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Un libro de grandes meritos

Prefacio

¿Cómo se Logra Trascender el Deseo Sexual?

Hasta la fecha inicié a más de tres cientos hombres y mujeres como monjes y monjas. Los afeité
todos con mis propias manos. Preveo que la Escuela del Verdadero Buda tendrá en el futuro aun
más monjes y monjas.

En una ocasión, un monje y una monja se acercaron y pidieron mi consejo: “Todavía no hemos
podido dominar nuestro deseo sexual y no podemos evitar este tipo de pensamientos. ¿Qué
debemos hacer para superar esta situación?”

Les respondí: “Tienen que aprender a transformar esos pensamientos.”

“¿Cómo se hace?”

“Dense una ducha fría, salgan a correr, lean las escrituras budistas, fíjense en el movimiento de las
nubes en el firmamento y practiquen los ejercicios del puño vajra.”

“Ya hemos tratado todos esos métodos de represión, pero no tienen un efecto muy prolongado y
al fin vuelve la misma ansiedad.”

Al escuchar esto, me di cuenta de la seriedad de este asunto.

El Buda enseñó: “Hay que reconocer la naturaleza del deseo, ya que surge de la mente.” Esto
quiere decir que el deseo sexual es sutil y obedece a causas y condiciones. En ausencia de causas y
condiciones se puede estar en paz. No obstante, tan pronto se unen causas y condiciones, surgen
los pensamientos. Un momento de imaginación basta y los pensamientos se ponen en
movimiento; luego, uno no los puede parar aun si quisiera. Tampoco los podrá reprimir. Es como
el flujo de una inundación, capaz de crear una catástrofe.

Según la visión del Buda-dharma, las reacciones físicas en sí obedecen a un curso natural. Pero, lo
psicológico interactúa con lo físico en una relación de causa y efecto.

Hay una analogía que dice que el deseo sexual es como la hierba que continuamente se extiende.
Mientras se suprime ese crecimiento con la presión de una gran roca, la hierba, como también el
deseo, posiblemente muere. Sin embargo, ¿qué sucede si alguien retira la roca? La hierba vuelve y
se aviva; igual lo haría el deseo sexual. Entonces, crecerá más rápido y se extenderá con más
fuerza que antes.

Después que el deseo se aviva, pueden originarse consecuencias que se escapan de nuestro
control.

¿Qué debemos hacer?

El Buda nos enseñó tres métodos fundamentales para no desviarnos y caer en defectos. Ellos son
la moral, la meditación y la sabiduría.

La moral – implica observar y mantener los preceptos.


La meditación – implica practicar la concentración meditativa (quietud).

La sabiduría – implica lograr y aplicar prajña (sabiduría profunda).

Según entiendo, el método de la disciplina moral comprende tanto prácticas de represión como de
transformación. Aunque todo el mundo conoce los preceptos, hay que esforzarse mucho para
observarlos y cumplirlos.

Un practicante de Zen o un esotérico debe esforzarse para lograr la concentración meditativa que
le permite desapegarse de los deseos sexuales. Encaminándose hacia la realización, no sólo se
reprime el deseo sexual, sino también hay que trascenderlo.

Enfocaré este proceso en términos prácticos:

El deseo sexual de cada uno se deriva de fenómenos físicos y psicológicos.

Para controlar los aspectos psicológicos, se usa la sabiduría del Tathagata* (prajña) para disolver el
deseo sexual en la mente tal como es, clara e inmaculada (Tathata).

En cuanto a los aspectos físicos, hay que practicar la meditación con la cual se enciende el fuego
interno. A través del poder de la concentración mental se usa el fuego interno para quemar las
gotas de luz (semen) en el órgano reproductivo, transformándolas en energía pura. Luego, se pone
esta energía a circular por todo el cuerpo y por los canales internos, lo que permite que el
practicante se convierta en un vajra indestructible.

Esto quiero decir, cuando las gotas de luz, fuente de la vida, son transformadas en energía, uno
físicamente alcanza el logro del no-derrame y vence la impureza; con esto se extingue el deseo
sexual.

En el caso de una practicante femenina, el proceso implica transformar la sangre menstrual en


energía. Luego logrará el no-derrame de impurezas y los deseos sexuales quedarán disueltos.

En esto consiste la práctica de la concentración meditativa mediante la cual se logra transformar el


deseo sexual completamente. Personalmente, alcancé el nivel del no-derrame y me convertí en un
Vajra Gurú indestructible.

En lo que concierne la sabiduría o prajña, el Buda nos enseñó la contemplación del esqueleto y la
contemplación de la impureza.

El que quiere estar libre de deseos sexuales, siempre tendrá que atenerse a la moralidad, la
meditación y la sabiduría.

_________________________________

* Tathagata – Uno de los epítetos del Buda; aquél que por el camino de la verdad ha alcanzado la
Iluminación suprema.

1. Un Libro de Grandes Meritos


Vivir Atento a la Pureza era mi libro número 145. Las causas y condiciones para escribir ese libro
eran muy especiales. Había tanto un Buda como un Deva que querían que lo escribiera. El Buda es
el de la Virtuosa Luz, y el deva el Señor Wen Chen, dios de la Literatura.

