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Archivos de Ginecología y Obstetricia


ÓRGANO OFICIAL DE LA SOCIEDAD GINECOTOCOLÓGICA DEL URUGUAY
EDITOR: Dr. Ricardo Topolanski

SOCIEDAD GINECOTOCOLÓGICA DEL URUGUAY


Hospital “Pereira Rossell”. Clínica Ginecotocológica “C”
Br. Artigas 1550, 2do piso. CP 11.600. Montevideo, Uruguay
Casilla 16.135. Telfax: (598 2) 709 9287

COMISIÓN DIRECTIVA 2000–2001 COMITÉ CIENTÍFICO


Presidente Dr. José E. Pons DR. JUSTO ALONSO TELLECHEA
1er Vicepresidente Dr. Jorge Martínez Torena
2do Vicepresidente Dr. Mario Olazábal Calvette DRA. CARMEN ÁLVAREZ SANTÍN

Secretario Dr. Luis Dabezies DR. MIGUEL BEN DE BARROS


Prosecretario Dra. Lourdes de Freitas
DRA. IRIS BIDERMAN DE ROZADA
Tesorero Dr. Mario Pérez
Bibliotecario Dr. Luis Ayçaguer DR. GASTÓN BOERO
Vocales Dr. Arturo Achard
DR. GERARDO BOSSANO
Dr. Gustavo Gallino
Dr. Washington Hernández DR. ALEJANDRO BOZZOLO GORLI
Suplentes Dr. Williams Saltre
Dra. Isabel Bracco DR. JOSÉ C. CUADRO
Dra. María I. Martínez
DR. JOSÉ C. FAGNONI BOLLO
Dr. Carlos Leoni
Dr. Richard Viera DR. SERGIO IBARBURU
Dr. Roberto Gatti
Dr. Carlos Guillenea DR. ÁLVARO ILLARRAMENDI
Dr. Julio Quintana
Dr. Gualberto Arribeltz DR. FÉLIX LEBORGNE

DR. JORGE MARTÍNEZ TORENA


SOCIEDAD DE GINECOLOGÍA Y OBSTETRICIA DEL INTERIOR

ARCHIVOS DE GINECOLOGÍA Y OBSTETRICIA | 2001; 39 (1)


Presidente Dr. Washington Hernández DR. RAÚL MEDINA MILANESI

SOCIEDADES ANEXAS DE LA S.G.U. DR. MARIO OLAZÁBAL CALVETTE

SOCIEDAD URUGUAYA DE GINECOLOGÍA DE LA DR. MARIO OLAZÁBAL ETULAIN


INFANCIA Y ADOLESCENCIA
Presidenta Dra. Selva Lima DR. JOAQUÍN PIERA

SOCIEDAD DE ENDOSCOPIA GINECOBSTÉTRICA DR. JAIME POLTO


Presidente Dr. Agustín Rubal
DR. JOSÉ E. PONS
SOCIEDAD DE MENOPAUSIA Y ENDOCRINOLOGÍA GINECOLÓGICA
DR. RICARDO POU FERRARI
Presidente Dr. Luis Ayçaguer
DRA. MARÍA ROSA REMEDIO
SOCIEDAD URUGUAYA DE REPRODUCCIÓN HUMANA
Presidente Dr. Juan C. Rodríguez Buzzi DR. RAMÓN RODRÍGUEZ DE ARMAS

SOCIEDAD DE PATOLOGÍA DEL TRACTO GENITAL INFERIOR DR. HÉCTOR ROZADA POMAR
Presidente Dr. Alejandro Eiriz
DR. ALEGRE SASSÓN
SOCIEDAD DE ECOGRAFÍA GINECOBSTÉTRICA
Presidente Dr. Jorge D’Avenia DR. JUAN C. SCASSO BANFI

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ISSN 1121–8339
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ARCHIVOS DE GINECOLOGÍA Y OBSTETRICIA | 2001; 39 (1)

Sumario
ARCHIVOS DE GINECOLOGÍA Y OBSTETRICIA | 2001; 39 (1)

Ilustración en cubierta: fragmento de «La maternidad», de Joaquín Torres García.


Tomado de: Joan Sureda Pons. Pasión Clásica. —: AKAL EDICIONES, 1998: pág. 141.

COORDINACIÓN | Ediciones del Trébol ANUNCIAN EN ESTE NÚMERO


Durazno 2036. Montevideo | vignolo@internet.com.uy | 401 3890 ­ Dr. Eduardo Belza
­ Gador S.A.
EDICIÓN, DISEÑO Y CORRECCIÓN | ARENA
­ Galien
arena@chasque.apc.org | 900 2813 – 094 297016
­ Gramon–Bagó
Gráficos e ilustraciones: A. Ortiz | Mecanografiado: G. Gómez
Películas: Jet color | Impresión: Graphis ­ Servimedic
­ Schering
­ Urufarma
Depósito legal: 304.342/2000 ­ 3M

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Editorial
Ricardo Topolanski

Con este primer número iniciamos la entrega del volumen 39 de A.G.O. En el mismo se
incluye el índice de los dos años anteriores, que por razones de espacio no fue posible
publicar en el último número del volumen anterior como correspondía. De todos modos
queremos destacar que en la biblioteca de la Sociedad existe una base de datos muy
completa, la cual está a disposición de los socios en cualquier momento, tanto para traba-
jos publicados en archivos como para trabajos leídos en todos los congresos uruguayos, lo
mismo que publicaciones efectuadas en revistas de las clínicas. Las consultas pueden efec-
tuarse por fax, por e-mail o concurriendo personalmente.
En este número se incluyen distintos trabajos, algunos procedentes del exterior. El primer
tema a tratar es la eclampsia, ominosa complicación del embarazo que ha disminuido
notablemente en los últimos años debido más que nada al mejor control prenatal. Sin
embargo, a pesar de todos los tratamientos que se hagan y de la atención en CTI, aún
mantiene su cuota de mortalidad; esporádicamente siguen apareciendo algunos casos de
muerte materna, por lo que la revisión del tratamiento y de sus resultados siempre es
oportuna. Mahmoudi y col.(1) analizaron una población hospitalaria en Boston durante
un período de 13 años, comprobando una incidencia del orden del 0,028% en aquel país.
La mayoría de las pacientes tenía cuatro o más controles. Munro(2), comunicó hace algo
más de un año su experiencia con el tratamiento de la eclampsia en un departamento de
emergencia en Glasgow. En Inglaterra la incidencia es algo más alta, de un caso cada
2000 embarazos (0,05%), pero lo más importante es que en dicho artículo se señala en el
artículo una mortalidad del 2%, lo cual indica la importancia de esta complicación, cuya
vinculación con el frío no cesaban de indicar nuestros profesores, aunque no se haya
registrado una variación estacional de los ingresos. El trabajo del doctor Aguirre y col.
analiza todos los casos ocurridos en el CHPR en los últimos 5 años, demostrando unas ARCHIVOS DE GINECOLOGÍA Y OBSTETRICIA | 2001; 39 (1)
cifras en todo similares a las de los autores a los que se ha hecho mención.
La evisceración del intestino delgado a través de la bóveda vaginal es un raro accidente
que ocurre por lo general en pacientes que fueron sometidas a cirugía vaginal, aunque
puede presentarse en otras situaciones. Nezhat y col.(3) estudiaron el tema en 1996 a
propósito de tres casos luego de histerectomía laparoscópica, en la Universidad de Stanford,
California, La evisceración en ausencia de un antecedente quirúrgico es mucho más rara
aún: Simanowski y col.(4) de la Universidad de Hanover citan el caso de una mujer de 63
años, en cuyas consideraciones se cita al hipoestrogenismo postmenopaúsico como un
factor a tener en cuenta. En México, Algara y col.(5) hacen una completa revisión de la
literatura a propósito de un caso. Debido a que oportunamente no fuera comunicado, no
se cita en la comunicación de los doctores Putti y Briozzo otro caso ocurrido en este
hospital durante un procedimiento de electroconización, en el cual se produjo espontá-
neamente la ruptura del fondo de saco vaginal posterior con exteriorización de un asa del
intestino delgado, en una mujer joven sin antecedentes quirúrgicos. En el mismo acto
quirúrgico se efectuó una laparotomía con reintroducción del asa y sutura del fono de
saco de Douglas, con buen resultado post operatorio. En la publicación actual, los autores
relatan cuidadosamente la historia clínica, hacen una revisión de la literatura nacional y
efectúan las consideraciones correspondientes.
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El cáncer verrucoso de la vulva plantea interesantes cuestiones, tanto en lo que se refiere


a su tratamiento como a su diagnóstico diferencial con el condiloma gigante, su eventual
malignización y otras formas de cáncer. El papel que juega en su desarrollo el virus del
papiloma humano (VPH) está en discusión. Djurdjevich y col.(6) analizaron varios casos
en los que hallaron el VPH 16 en cinco casos (cuatro en tipos condilomatosos); el VPH 6
fue hallado en tres casos de carcinoma verrucoso y el VPH 18 en un caso de cáncer
condilomatoso. Kondi-Papitis y col.(7) encontraron en tres casos de cáncer verrucoso VPH
6 y 11 con la técnica de la hibridización in situ. Metha y col.(8) en Cambridge comunican
sus resultados con acitrecin a razón de 10 mg/día en una recidiva después de 6 años de
una vulvectomía seguida de radioterapia en un caso de carcinoma verrucoso en una mu-
jer de 60 años. Por estas razones, creemos de gran interés el análisis y diagnóstico diferen-
cial de los casos tratados en el CHPR por los doctores Aguirre y Álvarez.
Otro de los temas que se incluye en esta entrega se refiere al estudio de la velocidad de
eritrosedimentación durante el embarazo. Desde hace muchos años no se ha hecho nin-
gún estudio serio al respecto y la búsqueda en Internet lo confirma. Hallamos sin embar-
go, una cita procedente de Nigeria en la que Obisesan y col.(9) analizan los valores
hematológicos hallados durante el embarazo en su país, con cifras promediales de 18,6
(DS 7.2). En el mismo se encuentran algunas discordancias con el detallado estudio de
Santa María, RGS, Brasil, que señala la elevación de las cifras a medida que avanza el
embarazo.
El estudio del ganglio centinela en casos de cáncer del cuello uterino, publicado en el
número anterior de ARCHIVOS, motivó la presentación por el equipo de anatomía pa-
tológica del CHPR (que dirige la Profesora Carmen Álvarez) de la técnica seguida para
su identificación. Esta comunicación aporta elementos originales referidos al procesa-
miento, por lo que se entrega para su consideración en este número.

BIBLIOGRAFÍA
1. Mahmoudi N, Graves SW, Solomon CG, Repke JT, Seely EW. Eclampsia: a 13 –year experience at a
Unites States tertiary city center. J. Women’s Health Gend Based Med. 1999; 8: 495-500.
2. Munro PT. Management of eclampsia in the accident and emergency department. J Accid Emerg Med
2000;17:7-11
3. Nezat CH, Nezat F, Seidman DS, Nezat C Vaginal vault evisceration avter total laparoscopic hysterectomy.
Obstet Gynecol 1996; 87: 868-70
4. Simanowski JH, Grotz M, Kauffels W Vaginal prolapse of the small intestine. A rare clinical presentation.
Zentralbl Chir 2000; 125: 904-6
5. Cortés Algara AL, Eguiarte Calderón R, Manzanares Carrillo G, González Ramírez PA. Vaginal evisceration.
Report of a case and review of the literature. Ginecol Obstet Mex 2000; 68:171-3
6. Djurdjevic S, Devaja O, Hadzic B. Malignant potential of giganatic condylomatous lesions of the vulva Eur
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J Gylnaecol Oncol 1999; 20: 63-6


7. Kondi-Paphitis A, Deligeorgi-Politi H, Liapis A, Plemenou- Frangou. Human papilloma virus in verrucous
carcinoma of the vulva: immunopathololgical study of three cases. Eur J Gynaecol Oncol 1998; 19: 319-
20
8. Metha RK, Rytina E, Sterling JC. Treatment of verrucous carcinoma of vulva with acitrecin. Br J Dermatol
2000; 142: 1195-8
9. Obisesan KA, Adeyemo AA, Okunade MA Haematologial values in pregnancy in Ibadan, Nigeria. Afr J
Med Med Sci 1998;27: 9-11

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Eclampsia. Epidemiología y resultados


perinatales
Dr. Rafael Aguirre1 , Dr. Edgardo Castillo2 , Dr. Carmelo Alonso3

RESUMEN
Se investigan diversos aspectos clínicos, epidemiológicos y terapéuticos de las pacientes
que presentaron eclampsia en nuestro hospital, con el propósito el contribuir al
conocimiento de una grave patología que presenta una elevada morbilidad y mortalidad
tanto materna como fetal y cuya comprensión, dada su baja frecuencia, puede resultar
difícil para el clínico.
Se analizaron todos los casos de eclampsia ocurridos en la maternidad del Centro
Hospitalario Pereira Rossell (C.H.P.R.) en el período comprendido entre el 1 de enero
de 1995 a 31 de diciembre de 1999 (5 años). Se procedió a realizar un estudio
descriptivo en forma retrospectiva de dicha población y un análisis estadístico de los
resultados.

SUMMARY
This paper analyzes the clinical, epidemiological and therapeutic facts of the patients
who were admitted with eclampsia in our hospital. The study is aimed at contributing
to the knowledge of a serious pathology associated with a high mother and child
morbidity and mortality, and that sometimes poses difficulties to the clinician due to
its low frequency.
All eclampsia cases admitted at the maternity of the Pereira Rossell Hospital from
January 1, 1995 to December 31, 1999 were analyzed retrospectively. A statistical
analysis of the results is presented.
Palabras clave: eclampsia, prevalencia, morbilidad, mortalidad.
Key words: eclampsia, prevalence, morbidity, mortality.

