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- Preámbulo
- Historia de la brújula
- Partes, estructura y presentación de la información en una brújula
- Usos básicos de la brújula
- Trazado de rumbos, interpretación de mapas
- La brújula en las grandes ciudades
- Averiguar la hora a través de la brújula
- Posicionamiento y triangulación mediante brújula
- Uso de la brújula en mapas digitalizados y satélite: google earth
- Brújula digital: partes, calibración y funcionamiento
- Brújula digital vs Brújula analógica
Agradecimientos:
Un manual que abarca aspectos tan vastos no sería posible sin muchos trabajos y
participaciones anteriores. Gracias por tanto a “la tecnología del saber”, google earth,
Nokia y Forum Nokia, cherokee trail, Creative Commons.
Preámbulo: Unos pocos consejos antes de empezar para comprar tu brújula.
Historia de la brújula
A/ Puntos cardinales. N: norte; NE: noreste; E: este; SE: sureste; S: sur; SW: suroeste; W:
oeste; NW: noroeste.
B/ Aguja. Aquí no existe limbo o/y el limbo, de existir, no se utiliza para la medición
horaria.
C/ Zonas AM/PM respectivamente (Ante Meridiem, Post Meridiem). Es decir,
respectivamente desde las 6 hasta las 12 del mediodía, y desde las 12 a las 6 de la tarde
(desde el alba hasta el ocaso) (D).
AM es después de medianoche, y PM después del mediodía. Dado que en medianoche
no hay sol, la escala comienza con las seis (hora orientativa del alba).
Mas adelante aprenderemos a hacer prácticas e interpretar estas escalas.
En el mercado se encuentran brújulas con ambas escalas a la vez, e incluso con más.
N 0°, 360°
NNE 22,5°
NE 45°"
NEE 67.5°
E 90°
SEE 112.5°
SE 135°
SSE 157,5°
S 180°
SSO 202,5°
SO 225°
SOO 247,5°
O 270°
N00 292.5°
NO 315°
NN0 337.5°
Ello es útil para conocer las escalas de las brújulas.
La disposición de la brújula debe ser, en paralelo con el suelo, manteniendo la aguja en
horizontal:
Asimismo, tal y como se ha dicho antes, es conveniente efectuar una serie de “toques”
sobre la misma, sobre todo en determinadas situaciones para agitar la aguja:
Se debe tener mucho cuidado en no acercar la brújula a imanes u objetos con que los
contengan, tales como altavoces, ya que la lectura que nos dará sería errónea.
Debemos, también, tener en consideración en todo momento los cuatro puntos
cardinales respecto a nuestra posición, que siempre estarán marcados por la aguja
independientemente de donde nos encontremos:
Para el cuidado del instrumento debemos respetar unas normas básicas de no mojarlo,
rasparlo, darle bruscos golpes y, en general, tratarlo con el esmero de todos los
elementos de este tipo.
En este capítulo se pasará primero a explicar los conceptos y cómo trabajar con mapas,
para después presentar un ejemplo práctico que será muy aclaratorio, sobre todo para
principiantes.
Antes de nada, si nunca has estado en un cursillo de orientación o es la primera vez que
trabajas con brújula – mapa, te recomendamos encarecidamente que practiques el
ejemplo tú mismo, tomando las bases y las directrices que aquí te vamos a desglosar.
El mapa que deberás adquirir ha de ser un mapa físico, o político, no importa, mientras
tenga inscrita claramente la brújula o, por lo menos, la dirección del norte real (a menudo
presentada como una simple flecha en alguna de las esquinas del mapa).
Todo ello es vital para que adquieras práctica y soltura y puedas operar con maestría
cuando lo requieras en campo abierto. Lo primero que se ha de hacer, al trabajar con
mapas y trazar rumbos, es, como ya se ha dicho, encontrar el norte real del mismo. No
obstante, si el mapa no dispone de norte sobre el que marcar los rumbos, podemos
intentar (ha riesgo de equivocarnos si no conocemos la zona) marcar nosotros el norte
sobre las líneas de altitud, los accidentes orográficos, y cadenas montañosas o ríos y
lagos, teniendo a estos como referencia.
