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desarrollos de la
Economia Industrial y
las justificaciones de
la política industrial
tructura de los mercados, otros epígonos ámbito galo han llamado «Microeconomía
de la propuesta metodológica de Mason industrial teórica» (Arena, R., 1999) y que,
van a incidir, sobre todo, en el alcance de de hecho, ha llegado prácticamente, co-
los comportamientos y estrategias diseña- mo enfoque, a identificarse con la disci-
das por las empresas como elemento es- plina.
pecialmente significativo para interpretar
las realidades industriales. En realidad, a Otras aportaciones que, en los últimos
partir de los años setenta el extremo de- años, podemos inscribir en esta corriente
terminismo de la estructura de los merca- son las que se engloban dentro de la
dos es prácticamente abandonado, al «Nueva Organización Industrial» (NOI);
constatarse la fuerte capacidad de las fue Schmalensee (14) el que acuñó la ex-
conductas de las empresas, sobre todo de presión para superar el rancio molde
los grandes grupos, para modificar las va- ECR. En su obra de 1989, Alexis Jacque-
riables estructurales de los mercados, a min recoge también la nueva expresión,
través de sus políticas de precios, de sus que da título a la obra, destacando los
acuerdos de cooperación interempresa- «aspectos metodológicos innovadores» ba-
riales o de su presión sobre las medidas sados en la utilización de modo creciente
gubernamentales (grupos de presión). F. de «herramientas de la teoría microeconó-
Scherer será el más significativo teórico mica, modelos de competencia imperfec-
que destaque el papel central de las con- ta y [especialmente] nociones de teoría de
ductas empresariales para comprender juegos», además de reavivar «el eterno de-
los resultados de las firmas. bate entre aquellos que ven en nuestras
economías industriales una adaptación
Scherer, además, será el sistematizador y de contrastación de hipótesis (13) (análi- eficiente a condiciones tecnológicas ex-
principal divulgador del esquema ECR. sis de regresión o análisis multivariante). ternas y los que ven en ellas complejos
De hecho, su obra Industrial Market juegos de poder y de dominación econó-
Structure and Economic Performance, de Esta corriente relega la discusión sobre el mica» (Jacquemin, A., 1989, p. 4). El ca-
1970 (12), está considerada como el pri- mayor o menor protagonismo, a priori, rácter ecléctico de la NOI se percibe en la
mer manual de Economía Industrial. En de cada una de las variables del paradig- renuncia que hace Jacquemin al logro de
dicho manual se recoge la propuesta me- ma ECR y se concentra en identificar indi- un esquema interpretativo general de la
todológica de Mason explicitando los di- cadores para cada una de dichas varia- dinámica industrial en favor de «una ga-
versos componentes de cada uno de los bles susceptibles de ser tratados en ma completa de modelos de la cual po-
elementos (condiciones de base, estructu- términos econométricos y establecer rela- damos seleccionar un modelo específico
ra, comportamiento y resultados) así co- ciones estadísticamente significativas en- para el mercado objeto de estudio» (Jac-
mo las relaciones causales entre estos tre los mismos, especialmente con res- quemin, A., 1989, p. 5).
elementos, incorporando, además, rela- pecto a los resultados. El objetivo de este
ciones de retroalimentación. tipo de estudios es, en términos genera- La segunda gran corriente de la Econo-
les, contrastar hipótesis simples, aplica- mía Industrial desde los años setenta se
bles a todos los mercados, como, por desarrolla a partir de asignar al comporta-
160 ejemplo, la existencia de una relación li- miento de las empresas un papel deter-
neal entre el grado de concentración y la minante tanto en la configuración de las
La ruptura de la unicidad tasa de beneficio de la industria; no exis- estructuras industriales como en el carác-
en el análisis industrial te un modelo teórico general sino simple- ter de los resultados. En efecto, la estrate-
mente paneles de datos, lo más sistemati- gia de las firmas modifica, de hecho, los
Llegamos, pues, a un punto de inflexión zados posible, referidos a diferentes rasgos estructurales del mercado: los pro-
en el desarrollo teórico de la Economía indicadores de estructura, comportamien- cesos de centralización de capital (fusio-
Industrial, donde, con una metodología to de las firmas o resultados a partir de nes, adquisiciones, alianzas...) afecta al
hegemónica, comienzan a producirse los cuales se busca como clave interpreta- grado de competencia, las estrategias di-
nuevos desarrollos que irán fragmentan- tiva determinante altos grados de correla- ferenciadoras de producto amplían y/o
do la genérica unicidad que, con sus va- ción. segmentan el mercado, las prácticas pu-
riantes, hasta entonces había existido. blicitarias afectan a la elasticidad de la
Desde los años setenta hasta ahora pode- Este enfoque, por tanto, rechaza el dile- demanda...
