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42 Miguel Valdivia

José

soberano- De aquí que la administración del Estado no persiga


fines propios, sino
necesariamente fines ajenos, de la ciudadanía. La admilnistración
conse-
cuencia, al servicio de la ciudadanía. "riá, "r,
Aunque los antecedentes de esta concepción son antiguos (tan
antiguos como
la política o el Estado), recibió su más amplio desarrolÉ
dogmático_jlrrídi.o
la doctrina francesa del seruicio público. En esa escuela (cuyo "r-,
origen se atribuye
a Léon Duguit), el Estado en su conjunto llegó ,",
.oáo ,.r, ..d á.
".rr"rr,lido
servicios públicos, vale decir, de instituciones orientadas
hacia la satisfacción de
las necesidades públicas. El predominio que por largo
tiempo tuvo la teoría del
servicio público logró dar una justificación al
menosletórica a las singulari«lades
del régimen jurídico del poder.
Es inequívoco que los objetivos institucionales de los
órganos administrativos
e.stán_concebidos para servir las necesidades del pueblo.
Ahára bien, aunque pue_
de haber algo contingente en estas misiones (poryue
son fruto de opciones páru-
cas de la comunidad, que pueden evolucionai), ei
derecho adminisirutiuo j"rr"ru
órganos y modos de acción que son estructuralmente funcionales
a estas misiones.

(a) La organización adminisrrariva y el servicio


público
19' Ante todo, la arquitectur a organizacronal de la administración
pública,
que es diseñada por el derecho administrativo, esrá je ,erri.
concebida de mo«lo
a esos objetivos de servicio público.
es casual que en_la práctica legal
. I"
la administración
chilena la unidad organizativrr básica de
sea designada precisamente como ..servicio público,, (LocB-
GAE, art. 38). Esta expresión idiomática, aunque seguramenre
impropia, es muy
elocuente: en términos materiales, el servicio público
es una actividad de interés
general desplegada conforme al derecho público por
una institución estatal, pero
su identificación con esa institución es tan fuerte que
en términos orgánicos esa
misma institución pasa a denominarse servicio púb-lico.
Además, los modos de relación <le los órganos administrativos
entre sí tam-
bién se justifican por su idoneidad prr, ,.rrri al interés general.
La distribución
de competencias entre.ellos se expliia usualmente po,
,uío,n s de especia lización,
que se reputa propender a la mejor atención de las
necesidades púili.ar. Ahora
bien, la vigencia de los principios de coordinación y de
unidad de acción,relevan-
tes en caso de competencias concurrentes o colindantes,
da cuenta de que las com-
petencias exclusivas no son atributos personales
del órgano, sino instrumentos de
servicio. En algunos ámbitos (por ejemplo, el de la, rJr.iorres
enrre ññ;;;
con competencias territoriales, como las municipalidades),
rigen especÍfrcos prin_

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