"Barniz" sismorresistente para la protección de los edificios

El problema de preparar los edificios ya construidos para los sismos supone un reto para la
ingeniería civil. Estas edificaciones requieren de nuevos e innovadores materiales que les doten
de una resistencia adicional. En este punto, se encuentra la innovadora solución antisísmica
desarrollada en la Universidad de British Columbia: un compuesto de cemento flexible y
amigable con el medio ambiente basado en fibras, cenizas volantes derivadas de la combustión
del carbón y otros aditivos industriales.

Este renovado tipo de hormigón, aplicado sobre los muros del edificio antiguos, genera una
malla reforzada maleable que impide su fractura incluso en seísmos de una alta intensidad.
Según sus creadores, es suficiente con aplicar una fina capa de 10 milímetros para incrementar
radicalmente las propiedades y la resistencia del edificio. Además, debido a su composición, su
producción permite reducir considerablemente las emisiones de C02 al necesitar menos
cemento en su fórmula.