En ese tiempo, el Buda de la Virtuosa Luz me dijo: “La mayoría de la gente del mundo actual está
enfatizando cada vez más las apetencias y los deseos. Son contadas las personas que tienen una
mente pura y se conforman con poco. Aunque la civilización avanza, la luz de la virtud está casi
apagada. Observo esta situación con tristeza y no puedo tolerar ver ese deterioro de la gente y su
caída en los tres reinos inferiores de los infiernos, animales y espíritus infelices. Te solicito que
uses tu talento y escribas un libro con la finalidad de salvar a todas esas gentes. Debes inspirarlos
para que despierten rápidamente de sus ilusiones y vivan conscientes y que frenen sus apetencias
sexuales exageradas.”

Cuando terminé el libro Vivir Atento a la Pureza, sabía que el Buda de la Virtuosa Luz se puso muy
contento. Debido a sus grandes méritos, ese libro fue premiado por los seres divinos del reino
celestial y aplaudido por los Budas y Bodhisattvas, porque beneficia a muchos seres sintientes. El
principal objetivo de ese libro es que la gente aprenda el control de sí mismo, para que “los ojos
dejen de ilusionarse con la forma, los oídos con el sonido, la nariz con los olores, la boca con los
sabores, la piel con las sensaciones y la mente con los pensamientos vanidosos. Lográndose esto,
el corazón no se conmoverá más por los objetos externos.”

Los Budas y Bodhisattvas me indicaron: “Si quieres escribir un libro de temas virtuosos, su
contenido debe ser interesante, resaltando la verdad; sólo entonces será un libro de grandes
méritos.” En este caso, externamente, se parece a un libro convencional, de un contenido
misceláneo, pero, internamente su contenido es de una gran profundidad espiritual.

“Tendrá gran éxito en difundir las enseñanzas de la moral,” me dijeron.

Me alegré mucho cuando escuché estos elogios. Además, desde el reino espiritual me llegó una
historia como reacción a aquel libro. Se trata de una ocurrencia inexplicable que se relaciona con
el libro Vivir Atento a la Pureza y cuenta lo siguiente:

Un hombre de nombre Li se compró el mencionado libro. Le encantó su lectura y aprendió mucho


de su contenido.

Li tenía una hermana que sufría de anorexia. Era una afección muy extraña que se produjo a raíz
de una dieta para rebajar de peso. Al principio, la hermana de Li no se alimentaba con regularidad
y cuando comía, sólo ingería una pequeña porción de pan, de vegetales, de pescado o de carne. Su
apetito era comparable con el de un pequeño gatito. Comiendo tan poco, ella rebajó mucho y se
sintió muy contenta consigo misma.

No obstante, se presentó un problema. Aun perdiendo peso, ella comía cada vez menos y
desarrolló anorexia. A pesar de que la hermana de Li sólo se alimentaba con un pedacito de pan,
ella se sentía llena como si hubiera comido un paquete de pan entero. Luego, solo se alimentaba
con una mordida de pan y más nada. No podía seguir comiendo vegetales, pescado o carne, ni
siquiera un pequeño bocado. Cuando lo intentaba, tenía que vomitar. En cada comida, ella
consumía exclusivamente una mordida de pan y un poco de agua. Siempre se sentía llena y no
tenía apetito.
Entonces, sucedió algo terrible. Originalmente, la hermana de Li era un poco gorda, pero ahora se
veía tan delgada, que su piel se secó, sus ojos se hundieron y sus manos y pies adquirieron el
aspecto de ramas secas. Incluso había que ayudarle a caminar, ya que cualquier brisa la tumbaba.

Ella casi no podía ingerir alimentos debido a que enseguida reaccionaba con vómitos. Sus
familiares estaban muy preocupados y la animaban mucho para que comiera más, pero ella no
tenía apetito. Luego la llevaron donde varios médicos y terapeutas, pero ningún tratamiento le
hizo efecto.

También consultaron con algunos médium psíquicos. Uno dijo que su campo de energía se había
dañado debido a un encuentro con una fuerte energía yin proveniente de un cadáver. Otro
declaró que ella había entrado en el reino de los espíritus infelices que pasan hambre y sed. Por
medio de un tercero, uno de sus espíritus apegados comunicó que la joven había sido víctima de
un trabajo de magia negra.

A pesar de todos esos diagnósticos, nadie pudo curar su enfermedad.

Li se sintió extremadamente preocupado por su hermana. Una noche, se le apareció en el sueño


una deidad y le decía: “Vivir Atento a la Pureza es un libro de grandes méritos. Si lo distribuyes
libremente a otros, cada libro te producirá un pequeño mérito y si llegas a distribuir cien libros,
acumularás cientos de meritos. Ciertamente tus méritos se incrementarán si compras este libro y
lo regalas a otros. De este modo, la enfermedad de tu hermana se curará.” Era un sueño muy
vívido.

Li pensó que lo que se le pedía era fácil de hacer. Compró cien libros Vivir Atento a la Pureza y los
regaló entre sus amigos y compañeros de trabajo.

Mientras tanto, Li dirigió sus oraciones a las deidades de todas las direcciones del espacio,
deseando que la predicción que había recibido en el sueño se hiciera verdad.

Entonces, sucedió el milagro. La hermana de Li mejoró y comenzó a beber lecha de cabra.


