Casi todos los países del mundo dicen manejar un sistema democrático, pero ¿estamos

seguros de lo que en realidad es democracia? Para responder a esta pregunta debemos ir al

principio de la formación de nuestros actuales gobiernos, ya que sin darnos cuenta hemos
usado básicamente el mismo esquema de poder desde el principio hasta el día de hoy; para
entenderlo podemos visualizar el poder como una pirámide, en la parte más alta están los
que pueden hacer las leyes, en otras palabras “los que mandan” y en lo más bajo “los que
obedecen”, de esta misma forma es básicamente como los pueblos se organizaban hace 200
años, en Francia por ejemplo, los reyes para que no fuera tan evidente que ellos tenían todo
el poder, consultaban de vez en cuando a una asamblea, conformada por los burgueses de la
época, pero con la llegada del libro “el contrato social” de Rousseau la forma de
pensamiento de todos aquellos que lo habían leído era transformada, ya que entre lo
planteado por Rousseau aseguraba que todos deben participar en hacer las leyes, de lo
contrario no debían ser consideradas como tal, entonces lo que hacía el rey no eran leyes,
así que decidieron derrocar al rey y de ahí en adelante los que harían las leyes serian
representantes elegidos por el pueblo, con lo cual aunque no todos harían las leyes, todos
serian consultados para la aprobación de éstas, así fue como las repúblicas de entonces
optaron por este sistema, denominándose “republicas de gobierno representativo”, a simple
vista parecía ser una buena idea, pero lo que no se tomó en cuenta fue que si se ponían
representantes eran necesarios mecanismos para que todos fueran escuchados, porque de no
tenerlos se seria arrebatado el poder del pueblo y por lo tanto no se habrían escogido
representantes sino jefes, y esto trae consigo muchas consecuencias, ya que las elecciones
son un símbolo de confianza total lo que significa que al ser elegidos pueden hacer lo que
quieran y si el pueblo está inconforme con alguna de estas acciones lo único que puede
hacer es votar a otro, pero eso tampoco le da la seguridad de que le hagan caso o cumplan
lo que prometen antes de ser elegidos, ya que muchas veces ni siquiera alguno de los
candidatos puede ser considerado el correcto, y esto es porque muy pocas veces se postulan
los más aptos para gobernar sino los más aptos para ganar, haciendo así que prevalezca la
imagen sobre lo que es o no más beneficioso para el pueblo.

Hasta este punto hemos estado describiendo nuestro sistema de gobierno, que es
básicamente el mismo que inicio hace tantos años, pero como podemos ver en ningún
momento mencionamos la palabra democracia y es que no ha sido necesario, ya que incluso
los grandes fundadores de nuestro sistema de gobierno como Thomas Jefferson, decía que
la democracia era un peligro afirmando que “La democracia no es más que el gobierno de
las masas, donde un cincuenta y uno por ciento de la gente puede lanzar por la borda los
derechos del otro cuarenta y nueve por ciento” o John Adams con frases como “la
democracia degenera en anarquía” esto sumado a que no solo ellos sino todos los “padres
fundadores” de este sistema estaban de acuerdo en decir que la democracia era algo
negativo y totalmente contrario al sistema de gobierno que ellos habían creado viendo esto
no podemos caer en el error de disfrazar con el nombre de democracia” a lo que en realidad
es un “sistema de gobierno representativo”.

Con todo lo anterior claro vamos a la cuestión principal ¿Qué es entonces la democracia?