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Enero 1996

MON GRAFIA

JOSEPROCA
La valoración inmobiliaria: CLADERA

¿ciencia, arte u oficio?

n nuestro país la valoración inmo- tónoma ta n sólo tiene poco más de una En el cam po de la p ráctica p rofesio-

8
E biliaria, entendida en su vertiente
teórica y de fo rmación esp ecífi ca,
individualizada, es una disciplina relati-
década. En 1985-86 se organizaba en la
Universidad española, por p rime ra vez
con ánimo d e con tinuidad y no d e acto
nal la valoración inmobiliaria ha expe-
rimentad o u n desarrollo constante des-
de mediados de la década de los 80. Ele-
vamente joven, sí bien ha d ad o pasos puntual, un Curso de Postgrado específi- mentos clave en este impulso han sido
decisivos para su consolidación en los co en materia de Valoración Inmobilia- la renovación de los Catastros, iniciada en
últimos años. ria, convertido en Master de Valoraciones 1982, y acelerada a partir de 1986-87
A pesar de que la p ráctica de La valo- Inmobiliarias (MVI) a partir de 1988-89 con la creación del Centro d e Gestión
ración es in memorial y que la reflexión (4). Ello no obstante, en la actualidad, Catastral y Cooperación Tributaria (5);
teórica acerca de la misma, además de pasado un decen io de esa irrupción la vitalización y profesionalización de la
poseer significados antecedentes (1), ha universitaria de for mación d e valorado- valoración h ipotecaria, desarrollada a
venido manteniénd ose y desarrollán- res inmobiliarios las enseñanzas en la partir d e la nueva Ley Hipotecaria de
dose sob re todo en el hogar de Las Es- materia aún no se han articulado de fo r- 1981, de su Reglamento de 1982 y que
cuelas de Arquitectura (2), así como en- ma reglada, constituyendo tod avía títu- ha tenido en la proliferación de las So-
tre los técnicos al servicio del Catastro los (o diplomas) propios de las universi- ciedades de Tasación su hito más desta-
(3), lo cien o es que, como disciplina au- dad es que la imparte n. cado (6); la profesionalización de la p rác-

( 1) Entre otros son notables antecedentes, en nuestro país. A ellos debemos logros teóricos (5) La creación del Cenero de Gestión Catas-
España, de la ,disciplif!a_de la valoración inmobi- tan relevantes como el concepto de valor de re- tral y Cooperación Tributaria, en 1986, generó
liaria: MARTlNEZ NUNEZ, M.: Manual de eva- percusión, elaborado en la dé.cada de los cin- un proceso masivo de renovación de los Costes
luación de los solares y fincas urbanas. Carlos cuenta como respuesta técnica a las transforma- Urbanos que ruvo en el período 1987/ 1990 su
Bailly- Bailliere, Madrid, 1867. ciones experimentadas en la promoción inmo- momento de actividad más acusado.
BERROCAL, M.: Tratado de Evaluación de la biliaria. Dichas revisiones catastrales han represen-
Propiedad Urbana. Barcelona, 1881. (4) El 6 de junio de 1988 se firmaba el Conve- tado, por tanto , el esfuerzo más importan te
( 2) La enseñanza de la valoración ha formado nio de Colaboración entre la Universidad Politécni- realizado jamás por n uestras Administra-
parte de la asignatura de Arquitectura Legal des- ca de Cataluña, el Centro de Gestión Catastral y ciones Públicas no sólo para modernizar los
de los primeros planes de Estudio de Arquitec- Cooperación Tributaria y el Instituto de Estudios registros públicos de la propiedad inmobilia-
tura, ya desde el siglo XIX. Más recientemente el Fiscales para la o rganización de un Plan de Estu- n a , sino también para proceder a la valora-
magisterio de diversos profesores, y más con- dios integral de Tercer Ciclo en materia de Valo- ción individ ualizada del conjunto de los bie-
cretamente de S. Femández Pirla, desde la cáte- raciones Inmobiliarias. Dicho Plan se concretó nes inmuebles de los municipios de nuestro
dra de la ETSAM, ha mantenido viva la íorma- en el Curso académico 88/89 con la organiza- país.
ción teórico-práctica en esta materia. ción del Master en Valoraciones Jnmobi11arias (6) Las sociedades de tasación fueron creadas
(3) Los func ionarios del Catastro, arquitectos ( MVI), p rimer, y hasta ahora, único título de por el Real Decreto 685/ 1982, de 17 de marzo,
al servicio de la Hacienda Pública, han sido a lo Master especializado exclusivamente en valora- por el que se desarrollaban determinados aspec-
largo de mucho tiempo los p rincipales deposi- ciones inmobiliarias, otorgado por la Universi- tos de la Ley 2/81, de 25 de marzo de Regulación
tarios de los conocimientos en valoración en dad Española del Mercado Hipotecario.
tica de intermediación en la comerciali- una importante labor de in ves ligación en Los paradign1as de la
zación y venta de los productos inmobi- el campo de la valoración inmobiliaria,
liarios (tanto de nueva planta como de que ha generado significadas tesis doc- valoración inn1obilüuia
segunda ocupación), con la figura de los torales (9), tesinas (10), así como otros Plantea]. Bernat un problema de fon-
Agenles de la Propiedad 1nm obiliaria, lo diversos trabajos de investigación. Han do:
que ha representado la generalización nacido revistas especializadas, como la «¿Cuanto de cualitativo y cuánto de
de la valoración de carácter mercantil, que ahora tenemos entre manos. Se han cuantitativo hay en la técnica de la valo-
así como la homogeneización de los generalizado los Estudios de Mercado y ración de inmuebles? ¿Cuánto de «cien-
precios en el mercado inmobiliario. Fi- cia» y cuánto de «arte» o de «oficio»?
las bases de datos inmobiliarios, públicas
nalmente, y desde 1990, la reforma del ¿Cuándo o en que aspectos la técnica
y privadas.
sistema urbanístico español, generado puede modelizarse e incardinarse en le-
por la LRRU y VS (y por el texto Refun- El desarrollo de la disciplina ha lle-
yes generales o bien cuándo es necesa-
dido de 1992), ha situado la valoración vado, incluso, al terreno epistemológi- ria la individualización, el estudio caso
urbaníslica en el centro de la gestión del co, es decir a la investigación acerca del acaso)».(12)
planeamiento urbano, así como del propio contenido o esencia teórica de la Para ello]. Bernat aborda el análisis
proceso ed ificatorio (7). valoración. La tesina desarrollada por de los elementos fundamenrales del
En este proceso ha empezado a sur- jordi Bernat para la obtención del título proceso valorador, descubriendo en lo-
gi r la necesidad no sólo de avanzar ha- de Master en Valoraciones Inmobiliarias dos los métodos de evaluación paráme-
cia la especialización académica, sino (11) es, hasta ahora, el mejor referente, y tros o elementos subjetivos:
también de iniciar el cami n o hacia a ella me referiré reiteradamente a fin de En el método de mercado, la evalua-
la organización corporaüva de los va- abordar el problema de fondo que p lan- ción de la localización, así como, en ge-
loradores en la defensa de su estatuto tea todo debate epistemológico: desen- neral, de los diferentes atributos de la
profesional. Coincidiendo con la pri- trañar la naturaleza teórica de la valora- edificación cara a la selección de com- 9
mera promoción del MV! apareció ción inmobiliaria. parables y realización de las oportunas
a Asociación Española de Va/oradores correcciones. En este sentido, para el ci-
Inm ob iliarios, en 1988, primer em- tado anterior, la «percepción individua-
brión asociativo de los tasadores espa- lizada de cada valorador» (13) juega un
(9) Desde 1986 la Umversidad Pohtécmca de
ñoles. Catalunya imparte un Programa de Doctorado es- papel determinante en la estimación del
Desarrollo acadé mico, p ráctico y pecífico sobre valorauones inmobiltanas exis- valor.
profesional de la valoración inmobilia- tiendo numerosas te s 1 ~. en desarrollo del mis- En el método de capitalización de ren-
ria que ha tenido su correlato con una mo, en fase de redacción Asimismo destacan, las la determinación de la ratio de capi-
importante renovación del ma rco teóri- desde 1982, tres tesis pioneras que abrieron la
invesngación doctoral en el campo de la valora-
talización tiene un componente abierta-
co y conceptual. A la ya citada irrupción ción. mente subjetivo.
de la valo ración en la enseñanza univer- ROCA,j.: Vers una interpretació de lc1fo1mació En el de coste de reposición sucede al-
s itaria hay que añadir la proliferación i distrihuc1ó espacial deis valors del sol a Barcelona. go similar con la determi nació n de la
de manuales (8), elemento básico para la Barcelona, 1982. depreciación.
