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TERNURA Y ECUANIMIDAD
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En el Vacío hay Luz.
En la Ternura hay Calor.
La Esencia de la Ternura es el Vacío.
El Corazón del Vacío es la Ternura.
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ÍNDICE
- Índice 4
- Prólogo 6
Contenido y Propuesta 7
- Motivación 8
Enumeración de los huecos de la Gestalt 12
- Rendirse ante lo irremediable 15
- Justificación del Método 16
Cuixart, en la ternura 17
- Experiencia mental 19
- Ternura y/o maternaje 21
Papeles de Alicante 23
Cultura 32
- Ternura en grupo (I) 35
La experiencia con Francesc Codina 35
Mi experiencia 38
Actuación sabia para un momento difícil 38
Encuesta entre los alumnos sobre Taller de G. 40
- Ternura en grupo (II) 51
Experiencias de adiestramiento en la ternura 51
Trabajo del facilitador 51
- La Bondad Amorosa 51
Bondad Amorosa. Boceto de las etapas de la práctica 53
Resultados 54
Las palabras de Buda sobre La Bondad Amorosa 55
- Experiencia con el ponerse en el lugar del otro 57
Soluciones sistémicas y posiciones perceptivas 57
Abordaje de conflictos interpersonales 58
- Ecuanimidad: la inteligencia del corazón 60
Los Cuatro Inconmensurables 61
La Ecuanimidad es una actitud mental 62
Adiestramiento lúdico en la Ecuanimidad 63
- Entrevista con Suzy Stroke 65
Mis encuentros terapéuticos con la ternura 69
Ternura de tu a tu 71
- Encuentro con Claudio Naranjo 73
Respuesta de Claudio 76
El encuentro 77
Entrevista 78
- El sentido del humor 84
- Entrevista con Oskar Ekai 89
- Otros encuentros que no me hicieron falta 96
- Últimos versos 97
- Apéndice 101
“Cuando todo se derrumba” 101
“Violencia y ternura” 106
“Depende de ti” 111
“La esencia del budismo tibetano” 116
“La biología del amor” 119
- Bibliografía 123
4
Imágenes
NOTAS 126
5
PROLOGO
¿Qué hubiera hecho ahora con las entrevistas realizadas hace cinco, cuatro, años?
¿Añadir relleno bajo el epígrafe “Donde dije, digo”? Más que una precipitación de
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última hora se trata más bien de la condensación que se conoce habitualmente bajo la
definidora palabra: CONCLUSIONES.
Esta tesina es una conclusión a un proceso, que nombro y en ocasiones detallo, con el
ánimo de que se pueda entender cómo he llegado a donde estoy; un lugar útil para mi. Si
pretendiera convencer o justificarme, estaría usando actitudes lejanas a mi concepto de
ternura.
Espero que la sensación de presencia y el clima de ternura sean lo que el lector sienta al
leer esta tesina. Un ánimo de ecuanimidad subyace a la puesta en palabras de mis
experiencias y encuentros. Por eso abunda más el SI que el NO.
Conseguir una escritura diáfana es también una intención; creo que es el estilo de la
Ternura.
Contenido y propuesta
0 – Existe una base psicoanalítica (y reichiana) para situar la ternura como impulso de
salud. (Juanjo Albert)
1 – Tratar el tema de la ternura es un hueco de la gestalt. (Pedro de Casso)
2 – La gestalt es lo que es y temas como la ternura y el amor están fuera de su
propuesta, y está bien que sea así. (Claudio Naranjo)
3 – Sin la ternura no hay nada, terapéuticamente hablando. (Claudio Naranjo)
4 – La ternura se ve bien acompañada y en muchos casos precedida de la
confrontación, y en uno u otro momento la aparición del humor pone las cosas en su
sitio. (Suzy Stroke, Claudio Naranjo)
5 – La ternura es a la emoción lo que la ecuanimidad es a la mente cognitiva. Hay unas
tareas clásicas para desarrollar la ecuanimidad y así “crear músculo” para la aparición
de una ternura genuina. (Frederic Suau)
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MOTIVACIÓN
Javier Muro
Un día un alumno dijo que nos había situado, que encontraba un paralelismo entre
nuestro diferente quehacer y la manera de mostrarse y dirigir de dos directores de cine
conocidos: Javier era Roberto Benigni (“La vida es Bella” 1997) y yo era Stanley
Kubrick (“La Naranja Mecánica” 1971)
Roberto y Stanley
8
admiración por Kubrick venía de lejos, y le había seguido con temor y respeto. En 1973
vi “La Naranja Mecánica” en un cine de Ámsterdam. La cosa quedó así.
Yo recibí el sambenito con cierta incomodidad, como ¿así me ven?, ¡con lo bueno y
agradable que soy!, cualidades que no veía en Kubrick. Puse más énfasis en trabajar mi
parte afectiva con el objetivo de ser menos duro, seco, límite (temerario). Tenía que
“pulirme”.
Ya 2008 sigo siendo críptico, en ocasiones duro, y también en otras tierno. Veremos
como mi concepto de ternura tiene algo de kubricktiana, en el sentido de que considero
que es necesario que se de una situación límite, que llamo de derrota, para que haya más
garantías de que la ternura sea genuina y sobre todo reparadora. El mismo lenguaje es
kubricktiano y que prefiero hablar de derrota que de rendición, que es más relajado,
distendido. ¿Es necesaria una rendición si no ha habido una derrota o esta va a ser
ineludible si uno sigue en el esfuerzo, en la lucha? Derrota sería aquí analógico a
castración, frustración.
Hoy por hoy a Javier hay alumnos y clientes que le ven cercano y alguno comenta con
cierto temblor de voz que le da miedo…
La conducta y la actitud que nos cuentan tenía Perls es, teniendo en cuenta un proceso
saludable, bastante kubricktiana. Posiblemente la imagen que yo tenga de Perls es de
Fritz Perls
un Kubrick que está de vuelta. Y si yo hubiera renegado de esa manera de estar, dejaría
una parte mía confrontativa, críptica (“2001, una odisea en el espacio”)
Cuando tres años después de que nos asignaran como socias de Benigni y Kubrick, el
2001, le comenté a Javier que iba a ponerme con lo de la Tesina, me sugirió
inmediatamente un tema: La Ternura. Ya se sabe que los buenos amigos también sirven
para estimular, y presumo de que Javier me conoce bastante. No dudé en asumir el tema.
En otro lugar comentaré algunos otros pormenores.
9
Javier hacía en esa época la Formación en Integrativa con Juanjo Albert, y pese a que no
especificaba demasiado, me sentí incentivado a hacerla. El primer día del primer Taller
apareció una explicación y una comprensión de la Ternura que me abrió el horizonte de
la Tesina en un ángulo que hasta ese momento era inimaginable para mí y que
claramente no podía abarcar (aquí incluyo los apuntes tomados en clase por los alumnos)
Iba a ser cosa de tiempo; de verlas venir e ir aportando.
Frederic Javier
en Sevilla
El único precedente en Gestalt era, del mismo 2001, la Tesina sobre la Ternura de Oskar
Ekay, de la que hablaré.
Empecé exigiéndome acumulando documentación ficticia: nada en la gestalt hablaba de
ternura. Era un reto. La cultura en la que me formé era un reto, ir en contra, inventarse lo
prohibido, lo inexistente, etc. Era una cultura que a nivel teórico se basaba (y mucha lo
hace aún ahora) en el anti. Anti lo que sea, lo fácil y asequible era sospechoso. Recuerdo
como caricatura de esta opción el entonces famoso (finales de los 60) Anti-Dühring de
Engels, el compañero de Marx, editado por Ciencia Nueva.
Tenía yo licencia, desde esta perspectiva, para despotricar contra los teóricos de la
gestalt por no haber tratado el tema de la ternura. Y ahí me crecía en presunción,
imbuido también por la autocrítica de los años 60. Aportar algo novedoso, original (y la
tesina de Oskar, que generosamente me había fotocopiado, en el cajón)
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En pleno proceso Pedro de Casso publica “Gestalt, una terapia de autenticidad” (1). Creo
muy necesario para entender el vacío en el que yo pretendía sobrevolar, el reproducir
aquí, con categoría de texto más que de citas, lo que he extraído del final del libro:
Claudio Naranjo
11
… Una pregunta que parece clave: ¿tiene o no tiene la terapia Gestalt, a fin de cuentas,
una teoría? (pág.: 558)
… y en “La vieja y novísima Gestalt” (2) sostiene, como muchos otros gestaltistas, que
«la terapia gestáltica es más una terapia que una teoría. Más un arte que un sistema
psicológico». (pág.: 559)
Pedro de Casso: Yo digo que la terapia Gestalt –en cuanto que es terapia (desde el
punto de vista del paciente), y es arte terapéutico (desde el punto de vista del terapeuta)-
es ante todo, un territorio a ser recorrido; un territorio, por otro lado, que no es algo
aparte de la propia vida, de la vida de cada uno, salvo la forma de tratar de irse dando
cuenta de ella. (pág.: 559)
(1)
Llegado a este punto (prosigue Pedro de Casso), sólo me queda referirme a un apartado
que podría llamarse los “huecos” o los “vacíos” de la Gestalt (o de la terapia
Gestalt). (pág.: 561)
12
B - Asimismo, superar su “antiintelectualismo”, dando un lugar incluso a la
interpretación y a la asociación libre, no imponiéndose la estricta obligación de
trabajar “gestálticamente” en cada sesión,
C - La posibilidad de propuestas directivas –consejos o tareas a los pacientes.
D - Poder distinguir la situación de terapia, donde dejarse llevar por el impulso puede
ser recomendable, de otras situaciones en la vida, donde eso sería fuente de conflictos.
… Esto tiene que ver con el tema de la “inhibición del ego”, y va en la línea de
superar lo que comúnmente se conoce como el “peligro de egotismo” de la terapia
Gestalt.
E -«un vacío en la Gestalt tradicional», señala Claudio, que tiene que ver con la
suposición de que la Gestalt ya presta de por sí suficiente atención al cuerpo, a través
de la atención a la postura, a los gestos, etc.
F – En el mismo sentido está el testimonio de D. Olney, que concibe la terapia como
“enseñanza”, como adentrarse juntos en el río, “caminar juntos” y que afirma que
«cualquier terapia completa tiene que ser transpersonal”, aunque al principio «el
trabajo comienza con los conflictos interpersonales e intrapersonales». Y también el de
Robert (Bob) Hall: «Siempre veo a cada persona que viene a trabajar conmigo como
alguien a quien necesito aprender a amar profundamente», «Es mi trabajo amar a esa
persona de manera incondicional».
G – Un… aspecto que Claudio Naranjo desearía ver incorporado al trabajo gestáltico,
para suplir la deficiencia que en este sentido nos dejó Perls por su afán simplificador,
y que ya he comentado, es lo que tiene que ver con “caracterología”. Naranjo, con
conocimiento de causa, en cuanto investigador del análisis factorial aplicado a la
diversidad de caracteres junto a Eysenk y Cattell en otro tiempo, y en cuanto
depositario, investigador y divulgador de la caracterología dinámica de tradición sufí
que lleva el nombre de “eneagrama” o “protoanálisis”, dice: “Pienso que el carácter
–la base de la compulsión a repetir- es el asunto más fundamental en cualquier
psicoterapia que busca ser profunda y completa”
H - Un último punto relacionado con el carácter de Fritz es su sesgo hacia la rudeza
en vez de hacia la ternura, y en general «un cierto olvido del ideal de amor, un ideal
que creo, al igual que Freud, no se puede separar de nuestra comprensión de la cura…
saber que estamos trabajando para restaurar la capacidad de amar, sin la cual no
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puede haber satisfacción profunda ni fin del sufrimiento”. En este aspecto, de
primordial importancia, Naranjo remite al trabajo de sanación de las tempranas
relaciones parentales –origen de la inmensa mayoría de los conflictos psicológicos-,
conocido con el nombre de “proceso de la cuadrinidad” o “proceso Fischer-
Hoffman”, … Sobre este “hueco” de la Gestalt relacionado con la ternura y el amor,
sí deseo aportar otros testimonios. En primer lugar, el de Yontef, quien se decanta a
favor de una actitud más suave y abierta con el paciente, en vez de automáticamente
confrontativa, y a favor de un “enfoque cooperativo” de la relación terapéutica:
“En la última década he descubierto que una amabilidad clara y directa es
clínicamente más eficaz para aumentar el darse cuenta, la autorresponsabilidad y la
experimentación honestas del paciente que la actitud orientada a la frustración.
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Rendirse ante lo irremediable
Dalai Lama
15
JUSTIFICACIÓN DEL MÉTODO
16
Y probablemente en esta vida no aspire a otra validación.
Por tanto: JUSTIFICACIÓN DEL MÉTODO (si es que lo hay)
Si las confirmaciones parten de “correligionarios”, lo siento como más de lo mismo, y si
yo he tomado unas decisiones en coherencia con una tendencia, los que se mueven en
ese parámetro me van a confirmar lo dicho. Así que voy mirando sin buscar, saturado ya
de información, y de sopetón me encuentro, en un diario que no compro un artículo de
un paisano mío por quien, por qué no decirlo, nunca he sentido una especial afinidad de
criterios, de posturas, etc. Es el título de su artículo lo que acapara mi atención…
Cuixart, en la ternura
Baltasar Porcel (Diario La Vanguardia 1-11-2007)
¡Vaya con Don Baltasar! Cinco años de Tesina, conclusiones a partir del 2005, síntesis
lúcidas para expresar algo que difícilmente puede ser otra cosa que una afirmación
indemostrable, y que sólo aquellos que han tenido la experiencia podrán corroborar; y
que tal vez podrá ser esclarecedora para quienes están en busca de ponerle conciencia a
un específico estado de percepción…
17
Y va Don Baltasar y borda con una sabiduría y capacidad de expresión totales lo que yo
quiero enunciar, imposible demostrar. Dice como notario de una realidad lo que yo me
digo como terapeuta.
Uno y otros subrayados, el tono general del texto, conjuntan lo que es la definición y el
contenido de la definición de ternura, una expresión tan bien hecha que no voy a intentar
mejorar.
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EXPERIENCIA MENTAL
Desde hace un tiempo estoy practicando un trabajo personal que incluye la escucha de
unas grabaciones. Mi experiencia en esa escucha era y es muy satisfactoria. No sólo me
proporciona explicaciones, aclaraciones, sino que, gracias a esto, a mi capacidad de
dedicación, disciplina y posiblemente otros factores, mi estado de ánimo en general, mi
reacción en los encuentros, en los contactos, ha ido variando sustancialmente.
Cuando hace un tiempo descubrí que era muy mental, lleve esa conciencia como un peso
y mi característica como una limitación, como algo que mermaba calidad a mi vida. Ya
durante los años setenta procuré hacer trabajos personales y prácticas que obviaran los
aspectos cognitivos. Confundía por aquel entonces lo cognitivo con lo conceptual y me
perdía así la presencia en las cualidades de la naturaleza de la mente: saber y conocer,
pudiendo analizar sin necesidad de elucubrar, pensar sin necesidad de conceptuar.
Como digo, la actual escucha de unas enseñanzas, produce en mí un estado de ánimo
general, un estado mental, que me facilita la presencia, el contacto con las necesidades,
el darme cuenta y la responsabilidad, y resumo estas tres características tan queridas por
la gestalt en el concepto, amplio y a la vez específico, de disciplina.
Para decirme que sí ante la experiencia, que sí al beneficio emocional de la escucha, del
centramiento que me producía, me fueron muy útiles las explicaciones de un
colombiano, Sesha, Instructor de Vedanta Advaita. Quiero sintetizar aquí lo que yo
entendí de sus explicaciones, recibidas también por audición.
Para Sesha hay dos vías de realización fundamentales:
1 – La vía Gnana, que es la vía de unión con lo Absoluto, a través de la comprensión
metafísica, y
2 – La vía Bhakti, que es la vía de unión con lo Absoluto, a través del amor y la
devoción.
Llevando el tema a lo relativo, que es el terreno en el que quiero comprobar y sacarle
provecho a las cosas, lo deducible es que en el trabajo de no diferenciación (que vendría
dado en gestalt y en un primer nivel con el trabajo sobre polaridades) y más adelante, al
trabajar nuestra oralidad latente, el trabajo con la ecuanimidad (explicaré más adelante
este concepto y su práctica), pone en un mismo plano lo mental y el amor. A través del
amor llegamos a la experiencia de la no diferenciación, y esto ha sido para mí como una
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meta clara, prioritaria, difícil, y resulta que a través del saber y el conocer podemos
acceder al mismo tipo de experiencia. Además el amor genera saber y el saber genera
amor.
De esto la base es el modelo no diferenciado. En la terapia se experimenta como el
derecho a la pertenencia (en la terapia sistémica).
La preponderancia de la parte sobre el todo nos lleva al egoísmo, es la actitud que se
desprende del egoísmo. La fuerza fundamental que mueve las cosas es la fuerza que uno,
es la fuerza agregadora (sí, esta es mi familia; esta es mi vida)
Es importante conocer que donde no se dirige la atención, no se puede saber. Esta
atención hace que la diferenciación se fracture. La comprensión es por tanto una fuerza
integradora. Destaca aquí la fuerza de cuando el observador dice si a lo observado.
Cuando ello genera dolor, derrota, y se acepta con rendición aparece la ternura genuina.
Quien conoce así tiene un vislumbre de totalidad y puede descansar en ella.
Desintegrar la diferencia entre yo y lo que me sucede. Si.
Como una leve reivindicación de mi parte rechazada, lo mental, voy a expresar aquí,
sobre todo, lo que son para mí las experiencias de saber y conocer, y afirmo que al
vivirlas me he sentido más próximo, más amoroso, más tierno, más entero…
Aclarar e instaurar la experiencia mental como una experiencia de Conciencia que
conlleva necesariamente la Ecuanimidad, y sin la que la Ecuanimidad no puede
generarse.
Escribe Claudio en “Cosas que vengo diciendo” (5): “Puede decirse que la relación entre
amor y conciencia sea recíproca, sólo que en las tradiciones espirituales se cultiva el
amor para progresar en la conciencia, y en el mundo terapéutico se cultiva la conciencia
para superar el sufrimiento del desamor”.
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TERNURA Y/O MATERNAJE
David, mi hijo. Sergi, su hijo (2006) – Noa con su madre Olga, mi nuera (2008)
David, Olga, con sus hijos
Existe la tendencia en ver una imagen de ternura en un recién nacido, y también que su
presencia, fragilidad, dependencia, nos generen un estado, una actitud, de ternura. Por
una y otra cosa la presencia de un bebé puede predisponer a la ternura. Si a esto le
añadiéramos una mirada completa sobre lo que va a ser su experiencia vital, el gozo y
también el sufrimiento que ineludiblemente va a vivir, e hiciéramos votos para, si está en
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nuestra mano le trasmitiremos, después de haberlo asumido nosotros, ese lugar de la
derrota, de la rendición en la que disminuye y hasta se elimina el sufrimiento. Estaríamos
de lleno en una actitud de ternura plena.
Aquí quiero mostrar los apuntes de la Formación en Psicoterapia Integrativa que imparte
el IPETG de Alicante, para mostrar un abordaje muy interesante, lúcido y útil para una
comprensión de la importancia del impulso tierno (subimpulso tierno, que forma un
impulso conjunto con el subimpulso agresivo) No es un texto del Instituto; los alumnos
nos turnábamos en transcribir las grabaciones que se hacían de las diferentes sesiones. Si
que es el texto de lo que podemos llamar una lección magistral.
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PAPELES DE ALICANTE
FORMACIÓN EN PSICOTERAPIA INTEGRATIVA EN IPETG
- DIDÁCTICA -
23
Juanjo Albert, autor intelectual de este texto;
Director del IPETG (Alicante) y de la Formación en Psicoterapia Integrativa.
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vida, la relajación o el placer, o hacia la evitación de la tensión, del peligro o el displacer,
común en todos los seres vivos y cuyo ejemplo mas sencillo es la tendencia de las
plantas a orientarse hacia la luz. Por ello, a éste impulso lo nombramos también como
Impulso de Vida o Impulso de Placer (7). No existe una energía de vida que esté
orientada a la destrucción, el displacer o la muerte (8), como en su momento propuso
Freud; el impulso de muerte o Thanatos no existe. Freud recurrió a él para explicar el
masoquismo, a falta del conocimiento de su mecanismo psicodinámico y energético que
más tarde aportó W. Reich.
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vida, va a dar lugar a que se originen movimientos de su interés hacia el exterior, como
protesta y luego como demanda, y hacia sí mismo, como autoerotismo y luego como
autosatisfacción, si bien el "exterior" y el "si mismo" aún no son lugares bien
diferenciados por el bebé. Los movimientos hacia el exterior son las primeras
manifestaciones del subimpulso agresivo, presente ya en el mismo momento del
nacimiento. Esta agresividad, en los primeros tiempos, no es más que la expresión de su
protesta por la pérdida del estado de relajación placentera. Es decir, la manifestación de
su displacer a partir de la percepción de la tensión que origina cualquier tipo de
necesidad. Esta disposición energética polar podrá parecer mecanicista si no se tiene en
cuenta que, en el ser humano, en el espacio entre un polo y otro, las posibilidades de
elección son prácticamente ilimitadas. Es la rigidez patológica del carácter la causa de
que éste movimiento se convierta en compulsivo y mecánico, yerre su dirección y
aparezca carente de creatividad. La necesidad del recién nacido, y aún del bebé de pocas
semanas, es la de volver al estado intrauterino de relajación y ausencia de necesidad. Por
tanto, el resultado de estas primeras expresiones del subimpulso agresivo, a corto plazo,
debería ser la satisfacción total de ésta necesidad, la vuelta al estado de relajación y a la
experiencia satisfactoria de sí mismo, aproximándose lo más posible al estado
intrauterino. Con ello se daría la posibilidad de que el bebé pudiese estar de nuevo en
contacto íntimo y tierno consigo mismo, potenciando el desarrollo y arraigamiento del
subimpulso tierno. (10)
El subimpulso tierno es la manifestación del Impulso Unitario de dirección centrípeta
cuya función está, fundamentalmente, orientada al contacto íntimo de la persona
consigo misma. Es el soporte energético que posibilita la percepción de las necesidades,
sentimientos, emociones y deseos, y de cualquier estado de relajación o de tensión
biológica, emocional, intelectual o espiritual. Es un impulso que vehiculiza la capacidad
de autoamor, de ternura, receptivo a las variaciones en la relación dinámica entre la
polaridad relajación-tensión, y de los estados de satisfacción y de insatisfacción, que ésta
variación ocasiona en el organismo, de placer y gozo como extremos de la relajación, y
de displacer, dolor y sufrimiento como extremos de la tensión. A través de él recibimos
información para la toma de conciencia de nuestra necesidad y estado en el presente, de
nuestras carencias y satisfacciones, y en consecuencia es cualitativamente determinante
para la reacción del individuo consigo mismo y con los demás.