INTRODUCCIÓN
La eclampsia es una de las más graves complicaciones obstétricas. La crisis eclámptica se
define como el desarrollo de convulsiones o coma durante el embarazo, en ausencia de
una afección neurológica que la explique. Se trata de una patología de muy baja frecuen-
cia con una incidencia, según la última casuística nacional, de 0,16% de los nacimien-
tos.(23) En el ámbito internacional las cifras son muy variables y van de una frecuencia de ARCHIVOS DE GINECOLOGÍA Y OBSTETRICIA | 2001; 39 (1)
0,32%(32) a una de 0,015%(17)(tabla 1). Se reconoce una disminución de su incidencia
relacionada al mejor control del embarazo y los cuidados prenatales.(13) Todo ello hace
que el correcto conocimiento de estaenfermedad, en la población hospitalaria, no sea un
hecho sencillo.(11, 13)
Son múltiples los factores de riesgo vinculados con la eclampsia, fundamentalmente
aquellos relacionados con el embarazo adolescente, la nuliparidad y el mal control obsté-
trico.(5, 7, 14,19, 24, 27, 32) Sin embargo, éstos varían mucho según el país y la población en
estudio.
El término eclampsia deriva de la palabra griega eklampsis que significa relámpago, en
alusión a lo repentino e impredecible de su aparición. Se trata así, de una enfermedad de

1
Médico Asistente de la Clínica Ginecotocológica “C” Prof. Dr. José Carlos Cuadro.
2
Ex–Médico Asistente de la Clínica Ginecotocológica “A” Prof. Dr. José Enrique Pons.
3
Médico Residente de la Clínica Ginecotocológica “A” Prof. Dr. José Enrique Pons.
Correspondencia: Dr. Rafael Aguirre. Dirección: Santiago Gadea 3056/601.CP. 11600. Montevideo. Uruguay.
e-mail: raguirre@chasque.apc.org.
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Eclampsia. Epidemiología y resultados perinatales


Rafael Aguirre , Edgardo Castillo , Carmelo Alonso

aparición brusca y sorpresiva, generando una situación crítica para la paciente y angustiante
para el obstetra tratante. Según algunos autores, el 43 al 45% de las pacientes ingresan al
hospital ya con el diagnóstico de eclampsia. (24)(32) Las crisis son más frecuentes previo al
nacimiento por lo cual existe un severo riesgo fetal y neonatal que agrega gravedad al
cuadro clínico.(2)(5)(13)(27)(32)
La eficacia del sulfato de magnesio para yugular la crisis está bien establecida por
estudios internacionales(1)(5), constituyendo el anticonvulsivante de elección en nuestro
país. El 40% de las crisis eclámpticas presenta complicaciones materno fetales, lo cual
agrega un importante factor pronóstico sobre el binomio materno fetal. En la literatura se
halla una mortalidad perinatal variable entre un 5% y 16,8% cuya causa principal son las
complicaciones derivadas de la prematurez.(5)(7)(8)(13)(31)(32) En el último trabajo nacional,
en el año 1984, sobre morbimortalidad materna, se informaba una mortalidad materna de
un 10 al 15 % y una mortalidad perinatal de 20 a 30%, cifras que han cambiado actual-
mente, en concordancia con la experiencia mundial. Por ejemplo, Sibai reconoce una
disminución de la mortalidad materna desde 2,1% a valores muy cercanos al 0%.(7)(32)(33)
El correcto conocimiento de estaafección, su manejo terapéutico y sus potenciales
complicaciones, adquieren un valor fundamental para el pronóstico del binomio madre -
hijo. Por tanto, en este trabajo se describen algunas de las características más salientes del
problema.

OBJETIVOS
Evaluar algunos aspectos epidemiológicos, clínicos y patológicos de las pacientes con
eclampsia de nuestra maternidad. Se busca un mayor conocimiento de las características
que presenta esta enfermedad en una población heterogénea y de bajos recursos, para así
optimizar el manejo obstétrico de estas pacientes.

MATERIAL Y MÉTODOS
Se realizó la revisión sistemática de las historias clínicas de las pacientes que consultaron
en nuestra maternidad durante cinco años (1º de enero de 1995 al 31 de diciembre de
1999). Esta es la revisión más extensa de esta enfermedad en el ámbito nacional, tanto
por el período analizado como por el número de pacientes. Los datos se obtuvieron del
Sistema Informático Perinatal (S.I.P.). El número de pacientes que presentaron eclamp-
sia durante este período fue 51. Del S.I.P. se obtuvo, así mismo, el número de archivo de
las historias clínicas, lo cual permitió que se revisaran dichas historias, corroborando su
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diagnóstico. Dos historias clínicas, no encontradas en el archivo central, fueron buscadas


en el registro específico para pacientes trasladadas a otro hospital.
El diseño del estudio consistió en un análisis observacional retrospectivo del universo.

RESULTADOS
Se confirmó el diagnóstico de eclampsia en 43 de las 51 pacientes. En los 8 casos restantes
se comprobaron errores de digitado en la base electrónica del S.I.P. (3 casos), y errores de
llenado de la hoja codificada por parte del profesional actuante (5 casos). Por tanto, la
frecuencia absoluta de eclampsia en este período es de 43 casos. De un total de 42.956
nacimientos en el quinquenio 1995 – 1999, la frecuencia relativa de esta enfermedad es
0,10%. Se reconoce una importante reducción de la frecuencia a nivel nacional en los
últimos 20 años.(11, 23, 28) Entre sus causas se vincula el mejor control del embarazo y el
diagnóstico y el tratamiento adecuado de las pacientes pre-eclámpticas. (Figura 1 y Tabla
1).
Se observó una frecuencia de 2,2% de pre-eclampsia en la población analizada (com-
parable a los datos obtenidos por el Center for Disease Control de Estados Unidos entre
1979 y 1986(27)). La frecuencia absoluta de pre-eclampsia en este período es de 957 casos,
desarrollando eclampsia el 4,5% de estas pacientes.
Se evaluaron las características de la población que presentó eclampsia considerando
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Rafael Aguirre , Edgardo Castillo , Carmelo Alonso

Figura 1.

Tabla 1. Incidencia de la eclampsia según diferentes autores


AUTOR PERÍODO PAÍS INCIDENCIA
Sibai et al.(32) 1977-1980 USA 0.32%
Ekholm et al.(8) 1990-1994 Finlandia 0.024%
Mahmoudi et al. (14)
1984-1997 USA 0.028%
Conde-Agudelo et al.(5) 1993-1995 Colombia 0.81%
Douglas et al.(7) 1992 Reino Unido 0.049%
Geirsson et al. (11) 1972-1991 Islandia 0.046%
Saftlas et al.(27) 1979-1986 USA 0.056%
Moller et al.(17) 1976-1980 Suecia 0.015%
Porapakkhan et al. (24) 1967-1974 Tailandia 0.2%
Leich et al.(12) 1980-1990 Reino Unido 0.072%
Fave et al.(9) 1985-1989 Gabón 0.12%
Picovsky y De Paula(23) 1976-1979 Uruguay 0.32%
1980-1983 0.16%
Nuestra serie 1995-1999 Uruguay 0.10%

como parámetros el grupode edades, la paridad, el control del embarazo y los anteceden-
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tes personales y familiares.
De la distribución por edad, se observó un rango de edad de 14 a 34 años, con una
media de 20 años y un 58% de pacientes adolescentes (n= 25). El 67% de las pacientes
eran nuligestas (n= 29). Se observó sólo un caso de embarazo múltiple.
Un 88% de embarazos son controlados, de los cuales sólo la mitad tenía cinco o más
controles. En las 14 pacientes con gestas previas se constató el antecedente de síndrome
pre–eclampsia – eclampsia en 8 casos (57%), marcando la importancia del mismo como
factor de riesgo.
De los antecedentes de hipertensión arterial crónica, un 4,6% (n= 2) eran hipertensas
y un 16% (n= 7) presentaba este antecedente en el entorno familiar. La distribución de
las crisis fue regular durante todo los meses del año.(9)(19) (Tabla 2).
El 53% (n= 23) de los casos reconoce la existencia de sintomatología relacionada en
las horas o días previos a la crisis. Todos los casos se corresponden con sintomatología
funcional hipertensiva, pero un 16% (n= 7) agregaba clínica considerada prodrómica de
eclampsia, como ser epigastralgia y alteraciones visuales.
En el 46% (n= 20) de los casos la crisis marca el debut clínico de la enfermedad.(14)
En un 39% (n= 17) de los casos se llegó al diagnóstico de pre eclampsia previo a la crisis.
En estos casos las tres cuartas partes eran pre– eclampsia leve, por lo cual no se instauró
terapia anticonvulsivante preventiva de la crisis.
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Rafael Aguirre , Edgardo Castillo , Carmelo Alonso

Tabla 2. Factores de riesgo de la eclampsia Se analizó el momento de la crisis en relación a


Adolescente (igual o menor a 19 años) 58% la edad gestacional y al momento del embarazo en
Nuligestas 67% que ocurre. Se constató que el 60,4% (n= 23) de
Embarazo controlado 88%
las crisis ocurrió en embarazos de término, un 18,6%
(n= 8) entre las 33 y 36 semanas, y un 21% (n= 9)
Antecedentes obstétricos de pre-eclampsia 57%
en embarazos de pretérmino severo. Al momento
(en pacientes con embarazos previos)
de la crisis, se encontró un 67% (n= 29) de crisis
Antecedentes personales de H.T.A 4.6% anteparto, un 12% (n= 5) intraparto y un 21% (n=
9) posparto. En las crisis posparto constatamos sie-
Tabla 3. Momento de la crisis eclámptica en relación a te luego de un parto vaginal y dos casos post cesárea.
la etapa del embarazo
La presentación clínica de la crisis eclámptica
Edad gestacional (al momento de la crisis)
fue sin excepciones una crisis convulsiva tónico–
Término 60.4% clónica de tipo gran mal. (Tabla 3).
Pretérmino leve 9.3%
Moderado 9.3% Se observaron cifras normales de presión arterial
Severo 21% en un 14% de las pacientes. Del total de las pacien-
Momento de la crisis
tes hipertensas, el 89% presentaba cifras acordes con
el diagnóstico de pre-eclampsia severa requiriendo
Anteparto 67%
Intraparto 12%
terapia antihipertensiva. El 20% de las pacientes pre-
Posparto 21% sentaba valores de albuminuria aislada inferior a 1
g/l. Se observó hemoconcentración (Hto. mayor a
Tabla 4. Complicaciones de la eclampsia 36%) en el 75% de los casos.
Número de pacientes: 19 Los valores de uricemia superiores a 6 g/l fueron
Frecuencia relativa: 44% un hallazgo constante en todas las pacientes en las
Complicaciones más frecuentes: que ésta fue valorada (n= 38).
S.F.A. (diagnóstico clínico y electrónico) 5 casos En la totalidad de los casos se utilizó terapia
DPPNI c/ S.F.A. 2 casos anticonvulsivante con sulfato de magnesio
DPPNI sin afectación clínica fetal 2 casos
intravenoso según la pauta aplicada en nuestro hos-
pital. El 67% (n= 29) de las pacientes recibió ade-
Síndrome HELLP 4 casos
más diazepam intravenoso para cohibir la crisis. En
Insuficiencia renal aguda 2 casos dos casos (4,6%) fue necesario el uso de tiopental e
Alteraciones ritmo 2 casos intubación orotraqueal para cohibir cuadros
AVE isquémico 1 caso convulsivos subintrantes.
Neumonía por aspiración 1 caso El 14% de los casos presentaron nuevas crisis
TOTAL 19 casos convulsivas luego de realizada la dosis carga de
sulfato de magnesio. En ningún caso fue necesario
suspender el uso del fármaco por sus efectos secun-
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darios. De las complicaciones agregadas a la eclamp-


sia, las mismas se constataron en el 44% de las pacientes. Fueron significativamente más
frecuentes en las pacientes mayores de 19 años, en los embarazos de pretérmino y en las
crisis previo al nacimiento. (Tabla 4).
La vía de finalización del embarazo, en aquellos casos con crisis previo al nacimiento
(n= 34), fue en el 94% de los casos por cesárea y en dos pacientes por vía vaginal. Las
causas de cesáreas son atribuibles a la existencia de una situación obstétrica desfavorable,
la lenta evolución de los partos inducidos y la alta tasa de sufrimiento fetal agudo en las
pacientes con crisis intraparto.
Se analizaron los resultados perinatales considerando la morbilidad y mortalidad ma-
terna y fetal. Se valoró la repercusión fetal considerando los gases en sangre del cordón y
el puntaje de Apgar de las pacientes con crisis previo al nacimiento y con feto vivo al
momento de la misma (n= 33). Se consideró como marcador de depresión neonatal se-
vera un puntaje de Apgar igual e inferior a seis al quinto minuto de vida. Se constató en
tres casos la existencia de depresión neonatal severa correspondiendo esto a dos fetos con
acidosis. De estos 33 casos se realizó gasometría en aquellos casos en que se juzgó necesa-
rio por el neonatólogo actuante, contando con la valoración gasométrica fetal en 19 de
los mismos. Se constató en 14 neonatos la existencia de una gasometría de cordón con un
pH inferior a 7,20. La real frecuencia de sufrimiento fetal agudo (SFA) en estas pacientes

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Eclampsia. Epidemiología y resultados perinatales


Rafael Aguirre , Edgardo Castillo , Carmelo Alonso

Tabla 5. Morbimortalidad sería de 42%. Constatamos que en los siete


Perinatal casos en que se realizó diagnóstico clínico
Depresión neonatal severa de SFA, el mismo se confirmó por la
Apgar < 7 pH < 7.20
gasometría.
En crisis pre-nacimiento c/feto vivo 9% 42%
La incidencia de retardo de crecimiento
uterino fue de un 14%, no existiendo en nin-
En crisis puerperales 0% 0%
gún caso otra afección que lo explique más
Morbilidad neonatal total 23%
que el proceso fisiopatológico del síndrome
Mortalidad perinatal total 11% preeclampsia – eclampsia.
fetal 4% La morbilidad neonatal es del 23%, cu-
neonatal 7% yas causas son vinculadas a la prematurez
Materna (80%). La mortalidad perinatal fue de 11%
Ingreso a Cuidados Intensivos 65% (5 casos) distribuidos en 2 muertes fetales y
Hipertensión arterial al alta 30%
3 muertes neonatales.
Secuelas graves 0%
El 65% de las pacientes requiere su in-
greso a un centro de cuidados intermedios o
Mortalidad materna 2.3%
intensivos, con un promedio de estadía de 3
días. La muerte materna ocurrió en un solo
caso (2,3%). Ocurrió por alteraciones del ritmo y paro cardíaco asociado a la crisis
convulsiva. Un 30% de pacientes son hipertensas al alta, de las cuales la tercera parte
recibe medicación antihipertensiva. (Tabla 5).