mos apreciar tres grandes líneas de des- ma estructura o comportamiento para ex-
arrollos teóricos con respecto al análisis plicar los resultados, al relegar la discu- Esta corriente es lo que Julio Segura de-
de realidades industriales. Una primera sión teórica, epistemológica y nomina posición ecléctica, al considerar
gran línea de avance de la Economía In- metodológica en favor de la operatividad «como objeto prioritario del análisis el
dustrial ha sido la marcada por la utiliza- y sistematización de la información dis- comportamiento de los agentes y las for-
ción intensiva de métodos cuantitativos ponible. Es lo que algunos autores del mas en que el mismo afecta a la configu-
Otra línea de desarrollo teórico que tam- trol oligopólico que se da en los merca- que ha venido justificando el núcleo prin-
bién incide en la dimensión tecnológica dos internacionales. En efecto, un gran cipal de la, por otra parte raquítica, políti-
como eje de la política industrial es la de- número de sectores actúan en un marco ca industrial europea (33).
nominada teoría de la incitación (28), en competitivo de permanente cambio tec-
referencia a los mecanismos por los que nológico donde la exigencia de interven- Las líneas mencionadas hasta ahora se han
el Estado puede promover la cooperación ción pública se remite a los elevados cos- centrado en lo tecnológico y en las formas
industrial entre firmas en general y en el tes iniciales y a la necesidad de un de competir en mercado internacionales
ámbito de la investigación y el desarrollo permanente esfuerzo innovador, ámbito oligopólicos. No obstante, las más fecun-
en particular. Así, esta aproximación se competitivo en el que, por tanto, se acep- das reflexiones teóricas sobre la dinámica
plantea cuáles son las modalidades más ta un cierto grado de proteccionismo, o industrial y sus implicaciones en la acumu-
adecuadas de gestión de la infraestructura «proteccionismo aceptable», especialmen- lación capitalista y en las formas de inter-
pública desde el punto de vista de «inci- te en las denominadas industrias estraté- vención estatal en la misma son las que
tar» a la cooperación, lo que implica ne- gicas (30). tienen que ver con los criterios de localiza-
cesariamente la puesta en común de re- ción y con la incorporación de la dimen-
cursos financieros, conocimientos, su Este análisis, por tanto, se ajusta especial- sión espacial que dan lugar a las concen-
savoir faire y otros medios, buscando ob- mente al caso de pugna oligopólica en traciones o aglomeraciones industriales de 165
jetivos comunes, ligados, sobre todo, al los mercados internacionales entre gran- diferente naturaleza como los distritos y
desarrollo de nuevas tecnologías, algo des grupos que pueden contar con el complejos industriales o el tipo de agrupa-
que el mercado, por sí mismo, no asegu- apoyo decidido de los respectivos Esta- ción conocido en el análisis económico a
ra. De este modo, lo prioritario resulta dos entendiendo el comercio internacio- través del anglicismo clusters (literalmente
poder establecer mecanismos de coope- nal más como competencia que como ga- racimo o agregado). En efecto, la constata-
ración entre los capitales, y entre éstos e nancia mutua (31). En este caso, los ción del desarrollo industrial en las últimas
instituciones como centros de investiga- Estados desarrollan diferentes instrumen- décadas muestra como tendencia en los
ción y universidades, para facilitar la cir- tos para colaborar con las «empresas líde- núcleos de mayor dinamismo una localiza-
culación de conocimientos por el tejido res» con capacidad para mantener posi- ción cada vez más agrupada y concentra-
productivo y propiciar la expansión in- ciones hegemónicas en los principales da de las firmas, especialmente en aque-
dustrial. mercados (32). Los instrumentos para ello llos segmentos industriales más vinculados
incluyen el fomento del incremento de la con las nuevas líneas de desarrollo tecno-
Una tercera línea de gran desarrollo e im- dimensión de las empresas, la creación lógico.