Durante las primeras semanas de vida (11), el bebe no tiene suficientemente desarrollada
su capacidad para discriminar y establecer relación entre las percepciones de su mundo
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interno y las percepciones, influencias y dependencia del mundo externo. Está inmerso
en una experiencia en la que se percibe a sí mismo el centro del universo y como único
origen de todos sus estados. Es decir, se percibe sensorialmente como un ser
independiente y completo, y, con ausencia de cualquier tipo de conceptualización, como
omnipotente tanto en sus estados de relajación y placer, como de tensión y displacer, por
su limitación para establecer diferenciación entre causa externa y estado interno. Es
decir, tiene una percepción de sí mismo como origen y destino de todas sus sensaciones:
él se produce relajación, bienestar y placer, o tensión, malestar y dolor. Por ello es
deseable que durante la primeras semanas después del nacimiento el bebé se encuentre
en un estado lo más próximo posible al estado ideal de relajación intrauterina, para que
pueda seguir percibiéndose como autogenerador de bienestar y relajación, y así hacer el
transito a la vida extrauterina de modo paulatino y no traumático, con la mínima
distorsión posible en el contacto con su ser natural. Ello facilitará el desarrollo y
arraigamiento adecuadamente sano del subimpulso tierno.
Durante la primera infancia, es decir en la etapa preoral (esquizóide), en la etapa oral y
en la primera época de la etapa anal (masoquista), etapas pregenitales o preedípicas, la
maduración psicoemocional del bebé se establece esencialmente sobre el desarrollo y
arraigamiento del subimpulso tierno.
La patología del desarrollo psicoemocional está ocasionada por la perdida del amor, no
tanto por la perdida del amor de los padres, los cuales no son más que depositarios del
amor del niño a sí mismo y de sentimientos de dependencia, sino por la perdida del amor
de sí mismo condicionado por la devolución que de él hacen los padres. Este proceso es
la base para la estructuración del narcisismo primario y de su herida, y ello depende de la
percepción que el niño tenga de sí a través del subimpulso tierno. De éste modo es como
se desarrollan las primeras experiencias de ser, la identidad de ser, el sentimiento de
confianza básico en sí mismo y en la vida, y la capacidad de entrega al amor. Estas
primeras experiencias condicionan a su vez la capacidad de amar a los demás, ya que
ésta depende de la libre y espontánea disposición de amor hacía uno mismo.
Así pues, del adecuado y sano desarrollo y arraigamiento del componente tierno depende
de que el niño se perciba a si mismo mayoritariamente como fuente de placer o de
displacer, lo cual, a su vez, depende de la relación que se establezca entre su propia
dinámica temperamental ante la actitud y disponibilidad afectiva y emocional de la
madre y, por extensión, de todas las personas y circunstancias en función materna.
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Lo que el bebé necesita y demanda mediante su expresión agresiva, es la satisfacción de
sus necesidades, es decir, eliminar la tensión a que da lugar la necesidad, para, una vez
satisfecho, poder volver a la relajación, al bienestar y a la confianza. Si hay un exceso de
frustraciones, en su duración o intensidad, o éstas son inadecuadas por imponer al niño la
contención del subimpulso agresivo demandante, o su agotamiento defensivo energético
porque la demanda sea excesivamente duradera, quedará comprometido y distorsionado
el natural desarrollo y arraigamiento del subimpulso tierno, porque la dificultad en la
satisfacción de la necesidad da lugar a que permanezca la percepción del sí mismo en un
estado de tensión más duradero de lo necesario para tener la información precisa, y como
consecuencia a estasis energético, a displacer y angustia. Esta percepción distorsionada
del sí mismo, ocasionada por permanecer en un estado de tensión displacentero extraño a
su propia naturaleza por excesivamente intenso o duradero, ocasiona que el bebé y el
niño pierdan el contacto genuino consigo mismo, con su subimpulso tierno, y da lugar
posteriormente a una disfunción en su capacidad para sensar la realidad de sus
necesidades, para tratarse bien, para cuidarse y para ser tierno consigo mismo, al
percibirse sensorialmente a sí mismo como el origen de su displacer, generador de su
propio sufrimiento.
Así pues, la interacción entre la disposición temperamental y la FUNCION MADRE es
la que posibilita y propicia que se desarrolle suficientemente sano o deficiente el
subimpulso tierno del cual depende el buen contacto con uno mismo, la IDENTIDAD
DE SER, el SENTIMIENTO DE CONFIANZA BASICO, sentimientos originados en
ausencia de procesos cognitivos, solo a través de la experiencia sensorial, sobre los que
se construyen las estructuras cognitivas, emocionales y corporales, y por tanto, la
capacidad para conocerse y reconocer lo que realmente necesita para cuidarse a si
mismo, para quererse y aceptarse, y procurarse medios cara su desarrollo y bienestar. Es
decir, un desarrollo corporal y psicoemocional saludable se cimienta sobre el adecuado y
sano desarrollo arraigamiento del subimpulso tierno, y éste depende de la atención a las
necesidades básicas del niño a medida que se van evolucionando y haciendo cada vez
mas complejas, para que pueda ir desarrollando la capacidad de atenderse a si mismo
sin distorsiones perceptivas y, posteriormente, conceptuales. Esta es la función
primaria del subimpulso tierno y de todos los subimpulsos secundarios que implica.
Cuando el niño siente la sensación del hambre, pide y se le satisface, la tensión que
señala la necesidad de comer la procesa bien, porque tiene la experiencia, conoce, que
después de la sensación de hambre va a venir la de satisfacción, que después de la
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tensión va a experimentar la relajación, y por tanto las procesa como generadoras de
bienestar. Pero si después de la tensión del hambre, o de cualquier otra necesidad básica,
biológica, emocional o más sutil aún, no viene la relajación y el placer, ésas sensaciones
propias que dan noticia de sus necesidades y faltas, las 'la a procesar de modo
distorsionado como generadoras de insatisfacción y displacer más o menas permanente
y, siguiendo el principio del placer o de evitación de un displacer mayor, por vivirse
como generador de ellas, las va a ir alienando del Si mismo, oscureciendo el
conocimiento de sí, por lo que el contacto consigo mismo va a quedar distorsionado y
deficiente.
En ésta época de la vida, todas las vivencias son puramente sensoriales y quedan
codificadas corporalmente, sin intervención de proceso cognitivo alguno, en la memoria
corporal donde permanecerán de por vida siendo operativas en las manifestaciones
caracteriales, y desde donde podrán ser rescatadas para el reconocimiento de sí. Aunque
las consecuencias vivenciales de estas experiencias sean conceptualizadas
posteriormente, el bebé comienza percibiéndose a sí mismo, teniendo información de sí,
en función del contacto que haya podido establecer y mantener con su subimpulso tierno,
y desde ésta posición se relacionará con el mundo.
Las manifestaciones agresivas del niño en estas épocas van dirigidas siempre a la
satisfacción de sus necesidades básicas, y en el ser humano las necesidades de calor, de
contacto físico y emocional, de satisfacción y de seguridad, y posteriormente sociales y
espirituales, son básicas. Entonces, toda frustración excesiva e inadecuada de ésta
agresividad del niño en la petición de la satisfacción de sus necesidades, va a redundar
directamente en una detención, y en un procesar y arraigar distorsionado del subimpulso
tierno, y por tanto de la identidad de ser, ya que entre ambos subimpulsos, el tierno y el
agresivo, existe como es lógico una relación dinámica en su dirección en principio
unívoca.
_________________
Hasta aquí los apuntes en lo que para mi explica clara y suficientemente el origen del
subimpulso tierno y las consecuencias de su presencia o ausencia.
Estar gestando un proyecto de Tesina sobre la Ternura y encontrarme inesperadamente,
casi “cayendo de bruces” con esta información tan bien estructurada y razonada me dio
la impresión de haber topado con un tesoro. La inicial de la primera palabra del primer
párrafo, contenía el punto final, y el espacio entre uno y otro era diáfano y comprensible.
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Me quedaban otros aprendizajes por hacer, otras experiencias, imprevisibles entonces, y
algunos aspectos en los que yo tenía confianza y que no pertenecían a este código,
aunque no necesariamente lo contradecían.
Entre los muchos presupuestos de las Constelaciones Familiares (y llamo presupuestos
para hacer un paralelismo con la PNL: lo importante de un presupuesto es que sea útil,
no que necesariamente sea verdad) hay dos que a través de todo mi proceso se han ido
reafirmando, cogiendo peso:
- En nuestra edad más temprana, lo más doloroso es ver interrumpido el movimiento
amoroso hacia nuestros padres (dado también, en un orden de intensidad, que el vínculo
de hijos hacia padres es más significativo que el de padres hacia hijos)
- Nuestro primer y más intenso derecho es el derecho a la pertenencia. Vivo esta idea
como la necesidad previa a la ternura (en el sentido terapéutico que le doy al término)
Estas dos presuposiciones cobran cuerpo cuando la fenomenología del proceso de las
Constelaciones hace que podamos constatarlo una y otra vez.
Por uno y otro lado la acumulación de información se hace apabullante para mí. Y siento
que hay otra vía anterior a todo esto, no en el tiempo (antes de lo natal y/o perinatal…
Boadella (12), Grof (13), etc.) Y me relajo y respiro, y dejo que llegue a mi algo que no
sólo entienda sino que comprenda, más aún, algo que ya sepa.
Una buena mirada. Confiar que la vida me cuida. Y antes y después muchos guiones de
películas inteligentes que, cual paradigmas, descansan en una lógica que las hace verdad.
Guiones que pueden seducirme un rato y que después me agobian.
Por un momento pienso (yo también me persigo) que se trata de rehuir el compromiso a
que me invitan esos guiones. Y si intento razonar para rechazar esto compruebo que en
esta actitud también me hallo inmerso en el paradigma.
Poco a poco, debe ayudar la edad, aparecen dos palabras que para mi resumen el saber y
entender de esa Ternura, de esa Ecuanimidad: Sí y Gracias.
Es Hellinger (14) quien propone estas dos palabras como verbalizaciones del amor: Si.
Gracias.
En algún sitio he leído que en los Himalayas, en lugares remotos en los que se facilitaba
la reflexión, hubo algún ser dotado para las innovaciones técnicas. Cuentan, y la
metáfora me sirve, que después de diseñar lo que aquí llamaríamos un invento,
planearlo, maquetarlo y comprobar su funcionamiento, lo destruía, lo hacía polvo, tras
llegar al punto final de su reflexión: “Sólo servirá para distraernos”.
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Pues para mi hay muchas verdades que vivo como inventos que me distraen de la tarea
de la ecuanimidad, y del contacto genuino de la ternura.
¿Cómo fue mi experiencia con la ternura durante el periodo de casi cuatro años y medio
asistiendo a un taller trimestral? Básicamente no me sentí visto en el sentido de aceptado.
Si a ratos y más por unos compañeros que por otros. Fue una experiencia muy
enriquecedora en mi aprendizaje, me ayudó a encuadrarme. Simplemente que la mayor
parte de tiempo viví en “pensiones de mala muerte” y participando de unos códigos de
relación que me eran muy ajenos. Me ayudó también para decidir que mi periodo de
Formación había terminado. Que las deficiencias que yo tenía y tengo son las que son, y
que está bien que sea así. En Alicante aprendí a tratarme con ternura, a respetar mis
límites, a no querer ofrecer una imagen de mi diferente a lo que se mostrar.
Hace unos dos años envié una encuesta a mis compañer@s de Formación enfocada a
cómo había sido para ellos la experiencia con la ternura, como clientes de terapia y como
terapeutas. Me contestó Claudia, una alemana que había vivido en la costa española y
que ahora venía de Alemania cada vez que había taller. Este es su testimonio
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miedo puede crecer la ternura. Es un largo proceso atravesando las defensas...
entre mucho también contra la ternura.
La ternura en los grupos se da cuando el grupo se acerca emocionalmente, sin
prejuicios y cada uno se abre y sale lo mas autentico de cada uno, sin mascara.
Entonces se da la ternura, la comprensión, la aceptación y la cercanía del alma y del
cuerpo -! son caricias, abrazos auténticos, sonrisas amorosas, complicidades.
Yo he experimentado muchísima ternura en mi curso tántrico de navidad, a donde fuí
con mi marido. No he visto nunca tanta ternura autentica en el y nunca antes he podido
responder con tanta ternura, autenticidad y confianza en el y en mi come desde entonces.
Ternura tiene que ver con la entrega, creo.
Bueno querido amigo, se que te he escrito muy impulsivo, porque este tema me toca
profundamente - a ver si puedes usar algo de ello.
Otra vez feliz viaje y sobre todo feliz regreso, un beso muy fuerte y un abrazo muy
cariñoso
claudia
CULTURA
Otra apunte, simple y no contradictorio con lo expuesto por Juanjo, es lo que nos contó
Mireia Darder que decía Maturana. Estábamos en una convivencia de sexualidad, en la
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Formación Gestalt (yo de observador), y de una forma muy sencilla, como quien no dice
nada, explicó en un momento muy oportuno, cual era la visión que Maturana tiene de lo
que generó el origen de la humanidad, tal como la conocemos.
No soy partidario de explicaciones paradigmáticas, que den sentido a toda una posterior
estructura de creencias, y esta sí que me llegó y permanece.
“… Érase una vez una mamá primate que amamantaba a su cría. Una vez terminada la
función, lo habitual era dejar la cría y a otra cosas. Pero esta vez, una primera vez, la
mamá primate conservó la cría en su regazo… Así, en ese momento, nació la humanidad
como ahora la conocemos...” Para mi es un momento de ternura.
La ternura fue el origen de la humanidad. Por la ternura se dio el paso evolutivo al que
pertenecemos. Así, sin más, y casi nada.
En el Apéndice incluyo el texto sobre la explicación que hace Maturana de la sexualidad,
y que me ha facilitado Mireia Darder (pág. 119).
Otra aportación para complementar “Los papeles de Alicante” es parte del libro de
Claudio Naranjo “Cosas que vengo diciendo”. Para mi Maturana y Claudio tienen una
visión anterior, menos elaborada intelectualmente, a la que tendrían Reich por un lado,
Lacán y discípulos de ambos por otro, junto a algunos aportadores de teorías.
Claudio sobre todo nos deja bien claro cómo nos hace padecer la negación o el rechazo
al sufrimiento, y como este es parte intrínseca de la vida. La afirmación contundente de
que vamos en busca del placer y en contra del displacer nos condena a una dinámica en
la que nada que conlleve sufrimiento puede vivirse con naturalidad. Hay que adiestrarse
para evitarlo. Después nos encontramos que la cantante y compositora Luz Casal, tras un
cáncer, dice que es lo mejor que le ha sucedido en su vida…
No existe la propuesta de ¿cómo podría haber sido mejor? Es más el encuentro personal
con la conciencia de… ¿en qué colaboro para sufrir y crear sufrimiento en los demás? En
el fondo es una dificultad para vivir las emociones, sean cuales sean, dándoles su lugar,
es la falta de ecuanimidad. Estamos más enganchados en entender y explicarnos lo que
las motiva, y cual fue el origen de que una u otra se haya instalado en nuestra vida, en
lugar de experimentar la emoción en sí, dándole un lugar en nuestra vida, ya que está, sin
perdernos en las causas, siempre parcialmente vislumbradas.
La antigua y actual, perenne, propuesta de volver a casa, como metáfora de
asentamiento, de paz, no es para ir en busca de la explicación de la causa de nuestros
33
traumas, sino para conectar con ternura con lo mucho recibido, con lo que fue tal como
fue.
Me gusta afirmar que hay una manera neurótica de abordar las neurosis. Y es lo más
normal que sea así.
Comentaba con Marcelo Antoni esa capacidad brillante de interpretación, que muchas
veces aporta hallazgos interpretativos para quienes necesitan explicación y darle sentido
a las cosas. Esto nos llevó a hablar sobre la propuesta y el modelo de trabajo de Adriana
Shnake (Nana) con las enfermedades, que podríamos resumir en la presuposición de “la
voz del síntoma” o el mensaje psicológico de los órganos. La intervención de Marcelo
fue para mi muy clarificadora: “lo que aplica corresponde al computo analógico de una
cultura determinada,… ¿vete a saber cómo sería en otra?”.
Para mi hay maestros terapeutas explicadores (conceptualizadores, conocedores) y
maestros terapeutas esclarecedores (saber y comprender), y de ambos mucho que
aprender.
Todas las personas abiertas a la ternura viven en un mismo mundo. Las personas
cerradas, cada una vive en el suyo. La ternura, las derrotas, son más simples y no
diferenciadoras. No hay necesidad de crear temas o explicaciones adicionales.
La benevolencia. (16)
Por aquello del historicismo, mencionar en este apartado una charla que mantuve durante
una cenita con Paco Sánchez. Sus pautas sobre el entramado filosófico que ronda el tema
de la ecuanimidad, se remontaron rápidamente a Grecia, y dada la “complicación”
(enjundia) de esta fuente, y también porque creo que sabe las características de quien le
preguntaba, derivó la cosa hacia los Estoicos y cómo no hacia Séneca, Marco Aurelio,
etc.
Fuente inagotable de precedentes sobre actitudes en las que la ecuanimidad era la
propuesta que fondeaba bajo las actitudes, no sólo ante la vida, sino ante la muerte. Lo
traduzco livianamente como si tuvieran una elegancia del saber estar, y que eso no
necesitara apoyarse en la ironía y mucho menos en el sarcasmo, si en la alegría y el
humor.
Ecuanimidad en occidente; pues claro.
34
TERNURA EN GRUPO (I)
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Al salir de la boda, lluvia de pétalos. Esta es la foto que Francesc quiso que nos llegara
36
MI EXPERIENCIA
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Por aquel entonces Francesc mantenía una relación semioculta con Ethel. Vivió el inicio
de mi relación con Silvia y nosotros (como otros amigos suyos en Barcelona) le
animábamos a aventurarse en una convivencia, algo que desconocía.
Largas sesiones de terapia mutua, de amistad, de cómo vivir la vida: mujer, familia,
trabajo, salud, casa, aspiraciones. Nos regaló un libro de Arnaud Desjardins para nuestra
boda, “Una Vida Feliz. UN AMOR FELIZ” (17) y lo leí en nuestro viaje de novios a
Formentera.
Así llegamos al primer taller tras la noticia. Y llega un/a terapeuta, G., a quien el grupo
no conocía. Tampoco se sabía quien sustituiría a Francesc como tutor y en el taller de
junio.
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Tensión, desconcierto, enfado, y muchas otras expresiones que van transcurriendo. La
gente en pie.
… Y G. propone un descanso. Nos retiramos, el/la terapeuta y yo a la salita y me
comenta varias cosas, entre ellas lo que podría hacerse, un par de opciones, buscando lo
que proponer.
En principio Mireia, Directora del Institut, me había propuesto a mi como “sustituto”,
mientras alguien Titular pudiera hacerse cargo compartiendo la tutoría. Algunas voces se
alzaron en claro rechazo a esta opción. Yo había vivido el impacto de la propuesta, su
asimilación, la aceptación y ahora el rechazo; junto a mi dolor y el cuidado del grupo
tenía suficiente.
Regresa el grupo, se instala, y el/la terapeuta hace dos preguntas simples: “¿Quién
necesita ser acogido? y ¿Quién está en condiciones de acoger?”
Las preguntas hicieron efecto porque todos en el grupo hicieron silencio, y se
ensimismaron para conectar con su necesidad. Cuando la pregunta se tradujo en
mostrarse, en respuesta activa, la mitad estaban en disposición de acoger y la otra mitad
de ser acogidos. Es la imagen que ha quedado en mi memoria.
Un espacio para la simplicidad de la ternura, de igual a igual. Este “de igual a igual” es
un ingrediente básico para la ternura genuina.
En algún momento alguna pareja intercambió los roles.
Para mi fue un claro ejemplo de una opción de ternura en grupo. La rendición ante un
hecho que desborda cualquier reacción. El tema de la continuidad y sustitución en la
tutoría era para mi una simple deflexión; un intento fácil de alejarse del contacto con la
derrota, con la necesidad de ceder sin otra red que el profundo asentimiento ante lo que
sucedía, actitud que sólo puede darse en la ternura.
En todos los procesos grupales de cierta duración es muy probable que sucedan cosas
semejantes.
No quiero decir aquí que lo que llamo “ternura en grupo”, lo que en una de sus posibles
versiones o aplicaciones, sencilla y sabiamente propuso en nuestro caso G. sea la única
opción posible (añadir que vino a hacer el Taller que le correspondía en programa, antes
de los hechos). Si que es la que conecta directamente con la derrota y por tanto con la
rendición incondicional. Creo que la ternura más profunda y genuina surge de la derrota,
y por tanto de la rendición. Entronco esto con las palabras de Sogyal: “Aprender a vivir
es aprender a ceder”.
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Se me ocurrió hacer una encuesta entre los alumnos, no de todo el proceso, sino de cómo
habían vivido, o mejor, cómo o qué recordaban del Taller con G.
MI PETICIÓN
Hola buena gente:
Estoy dando los últimos retoques de la tesina para la AETG. El primer título era: La
Ternura; después de una ardua investigación ahora es TERNURA Y ECUANIMIDAD.
Os necesito para un tema. De nuevo como en los encuentros tras su muerte, Francesc nos
une. Necesito vuestra colaboración. Se trata de que brevemente, entre cinco y diez líneas,
escribáis algo sobre cómo vivisteis la experiencia del Taller posterior a la
noticia, primero después de enterarnos de la enfermedad de Francesc. Quiero poner
vuestra opinión como muestra.
Un abrazo. Que seáis felices, que estéis bien.
Frederic
RESPUESTAS
Desde mis recuerdos (apuntes no tengo - ya era época de las practicas)
lo primero que me vine: un no entender de voces "quien va ser mi tutor - yo quiero un
tutor "valido" para seguir / terminar la formación
(también me acuerdo que tenia que ver contigo)
yo todavía no me sentado en la tristeza
luego mucho cariño para G. por el espacio que nos ha dejado ella con tranquilidad y
paciencia, una voz suave - yo sorprendida
Ejercicio de contacto físico con los compañeros - en mi caso con Pedrona - mucha
ternura - estar juntos
estar triste juntos - a la pregunta ahora quieres dar o quieres volver a recibir he subido la
mano en querer recibir otra vez -
y Pedrona, libremente se ha decidido de dejar la pareja (a mi) porque ella también quería
recibir.
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Para mi era importante era estar juntos y estar cerca y no sentir nada más que la tristeza.
Después de haber recibido vino mi fuerza de poder dar.
Desde hoy es como haber valorado que Francesc ha estado con nosotros.
Unir nuestros corazones para vivirlo más aliviadamente.
Te sirve?
Un saludo y gracias por haberme acordado de este taller y Francesc. Hilli
... Acabamos de vernos por primera vez después de saber que nuestro querido tutor
Francesc esta muy enfermo. La dinámica del día iba agraviada con esta dolorosa noticia,
del fondo, que estaba en cada uno de nosotros... me sentía muy sensible y frágil,
desamparada.
Por la tarde, en vez de continuar con las practicas había una necesidad-emergencia
afectiva, de atender en el grupo, que G. registró y decidió: abrazos... ... Me di cuenta,
cuando se apago la luz y sonó la música: cuanto necesitaba contacto. Las preguntas de la
consigna eran: ¿quien quiere dar? ¿quien quiere recibir? Me apunte a dar. En el tercer
turno G. me propuso que busque a recibir. El abrazo de Ernesto sanaba y después del
llanto largo en sus brazos encontré la serenidad y paz. A. Prijic
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Hola Frederic,
Iba a buscar las notas que hice - no lo haré - voy a revivirlo desde el "aquí y ahora".
Primera reacción: ¿Quien es G.?
Mi vivencia del taller:
Recuerdo el taller lleno de tensiones y recuerdo mi mal estar - estuve en tensión!
Pensaba en Francesc sí estuviera presente "a ver que haría el"!
G. no me ha quedado como alguien que queda en mi corazón y a la vez "si" me ha
servido en mi proceso:
Había un momento que quería hablar y me "quería" hacer callar - allí puse voz por mi
profunda necesidad de decir algo y lo hice. Eso ha sido importante para mí.
