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Pistas para la elaboración el Horizonte Inspirador 2018-2021

“Hagan lo que él les diga”


VER: Desafíos

Claves transversales a todos los desafíos:


 Visibilizar las personas y grupos excluidos y desechados- visiblilizacion de las
carencias: ¡No tienen vino!
 Incluir generando ámbitos de encuentro, escucha, ¡relaciones
interpersonales… ¡Hagan lo que Él les diga!
 Formarnos conjuntamente para construir narraciones y proyectos de vida
para todas/os. Sus discípulos creyeron en Él.

Contexto: Nuestro Continente está en deuda con la justicia, la paz, la libertad, la


creación, la liberación del pobre. El tejido social está roto:

1 La escandalosa desigualdad social. La mayoría no tiene acceso a los pisos


básicos de protección social, mientras que un grupo pequeño se beneficia
exclusiva y excesivamente del llamado bien común.
2 La violencia generalizada – Violación creciente de los derechos humanos.
3 La corrupción estructural, acompañada del vacío institucional.
4 La movilidad humana masiva ha convertido al continente en un corredor
migratorio de arriba abajo, minado de criminales que explotan a la persona.
Esta migración está forzada en algunos países por estados extremos de
corrupción institucional y política.
5 Las nuevas esclavitudes humanas, dentro de las que se destaca la Trata de
personas para la explotación laboral o sexual o para el tráfico de órganos.
6 La crisis ecológica no atendida, en el sentido de que no se castigan los
crímenes ecológicos.

Espiritualidad:

1. Espiritualidad Trinitaria
La mística de una nueva forma de ser VC se alimenta en la experiencia de la
contemplación del misterio Trinitario en la creación y en la humanidad. Todo está
conectado, y eso nos invita a madurar una espiritualidad de la solidaridad global que
brota del misterio de la Trinidad.

2. Volver al encuentro de Jesús y seguirlo centrando en el Reino nuestra


vida y acción.
Él “lo pide todo, y lo que ofrece es la verdadera vida, la felicidad para la cual fuimos
creados. Él nos quiere santos y no espera que nos conformemos con una existencia
mediocre, aguada, licuada”. (GE 1). Es la vuelta a la esencialidad, la solidaridad y el
cuidado de la casa común: tierra/humanidad.

3. La compasión en la lectura de la historia: nuestra verdadera humanidad:


Solo desde esta lectura misericordiosa de la realidad podremos, los creyentes de hoy,
abrazar en corresponsabilidad los inmensos desafíos de la incuestionable decadencia
eclesial con una gran honestidad histórica.

4. Hacia una nueva manera de ser VC en una Iglesia nueva volviendo al


principio:
2

Hoy es urgente que salgamos hacia una nueva manera de ser Iglesia en la que
recorramos un hondo camino de conversión personal, pastoral (EG), ecológica (LS) y
relacional.

5. Una nueva visión de la tierra y de la humanidad:


Este eje eco-antropológico (paradigma planetario) es indivisible (ecología integral) y
es transversal a la propuesta de transformación estructural en la dirección de la
humanización definitiva de la historia compasiva y misericordiosamente -nuevo
modelo ético-. Hoy, hay un profetismo nuevo en la identificación de los acentos
deshumanizantes y destructores de la tierra que están incrustados en el estilo de vida
de la Iglesia y de la VC.

6. Opción por los Excluidos en el marco de los Sujetos Emergentes y Nuevos


Escenarios
La opción por los pobres –corazón de Medellín- es una opción multifacética. Optar por
los pobres hoy es optar por los excluidos: la tierra, la mujer, los migrantes y
refugiados, las víctimas de la trata y el tráfico, las personas en discapacidad
o más vulnerables a la discriminación: las culturas afro e indígenas, las
personas en diversidades sexuales, los ancianos, todas las víctimas de las
esclavitudes modernas.

