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De lo inhumano y lo

humanizable en las relaciones


de subordinación. Filosofía,
historia y sociología
del Hunlanismo en la empresa
de negocios

Rafael Carvaial

B. *

La motivación para redactar este artículo


nació en la oponunidad que tuve para pre-
senciar el diálogo, formal y virtual que
sobre el humanismo adelantaron los pro-
fesores Fernando Cruz Kronfly y Ornar
ArIctouf. A ellos está dedicado con el res-
peto y admiración que sólo prodigamos a
quien con gratitud reconocemos como
¡maestro!
Profesor Universidad del Valle, Grupo
Humanismo y Gestión, Facultad de Cien-
cias de la Administración, Cali - Colom-
bia.
E-mail: racabaza@mafalda.univalle.edu.co
RESUMEN razón, el texto aborda la problemática
con la ayuda de la filosofía, la historia
No es novedosa la preocupación y la sociología. Naturalmente, gracias
,..lIIImanizar las relaciones de sub- a esto el artículo se presta pam ser in-
..-..ción, pero si pensarla desde án- terpretado en función de objetivos di-
. . . . inusuales pero efectivos para re- versos en el marco del humanismo or-
...... nuevas y hasta sorprendentes ganizacional .
~. En parte este es el propósito En primer lugar, observar la empre-
*csae artículo. Para empezar, aborda sa como un campo más donde hace
el problema desde lo inhumano con el presencia el. combate por las ideas, las
. . de poder observar aspectos que en grandes transformaciones de la histo-
el mejor de los casos no gozan de la ria occidental y los cambios que se
Masi6n que merecen y que por añadi- producen en el tejido social y en la ex-
4IIIn resultan tanto o r.1ás preocupan- periencia vital de las personas. En este
~ que aquellos analizldos desde las sentido, el texto trata de reconstruir los
perspectivas humanistas más amplia- avatares del humanismo en las organi-
8ellte difundidas. zaciones. Veremos entonces que con-
A esto podemos agregar el enfo- trario al tratamiento convencional, hay
qae interdisciplinario en el estudio del necesidad de trazar una historia del
feuómeno. En efecto, es más la necesi- humanismo a fin de explicar mucho de
d8d reconocida de emprender tal ini- lo que ha venido ocurriendo en las or-
c1.1ÚVa que los intentos efectuados, ganizaciones. Esto se ilustrará demos-
ruón por la cual se ha hecho de senti- trando lo pertinente que resulta dis-
do común en los estudios humanistas tinguir entre el humanismo de tipo
de la organización, una visión de lo Hobbsiano y el promovido por Hegel.
humano más apropiada para declarar No se pretende que estos pensadores
el advenimiento de una nueva histo- agoten la historia del humanismo, pero
ria. que para dar cuenta de la historia con seguridad no se puede prescindir
del ser humano en la organización. de ellos si deseamos hallar vínculos
Como veremos, en la configuración orgánicos entre la historia occidental
presente de las relaciones de subordi- moderna a gran escala y la fonna como
nación se revela la impronta que ha se establecen las relaciones de subor-
dejado una larga trayectoria histórica dinación a escala micro de las organi-
en la que se dan cita los cambios his- 3aciones.
tóricos a gran escala con los intentos En segundo lugar, se intenta ofre-
por hallar o construir un pretendido cer una respuesta al dilema que se plan-
sentido humano de la historia. Por esta tea ai compromiso humanista cuando

CUADERNOS DE ADMINISTRACIóN! UNIVERSIDAD DEL VALLFl N° 27/ MARZO DE 2002 25


se parte de reconocer la irreductibilidad buena razón para detenerse en esta so-
de lo inhumano en la organización. Pues- ciología. y si a esto sumamos que en el
to que el problema en cuestión se ubica avergonzamiento se anida de forma des-
en la identidad definida del superior, aún apercibida pero efectiva el trato inhu-
en aquellos comprensivos con el de- mano, entonces no hay duda que el
pendiente, se argumenta la necesidad humanismo organizacional debe em-
de examinar el problema desde la pers- prender como tarea este encuentro con
pectiva del subordinado. Esta perspec- la sociología. En este orden de ideas,
tiva tiene tanto de inusual como de con- este artículo se propone sustentar e ilus-
veniente. En efecto, el culto a la direc- trar la necesidad de este diálogo. En esto
ción y al liderazgo no da oportunidad hay por lo menos dos propósitos; ofre-
para plantear la hipótesis de una "solu- cer una guía para identificar lo inhuma-
ción desde abajo" al problema de lo in- no en las relaciones de subordinación,
humano en las relaciones de subordi- y a renglón seguido, elaborar un borra-
nación. Más como veremos, Hegel, la dor de las propuestas correspondien-
historia de occidente, su literatura y la tes a la humanización del subordinado.
propia experiencia vital de quienes son De este modo, se aspira enriquecer la
presa de los actos inhumanos, nos in- praxis y el pensamiento administrativo
vitan a tomar en serio la propuesta y a con las aportaciones de la sociología
dialogar más estrechamente con la filo- de la vergüenza, particularmente, de
sofía y las ciencias sociales. Norbert Elías y su estudio sobre "El
En tercer lugar, apoyados en He- proceso de civilización". Debo añadir
gel y la sociología de la vergüenza se que la propuesta se formula sin caer en
elabora una posición crítica tanto al la tentación de suprimir la irreductibili-
taylorismo como a sus detractores de dad de lo inhumano que reposa en la
inspiración humanista. Sostengo que identidad del superior.
el saber administrativo y en particular En cuarto lugar, se examina a partir
el enfocado a la gestión humanista de de Hegel y la sociología de la vergüen-
recursos humanos está en deuda con za, la implicación que tiene para el com-
el mayor trabajo de divulgación y de promiso humanista la irrupción del ca-
investigación que debe hacer a partir pitalismo flexible. Se sostendrá que en
de las aportaciones que ha elaborado este marco la organización capitalista
la sociología de la vergüenza en su in- repudia el difícil y enconrniable esfuer-
tento por explicar y trazar la historia zo que emprendió en algún momento
del disciplinamiento en occidente. para construirse como un espacio más,
¡Preocupante! Porque lo que se argu- entre otros, apto para el cultivo de la
menta en esta literatura es el avergon- humanización, particularmente del
zamiento como el medio de disciplina- obrero (a) y/o empleado (a) de escasa
miento de los subordinados propio del calificación profesional y de baja re-
occidente moderno. Esta ya es una muneración salarial. En consecuencia,

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-.a_ra de la flexibilidad la organiza- que tanto para el hombre como para la
va camino a convertirse nueva- mujer de a pie, como para los estudio-
. - l e en un centro de explotación de sos y las autoridades públicas, estos
_ ,____ de obra asalariada. elementos son claves para configurar
finalmente, se trata de hallar sali- la idea de progreso como hechizante
problema con base en las lec- expectativa por la que vale la pena el
que ha dejado la historia de la esfuerzo individual y colectivo. Si a lo
• cracia en el sentir del individuo anterior agregamos que ya la misma
-*rno. existencia de la empresa de negocios -
en tanto forma especifica de propie-
dad privada- sigue siendo celebrada
L LA IRREDUCTIBILIDAD DE como manifestaciÓn de progreso en el
LO INHUMANO orden mor31 por cuanto materializa la
EN LA ORGANIZACiÓN. capacidad del individuo para hacerse
¿QUÉ HACER? responsable de si y contribuir para que
otros así lo deterrrunen y adquieran de
No son irrelevantes las razones ale- si mismos autores peto y amor propio' ,
pdas por los empresarios y sus de- entonces poco f31ta para ver en estas
icDsores de doctrina a fin de argumen- organizaciones un imprescindible so-
la legitinUdad de las actuaciones y porte de todo orden soci31 que aspire
existencia de la empresa de nego- a legitimarse por la gran consideración
cios, para empezar, es obvia la contri- y valía que tiene del ser humano. En
,bución al desarrollo y 31 bienestar so- este sentido hay estrechos vínculos
aaI vía generación de empleo y pro- entre la empresa privada y esas aspi-
ducción de bienes y servicios, y es raciones de llaturaleza moral, econó-
igualmente cierta y de gran relevancia nUca y soci31,etc. Que caracterizan el
la contribución al desarrollo tecnoló- compromiso con las preocupaciones
gico. Esto ya es bastante si reparamos humanistas2 , sin duda, es esta capaci-

Debemos a Jhon Locke la idea de vincular la responsabilidad del individuo consigo


mismo, la propiedad y el trabajo, pues siendo el individuo propietario de los bienes
adquiridos por medio del trabajo esta en condición de hacerse responsable de su propio
bienestar. En este orden de ideas la empresa de negocios es de importancia vital para el
individuo, pues allí encuentra ia oportunidad para hacer uso productivo en beneficio
propio (y también ajeno) de su capacidad laboral. Esta no es una vaga especulación
filosófica, millones de obreros, particularmente en las economías desarrolladas, pueden
dar fe de la importancia que tiene la empresa para el bienestar físico y moral de sí mismo
y la familia. Para el tema véase Locke (2000) y Macpherson (1979).
Desde luego, es oportuno reconocer la existencia de distintos humanísimos, pero aquí
centraremos la discusión entre el humanismo Hegeliano empeilado en la lucha por el
reconocimiento en pos áe logros de orden moral y el humanismo al modo de Hobbes y
Locke, entre otros, animado por la idea del bienestar físico.

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dad para promover aspiraciones de zada para desmontar las inhumanas
desarrollo material y moral de sello condiciones de trabajo que instauró el
humanista lo que ha legitimado la exis- capitalismo siglos atrás. Desde exte-
tencia y el desempeño de la libre em- nuantes jornadas de trabajo en condi-
presa, pues como lo registra la historia ciones de riesgo e insalubridad, hasta
del occidente moderno, son tales as- regímenes disciplinarios de ofensas y
piraciones el ánimo de muchos y tras- castigos corporales, a lo que podemos
cendentales conflictos sociales, y des- sumar las luchas que se debieron em-
de luego, con estas expectativas se ha prender por garantías y prestaciones
luchado para fundar las más caras ins- sociales que permitieran a las obreras
tituciones de occidente; el estado de (os) confiar que con el paso del tiem-
derecho, el mercado, la propiedad pri- po y con su esfuerzo lograrían vivir en
vada, la igualdad ante la ley, la libre mejores y más humanas condiciones.
empresa, etc. Estos y otros datos ponen de pre-
Sabemos sin embargo que solo a sente que no hay en la empresa y el
través de intensas luchas y esfuerzos empresario privado un compromiso
ha sido posible vincular el desempeño "natural" y espontáneo con el progre-
de la libre empresa con metas de pro- so socio-economico y moral de sello
greso moral y socio-economico, basta humanista, en su lugar, a modo de hi-
aquí recordar la advertencia que hizo pótesis, podemos postular que solo
Adam Smith con respecto al interés existe un vinculo posible, más no ne-
privado, nos explicó que sin un esta- cesario, edificado a partir de la posi-
do y unas leyes comprometidas con la ción que asuma la colectividad empre-
competencia la empresa privada no sarial ante las contingencias de la his-
rendirá los beneficios públicos que de toria. Así, en ocasiones el compromi-
ella se pueden esperar, así que se pre- so con las preocupaciones humanis-
cisa movilizar polftica y socialmente tas ha podido originarse en la amena-
este compromiso a fm de evitar el mal za de desestabilización que puede ge-
público que puede generar el interés nerar la movilización política de la in-
privado si no está constreñido por la conformidad social. En otras, puede
competencia. 3 tratarse de atender los consejos del
Por el lado del progreso moral la calculo coste-beneficio de humanizar
historia abunda en demostraciones de las relaciones laborales; por ejemplo,
igual sentido, fueron necesarias inten- Elton Mayo convenciendo a los em-
sas y hasta sangrientas luchas em- presarios de que un buen trato a los
prendidas por la clase obrera organi- obreros incrementa la productividad.

Para el tema véase Smiht (1997). Particularmente el libro cuarto, ahí encontraremos
corrosivas criticas a la figura del monopolio tan característica del mercantilismo, por
contra, la defensa de la competencia y el libre cambio.

28 DE LO INHUMANO Y LO HUMANlZABLE EN LAS RELACIONES DE SUBORDINACIÓN / CARVAJAL B., R.


! :llC. -pero sin pretensión de que se puede lograr en este sentido
. . . cí ~ma- puede tratarse de una pese a los dificultades que se deben
_ _ emprendida con sentido de mi- sortear. entonces hay motivos para
. . -.: ~ historia bajo la convicción celebrar las razones o causas que han
~ es moralmente justificable pro- hecho posible el encuentro de la em-
_ _ _ ..."'6 \'alores que impregnan la presa privada con los propósitos en
. . . . empresarial. Este sería el caso cuestión. entre ellos los que preocu-
. . . ciefensa que hiciera John Locke paban a Smith. Marx y el movimiento
. . . propIedad privada, sostuvo que obrero. y habría todavía más razones
_ OLa el bienestar de la humani- para celebrar si asumimos que en par-
a l . Desde luego, no son opciones te estos logros han sido fruto del deli-
~entes, pero es obvio que si se berado propósito de misión humani-
_ de legitimar la libre empresa. de zante ante la historia.
Mcu de ella un soporte esencial del Pues bien. si de esto se trata empe-
. . . . que no un cuerpo parasitario. y cemos por reconocer logros y realiza-
* proyectar en tal orden el espíritu ciones como los que ya hemos comen-
. . &a.utima. entonces la colectividad tado, pero también los asuntos pen-
....-esarial y su dirigencia deberán dientes. A esto precisamente nos de-
~ como un sujeto o protago- dicaremos en esta reflexión y de modo
. . . central en el empeño del condu- especial con aquellos de orden moral
::. .. historia y las instituciones hacia (aunque oportunamente nos detendre-
ti C8CUentro de las aspiraciones pre- mos en los aspectos socio-económi-
á::adas por el humanismo. cos) y más específicamente los que
Puesto que la historia no refrenda están en juego en las relaciones entre
.. e..ustencia de un vínculo orgánico autoridad y subordinado. Veamos de
..:esario o "natural" de la empresa qué se trata.
;.I,,'ada con metas de progreso socio- Desde los estudios que realizó El-
croaomico y moral. y puesto que en ton Mayo en Hawthorne se viene in-
~o nos da testimonio de todo lo sistiendo en la rentabilidad del buen

-~e permito añadir - afirma Locke - que aquel que. mediante su propio esfuerzo,
se apropia de una parcela de tierra no s610 no disminuye la propiedad común
de la bumanidad, sino que la acrecienta; pues los frutos en beneficio de la vida
bumana que son producidos por un acre de tiena cultivada resultan ser - sin exageración
- diez veces más que los producidos por un acre de tiena igualmente fértil que no es
aprovechado y continua siendo terreno comunal. Por lo tanto, aquel que parcela una
porción de tierra y mejora su vida, mediante el cultivo de diez acres, mucho más de lo que
La mejoraría dejando cien acres en su estado natural puede decirse que está dando noventa
acres al género humano; y ello es asf porque su trabajo está proporcionándole frutos
sacados de una parcela de diez acres en cantidad equivalente a la que producirla una tierra
comunal de cien." Locke (2000 p.64. El subrayado es nuestro). Para la discusiÓn véase
Macpherson (1979)

CLWERNOS DE ADMINISTRACIÓN! UNIVERSIDAD DEL VALLFI N° 27/ MARzo DE 2002 29


trato a las obreras (os) y subordina- narcisista de su identidad. y de este
das (os) en general, por tanto, sería de modo hará saber al "otro" que sigue
esperar que por obvias razones de cap- siendo "otro" y no un igual, y peor
turar mayores beneficios, los superio- aún, desde alguna escala de valor y
res practicaran con el personal subor- sutiles actos de menosprecio le recor-
dinado un trato plenamente humano. dará o le hará sentir su condición de
Para ser justos hay que decir que la inferior. Ésta es la experiencia que vi-
dirigencia organizacional no es indife- ven con sus jefes los subordinados
rente a este llamado, pero atentos ob- en las organizaciones, a través de ges-
servadores del discurso y la praxis del tos, expresiones y actitudes de menos-
ejercicio de autoridad en las organiza- precio los superiores afirman su iden-
ciones han hecho notar oportunamen- tidad frente al subordinad06 , y así lo
te que la preocupación cierta por hu- harán cuanto más pequeña se perciba
manizar las relaciones con el subordi- la diferencia. En términos prosaicos la
nado no parece inspirarse en el ideal explicación Freudiana viene a decir que
de humanizar plenamente estas rela- la pequeña diferencia amenaza la iden-
ciones, se trata más bien de otorgar un tidad porque ya su mera presencia
trato más humano.5 como otro diferente con sus particu-
Desde la perspectiva psicoanalíti- lares valores, costumbres, creencias y
ca que trabaja el profesor Cruz Kron- visiones del mundo, etc. hace tan pa-
fly (2002) la explicación de esto reposa tente la contingencia del orden pro-
en la tesis freudiana del narcisismo de movido por la identidad amenazada7
la pequeña difu-encia. Desde allí se nos que esta se ve en la necesidad de in-
explica que son justamente las peque- sistir en la diferencia para negar la
ñas y casi imperceptibles diferencias igualdad.
con el otro diferente las que activan el &ta forma de entender la tesis freu-
narcisismo del sujeto que ve como una diana viene así a explicar por que se
amenaza para su identidad la escasa e apuesta por un trato más humano y
imperceptible diferencia con ese no por un trato plenamente humano.
"otro". Es entonces cuando el yo ame- Es que negándose al trato plenamente
nazado pone en marcha la afirmación humano -explica el profesor Cruz Kron-

En el articulo que aparece en esta misma publicación, el profesor Cruz Kronfly (2001)
nos hace notar que en fonna inadvertida para la moral, pero ciena (aunque a menudo de
difícil explicitación), se plantea el problema de otorgar al subordinado un trato más
humano, y no, como se esperarla desde el rigor moral, un trato plenamente bumano.
Por supuesto, también afirman su identidad mediante actos formales de autoridad y la
petición de la deferencia en el trato que se le debe como superior.
Esta idea debe mucho al tratamiento que tan famoso hará a Karl Schmin cuando definió
al enemigo por su capacidad para cuestionar los valores del "nosotros" proyectados en
un tipo especifico de orden. Para el tema véase Schmin (1975) y Serrano (1996).

30 DE LO INHUMANO Y LO HUMANIZABLE EN US RELAOONES DE SUBORDINAOÓN / CARVAJAL B., R.


na, como un enigma, el complejo teji- da La Idea del Hombre y la Histo-
do de las relaciones de subordinación ria. Ediciones Siglo XX. Buenos
entre los hombres. Aires, 1959. En la cual el autor rea-
liza un breve inventario de las prin-
cipales concepciones sobre el
Las notas y referencias hombre que, según él, han existido
bibliográficas del texto com- a lo largo de la historia.
pleto, del cual este fragmen- 8. Ver al respecto el resumen sobre
to ha sido seleccionado, se los aspectos que se deben tener
Incluyen en su Integridad, en cuenta para la definición de una
para dar al lector una Idea "esencia genérica" humana, lleva-
aproximada de la blbllogra- do a cabo por el profesor Ornar
fia que, por ahora, Inspira el Aktouf, de la Universidad HEC, de
trabajo en preparación: Montreal. En su texto: "Adminis-
tración y Teorías de las Organiza-
1. FINKIFLKRAlIT, Alain: La Huma- ciones en los Años 1990: Hacia un
nidad Perdida: Ensayo sobre el si- radical humanismo crítico". Cuyo
glo XX: Editorial Anagrama, Bar- texto en borrador he tenido la opor-
celona, 1998, pág. 15. tunidad de conocer a raíz de su vi-
2 IGNATIEFF, Michael: El Honor del sita a la Facultad de Ciencias de la
Guerrero: guerra étnica y concien- Administración de la Universidad
cia moderna: Editorial Taurus, Ma- del Valle, en el segundo semestre
drid. 1999, pág. 65. de 1999.
3. MARCUSE, Herbert: El hombre 9. NISBET, Robert: Historia de la Idea
unidimensional. Editorial Joaquín del Progreso. Editorial Gedisa. Bar-
Mortiz S.A. México, 1968, pág. 35. celona. 1981. Págs. 360 y siguien-
4. CACCIARI, Massimo: Hombres tes.
Póstumos. Ediciones Península. 10. BERMAN, Marshall: Todo lo sóli-
Barcelona, 1998. Pág. 35. do se desvanece en el aire: La ex-
5. GERGEN, Kenneth J: El yo satura- periencia de la modernidad. Siglo
do: Dilemas de identidad en el mun- XXI Editores. Bogotá. 1991.
do contemporáneo. Ediciones Pai- 11. ARENDT, Hannah: Eichmann en
dós Ibérica S.A Barcelona. 1992. Jerusalén: Un estudio sobre la ba-
6. SENNETT, Richard: La corrosión nalidad del mal. Editorial Lumen.
del carácter: Las consecuencias Barcelona, 1999. Pág46.
personales del trabajo en el nuevo 12 ARENDT, Hannah. Op. Cit, pág 9.
capitalismo. Editorial Anagrama. 13. IGNATIEFF, Michael: Op. Cit, pág
Barcelona, 2000. 53.
7. Ver al respecto, a modo de ejem- 14. IGNATIEFF, Michael: Op, Cit, pág
plo, la obra de Max Scheler, titula- 53.

22 EL MUNDO DEL TRABAJO y LAS ORGANlZACIONES-I CRUZ KRONFLY F.


trato más humano, más no el trato ple- tar por el establecimiento de esas tan
namente humano, Pues este no se po- grandes y tan visibles diferencias que
dría asumir sin consecuencias para el caracterizan el descaro con el que sue-
control y hasta la propiedad de la or- le exhibirse el rostro de lo inhumano.
ganización. Bajo tal perspectiva pare- ¿Pero en qué consistiría ese esfuer-
ciese que el compromiso de la empre- zo permanente por humanizar las rela-
sa con la promoción del humanismo ciones superior- subordinado una vez
ha llegado al limite de lo posible mu- aceptamos la tesis de un limite antro-
cho antes de hallar la solución final en pológico por parte del superior para
un estado de cosas en el que por fin reconocer en pie de igualdad al subor-
reine entre la humanidad y específica- dinado? El interrogante se formula a
mente entre superiores y subordina- objeto de hacer notar que para el pro-
dos la concordia y el respeto que solo pósito en cuestión es poco lo que se
se prodiga entre iguales. puede esperar del superior. Desde lue-
Una de las consecuencias que de go, sabemos que mucho se puede y se
esto se deriva, es que carece de facti- debe hacer para que el superior entien-
bilidad antropológica la idea de movi- da que la mejor forma de obtener el
lizarnos alrededor de alguno de aque- mejor provecho de los subordinados
llos proyectos empeñados en prome- es a través del buen trato, la honesti-
ter una solución final a los conflictos dad, la reciprocidad, el ejercicio de un
que se presentan entre los diferentes liderazgo reconocido, etc. Pero estas
en general y entre superiores y subor- buenas prácticas no superan el pro-
dinados en particular, por lo menos así blema de la identidad. Es decir, no im-
lo postula el psicoanálisis. ¿Quiere esto pedirán la configuración de las rela-
decir que carece de sentido para la ciones de subordinación como un
sociedad en general y para la colecti- "ellos" y un "nosotros" en lugar de
vidad empresarial en particular, com- una relación entre iguales. Por consi-
prometerse con el ideal humanista? en guiente, este límite nos concita a bus-
modo alguno, solo que en lugar de car soluciones desde el subordinado.
pensar en una solución final que una La inspiración para este cambio de
vez lograda haría en adelante innece- perspectiva la hemos encontrado en
saria toda preocupación y esfuerzo por Sennett (1982 p.52), quien preocupa-
humanizar las relaciones superior-su- do por el mal que puede infligir la au-
bordinado, hay que emprender tal es- toridad al subordinado, particularmen-
fuerzo como tarea permanente, pues la te cuando lo hace sentir débil y aver-
incorruptible identidad amenazada del gonzado, sugiere hallar el modo de
superior no solo se resistirá a disol- impedirlo pese a que causar este daño
verse en la pequeña diferencia que es un recurso con el que cuenta la au-
porta el otro sino que además podría toridad cuando no puede ejercitar la
(como se registra en la historia) apos- coacción física y los malos tratos.

