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Fecha de Resolución:11 de Agosto de 2016

Emisor:Sala de Casación Civil y Agraria


Número de Proceso:T 1100102030002016-02114-00
Número de Providencia:STC11103-2016
Sentido del Fallo:NIEGA TUTELA

M.C.B.

Magistrada ponente

STC11103-2016

Radicación n.° 11001-02-03-000-2016-02114-00

(Aprobado en sesión de diez de agosto de dos mil dieciséis)

Bogotá, D.C., once (11) de agosto de dos mil dieciséis (2016).

Decídese la acción de tutela instaurada por E.M. de las S.R., E.R., R.E. de las
S.B., A.E.G.S., E.E.O.M., en calida de hija de D.O.V. (q.e.p.d.), L.E.O.M.,
A.D.C., R.E.G.C., J.C.R.S., Z.R.H., R.D.M.S., V.H.P.R., M.G.I.H., O.E.H.O.,
M.Z.J.R., en calidad de hija de A.J.M. (q.e.p.d.), J.J.S.L., O.S.H., L.T.V.P.,
C.E.H. de R., en calidad de esposa de H.J.R. de Betancourt (q.e.p.d.), B.I.F. de
M., en calidad de cónyuge de A.D.M.H. (q.e.p.d.), A.R. de la R.L., A.C.C. de G.,
en calidad de esposa de A.G.P. (q.e.p.d.), J.E.S.H., J.A.O.M., J.B.M.P., en
calidad de hijo de J.M.M. (q.e.p.d.), Ó.M.F.C., J.M.R.S., A.C.R., Dina Luz de la
Hoz de M. en calidad de esposa de D.E.M.S. (q.e.p.d.), B.V.M.Y., C.A.R.U.,
W.A.B.P., J.H.R.O., M.D.S. de Serrano, en calidad de esposa de N.C.S.H.
(q.e.p.d.), E.E.T. de B., en calidad de esposa de E.P.B. (q.e.p.d.), J.M.M.V.,
J.A.G.G., en calidad de hijo de F.G.R. (q.e.p.d.), frente a la Sala Civil-Familia del
Tribunal Superior del Distrito Judicial de Barranquilla, concretamente contra la
magistrada S.E.R.N..

ANTECEDENTES
1. Los gestores, a través de apoderada, demandaron la protección constitucional
de sus derechos fundamentales al debido proceso, acceso a la administración
de justicia e igualdad, presuntamente vulnerados por la autoridad acusada,
dentro del juicio de rendición de cuentas provocada que iniciaron al Fondo de
Beneficio Social Sindicaribe, Cementos Argos S.A. y Bancolombia S.A.
2. Arguyeron, como sustento de su reclamo, en síntesis lo siguiente:

2.1. Que «se constituyeron beneficiarios del FONDO SINDICARIBE PARA


BENEFICIO SOCIAL, a través de la negociación entre el Presidente del
Sindicato de la Empresa Cementos Caribe S.A. SINDICARIBE hoy
SINTRARGOS y la Gerencia de la Empresa Cementos Caribe S.A. hoy
Cementos Argos S.A., celebrada en la Convención Colectiva de trabajo el 30
de septiembre de 1962, Sociedad que fue legalmente constituida y
protocolizada a través de la ESCRITURA PÚBLICA No. 2.237 de la Notaría
Tercera del Círculo de Barranquilla, y se identificó dentro de la Convención
Colectiva de Trabajo de 1962 como CLAUSULA 47, donde creó o se dio el
nacimiento del FONDO SINDICARIBE PARA BENEFIICO SOCIAL».

2.2. Que «una vez realizada la protocolización de la ESCRITURA PÚBLICA


se procedió a la APERTURA de la CUENTA CORRIENTE No. 80-801230-
11 del BANCO INDUSTRIAL COLOMBIANO hoy BANCOLOMBIA, a
nombre del FONDO SINDICARIBE PARA BENEFICIO SOCIAL, se
prueba con sendos EXTRACTOS BANCARIOS, aportados como medio de
prueba fehaciente de la EXISTENCIA del FONDO SINDICARIBE PARA
BENEFICIO SOCIAL y con una PERSONERÍA JURÍDICA que se ha
tratado de ocultar a pesar de los sendos documentos que lo prueban con
claridad meridiana».