De allí puedo yo agradecer este taller. Igualmente desde este instante me doy cuenta que
me ha servido también para "ver" quien entra por......en mi corazón y quien no......,
quien recuerdo en nombre y cara y a quien no, y quien esta presente y quien no (para mi
estaba mil veces más presente Francesc y desde luego tu), y quien escucha diferenciando
quien quiere hablar.
Vaya que importante era este taller! Un abrazo de ute
Hola Frederic: no se si te podré ajudar molt, e revisat els meus escrits i no tenc apuntat
casi res de aquell cap de setmana, només els traballs d´els meus companys. si record que
es sentiment d´es grup era una certa hostilitat cap a na G., jo si record que no me avia fet
a la idea de sa malaltia d´en Francesc i no me sentia masa present a nes taller, na G. no
me arribava no me sentia conectada amb ella i tal vegade ere enfadament no te vull a tu,
vull en Francesc, aquella dona simbolitzava que en Francesc no tornaria i era molt dur
ara mentres te escric me estic emocionat me surt impotencia de no tenirlo a ell i poder
despedirme i envien una suplent que no te res que voure amb sa meva vida quin poc tacte
per part de s´organitzacio (hara me surt es meu enfat) coño. Cati
Hola Frederic
Algo que creo significativo es que cuando he ido ha buscar notas sobre el taller, he visto
que no anoté ni apuntes ni impresiones personales. Por lo tanto te escribo sobre lo que
recuerdo de aquel día.
Lo que recuerdo es un rechazo hacia G., como persona y terapeuta, sin dar oportunidad
ninguna a su trabajo, algo como ¿Quien es ella para suplantar a Francesc?
42
Entré en la comparación. Sobre todo sentía rabia y enfado. Conecté con la pérdida de
papá-maestro, el dolor estaba de fondo, tapado por la no aceptación, quería irme escapar
por la impotencia.
El domingo en la dinámica de grupo pude reconciliarme con la situación y con G.,
reconocí lo difícil que debía ser para ella, quedándome en la tristeza y pérdida, o sea mi
emoción real.
Espero te sirva para tu trabajo
Un beso muy fuerte Matilde
hola frederic , así sin revisar apuntes de aquel momento recuerdo que fue un taller muy
duro, en el cual yo necesitaba ternura y hablar de nuestro tutor y sentir el sentir de los
terapeutas.... especialmente el tuyo, recuerdo la frialdad del inicio del taller... parecía que
todo continuaba igual...que se podía sustituir a francesc.... no me sentí recogida en ese
taller... y me hacia falta sentir el calorcito...la ternura… en algún momento supongo que
los terapeutas se dieron cuenta y tuvimos un pequeño espacio ,pero nos amotinamos al
menos yo lo viví así... no se daba espacio a lo importante...a la figura. ahora revisando
los apuntes tengo escrito..el grupo esta dolido , necesidad de cuidarnos unos a otros.... en
este taller me acordaba mucho de francesc, lo se y además lo tengo escrito, en este taller
aprendí que el amor y el dolor están unidos eso escribí en aquel momento y sigo
sintiéndolo. Y que en el dolor necesito que me cuiden, dar y recibir....
i aixo es tot... un beso. t’estim frederic. Joana
hola no se bien si todavía estas interesado en recibir los comentarios sobre el taller pero
bueno hasta ahora no he encontrado el momento para hacértelos, si aún te interesa pues
ahí va,
el taller con G. creo no estoy cien por cien segura, que fue el taller más extraño y raro de
los que yo personalmente viví durante toda la formación, extraño por la situación en la
que se dio, tras saber de la noticia sobre Francesc y su enfermedad, y extraño porque la
vida me hacía continuar en lo que estaba haciendo si que en ese momento fuese lo más
importante, a nivel emocional, y aunque pude vivir la impotencia y la frustración
tampoco conecte de manera especial con la terapeuta para sentirme acompañada en eso,
que por cierto tampoco la sentí como terapeuta sino como una persona más en el grupo
añadiendo "desconocida", alguien a quien por circunstancia le había tocado estar allí sin
más, ésta fue mi sensación con respecto de G.
43
Pienso en ese taller como uno de los momentos de más caos grupal, con rabia contenida
y con gran impotencia, sin saber hacia donde canalizar, de gran descontrol.
Bueno espero que te sirva, besitos..... Jone.
Hola Frederic, soc na Pedrona. Acab de veure missatge, no tenc els apunts del taller
aquí, intentaré desde el record que tenc expressar-te el que vaig viure.
Record sentir tensió quan es va proposar que tú series el nou tutor, fóu la decisió que
s'havia près sense tenir en compte l'opinió i la necessitat del grup, el que em va crear cert
rebuig. Pens que era una bona opció però això també suponia no tan sols la pèrdua d'un
tutor sinó també la d'un observador, qui durant tota la formació havia tengut un pes
important i a mi personalment em donava seguretat i protecció.
Quan en el moment del feedback de la sessió que havia fet na Matilde, G. va canviar la
dinàmica i ens va orientar a que ens aixecàssim i expressàmim el que hi havia, em vaig
sentir desconcertada i poc atesa. El grup va comencar a generar demandes i cada un des
del punt en el que estava va començar a reaccionar. Pens que en aquell moment tot se'n
va anar de les mans, no ens escoltàvem i per part d'ella no sabia com sostenir l'expressió
del grup. En aquell moment i des del desconcert i tensió a mi em va donar per riure, sent
que era com una negació a sentir el que realment passava.
Durant la major part del taller vaig sentir la duresa i la poca flexibilitat de na G., sentia la
necessitat de fer grup. I el grup eren els companys, a ella la sentia distant i amb la
necessitat de fer el que tenia previst més enllà d'atendre la necessitat del grup, això a mi
també en generava desconfiança i desde aquesta marcava distància rebutjant la seva
proposta. La meva necessitat era sentir el calor i l'estima del grup i vaig agraïr l'espai que
es va donar, crec que dissabte capvespre, per poser satisfer la necessitat i sentir-me unida
a una força major.
Que siguis molt feliç tu també. Una forta abraçada i molta sort amb la tesi! Pedrona
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En aquells moments no era conscient d'es carinyo i sa pretecció que uns als altres ens
podiem donar. D'esde aquí agreiex a na G. i a tú aquesta sortida a un tema tan delicat.
Maria
G. era una persona con un fuerte vínculo de afecto y experiencia profesional con
Francesc y estaba desempeñando una tarea muy dificil por sus implecaciones personales.
Estas son las respuestas que he recibido y que agradezco. Creo interesante comprobar lo
que registra dos años después la memoria individual, documentada o no.
El proceso siguió adelante y llegó la noticia de que Rosalía Moragas, quien estaba
tutorizando ya la Tercera Promoción, sustituiría a Francesc. Rosalía, gran amiga de
Francesc, asumió el trabajo, me consta, por fidelidad a su amigo, al grupo, al que ya
conocía, y a su trabajo. Una parte de ella manifestaba claramente que también le hubiera
gustado poder renunciar. Su vivencia y padecimiento de la enfermedad de Francesc se
hacía aún más presente al ocupar su lugar; recibir las miradas que hubieran sido para
Francesc, llevar el grupo, etc. Y esto como un hecho, con dolor y sin dramatismos.
Francesc, cuya enfermedad va cada vez cogiendo más presencia (la medicación también
le afecta), decide estar con su grupo de Mallorca en el Stage de Cierre… ¡¡¡ !!!
El grupo recibe la noticia con alegría y agradecimiento. Rosalía estaría de apoyo y yo de
Observador.
Llegaron las fechas; julio 2006. Francesc llega en barco. Su cuerpo está hinchado; su
mirada y su sonrisa son las mismas.
Nos sentamos los tres, el en medio, entre Rosalía y yo. Empieza a desarrollarse alguna
práctica. En un momento Francesc se tensa como si con su cuerpo diera una latigazo. Se
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golpea la cabeza. Tenía una ataque (después supimos que era epiléptico, tal vez a causa
de la cortisona) El grupo se dirige rápidamente hacia nosotros. Ernesto, un alumno, ve
que puede estar ahogándose con la lengua e interviene rápidamente para evitarlo.
Estamos en medio del campo. Salgo y localizo por teléfono una ambulancia.
Trasladamos a Francesc al Hospital de Manacor y llamamos a Ethel a Barcelona. Me
quedo en el Hospital con Francesc y alguien del grupo que nos acompaña. Rosalía se
queda con el resto del grupo. Yo voy y vengo.
Nuestro maestro, nuestro guía, nuestro amigo, nuestro acicate, ha venido a despedirse.
Se van turnando algunos alumnos para verle.
Y ahí está Rosalía, con el alma encogida y atendiendo al grupo y este atendiéndose, unos
a otros.
Terminó el grupo. Yo había llevado a Francesc a casa de unos amigos en el campo.
Después un amigo e Ethel les invitó a un hotel en la zona antigua de Palma.
18 de julio. Estamos en la terraza de mi casa y le digo a Francesc que era mi santo.
“¡Esto hay que celebrarlo!”, y nos fuimos con nuestras esposas a cenar a un restaurante.
Bromeé con Francesc diciéndole que ahora ya nos parecíamos más, estábamos los dos
gordos.
Se rió, nos reímos. Hablamos y divagamos hasta las tantas. En Barcelona estaba de
sobras acompañado con respeto y ternura.
Me despedí de él. Creo que sabía que no volvería a verle.
Reunirnos después de su muerte durante siete semanas; mencionarle, nos permite
conectar con algo muy vivo en nosotros y que es fuerte por su contacto con la fragilidad,
con la impermanencia; que es serenamente vital por el contacto con la muerte.
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Quiero añadir aquí algunos textos (gestálticos, terapéuticos y budistas...) como resumen
o conclusión a lo comentado, y de las que me refuerzo para centrarme en mi propuesta:
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concentración conjunta con el análisis dialéctico del Madhyamika, que refuta cualquier
teoría acerca de la realidad y reduce al absurdo los sucesivos argumentos del intelecto
poniendo de manifiesto sus contradicciones. De este modo, el intelecto es conducido el
límite de la rendición, permitiendo que la sabiduría inherente a cada percepción
armonice a la mente iluminada con la situación total.
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dirá: “Mi buen señor, váyase a casa y espere a ver qué sucede. Sus problemas se deben
una a1teración planetaria y no tiene sentido hablar de ellos a un nivel personal. Espere
a que el Ayuntamiento haga ciertos cambios. Escríbales contándoles los sueños que está
teniendo».
DEPENDE DE TI (22)
Dzigar Kontrül. Pág. 80
… Con el deseo intenso de refugiarte en algo distinto de la ignorancia y la importancia
personal, descubrirás en ti una gran valentía, incluso ante las enfermedades, las
pérdidas, el odio, la confesión y el dolor más abrumadores. Así pues, cuando sientas que
las profundidades de tu ser se desmoronan, recita la oración de refugio. Cuando hayas
perdido toda esperanza, simplemente dirige la mente a las Tres Joyas. Es posible que
descubras que tomar refugio en las Tres Joyas te resulta mucho más útil. Ver como su
poder se manifiesta en tu vida te dará confianza en la liberación.
EL REFUGIO Y LA AUTOREFLEXIÓN
Cuando reconocemos la futilidad del samsara, entramos en el camino de la liberación.
Sin autorreflexión, no podemos dar el paso. Las tendencias habituales hacen que
ignoremos la impermanencia, el karma y el sufrimiento del samsara. Ignoramos el
inestimable valor de nuestro nacimiento humano, así como el potencial que tenemos
para trabajar con nuestra mente. Ignoramos nuestra vulnerabilidad, que es la causa de
tanto sufrimiento. Si permanecemos en la negación que supone ese múltiple ignorar,
aunque tomemos refugio miles de veces, nada cambiará. La negación es lo primero que
realmente debemos dejar atrás.
Ver la futilidad del samsara genera una sensación de desencanto o de dolor en la
calma. Esta sensación procede del darse cuanta de que todo aquello en lo que nos
hemos refugiado alguna vez, desde tiempos inmemoriales, no era seguro. Al darnos
cuenta de esto, emergen en nosotros sentimientos de ternura y de tristeza* con
respecto a nuestro mundo, junto con una profunda sensación de renuncia. Al surgir este
deseo intenso de aproximarnos a la verdad, comprendemos que no hay un refugio más
verdadero que las Tres Joyas.
En tibetano, skyo chad. Esta sensación de desencanto o de dolor en el alma es muy
valorada por todos los grandes maestros por ser la raíz para el desarrollo de una
renuncia auténtica.
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Pág. 137. La humildad es esencial en este proceso. Todos somos seres humanos
ordinarios trabajando con problemas ordinarios…
Pág. 139. La importancia personal es nuestro peor enemigo…
Somos increíblemente vulnerables, pero tenemos un potencial enorme para ir más allá
de toda ignorancia y de todo sufrimiento
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TERNURA EN GRUPO (II)
Entre enero y marzo de 2007, Sogyal Rimpoche impartió unos consejos para el cuidado.
Se refiere al cuidado de los grupos de estudio y practicantes que están bajo su tutela.
Están dirigidos con la intención de que la parte autogestionada de estos grupos viva su
proceso en las mejores condiciones posibles. Los diferentes grupos de la sangha de
Rigpa recibieron un resumen a partir de abril 2007.
TRABAJO FACILITADOR
Facilitar que surja la ternura y que la mente se adiestre en la ecuanimidad es una tarea
posible, además de útil para atravesar los mecanismos de evitación con los que
frustramos el contacto genuino.
Desde hace algunos años vengo realizando talleres monográficos en dos tipos de
Formaciones muy diferentes: la Formación Gestalt y la Formación en Constelaciones.
Unos cuatro Talleres anuales bajo los diversos títulos de “PNL y Gestalt” y “PNL y
Constelaciones Familiares”. Antes, en la Formación en PNL, había usado uno de estos
recursos, el ejercicio sobre “La resolución de conflictos interpersonales”, sin haberle
dado la motivación y la intención con la que ahora lo trabajo.
Sin darme cuenta estaba trabajando con la idea de adiestrar en la ecuanimidad que
desembocaba en una experiencia de ternura, sin usar esta palabra en ninguna ocasión.
Ahora que he comprobado que este ejercicio invita y propicia una experiencia de ternura,
sigo sin nombrarla. Lo que si que hago es favorecer una idea que facilita un estado de no
valoración, ni juicio, ni interpretación: la ecuanimidad.
51
Me había dado cuenta con el tiempo de la dinámica proposición de Claudio Naranjo con
respecto a las prácticas matinales de meditación que se iban dando en los diferentes Sats.
No sólo era intencionado por su parte sino que se lo oí decir en alguna ocasión.
Con riesgo de simplificación mi percepción ha sido que Claudio ofrece una progresión,
más bien invita a ella, que parte del Budismo Hinayana, pasa al Budismo Mahayana,
para desembocar en el Budismo Tántrico y en el Vajrayana. Mi impresión, o al menos
eso es lo que yo viví, todo este camino desemboca en citar la existencia del Dzogchen en
el Sat Cuatro.
Ahí estaba dirigiendo las prácticas de Meditación Magdalena Verd, Instructora de Rigpa,
lo supe después, y discípula de Sogyal Rimpoche. Recordé que conocía Magdalena
como traductora de un Taller con Guideon, en la Formación Gestalt, y que como yo, es
mallorquina.
Desde la primera vez que escuché la meditación dirigida, que con unas sencillas
instrucciones invitaba una y otra vez a decir interiormente “que seas feliz, que estés
bien”, dirigiéndose desde a uno mismo hasta a aquellos con quienes tenemos
dificultades, convertí esta práctica en algo habitual en mi vida. Tanto es así que, aún
mucho antes de saber la dimensión profunda y poderosa de esta propuesta, el poder de su
práctica, aprovechaba cualquier ocasión, y muy especialmente los socorridos mails, para
terminar diciendo: “que seas feliz, que estés bien”.
En aquel mismo Sat cayó en mis manos el libro de Namkai Norbu “DOZCHEN” que leí
con gran disfrute antes de terminar el Sat.
Me dirigía a Magdalena pidiéndole consejo y me remitió al Capítulo 5 del “Libro
Tibetano de la Vida y de la Muerte” de Sogyal Rimpoché. Había leido más de la mitad
del libro en 1994 y a partir del Sat lo leí en un par de ocasiones más, y es mi libro de
cabecera
Sogyal Rimpoche
52
Antes de mostrar el texto de esta práctica de “La Bondad Amorosa” diré que su inclusión
en mis talleres sucede casi inesperadamente cuando puede haberse creado un clima
propicio a la reconciliación, cuando hay una predisposición al recogimiento, cuando se
han trabajado algunos temas o casos en los que, al ponerse alguien en el lugar del otro a
quien rechazaba, ha comprobado la posibilidad de que previa a cualquier tipo de
conducta pueda haber una intención positiva. Muchas cosas propician la experiencia de
“La Bondad Amorosa”.
Para proponer esta o cualquier otra meditación, es importante que quien lo haga la tenga
suficientemente conocida e integrada.
Ofrezco ahora el texto de la meditación dirigida
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- El benefactor
Puede ser cualquier persona, en cualquier momento de tu vida, que haya sido
particularmente bondadosa contigo. Al recordar y sentir nuevamente su bondad, tu
corazón responde con el deseo “que seas feliz, que estés bien”.
- Un buen amigo
Recuerda qué valoras en el o ellos o recuerda un momento feliz que hayáis pasado juntos
para alentar un sentimiento de amor. Dile: “que seas feliz, que estés bien”.
- Una persona neutral; alguien que te sea indiferente
Esta es una persona hacia la que no sientes ninguna atracción o disgusto en particular.
Considera cómo ellos, tal como tu y tus seres queridos, desean ser felices, estar bien y no
sufrir. Dirígete a el diciendo: “que seas feliz, que estés bien”.
- Bondad amorosa hacia nuestras emociones negativas
Enviamos bondad amorosa hacia cualquier aspecto de sufrimiento en nosotros mismos
mediante las frases “que seas feliz, que estés bien”.
- Una persona difícil; alguien que te cree dificultad
Empieza con alguien con quién la dificultad sea relativamente pequeña antes de pasar a
aquellos con los cuales experimentas reacciones más fuertes. Observa como ellos, al
igual que tu, desean ser felices, estar bien y no sufrir. Dirígete a el diciendo: “que seas
feliz, que estés bien”.
- A todos los seres
Gradualmente extiende la práctica a todos los que viven en el edificio en el que estás, a
todos en la región, en todo el país, por todo el mundo, a todos los seres en todo lugar en
cualquier dirección de manera ilimitada.
- Integración
Usa las frases hacia ti mismo y hacia otros, al encontrarte con diferentes personas en
situaciones durante el día.
RESULTADOS
Lo que la mayoría de alumnos o clientes dicen ya de su experiencia en el primer paso, el
de visualizar una imagen, algo o un ser, que represente para ellos la verdad o el amor, es
de agradecimiento por facilitarles conectar con algo que les es enteramente propicio.
Habitualmente la primera sorpresa viene cuando visualizan a alguien que les es
indiferente. Muchos descubren con sorpresa que el vínculo con aquella persona que está
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en sus vidas en forma muy tangencial (el quiosquero, por ejemplo) conlleva simpatía y
hasta agradecimiento.
En muchas ocasiones el “encuentro” con la persona con la que se vive algún tipo de
dificultad se realiza habiendo añadido una disposición de mayor comprensión,
aceptación, viendo a la persona y no sólo el conflicto.
Este adiestramiento, como todos los entrenos, funciona por acumulación, por el esfuerzo
de ser constantes en su práctica.
Este mismo 2008 facilitaba un grupo de treinta y cinco personas y en un momento dado
propuse este ejercicio, esta práctica. No hablé ni de la Bondad Amorosa ni de la
finalidad.
Las expresiones: “Siempre me pillo peleándome”, “Tengo una gran facilidad para
enfadarme”, y otras, tenían el denominador común de que cada cual hablaba de si mismo
y de cómo colaboraba para mantener la situación conflictiva.
La sorpresa de ver al otro como alguien que también busca prioritariamente la felicidad y
evitar el sufrimiento, les creaba una complicidad, les equiparaba.
(Dado un salto en razonamiento, que el cliente llegue a decir de corazón algo así como
“En el fondo mis padres sólo son personas”, es un objetivo de todo proceso terapéutico.)
Para quienes deseen profundizar sobre esta propuesta reproduzco aquí un Sutra que
contiene toda la motivación e intención de esta práctica… terapéutica.
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Deseando: en alegría y en seguridad.
Puedan todos los seres tener serenidad.
Cualesquiera seres vivientes puedan existir
Sean débiles o fuertes, sin omitir a ninguno,
Los grandes o los poderosos, medianos, cortos o pequeños,
Los que se ven y los que no se ven,
Aquellos que viven cerca y lejos,
Los nacidos y los que están por nacer,
Puedan todos los seres tener serenidad!
Que ninguno engañe a otro,
Ni desprecie a ningún ser en ninguna condición.
Que nadie a través de la ira o la malicia
Le desee mal a otro.
Tal como una madre protege con su vida
A su hijo, su único hijo,
Así mismo, con un corazón ilimitado
Debería uno amar a todos los seres vivientes;
Irradiando bondad sobre todo el mundo;
Extendiéndose arriba hacia los cielos,
Y hacia abajo hasta las profundidades;
Hacia fuera y sin límites,
Libre de odio y mala voluntad.
Estando de pie o caminando, sentado o acostado,
Libre de sopor,
Uno debería mantener este recuerdo.
Se dice que este es el reposo sublime.
Sin aferrarse a puntos de vista fijos,
Aquél que tiene un corazón puro, que tiene claridad en su visión,
Liberado de todos los deseos sensoriales,
No nace de nuevo en este mundo.
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B - EXPERIENCIA CON EL PONERSE EN EL LUGAR DEL OTRO
Esta es mi segunda práctica para lo que a estas alturas voy a llamar aquí ecuanimidad
amorosa, a sea: Adiestramiento en la Ternura.
Esta sólo se da en aquel que se pone en lugar del otro, y dicho de una forma más técnica:
sabe ponerse en el lugar del otro. Aunque hay unas elevadas prácticas budistas que se
dirigen en este mismo sentido, aquí me centro exclusivamente en fuentes directamente
terapéuticas provenientes de la PNL. Recordemos que la PNL inició su andadura como
una investigación sobre los comos y porques de los éxitos de terapeutas como Perls
(Gestalt) Virginia Satir (Terapia Familiar Sistémica) y Milton Erikson (Hipnosis
Eriksoniana)
Con este ejercicio podemos comprobarla capacidad o no de que alguien quiera o sepa
ponerse en el lugar del orto, especialmente de alguien con el que se tiene un conflicto.
Los resultados también sorprenden a quienes lo realizan, y también es muy útil en un
proceso ver hasta qué punto puede el cliente desarrollar las consignas, dónde se
producen las mayores resistencias, etc.
Hay que señalar que en ocasiones el intento de resolución de un conflicto deja bien claro
que este conflicto no tiene solución, lo que en muchas ocasiones facilita la retirada,
dejando clara la dimensión exacta, el sentido y las posibilidades de la relación, la
continuidad o no de un determinado vínculo o de la forma de vivirlo por parte del
cliente.