CONCLUSIONES

Epidemiología
La eclampsia es una patología poco frecuente en la población hospitalaria y se presenta
con una frecuencia de un caso cada mil nacimientos. Se constata, tanto en el ámbito
nacional como internacional, una disminución estadísticamente significativa en la inci-
dencia de esta enfermedad en los últimos 20 años. Entre los factores que contribuyen a
esta reducción se reconocen el mejor control del embarazo y el diagnóstico y tratamiento
adecuado de las pacientes con pre-eclampsia. El grupo de mayor riesgo es el de pacientes
adolescentes y nuligestas. Más de la mitad de las pacientes presentan un embarazo mal o
no controlado. De los antecedentes de las pacientes, se destacan la alta frecuencia de
síndrome pre-eclampsia en pacientes con embarazos previos y la baja frecuencia de pa-
cientes hipertensas crónicas.

Clínica ARCHIVOS DE GINECOLOGÍA Y OBSTETRICIA | 2001; 39 (1)

La crisis generalmente se presenta en forma inesperada marcando, en la mitad de los


casos, el debut de la enfermedad. Sólo en el 39% de los casos se realiza diagnóstico de pre-
eclampsia previo a la crisis y generalmente esta es de tipo leve por lo cuál no se realiza la
profilaxis anticonvulsivante. Se observó una mayor frecuencia en el embarazo de término
y antes del nacimiento. Su forma de presentación fue exclusivamente por convulsiones
tónico–clónicas. Un 14% de las pacientes presentan cifras normales de presión arterial.
La eclampsia en el embarazo de término es algo más frecuente en nuestro hospital que lo
observado a nivel internacional.(2)(5)(13)(27)(31)(32)

Paraclínica
Una de cada cinco casos presenta una albuminuria inferior a 1 g/l y la hiperuricemia es un
hallazgo constante.

Tratamiento
El anticonvulsivante de elección es el sulfato de magnesio, existiendo un bajo índice de
nuevas crisis luego de iniciado el mismo.(1) No se constataron efectos secundarios impor-
tantes.

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Eclampsia. Epidemiología y resultados perinatales


Rafael Aguirre , Edgardo Castillo , Carmelo Alonso

Complicaciones
El 44% de las pacientes presentó complicaciones graves agregadas al cuadro eclámptico,
siendo estas complicaciones más frecuentes en las pacientes mayores de 19 años, en em-
barazos de pretérmino y en las crisis previas al nacimiento.

Vía de terminación del embarazo


En la gran mayoría (94%) de los casos se finalizó la gravidez por operación cesárea

Morbilidad y mortalidad
Un 42% de los fetos con crisis previa al nacimiento presentó acidosis metabólica en san-
gre del cordón. En la mitad de los casos no se realizó diagnóstico clínico ni electrónico de
sufrimiento fetal agudo. Se constata la falta de correlación entre el puntaje de Apgar y la
gasometría fetal. Es recomendable considerar la gasometría del cordón en forma rutinaria
en todas las pacientes con eclampsia. La morbilidad neonatal es del 23% y la mortalidad
perinatal de 11%. Su principal causa son las complicaciones de la prematurez secundaria
a la crisis eclámptica. Una de cada tres pacientes permanecía hipertensa al alta. No exis-
tieron secuelas maternas graves a largo plazo. La mortalidad materna fue del 2,3%.
Se constata una disminución de la morbimortalidad materna y perinatal en los ámbi-
tos nacional e internacional.

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Promedio de valores para la velocidad


de sedimentación de eritrocitos durante
el embarazo
Dres. José Edson Paz da Silva1, Juarez Dias Coelho2, José Laureano Santos Júnior3, Rosane
Rosa Gallo3, Helena Sebastiany 4, Maisa Michels5, Carlos Alberto Brandão6

RESUMEN
La velocidad de sedimentación de los eritrocitos contribuye al diagnóstico de los
procesos infecciosos e inflamatorios, en los cuales se encuentra elevada (más de 15
mm en hombres y de 25 mm en mujeres). Puede estar aumentada también en
individuos aparentemente saludables, ancianos y mujeres embarazadas. Con relación
al último grupo, el aumento de la hemodilución y de las demás alteraciones del
metabolismo que acompañan la evolución del período de embarazo interfieren en la
VSE. No conocemos, en la literatura, valores referenciales de acuerdo con el trimestre
de embarazo para la orientación de los clínicos. Con este objetivo se estudió el
referido examen en un grupo de 303 embarazadas con los exámenes de sangre para
evaluación de laboratorio de rutina. Para el grupo de estudio en el primer trimestre
de embarazo, encontramos un valor promedio de 20,9 mm, en el segundo 30,2 mm
y para el tercero un valor promedio de 39,8 mm.

SUMMARY
Although simple and inespecific, the ESR is of great use in the laboratory routine,
contributing for the diagnosis in infeccious and inflamatory processes, in which it is
elevated(above 15 mm for men and 25 mm for women). It could be elevated too in
aparently healthly persons, in elderly and in pregnants. About this last group, we
don’t know, in literature, reference values for physicians orientation according to the
pregnancy period. With this objective, the ESR, Westergren method, was studied in
a group of 303 pregnants, who collect blood for laboratory routine evaluation, in-
cluded in or not in the physician request. For the patients group in the I° quarter
year pregnancy (n = 77), we found medium values about 20,9 mm. In the II° quar-
ter year (n = 108), 30,2 mm and in the III° quarter year pregnancy group (n = 118),
we found a medium value of 39,8 mm. The standard deviation were 12,3 ; 15,5 and
15,9 respectively. Increased blood dilution and other metabolic disturbances that
occur during the pregnancy period evolution affect the ESR, increasing the medium
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values, reaching the last quarter year almost double reference values of superior
limits in no pregnants women with less than 50 years old. Although sharing the idea
that standard values must be obtained in the population studied, the values ob-
tained can be used for the physicians orientation.
Palabras clave: velocidad de sedimentación de eritrocitos, embarazo.

INTRODUCCIÓN
La determinación de la velocidad de sedimentación de los eritrocitos (VSE) es uno de los
métodos más simples a disposición del clínico y aunque inespecífico, es de gran uso en la

Trabajo realizado en el Departamento de Análisis Clínicos y Toxicológicos/Laboratorio Central de Análisis


Clínicos del Hospital Universitario de la Universidad Federal de Santa Maria – RS – Brasil
1. Profesor Titular del Departamento de Análisis Clínicos y Toxicológicos del Centro de Ciencias de la Salud –
UFSM
2. Químico Farmaceutico del Hospital Universitario – UFSM
3. Químico Farmaceutico de la Intendencia Municipal de S. Maria
4. Mestranda del Curso de Farmacia – UFSM
5. Alumna de Graduación del Curso de Farmacia – UFSM
6. Profesor de la Facultad de Farmacia de La Universidad Regional del Alto Uruguay – Erechim – RS - Brasil
Dirigir correspondencia a: Dr. José Edson Paz da Silva. Andradas, 1633. Ap. 203. Santa Maria – RS - CEP
97010-033. Brasil
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Promedio de valores para la velocidad de sedimentación de eritrocitos durante el embarazo


José Edson Paz da Silva, Juarez Dias Coelho, José Laureano Santos Júnior et al.

rutina de laboratorio clínico como un examen de selección, contribuyendo al diagnóstico


de procesos infecciosos e inflamatorios, así como al control de la evolución de estas enfer-
medades.(1,2,3,4,5,6,7,8)
El método normalmente aceptado, y más difundido entre nosotros, es el propuesto
por Westergren en 1921(9), recomendado como método de referencia por el International
Committee for Standardization in Haematology. (10)
La VSE, que consiste en medir la velocidad de separación entre los eritrocitos y el
plasma en una hora, está influenciado por varios factores, que pueden ser tanto plasmáticos
(contenido de colesterol, de fibrinógeno, concentración de iones hidrógeno, viscosidad
plasmática, etc.) como dependientes de los eritrocitos (contenido hemoglobínico, forma,
número y tamaño de los eritrocitos, etc.), además de las interferencias técnicas. Según
Potron y cols. (1994), 82% de las alteraciones de la VSE pueden ser explicadas por los
niveles de fibrinógeno y hematócrito. Las variaciones de edad y sexo son factores fisioló-
gicos que también influyen sobre los valores de la VSE, así como el embarazo.(1,6)
Los valores de referencia originalmente eran 3 mm para hombres y 7 mm para muje-
res, en una hora. Desde esa época se aceptaron valores más altos como normales.(1,6,11,12)
Los valores alrededor de los propuestos por Böttiger & Svedberg(1), han sido los más acep-
tados, o sea, hasta 15 mm para hombres y 25 mm para mujeres, menores de 50 años; para
edades superiores a 50 años, los valores pasan a ser hasta de 20 mm para hombres y de 30
mm para mujeres. En el caso de las mujeres embarazadas, aunque Fahraeus(13) haya dado
40 y 50 mm como valores máximos a esperar dentro de la normalidad en la primera hora,
generalmente otros autores relatan que esta situación produce una elevación moderada
en los valores de la VSE.(5,6)
El objetivo de este trabajo fue establecer valores promedio para la determinación de la
VSE en mujeres embarazadas, usando muestras de la propia población atendida en nues-
tro laboratorio, provenientes del ambulatorio de Ginecología y Obstetricia del Hospital
Universitario de la Universidad Federal de Santa María – RS – Brasil.

MATERIAL Y MÉTODOS
Fueron obtenidas 303 muestras de sangre venosa proveniente de embarazadas cuyas eda-
des estaban comprendidas entre 13 y 50 años, atendidas en el ambulatorio de Ginecología
y Obstetricia y que se presentaron para exámenes de laboratorio de rutina, en el Labora-
torio Central de Análisis Clínicos del Hospital Universitario de la Universidad Federal de
Santa María (HUSM). Estas muestras fueron divididas en tres grupos, según el número
de semanas de embarazo:
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• Grupo 1er Trimestre = 77 muestras de sangre de pacientes con hasta 13 semanas de
embarazo.
• Grupo 2do Trimestre = 108 muestras de sangre de pacientes entre la 14ª y 26ª sema-
nas.
• Grupo 3er Trimestre = 118 muestras de sangre de pacientes con más de 27 semanas
de embarazo.
Las muestras fueron procesadas por el método normalmente aceptado y más difundi-
do entre nosotros, el método de Westergren(8), que emplea el citrato trisódico como
anticoagulante en la proporción de cuatro partes de sangre total para una de anticoagulante,
preparado en solución acuosa de 3,28% o según su formulación. (14) Las pipetas de
Westergren fueron cargadas de inmediato y dejadas en reposo durante una hora en el
soporte de Westergren. Después de este intervalo, fueron realizadas las lecturas.
El análisis estadístico fue realizado por intermedio del test “Análisis de Variación”.(15)

RESULTADOS
La tabla 1 muestra los valores obtenidos para la VSE, considerando cada uno de los gru-
pos en los aspectos referentes a los valores mínimos y máximos obtenidos en cada grupo,
así como los valores de amplitud. A su vez, la tabla 2 muestra los valores obtenidos para la
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Promedio de valores para la velocidad de sedimentación de eritrocitos durante el embarazo


José Edson Paz da Silva, Juarez Dias Coelho, José Laureano Santos Júnior et al.

Tabla 1. Valores obtenidos para la VSE en los tres grupos, considerando los valores mínimos,
máximos y la amplitud de valor
Grupos Muestras Valo Valor Amplitud
Mínimo Máximo De valor
(n°) (mm) (mm) (%)
1er Trimestre 77 2 50 48
2do Trimestre 108 7 86 79
3er Trimestre 118 10 95 85

Tabla 2. Valores obtenidos para la VSE en los tres grupos, considerando el promedio, desvío
estándar y coeficiente de variación de Pearson
Grupos Muestras Promedio Desvío Coeficiente
Estándar De variación
(n°) (mm) (mm) (%)
1er Trimestre 77 20,9 12,3 58,9
2do Trimestre 108 30,1 15,5 51,4
3er Trimestre 118 39,8 15,8 39,8

VSE en los aspectos referentes al Promedio, Desvío estándard y Coeficiente de variación


de Pearson.