32 DE LO lNHUMANO Y LO HUMANIZAIILE EN LAS RELAClONFS DE SUBORDINACIÓN I CARVAJAL B-. R.


La pnpectiva es prometedora e es parte esencial de la discusión que
~ "_lSIlDte . Habida cuenta que no hay da origen al concepto de dignidad hu-
de impedir que eventualmente mana adoptado por la mentalidad mo-
afirme su identidad en desme- derna. Como veremos, avergonzar al
subordinado (puesto que así subordinado es una novedosa y per-
.la divisoria entre el "ellos" y el versa forma de dominarlo. Pero en el
'ilIIiII_rrn<;.") nos preguntaremos cómo curso de este examen nos encontrare-
el subordinado evitar que ac- mos con otra novedad en el plantea-
• menosprecio lo hagan sentir miento del problema. Mientras el psi-
y avergonzado. Como lo pode- coanálisis nos revela la presencia de
CClIlstatar en Sennett, esta vía tie- obstáculos de naturaleza antropológi-
:aMCCedentes en Hegel y los estu- ca enraizados en la inmutable identi-
de la autoridad que se han efec- dad del superior, nuestra pesquisa re-
desde el psicoanálisis. A modo velará obstáculos de naturaleza histó-
illtstración, la famosa "carta al pa- rica. Apoyados en Norbert Elias, Sen-
de Kafka sugiere que el subordi- nett, Marx y el pensamiento liberal,
tiene mucho por hacer para no hallaremos que la sensación de ver-
.-irse como un "insecto" pese a la güenza y debilidad de los subordina-
sorda y arrogante afirmación de dos no es un dato o constante de na-
anoridad. Como luego veremos, es turaleza antropológica e inmanente a
ible a partir de esta idea pensar en su condición social con independen-
modificaciones que se han de in- cia de las contingencias históricas. Su
-.,ducir en la gestión de los vínculos naturaleza es histórica y su presencia
autoridad, a fin de que el subordina- en el mundo de los subordinados muy
emprenda iniciativas para enfrentar reciente. 9
daño que a su amor propio puede Naturalmente, esto modifica por
.-:rar el narcisismo de la autoridad. completo los términos del problema.
Así pues, a partir de estos plantea- Su tratamiento ya no estará limitado
. ntos asumimos aquí la tarea de in- por insalvables obstáculos de orden
dagar la génesis y las posibles solu- antropológico, como en el caso del
ciones al problema que en las relacio- superior, en su lugar hallaremos obs-
.es de subordinación suscita la sen- táculos que además de contingentes
sación de vergüenza y debilidad por están expuestos a la identidad muta-
parte del subordinado. ¿Pero qué nos ble del subordinado.
lIJO{iva al estudio de este fenómeno? Conviene aclarar que este plantea-
tBlar este punto es pertinente porque miento no excluye el pronunciamiento

El lector debe tomar atenta nota del enunciado. No se trata de sostener que la vergüenza
tiene origen reciente. Reciente es la vergüenza en el marco de las relaciones de subordi-
nación.

CUADERNOS DE ADMINlSJ1IACIÓN! UNIVERSIDAD DEL V.uuJ Na 27/ MARZO DE 2002 33


del psicoanálisis, pero como ya vere- cómo se produce el desplazamiento
mos, mientras su explicación no pare- desde el trato decididamente inhuma-
ce presentar problemas en el caso del no al otro diferente, hasta el trato más
superior porque se ha partido del su- humano, o si se prefiere, menos inhu-
puesto que su identidad está definida, mano.
(en el sentido del interés que tiene de Como resultado de esta pesquisa
conservar su estatus). En el caso del esperamos mostrar cómo evoluciona
subordinado esto ya es como mínimo la identidad del subordinado en el
un problema, pues de la mano de He- mundo moderno y la implicación que
gel, el sicoanálisis y la historia pode- ha tenido y debe tener en la humaniza-
mos concebir la identidad del subordi- ción de las organizaciones. Este pun-
nado como un fenómeno en constante to es de gran importancia, nos permiti-
redefinición 1o , pues en realidad aspira rá observar que mientras es más bien
a superar su condición presente. Por poco lo que podemos esperar de la
tanto, nuestra perspectiva es comple- definida e inmutable Identidad del supe-
mentaria con el psicoanálisis y necesa- rior,la mutable identidad del subordina-
ria para explicar las contingencias his- do nos promete mucho más. Obviamen-
tóricas en la identidad del subordina- te, esta es otra poderosa razón para abor-
do. dar el problema "desde abajo".
Adicionalmente, este examen será En síntesis; asumir que la inmuta-
útil para dar cuenta del desplazamien- ble identidad del superior establece un
to de la identidad del sujeto entre las limite insalvable para brindar al subor-
pequeñ3S y las grandes diferencias con dinado el trato que solo otorga a los
el otro, algo que, como es obvio, per- iguales nos invita a introducir nove-
tenece como fenómeno que se debe dades en el tratamiento del problema.
explicar a las contingencias de la his- En primer lugar, examinar lo que puede
toria socio-económica y cultural, de estar al alcance del subordinado para
modo que a ella nos deberemos remitir enfrentar el narcisismo de la autoridad
si deseamos saber qué aspectos son (el prurito por señalar su diferencia y
claves para entender por qué se cons- su superioridad) y en segundo lugar,
truye de este u otro modo la identidad examinar con este fin la evolución de
del sujeto, e igualmente, para saber su identidad.

10 Veremos más adeiante que la idea en cuestión tiene fundamento en la reflexión que
hace Hegel sobre el "sellorío y la servidumbre". Para un planteamiento del tema en
clave filosófica véase la presentación que hace Fukuyama (1992, capítulo 18) de
Hegel, Hegel (1971) Y Kojeve (1985). El planteamiento es bastante conocido desde
que ciertas posturas de la sociología del cambio político en las sociedades modernas
(con Marx a la cabeza) han venido a insistir en la posición conservadora de clases y
elites dominantes en contraposición a la postura reformista y hasta revolucionaria de
las clases dominadas.

34 DE w INHUMANO y W HUMANIZAlILE EN LAS RELAClONFS DE SUBORDINACIÓN I CARVAJAL B., R.


Nos apoyaremos en la lectura que marco de las relaciones superior-su-
Fukuyama (1992)11 de grandes bordinado.
lMIiros de la filosofía particularmente En este orden de ideas postulamos
Ikgel, Hobbes y en Sennett (1982), la hipótesis de que la resistencia por
Bias (1993), etc. en orden a explicar parte del superior para otorgar un tra-
áficultades de naturaleza histórica to plenamente humano al subordina-
altural que se presentan a la hora do está culturalmente respaldada por
kunanizar las relaciones de subor- la particular visión que tiene el occi-
~ión. dente moderno acerca de la dignidad
humana. Como veremos, esta visión
debe mucho al Hegel del capítulo cuar-
11. HEGEL: FILOSOF(A to sobre el "señorío y la servidumbre"
DELSEAoRIO en "la fenomenología del espíritu".
y LA SERVIDUMBRE El concepto clave será el de lucha
por el reconocimiento. Para Hegel esta
La razón que nos asiste para traba- lucha tiene una decisiva implicación
jIr con los planteamientos de Fukuya- en los asuntos humanos. Solo es ple-
81 es la presentación que allf se nos namente humano aquel que hace re-
lace acerca de la reflexión que adelan- conocer del otro el valor que a sí mis-
~ Hegel sobre el "señorío y la servi- mo se atribuye. Pero en la metáfora
~bre" o como prefieren otros, so- Hegeliana esto no se logrará a menos
Ilre el "Amo y el esclavo", vale decir, que arriesgue la vida en mortal comba-
la relación entre superior y subordina- te. Es esta disposici6n de lucha lo que
do. Nuestra labor consistirá en obser- nos hace humanos, en tanto que por
q r cómo la lectura o interpretación tal disposición nos reconocemos
que hace la filosofía de las contingen- como seres moralmente valiosos. Y
cias de la historia ha influido en la cons- desde luego, por esto nos llenamos de
aucción, los cambios y las dificulta- razones y empeño para que el otro nos
des que presenta el tratamiento del reconozca. Esta disposición se tradu-
otro diferente, especialmente en el ce históricamente en el empeño de no

u
Puesto que la polémica al nombre y obra de Fukuyama ha llegado en algunos casos al
extremo de no reconocer su crédito intelectual. creo necesario dejar constancia del
reconocimiento que ha merecido por parte de Perry Anderson. uno de los más sólidos y
respetables pensadores marxistas de nuestro tiempo. En su opini6n (Perry 1992 p. 113),
"El fin de la historia y el ultimo hombre" es una extraordinaria hazalla de composición.
Fukuyama se desplaza con fluidez entre la exposici6n metafísica y la observaci6n socio-
l6gica, la estructura de la historia humana y los detalles de los acontecimientos actuales.
las doctrinas del alma y las visiones de la sociedad, se puede afirmar sin vacilaci6n. que
nadie jamas ha intentado una síntesis tal. a la vez tan profunda en sus premisas ontol6-
gicas y tan cercanas a la superficie de la política mundial."

CUADERNOS DE ADMINlSfRACIÓN! UNIVERSIDAD DEL VALW N° 27/ MARZO DE 2002 35


declinar la voluntad de lucha, y gra- igualdad como aspiraciones funda-
cias a esto se reg!stra en la historia, mentl'l.das en la valía moral del sujeto.
particularmente del occidente moder- En consecuencia, el humano de Hegel
no, un incesante espíritu de lucha por no es un dato biológico, es un atribu-
parte de numerosos protagonistas, des- to moral del que solo dispone quien
de los siervos de la gleba y el antiguo lucha infatigablemente por el recono-
proletariado industrial reclamando de- cimiento. Por supuesto -aclara Hegel-
rechos civiles y políticos (la ciudada- "el individuo que no ha arriesgado la
nía), las naciones sojuzgadas que se vida puede sin duda ser reconocido
lanzan a luchas de emancipación con- como persona, pero no ha alcanzado
tra las potencias imperialistas, y más la verdad de este reconocimiento".
recientemente -para abreviar-el perse- (Hegel 1971, p.116). Es decir, no puede
verante reclamo por la dignidad que li- tener la certeza de su valía porque no
bran numerosos colectivos. Entre otros; se ha demostrado así mismo el valor
las mujeres, la población gay, las etnias, que ese reconocimiento supone, en tal
etc. En breve, se es plenamente huma- circunstancia ese reconocimiento es
no porque se es moralmente valioso. más una dádiva gratuita que una au-
Como lo sugieren estas conocidas téntica conquista.
ilustraciones, en Hegel, las luchas por Esto no es un argumento de última
las libertades y la igualdad son luchas hora empecinado en la terca negación
por el reconocimiento de la valía mo- de la importancia que puede tener la
ral. Es decir, se nos llega a reconocer disposición de las personas para re-
como sujetos libres e iguales a otros conocer a otras. Es una aclaración per-
porque previamente hemos exhibido la tinente al objeto de preocupación que
valía moral que nos hace justos mere- le inspira. Es que sin esa probada dis-
cedores del mejor trato y de esa liber- posición a la lucha por el reconocimien-
tad tan esencial para la historia del pro- to el sujeto carece de ese sentido de
greso moral 12 que es la iniciativa para valía que le da tan buenas razones para
negar a la autoridad la arrogancia para negarse a permitir que la autoridad se
definir lo que somos o debemos ser. - tome el atributo de definirlo en falsos
naturalmente, seres de inferior condi- términos. Es pues absolutamente ne-
ción-. En este orden de ideas conven- cesaria la lucha por el reconocimiento
dremos en hablar aquí de libertad y de del otro para vivir dignamente la exis-

12 Aunque no se ignora aquí las objeciones a la idea del progreso moral por cuanto a
diferencia de la técnica no se produce una "acumulación" de progreso que hace posible
avanzar siempre desde un punto cada vez más "avanzado", conservarnos la expresión
por razones de respeto a la convicción que sobre el panicular manifestÓ la postura
filoSÓfica Hegeliana Y por fuera de este marco, a modo de útil parámetro que designa lo
superior y lo inferior desde alguna perspectiva moral, sin que elJo involucre a idea de
progreso comentada.

36 DE w INHUMAJ'\O y W HlIMANIZABLE EN LAS RELACIONES DE SUBORDlNAClÓN / CARVAJAL B., R.


-=a': En expresiones lacónicas po- arriesgarse a una muerte violenta '4 .
..-as resumir la trascendencia del re- Este es el origen del señor, quien vive
_ w:uniento afirmando que la indig- con satisfacción esta victoria porque
. . . . surge cuando se ofende el sen- a costa de arriesgar su vida ha obteni-
. . del "alor propio que se otorga el do del otro el reconocimiento de su
~'lduo, que nos sentimos orgullo- mayor valía, es decir, el reconocimien-
_ cuando nos valoran con justicia. to pleno de su humanidad gracias a su
~ es. de acuerdo a nuestro propio disposición para entregar la vida a
. . . . }' nos avergonzamos si otras per- cambio de algo más valioso que esta,
~ observan que no actuamos de esto es, hacer reconocer del otro el
..roo con nuestro sentido de la au- valor que a sí mismo se atribuye. Para
• "113 (véase Fukuyama 1992 p. 235). Hegel arriesgar la vida es lo que de
c...o veremos en seguida, a partir de modo definitivo nos arranca del reino
_ retlexión podemos abordar varios animal, tan anclado como está en la
.-crrogantes, entre otros los siguien- preservación a toda costa de la exis-
-=.. Cuáles el origen socio-cultural de tencia; sólo el humano puede desear
un objeto perfectamente inútil desde
. . relaciones de servidumbre? ¿Cómo el punto de vista biológico como una
• definen?¿Qué hace a un individuo condecoración (Fukuyama 1992
..arse menos y atribuir que otro es p.2I1).
.a.s 7 ~ás importante aún ¿Cómo se Con base en esta breve presenta-
aiQuiere o se rescata el reconocimien- ciÓn del "primer combate de la histo-
ID perdido? Las respuestas que for- ria" trataremos ahora de responder los
.ua Hegel a estas preguntas se ha- interrogantes formulados. En primer
lan en su dialéctica de la lucha por el lugar ¿ Qué define una relación de ser-
JIICCOOocimiento. Como se sabe, para vidumbre? no es el hecho de que haya
nur el punto el gran filósofo reflexio- quien ordene y quien acate, más allá
_ acerca del mítico "primer combate de esto hay algo más fundamental. En
de la historia", del cual surge una rela- Hegel las relaciones de subordinación
cón de señor y siervo, pues uno de son relaciones entre sujetos de distin-
los contendientes decide someterse a ta valía moral, no es una relación en-
una vida de esclavitud antes que tre iguales. Más aún, la subordinación

Como en el caso del narcisismo de la pequeña diferencia, en esta oportunidad la sociolo·


gía viene a corroborar los planteamientos de Hegel. En efecto, Erving Goffman discute
la tesis Lockeana del yo como una propiedad privada individual. para Goffman, el yo es
"algo fabricado en colaboración con otros", no ~s "algo elaborado dentro del cuerpo de
su poseedor'·. es un efecto dramático -en sentido teatral- en el que al modo de Hegel "la
preocupaci6n decisiva es saber si se le dará o uo crédito". Para el terna véase Goffman
(1989, p. 269).
Para el tema véase Fukuyama 1992 p.2l2 Y sgls.

CL'ADERNOS DE ADMINlSfRACIÓNl UNIVERSIDAD DEL VALLFl N° 27/ MARZO DE 2002 37


está defmida porque hay un sujeto que dirige, da ordenes, etc. y de quien las
en aras de conservar la vida y de no obedece, sino al hecho de que estos
morir en forma violenta declina la lu- roles son vistos y apreciados por sus
cha por el reconocimiento. El resulta- propios protagonistas, como proyec-
do será desastroso, la conciencia juz- ciones de la valía moral de modo tal
gará severamente su cobardía y esto que el mismo subordinado tiene de sí
lo hundirá en la más abyecta y humi- tan poca estima como admiración, res-
llante postración moral. Este es el más peto y hasta temor del superior.
auténtico de los subordinados. Estamos ahora en condiciones de
De acuerdo con estas ideas no es establecer el origen de la servidumbre
poco lo que está en juego en el en- así entendida, es la declinación de la
cuentro con el otro, es el estableci- disposición para luchar por el recono-
miento de relaciones cimentadas en el cimiento, y en su lugar preservar la
mutuo respeto lo que se está apostan- vida. Pero el primer combate de la his-
do, o dicho de otra forma, cada vez toria es solo eso, no el último, y 10 que
que dos individuos se relacionan el viene a explicar Hegel es que el des-
tratamiento que se otorgan definirá si pliegue en la historia del espíritu de la
se reconocen o no como sujetos ple- libertad, o si se prefiere, el progreso
namente humanos. De ser así, el mu- moral de la humanidad, (puesto que
tuo respeto será la norma de tratamien- somos libres en tanto se nos reconoce)
to y en esa medida estamos frente a se pone en marcha cada vez que el es-
una relación entre iguales. De 10 con- clavo, siervo o subordinado (repito, en
trario, estamos frente a una relación el sentido hegeliano de tener poca o
entre diferentes en la que una de las nula estimación de sí mismo a causa de
partes logra el reconocimiento del otro su falta de valor para arriesgar la vida)
como alguien moralmente superior. se decide a luchar de nuevo por el reco-
Conviene pues subrayar que en la nocimiento. De hecho, el gran filósofo
cosmovisión occidental esta es la esen- saluda la revolución francesa porque
cia de la más auténtica relación de ser- interpreta que su ideal republicano y
vidumbre, pues esa superioridad nom- ciudadano materializa en ese momento
bra la inferioridad sentida de quien la de la historia la lucha de los siervos por
otorga (el siervo, el subordinado). No el reconocimientol~ . Más aún, atribu-
se trata pues de cuestionar el aspecto ye que solo los subordinados, aque-
formal de las relaciones de subordina- llos vencidos en el primer combate, son
ción, es decir, la presencia de quien los auténticos sujetos de una historia

" Desde luego, en Hegel la definici6n de servidumbre nombra la posici6n del o los subordi-
nados en general, de modo que sociol6gicamente hablando sus referentes empíricos
pueden ser muy amplios e incluir a la propia burguesía que en siglos pasados no lograba
aún posicionarse como cIase dominante.

38 DE w INHUMANO y W HUMANlZABLE EN LAS RELACIONES DE SUBORDINACIÓN I CARVAJAL B., R.


. . .:..-:¡;;c: p:>r linalidad establecer la ple- ciones de reconocimiento al margen de
~4;lLlI.1I de todos los individuos. que subsista la orden del superior y el
-oS . están demasiado gozosos acatamiento del subordinado. Así po-
'. ,<" .n..T-::- _6-; .;on el mundo que domi- demos interpretar las conquistas de la
•_ _ ,._ ~ c! _¡:¡erar que tengan interés en clase obrera. De hecho, pese a todo lo
_-=rr:::ur 0 . Un interés que si está que aún queda pendiente no es des-
:. ¡:--re 5ente en el subordinado estimable lo que se ha logrado gracias
úC esto depende negar la ab- a estas luchas en términos del recono-
~ ión moral en que se haya cimiento de su dignidad, a tal punto
~ ; primer combate. 16 que llegó el momento en que el obrero
is.ls 0bservaciones del gran 610- se sintió orgulloso de ser obrero por-
_ . _ sitúan en la pista que nos que se demostró capaz de luchar exi-
¡.:lentificar la forma como se tosamente contra el capitalismo salva-
..:::: en la sociedad la dialéctica je e inhumano de siglos atrás .
. >esclavo. En efecto, el recla- Sobre este punto en particular es
,.. una sociedad que garantice la importante reparar en que la terca y
.;,¡,j. la igualdad y la fraternidad sorda identidad del "señor" no fue
;..ajes implica de hecho la uni- obstáculo para emprender la lucha por
" u ción de relaciones de mutuo el reconocimiento dentro de la gran
x ¡miento del valor que se atri- empresa de negocios. Para ser más pre-
. 05 individuos, pues como se ciso, estas conquistas obreras demues-
. enderá, sin tal reconocimiento tran que la transformación de relacio-
- ~ abona el terreno para edificar nes de servidumbre (en el sentido He-
.as y auténticas relaciones de geliano) en relaciones de reconoci-
·J...:¡d y reconocimiento. miento -o lo que más comúnmente de-
5ea esta la oportunidad para hacer nominamos humanismo organizacio-
. ,. que, contrario a lo que sucede nal- no descansa necesariamente en el
~ ; :;eñor,la identidad del subordi- solitario protagonismo del superior
j está definida por el desenlace como lo pretende buena parte de la li-
-pruner combate". Hegel confía que teratura administrativa. Pues para for-
= =m1a de la derrota se traduzca en el tuna del progreso moral (en el sentido
') del siervo para recuperar la di s- hegeliano) las luchas obreras y de
, - -Ión a la lucha por el reconocimien- otros colectivos parecen ser el testi-
1:.. ~ ~ o mo resultado de ello espera que monio de que el reconocimiento es una
b re laciones señor-siervo (en senti- efectiva y poderosa disposición aní-
. " de relación entre sujetos de distin- mica propia de la mentalidad moderna.
:.l \ alía moral) se transforme en rela- De hecho, sólo con esta mentalidad

Para el tema véase Hegel (1971 capítulo 4°), Kojeve (1985) Y Fulruyama (1992 capítulo
18)

eL UlERNOS DE ADMINISTRACIÓN! UNlVEIUJIDAD DEL VALLFl N° 27/ MARZO DE 2002 39


pueden los seres humanos protagoni- 111. GENESIS E HISTORIA
zar una historia como lo pretendía He- DEL SERVIDUMBRE
gel, de modo que los sujetos del pri-
mer combate, y particularmente el su- Empecemos por señalar que el ori-
bordinado obstinado en recuperar las gen de la servidumbre como condición
riendas de su destino es el sujeto en el de inferioridad moral vivida por el in-
que Hegel prefiguró la rebelde idiosin- dividuo como estigma y con vergüen-
cracia del subordinado de nuestros za es un dato histórico característico
días. Muy probablemente, así se re- de la cultura occidental moderna. Apo-
gistra en el imaginario moderno gra- yados en Marx y nuevamente en la
cias a la amplia difusión de los aconte- representación que de la dignidad per-
cimientos, hitos y mitos fundaciona- sonal se divulga desde el pensamien-
les de la modernidad, particularmente to liberal podemos entender este fe-
las grandes revoluciones; la francesa, nómeno.
la inglesa, la americana, las luchas de Ya en el humanismo renacentista
liberación del subcontinente america- se postula que el ser humano es el au-
no, la rusa, etc. pues todas ellas se ins- téntico artífice de la historia y que esta
piraron en la libertad, la igualdad y la no debe ser otra que la proyección de
fraternidad, expresiones con las que la voluntad humana. No es Dios ni al-
muy comúnmente nombramos la lucha teridad alguna quien fOlja el destino
por el reconocimiento. de los humanos. Al contrario, son es-
Como se puede apreciar en esta tos los que definen su destino. En
breve reseña del "Amo y el esclavo", manos del pensamiento liberal este le-
la interpretación que hace Hegel acer- gado derivó en la convicción del indi-
ca de como se produce el progreso viduo como responsable de su vida,
moral de la humanidad es apropiada a del sentido que le ha de otorgar y de lo
nuestro objetivo por cuanto reposa en que puede hacer con ella a fin de sen-
el examen del origen y el desarrollo de tirse realizado. Esto hizo necesario el
las relaciones de obediencia y subor- reconocimiento de la libertad de con-
dinación. O dicho en otros términos, ciencia del individuo para decidir que
su interpretación es apropiada porque es una buena vida. Pero además, su
invita a reconocer lo que hay de hist6- reconocimiento como propietario. Para
rico y cultural en estas relaciones. Vea- empezar, de su vida y su cuerpo, pero
mos entonces qué datos históricos sobre todo de su fuerza de trabajo y de
pueden ser útiles para explicar la con- los frutos que de esta obtiene. En efec-
figuración de relaciones de subordi- to, de la mano de John Locke el libera-
nación como relaciones de amo-escla- lismo vino a decir que los individuos
vo en el sentido moral y hegeliano del son propietarios legítimos e indiscuti-
término, y como pueden modificarse dos de los bienes que obtienen gracias
en el curso de la historia. a su trabajo. Por lo tanto, su bienestar

40 DE W INHUMANO y W HUMANlZABLE EN LAS RELACIONFS DE SUBORDINACIÓN I CARVAJAL B., R.


~ del empeño que ponga el indi- gonzado de su pobreza, siente que o
para obtener el mayor provecho bien lo excluye de la atención de la gen-
. su capacidad de trabajo. te, o bien, si le prestan alguna atención,
Al llegar aquí basta con suponer tienen escasa conmiseración ante la
el nivel de bienestar se toma como miseria y el infortunio que padece. En
' 0 de valoración social del logro ambos casos resulta humillado ... perci-
.;dual para advertir inmediatamente bir que nadie repara en nosotros nece-
las diferencias de fortuna derivan sariamente frustra la esperanza más gra-
diferencias de apreciación moral, ta y abate el deseo más ardiente de la
se asume que la fortuna es fiel naturaleza humana." (Smith 1997 A
to del empeño, sacrificio y acier- p.124, el subrayado es nuestro)l7.
del individuo para superar la condi- ¿Cómo pudo el discurso liberal del
inicial de su existencia. La prome- individuo responsable convertirse en
"íI:II~COS;O social como premio al efectivo parámetro de apreciación mo-
o duro y esforzado se convierte ral? No pretendemos aquí una explica-
, en el parámetro que permite esta- ción exhaustiva, pero sí dejar eviden-
Wccer el valor moral de las personas cia de un sólido soporte social que
"salir adelante" por medio del tra- permite "leer" e "interpretar" los éxi-
. . En el Adarn Smith de "la teoría de tos y fracasos de los individuos en cla-
sentimientos morales" ya tenemos ve de responsabilidad moral. Esto es,
remprano observador dei estrecho como el valor que se precisa desple-
culo entre orgullo, vergüenza y gar para superar la condición de la exis-
'ción social. " ... la vanidad siempre tencia en un momento dado. Este so-
tIe funda en la creencia de que somos porte social en cuestión es el proceso
jeto de atención y aprobación. El de acumulación originaria del capital.
kxnbre rico se congratula de sus ri- Para ser breve, Marx nos explicó que a
zas porque siente que ellas natu- este proceso debemos -entre otras
,a bnente le atraen la atención., del mun- cosas- el nacimiento del individuo en
y que los demás están dispuestos a tanto propietario de su fuerza de tra-
acompañarlo en todas esas emociones bajo y de esta como el recurso que tie-
agradables que las ventajas de su si- ne el singular para realizar su existen-
tuaCión le inspiran con tanta facilidad. cia. Atrás quedaron los tiempos en que
Al pensarlo, su ,::orazón se hincha y se las tierras comunes y la posesión de
dilata en su pecho, y aprecia más su instrumentos de trabajo manual eran
riqueza por tal razón que por todas las el soporte material de la existencia. En
demás ventajas que le procuran. El hom- adelante ya no se podrá contar con
bre pobre, por el contrarío, está aver- tierras comunales habida cuenta que

- Más antes que Smith. Hobbes (1994, p. 73) también aseguraba que "la pobreza es deshon-
rosa". Véase también Fukuyama Op. Cit. Pág. 244.