SOLUCIONES SISTÉMICAS
Y POSICIONES PERCEPTIVAS
(TRABAJO PRÁCTICO CON LAS 3 0 4 POSICIONES
DESDE LAS QUE SE PUEDE OBSERVAR UNA SITUACIÓN)
Propuesta: indagar en qué colaboramos y cual es la intención positiva que podría estar
causando el problema o la dificultad, la falta de contacto amoroso. Hay que averiguar las
alternativas para responder a una situación. Para ello vamos a considerar el problema
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desde cuatro posiciones. Una de las preguntas clave es: ¿Cómo se está colaborando para
mantener el problema? Un poco más allá, en un estadio más nuclear del encuentro y
contacto: ¿cómo se está evitando la ecuanimidad, el contacto humano amoroso?
1 – Se pide al sujeto que entre el 1ª Posición (A, el explorador, el cliente) y que adjetive
la conducta o la actitud de la persona con la que se siente en conflicto, de B (que está en
la 2ª Posición). Por ejemplo: “se queja”, “no habla”, etc.
Hasta aquí habremos logrado tomar conciencia de las pautas que mantienen el conflicto
y tener una comprensión sistémica del mismo (ya que cualquier relación es co-creada)
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9 – Se hace una observación desde 3ª Posición antes de volver a entrar en 1ª.
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ECUANIMIDAD: LA INTELIGENCIA DEL CORAZÓN.
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Insisto que encuentro la ternura genuina algo completamente unido a la actitud mental de
ecuanimidad. Por eso llamo a la ecuanimidad la inteligencia del corazón.
El hueco de la gestalt del que habla Pedro de Casso se convierte aquí en un socavón. Y
escribo socavón, no abismo inescrutable; mi intención no es resaltar carencias.
Simplemente, y quien quiera, puede llamar al ayuntamiento de la zona (escuela de
gestalt) para que sus operarios (nuestros docentes, titulares de la AETG, a los que quiero
pertenecer), cubran el socavón. Y mientras tanto sortearlo como buenamente se pueda.
Lo necesario para sortearlo es saber que está ahí. Entonces uno puede decir
tranquilamente: “Hasta aquí llego”. Podemos ser buenos y útiles planificadores de
recursos o maleadores de neurosis; ser más persona es un añadido. El “un poco más allá”
que indago en esta tesina.
La fuerza de ir en contra, el enfado, poco hace a favor de la paz. Si la ternura y la
ecuanimidad.
Si un terapeuta muestra “ternura” hacia su cliente, al tiempo que siente un rechazo por
quien le está causando ese dolor, no está practicando la ternura de la que aquí hablo. Y
muchas veces puede ser muy útil la confabulación, la complicidad, el consuelo, el
sumarse a los rechazos del cliente. Simplemente Ternura y Ecuanimidad son otra cosa.
Capacidades humanas poco habituales y por lo tanto difíciles de saber cómo hacernos
con ellas, o mejor, cómo despertarlas en nuestro potencial humano que las acoge.
La capacidad neurótica de tratar las neurosis tiene un campo de investigación y
aplicación que no vamos a agotar. Ternura/Ecuanimidad es otra cosa, sanadora en si
misma, y que se encuentra o recibe al desmantelar el mundo de los conceptos y
quedarnos simplemente en la vida, con la mochila puesta, y ganas de vivir.
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Los cuatro inconmensurables
Por el poder y la verdad de esta práctica
SEM CHEN TAM CHÉ DÉWA DANG DÉWÉ GYÜ DANG DENPAR GYUR CHIK
Que todos los seres gocen de la felicidad y de las causas de la felicidad,
DUKNGAL DANG DUKNGAL GYI GYÜ DANG DRALWAR GYUR CHIK
Que se liberen del sufrimiento y de las causas del sufrimiento,
DUKNGAL MÉPÉ DÉWA DAMP A DANG MI DRALWAR GYUR CHIK
Que no se separen nunca de la gran felicidad en la que no hay sufrimiento
NYÉ RING CHAK DANG NYI DANG DRALWÉ TANG NYOM TSÉ MÉ PA LA
NÉPAR GYUR CHIK
Y que permanezcan en la gran ecuanimidad, libres de apego y aversión.
La sencillez de este texto no excluye una actitud de firmeza, sino todo lo contrario.
Ecuanimidad no significa “poner la otra mejilla”.
En aras de la ecuanimidad el terapeuta le dice a un cliente: “Tu padre actuó como un hijo
de puta”. Y esta frase tiene todo su sentido: “actuó”, no se le dice “es”.
El trabajo que propongo con el desarrollo de la “bondad natural”, para ejercitarnos en la
ecuanimidad y que esta de paso natural a la ternura, no implica la desaparición de juicios
de conducta contundentes, confrontación, de posturas firmes, con el cliente o con su
entorno. La ecuanimidad evita dejarse llevar, confluir de forma enfermiza. Y la
ecuanimidad precisa para darse de una confluencia sana; de lo contrario es imposible.
Ved en esta oración de intenciones, de dedicación, como el resumen de lo que se desea
como benéfico es que los demás permanezcan en la gran ecuanimidad, libres de apego y
aversión.
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ADIESTRAMIENTO LÚDICO EN LA ECUANIMIDAD
LLAMO A MI GENTE…
Es un trabajo grupal. Hay que instalar un papel grande en la pared y poner al alcance un
par de rotuladores de trazo grueso.
La consigna es que los miembros del grupo vayan turnándose y saliendo ante el papel.
Se trata de que quien salga convoque a su gente a través de una característica que
reconoce tener (conducta, actitud en un periodo de su vida, enfermedad, adicción,
afición, etc.) Por ejemplo:
Salgo y digo: “Llamo a mi gente… quienes fueron maltratados en la adolescencia…”, y
escribo, “los maltratados en la adolescencia”…
Los del grupo que se ven identificados salen y estando en pie uno al lado del otro,
forman un panel ante quienes permanecen en el grupo sentado. Los que están
contemplando la escena, aplauden “a rabiar”, con gusto, entusiasmo, afirmativamente.
Con otro ejemplo podremos ver las dimensiones o la amplitud del trabajo.
“Llamo a mi gente… los ladrones”… Aplausos.
Con el aplauso se acepta conjuntamente el valor de exponerse y lo que pasó en si.
“Los que se creen más listos que los demás…”; “Los orgullosos…”; “Los que no
aceptan su cuerpo…”; “Los que han tenido o tienen cáncer…”; “Las mujeres que no han
tenido hijos y ya no son fértiles…”; “Los que han consumido drogas…”
Los participantes pueden volver a salir tantas veces como lo deseen, dándose permiso
para convocar a los que sean afines en algún tema que consideran significativo.
La experiencia dice que se crea un “clima” en el que muchas de las características que
mantienen el aislamiento, el secretismo, se desvanecen entre risas.
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Cada uno está ahí en un grupo en el que la diferenciación de las historias personales
adquiere un sesgo accidental, anecdótico.
La mirada no se basa en esa experiencia en las diferencias sino en la trama de las
afinidades que se van turnando de una forma revitalizadora, permisiva, en una red que
deriva en la afinidad real: somos un grupo de personas que estamos aquí y podemos
relacionarnos ahora sin juicios, sin interpretaciones, etc.
Ejercitarnos en la ECUANIMIDAD.
… y si la circunstancia se presta, terminar haciendo y cantando “El coro de las patatas”,
miel sobre hojuelas.
La creatividad del terapeuta viene aquí condicionada con por el trabajo que haya
realizado consigo mismo sobre la ecuanimidad.
Las emociones están y van a estar, y son síntomas de pensamientos y creencias. Van a
estar. Aprender a vivirlas, en su objetivo último y más sano, es tender a la ecuanimidad.
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ENTREVISTA CON SUZY STROKE
Asistí a un Taller sobre las relaciones de pareja con Suzy Stroke. El Taller estaba
incluido en la Formación en Terapia Gestalt que estaba realizando. La primera impresión
que percibí al verla fue que estaba ante una mujer, una mujer vital y que era capaz de
poner esa vitalidad en juego, sin límites, convirtiéndola en presencia, conciencia y
compromiso. Una sensación que pocas veces tenía al iniciarse un Taller y que resumo en
una frase: “vamos a por todas”.
Suzy Stroke
Estar allí valía la pena.
Se inició el Taller y a la media hora ya había confirmado mi impresión. Tanto era así que
hasta pensé: “Por mi el Taller podría terminarse ahora. Con lo que “se me ha movido”,
de lo que me he percatado, es suficiente para cambiar mi conciencia y actitud en mis
relaciones de pareja, de ahora en adelante, y entender mi predisposición a la hora de
relacionarme en pareja hasta el momento.
De hecho ahora, años después sigue igualmente válida su intervención y mi impresión o
vislumbre.
Se que al repetir aquí la pregunta que hizo Suzy, al descontextualizarla, entre otras cosas,
no conseguiré trasmitir su capacidad de síntesis, sencillez y contundencia con la que me
llegó, al hacerla Suzy en grupo, con la consigna de que cada uno nos la hiciéramos
nuestra:
- “¿Qué patrón o modelo has cogido de tus padres en tus relaciones de pareja?”
Con esta pregunta, no por obvia menos centrante, consiguió encuadrarme.
Tiempo después coincidí con ella en un Taller de Bert Hellinger sobre las Relaciones de
Pareja. Ahí Suzy solicitó trabajar, estuvo como cliente.
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Estas comprensiones me llevaron a pensar en ella para que me diera, si quería, su visión
y lo que quisiera compartir de su experiencia con la Ternura. Mi interés de tener voces
femeninas sobre el tema, se iniciaba con ella.
Assumpta Mateu, quien había invitado a Suzy ha impartir un Taller en Palma de
Mallorca, fue quien me facilitó el contacto y propició en encuentro, por lo que desde
aquí mi agradecimiento.
Frederic - En tu proceso terapéutico, cuando has sido terapeutizada, en tu relación
terapéutica, tienes conciencia y memoria d que la ternura apareciera de alguna forma?
Suzy - Si, me vienen dos flash, uno en una situación en la que yo estaba inmersa en un
recuerdo infantil bastante duro, mío, y en donde sentía mucho miedo. Yo hasta aquel el
momento no había conectado con ese miedo, era un miedo que era casi un pavor, una
situación de guerra y cosas así que estaban muy enterradas. Entonces en esa situación yo
siento que la ayuda del terapeuta fue no intentar sacarme de allí, pero sí ponerse cerca,
sin tocarme, porque yo estaba muy dolida, con mucho miedo, y el no me tocaba pero su
mirada era una mirada acogedora, una mirada que me daba paz, seguridad para atravesar
aquello. De eso me acuerdo muy bien.
Y otra, que no era tan dramática, fue en una época en la que yo me sentía con una
autoestima muy baja. La ternura del terapeuta –en ese momento ni después se me había
ocurrido usar esta palabra- fue simplemente de darme el sostén de devolverme un
espacio de: “Tu vales. Tu lugar es otro; no es ese en el que estás”. Entonces sí ahora
recuerdo esos dos momentos como bastante importantes, en los que sentí que podía fluir,
confiar. Tal vez la Ternura en esa circunstancia estaba junto con el vínculo de la
confianza.
F – En el primer caso usas la imagen de sentirte acogida y en el segundo sostenida.
S – Sí.
F – Miedo, falta de autoestima. La actitud del terapeuta es un estar ahí.
S – Estar ahí pero con una presencia que no busca, que acoge, porque no quiere sacarte
de ahí. En una actitud más importante que el juicio. Es como estar contigo, atravesar
contigo el proceso.
F – Esto que dices de la actitud del terapeuta…del “no querer sacarte de ahí”, es lo que
he resumido con la descripción de “acompañarte en la derrota”. Cuando el otro está
derrotado de verdad, estar ahí, con la mirada y la actitud de “estoy contigo” (Suzy va
corroborando cada afirmación)
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S – Eso es muy importante, porque uno tiene que atravesar eso. Hay terapeutas que
tienen la tendencia de “sal de ahí, sal de ahí”; no, eso hay que atravesarlo, reconocerlo y
poder llegar a otro lugar.
(En un momento de la conversación Suzy matizó su impresión sobre el término “derrota”
que yo había utilizado: “En la derrota siento que aún hay miedo y expectativas de
algo…”)
F - ¿Te fue útil esa reacción de tus terapeutas?
S – Si. Es como reconocer, como darme la posibilidad de integrar cosas. Principalmente
integrar. Soy partidaria de que la historia tiene que estar integrada, no olvidada.
Entonces, cuando uno trae el pasado, es para integrarlo, no para transformarlo. No
positivarlo, no nada: eso es mi vida. Es así. Cuando uno consigue eso es como que uno
sigue sin peso. Lo que me sirvió del terapeuta fue la ayuda a la integración; a integrar la
historia tal cual.
F - …sin aportar nada…
S – Darme el sostén. El apoyo para que yo pudiera reconocer mi historia. Yo, la
protagonista de esa historia, puedo seguir… Pero con eso, vivir eso, está bien.
F – Hace años, haciendo el Proceso Hoffmann, hubo momentos en que experimente la
ternura del terapeuta, cuando antes había estado activando mi rechazo, enfrentamiento a
los padres. En tu práctica…
S – Yo lo que aprendí con los años es a poder pasar de la confrontación a la compasión,
estar en lo uno y en lo otro, tranquilamente, de acuerdo con lo que se necesite en el
momento. Tal vez eso tenga que ver con esa capacidad de tocar a la persona sin más.
Que es lo que necesita en ese momento. Darle esa compañía. Siento que el terapeuta
tiene que ser más una compañía que una autoridad. “Estoy acompañándote en un camino
que, bueno, tal vez yo pasé ya por ahí… lo conozco un poco”… La firmeza pero también
la delicadeza.
F – Creo que esa compasión ayuda a que la persona vea que no está ahí por un error
suyo…
S – Si. Hay que pasar por eso y puedes pasar; por más duro que sea.
F- ¿Cómo te llevas tú con la ternura?
S – Bien, bien. Es algo que adquirí, no lo tenía. Yo era una persona bastante fria y
bastante dura, y en muchos momentos incluso agresiva. Me protegía de la inseguridad de
esa manera. Y conforme el tiempo fue pasando y me fui sintiendo más capaz, fui viendo
que todo eso era una máscara que no servía al otro, servía poco o no tanto, y n o me sería
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a mí. Con el tiempo me fui sensibilizando más y siento que hoy soy una persona bastante
tierna (dice Suzy con una sonrisa). Si. A pesar de que mantengo aún… hay momentos en
que puedo estar en una posición más dura, pero siempre con esa parte dulce que está. Y
las personas confían. Es como que transmito una confianza.
F - ¿Transitas con facilidad de una actitud a otra?
S – Si. Muy fácilmente, de acuerdo con lo que va pasando.
F – En su último libro Claudio Naranjo usa repetidamente la palabra Ternura. En los
libros de Gestalt que he consultado, no la he encontrado, no aparece. Claudio escribe lo
siguiente: “el proceso terapéutico será uno de resensibilización, e involucra el desarrollo
de la Ternura”. Aunque en la Gestalt no hay un objetivo de: “vamos a por la Ternura”,
cuando uno ha hecho este proceso, fuerza-dulzura, ¿Hay, en tu experiencia, una
tendencia a buscarla?
S – No. A veces ocurre, a veces no. Algunas personas llegan y otras no. No se si… tal
vez es porque falta algún trecho del camino. La Ternura se confunde muchas veces con
fragilidad, debilidad. Y a veces las personas tienen miedo de expresarla, de sentirla.
Sienten tal vez que en esa situación los otros te pueden utilizar. Pero cuando uno llega a
un punto donde puede expresar lo que siente independientemente de lo que venga del
otro, es más fácil: “aunque tu no me recibas si te expreso Ternura, bueno, está bien”.
Está bien que pueda expresar: “Me inspiras ternura”.
Con niños es más fácil, lo vivo con mis nietos. Se que a veces hay la pataleta, y por
debajo está la ternura, aún cuando están rechazando el tema.
F – Esté donde esté el otro lo va a aceptar.
S – Y si el te acepta, bien, y si no, bueno, “mala suerte”… (sonríe)
F – Tengo la impresión de que estamos refiriéndonos más a la sesión individual…
S – No, porque yo trabajo más en grupos, y eso puede ocurrir en grupo tranquilamente,
claro que directamente a una persona, pero dentro del grupo. Y es muy interesante, por
que si hay ese puente, aunque sea por un momento, el en grupo ocurren cosas con los
demás… se sienten más sueltos. Interesante: la Ternura hace eso, y el humor también.
El humor relaja el ambiente…
(Aquí le narro mi experiencia de grupo cuando este se enteró de la enfermedad terminal,
irreversible, de su tutor)
S – Como una posibilidad de integrar la situación.
F – Con un gran agradecimiento hacia la terapeuta…
…
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F – En un lugar escribes: “Poder acostarnos cada noche con la sensación de que no
tenemos deudas es la presencia del divino en nuestro corazón”. Sabía que era bueno,
pero no que fuera tanto…
S – Para mi el divino está en esos momentos. O está cuando estamos haciendo un
contacto, un encuentro.
En la circunstancia que describo es como decir: “Estoy en paz, no debo nada… tengo las
cosas resueltas”.
Mi impulso en este momento es impulsar a las personas a no dejar las cosas pendientes.
Para poder estar en paz., algo así.
F – Gracias.
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Me acerqué y puse en sus brazos. Me abrazó y yo me apoyé. Recuerdo esto como una
acercamiento tierno hacia mi.
Lo que comentó a continuación es algo que recuerdo con mucha claridad: “¡Cómo me
gustaría poder querer como tu…!”
La locura de las circunstancias y de cómo yo las vivía, me centraron más en la
supervivencia en medio de aquel desbarajuste, lo que dio al traste con la terapia. Para mi
pasaban diariamente demasiadas cosas como para que tuviera sentido una sesión, y di la
escampada.
La segunda ocasión fue durante un Taller de la Formación Gestalt (Institut Gestalt de
Barcelona). Recuerdo nítidamente la escena (como también recuerdo la anterior): Era un
Taller sobre Transferencia y Contratransferencia. Estábamos en Barcelona y había
venido desde Madrid Ada López para impartirlo.
En un momento del Taller conecté con el dolor que me había supuesto el abandono de
mi hijo de tres años, bastantes años atrás. Estaba absolutamente desgarrado por el dolor.
Lo que recuerdo era que casi no podía articular palabra. No era un dolor proveniente de
la culpa sino un dolor a secas; el mismo que ya poco después del abandono, agravado
por cómo se habían desarrollado las cosas, había sentido y no expresado con desgarro.
Estábamos en una pequeña sala rectangular, yo en línea con algunos compañeros,
apoyado en una pared. Ada, al cabo de unos momentos, se levantó y se acercó a mi, se
sentó a mi lado y me abrazó. Ya ahí pude descansar. Me sentí visto. Sin que disminuyera
el dolor podía aceptarlo como algo que estaba ahí.
Años después me encontré con Ada en la Formación en Psicoterpia Integrativa en
Alicante. Una y otra vez, durante un año, yo percibía como por detrás de cualquier
70
palabra, consigna, indicación, provocación o amenaza, había un gran respeto. El respeto
que sintió por mi dolor, años antes.
TERNURA DE TU A TU
Es una tercera experiencia de ternura que creo conveniente comentar aquí. Es una caso
de ternura mutua entre dos hombre mayores.
He hablado de una invitación que hice a Pedro de Casso para que viniera a Mallorca a
presentar su libro. También hizo un pequeño taller en la línea del Proceso Fisher -
Hoffmann.
Nos encontramos esta vez en el Sat Cuatro. Yo hice los Sats en un momento en el que
vivía como conflictiva una relación a la que no veía futuro. Nuestras maneras de ver las
circunstancias de nuestra vida en común eran muy diferentes. En cada Sat, que hice en
años consecutivos, viví desde este planteamiento inicial, hasta la aparición de otra mujer,
la separación de la anterior y mi propuesta de boda. Era mi tema.
Me encontré cara a cara con Pedro en una meditación muy específica. Claudio nos
proponía mirarnos, viendo el cadáver que íbamos a ser, creo recordar.
Y ahí estamos Pedro y yo, con nuestras vidas hasta donde habían llegado, y esta vez con
nuestro cadáver a cuestas (esto lo digo yo) Cumplidos los sesenta ambos, con nuestros
amores y desamores.
Ahí sentí ternura acompañada de fuerza, la fragilidad mostrada sin vergüenza, el
contento en el reconocimiento y el dolor, atónito dolor que recuperaba su espacio, creo
que en ambos. Y cómo manteníamos con dignidad y sin esfuerzo nuestra postura, la
física y la mirada.
Y en aquel momento no sólo hubo esto. Me parecía que aquel hombre a quien tan fácil
me era apreciar, no tenía algo que yo había conseguido. Si bien el se mostraba ante mi
sencillamente con su carencia, en mi surgía una incomodidad que, entre otras cosas
también daba paso al enfado; y todo eso me alejaba de la ternura genuina. Le quería
decir que era fácil conseguirlo, que era sencillo decidirse. Le hubiera dado un cursillo
acelerado y sólo tenía mi presencia y mi mirada.
En mi también había comprensión… y no se despejaba el enfado. Ese enfado que puede
surgir cuando uno ve que aquellos a los que se quiere no son felices. En el fondo y sin
sutilezas, una falta de respeto, de serenidad.
La ternura se da en la serenidad; en el Si.
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Poco después le comenté que me casaba. Sin más me dijo: “Iré a tu boda”. Lo tomé
como una intención y un agasajo. Y cuando se acercaba la boda me llamó para que le
reservara una habitación de hotel. Y vino a la boda. Y estuvo en la comida y en el festejo
por la noche. Y nos regaló una alfombra que desde aquel día… pero eso es otra historia.
72
ENCUENTRO CON CLAUDIO NARANJO
Apreciado Claudio:
Ser 7 conservación también es esto: después de dos años de rondarme una disculpa,
hacerlo como prólogo de una petición.
Ser 7 conservación también es esto: empezar con un circunloquio en lugar de abordar el
tema. Ser brillante para poder esconderme tras la nube de confusión que puedo crear. Al
centrar la atención del otro en aclaraciones despisto de mí… y me protejo de lo cagado
que estoy ante el contacto.
Etc. Etc.
Muchísimas notas, así durante estos dos años, perfilando lo que sería haberte hecho caso
y dedicarme a ordenar mi experiencia: redactar la autobiografía en extenso. Me escondía
al pensar que tu oferta (la de coordinar al grupo que iba a trabajar sobre el 7C) me venía
grande, pensando también que cómo se te podía ocurrir eso y pedírmelo a mí: inculto, no
leído, nula capacidad académica, disperso. El anti-narciso en marcha y en lugar de
sentirme modestamente dispuesto, mirarme el ombligo.
Pues bien: te pido disculpas por no haberte contestado.
Y a lo que voy:
He decidido centrarme en lo que resta de otoño e invierno en la redacción de la Tesina
para la AETG. El tema es “La Ternura”, la tutora Mireia Darder. Me han aprobado el
índice. Llevo unos años con el tema.
Me gustaría que me concedieras una breve entrevista para hablar de la ternura.
He llegado a concluir varios modos de Ternura: desde la Ternura aparente (E2), la
narcisista… hasta la que más me interesa (y que no es la única genuina), la Ternura ante
la derrota (aquí el abrazo sano del terapeuta, entre iguales, de derrota a derrota
(“Aprender a vivir es aprender a ceder” dice Sogyal)
Lo que me parece es que voy a escribir sobre lo que la gestalt (libros) no dicen de la
Ternura.
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- En la página 227 de “Por Una Gestalt Viva” (4) , escribes: “En la teoría de la gestalt
el amor brilla por su ausencia”; y aunque yo me refiera a la ternura, que no es
exactamente amor, me sirve como indicio. El amor es previo a la ternura.