Nos sentimos urgidos a asumir la ética del cuidado, en particular, por quienes son
sometidos a violencia, abandono, exclusión y abuso, con especial atención a niñas,
niños, adolescentes y jóvenes. Profundizar en la problemática de la cultura del abuso
dentro y fuera de la Iglesia es un imperativo histórico irrenunciable.

7. El Profetismo de la Iglesia y de la VC pasan hoy por lucha por el bien


común al lado de los expropiados
La Iglesia, en su relación con el pobre, está llamada a alzar la voz para que la
civilización avance en la dirección de la humanización de la historia: la participación
política de los ciudadanos, la cooperación societaria, el respeto y la protección de los
derechos individuales y colectivos, la defensa y el cuidado de la tierra, y la creación de
políticas públicas que aseguren la preservación del bien común, en el establecimiento
de los pisos de protección social para todos: salud, educación, comida, vestido,
techo…

2. ILUMINAR – Marco bíblico

Bodas de Caná (Jon 2, 1-11).


“HAGAN LO QUE ÉL LES DIGA”

En la Asamblea de la CLAR que se ha desarrollado del 18-20 de marzo-2019 se ha


trabajado con mayor detalle. Y, las claves de interpretación del horizontes inspirador
son:

1. Vivir con sentido la propia vocación.


2. Ahondar en la espiritualidad trinitaria
3. Caminar hacia un nuevo modo de ser iglesia
4. Renovar la opción por los excluidos desde una mirada contemplativa de la
realidad
5. Favorecer la ética del encuentro y del cuidado.
6. Optar por la ecología integral
3

Conferencia de Religiosas y Religiosos del Perú


Líneas inspiradoras 2019-2021
Vida consagrada hacia el bicentenario del Perú

“Y todo esto nos lleva a mirar hacia nuestras raíces,


a lo que nos sostiene a lo largo del tiempo, nos sostiene a lo largo de la historia
para crecer hacia arriba y dar fruto.”
(Papa Francisco)1

El año 2021 celebraremos el bicentenario de la independencia del Perú. Por lo


tanto, como vida consagrada queremos responder a los desafíos de la constitución de
la nación, en atención al mensaje del papa Francisco en su reciente visita y la grave
crisis que atravesamos como país. Esta voluntad se inscribe en el marco de la
celebración de los 50 años de Medellín (2018) y de la Confer (2019), caminando con el
pueblo de Dios en estas tierras.

1. El ethos de la nación

Proponemos que las líneas inspiradoras 2019-2021 de la Conferencia de


Religiosas y Religiosos del Perú tengan como eje transversal, integrador y orientador,
el reconocimiento de un ethos que nos identifique como nación en busca del bien
común.

El papa Francisco dijo en su visita:

“A quienes ocupan algún cargo de responsabilidad, sea en el área que sea, los
animo y exhorto a empeñarse en este sentido para brindarle, a su pueblo y a su
tierra, la seguridad que nace de sentir que Perú es un espacio de esperanza y
oportunidad… pero para todos, no para unos pocos; para que todo peruano,
toda peruana, pueda sentir que este país es suyo, no de otro, en el que puede
establecer relaciones de fraternidad y equidad con su prójimo y ayudar al otro
cuando lo necesita; una tierra en la que pueda hacer realidad su propio futuro. Y
así forjar un Perú que tenga espacio para “todas las sangres” (José María
Arguedas), en el que pueda realizarse “la promesa de la vida peruana” (Jorge
Basadre).”2

1
Discurso del papa Francisco en el encuentro con sacerdotes, religiosos/as y seminaristas de las circunscripciones eclesiásticas del norte del Perú en
el Colegio Seminario San Carlos y San Marcelo (Trujillo, 20 enero 2018).
2
Discurso del papa Francisco en el encuentro con las autoridades, la sociedad civil y el cuerpo diplomático en el Patio de Honor del Palacio de
Gobierno (Lima, 19 enero 2018).
4

Las consagradas y los consagrados que integramos esta nación queremos


celebrar el bicentenario uniéndonos a las mujeres y los hombres que trabajan por un
país mejor, porque creemos que los desafíos del Perú son los desafíos de la Iglesia.