2.3. Que inicialmente la demanda fue inadmitida, empero «como era


imposible aportar la prueba, el Certificado de Existencia y Representación del
demandado FONDO SINDICARIBE PARA BENEFICIO SOCIAL, siendo
su representante legal, el presidente del sindicato SINDICARIBE hoy
sindicato SINTRARGO, señor P.S.P.M., estando dentro de la oportunidad
procesal de saneación del auto admisorio de la demanda manifesté que
desconocía donde estaba l aprueba, porque no aparecía en la Cámara de
Comercio de Barranquilla…».

2.4. Que notificados de la demanda, el extremo pasivo propuso excepciones


previas «falta de competencia del juez que conoce el asunto, habérsele dado a
la demanda trámite de un proceso diferente, prescripción y falta de
legitimación en la causa por activa y pasiva», pero el despacho cognoscente
en proveído de 28 de julio de 2015 resolvió no declararlas probadas, decisión
que fue objeto de apelación.

2.5. Que el ad-quem cuestionado, al desatar la alzada en providencia de 28 de


marzo de 2016, revocó la de primer grado y, en su lugar, dispuso
«DECLARAR como probadas las excepciones previas de falta de
legitimación en la causa por activa y por pasiva, propuestas por la parte
demandada… en consecuencia de lo anterior, declarar terminado el presente
proceso de rendición de cuentas».

2.6. Que «a la vista de la magistrada sustanciadora RECONOCE la


ESCRITURA PÚBLICA para demostrar la EXISTENCIA DEL FONDO,
pero NO RECONOCE SU CONTENIDO que faculta a la empresa Cementos
Argos para ADMINISTRAR los dividendos de las acciones, aquí se ampara
la magistrada sustanciadora, para decidir que los demandados no tiene la
vocación de administradores… y declarar probadas las excepciones de falta
de legitimación en la Causa por activa y por pasiva propuesta por los
demandados».

2.7. Que el tribunal censurado «OMITIÓ apreciar y evaluar las pruebas


documentales, como son los EXTRACTOS BANCARIOS y LAS
CERTIFICACIONES DE LAS ASAMBLEAS DE JUNTA DE SOCIOS
(accionistas) y otros documentos más, donde describen la existencia de la
PERSONERÍA JURÍDICA del FONDO SINDICARIBE PARA BENEFICIO
SOCIAL».

3. Pidieron, conforme lo relatado, se ordene «la revocatoria de la decisión


proferida el 28 de marzo de 2016 contra el auto fechado 28 de julio de 2015»
(fls. 76-101 C.. 1).

LA RESPUESTA DEL ACCIONADO Y VINCULADOS

La magistrada sustanciadora acusada, manifestó que «se ratifica la suscrita en


la decisión tomada en el proveído censurado, donde se expusieron de manera
clara y precisa las razones para la revocatoria de la providencia venida en
alzada, advirtiéndose que con los errores que ahora se le enrostran se busca
que a través de la presente acción -residual y subsidiaria- se reabra el debate
probatorio y se someta la misma a una tercera instancia, en un claro
desconocimiento de las prerrogativas y competencias del juez ordinario en la
resolución de los asuntos que tiene a su conocimiento».

Y, añadió que «la decisión tomada por la suscrita se ciñó a una debida
interpretación normativa, y a valoración de las pruebas obrantes en el
plenario, actuación que se efectuó conforme al caso concreto, y que no puede
considerarse arbitraria ni constitutiva de vía de hecho» (fls. 287).

El señor A.G.M., informó que «en la actualidad me desempeño en el cargo de


Gerente Caribe Oriental y Trading y Representante Legal de la sociedad
Cementos Argos S.A., en la ciudad de Barranquilla, y que no tengo la
condición de representante legal y/o vocero a cualquier título de lo que en el
texto de la acción de tutela se denomina “Fondo de Beneficio Social
Sindicaribe”».

Así mismo, señaló que «el denominado “Fondo de Beneficio Social


Sindicaribe” no existe, y mucho menos corresponde a un ente con personería
jurídica. El mencionado “Fondo de Beneficio Social Sindicaribe” fue en su
momento un pacto al interior de una convención colectiva, que fue sustituido
en la convención colectiva del año 2006, cumpliendo Cementos Argos S.A.,
con las correspondientes obligaciones dinerarias que del pacto colectivo se
derivaron» (fl. 296).

