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Proyecto de Ley Nro : 09478

Exposición Motivos

Fundamentos
El Capítulo IV de la Constitución Política se refiere a todo
lo concerniente a la Función Pública, y establece que
todos los funcionarios y trabajadores públicos están al
servicio de la Nación. El Presidente de la República tiene
la más alta jerarquía en el servicio de la Nación y, en ese
orden, los representantes al Congreso, ministros de
Estado, miembros del Tribunal Constitucional y del
Consejo de la Magistratura, los magistrados supremos, el
Fiscal de la Nación y el Defensor del Pueblo, en igual
categoría; y los representantes de organismos
descentralizadlos y alcaldes.
También señala que la ley regula el ingreso a la carrera
administrativa, los deberes, derechos y responsabilidades
de los servidores públicos. También señala que, que los
funcionarios y servidores públicos que administran y
manejan fondos públicos o de organismos sostenidos por
éste deben hacer declaración jurada de bienes y rentas al
tomar posesión de sus cargos, durante su ejercicio y al
cesar en los mismos.
En cuanto a la responsabilidad de los funcionarios y
servidores públicos, así como el plazo de su inhabilitación
para la función pública, lo establece la ley de desarrollo
constitucional. Asimismo, dispone que el plazo de
prescripción se duplique en caso de delitos cometidos
contra el patrimonio del Estado.
De acuerdo a lo descrito, es lo que ahora rige en cuanto a
las responsabilidades, deberes y derechos en la función
pública, sin embargo, el ordenamiento constitucional y
legal vigente no es suficiente, dado el alto nivel de
corrupción que ha sufrido el país, durante la década
fujimorista; además la Constitución se refiere a los delitos
contra el patrimonio del Estado, y no tipifica cada uno de
ellos, por tanto se debe referir de manera genérica.
La lucha contra la corrupción ya se encuentra
comprometido como vigésimo sexta política de Estado del
Acuerdo Nacional, al que se ha denominado como:
“Promoción de la Ética y la Transparencia y erradicación
de la corrupción, el lavado de dinero, la evasión
tributaria y el contrabando en todas sus formas”.
Esta política de Estado tiene como objetivo velar por el
desempeño responsable y transparente de la función
pública, promover la vigilancia ciudadana, desterrar la
impunidad, el abuso de poder, la corrupción y el atropello
a los derechos. Propone promover una cultura de paz, de
valores democráticos y de transparencia en atención a los
reclamos de los distintos sectores de la sociedad.
También promueve una cultura de respeto a la ley, de
solidaridad y de anticorrupción, que destierre las
prácticas violatorias del orden jurídico, incluyendo el
tráfico de influencias, el nepotismo, el narcotráfico, el
contrabando, la evasión tributaria y el lavado de dinero.
En Venezuela, en marzo de 1996, la Convención
Interamericana contra la Corrupción estableció los
lineamientos básicos para promover y desarrollar, en
cada uno de los Estados Partes (Organización de Estados
Americanos – OEA) los mecanismos necesarios para
prevenir, detectar, sancionar y erradicar la corrupción.
También busca promover, facilitar y regular la
cooperación entre los Estados Partes a fin de asegurar la
eficacia de las medidas y acciones para prevenir, detectar,
sancionar y erradicar la corrupción en el ejercicio de la
función pública.
La corrupción en la función pública se ha universalizado,
por ello que las organizaciones internacionales se
encuentran organizando eventos anuales para buscar y
ejecutar políticas contra la corrupción, sea contra el
tráfico de influencias, enriquecimiento ilícito, soborno o
“coima” como se conoce en nuestro país. Además está el
abuso de autoridad o de poder, que trataré con
posterioridad.
Otro país que sufre las consecuencias negativas de la
corrupción es México, en que se ha institucionalizado y
como este país hay muchos países que están
comprometidos en combatir esa lacra social. Hay que
hacer referencia que en diciembre de 1997, en París, los
países miembros de la Organización para la Cooperación
y Desarrollo Económico (OCDE) y de otros organismos
internacionales ratificaron la Convención para Combatir
el soborno de Funcionarios Públicos Extranjeros en las
Transacciones Comerciales Transnacionales. Como
paradoja, en nuestro país, tanto Alberto Fujimori y
Vladimiro Montesinos en complicidad con los altos
mandos militares, saquearon las arcas estatales, con el
argumento de comprar armamento, aviones y helicópteros
de guerra, que además de ser usados se encontraban en
deprimentes condiciones operativas, y sin embargo las
“comisiones” por esas transacciones les significaron
buenos dividendos para sus intereses personales, y que
hoy se está investigando.
Otra lacra que ha venido agobiando al mundo, es el uso
excesivo y arbitrario del poder o imponiendo políticas que
atentan contra la dignidad, el honor y la seguridad física
de la población.
Con la constitución de la Corte Penal Internacional se ha
establecido mecanismos permanentes para investigar y
sancionar las conductas más graves que le afectan y
revertir la impunidad y la experiencia de violaciones
graves y masivas, que son hechos y circunstancias que
han caracterizado el siglo XX.
El Tribunal Penal Militar Internacional de Nuremberg
considera delitos de lesa humanidad el asesinato, el
exterminio, la esclavitud, la deportación u otros actos
inhumanos cometidos contra cualquier población civil,
antes o durante la guerra, o la persecución por motivos
políticos, raciales o religiosos para cometer cualquier
crimen que implique un acto de violación del derecho
interno del país en donde se haya cometido.
En nuestro país, durante la década de los noventa, bajo el
argumento de la lucha contra el terrorismo, se agravió y
atentó contra los derechos de miles de personas, culpables
o inocentes, fueron víctimas de encarcelamiento, torturas,
violaciones, asesinatos, secuestros, persecuciones por
motivos políticos, entre muchos otros actos contra la
humanidad, y que a la fecha no han encontrado respuesta,
por el contrario la impunidad, en especial de miembros de
las fuerzas armadas y policiales que se prestaron al uso y
abuso del poder.
Tenemos el caso de asesinatos de periodistas, autoridades
municipales y civiles; torturas a ex integrantes del
Servicio de Inteligencia; encarcelamiento de inocentes
acusados de terroristas, entre otros casos inhumanos que
menoscabaron la integridad física y mental, la salud o la
dignidad, como la mutilación y las lesiones graves. Todos
estos actos tienen casos emblemáticos en el Perú. Hasta se
contó con la complicidad del Poder Legislativo, que
encubría estos abusos con leyes que amnistiaban a los
responsables.
Esta tipificación de delitos se encuentra desarrollados en
el artículo 7° del Estatuto de Roma y guarda
concordancia con el Derecho Internacional
Consuetudinario o General y en los Tratados de Derecho
Internacional de los Derechos Humanos, del Derecho
Internacional Humanitario y en otros instrumentos de
Derecho adoptados por los órganos competentes de las
Naciones Unidas (ONU).
El Relator Especial de la Organización de las Naciones
Unidas en alguna oportunidad tomó conocimiento del
caso particular del Perú, en relación a la comisión de
delitos como las ejecuciones arbitrarias, torturas,
secuestros, durante la década de los noventa, e inclusive
formuló un informe con recomendaciones, los que no
fueron tomados en cuenta por el gobierno fujimorista.
Es preciso determinar que en el lenguaje del Derecho
Internacional de los Derechos Humanos, los asesinatos
cometidos por el Estado (Caso Barrios Altos – Matanza
de campesinos en Ayacucho, etc, etc) se consideran
Ejecuciones extrajudiciales.
Igual concepción tienen la tortura, la detención arbitraria
o secuestro e inclusive las desapariciones forzosas, casos
que se han dado en nuestro país, a cargo de un selecto
grupo de miembros de las fuerzas armadas, subalternas al
Servicio de Inteligencia, dirigidos por el siniestro
“asesor”.
Toda este correlato de lo que significa los delitos de
corrupción o delitos de lesa humanidad no se encuentra
legislado en concordancia con el Estatuto de Roma, por
ello, no hay jurisprudencia al respecto, a pesar de las
modificaciones que ha sufrido el Código Penal.
La tarea de adecuación legislativa tiene que partir desde
la Carta Magna, y con posterioridad se tienen que
desarrollar en los códigos pertinentes, por ello las
razones de la reforma constitucional que se propone.
Además, que existen múltiples y variados argumentos y
razones para sancionar ejemplarmente todo lo que
involucra delitos de corrupción y delitos de lesa
humanidad, y una de las primeras medidas debe ser la
declaratoria de IMPRESCRIPTIBILIDAD, tanto de la
acción penal como de la pena misma, en este tipo de
delitos graves en contra de la humanidad.
Efecto de la Vigencia de la Norma sobre la Legislación
Nacional
La propuesta de reforma constitucional pretende
establecer medidas radicales y de gran precedente ante
nuestra sociedad y ante el contexto internacional, de una
abierta y frontal lucha contra la corrupción y a los delitos
de lesa humanidad.
Análisis Costo Beneficio
La propuesta busca mejorar el texto constitucional, bajo
la fijación de reglas claras y ejemplares en la tipificación
y sanción de delitos graves, por tanto solo se trata
perfeccionar el derecho sustantivo.
En lo referente a beneficio, se pretende establecer
sanciones con un precedente ejemplar a todos los
funcionarios y servidores públicos que incurren en delitos
de corrupción y delitos de lesa humanidad.
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Fórmula Legal
Texto del Proyecto
La Congresista de la República EMMA VARGAS DE
BENAVIDES, en uso de las atribuciones conferidas por
el artículo 206° de la Constitución Política, propone la
siguiente:
REFORMA CONSTITUCIONAL

QUE MODIFICA EL ARTÍCULO 41° DE LA


CONSTITUCIÓN POLITICA
Artículo 1°.- Objeto de la ley
El objeto de la presente ley es declarar la
imprescriptibilidad de la comisión de delitos de
corrupción y lesa humanidad cometidos por funcionarios
y servidores públicos. La imprescriptibilidad involucra la
acción penal y la pena.
Artículo 2°.- De la modificatoria
Modifíquese el artículo 41° de la Constitución Política, de
acuerdo al texto siguiente:
“Artículo 41°.- Los funcionarios y servidores públicos que
señala la ley o que administran o manejan fondos del
Estado o de organismos sostenidos por éste deben hacer
declaración jurada de bienes y rentas al tomar posesión
de sus cargos, durante su ejercicio y al cesar en los
mismos. La respectiva publicación se realiza en el diario
oficial en la forma y condiciones que señala la ley. La
verificación de la declaración jurada es obligatoria y
exhaustiva mediante auditoria personal.
La Ley establece la responsabilidad de los funcionarios y
servidores públicos, así como el plazo de su inhabilitación
para la función pública.
Los delitos de lesa humanidad y corrupción cometidos
por funcionarios y servidores públicos son
imprescriptibles en la acción y la pena.”

Lima, enero de 2004.

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