DISCUSIÓN
Los valores mínimos y máximos y la amplitud de valor encontrados en la determinación
de la VSE, demuestran una heterogeneidad muy común en las observaciones de laborato-
rio de rutina para ese examen, lo que no es diferente en la observación de los resultados
de este trabajo (Tabla 1). Esta heterogeneidad de resultados se explica por los distintos
factores que interfieren con los resultados de este examen. En nuestros grupos (1er, 2do y
3er trimestre de embarazo), quedó demostrado que hubo aumento de los valores mínimos
y máximos a medida que el embarazo avanza, así como del valor de amplitud. Los valores
límites de referencia para la VSE están dirigidos para los límites superiores, pues general-
mente los valores bajos no necesitan investigación.(7) Estos valores límite superiores gene-
ralmente se obtienen a partir de valores promedio para un determinado grupo de estudio,
aumentados en uno o dos desvíos estándard. Observando la tabla 2, nos llaman la aten-
ción por lo menos dos hechos interesantes: primero los valores promedio elevados, pues
en el 2do trimestre llegó a 60% por encima del límite superior para mujeres por debajo de
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los 50 años de edad; segundo, el aumento de los valores promedio con el pasar de los
trimestres, tiene una tendencia a estabilizarse para disminuir después los valores del des-
vío estándar. Esto, naturalmente, hizo que se produjera una variación inversamente pro-
porcional al coeficiente de variación de Pearson (CVP): con el progreso del embarazo se
produjo un aumento de los valores promedio y una disminución del CVP, o sea, una
estabilización de estos valores. Estadísticamente los valores promedio de un grupo sólo
pueden ser usados cuando el CVP sea menor que 50%, lo que generalmente no ocurre
com la VSE debido a las características relacionadas con el examen, las cuales le dan
elevados valores de amplitud, ya discutidos anteriormente. En nuestros resultados, la es-
tabilización del CVP con una posterior disminuición del mismo, en los grupos 2do y 3er
trimestres, hizo que los valores promedio pasaran a tener un gran significado estadístico.
Con esto, concluimos que los valores promedio encontrados aquí a partir del 2do trimestre
de embarazo, aumentados en dos desvíos estándar, pueden determinar límites superiores
de referencia bastante confiables. Aunque el objetivo de este trabajo haya sido evaluar la
posibilidad de obtener valores estadísticamente confiables para la velocidad de sedimen-
tación en embarazadas, y no establecer valores de referencia, podemos esperar límites
superiores alrededor de 70 mm para embarazadas a partir de la 27ª semana de embarazo
(39,8 + 2 x 15,8 = 71,4).

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Promedio de valores para la velocidad de sedimentación de eritrocitos durante el embarazo


José Edson Paz da Silva, Juarez Dias Coelho, José Laureano Santos Júnior et al.

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CASO CLÍNICO

Evisceración vaginal
Dres. Pablo Putti1 y Dr. Leonel Briozzo1

RESUMEN
Se presenta un caso de evisceración del intestino delgado a través de la cicatriz de
colpotomía en una mujer de 69 años a la que se le había realizado cirugía vaginal 8
meses antes. Se discute el manejo y se hace una revisión de la literatura en este tipo
de casos.

ABSTRACT
A case report of vaginal evisceration secondary to a colpotomy in a 69 years old
woman who has had a vaginal histerectomy 8 months before, is presented and its
management is discussed with a review of the litterature about this type of cases.

PRESENTACIÓN

Se trata de una paciente de 69 años de edad que ingresa el 19/7/00 por evisceración del
intestino delgado a través de la cicatriz de una colpotomía con 2 horas de evolución,
acompañada de dolor abdominal difuso.
De los antecedentes, se destaca que es una paciente casada de buen medio socio
económico y cultural, portadora de colesteatoma y angioma retroocular en control médi-
co.
Como antecedentes gineco–obstétricos presenta 6 embarazos, 5 partos vaginales y 1
aborto espontáneo. Menarca a los 12 años, menopausia a los 54 años, sin THR.

Desarrolló un prolapso víscero pélvico de grado III compuesto por histerocele,


cistouretrocele y rectocele bajo y alto. Como asociación lesional presentó incontinencia
de orina de esfuerzo severa de un año de evolución.
Se realizó hace 8 meses una intervención quirúrgica con tiempo perineal, histerectomía
vaginal y operación de Pereira.
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• Tiempo medio: histerectomía vaginal – disección de la fascia vesico vaginal, apertura


del fondo de saco de Douglas, ligadura escalonada de los ligamentos uterosacros y de
los parametrios, histerectomía intrafascial con conservación de anexos. Se efectuó
una resección del fondo de saco de Douglas. Cierre de la brecha vaginal mediante
surget en “corona”.
• Tiempo anterior: colpotomía anterior, elevación de la vejiga y de la unión vésico
uretral. Se realiza operación de Pereira según técnica estándar.
• Tiempo posterior: colpoperineorrafia con miorrafia de los elevadores.
Presentó una buena evolución pos operatoria, sin complicaciones, por lo que se le otorgó
el alta al sexto día.
Controles posoperatorios a los 3 y 6 meses normales.
Al ingreso (hora 20): paciente dolorida y ansiosa. Refiere luego de un esfuerzo de tos,
dolor intenso a nivel vaginal seguido de la protrusión de una tumoración por la vagina.
Temp. 36,6 °C, P.A: 160/90 mm de Hg, Pulso: 90 c.p.m. Buen estado general, dolorida,
piel y mucosas normocoloreadas .
Abdomen: blando, depresible, doloroso a la palpación.

1. Ex - Asistente de Clínica Ginecotocológica “C”. Prof. Dr. J. C. Cuadro


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Caso Clínico. Evisceración vaginal


Pablo Putti, Leonel Briozzo

• Examen genital: se observan asas intestinales delgadas exteriorizadas a través de la


vulva de aproximadamente 20 a 30 cm de largo, con signos de vitalidad conservada
(buena coloración, movimientos peristálticos).
• Tacto vaginal: vagina de características normales, orificio de aproximadamente 2 cm
de diámetro en la cúpula vaginal, de bordes fibrosos, que al insinuar el dedo despierta
dolor. Se cubren las asas con compresas húmedas, solicitando exámenes paraclínicos
preoperatorios de urgencia: hemograma, glicemia, crasis, ionograma, los que son nor-
males.
Una hora después del ingreso se traslada al block quirúrgico realizándose una
laparotomía con incisión mediana infraumbilical.
• Inspección: cúpula vaginal con un anillo de aproximadamente 2 cm de diámetro a
través del cual se prolapsaban asas intestinales. No se observan adherencias.
• Procedimiento: se redujo la evisceración, corroborándose la vitalidad de las asas
involucradas en el proceso. Se efectuó el cierre de la cúpula vaginal con material no
reabsorbible.

El posoperatorio transcurrió con buena evolución manteniendo un doble plan de an-


tibiótico parenteral con ampicilina sulbactam y metronidazol a dosis habituales por 7 días.
Sonda nasogástrica que se retiró a las 48 horas.
Se otorgó el alta médica a los 6 días en buenas condiciones con buena evolución
posterior.

ARCHIVOS DE GINECOLOGÍA Y OBSTETRICIA | 2001; 39 (1)

Figura 1. Se observa salida de asas delgadas Figura 2. Observación desde la cavidad abdominal una
vez realizada la laparatomía

Figura 3. Reducción de la evisceración y comprobación


de vitalidad intestinal Figura 4. Cúpula vaginal abierta

17
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Caso Clínico. Evisceración vaginal


Pablo Putti, Leonel Briozzo

Figura 5. Reparación de la cúpula vaginal

DISCUSIÓN
La evisceración vaginal es un episodio extremadamente raro en la práctica clínica, como
se desprende de la revisión de la literatura mundial en la cual se describen 61 casos desde
1901 al 2000(1,2,3) es decir que aproximadamente se produce un caso cada 2 años en todo
el planeta, lo cual hace poco probable que un mismo ginecólogo se enfrente más de una
vez a esta situación en su vida.
En nuestro medio hay dos casos publicados que corresponden a la misma paciente que
presentó esta complicación en 1973 y recidivó en 1979.(4,5)
La paciente que es objeto de esta publicación es el tercer caso documentado en nues-
tro país.
Existen varias causas de evisceración intestinal que podemos clasificar de la siguiente
forma:
Etiología obstétrica: Traumatismos por maniobras instrumentales o
desgarros de III grado no reparados
adecuadamente
Etiología traumática: Maniobras abortivas
Caídas a horcajadas
Traumatismos graves de pelvis (frecuentes en
ARCHIVOS DE GINECOLOGÍA Y OBSTETRICIA | 2001; 39 (1)

accidentes de motos)
Traumatismos post coito
Alteraciones del piso pélvico: P.V.P.
Enterocele
Etiología hormonal: Hipoestrogenismo de diferentes causas
Etiología constitucional: Alteraciones del mesénquima
Secundarias a tratamientos: Radioterapia
Cirugía vaginal sobre todo histerectomía

Como factor desencadenante del episodio agudo, generalmente se destaca en la ma-


yoría de los casos un esfuerzo a glotis cerrada.
En los casos publicados en la literatura, se observa que el 60% ocurrieron en pacientes
con cirugía vaginal previa, posmenopáusica y presencia de Douglascele.
En cuanto al mecanismo fisiopatológico, en todas las publicaciones se hace notar la
importancia del Douglascele, ya que sería en ese punto donde se ejerce la mayor presión
y es allí donde se produce la evisceración, por lo que se han descrito técnicas quirúrgicas
para su prevención tanto en la histerectomía abdominal como vaginal.(6,7)

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Caso Clínico. Evisceración vaginal


Pablo Putti, Leonel Briozzo

Sin embargo, en este caso, ese no fue el mecanismo de producción ya que no se en-
contró un Douglascele recidivado y la cúpula vaginal ocupaba un sitio alto en la pelvis
con un anillo fibroso por el cual protruían las asas intestinales.
En lo que respecta al tratamiento, se realizó la reintroducción de las asas y el cierre de
la cúpula vaginal, dado que no se encontraron otras fallas.
En los casos en los que el mecanismo de evisceración se debe a la presencia de un
Douglascele, es necesario su cuidadosa disección y reparación, habitualmente usando las
vías abdominal y vaginal combinadas.(8)
Otro tipo de solución es el uso de una malla para la plastia perineal, pudiendo llegar
en algunos casos y según las condiciones de la paciente, a tener que sacrificar la función
copulativa con el cierre total de la vagina.(8, 9,10)

PROFILAXIS QUIRÚRGICA
Basado en lo que desarrollamos en la etiopatogenia de la afección y a la luz de este caso
clínico, pensamos que se debe usar como técnica estándar en este tipo de casos lo siguien-
te: técnica de Mc Call, que consiste en la resección de un triángulo de mucosa vaginal
con base superior y vértice inferior de longitud variable, la disección de la fascia recto
vaginal, la resección del fondo de saco de Douglas y el cierre de esta resección mediante
un punto reabsorbible que incluya ligamentos úterosacros, peritoneo y vagina
bilateralmente.
El cierre de la colpotomía debe ser hermético, mediante un cierre primero del perito-
neo, y en un segundo plano el cierre vaginal que puede ser con un surget continuo o en
dos partes.

BIBLIOGRAFÍA
1. Cortéz A., Eguiarte R.,Manzanares G., González P. Evisceración vaginal. Presentación de un caso y revi-
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Carcinoma verrugoso y carcinoma


condilomatoso de vulva.
Dos lesiones distintas desde el punto de vista histológico,
epidemiológico y clínico
Dr. Rafael Aguirre1 , Dra. Carmen Álvarez2 , Dr. Leonel Briozzo3 , Dra. Adela Sica4 , Dr. Raúl
Varela5 , Dr. Gonzalo Vidiella6 , Dra. Gisèle Acosta7
Clínica Ginecotocológica “A”. Clínica Ginecotocológica “C”. Servicio de Ginecología “B”. Cátedra de Anatomía Patológica.
Facultad de Medicina. Universidad de la República.
Hospital de la Mujer. Centro Hospitalario Pereira Rossell. M.S.P. Montevideo. Uruguay.

RESUMEN
El carcinoma verrugoso de vulva o carcinoma de Ackerman y el carcinoma
condilomatoso de vulva, son lesiones que presentan una relación etiológica similar
con la infección por el virus del papiloma humano (HPV). Sin embargo, se tratan de
dos lesiones distintas desde el punto de vista clínico y epidemiológico presentando
además significativas diferencias en cuanto a su terapéutica y pronóstico. A raíz de la
existencia en nuestro medio de dos casos de estos cánceres en un corto período
hemos realizado una revisión bibliográfica de estos tipos infrecuentes de cáncer. Es
nuestro objetivo destacar que presentan caracteres clínicos, epidemiológicos,
pronósticos y terapéuticos distintos, hechos que deben ser conocidos por el profesional
actuante.
A continuación se exponen los resúmenes clínicos de las pacientes y se realizan las
consideraciones pertinentes para cada uno de los cánceres poniendo énfasis en sus
diferencias.

ABSTRACT
The objective of this study is to analyze two cases of Verrucous and Warty carcino-
mas of the vulva. Differences in clinical, epidemiological, therapeutic and prognostic
aspects are underscored. Verrucous and Warty (Condylomatous) carcinomas of the
vulva are subtypes of squamous cell carcinoma, which present a similar relationship
with HPV.
Palabras clave: carcinoma verrugoso de vulva; carcinoma papilomatoso de vulva; clínica;
ARCHIVOS DE GINECOLOGÍA Y OBSTETRICIA | 2001; 39 (1)

epidemiología; terapéutica.
Key words: Verrucous Carcinoma of vulva (Ackerman). Condylomatous ( Warty) Carcinoma
of vulva. Clinics. Epidemiology. Therapeutic.

