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Introducción.

El 2018 es un año crucial para Rusia. En el mes de mayo se cumplirá el período presidencial
de seis años del presidente Vladimir Vladimirovich Putin. Tras la reforma constitucional de
2014 que amplió el período presidencial de cuatro a seis años, y autorizó la reelección
presidencial, los rusos deberán ir a las urnas en marzo y en abril, -si se da la segunda vuelta-
, para escoger a la persona que ocupará el más alto cargo del Kremlin hasta 2024.

Estas elecciones llegan en un momento en que Rusia es cuestionada internacionalmente.


Acusada de interferir en elecciones democráticas alrededor del mundo, y vista como
principal responsable por el incesante derramamiento de sangre en la Guerra Civil de Siria,
Rusia ciertamente no es vista por Occidente como lo era en los años posteriores a la caída
del comunismo. El mundo está atento a esta contienda electoral, ya que su resultado será
definitivo para las tendencias de la diplomacia mundial.

Alabado en casa y cuestionado internacionalmente, el presidente Putin busca su quinto


período presidencial, tras haber fungido como presidente en los períodos 1999-2000, -tras
la dimisión del presidente Boris Yeltsin-, 2000-2004, 2004-2008 y 2012-2018. Para lograr
sus objetivos de proteger a Rusia de interferencias occidentales en la política nacional, y
asegurar un crecimiento económico digno del gran pueblo ruso, el presidente Putin cuenta
con el apoyo de la inmensa mayoría de los habitantes de la Madre Rusia.

Contexto Histórico.
Desde la caída de la gran Unión Soviética en 1991 y la consolidación de la federación rusa
como un estado independiente, se manifestado dentro de este territorio grandes retos en
cuanto al establecimiento de un sistema político después de casi setenta y cinco años de
régimen soviético. Evidenciado en las visiones opuestas planteadas por las figuras políticas
de entonces, desde las distintas ramas como la ejecutiva y la legislativa se planteaban cosas
distintas con relación a la dirección de la política en Rusia y los instrumentos
gubernamentales, considerados esenciales.

Fue tal la magnitud del conflicto que en el año de 1993, que se genera una gran crisis
constitucional rusa y que el mandatario de turno, Borís Yeltsin, decidio hacer uso de la
fuerza militar para disolver el parlamento, y posteriormente convocar nuevas elecciones
legislativas, cuestion que eventualmente consiguio. Este evento marcó el final del periodo
constitucional de Rusia iniciado por la Constitución de la RSFS de Rusia de 1918 y finalizado
por la constitucion de 1978, la cual habia sido victima de un sin fin de reformas. Es en
diciembre de 1993 que se aprovó por medio de referendum la nueva constitución de la
Federación de Rusia, la cual introducia una figura precidencial mas fuerte, y por primera
vez en este país, la separación de poderes.
Con el establecimiento de una nueva constitución y un nuevo parlamento, que buscaba
representar a las varias facciones y partidos polticos, la estructura del pais en materia
politica comenzó a manifestar señales de estabilización. Sin embargo, los rusos continuaban
el debate sobre el futuro, en donde la democracia de estilo occidental y el autoritarismo
eran unas de las propuestas mas aclamadas. El lapso de transformación se extendió hasta
mediados de la década de los noventa, el poder del gobierno nacional continuó
desvaneciéndose mientras las regiones ganaban concesiones políticas de Moscú. No
obstante, la contienda entre el ejecutivo y el legislativo se resolvió en parte gracias a la
nueva constitución, ambas ramas continuaron manifestando visiones claramente
contradictorias al futuro de la Federación. El ejecutivo era el epicentro de las reformas,
mientras que la cámara baja del parlamento, la Duma Estatal, un refugio de la ideas que
quedaban de la sociedad sovietica y de nacionalistas antagonistas a esas reformas.

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