C.A.. S.A., a través de su representante legal, anotó que «La providencia de la


Sala Civil – Familia del Tribunal Superior del Distrito Judicial de
Barranquilla, resultó plenamente ajustada al ordenamiento jurídico positivo, y
además ratificó el procedente judicial que ha imperado dentro de esta
Corporación con relación al tema objeto de debate en procesos con similares
pretensiones y presupuestos fácticos. En efecto, el Tribunal Superior del
Distrito Judicial de Barranquilla mediante providencias que han ganado
firmeza ha declarado la falta de legitimación en la causa por activa y por
pasiva en dos procesos con los mismos presupuestos fácticos y pretensiones
al proceso en el que según alega el actor, se profirió la providencia que es hoy
objeto de censura mediante la presente acción de amparo constitucional».
De otra parte, precisó que «en efecto, no tuvo ocurrencia el defecto fáctico
invocado porque el Tribunal Superior de Barranquilla, valoró las pruebas en
su conjunto, al punto que fue precisamente por virtud del análisis en derecho
de la escritura No. 2237 de fecha 30 de octubre de 1962… que llegó a la
conclusión de que no existía la mentada legitimación en la causa y que no se
estructuraba “(…) una relación jurídica a través de la cual, uno de los sujetos
de la misma encomienda una gestión al otro extremo de la relación, la cual
debe concretarse, bien sea, en la administración de bienes, o en el
gerenciamiento de actividades o encargos traducibles en dinero”».

Y, agregó que «mediante pacto convencional celebrado el día 15 de


septiembre de 2006, que fue debidamente valorado por el Tribunal, la
sociedad que apodero y el sindicato decidieron por mutuo acuerdo sustituir el
beneficio convencional, denominado Fondo de Beneficio Social Sindicaribe,
procediendo a reformular la cláusula 47 del pacto inicial, con la consecuente
supresión y/o extinción del aludido beneficio» (fls. 298-305).

CONSIDERACIONES
1. La reiterada jurisprudencia ha sostenido, en línea de principio, que este
amparo no es el medio idóneo para censurar decisiones de índole judicial;
sólo puede acudirse a esa herramienta, en los casos en los que el funcionario
adopte alguna determinación «con ostensible desviación del sendero
normado, sin ecuanimidad y apoyado en el capricho o en la subjetividad, a tal
punto que estructure “vía de hecho”…», y bajo los postulados de que el
afectado concurra dentro de un término razonable a formular la queja, y de
que «no disponga de medios ordinarios y efectivos para lograrlo» (CSJ STC,
3 de Mar. 2011, R.. 00329-00).

El concepto de «vía de hecho» fue fruto de una evolución pretoriana por parte
de la Corte Constitucional, en razón de la necesidad de que todo el
ordenamiento jurídico debe respetar los derechos fundamentales como base
de la noción de «Estado Social de Derecho» y lo contemplado en el artículo
4 de la Carta Política. Así hoy, bajo la aceptación de la probabilidad que
sentencias desconozcan prerrogativas esenciales, se admiten por excepción la
posibilidad de proteger esa afectación siempre y cuando se cumplan los
siguientes presupuestos: l. Generales: «a) Que la cuestión que se discuta
resulte de evidente relevancia constitucional; b) Que se hayan agotado todos
los medios ordinarios y extraordinarios de defensa judicial al alcance de la
persona afectada, salvo que se trate de evitar la consumación de un perjuicio
iusfundamental irremediable; c) Que se cumpla el requisito de la inmediatez;
d) Cuando se trate de una irregularidad procesal; e) Que la parte actora
identifique de manera razonable tanto los hechos que generaron la
vulneración como los derechos vulnerados y que hubiere alegado tal
vulneración en el proceso judicial siempre que esto hubiere sido posible y f)
Que no se trate de sentencia de tutela» y, 2. Especiales: «a) Defecto orgánico;
b) Defecto procedimental absoluto; c) Defecto fáctico; d) Defecto material o
sustantivo; e) Error inducido; f) Decisión sin motivación; g) Desconocimiento
del precedente y h) Violación directa de la constitución» (C-590 / 2005,
reiterada, entre otras, SU-913 / 2009 y T-125/2012).