INTRODUCCIÓN
El cáncer de vulva es el cuarto cáncer genital en frecuencia. En el informe anual de la
FIGO representa el 5% de las neoplasias genitales femeninas y presenta una incidencia en
EE.UU. de 1,6 casos cada 100.000 mujeres por año.(12) Su frecuencia se encontraría en
aumento, llegando según el país a ser el 12% de las neoplasias ginecológicas.(20) En Uru-

1
Médico Ginecólogo Asistente de la Clínica Ginecológica “C”. Prof. Dr. J. C. Cuadro.
2
Médica Anatomopatóloga. Prof. Agregada de la Cátedra de Anatomía Patológica Facultad de Medicina.
Encargada del Laboratorio de Anatomía Patológica del Hospital de la Mujer. CHPR. M.S.P.
3
Médico Ginecólogo Ex Asistente de la Clínica Ginecológica “C”. Prof. Dr. J. C. Cuadro.
4
Médica Anatomopatóloga. Ex Asistente de la Cátedra de Anatomía Patológica. Facultad de Medicina.
5
Médico Ginecólogo Ex Residente de la Clínica Ginecológica “C”. Prof. Dr. J.C. Cuadro
6
Médico Ginecólogo Ex Residente de la Clínica Ginecológica “A”. Prof. Dr. J. E. Pons
7
Médica Anatomopatóloga. Prof. Agregada de la Cátedra de Anatomía Patológica. Facultad de Medicina.
Correspondencia: Dr. Rafael Aguirre. Santiago Gadea 3056/601. Montevideo. Uruguay.
E-mail: raguirre@chasque.apc.org.
20
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Carcinoma verrugoso y carcinoma condilomatoso de vulva


Rafael Aguirre, Carmen Álvarez, Leonel B riozzo et al.

guay dada su baja frecuencia no existe una estadística nacional confiable, pero calcula-
mos que existen 20 nuevos casos anualmente. El aumento de la incidencia de este cáncer
puede tener múltiples causas, sin embargo, si bien la relación etiopatogénica con la infec-
ción por HPV no es similar a la que ocurre con el cáncer de cervix, crece la evidencia de
que esta infección es un importante factor de riesgo para el cáncer de vulva. (46)
Histológicamente el 90% de los casos es de tipo epidermoide, pero existen variantes
histológicas que presentan dificultades diagnósticas y diferencias clínicas y terapéuticas.
Dentro de éstas se encuentran el carcinoma verrugoso de vulva y el carcinoma
condilomatoso de vulva, que son variantes clínica e histológicamente distintas según lo
aceptado por la ISGP Committee on Non- Neoplastic Epithelial Disorders and Tumors y la
O.M.S. Sin embargo, la nomenclatura utilizada para los mismos y su relación con la infec-
ción por el papiloma virus humano ha llevado a confusión. Es nuestro propósito aclarar
estas diferencias en base al comentario de dos casos clínicos recientes y una revisión
bibliográfica de los caracteres de estos cánceres.

MATERIAL Y MÉTODOS. CASOS CLÍNICOS

Caso 1
M.H. 42 años. Casada. Ama de casa. Montevideo. Sin antecedentes familiares a destacar.
Hipertensa crónica en tratamiento. Menarca a los 13 años. Ciclos: 4/30. IRS a los 15
años. Tres compañeros sexuales. Sin control ginecológico. Anexectomía derecha a los 28
años por cistoadenoma de ovario. Tres gestaciones. Un parto vaginal, dos cesáreas. Pari-
dad satisfecha.
MC: consulta en policlínica por lesión vulvar vegetante ulcerada de labio mayor izquier-
do. Refiere tener 4 meses de evolución. Prurito local. No dolor ni sangrado. Resto sin
particularidades. No adenomegalias inguinales. Con diagnóstico presuntivo de cáncer de
vulva se realiza biopsia.
Biopsia vulvar (8/99): carcinoma escamocelular de tipo condilomatoso, infiltrante de vulva.
Colposcopía (9/99): punteado en contacto con el canal que se biopsia.
Biopsia cervical (9/99): sil de alto grado (condiloma y displasia moderada)
Resto paraclínica: se destaca VDRL positivo 1/8. Resto de la paraclínica normal.
Cirugía (10/99): vulvectomía radical. Linfadenectomía inguinal bilateral. Conización fría.
Anatomía patológica: Vulva: carcinoma escamocelular infiltrante subtipo
histológico condilomatoso. Lesiones VIN I. a VIN III. Sec-
ción pasa por lesión VIN II.
Cervix: carcinoma escamocelular microinvasor en etapa de inva- ARCHIVOS DE GINECOLOGÍA Y OBSTETRICIA | 2001; 39 (1)
sión inicial del estroma. Estadio Ia1 de la FIGO. Brote de
células atípicas que a partir de la lesión in situ infiltran el
estroma en profundidad no mayor a 1 mm.
Linfadenectomía: derecha: 13 ganglios. Izquierda: 9 ganglios. Todos libres de lesión
metastásica.
7/00: en acuerdo con paciente se realiza histerectomía to-
tal con anexectomía izquierda.
Anatomía Patológica: útero y anexo sin particularidades. Estudio seriado del mu-
ñón cervical residual no muestra la persistencia lesional.

Caso 2
L. C. 82 años. Viuda. Ama de casa. Montevideo. Sin antecedentes familiares a destacar.
Hipertensión arterial crónica mal controlada. Fumadora. Menarca a los 12 años, ciclos
regulares 3/28. Menopausia a los 45 años. Nuligesta. Esterilidad primaria no estudiada.
Sin control ginecológico. Una pareja sexual. Resto sin particularidades.
M. C: consulta en policlínica por prurito vulvar de un año de evolución. Consultó en
múltiples oportunidades en policlínica general y emergencia móvil. Nunca se le realizó
examen genital. Tratada con óvulos y cremas que no mejoran la sintomatología. Desde
21
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Carcinoma verrugoso y carcinoma condilomatoso de vulva


Rafael Aguirre, Carmen Álvarez, Leonel B riozzo et al.

Figura 2. Carcinoma condilomatoso. Estructura papilar


exofítica con ejes conjuntivo - vasculares. La interfase tumor -
estroma es irregular. Estroma con marcado infiltrado linfoide.

Figura 1. Carcinoma condilomatoso.


Lesión papilomatosa, blanquecina, de
consistencia firme de labio menor y dos
tercios posterires de labio mayor izquierdo,
que mide 3 por 2 por 0,3 cm.
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Figura 3. Carcinoma condilomatoso. Epitelio escamoso


superficial con acantosis, hiper y paraqueratosis. En las capas
superficiales algunas células con atipías coilocitóticas.

hace 2 meses agrega dolor vulvar, tipo urente, en aumento hasta este momento. Resto sin
particularidades. Al examen: vulva eritematosa, con lesiones de rascado. Lesión exofítica
y vegetante de 2 por 2 por 3 cm, sobre labio menor izquierdo, en el tercio anterior de la
vulva con bordes de implantación netos sin infiltración local, que se biopsia. A nivel de
labios menores, región perineal y glútea se observan zonas blancas no sobreelevadas.
Anatomía patológica: carcinoma verrugoso de Ackerman, a confirmar con estu-
dio completo de la pieza.
Resto de la valoración normal. Alto riesgo quirúrgico por
edad y terreno que contraindica cirugía radical (ASA III).
Cirugía(12/99): vulvectomía simple sin complicaciones.
Anatomía patológica: en sector izquierdo de la pieza carcinoma verrugoso de
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Carcinoma verrugoso y carcinoma condilomatoso de vulva


Rafael Aguirre, Carmen Álvarez, Leonel B riozzo et al.

Figura 4. Carcinoma verrugoso. Lesión Figura 5. Carcinoma verrugoso. Crestas


exofítica, vegetante de 2 por 2 por 3 cm en epiteliales escamosas de tipo bulbosas.
tercio anterior de labio menor izquierdo. Pleomorfismo nuclear mínimo. Ausencia de
ejes conjuntivo vasculares en las
proyecciones papilares. Dermis con intensa
reacción inflamatoria constituida por
linfocitos y plasmocitos

Ackerman (20x20x25mm). En sector derecho carcinoma


escamoso bien diferenciado e infiltrante de vulva (5 X 5mm),
con sector de VIN III con una extensión superficial de 10
mm. Bordes de resección laterales y profundos libres de le-
sión.

CONSIDERACIONES ARCHIVOS DE GINECOLOGÍA Y OBSTETRICIA | 2001; 39 (1)

Carcinoma verrugoso de vulva (Ackerman)


Es una variante rara de carcinoma epidermoide, que presenta características clínicas y
anatomopatológicas propias, similar a su contraparte más común que se observa en el
tracto aéreo y digestivo alto. Hasta hoy, en la literatura mundial se han comunicado 99
casos de carcinoma verrugoso del tracto genital inferior femenino, siendo en 59 de ellos
de localización vulvar.(2, 13, 26, 30, 37, 49) Constituye el 6,5% de las neoplasias malignas de la
vulva.(26) Se trata de una enfermedad invasora, de crecimiento maligno con una histología
y patrón de crecimiento similar al condiloma acuminado gigante (Bruschke–Löwestein).(28)
Los aspectos clínicos, los hallazgos histológicos y la terapéutica, son tópicos que siguen
siendo tema de discusión, lo que en definitiva, a pesar de la escasa frecuencia de la enfer-
medad, determina la importancia del tema.
Es tumor diploide cuyo desarrollo se puede asociar con la infección por HPV, espe-
cialmente los serotipos 6 y 11.(21, 26, 28, 49) Su asociación con otras lesiones neoplásicas del
tracto genital inferior puede ocurrir y debe ser evaluada. Sin embargo, esta asociación si
bien es más frecuente que en el carcinoma escamoso típico, no lo es tanto como en el
carcinoma condilomatoso. Frecuentemente el cáncer se presenta sobre lesiones de liquen
escleroso.
23
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Carcinoma verrugoso y carcinoma condilomatoso de vulva


Rafael Aguirre, Carmen Álvarez, Leonel B riozzo et al.

En cuanto a su epidemiología, se presenta generalmente en la sexta década de vida


(70% de los casos en la posmenopausia), aunque existen casos reportados en pacientes
jóvenes (20 años).(49)
Clínicamente se manifiesta por prurito local, una lesión exofítica muy similar a un
condiloma acuminado y a veces como una úlcera. El tamaño tumoral puede ser tan im-
portante que distorsiona totalmente la estructura vulvar. El dolor y el sangrado aparecen
en forma tardía. En ocasiones existe la sobre infección de la lesión, lo cual se manifiesta
por un exudado fétido, dolor y a veces adenopatías de aspecto inflamatorio. Se trata de
una lesión por lo general única y a veces de gran tamaño, que crece por contigüidad y con
infrecuentes metástasis. Pueden existir condilomas acuminados y cáncer escamoso típico
en las adyacencias a la lesión.(53) La diseminación linfática es tan infrecuente que la exis-
tencia de adenopatías metastásicas obliga a descartar un cáncer escamoso típico conco-
mitante. Para su diagnóstico, es necesaria una biopsia profunda que incluya el estroma, ya
que a veces es difícil diferenciarlo de un carcinoma condilomatoso, un carcinoma esca-
moso o un condiloma acuminado.(5)
El carcinoma verrugoso es un subtipo altamente diferenciado de carcinoma
epidermoide. Desde el punto de vista macroscópico suele presentarse como una lesión
exofítica, voluminosa (1 a 10 cm), solitaria y bien circunscrita. De aspecto fungoso, cons-
tituida por proyecciones papilares de color gris-blanquecino y de consistencia blanda a
firme.(28, 29, 44) Histológicamente se observa una acantosis prominente y generalmente se
asocia, una hiper y paraqueratosis con una interfase entre el tumor y la dermis de tipo
expansivo y muy escasa atipía citológica. El margen invasor se caracteriza por crestas
epiteliales escamosas de tipo bulbosas. Hay pleomorfismo nuclear mínimo, encontrándo-
se las mayores atipías cerca de la interfase con la dermis.(29, 54) Los núcleos pueden tener
cromatina gruesa y nucléolos de tamaño variable que los distinguen de los queratinocitos
normales adyacentes. Las mitosis son escasas y normales. El citoplasma es abundante,
eosinofílo, sin disqueratosis.(54) No se observan coilocitos. Existe ausencia de ejes conjuntivo
-vasculares en las proyecciones papilares y la dermis presenta intensa reacción inflamatoria
constituida por linfocitos y plasmocitos que delimitan la masa tumoral.(28, 44) Puede obser-
varse también una reacción granulomatosa de tipo cuerpo extraño. La necrosis e infec-
ción tumoral, pueden producir adenomegalias reactivas, inflamatorias, ocasionando erro-
res diagnósticos de invasión tumoral.(28, 29, 54) La falta de atipías celulares importantes y de
un crecimiento claramente infiltrante es lo que diferencia este tumor del carcinoma
escamocelular típico.
El carcinoma verrugoso a diferencia del condiloma acuminado es un tumor de creci-
miento local y tiende a recidivar. A diferencia del carcinoma escamocelular no da metás-
tasis prácticamente nunca. Por eso ocupa una posición intermedia entre ambas lesio-
ARCHIVOS DE GINECOLOGÍA Y OBSTETRICIA | 2001; 39 (1)

nes.(8)
En cuanto al tratamiento, dado que presenta un crecimiento localmente invasor y
metástasis ganglionares excepcionales, la mayoría de los autores están de acuerdo en que
las incisiones locales amplias son suficientes para la curación de la enfermedad. Se realiza
una resección local amplia, con márgenes de sección por tejido sano y sin linfadenectomía
inguino-femoral.(5, 12, 14, 21, 24, 25, 27, 31) En aquellas pacientes sometidas a tratamiento quirúr-
gico inicial no se comunicaron casos de metástasis ganglionares.(2)
En casos seleccionados, con ganglios hipertrofiados, sería adecuado considerar una
biopsia ganglionar y no una disección ganglionar.(25) Según otros autores, la linfadenectomía
debería efectuarse en aquellos casos en que exista compromiso ganglionar evidente.(12)
Se trata de un cáncer con tendencia a la recidiva local luego de la escisión, por lo cual
la paciente debe ser objeto de un estrecho seguimiento de por vida. Se ha comunicado
pacientes que han desarrollado un carcinoma escamoso indiferenciado luego del trata-
miento de este tumor.(30) La radioterapia está contraindicada, dado que se ha demostrrado
la transformación anaplásica de tumores sometidos a este tratamiento.(5, 21, 22)
En cuanto al pronóstico no existen datos concretos referidos a la sobrevida a 5 años.
A pesar de su apariencia histológica benigna y baja incidencia de metástasis, el carcinoma
verrugoso tiene una morbimortalidad significativa. Sin embargo, su pronóstico es más
favorable que en el carcinoma escamoso típico.(28) Puede presentarse una recidiva local
24
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Carcinoma verrugoso y carcinoma condilomatoso de vulva


Rafael Aguirre, Carmen Álvarez, Leonel B riozzo et al.

