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 En su teoría del efecto estético, el texto tiene una estructura objetiva aun cuando deba ser

completada por el lector. Todos los textos presentan espacios en blanco (la indeterminación en
Ingarden), que el lector debe rellenar con su imaginación. De esta interacción entre texto y lector
surge la respuesta estética. Iser elabora la noción de “lector implícito”, que incluye las cualidades
del texto que lo hacen legible e influyen en la lectura, así como las características del proceso de
lectura: una estructura textual y un acto estructurado.
 La noción de concreción: realización del texto en la mente del escritor, y que estaría producida
por ese texto en la mente del lector mediante el completamiento de espacios vacíos que eliminan
la indeterminación.
 Relación entre indeterminación comunicativa y determinación comunicativa, a partir de las
“perspectivas esquemáticas” de Ingarden.
1.
 La teoría fenomenológica del arte señala con insistencia que, en la consideración de una obra
literaria, se ha de valorar no sólo el texto actual, sino, en igual medida, los actos de su recepción.
 La obra lit. posee 2 polos: artístico: el creado por el autor; y estético: la concreción realizada por
el lector.
 A partir de esta polaridad: la obra lit. no puede identificarse exclusivamente ni con el texto, ni
con su concreción.
 El lugar de la obra de arte: la convergencia de texto y lector.
 El texto se actualiza mediante las actividades de una conciencia que lo recibe; es decir, la obra
adquiere su carácter procesal sólo en el proceso de su lectura.
 El lector entiende las perspectivas esquemáticas como condición de la aparición del objeto
imaginario.
 Autor y lector participan en un juego de fantasía.
 El texto debe ejercitar nuestras capacidades: participación productiva.
 El proceso de comunicación se pone en marcha y se regula mediante esta dialéctica de lo que se
muestra y lo que se calla. Lo no dicho constituye el estímulo de los actos de constitución, si bien
tal productividad está controlada por qué se dice, lo que a su vez tiene que transformarse cuando
por fin logra aparecer aquello a lo que se refería.
2.
 Esquema de la reducción fenomenológica: en los textos literarios el interés predominante se dirige
a los correlatos de los enunciados. Pues el mundo descrito en tales textos se construye a partir de
esos correlatos intencionales de las enunciaciones. “Los enunciados se conectan entre si de
diferentes maneras para formar unidades significativas de nivel superior, reveladoras de una
estructura compleja, dando lugar a totalidades como pueden ser, por ejemplo, un cuento, una
novela, una conversación, un drama o una teoría científica. Por otra parte, no solo se constituyen
los contenidos correspondientes a esos enunciados tomados por separado, sino también sistemas
de relaciones objetivas de tipo diverso, situaciones procesos complejos entre cosas, conflictos y
coincidencias entre ellas, etc. En último término, surge un mundo particular con sus partes
constituyentes…. Formando un correlato intencional de un complejo de enunciados. Si tal
complejo llega a formar una obra literaria, llamaremos entonces a la suma de correlatos
intencionales de los enunciados, el mundo presente en la obra.
3.
 La espera y el recuerdo.
 Es un hecho de experiencia que en la lectura circula una constante corriente de imágenes en la
conciencia.
 La visión imaginaria no es una visión óptica, sino el intento de representarse lo que no se puede
ver.
 La percepción (implica la preexistencia de un objeto dado) y la representación (consiste
constitutivamente en su relación con algo no dado o ausente) como dos modos diferentes de
acceso al mundo. Al leer un texto literario debemos formas siempre imágenes mentales o
representaciones, porque los aspectos esquemáticos del texto se limitan a hacernos saber en que
condiciones debe ser constituido el texto.
 La ausencia del objeto no constituye la diferencia principal entre presentación y percepción.
 Mediante la representación producimos una imagen del objeto que, a diferencia de la percepción,
no está dada. Sin embargo, cuando nos representamos algo, estamos en presencia del objeto, pues
este solo debe su existencia a nuestra exclusiva representación. De manera que estamos en
presencia de lo que hemos producido.
4.
 Operaciones desencadenadas por el texto.
 La ilusión es transitoria.
 Sorpresa (provoca simplemente una detención temporal en la fase exploratoria de la experiencia)
y frustración (bloquea o retiene la actividad, nos obliga a encontrar nuevas orientaciones).
 Al leer reaccionamos frente a lo que nosotros mismos producimos y es esa reacción lo que hace
que podamos vivir el texto como un acontecimiento real.
 Todo texto literario incorpora normas sociales, históricas y contemporáneas, y las
correspondientes referencias a la tradición literaria.
5.
 El estudio del proceso de lectura de los textos literarios nos ha permitido conocer hasta ahora 3
aspectos importantes que sirven de fundamento a la relación entre texto y lector. Al desplegarse
la lectura mediante previsiones y retroacciones, adquiere el carácter de un acontecimiento, lo cual
produce la supresión de cercanía de lo que está vivo.
 Un acontecimiento se determina en cuanto tal por su apertura, lo que obliga al lector un proceso
continuo de formación de consistencias.
 De ello surge la implicación del lector en las configuraciones del texto producidas por él mismo.
 Esta implicación significa que tenemos que actualizar el texto.
 En la lectura surge una forma de participación que introduce de tal manera al lector en el texto
que produce el sentimiento de que no hay distancia entre él y lo narrado.
 Es la lectura una posibilidad de acceso a la experiencia de un mundo ajeno (y mi mundo mental).
 “Tal es la condición característica de cada obra a la que doy existencia poniendo mi conciencia a
su disposición. No solo le doy existencia, sino también conciencia de existir”. (Poulet)
 La experiencia personal del autor deberá deshacerse en la obra.
 Una obra literaria se convierte en una especia de ser humano, en una mente consciente de si
misma, que se constituye en mí en tanto que sujeto de sus propios objetos.
 El texto abre un espacio que no es inmediatamente presente a nuestra conciencia. La constitución
de sentido que ocurre en la lectura de un texto literario significa por eso no solo que se descubre
lo no formulado en el texto para ocuparlo con los actos representativos del lector; la constitución
de sentido significa además que en tal formulación de lo no formulado radica también la
posibilidad de formularnos a nosotros mismos, descubriendo así lo que hasta entonces parecía
sustraerse a nuestra conciencia. En este sentido, la literatura frece la oportunidad de formularnos
a nosotros mismos mediante la formulación de lo no formulado.

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