Para responder a los desafíos del país no podemos limitarnos al análisis


coyuntural y a las necesarias y urgentes soluciones sociales y políticas, sino que
nuestra mirada de fe busca descifrar los signos de los tiempos en las realidades que
vive el país. Para este discernimiento contamos con motivos de esperanza, tal como
nos lo ha recordado el papa Francisco: es el caso de la Amazonía, que en su globalidad
es el mayor bosque tropical y el sistema fluvial más extenso del planeta, albergando
las más variadas especies; una riquísima pluralidad cultural que constituye el alma de
nuestro pueblo, alma marcada por valores ancestrales; los jóvenes, que con su
dinamismo y su entusiasmo invitan a soñar un futuro esperanzador; los santos en
estas tierras peruanas, que muestran la fuerza y la riqueza que nacen en las personas
cuando se concentran en el amor, 3 como se refleja en la vida cotidiana de los pobres.
Reconocemos que los motivos de esperanza brotan de la historia, la espiritualidad y la
sabiduría de nuestro pueblo, así como del fantástico regalo de la madre naturaleza.

La vida consagrada también está llamada a ser lugar profético de memoria


fecunda, resistencia santa y resiliencia creyente, caminando con el pueblo y al lado de
los más pobres, asumiendo juntos el desafío del diálogo en esta hora de la patria.

2. La agenda de la nación

En el mensaje del papa Francisco -durante su visita al Perú- descubrimos tres


desafíos con vistas a la construcción de una comunidad nacional desde el eje del
reconocimiento del ethos de la nación peruana.

2.1. Bien común y ciudadanía plena

El Perú del bicentenario tiene el desafío de lograr el bien común y la ciudadanía


plena para todos los que habitan en estas tierras, en la construcción de una patria
para todos: una comunidad nacional solidaria donde se superen la pobreza, la
discriminación, la exclusión, la indiferencia ética, la degradación ambiental, la
migración forzada, la corrupción y la violencia (especialmente contra la mujer y las
víctimas de la trata).

El papa Francisco se refirió a las tormentas sociales:

“Otras tormentas pueden estar azotando estas costas y, en la vida de los hijos
de estas tierras, tienen efectos devastadores. Tormentas que también nos
cuestionan como comunidad y ponen en juego el valor de nuestro espíritu. Se
llaman violencia organizada como el “sicariato” y la inseguridad que esto
genera; se llama falta de oportunidades educativas y laborales, especialmente
en los más jóvenes, que les impide construir un futuro con dignidad; o falta de
techo seguro para tantas familias forzadas a vivir en zonas de alta inestabilidad
y sin accesos seguros; así como tantas otras situaciones que ustedes conocen y
sufren, que como en los peores huaicos destruyen la confianza mutua tan
necesaria para construir una red de contención y esperanza.” 4

3
Cf. Ibíd.
4
Homilía del papa Francisco en la santa Misa en la explanada de la playa de Huanchaco (Trujillo, 20 enero 2018).
5

La Iglesia está llamada a proponer una ética con vistas a la realización del bien
común, como el elemento esencial del ethos de la nación; dejándose inspirar por el
Evangelio, como “un renovado antídoto contra la globalización de la indiferencia”. 5

2.2. Memoria, reconciliación y perdón

El Perú del bicentenario tiene pendiente el desafío de la memoria, la


reconciliación y el perdón en diferentes ámbitos de la vida social, como consecuencia
de la violencia política, las injusticias históricas o la desintegración familiar.

