIll. Yabebiry, para juntarse con las demás poblaciones
En la antigua CJ, entre los jesuitas nacidos en escapadas a la furia paulista. En otra campaña
actual territorio paraguayo destacaron Ignacio de (1635-1641 ), esta vez en el Tape, los bandeirantes
*Frías, profesor de filosofía y teología, y provincial avanzaron por la región del rfo Uruguay sobre el
del Paraguay, Gabriel *Patiño, explorador en la re- grupo de reducciones de Río Gr-ande do Su!, que se
gión del río Pilcomayo, y José *lnsaurralde, quien desbandamn por falta de socorro . Pero, reorganiza-
escribió un libro en guaraní «Ara poru aguiyey ha- das después y provista de armas de fuego, con la
ba» (El uso correcto del tiempo), valioso por su victoria de Mbm·oré (11 marzo 1641) ahuyentaron
descripción de la vida cotidiana en una redu cción para siempre la terrible pesadilla. En esta campaiia
guaraní. perdió la vida el P. Diego de *Alfar·o, matado por un
bandcirante ( 17 enero 1639).
b) Reducciones . 1) Fundaciones. En la goberna- Precisamente por aquellos ai'íos se consagraba el
ción del Tucumán se fundaron reducciones entre lo~ uso de las armas de fuego entre los indios, con li-
vilclas (San José y Nuestra Sd1ora del Buen Conse- cencia real , aw1que revestidas de algunas modalida-
jo), lules (San Esteban), tobas (San Tgnacio de Le- des. Resultó providencial para la defensa del dilata-
desma), abipones (San Fernando, San Jerónimo, do territorio español contra el avance portugués. Se
Concepción y Rosario), mocobíes (San Javier), paja- formó una dilatada barrera humana , no sólo con los
nes (Pilar), toquistines (San Juan Bautista) y guanas pueblos guaraníes, sino con los de las misiones de
(San Juan Nepomuceno). En la gobernación obis- Maynas (Ecuador), y Mojos y Chiquitos (Bolivia).
pado del Río de la Plata, creados en 16~0 , con sede Las *doctrinas guaraníes, sobre todo, impidieron a
en Buenos Aires, se h.mdaron las reduccwnes ¡,ruara- los bandeirantes el acceso a las regiones del Perú, y
nícs situadas en la banda oriental del río Untguay, aseguraron a España la posesión del Rfo de la Plata
que pasaron al Brasil por el *tratado de límites y del Tucumán, que sin tan firme baJTera, habrían
(1750): San Borja, San Nicolás, San Lorenzo , San llegado maltrechas y exhaus tas a la época de la inde-
Juan, Santo Angel y San Miguel; entre los ríos Para- pendencia, e incluso podría pensarse en la absorción
ná y Uruguay: Yapeyú, La Cntz, Santo Tomás, ~on­ por el Brasil de parle de las actuales repúblicas de la
cepción, San Javier, Santa María la Mayor, ~árLtres, Argentina, Bolivia, Paraguay y Uruguay. El provm-
Apóstoles, San José, San Carlos, Candelan~ , ~anta cial José Isidro de *Barrera escribió (3 diciembre
Ana, San Ignacio Miní, Loreto y Corpus Christ1. Per- 1756) desde Córdoba del Tucumán a Fernando VT:
tenecían también a la misma gobernación las reduc- «Estos indios han sido siempre presidiarios rguar-
ciones de Concepción y Pilar entre los pamp~s , ~n dias fronterizos] de estas tres dilatadísimas provin-
las cercanías de Buenos Aires. Dentro del tern lono cias de Para¡,ruay, Tucumán y Río de la Plata, contra
de Asunción se encontmban las reducciones guara- los portugueses del Brasil y sus vastos designios de
níes del Guayrá, destntidas o abandonadas en 163;1, disminuir por aquella parte, como lo han hecho
debido a la invasión de los bandeirantes del Brasil: siempre por las otras, los dominios de la corona de
Loreto, San Javier, Encarnación, San José, San Mi-
Castilla. Lo cual hasta aquí, o no pudieron conse-
guel, San Pablo, San Antonio, Con;epciót;, San Pe- guir, o no se atrevieron tan a las claras, por las tie-
dro, Arcángeles, Santo Tomás, Jesus Mana; .la~ del
rras de dichos indios guaraníes, a quienes por aque-
norte del río Paraná, de guaraníes: llapuá, Tnrudad,
Jesús, Santos Cosme y Damián, Santiago, Santa Ro- lla banda de oriente jamás les quitaron aun en estos
sa, San l gnacio Guazú, Santa Marfa de la Fe; y las de últimos años un palmo de tierra >> (AGN, lX-4, 3, S).