pacto teórico es la referida a la política de mercados privilegiados para las em-
comercial estratégica. Esta línea, cuyas presas líderes o, directamente, la utiliza- Los nuevos desarrollos teóricos buscan
primeras aportaciones se remontan a los ción discrecional de subvenciones. La ex- comprender las razones por las que las
años ochenta (29), se incrusta en el deba- periencia de Airbus es una muestra, quizá empresas de un mismo sector o articula-
te librecambio-proteccionismo y se apoya la más representativa según Paul Krug- das por vinculaciones productivas de ca-
en la constatación del alto grado de con- man, de política comercial estratégica rácter vertical, tienden a concentrarse en
Es precisamente ahí donde se plantea un excesivamente altos atraen a competidores, Berle y Means sería, por tanto, más empírica
debate en torno a dos posiciones extre- dado un determinado nivel de las barreras de que teórica, y se concretaría en la profundidad
mas: confiar en la espontaneidad de la entrada. Marshall, A. y M.P. (1936). de su análisis de 200 grandes empresas norte-
interacción que, libremente, puedan esta- (4) Marshall, A. (1919): Industry and Trade, americanas, esto es, en la demostración cuan-
Londres. titativa de los que ya propusiera Hilferding.
blecer, en función de estrategias particu-
(5) En esta visión se inscribe, entre otros, (10) Mason, E.S. (1939): «Price and production
lares, cada una de las firmas o, por el Segura, J. (1993), cuando define la Economía Policies of Large Scale Entreprise», A.E.R. cit.
contrario, diseñar, desde el Estado, una Industrial como «una rama del análisis econó- en Chevalier, J.M., 1979, p. 15.
estrategia que sistematice y active instru- mico que se ocupa de la formación de precios, (11) El escepticismo de Mason con respecto al
mentos para estimular y promover la in- normalmente bajo condiciones de equilibrio alcance de la competencia perfecta como ins-
novación y el desarrollo tecnológico e in- parcial, en mercados caracterizados por pre- trumento de análisis le enfrentó a la Escuela
dustrial en esos ámbitos territoriales. sentar imperfecciones. (...) Para la economía de Chicago, tradicionalmente defensora de las
industrial, el análisis de la determinación de más rancias teorías convencionales. Así, según
Vemos por tanto que la asociación cre- precios es significativo como parte del com- la Escuela de Chicago solo las fuerzas compe-
ciente entre empresas y entre éstas y las portamiento de las empresas en mercados titivas pueden determinar el comportamiento
imperfectos, pero su objetivo final es discernir de la firma, no la estructura de mercado, como
instituciones, por una parte, y la creciente sobre el comportamiento de las empresas, proclama Mason; ello se justifica en su con-
importancia de la dimensión territorial y analizar el tipo de decisiones tomadas por las vicción de que ninguna empresa dispone de
los conglomerados industriales resultan- mismas en contextos de competencia imper- un poder económico lo suficientemente gran-
tes, por otra, diluyen el protagonismo de fecta (...).Todo ello con un objetivo claro: pro- de como para imponer un modelo de com-
la firma en la dinámica industrial en un poner medidas que puedan favorecer la efi- portamiento al mercado, con la excepción del
marco de reestructuración capitalista a ciencia.» p. 45. O el propio Tirole, J. (1990), caso en que intervengan los poderes públicos
partir de la difusión de nuevos patrones uno de los textos de referencia de la Organi- a favor de una empresa o con regulaciones
productivos. Los desarrollo teóricos de la zación Industrial, cuando dice que «estudiar la extremas del mercado. Más sobre Mason en
Economía Industrial, mientras tanto, osci- organización industrial es estudiar el funciona- Arena, R. y otros (Dirs.), 1988, pp. 60-65.
miento de los mercados», p. 15. Más categóri- Sobre la Escuela de Chicago, Schmidt, I.L. y
lan entre el virtuosismo formal donde el co si cabe se muestra Stigler, de la Universidad Rittaler, J.B. (1989): A Critical Evaluation of the
instrumento suplanta al objeto y los es- de Chicago, al afirmar que «no existe materia Chicago School of Antitrust Analysis, Kluwer
fuerzos por comprender el papel de la alguna que quepa calificar como organización Academic Publishers, Londres.