MUÑOZ, F.. El Catastro de Nal'ana. Valora-
consolidación de toda disciplina teóri- ción catastral y su comparación con las tecmcas ta- Finalmente, en el método residual la
co/práctica. En este mismo sentido se sadas en el valor de mercado. Pamplona. Octubre, determinación d el coeficiente de me r-
inscribe el nacimiento y desarrollo de 1989 cado, que evalúa gastos y beneficios de
GARCÍA ERVIT!, F· La distnbuc1ón espacial de promoción, se nos aparece también co-
los l'lllores del suelo urba110 en Madrid. Madnd,
1990.
mo un concepto cargado de subjetivi-
(7) Ley 8/1990, de 25 de julio, sobre Reforma ( 10) Para la obtención del título de Master en dad.
del Régimen Urbanísuco y Valoraciones del Sue- Valoraciones Inmobiliarias (MVI) debe desar ro- El a nálisis anterior permite a Bernat
lo. Dicho texto se refundió con la ley de l 976 en llarse obligatoriamente un trabajo de investiga- afirmar:
el Real Decreto Leg1slanvo 1/ J992, de 26 de JU- ción o resma. Desde 1990 se han presentado «En resumen, vemos que bajo la apa-
nio, actual Ley sobre Régimen del Suelo y Orde- 106 tesinas especializadas en valoraciones m-
nación Urbana. mobilianas, cuyos resultados, aunque heterogé- riencia de unos métodos cuantitativos,
(8) Para un detalle acerca de la acnvidad de- neos, representan el más extenso exfucrzo in- epistemológicamente objetivos y plan-
sarrollada duranre el úlumo decenio en materia vestigador en mate na de valoración mmobiliaria teados con enfoques tecnicistas y utilita-
de publicación de textos básicos de divulgación realizado en nuestro país.
en materia de valoraciones, véase el artículo que ( 11) BERNAT,j. Ep1stcmologia de la Valoració
J. Bernat publica en este mismo número, así co- lmnobiliclria Estud1 ele la qestió a par11r de la /n-
mo el trabajo de invesngación de ese mismo au- hliografia en catalá i ca~tellá. Tesina del Master en (1 2) BERNAT,j.: Op. cit, pág. 6.
tor que se expone en la notanº 12. Valoraciones Inmobiliarias, diciembre, 1994 (13) BERNAT,J.: Op. cit., pág. 178.
ristas, se da en todos los casos la presen- En el mismo sentido j ohn Zangerle plina teórica con elementos suficientes
cia de parámetros subjetivos. Pero estos afir ma: para constituirse en un método científico
componentes subjetivos aparecen incor- «Valo r es únicamente una op inión de determinación de conocimiento obje-
porados en las mismas variables, de ma- basada en el estudio de cada uno de los tivo? (20)
nera que el resultado de las formulacio- elementos que lo integran» (17) y el pro-
nes de los modelos toman la apariencia pio McMichael concluye: Concepción objetiva vs
d e valor objetivo, cientificamente correc- «U n precio es un hecho. Un valor es
w y único. Es decir, la carga de subjetivi- una estimación d e lo que el precio de-
subjetiva del valor (y del
dad se incorpora p reviamente a la apli- bería sen>. ( 18) precio )
cación de la fórmula matemática que nos Concepto subjetivo de la valoración El debate teórico acerca d e la objeti-
dará un valor objetivo» (14). que continúa teniendo notorios defen- vidad/ subjetividad de la disciplina de
«Partiendo de planteamientos simila- sores en la actualidad y que A. Borre!! la valoración inmobiliaria no es ajeno,
res una parte de La doctrina ha negado la ha resumido con singular claridad: sino que muy al contrario se incardina,
existencia d e una base teórica propia en «la valoración inmobiliaria no es so- e n el más ge nera l desarrollado en el
el camp o de las valoraciones inmobilia- lamente una técnica. El conocimiento, marco de la teoria económica sobre el va-
rias, lo que le ha conducido a renegar del la información, la experiencia, el senti- lor/ precio.
carácter cientifico de la disciplina. Desde do común y, en general, eso que se Lla- La evolución d el pensamiento eco-
esta perspectiva las valoraciones inmo- ma "oficio", y que a mi me gusta llamar nómico sobre el valor es clariiicadora al
biliarias no sólo no serían una ciencia "arte'', son imprescindibles. Pero no se respecto. Po r una parte la esrnela clási-
experimental, en la que siempre se ob- consigue un buen "oficio" sin un buen ca/marxista ( 21) defendió un concepto
tiene el mismo resultado, sino que inclu- conocimiento de las técnicas» ( 19) objetivo de valor, basado en el p roceso
so el mismo concepto de valor seria ya ¿Las opiniones anteriores nos con- productivo, en el precio de producción,
10 de por sí un concepto subjetivo». ducen a una concepción irremisible- y en consecuencia en la cantidad ele tra-
En este sentido J. Bemat propone un mente subjetiva d el valor y d e la valora- bajo inco rporada a los productos. Por
cambio de paradigma (15), al acepta r el ca- ción'?. La respuesta h ab rá que encon- otra, la esrnela neoclásica (22), al abogar
rácter ele subjetivo inherente a todo proceso trarla a na li za ndo tres cues ti ones por el valor- utilidad, difundió una teo-
de valoración, y buscar por tanto en la "ob- centrales, todas ellas concatenadas: ría subjeti va de valo r: la opinión (varia-
jetividad" seudocientífica, la racionaliza- • ¿Qué so n los precios (inmobilia- ble) que sobre la utilidad de los bienes
ción del proceso de valoración». rios)? ¿Son de naturaleza subjetiva, a l tienen los consumidores.
Concepció n subjetiva de la valora- respo nder a la opinión va riable d e la Mient ras que para los primeros el
ción que parece coincidir con la opi- demanda? ¿O vienen determinados ob- suelo, la tierra, era una singularidad en
nión de una asentada co rriente dentro jetivamente por la realidad económica?. tanto en cuanto no tenía va/01; al no ser,
de la disciplina de la valoración , que ha • ¿Qué es el valor (inmobiliario)' ¿Es en general, un bien producido; para los
tenido en nuestro país a Stanley H. Mc- posible una definición objetiva del va- segundos tal es pecificid ad d e la tierra
Michael como su más ge nuino expo- lor?. desaparecería al reflejar su precio la uti-
nente: • ¿Qué es la valoración? ¿Es simple- lidad que para los usuarios-producto-
«Una de las mayores verd ades es mente el oficio o la práctica d e estimar res-consum idores aquélla ten d ría. La
aquella de que "una evaluación es sola- subjetivamente el valor?¿ O es una disci-
mente una opinión". El valor de un juicio
depende del criterio, los conocimientos (20) Para un análisis detallado acerca del mé-
y la habilidad de quien la emite» (16) ración, dista de s u reconocido predecesor de la todo cientifico véase POPPER, K.: La lógica de la
disciplina, que tiene en Balscock, y otros crea- investigación científica. Tecnos, Madrid, 1994.
dores de la American lnstiture oí Real Estate Ap- (21) Adam Sm1th, primero, y de forma mu-
praisers, s us auténricos padres. El mérito de Mc- cho más rotunda D. Ricardo, desarrollaron el
(14) BERNAT,J.: Op. cit., pág. 184. Michael se limita, por tanro, a haber alenrado la criterio del valor de las m ercancías. En el m ism o
( 15) BERNAT, j.: Op cit., pág. 197. difusión de la valoración en los países de lengua sentido, K. Marx sostuvo que el trabajo era el
(16) Me MlCHAEL, S.L.: Tratado Je Tasación. hispana, gracias a la traducción d e su libro. único elemento sociaJmcnre mensurable capaz
Ed. Labor S.A., Argenrina, Bueno Aires-Monte- (17) ZANGERLE,John A.: P1iricipes ofReal Es- de asumir la comparación entre los distintos bie-
video, l 949. Dicho texto se ha convertido en tate Appraisi11g. Hollywood, California, 1927. nes para guiar su intercambio.