2. Los gestores pretenden se ordene «la revocatoria de la decisión proferida el


28 de marzo de 2016 contra el auto fechado 28 de julio de 2015», pues en su
opinión se incurrió en defecto «fáctico».

3. Del examen de las pruebas allegadas, se observa lo siguiente:

a. E.M. de las S.R. y otros (aquí accionantes) en su condición de «SOCIOS


DEL SINDICATO DE TRABAJADORES DE LA EXTINTA EMPRESA
DE CEMENTOS DEL CARIBE S.A., “SINDICARIBE” hoy
“SINTRARGOS”» presentaron demanda de rendición de cuentas contra
Fondo Sindicaribe para Beneficio Social, Cementos Argos S.A. y
Bancolombia, documento en el que pidieron «PRIMERO: ordenar al
FONDO DE BENEFICIO SOCIAL SINDICARIBE … y al gerente de
CEMENTOS ASRGOS S.A. … rendir las cuentas sobre la administración
de las acciones e inversiones constituida en escritura pública para
beneficio de los trabajadores sindicalizados … a ellos encomendados
desde el año de 1962 hasta la fecha en que se dicte providencia
favorable… TERCERO: (…) mis poderdantes estiman que el saldo de la
deuda corresponde a la suma que estimo en $150.213.659.695 pesos
(ciento cincuenta mil doscientos trece millones seiscientos cincuenta y
nueve mil seiscientos noventa y cinco mil) la cual consideramos bajo la
gravedad de juramento…» (fls. 332-340).
b. En proveído de 23 de septiembre de 2013 el despacho cognoscente
admitió el reseñado libelo (fl. 331).

c. Cementos Argos S.A. y el Sindicato de Trabajadores de dicha empresa


«SINTRARGOS», una vez notificados, alegaron como excepciones
previas «falta de competencia del juez que conoce el asunto, habérsele
dado a la demanda el trámite de un proceso diferente al que corresponde,
prescripción extintiva y falta de legitimación en la causa por activa y por
pasiva» y por su parte, Bancolombia presentó «excepciones de mérito»
que denominó «oposición a rendir cuentas, prescripción, inexistencia de
una relación jurídica o contractual, falta de legitimación por activa,
imposibilidad de rendir cuentas por ministerio de la ley, inexistencia del
vinculo, falta de subordinación, carencia de prueba, inexistencia de la
obligación demandada, inexistencia de causa petendi, falta de competencia
y cosa juzgada» (fls. 341-347).

d. El a-quo en auto de fecha 28 de julio de 2015, resolvió «PRIMERO:


declarar no probadas las excepciones previas de falta de competencia del
juez que conoce del asunto, habérsele dado a la demanda el trámite de un
proceso diferente al que corresponde, prescripción extintiva, falta de
legitimación en la causa por activa ora por pasiva, por los motivos
anotados», decisión que fue apelada por Cementos Argos S.A. (fls. 239-
249).

e. El ad-quem encartado al desatar la alzada en providencia de 28 de marzo


de 2016, revocó la de primer grado y, en su lugar, dispuso «DECLARAR
como probadas las excepciones previas de falta de legitimación en la
causa por activa y por pasiva… en consecuencia de lo anterior, declarar
terminado el presente proceso de rendición de cuentas».

Lo anterior al considerar que «comoquiera que las pruebas deben ser


valoradas no solo individualmente, sino también en su conjunto, se procederá
al análisis de las practicadas y allegadas al proceso, a efectos de resolver el
problema jurídico planteado.

Seguidamente, anotó que «dentro de las pruebas obrantes en el proceso,


tenemos la escritura pública No. 22337 de 30 de octubre de 1962, donde
queda demostrado la constitución y existencia del “FONDO SINDICARIBE
PARA BENEFICIO SOCIAL”, asimismo, quedó sentado dentro de la misma,
que fue un acuerdo celebrado entre la EMPRESA DE CEMENTOS ARGOS
S.A., y el sindicato coexistente en la misma sociedad, “por medio del cual la
empresa entregará al sindicato la suma de doscientos cincuenta mil pesos
($250.000) moneda legal, para dedicarlo a obras de beneficio social de sus
asociados”. En el acta No. 01 fue transcrita la cláusula No. 47 donde
especifica que las modificaciones e inversiones que se le hagan al fondo será
conjuntamente entre el sindicato y el gerente de la empresa».