empresa y su comportamiento (estrate- industrial» ya que su objeto «es precisamente el (12) Scherer, F. (1970). Hay una edición pos-
gias empresariales) como factor clave de contenido de la teoría económica: la teoría de terior, con modificaciones, Scherer, F. y Ross,
la dinámica industrial. Ese desfase se con- los precios o de la asignación de recursos, es D. (1990).
vierte, en definitiva, en una poderosa li- decir, eso que se conoce con el desdichado (13) Véanse, como muestra, Tirole, J. (1990),
mitación en el intento de modernización nombre de microeconomía», Stigler, G. J. Segura, J. (1993) o Clarke, R. (1993): Econo-
de los fundamentos teóricos de lo que en (1968): The Organization of Industry, Home- mía industrial, Celeste, Madrid (1985).
wood, Richard D. Irvwin, cit. en Guerrero, D., (14) Schmalensee, R. (1982). Véase también,
Europa ha venido en llamarse Economía
1995b, p.177. de este autor, Schmalensee, R. (1988) y
Industrial tanto desde el punto de vista (6) La primera ley antitrust en EE.UU. fue el Schmalensee, R. y Willig, R. (Eds.)(1989).
de su fecundidad interpretativa como Acta Sherman, de 1890. Después vendrían el (15) Y. Morvan es otro pionero en el desarro-
desde la perspectiva de elaborar una Acta Clayton (1914), el Acta Robinson-Patma llo de la Economía Industrial en Europa en
aproximación a la comprensión de los fe- (1936) y el Acta Celler-Kefauver Antimerger obras como Morvan, Y. (1976): Economie
nómenos industriales que pueda escapar, (1950). industrielle, PUF, París y Morvan, Y. (1990).
definitivamente, de la asfixiante herencia (7) William Ripley, profesor en Harvard, También Chevalier, J.M. (1979) y, más recien-
168 de Alfred Marshall y Edward Mason. utilizaba estas fuentes jurídicas y políticas temente, Glais, M. (1992); así como Jacque-
para realizar estudios de casos en sus cla- min, J. (1975). Dos de los más significativos
ses. Ripley, W. (Ed) (1916): Trust, Pools and manuales europeos pioneros de Economía
Corporations, citado en Chevalier, J.M., Industrial son el texto de Morvan de 1976 y
Notas 1979, p. 13. Jacquemin, J. (1975).
(8) E. Mason y J. Bain, a la postre referentes (16) Houssiaux, J. (1958); es su Tesis de Doc-
(1) Incluso se habla de un capitalismo indus- ineludibles de la Economía Industrial en la torado. Contrástese con la concepción de la
trial, el que cubre estas dos últimas centurias, segunda mitad de la centuria, asignaban a la Economía Industrial, p. ej. de Julio Segura;
para diferenciarlo de un presunto capitalismo obra de Berle y Means la misma trascendencia véase nota 4.
comercial desde mediados del milenio. que a las obras de J. Robinson y E. Chamber- (17) Palloix, Ch. (1979). Otras aportaciones
(2) Estos elementos aparecían ya formulados lin. Arena, R. y otros (Dirs.), 1988, p. 57. originarias con esta orientación Borrely, R.
en las primeras elaboraciones de los denomi- (9) No obstante el carácter innovador que se (1975): Les disparités sectorielles des taux de
nados pioneros del desarrollo en los que achaca a estas aportaciones, éstas no son sino profits, PUG; Grenoble, y Gerbier, B. (1975):
implícitamente se identificaba crecimiento, la profundización de líneas ya propuestas por Essai sur la pensée économique d’Alfred Mars-
desarrollo económico e industrialización. Hilferding en su análisis de las diferencias hall, tesis en Ciencias Económicas, Grenoble.
Véanse Clark, C. (1967): Las condiciones del entre la sociedad por acciones y la empresa (18) Véase Palloix, Ch. (1977): Las firmas
progreso económico, Alianza, Madrid y Hirs- individual, entre las que destaca muy espe- multinacionales y el proceso de internaciona-
chmann, A. (1964): La estrategia del desarrollo cialmente «la separación entre la propiedad de lización, Siglo XXI, México (París, 1973).
económico, FCE, México. capital de su función productiva (...) [tendrá] (19) No es objeto de este escrito la discusión
(3) Por ejemplo, expresan el riesgo en que influencia en la dirección de la empresa» (Hil- sobre el carácter de las sociedades modernas.
puede incurrir un monopolio si los precios ferding, R., 1985, p. 129). La aportación de A este respecto puede consultarse Bell, D.