Gradualmente, volvió a comer alimentos sólidos hasta que finalmente se normalizó. Sólo tardó un
mes para recuperarse totalmente.

La cura de esa anorexia era misteriosa y los médicos quedaron asombrados.

¿Obedece este giro de las cosas al poder del libro Vivir Atento a la Pureza? No hay ninguna
evidencia palpable en cuanto a ese poder en el caso de la recuperación de la hermana de Li. Pero,
para el que cree en ese poder, existe, mientras para otro que no cree en él, ese poder no existe.
Cada uno sabrá si lo quiere aceptar o no.

Por mi parte, mi clarividencia psíquica me ha permitido comprobar el desarrollo de este suceso.

2. Las Causas y Condiciones que se Unieron para Escribir el Presente Libro

Existen importantes causas y condiciones para que yo escribiera el presente libro. Cuando concluí
la última frase, escuché un fuerte aplauso que venía del reino espiritual. Yo también me sentí muy
satisfecho con este libro. Cuando terminé, experimenté una especie de elevación mental y
corporal.
Después del libro Vivir Atento a la Pureza he continuado escribiendo día tras día y he completado
varios libros más, como el número 146: Un Pajarito Solitario en el Vacío sin Tiempo, el 147: No
Pierda tu Corazón, el 148: El Poder del Mantra, el 149: El Reflejo de la Luna en el Agua, el 150:
Misterios Curiosos sobre Espíritus y Espectros, y el 151: Susurros en Soledad.

Cuando estaba finalizando mi libro número 151, sentado en mi pequeño escritorio, contemplando
el último tema y mirando mi pluma bajo la luz de la lámpara, de repente la pluma comenzó a
escribir sola, moviéndose sobre el papel. Se trataba de una transmisión psíquica a través de la
escritura.

¿Qué se entiende por eso? Lo voy a explicar. La transmisión psíquica a través de la escritura es un
tipo de comunicación psíquica. Un psíquico, que puede tener los ojos vendados, tiene una pluma
en la mano y una hoja de papel sobre la mesa. Luego, vacía su mente de cualquier pensamiento y
sin la interferencia de sus ideas propias, completamente guiado por espíritus o deidades en el
espacio, escribe el mensaje que recibe de ellos.

Cuando me di cuenta de que una deidad había descendido, me puse muy contento. Rápidamente
saqué una hoja y la deidad escribió las siguientes palabras: “Libro número 152: Vivir Atento a la
Iluminación.”

Mis ojos no estaban vendados y lo pude leer muy claramente. El estilo de la escritura de la deidad
era un poco inclinado, muy hábil y preciso, como la de un maestro en caligrafía.

De una vez pregunté: “¿Y el contenido?”

Me respondió: “Debe ser la continuación del libro Vivir Atento a la Pureza y referirse también a la
eliminación de las tentaciones sexuales.”

Objeté: “Creo que un libro con este tema basta.”

“No, de ninguna manera.”

Pregunté. “¿Por qué?

“Porque el corazón del hombre es demasiado corrupto.”

Pregunté: “¿Realmente tengo que escribirlo?”

“Sí, tienes que escribirlo.”

“¿Por qué tengo que dedicar dos libros al mismo tema?”

Me respondió: “Es debido a que los seres humanos son muy olvidadizos.”

Esa deidad acusa a los seres humanos de tener poca memoria. Parece que está muy cerca del
hombre y habla con base para juzgar bien la situación.

Mirando hacia atrás, estuve exponiendo el Dharma durante treinta años y escribí 151 libros.
Debería concluir que ya dije lo que tenía que decir y escribí lo que tenía que escribir. El que conoce
mi corazón, sabe que es así. Sin embargo, hay mucha gente que han escuchado mis enseñanzas y
leído mis libros y aun no comprenden mi corazón. Tengo que insistir y repetir las enseñanzas unas
y otras veces para que se recuerden.
La razón por la que continúo escribiendo sin interrupción es que temo que mis discípulos olviden
mis enseñanzas. Los seres humanos son muy olvidadizos. Anteriormente pensé que lo mejor sería
dejar atrás este mundo con todos sus aprietos o seguir una vida con la mente flotante durante el
resto de mis días; consideré pasar a otro espacio y tomar otro rumbo. El mundo más allá de éste
es mucho más extenso; tampoco tuviera que exponer el Dharma ni escribir libros.

Sin embargo, más tarde cambié de idea, recordando que los seres humanos son muy olvidadizos.
En las circunstancias actuales, si yo no continuara exponiendo el Dharma, ni siguiera escribiendo y
dejara atrás este mundo de dolor, la situación aun empeoraría. Todo el gran grupo de discípulos
perdería la esperanza y yo no podría descansar en paz. Debo continuar recordándoles y
despertando el corazón de toda la gente para que anden en el sendero correcto. Quiero que las
generaciones futuras lleguen a comprender mis enseñanzas por medio de mis escritos, que
exponen:

La profunda verdad del Budismo,

la fe correcta y el pensamiento correcto,

el método esotérico de la Escuela del Verdadero Buda

y la visión correcta del Madhyamika.

En este sentido, continúo escribiendo libros, uno tras otro. Para mí, esto es el valor de mi vida y lo
será aun después de mi muerte. De este modo, me consuelo y puedo descansar en paz por haber
dedicado mi vida a la exposición del Dharma.