El norte es imprescindible para orientar la brújula y que las líneas de rumbo a seguir
sean válidas, de lo contrario estaríamos trazando un rumbo equivocado.
Para hallar el norte de este modo en un mapa que no lo tenga, y valiéndonos de nuestra
brújula, deberemos operar como sigue: estableciéndonos en un punto en donde nuestra
perspectiva sea buena (una colina, una montaña o un punto alto, preferiblemente)
desplegaremos el mapa.
Aquí te presentamos un ejemplo de disposición, en donde podremos fijar nuestra
situación dependiendo del norte de nuestra brújula y comparándolo con carreteras,
accidentes orográficos y curvas de nivel (las curvas o líneas de nivel nos informan de la
altitud y cambios de nivel en los mapas. Junto con tales líneas suele venir acompañado
de un número, que nos da la altura, en metros, sobre el nivel del mar. De este modo
sabremos las proporciones del accidente geográfico, así como las dificultades del
terreno):
Pero lo mas normal y obvio es que dispongamos de un mapa en donde ya esté marcado
el norte. Ahora, solamente tendremos que trazar un rumbo a nuestro destino para no
equivocarnos de dirección.
Para ello, dispondremos la brújula, bien orientada, sobre el mapa, esto es, el norte de
nuestra aguja, con el norte del mapa o plano:
Nos pondremos también nosotros mirando a esa posición. Giramos la flecha norte (con
las líneas norte y sur en rojo, en la imagen) sobre el limbo, estando la brújula en el mapa,
hasta que la flecha norte esté en la misma posición que el norte de la aguja de la brújula,
tal como se ve en la imagen. Hecho esto, podremos trazar una línea, si lo deseamos
desde ése punto donde nos encontramos, hasta nuestro destino:
Por lo tanto, nosotros hemos trazado un rumbo NORTE sin apenas grados de
declinación.
¿Qué ocurre si, en lugar de tomar una dirección lineal, de frente, vamos hacia una
dirección que no está en el norte? Imaginémonos que, en lugar de dirigirnos hacia Wildlife
Trails tuviéramos como destino el círculo 14 en el mapa (flag 14).
Tomaremos la brújula y la orientaremos de acuerdo a la flecha impresa, como hemos
hecho hasta aquí. Dispondremos la brújula sobre el punto de partida:
1/ Unimos los dos puntos apuntando la flecha de dirección hacia el objetivo (SIGHT, en
la imagen y en algunas brújulas). El objetivo está puesto en la figura con un círculo azul,
y la línea de unión, punteada también en azul:
2/ Giramos el limbo de nuestra brújula hasta hacerlo coincidir con el Norte del mapa (en
la imagen, el limbo de nuestra brújula está en rojo, como ya se ha dicho):
3/ En este punto debemos hacer coincidir el norte magnético con el norte del mapa (es
decir: con el norte del limbo que hemos marcado en el paso anterior). Para ello, giramos
sobre nosotros mismos hasta hacer coincidir la brújula. Ese es el rumbo a seguir, a donde
apunte la señal de Sight.
Hasta aquí se ha dado una ligera idea, fácil y rápida, sobre el uso de la brújula en
terrenos abiertos. También hemos realizado un ejemplo práctico sobre la toma de rumbos
y las diferentes direcciones de acuerdo con nuestro destino y la disposición del norte en
la brújula.
Ahora abordaremos un tema realmente interesante, que entra también dentro de la
orientación y complementa al anterior, cual es la toma de rumbos y direcciones en
ciudades y/o en entornos urbanos encerrados.
Para ello, sustituiremos los mapas por planos (comúnmente llamados “callejeros” o
croquis). Las principales diferencias que vamos a encontrar respecto a los mapas de rutas
son:
· Ausencia de curvas de nivel
· Ausencia de accidentes geográficos de relieve
· Ausencia de campo abierto para tomar rumbos y muestras de dirección a distancia.
Sin embargo, las diferencias que vamos a encontrar a favor son:
· Mucha mas presencia de puntos de referencia: parques, edificios, etc.
· Calles mas “cuadriculadas”, por lo que facilita la toma de direcciones
· Apoyo de la toma de rumbo con la confirmación de nombres de calles y plazas que nos
vamos a encontrar, por lo que, recurriendo a ello, haremos más difícil perdernos.