nuestro pais en una especie de biblia d e las valo- (18) McMICll AEL, A. Op. cit, pág. 21, citan- (22)Jcrons, Menger y Walros, entre otros, de-
raciones al rep resentar por much o tiempo el do al profesor Hadley. sarrollaron a finales del s. XlX la construcción
único manual traducido en lengua castellana. (19) BORREl..I.., A.: Prólogo al hbro de ROCA, teórica que llamamos cswela neoclásica, y que
Cabe decir, no obsranre, que McMichael, a pesar J. : Manual de Valoraciones In mobiliarias, Ariel, hasta los últimos 70 ha represcmado el pensa-
de ser en su época un notable d ifusor de la valo- Barcelona, 1986. m iento económico más generalizado y aceptado.
renta entendida como plusbeneficio se- no colectiva o social de la demanda. El ex iste un valor intrínseco, entendido
ria s ustiruida por el p recio del suelo, al individuo económico sus tituía a la pro- éste como un coste diferencial de pro-
venir éste incardinado en la teoría ge- ducción y consum o social de los clási- ducción de cad a localización urbana.
n e ral de la fo rmación de los valo - cos. Y al proclamar el imperio de la ac- Sólo valor de cambio. Es el proceso de
res/ p recios. ción económi ca individual se situaba al in tercambio, y no el d e producción, el
Los neoclásicos, por tanto, vi nieron a precio en el resbaladizo terreno de la que dete rmina el p recio. Al ser la oferta
sustituir la oferta por la demanda como opinión subjetiva y cambiante d e los fundamentalmente rígida, es la deman-
elemento d eterminante de la formación consumidores. Se planteaba el reto de da la que dete rmina el valor de los in-
de los valores: era el d eseo y la capaci- explicar objetiva mente el comportamien- muebles, y por tanto del suelo.
dad de compra de los consumidores, to de la demanda, sin necesidad de re- A su vez, y dado el carácter estructu-
basado en la utilidad d e los bienes, el currir a disciplinas exógenas a la cien- ralmente diferencial del suelo urban iza-
que determinaba su precio, y no tanto cia económica, como la psicología o la do, en su com ponente localización, el
lo que hubiese costado produci rlos, es sociología. precio del factor suelo no es único, iden-
decir, su coste de producción. Para los Tan sólo Marshall (24), y en otra di- tificado con su valor marginal, sino dis-
neoclásicos precio y valo r se identifica- mensión los neoricardianos (25), tendie- tinto para cada ubicación urbana (gráfi-
ban, pasando a ser el primero el centro ron a conciliar oferta y demanda en la co 1 ). Cada sitio, por tanto, tiene un pre-
del análisis económico, al ser lo cierto, coníiguració n d el precio/va lor. Pa ra cio de monopolio (26) (gráfico 2) que
lo real, lo únicamente observable. Marshall la demanda, determinaría el reíleja la 11lilidad y disposición de compra
Este tránsito d e la oferta a la deman- precio a cono plazo, y la oferta h aría lo ele los distintos consumidores urbanos.
da no se hizo sin problemas. Por una p ropio con el valor a medio o largo pla- Y al ser un mercado de signo monopóli-
parte los eco nomistas se encontraron zo. La formación ele quasi-rentas sería, co, d e co ncu rre ncia monopolista, si-
ante la llamada paradoja del valor: ¿por por tanto , end ógena a un sistema ele
12 qué los bienes muy útiles, corno el agua, precios basado en la demanda, pero en
adquirían en el mercado un precio muy una perspectiva tern po ra l su ficie nte- Gráfico 1. Precio Marginal
inferi or al d e otros b ienes, co rn o los mente p rolongada, los precios de mer-
diamantes, d e carácter manifiestamente cado deberían fluctuar en torno a los Precio
superíluo? Para ello, además de referi r- precios de producción. Tan sólo los
se a la utilidad de los bienes, hubo que productos raros o escasos, no someti-
ampliar la definición de precio inclu- dos a p rocesos de producción indus-
yendo el concepto de escasez: los bie- trial, competitiva, podrían generar ren-
nes escasos podían alcanzar un valor de tas consolidadas, estructurales; no con-
mercado más elevado que los abundan- vergie nd o e ntonces, los precios d e
tes, aunque éstos últimos tuviesen una me rcado con los de producción. p
utilidad muy superior (23). En el mercado inmobi liario el suelo
Pero más en el fo ndo los neoclásicos (urba nizado) es un factor sólo parcial-
cayero n en una visión psicológica del mente producido (urban izado ). La com- q Cantidad
precio, sometida a la acción individual, y ponente situación no es reproducible,
lo que incapacita la determin ación d e
su valor/precio a partir, ni siquiera a Gráfico 2. Precio de Monopolio
(23) La solución al problema de la paradoja la rgo p lazo, de su coste d e prod uc-
del valor se encontró mediante la diferenciación ción . Precio
entre el valo r marginal (es decir, el relativo a una En la ciudad cada sitio es único. No
unidad ad1c1o nal de mercancía) y el valor del
bien en el caso que su consumo fuese limitado
(por causas naturales o artificiales) a unas pe- p
queñas canudades. En este senndo no hay duda (24) MARSI IALL, A Pmwpws de Economia,
de que s1 bien los diamantes obtienen un valor Agu1lar, Madnd, 1963.
de mercado muy superior al del agua, en su pro- (25) El retomo a los clásicos mi ciado en las dé-
ducción normal lmargmal), s1 el consumo de cadas de los 50-60 se produce, entre otros au-
ambos elementos se redujese a unas pocas unt- tores, gracias a las aportaciones de P. Sraffa y J
dades los consumidores estarían dispuestos a Robmson Especialmente significanva es, en es-
pagar por el agua mucho más que por los dia- te sentido, la obra de SRAFFA, P: Producción de
mantes, puesto que del primero dependería su me1wncw5 p01 medio de mercancías. 0 1kos-Tau, q Cantidad
subs1stenc1a Vilassar de Mar, 1966.
guiendo a Chamberlin (27), tiene la capa- • Producción del suelo urban izado, en (s ubjetivo) del inmueble puede llevar a
cidad de eliminar el excedente del consu- la medida que, como se ha dicho, la ur- pensar erróneameme que la disciplina
midor, al reflejar la discriminación de ban ización es un elemento de transfor- de la valoración tiene por objetivo esti-
precios del sucio el valor de cada locali- mación cuantitativa y cua litativa del mar una especie de valo r i11t1inseco de
zación urbana. suelo urbano. los productos urbanos, a diferencia de
Los precios inmobiliarios tienen, por • Producció n del innwehle edificado, su precio. Nada más falso. El objetivo de
tanto, un fuerte contenido de opinión: la en tanto en cuanto la agregación del ca- la disciplina (teó rica y práwca) de la
opinión de los consumidores sob re la pital de construcción es el elemento ne- valo ración inmobiliaria es establecer el
utilidad de los bie nes inmobilia ri os, cesa rio, en general, para la puesta efec- valor de mercad o de los inmuebles. Y
traducida por medio de su disposición tiva en mercado de los productos in- como ya se ha afirmado en el apartado
)' capacidad de pagar por ellos. Dicha mobiliarios. precedente el valor de cambio de los
opinión, sin embargo, a pesar de que se • Producción del mismo escena rio bienes urbanos refleja no sólo su com-
manifi esta individualmente (e nten- sobre el que se manifiesta la diversidad ponente producida, sino también su di-
diendo el hogar o la empresa como nú- locacional, es decir, de la ciudad. La ciu- mensión específica, monopólica, irre-
cleos de decisión locacional individua- dad, y por ende la jerarquización física producible: la localización . Localiza-
les, estén o no formados por una única y social del espacio urbano, es un pro- ción que en la medida que no tiene un
persona), tiene un marcado s igno social ducto histórico, agregación de cap ital pú- coste de producción sino sólo un p re-
y económ ico; no es el simple resultado blico y privado que fijado espacialmente cio de monopoli o ún icamente puede
de un comportamiento psicológico del delimita y reproduce los valores urba- ser evaluada en térmi nos de intercam-
dema ndante. nos. bio, de demand a; no de oferta, ni de
Compo rtamiento econó mi co puesto Los precios urbanos son, po r tanto, producción.
que el elevado esfue rzo que representa subjetivos, en la medida que representan ¿Por qué enton ces diferenciar precio
la adquisición de producto espacial ur- una medida psicológica (es decir for- de valor? ¿Por qué esforzarse en seguir 13
bano al consumidor tiende a impedir mada en la mente) de las personas (o habla ndo del valor del suelo o de los in-
una decisión ligera, antieconómica, en empresas) de la utilidad de los inmue- muebles como rango conceptual distin-
la adquisición de los bienes inmuebles. bles, pero vie nen determinados objetiva- to d el precio? ¿Por qué obstinarse en es-
Comportamiento social puesLo que los mente por la división y estructura física tablecer el objetivo de la valoración en
usuarios urbanos n o son individuos y social del espacio urba no. el valor de mercado de los inmuebles y
asilados sino insertos en un tejido so- Los precios (subjetivos) revelan el no en la estimación de su precio?.