de la enfermedad en especial cuando los márgenes de sección son inadecuados o se reali-


zó tratamiento radiante. La recurrencia de la enfermedad siempre se acompaña de un
pobre pronóstico, de allí la importancia de la correcta y minuciosa valoración
anatomopatológica de los márgenes de sección.(14) Se ha comunicado un caso de carcino-
ma escamoso avanzado luego del tratamiento de un carcinoma verrugoso, lo que pone en
discusión, una vez más, la conducta terapéutica así como obliga, al igual que en toda
enfermedad neoplásica maligna, a un estricto seguimiento post tratamiento.(30)

CARCINOMA CONDILOMATOSO (WARTY CARCINOMA)


Se trata de otra variante histológica del cáncer de vulva diferenciado que se ve en pacien-
tes más jóvenes y con mayor frecuencia en pacientes inmunodeprimidas.(28) Es catalogado
también, por algunos autores, como Carcinoma escamoso con patrón condilomatoso de
crecimiento.(21) A diferencia del carcinoma verrugoso es usualmente aneuploide cuando
se analiza su ADN. Se presenta en pacientes con una media de edad de 47 años y en su
etiopatogenia se asocia en el 80 a 100% de los casos con la infección por HPV, en especial
los serotipos 16 y 18.(24, 47) La infección por esta cepa del virus ha podido ser documentada
por varios autores y se encuentra en relación con la alta diferenciación que presentan las
células tumorales.(40, 47) Si bien existe tanto en el carcinoma verrugoso como en el
condilomatoso, un mayor riesgo para la paciente de lesiones pre-neoplásicas y neoplásicas
de cervix, dado el conocido papel de serotipo 16 en la génesis de estas lesiones el riesgo
sería aún mayor en este cáncer. Por ello, la valoración del todo el tracto genital inferior,
de por sí obligatoria, tiene mayor relevancia aún en esta neoplasia. Además, se ha detec-
tado con alta frecuencia la existencia de lesiones VIN adyacentes al tumor con una alta
frecuencia de HPV en las mismas.(47)
Clínicamente se trata de una lesión exofítica de apariencia papilar, similar a la del
carcinoma verrugoso. Por ello toma fundamental importancia la calidad de la muestra
biópsica y una adecuada comunicación entre el patólogo y el clínico. Se debe destacar
que dada la dificultad para el diagnóstico anatomopatológico que presentan estas lesio-
nes, ante todo condiloma persistente o resistente al tratamiento se debe realizar una biop-
sia profunda.(48)
Su aspecto macroscópico es similar al anterior. Se presenta como una lesión exofítica
verrugosa, con apariencia papilar, generalmente de gran tamaño y multicéntrica.(8)
Histológicamente está constituida por múltiples proyecciones papilares, revestidas por un
epitelio escamoso hiperqueratósico, conteniendo numerosos ejes conjuntivo-vasculares.
Se observa atipía citológica, sobre todo en las capas basales y parabasales, con pleomorfismo
nuclear e hipercromasia. Puede verse multinucleación. En general se ven mitosis, aunque
rara vez son atípicas. La característica más típica es la presencia de coilocitos con aclara- ARCHIVOS DE GINECOLOGÍA Y OBSTETRICIA | 2001; 39 (1)
miento citoplamático perinuclear y grados variables de atipía nuclear. En la interfase
tumoral con la dermis se observa un patrón infiltrativo irregular que puede asociarse con
perlas queratínicas y células disqueratósicas.(8, 28, 44)
El 80% de los carcinomas condilomatosos o basaloides se asocian con lesiones VIN
basaloides o condilomatosas adyacentes, 25% de estas dos variedades tumorales se aso-
cian con otras neoplasias del tracto genital inferior.
En cuanto al diagnóstico diferencial, la presencia de células con atipías coilocitóticas
es una característico de este tumor y no se observa ni en el cacinoma escamocelular típico
ni en el verrugoso.
En cuanto al tratamiento de este cáncer, debe ser el mismo que para el carcinoma
escamoso típico, lo que incluye la linfadenectomía inguinal. Las metástasis linfáticas tie-
nen baja frecuencia, pero es obligatoria la linfadenectomía con vistas a su correcta
estadificación.(13) En cuanto al pronóstico, dada su baja frecuencia es difícil de establecer
pero impresiona presentar un pronóstico entre el cáncer escamoso típico y el carcinoma
verrugoso.(28)

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Carcinoma verrugoso y carcinoma condilomatoso de vulva


Rafael Aguirre, Carmen Álvarez, Leonel B riozzo et al.

CONCLUSIONES
El carcinoma verrugoso y el carcinoma condilomatoso de vulva son dos tipos histológicos
raros de cáncer vulvar. Si bien presentan puntos en común en cuanto a su aspecto
macroscópico y su relación con el HPV, existen importantes diferencias clínicas,
histológicas, terapéuticas y pronósticas que hacen muy importante diferenciar estas lesio-
nes para optimizar el tratamiento y establecer un pronóstico.

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Carcinoma verrugoso y carcinoma condilomatoso de vulva


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Agradecemos la colaboración de:


· Personal del Centro de Documentación e Información en Cáncer (CDIC)de la Comisión Honoraria de
Lucha contra el Cáncer.
· Personal de Biblioteca de la Sociedad de Ginecotocología del Uruguay, SMU Y Facultad de Medicina

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PROTOCOLO DE PROCEDIMIENTO DE ESTUDIO LINFOGANGLIONAR .


Ganglio centinela
en cáncer de cuello uterino
Dra. Carmen Álvarez

CONDICIONES DE RECEPCIÓN, MANEJO INMEDIATO Y FIJACIÓN


El material se recibe en fresco. Inmediatamente se procede al reconocimiento de estructura
ganglionar mediante sección en mitades, observación macroscópica y estudio citológico me-
diante una impronta en lámina.
Informe intraoperatorio: a) es ganglio, b) no hay ganglio, c) en caso de metástasis claramente
detectable se informará como ganglio +. Todo ganglio supuestamente negativo se confirmará
con el estudio en parafina una vez de fijado el tejido.
Fijación tisular en formol tamponado (1 parte de formol al 40% + 9 partes de PBS).
Tiempo de fijación: no superior a 24 horas.

CRITERIOS DE SECCIONES GANGLIONARES


El número de cortes se hará según el diámetro transversal del ganglio. Las secciones se realizan
siguiendo el eje hiliar.
1. Ganglios < 5mm inclusión in toto del ganglio íntegro.
2. Ganglios de 5 a 9 mm inclusión in toto en mitades (o 3 fragmentos)
3. Ganglios > de 10 mm inclusión in toto cada 3 mm.

CRITERIO DE INCLUSIÓN DE LOS GANGLIOS


Los ganglios se incluirán de modo individual, es decir un ganglio por bloque de parafina, para
obtener cortes individuales.
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GANGLIO(S) CENTINELA
Se procesará por separado, realizándose cortes de acuerdo al item II. De cada fragmento se
obtendrán 6 cortes de 6 µ.
Cada fragmento de macroscopía se numera en forma correlativa con un número arábigo para su
identificación y en números romanos cada uno de los cortes histológicos. Los cortes se colorea-
rán con hematoxilina y eosina, de manera alternada se dejará láminas en blanco para
inmunohistoquímica (ver esquema).

Ejemplo de procedimiento con un ganglio pequeño de 5 a 9 mm


6 cortes de 6µ 6 cortes de 6µ
I............... HE I............... HE
II............................. IHQ II............................. IHQ
III............ HE III............ HE
IV............................ IHQ II............................. IHQ
V............. HE III............ HE
VI........................... IHQ II............................. IHQ

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EJEMP LO D E PROCESA MIENT O D E GA NGL IO CENTIN EL A

Nº d e Códi go de
la región
ganglionar

Nº d e ganglio
2 Ganglios iliac os por región
primitivos derechos
Lado izquierdo o
derecho

3D1 3 D 1

Macroscopía
cortes cada 3 mm

De cada fra gmento se ob tienen 6 secci ones de 6

Nº Romano:
in dica el nivel
de profundidad
sel c orte en
micras

3D1I 3D1I 3D1I 3D2I 3D2I

ARCHIVOS DE GINECOLOGÍA Y OBSTETRICIA | 2001; 39 (1)

I HE I HE I HE I HE I HE
II IHQ II IHQ II IHQ II IHQ II IHQ
II I HE II I HE II I HE II I HE II I HE
IV I HQ IV I HQ IV I HQ IV I HQ IV I HQ
V HE V HE V HE V HE V HE
VI I HQ VI I HQ VI I HQ VI I HQ VI I HQ

IHQ: Inmunohistoquímica.
Se u tiliza anticuerpos monoclonales HE: Hemat oxilina y eosin a
anticito kerat ina de amp ilo espectro
DAKO USA

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ESQUEMA

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32 ARCHIVOS DE GINECOLOGÍA Y OBSTETRICIA | 2001; 39 (1)

Protocolo de estudio linfoganglionar de ganglio centinela

Nº Derechos G Frag. micro G Frag. micro G Frag. micro G Frag. micro G Frag. micro G Frag. micro G Frag. micro Total ganglios (–), (+) M o
m

1 Centinela ID1 ID2 ID3 ID4 ID5 ID6 ID7

2 Aórticos 2D1 2D2 2D3 2D4 2D5 2D6 2D7

3 Ilíacos 3D1 3D2 3D3 3D4 3D5 3D6 3D7


Primitivos

4 Ilíacos 4D1 4D2 4D3 4D4 4D5 4D6 4D7


Externos

5 Ilíacos 5D1 5D2 5D3 5D4 5D5 5D6 5D7


internos

6 Obturatrices 6D1 6D2 6D3 6D4 6D5 6D6 6D7

7 Parametriales 7D1 7D2 7D3 7D4 7D5 7D6 7D7

Nº Izquierdos G Frag. micro G Frag. micro G Frag. micro G Frag. micro G Frag. micro G Frag. micro G Frag. micro Total ganglios (–), (+) M

1 Centinela 1I1 1I2 1I3 1I4 1I5 1I6 1I7

2 Aórticos 2I1 2I2 2I3 2I4 2I5 2I6 2I7

3 Ilíacos 3I1 3I2 3I3 3I4 3I5 3I6 3I7


Primitivos

4 Ilíacos 4I1 4I2 4I3 4I4 4I5 4I6 4I7


Externos

5 Ilíacos 5I1 5I2 5I3 5I4 5I5 5I6 5I7


Internos

6 Obturatrices 6I1 6I2 6I3 6I4 6I5 6I6 6I7

7 Parametriales 7I1 7I2 7I3 7I4 7I5 7I6 7I7

Nota: G: ganglio, Frag. fragmentos de cada ganglio, micro: microscopia, (-) ganglio negativo, (+) ganglio positivo, M: macrometástasis, m: micrometástasis.
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GANGLIOS NO CENTINELAS
Se procederá igual al item II de cada ganglio se obtendrán dos o más fragmentos y de éstos
últimos, secciones histológicas de 6 µ. Cada corte se numera en forma correlativa para su
identificación, siguiendo el mismo esquema que para el ganglio centinela.

PROCEDIMIENTO CON LOS CORTES


En las láminas, con la coloración convencional de HE se realiza screening de cada fragmento de
todos los ganglios, buscando macro y micrometástasis. Se define como micrometástasis a todo
agrupamiento de células tumorales, igual o menor a 2 mm topografiado a nivel capsular,
subcapsular o bien en el parénquima ganglionar. Se separan los ganglios negativos y aquellos
dudosos. Se selecciona cortes para detección de células carcinomatosas metastásicas no
evidenciables por técnica de coloración convencional mediante inmunomarcación con anticuerpos
monoclonales de ratón anti humanos anti citokeratina de amplio espectro (DAKO U.S.A.) previa
digestión con tripsina o pronasa. Se utilizará la técnica de peroxidasa antiperoxidasa y
diaminobenzidina como cromógeno, previo bloqueo de la actividad peroxidasa endógena. En
todos los casos se usará tejido epitelial como testigo + de control (en todo el procedimiento se
seguirá las recomendaciones del fabricante).

OBSERVACIÓN DE LÁMINAS
Es realizada por dos patólogos en “doble ciego” utilizando una cuadrícula codificada que se
adjunta.

REGISTRO DE RESULTADOS PRELIMINARES


Todas las observaciones se registrarán en cuadrículas individuales por cada patólogo.

REGISTRO DE RESULTADOS DEFINITIVOS


Se adjuntarán en el informe final de manera resumida.

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1) Página del título, 2) Resumen y palabras clave, 3) Texto, 4) Agradecimientos, 5) Bibliografía,


6) Tablas: cada tabla, con título y notas al pie, en hojas separadas, 7) Leyendas de las ilustracio-
nes.

Página del título


Debe incluir:
• Título del artículo, redactado en forma concisa, pero informativa. Subtítulos si corresponde.
• Nombre completo de cada autor, con la mención del más alto grado académico.
• Cargos docentes o científicos que ocupa(n), nombre del departamento, institución o dependen-
cia donde actúa(n).
• Nombre del departamento e institución responsables.
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• Título abreviado con no más de 40 caracteres.

Resúmenes y palabras clave


La segunda página debe contener un resumen en español de no más de 250 palabras prefe-
rentemente conteniendo: Introducción, Métodos, Resultados y Conclusiones, que establezca los

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propósitos del estudio o investigación, procedimientos básicos, principales descubrimientos y


conclusiones. Deben enfatizarse los aspectos nuevos e importantes del estudio y las observacio-
nes. Se debe usar la forma impersonal, omitiendo juicios críticos o comentarios sobre el valor del
artículo. Se evitarán las citas de autores y las referencias a gráficos y cuadros.
Palabras clave: se utilizará un máximo de diez. Se colocarán a continuación del resumen, debe-
rán describir el contenido del artículo y facilitar su inclusión en índices. El autor deberá determi-
narlas basándose, en lo posible, en los descriptores del MeSH.