El papa Francisco nos contagió su deseo:

“Y quiero repetir junto a ustedes el mismo deseo que tenía entonces: “¡Cómo
deseo que los años por venir estén impregnados de misericordia para poder ir al
encuentro de cada persona llevando la bondad y la ternura de Dios!”. Cómo
deseo que esta tierra que tiene a la Madre de la Misericordia y la Esperanza
pueda multiplicar y llevar la bondad y la ternura de Dios a cada rincón. Porque,
queridos hermanos, no hay mayor medicina para curar tantas heridas que un
corazón que sepa de misericordia, que un corazón que sepa tener compasión
ante el dolor y la desgracia, ante el error y las ganas de levantarse de muchos y
que no saben cómo hacerlo.”6

La Iglesia también está llamada a ser un lugar de memoria, reconciliación y


perdón, asumiendo los conflictos en diálogo y sin ignorar lo que sucedió: ensanchando
los horizontes “que ayuden a encontrar caminos que sean de unidad y de vida”. 7

2.3. Diversidad biológica y cultural

El Perú del bicentenario está ante el desafío de su diversidad biológica y


cultural, que supone el cuidado del ambiente; el reconocimiento de los pueblos, las
culturas y las personas; la apertura a diferentes modos de vivir, pensar y sentir en el
país.

Lo que dijo el papa Francisco sobre la Amazonía se aplica a todo el país:

“Gracias por vuestra presencia y por ayudarnos a ver más de cerca, en vuestros
rostros, el reflejo de esta tierra. Un rostro plural, de una variedad infinita y de
una enorme riqueza biológica, cultural y espiritual. Quienes no habitamos estas
tierras necesitamos de vuestra sabiduría y conocimiento para poder
adentrarnos, sin destruir, el tesoro que encierra esta región, y se hacen eco las
palabras del Señor a Moisés: “Quítate las sandalias, porque el suelo que estás
pisando es una tierra santa” (Ex 3,5).”8

La Iglesia también está desafiada a escuchar los clamores de la tierra y de los


pobres, sin olvidarse que “el reconocimiento y el diálogo serán el mejor camino para
transformar las históricas relaciones marcadas por la exclusión y la discriminación”. 9

3. La vida consagrada

5
Homilía del papa Francisco en la santa Misa en la Base Aérea de Las Palmas (Lima, 21 enero 2018).
6
Discurso del papa Francisco en la celebración mariana en honor de la Virgen de la Puerta en la Plaza de Armas (Trujillo, 20 enero 2018).
7
Discurso del papa Francisco en el encuentro con los obispos en el Palacio Arzobispal (Lima, 21 enero 2018).
8
Discurso del papa Francisco en el encuentro con los pueblos de la Amazonía en el Coliseo Madre de Dios (Puerto Maldonado, 19 enero 2018).
9
Ibíd.
6

La vida consagrada en el Perú se siente interpelada por la realidad de nuestra


nación y su Iglesia, con sus luces y sus sombras, que también supone una autocrítica
por la omisión, las ingenuidades o las complicidades, sintiéndonos urgidos a la
conversión personal, pastoral y ecológica. Por lo tanto, cabe interrogarnos sobre cómo
puede la vida consagrada responder al desafío histórico de proponer y encarnar una
ética ciudadana en el Perú del bicentenario. Sabemos bien que tenemos que hacerlo
desde nuestra identidad de personas consagradas, que reconocen el paso de Dios por
la vida de su pueblo.

Nos hace bien escuchar al papa Francisco:

“Me gusta subrayar que nuestra fe, nuestra vocación es memoriosa, esa
dimensión deuteronómica de la vida. Memoriosa porque sabe reconocer que ni
la vida, ni la fe, ni la Iglesia comenzó con el nacimiento de ninguno de nosotros:
la memoria mira al pasado para encontrar la savia que ha irrigado durante
siglos el corazón de los discípulos, y así reconoce el paso de Dios por la vida de
su pueblo. Memoria de la promesa que hizo a nuestros padres y que, cuando
sigue viva en medio nuestro, es causa de nuestra alegría y nos hace cantar: “El
Señor ha estado grande con nosotros, y estamos alegres” (Sal 125,3).” 10

Las consagradas y los consagrados del Perú decidimos orientar nuestro


compromiso hacia el trabajo por la reconciliación, el perdón y la sanación en
diferentes ámbitos del país y de la Iglesia; hacia las iniciativas que promuevan el
respeto, el reconocimiento y la aceptación de la diversidad de formas de vida; hacia el
servicio de ofrecer orientaciones éticas desde los valores del Evangelio para contribuir
al ethos de la nación.