Una vez estemos orientados, hay que recordar, una vez mas, que al comenzar
a avanzar la dirección puede variar. Esto, en las ciudades, se hace mas notorio
puesto que algunas calles estarán con una orientación diferente a la de nuestro
destino.
En la imagen, nuestro rumbo a tomar será norte con una ligera declinación al noroeste.
Debemos tratar de encontrar una ruta que nos acerque a nuestro destino de la forma
mas recta posible, para no caer en el problema de despistarnos. Además de lo mas recta,
preferiremos las calles anchas frente a las estrechas, y las que tengan nuestra
orientación frente a la que tengan otra.
A ser posible, asimismo, elegiremos las calles mas largas. De este modo, nuestra ruta
sería (en negro sobre la figura):
Hay que notar fijarse que, en el último tramo se cambia de orientación. Es un buen
lugar por tanto para tomar la brújula y confirmar nuestra posición, sin necesidad de abrir
el plano, si es menester:
Por lo tanto, cuando salimos seguimos un rumbo casi al norte (A), cuando giramos a la
izquierda, cambiando de dirección, tomamos un rumbo prácticamente oeste de unos
280o (B), acabando en nuestro destino de nuevo hacia el norte (C).
Podemos optar, si es menester, incluso en el momento, por otros caminos, siempre y
cuando recordemos que un cambio de sentido a la derecha o izquierda, implica que, en la
próxima calle a tomar sea la que nos lleve a retomar la dirección adecuada:
En la imagen tenemos, en rojo, los tramos que implican un cambio de dirección y, por lo
tanto, la flecha de rumbo de nuestra brújula apuntará hacia delante y la flecha magnética
de la brújula apuntará al norte (a nuestra izquierda). El rumbo que hemos seguido aquí
ha sido: desde la calle Anselmo Cifuentes hasta Conde de Guadalorce (Plaza 6 de
Agosto).
En caso de que el camino sea al contrario (de C. de Guadalorce a calle Anselmo
Cifuentes), nuestro rumbo será Sur, con unos grados hacia el sureste. Es lo mismo pero,
en este caso, las flechas de orientación apuntarán al revés.
En ciertas ocasiones podemos tomar como referencias edificios destacables, estatuas, o
calles importantes. En ellas podemos realizar los cambios de sentido y, asimismo, la
verificación de nuestra posición con respecto a la brújula.
El sol sale por el Este y se pone por el Oeste. Mediante este conocimiento básico
podemos averiguar grosso modo la hora del día en la que nos encontramos.
Para ello, algunas brújulas disponen de una escala, dividida en secciones, mediante la
cual podemos realizar esta averiguación. Las horas del día en la escala de la brújula se
corresponden con las siguientes:
Dividida en dicha escala encontramos las diferentes secciones que nos informan de la
hora.
Cabe reseñar que el reloj de sol no es un reloj propiamente dicho, en el sentido que
todos entendemos de la palabra, ya que, invariablemente, marca las seis de la mañana al
alba y las seis de la tarde al ocaso. No obstante, resulta una ayuda a tener en
consideración cuando no se dispone de otros relojes. El Sol recorre aproximadamente
180o en 12 horas, de lo que se deduce que el movimiento angular del Sol es de 15o a la
hora.
La hora señalada por el reloj de sol a mediodía es casi idéntica a la de un reloj
convencional, fuera de ella hay diferencias consecuencias de nuestra posición en el globo
y la fecha del año. Existe todo un mundo referente a los relojes de sol, y explicarlo aquí
dista
mucho de los objetivos de este manual. Emplazamos al lector, si lo desea, a profundizar
en sus mecanismos, ya que existen fórmulas matemáticas y reglas para hallar y corregir
las desviaciones y graduaciones en los relojes de sol. En las brújulas con relojes solares
podemos marcar en el suelo las medidas, o hallarlas directamente sobre la brújula. En
algunas de dichas brújulas, al orientarnos con respecto al sol para averiguar la hora, en el
centro de las mismas presentan un grosor central que hace que la silueta producida por
éste, luminosa, se destaque en la esfera (nota: si la brújula posee espejo, puede
mantenerse abierta para no entorpecer la lectura):
A: Abultamiento
B: Reflejo que nos da la posición horaria. En este caso, cerca de las nueve de la
mañana.