UADERNOS DE ADMlNISl'JlACJÓNl UNIVERSIDAD DEL V ALLE1 N" 27/ MARzo DE 2002 41


fueron privatizadas, ni con herramien- dividuo, entonces no hay duda que e
ta manual alguna porque en el proce- mercado laboral se ha erigido com{
so de industrialización los nuevos soporte social de la valoración mor
medios de trabajo (la maquina) son que hacemos de los individuos en fu
propiedad del patrón burgués ls . Como ción d~ su capacidad para hacerse re
se comprenderá, en tal circunstancia pon sable de sí mismosl 9 . Más aú
los individuos no tienen más alternati- porque existe tal margen de elecció
va que vender su fuerza de trabajo al los individuos tienen de sí tanto m
mejor postor. Pero desde el momento orgullo propio cuanto mayores soaL
que se formula el propósito de obte- sus logros, y esto, con independenci
ner el mayor provecho posible en tér- de la posición social, pues el verdade-
minos de bienestar, entonces la res- ro parámetro es la condición de la exi
ponsabilidad del individuo será un tencia en un momento dado. Pero de
dato clave para entender sus logros y de luego, el mercado laboral tambié
fracasos. En efecto, decisiones tales nos explica el falso amor propio d
como la calificación de la fuerza de tra- quienes se asumen como responsable
bajo y su contrato en el mercado labo- de su penosa condición. A modo d
ral -tan vitales como son para incre- invitación para ocuparnos del tema, "1
mentar el ingreso, el bienestar y el as- corrosión del carácter" de Sennett -
censo social- son objeto de elección una reciente y muy bien documenta
del singular y en esa medida este indi- investigación sobre el impacto del tra-
viduo es responsable de sí mismo. bajo flexible en la vida emocional de
Se podrá objetar que el capitalis- obreros (as) y empleados (as)- ilustra
mo establece reglas de juego que dis- una vez más el peso de la responsabi·
criminan en contra de los pobres y los lidad que sienten las personas cuan-
menos favorecidos por la fortuna. Más do sus vidas no marchan de la mejor
aún, que genera pobreza, pero aún así manera. En esta oportunidad nos rela-
no es despreciable el margen de elec- ta el caso de un grupo de ingenieros
ción que tiene el individuo para labrar despedidos por la IBM, quienes pese
su bienestar, pues ese margen es el que al conocimiento de cómo se desen-
permite cultivar expectativas de mayo- vuelve actualmente el gran capital
res ingresos, bienestar y ascenso so- (adelgazando la nomina) no pudieron '
cial. Si a esto añadimos que tales lo- evitar sentirse responsables de su des-
gros (por mínimos que sean) son sig- gracia, pues luego de reparar en "la
nificativos desde el punto de vista historia del trabajo de alta tecnología,
moral porque afirman el orgullo del in- en su inmenso crecimiento reciente, en 1
,
18 Para el tema véase el Marx (1946) de la Acumulación Originaria de Capital.
19 Para una estimulante y enriquecida critica del trabajo remunerado como "hecho social
total" capaz de erigirse en parámetro de la apreciación moral véase Meda (1998).

42 DE w INHUMANO y W HUMANlZABLE EN LAS RELACIONES DE SUBORDINACIÓN I CARVAJAL B., R. .


las capacidades necesarias para hacer hasta el final contra un destino que
m ote a los desafíos industriales y cien- pudo ser distinto.
ificos, se concentraron en lo que po- Puesto que es de la mayor impor-
*ian Ydeberían haber hecho en sus tancia ver como surge en el curso de la
propias carreras con vistas a preve- historia occidental la autodiagnostica-
_ las dificultades" véase (Sennett, da minusvalía moral de las gentes con
1998, p.135. El subrayado es nuestro). escasos recursos, nos detendremos
Estamos ahora en condición de brevemente en las observaciones de
observar cómo las instituciones socio- sociólogos de la vergüenza corno Nor-
económicas del occidente moderno bert Elias y su epígono Richard Sen-
iIIn abonado el terreno donde se cul- nett. Según este, solo en occidente y
¡¡ya la apreciación de las personas de desde entonces (la modernidad) a la
¡lObees recursos corno sujetos de es- gente le da vergüenza ser más débil
casa o falsa valía moral, de modo que que otro y depender de él (Sennen 1982
lI&stará con ubicarlas en el terreno de p.50,51). Basado en los estudios de
ias relaciones de subordinación para Louis Dumont sobre el "Horno Hierar-
aplicarnos porque se han configura- chicus" de la sociedad india y en la
60 corno relaciones amo-esclavo en el presentación que hace Le Roy Ladu-
ICnido hegeliano del termino. Es que rie de la Provenza medieval agrega en-
=- este marco histórico, y solo en este, seguida que "en las sociedades aris-
ia pobreza es vivida por sus protago- tocráticas u otras sociedades tradicio-
lIStaS como resultado de una auto- nales, la debilidad no era per se un
iiagnosticada minusvalía moral que se hecho vergonzoso", es más, "a cada
apresa en la vergüenza por ser pobre, nivel, la gente espera que alguien si-
kpendiente y socialmente débil. Y más tuado más arriba haga, piense o inter-
lÜá de esto por no haberse sacrificado prete lo que ellos no pueden hacer por
"mi poco más", por no ser austero y sí mismos. Esta dependencia no com-
laber ahorrado para el futuro, por no portaba vergüenza" (Sennett 1982,
llberse decidido a estudiar, o apren- p.122) Ya modo de explicación señala
Icr un oficio más cotizado en el merca- que ''uno heredaba su debilidad en la
60. por no haber tenido el coraje de sociedad, no era responsabilidad pro-
llriesgar las pobres seguridades del pia" y por ello mismo "en esas condi-
:wesente y probar suerte en otra ciu- ciones no es humillante ser depen-
tad o país, etc. etc. En suma, por no diente" solo "en la sociedad industrial
-eoer el suficiente valor para luchar llego a serl020 , pues el mercado hace

• El Tocqueville de "La Democracia en América" observó algo muy semejante. En el


capítulo 5 de la tercera parte aborda el tema de las relaciones entre "servidor y amo" para
hacer notar que "frecuentemente sucede en los pueblos aristocráticos que el estado de
servidumbre en nada humilla el alma de los que están sometidos a él. pues ni
conocen, ni han imaginado siquiera otras condiciones ...... Agrega. sin embargo. que bajo

CtADERNOS DE ADMINlSI'RACI6N1 UNIVERSIDAD DEL VALu} N° 27/ MARZO DE 2002 43


que las posiciones de dependencia pudo advertir que "los trabajadores
sean inestables, se puede subir para norteamericanos. atribuyen el tener
luego caer". Nunca se insistirá lo sufi- trabajos rutinarios o manuales a su
ciente en la trascendencia ideológica incapacidad para ''progresar', para
del mercado, pues a raíz de la inesta- "saber que hacer'. Creen que no han
bilidad que introduce en la existencia logrado formarse, disciplinarse en el
del individuo "la gente empezó a sen- sentido moderno, el resultado es que
tirse personalmente responsable por son "don nadie", ''una pieza más de la
el lugar que ocupaba en el mundo", maquinaria" (Sennett 1982, p.91, el
en adelante considera "sus éxitos o subrayado es nuestro) agrega a ren-
sus fracasos en la lucha por la exis- glón seguido que "las familias a las
tencia como cuestión de fuerza o de que entrevistamos tratan de compen-
debilidad personal" (Sennett 1982 sar su propia sensación de fracaso
p.51). Es tal el impacto de esta visión mediante un control rígido de sus hi-
de la responsabilidad personal que se jos, cosa que ocurre en especial con
llegó a sostener que "la pobreza ... es los padres de clase obrera. Los hijos
10 que corresponde a los que no son no tienen más opción que llegar más
10 bastante fuertes para cuidar de sí allá que sus padres". También nos co-
mismos". menta que en una novela extraordina-
Según Sennett, varios estudios han ria del obrero ingles Robert Tressell,
demostrado que incluso en medio de "The Ragged-Trouserred Philanthro-
la gran depresión "la gente atrapada pists" (algo así como "el filántropo
en el torbellino económico sabía abs- harapiento"), expresa la existencia de
tractamente que estaba sometida a una divisoria análoga entre el ideal y
unas fuerzas impersonales que no po- uno mismo. Los obreros que observa
dría controlar, sin embargo, tomaba tienen miedo de enfrentarse con sus
sus desgracias como señales de que jefes, porque creen que no son más
no había sido 10 bastante fuerte para que partes de seres humanos, que no
hacer frente a sus problemas" (Sen- son bastante completos para ser fuer-
nett 1982 p.51). A modo de útil corro- tes, ''por eso creen que se merecen lo
boración Sennett nos comenta que en que les pasa" (Sennett, 1982, p.91, el
entrevistas realizadas para un libro que subrayado es nuestro). Finalmente,
tituló "The hidden injuries of nos informa que "los estudios hechos
class"21 (las heridas ocultas de clase) sobre los negros estadounidenses

condiciones que denomina "democráticas", en el sentido de sociedades en las que se abre


paso la igualdad vía movilidad social, la obediencia "no es ya a sus ojos - del servidor-
santa ni justa, y se somete a ella como un hecho útil pero degradante". Tocqueville
(1984, pág 603 y 604. El subrayado es nuestro).
2J Este libro se escribió con la autoría de Jonathan Cobb.

44 DE LO INHUMANO Y LO HUMANIZABLE EN LAS RELACIONFS DE SUBORDINACIÓN I CARVAJAL B., R.


pobres que viven en ciudades revelan sensación de vergüenza y de muy
que a su juicio el recibir la asistencia baja autoestima originada en la creen-
social, el depender de personas que cia difusa pero efectiva de ser res-
p.zgan la debilidad de uno a fin de de- ponsables de su particular y penosa
,::kiir cuanto necesita, es una experien- situación, responsabilidad que acu-
,::u humillante" (Sennett 1982 p.Sl). sa al individuo de no ser tan fuerte,
Pero lo relevante es que "pese a que capaz y acertado como otros en cuan-
esos negros saben que las cartas es- to a ser responsable de sí mismo. N a-
ún marcadas en contra de ellos, se turalmente, esta visión da lugar a un
produce la intemalización de la depen- "ellos" y un "nosotros" construido
dencia como vergüenza". Son, conclu- a partir de la menor o mayor valía que
~e Sennett, "signos de como ha llega- tiene el individuo para responder por
do a figurar en nuestras mentes el fe- si mismo. Pero por supuesto, esta
DÓmeno de la dependencia como si- menor o mayor valía se traduce en
ruación amenazadora". una divisoria entre individuos de me-
Argyris también halló situaciones nores o mayores atributos morales
semejantes a las descritas por Sen- que no podemos más que apreciar
nett, encontró que "el 91 % de los em- en términos de admiración y menos-
pleados con bajas calificaciones la- precio, pero al hacerlo ya se ha ins-
borales se describen a sí mismos como talado la desigualdad en la forma de
psicológicamente simplificados y em- tratar a los semejantes y revela la
pobrecidos" (Argyris 1979, p.378). existencia de un código moral que
También descubrió un "proceso de nos dicta quién merece o no el mejor
despojamiento" a través de la "morti- trato.
ficación del propio yo", es la única En este orden de ideas, la sociolo-
manera de explicar los siguientes co- gía de la vergüenza (como manifesta-
mentarios de los trabajadores; "esto ción de la baja autoestima que produ-
no me dice nada", "preferiría cavar cen las relaciones de dependencia y
zanjas que hacer esto" o, "cualquier fenómenos asociados), viene a confir-
tonto puede hacer este trabajo". (Ar- mar la existencia en los individuos y la
gyris, 1979, p.371 el subrayado es sociedad, de un código moral respon-
nuestro) sable de la desigualdad en el trato y en
Hay varios aspectos para comen- el estatuto moral de los individuos, y
tar a partir de estas breves notas. En por supuesto, también responsable de
primer lugar, ofrecen evidencia de ser el acicate de esa lucha por el reco-
que las relaciones de dependencia y/ nocimiento a la que Hegel atribuyó ser
o subordinación y los fenómenos la causa del progreso moral, entendi-
que a menudo se le asocian, como la do este como el establecimiento defi-
pobreza y la baja calificación laboral nitivo del reconocimiento universali-
son vividos por el individuo con una zado de la humanidad, es decir, de la

CUADERNOS DE ADMINJSrRACIÓNl UNIVERSIDAD DEL VALLF./ ND 27/ MARZO DE 2002 45


valía moral que estamos en capacidad En tercer lugar, es de la mayor im-
de exhibir. 22 portancia para el propósito de esta re-
En segundo lugar, es importante flexión subrayar el vinculo de causali-
hacer hincapié en que los investiga- dad que existe entre la institución mer-
dores de la sociología de la vergüenza cado y la experiencia de vergüenza que
han hallado que las relaciones de sub- vive el individuo en posición de su-
ordinación son uno de esos espacios bordinado, pues allí, en el mercado, se
en los que el terreno esta abonado para generan las condiciones o circunstan-
vivir la sensación de vergüenza, pues cias que hacen al individuo represen-
como tal, ésta "es un miedo a la degra- tar sus logros y fracasos como el re-
dación social o dicho en términos ge- sultado del valor, el sacrificio, el empe-
nerales a los gestos de superioridad ño y el acierto que pone en realizar su
de los otros" pero, agrega Elías, "tam- existencia. Para ser más cIaros hay que
bién es una forma de disgusto y de decir que aquello que obra de modo
miedo que se produce y se manifiesta tal que produce esta representación en
cuando el individuo que teme la su- el individuo, es el hecho cierto, de que
peditación no puede defenderse de el capitalismo moderno e industrial,
este peligro mediante un ataque físico como lo señala Marx, sólo es concebi-
directo u otra forma de agresión" ... ble gracias a la mercantilización de la
(Elias 1993 p.499, el subrayado es nues- fuerza de trabajo, ese acto de acumu-
tro) ¿y no son estos gestos de supe- lación originaria de capital que proce-
rioridad de los otros, y el no poder de a no dejar más alternativa que ven-
defenderse mediante ataque físico di- der la fuerza de trabajo para poder sub-
recto, situaciones rutinarias en la rela- sistir. Al llegar aquí solo hará falta no-
ción de subordinación de nuestros tar que el mercado laboral es el nuevo
días? Así, de nuevo la sociología vie- acicate que tiene el individuo para ca-
ne a confirmar la convicción Hegelia- lificar esta nueva mercancía y cotizarla
na de que las relaciones de subordina- en mejores términos para comprender
ción son uno de esos terrenos apro- por qué se siente responsable de su
piados para motivar luchas por el re- bienestar, pues de su voluntad, empe-
conocimiento habida cuenta que allí ño y acertadas decisiones dependerá
tales relaciones son representadas por si obtiene o no el mejor provecho de
quienes las protagonizan en términos su fuerza de trabajo (recordemos aquí
de superioridad e inferioridad moral. a los ingenieros de la mM observa-

21 Conviene recordar que ya Kant se había pronunciado en términos semejanles respecto a


lo que constituye el progreso moral de la humanidad. En efecto, hablo del sujeto ilustrado
como aquel que tiene el valor moral para servirse de su razón y hacer de eUa uso
público (Kant 1998, p.25-28). Como se comprenderá el valor moral que tiene un
individuo para hacer uso público de la razón, es, desde luego, una forma de emprender la
lucha por el reconocimiento.

46 DE LO INHUMANO Y W HUMANIZABLE EN LAS RELACIONES DE SUBORDINACIÓN I CARVAJAL B., R.


dos por Sennett). En estas condicio- presupone un individuo abocado a
nes no hace falta insistir en que la re- tomar decisiones determinantes para
presentación que tienen los indivi- la realización de sus aspiraciones. Sin
duos de sí como responsables de sus embargo, al igual que concurre con
logros y realizaciones, descansa en un propósitos de sello humanista como
sólido soporte social , esto es, en el el señalado también es obvio que ge-
hecho indiscutible de que dispone de nera problemas, prueba de ello es que
un margen de maniobra para decidir la mercantilización de la fuerza de tra-
sobre su fuerza de trabajo y en esa bajo no se hace efectiva sin insertarla
medida sobre su existencia. en el marco de relaciones de subordi-
Finalmente, estamos ahora en me- nación donde los participantes prota-
jor condición para observar lo que gonizan un "combate" por el recono-
debe la vergüenza, en el marco de rela- cimiento de la valía que a sí mismos se
ciones de subordinación, a la historia otorgan.
sociocultural. Al respecto lo primero Así pues, razones de naturaleza
que se puede señalar es que se trata histórica respaldan la imagen de las
de un fenómeno relativamente recien- relaciones de subordinación como uno
te, surgió en el occidente moderno. Fue de esos terrenos donde se lucha por el
allí y desde entonces cuando el su- reconocimiento, pues como lo hemos
bordinado empezó a vivir su rol de visto, factores socio-económicos y
modo vergonzante, pues como sabe- culturales contribuyen de modo efec-
mos, en este momento irrumpe en la tivo a difundir una representación He-
historia la mercantilización de la fuerza geliana de las relaciones de dependen-
de trabajo y con ella el soporte socio cia según la cual en ellas están crista-
económico de la responsabilidad que lizadas las recompensas y sanciones
experimenta el individuo respecto a su de que son merecedores sus protago-
bienestar. 23 nistas según el esfuerzo, tesón y acier-
Desde luego, para las posturas to que han puesto para realizar esas
humanistas que encarecen la autono- aspiraciones.
mía del individuo para decidir por sí
mismo las metas y logros que dan sen-
tido a la vida realizada, el mercado la-
boral es una institución imprescindi-
ble como quiera que su existencia ya

" Como ya lo hemos advertido, lo específicamente moderno de la vergüenza es su presen-


cia en el marco de la relaciones de autoridad, que no en la cultura occidental, ya en los
textos bíblicos se estableció un estrecho vinculo entre responsabilidad , vergüenza y
salvación. Recordemos aquí a Adán y Eva cubriendo sus "vergüenzas" luego de ser
sorprendidos.

CUADERNOS DE ADMINISTRACIÓN! UNIVERSIDAD DEL VALW N° 27/ MARZO DE 2002 47


IV. DE LA IRREDUCTIBILI- humanizar al superior, también a ese
DAD DE LO INHUMANO subordinado que es presa de esa auto-
Y EL COMPROMISO diagnosticada minusvalía moral pro-
HUMANISTA. NUEVO mocionada por el código moral difundi-
REPLANTEAMIENTO do por el mercado. Se podría objetar que
la salud moral del subordinado mejora
¿ Qué implica todo lo anterior para notablemente si el superior lo trata de
el propósito de humanizar las relacio- forma amable y comprensiva, pero esto
nes de subordinación que se estable- parece olvidar que el sutil prurito narci-
cen en las organizaciones? Por el mo- sista de la autoridad se agitará siempre
mento tenemos en consideración dos que el dependiente reclame ese tipo de
puntos muy estrechamente relaciona- trato que amenaza con borrar la fronte-
dos. En primer lugar, el problema se ra entre el "ellos" y el "nosotros". Ob-
desplaza desde el superior al subordi- viamente, no debemos prescindir de
nado, y en segundo lugar, la forma estos jefes amables pero sin olvidar que
como este vive el problema da lugar a ese narcisismo y la posición depen-
un replanteamiento de las iniciativas diente del subordinado y de modo par-
comprometidas con la humanización de ticular aquel de baja calificación labo-
los vínculos de autoridad. ral, genera en el dependiente el falso au-
Respecto al primer punto debemos toreconocirniento que lo hace participe
hacer notar que el problema no solo de su condición de inferioridad moral.
radica en el obstáculo de orden antro- En este orden de ideas es evidente la
pológico representado por el narcisis- necesidad de encarar el problema desde
mo de la autoridad para otorgar al su- la iniciativa del subordinado.
bordinado un trato plenamente huma· En resumen, los datos suministra-
no. El problema también se presenta dos por la historia y la sociología de la
porque en el marco de la cultura occi- vergüenza interpretada a su vez en cla-
dental moderna el subordinado vive ve hegeliana nos autorizan a sostener
su experiencia como proyección de una que al margen del problema antropoló-
autodiagnosticada minusvalía moral gico que suscita la identidad narcisista
que nos conduce a un replanteamien- del superior hay otro problema de con-
to del problema, 10 inhumano de las figuración histórica protagonizado por
organizaciones no se deriva en forma la moral vergonzante del subordinado.
exclusiva del prurito narcisista de la En otros términos, con independencia
autoridad, tal como lo presumen las del trato que el superior otorgue al su-
propuestas centradas en jefaturas y bordinado, este, en cuanto dependien-
supervisores de "perfil humanista", te del superior ya vive su posición como
inhumano es también el subordinado proyección de esa autodiagnosticada
víctimizado por el falso autoreconoci- minusvalía moral que surge del sentir-
miento. Por tanto, no sólo se trata de se responsable de su existencia.