TEXTO
Comenzará en la página 3. En general, aunque no necesariamente, constará de las siguientes
secciones: Introducción - Revisión de literatura - Material y método -Resultados - Discusión -
Conclusiones. Los artículos muy extensos podrán necesitar nuevas señales de lectura, además
de estas secciones, con la finalidad de clarificar su contenido.

Introducción
Se exponen con claridad la naturaleza, los fundamentos y los objetivos del estudio, dando una
idea de su alcance e importancia, así como de sus limitaciones. Los objetivos deben figurar al
final de la introducción.

Revisión de la literatura
Debe basarse en una exhaustiva revisión, que permita actualizar los conocimientos solamente a
los asuntos que tengan relación directa y específica con el trabajo en cuestión. En todos los
casos se deben mencionar las fuentes de información utilizadas. Es conveniente evitar el exceso
de citas, sometiéndolas previamente a una selección que asegure unidad y coherencia temáti-
cas.

Material y método
Se describen los procedimientos utilizados, de forma que el lector pueda juzgar sobre la propie-
dad de los métodos y el grado de precisión de las observaciones.
Se identifican los métodos, aparatos (nombre y dirección del fabricante entre paréntesis) y
procedimientos en forma detallada, de manera de permitir la reproducción de los resultados. Se
darán referencias sobre métodos establecidos, incluyendo además, en este caso, una breve
descripción.
Se describirán los métodos nuevos o modificados sustancialmente, explicando las razones de su
uso y evaluando sus limitaciones.
Los productos químicos y fármacos utilizados se mencionan por el principio activo, incluyendo
dosis y forma de administración.
No deben mencionarse nombres de pacientes, iniciales o número de ingreso al hospital.
ARCHIVOS DE GINECOLOGÍA Y OBSTETRICIA | 2001; 39 (1)
Normas éticas
Cuando se presentan experimentos sobre seres humanos, se ha de indicar si los procedimientos
que se siguieron estaban de acuerdo con las normas éticas del comité responsable de la expe-
rimentación humana (institucional o regional) o con la Declaración de Helsinki de 1975 en la
versión revisada de 1983. No se deben utilizar nombre de pacientes, iniciales o números de
hospital, especialmente en cualquier material de ilustración. Cuando se trate de experimentos
en animales indicar si se siguieron las normas de la institución o del National Research Council,
o cualquier ley nacional sobre el cuidado y uso de animales de laboratorio.

Estadística
Describir los métodos estadísticos con suficiente detalle para permitir al lector preparado, con
acceso a los datos originales, que verifique los resultados que se presentan. Cuantificar los
hallazgos, siempre que sea posible y presentarlos con los indicadores apropiados de medición
de error o de incertidumbre (como los intervalos de confianza). Se debe evitar fiarse exclusiva-
mente de comprobaciones de hipótesis estadísticas, como el uso de valores de p, que no permi-
ten trasmitir una información cuantitativa importante. Se debe discutir la elegibilidad de los
sujetos de experimentación. Se deben dar detalles sobre la aleatorización. Se han de describir
los métodos, y el éxito de cualquier tipo de técnica para observar a ciegas. Informar sobre las
complicaciones del tratamiento. Precisar el número de observaciones. Mencionar los casos per-
didos de la observación (como los abandonos en un ensayo clínico). Las referencias para el
35
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diseño del estudio y los métodos estadísticos se deberán remitir, cuando sea posible, a trabajos
estándar (con páginas consignadas), en lugar de remitir a los trabajos donde los diseños o
métodos fueron originalmente publicados. Especificar cualquier programa de ordenador de uso
general utilizado.

Resultados
Es el informe riguroso de la observación experimental. Debe presentarse en forma clara, concisa
y lógica, utilizando cuadros, estadísticas, gráficas y otras ilustraciones que permitan una mejor
interpretación de los hechos que se quieren demostrar. Deben ajustarse a los objetivos plantea-
dos en la introducción.

Discusión
Se abre juicio sobre los resultados obtenidos, se explica, discute y puntualiza su idoneidad y sus
limitaciones, comparándolos con los de otros autores. Se debe mostrar cómo los datos obteni-
dos en los resultados pueden llevar al planteo inicial.

Conclusiones
Se destacan los descubrimientos o aportes importantes del trabajo, los que deben estar íntegra-
mente respaldados por los resultados y ser una respuesta a los objetivos de la investigación.

Agradecimientos
Se dirigen solamente a aquellas personas que han contribuido sustancialmente al estudio.

BIBLIOGRAFÍA
Las referencias bibliográficas se numerarán consecutivamente, en el orden en que aparecen
mencionadas en el texto. Las referencias que sólo se citan en tablas o figuras deben numerarse
según la aparición de las mismas en el texto. Se redactarán de acuerdo con la forma adoptada
por la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, usada en el Index Medicus. Los títulos
de las revistas se abreviarán de acuerdo con el estilo adoptado por el Index Medicus, para lo que
debe consultarse la publicadas anualmente en el número de enero. Para las revistas latinoame-
ricanas, se utilizarán las abreviaturas del Index Medicus Latinoamericano.
Debe evitarse el uso de observaciones no publicadas. El autor debe verificar las referencias con
las publicaciones originales.

Artículos de publicaciones periódicas. Elementos esenciales


Autor o autores del artículo. Título del mismo. Título abreviado de la revista, año de publicación;
volumen: páginas. Se mencionarán hasta seis autores. Cuando el artículo tiene siete o más, se
mencionan los seis primeros, seguido de la expresión latina et al.
ARCHIVOS DE GINECOLOGÍA Y OBSTETRICIA | 2001; 39 (1)

Libros y otras monografías


Los datos bibliográficos se ordenan, en general, de la siguiente forma: Autor. Título. Subtítulo.
Edición. Lugar de publicación (ciudad): editorial, año; páginas o volumen.

Autor personal
Se menciona el apellido del autor y la inicial del nombre, todo en mayúsculas. En caso de varios
autores, se mencionan todos separados por una coma. La inicial del nombre no lleva punto.

Autor corporativo
Es la entidad responsable del trabajo. Se la menciona en su idioma original, en forma desarrolla-
da.

Título y subtítulo
Se anotan tal como aparecen en la publicación.

Edición
Se indica en números arábigos, seguida de la abreviatura ed. Ejemplos: 5ª ed. 7th ed. 5eme de.
Si es primera edición, no debe anotarse.

36
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Pie de imprenta
Lugar de publicación (ciudad): editor (se menciona el principal, eliminando palabras como Com-
pañía, Limitada, e Hijos, etc.) y año de publicación. Ejemplo: México: Interamericana, 1976.

Páginas
Se menciona con números arábigos y puede comprender: número total de páginas: 729 p.,
Páginas consultadas: 724-729 (724-9). Volumen: v.5.

Parte o capítulo de un libro


La ordenación de los datos bibliográficos es la siguiente: Autor. Título. Edición. (Si es la primera
edición, no debe anotarse). Lugar de publicación: editor, fecha: páginas.
La entrada principal se hace por el autor del capítulo, seguido del título y a continuación la
referencia completa del libro, precedida de la expresión latina In.

Congresos, Conferencias, Reuniones


Se entran por el título del congreso, seguido del número, lugar de realización y fecha.

TABLAS
Deben hacerse en hojas aparte, respetando el doble espacio, numeradas consecutivamente con
números arábigos y con un título breve. Cada columna debe llevar un encabezamiento corto o
abreviado. Las notas explicativas irán al pie de la página, lo mismo que la explicación de las
abreviaturas no conocidas utilizadas en cada tabla.
Las tablas se citarán en el texto en orden consecutivo.
Si se emplean datos de otras fuentes debe ser mencionado el agradecimiento y el permiso.

FOTOGRAFÍAS
Serán bien nítidas, no mayores de 16 x 24 cm. Las letras, números y símbolos serán lo suficien-
temente grandes para que sean legibles después de la reducción. Los títulos y las explicaciones
detalladas irán aparte, en las leyendas para ilustraciones. Todas las ilustraciones deberán ir
numeradas y referidas en el texto. Cuando se trate de microfotografías, se señalará la técnica
utilizada, así como la escala. Los símbolos y letras deben contrastar con el fondo.
En caso de enviar ilustraciones o fotografías en color, los gastos correrán por parte del autor,
salvo que la Revista considere imprescindible la inclusión de las mismas en color y pueda
financiarlas.

Leyendas de las ilustraciones


ARCHIVOS DE GINECOLOGÍA Y OBSTETRICIA | 2001; 39 (1)
Las leyendas deben escribirse a doble espacio, cada una en página separada, con el número
correspondiente a la ilustración. Cuando se utilicen símbolos, números o letras para identificar
parte de la ilustración, debe explicarse claramente en la leyenda.

UNIDADES DE MEDIDA
Las medidas de longitud, altura, peso y volumen se deben informar en unidades métricas (me-
tro, kilogramo, litro) o sus múltiplos decimales.
Las temperaturas se deben consignar en grados centígrados. La presión arterial se debe dar en
milímetros de mercurio.
En las mediciones hematológicas y bioquímicas se ha de emplear el sistema métrico según el
sistema internacional de unidades (SI). Los editores pueden solicitar que las unidades alternati-
vas o que no sean del SI sean añadidas por el autor antes de la publicación.

ABREVIATURAS Y SIGLAS
Utilizar sólo la abreviatura estándar. Evitar las abreviaturas en el título y en el resumen. El
término completo que está representado por una abreviatura o sigla debe preceder a su primer
uso en el texto, a menos que sea una unidad estándar de medida.

37
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ÍNDICE DEL VOLUMEN 38


A. Revisión sistemática del tratamiento de la amenaza de
AGUIRRE, R. parto de pretérmino (meta-análisis). Parte IV. Sulfato de

Análisis de la via de abordaje de la histerectomía por pa- magnesio, calcioantagonistas y antibióticos.


tología benigna en el Centro Hospitalario Pereira Rossell. v.38(3):128-137, 2000.
v.37(3):132-142, 1999. BARILARO, S.
ALONSO TELLECHEA, J. Tendencias del diagnóstico prenatal por técnicas invasivas.
Valores normales de las resistencias vasculares registra- v.37(1):4-12, 1999.
das por Doppler de la circulación fetal y placentaria en la BEN DE BARROS, M
población del Centro Hospitalario Pereira Rossell.
Recidiva del cáncer de cuello uterino.
v.37(2):86-90, 1999.
v.37(3):150-156, 1999.
Actualización del manejo de embarazo prolongado.
Investigación del ganglio centinela en cáncer de cuello
v.38(2):97-106, 2000. uterino.
Control del proceso asistencial en el área materno-infan- v.38(2):69-77, 2000.
til. Desarrollo y aplicaciones de un sistema informatizado.
v.38(3):107-121, 2000. BERTARRECHE, R.
ALONSO, O. Dislipemias y climaterio femenino.
Investigación del ganglio centinela en cáncer de cuello v.37(3):167-183, 1999.
uterino. BIANCHI, A.
v.38(2):69-77, 2000. Valores normales de las resistencias vasculares registra-
ALVAREZ SANTÍN, C. das por Doppler de la circulación fetal y placentaria en la
población del Centro Hospitalario Pereira Rossell.
Investigación del ganglio centinela en cáncer de cuello
uterino. v.37(2):86-90, 1999.
v.38(2):69-77, 2000. BOCCARDI, A.
Control citológico luego de la resección local en el cuello Dislipemias y climaterio femenino.
uterino. v.37(3):167-182, 1999.
v.38(3):122.127, 2000. Manejo clínico y tratamiento de la dislipemia del climate-
Análisis de la cobertura en Montevideo del Programa de rio femenino.
Detección del Cáncer Cervical en Uruguay. v.38(3):158- v.37(3):183-188,1999.
167, 2000.
BOGGIA, B.
AMESCUA-NERI, E.
Transfusión de sangre en gineco-obstetricia.
El hierro-dextrano y su efecto sobre el binomio madre-
v.37(3):198-207, 1999.
feto.
BRIOZZO,L
v.37(2):75-85, 1999.
Encuesta a ginecólogos con respecto a los motivos más
ARENA, O.
frecuentes de solicitud de esterilización femenina.
Sistema Informático Ginecológico de Anatomía Patológi-
v.37(2):91-98, 1999.
ca.
Análisis de la via de abordaje de la histerectomía por pa-
v.37(1):24-36, 1999.
tología benigna en el Centro Hospitalario Pereira Rossell.
ARRIBELTZ, G.
v.37(3):132-142, 1999.
ARCHIVOS DE GINECOLOGÍA Y OBSTETRICIA | 2001; 39 (1)

Linfoma de cuello uterino.


Control del proceso asistencial en el área materno-infan-
v.37(2):58-62, 1999. til. Desarrollo y aplicaciones de un sistema informatizado.
Investigación del ganglio centinela en cáncer de cuello v.38(3):107-121,2000.
uterino.
v.38(2):69-77, 2000.
C.
CAPPUCIO, P.
B.
Infección VIH: otro factor a tener en cuenta para preve-
BALAGUER, E. nir el cáncer cervical.
Revisión sistemática de los inductores de la maduración v.37(3):157-166, 1999.
fetal (meta-análisis). v.38(3):138-151,2000.
CARDOZO, S
Revisión sistemática del tratamiento de la amenaza de
Climaterio femenino: necesidades psicológicas y cuidado
parto de pretérmino (Meta-Análisis) Parte I: Metodología
de la salud.
-Reposo - Hidratación.
v.38(1):14-25, 2000.
v.38(1):30-37, 2000.
CASERTA, B
Revisión sistemática del tratamiento de la amenaza de
parto de pretérmino (Meta-Análisis) Parte II. Investigación del ganglio centinela en cáncer de cuello
uterino.
v.38(1):38-49, 2000.
v.38(2):69-77, 2000.
Revisión sistemática del tratamiento de la amenaza de
parto de pretérmino (meta-análisis)Parte III. Inhibidores CASTELO-BRANCO, C
de la síntesis de prostaglandinas. Repercusión ginecológica de la patología nutricional.
v.38(2):88-96, 2000. v.37(3):189-193, 1999.
38
ARCHIVOS DE GINECOLOGÍA Y OBSTETRICIA ARCHIVOS DE GINECOLOGÍA Y OBSTETRICIA ARCHIVOS DE GINECOLOGÍA Y OBSTETRICIA

Depresión y menopausia. v.37(3):198-207, 1999.


v.37(3):194-197, 1999. DE FREITAS, L
Papel de los andrógenos en la THS. Investigación del ganglio centinela en cáncer de cuello
v.38(1):26-29, 2000. uterino.

