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ESPANTOS O ILUSION

Hace cuatro años nos encontrábamos de paseo en un finca muy alejada de la ciudad en el

municipio de Mesetas, un amanecer madrugamos con mi primo Rubén para ayudar a

ordeñar las vacas es un trabajo que nos encanta desde pequeños, siempre para ir a ordeñar

debíamos pasar por el establo jamás pasábamos por ese lugar sin saludar a mi caballo,

manchado ha si solía llamarlo y el corría a mí encuentro cuando estaba lejos, pero esa

mañana nos llevamos una sorpresa cuando llamamos a manchado pudimos darnos cuenta

que tenía su cola llena de trenzas, sentimos mucha curiosidad , inspeccionemos los otros

caballos y yeguas del establo y todos estaban igual , nos sorprendimos mucho al ver esto

pero, seguimos para ordeñar al regresar a casa con la leche le comentamos a mis padres y

empleados , los empleados decían que era un duende que molestaba a los caballos, en

cambio mis padres no creyeron nada, y nos llevaron hasta el establo pero al llegar allí las

yeguas y los caballos incluido manchado tenían su cola lisa , súper liza como si la hubieran

planchado, mis padres y mis tíos nos regañaron por decir tantas mentiras , con Rubén nos

miramos muy sorprendidos sin poder explicarnos que era lo que había sucedido, al parecer

alguien nos había jugado una broma.

Después de desayunar salimos a montar en manchado, cuando el hijo del capataz de la finca

se nos acercó y nos dijo que el si nos creía, porque en repetidas ocasiones él había visto los

caballos y las yeguas con muchas trenzas en su cola pero en el momento que llevaba a sus

padres hasta el establo le sucedía lo mismo que a ellos y salía castigado al parecer los

caballos con sus trenzas solo se dejaban ver de los niños.


Esteban como se llamaba el niño nos dijo que él estaba diseñando una trampa para poder

atrapar al duende que hacia esto, nos llamó mucho la atención y decidimos ayudarle a

Esteban a realizar su trampa, él nos llevó a un lugar muy apartado de la finca donde el

construía la trampa, después de unos días al atardecer llevamos la trampa hasta el establo,

al siguiente día los tres madrugamos un poco más que de costumbre para mirar si el duende

había caído en nuestra trampa, pero la sorpresa fue mayor cuando nos dimos cuenta que

todos los caballos y las yeguas tenían su cola con trenzas y en nuestra trampa estaba

atrapada carlota la yegua favorita de mi papá, al ver esto nos asustamos mucho sabíamos

que el castigo sería más fuerte, al salir del establo el papá de Esteban nos sorprendió y

llevo ante nuestros padres los cuales nos culparon de la fractura de la pata de carlota ya que

como de costumbre al ellos entrar al establo los caballos y las yeguas tenían su cabello lizo

Nos castigaron y por varios días no pudimos acercarnos al establo, tampoco podíamos

ordeñar.

Pero en nuestras cabezas ya rondaban algunas ideas de como haríamos la segunda trampa

para atrapar al duende, Esteban nos invitó donde un hechicero que nos dijo que los

duendes no tienen patas que por ese motivo ese tipo de trampas no nos serviría, nos

propuso prepararnos un brebaje para dejarlo cerca del establo según el olor a este brebaje

atraería al duende y él lo tomaría y quedaría dormido para cuando nosotros llegáramos lo

pudiéramos atrapar.

Así lo hicimos colocamos gran cantidad de esta pócima en el establo con la ilusión de que

el duende callera esa noche y poder demostrar a todos que era verdad lo que decíamos.
Madrugamos y corrimos al establo pero al abrir la puerta con la ilusión de ver al duende

dormido lo que encontramos fue a todo el ganado tendido en el suelo , peinados con sus

trenzas , sentimos mucho miedo porque ninguno se movía, estaban muertos decidimos salir

corriendo y hacer como si nosotros no fuéramos los culpables de esta tragedia, pero con tan

mala suerte que al salir nos estrellamos con el capataz quien alerto a los otros trabajadores y

a nuestros padres, mi padre estaba tan furioso jamás lo había visto así desesperado de

pensar que todos sus caballos por lo menos 50 habían muerto, tuvimos que confesar el

brebaje que les habíamos dado y quien no lo proporciono, al llegar mi padre y sus

empleados donde el brujo él les explico que solamente estaban dormidos que era una

pócima para dormir que dormirían por un día completo.

Efectivamente al siguiente día ya todos los caballos y las yeguas estaban despiertos como si

nada hubiera sucedido, y nosotros como siempre castigados, teníamos terminantemente

prohibido acercarnos al establo, después de unos días pudimos convencer a mi papá que

nos dejara volver a ordeñar, en las tardes cuando nos reuníamos con mi primo y Esteban

para jugar hablamos sobre el duende y todo lo que nos había pasado por culpa de él, no

dejábamos de pensar como descubrirlo, decidimos colocar nuestro celular y grabar a ver si

se veía algo, pero al día siguiente cuando llegamos al establo los caballos y las yeguas

tenían sus trenzas, con alegría llevamos el celular y nos alejamos de allí seguros que el

video nos mostraría al duende cuando le hacia las trenzas a los caballos, al mirar el video se

veía como se formaban las trenzas, pero no se veía el duende, con nuestra evidencia en la

mano reunimos a nuestros padres y trabajadores para mostrarles y ganar una felicitación

por nuestro hallazgo, pero al proyectar el video nos llevamos una sorpresa grande, no se

veía nada era como si fuera otro video, en este solo se veía el establo normal.
Los tres fuimos nuevamente castigados, y decidimos no volver a intentar nada contra este

duende, cada vez que vamos a la finca nos divertimos, llevando a otros de nuestros amigos

y primos para que ellos al igual que nosotros se asusten y traten de hacer, algo para que les

crean. Hace poco vino a la finca mi bisabuelo, hacía mucho tiempo no compartía con

nosotros, el propuso cuidarnos mientras los adultos iban a las fiestas del pueblo, nos

quedamos con él y el padre del capataz tiene como la misma edad de mi abuelo.

Ellos hicieron una gran fogata cerca del establo y nos contaron que siempre ha pasado esto

lo de la cola de los caballos y los duendes que todos los niños de generación en generación

habían visto esto, pero ellos estaban preocupados porque la generación de nuestros padres

nunca habían visto la obra del duende, ellos les preguntaban cuando niños a nuestros padres

si no habían visto nada raro en los establos, pensaron que el duende se había ido de nuestras

tierras, pero al escuchar lo sucedido con nosotros, les dio mucha alegría, y decidieron

llevarnos a ver el duende, todos fuimos entonando una canción que relajaba según el abuelo

al duende y nos permitiría verlo, entonamos la canción y nos acercamos al establo y

pudimos verlo haciendo las trenzas este hombrecillo tenía la apariencia de un nomo que al

escuchar el ruido de los carros desapareció.

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