48 DE W INHUMANO y W HUMANlZABLE EN LAS RELACIONES DE SL'BORDINAClÓN I CARVAJAL B., R.


Como es de esperar, bajo este re- (otra forma de nombrar la lucha porel
planteamiento las iniciativas dirigidas reconocimiento) la empresa de nego-
a la humanización del vinculo de auto- cios se convirtió en un espacio más de
ridad deberán reconsiderarse. Para la lucha por el reconocimiento. Así no
empezar, ahora sabemos que el mejor resulta extraño que la empresa haya
trato del supervisor no libra al depen- sido y siga siendo desde tiempo atrás
diente de sentirse como de inferior epicentro de las luchas emprendidas
condición, de modo que en razón al por los asalariados en pos del recono-
limitado alcance de lo que podemos cimiento de su dignidad. Así pueden
esperar de la autoridad hemos de con- interpretarse sus más emblemáticas
cebir que en el protagonismo del pro- conquistas, entre otras; la reducción a
pio subordinado se halla la promesa ocho horas de la jornada laboral, el re-
de la autorredención y el rescate de la clamo por condiciones de trabajo có-
humanidad negada por el superior. modas e higiénicas, mitigación de ries-
Como se ha repetido tantas veces, esto gos, salarios decorosos, vacaciones,
es lo que esperamos de la disposición cesantías, prestaciones sociales, reco-
a la lucha por el reconocimiento, pues nocimiento de la personería jurídica sin-
como ya se ha señalado, el gran bene- dical, consagración del buen trato en el
ficio de esta lucha es la recuperación régimen disciplinario, etc.
de la valía personal, y la certeza de ser Por supuesto, estos logros hacen
mucho más que el abyecto siervo que parte de las aspiraciones por una vida
hay detrás del prurito narcisista de la más cómoda y segura desde el punto
autoridad, se trata pues de que el su- de vista de las satisfacciones materia-
bordinado sienta ser alguien moral- les que reportan, pero desde Smith y
mente valioso pese al narcisismo de la Marx 24 hasta nuestros días existe en-
autoridad. En consecuencia, tenemos tre de los estudiosos de la acción hu-
buenas razones para celebrar el empe- mana un amplfo consenso en torno a
ño que puso Hegel y otros destaca- la ambigüedad de estas aspiraciones,
dos pensadores en la divulgación de pues también satisfacen demandas de
la lucha por el reconocimiento como la orden moral en cuanto permiten al asa-
auténtica matriz del ser humano. En lariado tener de si una apreciación
efecto, gracias a la amplia difusión de moralmente orgullosa2.'! . Estos logros
"los derechos humanos y universales" vienen así a demostrar que la humani-

14 En Honneth (1997) hallamos una interesante interpretaci6n de Marx y su defensa de las


luchas obreras por mejores condiciones de vida en clave de reconocimiento y de dignidad.
Como veremos más adelante. en esto fue muy claro y explJcilo en Adam Smith.
" Ya hemos visto como el Smith de la "Teoría de los Sentimientos Morales" procede a
articular la realización moral con el bienestar material. Más adelante volveremos sobre
este punto. pero desde ya conviene advertir que esa ambivalencia moral constituye todo
un problema a resolver. De hecho. es uno de los grandes problemas del feminismo

CUADERNOS DE ADMINISI1lACIÓNl UNIVERSIDAD DEL VALu} N° 27/ MARzo DE 2002 49


zaci6n "desde abajo" es una idea llena de ser dependiente en el sentido for-
de sentido y enteramente viable, pero mal del término, pero lo que hegeliana-
además, suministran evidencia acerca mente importa es la superación de la
de lo mucho que puede hacer el su- humillante postración moral a la que
bordinado para sobreponerse al limi- está reducido luego del primer comba-
tado alcance humanista de lo que pue- te. Como veremos, a des~ho de los
de hacer una autoridad que por defini- actos arrogantes de la autoridad el
ción no está "vacunada" contra el nar- subordinado puede recuperar su or-
cisismo, y esto, gracias a la mutabili- gullo y el amor propio. En este orden
dad identitaria de su ego. de ideas, facilitar esa metamorfosis es
Donde mejor podemos apreciar la la forma más plena y auténtica de com-
importancia de este planteamiento es prometernos con la humanización de
en el terreno del daño moral que infli- las organizaciones. 26
ge al subordinado el prurito narcisista Esto no significa la promesa de una
de la autoridad, pues del planteamien- solución final y fácil, a esto se opone
to se deriva la idea de que el verdade- la vigorosa inercia de las instituciones
ro problema está en la dificultad dcl socio-económicas y culturales que
subordinado para creer en el cómo ser generan al mismo tiempo vínculos de
moralmente valioso y no tanto en la dependencia y sentido de responsa-
medio inútil tarea de humanizar plena- bilidad del individuo, pero la naturale-
mente al superior. En otros términos, za socio-cultural del fenómeno junto
mientras es obvio que la identidad del al hecho de que el problema está for-
superior está definida de modo inmu- mulado desde la perspectiva del su-
table (será siempre el superior por más bordinado hegelíano, permite conce-
comprensivo y amable que sea) la del bir que el protagonismo del subordi-
subordinado puede ser modi ficada por nado pueda impedir quc la supuesta
él mismo. Ciertamente, tampoco dejará superioridad del otro (el superior) le

contemporáneo. Para el tema véase Fraser (1996). Allí nos encontramos con un con-
eepto bivalente de justicia a fin de que las políticas de género se orienlen a resolver lanto
los problemas de redistribución (de riqueza) como de reconocimiento en el orden moral.
lO Conviene se~a1ar que si a escala micro, en las organizaciones, este proceso de recupera-
ción de la valía se lleva a cabo en medio de tensiones y dispulaS. a escala macro puede ser
la explicación de muchos conflictos y confrontaciones violentas. Pero en modo alguno
quiere esto decir que la sociedad moderna a la que da origen este proceso de reconoci-
miento. es violenta por naturaleza. En este sentido es oponuno remitirnos a la tesis de
Huntington (1992 p. 47 Y sgts.) según la cual. violentos son los procesos de moderniza-
ción de las sociedades tradicionales. que no la soci~ad ya modernizada. pues el resultado
final del proceso es la construcción de sociedades incluyentes que no están exentas de
conflictos pero disponen de mecanismos polfticos y culturales que disuaden o hacen
innecesario el recurso a la violencia. La historia de las modernas sociedades europeas son
una ilustración de la tesis.

50 DE LO INHUMA1'iO V LO HUMANlZABLE EN LAS RELACIONES DE SUBORDINACIÓN I CARVAJAL B., R.


blnda en la abyección moral por aver- en ténninos de reconocimiento. Fue así
&Onzarse de sí mismo (Sennett 1982, como explicó la transcendencia univer-
.52). Este es el proceso que se desa- sal de la revolución francesa y en ge-
nolla luego del primer combate, pues neral de todas las luchas libradas por
m mo lo defendió Hegel, el desplIegue los subordinados. Estas luchas por el
en la historia del espíritu de libertad y reconocimiento dejan ver que es un
reconocimiento, se abre paso gracias poderoso acicate de la acción humana
. la iniciativa de lucha que pone ei su- y que al menos en el occidente moder-
bordinado para salir de la postración no hajugado un rol central y protagó-
moral en que se halla al ténnino de esa nico. Pero de aquí no se colige que el
primera confrontación de modo que a deseo de reconocimiento sea el único
debemos en gran parte el comprorru- y exclusivo aliciente del acto humano,
so que ha podido mostrar la empresa y menos aun que su protagonismo,
privada con las aspiraciones humanis- aunque cierto, no sea blanco de serias
de los asalariados. críticas y objeciones que no sólo du-
Sin embargo, en modo alguno re- dan de la importancia que pueda tener
ta fácil la humanización "desde aba- en la explicación de la historia y los
jo". Habrá que sortear por lo menos actos humanos, sino que además, se-
dos grandes escollos. En primerlugar, gún parece, propenden por un estado
la naturaleza en gran medida personal, de cosas donde el reconocirruento no
ue no colectiva, del esfuerzo que ha juega un rol importante. Si a esto su-
de librar el subordinado para escapar mamos el hecho de que estas postu-
óe \a abyección moraL Y en segunda ras también han logrado protagonizar
instancia, la poderosa influencia del la comprensión que tenemos acerca de
bumanismo Hobbsiano en la represen- cuáles son las aspiraciones y necesi-
alCión que tiene la mentalidad moder- dades defendibles del ser humano,
de la dignidad humana. Como vere- entonces convendrá detenerse en ellas
mos, esto es determinante para enten- para observar cómo han influido en la
der la posición de la colectividad em- configuración de las relaciones de
presarial frente al comprorruso con el subordinación. Estas son unas bue-
ser humano. nas razones para fijar la atención en
pensadores como Hobbes, Locke,
Montesquieu y otros etc. Que han
V. HOBBES: EL HUMANISMO contribuido en forma determinante a
RIVAL DE HEGEL la difusión de un humanismo alternati-
vo, e incluso opuesto al defendido por
Recordemos que para Hegel la lu- Hegel. Veamos esto.
cha por el reconocirruento es el motor Fukuyama (1992 p.221) nos hace
de una historia cuya finalidad -según notar que Hobbes al igual que Hegel, ve
lo creía- es el progreso moral medido en el combate primigenio una tensión

CuADERNOS DE ADMINISTRACIÓN! UNIVERSIDAD DEL VALLFl N° 27/ MARZO DE 2002 51


entre la disposici6n de arriesgar la vida buye al miedo a la muerte violenta, y
para obtener el reconocimiento que sa- por extensión a la preservación de la
tisface el orgullo y el miedo a la muerte vida, un peso moral que Hegel negó
violenta. De hecho, en ese primer pugi- rotundamente. Más aún, Hobbes no
lato uno de los combatientes hegelia- encuentra nada moralmente valioso en
nos opta por rendirse para conservar la el orgullo y la vanagloria (términos con
vida a costa de humillar su orgullo. Esto los que nombraba el deseo de recono-
nos demuestra que para Hegel la preser- cimiento), pues ve en esta voluntad
vaci6n de la vida era una auténtica y de lucha por "motivos insignificantes,
poderosa inclinaci6n del ser humano, como una palabra, una sonrisa, una
pero apost6 por el reconocimiento habi- opinión distinta, como cualquier otro
da cuenta que allí estaba en juego el pro- signo de subestimación, ya sea direc-
greso moral de la humanidad, e incluso tamente en sus personas .. en su pro-
la propia existencia de un sujeto huma- fesión o en su apellido", (Hobbes,
no corno algo radicalmente distinto al 1994, p.I 02) una de las fuentes de vio-
ser de los animales, pues si algo los po- lencia y sufrimiento que caracteriza su
dría caracterizar sería precisamente el "estado de naturaleza". Esto es, aque-
apremio con que defienden la vida, Ypor lla experiencia de desconfianza y dis-
contra, su incapacidad para desear algo posici6n pennanentes a la confronta-
inútil desde el punto de vista biol6gico ción que viven los humanos cuando
corno una condecoración. Como ya lo no está monopolizado el ejercicio de la
hemos indicado, esto es tanto corno afir- violencia y la justicia. No debe pues
mar que s610 nos hace plenamente hu- sorprendemos que Hobbes nombre al
manos, es decir seres moralmente va- Estado como el "Leviatán", el gran
liosos, la disposici6n a la lucha por el monstruo bíblico que "con una mirada
reconocimiento. humilla al arrogante .... (y) abate al or-
Sin embargo, a despecho de la vi- gulloso" (libro de Job Capítulo 40), que
gorosa y efectiva representaci6n que "mira a la cara a los más altos (y) es el
nos leg6 Hegel acerca del papel que rey de todos los hijos del orgullo" (li-
juega en la historia la valía moral, más bro de Job Capítulo 41) pero no satis-
de cien años atrás, Hobbes había pro- face ese orgullo, lo somete y lo humilla
movido con éxito la idea de que la pa- para lograr la paz27 •
si6n humana más fuerte es el miedo a Bastaría añadir que para Hobbes
la muerte violenta, -de hecho, su re- la guerra es un lastre para materializar
flexión esta orientada a como asegurar el potencial liberador de las necesida-
la paz- cuesti6n que corno hemos vis- des que prometio el surgimiento del
to también fue consideraba por Hegel, conocimiento científico y el desarrollo
pero a diferencia de este, Hobbes atri- de la revolución industrial, para enten-

" Véase Hobbes (1994, p. 141 Y 262).

52 DE LO INHUMANO Y LO HUMANI7.ABLE EN LAS RELACIONES DE SUBORDINACIÓN I CARVAJAL B., R.


Oer las razones que albergó para des- parte de las convicciones que en nom-
conocer el estatuto moral, que no la bre del humanismo se agitan en la sen-
existencia en el ser humano, de la dis- sibilidad moral de occidente.
posición para luchar a muerte por el Pero entonces conviene señalar
reconocimiento. De hecho, aseveró que con esta expresión lo que se nom-
que "en una situación semejante (se bra es la aspiración de realizar una vida
refiere a la guerra) no existe oportuni- de lujos, cómoda, confortable y segu-
dad para la industria, ya que su fruto ra. Es decir, ese estilo de vida que pro-
es incierto; por consiguiente no hay movió la naciente burguesía en oposi-
cultivo de la tierra, ni navegación, ni ción al ethos guerrero de las aristocra-
uso de los artículos que pueden ser cias medievales. Hobbes espera que
importados por mar, ni construcciones el afán de tranquilidad y de placeres
confortables, ni instrumentos para sensuales disponga a los hombres a
mover y remover las cosas que requie- obedecer a un poder común, y de esta
ren mucha fuerza, ni conocimiento de forma asegurar la paz (Hobbes 1994
la faz de la tierra, ni cómputo del tiem- p.80), y piensa que por suerte, la razón
po, ni artes, ni letras, ni sociedad; y lo y algunas de las pasiones humanas
que es peor de todo; existe continuo ayudarán a la humanidad a superar el
tlemor y peligro de muerte violenta; y "estado de naturaleza", sostiene que
la vida del hombre es solitaria, pobre, "las pasiones que inclinan a los hom-
tosca, embrutecida y breve" (Hobbes bres a la paz son el temor a la muerte,
1994p.l02). el deseo de las cosas que son necesa-
Así pues, con Hobbes aparece rias para una vida confortable y la es-
quizás el más renombrado crítico de peranza de obtenerlas por medio del
Hegel, ciertamente, no en referencia trabajo" (1994 p.l 05). Estas expresio-
directa y explícita al pensador alemán, nes se refieren a ese nuevo ideal de
pero si a las aristocracias guerreras en vida en el que se proyectaban las ex-
las que éste se inspiró para exaltar la pectativas del progreso material pro-
superioridad moral de quien arriesga movido por esa naciente burguesía.
la vida por la gloria, el honor y la digni- Fue esto lo que exaltaron Hobbes y
dad. Sin embargo, no por cuestionar la Locke28 con su insistencia en el dere-
supremacía de la lucha por el recono- cho a la vida, a la propiedad y al dere-
cimiento frente a la conservación de la cho de uso, usufructo, e intercambio
vida será fácil negar la inspiración hu- de bienes legítimamente adquiridos,
manista de la propuesta hobbesiana, esto es, a través del trabajo, una acti-
pues la defensa de la vida también hace vidad que por cierto sólo vino a ser

JI Reoorue.m<lt'. <\ue. ~~ Loc"-e "el ~de "j ~"I\ciT>'d\ fm que \\e'la a \os nombre a unirse en
estados y ponerse bajo un gobierno es la preservación de su propiedad ...." Consultese
Locke (20()(), pg 135).

CUADERNOS DE ADMlNISTRACIÓNl UNIVERSIDAD DEL VALLFl N° 27/ MARZO DE 2002 53


moralmente apreciada por esa burgue- ciudadanía19 entonces tenemos un
sía tras siglos y siglos de subvalora- nuevo argumento para hacer de la con-
ción. Para ser breve. es esa sociedad servación de la vida una apreciación
del confort y el consumismo burgués de orden moral en vista de que a tra-
de nuestros días lo que prefiguraron vés del estilo de vida consumista los
estos dos grandes filósofos. Esto. re- individuos se sienten reconocidos en
pito. en el entendido de que se trata de tanto iguales a otros.
algo moralmente sólido y defendible. No son pocas ni irrelevantes las
y no sólo por el vinculo que establece implicaciones que habrá de tener para
entre humanismo y disfrute de la vida el mundo y en especial para el occi-
como proyección de la idea del bien. dente moderno. la promoción de esta
también lo es por cuanto exige a los nueva moral junto a su correspondien-
individuos el respeto de las condicio- te ideal de vida. Para el propósito de
nes que aseguran la paz y evitan el esta reflexión lo relevante es la promo-
retomo a ese "estado de naturaleza" ción de un sujeto orientado hacia la
donde la vida es "solitaria. pobre, tos- consecución del mayor bienestar ma-
ca, embrutecida y breve". Expresado terial posible. es literalmente ese
en otros ténninos, la búsqueda de la "horno economicus" que hiciera tan
paz para superar el "estado de natura- famosa la obra de los economistas
leza" supone la promoción de un esti- neoclásicos y que ha permeado tanto
lo de vida inclinado al progreso mate- el tejido social de nuestros días que
rial, el confort y el bienestar que viene con mucha razón lo definimos como
a ser la razón para exigir del individuo una sociedad de consumo moralmen-
un comportamiento de respeto a cier- te justificada por la "felicidad" de los
tas instituciones (el estado. la propie- individuos. Más aún. hasta la com-
dad, los derechos del otro. etc.) que prensión crítica de tal estado de cosas
adquiere por ello mismo sello moral. ha sido presa de esta visión del ser
pero de una moral que riñe con aque- humano. En efecto, incluso alguien
lla otra de estirpe Hegeliana y que, como Marx (que tanto le debía a He-
contraria a ésta, nos convoca a ser gel) explica la historia (pasada, presente
"racionales", "empáticos" y "toleran- y futura) bajo el supuesto de que la
tes", es decir, a ejercitar actitudes lucha de clases y su extinción en el
moralmente valorables por su contri- comunismo están protagonizados por
bución a la paz. sujetos orientados a la consecución
Si a lo anterior agregamos que al de los excedentes productivos y el dis-
consumo como tal se le atribuye cada frute de beneficios materiales. Así ex-
vez más un importante rol como repre- plica la lucha de clases. es decir, como
sentación simbólica de la igualdad y la una lucha por la apropiación de exce-

29 Para el tema véase Canclini (1995)

54 DE w INHUMANO y W HUMAJIo'(ZABLE EN LAS RELAClONFS DE SUBORDINACIÓN I CARVAJAL B., R.


dentes a los que también aspira la mis- época la discusión en torno a la mejor
ma clase obrera 30 . forma de asegurar el orden se presentó
en términos de una contraposición en-
VI. EL TELOS DEL HUMA- tre "las pasiones y los intereses", es-
NISMO HOBBESIANO. tos últimos no serían más que el apetito
BREVE RESEt4A de ganancias mientras las pasiones re-
mitían a los deseos vanidosos de po-
Hay pues buenas razones para der, gloria y admiración.
sostener que desde los tiempos de Pues bien, lo que al respecto de-
Hobbes se viene auspiciando una muestra este gran economista, es que
mentalidad informada por el propósito las mentes más lucidas del período (en-
de desmontar los dispositivos socio- tre otros, Vico, Mandeville, Montes-
culturales que animan a la lucha por el quieu, Maquiavelo, Hobbes, etc) dis-
reconocimiento, y en su lugar, dispo- cutieron el problema del orden a partir
ner de aquellos que estimulan la lucha de las emociones e impulsos humanos,
por el confort y el bienestar, y en cuyo y descubrieron con alborozo (Hirsch-
núcleo moral aparecen todas esas nue- man 1978 p.55) que aquellas clasifica-
\'as virtudes como el respeto al dere- bIes como intereses podían y debían
ho ajeno y la tolerancia, tan básicas utilizarse convenientemente para en-
para asegurar la paz. frentar y frenar otras pasiones tales
Esto es precisamente lo que nos ha como la ambición y el ansia de poder
corroborado Hirschman en la investi- generadoras de conflictos (Hirschman
gación que adelantó para explicar el 1978p.47).
surgimiento del capitalismo. Su difusión Este es el discurso que inspiró la
-a[¡rma- "debió mucho a una búsque- defensa de la otrora vilipendiada dedi-
da ... desesperada de algún procedimien- cación a los negocios, el trabajo y el
o para evitar la ruina de la sociedad comercio, actividades a las que se em-
(subrayado por el propio Hirschman) pezó a atribuir el fomento de la "dou-
...a causa de los arreglos precarios de ceur", término que "habla de dulzura,
orden interno y externo" (Hirschman suavidad, calma y amabilidad, y es el
1978 p.134) que caracterizaban la socie- antónimo de la violencia" (Hirschman
daó eurQ~a en ese ~riOOQ óe transi- \91~"p.(6) .
ción entre la tradición y la modernidad. Como veremos en seguida, sobre
Hirschman plantea, o mejor, descubre esta base se empezó a difundir la idea
que entre los contemporáneos de la de que era conveniente en aras de la

); En Honneth (1997 ) una destacada figura de la tercera generación de la Escuela de


Frankfurt, hallamos un análisis de como a pesar de la herencia Hegeliana y de las
reflexiones que adelanto en clave de lucha por el reconocimiento, Marx se fue inclinando
cada vez más hacía una concepción economicista de la lucha de clases .

C UADERNOS DE ADMINISTRACIÓN! UNIVERSIDAD DEL VALLFl N° 27/ MARZO DE 2002 55


paz y los beneficios materiales que general que donde quiera que los mo-
genera fomentar el apetito por la acu- dos del hombre son amables (moeur
mulación de riquezas y el gozo de las douces) hay comercio y donde quiera
comodidades. Veamos cómo nos lo que hay comercio los modos de los
confmna la investigación adelantada hombres son amables" (Hirschman
por Hirschman. 1978 p.67).31 También sostuvo que "el
(La divina providencia) "no ha que- espíritu del comercio trae consigo el
rido que todo lo necesario para la vida espíritu de la frugalidad. de la econo-
se encuentre en el mismo lugar. Ha dis- mía, la moderación. del trabajo. de la
persado sus dones para que los hom- sabiduría. de la tranquilidad, del orden
bres comercien entre si y para que la y de la regularidad. En esta forma, mien-
necesidad reciproca que tienen de tras prevalezca este espíritu la riqueza
ayudarse mutuamente establezca lazos que crea no tiene ningún efecto perni-
de amistad entre ellos. Este intercam- cioso" (Hirschman 1978 p.79).32 No
bio continuo de todas las comodida- resulta así extraño que concluya sos-
des de la vida (el subrayado es nues- teniendo que "es afortunado para los
tro) constituye el comercio y este co- hombres encontrarse en una situación
mercio produce toda la amabilidad (do- en que mientras sus pasiones los im-
uceur) de la vida" (Hirschman 1978 pulsan a ser malvados .... sus intereses
p.66) los impulsan en sentido contrario"
Este pasaje lo tomó Hirschman de (Hirschman 1978, p.80). 33
"Le parfait negotiant". el libro de texto Poco tiempo después de publica-
de los negociantes del siglo xvn escri- da la obra de Montesquieu, Willian
to por Jacques Savary. Si algo es desta- Robertson escribió en su "visión del
cable en el texto es la idea de un interés progreso de la sociedad en Europa"
favorable de la providencia en el co- que "el comercio tiende a eliminar los
mercio internacional de comodidades y prejuicios que mantienen las distincio-
que esto concita a la amabilidad. nes y la animosidad entre las nacio-
Pero según Hirschman, el exponen- nes. Suaviza y pule las maneras de los
te más influyente de la doctrina del hombres (subrayado por Hirschman
"doux cornmerce" fue Montesquieu, 1978, p.67). De esta manera Robertson
quien en "el espíritu de las leyes" es- se une al coro de Montesquieu.
tablece un vínculo entre comercio y En su ensayo "del interés". Hume
amabilidad, pues" ... es casi una regla hace también una alabanza del capita-

JI Cita tomada por Hirschman "del espíritu de las leyes". Véase Monstesquieu edici6n
1993, p.229.
32 Cita tomada por Hirschman "del espíritu de las leyes". Véase Monstesquieu edici6n
1993, p.4S.
13 Cita tomada por Hirschman "del espíritu de las leyes". Véase Monstesquieu edici6n
1993, p.264.

