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Una queja común entre las mujeres embarazadas, particularmente las que están en el tercer
trimestre, es la incapacidad para conciliar el sueño (y permanecer dormidas) durante la
noche. Muchos factores son a menudo los culpables, lo que dificulta saber exactamente
cómo abordar el problema. Desde el tamaño creciente hasta la micción frecuente, parece
que no hay descanso. Pero algunas técnicas muy básicas pueden ayudar a las mujeres
embarazadas a dormir lo que necesitan.
A medida que el cuerpo cambia a lo largo del primer y segundo trimestre, algunas mujeres
pueden notar cambios en su patrón de sueño. La mayoría, sin embargo, no son demasiado
afectados hasta que llegan al séptimo mes más o menos. A medida que el cuerpo se adapta
rápidamente al crecimiento del bebé, pueden surgir algunos problemas:
– La micción frecuente puede ser una gran molestia. A medida que los riñones cumplen
con el doble deber de filtrar el aumento del volumen sanguíneo (aproximadamente 40%
más de lo normal), el cuerpo produce más orina. Al mismo tiempo, el crecimiento del bebé
ha aumentado la presión sobre la vejiga, lo que hace que el tiempo entre las visitas al baño
sea muy corto. Los bebés activos en la noche también pueden aumentar el número de
viajes para algunas madres.
– Se necesita un latido rápido para bombear esa sangre extra por todo el cuerpo, pero a
algunas mujeres les resulta difícil relajarse en estas circunstancias.
– Los dolores y molestias son bastante comunes, ya que el centro de equilibrio de una
mujer embarazada se desplaza y ejerce presión adicional sobre nuevas áreas. Los
calambres en las piernas y el dolor en la parte baja de la espalda son una queja típica de la
noche ya que la hormona relaxina está trabajando para estirar y aflojar los ligamentos para
prepararse para el parto. Las lesiones y las torceduras son más probables más adelante en el
embarazo.
– Los problemas digestivos, como la acidez estomacal y el estreñimiento, abundan a
medida que el proceso de digestión se hace más lento. La comida se acumula en el tracto
digestivo, tardando más tiempo en descomponerse, y el resultado es la incomodidad de la
madre.
Póngase cómodo
Los médicos recomiendan que las mujeres embarazadas se acuesten de lado durante la
noche para permitir un flujo sanguíneo adecuado en todo el cuerpo. Para los que duermen
boca abajo y boca arriba esto puede ser difícil, pero es importante. Elegir un colchón y
almohadas cómodos es una necesidad, ya que ayudarán a que la mujer embarazada se
sienta más cómoda durante la noche. Use almohadas debajo del vientre, detrás de la
espalda y entre las piernas. Intente experimentar con diferentes almohadas (almohadas
corporales, cuñas, etc.) y diferentes posiciones.
Prepárese
Cuando sea casi la hora de dormir, comience a preparar el cuerpo para la hora de acostarse.
Tome un baño relajante, tome un vaso de mylk caliente, o un masaje nocturno. Poner la
mente en paz puede ayudar a hacer la transición para dormir más fácil. Para algunos, los
alimentos ricos en carbohidratos, como un bocadillo de pan o galletas saladas, ayudarán
con los problemas de sueño. Y para limitar las visitas al baño, asegúrese de evitar tomar
líquidos demasiado cerca de la hora de acostarse!
Manténgase saludable
– Añadir calcio a la dieta ayudará a frenar esos dolorosos calambres en las piernas.
– Las dietas ricas en proteínas pueden prevenir esas pesadillas desagradables del embarazo.
– Saltarse la cafeína, o limitarla tanto como sea posible, puede tener un efecto dramático.
El cuerpo de muchas mujeres embarazadas no puede descomponer la cafeína, por lo que
permanece en el sistema mucho más tiempo de lo habitual.
– Pruebe el yoga para relajarse, camine para mantener las articulaciones flexibles y la
actividad moderada para ayudar a promover el sueño. Añadir ejercicio todos los días puede
ser la clave para acostarse por la noche.