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El simio y el aprendiz de sushi: Reflexiones de un primatólogo sobre la cultura

Jacqueline Ching H.

Universidad del Atlántico

Facultad de Ciencias Humanas

Programa de Filosofía

Cultura Animal Humana y No Humana en Contexto Evolutivo

VII Semestre

Grupo 1

Barranquilla, 12 de Junio de 2018


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El simio y el aprendiz de sushi: Reflexiones de un primatólogo sobre la cultura

Cultura: Conocimiento que adquirimos a través de otros, del aprendizaje social y, en esto

nos diferenciamos de muchos animales. La cultura implica aprender de otros. El aprendizaje por

sí solo no se considera como cultura.

El título del libro: “El simio y el aprendiz de sushi: Reflexiones de un primatólogo sobre

la cultura” escrito por FRANS DE WAAL, uno de los mayores expertos mundiales en

primatología (ciencia que estudia a los primates), es profesor en la Universidad Emory (Atlanta,

Georgia) en el departamento de psicología sobre el comportamiento del primates y es director de

un centro de estudios sobre la evolución de humanos y simios antropoides.

El título del libro nace de una relación de semejanza que el autor establece entre la forma

en que se transmiten los comportamientos en las sociedades primates y la manera en que las

técnicas y destrezas del maestro de sushi se traspasan al aprendiz, mediante la atenta observación

de sus movimientos.

Así mismo, el autor, a la vez que examina en detalle y minuciosidad las características

básicas y generales de la transmisión social, también se ocupa de analizar la forma en que nuestra

propia cultura humana condiciona la manera como observamos a los demás.

En el libro se trata con documentos y con análisis crítico la delimitación que existe entre

la naturaleza y la cultura y de este análisis, así como del comportamiento de los grandes simios,

se concede gran valor a esta radical separación; por otra parte, el autor plantea y define la forma

en que vemos a otros animales, nos lleva a detenernos en el concepto de la cultura y el concepto

de naturaleza y de naturaleza humana, así mismo nos muestra la forma en que nos vemos a

nosotros mismos.
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Parece ser que el objetivo del autor al escribir el libro es examinar si los animales tienen o

no cultura y reflexiona que vale la pena buscar una respuesta a este tema, ya que nos permitirá

afirmar que la cultura humana no se opone a lo natural que hay en los humanos.

Los argumentos básicos del libro se pueden resumir de la siguiente manera:

Las transferencias de conocimiento y prácticas, es decir, la transmisión cultural, por

procedimiento no genéticos, no es propio de la especie humana ya que esa transferencia puede

verse también en otros animales, por lo cual no es aceptable la teoría de que los animales no

humanos sean seres sometidos a leyes estrictamente genéticas, negando de paso, que la existencia

de culturas humanas sea únicamente un límite de demarcación entre los humanos y el resto de los

animales.

El autor sostiene que los seres humanos somos herederos de una larga estirpe de animales

sociables que establecieron toda clase de vínculos entre sí, por lo cual tanto la competencia como

la cooperación han dominado la vida de los animales; los animales entran en competencia pero al

mismo tiempo se necesitan o mejor nos necesitamos unos a otros; esta cooperación es además

posible no solo entre animales de la misma especie sino entre individuos de especies diferentes.

La dinámica social de competición y cooperación no es exclusiva de las sociedades de primates

sino que puede verse también en otros niveles biológicos, afirma el autor del libro.

A pesar de que el humano es un ser cultural, nunca ha abandonado la naturaleza y nunca

podrá hacerlo, existe en él, una tendencia a construir culturas, como existe también cultura en

otros animales no humanos.

Se puede afirmar a la luz de lo expresado en el libro, que hay naturaleza y hay cultura y

que los humanos, como muchos otros animales, tenemos un pie en cada una de ellas y que nunca

debemos pensar en la naturaleza y en la cultura como terrenos distintos y diferentes; ya como


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enfatiza el autor “existe mucha naturaleza en la cultura, al igual que existe mucha cultura en la

naturaleza”.

Para finalizar es importante tomar las frases del autor cuando afirma que: “no es cierto

que el hombre sea un ser básicamente cultural y los animales no humanos sean seres

estrictamente naturales, distinción excluyente, que es la base de algunas posiciones, nada

inocentes, contrarias a reconocer derechos a los animales o a admitir legitimas preocupaciones

morales por la vida y el sufrimiento de los animales no humanos”.

“Los animales no humanos son hasta cierto punto seres culturales y nosotros nunca hemos

perdido vínculos con la naturaleza”, afirma Frans de Waal.


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Bibliografía

Waal, F. d. (2002). El simio y el aprendiz de sushi: Reflexiones de un primatólogo sobre la


cultura. Paido Iberica.

Frans de Waal. (s.f.). Obtenido de Wikipedia: https://es.wikipedia.org/wiki/Frans_de_Waal

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