“¿Cuál deidad me está hablando?”

Me respondió: “El Buda de la Virtuosa Luz.”

“Ya comprendo.”

El Buda de la Virtuosa Luz reafirmó: “Te exhortaré una y otra vez y tendrás que abordar estos
temas con frecuencia. Esto se debe a nuestro mutuo voto.”

Hice una reverencia y dije: “El Buda de la Virtuosa Luz es realmente muy atento y compasivo.”

Se despidió con las palabras: “Está bien, está bien.”

3. Un Encuentro con el Deva del Fuego

Una vez, cuando me encontraba en Ta-chu en Taiwán, estalló un fuego. Justamente visitaba esa
zona para efectuar una lectura de Feng-shui para una familia. Cuando me di cuenta del fuego, salí
fuera junto con los demás a ver lo que estaba sucediendo. No lo hice por simple curiosidad,
queriendo ver un desastre, sino que estaba preocupado debido al fuerte humo que llegaba desde
una distancia de dos calles.

Además, soy psíquico y conozco bien los seis reinos. Son compuestos por los elementos tierra,
agua, fuego, aire, espacio y mente. Forman parte de los Diez Reinos del Dharma y puedo
trasladarme libremente por todos ellos. Pensé que presentándome en el lugar del desastre podría
ayudar a extinguir el fuego.
Para aclarar dudas, puedo hacer que llueva, porque conozco un mantra del Budismo esotérico que
produce lluvia. Puedo extinguir el fuego, porque conozco un mantra del Budismo esotérico que
apaga el fuego. Todo el tiempo me acompaña un rey dragón de nombre Mo-tso, que puede crear
nubes y producir lluvia y me asiste en desastres de fuegos e inundaciones.

El nombre sánscrito para “rey dragón” es “naga”. El propio Buda declaró que los reyes dragones
son seres inconcebibles que poseen gran poder sobrenatural.

Hay dos mantras con que invoco a los reyes dragones: “Om Naga Naga Mi.” y “Namo Sa-manto
Moto-nam Uaz-la Mi.”

Aquel fuego realmente era muy fuerte y extenso. Rápidamente se quemaron varias casas. La
mayoría de las viviendas en esa zona eran bajitas; no habían sido levantados según las leyes de
construcción. Debido a los estrechos espacios entre ellas, las llamas se extendieron por
dondequiera.

Con un gran estruendo de sirenas llegaron los bomberos y todo el mundo se asustó. También se
escuchó la explosión de un tanque de gas, lo que produjo un sonido ensordecedor.

Con mi visión de clarividente capté la presencia de un cuervo, mensajero del fuego, y un emisario.
En medio del humo, veía al deva del fuego sentado en una silla con asiento de seda; tenía un
aspecto muy feroz y llevaba vestimenta de color rojo. Su presencia me hizo entender que era
difícil hacer algo. Cada vez que ese deva se manifiesta en un sitio, el fuego acaba con todo y no
queda más que cenizas. El deva del fuego sólo viene después que recibe un decreto divino, lo que
significa que su presencia obedece a un mandato celestial.

Al comprender que este fuego se produjo por una orden del cielo, sería inútil recitar el mantra
para que llueva y lo apague. Tampoco podría intervenir por la fuerza, ya que esto implicaría una
violación de la ley divina y traería gran infortunio sobre mí. De ninguna manera podía atreverme a
extinguir ese fuego.

Deva del fuego, deva del fuego,


espíritus del fuego, espíritus del fuego,
sólo las sílabas del mantra verdadero
transforman secretamente las circunstancias.
Aléjense con el viento
y permitan el cese del fuego.
¡Que se cumpla mi orden enseguida!

Si lo recitara, el sonido del encantamiento sería capaz de causar un cambio maravilloso y una
transformación ya que su poder es tan grande que el cielo y la tierra reaccionarían con un
estruendo. Esto haría al cuervo levantar el vuelo, al emisario perder el control de la bandera y al
deva del fuego ver en peligro la seguridad de su silla divina.

Pero, de ninguna manera podía intervenir y no me quedó más que observar pasivamente cómo el
fuego acababa con varias casas ante mis ojos.
De repente escuché al emisario susurrar: “Esta casa está envuelta en una luz auspiciosa…. No
podemos permitir que se queme…. ¡Que las llamas la pasen por alto!”

Luego, cuando las llamas llegaron a esa casa, la intensidad del fuego se redujo y las chispas se
extendieron hacia otras casas y el fuego las consumió.

“¿Por qué está esa casa protegida por una luz auspiciosa?”

“Porque su dueño rechazó llevar a cabo un acto de infidelidad.”

“¿Cómo se llama ese señor?”

“Su nombre es Chang.”

Secretamente registré ese nombre.

El fuego había tenido una magnitud tremenda. Todas las casas y pequeños negocios de la zona se
quemaron. No obstante, a la sorpresa de todo el mundo, una de las casas había quedado en pie en
medio de toda esa devastación. La gente vio como un hecho muy extraño que todas las demás
viviendas del vecindario habían sido destruidas con excepción de la propiedad de Chang.

Alguien me preguntó: “¿Cómo fue posible que todas las casas quedaron destruidas menos una
sola?”

Le respondí: “Conozco la razón.”

“Por favor, ¡díganos!”

