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46 Jesús Rodríguez Zepeda, Un marco teórico para la discriminación, Colección Estudios 2 CONAPRED,
México, 2006. p. 26
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Ibid., pp. 29-30.
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PJ significa Personas Jóvenes
costumbres, símbolos, etcétera, que son usados por los y las jóvenes para identificarse con
aquellos grupos que comparten los mismos atributos y, a la vez, para diferenciarse de otros.
Estos procesos de generación de identidad entre las PJ se desarrollan paralelamente a
los otros que suceden en los niveles más agregados de colectividad, es decir, aquéllos que
construyen la identidad nacional o dominante. Para el caso de México, existió un proceso de
formación del sentido de pertenencia que trató de reducir a un conjunto de características
culturales y biológicas la identidad nacional, es decir, lo mestizo fue lo depositario de la
mexicanidad. La consolidación de la idea en el imaginario colectivo de lo que es
legítimamente mexicano, ha conducido frente a la mayoría de la población a la
invisibilización de todas aquellas expresiones diferentes a lo mestizo.
Muchas de las formas en que se expresan las identidades juveniles son percibidas
como ajenas entre la mayoría de las personas adultas, incluso, entre los diferentes grupos PJ.
Una fuente del prejuicio es el temor a lo extraño o ajeno, lo que suele provocar un alejamiento
o una actitud de rechazo hacia aquellas personas identificadas con esos atributos diferentes.
En los casos más extremos, el rechazo puede tomar forma de actos puntuales de
discriminación.
Como se mencionó, la discriminación que encaran las PJ desde los adultos proviene
principalmente de la asociación que se hace de éstos con el estereotipo negativo de lo que
representa ser joven. Sin embargo, muchas de las acciones de rechazo que experimentan,
provienen desde dentro del mismo grupo de edad. La juventud, se ha comentado, abarca una
serie de características y situaciones que exceden con mucho la simple pertenencia a un grupo
definido por algún rango de edad. Por lo tanto, la interacción de los diferentes grupos al
interior del agregado etario, también llega a caracterizarse por el desconocimiento y rechazo
de aquellas expresiones que se consideran ajenas o amenazantes para la identidad del grupo.
Dado que la diferenciación cultural es característica inherente a la juventud, son
muchas las maneras que han encontrado de distanciarse de los entramados simbólicos propios
del mundo institucional y adulto. Las expresiones de las diferentes identidades juveniles
suelen arraigarse profundamente entre los y las integrantes y, en ocasiones, la defensa que
hacen de éstas puede exacerbarse al grado de que sus valores y prácticas tienden al
autoritarismo y a la intolerancia.
Bibliografía