(1975): El advenimiento de la sociedad posin- nológica de la dinámica de acumulación capi- (37) Cagmani, R. (1995): «The Concept of
dustrial, Alianza, Madrid (Nueva York, 1973), talista a partir de las aportaciones de autores Innovation Milieu and its Relevance for Public
Castells, M. (1997): La era de la información. como G. Dosi, Ch. Freeman, B. Lundvall, R. Policies in European Laggins Regions», en
Economía, sociedad y cultura, Alianza, Madrid Nelson, C. Pérez o N. Rosemberg. Papers in Regional Sciences, n.o 74, citado en
(3 vols.) y Touraine, A. (1972): La sociedad (28) Desarrollada por autores como J. Katz, Cohen, E. y Lorenzi, J.H. (Dir.) (2000).
post-industrial, Ariel, Barcelona (París, 1969). M. Spence o P. Geroski.
(20) Veamos, si no, la prolija serie de análisis, (29) Véanse Brander, J. Y Spencer, B. (1983):
de muy diversa naturaleza, sobre la «mundiali- «International R & D rivalry and industrial stra-
zación», «globalización»... tegy», en Review of Economic Studies, n.o 50, Bibliografía
(21) Concepción asumida también por Katz, J. Clevendon, pp. 707-722, y Krugman, P.
(1993) y Lall, S. (1994), entre otros. (Ed.)(1986): Strategic Trade Policy and the ARENA, R. (1999): «Un changement dans l'o-
(22) Dentro de esta concepción de la política New International Economics, MIT Press, rientation de la revue d'économie industrie-
industrial pueden distinguirse, aunque no con- Cambridge, Mass. lle», en Revue d'économie industrielle, n.o
sideremos relevante tal distinción, dos varian- (30) Esas industrias estratégicas, más que 87, 1.o trimestre, París, pp. 7-30.
tes de la misma. Una versión «defensiva» o ramas determinadas, varían según los países. ARENA, R. y otros (Dirs.)(1988): Traité d'éco-
«pasiva», centrada en los fallos de mercado y Así, las industrias estratégicas serían aquéllas nomie industrielle, Economica, París.
en su eliminación o compensación y otra ver- que generaran unos niveles de ganancia y BAIN, J. S. (1959): Industrial Organization,
sión «ofensiva» o «activa», centrada en la bús- proporcionaran unos niveles salariales por John Willey & Sons, Nueva York.
queda de la competitividad. Nuestro criterio encima de la media, con grandes capacidades BANCO MUNDIAL (1991): Informe sobre el
clasificador, por tanto, de las diversas concep- tecnológicas, por lo que su contribución a la desarrollo mundial, Washington.
ciones de la política industrial no tiene tanto dinámica económica general es muy alta. BELON, B. y NIOSI, J. (1995): «Les mutations
que ver con el carácter más pasivo (defensivo) (31) Por ello Krugman habla de» cierto neo- de l’action industrielle de l’État», en Revue
o activo (ofensivo) de la misma como con el mercantilismo» (Krugman, P., 1992, p. 25). d’Économie Industrielle, n.o 71, 1.o trimes-
alcance de los objetivos perseguidos. Como (32) En cierta medida, el análisis de Porter se tre, París, pp. 9-16.
veremos, la política industrial o es activa o no corresponde con esta visión al identificar los BLAIR, J. (1972): Economic Concentration,
es. Lo clarificador para clasificarla es la pro- países fuertes como aquéllos cuyas empresas Harcourt, New York.
fundidad de los objetivos perseguidos. son fuertes. Porter, M. (1991): Las ventajas BUENO, E. y MORCILLO, P. (1993): Funda-
(23) El propio Krugman, aunque se presenta competitivas de las naciones, Plaza y Janés, mentos de economía y organización indus-
como defensor de la política industrial, matiza Barcelona (Nueva York, 1990). trial, McGraw-Hill, Madrid.
enormemente esa defensa. Así, su argumento (33) No es extraño, por tanto, la actitud fre- BUJARIN, N. (1969): La economía mundial y el
para defenderla se centra en la actuación de néticamente combativa de las autoridades de capitalismo, Ruedo Ibérico, Vesoul (1915).