cial, q ue d etermina sus p ro pios actos valor (objetivo) de la estructura espacial La razón hay q ue buscarla en las ca-
locacionales y de consumo. urbana. Y la teoría de la localización es- racterísticas específicas de la produc-
El valor inmobiliario, aunque vie ne pacial (29) nos ofrece los elementos teó- ción/d istribución de la mercancía in-
determinado en su cuantía por la de- ricos y científicos suficientes para abor- mobilia ria. Como se ha visto, al existir
manda, es a s u vez delimitado po r la dar el análisis objetivo de la formación una pluralidad de productos inmobil ia-
oferta. Dicho valor tiene una compo- y distribución d e los valores inmobil ia- rios, determinada no sólo po r su cali-
nente producida que no puede despre- rios. dad edificatoria, sino por su diferente
ciarse (28). localización urbana, el precio de los
productos urbanos no refleja s u valor
Valor vs Precio: ¿Es ma rginal. No existe un p recio único de
(26) ~farx define en El Capnal el precio de
posible la dete rn1inación la vivienda, sino precios de la vivienda;
tantos, como mínimo, como upos de
monopolio al "precw que es detcnnmado exclu- objetiva de] valor? producto puestos en el mercado.
s1vamcnrc por la apetencia de compra y capaci-
dad de gasto de los compradores, independien- La referencia anterior al valor (obje- Pero a su vez, y dadas las caracterís-
temente del precio determ111ado por el precio tivo) como categoría distinta del precio ticas intrínsecas de la mercancía inmo-
general de producción, o por el valor de los pro- biliaria, no son sólo los inmuebles pro-
ductos"
(27) CI IAMBERLIN, E. La teoría Je la Conrn- ducidos a corro p lazo los puestos en
rrcncia Mmw¡mlista, 1933 ( 29) Cabe aún proceder a una cla~ificac i ón oferta en un período temporal concre-
(28) Precisamente de esa componente de definitiva de la que aquí denommo te<>na de la lo- to, sino, dado su carácter de bienes de
producción se deriva la posible unhzac1ón del calizacíón espacial. Si bien su esencia económica larga duración, juegan asimismo una
método de rcpnsic1ó11 en la valoración 111mob1ha- es fundamental, también uene conexiones con participación p rimordial los produci-
na. As1m1smo se desprende de ella la adecua- otras ramas del conocimiento como la geografía
ción del método residual, tanto en su faceta está- y soc10logia urbanas, así como con el urbanismo dos «ex ante», históricamente : el seg-
uca como d111ámica ) la arqu11ectura de la ciudad. mento de segunda ocupación tiene un
protagonismo singular en el mercado nocimiento o creencia (o d e duda) en cuanto disciplina teó rica, la valoració n
inmob iliario. Prod uctos de segunda una cosa (30). Frente a dicha co ncep - emplea métodos objetivos y científicos en
ma no, cuyo precio en el mercado no ción subj etiva de probabilidad, Popper la estimación del valor.
viene, por lo general , determinado en sugiere una interpretación objetiva, pro- En este sentido es preciso distinguir
modo alguno por su coste histó rico de pensivista, derivada de una interpreta- la valoración en tanto discipli na teórica
producción sino exclusivamente, en el ción estadística de la probabilidad, en d e la práctica d e la tasación. La p ráctica
proceso de d istribución, por el acuerdo tanto en cuanto frecuencia inicial o in- de la valoración es una ap li cación, ne-
con creto entre comp rador y vendedo r. trínseca de la realidad. cesariamente sub jetiva, al venir teñida
En el mercado inmobiliario sólo exis- Siguiendo a Popper entendemos que por la percepción de cada tasador, d e
ten precios. El precio refleja las condi- es la naturaleza, y no sólo nuestro cono- los métodos objeti vos y científicos de-
cion es específi cas d e una transacción cimiento, la que es indeterminada, pro- sarrollados por la teoría . En este senti-
concreta, y por tanto del acue rdo entre babilista. En este sentido la «naturale- do, y sólo en éste, pued e afirma rse que
un comprador y un vendedor específi- za», los precios inmobiliarios, son inde- «el valor es una opi nión»; pero no una
cos. El precio representa, por tanto, un te rminados. Nunca pod remos a nticipar opinión de la que el precio debería ser,
acuerdo subjetivo entre un segmento « a ciencia cierta» el grado de un acuer- sino de lo que el valor de mercado real-
individual (un cuánto) de la oferta y de do concreto entre un comprador y un mente es.
la demanda. Pero al venir el comporta- vendedor específicos. Existe incerti- La insuficiencia de conocimientos teó-
miento de compradores y vended ores dumbre en el mercado inmobiliario. Y ricos existente aún en la mayoría de los
determinado objetivamente por las re- reconocerlo como tal no resta un ápice tasadores, unida al débil conocimiento
glas económicas y los hábitos sociales, al ca rácter objetivo y científico de la d is- que su ele tenerse del funcionamiento
los precios tienden a converger. ciplina d e la valoración (31) . En este del mercado inmobiliario, cond iciona a
El valor de mercado es el resultado sentido el valor es tan sólo la medida del menudo una práctica de valoración re-
14 de esa co nverge ncia El valor es el pre- lativamente heterogén ea. A la incerti-
grado de incertidumbre existente en el
cio más probable po r el que un com- dumbre intrínseca relativa a la determi-
mercado inmobiliario, es decir: del gra-
prador y un vendedor que actúen eco- nación objetiva del valor se añade la bo-
do de indeterminación de los precios.
n ómicamente se pondrán d e acue rdo rrosidad ex trínseca de los limitados
en la transmisión de un inmueble. conocimientos y experiencia del tasa-
La conve rgencia de los precios en va- La disciplina teórica de la dor. De ahí que el resultado sea en oca-
lores es un hecho económico objetivo, valoración inn1obiliaria siones decepcionante: la divergencia, a
resultado de la teorla econó mica de veces incluso acusada, en la estimación
la localización es pacial. El universo
La valoración inmobilia ria es la dis- del valor por tasadores distintos . Si n
ciplina que tiene por objeto la determi-
real-concreto de los precios (subjeti- embargo quedarse ahí, sin investigar las
nación del valor de mercado de los bie- causas que conducen a tal divergencia,
vos) conduce a la determinación de esa
abstracción teórico-empírica que deno- nes inmuebles. El valor de me rcado, y para afirmar el carácter acientífico de la
minamos valores de mercado (objeti- no cualquier otro co ncepto asociad o valoración, dada su esencia subjetiva, es
vos, en cuanto que consecuencia de las con el precio o valor (32) , es el objeto un error de calibre. Es quedarse en las
leyes de la economía espacial). teórico de la valoración. Y en tanto en formas y no ve r el fondo del problema.
La definición p robabil ista del con- Evidentem ente la valoración n o es
cepto de valor la han interpretado algu- una ciencia experimental. Y en conse-
nos como una demostración del carác- (30) Véase POPPER K.: Op. cit., pág. 137-200. cuencia la medida del valor no es, ni
ter su bjetivo de la valoración; si el valor También del mismo autor Teoría Cuántica y el Cis- puede ser, idéntica en todo caso y oca-
ma de la Física, Tecnos, Madrid, 1992, pág. 28-29.
no existe en la realidad, s ino sólo los (31) En este semido cabe recordar que una sión. Pero ello no es óbice para que la
precios, es tan sólo una construcción disciplina como la Física, d e reconocimiento disciplina de la valo ración ofrezca un
subjetiva d e nuestra mente: una estima- científico indubicado, desarrolla el principio de método objetivo y científico para deter-
ción de lo que el precio debería ser, una incertidumbre como uno de sus principales ras- m inar el valor d e mercado de los in-
gos definidores. Si existe incertidum bre en Físi-
opinión en suma. Interpretación que ca, la ciencia por antonomasia, bien puede acep - muebles.