Taruma, entre mbayás y guaycurúes: San Joaquín, 3) Orga11iz.ación definitiva. La guerra paulista
San Estanislao y Belén. Desde Tarija se fundaron las llevó a que ocuparan las reducciones sus más o me-
reducciones chiriguanas: Presentación, San Ignacio, nos definitivos parajes. Para mejor defenderlas se
Concepción, Santa Ana y Rosario. En la Mis ión de las agrupó en las márgenes de los ríos Paraná y Uru-
Chiquitos se establecieron San Javier, San Rafael, guay, por la parte donde más se avecinan sus cuen-
PARAGUAY
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. b . quitar a la CJ las definitiva-
cas. Formáronse, a f, do grandes gru_pos. C~nsti­ nos Aires en a n 1 1655 • · 1 1
mente organi7.adas poblaciones para confiar as ~
tuían el primero los pueblos cuyas veruen.tes daba~ clero ecular. Lo cual no surtió efecto por la real ce-
a los ríos Paraná y Paraguay: San Ignaci~ Guazu, dula del 15 junio 1654, que daba la forma de p_rove-
Sanlos Cosme y Damián , Ttapuá, Candelan~, ~anta
erlas con jesuitas y que, al promu!g~rse desp~es d:l
Ana, Loreto, San Ignacio Miní y Corpus Chnsll,_con
sínodo impidió el despojo. Fue asimismo queJa o?h-
las dos de itatines: uestm Señora de Fe . Sannag_o
gada d~ los gobernadores que los jesuitas, al abngo
el Mayor, trasladadas junto a San Tgnac10 Guazu;
diez 1-educciones en total. Integraban el segundo de reale · cédulas de privilegio, sustraían los pueblos
grupo los pueblos de la vertiente del río Uruguay:_ en a su jurisdicción. El hecho era cierto. Y en nada pu-
la ribera derecha, San José, San Cario , San JaVler, sieron tanto empeño los superiores de la CJ como en
Mártires Santa María la Ma or, Apóstoles, Concep- ahuyentar de los pueblos las injerencias extrañas,
ción, Sa~to Tomé, La Cruz y Yapeyú, y en la ribera que habrían entorpecido y, a la po Lre, anulado su
izquierda San icolás y San Miguel; _doce en total.-~ vitalidad de arrollo. Fue una defensa con mano
estas veintidós se sumaron despues las de Jesus fuerte en constante acecho frente a los poderosos
(1687), Santa Rosa de Lima (1697), Trini~ad (1706), magnate · de la corte. Se compensó esta siluac~ón
y las del río Uruguay: San Luis, San BorJa, San Lo- con un hecho de gran relevancia. En la conservación
renzo, San Juan Bauti ta y Santo Angel. En cuanto para E ·paña de la banda oriental, las tropas guara-
a la población , el informe del P. Francisco ~Vázquez n(es desempeñaron un papel preponderante desde la
Trujillo a Felipe IV (12 junio 1632) daba c1fras glo- fundación de la Colonia del Sacramento (1680) por
bales: «Unas [son] de a 700 familias, otras de a 600 los portugueses del Brasil. Cuantas veces era menes-
y otras de a 500, y algunas de a 400, y fueran muchas ter defender los dominios e pañoles por aquella par-
más numerosas si la pesle de viruelas que ha habido te, el gobernador acudía a las tropas guaraníes de las
estos años no hubiera consumido tanta gente». reducciones .
