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HORA SANTA

Primera semana de Cuaresma

“No tengan miedo de abrir las puertas de su corazón a Cristo”.


Juan Pablo II.

1. Exposición del Santísimo

Estación
Presidente: Señor Jesús, Tú eres nuestra paz, eres nuestra Salvación;
socorre nuestros pueblos con la fuerza de tu amor, nosotros, pueblo
tuyo y ovejas de tu rebaño, queremos renovarnos con la fuerza de tu
amor. Transfórmanos, para que con la fuerza de tu Palabra salgamos
victoriosos frente a las tentaciones del maligno enemigo.
Todos: (Padrenuestro, Avemaría, Gloria y canto)
Presidente: Señor Jesús, Tú eres nuestra paz; Eres nuestro consuelo
en el sufrimiento. Fortalécenos; haznos capaces de ser testigos de tu
compasión, de te perdón. Úngenos con tu amor para liberarnos del
dominio del mal; para no tener miedo y abrirte las puertas de nuestro
corazón.
Todos: (Padrenuestro, Avemaría, Gloria y canto)

Presidente: Señor Jesús, Tú eres nuestra paz, Eres nuestro


compañero en el camino; Luz en nuestra oscuridad. Infunde en
nuestros corazones la esperanza, para sacudirnos el yugo del miedo
que nos paraliza. Fortalécenos para que en el itinerario cuaresmal te
contemplemos como el Señor de nuestra vida, la misma vida que
recibimos cuando renacimos en el agua y el Espíritu.
Todos: (Padrenuestro, Avemaría, Gloria y canto)

Oración
Todos: Señor, Padre Santo que en Jesucristo, tu Hijo, presente
realmente en la Eucaristía, nos das el testimonio más grande de la
fidelidad de tu amor, te pedimos que nos concedas en esta cuaresma,
que la escucha atenta de tu Palabra ilumine nuestras vidas para
descubrir y vencer las tentaciones del maligno enemigo y superados
nuestros miedos podamos sobrellevar los momentos marcados por el
dolor y el sufrimiento y perseverar como hijos tuyos dando testimonio
de tu amor. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los
siglos. Amén.

Adoración personal.

2. Lectura orante.
Del Evangelio según san Mateo 4,1-11
«En aquel tiempo, Jesús fue conducido al desierto por el Espíritu para ser
tentado por el demonio. Y después de ayunar cuarenta días con sus cuarenta
noches, al fin sintió hambre. El tentador se le acercó y le dijo: "Si eres Hijo
de Dios, di que estas piedras se conviertan en panes." Pero él le contestó,
diciendo: "Está escrito: "No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra
que sale de la boca de Dios."
Entonces el diablo lo llevó a la ciudad santa, lo pone en la parte más alta del
templo y le dijo: "Si eres Hijo de Dios, trate abajo, porque está escrito:
"Encargará a los ángeles que cuiden de ti, y te sostendrán en síus manos,
para que tu pie no tropiece con las piedras."" Jesús le dijo: "También está
escrito: "No tentarás al Señor, tu Dios."
Luego lo llevó el diablo a un monte muy alto y, mostrándole los reinos del
mundo y su gloria, le dijo: "Todo esto te daré, si te postras y me adoras."
Entonces le dijo Jesús: "Vete, Satanás, porque está escrito: "Al Señor, tu
Dios, adorarás y a solo a él le servirás."
Entonces lo dejó el diablo, y se acercaron los ángeles para servirle.»
Palabra del Señor.
Todos: Gloria a ti Señor, Jesús.

De que trata el texto:


El texto nos presenta la dura confrontación de Jesús con el enemigo,
que será constante a lo largo del camino y al que vencerá. También se
confrontan dos tipos de mesianismos; el del poder, el prestigio, el de
las soluciones fáciles y rápidas y el mesianismo del Siervo sufriente,
que carga con los pecados de su pueblo y vive cara a Dios y en
solidaridad con los pobres y excluidos.

3. Meditación
¿Qué me dice el texto?

LECTOR 1. El día que fuimos bautizados sobre nuestro pecho se nos


ungió para “darnos la fuerza de Cristo Salvador”; así fuimos
arrancados de las tinieblas y fuimos trasladados al reino de la luz.
Para poder vencer el miedo y abrir las puertas a Cristo, habrá que
renovar esta fuerza bautismal para vencer al tentador.

 ¿Estoy dispuesto a renovarme consciente que poseo la fuerza de


Cristo para vencer los miedos provocados por la insidia del maligno?

