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LA CRISIS EXTERNA”
Historia y Geografía
INTRODUCCIÓN……………………………………….……………………………..3
OBJETIVOS…………………………………………………………………...……….4
1.5. La Conversión……………………………………..………………….19
2.1. Beneficiados…………………………………………………………..20
2.2. No Beneficiados………………………………………..……………..21
CONCLUSIONES……………………………………………………..……..………27
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BIBLIOGRAFÍA…………………………………………………………..…………..28
ANEXOS………………………………………………………………………………29
INTRODUCCIÓN
LOS AUTORESS
OBJETIVOS
OBJETIVO GENERAL
OBJETIVOS ESPECÍFICOS
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CAP I: CONTEXTO PARA LA CONSOLIDACIÓN
La guerra por la independencia efectuada entre los años de 1821 y 1824 logró
notoriamente en las propiedades agrícolas, su destrucción e inestabilidad,
trayendo como consecuencia la pérdida de mercados tradicionales para la
venta de productos mineros y agrícolas, entonces el capital para financiar
actividades agrícolas y mineras se torna casi escaso. Por otro lado se produce
una disminución de la oferta de la fuerza de trabajo, y frente a este panorama
es evidente el abaratamiento de productos de importación europeos.
Entre los años de 1829 y 1839, el agro costeño pasa por su peor época,
debido a la baja de precios del azúcar y los problemas surgidos por la
dificultad de colocar productos en los mercados tradicionales, llevan a la
pérdida de tales mercados (Bolivia, Río de la Plata, Quito y Santiago),
que ya se encontraban erosionando las bases de la agricultura costeña y
de su clase terrateniente. Los hacendados se vieron obligados a
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depender de los costosos créditos otorgados por los comerciantes al irse
extinguiendo las fuentes de financiamiento eclesiástico, además de
experimentar la escasez de mano de obra esclava, puesto que por
aquellos años se da la legislación abolicionista, al decretarse la ley de
“vientre libre”, por la que los hacendados tuvieron que soportar el costo
de la emancipación de los hijos de esclavos nacidos después de 1821,
otro problema que habría de añadir era la dificultad internacional que
existía para el tráfico de esclavos. Esta situación provocó que los fundos
se deterioraran significativamente.
Durante los primeros años de la república, y ante las dificultades financieras del
naciente gobierno republicano, se contraen diversas deudas con comerciantes
ingleses y peruanos ubicados en Lima. Se inicia el reconocimiento de créditos
de un tipo distinto al de las requisitorias, secuestros y préstamos externos. El
decreto del 16 de octubre de 1824 y el reglamento del 12 de noviembre de
1825 inician la depuración de la deuda interna, y el 22 de septiembre de 1826
se constituye por otro decreto, una Caja de Consolidación del Crédito Público
durante el gobierno del General Andrés de Santa Cruz. A través de esta Caja,
el estado pagó créditos depurados con la emisión de billetes del crédito público
que percibían nominalmente un interés del 3% anual, según un decreto del 1
de abril de 1827.
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Una característica fundamental del reconocimient6o inicial de la deuda interna,
fue que el estado ofrecía como garantías para los préstamos en efectivo, las
entradas en dependencias estatales como las aduanas, las tesorerías
departamentales y la casa de monedas.
El decreto del 21 de marzo de 1846 y las leyes del 15 de septiembre y 20 de
diciembre del mismo año, y 9 de marzo de 1848, durante el primer gobierno de
castilla, fueron preparando el camino para la efectiva consolidación de la deuda
interna. Los créditos se reconocerían en cedulas de reforma, estos cr4editos
eran constituidos por las sumas tomadas para el auxilio del ejercito, su ministro,
cupos, contribuciones de guerra, empréstitos voluntarios y forzosos ocurridos
desde el 19 de septiembre de 1820. A fines de 1849 las cedulas sumaban la
cantidad de 3 472,284 pesos y en 1852 asedian a 6 668,643 pesos.