74
desarrollo de la ternura.”… experiencia para después de la derrota, en mi lenguaje
críptico. Esta es la hipótesis de la que partí hace unos años y busco “demostrarlo”.
- 313 “… el “hueco” en el corazón de tantos perfeccionistas: el bloqueo de la
ternura…”
- 315, dices de los E2 “necesitados de ternura”
y por último, de ti mismo
- 330 “La confrontación fue poco a poco mezclándose con la ternura, con el
contacto mucho más cercano, a punto de llegar a una cosa de acercarme a la
persona, juntarme a ella en contra de algo que le hace daño. Entonces la
confrontación cambió muchísimo de matiz. Hoy siento que confronto, si, pero de una
manera más cercana, sin agresión, casi no levanto más la voz, no uso más una cosa
dura que me era muy propia como defensa”.
He regalado a los colaboradores tu último libro “Por una Gestalt Viva”, y recomendado
su compra.
Me gustaría poder entrevistarte sobre este tema cuando estés próximamente en
Barcelona, en la fecha que te sea conveniente.
Sigo llevándote en el corazón
Desde el Sat 3 mi contacto con el Dzogchen, esta mañana mismo con la pequeña shanga
que se creó en Mallorca a raíz de la venida de Sogyal a Valencia el año pasado (2006).
Este año le vi de nuevo y aprendí de él en Barcelona. Tuya fue la invitación, y la lectura
durante el Sat del libro de Namkay Norbu publicado en La Llave (24). Recibí
transmisión de Norbu e inmediatamente me sentí más cercano a Sogyal, y ahí estoy.
Que seas feliz, que estés bien.
Un abrazo
El más idiota de tus alumnos
Frederic Suau
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RESPUESTA DE CLAUDIO
76
EL ENCUENTRO
Claudio Naranjo
Cuenta algún lama tibetano como en su país un discípulo no se siente sobrecogido ante la
presencia del maestro. Debe ser porque tiene asumido que el maestro acoge.
La necesidad de sentirse acogido y la aceptación suprema de lo genuino e indispensable
de esta necesidad, hace que la tarea primera y última del proceso que es el budismo (25)
sea el “recibir refugio”.
En mi caso, aunque me siento acogido por Claudio, mi propia neurosis hace que viva el
encuentro con periodos de inquietud.
ENTREVISTA
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C – No sólo estuve en la tele; también en tres radios y muchos periódicos. Ahora,
después de esta entrevista me voy a hablar con el Consejero de Educación de la
Generalitat, Maragall.
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“Doctor Freud, para qué es el psicoanálisis?”, “Para que la gente recupere su capacidad
de amar y de trabajar” Nunca cuando habla del psicoanálisis pone el amor en el centro de
las cosas como cuando le habla a una persona ajena.
F – Tu dices textualmente: “El proceso terapéutico será uno de resensibilización que
involucra el desarrollo de la ternura”.
C – Esto no lo había pensado hasta que tú te interesaras en lo que yo pueda decir de la
ternura. Preguntándome a mi mismo cómo uso la palabra veo que la uso para una
combinación de dos amores. ¿Conoces mi teoría?
F – Si; además he leído el texto que presentaste en las jornadas de “El amor en la
Terapia”.
C – Creo que hay un amor materno y lo erótico como otra dimensión del amor. Creo que
en amor de la madre por el niño están unidos los dos. La madre no sólo no quiere que el
niño no sufra, no sólo es compasiva, empática, sino que también es erótica, la madre
acaricia. Y el niño recibe también esas dos cosas juntas. Por lo tanto cuando uno entra en
una relación amorosa lo que uno busca es eso que tuvo al comienzo de la vida, lo que
busca es ternura, el hombre de la mujer especialmente. En el sentido de que busca que la
mujer le cuide, y que le de placer. Y las mujeres también, claro. Todos en las relaciones
amorosas queremos volver a la experiencia original.
F – En el maternaje, en ese amor incondicional de la madre hacia el hijo, la ternura que
puede incluir lo erótico, se da. El proceso terapéutico ¿Involucra el desarrollo de la
Ternura? En la relación terapéutica, es como que invitaras o a lo largo de los años
llegaras, tu lo dices muy bien en el cómo incluyes a los que no gustan a los demás, la
incondicionalidad en el sentido de la aceptación por parte del terapeuta del cliente sea
quien sea y cómo sea.
C – No se si quise decir eso explícitamente. No creo que se pueda pedir de un terapeuta
que no tenga preferencias, y respetar a esos terapeutas, esas preferencias, tiene algo que
ver con el éxito de la terapia. Simplemente que un terapeuta sano tiene una cierta
capacidad de maternaje. Es parte de la dotación de un ser humano, y cuando uno está en
una relación de ayuda eso se activa, y el paciente que llega es uno que sufre o pone al
descubierto –aunque todos sufrimos de una frustración amorosa, es algo universal- El
que está en el rol de paciente es uno que muestra su herida, entonces es natural que ante
esa herida la capacidad materna del terapeuta se active. Cuando es un terapeuta hombre
con una mujer puede fácilmente eso implicar un elemento de atracción, de deseo, que
está vedado en la terapia clásica, aunque en la gestalt de algunos llegó a ser algo posible
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de considerar, no sólo cono no-tabú sino como algo que contribuye al contacto y a la
cura. Eso es otro asunto.
Una vez le pregunté a Simkin, que era un colaborador importante de Perls de los tiempos
de California, qué pensaba de esto del sexo en terapia y me dijo: “Es igual que los
negocios en terapia o la amistad en terapia, depende de que el terapeuta se la pueda”.
Que el terapeuta pueda ser buen terapeuta a pesar de la complicación. En esta
complicación un aprendiz no puede porque se engancha, porque crea una dependencia;
en un grande como era Perls, era posible que el pudiera seguir siendo un gran terapeuta
en medio de una relación.
F – Más que exigirle al terapeuta el amor incondicional, es la posibilidad de trabajar
hasta tener una mirada de aceptación incondicional, después haya o no haya proceso.
Como un primer contacto de decir: que bien que seas como eres.
C – Suenan un poco abstractas estas afirmaciones de tener hacia el paciente un añor
incondicional o una aceptación incondicional porque estas cosas varían según el día y la
hora del día. Hay momentos.
F – Lo que digo es teórico…
C – Claro que el terapeuta puede enojarse con un paciente y en ese momento puede no
estar presente la ternura. O aunque esté la aceptación incondicional del paciente no está
la aceptación incondicional de lo que el paciente está diciendo o haciendo.
F – Dices: “La confrontación fue poco a poco mezclándose con la ternura”
C – Yo diría que antes yo no podía decir cosas muy fuertes, confrontativas, era o
enojarme o sentirme culpable. Ahora la claridad me permite hacerlo con humor. Por
ejemplo en mi cumpleaños último, que no sabía lo que iba a hacer en la última reunión,
hubo un momento, en las últimas horas del último día en el que dije a la gente que yo no
me podía repartir en tanta gente para pasar un ratito con cada uno, son demasiados, les
propongo que tengamos una reunión íntima, la intimidad que se podía tener en
encuentros personales, tengámosla aquí en grupo, como se supone que, personas ya
trabajadas, pueden. Y lo que surgió fue una sesión de terapia en la que unas seis, siete
personas, fueron la figura. Me salió como que yo estaba con la espada en la mano ese
día, o más bien estaba confrontativo, no era la espera, y había siempre una sonrisa
aunque la medida de lo que quería, el contenido, era suficientemente fuerte, como para
que… no se si conoces a J... que estaba allí, le pregunté cómo se llamaba, que se me
había olvidado su nombre; (aquí el apellido de una persona, que se presta a un juego de
palabras, a ironizar… por ejemplo: Lelo)…, dijo, y yo: “…¡ah! Ya entiendo, es que tu
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me caes medio “lelo”, eres la única persona no invitada, había como una cien personas, y
a ti sólo te invité porque llamaste seis veces por teléfono para insistir, es tanto tu deseo
de aceptación; de modo que yo supongo que tu te sientes un gran amigo mio y que por
eso te corresponde estar aquí. Pero hay una gran discrepancia porque yo no me he
sentido amigo tuyo”. Y empecé a hacer historia… era una conversación ordinaria con un
contenido muy confrontativo, que a mi me hubiera costado mucho decirlo, tal vez tan
sólo una año atrás; se me hubiera hecho muy difícil decirle “Yo no me siento amigo
tuyo”. Aquí había una fantasía y la confronté. Al cabo de un rato le pregunté como se
sentía y dijo: “Siento que he sido muy presuntuoso. Me siento como un impostor aquí y
siento como si estuviera a punto de desmayarme. Me ha pasado algunas veces en la vida
que me cuesta sostener eso”. No había una resistencia por su parte en la tentación de
defenderse, de escaparse. Y así una persona tras otra. Yo estaba muy inspirado; en un
momento de ver las cosas muy claras. Creo que la misma claridad es la que a veces hace
posible poder ser directo. Si no es claro es como si uno tuviera que ponerle el peso detrás
a lo que uno dice. Si es claro es como la hoja de un cuchillo que entra fácilmente. Es
como si la claridad grupal sobre lo que uno está diciendo hace que la persona aludida no
sienta que es una opción enojarse ni responder ni falsificar, como que caen las cosas por
su peso. Es una claridad que en los terapeutas va madurando con la experiencia; no es la
manera de decir, sino que es poder decir las cosas de una forma que sean evidentes,
porque vienen de la percepción nítida.
No se si estoy contestando a lo que me preguntas…
F – Es como si fueras más allá. También me llega lo que dices.
Hace poco le hice una entrevista Suzy, en Mallorca, y me dijo que no se había planteado
la palabra ternura, al menos con el énfasis que yo le daba. Le pregunté sobre en su
experiencia como paciente cómo había vivido la ternura, y después como la aplicaba, y
me dijo algo parecido sobre una primera manera suya de mostrar la confrontación a
través del enfado, y que había derivado a un tipo de confrontación con seguridad,
claridad.
Mi fantasía es que cuando el paciente se centra en si, percibe donde está, que está
pasando, aparece otro tipo de relación o intervención que puede incluir la ternura.
Lo que me dices lo siento como que un terapeuta, con el tiempo y la experiencia, llega a
un momento de mayor aceptación del otro, y esto puede desembocar en una mayor
claridad para verle, de querer cambiar menos las cosas…
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C - Si, si, si… Es independiente del asunto de claridad. Con mayor claridad uno puede
decir las cosas sonriente. Independientemente de eso, si uno quiere al otro, si uno le tiene
cariño, uno le puede decir algo duro y de la síntesis de esas dos cosas, de la dureza y del
hecho que uno lo dice sin ánimo de matar, resulta algo así como el humor. Resulta una
sonrisa. Muchas veces lo he explicado en referencia a un amigo que yo tenía, bastante
mayor que yo y que nunca estaba en cuestión que me quisiera, era un gran amigo, y a mi
muchas veces me trataba de idiota. “Claudio no seas tan idiota”, me decía, “eres idota”, a
propósito de cosas muy específicas: “en vez de eso podrías plantearle otra cosa…” “Pero
tu eres muy idiota”, a cada rato. Pasaron muchos años antes de que me diera cuenta yo
cuan lejos estaba de poder decirle aun paciente: “¡Qué idiota eres!”. O que cobarde eres,
o que arrogante eres. Todas las palabras que aluden a un defecto fundamental, son
insultantes. Entonces, el decir cosas insultantes sin ánimo de insultar; poder decir las
cosas como son, con ánimo de ayuda, crea algo que a veces emerge como ironía, o
simplemente como una intimidad. Que idiota eres… es casi como un gesto de amistad.
Como que trasmitiera la amistad.
F – Son palabras que tienen un contenido muy clave.
C – Decir a uno que es neurótico que es idiota, es llegar al fondo de las cosas, porque la
neurosis en el fondo es idiotez.
F – En la tesina planteo una especie de trípode en el que asentar la terapia: la
confrontación, el humor y la ternura.
C - La cuestión que me surge es si puede llamarse a la ternura como herramienta, como
factor terapéutico, como ingrediente, de la relación terapéutica. ¿Se puede decir que uno
usa la ternura? O es simplemente que uno la tiene, que surge…
F – Mi experiencia y conclusión es que me es más fácil que la ternura surja en el
momento que hay una derrota, en el momento en el que yo, en mi vida, o el cliente en
terapia dice “hasta aquí llego”.
C – Cuando el paciente está derrotado, eso te inspira ternura…
F – Es una derrota con lucidez, como si dijera: “Esto es lo que hay”.
C – Claro, claro, hay un reconocimiento de la profunda necesidad, de la compasión, un
deseo de rescatarlo, de acariciarlo, de alguna manera para compensarle un poco el dolor.
F – Y también como valoración de haber llegado hasta ahí.
C – Hay un elemento de aprecio por el coraje del que se deja… quebrar.
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F – En toda la evolución del concepto durante este tiempo me llegaba la palabra derrota.
Como que ante la derrota la ternura es fácil. Que no es tanto un elemento volitivo, que
uno pueda premeditar.
C – Uno puede estar más o menos predispuesto.
Volviendo a tu libro, hablas mucho de la ternura aparente, que sería la neurosis del
Eneatipo 2 (y que puede vivirse desde cualquier carácter), la apariencia de amor, la
apariencia de ternura. No es desde la pena o desde la lástima que surje la ternura
genuina.
F – De incluirse el amor en la teoría gestalt, nos llevaría ala gestalt a otro lado… Es una
evolución del proceso o de la trayectoria de la gestalt…
C – No, no… Hay dos cosas muy diferentes. Uno es la teoría de la gestalt, que a mi
juicio tiene muy poco que ver con la gestalt, es algo postizo que se le ha agregado, a la
verdadera gestalt que es una práctica. No tenía teoría, tenía aforismos decorativos. La
gente quiso juntar esos aforismos en un cuerpo de conocimiento y nose sostenía como
tal. Y hasta ahora estamos conviviendo con esa pretensión.
Ante la pretendida teoría de la gestalt uno puede decir: “Pero qué ridículo; no hablo de
algo tan importante de la vida como el amor. ¿Qué clase de teoría es esa?” Ahora si
hablamos de la gestalt, que no hable del amor la gestalt yo no lo considero una crítica. La
gestalt va por otro lado, no pretende ser una teoría universal de la terapia ni de la mente.
La gestalt hace lo que hace y lo hace muy bien. Y con respecto al amor lo que hace es
evidenciar lo que es caer en el amor falso, y sabotear y también confrontar el amor
obligatorio; los niñitos buenos, las niñitas buenas, que están elevando la buena educación
a la pretensión de ser amores. La gestalt da bofetadas. Trabaja con eso, despoja a la
persona del falso amor, del pseudo amor compulsivo y de ese terreno si que puede
aparecer amor verdadero. La gestalt no es enemiga del amor, es enemiga del falso amor
pero ayuda a que el amor salga, pero a través de la poda, como el jardinero que poda para
que salgan las buenas flores.
Es como de buen gusto hablar del amor,… el amor se hace, no se habla… Es como
hablar de Dios, hay algo ya un poquito sospechoso. Cuando se habla de Dios es un poco
que se está usando el nombre de Dios en vano.
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EL SENTIDO DEL HUMOR
Tanto Suzy como Claudio hacen mención, en momentos muy oportunos de las
entrevistas, al humor:
Claudio - Si, si, si… Es independiente del asunto de claridad. Con mayor claridad uno
puede decir las cosas sonriente. Independientemente de eso, si uno quiere al otro, si uno
le tiene cariño, uno le puede decir algo duro y de la síntesis de esas dos cosas, de la
dureza y del hecho que uno lo dice sin ánimo de matar, resulta algo así como el
humor. Resulta una sonrisa. Muchas veces lo he explicado en referencia a un amigo que
yo tenía, bastante mayor que yo y que nunca estaba en cuestión que me quisiera, era un
gran amigo, y a mi muchas veces me trataba de idiota. “Claudio no seas tan idiota”,
…
F – Tengo la impresión de que estamos refiriéndonos más a la sesión individual…
Suzy – No, porque yo trabajo más en grupos, y eso puede ocurrir en grupo
tranquilamente, claro que directamente a una persona, pero dentro del grupo. Y es muy
interesante, por que si hay ese puente, aunque sea por un momento, el en grupo ocurren
cosas con los demás… se sienten más sueltos. Interesante: la Ternura hace eso, y el
humor también. El humor relaja el ambiente…
…
La frase me viene de la PNL: “Aprender puede ser divertido”. Esta sería una faceta. La
otra es en la línea de lo que dicen Claudio y Suzy: facilita una complicidad amistosa y
relaja el ambiente. Las dos me llevan a lo que yo experimente: en algunos momentos
sirve para poner las cosas en su sitio. Llamar a las frustraciones no aceptadas por su
nombre, no darles la categoría de dramas y mucho menos de tragedia.
Y aquí es cuando el humor puede facilitar un acercamiento a una alegría previa; el
humor (mental) pasa a la alegría (emocional). Llorar y reír, cuando son emociones
primarias, directas parece que hacen que el diafragma se distienda, se agilice, que el aire
estancado salga y que uno se hacer de que puede ampliar la respiración y no estar
respirando bajo mínimos como si uno estuviera en un viaje submarino necesitando
administrar el aire de las botellas porque no se permite salir a la superficie. En la
superficie, y en una mirada más allá de los nubarrones, está el cielo despejado y el sol, la
alegría, la sonrisa del lama.
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A veces es a través de una pregunta al cliente: “¿De verdad es así?”, “¿Y sólo eso te
pasa?”. El permiso para visitar otros espacios simultáneos de la vida puede hacer
aparecer la sonrisa. Tenemos tendencia a no valorar lo que va bien, lo que nos es fácil.
Con una tenaza formada por el miedo y la esperanza minimizamos nuestra vida.
Estar enfadado es creer que lo que hacemos es muy importante. Al quitarle énfasis
aparece la sonrisa y con ella la facilidad.
Otra frase: “Pues va a ser que no”, como invitación al reconocimiento de un límite, de
algo que no depende de uno.
El trabajo con las Constelaciones Familiares me ha familiarizado con algo a lo que ya
estaba predispuesto: las frases hechas. La más coloquial sería: “…¡Pues anda que lo
tuyo!...”. He escuchado muchas veces, unas acompañada de risa, otras de llanto: “…
Pues la verdad es que si…”. Y también he recibido rechazo y enfado. Ahí mi risa puede
ser confrontación, o mi rechazo de plano. Y recordando que el enfrentamiento no incluye
un rechazo a la persona, sino a su conducta.
Hay mucho escrito sobre el Humor y el humor en terapia, menos sobre la alegría de
vivir. En el apéndice incluyo un capítulo completo, en mi opinión muy esclarecedor
sobre esta experiencia de alegría, y es mi creencia que con práctica y esfuerzo podemos
llegar instalarnos el ella.
La base está en la idea de que para estar contento es que no hace falta tener motivo.
Tener humor significa ver el engaño en el que nos quedamos atrapados, paralizados. El
humor nos permite soltar, aligerar. Nosotros elegimos… el cliente elige, y es interesante
que el terapeuta le ofrezca claramente la posibilidad de elegir.
Aquí es muy importante la elegancia del terapeuta. Si está ante un pasivo femenino,
encantador/contentador (Eneatipo7) o no reírle las gracias o agotarle las gracias, que no
son alegría. Y en el otro extremo, si es un esquizo (E5), respetar su ritmo de
aproximación sin invadirle…
En otro ámbito, recuerdo la carcajada del chamán. Castaneda lo describe con mucha
verosimilitud. Lo sobrecogedor de la risa del Nagual. Insoportable para un proceso de
sinapsis neuronales instalado en la inercia. Rompedor de esquemas. La llamaremos la
“Carcajada Cósmica”, la conexión con el desvelo del fiasco total en el que nos movemos
entre introyectos y proyecciones.
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El engaño es tener la mente dirigida hacia el exterior perdida en sus proyecciones (así es
como llega el cliente; así es como el terapeuta vive) Es lo que en terminología budista se
llama Samsara.
De ahí el documento gráfico que sigue: la buena acogida que tuve en la Asociación
Gestáltica Parisina (que por cierto no se donde está)
En experiencias difíciles al cliente siempre le queda la ayuda del terapeuta sentido del
humor. “…Para dos días que vivimos…”. Y es que “El hecho de tomárselo todo tan en
serio resulta gracioso”. Cada uno sabrá lo que puede permitirse estresarse.
Por eso procuro buscarme interlocutores con los que siento afinidad, que refuercen mis
creencias, ¡es tan botito confluir intelectualmente!
- ¿Sabéis por que todas las tradiciones recomiendan el contacto con la naturaleza?
- Porque es natural.
La idea de que si me muestro (y más si estoy) serio, voy a parecer más fiable e
importante, es una fantasía que puede costar caro. Es agotador. Lo contrario puede tener
menos logros, pero es mucho más descansado.
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Hay un miedo al humor y proviene de que en el los puntos de referencia habituales se
desvanecen. La seriedad es una muleta que nos da tranquilidad; aparente y a un coste
elevado, pero tranquilidad.
Normalmente el cliente considera reales cosas que no lo son. ¿No es esto gracioso? Y el
terapeuta serio arguye…: “Pero para el lo son…” Y ya tenemos el lío armado. No es que
el terapeuta tenga o pueda saber lo que es importante o no para el cliente; si resonar a lo
que recibe y responder a ello. Pretender averiguar lo que es cierto y lo que no, también es
gracioso.
La risa puede ayudarnos a sentirnos cómodos en la inseguridad. No la habitual risa del
miedo o de la temeridad, la certidumbre de no saber a ciencia cierta, y que esto nos haga
gracia.
Esto es lo que me lleva a alquilar una vespa en el caos del Nápoles profundo (2008)…
De nuevo no estamos ante una panacea. Si ante una de las tres patas del trípode en el que
se puede sentar con seguridad el terapeuta. La ternura, la confrontación y el humor.
Sobre la segunda hay mucho escrito y dos factores que han modificado su aplicación. El
primero es que ha dejado de ser una novedad y los que nos enseñaron a confrontar lo
reducen al ámbito de las amenazas (que es lo que me pareció hacía Ada en Alicante, y
funcionaba), y posiblemente tenga que ver con que se han vuelto mayores.
Y la otra la aparición de Bert Hellinguer en suelo patrio. Algunos de los más fieles
seguidores del Proceso Fisher-Hoffmann conectaron con el Modelo de las
Constelaciones y empezaron a modificar algunas pautas de trabajo; creo más mi que en
actitud y presencia.
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Una de las cosas que más le sorprendió al Dalai Lama de occidente, es que le decían que
aquí había gente que se odiaba a si mismos. Y no digamos como se le quedó la cara de
susto cuando supo que había gente que odiaba a su madre.
Es que al hombre blanco hay que darle de comer aparte (y no seamos sexistas, a la mujer
también)
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ENTREVISTA CON OSKAR EKAI
En el 2001 solicité a Mireia Darder que fuera mi tutora en la Tesina para cambio de
membresía de la AETG. Cuando me preguntó el tema y le dije que quería investigar
sobre la Ternura y la Gestalt, me dijo que un compañero, Oskar Ekai, acababa de
presentar una tesina sobre el mismo tema, y que le había autorizado Vicens Olivè, mi
tutor en la Formación Gestalt.
Por aquel entonces coincidía habitualmente con Oscar en los Tallerres de Constelaciones
Familiares que organizaba el Institut. Le comenté mi interés de hacer una Tesina sobre el
mismo tema e inmediatamente me ofreció pasarme una copia, lo que hizo la próxima vez
que nos vimos.