CASTILLO, E.A. v.38(2):69-77, 2000.

Tension-free vaginal tape (T.V.T.): una alternativa de tra- DE LOS SANTOS, H


tamiento quirúrgico para la incontinencia de orina de es- Revisión sistemática de los inductores de la maduración
fuerzo en la mujer: primera serie de experiencia nacio- fetal (meta-análisis).
nal. v.38(3):138-151,2000.
v.38(1):50-55, 2000. Revisión sistemática del tratamiento de la amenaza de
CASTILLO-HENKEL, C. parto de pretérmino (Meta-Aná lisis) Parte I: Metodolog¡a
El hierro-dextrano y su efecto sobre el binomio madre- -Reposo - Hidratación.
feto. v.38(1):30-37, 2000.
v.37(2):75-85, 1999. Revisión sistemática del tratamiento de la amenaza de
CAUMONT, A. parto de pretérmino (Meta-Análisis) Parte II.

Transfusión de sangre en gineco-obstetricia. v.38(1):38-49, 2000.

v.37(3):198-207, 1999. Revisión sistemática del tratamiento de la amenaza de


parto de pretérmino (meta-análisis)Parte III. Inhibidores
CEDEIRA, M
de la síntesis de prostaglandinas.
Investigación del ganglio centinela en cáncer de cuello
uterino. v.38(2):88-96, 2000.

v.38(2):69-77, 2000. Revisión sistemática del tratamiento de la amenaza de


parto de pretérmino (meta-analisis). Parte IV. Sulfato de
CENTURIÓN, D.
magnesio, calcioantagonistas y antibióticos.
Sistema Informático Ginecológico
v.38(3):128-137,2000.
de Anatomía Patológica.
DEFEY, D
v.37(1):24-36, 1999.
Climaterio femenino: necesidades psicológicas y cuidado
CIRIACOS,C de la salud.
Control del proceso asistencial en el área materno-infan- v.38(1):14-25, 2000.
til. Desarrollo y aplicaciones de un sistema informatizado.
DELLA TORRE, I.E.
v.38(3):107-121,2000.
Transfusión de sagre en gineco-obstetricia.
CORONEL-BRIZIO, P
v.37(3):198-207, 1999.
Histerectomía vaginal: experiencia institucional.
DÍAZ, O
v.38(3):152-157,2000.
Climaterio femenino: necesidades psicológicas y cuidado
CUADRO, J. C de la salud.
Rotura uterina. v.38(1):14-25, 2000.
v.37(1):37-41, 1999.
Valores normales de las resistencias vasculares registra- E.
das por Doppler de la circulación fetal y placentaria en la
ARCHIVOS DE GINECOLOGÍA Y OBSTETRICIA | 2001; 39 (1)
población del Centro Hospitalario Pereira Rossell. EPÍSCOPO, S.

v.37(2):86-90, 1999. Sistema Informático Ginecológico de Anatomía Patológi-


ca.
Actualización del manejo del embarazo prolongado.
v.37(1):24-36, 1999.
v.38(2):97-106, 2000.
Control del proceso asistencial en el área materno-infan-
til. Desarrollo y aplicaciones de un sistema informatizado. F.

v.38(3):107-121,2000. FEBLES, G.
Biopsia percutánea guiada por ecografía en lesiones
mamarias.
D.
v.38(1):56-59, 2000.
D’AURIA, S.
FEIJÓ, R.
Recidiva del cáncer de cuello uterino.
Sistema Informático Ginecológico de Anatomía Patológi-
v.37(3):150-156, 1999. ca.
DABEZIES, L v.37(1):24-36, 1999.
Recidiva del cáncer de cuello uterino. FERNÁNDEZ, A.
v.37(3):150-156, 1999. Revisión sistemática de los inductores de la maduración
Investigación del ganglio centinela en cáncer de cuello fetal (meta-análisis).
uterino. v.38(3):138-151,2000.
v.38(2):69-77, 2000. Revisión sistemática del tratamiento de la amenaza de
DE FEO, G. parto de pretérmino (Meta-Aná lisis) Parte I: Metodolog¡a
-Reposo - Hidratación.
Transfusión de sangre en gineco-obstetricia.
39
ARCHIVOS DE GINECOLOGÍA Y OBSTETRICIA ARCHIVOS DE GINECOLOGÍA Y OBSTETRICIA ARCHIVOS DE GINECOLOGÍA Y OBSTETRICIA

v.38(1):30-37, 2000. v.38(3):138-151,2000.


Revisión sistemática del tratamiento de la amenaza de Revisión sistemática del tratamiento de la amenaza de
parto de pret‚rmino (Meta-Aná lisis) Parte II. parto de pretérmino (Meta-Aná lisis) Parte I: Metodolog¡a
v.38(1):38-49, 2000. -Reposo - Hidratación.

Revisión sistemática del tratamiento de la amenaza de v.38(1):30-37, 2000.


parto de pretérmino (meta-análisis)Parte III. Inhibidores Revisión sistemática del tratamiento de la amenaza de
de la síntesis de prostaglandinas. parto de pret‚rmino (Meta-Aná lisis) Parte II.
v.38(2):88-96, 2000. v.38(1):38-49, 2000.
Revisión sistemática del tratamiento de la amenaza de Revisión sistemática del tratamiento de la amenaza de
parto de pretérmino (meta-analisis). Parte IV. Sulfato de parto de pretérmino (meta-análisis)Parte III. Inhibidores
magnesio, calcioantagonistas y antibióticos. de la síntesis de prostaglandinas.
v.38(3):128-137,2000. v.38(2):88-96, 2000.
FERNÁNDEZ, G Revisión sistemática del tratamiento de la amenaza de
Climaterio femenino: necesidades psicológicas y cuidado parto de pretérmino (meta-análisis). Parte IV. Sulfato de
de la salud. magnesio, calcioantagonistas y antibióticos.

v.38(1):14-25, 2000. v.38(3):128-137,2000.

FERREIRO, G. GUERRA, M.J.

Valores normales de las resistencias vasculares registra- Biopsia percutánea guiada por ecografía en lesiones
das por Doppler de la circulación fetal y placentaria en la mamarias.
población del Centro Hospitalario Pereira Rossell. v.38(1):56-59, 2000.
v.37(2):86-90, 1999. GUTIERREZ, C.
FRANÇA, 0. Metástasis placentaria en una paciente con cáncer de
Etica al inicio de la vida. mama.

v.38(1):5-13, 2000. v.37(1):21-23, 1999.

G. I.
GARRIDO, G. IDOYAGA, M
Control citológico luego de la resección local en el cuello Control del proceso asistencial en el área materno-infan-
uterino. til. Desarrollo y aplicaciones de un sistema informatizado.
v.38(3):122-127,2000. v.38(3):107-121,2000.
GOMEZ, X.
Rotura uterina. J.
v.37(1):37-41, 1999. JAUMANDREU, C.
Repercusión ginecológica de la patología nutricional. Tendencias del diagnóstico prenatal por técnicas invasivas.
v.37(3):189-193, 1999. v.37(1):4-12, 1999.
Depresión y menopausia.
v.37(3):194-197, 1999. K.
Papel de los andrógenos en la THS. KEUCHKERIAN, S
ARCHIVOS DE GINECOLOGÍA Y OBSTETRICIA | 2001; 39 (1)

v.38(1):26-29, 2000. Revisión sistemática de los inductores de la maduración


GONZÁLEZ BERNARDI, M. L fetal (meta-análisis).

Propuesta de intervención con estudiantes de medicina v.38(3):138-151,2000.


tendiente a modificar la relación con el paciente en el Revisión sistemática del tratamiento de la amenaza de
proceso educativo. parto de pretérmino (Meta-Aná lisis) Parte I: Metodolog¡a
v.37(1):42-50, 1999. -Reposo - Hidratación.

Encuesta a ginecólogos con respecto a los motivos más v.38(1):30-37, 2000.


frecuentes de solicitud de esterilización femenina. Revisión sistemática del tratamiento de la amenaza de
v.37(2):91-98, 1999. parto de pret‚rmino (Meta-Aná lisis) Parte II.

Diagnóstico prenatal: aspectos éticos y legales en la toma v.38(1):38-49, 2000.


de decisiones. Revisión sistemática del tratamiento de la amenaza de
v.38(2):78-83, 2000. parto de pretérmino (meta-análisis)Parte III. Inhibidores
de la síntesis de prostaglandinas.
Etica al inicio de la vida.
v.38(2):88-96, 2000.
v.38(1):5-13, 2000.
Revisión sistemática del tratamiento de la amenaza de
GONZÁLEZ PASTORIN, O.F. parto de pretérmino (metaanálisis). Parte IV. Sulfato de
Coriocarcinoma primario de cuello uterino. magnesio, calcioantagonistas y antibi¢ticos.
v.37(2):63-68, 1999. v.38(3):128-137,2000.
GÜENAGA, S
Revisión sistemática de los inductores de la maduración
fetal (meta-análisis).
40
ARCHIVOS DE GINECOLOGÍA Y OBSTETRICIA ARCHIVOS DE GINECOLOGÍA Y OBSTETRICIA ARCHIVOS DE GINECOLOGÍA Y OBSTETRICIA

L. MATTERA, A.
LABORDE, A Dislipemias y climaterio femenino.
Investigación del ganglio centinela en cáncer de cuello v.37(3):167-182, 1999.
uterino. Manejo clínico y tratamiento de la dislipemia del climate-
v.38(2):69-77, 2000. rio femenino.
LAGO, G v.37(3):183-188,1999.
Investigación del ganglio centinela en cáncer de cuello MAZAL, D
uterino. Rotura uterina.
v.38(2):69-77, 2000. v.37(1):37-41, 1999.
LAUFER, M. Investigación del ganglio centinela en cáncer de cuello
Tendencias del diagnóstico prenatal por técnicas invasivas. uterino.
v.37(1):4-12, 1999. v.38(2):69-77, 2000.
LEBORGNE, F. MELGAREJO, G.
Biopsia percutánea estereotáxica en lesiones no palpa- Transfusión de sangre en gineco-obstetricia.
bles de mama. v.37(3):198-207, 1999.
v.38(1):13-20, 1999. MENDIVIL, L
LEONI, C. Papel de los andrógenos en la THS.
Sistema Informático Ginecológico de Anatomía Patológi- v.38(1):26-29, 2000.
ca.
MEZZERA, J.
v.37(1):24-36, 1999.
Biopsia percutánea estereotáxica en lesiones no palpa-
LIMA, S. bles de mama.
Síndrome de ovario poliquístico en la adolescencia, inci- v.38(1):13-20, 1999.
dencia, forma de presentación, tratamiento y evolución.
MIHALSKY, A.
v.37(3):143-149, 1999.
Linfoma de cuello uterino.
LIONDAS, S.
v.37(2):58-62, 1999.
Parto humanizado: visión de un anestesiólogo.
MILÁN, J.
v.37(3):208-213, 1999.
Infección VIH: otro factor a tener en cuenta para preve-
LÓPEZ, E nir el cáncer cervical.
Control citológico luego de la resección local en el cuello v.37(3):157-166, 1999.
uterino.
MIRANDA, C.
v.38(3):122-127,2000.
Dislipemias y climaterio femenino.
v.37(3):167-182, 1999.
M.
Manejo clínico y tratamiento de la dislipemia del climate-
MACHÍN, V. rio femenino.
Linfoma de cuello uterino. v.37(3):183-188,1999.
v.37(2):58-62, 1999. MIRAZO, I.
Los seis escalones del climaterio.
ARCHIVOS DE GINECOLOGÍA Y OBSTETRICIA | 2001; 39 (1)
Infección VIH: otro factor a tener en cuenta para preve-
v.37(2):99-125, 1999. nir el cáncer cervical.
MAGGIOLO, J. v.37(3):157-166, 1999.
Metabolismo del yodo en embarazadas que no ingerían MOLINA, G.
sal yodada y su correlación con el hipotiroidismo congé- Análisis de la via de abordaje de la histerectomía por pa-
nito. tología benigna en el Centro Hospitalario Pereira Rossell.
v.37(2):69-74, 1999. v.37(3):132-142, 1999.
MANGARELLI, R. Revisión sistemática de los inductores de la maduración
Tendencias del diagnóstico prenatal por técnicas invasivas. fetal (meta-análisis).
v.37(1):4-12, 1999. v.38(3):138-151,2000.
MARTÍNEZ TORENA, J Revisión sistemática del tratamiento de la amenaza de
Análisis de la via de abordaje de la histerectomía por pa- parto de pretérmino (Meta-Aná lisis) Parte I: Metodolog¡a
tología benigna en el Centro Hospitalario Pereira Rossell. -Reposo - Hidratación.

v.37(3):132-142, 1999. -Reposo - Hidratación.

Recidiva del cáncer de cuello uterino. v.38(1):30-37, 2000.

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parto de pretérmino (meta-análisis)Parte III. Inhibidores Revisión sistemática del tratamiento de la amenaza de
de la síntesis de prostaglandinas. parto de pretérmino (Meta-Análisis) Parte I: Metodolog¡a
-Reposo - Hidratación.
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parto de pretérmino (meta-análisis)Parte III. Inhibidores
Revisión sistemática de los inductores de la maduraci¢n
fetal (meta-análisis) de la síntesis de prostaglandinas.
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Revisión sistemática del tratamiento de la amenaza de Revisión sistemática del tratamiento de la amenaza de
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