“El fuego lo saltó.”

La persona me tiró una mirada suspicaz y se alejó molesto.

Me tuve que reír. Realmente, sabía lo qué había pasado y, ser honesto entre el saber y el no-saber,
es el verdadero saber.

Aunque sabía que el deva del fuego había descendido con la orden de quemar esa área en Ta-chu
y sólo una casa quedó en pie, no indagué en ese momento la historia del Sr. Chang y su rechazo de
un acto de infidelidad, ni lo busqué.

Sin embargo, sin haberlo esperado, el mismo Sr. Chang tomó la iniciativa de verme. Una mañana,
me tocó la puerta y cuando abrí, vi a un hombre de edad mediana, con una cara cuadrada que
reflejó un espíritu noble. De una vez se presentó por su nombre, Chang.

“¿Qué puedo hacer por usted?”, pregunté amablemente.

“El deva de la tierra se me presentó en el sueño y me pidió que redactara un artículo acerca de
cómo había vencido la tentación de cometer un acto de infidelidad; dijo que debo entregarlo al Sr.
Sheng-yen Lu.”

“¿Qué debo hacer con su historia?”

“El deva de la tierra me dijo que usted la incluirá en un libro que escribe para prevenir a la gente
de la promiscuidad. Esto es muy virtuoso.”
En ese momento, comprobé cuán increíblemente precisos son los ojos de los espíritus y deidades.

Elogié al Sr. Chang: “Aunque una mujer le instigó, usted rechazó su oferta y no cayó en la
tentación de un acto pecaminoso. Usted es un verdadero sabio.”

Chang respondió: “Tenía mucha suerte…. ¡Demasiada suerte! Usted comprenderá todo después
que lea mi historia.”

Me entregó un fólder y se alejó rápidamente. Cuando leí esa historia, me quedé impresionado. A
continuación, repito su contenido.

Chang tenía un amigo de apodo Chao, que se había casado con una prostituta. Ella se veía muy
linda, pero su actuación era frívola y no le importaba ponerse a hablar bajito con Chang delante de
su marido, pronunciando palabras vulgares. A Chao no le impresionaba la conducta de ella.

Un día, cuando Chang quería ver a su amigo Chao, su esposa estaba sola en la casa. “Tuvo que
hacer un viaje de negocios y tardará un mes en regresar…. Me siento muy sola, especialmente
cuando veo a otras parejas, la sangre me sube a la cara y mi corazón se acelera.”

Escuchando estas palabras, Chang temía que algo peligroso podría ocurrir y de una vez dio la
vuelta para irse.

La esposa de Chao se interpuso: “Es verdad, siento mi cara muy caliente. ¡Ven para que lo
compruebes!” Con su manera osada, acercó su cabeza a Chang.

Sus ojos en forma de almendra, sus cejas curvadas y su manera afectuosa, ni mencionar su boquita
de cereza con su lengua sabrosa, todo era irresistible. Su cuerpo caliente era como una serpiente
enganchada en el cuerpo de Chang.

Ella dijo: “La vida es tan descolorida. ¿No crees que debemos inventar algo?”

“¿Inventar algo?”

“Sí, algo entre tú y yo.” Su fragante aliento toco la cara de Chang y él comprendió la situación.

“La vida es tan corta, de modo que debemos aprovechar las oportunidades para divertirnos y
hacer lo que queremos. Tú eres mi verdadero compañero del alma.”

Chang no se quedó frío. Su corazón latía muy aceleradamente y su corazón y su cara se


encendieron. Al excitarse físicamente, su temperatura corporal subió.

Chang sabía que la esposa de Chao había sido una prostituta; siempre se expresaba en un lenguaje
vulgar. Esta vez, inesperadamente, ella a la franca dijo que quería tener sexo con él. Esto indica
que no se puede evitar los encuentros con el karma negativo si eso está destinado a suceder.

Cuando ella estaba tratando de seducirlo, él no hubiera podido resistir si no le hubiera venido a la
mente un libro budista que estaba leyendo por la mañana. Un verso de ese libro decía:

“El que no resiste la tentación de una bella dama,


permitiendo que su corazón flaquee,
abre las puertas al sufrimiento, la ruina y los desastres.
El que atesora los Tres Tesoros, Buda, Dharma y Sangha,
cultivando el espíritu y acumulando méritos,
abre las puertas a las bendiciones.”

El título de ese libro es: Las Tentaciones Sexuales Dañan el Corazón y la Mente. En una parte dice
lo siguiente:

”Las apetencias sexuales son el número uno de todos los males. Un sabio debe ser muy cuidadoso
y no involucrarse en nada que contradiga los principios morales, ni siquiera por un momento.
Debe resistir las tentaciones y frenar sus deseos en el instante en que surjan, como si se protegiera
de un tigre feroz. De este modo, su virtud se hace cada vez más firme, lo que le servirá de
protección. Hay que ser cauteloso para evitar la desgracia y el escándalo que acaban con la
fortuna y el honor de los implicados. Al encontrarse con una mujer hermosa, los pensamientos
surgen muy rápidamente, aunque no se llegue a cometer ningún acto. No obstante, tan pronto
surgen esos pensamientos, el espíritu de la persona se conmueve; luego, el corazón y la mente se
perturban. ¡Hay que tener mucho cuidado!