Le comenté esta circunstancia a Mireia y ella me aconsejó algo que me ha sido muy útil:
“No leas la tesina hasta que no hayas llegado a tus conclusiones”.
Es probable que mi tendencia natural hubiera sido utilizar la Tesina en sus dos vertientes
posibles: “Como dice Oscar…”, y también “Donde dice, …digo…”.
Pues no, hasta febrero de 2008 no leí la tesina de Oskar. En ese momento me encontraba
en una playa del Caribe, en Santa Marta, en un hotelazo de todo incluido, con mi esposa,
en un descanso tras pasarnos quince días en Cali su entorno, su lugar de nacimiento y del
que partió con nueve años y al que no había regresado nunca. Ahora tenía 50 años.
“Es como regresar al paraíso perdido” le comento con perspicacia Marcelo Antoni
cuando le comentamos el viaje… Y así fue.
Fue tan intenso el recorrido que le propuse a mi mujer pasar la última semana que nos
quedaba, descansando, y así yo podría terminar el resumen de la Tesina, para el que me
habían otorgado una prórroga, dado el viaje en febrero.
En una playa desierta, vecina al terreno acotado y protegido del Hotel, entre cocoteros y
pudiéndome abastecer con facilidad de piña colada, me propuse leer la tesina de Oskar.
La lectura iba dejándome un poso de intranquilidad, casi de angustia. Algo muy mío, de
mi propio carácter, se iba haciendo patenten una versión muy específica: la del presunto
tramposo, o tramposo a secas, que por estar en proceso de cura, al verse pillado agradece
la crítica, y a partir de ahí se muestra vulnerable y con un grado máximo de aceptación
de la crítica con la esperanza implícita de que eso me ayudará a sanarme. El niño bueno
emerge buscando el perdón por sus engaños, dejando claro que estos eran inocentes y
bienintencionados.
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Quede claro que esto es un poquísimo por ciento del texto de Oskar. Es lo que a mi me
afectaba. Tenía que elegir: o el descanso después de la fuerte experiencia o estar
aprovechando no se sabe qué para no se sabe qué, aunque todo me lo había vendido y
justificado con mi habitual destreza.
Envié un mail diciendo que no podía atender ni siquiera el plazo de ampliación y que ya
veríamos al año siguiente. Que es este.
Después leí la tesina de Oscar con dedicación, con lupa y con distancia, haciéndola mía y
diciéndome “no soy yo”. Y un poso de angustia permanecía.
Entendí que tenía necesidad de hablar del tema con Oskar. Le llamé y le dije que iba a
Barcelona y que si podría recibirme para hablar de se Tesina, que yo seguía empeñado, y
necesitado, de sacar adelante la mía.
Me dijo que si. Le dije que iría a donde el me dijera ya que vive fuera de Barcelona, en
Blanes. Quedamos en su despacho. Mi amigo Javier Muro, (quien ha estado en el
trasfondo de este proyecto, y que con su mujer Montse, ambos Miembros Titulares de la
AETG, han sido quienes me han azuzado para no desfallecer en el intento tesinero), me
acompañó en su coche.
A la hora convenida allí estaba aguardando mi llegada. Javier, que le conoce, le saludó y
se fue.
Puse la grabadora en marcha. Me sentí cómodo, como ante alguien con quien se ha
realizado un largo trayecto juntos, percatándose cuando se está llegando al destino. Un
destino en el que el estaba desde hace seis años, que le pertenecía por derecho, y al que
yo estaba accediendo con la tensión de vislumbrar la meta.
Estaba orgulloso de estar allí, y yo lo vivía como un callado homenaje. Me descubría
gozando de un sentimiento de ternura y serenidad. Parecía como si algo estuviera
concluyéndose adecuadamente.
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O – A nivel escrito estoy haciendo ahora una revisión para una revistita que hace Juanjo
Díaz; estoy haciendo como un pequeño artículo de veinte folios, y ahí si que voy a hacer
una pequeña reflexión sobre lo que ha supuesto eso. Pero la verdad es que durante este
tiempo lo he hecho poco; la he utilizado mucho en cursos, talleres, y me ha servido
mucho como para poder ser más consciente quizá de dos cosas. Una de cómo utilizaba la
ternura antes, y otra de cómo la utilizo ahora.
Antes la utilizaba como una necesidad mía, personal, de falta de ternura, como de llenar
un vacío, y eso ha sido como una constante, al menos hasta el 2000, en una época
importante de mi vida; en cambio yo me doy cuenta ahora como, más que intentar recibir
ternura, es como en lo que se ha convertido es en vehículo con el otro y de darle amor al
otro. Como de sostener, de dar amor, y de dar amor por el mero hecho de trasmitir ese
afecto, ese estar ahí. Para mi ha sido como un cambio de cómo iba, utilizando la ternura
en mi beneficio, en cambio ahora es como que es un estar para el otro, un estar al
servicio. Es como que ahora siento que la ternura está al servicio de los otros. Y quizá
desde ahí cómo la ternura es ese vehículo de amor que conecta con lo más esencial de la
persona.
F – Es tan amplio todo lo que tocas en la tesina que también esto que me estás diciendo
está en ella.
O – Si pero quizá en la tesina, cuando yo lo ponía, era un inicio de algo que yo veía o
intuía, había empezado a sentir. Y después de la tesina, ahora es como un hecho
palpable, evidente y vivido. Creo que esa es la diferencia.
F – Estaba buscando yo ahora una frase que te dice alguien que es como que la ternura
no se hace, sino que surge.
O – Si, yo creo que la ternura fluye. Es una de las emociones básicas según la Susana
Blok; una de las seis emociones básicas con las que ella trabaja todo el tema fisiológico.
Es como que hay personas que tienen una disposición más fácil a unas emociones que a
otras y entonces yo creo que hay personas que no conectan con la ternura, que no les
fluye, en cambio creo que hay otras que según su carácter, su disposición, están más
cercanas. Creo que desde nuestros aprendizajes estamos más cercanos a unas emociones
que a otras. Lo que si que veo es que la ternura es una emoción que es como la argamasa
de los ladrillos, que facilita, que está entre medio o que puede ayudar a ver otras cosas
que no nos gusta tanto ver. Abre puertas de conectar con lo que no nos gusta, con esa
parte de sombra que generalmente tapamos.
F – Sería como que diera una confianza para llegar ahí.
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O – Sí, algo así. Es algo que fluye y es algo que hay gente que le cuesta mucho ponerse
en contacto con la ternura, porque le tiene miedo, porque está en contacto con otro tipo
de emociones.
F – Hay un añadido, que no es de la tesina, que me resultó muy curioso, y que me parece
que siendo tu el autor no te has percatado de la relación con tu tesina. Es tu artículo
“Terapia en el sofá de mi casa”, publicado en la revista anual de la AETG. Viendo la
foto (me encantaría poder usarla, podría hacer comentarios muy gráficos), leyéndolo,
usas la palabra ternura. La usas una vez y de una forma muy específica; dices: “por qué
no decirlo, una mirada de ternura aparecía en su rostro y en su alma”, refiriéndote a los
clientes a los que atendías en tu casa, sentado en tu sofá por estar impedido de ambas
piernas, te refieres a los clientes que te ven.
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O – Algo que complementa… Creo que cuando te muestras transparente puede
despertarse eso en el paciente. El trabajo sigue, por necesidad, y desde el límite.
F – Es algo tan vívido que haces ese comentario tan espontáneo.
¿Es cuando tu ves al cliente en una situación emocional parecida a la que tu padecías
físicamente lo que te facilita mostrarte tierno? Verle en sus límites, verle impedido, o es
eso y más cosas…
O – Cuando el otro está más en contacto con la vulnerabilidad o con el dolor o con la
situación que de alguna manera le angustia, le duele o le quiebra. Desde ahí si que de
alguna manera aparece una ternura quizá de sostén, de apoyo, de estar ahí, de que el otro
pueda ser capaz de… Como la ternura a mi me ayuda a sostener ese momento, y a la
persona le ayuda a poder también sostener ese momento de debilidad o de
vulnerabilidad, que le ayuda también a reconocerlo. Cuando no se está en ese momento
de vulnerabilidad, si que está la ternura como mirando la realidad del otro. Una de las
cosas que a mi me ayuda de la ternura es a tener menos prejuicios, menos juicios. Que
estoy ahí con lo que el otro trae. La ternura me ayuda mucho a no tener prejuicios.
F – Me da la impresión que bajo el concepto de ternura abarcaras cosas bastante
diferentes. Es lo que te despierta la persona y también puede ser un estado previo de
aceptación.
O – A mi me ayuda. No es esa ternura “blandiblu”. Es estar abierto al otro, a lo que
traiga, a lo que es, a como es.
F – En un poema de Salinas, en tu tesina, que habla de rendición. Ahí me es más fácil a
mi ver ternura, en mi caso sentirla, sea conmigo o con alguien. Lo otro lo veo más como
aceptación…
O – Si. Yo tenía más dificultades con esa gente más prepotente, más dura, que de alguna
manera me produce cierto rechazo. Me pongo más tenso o más en guardia, o más alerta.
Entonces yo sentía que conforme me ponía más alerta eso producía en el otro más
tensión y más de lo mismo. Y cuando yo me ponía en una posición más abierta, menos
tensa, y hablo de la ternura desde lo físiológico, de una disposición corporal más con el
cuerpo hacia atrás, como una respiración diferente. Y como cuando yo me pongo en esa
disposición ante ese tipo de personas, me ayuda a poder verlos, entenderlos, a poder estar
con ellos y poderlos acompañar. Y eso a ellos también les ayuda a conectar con esa parte
muchas veces que no quieren mostrar, que no quieren ver.
F – Es entonces para ti un concepto más global. A nivel mental te abre otras
posibilidades.
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¿Qué crees que hace que dentro de la gestalt la palabra ternura sea una palabra, como la
palabra amor que brillan por su ausencia?
O – Creo que en la gestalt hay emociones que trabajamos poquito. Trabajamos más con
la rabia, con el miedo, con la tristeza, pero con la ternura, con la risa, y con el erotismo,
trabajamos poco, como emociones. Y la ternura nos conecta con empezar a hablar del
amor. Creo que puede deberse a que la gestalt ha querido abrirse un hueco en el mundo
de la psicoterapia como algo serio. Te lo digo como reflexión de ahora. Y creo que nos
ha ido muy bien darle un contexto un poco teórico a través de Laura. La gestalt que ha
venido a España tenía que abrirse un espacio dentro de la psicoterapia, y entonces como
que no era muy serio hablar de ternura, o hablar de amor, como que había que hablar de
herramientas, de diagnóstico. Había que darle seriedad y entonces desde ahí. Estamos a
nivel de conciencia muy desde el poder y ahí necesitamos que no nos quiten y armarnos
de estructuras, de límites, de teorías para sostener eso.
Cuando hablamos de amor y de ternura también hablamos de espacios de confianza. Los
gestaltistas generamos esos espacios de confianza, en los talleres, en los encuentros, en
la Formación, pero cuando salimos de eso salimos conectando con la conciencia del
miedo a que no nos quiten lo nuestro y entonces desde ahí es cuando lo mostramos hacia
fuera hablamos muy poco de ternura y de amor.
F – Desde tu tesina… no ha salido nada en la bibliografía gestalt que haga referencia a la
ternura, y en toda la bibliografía clásica de la gestalt que consultaste el término no
aparecía en ningún caso.
O – Algo de Susana Blok, de Maturana. En “La sombra de la bailarina”, la tesis de una
chica de Madrid; y ahí dentro de su proceso se entrevee. De gestalt, gestalt, nada. Hay
una chica de Alicante que había hecho un Taller sobre la Ternura…
F – (Le comento el libro de Claudio) No se si tiene que ver con el reposar, con la edad.
Esto no se lo he comentado a Claudio.
O – Yo creo que la ternura cura. Cuando conectamos con la ternura conectamos con
aquel bebé, que despierta esa ternura, esa paz. Eso nos cura. El abuelo también genera
ternura y está muy contacto con el niño. La ternura conecta, no con el hacer mental sino
con el estar y al conectarte con el estar te conecta con el ser.
Cuando ofrezco a centros un taller sobre la ternura, me sorprendo cuando me trasmiten
algo como que “eso se ventila en dos horas” cuando da para doce horas y para más,
cuando puede ser un trabajo muy potente, muy curativo. Se trabaja poco desde el
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concepto, en la gestalt se trabaja, está presente en muchos momentos. La ternura tiene el
peligro de “quedarte pegado”.
F – Eso ya será otra cosa…
Hubo toda una parte de tu tesina que me fue difícil. Dime si quieres entrar ahí… Que me
fue difícil de soportar emocionalmente. Leyendo, me daba la sensación que había
personas que te maltrataban. Y que tu lo encajabas más con estoicismo que con
respuesta. A sugerencia de un entrevistado, le dices si, y te hechas tierra encima.
Leyendo me despertaba congoja. Me he perdido con ese tema. Yo me decía ¡joder!, o es
muy buena persona, o no se entera, o pasa porque es el entrevistador… ¿me entiendes lo
que te quiero decir?...
O – Si, si, si… y además yo creo que eso no sólo me pasa en las entrevistas… No se si
me pasa, me pasaba o me sigue pasando… Yo creo que eso es algo muy nuclear en mi,
en el carácter, y creo que tiene que ver con el no ser consciente o como que esa es mi
forma de evitar el dolor de ser consciente de que me están maltratando.
F – Ya, pero es una forma de evitar el dolor machacándote. Yo como lector… es como si
permitieras… estabas haciendo un trabajo muy importante y ¿cómo le dabas tanto poder
a esas personas?...
O – No se si ahora lo hago tanto, pero si soy una persona a la que le gusta estar cerca del
poder, y luego el poder me machaca. Y eso tiene que ver con mis padres. Un maltrato
que no veo para no conectar con el dolor. Después de hacer la tesina es una de las cosas
con las que he conectado; con ese dolor, con ese maltrato y como desde ahí poderlo
enfocar de otra manera; como poder estar más atento. Pero muchas veces se me cuela.
Hace sólo unos tres años me he dado cuenta de todo esto de una forma clara.
F – Lo reflejas con una honradez… joder! Vaya transparencia.
O – Quizá no me daba cuenta en ese momento. Después si. Cuando lo redactaba y lo
releía lo dejaba… Para mi la tesina era un trabajo de transparencia, como de abrirme, y
desde ahí si que era consciente. Ahí estoy. Yo a veces funciono así, con una
transparencia en muchos sitios, y también con esa inconsciencia de que muchas veces es
que recibo maltratos que no se de donde me vienen, y los soporto, los aguanto, los tolero,
y de ahí me voy a otra cosa. Y eso me ha pasado mucho. Ahora me doy cuanta del dolor
que hay detrás de eso, y como aguanto ese dolor, y la tristeza que me produce. Me
vienen dos cosas, ya sea el amor que le tengo a esa persona y el ¿qué pasa ahí que el otro
me maltrata? Y me digo ¿qué he hecho mal, en qué no he sido claro?
F – Te lo vuelves a echar a ti!... Yo tengo más miedo, salgo por piernas… ¡!
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Ahora me doy cuenta de que también puedo estar aquí en un intento desagravio por las
cosas que pudieron pasar y como yo influí para que no vinieras a autorizar una
Formación en Mallorca… Por tener una imagen de quién quería que viniera. Y vino en
tu lugar Francesc Codina y ha sido muy importante para mí.
O – Yo pienso que la gente va de buenas. Si meto la pata y con eso te hago daño a ti es
desde la pura inconsciencia. Conecto en que yo soy así.
Me tomo el que hayas venido hasta aquí como un reconocimiento.
F – Qué menos. Yo me he metido en este tema por consejo de alguien que sabe que soy
más duro que el alcoyano. Entenderás que al leerte me conmoviera y a la vez rebotara.
Estoy aquí, en Blanes, como un reconocimiento a tu trabajo. Javier me ha acompañado.
Nada estaba planeado. Francesc, que ocupó el lugar que esperabas para ti como tutor en
Palma, terminó el grupo y murió… Estoy en un contento que aúna alegría y tristeza, una
de las variantes de la serenidad…
Gracias, ha sido importante para mi.
O – Y para mí.
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Y me viene la fantasía de encontrarme en algún momento con Ada o con Pedro y
escuchar el momento. Su presencia ha sido ya para mi experiencia de Ternura.
Pedro, gracias por la alfombra. Espero que el sonido de mis aplausos se pierda en la
unanimidad del reconocimiento cuando vivas tú Cambio de Membrecía en Mallorca.
Mira por donde: posiblemente yo pase a ser Miembro Titular y tú seguro, Miembro de
Honor. Para que veas como elucubrando me divierto sólo, detectando al pelo sincronías.
La barca está correctamente calafateada para la nueva andadura; y no me olvido del
pozal, para achicar el agua que seguro va a filtrarse.
ULTIMOS VERSOS…
Lo llamo así porque si he empezado con el bebé y el maternaje, ahora voy a hablar de la
muerte.
Convenía en deducir el porqué es muy habitual que, los bebés, los niños pequeños
despierten espontáneamente ternura al contemplarlos, tenerlos cerca. No está de más
repetir aquí que el bebé es un ser totalmente indefenso. Su incapacidad de supervivencia
es absoluta. El medio les es tan ajeno y hostil que por si solos no sobreviven: son la viva
imagen de la derrota. Llenos de vida están derrotados ante la realidad (pág. 22).
Creo que la propuesta sería más aceptada si entrecomillase “derrota” y arguyese que es
una metáfora de la indefensión.
Y no lo hago.
La intención es que se entienda con mayor claridad mi propuesta de que la ternura
genuina surge de la derrota. Tanto para el terapeuta en acogerse a la petición de ayuda y
adiestrarse en el autocuidado, como en el cliente que al mostrarse derrotado ante la vida
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como se muestra, dimitiendo de su insistencia de que no merece, no es justo, el otro
tendría que… Siendo capaz la supervivencia material no lo es a la supervivencia mental
y emocional. Se encuentra tan desvalido, tan derrotado como el bebé.
Cuando se trabajan pérdidas, los duelos, tanto personalmente como en grupo, y yo diría
que especialmente en grupo, se experimenta claramente, se vive, el dolor, la derrota de
aquello que hubiéramos querido de otra manera.
Y digo que “especialmente en grupo”, en los grupos de apoyo del duelo, porque la
conmoción que se vive por la resonancia del dolor ajeno, puede llevar a la persona a una
mirada y presencia de ternura ante el que sufre y ante el propio dolor.
La pérdida abarca todo que queríamos que estuviera y no está, fuera y no es, etc. Y no
hay otra actitud que la ternura. Ni otra facilidad que la ternura. Ni otra adaptación que la
ternura, ni otra práctica de amor que la ternura.
Una ternura no invasiva, no dirigista. Hasta entregar un kleenex tiene su procedimiento.
Cuenta Lluis que Elisabeth Küble-Ross, llegó a experimentar que lo más adecuado era ni
siquiera darle la mano al moribundo inconsciente, sino poner su mano junto a la del
moribundo, con un mínimo de contacto, esperando, si se daba, a la respuesta para
después coger la mano y hasta llegar a abrazar. La resonancia, en estos casos extremos,
es una destreza importante. Y con los bebés es algo parecido.
El contacto a través de las pérdidas, de la derrota ante la realidad de la pérdida, crea un
clima que facilita una ternura auténtica.
Este no es un último capítulo por pura estrategia. Hoy es domingo 30 de marzo 2008, y
mañana voy a imprimir, encuadernar y enviar este texto.
A las dos de la tarde terminaba, bailando “El corro de las patatas”, el Taller de Duelo que
ha impartido este fin de semana Lluis Camino en mi escuela de gestalt, como docente del
Institut Gestalt (un monográfico incluido en el último curso de la Formación en Gestalt).
El observador de esta Formación no ha podido asistir y me ofrecí para auxiliarle como
observador, y que el grupo tuviera también alguien en contacto con la escuela.
Ha sido un auténtico lujo. Me ha comentado que por primera vez no ha ofrecido nada de
teoría. Todo ha sido vivencial, muy sanador. Quiero simplemente ilustrar esta
manifestación con una foto del “Altar de Luz” que los alumnos construyeron el sábado
por la mañana con sus propias vivencias.
Algo que facilita ese espacio de encuentro es la creación dentro del grupo mayor de
GAM: Grupos de Apoyo Mutuo; en este caso cuatro grupos de cuatro personas en el
grupo total de 16. Cada grupo tenía un facilitador, y los cuatro facilitadotes, cuya misión
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era ayudar a observar las reglas del GAM, se reunían periódicamente con Lluis. Y para
redondear la dinámica, Lluis y yo hemos tenido encuentros de apoyo, de expresión de
nuestro estado actual con nuestros duelos.
El “decálogo” de actitud de las personas que forman el GAM se basa en la escucha
activa.
Esta actitud es la que Lluis tiene en sus Talleres, y le he oído decir que a partir de este fin
de semana en Palma, de una forma más consciente; con una gran austeridad: al servicio
de la necesidad de quien trabaja su duelo y con plena confianza en su autorregulación
organísmica.
Un amigo muy especial para ambos, fue y sigue siendo un vínculo de ternura entre
nosotros: Javier Doncel. Javier, mi querido amigo y compañero den la Formación de
Gestalt en el Institut, murió de sida antes del primer Taller de Lluis en Mallorca. Javier
fue compañero de Lluis en un largo trayecto de aprendizaje de Talleres de Duelo,
haciendo talleres juntos. A Lluis le hablaba de un tal Frederic, a mí de un tal Lluis.
99
Mi afinidad y experiencia de amistad y ternura con Javier provenía de la derrota, el por
su lado, y o por el mío, ante tantas pérdidas vividas por ambos. Un vínculo, el de esta
derrota, que nos facilitó tratarnos con cuidados.
Hoy (domingo 31 marzo 2008), mientras comía con Lluis, nos hemos encontrado con
Hilli y con Matilde, dos de las alumnas del grupo de Francesc (están aquí sus testimonios
del Taller con G.). Ahí me he dado cuenta de que la noticia de la enfermedad de
Francesc se dio inmediatamente después del Taller de Duelo con Lluis (2006), y como
esto facilitó el encuentro entre nosotros, los pequeños rituales, la luz, y sobre todo la
mirada tierna entre nosotros. La ternura nacida de compartir la perdida.
Si la mirada y la actitud del terapeuta contiene conscientemente esta obviedad (que sea
obvio no facilita mantenerlo en la conciencia, debe haber un adiestramiento añadido) la
relación terapéutica tiende con más facilidad hacia lo más nuclear.
Será verdad aquello de que hay que atravesar el dolor para encontrar el amor.
Será verdad que hay que ceder ante la derrota para encontrar la ternura.
Y puede hasta resultar eficaz terapéuticamente.
Teniendo presente el humor, cuado surge espontáneamente, y la capacidad de confrontar
al cliente, como pequeñas catarsis.
100
APENDICE
Pág,: 18. En una ocasión asistí a una conferencia sobre la experiencia espiritual que vivió
un hombre en India durante la década de los sesenta. Nos contó que estaba
absolutamente dispuesto a librarse de sus emociones negativas: luchaba contra la ira y la
lujuria, luchaba contra la pereza y el orgullo, pero sobre todo quería liberarse del miedo.
Su profesor de meditación le decía una y otra vez que dejase de luchar, pero él
consideraba que aquello no era más que otra manera de explicarle cómo superar los
obstáculos.