También podemos utilizar la brújula para dibujar sobre el terreno el reloj de sol
mediante un palo:
Estando nosotros en la posición del sol (de frente al reloj), la sombra del palo
equivaldría a la manecilla de las horas del reloj y, según el punto en que nos
encontremos y la estación del año, la sombra se moverá en el sentido de las agujas del
reloj mecánico o viceversa, pero ello no cambia la manera de leer las horas.
Una sencilla aproximación horaria mediante un reloj de sol es la que sigue:
Hay que tener en cuenta en este tipo de relojes que el sol sale en el orto a las 6:00 am
y se pone en el ocaso a las 6:00 pm, y que, asimismo, bajo tiempo nublado o con niebla
puede ser muy difícil averiguar la hora.
También podemos realizar un cálculo horario mediante nuestra propia sombra, tomando
la orientación correcta mediante la brújula y actuando como si nosotros fuéramos la
varilla de las horas de un reloj de arena imaginario:
No obstante, para tal menester requiere estar habituado y tener la precaución de que
sombras cercanas (árboles, orografía...) no confundan nuestra lectura.
Posicionamiento y triangulación mediante brújula
La triangulación es una técnica que nos facilita conocer nuestra ubicación espacial. Para
ello, aparte de una brújula, necesitamos un mapa en donde tenga marcados (o hayamos
marcado) los puntos cardinales.
Una forma sencilla de triangulación es la de situarnos en el mapa mediante dos puntos
de referencia estando alejados de ambos. Primero hay que determinar con la brújula las
direcciones respectivas a los puntos A y B. Luego, trasladados esos puntos al mapa, se
trazan dos líneas y el punto donde estas confluyen es donde nos encontramos. Para ello
es preciso conocer, con ayuda del mapa, dos puntos distantes (rios, montañas, un
bosque...). Disponerlos en el mapa y trazar, visualmente, una línea que vaya de nosotros
a ellos:
Desde que apareció la magnífica herramienta de mapeado vía satélite Google Earth, su
éxito no ha parado de crecer. No en vano, aparte de disponer de versión gratuita, es una
herramienta extraordinariamente eficaz. Esta es una imagen característica ofrecida por
Google Earth:
Aparte de, como se ve en la imagen, ofrecernos la longitud, latitud (coordenadas),
elevación y dirección, este excelente programa dispone de una brújula auto orientativa.
¿Esto que quiere decir? Significa que la brújula señala dinámicamente el norte en todo
momento, mientras nos movemos por los mapas de imágenes, por lo que es un
instrumento muy valioso en caso de que necesitemos la orientación de algún punto,
región o provincia, y no la tengamos en los mapas o planos de que dispongamos.
Conviene aclarar que, en caso de que no aparezca en tu programa la brújula, puedes
activarla desde el menú View/Compass. Asimismo, Google Earth puede visionar las calles
principales de las ciudades, y otros accidentes geográficos y orográficos que disponga en
su base de datos:
No vamos aquí a desglosar y aprender a usar todas las características de este
fenomenal programa informático, ya que no es el tema de estudio de éste manual, pero
sí destacar sus potencionalidades principales.
No obstante, cabe señalar que, como cualquier programa informático de características
tan enormes y globales, posee pequeños errores, todos ellos subsanables y fácilmente
corregibles si nos apoyamos de planos o mapas en formato papel para que nos confirmen
los datos.
Hecha esta salvedad, vamos a proceder a un ejemplo de trabajo con la brújula y Google
Earth con orientación ligeramente al Este en la provincia de Sevilla (España).
Como siempre, calibraremos nuestra brújula y la orientaremos de acuerdo con la
presentada en Google Earth:
Para trazar rumbos se procederá a como se ha explicado en capítulos anteriores, por lo
que no se insistirá en ello.
Una vez tengamos el rumbo fijado, Google Earth nos permite ir mirando las diferentes
posiciones en las que tendremos la brújula una vez sobre el terreno. Ello se explicará con
un simple ejemplo en una sucesión de imágenes:
El círculo rojo será nuestro punto de partida, el círculo azul, nuestro destino, y la línea
punteada es la ruta que hemos previamente trazado mediante cualesquiera de las
técnicas explicadas anteriormente.