Con base en ello, advirtió que «se puede establecer que si bien, no hay lugar a
dudas en torno a la existencia del fondo y que los actores ostenta u ostentaron
la condición de trabajadores de Cementos de Caribe, hoy Cementos Argos, es
claro que para verse obligado el demandado a rendir cuenta, y facultados los
demandantes para provocar dicha rendición, no basta con demostrar la
existencia de la relación laboral; de hecho tampoco es suficiente demostrar la
constitución del fondo a favor de aquellos, sino que es necesario cumplir con
los presupuestos ya explicados en párrafos anteriores. Valga precisar que
debe existir una relación jurídica a través de la cual, uno de los sujetos de la
misma encomienda una gestión al otro extremo de la relación, la cual debe
concretarse, bien sea, en la administración de bienes, o en el gerenciamiento
de actividades o encargos traducibles en dinero».

Así mismo, refirió que «no se ha demostrado que los demandantes hayan
encomendado una gestión o administración de los bienes a alguno de los
demandados. Es de precisar que el simple hecho de demostrar la constitución
del fondo para el beneficio social de los trabajadores, no es suficiente para
establecer que los demandantes hayan encomendado la administración de los
bienes allí descritos, a C.C., hoy Cementos Argos y por tal razón esta última,
se encuentre obligada a rendir cuentas de los mismos a aquellos. De hecho, el
convenio suscrito, se circunscribe es precisamente a la entrega por parte de la
referida empresa, al sindicato, de la suma de doscientos cincuenta mil pesos
($250.000) moneda legal, para dedicarlo a obras de beneficio social de sus
asociados».
Y, finalmente señaló que «aunado a lo anterior, se debe señalar que, si bien
quedó demostrado de acuerdo a las pruebas que reposan dentro del plenario,
la constitución y existencia del “Fondo Sindicaribe para Beneficio Social” no
existe sustento que el referido, goce de personería jurídica y las partes nunca
manifestaron la intención de crearla, sino solo la conformación de un fondo
con una suma de dinero destinada para el beneficio de sus socios» (fls. 225-
238).

4. En este orden de ideas, advierte la Sala que la decisión proferida el 28 de


marzo de 2016, por el ad-quem acusado, mediante la cual revocó la de primer
grado y, en su lugar, declaró probadas las excepciones previas de «falta de
legitimación en la causa por activa y pasiva», no se observa proceder
constitutivo de defecto «fáctico» que amerite la intervención del «juez
constitucional» por cuanto los argumentos allí plasmados, tienen sustento en
las particularidades fácticas del caso y la normatividad aplicable a la materia,
descartando por tanto un actuar antojadizo.

En efecto, la funcionaria censurada, luego de verificar los presupuestos


exigidos no solo para la prosperidad de la rendición de cuentas sino también
para la viabilidad de la falta de legitimación activa y pasiva, constató que los
extremos de la litis en el preciso caso carecían de ella, puesto que no se
acreditó dentro del sub examine las obligaciones de solicitar cuentas ni la de
rendirlas, pues si bien era cierto, en la escritura pública No. 22337 de 30 de
octubre de 1962 en virtud de una convención colectiva se había pactado en la
Cláusula No. 47 la «constitución y existencia del “FONDO SINDICARIBE
PARA BENEFICIO SOCIAL”», también lo era, que ello no demostraba que
se encomendara una gestión o administración, por el contrario era claro que
las únicas partes involucradas en el desarrollo de aquel eran el sindicato y el
gerente de la empresa.

5. Al respecto de la legitimación por activa y por pasiva, la Corte ha tenido


oportunidad de precisar que:

El acceso a la administración de justicia como garantía de orden superior


(artículo 229 de la Constitución Política), para su plena realización, requiere
que quien reclama la protección de un derecho sea su titular, ya sea que se
pida a título personal o por sus representantes, pues, no se trata de una
facultad ilimitada. Ese condicionamiento, precisamente, es el que legitima
para accionar y, de faltar, el resultado solo puede ser adverso, sin siquiera
analizar a profundidad los puntos en discusión. (…) La Corte, en SC 24 jul.
2012, rad. 1998-21524-01, citada en SC4809-2014, recordó que:

La legitimación en la causa consiste en ser la persona que la ley faculta para


ejercitar la acción o para resistir la misma, por lo que concierne con el
derecho sustancial y no al procesal, conforme lo tiene decantado la
jurisprudencia (…) En efecto, ésta ha sostenido que “el interés legítimo, serio
y actual del “titular de una determinada relación jurídica o estado jurídico”
(U.R., Tratado de derecho procesal civil, T. I, Parte general, 2ª reimpresión,
Temis-Depalma, Bogotá, Buenos Aires, 1983, pp. 360), exige plena
coincidencia “de la persona del actor con la persona a la cual la ley concede la
acción (legitimación activa) y la identidad de la persona del demandado con
la persona contra la cual es concedida la acción (legitimación pasiva).
(Instituciones de Derecho Procesal Civil, I, 185)” (CXXXVIII, 364/65), y el
juez debe verificarla “con independencia de la actividad de las partes y
sujetos procesales al constituir una exigencia de la sentencia estimatoria o
desestimatoria, según quien pretende y frente a quien se reclama el derecho
sea o no su titular” (cas. civ. sentencia de 1° de julio de 2008, [SC-061-2008],
exp. 11001-3103-033-2001-06291-01). Y ha sido enfática en sostener que tal
fenómeno jurídico ‘es cuestión propia del derecho sustancial y no del
procesal, por cuanto alude a la pretensión debatida en el litigio y no a los
requisitos indispensables para la integración y desarrollo válido de éste”
(Sent. de Cas. Civ. de 14 de agosto de 1995, Exp. n° 4268, reiterada en el
fallo de 12 de junio de 2001, Exp.n° 6050)”.

Y, en la referida SC4809-2014 recalcó la Sala que:

[s]i bien el artículo 229 de la Constitución Política garantiza el acceso de toda


persona a la administración de justicia, no se trata de un derecho absoluto,
puesto que tiene como cortapisa el que se tenga un interés legítimo para poner
en funcionamiento el aparato jurisdiccional del estado. En caso contrario, se
asumen las consecuencias adversas de la perturbación que un proceder
arbitrario o sin fundamento les genere a los que injustificadamente sean
convocados a los estrados (…) La relevancia de tal comportamiento, lejos de
constituir un desfase procesal susceptible de ser regularizado, conlleva la
imposibilidad de finiquitar plenamente la contienda, pues, su connotación
sustancial obliga a la denegación de los pedimentos, sin que haya lugar a
estudiar el fondo de los puntos en discusión (…). (CSJ SC 14658-2015).

6. Ahora bien, en el caso que nos ocupa la funcionaria acusada precisó, como ya
se reseñó, que si bien se tiene certeza de la relación laboral existente entre los
querellantes y la empresa de Cementos, también lo era, que ella no los
facultaba para provocar rendición de cuentas «en torno a la existencia del
fondo», pues lo que esencialmente se debe acreditar en esta clase de procesos,
es de, un lado, la potestad de «pedir cuentas» por quien haya encomendado
una «gestión o administración» y, de otro, la obligación de rendirlas;
circunstancia que no ocurrió en el sub júdice, comoquiera que no se demostró
dicha «labor o encargo»; es decir, no se cumplieron los presupuestos
necesarios para la prosperidad de la pretensión elevada por los actores.

7. Así las cosas, se observa que la autoridad cuestionada profirió la providencia


acusada, no solamente integrando la realidad fáctica del asunto de marras con
las normas pertinentes sino también con apoyo en lo acreditado en el asunto
de marras; sin que de tal proceder se detecte ilegalidad o abuso alguno de sus
funciones y menos aún desconocimiento del presupuesto especial «defecto
fáctico», por cuanto no se percibe que se apartara de los hechos debidamente
probados o que hubiese adoptado su determinación con elementos ilícitos.