(AGJ, «Audiencia de Charcas>> , 2). En 1690 había 26 Tuvieron también las reducciones su época de
reducciones con 78.000 almas (ABN, I-29, 7, 63) . En crisis. Aun ante de los tristes sucesos que origina-
1702, las 29 reducciones existentes reunían poco ron eltralado de límites (1750) se pudo advertir una
menos de 90.000 indios (lb., 381, ms., 165, imp). decadencia en su vida espiritual. Mientras hubo per-
Más tarde, se llegaron a treinta pueblos guaraníes, secuciones los misioneros estaban animados de un
que según la relación (1737) de Cardiel, juntaban espíritu conquistador; pero al cesar las luchas, se en-
hasta «mil familias y aun más cada uno, credendo tró en una rutina, que los llevó a una espiritualidad
juntamente en policía y gobierno>>. cómoda. ada más claro para admitir la existencia
Los pueblos se hallaban «a distancia unos de de esta crisis que la actitud de los PP. generales y
otros, de dos, de tres, o cinco, y lo más, de diez le- provinciale , con sus exhortaciones y reproches. Es-
guas>>. Sólo los de Santo Tomé, San Borja, La Cruz ta situación tomó cuerpo singularmente en los últi-
y Yapeyú, distaban más de 24 leguas de los restan- mos decenios del siglo xvn y primeros del xvm.
tes, unido todos con buenos caminos, y <dos ríos Produjo también desconcierto en los pdmeros
que lo permiten , con puentes, y los que no, con ca- decenios del siglo XVlll el afán de las autoridades de
noas y canoeros», que transportaban gratis la gente Madrid por que los indios tributasen y tuviesen co-
a la otra banda (ARSI, Par. 14, «Varia historica>>, a. n:egidores españoles, con graves consecuencias para
1754). En cuanto a los benéficos resultados de estas los dominios de la corona, como lo precisaba el go-
reducdones, los testimonios vienen de fuentes va- bernador del Paraguay, Juan Gregorio Bazán de Pe-
rias. La del obispo benedictino, Cristóbal de Aresti, drasa, a Felipe V: «Señor. el nombre de corregidor
que las visitó en 1631, es modélica: «Todos los días español o alcalde mayor o sólo español es tan odio-
los ocupan en instruirlos en los misterios de nue tra so en este gentío, que bastara sólo el nombre ... [pa-
sanla (e, doctlina cristiana y todo género de virtud, ra que] se pueda temer un levantamiento general>>.
teniendo disLribuidas todas las horas del dí:a para (AGN, l.X-6 , 9, 5). La perspectiva de los guaraníes
decir la doctrina cristiana, rezar el rosario y aun to- i1Tilados traía en zozobra al cabildo eclesiástico de
mar algunas disciplinas, enseñar (a) los niños a leer Asunción, como que dichos indios «solos bastan pa-
y escribir y Lodo género de música de canto llano, ór- ra destruir toda esta provincia con sus ciudades, por
gano, chirimías y violines, con que se sirven los tem- no haber en ella fuerzas actuales para defenderse >>
plos con mucha devoción , autmidad y reverencia, y (AGl, 377). Por ello, la real cédula de 28 junio 1716
a los grandes oficios en que se ocupan, y a labrar las ordenó que nada se innovase en la materia (ABN,
tierras como manda Su Majestad >>. Lo más alenta- 181 , f. 377).