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conjunto de la deuda interna anterior por la ley de 1850. Tales arbitrios eran
impuestos suplementarios a las importaciones, creados a partir de 1834, con
e4l fin de garantizar la amortización de los préstamos hechos por el tribunal del
consulado.
En la ley de marzo de 1850 se dio preferencia a la amortización de la deuda
sobre el ramo de arbitrios, otorgándoles un fondo de 5000 pesos mensuales. El
gobierno de Echenique buscaba extinguir este tipo de deudas sobre los
arbitrios por lo molesto que le resultaba al estado, pues llego a percibir un
interés mensual del 2% en el p4eriodo de 1851-1853.
Para administrar estos distintos tipos de deuda, con distintos intereses y fondos
de amortización, se asigno al Tribunal del Consulado la administración de una
nueva Caja de CONSOLIDACION, bajo la inspección general de hacienda,
con los siguientes fondos para su funcionamiento: los derechos de arbitrios, el
derecho de alcabala sobre enajenaciones y donaciones, novenos sobre
subastas en tesorerías, 120 000 pesos de la venta del guano, 1% sobre las
importaciones (llamado derecho “ de consolidación”) , fondos restantes de los
antiguos censos. “todas hasta el ocho de noviembre de 1820, par la aprobación
de los títulos de crédito de esta deuda era necesario cualquiera de los
siguientes: el reconocimiento del Congreso y una Declaración hecha por el
gobierno conforme a la Ley de Consolidación o una sentencia ejecutoria.
Antes de la aparición del guano los principales ingresos del estado eran la
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contribución de los indígenas y castas, y los derechos de aduanas.
A partir de 1849 se dio un superávit de poco más de 500 mil pesos anuales
entre los ingresos y egresos del gobierno, que se podía aplicar a la satisfacción
de la deuda interna. Antes de 1854, esa suma la pudo aportar el ingreso de
aduanas; el aumento registrado por ese concepto entre 1849 y 1853 permitió la
aplicación de los ingresos aduaneros a la amortización de la deuda interna.
A partir de 1857, se destinaron hasta 6 mil pesos anuales de los ingresos del
guano (5% de la deuda total restante) para la amortización de la deuda
consolidada, a razón de 50 mil pesos mensuales. La deuda interna ascendía
para entonces 27 760,000 pesos, el monto de amortización anual de 6 mil
pesos representaba el 4,3% del ingreso anual por concepto del guano,
amortizada a lo largo de quince años (1850 – 1855) representó alrededor del
86% de lo producido al estado por el guano en los años de 1857 y 1858. El
total de la deuda interna amortizada y sus intereses, deducida de ese total la
cifra de la deuda convertida, representó alrededor del 6,9% del total de los
gastos de los ingresos del guano en toda la época de su explotación (1846 a
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1877). Unida a la deuda convertida y a la deuda de manumisión de esclavos,
representó el 11,5% del total de esos gastos, sin embargo no toda la deuda
interna consolidada se pagó con el producto del guano; parte del total fue
cubierto con la recaudación de aduanas.
El pago de la deuda interna de 1850 se repartió cerca de la décima parte del
ingreso del guano, que en esos años no se cría que iba a durar más de una
década, pero que en realidad se convirtió pronto en una forma rentable para el
estado alrededor de treinta años.
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Fuente: Anónimo, Refutación del Folleto titulado “Vindicación” de Don José Rufino Echenique
(Lima, 1856).
