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Parroquias de
San Pedro Apóstol y Santa María La Mayor
Monición de entrada:
Canto de entrada:
Las lecturas de este domingo nos dicen que el ser humano es imagen de Dios;
Dios es compasión y misericordia; por ese el ser humano alcanza su mayor humanidad
cuando es capaz de compadecerse y perdonar a su prójimo
Primera lectura:
Lectura del libro de Samuel (26, 2. 7-9. 12-13. 22-23 ).
En aquellos días Saúl emprendió la bajada hacia el páramo de Zif, con tres mil
soldados israelitas, para dar una batida en busca de David. David y Abisay fueron de
noche al campamento; Saúl estaba echado, durmiendo en medio del cercado de carros,
la lanza hincada en tierra a la cabecera. Abner y la tropa estaban echados alrededor.
Entonces Abisay dijo a David:
- “Dios te pode el enemigo en la mano. Voy a clavarlo en tierra de una lanzada; no hará
falta repetir el golpe”.
Pero David replicó:
- “¡No lo mates!, que no se puede atentar impunemente contra el ungido del Señor”.
David tomó la lanza y el jarro de agua de la cabecera de Saúl, y se marcharon. Nadie los
vio, ni se enteró, ni se despertó: estaban todos dormidos, porque el Señor les había
enviado un sueño profundo. David cruzó a la otra parte, se plantó en la cima del monte,
lejos, dejando mucho espacio en medio, y gritó:
- “Aquí está la lanza del rey. Que vega uno de los mozos a recogerla. El Señor pagará a
cada uno su justicia y su lealtad. Porque él te puso hoy en mis manos, pero yo no quise
atentar contra el ungido del Señor”.
Palabra de Dios.
Salmo responsorial:
“El Señor es compasivo y misericordioso” (Salmo 102).
Segunda lectura:
Lectura de la primera carta del apóstol San Pablo a los corintios (15, 45-49).
Hermanos: El primer hombre, Adán, fue un ser animado. El último Adán un espíritu
que da vida. No es primero lo espiritual sino lo animal. Lo espiritual viene después. El
primer hombre, hecho de tierra, era terreno; el segundo hombre es del cielo. Pues igual
que el terreno son los hombres terrenos; igual que el celestial son los hombres
celestiales. Nosotros, que somos imagen del hombre terreno, seremos también imagen
del hombre celestial.
Palabra de Dios.
Aleluya
Evangelio:
Lectura del santo Evangelio según San Lucas (6,27-38).
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: “A los que me escucháis os digo:
Amad a vuestros enemigos, haced el bien a los que os odian, bendecid a los que os
maldicen, orad por los que os injurian. Al que te pegue en una mejilla, preséntale la otra;
al que te quite la capa, déjale también la túnica. A quien te pide, dale; al que se lleve lo
tuyo, no se lo reclames. Tratad a los demás como queréis que ellos os traten. Pues, si
amáis sólo a los que os aman, ¿qué mérito tenéis?. También los pecadores aman a los
que los aman. Y si hacéis bien sólo a los que os hacen bien, ¿qué mérito tenéis?.
También los pecadores lo hacen. Y si prestáis sólo cuando esperáis cobrar, ¡qué mérito
tenéis?. También los pecadores prestan a otros pecadores con intención de cobrárselo.
¡No! Amad a vuestros enemigos, haced el bien y prestad sin esperar nada: tendréis un
gran premio y seréis hijos del Altísimo, que es bueno con los malvados y desagradecidos.
Sed compasivos como vuestro Padre celestial es compasivo; no juzguéis y no
seréis juzgados; no condenéis y no seréis condenados; perdonad y seréis perdonados;
dad y se os dará: os verterán una medida generosa, colmada, remecida, rebosante. La
medida que uséis la usarán con vosotros”.
Palabra del Señor.
Escuchamos con atención las palabras que el Sr. Obispo nos dirige en la
HOMILÍA.
OBISPO: ¿Estáis dispuestos a luchar contra el PECADO, que se manifiesta, entre otras
cosas, en: el egoísmo, la envidia, la venganza, la mentira, etc.?
CONFIRMANDOS: Si, estoy dispuesto.
OBISPO: ¿Estáis dispuestos: a perdonar cuando os hagan una injuria; a amar incluso a
los que no os quieren bien; a ayudar a los que os necesiten aunque no sean vuestros
amigos?