descansa en una concepción subjetivisla tarse asimismo la indecerm inac1ón en la valora- En esta perspecti va cobra es pecial
del concepto d e probabilidad. Los filóso- ción inmóvil. sentido la crítica que realiza J. Bernat
fos de la ciencia han criticado esta in- (32) Los manuales de valoración suelen hacer acerca de la subjetividad imp lícita exis-
referencia a la amplía diversidad de conceptos
terpretación subjetiva de la probabili- relacion ados con el valor: valor de uso, intrínse-
tente en cad a uno ele los métodos ele ta-
dad , según la cual ésta no es otra cosa co, de coste, de inversión, de fondo de comercio, sación desarrollados por la teo ría d e la
que la medida d e nuestro grado d e co- en venta, en renta, legal, etc. valoración . ¿Son los métodos de tasa-
ción intrínsecamente subjeti vos? ¿O confeccionado. Se trata de conciliar va- • En el método de coste la determi-
puede afirmarse su carácte r científico y lores homogéneos, estimaciones inde- nación de la depreciació n.
obj eti vo?. Esta es probablemente la pendientes del valor de mercado, no • En los métodos residual y de coste,
cuestión central para desentraña r el ca- conceptos heterogéneos de valor. la cuestión del coeficiente de mercado.
rácter teórico de la valoración: ¿ciencia Desd e la pers pectiva inequívoca de • En el método de capitalizació n : el
o crítica? ¿técnica u oficio? reafirmar la determinación d el valor de tipo de interés de la inversión inmobi-
Para responder a esta cuestión cen- mercado como único y exclusivo obje- liaria.
tral es preciso volver a insistir en el ob- to teórico (35) de la valoración, el análi- En todo caso, y dada la complejidad
jetivo básico de la disciplina de la valo- sis de los presuntos eslabones débiles de los temas abordados, se plantearán
ración: establecer el valor d e mercado de los diferentes métodos de valoración tan sólo algu nas d efiniciones teóricas,
de los bienes inmuebles. Y en este sen- se nos presenta en una dimensión del renunciando a la exposición completa
tido recordar lo que a menudo olvida n todo distinta a la expuesta por j. Bernat d e los mis mos, que por su especificidad
los tasadores en su práctica profesional: en s u merito ri o trabajo de re fl exión. requeriría de un análisis pormenoriza-
los distintos métodos de tasación no son si- Allá donde el tasador pragmático no ve do pa ra cada materia.
no instmmcntos diversos para obtener el otra cosa (e n la determinación de los
valor de mercado de los inmuebles (33). comparables y corrección de los mis- Selección y cor rección de
Los métodos d e valoración de mercado, mos, en la dep reciación, en el coeficien- comparables en el método de
coste y capitalización (y el residual del te de mercado, etc ... ) que una justifica- mercado
suelo) no conducen a valores autó no- ción a posteriori de una estimación fo r- Ésta es, s in dud a, la cuestión clave
mos, específi cos para cad a técnica d e mada ex ante, en su propia mente, el d el método de mercad o, y en la que
evaluación: el valor en venta, en renta o investigador descubre un problema teó- descansa una mayor objeción de subje-
de coste, sino a estimaciones indepen- rico, que d ebe ser abordad o y resucito tividad acerca cid mismo. ¿Qué crite-
dientes del valo r de me rcado. Los valo- desde la propia definición conceprual y rios objetivos pueden conducir a esco- 15
res resultantes de las distintas metado- metodológica. ger una u otra muestra de comparables?
logías de tasación deben , por tanto, Al análisis de algunos de esos pro- ¿Cómo proceder a segmentar el merca-
converger (3-+). De ahí que la fase d e con- blemas vamos a dedicar el epígrafe si- do, delimita ndo qué es parecido y qué
ciliación d e las estimaciones d el valo r guiente. no lo es? ¿Cómo corregir los compara-
realizadas por los dive rsos métados re- bles, atendiendo las diferencias con el
presente una pieza fundamcntal del in- Los nudos gordianos de sujeto de valoración? ¿Cómo conciliar
forme d e tasación, técnicamente bien los valores resultantes? Estas son algu-
la valoración inmobiliari a nas ele las cuestiones central es del mé-
Se analizarán a continuación, de for- todo que implican una mayor dificultad
(33) Un CJCmplo parad1gmánco de esta con- ma sucinta, algu nos d e los elementos intrín seca para s u definición objetiva.
cepción se encuentra en la normanva h1poteca- clave inherentes a las distintas metodo- No es casualidad , por tanto, que ante la
na, la cual parece entender que los d1fcrcntcs logías de tasación sobre los cuales des- p resumible falta de objetividad en di-
métodos de valorauón llevan a valores distintos. cansa, en mayor medida, la sospecha de
En parucular al diferenciar conceptualmente el cho p roceso de selección y corrección
coste de repos1c16n (bruto o neto) del valor de mer- subjetividad. En concreto se estud ia- nuestra valoración adm inistra ti va más
cado (en venta o en renta), así como al d efinir es- rán : consolidada (36) haya rechazado el mé-
te último como el 111cno1 de los obtenidos por • En el método de me rcado, el pro-
comparación o cap nahzación, dicha normauva ceso de selección de comparables y la
de valoración h1pot1za implícitamente la natura-
leza heterogénea del valor, o coste, obte111do por
concreción de las correccio nes a reali- (36) Véase a dichos efectos la evolución his-
los d1suntas metodologías. zar por dife rencias con el sujeto d e va- tórica de la valoración catastral, desde 1982 has-
(34) Dicha rnnvcrge11cia debe entcnder~e en el loración. ta el vigente Real Decreto 1020/93, así como de
contexto ele la valoración de inmuebles libres de la normanva h1potecana, también desde 1982
cargas Los bienes inmuebles que soportan d ere- hasta diciembre de 199-+. Dicha desconfian;:a ad-
chos reales o ele arrend amiento (miervc111clo o mmistrauva hacia el método de mercado tan so-
congelado) obtendrán, obviamente, un valor d 1fc- (35) Aunque, a efectos prácticos, la técrnca de lo ha sido rota en la nueva normativa sobre valo-
renciaclo según la metodología d e valo ración em- valoración puede servir, a su vez, para establecer ración de bienes inmuebles para deten11i11adas enti-
plead a. Así, por cicmplo, del método de compa- otros conceptos como el valor de mvers1ón, ex- dades financieras (Orden Min isterial de 30 de
ración (~i no !>C acude .l comparables igualmente pectante o de anuc1pac1ón de los mmuchlcs. A noviembre de 199-f, BOE de 13 de d iciembre),
sometidos e 1dt:'nucas cargas) puede resultar un su vez la metodología de tasación pcrmttc dife- la cual, p or primera vez en nuestra valoración
valor d1fercnc1ado del rclauvo a capitaltzac1ón de renciar en el valor de mercado (libre de cargos) admí111stranva ha admmdo el método de compa-
rencas en el caso de la casación de mmuehle!> en el relativo a los mulados de los diversos den~­ ració11 como un procedimiento adecuado para la
régimen de alquiler protegido legalmente chos que concurran en los inmuebles. determinación del valor de los inmuebles.
todo de mercado como técnica normal empíricame nte podemos d educir re- ca) de un hecho presente (42): el p recio
de tasación. En el mismo sentido los tri- gularidades que nos permitirán antici- más probable por el cual un inmueble se
bunales de justicia, incluso cuand o la fi- par el d even ir futuro de los hec hos. venderia a la fecha de la tasación.
nalidad de la tasació n era determinar el Frases tales «Como el Sol sale todos los De ahí que al métod o de compara-
valo r real (entendido como contrapres- días, mañana saldrá el sol», «siempre ción de mercado en su fo rmulació n vul-
tación económica, o precio de merca- que se activa el interruptor se enciende gar (selección de comparables, correc-
do) del bien, por ejemplo a efectos ex- la luz», o «Si una propiedad se ha ve n- ción y conciliación) d ebe atribuí rsele
propiatorios (37), ha rehuido la meto- dido recientemente a un precio, otra con razón una naturaleza subjeti va e in-
dología en principio más adecuada para propied ad si mil a r que se ponga e n ductiva, no científica.
estimar el valo r de me rcad o, descon- venta razonablemente se venderá a ese ¿Debe renunciarse, por tanto, al mé-
fiando de la comparación como instru- mis mo precio», son ejemplo de la lógi- todo de mercado? A mi juicio, no. Se
mento de cuantificación del mismo, y ca inductiva de razo namiento. Parecen debe renunciar tan sólo a la entroniza-
ac udiendo a otras metodologías de , ciertas, pero no son resultado de un ción de la comparación como procedi-
aparentemente, mayor contenido analí- análisis objetivo y cientí fico de la reali- miento indubitado de determinación
tico y justificativo (coste de reposición, dad. Ni el Sol sale todos los días en to- del valor (43).