56 DE LO INHUMANO Y LO HUMANIZABLE EN LAS RELACIONE'i DE SUBORDINACIÓN I CARVAJAL B., R.


hsmo, pues "una consecuencia infali- te a las violencias, rapiñas y al desor-
ble de todas las profesiones industrio- den que patrocinaban los grandes se-
~ es la de ... hacer que el amor por las ñores de la tierra, y el gran resultado
pnancias prevalezca sobre el amor político fue que "los grandes señores
por el placer" (Hirschman 1978, p.73). ya no se hallaron en condiciones de
De acuerdo con Hirschman lo relevan- entorpecer la acción regular de lajus-
te del texto es que la defensa del capi- ticia ni de perturbar la tranquilidad del
calismo reposa en la idea de que "acti- país" (Hirschman ] 978, p.107-108). 3,
\1lra ciertas inclinaciones humanas Para los propósitos de esta re-
benignas a costa de algunas inclina- flexión la presentación de Smith no es
ciones malignas". completa hasta no dar cuenta del re-
Tocqueville resulta interesante planteamiento que hace de las pasio-
para Hirschman por el nexo que esta- nes y los intereses como elementos
bkce enrre las actividades producti- que debían ser objeto de intervención
vas y el comercio con el ideal liberta- deliberaba a fin de ordenar la socie-
no. "no creo -sostiene Tocqueville- dad. Para Hirschman (1978 p. 115 Y
que se pueda citar un solo pueblo ma- sgts.) Smith ha procedido a borrar tal
Dufacturero y comerciante, desde los distinción, pero además, lo habría he-
tirios hasta los florentinos y los ingle- cho de modo tal que los impulsos no
ses, que no haya sido libre, luego hay económicos de la acción humana que-
w o estrecho y existe una relación daron subsumidos en las motivacio-
oecesaria entre la libertad y la indus- nes económicas y de este modo ha
tria" (Hirschman 1978, p.l26). contribuido como ningún otro a difun-
Para el Smith de "la riqueza de las dir y fortalecer la idea de que acumular
naciones" "el comercio y las manufac- riquezas y comodidades es un acto mo-
turas concurrieron para introducir el ralmente digno. "¿Cuál es el fin -se pre-
orden y el buen gobierno y, con estos, gunta Smith- de la avaricia y la ambi-
La libertad y la seguridad que antes no ción, de la búsqueda de riqueza, de
tenían los habitantes del campo, quie- poder y preeminencia? ... y cuáles son
nes habían vivido casi siempre en una las ventajas que buscamos con ese
guerra continua con sus vecinos y en gran propósito de la vida humana que
estado de dependencia servil respec- llamamos mejoramiento de nuestra
to a sus superiores" (Hirschman 1978, condición?" ser observados, ser es-
p.I06)34 y repara en que gracias a "ba- cuchados, ser advertidos con simpa-
gatelas y adornos más propios de chi- tía, complacencia y aprecio, son todas
quillos que de hombres con ideas se- las ventajas que queremos obtener de
rias y prudentes", se pudo hacer fren- ello. Es la vanidad, no la comodidad y

lo Consultese Smith (1997B, p.366)


Vease Smith(1997B,p.366)

: UADERNOS DE ADMINISTRAOÓN! UNlVERSIDAD DEL VALW N° 27/ MARZO DE 2002 57


el placer lo que nos interesa" (Hirsch- que se acaba de presentar, y por eso se
man 1978,p.114)36 invita a consultar el trabajo de Hirsch-
Como se puede apreciar, Smith tra- man, pero ilustra el amplio apoyo de que
ta la búsqueda de honor, dignidad, res- fue objeto y por eso no hay que extra-
peto y reconocimiento en forma simi- ñarse si al propio tiempo se registra toda
lar a la de Hobbes y Hegel, pero mien- esa serie de transformaciones que deli-
tras estos habían mantenido esa bús- beradamente procedieron a destruir las
queda separada de la "preocupaci6n instituciones de la sociedad tradicional
por las cosas necesarias", en Smith la y en su lugar, ubicar las propias de la
ventaja econ6mica no es aut6noma, sociedad capitalista moderna. Eso si,
sino que se convierte en vehículo del bajo el convencimiento que era una f6r-
deseo de consideraci6n. Más aún, los mula eficaz para ordenar una sociedad
poderosos impulsos no econ6micos que desde tiempo atrás no hallaba la
se reducen a alimentar a aquellos que forma de estabilizarse. En consecuen-
si los son y los refuerzan hasta quedar cia, podemos sostener como lo cree
privados de su anterior existencia in- Hirschman (1978, p.l34) Y Fukuyama
dependiente. (Hirschman 1978, p.115 (1992 p.258) que de la mano de la re-
Y sgte.) Por supuesto, de aquí al mo- flexión adelantada en los albores de la
mento en que los individuos fundan modernidad por muchos de los más in-
su orgullo en sus pertenencias antes fluyentes pensadores de la época, la
que en lo que son moralmente, es s610 promoci6n del burgués (que no su crea-
cuesti6n de breve espera. ci6n) fue una deliberada tentativa de in-
El listado de quienes confiaron en geniería social que buscaba crear la
promover la conveniencia y dignifica- paz social cambiando (o interviniendo
ci6n de la acumulación de riquezas y si es más preciso) la naturaleza huma-
comodidades es mucho más extenso del na.n

J6 Cita tomada por Hirschman de "la teorla de los sentimientos morales". Véase edición
1997 pág.124. Como ya lo hem{)S indicado esta problemática fusión de las pasiones en
los intereses es lo que ha motivado la discusión en lOmo a los objetivos de las poüticas de
géne.ro. En efecto, tradicionalmente se orientaron a la redistribución (de riqueza), pero
ahora se objeta que siendo esto necesario no es suficiente, pues queda por resolver el
problema del respeto y de la igual consideración como seres humanos. Para el tema véase
Fraser (19%). Es muy probable que esta problemática también haya afectado a la clase
obrera. De hecho, el propio Lenin, además de Mao Tze Tung y otros revolucionarios
comunistas se quejaban del "economisismo" de las luchas sindicales. Para el tema véase
Lenin (1973 capítulo 30)
17 Para los estudiosos del origen del capitalismo esta es una tesis de gran relevancia en la
discusión, pero no tanto por lo que afirma en si, sino porque se opone a aquella del Weber que
se adscribe a la tesis del capitalismo como una consecuencia no revista ni deseada, tesis que
por otra parte es una de las más fructíferas propuestas de la escuela escocesa de filosofía Para
el tema véase entre otros al propio Hirschman (1978), particularmente la tercera parte y la
discusión suscitada por el Weber de "la ética protestante y el espíritu del capitalismo".

58 DE 1.0 INHUMANO Y LO HUMANlZAJlLE EN LAS RELAOONES DE SUBORDINAOÓN I CARVAJAL B., R.


VII. EL PRECIO (¿O LA rigor" (Hirschman 1978, p.87). Convie-
CULPA?) QUE ASUMIMOS ne observar que el cuestionamiento se
POR EL HUMANISMO HO- aplica tanto al antecedente (la moneti-
BBESIANO zación) como a su concecuencia; un
espiritu pusilanime que se niega a dis-
Como se ha indicado, este cambio cutir con el rigor que se precisa "r'Jes-
consiste básicamente en oponer al tros propios intereses". ¿Acaso está
Jeseo de reconocimiento que tantos acusando Montesquieu la declinación
.:onflictos genera, ei deseo de larga y de la lucha por el reconocimiento? Si
cómoda existencia como ideal de vida "nuestros propios intereses" son algo
dIgno de emular. Puesto que para los distinto a beneficios monetarios (como
objetivos de esta reflexión es impor- se puede colegIr del texto) ¿se esta en-
t.ll1te el papel de la lucha por el reco- tonces confmnando que el tránsito ha-
nocimiento en la humanización de las cia el capitalismo conlleva la exaltación
relaciones superior-subordinado, con- de la vida confortable, cómoda y tran-
viene dejar constancia acerca de la ple- quila en desmedro de las disposicio!1es
na conciencia que se tuvo respecto del que nos otorgan valía moral? .. así pa-
impacto devastador que tendría en la rece; como veremos enseguida, Mon-
moral de los individuos el propósito tesquieu no fue el unico en observar la
deliberado de orientarlos hacia la bús- ambivalencia moral de actividades como
queda de riquezas y comodidades. el trabajo, el comercio., etc J8
Como veremos enseguida. es realmen- El caso de Smith es ilustrativo, pues
te sorprendente observar cómo estos está fuera de duda su estimada justi-
grandes artífices de la modernidad y el cación del comercio, el interés propio
capitalismo procedieron a exaltar el y sus vínculos con el bienestar públi-
estilo de vida burgués pese a que ad- co. Sin embargo, ya hemos visto cómo
virtieron su coste. Esto es, la degraaa- en "la riqueza de las naciones" sostu-
ción y desestfmulo a las virtudes mo- vo que "por el gusto de la más pueril y
rales. Veamos esto. la más despreciable de todas las vani-
Las conocidas loas de Montes- dades fueron los señores enajenando
quieu al comercio no estaban libres de todo su poder y toda su autoridad"
reservas, lamenta que el comercio mo- (Hirschman 1978 p.1 07)39 Yllegaron a
netice las relaciones humanas y eche a convertirse en personajes tan insig-
perder la hospitalidad y otras "virtudes nificantes como puede serlo un co-
morales que nos llevan a no discutir merciante o burgués acomodado" (Hirs-
siempre nuestros propios intereses con chman 1978, p.l07)40. Estas aseveracio-

JlI Este punto de vista es defendido por Hirschman (1978 p. 128).


jO Cita tomada por Hírschman de Smílh (l997B, p369).
40 Véase Smíth (1997B. p.371).

CUADERNOS DE ADMlNlSfRAoóNl UNIVERSIDAD DEL VALu} N° 27/ MARZO DE 2002 59


nes parecen confirmar el dictamen que masa de la población disminuye el va-
tenemos del Montesquieu crítico del lor militar, por tener sus mentes ocu-
comercio. En primer lugar, acusa el gus- padas de continuo en las artes del lujo,
to por lo que llama "la más pueril y la se vuelven afeminados y cobardes"
más despreciable de todas las vanida- (Hirschman 1978, p.112t3 . En resumen,
des", esto es, ''un par de hebillas de Smith, como testigo privilegiado de las
diamantes ... o cualquier otra bagatela" transformaciones que conducen al
(Hirschman 1978,p.l07)41, de aquí pasa, mundo moderno y al capitalismo ob-
en segundo lugar, a objetar la conver- serva el declive del valor moral en fa-
sión de los señores en comerciantes o vor de las comodidades. Puede afir-
burgueses acomodados de quienes no marse que este falso canje del valor
tiene el mejor juicio ("insignificantes"). moral para defender con la vida el ho-
Pero lo peor de todo, es que han con- nor y el prestigio a cambio de lujos,
sentido en perder su autoridad, poder comodidades y "bagatelas", es el pre-
y prestigio por "bagatelas"· cio que pagó el occidente moderno por
Así pues, en Smiht esta muy claro "civilizarse". Esto es lo que nos explica
que la irrupción del capitalismo puso Elías ( 1993) a propósi to de la pacifica-
en marcha un falso canje moral, la dis- ción de las costumbres y comportamien-
posición para afirmar esa valía moral tos en desmedro de ese singular presti-
que hay detras del prestigio y la auto- gio que otorga el Ethos guerrero.
ridad cede ante la persecución de lu- Tocqueville también se suma a la
jos, comodidades y "bagatelas" del lista de quienes tienen una considera-
burgués. El siguiente pasaje así pare- ción moralmente ambigua acerca de las
ce confIrmarlo; "estas son las desven- actividades productivas promovidas
tajas de un espíritu comercial, las men- por el capitalismo. No olvidemos que
tes de los hombres se contraen y se halló "una relación necesaria entre la
vuelven incapaces de una elevación, libertad y la industria", pero advirtió
la educación se desprecia, o por 10 que la persecución del progreso mate-
menos se desatiende y el espíritu he- rial puede generar riesgos y peligros
roico se extingue casi por completo" para la libertad (recordemos que en las
(Hirschman 1978, p.112t2 . Veamos un libertades conquistadas se proyecta el
último pasaje; "otro efecto malo del ethos del reconocimiento). Sostiene
comercio consiste en que hunde el va- que "el gusto de los goces materiales
lor de los hombres y tiende a extin- se desenvuelve con más rapidez que
guir el espíritu marcial •.• y entre la las luces y los hábitos de la libertad"

"' Véase Smith (19978, p.369).


42 Nota tomada por Hirschman de "Iectures" (p.259). Se trata de notas de clase recogidas
por un estudiante en 1763.
" Nota tomada por Hirschman de "lectures" (p.257).

60 DE LO INHUMANO Y LO IlUMANIZABLE EII/ LAS RELACIONES DE SUBORDINACIÓN I CARVAJAL B., R.


(Hirschman 1978, p.l27)44 Yque en tal fonnan para él toda la especie humana:
circunstancia se descuidan los asun- se halla aliado de sus conciudadanos,
tos públicos en aras de sus fortunas pero no los ve; los toca y no los siente;
privadas "y para atender mejor a lo que no existe sino en si mismo y para él solo,
llaman sus negocios descuidan el prin- Y si bien le queda una familia, puede
cipal que es el de ser siempre dueños decirse que no tiene patria. Sobre estos
de si mismos" (Hirschman 1978, se eleva un poder inmenso y tutelar, que
p.127)45 ¿Exageramos si advertimos en se encarga sólo de asegurar sus goces
el espíritu del texto la denuncia de un y vigilar su suerte. absoluto, minucio-
falso canje moral? No lo creemos así, so, regular, advertido y benigno, se ase-
pues lo que viene a decir es que "ser mejaría al poder paterno, si como él tu-
siempre dueños de si mismos" a tra- viese por objeto preparar a los hom-
vés del ejercicio de derechos y liberta- bres para la edad viril; pero, al contra-
des no debe echarse a perder en aras rio, no trata sino de fijarlos irrevoca-
de "goces materiales". De este modo, blemente en la infancia; y quiere que
su preocupación por los efectos no los ciudadanos gocen, con tal de que
deseables del progreso material se no piensen sino en gozar. Trabaja por
suma a la de otros que también com- su felicidad, más pretende ser el único
partieron la misma visión; la orienta- agente y el único arbitro de ella; provee
ción hacia el bienestar material arrui- a su seguridad y a su necesidades. Fa-
naría el vigor moral que sostiene el cilita sus placeres, conduce sus princi-
espíritu de la libertad y la aspiración pales negocios, dirige su industria, arre-
de hacer de los individuos y socieda- gla sus sucesiones, divide sus heren-
des dueños de sí mismos. Una muy cias y se lamenta de no poder evitarles
difundida cita así lo advierte: "Quiero el trabajo de pensar y la pena de vivir"
imaginar bajo qué rasgos nuevos el (Tocqueville, 1984 p.730. El subrayado
despotismo podría darse a conocer en es nuestro).
el mundo; veo una multitud innumera- Tenemos pues suficiente eviden-
ble de hombres iguales y semejantes, cia de que el transito de occidente ha-
que giran sin cesar sobre sí mismos, cia el capitalismo no se hizo efectivo
para procurarse placeres ruines y vul- sin asaltar de modo consciente con-
gares, con los que llenan su alma: reti- vicciones que en su momento atribu-
rado cada uno aparte, vive como ex- yeron a la disposición para defender
traño al destino de todos los demás, y la valía personal el más encumbrado
sus hijos y sus amigos particulares logro de la existencia 46 • Como hemos

.. Cita tomada por Hirschman de "La Democracia en America" (1984, p. 560)


., Ibid (pág. 560).
.. En el extinto "duelo de honor" podemos reconocer la gran consideración que tuvo de la
valía personal el estamento noble de las sociedades aristocráticas occidentales. Veamos
cómo lo manifestó Baldi, un noble italiano que nos dejo el testimonio de su sentir;

CUADERNOS DE ADMINISTRACIÓN! UNIVERSIDAD DF1. VALuJ N° 27/ MARZO DE 2002 61


visto, en su lugar se vino a situar el morales de la sociedad. Sin embargo,
confort burgués. ¡Pobres criaturas! parece que no son pocos los proble-
exclamó un decepcionado Nietzche. mas que ha generado, entre otros, el
Razón no le faltaba, ese "ultimo hom- de las relaciones de subordinación
bre" de nuestros días, tan obsesiona- dentro de las organizaciones.
do con la admiración que le granjea La hipotesis de trabajo sostiene
sus lujos, "bagatelas" y comodidades, que la fuerza de la moral Hobbsiana ha
renuncia a esa inestimable forma de sido el soporte tanto de logros como
aprecio que hay en la admiración por de cuentas pt'ndientes de la organiza-
el mero y celoso cultivo de la integri- ción en lo que atañe al compromiso
dad moral. con el ideal humanista. La defensa que
hizo el afamado Frederick Winslow
Taylor en "principios de la administra-
VIII. HOBBES, HEGEL ción cientifica" (1997) de los buenos
y EL HUMANISMO EN LAS salarios a cambio de la total disposi-
ORGANIZACIONES ción del obrero para acatar las orde-
nes de la "dirección cientifica" funge
A la luz de estos hechos nos en- como pieza maestra del compromiso
contrarnos entonces ante una situa- que puede suscribir el capital con ese
ción inquietante en relación con la humanismo hobbsiano anclado en la
humanización de las relaciones de sub- convicción del bienestar material como
ordinación, pues como lo hemos vis- la aspiración humana por excelencia.
to, a 10 largo de las centurias que con- No por casualidad sostuvo "que no
solidan el proyecto capitalista se for- puede haber prosperidad para el pa-
talece un humanismo de tipo hobbe- tron .. a menos que vaya acompañada
siano orientado al bienestar material y de prosperidad para el empleado ... y
que cree su deber afirmarse para des- que es posible darle al trabajador lo
acreditar y reducir el perfil moral del qne más desea (unos salarios eleva-
humanismo hegeliano. Sabemos que dos)" (Taylor 1997, p.18). Es más, cons-
muy pronto la nueva moral empieza a ciente de la dificultad que podía expe-
mostrar resultados; la formación de rimentar el obrero para adaptarse a la
una sociedad de consumo que se ex- "dirección cienúfica" advirtió que "la
hibe ante la historia corno el logro casi dirección üene que reconocer también
milagroso de los esfuerzos emprendi- el hecho natural de que los obreros no
dos para transformar los cimientos se someterán a esta "estandarización"

"Cuando ese daño que se me hace está ligado al desprecio y no se me ofende para
arrebatanne mis bienes. ni para herir mi persona, sino para mostrar al mundo que se me
tiene por UD hombre sin valía, o por un inferior, y que merezco ser tratado de ese modo,
es necesario que me rebele y busque reivindicarme." Para el terna Véase Peréz Cortés
(1996; p. 107-119. El subrayado es nuestro).

62 DE LO INHUMANO Y LO HUMANlZABLE EN LAS REl-'CIONES DE SUBORDINACIÓN I CARVAJAL B., R.


más rígida y no trabajarán más ardua- mear ia leme de la apreciación moral
mente a menos que reciban un pago de los actos humanos.
rDra por hacerlo" (Taylor 1997, p.75). Con este telón de fondo podemos
Y habría de ser así porque no era poco ahora interpretar en clave filosófica y
lo que estaba en juego, el propio Ta- moral la arremetida contra Taylor pues-
ylor pudo conocer la reacción de los ta en marcha por Elton Mayo. Como
trabajadores a la "dirección científica" sabemos, a partir de este se ha venido
-¡Caramba! no se me permite pensar ni enriqueciendo la idea que tenemos
moverme sin que haya alguien que se acerca de qué es 10 que motiva al tra-
entremeta o lo haga en mi lugar" (Ta- bajador para cooperar con los jefes y
ylor 1997, p.l 08), pero como ya vimos, los fines de la empresa. Esta literatura
profesaba una moral humanista de tipo objeta a Taylor el reduccionismo eco-
Hobbsiano que le permitió presentar nómico de las motivaciones humanas
el falso canje moral de soportar tales y viene a sostener la presencia de otras
condiciones de trabajo a cambio de un en las que podemos advertir la lucha
buen salario como un logro moralmen- por el reconocimiento . Así puede in-
te valioso. Tan cierto es que al pre- terpretarse parte de los hallazgos en la
sentar uno de sus experimentos ma- Westem Electric. Por ejemplo, el tipo
nifestó con regocijo que "hicimos in- de supervisión o 10 que Mayo deno-
vestigaciones detalladas y descubri- minó "el nuevo ambiente industrial";
mos que casi todos ahorraban dine- en todo caso, el hecho es que las ope-
ro, vivían mejor, eran más felices y rarias se sentían importantes y eran
era el grupo de trabajadores más con- objeto de consultas. En otros términos,
lento que se vio en ninguna parte" se sentieron reconocidas. En esta mis-
(Taylor 1993. p.8J, el subrayado es ma clave podemos interpretar otro de
nuestro). los hallazgos: los grupos informales,
Para el propósito que nos anima es pues se halló que la actitud del traba-
de la mayor importancia fijar la aten- jador y su productividad estaba muy
ción en el Taylor que se manifiesta de influida por el grupo de trabajo y por
esta forma, su satisfacción por los re- la posición social dentro de él. Se supo
sultados del experimento se explica por además que estos grupos tienen sus
el reporte que puede hacer de los be- propias reglas y que su acatamiento
neficios de la "dirección científica" es definitivo para ser aceptado dentro
para el trabajador como ser humano, del grupo, es decir, reconocido.
esto es, bienestar material. Por tanto, Maslow se hará famoso por su teo-
reconoceremos en Taylor el exponen- ría de "la jerarquía de las necesidades".
te por excelencia del compromiso em- Allí encontramos dos aspectos muy
presarial con el humanismo de estirpe relevantes. En primer lugar, en ese re-
Hobbsiana. Lo que, dicho sea de paso, gistro de necesidades se dan cita tanto
nos confirma su capacidad para per- las de tipo Hobbsiano (las fisiológicas