“En cuanto a las formas bellas, a todo el mundo le gustan. Es como un objeto atractivo que todo el
mundo anhela. Por lo tanto, las apetencias sexuales son difíciles de controlar. Cuando surge un
pensamiento en esa dirección, el corazón de una vez se estimula. Si llega a moverse sin control,
difícilmente uno se domina. Aun si el tiempo no sería el indicado para involucrarse físicamente, el
corazón ya quedó motivado. Luego, cuando se presenta la oportunidad, uno fácilmente pierde la
virtud. Al perder la virtud, el cuerpo está en peligro.

“Para prevenirse del daño causado por la pasión sexual, uno debe primero impedir que el corazón
se mueva y no permitir que se afloja. Esto exige parar los pensamientos antes que surjan. Hay que
saber que, cuando los ojos actúan como un ladrón y las orejas como un delincuente, esto se debe
a pensamientos en esa dirección. Cuando el ladrón y el delincuente anulan la vigilancia interna,
tanto el cuerpo como la mente perderán el control. Por lo tanto, internamente se debe mantener
el control sobre el corazón y externamente hay que apagar los ojos y oídos. Cuando los ojos y
oídos dejan de funcionar como delincuentes, la voluntad y la determinación pueden ejercer su
papel y controlar el corazón interno. Los pensamientos libertinos y desviados no surgen en una
mente virtuosa.”

Esas palabras tienen mucho peso y pueden prevenir a una persona de no cometer estupideces.
Son como un trueno con un rayo de luz iluminador y Chang estaba consciente de que la pasión
sexual es un desastre y no una bendición; que produce sufrimientos y no placer verdadero.

De ninguna manera hubiese sido favorable si él hubiese aceptado una aventura sexual con ella. El
sexo entre dos personas sólo puede proporcionar una satisfacción muy breve, o sea, el placer no
dura más que un momento. Sería un error pensar que consumar este tipo de placer momentáneo
no fuera dañino, ya que luego continuará a ocurrir una y otra vez sin que se perfile un final.

Además, si ambos hubiesen accedido a entrar en una aventura sexual, hubiesen tenido que
guardar este secreto muy cuidadosamente. Si no, la consecuencia de su acto causaría mucho daño
y posiblemente destruiría a las familias de ambos. Al final, él hubiese quedado peor que un animal
por haber conocido las consecuencias y como quiera haber quebrantado la buena moral y los
principios.

En caso que su buen amigo Chao se enterara de esa aventura, Chang no sabría cómo reaccionar. Si
esto colara hacia la sociedad, la gente lo censuraría. ¿Cómo podría él seguir viviendo con su cara
elevada entre el cielo y la tierra?

Chang pensó en todo esto y con un gesto de valor paró la situación al instante. Ya no se sentía
excitado físicamente y no pudo hacer otra cosa que reír.

Pensó: “¿Valdría la pena arriesgar mi carrera profesional y mis aspiraciones por un momento de
satisfacción sexual? Soy una persona honorable con miras a un buen futuro, ¿por qué debería
arruinarme en las manos de una prostituta? Si hiciera el amor con ella, creo que lo lamentaría por
el resto de mi vida.”

De este modo, Chang se excusó diciendo que tenía que irse para atender otro asunto importante y
salió rápidamente de la casa de Chao.

Chang aclaró: “Nunca he mencionado esto a nadie.”

Leí la historia de Chang y sé que en todo momento nos observan espectros y espíritus invisibles.
Ciertamente, no se puede creer en la posibilidad de cometer un acto pecaminoso sin ser visto por
ojos divinos bien abiertos.

Lo que más admiro en Chang es que, a pesar de haber reaccionado frente a la posibilidad de una
aventura, fue capaz de recurrir a su sabiduría interna en ese momento para distinguir entre lo
dañino y lo correcto. Es un hecho extraordinario que él se retirara sin caer en la trampa de la
tentación.

Cualquier hombre ordinario, tan pronto se excita sexualmente, no piensa en posibles


consecuencias negativas, sino se siente afortunado de poder disfrutar de una aventura. Cegado
por el placer sexual, no le pasa por la mente lo que sucederá más adelante. Ni siquiera le importa
si lo que está por hacer es correcto o no, simplemente procede a satisfacer su impulso. La llama de
la sed sexual anula la voluntad y una persona ordinaria difícilmente logra mantener el control de sí
en una situación como esa.

Según mi saber, el cuerpo humano no está hecho de oro, plata, cobre o hierro, sino de energía,
sangre, carne y huesos. Incluso las parejas casadas deben restringir sus deseos sexuales.

La energía y la sangre circulan por seis circuitos y necesitan un día entero para circular por un solo
circuito y un total de seis días para circular por todos los circuitos. Esos seis circuitos se conocen
por: Tai-yang, Yang-ming, Shao-yang, Tai-yin, Shao-yin y Chue-yin. La circulación completa se
conoce como ciclo de circulación de energía y sangre.

Cuando alguien lleva a cabo una actividad sexual, su corazón palpita y su cuerpo suda. Su
temperatura corporal sube y pierde el control mental. Como resultado, sus uniones internas se
abren, sus circuitos se vacían y su esencia vital se derrama.