fundamentalmente). dos los lugares (por ejemplo, en los Po- Es preciso reconstruir el método de
El fundamento del método de com- los); ni siempre que se activa el inte- mercado desde otro paradigma que no
paración de mercado, tal como es ma- r ruptor se e n cie nde la luz (por el p rincipio de sustitución, ni la técnica
yormente aplicado, se encuentra en el ejemplo, si está averiado); n i las pro- de comparación. Es necesa rio contra-
llamado principio de sustitución: piedades inmobiliarias son exactamen- poner a la simple inducción comparati-
«El valor de un inmueble es equi va- te iguales; ni se vende n exactamente al va el método deductivo de proponer u n
lente al de otros activos de similares ca- mismo precio. modelo expli cativo ele la formación es-
16 racterísticas sustitutivos de aquél» (38). El co noci m ie n to inductivo, como pacial d e los valores urbanos, elabo ran-
Dicho principio se ha intentado ob- han destacado los epistemólogos y filó- do a partir de la teoria de la localización
jetivizar en su aplicación práctica, con sofos de la ciencia (40), no es científi co, espacial y de la disciplina de la econo-
notorio poco éxito, por diversos auto- no es objetivo. Nada d el pasado nos mía urbana, pa ra ser contrastado empí-
res, entre los cuales yo mismo no soy condiciona mecánicamente el p resente ricamente, y sometido al principio de
una excepción (39). La metodología de o el porvenir. Y eso es especialmente falsación (44 ) como elemento d e diluci-
comparación, inherente al «principio» claro en el mercado inmobiliario: no dación de su grado d e corroboración,
de sustitución , desca nsa en un empiris- porque ayer se haya vendido una pro- de veracidad.
mo difícilmente justificable en sí mis- piedad inmobiliaria a un determi nado Para ello la d efi nición estadística del
mo. Plantea el p roblema básico a que se precio, se vende rá hoy o mañana a ese valor de mercad o, como precio más
enfrenta la valoració n inmobiliaria en mismo precio. El principio de sustitu- probable, ha de ser un elemento clave
cuanto disciplina teó rica: el de la in- ción, entendido mecánicamente en su de la disciplina teórica de la valoración.
ducción. co ncepción vulga r o inductiva, es un Y en este camino la utilización d e mo-
El principio de inducción presupo- concepto vacío, desde una perspectiva delos d e regresión, de formación/ expli-
ne que del compo rtamiento constatado cación de precios hedón icos, basados
científica.
en un estudio conci enzudo y continua-
El valor de mercado no está basado
do del mercado inm obiliario, es proba-
en dicha concepc ió n mecá nica del
(37) Es sigmficauvo, a d ichos efectos, la inter- p rincipio de sustitución. No es el im -
pretación JUrisprudenc1al mayoritariamente que porte «que razonablemente pod ría es-
se ha dado al polérn1co ar11culo -13 de la LEF aun- perar un vendedor» (41 ). No es una es- (42) Evidentemente hay que entender el tér-
que el objetivo del 1rnsrno era determinar el va- mino «presente» como el referido al momento
lor real, permiriendo para ello cualquier metodo- timación de un hecho perteneciente al de la fecha de la tasación
logía al uso en tasación, ha consohdado una con- futuro, ni siquiera al futuro más inme- (43) Lo anterior debe entenderse no tamo co-
cepción de repos1c1ón en que sólo se uuhza el d iato. Es una cuantificación (estadísti- mo una renuncia a la prcictica de la comparación
método de mercado aplicado al s uelo. de mercado, sino a su consideración en ramo
(38) O rden de 30 de noviembre de 1994, Op principio indiscmido de tasación. En este sentido
Cll., Anexo 1. 11 Principios, epígrafe 2. cabe criticar abiertamente la pretenciosa eleva-
(39) Un ejemplo de es te intento fracasado de (40) POPPER, K El conownien to ob1etivo, ción de nivel de prínc1p10 teó11co básico de la d1s-
ob1euvizar el método de comparación de merca- Tecnos, Madrid. Versión catalana de Edicions ciphna de la casación el (empírico e mducuvo)
do se encuentra en m1 obra Manual de Valoracio- 62, Barcelona, 1985 concepto de susuruc1ón
nes /11mob1lia11as, Anel, Barcelona, 1986, en su (41) Orden de 30 de noviembre de 199-1, Op. (-14) POPPER, K La lógica del..., Op. cit., pág
capitulo V. cit, Anexo 1, 1, epígrafe 1 75 y siguientes.
blemente el inscrumemo cécnico más ade- de amortización lineal, dada una espe-
cuado para acerca r la valoración de mer- Gráfico 3. Depreciación de los ranza de vida útil, para las distintas uti-
cado a la finalidad última de "alcanzar" un inmuebles según las distintas lizaciones del espacio u rbano. En el ex-
conocimiento objetivo de la realidad. tremo opuesto al modelo decreciente, la
normativas depreciación usada periódicamente a
El d ebate acerca de la depreciación .
(1-d) efectos de seguros (50) es d e naturaleza
la depreciación, uno de los elemen- 100 ~-...---.----.--,----..,---, progresivamente creciente. El gráfico 3
cos centrales d el mécodo d e reposición, presenta los resu ltados ab iertamente
o de coste, es posiblemente dentro de 801--~~---""'~--+--+---i---j
contradictorios, de esas tres cuantifica-
los distirnos concepcos ligados a la dis- 60 1---+--~~---'~--+---+---1 ciones de la depreciación. ¿Cómo es po-
cipli na de la valoración , el que incica a sible que, d esde el reclamo a la estricta
401---+---+---3R~~----t----j
las interpretaciones más encontradas. depreciación físico-constructiva espe-
Centrándonos en la depreciación fís i- ~ l---+----1---+-~~--1----i
cialiscas tan preciados como los valora-
ca, la mayor parte de los especialistas en dores fiscales, hipotecarios y de seguros
la tasación inmob ilia ria identifi can la 20 40 60 80 100 1~
difieran de una fo rma tan sustancial?
depreciación con un hecho con structi- Edad Real
Diferencia de cri terio que les ll eva a pro-
vo indudable: el deterioro físico que ex- - Seguros - Catastral - Hipotecaria
clamar conceptos can contrapuestos ta-
perimentan las escructuras ed ificadas les como, a unos, que al principio de su
con el paso del ciempo, y según su esca- inexorablemente (47) a la d ife renciación
del método de coste del objetivo básico vida útil los inmuebles tienden a depre-
do de conservación. ciarse escasamente, [rente a los otros
la doctrina ha definido la deprecia- de la valoración: el escablecimiento del
que afirman precisamente lo contrario.
ción física d e la siguiente manera: valo r de mercado. El objeto del método
O que, en el caso de edificios viejos,
«El decerioro físico es una reducción de reposición, desde esca perspectiva es 17
unos proclaman la subsistencia de un
en la utilidad de un edificio debido a la obtención de un pretendidamente ob-
jetivo coste de reposición, cuya relación
valor residual, prácticamente inalterado
causas químicas o mecánicas mociva- con el paso ad icional del tiempo, mien-
das por el uso, medio ambiente, ave rías, con el valor de mercado sólo puede ve-
tras los d emás sugieran la m11erte del
conse rvación inadecuada» (45). nir determinada exógenamente, median-
edificio, y por tanto desarrollan el con-
Esta identificación errónea entre de- te el llamado coeficienle de mercado.
cepto de vida económica o útil d el mismo.
preciación y deterioro ha conducido a Dicha concepción, d eterminad a ¿Dónde está la objetividad de la depre-
la mayo ría de los tasadores a concebir la conscructivamente, de la depreciación ciación , si una cal proliferación de crite-
dep reciación (física) como una correc- queda en entredicho ante las distintas rios puede coexistir en un momento da-
ción, basada en el deterioro conscructi- cuantificaciones que de la misma hacen do? ¿No nos encontramos anee un con-
vo objetivo del edificio, del coste de repo- las diferentes normativas y p rácticas de cepto ab iertamente subjetivo, aunque
sición a nuevo. valoració n. Así, y pa ra poner algunos revestido de la aparente objetividad que
Así, la accual normativa de valora- ejemplos paradigmáticos, la normativa traduce la parafernalia matemática utili-
ción hipotecaria escablece que la depre- catastral (48) propone un modelo de de- zada en su forma de determinación?