CUADERNOS DE ADMINlSfRAClÓN! UNIVERSIDAD DEL VAJ.JE N° 27/ MARZO DE 2002 63


y las de seguridad) como las hegelia- conocimiento por el desempeño, la
nas (necesidades de amor, afecto, de responsabilidad y la promoción. En
estima y autorrealización); y, en segun- los factores de higiene se incluye -
do lugar, están jerarquizadas siguiendo entre otros- la supervisión, las rela-
el patrón evolutivo de identidad del sier- ciones interpersonales y la posición
vo hegeliano que ha renunciado en un social. Apoyado en estos plantea-
primer momento al reconocimmiento por mientos propone el enriquecimiento
salvar su vida. En efecto, según Mas- horizontal y vertical del. puesto de tra-
low, a medida que se satisfacen necesi- bajo. En el primer caso aumentando
dades de orden material se aspira a sa- el número de tareas de forma que sean
tisfacciones de orden moral. variadas y significativas. Y en el se-
Parte de las ideas defendidas por gundo, aumentar la responsabilidad
Mcgregor también se pueden interpre- y por tanto la posibilidad de atribuir-
tar en términos de lucha por el recono- se éxitos.
cimiento. En particular la crítica dirigi- La "necesidad del logro" de Mc-
da a quienes piensan que en general clel1and es perfectamente interpretable
los trabajadores ven con desagrado la como categOIía hegeliana. Pero en esta
responsabilidad y prefieren por ello ser oportunidad a través del trabajo como
dirigidos. Cree que en lugar de esto forma primigenia de autorrespeto. Vea-
hay necesidades de estima y ego que mos. Esa "necesidad de logro" se de-
se traducen en la aspiración de cierta fine como el deseo de hacer cada vez
libertad para dirigir sus propias activi- mejor las cosas y por eso se constitu-
dades. Por esta razón Mcgregor pro- ye en una forma expedita de supera-
pone estrategias de descentralización, ción personal, de demostrarse a sí mis-
ampliación del trabajo (incremento de roo el valor que posee por la capaci-
tareas variadas y significativas a fin dad para proyectar en el trabajo un
de eliminar rutinas nocivas) y partici- potencial de esfuerzo y creatividad
pación en aquellas decisiones que que hace al trabajador sentirse orgu-
afectan al trabajador. lloso de sí mismo.
En la propuesta desarrollada por Pues bien, según lo explicó Hegel,
Herzberg se distinguen factores "mo- el esclavo empieza a recuperar el amor
tivadores" y de "higiene". Los prime- propio perdido en ese primer combat
ros son aquellos que generan satis- por medio del trabajo. En algún mo-
facción en el trabajo, mientras que los mento el esclavo se da cuenta de s
"higiénicos" antes que motivadores capacidac para transformar la natura-
interesan porque tienden a reducir la leza en forma premeditada. Pero la con-
insatisfacción. Pero en ambos casos ciencia de tal cosa lo conduce a trans-
encontramos factores en los que esta formar su propia naturaleza. Esto es, la
enjuego el reconocimiento. Entre los recuperación del sentido de su valía y
"motivadores" figuran el éxito, el re- la disposición renovada de luchar por

64 DE w INHUMANO y W HUMANlZAJlLE EN LAS RELACIONES DE SUBORDINACIÓN I CARVAJAL B., R.


elreconocimient047 • Sabido es que lue- empleados están animados.fundamen-
go Marx, un buen discípulo de Hegel, talmente por la consecución del bien-
se encargará de criticar el capitali~mo estar material puede extenderse mucho
porque a raíz de las transfonnaciones más, pero la breve reseña de las apor-
técnicas que introduce en el proceso taciones traducibles en conceptos he-
de trabajo, 10 convierte en una activi- gelianos es suficiente para revelar la
dad alienante e incapaz de tener senti- encrucijada en que se halla la organi-
do por si misma48 ,de modo que a la zación de cara a su compromiso con la
manera de Hobbes, Locke, Taylor y humanización de las relaciones de sub-
otros, solo tiene un valor instrumen- ordinación. En efecto, el esfuerzo de
tal. un Taylor para que la empresa de ne-
Como se puede apreciar, la postu- gocios suscriba con el trabajador un
ra de Mcc1elland participa de la pre- contrato legitimado por la responsabi-
ocupación hegeliana por el reconoci- lidad asumida con su bienestar mate-
miento, por esto se suma a la lista de rial, pronto fue asaltado por la movili-
quienes aconsejan el otorgamiento de zación obrera y las protestas anima-
responsabilidad, pues de esta fonna das por la convicción del reconoci-
pueden identificarse con el éxito logra- miento como una efectiva e indeclina-
do. Éxito que según las observacio- ble motivación de los actos humanos
nes de este investigador no tiene que en general y de los trabajadores en
ser necesariamente público para ser particular.
valorado por el trabajador, pues el éxi- Como se puede apreciar, con este
to tiene valor ante sí mismo. Por su- teló~ de fondo tiene sentido afinnar
puesto, las propuestas de Mcgregor y que el Taylorismo representa al mismo
Herzberg en tomo a la ampliación y tiempo la manifestación del compro-
enriquecimiento del trabajo también miso finnado por la empresa de nego-
pueden ser adscritas a la lucha por el cios con la humanización de las rela-
reconocimiento en razón del autorres- ciones de autoridad como su deuda
peto logrado por el trabajador gracias con el humanismo. A la luz de la re-
a la oportunidad de proyectar en el tra- flexión que hemos adelantado la expli-
bajo su potencial creativo. cación de esta paradoja reposa en la
La lista de quienes discrepan de suscripción de un humanismo de tipo
Taylor por atribuir que los obreros y hobbesiano que, pese al éxito obteni-

n Para el tema véase Hegel (1971, pág. 111-139), Kojeve (1985) y Fukuyama (1992,
Capítulo 18).
.. Segón Marx, "El creciente empleo de las máquinas y la división del trabajo quitan al
trabajo del proletario todo carácter sustantivo y le hacen perder con ello todo atractivo
para el obrero. Este se convierte en un simple apéndice de la máquina, y solo se le exigen
las operaciones más sencillas, más monótonas y de más fácil aprendizaje. Véase Marx
(1975 Pg. 41).

CUADERNOS DE ADMJNJSJ'RACJÓNI UNIVERSIDAD DEL VAUFJ N° 2.7/ MARZO DE 2002 6S


do por cuanto logró pennear el imagi- Desde la sociología resulta bastan-
nario colectivo de occidente con res- te notoria la ausencia en estas propues-
pecto a lo que se considera una vida tas de una atenta consideración res-
buena y realizada, ha debido sin em- pecto a lo que según la sociología de
bargo competir con la herencia hege- la vergüenza es el cambio más trascen-
liana Así pues, la presencia en el ima- dental que se haya producido durante
ginario colectivo de unos fundamen- los últimos siglos en las relaciones de
tos morales para la buena vida es lo subordinación. Me refiero a la sustitu-
que nos ha permitido denunciar al ción del castigo físico y más en gene-
Taylorismo como un falso humanis- ral del maltrato por la vergüenza como
mo. forma de disciplinar la conducta del
subordinado.
Por otro lado, desde la filosofía se
IX. EL PROBLEMA DE LAS advierten fácilmente dos problemas. En
CRITICAS A TAYLOR. primer lugar, mientras la propuesta
UNA PROPUESTA convencional fija su atención en el
comportamiento del superior (lideres
¿Pero ha podido la crítica del Ta- y supervisores dispuestos al trato
ylorismo elaborar una respuesta satis- "más humano" de los subordinados),
factoria al problema del reconocimien- desde Hegel se insiste en la iniciativa
to? la pregunta no está formulada para del subordinado. Sostuvo que el amo
cultivar dudas acerca de las aportacio- está tan embelesado consigo mismo y
nes reseñadas. Quien escribe estas li- tan satisfecho con el mundo que habi-
neas no solo defiende una interpreta- ta que está inhabilitado para promo-
ción hegeliana de estas aportaciones, ver cambios, por consiguiente, es la
también comparte la conveniencia de insatisfacción moral del siervo lo que
introducir en la organización las solu- le convierte en sujeto de las transfor-
ciones propuestas, pero como ya ve- maciones en pos de la libertad y el pro-
remos, a luz de los análisis que hemos greso tanto moral como material49 • Sea
realizado, estas propuestas no recep- esta la oportunidad para hacer notar
cionan las inquietudes que allí se agi- que en Hegel ya hay una explicación
tan en tomo al problema de la subordi- del desarrollo histórico desde la pers-
nación. Vale decir, no abordan el pro- pectiva de los dominados. Esta pre-
blema grueso que hemos podido vi- ocupación no está ausente en las pro-
sualizar desde la filosofía, la historia y puestas comentadas, pero no está ins-
la sociología de la subordinación. Vea- crita en el marco de una filosofía del
mos esto: subordinado a la manera de Hegel, y

09 Para el tema Véase Hegel (1971, capítulo 4"), Kojeve (l985)y Fukuyama (1992, capítu-
lo 18).

66 DE w INHUMANO y W HUMANlZABLE EN LAS RELACIONFS DE SUBORDINACIÓN / CARVAJAL B., R.


por esta razón, las propuestas no se bios en la sociedad. Entre otros, la erra-
pRsentan como aquello que son (?) o dicación lenta pero progresiva de la
deben ser, esto es, la respuesta del violencia como medio de disciplina-
IILbordinado a la ineapacidad de la di· miento de la conducta, en su lugar se
rección para acabar de humanizarse. viene a instalar la vergüenza. Este es
Si así se entendiera entonces no solo uno de los más importantes hallazgos
tendríamos más propuestas, también de Elias, su obra es una prolija argu-
interpretaríamos de otro modo las que mentación dirigida a demostrar que la
ya se han presentado. En segundo lu- conducta del hombre y la mujer del
gar, mientras buena parte del humanis- occidente moderno es el resultado de
mo organizacional parece dirigido a los la intemalización de coacciones exter-
subordinados como colectividad (sa- nas orientadas a impedir que el espon-
larios, prestaciones, servicios, etc. co- táneo impulso emocional se manifies-
lec ti vizados), desde la sociología de la te en actos concretos so. Por esta ra-
autoridad inspirada en Hegel se enfo- zón no se nos permite, o no nos permi-
ca la experiencia del subordinado en timos, estornudar o comer de cualquier
singular. Veamos estos puntos con modo, y tampoco actuar "impulsiva-
más detalle. mente" al menor disgusto con el otro.
En su intento por dar cuenta de lo Debemos siempre "cuidar las mane-
característico del occidente moderno, ras"; de lo contrario, transgredirlas nos
Elias (1993) encuentra el "proceso de convierte en presa de la sanción so-
civilización". Según nos lo explica, el cial y la mala conciencia. Pues bien,
crecimiento del umbral de vergüenza, como resultado de estas coacciones
es decir, el crecimiento del campo de el impulso emocional que suele moti-
acciones sujetas al avergonzamiento, var el maltrato y la violencia física es
junto a la racionalización de la conduc- cada vez más objeto de restricciones
ta (tan encarecido por Weber en su que se espera terminen siendo inter-
esfuerzo por caracterizar el Occidente nalizadas por el sujeto o, lo que es
moderno) hacen posible que el indivi- igual, entren a formar parte de esa pau-
duo actúe de modo distinto y aún con- ta imperati va del comportamiento que
trario al impulso emocional y como el psicoanálisis denomina el super-yo.
consecuencia de esto se producen Naturalmente, esto significa que el
importantes y transcendentales cam- maltrato y la violencia física son cada

'" Corno no pensar aquí en Hobbes. tan empeilado corno estuvo en que gracias al Estado
(ese "Dios Mona! al cual debernos bajo el Dios inmortal nuestra paz y nuestra defensa")
se contrarrestanan las pasiones que inducen a la confrontaci6n y a la violencia. No por
casualidad Elias argumenta que en buena medida el crecimiento del umbral de vergüenza
lo debemos a la presencia y acción del Estado. quien, como dijo Hobbes, "por el terror
que inspira es capaz de conformar las voluntades de todos ellos para la paz". VéaJe
Hobbes (1994, p. 141).

CUADERNOS DE ADMINlSTaACIÓN! UNIV';:RSIDAD DEL VALLFl N° 27/ MARZO DE 2002 67


vez menos aconsejables como instru- ditación no puede defenderse de este
mento de disciplinamiento de la con- peligro mediante un ataque físico di-
ducta. Este es el proceso que Elias recto u otra forma de agresión", en este
denomina el "acortesamiento de los sentido la vergüenza está vinculada a
guerreros", es decir, el proceso que la "indefensión frente a la superiori-
convirtió al guerrero medieval en dócil dad de los otros", y en el caso de los
cortesano y negociante burgués 51 . adultos "esta indefensión se produce
Pero en modo alguno quiere esto decir por el hecho de que los seres huma-
que se relaja el control del comporta- nos cuya superioridad se ¡eme, se re-
miento. Todo 10 contrario, gracias al lacionan con el súper-yo de la perso-
''proceso civilizatorio" más y más cam- na indefensa y atemorizada". Aquí te-
pos de la acción humana son contro- nemos la clave. Empecemos por ob-
lados por ese pacifico pero intransi- servar que a través de la vergüenza se
gente guardián que es el nuevo super- crea una sensación de inferioridad
y05 2 • Entre su arsenal cuenta con un moral que, como hemos visto, tiene en
"arma" efectiva y poderosa; el aver- el mercado laboral un sólido soporte
gozamiento y la postración moral como social, pero como lo sugiere Elias, tie-
castigo a la transgresión de la autori- ne en la moderna relación de subordi-
dad. Pero, ¿que hace posible convertir nación otro sólido soporte, pues ahí
la vergüenza en instrumento de domi- está presente ese "otro" que por ser
nio? repasemos a Elias. (1993, p.499 Y superior dada su investidura de poder
sgts) "es un miedo a la degradación y autoridad, funge para el subordina-
social", "a los gestos de superioridad do como el testimonio del aprecio, con-
de los otros", es una "forma de dis- sideración y respeto que debe ganar
gusto y de miedo que se produce: para beneficio de su valía. Esto nos
cuando el individuo que teme la sUpe- dice que el rango moral del superior se

" No olvidemos por otro lado, que de la mano de Hirschman (1978) tenemos el testimonio
de toda una pléyade de influyentes pensadores promoviendo las conductas udulces" y
amables. Hay pues una convergencia de distintos planteamientos en tomo a la pacifica-
ción de las costumbres y comportamientos.
51 Es importante subrayar que se trata de un nuevo super-yo, que no la aparición súbita de
éste en el proceso de modernización, pues en realidad, el super-yo es una estructura
psíquica inherente a la humanidad por cuanto hace posible la sociabilidad humana. Otra
cosa muy distinta, es que en el curso de la historia, y en concreto, en el proceso civiliza-
torio que estudia Ellas, el super-yo adopta í1na nueva configuración. Para empezar, ya no
se trata tanto de un super-yo colectivo generador de presiones externas sino de otre
individualizado pero efectivo para el control de la C()nducta. Como lo sostiene Elfa>
(1993 p. 506) "En la sociedad humana no hay un punto cero de los miedos frente a 181
fuerzas externas y tampoco hay un punto cero frente a las fuerzas automáticas inter
nas ... lo que se da en el curso de un proceso civiJizatorio no es la desaparición de una y L
aparición de otra; lo que cambia en último término es la proporción entre mied o'
externos e internos y su estructura general .....

68 DE W INHUMANO y W HUMANlZABLE EN LAS RELACIONFS DE SUBORDINACIÓN / CARVAJAL B., F


en el super-yo del subordi- como esos meses tras otros de no ha-
Por lo tanto, al primero le basta cer caso de sus empleados. de no to-
o amenazar el reconocimien- marlos en serio, lo que establece su
busca y lucha el subordinado dominación. Así y no con malos tra-
minado, esa afanosa búsque- tos abiertos es como los obliga a ha-
onsideración y reconocimiento cer su voluntad" (Sennett 1982, p.95).
e el subordinado se encuentre Para ilustrar el punto remitimos a la lec-
nso ante los gestos de superio- tura del anexo. Se publicó en la Har-
'j así es como aprende a recono- vard Business Review en junio de
omo inferior 3 • i 965, Ysegún Sennett (1982, p. 96) se
Pero es de la mayor importancia Íla citado a menudo en círculos empre-
-,.",oIiP··r que la erosión del sentimien- sariales como modelo de la forma en
valía que se produce en el subor- que un jefe debe tratar a un empleado
o a través de la vergüenza que exigente.
el superior no precisa que este Como se puede observar a partir
ite la violencia y los malos tratos de estas breves notas sobre la historia
nonnales a fines del siglo XIX); y la sociología de la vergüenza, ésta
ería que tanto pesa en el imagi- es un eficaz sustituto de la violencia y
' 0 del subordinado moderno la res- el maltrato como instrumerito de disci-
sabilidad que se atribuye por su plinamiento de la conducta, pero no
ición, que el superior no precisa parece que esto se haya recepcionado
I maltrato o la coacción física para por parte de los estudiosos de la ges·
sciplinarlo. Así puede interpretarse tión de recursos humanos. En efecto,
• comentario que hace Sennett inspi- en esta literatura no está presente el
o en Elias: "en lugar de que el jefe concepto de vergüenza como ÍllStru-
ga explícitamente "eres una porque- mento de dominio, y menos aún de la
.. o "fíjate en mí que soy mejor que asimétrica valoración moral que intro-
. .. , no necesita más que ... ejercitar su duce entre los partícipes de la relación
:alma e indiferencia". A renglón se- de subordinación. Esto es inquietan-
_ ido comenta que "no son tanto los te, pues si se presume, corno se hace
omentos abruptos de humillación, en esta tradición de estudios, que la

Andrew Morrison, un psiquiatra dedicado al estudio de la vergüenza, y profesor en el


Massachusets Institute of Psychoanalysis, el Boston Psycoanalytic Institute y la Har-
vard Medica! School, nos confIrma la vergüenza como un sentimiento de inferioridad que
humilla el narcisismo del sujeto. COD los pacientes investigados ha encontrado que es una
"esencial falta de valfa" lo que genera este sentimiento. Sus pacientes se autodefinen con
expresiones tipo; "soy débil", "soy un perdedor", "me siento estúpido, torpe. idiota",
"en mi hay algo que esta mal". También ha constatado que bay un estrecho vinculo entre
pobreza, subordinación y vergüenza. Consúltese su obra "La Cultura de la vergüenza"
(1997).

CUADERNOS DE ADMINJSI'IlACIÓNl UNIVERSIDAD DEL VALW N° 27/ MARZO DE 2002 (f)


colaboración de los obreros y emplea- autoridad. Es este el problema que de-
dos es una función en parte determi- bemos enfrentar. Por fortuna, no esta-
nada por la calidad de la dirección y la mos solos en esta labor, fue la cues-
supervisión, se debería insistir en que tión que trató de resolver Hegel a tra-
no basta con la proscripción de los vés de un proceso mental y/o espiri··
maltratos y los castigos físicos, pues tual (para Sennett un "viaje interior')
formas sutiles pero efectivas de aver- que emprende el esclavo vencido en
gonzamiento minan y socavan el au- ese primer combate en busca de una
torrespeto del subordinado. autoridad satisfactoria. Esto es, aque-
Ciertamente, desde el psicoanáli- lla que pese a su fuerza, poder y pruri-
sis podemos expliCa!" estos sutiles ac- to narcisista, no puede sin embargo
tos de menosprecio como la forma de humillar sin remedio la valía moral que
proyectarse el narcisismo del superior a sí mismo se otorga el subordinado, y
en tiempos caracterizados por el avan- no porque así lo manifieste la autori-
ce de la igualdad como gran ideal hu- dad. Se trata más bien de que a pesar
manista, pero como ya lo hemos ad- de la autoridad -y no gracias a esta- el
vertido, la pregunta no es tanto, o no subordinado logra -aunque con difi-
solo, lo que podemos esperar del su- cultad- construir la valía moral que le
perior, sino también lo que puede ha- niega el superior. ¿Como puede ser esto
cer el subordinado. En linea gruesa se posible? Responder esa interrogación
argumenta que puesto que no es mu- es de la mayor importancia y afortuna-
cho lo que podemos esperar del supe- damente hallamos en la interpretación
rior, entonces ei propósito de humani- que hace Sennett de Hegel algunas
zar las relaciones de subordinación ha ideas que pueden ser muy útiles. Vea-
de detenerse en el protagonismo del mos esto.
subordinado a fin de progresar aun más El núcleo de tales ideas reside en
en este propósito. que gracias a ese "viaje" hegeliano el
Pues bien, a fin de avanzar en esta subordinado modifica la visión que tie-
dirección conviene retomar nueva- ne de sí y de la autoridad. No se debe
mente esos aportes de la sociología creer que la naturaleza "espiritual" de
de la vergüenza que ha expuesto Sen- este proceso sitúa el problema en un
nett inspirado por Hegel. El plantea- campo que por lo supuestamente abs-
miento es el siguiente; desde el mo- tracto despoja el proceso del terrenal
mento en que advertimos el daño que dramatismo qu~ hay en la lucha por el
causa en el subordinado el narcisismo reconocimiento, nada más lejos de tal
de la autoridad, nos preguntamos acer- cosa, pues lo que está en juego en este
ca de lo que puede hacer a fin de que cambio de visión de la autoridad es
no le haga tanto daño. Es decir, cómo nada menos que la legitimación de su
puede el subordinado construir su omnipotencia. Sin ésta, la capacidad
valía moral pese al narcisismo de la del superior para hacer daño a la au-

70 DE w INHUMANO y W HUMANlZABLE EN LAS RElACIONES DE SUBORDINACIÓN I CARVAJAL B., R.


loestima del subordinado se reduce, Sea esta la oportunidad para hacer
sin tal atributo el dictamen del supe- notar que esta prometedora perspecti-
rior queda despojado del carácter de va es uno de los mayores aportes que
un absoluto moral. Es decir, carente del & la solución de estos problemas nos
aura de validez que lo hace incuestio- ha legado la sociología política, pues
nable54 • una vez nos percatamos que la legiti-
A fin de comprender esto convie- midad la otorga el subordinado enton-
ne el análisis de la situación inversa y ces nos damos cuenta que no está in-
extrema. En este evento -que no es otro defenso y que no es poco lo que está
distinto al orden surgido del primer a su alcance para no dejarse atropellar
combate- la legitimidad del superior es de la autoridad. Es más, de algún modo
tal que sus actos se validan en forma el otorgamiento de legitimidad sugiere
indiscutida por parte del subordinado que la autoridad ha de ser una "cons-
y proyectan en su espíritu la minusva- trucción" del subordinado para ser
lía moral que presumen los actos de satisfactoria.
menosprecio del superior. Como se Como es de esperar, en este pun-
comprenderá, en esta circunstancia el to de la reflexión el problema a resol-
ejercicio de la autoridad, y particular- ver es el de las condiciones, factores
mente de su narcisismo, lesionará el o CIrcunstancias que hacen posible
amor propio del subordinado. Más modificar la visión que tiene el subor-
como se acaba de señalar, buena parte dinado de si y de la autoridad. Pero
de la explicación del fenómeno descan- antes conviene detenernos breve-
sa en la visión que tiene el subordina- mente en ese proceso hegeliano que
do del superior y de sí mismo, de modo conduce al cuestionamiento de la au-
que si por alguna razón o circunstan- toridad.
cia esta visión puede sufrir modifica- ¿Cómo nace la Ebertad una vez que
ciones entonces habremos hallado una el siervo ha humillado su orgullo en
fórmula para superar el escollo que ese primer combate? Esta es la pregunta
opone a la humanización el narcisismo que se formula Hegel a fin de hallar el
de la autoridad. modo de romper la estructura autorita-

Es evidente que en este punto tenemos una importante discrepancia con el Weber que
subraya la legitimidad como rasgo definitorio de la autoridad. Esto es, aquella que se
acata voluntariamente. Pero Sennelt asume esta discusión y discute con ayuda de Freud
la postura de Weber, piensa que "el dilema de la autoridad en nuestra época ...... es que
nos sentimos atraídos por f.guras fuertes que no creemos sean legitimas." El plantea-
miento ~stá respaldado en algunos de los casos que trata en su investigación, como el
de las contables, pues "cuando se les preguntó qué significaba el término de "saber
mandar", las contables dijeron: "es pisar el acelerador, es sac.arle a una más de lo que
una misma sabe que podrfa hacer". "Tener garra es estar dispuesta a ser una bija de
puta con tal de sacar un trabajo de primera". Consúltese Sennelt (1982, p. 42. El
subrayado es nuestro).