Después que esto sucede, se requiere siete días para el cuerpo recuperarse. Si la vida sexual de
una pareja es excesiva y la frecuencia de sus relaciones sexuales no respeta los siete días de
recuperación, ellos pierden demasiado a menudo esencia vital y llegará el día en que no podrán
recobrarse.

Por lo tanto, los sabios de los tiempos antiguos establecieron regulaciones para prevenir los
excesos sexuales y propiciar la buena salud y la longevidad.

La frecuencia de las relaciones sexuales, a la edad de veinte años no debe exceder de una vez en
siete días; a la edad de treinta años, no debe exceder de una vez en catorce días; a la edad de
cuarenta años, no debe exceder de una vez en veintiocho días; a la edad de cincuenta años, no
debe exceder de una vez en cuarenta y cinco días; a la edad de sesenta años, las pérdidas ya no
pueden ser recuperadas.

Si las parejas no restringen su vida sexual, creyendo que los excesos no les causarán daño porque
están en plena juventud y gozan de salud, día tras día sufrirán la pérdida de fuerza vital. Sus
canales se vacían, su energía y su sangre se debilitan, su esencia vital decae y se generan múltiples
enfermedades que conllevan una muerte prematura.

Hay que ser muy cuidadoso. La persona que sabe cómo controlar su vida sexual puede evitar
enfermedades y prolongar su vida. El que no domina sus deseos sexuales sufrirá de muchas
enfermedades y acortará su vida.

Una persona que se aficiona al desenfreno sexual se degenera ya que, sin darse cuenta, se
identifica con el reino animal. ¡Qué lástima!

4. Verdadera Pureza y Tranquilidad

Una noche, la Madre Dorada se manifestó en mi sueño para informarme: “Mañana una persona
virtuosa te visitará. ¡Préstale mucha atención!”

“¿Una persona virtuosa?

“Sí. Su generosidad surge espontáneamente y su gran amabilidad y sus virtudes han conmovido al
cielo. Su corazón interno posee la naturaleza del Tao y sus obras son fruto del sendero correcto en
medio de nubes oscuras.”

“¿Cuál es el nombre de esa persona virtuosa?”

La Madre Dorada respondió: “Wang Shi.”

“¿Qué debo hacer?”

“Enséñale la verdad del Dharma Último.”

La Madre Dorada quería decir que debía transmitir a Wang Shi la práctica taoísta superior o el
Dharma Último.

Este sueño era muy claro y a la vez muy sorprendente para mí. Muchos de mis discípulos me
habían solicitado la transmisión de esta práctica, no obstante, después de observarlos
cuidadosamente encontré que no calificaban como recipientes dignos para recibir este dharma.
Por lo tanto, no lo enseñé a ninguno de ellos.
También varias otras personas, que no eran discípulos míos, pero que sabían que yo poseía ese
dharma, secretamente me buscaron y me rogaron que se les transmitiera. Pero, rechacé a todos.

Entre las prácticas taoístas, el Dharma Último es la práctica superior, la cúspide de todas las
prácticas que no tiene igual y que permite alcanzar el estado más glorioso.

Es prohibido transmitir este dharma en forma inapropiada y a una persona no calificada. Si se


cometiera este error, la transmisión adquiriría un carácter perverso porque no cuenta con el
fundamento de la compasión. En ausencia de esa base compasiva, el resultado sería desastroso.
Ambos, el que lo transmite en forma impropia y el que lo recibe, serían juzgados por la ley divina y
castigados severamente.

La Madre Dorada me describió la manera virtuosa en que Wang Shi procede: “Es una persona
razonable e inteligente, que sabe distinguir entre el bien y el mal. Sabe cuando puede avanzar y
cuando debe retirarse, ya que observa y examina cuidadosamente el carácter de las cosas. Saber
lo que es correcto y lo que es perjudicial, es la clave para determinar el éxito y el fracaso. El que
puede diferenciar lo correcto de lo incorrecto, está libre de dudas cuando procede y libre de
preocupaciones cuando se retira. Como Wang Shi sabe cuando avanzar y cuando retirarse, puedes
enseñarle el Sendero.”

La Madre Dorada hizo énfasis en que Wang Shi actúa en concordancia con el Tao Celestial. “Es un
hombre sociable, sin egocentrismo ni arrogancia; es abierto, sincero y derecho, con determinación
y fortaleza.”

En la lista de las personas que venían a mi consulta el día siguiente, efectivamente apareció el
nombre de Wang Shi.

Cuando entró, vi a un hombre gentil que se acercaba con pasos firmes. Su cuerpo entero estaba
envuelto de una luz virtuosa. Verdaderamente, se trataba de alguien muy especial.

Inmediatamente lo examiné: “¿Qué piensa de la vida?”

Wang Shi respondió: “La vida está marcada por la transmigración y por el nacimiento y la muerte.”

“¿Cuál es la esencia de las prácticas de la cultivación espiritual?”

“Invertir el flujo de la vida y la muerte y seguir el sendero hacia el Nirvana.”

Le pregunté: “En cuanto a lo correcto y lo incorrecto, ¿discute usted sobre este tema o tiene
dificultades para distinguirlos?”

“Distingo claramente lo correcto de los incorrecto, pero no discuto este tema,” me respondió.

Seguí investigando: “¿Por qué no discute este tema?”

“Porque quiero conservar la pureza y la tranquilidad.”