uno de los principales fallos de mercado, EE.UU. frente a esta experiencia europea aun- COHEN, E. y LORENZY, J. H. (Dir.) (2000):
como es la existencia y el alcance de las deno- que hay sido habitual por parte estadouniden- Politiques industrielles pour l’Europe, La do-
minadas economías externas, tanto tecnológi- se el uso de sus ciclópeos programas militares cumentation Française, París.
cas como pecuniarias, no obstante «este argu- como instrumento decisivo en el crecimiento CORIAT, B. (1993): El taller y el robot. Ensayos
mento (...) no es una afirmación que de las compañías aeronáuticas. sobre el fordismo y la producción en masa
proporcione una justificación a todas las polí- (34) Véase Barnes, T. (1987): «Homo Econo- en la era de la electrónica, Siglo XXI, Ma-
ticas industriales. Muchas, probablemente la micus, Physical Metaphors, and Universal drid (París, 1990).
mayoría, de las políticas industriales que se Models in Economic Geography», en The CORIAT, B. (2000): «Entre politique de la con-
aplican, continúan basándose en criterios eco- Canadian Geographer, n.o 13, citado en currence et politique commerciale: quelle
nómicamente irracionales» (Krugman, P., 1992, Cohen, E. y Lorenzy, J.H. (Dir.)(2000). politique industrielle pour l’Unio européen-
p. 23). (35) Véanse Castells, M. y Hall, P. (1994): Tec- ne?», en Cohen, E. y Lorenzi, J. H. (Dir.).
(24) Otros autores próximos a esta orienta- nópolis del mundo. La formación de los com- CRÉVOISIER, O. (1994): «Dynamique indus-
ción en la conceptualización de la política plejos industriales del siglo XXI, Alianza, Madrid trielle et dynamique régionale: articulation 169
industrial son Suzigan, W. (1996) y Peres, W. y Scott, A.J. (1988): New Industrial Spaces, Pion, par les milieux innovateurs», en Revue d’É-
(Coord.) (1997). Londres, como aproximaciones a la configura- conomie Industrielle, n.o 70, 4.o trimestre,
(25) Se trata, lógicamente, de evitar cualquier ción regional y local de los nuevos espacios París, pp. 33-48.
simplificación en la consideración de las fun- económicos. En concreto, Castells y Hall califi- CHAMBERLIN, E. (1946): Teoría de la compe-
ciones del Estado. La complejidad del Estado can a las ciudades y regiones como «nuevos tencia monopólica, FCE, México (Cambrid-
capitalista le lleva a alcanzar otros ámbitos de actores económicos» ya que «son más flexibles ge, Mass., 1933).
protagonismo y otras funciones. A este res- a la hora de adaptarse a las condiciones cam- CHANG, H. (1994): The Political Economy of In-
pecto véanse O’Connors, J. (1987): La crisis biantes de los mercados, de la tecnología y de dustrial Policy, St. Martin’s Press, Nueva York.
fiscal del Estado, Península, Barcelona y la cultura. En realidad tienen menos poder que CHEVALIER, J. M. (1979): La economía indus-
Gough, I. (1982): Economía política del Estado los gobiernos nacionales, pero poseen una trial en cuestión, Blume, Madrid (París,
del bienestar, H. Blume, Madrid. mayor capacidad de respuesta para generar 1977).
(26) Tradicionalmente han venido siendo las proyectos de desarrollo con objetivos concre- CHEVALIER, J. M. (1995): «L'apport de l'écono-
externalidades tecnológicas las aludidas como tos, para negociar con compañías multinacio- mie industrielle aux stratégies d'entrepri-
justificación convencional de la política indus- nales, para fomentar el crecimiento de empre- ses», en Chevalier, J. M. (Dir.): L'économie
trial. Krugman (1992) pone el acento y resalta sas endógenas pequeñas y medias y para crear industrielle des stratégies d'entreprises,
también el papel de las externalidades pecu- las condiciones que atraerán a las nuevas fuen- Montchrestien, París.
niarias como justificación de primer orden para tes de riqueza, de poder y de prestigio.» (p. 29). GLAIS, M. (1992): Economie industrielle, Litec,
la reivindicación de una política industrial. (36) Crévoisier, O. (1994) y Hayter, R. (1998): París.
(27) Esta línea teórica ha alcanzado un gran The Dynamics of Industrial Location, Wiley, GUERRERO, D. (1995a): «Los fundamentos de
desarrollo en el análisis de la dimensión tec- Nueva York. la política industrial. Cambio técnico y es-
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