dor es que «no ha hallado en ninguna de las reduc- El mayor contraste que sufrieron las reducciones
ciones cosas ni pecado que remedian>. Por todo ello. guar·aníes an les de la *expulsión de la CJ (176 7) se
juzga que el rey tiene en las reducciones «un semi- debió al tratado de límites entre España y Portugal
nario de almas para el cielo, sacadas del poder del (Madrid, 13 enero 1750), cuya ejecución ordenó la
demonio >> (AGI, «Audiencia de Charcas>>, 28). real cédula del 24 agosto 1751 . Guillenno *Fw·long
4) Con./rastes . La CJ defendió su obra no sólo comenta al respecto: «Por una ola población de
contra los bandeiranles, sino también contra medi- 2.600 almas, como la Colonia del Sacramento, que
das internas, atentatorias de su estabilidad. El obis- era tan española como Madrid o Buenos Aires, los
po de Rio de la Plata (1646-1673), fray Clistóbal de avisados diplomáticos de la men·ópoli entregaban
la Mancha, intentó en el sínodo celebrado en Bue- siete pueblos florecientes con unos cinco mil habi-
PARAGUAY
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tantes en cada uno, con todas sus poblaciones, más francés, misionero de Chiquitos, qut: compuso gra-
una extensión de terreno que hoy constituye tres es- máticas y traducciones al chiquitano de la Diferencia
tados del Brasil, desde Santa Catalina y Río Grande entre lo temporal y lo eterno, del P. Juan Eusebio
do Sul inclusive, hasta el norte de la república del *Nieremberg y de la Imitación de Cristo. El español
Uruguay» (Misiones y sus pueblos guaraníes, 464). Bernardo *Ibáñez de Echavarri, fue funesto para la
Los indios sacrificados se resistieron a dejar sus tie- CJ, de la que salió en 1757; sus libelos fueron apro-
rras y al plan de fundar nuevas poblaciones en la OJi- vechados en la campaña anterior· a La expulsión de
lla derecha del río Uruguay. Su resistencia se cono- 1767.
ce como la guerra guaraní (1753-1756). La oportuna
llegada del nuevo gobernador y futuro primer virrey
del Río de la Plata, Pedro de Cevallos, salvó a la II. LA CJ RESTAURADA (DESDE 1840)
CJ del baldón con que sus adversarios europeos les
atribuyeron rebeldía y los estigmatizaron para su to- l. SIGLO XIX

tal ruina. El tratado se anuló por el convenio entre En el último año de gobierno del presidente del
España y Portugal el 12 febrero 17 61. Pero las re- Paraguay, José Gaspar Rodríguez de Francia, el P.
ducciones no se recuperaron más del rudo golpe, Domingo Solanella, desembarcado en Santa Catali-
que completaría la expulsión de la CJ en 1767 y na (Brasil), pasó por Asunción (1840) de viaje a Bue-
1768. nos Airt:s. Por orden del gobierno se le intimó salir
Murieron víctimas de la violencia Roque Gonzá- cuanto antes del Paraguay, por estar aún vigente el
lez, Juan del *Castillo y Alfonso *Rodligucz ( 1628), decreto de expulsión de Carlos III (hasta pasados los
Pedro de *Espinosa (1634), Cristóbal de *Mendoza gobiernos de Carlos A. López y Francisco Solano Ló-
(1635), Antonio *Ripari y Gaspar *Osorio ( 1639), Pe- pez en 1870). La persecución del jefe de gobierno en
dro *Romero y H. Mateo Fernández (1645), Lucas la Argentina, Juan Manuel de Rosas, obligó a los je-
*Cavallcro (1711), Julián de *Lizardi (1713), Harto- suitas a dispersarse en 1842. Tras muchas dificulta-
lomé *De Blende y José de Arce ( 1715), Bias de *Sil- des, los PP. Bernardo *Parés, Anastasia Calvo, Mi-
va y José *Mazo (1717) y Antonio *Guasp (1763). guel Vicente López y Manuel Martós pudieron abrir
e) La labor intelectual. El ct:ntro cultural de la una t:scucla de matemáticas en Asunción. Parés in-
provincia fue Córdoba, en la que había una universi- tentó fundar misiones entre los guaycurúes, sin éxi-
dad y un colegio. Había también colegios en Santiago to. No pudiendo ser reconocidos oñcialmente como
del Estero, Santa Fe, Asunción, Buenos Aires y Tari- comunidad religiosa, los jesuitas tuvieron que dejar
ja. Destacaron como músicos el escolar Domingo *Zi- el país en 1844, por orden del presidente Carlos A.