ciación física es la: preciación progresivamente d ecrecien- A mi juicio el problema no reside en
«Deducción que se reali za sobre el te. Por su parte la normativa de valora- la coexistencia de los distintos modelos
Coste de Reposición Bruto de un bien ción hipotecaria (49) aplica una técnica de depreciación ; en su aparente contra-
en función de la antigüedad , escado de dicción. La cuestión de fondo se en-
conservación y duración de los elemen- cuentra en la definición misma, de ca-
tos» (46). (47 ) A pesar de la errónea referencia al dete- rácter cienúfico, del p ropio concepto : la
Deducción en el coste de reposición rioro físico (véase nota 45) realizada en m1 Ma- identificación entre de preciación (fisi-
de los inmuebles que accua intrínseca- nual , ya en el momemo de su publicac16n ad-
vertía que la depreciación no era una caractelis- ca) y deterioro con structivo. la depre-
mente a los mismos debido a razones tica intrínseca a la edificac16n. sino "la diferencia ciación está basada en el deterioro, pe-
constructivas y de mantenimiento. Esta encre el citado coste acmal o corrience ( .. ) y el va- ro no es el deterioro mismo.
concepción de la depreciación conduce lor presente del inmueble", Op. cit. , pág. 81
(48) Véase Real Decreto 1020/ 93, de 25 de
JUnlO (BOE de 22 de JUiio de 1993), por el que se
aprueban las normas técnicas de valoración ca- (50) La fó rmula de depreciación usada por la
(45) ROCA,j. : Op. w., pág. 81-82. tastral. Norma nº 13. Unión Etmipea de Expertos Contables presupone
(46) Orden de 30 de noviembre de 1994, Op. (49) Véase Orden de 30 de noviembre de una amomzación creciente del edificio a lo largo
crl , Anexo 1, IIl Defrnrcrones, epígrafe 15 1994, Op. cit.. Anexo 2, epigrafe 2.a. del tiempo.
El deterioro de la edificación es un otra cosa que su vida económica; es de- jarse deslumbrar por la b rillantez d e
fenómeno físico-con stru ctivo, la de- cir, no tanto el plazo fís ico-constructivo «métodos» o «ins trumentos» d e apa-
preciación (física) es fenómeno econó- en que el inmueble podrá servir para su rente utilidad práctica, pero desprovis-
mico: es la traducción en el valor (la uso original, sino el tiempo en que ese in- tos de tod o contenido teórico.
pérdida de valor de mercado, por tan- mueble será rentable desde un punto de El coeficiente d e mercado, en esta
to) de la obsolescencia fís ica de la edifi- vista económico. Vida útil, por tanto, no perspectiva, es una construcción ideo-
cación. La depreciación es el camino es sinónimo de duración constructiva (53); lógica, no cientíllca, que eleva a su últi-
que lleva a estimar el valor de mercado sino de duración económica, de rentabi- mo grado la concep ción subjetiva de la
de un inmueble usado, partiendo de su lidad, del edificio no nuevo. Ésta es la úni- valoración. Se trata de un «instrumen-
coste de reposición a nuevo, al atender ca concepción científica de la deprecia- to» encaminado a justificar a posteriori
los aspectos físicos (y los funcionales y ción, concebida desde la disciplina de la la estimación del valor determinado «ex
urbanísticos) que puedan afectarle. Co- valoración. Y así entendida puede obte- ante» en nuestra propia mente.
mo indi ca el American lnstitute of Real nerse objetivamente del mercado inmo- Todo valorador honrado reconocerá
Estate: biliario mediante el estudio minucioso de en él un mecan ismo para justificar ante
«la depreciación es la dife rencia en- los precios en venta de los productos profanos (sean estos propietarios, com-
tre coste de reproducción o reemplaza- usados, de su coste de reposición a nue- pradores, entidades d e crédito, Admi-
miento de la estructura edificada en la vo, así como del valor del suelo (54). nistraciones Públicas, o Tribunales de
fecha efectiva d e la valoración y el valor El coeficiente de mercado en los justicia) una opinión subjetiva, más o
de mercado de esa estructura edificada métodos residual y de reposición menos bien formada, de difícil explica-
en la misma fecha de tasació n» (51 ). ción objetiva.
La depreciación de un inmueble de- El debate sobre el coeficiente de mer-
Frente al coeficiente de m ercado la
penderá, por tanto, no sólo de factores cado es, en la actualidad, uno de los
disciplina de la valoración inmobiliaria
18 fí sico-constructivos, sino también, y pu ntos neurálgicos de la valoración in-
ofrece la diferenciación de conceptos
mobiliaria, entendida ésta como disci-
sobre todo, de orden económico. Entre tales como los beneficios normales de
otros, por ejemplo, de la concreta rela- plina teórica. Y es también una de las
promoció n versus el plirsbeneficio inmo-
ción en un momento h istórico dacio en- piedras de toque que separa la concep-
biliario debido a la localización, así co-
ción objetiva y científica de la valora-
tre el mercado de nueva planta y el de mo el precio del suelo versus el valor de
ción de una interpretación pragmática
segunda ocupació n, en sus disti ntos localización (56) d e riguroso ca rácter
y tecnocrática de la disciplina. No es el
segmentos. teórico, que nos permiten abordar ob-
momento aquí de abordar en detalle es-
El carácter económico, y n o sólo físi- jetivamente la determinación residual
ta cuestión, que ya ha sido objeto ele un
co-constructivo, de los distintos mode- del valor del suelo, así como del valor de
análisis extenso en otra ocasión (55).
los de dep reciación se nos aparece en - mercad o mediante el método de repo-
Tan sólo ratificar la necesidad d e cons-
tonces como ev idente. ¿No es acaso de s ición.
truir conceptos teóricos rigurosos d es-
orden económico la d epreciación acen- El coefi ciente de mercado no es, por
de un punto de vista cienúfico, y no d e-
tuada que el modelo fiscal atribuye a los tanto, argumento sólido en favor de la
inmuebles al inicio de su vida? Es evi- subjetividad y acientifismo de la valora-
d ente que, en este caso, nos encontra- ción, sino paradigma ele la concepción
mos ante una depreciación de uso (por usado» (Orden de 30.Xl.94, Op. cir., Anexo l, lll más tecnocráti ca y empobrecedora
haber sido usados los inmuebles), y no Definiciones, epígrafe 13) no puede conceptuar- (aunque no por ello menos difundida)
se como adecuada. La vida útil no es el resultado
tanto por su estado físico real. Y ¿no es directo de la funcionalidad del inmueble, sino el de la disciplina.
acaso también económica la d ep recia- período de tiempo que será rentable su mante-
ción creciente de los edificios, que lleva a nimiento.
Tipo de interés en los métodos
su «muerte» final en el modelo de segu- (53) Sabemos poco de «duración constructi - de capitalización
ros (e hipotecario)? La vida útil (52) no es va» de las edificaciones; pero, en todo caso, co- La concreción d el tipo de capitaliza-
nocemos que su vida o duración física es supe-
rior al período de tiempo que serán rentables, es
ción es uno de los elementos básicos,
decir, de su vida económica. posiblemente el principal, del método
(54) Para la obtención (residual) de la depre- d e capitalización de rentas. A su vez, en
(51 ) AMERICAN INSTITUTE OF REAL ES- ciación a partir del análisis del mercado inmobi-
TA TE APPRAISERS: The Appraisal of Real Estate. liario, véase ROCA,]. : Manual.. ., Op. cit., pág. 88
8 ª Ed. 1983, Ch icago y 89.
