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LLAMADOS A SER HOMBRES

1 Corintios 16.13–15

Mensaje central: Para recuperar su identidad los varones


necesitan volver a las Escrituras a fin de nutrirse de los
valores que Dios mismo indica para sus vidas.

Contexto:
La combinación de estos elementos es la que produce la
clase de hombría que a nuestras familias y sociedad les urge
hoy. El concepto de ser hombre ha sido distorsionado por una
cultura machista y agresiva.

Como si fuera poco, las luchas por defender los derechos de


la mujer, en algunos casos, han degenerado en un desprecio
por el rol masculino, lo cual ha dejado como legado una
verdadera confusión acerca del significado de ser hombre
hoy.

A esta crisis se le suma la de muchos niños varones que los


están criando en hogares disfuncionales sin ningún tipo de
modelo de masculinidad.

El doctor James Dobson, fundador de Enfoque a la Familia,


cita un estudio de la Universidad de Cornell: El trabajo reveló
que padres de niños de edad preescolar invertían apenas
37,7 segundos por día en la relación con sus hijos. En
contraste, estos mismos niños veían 54 horas semanales de
televisión. No ha de sorprendernos que muchos varones
abracen, como modelos de hombría, a personajes como el Dr.
House, a Jack, de la serie «Lost», o Michael Scofield, de
«Prison Break».
Introducción:

El apóstol Pablo concluye su primera carta a la iglesia en


Corinto con esta exhortación: «Velad, estad firmes en la fe;
portaos varonilmente, y esforzaos. Todas vuestras cosas
sean hechas con amor».
La sencilla exhortación contiene cinco rasgos que podríamos
utilizar para definir el perfil de un verdadero hombre de Dios:

1. Vigilante
2. Firme en la fe
3. Maduro, varonil y valiente
4. Fuerte y esforzado
5. Amoroso

Desarrollo

Una de las mejores maneras de entender estos rasgos es


verlos ejemplificados en la vida de alguno de los héroes de la
fe, en la Biblia. Se podría escoger a varios de ellos, pero la
figura de José, de quien se ocupan los capítulos 37 al 50 del
libro de Génesis, nos provee una muy buena ilustración de
estos distintivos de masculinidad.

1. Vigilante

El término que utiliza el apóstol se refiere a estar alerta y


atento, a no dormirse. Podría referirse a la actitud de un
soldado que está de guardia, a la espera de un posible ataque
del enemigo. Jesús utilizó la misma palabra cuando, en
Getsemaní, exhortó a Pedro, Juan y Jacobo a que no se
dejaran vencer por el sueño. Vemos esta misma actitud de
vigilia en José, con respecto a:

Su servicio: (37.2) apacentaba


Su carácter: (37.2) informaba
Su llamado: (37.5) soñaba
Su trabajo: (39.2) prosperaba
Su sexualidad: (39.8) se santificaba
Su corazón: (45.5) no se vengaba

2. Firme en la fe

El término que se traduce por «firme» significa mantenerse en


pie, permanecer, quedarse, no moverse del lugar donde uno
está. Esta es la palabra que Dios dio a los israelitas cuando
se encontraban amedrentados entre el ejército de Faraón y el
Mar Rojo (Ex 14.13). Observamos que José no tomaba sus
decisiones por las circunstancias, sino por la fe en Dios. José
estaba con Dios en todo momento y asimismo el Señor
estaba con él (39.2, 3, 21, 23). Sostuvo esa firmeza, sin
importarle cuán sombría fuera su situación:

Aborrecido (37.4)
Envidiado (37.11)
Vendido (37.28)
Esclavizado (39.1)
Calumniado (39.17)
Encarcelado (39.40)
Olvidado (40.23)

3. Maduro, varonil, se comportó como hombre:


La frase indica una disposición a conducirse con coraje en
medio de circunstancias difíciles. Esta característica se opone
a la timidez y al espíritu de temor. Este rasgo es el mismo que
el Señor esperaba ver en Josué, cuando asumió el liderazgo
del pueblo (Jos 1.6). Observamos esta actitud varonil en José:

En su concepto de siervo (37.2)


Al administrar con diligencia los bienes de otro (39.1)
Al no desesperarse ante las promesas sin cumplir (40.23)
Al resolver con sabiduría los problemas (41.39)
Al reconocer el propósito de su adversidad (45.5)
Al buscar el beneficio de su pueblo antes que el propio (45.5)
Al perdonar la injusticia y deslealtad (45.6–7)

4. Fuerte, esforzado

La palabra que utiliza Pablo va de la mano del concepto


anterior. Significa crecer en fortaleza, hacerse fuerte. El autor
de Proverbios declara «más vale ser paciente que valiente;
más vale dominarse a sí mismo que conquistar ciudades». El
mismo término lo utiliza el evangelista Lucas para describir el
proceso por el cual el niño Jesús crecía y se fortalecía en
Dios (1.80). Observamos esta misma actitud en José:

Contra el pecado. Sabía cuándo ser radical (39.10)


Al desarrollar disciplina
Al desarrollar valor, coraje (45.1)
Al desarrollar dominio propio (45.18)
Al desarrollar fortaleza de carácter

5. Amoroso
El apóstol escoge la palabra ágape para exhortar al amor.
Esta clase de amor es la peculiaridad de las relaciones sanas
entre hermanos. Constituye un llamado, a los hombres, a
rebelarse contra la cultura machista, a romper los patrones de
agresión aprendidos, a resistirse a la tendencia a llamar
bueno lo malo y malo lo bueno. Observamos esta misma
actitud amorosa en José para con sus hermanos:
Al restituirles su dinero (42.25)
Al conmoverse en su reencuentro con ellos (43.30)
Al ocuparse de sus necesidades (47.11)
Al comprometerse con su futuro (50.21ª)
Al hablarles con ternura (50.21b)

Conclusión

El llamado de Dios a los hombres no es una postura de


agresión, sino a una fortaleza que inspire a conocer
íntimamente el corazón del Padre, que sirve de ejemplo de
compasión y bondad. Ser hombres, en el sentido más
completo de la palabra, solamente es posible cuando
entendemos que el Señor no nos llamó a una religión, sino a
una relación. Cristo, el ejemplo más sublime que haya existido
de ser hombre, puede enseñarnos a ser hombres conformes
a la imagen de Dios. Aunque él fue increíblemente fuerte y
valiente, se describió a sí mismo como manso y humilde (Mt
11.29). La combinación de estos elementos es la que produce
la clase de hombría que a nuestras familias y sociedad les
urge hoy.

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