CONFIRMANDOS: Si, estoy dispuesto.
OBISPO: ¿Creéis en Dios, Padre todopoderoso, creador del cielo y de la tierra?
CONFIRMANDOS: Si, creo.
OBISPO: ¿Creéis en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor, que nació de Santa María
Virgen, murió, fue sepultado, resucitó de entre los muertos y está sentado a la derecha
del Padre?
CONFIRMANDOS: Si, creo.
OBISPO: ¿Creéis en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que hoy os será
comunicado de un modo singular por el sacramento de la Confirmación, como fue dado a
los Apóstoles el día de Pentecostés?
CONFIRMANDOS: Si, creo.
OBISPO: ¿Creéis en la santa Iglesia católica, en la comunión de los santos, en el perdón
de los pecados, en la resurrección de los muertos y en la vida eterna?
CONFIRMANDOS: Si, creo.
OBISPO: Y de acuerdo con el Evangelio de Jesucristo, ¿confiaréis siempre en Dios en
todas las circunstancias de la vida?
CONFIRMANDOS: Si, confiaré.
OBISPO: ¿Trataréis a todos los hombres como hermanos vuestros?
CONFIRMANDOS: Si, los trataré.
OBISPO: ¿Imitaréis en todo a Jesucristo?
CONFIRMANDOS: Si, lo imitaré.
OBISPO: ¿Trabajaréis por la salvación de todos los hombres? CONFIRMANDOS: Si,
trabajaré.
Monición:
Crismación
Monición:
Hemos llegado al momento culminante de la celebración. El Obispo les impondrá
las manos y los marcará con la cruz gloriosa de Cristo para significar que son propiedad
del Señor. Los ungirá con óleo perfumado. Ser crismado es lo mismo que ser Cristo, ser
Mesías, ser ungido. Y ser Mesías y Cristo comporta la misma misión que el Señor: dar
testimonio de la verdad y ser, por el buen olor de las buenas obras, fermento de santidad
en el mundo.
EL ESPÍRITU DE DIOS
HOY ESTÁ SOBRE MÍ
Y ES QUIEN ME HA UNGIDO
A PROCLAMAR LA BUENA NUEVA
A LOS MÁS POBRES,
LA GRACIA DE SU SALVACIÓN
1.- Por nosotros los confirmados, para que el sacramento recibido sea en nosotros fuente
de santidad. ROGUEMOS AL SEÑOR.
2.- Por nuestros padres, padrinos y catequistas, para que continúen siendo ejemplo,
consejo y aliento de nuestra vida cristiana. ROGUEMOS AL SEÑOR.
3.- Por las parroquias de Daimiel, para que el Espíritu Santo sea realmente su corazón,
su fuerza y su guía. ROGUEMOS AL SEÑOR.
4.- Por la Iglesia extendida por toda la tierra, para que el Espíritu Santo sea en ella lazo
de unión y de caridad y así pueda dar al mundo luz y testimonio de Cristo. ROGUEMOS
AL SEÑOR.
5.- Por el mundo entero, para que el Espíritu Santo mueva los corazones de tantos
hombres que inculpablemente no le conocen, pero que quieren obrar en la vida con
buena voluntad. ROGUEMOS AL SEÑOR.
6.- Por todos los hombres que están en pecado, para que el Espíritu Santo les haga
comprender lo equivocado de su camino, se conviertan y vuelvan a la gracia de Dios.
ROGUEMOS AL SEÑOR.
7.-Para que el Señor, que quiere obreros para llevar a delante su mensaje, encuentre
respuestas generosas entre los jóvenes y así crezca el número de las vocaciones
sacerdotales y religiosas. ROGUEMOS AL SEÑOR.
¡Oh Dios!, que aumentas siempre tu Iglesia con nuevos hijos, y a los que han
nacido del agua del bautismo les das también la plenitud de tu espíritu: concede a
cuantos han completado hoy su iniciación cristiana, y a toda tu familia santa,
manifestar en su vida los sacramentos que con la fe han recibido. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
Liturgia Eucarística
Santo:
Canto de la paz:
2- Señor, yo te sigo,
y quiero darte lo que pides,
aunque hay veces que cuesta darlo todo.
Tú sabes, que soy tuya.
Camina, Señor, junto a mí.
Acción de gracias:
Canto final: