De colectivo a delictivo: la triste historia de la política edil
en Huanta publicado por Ricardo Rios Arias
29/12/2018
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Cuando Gustavo Gorriti y su equipo de investigación, descubrieron las
ramificaciones de la mafia conocida como “Los Cuellos Blancos del Puerto”. No se imaginaron que este grupo delincuencial infiltrado en al Poder Judicial y con presencia en otros espacios políticos, como el propio Congreso de la República, es en realidad una réplica de lo que sucede en todo el país, sin excepción. Mafias enquistadas en el poder legal, político e informativo. Moldean a su antojo las instituciones del Estado. Asociadas a empresas que han sido concebidas y creadas muchas veces por ellos mismos. Ya no se trata del inveterado diezmo o del consabido “roba, pero hace obra”. Se trata más bien de organizaciones creadas para aprovechar de todos los modos posibles el aparato estatal. Pero voy a referirme a un caso específico, porque dentro del trabajo de periodístico realizado en la ciudad de Huanta. Hemos recogido la información necesaria para elaborar esta hipótesis de trabajo que dará pie a una investigación más extensa. Sin embargo, por la premura del tiempo y ante la amenaza que representa, la supervivencia de grupos similares e incluso asociados con esta organización semi clandestina denominada por la propia población de Huanta “El Colectivo”. Creemos urgente y necesario divulgar esta información. Si bien, al principio, el grupo conocido como “El Colectivo” se formó para dar soporte político al alcalde electo Percy Abel Bermudo Valladares. Ya en su origen se puede reconocer la forma que adquiría posteriormente. La de una mafia dedicada a esquilmar a la entidad edil para favorecer sus propios apetitos. Si bien la gestión de Percy Bermudo puede catalogarse simplemente como mala o muy mala. Los perjuicios de albergar a funcionarios y trabajadores acostumbrados a manejar las riendas del poder sin ningún control, la convierte en un espacio de experimentación para este grupo de delincuentes en ciernes. Quienes ahora, conocedores de las debilidades y vacíos legales en la administración pública, pretenden perpetuarse, de la mano de una nueva gestión de gobierno. Esta vez la de Renol Pichardo Ramos. Por eso, la pregunta que le planteamos al entonces candidato era crucial. “¿Va usted a colaborar con la fiscalización a la gestión saliente? ¿Va a mantener entre sus filas a los cuadros del anterior gobierno? La respuesta de Pichardo Ramos fue entonces la evasiva. No quiso enfrentar el problema. Lo que nos lleva a pensar que, en el futuro, este mismo grupo asociado a grupos de empresarios acostumbrados a medrar las arcas del Estado, vuelva con más bríos a usufructuar del poder político y económico. La historia de “El Colectivo”, transformado inexorablemente en “El Delictivo”, tal como lo conoce ahora la población de Huanta, empezó con inocentes compras muy sobrevaluadas, como la de unos baldes que en el mercado valían 3 soles, pero fueron adquiridos por 10. Pero de allí en más las cosas fueron creciendo, hasta llegar al manejo de proyectos de inversión, formulados y ejecutados con un sólo propósito, el enriquecimiento de unos cuantos. La fiscalización hecha por un grupo de concejales al denominado proyecto “Ferias”, es sólo una muestra de cómo ha procedido este grupo mafioso. Los detalles pueden servir para una próxima entrega. Lo importante ahora es definir las características de este grupo que se ha fabricado un aura de impunidad y de soberbia, que pretenden atemorizar a quienes se atreven a criticarlos. Sin embargo, el rol del periodismo es precisamente ese, desenmascarar a grupos como este, para que la población sepa que no hay intocables. Y que no es cierto que “todos son corruptos”, sino que son colectivos como este los que contaminan a las instituciones, desprestigiándolas y debilitando la institucionalidad política. Minando la participación ciudadana y adueñándose del poder. windows настройка хай тек новости