8. Resulta oportuno destacar que, el juez constitucional sólo interviene en la


«esfera probatoria», cuando el «error en el juicio valorativo» sea ostensible,
flagrante, manifiesto y con incidencia directa en la decisión, lo cual no
ocurrió en el caso que nos ocupa y, es que en «materia de pruebas» esta
Corporación ha reiterado que:

el campo en donde fluye la independencia del juez con mayor vigor, es en


cuanto a la valoración de las pruebas. Ello por cuanto el administrador de
justicia es quien puede apreciar y valorar, de la manera más certera, el
material probatorio que obra dentro de un proceso, inspirándose en los
principios científicos de la sana crítica; por lo tanto, a juicio de la Corte, la
regla general de que la figura de la vía de hecho solamente puede tener una
aplicación en situaciones extremas debe ser manejada con un criterio
restrictivo (...) de forma que sólo es factible fundar una acción de tutela,
cuando se observa en el caso concreto, que de manera manifiesta el operador
jurídico ejecuta un juicio irrazonable o arbitrario sobre la valoración
probatoria por fuera de las reglas básicas de realización, práctica y
apreciación, las cuales se reflejan en la correspondiente providencia. El error
en el juicio valorativo, ha dicho esta Corte, debe ser de tal entidad que debe
ser ostensible, flagrante, manifiesto y el mismo debe poseer una incidencia
directa en la decisión"» (CSJ STC, 5 Jul. 2012, Rad. 01339-00, reiterado,
entre otros, el 2 Oct. 2013, Rad. 01449-01, 2 Abr. 2014, rad. 00606-00 y 7
Oct. 2015, rad. 2336-00).

9. Por lo tanto, se advierte que el proveído censurado, reitérase, no puede


tildarse de arbitrario para que sea objeto de cuestionamiento en esta sede, por
lo que independientemente que lo prohíje la Corte, al «juez de tutela» le está
vedado inmiscuirse en la actividad que le es propia a cada jurisdicción cuya
«independencia y autonomía» tiene su origen en nítidos e insoslayables
postulados de «raigambre constitucional y legal».

10. Al respecto, la Sala ha sostenido, de un lado, que «el juez de tutela no es el


llamado a intervenir a manera de árbitro para determinar cuáles de los
planteamientos valorativos y hermenéuticos del juzgador, o de las partes,
resultan ser los más acertados, y menos acometer, bajo ese pretexto, como lo
pretende la actora, la revisión oficiosa del asunto, como si fuese uno de
instancia» (CSJ STC 7 Mar. 2008, rad. 2007-00514-01); y, de otro, que «la
adversidad de la decisión no es por sí misma fundamento que le allane el
camino al vencido para perseverar en sus discrepancias frente a lo resuelto
por el juez natural» (CSJ STC 28 Mar. 2012, rad. 00022-01).

Así mismo, ha considerado que:

[E]l juez de tutela, a pretexto de examinar si existió vulneración de un


determinado derecho fundamental, [no puede revisar] nuevamente la decisión
de los jueces ordinarios que conocieron del trámite y los recursos, como si
esta acción hubiere sido concedida como un medio de impugnación -paralelo-
que se pueda adicionar a las actuaciones adelantadas, ... por regla general no
es posible auscultar, ora para restarles vigencia, ora para otorgárselas, dado
que dicha labor le corresponde, per se, es al juez natural, es decir al juez del
proceso. De allí que toda consideración en torno a esa tarea escapa al examen
del juez del amparo, quien en la esfera que ocupa la atención de la Sala, tiene
una competencia limitada y también residual. Tanto, que e[l] concepto [de]
configuración de una de las apellidadas vías de hecho, es de suyo restricto a la
vez que excepcional, como reiteradamente lo ha puesto de presente la
jurisprudencia patria (CSJ STC 14 may. 2003, rad. 00113-01. Reiterada, entre
otras, en las CSJ STC 2 mar. 2005, rad. 2004-00385-01; 31 may. 2011, rad.
001007-00; 22 jun. 2012, rad. 01201-00; 9 ago. 2012, rad. 00332-01; y, 13
feb. 2013, rad. 00216-00).

11. De acuerdo con lo discurrido, no se otorgará la protección impetrada.

DECISIÓN
En mérito de lo expuesto, la Corte Suprema de Justicia, en Sala de Casación
Civil, administrando justicia en nombre de la República y por autoridad de la ley,
NIEGA la tutela solicitada.

C. telegráficamente lo resuelto en esta providencia a los interesados y, en caso


de no ser impugnada, oportunamente envíese el expediente a la Corte
Constitucional para su eventual revisión.

Notifíquese

ÁLVARO FERNANDO GARCÍA RESTREPO

Presidente de Sala

MARGARITA CABELLO BLANCO

AROLDO WILSON QUIROZ MONSALVO

LUIS ALONSO RICO PUERTA

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