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ANALISIS

Sentencia: T-340/15
Referencia: expediente: T-4.775.326
Acción de tutela interpuesta por Juan Bernardo Vargas Ortiz contra el
Juzgado Primero Civil del Circuito de Girardot.
Magistrado Ponente: JORGE IVÁN PALACIO PALACIO
Bogotá, D.C., tres (3) de junio de dos mil quince (2015)

HECHOS

El accionante presentó la acción de tutela el 27 de mayo de 2014. Adujo que


Juzgado Primero Civil del Circuito de Girardot vulneró sus derechos al debido
proceso, a la defensa, al acceso a la administración de justicia e igualdad
procesal.

El señor Juan Bernardo Vargas Ortiz: (i) asevera que desde hace más de 9 años
posée con ánimo de señor y dueño el inmueble objeto del proceso de restitución
de inmueble arrendado; (ii) desconoce que Hugo Octavio Orduz y Martha Patricia
Mejía sean sus arrendatarios; y (iii) sostiene que su firma en el contrato de
arrendamiento allegado como prueba fue falsificada. Por lo anterior, a su juicio, el
juez del proceso ordinario le requirió indebidamente cumplir con las cargas
procesales, establecidas el artículo 424 del C.P.C, porque existía duda sobre la
existencia del contrato de arrendamiento, por lo que considera vulnerados sus
derechos fundamentales.

PROBLEMA JURÍDICO.

1. El señor Juan Bernardo Vargas Ortiz aduce que habitaba un inmueble con
ánimo de señor y dueño. Sin embargo, Hugo Octavio Orduz y Martha Patricia
Mejía iniciaron un proceso de restitución de inmueble arrendado en su contra,
utilizando un contrato de arrendamiento que según el accionante no suscribió. El
juez de instancia no tuvo en cuenta su defensa, bajo el argumento que no había
demostrado el pago de los cánones discutidos o consignara el valor a órdenes del
Juzgado, con fundamento en el artículo 424 del C.P.C (parágrafo 2º, numeral 2º).
Por lo expuesto, el accionante considera que le fueron vulnerados sus derechos
fundamentales al debido proceso, a la defensa, a la contradicción y al acceso a la
administración de justicia.

2. Sobre la base de lo expuesto corresponde a esta Sala de Revisión determinar si


una autoridad judicial vulnera los derechos al debido proceso, a la defensa, al
acceso a la administración de justicia y la igualdad procesal del arrendatario
demandado por mora en el pago de cánones, cuando opta por no oírlo hasta que
demuestre haber pagado o allegue prueba de la consignación del valor discutido a
órdenes del Juzgado, a pesar de que se haya cuestionado la existencia del
contrato de arrendamiento y se hayan practicado pruebas de oficio para
determinarla?
la Corte concluye que el juez ordinario verificó la existencia del contrato de
arrendamiento, mediante una prueba idónea para esclarecer la tacha de falsedad
del mismo. En este sentido, mediante el dictamen grafológico decretado de oficio
comprobó el supuesto de hecho del artículo 424 del C.P.C., esto es del contrato
de arrendamiento.

Así las cosas, debido a que el juez actuó conforme al plenario, en particular a lo
referido por el dictamen grafológico que desvirtuó la presunta falsedad de la firma
del señor Vargas Ortiz en el contrato de arrendamiento, no incurrió en defecto
fáctico ni sustantivo.

Con base en lo anterior, el juez tampoco incurrió en defecto procedimental


absoluto porque condujo el proceso conforme a la regulación del proceso de su
conocimiento.

Aunado a lo anterior, habida cuenta de la certidumbre respecto del contrato de


arrendamiento, la decisión del juez ordinario de no tener en cuenta las actuaciones
del señor Vargas Ortiz no desconoce el precedente de esta Corporación.

Así mismo, la providencia cuestionada no adolece de falta de motivación en


relación con el asunto de la autenticidad de la firma y la existencia del contrato de
arrendamiento. Por el contrario, la sentencia del 25 de abril de 2014 hizo
referencia directa a este tema en los siguientes términos:

“Ahora bien, en cuanto a la legitimación por activa, no existe duda alguna, toda
vez que, en el contrato de arrendamiento, aparecen los demandantes como
arrendadores del inmueble de marras y, respecto a la legitimación por pasiva, se
tiene que el contrato de arrendamiento aportado con la demanda, aparece el
nombre de Juan B. Vargas Ortiz como arrendatario y una firma ilegible, que
afirman los demandantes corresponde al mismo, posición que fue rechazada por
el demando, en el memorial con el que la apoderada pretendió contestar la
demanda; así las cosas al negar como de su puño y letra la referida firma, fue lo
que llevó al despacho a decretar pruebas de oficio, para establecer la verdad, ya
que la parte actora afirmara en la demanda, que Juan Bernardo Vargas Ortiz,
firmó el contrato de arrendamiento y en razón a ello, decretó entre otras, prueba
grafológica al demandando, a quien se le efectuó dictado que fue remitido junto
con otras pruebas al Instituto Nacional de Medicina Legal y ciencias Forenses, y
cuyo trabajo llegó a la siguiente: “Conclusión. De acuerdo con el material remitido
para estudio y lo dicho anteriormente en los hallazgos y resultados, se pude
concluir que la firma de duda como de Juan Bernardo Vargas Ortiz vista en el
contrato de arrendamiento motivo de estudio, se identifica con las signaturas del
mencionado señor obtenidas para el presente estudio como material de
comparación.”; Lo que lleva al despacho a tenerlo como arrendatario del inmueble
objeto de restitución y por ende como demandado en tal calidad”1.

Lo anterior permite constatar que la argumentación del juez ordinario fue


coherente con las pruebas y explicó de manera clara y precisa el motivo de su
decisión.

RESUELVE:

PRIMERO.- CONFIRMAR el fallo proferido el 23 de septiembre de 2014 por la


Sala Civil - Familia del Tribunal Superior de Distrito Judicial de Cundinamarca que
confirmó la sentencia del 4 de agosto de 2014 del Juzgado Segundo Civil del
Circuito de Girardot, que negó el amparo de los derechos al debido proceso, a la
defensa, a la contradicción y al acceso a la administración de justicia, por las
razones expuestas en esta providencia.

LUIS ALBERTO GONZALEZ REGINO

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