(52) La definición de vida útil que la normati- (55) ROCA, j.: Valor de reposición vs. valor de (56) Para un análisis teónco ele las diferencias
va hipotecaria realiza, en cuanto «plazo durante mercado. Análisis del concepto: coeficiente de mer- entre el precio del suelo y el valor de localización,
el cual un inmueble estará en condiciones de ser cado. Catastro, n ° 13, 1992. véase ROCA,]. : Manual de ..., Op. cit., pág. l07.
tanto tasa interna de rendimiento (TIR) el problema central del método de capi- Más bien al contrario, la inversión
de la promoción inmobiliaria, es deter- talización se encuentra no sólo en cómo inmobiliaria se produce en cuanto 1·efi1-
minante en la obtención residual del va- detem1inar objetivamente el tipo de capi- gio, o seguro, de la erosión monetaria, de
lor del sue lo por el método de talización, sino, más en el fo nd o, en clc- la inflación. la rigidez estructural ele la
cash-jlow. En este sentido, la falta de fin i rlo ele forma rigurosa, desde un oferta inmobiliaria determina la ten-
justificación con que los tasadores a punto de vista teórico. dencia, a medio y largo plazo (59), a la
menudo estiman esos tipos de interés Un punto de vista vulgar puede lle- revalorización de los capitales inmobi-
suele llenar de estupor al observador var a pensar que el tipo de interés in- liarios. Es el plusvalor inmobiliario pro-
neutral. Además cabe añadir que pe- mobiliario se establece de forma autó- ducido a lo largo del tiempo, y no la
queñas fluctuaciones en el tipo de inte- noma en el mercado de capitales, en rentabilidad a cono plazo, lo que deter-
rés conducen a grandes vaivenes en el cuanto inversión alternativa al resto de mina la inversión inmobiliaria, enten-
valor de capitalización, lo que acentúa inversiones posibles. En este sentido, dida en su dimensión rennsta (60).
aún más la grave responsabilidad que por ejemplo , la normativa hipotecaria El tipo de interés inmobiliario viene
tiene el valorador al íijar dicha ratio de indica: determinado indirectamente a partir de
capitalización, y por ende la necesidad «Como tipo de actualización se utili- los mercados, autónomos entre sí, de
de racionalizar en una mayor medida su zará una tasa porcentual, real o nominal venta y de alquiler. La relación obra/ de-
determinación. (segú n sea en pesetas constantes o no- manda determina, en cada segmento, los
Es por todo lo anterior que sorpren- minales la estimación de los flujos de precios de venta y de alquiler, siendo el ti-
de la variabilidad experimentada por los caja y del valor de reversión), represen- po de interés la relación (estadística) en-
tipos de capitalización usados por los ta- tativa de la rentabilidad media anual de tre ambos.
sadores (sobre tocio, hipotecarios) en la Deuda del Estado a plazo no inferior De ahí que todo intento analítico de
los últimos años. Por poner algunos a 2 años incrementado en un diferen- determinar el tipo de retorno de la in-
ejemplos, en el uso residencial se ha pa- cial. (... ) El diferencial no será inferior a versión inmobiliaria en comparación a 19
sado de un 15%, en 1982, a un 5% en dos puntos positivos y atenderá al volu- otras alternativas (la deuda pública, por
1995; para el uso come rcial el tipo de men, grado de liquidez de la inversión, ejemplo) se vea conducido al fracaso
interés se ha reducido del 18%, tam- y tipología (industrial, comercial, etc) (61 ). El análisis empirico de la relación
bién en 1982, al 7% en la actualidad ¿Es del inmueble» (58) entre tipos inmobiliarios y deuda pú-
posible que los tipos de interés inmobi- Sin embargo la experiencia nos de- blica, en este ú ltimo decenio, es bien
liarios hayan experimentado una fluc- muestra la no existencia de un mercado ilustranvo: cuando los tipos inmobilia-
tuación a la baja tan acusada como la autónomo de rentabilidad de los capita- rios se han situado (para el uso vivien-
que sugieren los datos anteriores? les inmobiliarios. La inversión inmobi- da) por debajo del 6%, la deuda ha
la perplejidad no cede sino que se liaria entendida en su dimensión rentis- mantenido un diferencial neto sobre la
acrecienta cuand o se analizan los tipos ta, no de promoción, no se produce inflación casi exactamente de ese mis-
anteriores a la luz ele la teoría subyacen- atendiendo fundamentalmente al atrac- mo 6%, o superior. Por lo tanto, o bien
te al propio método de capitalización. tivo del tipo de retorno en relación a no ha existido ratio (o sobre tasa) de ili-
Según dicho método el valor (de merca- otras inversiones alternativas. Al invertir quidez o de riesgo, o bien ésta ha sido
do) de un inmueble puede obtene rse en vivienda nadie compra un tipo de in- negativa . Además, y analizando su desa-
mediante la capitalización al tipo de in- terés. El tipo de interés inmobiliario no rrollo a lo largo de ese mismo período
terés adecuado de las rentas actuales o existe en cuanto mercancía autónoma.
futuras imputables al mismo. O, dicho
de otra forma, las rentas de un inmueble (59) Lo cual no quiere decir que. a cono pla-
no son otra cosa que el rendimiento de un proced1m1emo especulat1vo de obtención del zo, no puedan producirse caidas en el valor, in-
valor ¿Cómo podemos anticipar el futuro, s111 cluso muy acusadas: como lo demuestra lo su-
un capital, el valor capital del inmueble. caer en la especulación?. Esre es el paradigma cedido en el mercado 111mobihano en el período
Dejando de lado el espinoso proble- central del método de <..ap1talizac1ün En todo ca- 1976/85 y 92/94
ma de las rentas futuras esperadas (57), so parece claro que la cap1ralizac1ün de las ren- (60) La 1rrupc1ón de los Fondos de lmnmin
tas futuras hipotéucamcnte detcrrmnadas nos lnmobilwna puede, tal vez, quebrar esa tenden-
conduce de forma irremediable a la obtenrnín cia. Ello no obstante, la dificultad que están te-
de una especie de valm de mvcrsicín <le naturale- mendo esos fondos para consolidarse realmente
(57) La ddimc1ón clásica del método de capi- za subJcllva, frente al valor (ob_1etivo) de merca- parece demostrar su escaso encaJC con el fun-
talización presupone la obtenuón del valor pre- do. cionamiento profundo, real. del negocio de la 111-
sente del 111mueblc mediante la cap1tahzac1ón de (58) Orden de 30/ l l /94, Or. crt, Anexo 2, lll vcrsión inmobiliaria
las renras actuales y .futums. Dicho proceder Método de Capitalización, 1. Capitalización de (61) Lo que no quiere decir que no haya que
acerca gravemente al método de cap1Lailzación a rencas esperadas. connnuar 111vesrigando en esta línea
1986/ 95, se comprueba la plena inde- rio, así como de las relativas a los pro-
pendencia del tipo de interés inmobi- cesos de formación y distribución espa-
liario respecto a la deuda pública, y, en cial de los valores urbanos. Es preciso
general, la política monetaria de mo- continuar desarrollando la defi nición
mento coyuntural: los tipos inmobilia- estadística del valor y la relación va-
rios han tendido a ser estables (o bien a lor/ precio. Hay que continuar investi-
reflejar las coyunturas concretas de la gando en los distintos métodos devalo-
relación entre los submercados de ven- ración, especialmente en el de capitali-
ta y alquile r), frente a la variabilidad de zación; el cual, posiblemente, es el que
las tasas de retorno basadas en la con- ofrece mejores potencialidades de de-
creta y variable política monetaria del sarrollo a la vez que aúna mayores difi-
Gobierno. cultades teóricas. Pero sobre todo, sub-
Cabe, por tanto, una interpretación siste el principal problema epistemoló-
del tipo de interés co ngruente con el gico inherente a toda disciplina en
objetivo teórico de la valoración inmo- proceso de consolidación: ¿cómo supe-
biliaria, esto es: determinar el valor de rar la cuestión de la inducción como
mercado. La tasa de actualización no es método dominante para determinar
otra, en una perspectiva disciplinar de nuestro conocimiento acerca del valor
la valoración inmobiliaria, que la rela- inmobiliario? Este es el principal reto
ción entre el precio de venta y el de al- con el que ahora nos enfrentamos. •
quiler Su determinación , por tanto, no
puede venir referida analíticamente de Josep Roca Cladera
20 forma abstracta, sino mediante el estu- Catedrático de Arquitectura Legal,
dio concreto de los submercados de Derecho Urbanístico y Valoraciones.
venta y alquiler, así como de su relación E. IS.A. de Barcelona
a lo largo del tiempo. Universidad Politécnica de Cataluña.

Conclusión
La valoración inmobiliaria: ¿ciencia
o arte? ¿técnica u oficio' Las líneas pre-
cedentes pretenden haber contribuido,
a través de la reflexión crítica de las te-
sis de j. Bernat, a asentar en nuestro
cuerpo doctrinal una concepción rigu-
rosa de la valoración inmobiliaria como
disciplina teórica, capaz de abordar el
análisis objetivo de la realidad.
En todo caso, vaya por delante que la
concepción científica y objetiva de la
valoración que aquí se ha defendido no
pretende ser absoluta ni inderogable.
Como en toda d isciplina o ciencia en
formación, muchos de los actuales aser-
tos teóricos pueden ser objeto de discu-
sión, y, si es el caso, de revisión.
Nada, o casi nada, está definitiva-
mente dicho en el campo (epistemoló-
gico) de la valoración inmobiliaria. Per-
siste la necesidad d e profundizar en as-
pectos clave, como las teorías del valor,
y su concreción al mercado inmobilia-

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