CUADERNOS DE ADMIN1SfRACIÓNl UNIVERSIDAD DEL VALuJ N° 27/ MARZO DE 2002 71


ria del orden surgido en esa primera como escenario la conciencia del suje-
confrontación. Como se sabe, todo to. Esto es lo que se hace presente en
empieza cuando el siervo adquiere con- esa tercera etapa que el denomina la
ciencia de su valor gracias al trabajo. "conciencia desventurada". El subor-
Esto lo redime de la abyecta postra- dinado descubre que lleva en sí mis-
ción en que se ha sumido por haber mo un siervo y un tirano. Esto es algo
humillado el orgullo. en términos de más que una interesante especulación
etapas, este primer momento es la fase filosófica; en realidad, uno de los más
"estoica" , Según nos lo explica Sen- grandes y trascendentales descubri-
nen (1982, p.124) es un repliegue en sí mientos del sicoanálisis es la proyec-
mismo, en el trabajo que realiza, y del ción de la autoridad y sus coacciones
cual surge una primitiva libertad inte- en el super-yo, ese poderoso e intran-
riorizada que se apoya en ese rescate sigente gendarme del comport'illlien-
del amor propio que le brinda el traba- to capaz de reprimir la realización de
jo. En este momento se produce la pri- deseos y aspiraciones proscritos en
mera crisis de la autoridad, pues el sier- principio por la autoridad e interioriza-
vo ha dejado de ser para sí el abyecto dos luego en la conciencia. Así que
ser derrotado en el primer combate. La Hegel no se equivoca al concebir la
etapa siguiente es el "escepticismo", libertad como un tenso estado del es-
el siervo sale de sí y se fija ahora en el píritu, pues habida cuenta que el tira-
mundo. Sigue siendo obediente pero no y el siervo lo llevamos dentro, la
ya no cree en la superioridad moral del libertad se experimenta como la ten-
"señor". Es la hora de la rebelión, de sión producida por esa confrontación.
actualizar la lucha por el reconocimien- A modo de ilustración pensemos en
to, de logros y reivindicaciones, pero ese Kafka de la "Carta al Padre" tan
sobre todo, el momento de conquistar capaz de enfrentar con temor el te-
para sí la certeza del valor que sólo rror que su padre le inspira55 • Éste es
puede otorgar el arrojo para enfrentar un Kafka Hegelianamente libre que
el rival. espera de su valor para tomar esta
Este podría ser el final del "viaje" iniciativa "algo tan cercano a la ver-
si no fuera porque Hegel no cree en la dad que puede serenamos un poco
libertad como un feliz estado del espí- y concebimos más fáciles la existen-
ritu, sino como una preciosa y desga- cia y el fin" (véase últimas lineas de
rradora tensión fundamental que tiene la Carta).

" Recordemos las primeras lineas de esa carta. "Querido padre, hace poco me preguntaste
por qué te siento miedo. como siempre, no fui capaz de responderte; primero, lógica-
mente, por el miedo que te siento, y luego porque en la explicación de ese miedo
interviene muchos factores . Y si con esta misiva procuro responder a tu pregunta.
probablemente no será muy completa, pues el miroo y de lo que él se deriva me aprisio-
nan al pensar en tí .... ."

72 DE LO INHUMANO Y LO HUMANIZABLE EN LAS RELACIONFS DE SUBORDINACIÓN I CARVAJAL B., R.


Finalmente, en la fase de la "con- En síntesis, lo que Hegel viene a
.:iencia racional" el subordinado ad- sostener es que no se puede ser libre
vierte el cisma de la desventura en si se piensa que el otro es todo pode-
otros, e incluyendo al superior. Según roso y omnipotente. Esto no lo puede
Sennett, el calificativo de racional obe- asumir un individuo sin hacerse daño.
dece a que gracias a este conocimien- De modo que el siervo empieza a valo-
to se puede actuar conforme a objeti- rarse cuando logra derribar esa ima-
vos comunes. Si lo interpretamos co- gen de omnipotencia, y gracias a esto
rrectamente, ese conocimiento revela la autoridad no se vive de modo tan
en el superior un aspecto que lo hace humillante como el día de la derrota y
tan igual al resto del genero humano entonces, y solo entonces, se puede
que ya no se le puede ver como el todo "ser dependiente sin ser vulnerable"
poderoso y omnipotente dei primer (expresión de Sennet. 1982, p.50). A
combate. fin de entender esto resulta oportuno
En estas condiciones, las dos ulti- trabajar con el planteamiento que hace
mas fases modificarán de modo sus- Tocqueville sobre la sujeción y la obe-
tantivo los términos del conflicto. La diencia. La primera corresponde al aca-
lucha por el reconocimiento sigue en tamiento en las sociedades aristocrá-
pie, pero ya no será necesario el duelo ticas caracterizadas por profundas y
a muerte con el rival. La conciencia de estables desigualdades sociales ci-
la desventura universal relativiza la mentadas en una resignada mentalidad
importancia del combate con el otro. premoderna La obediencia, en cambio,
Una vez nos informamos del tirano y corresponde al acatamiento que se
el siervo que llevamos a cuestas la vi- hace en sociedades en las que se vi-
sión del sí mismo y del otro se modifi- ven procesos de movilidad social, y
ca tanto que somos defmitivamente en este sentido, orientadas a la igual-
otros; el siervo se convierte en un ser dad, razón por la cual los sujetos se
diferente que ya no compite con el "se- perciben como miembros de una so-
ñor", y por eso éste ya es otro que ha ciedad de iguales en el sentido sus-
perdido su poder, y no porque haya tantivo de tener derecho y opción de
sido derrocado. Sencillamente, no se igualarse. Como se comprenderá, en
pasa por la conciencia desventurada tal circunstancia, el acatamiento no
sin relativizar el poder del "señor". En involucra un sentirse menos definiti-
adelante se sentirá la fuerza de la auto- vo, aunque resulte desagradable. Por
:idad, pero se es libre en tanto que ya contra, la sujeción del siervo que no
no se cree en la omnipotencia del se- sospecha siquiera un estado de cosas
ñor. El continua ejerciendo el mando, distinto, se traduce en un sentirse me-
pero sin esa omnipotencia el siervo nos que no humilla su moral. Esto nos
empieza a ser libre en tanto sabe que el sugiere que el dilema del siervo en el
otro no es tan fuerte como lo creía. mundo moderno es el de como obede-

CUAD<:RNOS DE ADM1NISTRACIÓNl UNIVERSIDAD DEL VALLFi N° 27/ MARZO DE 2002 73


cer y no ser por ello menos que el su- su orgullo y valía. ¡:;:sta es la esencia
periorSó . de la li~ert.ad hegeliana.
Así pues, en la perspectIva hege-
liana, humanizar la relación de subor-
dinación es equivalente a introducir en X. LA ORGANIZACiÓN
ella los dispositivos o factores que ASESORADA POR HEGEL
permiten al subordinado derribar esa
imagen de omnipotencia. Naturalmen- Estámos ahora más preparados
te, esto nos sitúa más allá de aquella para examinar las condiciones, facto-
fórmula convencional tan empeñada en res o circunstancias que penniten al
creer que la solución al problema está subordinado recuperar el orgullo y el
en jefes y supervisores del perfil "hu- amor propio pese al prurito narcisista
manista" pretendidamente "vacuna- del superior. Por extraño que parezca,
dos" contra el narcisismo de la autori- experiencias paradigmáticas como la
dad. Desde luego, ese perfil "huma- de Kafka con su infalible y todo po-
nista" no está de sobra, y es un recur- deroso progenitor, la de Madeleme
so del que no se debe prescmdir, pero Gide, Edmund Gosse, e innumerables
como lo postula el sicoanálisis de ins- casos más (los aquí mencionados es-
piración hegeliana no es mucho lo que tán reseñados en Sennett, 1982), nos
podemos esperar de ese "nuevo" su- demuestran que es enteramente posi-
pervisor, pues tan pronto como el de- ble creer en sí mismo pese a la terca y
pendiente exija el tipo de trato que sorda afirmación de un omnipotente
borra la frontera entre el "ellos" y el y arrogante "superior", y más aún,
"nosotros", es decir, tan pronto como que el subordinado puede destruir esa
se reclama un igual se encontrará con imagen sin estallar el vínculo de au-
ese prurito narcisista que tanto daño toridad. ¿Como puede ser esto posi-
hace a su orgullo ("¿y este qué se está ble en las organizaciones? Si interpre-
creyendo?", dirá o pensará el confuso tamos correctamente el esfuerzo de
y molesto superior). Como se com- Sennett para pensar el vínculo de de-
prenderá, frente a tales hechos cobra pendencia desde Hegel, la clave está
relevancia la propuesta hegeliana de en la oportunidad que puede hallar
dirigir la atención en la iniciativa del el subordinado dentro de la organi-
subordinado, pues a diferencia del zación para: 1) Probar su valía y 2)
superior, en la mutabilidad de su iden- "leer" los actos de autoridad (Sen-
tidad se alberga ese cambio de visión nett 1982, p.160). Es decir, para des-
de la autoridad que le permitirá acatar- cifrarla y auscultar en ella el secre-
la sin sofocar la aspiración de creer en to de su poder.

'" Para el tema de la sujeción y la obediencia véase: Tocqueville (1984 Cap V de la Tercera
parte).

74 DE LO INHUMANO Y LO HUMANlZABLE EN LAS RELAC10NFS DE SUBORDINACIÓN I CARVAJAL B., R.


Todo parece indicar que el primer Como se recordará, esto es lo que se
punto es el más conocido. En efecto, efectúa en el momento que empieza a
nos consta la recepción de propues- experimentar la "conciencia desventu-
tas dirigidas a la ampliación y enrique- rada" y la "conciencia racional". Pero
cimiento del trabajo como respuesta a ¿qué recurso está disponible en la or-
la rutinización de la actividad laboral ganización para facilitar este proceso?
modelada por Taylor. Pero debemos En principio, no tenemos por qué
lomar nota de que con bastante fre- esperar que haya algo exprofeso para
cuencia el problema y la propuesta se tal objetivo; después de todo, a la fal-
fonnulan en torno al fenómeno de la ta de interés por parte de la dirección
ruúnización y emprobrecimiento de la podemos sumar la escasa o nula difu-
actividad laboral, pero no siempre se sión de estos planteamientos en la li-
destaca el empobrecimiento que genera teratura administrativa. Pero como ve-
en la moral del trabajador, en la "morti- remos, la experiencia a escala societal
ficación" de su yo ("cualquier tonto de gobernantes y gobernados sugiere
puede hacer este trabajo"). Por tanto, a Sennett los recursos de que puede
en el contexto de la reflexión que aquí disponer el subordinado para "leer"
se presenta las propuestas en cues- los actos de la autoridad y, gracias a
tión revisten un carácter más estricta- esto, desmitificarla y desmontar su
mente moral en tanto trascienden como capacidad para hacer daño. ¿Pero
dispositivos a través de los cuales el como se efectúa esta "lectura"? La
subordinado recupera el sentido de su receta hegeliana consiste en acercar-
valía y de su humanidad. Esto es algo se a la autoridad, (Sennet 1982, pI51)
más que montar dispositivos con el espera que de tanto observarle se le
objetivo de eliminar rutinas. pierda el temor. Persistirán las diferen-
Pero la "mortificación del yo" no cias de poder y autoridad, pero esa
proviene exclusivamente de la vacua fuerza se desmitifica tan pronto como
rutina laboral modelada por Taylor. el saber de la "conciencia desventura-
También, a cuenta del libreto de actua- da" extendida luego a la propia autori-
ción de la autoridad, y de modo parti- dad revela al subordinado la pedestre
cular, el prurito narcisista. No sobra humanidad del superior. Esto es justa-
advertir nuevamente la inutilidad del mente lo que no llega a saber cuando
esfuerzo para eliminarlo habida cuen- la autoridad es distante, y por eso cau-
ta de que en él identificamos el reduc- sa más temor y reverencia. En síntesis,
to infranqueable de una identidad in- postulamos que la autoridad no se
corruptible, lo cual nos concita a la puede acercar al subordinado sin ries-
búsqueda de los recursos que puede go de ser desmitificada. Desde luego,
disponer el dependiente para "leer" y esto será tanto más probable cuanto
descifrar la autoridad de modo que se más moderna sean la mentalidad y las
revele el secreto de su omnipotencia. expectativas del subordinado. Después

CUADERNOS DE ADMINJSfRACIÓNl UNIVERSIDAD DEL VALLF} N" 27/ MARZO DE 2002 75


de todo, el siervo Hegeliano es un suje- dad para perturbar la autoridad. Esto
to moderno, y por ello destinado a pro- es, poder cuestionarla, interrogarla,
tagonizar la historia con la disposición declararla ir.justa, acusarla, etc. Como
que tiene para fmjar su destino. se comprenderá, una autoridad ex-
¿Pero cómo explicar la relación cau- puesta a las convulsiones que puede
sa-efecto entre la autoridad cercana y generar el reclamo del subordinado
el desmonte de su capacidad para ha- puede de hecho conservar el atributo
cer daño pese a la persistencia del pru- para tomar decisiones, incluso aque-
rito narcisista? Parece que la autori- llas manifiestamente rechazadas por
dad no puede aproximarse al subordi- el subordinado, pero su aura de in-
nado sin riesgo de ser perturbada, su sondable y terrorífico poder ha des-
poder se desmitificará por la concien- aparecido y por esto el subordinado
cia de la desventura universalizada ya no es el "hombree ita" temeroso y
que se alcanza gracias a la observa- pusilánime del "primer combate". ya
ción atenta de la autoridad. En este no es, para ilustrar el punto, el obre-
orden de ideas concebimos una diná- ro, empleado o subordinado del pri-
mica de retroalimentación entre la au- mer día de trabajo, siempre cautelo-
toridad visible y legible (y por tanto, so, por decir lo menos, a fin de no
próxima) que pone en marcha un pro- perturbar las normas y el sentir de los
ceso de desmitificación transmutable superiores.
en la osadía del subordinado para per- Si perturbar los actos de la autori-
turbarla. Pero esto no se hace sin pro- dad es tan importante para la moral del
fundizar aún más la desITlltificación de subordinado, establecer los medios
la autoridad, de modo que la mejor for- que lo permiten es entonces la tarea
ma de describir el proceso es la de una puntual del directivo comprometido
creciente espiral de retroalimentación con la humanización del subordinado.
entre la autoridad visible y legible, su Como ya lo hemos señalado, esos me-
desmitificación y el riesgo de ser per- dios son aquellos apropiados para
turbada. "leer" los actos de la autoridad, y que
Es de la mayor importancia enten- la hacen visible y legible. Presumible-
der que se trata de perturbar los actos mente, habrá muchas formas concre-
de la autoridad, que no de quebrantar tas de materializar esta directriz, de
el vínculo de subordinación en el sen- modo que sólo a titulo de ilustración
tido formal del termino, pues como se consignamos las medidas propuestas
ha insistido, no es esto lo que está en por Sennett. (1982, p.166 Y sgts). Es-
juego; lo que de veraz importa es que tas son: institucionalizar el uso de la
el subordinado rescate su valía y en voz activa, el discurso de las catego-
aras de esto se sostiene aquí que 10 rías, el intercambio de papeles, profun-
mejor que puede hacer la dirección por dizar la gestión por objetivos y discu-
el dependiente es brindarle oportuni- tir la asistencia.

76 DE LO INHUMANO Y LO HUMANl7.ABLE EN LAS RELACI~ DE SUBORDINACIÓN I CARVAJAL B., R.


Por voz activa se entiende el seña- partamento decidan quién se marcha
lamiento de qué autoridad es respon- y cuándo."
sable de una disposición. La intención Podemos apreciar que el uso de la
perseguida es hacerla discutible yem- voz activ.a riñe con la orden en abs-
plazar al superior para que argumente tracto como principio universal de la
y rinda cuentas. Veamos la ilustración organización. Aquí se indica claramen-
de Sennett. (1982,p. 170) La voz pasi- te quién es partidario de la decisión y
va se expresa del modo siguiente: quién está en contra, de modo que el
"Se ha decidido que todos los em- trabajador perjudicado puede dirigir-
pleados habrán de escalonar sus va- se directamente aloa los responsa-
caciones durante el periodo de vera- bles de la decisi6n. ¿Y no es esto lo
no, a fin de que no haya irregularida- que está previsto en el funcionamien-
des en la producción de la fabrica. Por to de un Estado y un gobierno demo-
eso, cada empleado o empleada habrá crático? En efecto, así es, y no por ello
de presentar a su supervisor o super- se quebranta o colapsa el orden so-
visora una declaración de la fecha en cial.
que proyecta tomar las vacaciones, La discusi6n de las categorías no
con un orden de prioridades posibles. es nada distinto al derecho del subor-
Después, estos planes serán coordi- dinado para reclamar el trato y la con-
nados por el grupo de supervisión y sideración acorde con la categoría que
se asignará a cada empleado una fe- tiene dentro del organigrama de la plan-
cha de vacaciones." ta de trabajo. Como es bien sabido, con
Como se puede observar, la voz mucha frecuencia las disposiciones de
pasiva vela la responsabilidad. Con la autoridad alteran el mapa de catego-
ayuda de un ejemplo en voz activa. Lo rías y afectan de este modo el "contra-
veremos con mayor claridad. to" con el subalterno.
"La Sra. Jones, el Sr. Smith, el Sr. En el caso de la gesti6n por objeti-
Anderston y la Srta. Barker han deci- vos, Sennett propugna por su difusión
dido decir a sus empleados cuándo se en todos los niveles de la organiza-
pueden tomar vacaciones este vera- ción, y no solo entre los directivos. De
no. El motivo es que la productividad esta forma espera que se produzca por
de la organización se ve alterada si parte del subordinado un conocimien-
todo el mundo se marcha en agosto. to crítico acerca del superior. Muy se-
Jones, Smith y Barker votaron a favor guramente le decepcionará, pero de
de esta decisión. Anderston votó en esto se trata.
contra y dijo que el tiempo necesario Del intercambio pasajero de pape-
para coordinar las vacaciones de 1.000 les entre superiores y dependientes
empleados costaría a la empresa tanto Sennen espera que el jefe se percate
dinero, a fin de cuentas, como el per- de la irracionalidad de las normas por
mitir que los empleados de cada de- él mismo establecidas, pero también

CUADERNOS DE ADMINlSTRAClÓNI Ul'.'IVERSIDAD DEL VALLFl N° 27/ MARZO DE 2002 il


puede hacer comprender al subalter- imagen más humana de la autoridad y
no por qué el jefe no puede hacer todo recupera su valía moral.
lo que de él se espera Hemos llegado así al finaJ de una
Finalmente, propone combatir la reflexión motivada por la preocupación
forma burocratizada e impersonal que de hallar el modo de enfrentar el pro-
corrientemente adopta la empresa para blema que suscita el narcisismo de la
prestar ayuda y asistencia al trabaja- autoridad para el propósito de huma-
dor. Este es un tema moralmente muy nizar las relaciones de subordinación.
delicado, porque relaciona el hecho de Como lo hemos podido observar, es
ser controlado y ser objeto de cuida- perfectamente conveniente, necesario
dos. Pero cuando la asistencia se uni- y argumentable preguntarnos por
versaliza a fuerza de despersonaJizar- aquello que puede hacer el subordina-
la, desaparece la diversidad de circuns- do por sí y para sí mismo en lugar de
tancias personales que le dan origen. esperar inútilmente la falsa promesa de
Pero Sennett no espera que el trata- un trato plenamente humano por cuen-
miento caso por caso de la asistencia ta del superior.
brinde las soluciones esperadas, lo que Sin embargo, a fin de no dar pie a
espera son las desilusiones del subal- equívocos insistiremos nuevamente
terno con respecto a sus jefes, parti- en la necesidad de continuar adelan-
culannente con los inmediatos, pues tando la tarea de hwnanizar al supe-
seguramente se encontrará que poco rior, una tarea que, por cierto, hace
o nada pueden hacer y que son seres necesario pensar de nuevo en Elias.
tan normales y limitados como cual- En efecto, mucho ganarán los subor-
quierotro. dinados si el crecimiento del umbral
Conviene reiterar que estas pro- de vergüenza continua como en el pa-
puestas no son una receta, de modo sado civilizando el comportamiento
que es tarea del directivo humanista en arrogante de los poderosos. Al respec-
cada organización hallar la forma de to es reconfortante poder registrar en
permitir que el subalterno perturbe el estas lineas la vitalidad que aun exhi-
ejercicio de autoridad con el derecho be este proceso. Como mínimo, esto
de poder revisar mediante conversacio- es lo que podemos sostener a partir de
nes las disposiciones de la autoridad. esa ultima oleada civilizatoria que se
Como lo demuestran tantas experien- despliega actuahnente en la vida de las
cias, las convulsiones que se produ- organizaciones a raíz del boom escan-
cen a raíz de esta "lectura" no alteran daloso que ahora podemos activar por
en lo sustantivo la relación de subordi- razones de acoso sexual.
nación en sentido formal, y menos aún, Pero como lo hemos demostrado,
vulneran el narcisismo de la autoridad; tiene pleno sentido la tarea de huma-
todo lo contrario, lo activan, pero pese nizar al subordinado. Es por esto que
a todo el subordinado tiene ahora otra nuestra reflexión marca una diferencia

78 DE LO INHUMANO Y LO HlJMANIZABLE EN LAS RELAOONES DE SlJIIORDINAOÓN / CARVAJAL B., R.


sustantiva con aquellas posturas que registramos brevemente la dificultad
en pos del humanismo centran su pre- que enfrentan.
ocupación en el comportamiento del
superior. El problema con esta postura
es la presunción que la cuestión a re- XI. CAPITALISMO FLEXI-
solver esta radicada de modo exclusi- BLE: LA NUEVA ENCRUCI-
vo en la tradicional inhumanidad de JADA DEL COMPROMISO
los poderosos, lo cual hace pensar en CON EL HUMANISMO
muchos casos en soluciones de tipo
paternalista que no resuelven en ab- Me estoy refiriendo a la irrupción
soluto el problema de la minusvalía del capitalismo flexible. En efecto, en
moral del subalterno, siendo este el el Sennett de "la corrosión del carác-
problema que hemos querido resaltar ter" se aprecia con toda claridad cómo
en razón a lo poco que en él se repara bajo el "imperativo" del "trabajo flexi-
y a la importancia que tiene para quien ble" la empresa de negocios rompe los
se compromete de modo auténtico vínculos que con tanta dificultad hl'.
con la humanidad de los subordina- establecido con el humanismo, y con-
dos. tra lo que supuestamente no era de
¿Pero quién puede ser el sujeto de esperar, incluso con aquel de estirpe
esta causa? Sin duda, esperamos que Hobbsiana. Veamos esto.
los asalariados tomen parte activa, Sennett ha podido como investi-
pero mucho ganaremos si los directi- gador seguir de cerca la vida de Enri-
vos empresariales ponen igual empe- co. Cuando lo entrevistó por primera
ño; a fin de cuentas, no se trata de vez (hace veinticinco años) trabajaba
asaltar los intereses que tras el narci- como portero, pero durante veinte años
sismo se agitan preocupados y moles- había trabajado como aseador de la-
tos por el reclamo del reconocimiento. vados y suelos, y tenía todas sus es-
De modo que esta reflexión se presen- peranzas puestas en Rico, su hijo, que
ta como una propuesta que sin cues- entonces apenas entraba en la adoles-
tionar los derechos de propiedad del cencia. Su trabajo estaba guiado por
empresario lo convoca sin embargo al un objetivo a largo plazo: servir a su
fomento de este modo de comprender familia. Tardó quince años en ahorrar
el compromiso con el humanismo. La el dinero para comprar una casa. A lo
recepción que tuvo Elton Mayo y largo de esos años Enrico y FIavia, su
otros defensores del humanismo he- mujer, pudieron ver cómo semana tras
geliano en el mundo de los negocios semana crecía su cuenta de ahorros y
da pie para cultivar la esperanza de ver como se acercaban cada vez más al
a los empresarios apostando por esta objetivo de adquirir vivienda y educar
causa. Seguramente ya muchos lo vie- a sus hijos en la universidad. Para re-
nen haciendo pero hacemos bien si sumir, Enrico y su mujer pasaron bue-