El total de individuos que recibieron vales fue cercano a las dos mil personas;
según datos de la época se puede describir de la siguiente manera, el grado de
concentración en el reconocimiento y repartición de vales: los 5 primeros
recibieron 4 242,000 pesos, es decir el 17% de aproximadamente 4 millones a
que ascendía el total de la deuda consolidada, los diez primeros recibieron, a
su vez, 6 333,600, esto es 26.4% del total; los veinte primeros obtuvieron 8
446,700 (35.2%); los cincuenta primeros recibieron alrededor del 49.9%,
mientras que los cien primeros obtuvieron el 62.3%. Otros datos hacen
referencia a 126 beneficiarios que recibieron sumas individuales que se
acercaban al millón y 31 mil pesos, 402 personas recibieron entre 30,999 y 5
mil pesos, otro grupo de 220 individuos recibieron entre 20 mil y 10 mil pesos.
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Fuente: libros de Contabilidad Fiscal pertenecientes a la Consolidación
1.5. LA CONVERSIÓN
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CAP II: ACREEDORES DE LA DEUDA INTERNA
2.1. BENEFICIADOS
Ahora bien para proseguir con esté apartado nos planteamos la pregunta:
¿Qué es un consolidado?
Para ello citamos a Jorge Basadre (Historia de la República del Perú. Capítulo
XLV): “Se llama consolidado a todos los personajes políticos o militares o de
cualquier especie que, amparándose con la Ley de Consolidación de la Deuda
2.2. NO BENEFICIADOS
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proceso de cancelación de la deuda interna, otros, en cambio lograron
recuperar parte de sus propiedades hacia 1839, estos pocos buscaran
fortalecer su vulnerable posición mediante estratégicos arreglos crediticios con
poderosos comerciantes, lo cual garantizara reconocimientos de deuda interna
que serán compartidos con sus acreedores mercantiles.
En el caso de las deudas militares ilustres, estas se cancelaron utilizando
fondos administrativos por el tribunal del consulado y la dirección de
consolidación, (creada en 1826), dichos fondos provenían en su mayoría de los
bienes cautivos de la antigua administración colonial.
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CAP III: CONSECUENCIAS DE LA CONSOLIDACION
Alza de precios:
Se sabe que Echenique acepto que en ciertos casos pudo haber aumento o
exageraciones en las cantidades reclamadas y concedidas a algunos
individuos, en su manifiesto de 1858 Echenique dijo: “yo no dudo que se halla
falsificado documentos cuyo hecho conoce seguro el público y por eso es que
da ascenso al rumor, pues aun a mi noticia llego que se hacían o proyectaban
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falsificaciones”
Muchas de estas personas que forjaron gran parte de su riqueza por aquellos
años, aprovecharon los desordenes financieros de la ultima administración de
Echenique. Entre los nombres de algunas de las personas que se hicieron
beneficiarias de la consolidación se encuentran: El general Juan Crisóstomo
Tarrico, El coronel Felipe Rivas, El Chileno Juan José Concha y Don Manuel
María cotes. De ellos el ministro plenipotenciario del gobierno de Echenique,
Mendiburu, deja en claro y sin duda alguna que Tarrico fue el principal
beneficiario de la consolidación. Mendiburu censura también que Echenique,
por complacer a Tarrico, mandase que 21 mil pesos impuestos a interés por las
cajas de los puertos en el ramo de arbitrios, pasasen a tesorería a reposición
del ministro de guerra bajo el pretexto de que se iba a refaccionar cuarteles, sin
embrago el dinero fue repartido por Tarrico a sus jefes de predilección.
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CONCLUSIONES
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En la imagen de arriba se representa la Hacienda nacional como una
vaca flaca, cuya escaza leche es aprovechada por el presidente José
Rufino Echenique, mientras uno de sus ministros de Hacienda, el
general Juan Crisóstomo Torrico trata de exigir su parte.
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En la imagen, la Calle de Mercaderes, calle donde los comerciantes,
prestamistas locales y extranjeros realizaban sus rentables negocios
durante la bonanza guanera.
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En esta imagen denominada “¡A la horca los ladrones!”, hace referencia
a la reacción radical y al malestar popular (1855) contra los enriquecidos
de forma fraudulenta con la Consolidación.
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LA CONSOLIDACIÓN DE LA DEUDA INTERNA.
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