soberano- De aquí que la administración del Estado no persiga
fines propios, sino necesariamente fines ajenos, de la ciudadanía. La admilnistración conse- cuencia, al servicio de la ciudadanía. "riá, "r, Aunque los antecedentes de esta concepción son antiguos (tan antiguos como la política o el Estado), recibió su más amplio desarrolÉ dogmático_jlrrídi.o la doctrina francesa del seruicio público. En esa escuela (cuyo "r-, origen se atribuye a Léon Duguit), el Estado en su conjunto llegó ,", .oáo ,.r, ..d á. ".rr"rr,lido servicios públicos, vale decir, de instituciones orientadas hacia la satisfacción de las necesidades públicas. El predominio que por largo tiempo tuvo la teoría del servicio público logró dar una justificación al menosletórica a las singulari«lades del régimen jurídico del poder. Es inequívoco que los objetivos institucionales de los órganos administrativos e.stán_concebidos para servir las necesidades del pueblo. Ahára bien, aunque pue_ de haber algo contingente en estas misiones (poryue son fruto de opciones páru- cas de la comunidad, que pueden evolucionai), ei derecho adminisirutiuo j"rr"ru órganos y modos de acción que son estructuralmente funcionales a estas misiones.
(a) La organización adminisrrariva y el servicio
público 19' Ante todo, la arquitectur a organizacronal de la administración pública, que es diseñada por el derecho administrativo, esrá je ,erri. concebida de mo«lo a esos objetivos de servicio público. es casual que en_la práctica legal . I" la administración chilena la unidad organizativrr básica de sea designada precisamente como ..servicio público,, (LocB- GAE, art. 38). Esta expresión idiomática, aunque seguramenre impropia, es muy elocuente: en términos materiales, el servicio público es una actividad de interés general desplegada conforme al derecho público por una institución estatal, pero su identificación con esa institución es tan fuerte que en términos orgánicos esa misma institución pasa a denominarse servicio púb-lico. Además, los modos de relación <le los órganos administrativos entre sí tam- bién se justifican por su idoneidad prr, ,.rrri al interés general. La distribución de competencias entre.ellos se expliia usualmente po, ,uío,n s de especia lización, que se reputa propender a la mejor atención de las necesidades púili.ar. Ahora bien, la vigencia de los principios de coordinación y de unidad de acción,relevan- tes en caso de competencias concurrentes o colindantes, da cuenta de que las com- petencias exclusivas no son atributos personales del órgano, sino instrumentos de servicio. En algunos ámbitos (por ejemplo, el de la, rJr.iorres enrre ññ;;; con competencias territoriales, como las municipalidades), rigen especÍfrcos prin_