poli (italiano), el P. Antonio *Sepp (tirolés), el H. Ltús López. Expulsados de la Argentina y establecidos en
*Bcrgcr (francés) y el P. Florián *Paucke (polaco). el Uruguay y el Brasil, ese mismo año la Misión de
Los principales arquitectos fueron los HH. Juan Bau- Buenos Aires pasó a llamarse del Paraguay, con el
tista *Primoli, Andrés *Bianchi, italianos, y Antonio deseo de mostrar la continuidad con la antigua pro-
*Porcada , español. El H. Juan Bautista *Neumann, vincia. En 1845, Parés f1.1e nombrado superior de la
austríaco, introdujo la imprenta en la misión de Lo- Misión del Paraguay, cuando ya no había jesuitas en
reto, la primera en actual territorio argentino. Mu- ese país, nombre que se mantuvo hasta 1868, y que
chos fueron Jos jesuitas que escribieron obras de geo- continuó con el de Misión Chileno-Paraguaya hasta
grafía, antropología e historia natural, entre ellos los 1907, t:n que pasó a llamarst: Chileno-Argentina. Se
más destacados fueron: José *lnsaurrald~ (nacido en hicieron nuevos intentos sin éxito dt: volver al Para-
Asunción) , José *Cardiel (español), José *Quiroga (~s­ guay en 1864 y 1868.
pañol), Matfas *Strobel (alemán), Tomás *Falkner
(inglés), Paucke, José *Jolís (español), José *Sánchez 2. SiGLO XX
Labrador (español), Martín *Dobrizhoffer (alemán) y
Gaspar Juárez (nacido en Santiago del Estero) . Estando d obispo de Asunción, Sinforiano Boga-
Para el estudio de la historia de la provincia del rín , en Roma para asistir al Concilio Latinoamerica-
Paraguay son fundamentales La conquista espiritual no, pidió ( 189ó) al P. General Luis Martln el envío de
del P. Ruiz de Montoya (1585-1652), peruano, y los jesuitas a su diócesis, que abarcaba entonces toda la
memoriales de los PP. españoles Torres Bollo, Fran- re pública del Paraguay. Por falta de personal, la CJ
cisco *Vázquez Trujillo y Francisco *Burgés, y el no pudo satisfacer sus deseos. Hubo nut:vas posibili-
P. Manuel *Querini, griego de origen veneciano. El dade en 1907 y 1918, que lampoco se concretaron.
húngaro Ladislao *Orosz escribió una relación so- En 1925 la Santa Sede pidió al P. General Wlodimi-
bre el conflicto surgido después del tratado de 1750. ro Ledóchowski el envío de jesuitas al Paraguay. El
Los principales historiadores fueron: Nicolás del primer paso dado por la provincia Argentino-Chilena
*Techo, francés, y Pedro *Lozano, Domingo *Muricl fue el envío al Paraguay de cuatro padres para dar
y José Manuel *Peramás, españoles. Sin haber esta- misiones populares. En 1926los PP. Fernando Pérez
do en el Paraguay, el P . Pien.·e Fran~ois de *Charle- Acosta (el primer paraguayo que entró en la CJ), Fe-
voix, francés, escribió una historia de la CJ en el Pa- lipe Lérida, Malfas Crespí, Joaquín Gracia y José Pe-
raguay en 8 tomos. Como lingüistas destacaron los drosa, dieron misiones; los dos primeros, en Asun-
PP. Ruiz de Montoya, con su gramática en guaraní,
P~blo *Restivo, italiano, autor de gramáticas, cate-
ción, y los otros en los principales pueblos, entre
~tros en Belén, última ¡-educción fundada por la an-
Cismos y sermonarios guaraníes, e Ignacio *Chomé,
tlgua CJ, y Paraguarí, antigua hacienda cid colegio
3037 PARAGUAY

de Asunción . Ramón *Lloberola, provincial de la lez Dorado. E n 1976 se abrió el noviciado en Para-
provincia Argentino-Chilena, designó para la fund a- guarí. La labor realizada en el campo social en el
ción de una residencia en Asunción a los PP. Lérida , ClAS y en las parroquias nu·ales no fueron bien vis-
Antonio Cres pí, Eustaquio Zurbitu , a los HH. Mo- tas por el presidente Alfredo Stroessner, por lo que
desto Farias y Leonardo Mühn . La residencia e nueve je uitas fu eron expulsados del país. Algunos
abrió el 1 enero 1927. Un año más tarde, se fundó la reforzaron las obras que tenía la provincia Paragua-
escuela *apostólica de Cristo R e . En 1933, comenzó ya en la Argentina, y otros pasaron a trabajar en
la labor pastoral en vatias parroquias, de la<; que la otras provincias, sobre todo Brasil , Bolivia, Ecuador
única que quedó definitivamente en mano de la CJ y América Central. Después de la caída de Stroess-
fue la de San Ignacio ( 1934), en el departamento de ner en 1990, varios de ellos regresaron al Paraguay.