LECTOR 2. El Papa Benedicto XVI en su mensaje de cuaresma nos


dice:
«El primer domingo del itinerario cuaresmal subraya nuestra condición de
hombre en esta tierra. La batalla victoriosa contra las tentaciones, que da
inicio a la misión de Jesús, es una invitación a tomar conciencia de la propia
fragilidad para acoger la Gracia que libera del pecado e infunde nueva fuerza
en Cristo, camino, verdad y vida. Es una llamada decidida a recordar que la
fe cristiana implica, siguiendo el ejemplo de Jesús y en unión con él, una
lucha «contra los Dominadores de este mundo tenebroso» (Ef 6, 12), en el
cual el diablo actúa y no se cansa, tampoco hoy, de tentar al hombre que
quiere acercarse al Señor: Cristo sale victorioso, para abrir también nuestro
corazón a la esperanza y guiarnos a vencer las seducciones del mal.»

4. Oración
  ¿Qué palabras me brotan del corazón después de contemplar
este texto del Evangelio?
  Ante la presencia de Jesús sacramentado abre tu corazón a
la esperanza y déjate guiar por Cristo para vencer las seducciones del
mal.
  Descubro ante Jesús mis miedos que me impiden abrirle las
puertas de mi corazón para que el me da la valentía y la audacia para
mantener viva mi esperanza.

 Presidente: Ahora hermanos elevemos nuestras súplicas confiadas a


Dios para pedir por su Iglesia y por las necesidades de todos los
hombres.

Todos: En ti Jesús está nuestra esperanza.


Lector 1. Por la Iglesia; para que fortalecida con el pan de la palabra
de Dios, no caiga en la tentación de confiar en poderes y medios
extraños a su misión en el mundo, roguemos al Señor.
Todos: En ti Jesús está nuestra esperanza.
Lector 2. Por todos los creyentes que toman en serio su fe para que
crezcan y maduren en la ella, roguemos al Señor.
Lector 1. Por los pueblos subdesarrollados, incapaces, por carencias
de medios, de solucionar sus graves problemas; para que encuentren
la ayuda fraterna de los países más desarrollados, roguemos al Señor.
Lector 2. Por nosotros, aquí reunidos, que hemos escuchado en este
retiro que “no sólo de pan vive el hombre”; para que se nos despierte
el hambre por la Palabra de Dios. Roguemos al Señor.
Lector 1. Por nuestra Provincia para que en su caminar no se deje
seducir por las tentaciones del camino y reafirme su convicción de que
“sólo se debe adorar al Señor y sólo a él se debe servir”. Roguemos al
Señor.
Presidente: Acude en ayuda de nuestra debilidad durante esta
cuaresma que apenas iniciamos, Dios Salvador nuestro, como hiciste
con los israelitas en el desierto y con Jesús en aquel tiempo que te
consagró de ayuno, por el mismo Jesucristo nuestro Señor.
Todos: Amén

5. Contemplación
LECTOR 1. Recordemos el testimonio del siervo de Dios Juan Pablo II
que será beatificado el próximo 1o de mayo.
LECTOR 2. Juan Pablo II al iniciar su la inauguración de su pontificado
nos dio este mensaje:
“No tengan miedo de abrir las puertas de su corazón a Cristo”.
LECTOR 1. Descubro ante Jesús sacramentado que hoy necesitamos
más que nunca abrir las puertas de par en par; del corazón, de la
razón y de los sentimientos a Cristo
LECTOR 2. Soy consciente que el tentador trata de desalentarnos para
vencernos, pero que nosotros tenemos la Fuerza de Cristo que nos
transforma desde nuestro interior para que podamos continuar en
nuestra tarea de ser constructores de paz
6. Bendición
Presidente: El Señor nos bendiga y nos guarde.
Todos: Amén.
Presidente: Que haga resplandecer su rostro sobre nosotros y nos
muestre su misericordia.
Todos: Amén.
Presidente: Que vuelva su mirada hacia nosotros y nos conceda su
paz.
Todos: Amén.

(Bendición con el Santísimo Sacramento)

ACLAMACIONES
Todos:
Bendito sea Dios.
Bendito sea su santo nombre.
Bendito sea Jesucristo, verdadero Dios y verdadero hombre. Bendito
sea el nombre de Jesús.
Bendito sea su sacratísimo Corazón.
Bendita sea su preciosísima Sangre.
Bendito sea Jesús en el Santísimo Sacramento del altar.
Bendito sea el Espíritu Santo Consolador
Bendita sea la gran Madre de Dios, María Santísima.
Bendita sea su santa e inmaculada Concepción.
Bendita sea su gloriosa Asunción.
Bendito sea el nombre de María, Virgen y Madre.
Bendito sea San José, su castísimo esposo.
Bendito sea Dios en sus ángeles y en sus santos.

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