Vous êtes sur la page 1sur 4

CUADRO MÁGICO DE ORDEN PAR

Ahora vas a hacer un cuadrangular de orden 4. Sitúa el


número 1 (o la primera cifra de una serie) en el extremo
superior izquierda. Ahora desplazándote
cómo si escribieras, anota solamente las
cifras correspondientes a las casillas que
forman las dos diagonales principales. Que
sumen 34.
Por último, sitúate en la última celda en
blanco (casilla 15). Aquí pones el número
2 (o la 2ª cifra de la serie). Ahora te
desplazas de derecha a izquierda y hacia
arriba para ir completando los números que
faltan por orden.
Una imagen te aclarará tus posibles dudas.
Nuestro cuadrado ya está resuelto!
Si prestas atención, podrás comprobar que
este cuadrado es completamente simétrico al de Durero. de
hecho si aplicamos el método situando la cifra 1 en el extremo
inferior derecho y lo hacemos todo a la inversa ¡¡obtendremos
el cuadrado mágico de Durero!!
De la misma forma, podrás hacer un cuadrado mágico con
cualquier progresión aritmética.
Cuadrados mágicos de números IMPARES, PARES y
MULTIPLOS de 5.

CUADRADOS MÁGICOS
DIABÓLICOS
Son aquellos que continúan siendo mágicos cuando
transportamos una columna o una línea de un lado a
otro. Este además también se puede descomponer en
varios cuadrados mágicos (es hipermágico)
EL CUADRADO MÁGICO DEL PINTOR
Desde siempre, el mundo del arte ha sabido aprovechar y sacar partido a lo que las matemáticas le
brindaban, repercutiendo por tanto en nuestro propio beneficio. El buen uso de la perspectiva y de
las proporciones o la utilización de la razón áurea son algunos buenos ejemplos.
Pero también encontramos casos en los que lo reseñable no es la utilización de las matemáticas en
el arte, sino que las matemáticas están plasmadas en el propio arte. Tenemos ejemplos de arte
matemático “vanguardista”, como los que os mostraba ayer en esta entrada, y también hay casos
que tienen más tiempo. Hoy os traigo uno donde el protagonista es un cuadrado mágico.
El cuadrado mágico de Durero
Alberto Durero fue un pintor alemán (nacido en Nuremberg) de los siglox XV y XVI
con una producción artística muy amplia y de gran calidad. Además de ejercer una
gran influencia en sus contemporáneos, fue uno de esos artistas que consiguieron
utilizar de forma magistral la geometría y las proporciones matemáticas en su arte.
Además fabricó algunos dispositivos mecánicos para facilitar el dibujo en
perspectiva, que representó en algunos de sus grabados, como El dibujante del
laúd, La mujer desnuda o El dibujante en la jarra. También se preocupó bastante del trazado de las
secciones cónicas, llegando a escribir tratados donde explicaba métodos para ello.
Entre sus obras se encuentran cuadros, varios de ellos autorretratos (como el que puede verse a la
derecha, que está en el Museo del Prado de Madrid), dibujos y grabados. Vamos a detenernos en
uno de ellos, Melancolía I:
Este grabado compone las
“Estampas Maestras” junto con otro
dos grabados: “El caballero, la
Muerte y el Diablo” y “San jerónimo
en su gabinete”. Es, posiblemente,
la obra más misteriosa de Durero.
¿Os habéis fijado en lo que hay en
la parte superior derecha? Vaya, un
cuadrado con números…No será…¡¡Sí, un cuadrado mágico!!:

Como podéis ver, en el grabado aparecen más detalles relacionados con las matemáticas, como una
esfera o un poliedro truncado. Pero, como decía, detengámonos en el cuadrado. ¿Es un cuadrado
mágico? Sí, es un cuadrado mágico de los más habituales, ya que la suma de los elementos de sus
filas, de los de sus columnas y de los de sus diagonales es siempre la misma, 34, que es por tanto la
“constante mágica” del cuadrado:
Pero este cuadrado mágico es mucho más especial de lo que parece. Sumemos los números de las
esquinas:

¿Cuánto suman? Sí, 34.


Sumemos ahora los números centrales:

¿Y ahora cuánto suman?


Otra vez 34.
Veamos ahora qué ocurre
con los números centrales
de las filas superior e
inferior:

Exacto, 34.
¿Y con los centrales de la primera y la última columna?
También 34.
Si dividimos el cuadrado por la mitad tanto horizontal como verticalmente, nos quedan cuatro
cuadrados más pequeños con cuatro números cada uno:

¿Qué ocurre si sumamos los números que hay en cada uno de


esos cuadrado? Pues sí amigos, 34 en todos los casos.
¿Y si saltamos una posición tanto en filas como en columnas
(primero y tercero de primera y tercera fila, segundo y cuarto de
primera y tercera fila, etc)? ¿Y agrupando con salto de caballo los
números exteriores? ¿Y si sumamos por parejas saltando una fila
(primero y segundo de primera y tercera fila, tercero y cuarto de
primera y segunda fila, etc)?

Todas 34
¿Y agrupando por parejas saltando una columna? ¿Y formando esas dos cruces? ¿Y éstas otras?

De nuevo, cómo no, 34.


Y todavía hay más:

Vous aimerez peut-être aussi