Cada cambio de dirección que iremos captando ha sido numerado, para su facilitar su
comprensión, con el 1, el 2 y el 3.
Para mayor facilidad, hemos introducido en el Google Earth dos marcadores
denominados Origen y Destino, que corresponden a los círculos de la imagen anterior:
Ahora nos vamos a disponer en el punto 3, nótese los cambios en la brújula al cambiar
nosotros de posición y tomar diferentes direcciones:
Utilizando, asimismo, la nomenclatura de calles del Google Earth podemos saber la
zona de la ciudad por la que nos movemos de manera muy concreta:
Siguiendo los pasos de éste sencillo ejemplo podremos trazar rutas mucho mas largas y
complicadas, anotando o dibujando sobre mapas o planos las diferentes direcciones y los
cambios de la brújula, que seguiremos, mas tarde, sobre el terreno al seguir el rumbo.
Hasta hace relativamente poco tiempo, la posibilidad de incorporar una brújula digital
en el día a día era prácticamente imposible. Gracias al avance y abaratamiento de las
tecnologías, y a empresas como Nokia, que apuestan por poner esa tecnología al alcance
de todo el mundo, cualquier persona puede disfrutar de estos pequeños-grandes inventos
digitales.
Nokia posee más de un teléfono móvil con brújula digital, sin embargo, todos son muy
parecidos y el principio es el mismo. Aquí trabajaremos sobre el Nokia 5140.
En el mismo manual Nokia nos dice que no debemos prestar totalmente nuestra
confianza a este tipo de brújulas. No porque sean erróneas o malas, sino que Nokia se
quiere curar en salud ante posibles errores o fallos de lectura por un mal calibrado.
La brújula digital muestra la dirección tanto gráficamente, como numéricamente. En un
primer uso, el móvil nos advierte de que debemos calibrar la brújula primero, e incluso
nos informa de cómo hacerlo: moviendo el teléfono horizontalmente, a la vez que se le
hace girar. Aunque se puede calibrar cogiéndolo con una mano, lo mejor es disponerlo en
horizontal sobre una superficie lisa, y hacerlo girar. No obstante, hay que tener paciencia
en este punto, puesto que un giro rápido dará error de calibración, mientras que uno muy
lento nos advertirá de tal circunstancia y tampoco podrá ser calibrado.
Lo mejor es un ritmo pausado, pero constante. Para facilitarlo, el teléfono presenta el
dibujo de un móvil girando. No se ha de girar a la misma velocidad que dicho dibujo, sino
que un poco mas despacio. El aspecto de la brújula una vez calibrada es el siguiente:
A la hora de adquirir una brújula ya hemos dicho que debemos considerar qué tipo de
uso vamos a darle. La brújula magnética analógica es, con mucho, la mas preferida por la
gran mayoría, por su sencillez, claridad e independencia de energía externa.
Sin embargo, en muchos deportes se está imponiendo la brújula magnética por la
facilidad y rapidez en su lectura. Además de poder fijar valores, guardarlos en memoria e
incluso realizar diferentes operaciones sobre ellos.
La brújula digital puede ser, por tanto, usada en entornos urbanos, donde poca gente va
acompañada de una brújula, pero sí va acompañada de móvil.
Asimismo, la brújula digital suele utilizarse en bicicletas y vehículos todo terreno, en
aviación se usa desde hace mucho, así como en diferentes deportes.
Por su parte, la brújula analógica es mas usada por aventureros, por personas del
campo y por los mas puritanos y tradicionalistas.
Ambas, dentro de su campo, tienen sus pros y contras, sin embargo las dos son aptas
para cumplir perfectamente su cometido, por ello, elegir entre una u otra
(afortunadamente, hoy podemos elegir!) es cuestión de gustos y de costumbres.
Se deja, por tanto, a tu libre elección el inclinarte por una u otra. Nosotros esperamos
que la disfrutes al máximo.
Esperamos que este manual haya servido para ayudarte en ello, y para acercarte a este
apasionante mundo.
L. Domelhajer