Finalmente, el profesor lo envió a meditar en una pequeña cabaña al pie de las montañas.
Él cerró la puerta y se dispuso a comenzar con la práctica; al llegar la noche, encendió
tres pequeñas velas. Hacia medianoche oyó un ruido en una esquina de la habitación y en
la oscuridad pudo distinguir una gran serpiente. Estaba justo delante de él,
balanceándose, y le miraba como una cobra real. Estuvo toda la noche totalmente alerta,
manteniendo los ojos en la serpiente: tenía tanto miedo que no podía ni moverse. Sólo
estaban él, la serpiente y su miedo.
Justo antes del amanecer se apagó la última vela y él empezó a llorar, pero no lloraba de
desesperación, sino de ternura. Sintió el anhelo de todas las personas y animales del
mundo; conoció su lucha y su alienación. Todas sus meditaciones no habían sido más
que lucha y separación. Entonces aceptó –verdaderamente aceptó de todo corazón- que
era iracundo y celoso, que se resistía y luchaba, y que tenía miedo. También aceptó que
era un ser precioso más allá de toda medida: sabio y estúpido, rico y pobre, y totalmente
insondable. Se sentía tan agradecido que se levantó en medio de la oscuridad total,
caminó hacia la serpiente y le hizo una reverencia. A continuación se tumbó en el suelo y
se quedó profundamente dormido. Cuando despertó la serpiente había desaparecido.
Nunca supo si se lo había imaginado o si realmente había sucedido, pero no parecía
importarle mucho. Como dijo al final de la conferencia, el contacto íntimo con el miedo
hizo que sus dramas personales se colapsaran y finalmente el mundo que le rodeaba
pudo llegar hasta él.
101
Pág.: 23. En cualquier caso, cuando nos desfondarnos y no podemos encontrar nada a lo
que agarramos, sentimos un gran dolor. Es como el lema del Instituto Naropa: «El amor
a la verdad te pone en el sitio» Puede que tengamos una visión romántica de lo que eso
significa, pero cuando la verdad nos tiene clavados, sufrimos. Nos miramos en el espejo
del baño que refleja nuestros granos, nuestro rostro que revela de paso de los años,
nuestra falta de bondad, nuestra agresión y timidez... todo ese material.
Aquí es donde entra en escena la ternura. Cuando las cosas se muestran inestables y
nada funciona quizá nos demos cuenta de que estamos a punto de entrar en algo. Tal vez
entendamos que es un lugar muy tierno y vulnerable, y que la ternura puede ir en
ambos sentidos. Podemos encerramos en nosotros mismos y estar resentidos o podemos
entrar en contacto con esa cualidad palpitante: Definitivamente, hay algo tierno y
palpitante en la sensación no tener dónde agarrarse.
Pág,: 26. La vida es un buen profesor y un buen amigo. Si podemos tomar conciencia de
ello, las cosas siempre están en transición. Las cuentas nunca salen como solemos
prever. El estado de descentramiento, de tránsito, es la situación ideal, una situación en
la que no estamos atrapados y podemos abrir el corazón y la mente más allá de los
límites. Es un estado de cosas tierno, no agresivo, de final abierto.
Quedarse en ese temblor -quedarse con el corazón roto, con el estómago revuelto, con el
sentimiento de desesperanza y el deseo de venganza- es el camino del verdadero
despertar. Permanecer en esa incertidumbre, Pillarle el truco a relajarse en medio del
caos, aprender a no caer en el pánico, ese el camino espiritual. El camino del guerrero es
prender a pillarnos a nosotros mismos, a atrapamos suave y compasivamente. Nos
pillamos un trillón de veces y cada una de ellas, nos guste o no, caemos en el
resentimiento, la amargura o la indignación autosuficiente; nos tensamos incluso cuando
percibimos una sensación de alivio y cuando estamos inspirados.
Pág.: 45. Recibo muchas cartas de “la peor persona del mundo”. A veces son cartas de
una persona que envejece y siente que ha perdido su vida. Otras veces se trata de una
adolescente suicida que está pidiendo ayuda. Las personas que lo pasan así de mal
pueden tener cualquier edad, forma o color y lo que todas ellas tienen en común es que
no sienten amor compasivo por sí mismas.
102
Pág.: 46. Se dice que no podemos alcanzar la iluminación, por no hablar de sentirnos
felices y alegres, sin ver quiénes somos y lo que hacemos, sin damos cuenta de nuestros
patrones y hábitos. A esto se le llama maitri, a desarrollar la amistad incondicional y el
amor compasivo hacia nosotros mismos.
… el truco, en este caso, consiste en practicar la suavidad y en saber soltar (47)
Pág.: 51. La forma de disolver nuestra resistencia a la vida es encontramos con ella cara
a cara. Cuando nos sentimos molestos porque la habitación está demasiado caliente,
podemos entrar en contacto con el calor y sentir su fogosidad y su pesadez. Cuando nos
sentimos molestos porque la habitación está demasiado fría, podemos contactar con el
frío y sentir cómo nos hiela. En lugar de quejamos de la lluvia, podemos sentir su
humedad. Cuando nos preocupamos porque el viento hace temblar nuestra ventana,
podemos conectar con él y escuchar sus sonidos.
Podemos hacemos el regalo de soltar nuestras expectativas porque no existe cura posible
para el frío o el calor, seguirán presentándose siempre. Cuando hayamos muerto, el flujo
y reflujo, las olas del mar, de día y la noche continuarán, así es la naturaleza de las cosas.
Ser capaces de apreciar, ser capaces de mirar de cerca, ser capaces de abrir nuestra
mente: ése es el núcleo de maitri.
Pág.: 52. Practicar el amor compasivo hacia nosotros mismos parece una buena forma de
empezar a iluminar la oscuridad de los tiempos difíciles.
Pág.: 56. Refrenarse es la forma de hacerse amigo de uno mismo al nivel más profundo
posible. Podemos empezar a relacionamos con lo que está debajo de las burbujas, de los
pedos y eructos, de todo el material que se expresa como rigidez, control,
comportamiento manipulativo o lo que sea. Por debajo de todo eso hay algo suave, muy
tierno, que experimentamos como miedo o nerviosismo.
Pá.: 116. La acción compasiva, estar ahí para los demás, ser capaz de hablar y de actuar
de manera comunicativa, empieza por ver cuando nos damos la razón o nos la quitamos.
En este punto concreto podemos considerar el hecho de que hay una alternativa más
amplia que esa disyuntiva, un lugar más tierno y tembloroso en el que podemos vivir.
103
Pág.: 118. Despertamos la bodichitta, la ternura por la vida, cuando ya no podemos
escudarnos de la vulnerabilidad de nuestra condición, de la fragilidad básica de la
existencia. En palabras del decimosexto Gyalwa Karmapa: «Te 1o metes todo dentro.
Dejas que el dolor del mundo toque tu corazón y lo conviertes en compasión»
Se dice que en los momentos difíciles lo único que cura es la. Bodichitta. Cuando la
inspiración se oculta, cuando estamos apunto de rendirnos, en ese momento podemos
encontrar la curación en la ternura del dolor mismo. Es el momento de tocar el
corazón genuino de bodhichitta. En medio de la soledad, del miedo, en medio de la
incomprensión y el rechazo, está el latido del corazón de todas las cosas, el auténtico
corazón de la tristeza.
Pág.: 121. Siempre podemos descubrir el corazón despierto, no es algo que requiera una
preparación especial ni por lo que haya que luchar. En los momentos de vulnerabilidad,
cuando aún no tenemos una estrategia formada y dudamos de qué camino tomar, la
bodhichitta siempre está presente. Se manifiesta como apertura básica, a la que los
budistas llamamos shunyata. Se manifiesta como ternura básica, como calidez
compasiva. Cuando nos movemos como si esperásemos ser atacados, la bloqueamos. La
bodhichitta. emerge cuando liberamos la tensión entre esto y aquello, la lucha entre
nosotros y ellos.
Pág.: 122. La bodhichitta despierta la ternura, por eso no podemos usada para tomar
distancia. Tampoco podemos reducirla a una abstracción sobre la vacuidad esencial del
dolor, no podemos evadirnos diciendo: «No está ocurriendo nada y no hay nada que
hacer.»
Pág.: 133. Cuando nos estamos educando en el arte de la paz no se nos promete que,
dadas nuestras nobles intenciones, conseguiremos nuestros objetivos. De hecho, no se
puede que las enseñanzas vayan a dar fruto. En lugar de ello se nos anima a mirar
profundamente a la alegría y el dolor, a la risa y al llanto, a la esperanza y al miedo, a
todo lo que vive y muere. Aprendemos que lo verdaderamente curativo es la gratitud y
ternura.
104
Pág.:153. …Podemos quedamos allí, expuestos, sin saber qué hacer, simplemente
permanecer en el sitio con la energía cruda y tierna del momento. Ése es el lugar en el
que empezamos a aprender el significado que hay detrás de los conceptos y las palabras.
…
Estamos en continuo cambio. Podemos apegamos a nuestra seguridad o podemos
exponemos como si acabáramos de nacer, como si acabáramos de surgir al resplandor de
la vida y estuviéramos totalmente desnudos.
105
VIOLENCIA Y TERNURA de Juan Rof Carballo (15)
EDITORIAL PRENSA ESPAÑOLA
Colección “Vislumbres”. Nº 1
Madrid, 1967 (Depósito legal: año 1966)
106
Pág.:12-13.
(Ausencia de Ternura)
Paralelamente a este interés por la agresividad ha ido también creciendo el interés por la
ternura. Cualidad antes apenas atendida o desdeñada, pasa al primer término desde el
momento que se descubre que el hombre debe su grandeza a su extrema invalidez
cuando nace, prematuramente, y a la necesidad que tiene de ser tutelado y acariciado.
Cada día toman más incremento los estudios sobre las consecuencias que tiene para la
salud mental y física del hombre la carencia de afecto en los primeros meses de la vida.
esto es la ausencia de ternura en las fases iniciales de la existencia. A su turno, los
biólogos y los zoólogos, después de haber descubierto la importancia que tiene la
“experiencia temprana” en la vida de los animales», y el llamado “troquelado” es decir,
las influencias que los progenitores ejercen en un período muy precoz de la vida
(“períodos críticos”) sobre su conducta anterior, hacen también una serie de hallazgos
sensacionales. Observan que los animales que no son «acariciados» o «manipulados» en
los primeros instantes de la vida muestran más tarde una serie de alteraciones biológicas
que van desde la menor resistencia a una serie de agentes nocivos, virus, etc., o a la
implantación de células cancerosas, hasta respuestas anormales y antieconómicas a toda
suerte de injurias y de esfuerzos excesivos. Paralelamente Spitz, un conocido
investigador de estas cuestiones, encuentra en los hijos de madres que por anomalía
psíquica han tenido horror inconsciente a acariciarlos, con extraordinaria frecuencia un
eczema pertinaz, rebeldísimo. La caricia, elemento humano que hasta nuestros días sólo
había preocupado a los poetas, comienza a convertirse, desde Kunz, en fenómeno digno
de estudio por filósofos, biólogos, psicólogos y educadores. El miedo que el hombre
tiene a la ternura y que con bella concisión señaló Rilke en los versos que sirven de lema
a este libro, parece que empieza a ser vencido. Pues lo cierto es que la ternura ha sido
hasta ahora siempre disimulada, escondida, y cuando do no ha habido más remedio que
estudiada esto se ha hecho disfrazándola de otra cosa; llamándola serenidad, sosiego,
sabiduría, tutela, aflujo de estímulos aferentes y algunas cosas más. Yo he preferido
analizarla con su nombre más conocido: ternura. Así como he preferido el de violencia a
la palabra agresividad, que da siempre lugar a confusión. Ya que la agresividad puede
comprenderse en un sentido muy amplio, como simple necesidad de afirmarse el
hombre frente a la naturaleza o a sus enemigos, como lo que los anglosajones denominan
«assertiveness» lo que en último término no expresa más que una necesidad de
107
crecimiento de las aptitudes humanas, de expansión y, en un momento determinado
resulta difícil diferenciar de lo que llamamos «actividad».
Se ha sugerido que “hostilidad” sería un mejor término…
Pág.: 15
(Carencia de Ternura)
… En el segundo caso se admite que la agresividad nace siempre como reacción a algo:
o bien a otra agresión, o a una enseñanza de los progenitores o, sobre todo, a una falta
de afecto, es decir, a una carencia de ternura. El error hemos de ver que radica en pensar
que el hombre o el animal pueden concebirse como seres aislados que luego se juntan o
reúnen en grupos, rebaños, familias o sociedades. Este ser aislado no existe nunca ni
puede existir. Desde su nacimiento, tanto el animal como el hombre, pero éste en medida
mucho más superlativa que el primero, son terminados, es decir, acabados de constituir
en sus más profundas estructuras por la acción tutelar de alguien del grupo, e
incorporados a este grupo corno parte de su trama. Todo ser vivo en el momento de
nacer está necesitado de completarse. Lo que le completa injertándose sobre él y
acabando de constituirle es el grupo social.
De ahí que el hombre, en sus profundidades, no pueda entenderse bien sin prestar
atención y oído a aquello que le completa. Primero a lo que, siendo invadidísimo infante,
urdimbre sin cerrar, le ha completado con la trama del grupo que le acoge, es decir, la
madre y la familia. Pero después, más tarde, con aquello que él, inconscientemente, ha
buscado que le complete, el grupo en el que se inscribe o inserta . o en el que, por las
vicisitudes de la vida, nos aparece incrustado. El cual, como en esos dibujos empleados
por la psicología de la forma que mirados de una manera parecen una copa y de otra dos
perfiles que se afrontan, diseña de manera que hasta ahora le resultaba imperceptible al
observador, la psicología más entrañable y escondida del ser humano. La que, por tanto,
no puede ser conocida y valorada más que tras una sutilísima observación, a la vez muy
fácil y enormemente difícil, del juego social dentro del grupo familiar.
Pág.: 110
(Actitudes de Ternura)
La «señal» biológica capaz de frenar con más fuerza la violencia es la «infantilización» o
el «aniñamiento» del contrincante. O bien, en la hembra, las actitudes del cortejo sexual
que tienen de común con este «aniñamiento» ser actitudes de la ternura. Pero, por obra
108
parte, hemos visto cómo esta inhibición que .la agresividad experimenta al
entremezclarse con ella íntimamente la ternura puede súbitamente desaparecer,
precisamente en la amistad o en el amor aparentemente más entrañables, y quedar
entonces la agresividad desinhibida, liberada, de nuevo llenándonos de estupor por
desatarse ahora con increíble e insospechada violencia. (¿?)
Pág.: 133
(Violencia de la Ternura)
… En lugar de desarrollarse sobre mutaciones de seres cada vez más fuertes y violentos,
de manera paradójica lo que la evolución ha ensayado es un camino mucho más audaz y
que, a la larga, se ha demostrado más fecundo. Paulatinamente, la selección lo que fue
escogiendo no fue al animal más fuerte, sino aquél que, por el contrario, tenía una
infancia más inválida y prolongada. Esta invalidez prolongada alargaba e intensificaba el
aprendizaje; fue en un cerebro cada vez más inmaduro sobre el que se desarrolló la
evolución históricamente condicionada, esto es, la evolución sociogenética. La dureza
del medio no seleccionaba a los animales genéticamente más robustos y poderosos, sinó
a aquéllos que, por haber nacido con mayor invalidez, podían haber adquirido de sus
progenitores e incorporado a su cerebro habilidades y aptitudes que les tornaban más
diestros para eludir los peligros, las asechanzas de los enemigos y sortear las
inclemencias de la naturaleza. Lo que fue seleccionado no fue un cerebro primitivamente
más poderoso, sino un cerebro que podía, por el aprendizaje y por la transmisión de lo
aprendido, adaptarse con más plasticidad a las circunstancias reinantes en cada localidad
y en cada período histórico.
…
Pág.: 138-139
Veamos un poco más despacio lo que con ésta Ocurre. La unidad madre-niño tiene como
resultado que el futuro ser «incorpora» los hábitos de la madre y, a través de ella, unas
pautas cultura1es. Quiéralo o no el niño, ha de ser como los demás van a hacerle. De
manera forzosa, si quiere subsistir y tener inteligencia para desenvolver su vida, ha de
ser modelado a través de la ternura, tal como han sido modelados en la tradición de la
tribu o de la familia sus progenitores. Su visión del mundo, sus reacciones primarias ante
las cosas, sus reflejos más primitivos, sus hábitos, sus creencias, su disciplina, sus
inhibiciones van a ser las que los demás le inculquen, no más tarde en el período de
enseñanza o de iniciación religiosa, sino desde el primer momento, con ese lenguaje
109
indeleble y secreto de las primeras caricias. Es decir, con el lenguaje de la ternura. Por
consiguiente, llegamos a la conc1usión realmente sorprendente de que si la agresividad,
como habíamos visto después de los estudios de Lorenz en barbos y en patos, de manera
paradójica puede convenirse en solidaridad, en amistad entrañable, en una palabra, en
ternura; ahora, la ternura descubre en su última y radical esencia una constitutiva
agresividad.
Ya no se trata de esa agresividad que concluía en la violencia y que los estudios de
Laureta Bender nos enseñaban que se produce siempre por una carencia afectiva
profunda y aterradora en los niños de hogares abandonados o en los niños sin hogar,
criados en medio de una indiferencia emocional o sometidos a violentas tensiones
agresivas entre sus progenitores. Ni tampoco de otra agresividad, ésta más sutil, que se
va acumulando inconscientemente; como luego veremos, en el niño sobreprotegido, en el
niño aparentemente criado con demasiado afecto, pero que no tarda en darse cuenta de
que, a través de este afecto, él se ha convertido en instrumento u objeto de tensiones
emocionales insatisfechas de la madre. Por ejemplo, en el caso tan frecuente en que ésta,
descontenta en su vida marital, utiliza al hijo para compensar gracias a él sus problemas,
de manera inconsciente. También aquí el exceso de ternura desencadena una agresividad,
agresividad de otro tipo que la agresividad manifiesta, iracunda y destructora del niño
con carencia afectiva: agresividad ahora sorda y reprimida, pero, al fin y al cabo, en el
fondo, agresividad.
Observemos que aun en el caso que podríamos llamar normal, en que el niño recibe la
ternura adecuada y justa, no puede eximirse esta ternura de su radical condición de ser
limitativa, un poco aprisionadora. Su prisión, es cierto, es la que, más tarde, va a permitir
al hombre el juego de la fantasía y su liberación de toda rutina por la actividad de una
inteligencia bien desarrollada. Es, por tanto, la dulce prisión que la ternura determina una
prisión liberatriz, pero, al fin y a la postre, prisión.
Para quienes encuentren interesante lo que se dice en el libro, aconsejarles las páginas:
110
DEPENDE DE TI (22)
CAPÍTULO 16
TENER SENTIDO DEL HUMOR.
Todos podríamos recurrir más al humor en nuestras vidas. Tener sentido del humor no
significa reírse y estar alegre continuamente. Significa ver la naturaleza ilusoria de las
cosas, así como ver que, en esta vida ilusoria, siempre nos tropezamos con las cosas que
intentamos evitar a toda costa. . El humor nos permite ver que a un nivel último las cosas
no tienen sentido. Lo único que realmente tiene sentido es soltar todo aquello a 10 que
seguimos aferrados. Nuestra mente del ego y nuestras emociones son una ilusión
dramática. Evidentemente, todos sentimos que son reales: mi drama, tu drama, nuestros
enfrentamientos. Estos elaborados guiones los creamos nosotros y luego reaccionamos
ante ellos. ¡Pero no hay nada de todo esto que realmente ocurra, fuera de nuestra mente!
Se trata de la broma cósmica del karma. Puedes reírte de la ironía de todo o puedes
seguir fielmente el guión. Tú eliges. Es preciso afrontar todos los aspectos de nuestras
vidas con sentido del humor, incluso los aspectos positivos como el bienestar, la armonía
y la tranquilidad. Cuando nos tomamos estas cosas con demasiada seriedad, la alegría se
convierte en dolor, la tranquilidad acaba por fastidiar y la armonía se vuelve artificiosa.
Para poder disfrutar de una armonía, una paz y una alegría auténticas, necesitamos
abrirnos camino por entre la seriedad con sentido del humor. El sentido del humor no
puede describirse con palabras. Surge en nuestro corazón y una sonrisa aparece en
nuestro rostro o una carcajada sale de nuestra boca. Nos proporciona una visión y una
perspectiva nuevas de todo. También puede ser un gran amigo, a veces nuestro único
amigo. En tiempos especialmente difíciles, en los que todo el mundo nos ha dado la
espalda, siempre nos queda el sentido del humor. No tenemos que tomarnos esta vida tan
breve –con sus padres, madres, maridos, esposas, amantes, hijos, trabajos y dinero- tan
en serio. En realidad, el hecho de tomárselo todo tan en serio resulta gracioso.
Especialmente cuando sabemos que finalmente tendremos que desprendemos de todo y
dejar esta vida «como un pelo al que se saca de la mantequilla», como dice el dicho
tibetano. Emplearíamos bien el corto tiempo del que disponemos en este mundo
intentando despertar de la seriedad.
¿RESULTA VERDADERAMENTE TAN ÚTIL LA SERIEDAD?
Hay muchas cosas que podríamos lograr en esta breve vida humana. Podríamos llegar a
comprender efectivamente la naturaleza de la realidad y la verdad de los fenómenos,
111
incluidos nosotros mismos. ¿No resulta entonces ridículo tomarse tan en serio el hecho
de llevar una mal…., de conducir un BMW o de hablar con nuestros amigos por el
teléfono móvil? Habrá un momento en que tendremos que decir: «Vale, ya basta.» Esto
no significa que ignoremos nuestra mente y emociones ni que no nos Ocupemos de las
cosas ni hablemos de ellas. Significa simplemente preguntamos a nosotros mismos si la
seriedad resulta verdaderamente tan útil.
La seriedad puede llegar a ser una maldición. Incluso antes de levantamos de la cama por
la mañana ya empezamos a planificar nuestra jornada, porque si no la planificamos
puede que nos quedemos ahí tumbados y acabemos por no hacer nada. Entonces nuestro
jefe nos despediría, nuestra pareja nos consideraría un desastre y todo el mundo pensaría
que somos pésimos para la vida práctica. ¡Y puede que estuviésemos de acuerdo! Es
obvio que debemos planificar mínimamente las cosas, pero cuando nos lo tomamos
demasiado en serio lo único que conseguimos es atormentar nuestra mente y nuestro
cuerpo, además de desperdiciar todo un valioso día sintiendo estrés, dolor y confusión.
Cuando nos despertamos por la mañana, los pensamientos y sentimientos emergen de
forma natural. De nosotros depende lo muy en serio que nos los tomemos. . Algunas
personas realmente no se toman las cosas muy en serio; incluso puede parecer que estén
un poco colgadas. Pero lo cierto es que a lo largo del día estas personas someten su
mente y su cuerpo a mucho menos estrés que las personas que se lo toman todo muy en
serio. Esto no quiere decir que debamos ser irresponsables. Simplemente significa que
puede que necesitemos ver la verdadera dimensión de las cosas y adoptar una actitud
más positiva.
Adoptar una actitud positiva no significa tener sólo buenos pensamientos. Significa no
dejarse atrapar por la seriedad de todo aquello que hacemos, oímos, vemos, sentimos y
con lo que nos relacionamos. Personalmente, yo estoy muy cansado de ser tan serio; de
hecho, estoy exhausto. Pero la solución no pasa por dejar tiradas las cosas que nos
tomamos tan en serio. Eso no sirve de nada. Lo que ayuda es tomárselo todo con más
ligereza y sentido del humor.