4. “Hagan todo lo que él les diga”

La Confederación Latinoamericana de Religiosas y Religiosos (CLAR) ha


propuesto como ícono inspirador, del trienio 2019-2021, la Boda de Caná (cf. Jn 2,1-
12). Queremos releer este relato bíblico desde el bicentenario del país: 11 en Caná “tres
días después…”, en el Perú “200 años después…”. En el texto se habla de un
“comienzo”, que es una palabra clave que sugiere una nueva creación. La boda es el
pueblo reunido que festeja, es la prefiguración de la última cena con la simbólica del
vino, el signo de la alianza fiel de Dios con su pueblo y de la presencia divina que
fecunda y alegra la historia. Estamos invitados a compartir esta boda con “todas las
sangres” de nuestro pueblo, con todos los que desean una vida abundante. La madre
de Jesús tuvo un papel protagónico en el buen desarrollo de la fiesta. ¿Qué tipo de
protagonismo tendrá la Iglesia -en ella la vida religiosa- ante un pueblo que anhela
reanudar su vocación para la boda? Desde su bodega interior María vive atenta a los
detalles de la vida. Ella indica el camino con fe, compasión y discreción: “Hagan todo
lo que él les diga” (v. 5). ¡Volvamos a Jesús! Jesús bosqueja un camino de vida con tres
verbos: llenar, sacar y repartir. Jesús pide a los servidores que llenen hasta el borde las
tinajas vacías de agua, como señal de la abundancia divina. Que saquen el vino nuevo
de la alianza, que brota de lo hondo del pozo interior, como del alma del pueblo. Y que
repartan de la abundancia del corazón, para que tengamos la vida plena para todos.
Como religiosas y religiosos nos corresponde retornar a Jesús, quien es el verdadero
novio de la boda y el servidor humilde de la humanidad; caminar junto a nuestro
pueblo hacia el costado abierto de Jesús en la cruz, fuente del agua de la vida
transformada, que cual eucaristía es vino de fiesta de la boda eterna.

10
Discurso del papa Francisco en el encuentro con sacerdotes, religiosos/as y seminaristas de las circunscripciones eclesiásticas del norte del Perú en
el Colegio Seminario San Carlos y San Marcelo (Trujillo, 20 enero 2018).
11
Notas tomadas de la lectio divina de Evelin Bloch o.s.b. sobre la Boda de Caná (28 noviembre 2018).
7

5. Las líneas inspiradoras

Las líneas inspiradoras de la Confer para el trienio 2019-2021 se sintetizan del


siguiente modo:

1. Vivir una vida consagrada, con hondura evangélica, con una mística de ojos
abiertos, audaz, coherente y profética, en camino de conversión personal y
comunitaria, que se renueva constantemente desde sus raíces carismáticas y
culturales.

2. Ser testigos de la esperanza y de la vida plena y abundante del Reino; portadores


de la ternura de Dios, que incluye las diversidades culturales, sociales,
generacionales y carismáticas, desterrando el clericalismo y denunciando toda
forma de abuso de poder, para fomentar el respeto, la unidad y la reconciliación,
como camino de sanación en nuestras comunidades, en la Iglesia y en la sociedad.

3. Ser una vida consagrada en salida, que escucha, siente y acoge el clamor de los
pobres y de la creación entera; inserta en el corazón del pueblo para configurar
una nueva ciudadanía en la búsqueda del bien común, practicando la justicia,
amando la misericordia y promoviendo la paz, la no violencia y la ecología integral.

Lima, 8 de diciembre del 2018

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