Misiones, llamado así por haber e tado en él las an- La \Íccprovincia pasó a ser provincia en 1984. Su
tiguas reducciones. Actualmen te ha en an Ignacio primer provincial fue Jesús Montero Tirado. Tenía
un museo de arte de la antigua CJ. El 28 enero 1934, entonce. 1~ provincia 109 jesuitas (setenta ydos pa·
Pío xn beati.Cicó a los PP. R. González, A. Rodríguez
Y J . del Cast1llo. Durante la guerra del Chaco ( 1933- dre ' vemtlcuatro escolares y trece hermanos). En
1~35) entre el Paragua y Bolivia, e in taJó un ho -- e t~ período e fundó en Asunción el Centro de Es-
tUdiO Paragua os Antonio Guasch (CBPAC: ) y la C J
plta) de s~~grc en la escuela apo tólica de Cri Lo Rev, e encargó del seminario mayor. Va1ios jesuitas co-
en Asuncwn . En 1948, la CJ tomó la dirección de la laboran en el Instituto Superior de Teología ([ST).
revista Acción, fundada por la Acción Católica Para- e abrió el juniorado en Asunción, y se tomaron
guaya en 1930. nuevas parroquia-; ni.rales. n 1982 pasaron a la
El 25 diciembre 1950 el P . General Juan B . Jan,- provincia Argentina las casas de Posadas y E l s,,_
sens separó de la provincia Argentina las repúblicas berbio, en la provincia de Misiones. El 16 agosto
de Bolivia y Paraguay, y creó la vicepro incia Boli- 19 6, el P. Joaquín Piña fue nombrado obispo de la
viano-Paraguaya, dependiente de la provincia Tarra- diócesis de Puerto Tguazú (Argentina). El 16 mayo
conense, española. Su primer viceprovincial fue Luis 19 Juan Pablo II canonizó en Asunción a R. Gon-
*Parola, que había sido provincial de la provincia Ar- z.ález, J. del Castillo y A. Rod¡·fguez. La provin cia
con taba de noventa tres jesuitas (cin cuenta y dos
gentino-Chilena ( 1929-1936) co.no [a bien el Pru:a- padres, veinticuatro escolares quince hermanos)
guay. Gracias a los refuerzos en 1ados por el provl~­
en 19
cial de la Tarraconen e, Julián *Sayó , e abnó
FUE. T · : ufR, E. J. . - GU1TÉRRE7, R ., Atlus h~s-
(1952) el colegio de Cristo R e y se tomaron nuevas rónco _. urbano del ordeste urgen lino. l. Pueblos de 1.ndws
parroquias. De este nuevo impulso ~olamente per- '" nusiones jesuíticas (Re~istcncia, 1994). CARnoso, J .. A. -
manecería a cargo de la CJ la parroquia de S~nta. :R:o- .\\ESTI'H~LE'
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sa (1 952), donde luego se abrió una casa ?e eJer:ci.CIO 19 1) \1onPer 1- [1565-1604j. MnnBras 1-3. urtas anua:<
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- l
na e apren zaJ
di ·e de ese idioma baJo la dirección e
' d 1 10
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1 APT . t J To-
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Maleficarwn ( 1486), de los dominicos Jacob Spren-