CUADERNOS DE ADMINISTRACIÓN! UNIVERSIDAD DEL V ALLFl N" 27/ MARZO DE 2602


na parte de su vida laboral bajo la ex- ñas empresas e individuos relaciones
pectativa de que en tantos años se ju- comerciales a corto plazo, y en conse-
bilarían y que en el entre tanto conta- cuencia, ha periclitado el largo plazo
rían con una detenrunada suma de di- de la estabilidad laboral y de la profe-
nero para los planes familiares. Y fue sión con la opción que brindaba al tra-
así como en efecto ocurrió gracias a bajador de trazar una trayectoria de
las nonnas contractuales de seguridad vida laboral en canales fijos, lineales
laboral, garantías y prestaciones a las en el tiempo y útiles para sostener un
que se sujetaron las empresas por la esfuerzo que con el tiempo sería com-
presión de la cIase obrera organizada. pensado. Como lo ilustra el caso de
Naturalmente, los logros alcanzados Enrico, esa recompensa estaba com-
son también el resultado de la discipli- puesta de beneficios Hobbsianos tipo
na y el esfuerzo de largo aliento den- ingresos fijos, seguridad laboral, suel-
tro de ese marco de seguridades labo- do de jubilación, planificación a largo
rales. Gracias a esto Enrico llegó a ver- plazo de los gastos familiares con mi-
se como el autor de su vida y aunque a ras a la educación de los hijos, vivien-
menudo se sentía menospreciado, par- da digna y vida confortable. Etc. Y jun-
ticularmente por la gente de cIase me- to a esto, logros de orden moral que
dia que lo trataba como "un cero a la permitieron a Enrico esa "sensación de
izquierda" pudo sin embargo experi- respeto por su propia persona." Sea
mentar una sensación de respeto por esta la oportunidad para hacer notar,
su propia persona. Tenía buenas razo- como parece que lo vio Srnith, la capa-
nes, ahí estaba su casa con un bien cidad del capitalismo (sobre todo el
cuidado jardín, Rico en la universidad democratizado) para consolidarse vía
y posterionnente devengando un sa- realización moral de los individuos.
lario con el que nunca pudo soñar. Pues bien, es todo esto lo que está
Sin embargo, a diferencia de su en juego al examinar la experiencia de
padre, Rico y otros personajes de la Rico y de tantas más víctimas del "tra-
investigación no ven el futuro con bajo flexible". En efecto, Rico no po-
optimismo, y la razón de fondo es que drá como su padre cultivar la expecta-
el "capital impaciente" (de alto rendi- tiva de que con su esfuerzo y discipli-
miento en el corto plazo) ha impuesto na, él, su mujer y los hijos tendrán en
una nueva fonna de organizar el tiem- el futuro mejores condiciones de vida.
po, y en especial el tiempo de trabajo. y no solo se trata de una percepción
Su lema es ''nada a largo plazo". "Te- de riesgo y vulnerabilidad que corroe
nemos que fomentar el concepto de la seguridad y confianza para "salir
que la fuerza de trabajo es contingen- adelante", es que las estadísticas no
te", asevera un ejecutivo de la ATT. son halagüeñas, confonne avanza la
Este panorama ya es bastante familiar, difusión del "trabajo flexible" más y
las empresas subcontratan con peque- más personas se ven afectadas por el

~ DE LO INHUMANO Y LO HUMANlZABLE EN LAS RELACIONES DE SUBORDINACIÓN I CARVAJAL B., R.


cambio de trabajo. Ya en los años ejemplo para que sus hijos vean como
ochenta un 34% experimentó pérdidas han de comportarse éticamente". (Sen-
importantes en sus ingresos y un 28% nett2000p.16ysgts).
obtuvo ganancias considerables (Sen- Pero es en Rose (la propietaria de
nett 2000 p. 89), pero poco tiempo atrás un bar que acepta la oferta de trabajar
la situación era inversa, se mejoraba en una agencia de publicidad) donde
notablemente al ubicarse en una nue- mejor apreciamos el impacto del capi-
va empresa antes que por ascenso tal flexible en la moral de los (as) asala-
dentro de la antigua, y sin embargo, el riados (as). "La desconcertaba profun-
cambio de empresa no era tan frecuen- damente haber sido contratada por su
te como en la actualidad, muchos ven conocimiento práctico para luego ser
en la seguridad laboral y en el compro- descartada como alguien demasiado
miso que hada posible con la empresa viejo, al que ya se le había pasado el
la explicación de este fenómeno. cuarto de hora". Según se lo explicaba
Estos datos, sumados a la percep- un ejecutivo de Wall Street, "los em-
ción de vulnerabilidad socioeconómi- pleadores creen que (si tienes más de
ca por parte de los trabajadores y em- cuarenta años) ya no eres capaz de
pleados dejan ver cómo a cuenta del pensar. Más de cincuenta y.. estás aca-
capitalismo flexible se debilita el com- bado." La idea es muy clara: la flexibi-
promiso de la empresa de negocios con lidad es sinónimo de juventud y la ri-
ese humanismo de tipo Hobbsiano gidez sinónimo de vejez, por esta ra-
promovido por Taylor, Henry Ford y zón, la experiencia de que se podía ufa-
otros destacados ideólogos de la em- nar Rose resultó inútil y desacredita-
presa privada, con el convencimiento da. (Sennett 2000 p. 95 Ysgts).
de que a cambio de seguridad y bien- Los panaderos de Boston son otro
estar los asalariados estaban dispues- buen ejemplo. La panadería en cues-
tos a colaborar con los fines de la em- tión se encuentra tan tecnificada e in-
presa. formatizada que "los trabajadores se
Pero como lo hemos visto, no se sienten personalmente degradados
puede en el mundo moderno afectar el por la manera en que trabajan", ahora
bienestar material de las personas sin no tienen contacto físico con los in-
menoscabo de su vanidad y orgullo. gredientes, todo lo supervisan median-
Rico y su mujer, por ejemplo, "temen a te ico:1oS en pantalla. "En casa sí que
menudo estar al borde de la pérdida hago pan, soy panadero. Aquí aprieto
del control de sus vidas" y se lamen- botones", declara uno de íos panade-
tan de no tener un papel fijo que les ros, y a la pregunta de por qué no asis-
permita afmnar "esto es lo que hago, te a un curso para el manejo del orde-
de esto soy responsable", pero hay nador, respondió con un "no importa,
algo más grave; "no poder ofrecer la no voy a hacer esto el resto de mi vida",
sustancia de su vida profesional como en esto Sennett advierte una débil

CUADERNOS DE ADMIN~-rRAC1ÓNl UNIVERSIDAD DEL VALU) N° 27/ MARZO DE 2002 81


identidad laboral en la que no pode- (por ejemplo, de las normas informales
mos ver la promesa humanizan te del que rigen en la empresa y de los supe-
trabajo a la manera de Hegel y Marx. riores) están dotados de algo que según
(Sennett 2000 p. 66 Y sgts). este e.::onomista, llama la ''voz''. Esto es,
¿ y mejora acaso la situación del su- disposición para criticar lo que a su en-
bordinado frente al superior en las orga- tender son malas o erradas decisiones.
nizaciones regidas por el trabajo flexi- En cambio, sabemos que el trabajador
ble?, ¿puede en estas condiciones la em- de recién ingreso, y más en general los
presa de negocios abonar el terreno don- que desconocen la empresa y sus cua-
de el subalterno consiga desmitificar la dros directivos, son más "cautos", y en
autoridad y rescatar la valía personal?, realidad temerosos de expresar la incon-
¿puede la empresa de negocios en el formidad y, a final de cuentas, los más
marco del capitalismo flexible, actuar de tolerantes con las órdenes injustas y
modo consecuente con el postulado del desacertadas. Como dice Hirschman es-
valor moral como el sello distintivo del tán dispuestos a "hacer mutis", y mar-
ser plenamente humano? por desgracia, charse antes que expresar su inconfor-
no parece que la impaciencia del capital midad. Son, en definitiva, los siervos
ayude al empresario en este propósito. Hegelianos de ese primer combatil7 •
En efecto, sin seguridad y estabilidad Tenemos entonces buenas razo-
laboral no podemos esperar que el tra- nes para registrar con preocupación el
bajador emprenda la lucha por el reco- asedio contra la seguridad y la estabi-
nocimiento, y menos aún ese ''viaje'' He- lidad laboral; todo parece indicar, que
geliano tan esencial para la redefinición sin estas garantías la organizacióT'
de las relaciones de subordinación. Cier- pierde una pieza clave para obligarse a
tamente, son los trabajadores de mayor sí misma a comprometerse con esas
edad y con más tiempo de vinculación a aspiraciones de orden moral tan defi-
la empresa los que tienden a ser más crí- nitivas para la humanización del su-
ticos con sus superiores, y no tanto bordinado. "Puede que no te guste
aquellos que están empezando, o para estar aquí, pero eres demasiado viejo
ser más precisos, aquellos que atrapa- para conseguir trabajo en otra parte".
dos en la red de las "organizaciones flexi- Esta fue la respuesta de un jefe (Sen-
bles", están siempre empezando. De nett 2000 p. 98) a las quejas y reclamos
nuevo, es Hirschman (1977) quien nos de un antiguo empleado. Esta reacción
ayuda a conceptualizar el fenómeno. Son no permite hacernos ilusiones en rela-
los trabajadores de mayor trayectoria los ción a lo que pueden esperar los nue-
que gracias al conocimiento acumulado vos asalariados que carecen de segu-

57 Estarnos invitando a enriquecer la comprensión del Hirschman de ~salida, voz y lealtad"


(1997), un texto capital en el esfuerzo por entender cómo pueden las organizaciones
beneficiarse de la inconformidad de sus miembros. No en vano el texto lleva por subtítulo
"Respuestas al Deterioro de Empresas, Organizaciones y Estados".

82 DE LO INHUMANO Y LO HUMANIZARLE EN LAS RELACIONES DE SUBORDINACIÓN I CARVAJAL B., R.


ridad laboral, en el momento en que subordinado, se aprecia claramente su
emprenden la lucha por el reconoci- valor como una condición necesaria a
miento. Esto hace posible una nueva punto de expirar entre la redes del ca-
apreciación de la seguridad laboral. En pital flexible. ¿A qué se reduce enton-
efecto, podemos ver en ella uno de los ces la empresa de negocios si conti-
más importantes soportes sociopolíti- núa en el empeño de eliminar esa mí-
cos del autorrespeto por el que tanto nima garantía que permite al subor-
luchan los subordinados. Por consi- dinado emprender la lucha por el re-
guiente, podemos aseverar que a cuen- conocimiento? La respuesta es muy
ta del "trabajo flexible" la empresa de obvia:un centro de explotación de la
negocios repudia el compromiso con mano de obra asalariada, que no aque-
el autorrespeto de los subordinados. llo que con tanta djficultad empezó a
Para infortunio de la causa huma- ser cuando se descubrió "el lado hu-
nista debo decir que al llegar a este mano de la empresa" con los trabajos
punto la organización deja de ser aque- de Mayo, Maslow, Mc Gregor y otros.
llo que como petición de principio le Esto es gravísimo pues sí de veraz se
hemos concedido. Esto es, ser un es- cree en el valor moral frente al otro
pacio más para la lucha por el recono- como fundamento de la plenitud hu-
cimiento, una importante pieza del en- mana, entonces debemos señalar la
granaje sociopolftico en el que confió irrupción del capitaJjsmo flexible como
el idea1liberal-Hegeliano para promo- un punto de quiebre en la trajinada rus-
ver la igualdad nacida en el valor mo- toria de la empresa de negocios en su
ral que estamos en capacidad de mos- escurridizo e inestable empeño por
trar con orgullo. En otros términos, las hacer de este mundo un mejor lugar
precarias condiciones de vida laboral para vivir porque es más humano.
a que somete el capital impaciente a Es verdaderamente lamentable que
los asalariados no les permite prota- esto ocurra justo en el momento que
gonizar la lucha por el reconocimien- se reactivan las luchas por el recono-
to,la desmitificación de la autoridad y cimiento. En efecto, esto es lo que se
el cultivo del amor propio. agita detrás de muchas de las movili-
Ahora bien, de acuerdo con la re- zaciones sociales contemporáneas; las
flexión que hemos adelantado a pro- de género, las de infancia, tercera edad,
pósito de cómo el subordinado logra discapacitados, población gay, mino-
creer en sí mismo a despecho del nar- rías étnicas, religiosas, etc., toda una
cisismo del superior, la seguridad la- corriente de estudios y reflexiones so-
boral no será una condición suficiente bre el multiculturalismo, pluralismo
para tal objetivo, pero a la luz del uso moral, nuevos movimientos sociales,
que hace el superior del despido (aho- las O.N.G, etc., nos informan sobre la
ra tan expedito) como arma arrojadiza actualidad de las luchas por el recono-
contra la "voz" (léase La Protesta) del cimiento.

CUADERNOS DE ADMINJSfRACIÓNl UNIVERSIDAD DEL VALLFi N° 27/ MARZO DE 2002 83


Es más, no se precisa remitirnos a zadas". Desde luego, no podemos aquí
los colectivos discriminados negativa- detenernos en el tema, pero su refe-
mente para encontrarnos con la fuerza rencia, junto a las movilizaciones so-
movilizadora del afán de reconocimien- ciales por el reconocimiento nos dan
to. Se trata en realidad de toda una pie para hacer notar cómo crece la bre-
movilización cultural socialmente ubi- cha entre la organización del capitalis-
cua y creciente. De esto nos ha dado mo flexible y el valor creciente de los
testimonio el Inglehart de "la revolu- aspectos morales en la realización de
ción silenciosa", ese gran clásico de la las aspiraciones humanas.
sociología del cambio cultural contem-
poráneo al que debemos la visión que
tenemos de las sociedades occidenta- XII LA ESPERANZA.
les como sociedades que transitan ¿DÓNDE HALLARLA?
desde una cultura materialista a otra
de espíritu postmaterialista, es decir, Pese a esto, tenemos razones para
desde una cultura que asigna gran im- esperar que las cosas cambien, después
portancia a la satisfacción de necesi- de todo, este no es el primer capitalis-
dades fisiológicas (necesidades eco- mo flexible ni sus empresarios los pri-
nómicas, seguridad, etc.,) a otra don- meros en repudiar el compromiso hu-
de ganan prioridad necesidades socia- manista. No olvidemos que "flexible"
les de autorrealización, pertenencia, era ese capitalismo denunciado por
estima, etc. Se podrá objetar que "la Marx. Quien lo dude hará bien en leer
revolución silenciosa" poco puede algunos capítulos de "El Capital", en-
decirnos acerca de la actualidad por- tre otros el octavo sobre "la jornada de
que desde su publicación en 1977 han trabajo" y el vigésimocuarto sobre "la
pasado muchas cosas, pero esta obje- llamada acumulación originaria"; allí sa-
ción olvida que Inglehart, sus colabo- bremos que hay buenas razones para
radores y otros interesados en el tema, hablar de un "capitalismo salvaje" con-
han continuado desde entonces la tra el cual fue posible luchar para po-
investigación, y que las encuestas y nerle "rostro humano". Naturalmente,
otras técnicas de observación no sólo ahora las condiciones son otras, pero
se siguen aplicando de forma perma- no necesariamente peores, y en todo
nente sino que también se extienden a caso, debemos tener presente que aun-
un mayor número de países, y que los que la historia no refrenda la existencia
resultados confirman la tesis de un de un vínculo orgánico necesario o "na-
gradual pero sostenido avance de los tural" de la empresa privada con metas
valores postmateriales. Esto es justa- de progreso socioeconómico y moral,
mente lo que nos ha corroborado ln- si nos da en cambio testimonios de todo
glchart (1991) en "el cambio cultural lo que se puede lograr en este sentido
en las sociedades industriales avan- pese a las dificultades que se deben

84 DE LO INHUMANO Y LO HUMANlZABLE EN LAS RELACIONES DE SUBORDINACIÓN I CARVAJAL B., R.


sortear. En el intento por explicar el fe- co -tan inquieto y preocupado por el
nómeno hemos postulado el papel que abuso de poder que puede hacer la
juega la posición que asuma la colecti- autoridad con las gentes del común-
vidad empresarial ante las contingen- se concede una gran importancia a las
cias de la historia. La idea está asenta- convulsiones periódicas sufridas por
da en la visión que podemos elaborar el orden y la autoridad. Esta importan-
del empresariado como sujeto históri- cia deriva tanto de la convicción de
co de grandes transformaciones que que en algún momento los procesos
pueden ser adscritas a diversos huma- normales de control de la autoridad no
nismos, incluyendo los de estirpe Ha- son efectivos o suficientes, y de que
bbsiana, Hegeliana y quizás otros más, este es el momento en que presenta
pero este protagonismo halla su límite mayor vigor el proceso democrático.
en el prurito narcisista del superior y Desde Elías podríamos decir que gra-
por esta razón no podemos ahora espe- cias a estas convulsiones (incluyen-
rar nuevos avances con aquellos libre- do los escándalos), se activa la lucha
tos de actuación tipo Elton Mayo, Da- por el reconocimiento a la par con los
uglas Mc Gregor, etc., aunque cierta- procesos de crecimiento del umbral de
mente hacen parte de la "caja de herra- vergüenza, y más en general de res-
mientas" del humanismo en las organi- tricciones sobre el comportamiento de
zaciones. ¿Qué queda entonces? De la autoridad y los superiores. Pues
acuerdo al planteamiento que hemos bien, esto nos sugiere que los profe-
propuesto, será necesario movilizar esa sores de administración de empresas
moral hegellana ya sedimentada en la y particularmente los comprometidos
creciente mentalidad postmaterial de con la causa humanista podríamos y
occidente tan activa en las luchas por deberíamos desempeñamos como algo
el reconocimiento. más que buenos profesores; podría-
Si Elías está en lo cierto, podemos mos, con la amplia divulgación de só-
esperar que esta movilización sea un lidas y bien presentadas investigacio-
episodio más del esfuerzo que de tiem- nes sobre lo inhumano en las organi-
po atrás se ha emprendido en el occi- zaciones, generar esos escándalos y
dente moderno para "civilizar" a los perturbaciones que nos convierten en
poderosos por la vía del crecimiento del agentes de cambio y auténticos suje-
umbral de vergüenza. Como es obvio, tos del humanismo en la historia.
esta movilización constituye en sí mis-
ma una lucha por el reconocimiento que
convierte a los subordinados en acti- ANEXO
vos protagonistas de una historia que
puede humanizarse si así lo decidimos. El siguiente estudio se publicó en
Para terminar, sólo me resta recor- Harvard Business Review en junio de
dar que en el pensamiento democráti- 1965. Se ha citado a menudo en círcu-

CUADERNOS DE AD¡>IlNlSfltACIÓNl UNIV':RSIDAD DEL VALLFl N° 27/ MARZO DE 2002


los empresariales como modelo de la BLACKMAN: Como usted quiera.
forma en que un jefe debe tratar a un OODDS: Y, ¿Qué le parece a usted?
empleado exigente. BLACKMAN: ¿Qué? ¿Qué me pa-
El Dr. Richard Dodds, físico inves- rece qué? Tiene usted que decidir por
tigador, entró en la oficina y mostró su cuenta.
una carta a su superior, Dr. Blackman. OODDS: No creo que vaya a acep-
Esta carta procedía de otra institución tarlo. En realidad no me ofrece nada
de investigadores y ofrecía un puesto extraordinario. Pero me interesa lo que
a Dodds. Blackman leyó la carta. va a decir y me gustaría ver su labora-
OODDS: ¿Que le parece? torio.
BLACKMAN: Ya sabía que iba a BLACKMAN:Tarde o temprano
recibirla. Me preguntó si no me impor- tendrá que decidir donde quiere traba-
taba que la enviara. Le dije que la man- jar.
dara si quería. OODDS replica enérgicamente: eso
OODDS: Yo no la esperaba, espe- dependerá de lo que me ofrezcan, ¿no?
cialmente después de lo que me había BLACKMAN: No, en realidad no;
dicho usted la ultima vez [pausa]. La la gente que vale siempre recibe ofer-
verdad es que aquí estoy muy bien. tas. Se recibe una buena oferta y se
No quiero que piense usted que estoy marcha uno., y en cuento se ha mar-
pensando en marcharme. Pero me pa- chado recibe otras buenas ofertas. Si
reció que debía ir a verlo -creo que es tiene que estudiar todas las buenas
lo que espera- y quería que supiera ofertas que reciba se va a marear. ¿no
usted que no por ir a verlo significa interviene el factor de hasta que pun-
que esté pensando en marcharme de to le interesa a usted la estabilidad?
aquí, a menos, claro, que me ofrezca DODDS: Pero no estoy buscando
algo extraordinario. otro empleo. Ya se lo he dicho. Es él
BLACKMAN: Y, ¿Porqué me cuen- quien me ha enviado esta carta, y no
ta usted todo esto? porque yo se lo pidiera. Lo único que
DODDS: Porque no quería que le he dicho es que iba a visitarlo y usted
dijera nadie a usted que estaba pen- cree que estoy buscando otro empleo.
sando marcharme de aquí sólo porque BLACKMAN: Bueno, pues puede
vaya a visitar otra institución. En reali- usted escoger el dejar su contrato aquí
dad, sabe usted, no tengo ninguna in- si se le ofrece algo mejor. Lo único que
tención de marcharme, salvo que me le digo es que todavía tendrá que re-
ofrezca algo extraordinario que no pue- solver la cuestión de que hay que que-
da permitir rechazar. Creo que es lo que darse en algún sitio, y, ¿Cual va a ser?
vaya decir, que estoy dispuesto a ver La conversación continuó girando
su laboratorio, pero que salvo que me en tomo a lo que iba a pensar la gente
ofrezca algo extraordinario no tengo si Dodds cambiaba de trabajo en aquel
intención de marcharme. momento y por ultimo Dodds dijo:

86 DE LO INHUMANO Y LO HUMANIZAIILE EN LAS RELAClOM:S DE StjDORDINAClÓN / CARVAJAL B., R.


DODDS: Mire, he venido a verlo y comentar la oferta, la empresa en la que
quiero ser honrado con usted, pero ya trabaja le proponga otra de igual
usted me hace sentir culpable yeso naturaleza, pero el jefe responde de
no me gusta. modo que el subordinado se siente
BLACKMAN: Más honradez no desleal y culpable por considerar la
se le puede pedir. opción de marcharse. Esto indica que
DODDS: No he venido a buscar la forma de conducir la conversación
pelea. No quiero molestarlo a usted. hace del superior un agente del juicio
BLACKMAN: No me molesta. Si moral, lo que obviamente, genera un
cree usted que lo que más le conviene efecto atemorizador y dominador. Tan
es irse a otra parte, me parece muy bien. cierto es, que en algún momento el su-
Vuelve a producirse una larga con- bordinado se ve en la necesidad de
versación acerca de lo que en realidad aclarar que "no he venido a buscar
quiere Doods y qué pensarían los otros pelea, no quiero molestarlo a usted".
si se marchara. ¿Pero cómo ha logrado este jefe pro-
Por fin Dodds estalla: ducir tal impacto en el subalterno?
DODDS: No lo comprendo. He ve- Negándose a responder la pregunta del
nido aquí para actuar honradamente empleado, y en su lugar conduciéndo-
con usted y me hace usted sentirme lo a la necesidad de justificarse, pero
culpable. Lo único que quería era en- esto, unido al tono indiferente del jefe
señarle esta carta e informarle de lo que hace que la conversación se convierta
iba a hacer. ¿Qué tenía que haberle di- en un combate por el reconocimiento.
cho? En efecto, el subordinado quiere que
BLACKMAN: "Que había leído el jefe responda en forma concreta a
usted la carta y que consideraba que su problemática, pero este se niega, y
dadas las circunstancias le parecía como es de esperar, el empleado termi-
necesario ir a visitar al profesor, pero na enfadado porque se duda de su leal-
que estaba usted contento aquí y que- tad, y de hecho, la entrevista termina
ría quedarse por lo menos hasta haber con una declaración de deslealtad, "se
terminado un trabajo. cree usted que en ninguna parte del
DODDS: De verdad que no lo en- mundo voy a estar mejor que en este
tiendo. Se cree usted que en ninguna laboratorio?". Pero nótese que el eno-
parte del mundo voy a estar mejor que jo pretende sacudir la indiferencia del
en este laboratorio ... superior, está pidiendo reconocimien-
Tomado de: Richard Sennett, to, pero la indiferencia y las evasivas
"La autoridad", Alianza Editorial, del jefe terminan generando culpa y
Madrid-España, 1982, pag: 97-99. sensación de deslealtad en el subordi-
liado.
Obsérvese la dinámica de la con-
versación. El empleado espera que al

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