Cuando te encuentres bloqueado en la seriedad –aunque sea tu karma ser una persona
muy seria simplemente sal de ella. Esta es una práctica muy profunda.
LA PRÁCTICA DEL SENTIDO DEL HUMOR
Al igual que un anciano que observa cómo juegan los . niños, necesitamos ver a través
de nuestra propia seriedad. No importa lo muy en serio que los niños se tomen . sus
juegos, el anciano se divierte y ni por un instante los considera reales. Podemos observar
112
nuestros pensamientos y emociones del mismo modo. Sin tomárnoslos muy en serio,
podemos verlos como niños que están jugando y darles mucho espacio. Así debería ser la
mente de un practicante.
Nunca es demasiado pronto –ni demasiado tarde para iniciarse en la práctica del sentido
del humor. En Treasury 01 Dharmadhatu (El tesoro del Dharmadhatu), Künkhyen
Longchenpa describe la experiencia de cómo, a lo largo del camino, sus puntos de
referencia ordinarios fueron desapareciendo. Básicamente, dice lo siguiente: .
Desde que he alcanzado esta realización, todos mis puntos de referencia se han
desvanecido. La base sobre la que se asentaba el aferramiento a un yo y a un tú se ha
desmoronado. ¿Dónde está el tú y dónde estoy yo? ¿Quién es un amigo y. quién un
enemigo? En este estado natural y caótico todo surge espontáneamente en el momento
adecuado y de la manera adecuada. Cuando miro a los demás, me parecen niños, pues
consideran reales cosas que no lo son, consideran verdad cosas que no son verdad e
intentan poseer aquello que no se puede poseer. Ja, ja! Ante este asombroso espectáculo,
me echo a reír.
En esta fase de realización, podemos ver la naturaleza mágica de las apariencias a
medida que aparecen. Tratar de establecer con certeza si son correctas o incorrectas,
buenas o malas, precisas o imprecisas sería como hacer algo realmente gracioso y
curioso.
La clave para tener más sentido del humor y una actitud más positiva es la
autorreflexión. Esta proporciona la capacidad de apreciar la impermanencia. Al ver que
nada es sólido ni permanente, empiezas a sentirte cómodo en lo desconocido. Entonces
puedes experimentar la ligereza y el frescor de las cosas tal como son verdaderamente.
De hecho, es posible vivir la vida de este modo. I
Lo primordial es esto: no tomarse a uno mismo ni a las propias emociones demasiado en
serio. Es preciso encontrar otro yo con el que identificarse. Esto no significa crear una
doble personalidad; significa identificarte con tu naturaleza auténtica. Entonces no te
tomarás las emociones del ego tan en serio. Aunque sigas haciendo las cosas habituales,
si lo enfocas con sentido del humor, el ego no dominará tu vida. La relación más
importante a nivel de corazón que puedes tener contigo mismo –simplemente uno
consigo mismo- consiste en un sentido del humor sincero.
113
TRATAR AL EGO COMO A UN PAYASO
Imagina que tratases al ego como a un payaso. Los payasos son intrigantes. Pueden
hacemos reír, pero también pueden volverse mezquinos o incluso despiadados. Debes
tener cuidado con ellos, porque podrían meterte en líos al reírse de ti o montar una
escena a tu costa. Incluso puede que prefieras sentarte al fondo de la sala, dispuesto a
defenderte si se vuelven demasiado agresivos. La cuestión es que uno tiene que estar
bien despierto cuando un payaso anda cerca. Del mismo modo, debes estar alerta con
relación al ego. De lo contrario, ¡puede que sus payasadas te dejen perplejo!
Una vez, cuando estaba hablando acerca de ver al ego como a un payaso, uno de los
presentes se ofendió mucho. Luego supe que era un payaso profesional, y que se había
disgustado mucho al escuchar que se usaba a los payasos como un ejemplo del ego.
Puesto que en las enseñanzas budistas generalmente se denigra al ego, sintió que yo
estaba menospreciando a los payasos, lo cual . indica que incluso los payasos sufren el
tormento de tomarse al ego muy en serio. Más tarde participó en una ceremonia de tomar
los votos de bodhisattva. Cuando vino a recoger su nombre, sacado de una pila de
nombres que yo había escrito previamente durante aquel día mente resultó ser El rey de
la risa. Tras esto, se sintió mucho mejor.
A veces, cuando estamos disgustados, deprimidos o padeciendo problemas físicos,
resulta difícil tomárselo –y no digamos al ego- con sentido del humor. Pero procurar no
tomarse las cosas demasiado en serio es una manera de empezar. Cuando tu seriedad
llegue a ser excesiva, intenta decir: «¡Vale, ya basta!», y hacer algo, sacártela de encima:
salta de un lado para otro, rueda en la arena, zambúllete en agua fría para espabilarte.
Eso sí, acuérdate de quitarte las gafas. Pero, hagas lo que hagas, no te quedes bloqueado
en ella. Cuanto más empeño pongas en soltar, antes comprobarás que esto realmente
funciona.
Como dijo Shantideva: «No hay nada que no se vuelva más fácil con la práctica.»
Cuando realmente puedes reírte con ganas y desternillarte, todo se abre. Entonces no
serás como un payaso profesional, que es gracioso de cara a los demás, pero que se toma
muy en serio a sí mismo.
Los adolescentes son muy afortunados, porque se ríen muchísimo. Las risas auténticas –
no me refiero a las risitas nerviosas ni a las risitas provocadas por la timidez son una
especie de mas para el corazón. Nos ayudan a incorporar la alegría a nuestras vidas. Las
sonrisas, y las carcajadas del tipo Ja, Ja, ja ¡!! que sueltan los ancianos, haciendo vibrar
sus barrigas, nos ayudan a no tomamos esta vida tan corta demasiado en serio.
114
NO ESPERAR QUE EL SAMSARA MEJORE
Por muy mal que parezcan estar las cosas, ¿cómo podríamos esperar que mejoraran?
Todo forma parte de la rueda del samsara. No podemos eludir el nacimiento, la vejez, la
enfermedad ni la muerte. Y no podemos quedarnos ahí plantados ante el espejo,
reventándonos los ranos o sintiéndonos fatal por el hecho de envejecer. Pero sí podemos
afrontar estas etapas de la vida con sentido del humor.
Cuando nos ponemos enfermos, no tenemos por qué estar malhumorados ni enfadados
con nosotros mismos ni con los demás. Con sentido del humor, podemos estar enfermos
de un modo agradable. Y cuando llegue la hora de morir, podemos morir con un
auténtico sentido del humor y alegrándonos por nuestra vida, puesto que hemos
conocido las Tres Joyas, nos hemos convertido en practicantes y hemos vislumbrado la
naturaleza de la mente. Hemos visto lo ilusorio de los pensamientos y de las emociones,
y sabemos que tomárnoslos demasiado en serio iría en contra de todo cuanto hemos
intentado hacer.
La liberación se encuentra allí donde los pensamientos realmente se disuelven. Tanto si
giran hacia la izquierda o hacia la derecha como si dan vueltas en círculos, los
pensamientos son sólo pensamientos. Se disuelven a través de la práctica del sentido del
humor. Ir más allá de ellos sería fantástico, pero, si no podemos, es estupendo
simplemente tener esa inspiración. Los pensamientos discursivos y las emociones son
maravillosos por sí mismos si tenemos sentido del humor. Podemos disfrutar de ellos del
mismo modo que el anciano disfruta viendo jugar a los niños. Entonces, los
pensamientos se convierten en lo que realmente son en lugar de en algo que no son.
Esto es lo que pretendemos conseguir con la práctica. En cada etapa del camino budista
buscamos la verd. Podemos llegar a la verdad permitiendo que las cosas sean tal cual
son. Como se dice, la meditación es mucho mejor cuando no está elaborada; el agua de
un lago es mucho más clara cuando no la remueves. Lo que esto significa es: deja que las
cosas simplemente sean.
115
LA ECUANIMIDAD del libro LA ESENCIA DEL BUDISMO TIBETANO del
Lama Geshe Kelsang Gyatso. (Editorial Cymys. Barcelona, 1983. Pág. 88)
116
forma humana, debemos aprovechada tratando de alcanzar la paz última y duradera de la
Budeidad.
En general, todos tenemos abundantes problemas; no obstante, comparados con los que
sufren otros seres, no resultan tan graves no pensamos. El objetivo de Iluminamos debe
ser poder ayudar a los demás. Para llegar a este estado, es indispensable haber realizado
la preciosa mente de la Bodhicita, que a su vez se consigue desarrollando la mente de la
Gran Compasión; dicha mente depende del Amor. El Amor a que nos referimos es la
capacidad de querer a todos los seres y, amar así, no es posible sin antes habernos
igualado mentalmente con los demás. Este equilibrio es imprescindible para obtener la
mente del Gran Amor.
En los textos de Dharma se puede leer que, la Ecuanimidad, es como un campo y la Gran
Compasión, la semilla que en él sembramos. El Amor es el agua con que regamos la
tierra y la germinación que surge es la Budeidad. Vemos que la ecuanimidad es la base
con la cual alcanzaré más la Iluminación total, por tanto debemos fortalecerla.
Poseer una mente ecuánime, comporta múltiples beneficios, tanto temporales como
últimos. En el momento presente existe en nosotros I cariño que, de forma natural,
profesamos a nuestros familiares y migas. Este sentimiento hemos de hacerla extensivo a
nuestros enemigas y a todos los seres que nos son indiferentes; debemos intentar
aproximamos a todos ellos. Pero, ¿cómo meditar sobre la ecuanimidad? El método es el
siguiente: sentados en un cojín o simplemente en una silla, con la espalda derecha,
visualizamos frente a nosotros a un enemigo, a un enemigo y a un extraño. Enfocando
nuestra atención en el enemigo y en el extraño, debemos ir pensando que, estas personas,
han sido tal vez nuestras madres, hijos o amigos en vidas anteriores. Es posible que
hayamos gozado de una buena comunicación con ellos y nos hayan ayudado
ilimitadamente. Si al ir analizando debemos dirigir la mente hacia dicha sensación y
concentramos en ella hasta que disminuya; cuando esto suceda, volveremos nuevamente
a comenzar el raciocinio. Debemos damos cuenta de que la persona que nos ayudó en el
pasado y la que lo hace en presente son iguales, en el sentido de que ambas se han
interesado por nosotros. Lo único que las hace diferentes es el factor tiempo. Uno debe
tomar la determinación de no establecer barreras entre él y los demás, aproximándose a
todos con idéntica actitud, con el mismo amor que tratamos a los que nos son queridos.
Adiestrándonos así, día tras día, podremos llegar a practicar aún fuera de la meditación.
Antes, al relacionamos conel enemigo, surgía odio; ahora, si ya no nos irrita su
presencia, será señal de que nuestro esfuerzo ha servido de algo. Si logramos establecer
117
en nuestra mente, la armonía que nos vincula a las criaturas que . nos resultaban hostiles,
habremos superado el examen de la ecuanimidad. A partir de este momento, podremos
dirigir esta meditación a todos los seres conscientes unilateralmente, sin análisis previo.
Después, permaneceremos en un estado de equilibrio, libre de apego, odio o indiferencia
respecto a los demás.
No existe ningún peligro en pasar mucho tiempo haciendo esta meditación. Aunque se
carezca de la concentración necesaria, lo importante es la decisión de aproximamos a los
otros, enemigos y extraños y poner en práctica este pensamiento fuera de la sesión.
Es muy importante que cualquier decisión tomada durante la meditación sea integrada en
nuestras acciones cotidianas; si somos capaces de hacerla, toda nuestra vida se convierte
en Drama. No habrá conflictos y, al haber eliminado las tensiones, nuestras relaciones
con los demás serán fáciles; todos nos apreciarán.
Pregunta: ¿Por qué razón debo ser ecuánime con un enemigo? Si antes era mi amigo,
antes lo estimaba. Si en este momento es un enemigo, es lógico que ahora lo desprecie.
Respuesta: Si no desarrollas ecuanimidad hacia el enemigo no podrás generar amor. Si,
en cambio, incrementas tu odio, éste te perjudicará a ti mismo.
118
LA BIOLOGÍA DEL AMOR
Para H. Maturana somos animales amorosos. Es cierto que a veces nos matamos pero
este no es el hecho que nos define. Somos animales amorosos por que nos enfermamos
cuando se interfiere el amor.
Si tomamos los ácidos nucleicos de los chimpancés y los nuestros y los comparamos
vemos que las diferencias son muy pequeñas. Al hacer esto podemos presuponer donde
se separaron los linajes, que se calcula que fue hace 5 o 6 millones de años atrás.
Tuvimos un ancestro común que era un primate. ¿Cómo se produjo la diferenciación?
Para dicho autor fue gracias a la neotenia que un fenómeno de expansión de lo nuevo, a
la expansión de la infancia. Cuando ocurre esto se expande el emocional de la relación
materno-infantil. Dicha relación es una relación de colaboración, del placer de hacer las
cosas juntos, es una relación de total aceptación de la relación corporal.
Junto con esa expansión de la infancia aparece el lenguaje dado que el contacto íntimo
entre los miembros de la familia hace posible la intimidad de la convivencia. De esa
intimidad surge la conservación del convivir en coordinaciones de coordinaciones
conductuales, que es el lenguaje.
La sexualidad
Además de todo lo descrito anteriormente aparece otra diferencia entre los chimpancés y
los humanos. La expansión de la sexualidad de la hembra humana durante todo el año, se
calcula alrededor de los 6 a 0 millones de años. Esta expansión hace que la sexualidad se
disocie de la procreación, es decir hay mucha mas actividad sexual que la necesaria para
la procreación. “El sexo pasa a ser, centralmente, no ocasionalmente, una fuente de
placer y de cercanía en la convivencia.” Cuando hablamos de sexualidad implicamos el
placer de la cercanía, del disfrute de la cercanía corporal, macho y hembra da lo mismo.
No tiene que ver con lo genital, tiene que ver con el cuerpo. La intimidad genital es otra
cosa, que es un aspecto de la sexualidad.
119
“Lo que uno restituye en la terapia- y es lo que todas las terapias restituyen, todas, con
distintas formas- es la energía del amor en la relación con el otro y consigo mismo.”
La sexualidad tiene que ver con la intimidad.
La cultura matriarcal-patriarcal
“La cultura es una red cerrada de conversaciones”
Estas son algunas de las características de nuestra cultura:
La cultura en la que vivimos es una cultura que potencia por encima de todo la
competencia, el control y el éxito. Valorando por encima de todo las expectativas de los
ideales del llegar a ser alguna cosa, por encima del dejarse ser, lo que uno es y tratarse
con amor. De ahí “El miedo al amor es cultural”.
“Vivimos en una cultura que denigra el sexo, que lo castiga, que lo hace terrible: es un
pecado. Yo creo que la tradición judeo-cristiana castiga el sexo por que separado de Dios
es lo único que nos aleja de Dios. Esa es su potencia. Si no lo vivimos conectados con lo
divino, nos aleja, al conectar al hombre con la mujer. Y así se aleja de lo divino.”
“Pero el cristianismo ha desconectado el sexo de Dios. No estoy, al hablar de Dios,
haciendo referencia sino a un modo de existir de nuestra historia. Lo divino tiene que ver
con lo sacro de la existencia. Y lo sacro de la existencia tiene que ver con las
coherencias del mundo al cual uno pertenece debido a esta historia de coherencias
120
ecológicas, al mundo en el que estamos. El sexo genera, con la ternura y la sensualidad,
este espacio de intimidad que hace el bienestar del vivir humano en la pareja y la
familia.”
Partiendo de esa relación de colaboración de hacer las cosas juntos y de una total
aceptación corporal, hacemos un trabajo que facilite la conexión de cada uno de los
participantes del grupo con su emotividad, sensualidad y ternura. Para restablecer la
capacidad de intimidad de que permita el contacto corporal placentero consigo mismo y
con el otro.
Desde nuestro trabajo entendemos la sexualidad como una manifestación de la vida
misma, la energía vital, la energía instintiva es nuestra capacidad de encontrar el placer.
El placer entendido como guía para satisfacer nuestras necesidades. La energía sexual
busca tanto de uno mismo como del entorno para la satisfacción. Reconocer y seguir el
impulso sexual son las pautas fundamentales para la salud y el bienestar de la persona.
Este curso tienes como finalidad la toma de consciencia de cómo se manifiesta la energía
vital en los diferentes niveles de la persona y como se bloquea, el reencuentro con las
partes rechazadas de uno mismo y de los esquemas inconscientes que nos limitan,
reconocer la realidad de nuestros actos y de nuestro entorno desde donde potenciar la
capacidad creativa.
Trabajamos las dificultades que se dan en la vida sexual como una manifestación del
conflicto en la interacción de los niveles mental, emocional y genital de la persona. Al
realizar el trabajo de forma grupal se puede mejorar la interacción de estos tres niveles el
poder la persona reconocer mas claramente sus necesidades y su forma de satisfacerlas.
Encontrando y construyendo recursos que le permitan aprender a pedir, aprender a
recibir, aprender dar, a respetar su si y a respetar su no y poder vivir el si hasta que no se
transforme en no y el no hasta que no se transforme en si.
Trabajaremos para que la persona pueda reconocer sus confusiones y miedos sin quedar
bloqueado por ello, atravesándolos para darle su verdadera dimensión.
Este trabajo se basa en un respeto hacia los limites que cada uno quiere llegar y en le
respeto al limite que le otro quiere llegar. Por lo tanto cada uno en todo momento tiene
derecho a interrumpir una experiencia si a si lo desea, y sus acompañantes a respetar esa
decisión sea acertada o no.
121
Exploraremos como doy, como recibo, como me doy afecto y como me autoerotizo,
como me dejo erotizar por el otro y como erotizo a otro. Como reacciono ante la
frustración y como la expreso.
Se trabajara por ambientes en donde cada uno de los cuales estará en una sala. Habrá una
sala del erotismo en el que cada uno se erotizará individualmente y de ahí vera como va
al encuentro con el otro. Habrá otra sala de la emotividad o sensualidad en la que cada
uno se conectara individualmente con su emotividad y su sensualidad y de ahí ver como
va al encuentro con el otro. Habrá otra sala de meditación como un encuentro como uno
mismo. Una sal de la confusión, otra de la agresividad, de la celebración y de los
contratos y acuerdos.
El trabajo quiere dar la oportunidad a cada uno de pueda vivir estas distintas partes de
uno mismo en dinámica e interaccionando.
El trabajo concreto
Se reúne el grupo para un trabajo de doce horas. Primer o se realiza un trabajo para que
cada uno concrete cual es el problema o situación que quiere trabajar. Concretando
objetivos a realizar en ese fin de semana. Por ejemplo, mi problema es que evito la
intimidad corporal con otro. Explorar durante este fin de semana mi dificultad de pedir,
con el objetivo de aprender a pedir y saber decir que no cuando no me apetece.
El segundo paso es la sensibilización corporal de uno mismo y del otro. Permitiendo el
conectar con la energía creativa y amorosa, a trabes de ejercicios concretos.
El tercer paso es la creación de espacios que permitan la experimentación y la
posibilidad de llegar a establecer acuerdos para dichos trabajos.
El cuarto paso es la recogida de lo ocurrido y lo vienciado en estos trabajos para que la
persona tome consciencia de lo que tiene que continuar desarrollando en la vida
cotidiana de lo que ha iniciado en este fin de semana.
Ejercicio practico
Imaginar una situación que le guste a uno placentera y desde ahí sentir la sensación no
quedarse ahí expandirla y recrear la situación de encontrarse con el amado.
Se ponen de pie y por parejas, uno va ha buscar un vaivén
Y en ese vaivén va a entrar en contacto con una parte del cuerpo del otro, que no sean
las manos. Establecida la conexión se inspira y se expira, dejando que ese flujo
energético se intercomunique, permitiendo que se expanda por cuerpo de uno.
122
BIBLIOGRAFIA
123
LITERATURA GESTALTICA
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Costa Rica. San José de Costa Rica 1983.
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Tesina para el cambio de membresía de la AETG. Blanes, Abril 2001.
- Fagan, F. y Shepherd, I. “Teoría y técnica de la psicoterapia gestaltica”. Ed.
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Santiago de Chile 1995.
124
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Revelaciones. Barcelona 2002.
- “El libro del amor”, Dr. Frank Andrews. Ed. Edad. Madrid 1993.
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- “El jardín de las caricias”, Colección Visor de Poesía. Mdrid 1979.
- Textos budistas de la tradición Dzogchen
125
NOTAS
126
necesario. Que el resultado no es la reencarnación de un ideal, pues bueno, es sólo la
vida como es.
11 – (Bebé como “imagen de la derrota”. Página 22). Si en la madre hubiera
comprensión de vida, podría trasparentar en su abrazo y en su mirada, la aceptación de
que aquel ser va a sufrir (como ella), va a disfrutar (como ella), y que esto es la vida, y
puede sobrevivir sin estar tan ensimismado en su carácter, tan pendiente de si, dándose
tanta importancia; es decir, siendo menos ignorante.
La compasión es cuando, ante la enfermedad de un hijo, la madre reza e invoca: “¡Dios
mío, pásame a mi ese mal. ¡Que lo sufra yo y no mi hijo!”. Que venga a mí el
sufrimiento de los demás seres… Como un bodhisatva…
12 - “CORRIENTES DE VIDA. Una introducción a la biosíntesis”;
David Boadella. Ed. Paidós. Técnicas y Lenguajes corporales. 1ª Ed. 1993.
13 - “LA MENTE HOLOTRÓPICA” Stanislav Grof. Ed Kairós. 1994.
14 - “FELICIDAD DUAL. Bert Hellinger y su psicoterapia sistémica”
Gunthard Weber (ed.) Ed. Herder. 1999.
15 - “VIOLENCIA Y TERNURA” Juan Rof Carballo. Ed. Prensa Española. 1967.
16 - “… Mal podrían las pasiones ser favorables a la benevolencia,… en vista de que
todas ellas tienen un fondo carencial que no se aviene con la generosidad”. (4) pág. 24.
17 - “Una Vida Feliz. UN AMOR FELIZ” Arnaud Desjardins. Ed. Hara Press.
18 – “TEORIA Y TECNICA DE LA TERAPIA GESTALTÁLTICA” Joen
Fagan/Irma L. Shepherd, compiladoras. Amorrortu/editores. 1973-2003.
19 – “CALMA Y CLARIDAD” Lama Mipham. Ed. La Llave. 2002.
20 – “EL LIBRO TIBETANO DE LA VIDA Y DE LA MUERTE” Soyal Rimpoche.
(editado por Patrick Gaffney y Andrew Harvey) Ed. Urano. 2006.
21 – “EL CUERPO QUE SUEÑA. Terapia centrada en el proceso” Arnold Mindell.
Ed. Rinden Institut Gestalt. 2006.
22 – “DEPENDE DE TI. La práctica de la autorreflexión en el camino budista”
Dzigar Kongtrül. Ed. Rinden Institut Gestalt. 2006.
23 – El gráfico o mapa para facilitar este ejercicio se encuentra al final de las notas (128)
24 –“DZOGCHEN. El Estado de Autoperfección” Chögyal Namkai Norbu. La Llave.
25 - La más completa y eficaz metáfora que el ser humano ha establecido como
descripción de un camino espiritual genuino y eficaz.
26 – “LA ESENCIA DEL BUDISMO TIBETANO” Lama Geshe Kelsang Gyatso.
127