J. BAPTlSTA 1 c. BRU o S.D .B.
ger y Hcnrich Kramer. La guía más autmizada en
los procesos judiciales contra magos y brujas fue el
PÁRAMO ORTIZ, Santiago. Arquitecto, pintor. Tractalus de Confessionibus Male(tcarum et Sagarurn
N. 1 enero 1841 , Santafé de Bogotá (D. E.), Co- (Tréveris, 1591), de Peter Binsfcld, Fonnado por1os
lombia; m. 14 junio 1915, Santafé de Bogotá. jesuitas en Roma. En el siglo XVl tt, el jesuita Jcan
E . 1 mayo 1858, Santafé de Bogotá; o. 24 di- Franyois Baltus (1667-1743), se hizo famoso po1· su
ciembre 1871, León, Nicaragua; ú.v. 2 febrero 1878, pretensión de demostrar que eran herejes los cien-
tfficos que ponían en duda la afinnación de Sto.
Car·tago, Costa Rica. Tomás: <( omnis divinatio a da.l:Inone provenit,, (I?..é-
Al se1· expulsados los jesuitas ( 1861) de Colombia
unos tres años después de su in greso en la CJ, P tu-
ponse a l'Histnire des orades, de Mr. de Funtenelle ,
Estrasburgo, 1709). Algunos jesuitas fueron vfcti-
vo que hacer sus estudios en Guatemala. Al empezar mas de la demoniomanía. Jean-Joseph *Surin , su-
la teología, la CJ fue exiliada también de este pafs frió tm angustioso contagio psíquico en el famoso
(1871), y P la concluyó en Nicaragua. Vuelto (.1884) proceso de brujería de las monjas de Loudun .. En
a Bogotá, enseñó ( 1886-1897) teologf~ dogmát1ca en 1731, Jean Baptistc *Girard fue acusado por los Jan-
el seminario y luego arte en el co.leg10 San Bartolo- senistas de haber seducido a Cathcnne t;adtere Y d.c
mé hasta d fin de su vida. . . . haber causado su posesión diabólica y de las ursuh -
Desarrolló una notable producctón artística, o- nas de Brest. ., _
bre todo arquitectónica. Sin educación formal ~n es- Los jesuitas se distinguieron e n la reaccwn ~on-
te área, trazó los planos y dirigió la construcclOn del tra la interpretación dem~nfaca . H7rnando de S~­
salón de actos del seminario de Guatemala ( 1864) y larte se opuso a la menlahdad domHlante en su ml-
el del colegio S. Luis de Cartago (1878), asf con:o el ., del distrito de las Cinco Villas ( avarra)
magnífico templo gótico tle San Nicolás de ~a rrusm~ ~:~nte el adviento 1610. Su gestión per~onal ~m t~_el
ciudad (1879- 1882). Obras suyas son también el au obispo de Pamplona y sus informes a .la lnq~1S1Clon
. . d l l io de Quczaltenango en Guatemala drid fueron decisivas para eVItar la caza de
dttono e co eg . 1 Ri . de Nicaragua en Ma hi que se rcco-
bru·as tan extendida en Europa: zo
(187 1) y los· planos del Hosplta
¡· ·
vas d l
d · ' uno e os m
ás J. ' l· . br ·as debían ser curadas más que
(1872). Como pintor re lgJOso ~JO •· d l arte co- noctera que F ~ dr~Jh von *Spee analizó con D1UY
considerablcs co.nj~ntols ~Ib1 1~ ~olsntollol~ fr:scos de la quemadas. ne ¡e . Su Cautio Criminalis;
. S nnc1pa tra aJO s buen sentido muchos casos. (Ri t 1 1631)
Iom b 1ano. u P . l . de San Ignacio (Bo- auctore incerto Lheologo ortodoxo n e n, '
capilla de San José en 1a tg esJa muchas
gotá), realizados entre 1896 y 1898. Aunque

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