Pregunté: “¿Conoce usted la duración de su vida?”

“Sí. Disfruto de longevidad.”

“¿Se debe su longevidad a no haber cometido actos pecaminosos?”


“Maestro, usted lo comprende todo,” respondió Wang Shi muy sorprendido. “Una vez en el sueño,
una deidad me informó que originalmente mi vida sólo hubiera llegado a los cuarenta y tres años.
Sin embargo, debido a que rechacé la oferta de una aventura amorosa, mi vida se expandió al
doble. Nunca hablé acerca de esto con nadie. ¿Cómo lo supo?”

Le dije: “También yo recibí esa información por una deidad. Lo que se llama ‘adivinación’ son en
realidad mensajes que ciertas deidades nos transmiten.”

Seguí conversando: “Usted sufrió de cáncer cuando tenía cuarenta y tres años.”

“Es cierto.”

“Y su cáncer era incurable.”

“Correcto.”

“Luego, las deidades intervinieron y le operaron, de modo que su cáncer desapareció.”

“Sí, así es. ¡Es increíble que usted sabe acerca de todo esto!” exclamó Wang Shi.

La operación a la cual las deidades lo sometieron era simplemente maravillosa. Las personas
ordinarias pueden considerar esto absurdo, no obstante, me parece que vale la pena contarlo
todo en detalle.

El cáncer de Wang Shi era terminal y él entró en coma. En ese estado, experimentó que alguien lo
llevó al bajo mundo. En el trayecto fueron interrumpidos por los cinco devas del Palacio Lunar: El
Deva Verde Azuloso, el Deva Amarillo, el Deva Blanco, el Deva Negro y el Deva Rojo. Ellos
expresaron: “Esa persona pertenece a nosotros.”

El oficial del bajo mundo argumentó: “Su vida ha terminado.”

Los devas insistieron firmemente: “Aunque se agotó su tiempo según lo que estaba fijado en su
destino, su vida fue prolongada debido a que rechazó involucrarse en un acto de libertinaje.
Debemos llevarlo al Palacio Lunar para curar su enfermedad.”

El oficial del bajo mundo no pudo seguir argumentando con los cinco devas del Palacio Lunar para
no cometer una falta de desobediencia.

Entonces, los cinco devas soplaron su hálito divino sobre Wang Shi y su cuerpo se hizo muy liviano.
Se elevó dejando atrás el bajo mundo y el reino humano. En su vuelo se trasladó por el
firmamento azul oscuro, dejando atrás nubes blancas y grises. Acompañado por los cinco devas
del Palacio Lunar y envuelto en un círculo de luz dorada, llegó directamente a la brillante luna.

Wang Shi me contó que estar extendido sobre la mesa de operaciones en el Palacio Lunar, con los
cinco devas a su alrededor, no se parecía a las intervenciones quirúrgicas en el mundo humano,
donde se emplean instrumentos. Los cinco devas realmente no lo tocaron, pero Wang Shi sentía la
transformación que ocurría en su cuerpo.

En esa operación, experimentó que su espina dorsal se le separó, su vientre se extendió hasta el
límite, su boca se abrió forzosamente, las pupilas de sus ojos le fueron extraídas, su cuello se
separó de los hombros y sus vísceras e intestinos le fueron removidos. Wang Shi dijo que creía que
todo su cuerpo se estaba disolviendo. En realidad, esa disolución fue un proceso de purificación y
esa purificación se convirtió en luz que comenzó a circular en su cuerpo.

Después, se armó de nuevo: sus hombros se reconectaron con el cuello, su boca se cerró, sus
pupilas se reintrodujeron en la cavidad de sus ojos, su vientre volvió a su tamaño original, la espina
dorsal se reconectó y sus vísceras e intestinos fueron colocados en su sitio. Wang Shi sentía un
gran alivio al final de ese proceso.

Luego, los cinco devas del Palacio Lunar le informaron: “Ahora estás completamente curado.”

Wang Shi no recuerda cómo regresó a su cama, sólo se dio cuenta de que volvió en sí y despertó
de su coma. Después se recuperó muy rápidamente.

Cuando le examinaron, descubrieron que su cáncer había desaparecido completamente. Era como
si jamás hubiera sufrido de esa enfermedad.

¿Qué había sucedido? Los médicos no encontraron ninguna explicación.

La causa de este giro asombroso del destino fue la firmeza y el rechazo de Wang Shi frente a la
seducción. Lo que pasó fue lo siguiente:

Desde su juventud, a Wang Shi siempre le gustaba la cultivación del sendero. Conocía muy bien la
visión de que los placeres de la vida ordinaria en realidad se convierten en la raíz de sufrimientos.
Uno se libera de esos sufrimientos al no involucrarse en esos placeres.

Mucha gente considera al sexo como la fuente mayor de todos los placeres. Creen que el abrazo
sexual entre un hombre y una mujer compone la cúspide del disfrute.

No obstante, la visión de Wang Shi era diferente.

El placer carnal es breve y pasajero. Después de la satisfacción comienzan los sufrimientos y la


soledad. El que no se impone frenos, se carga de enfermedades y envejece antes de tiempo.

Las consecuencias de la infidelidad y de las aventuras sexuales son la pérdida del estatus y de la
reputación. Además, la fortuna se vuelve en lo contrario y la familia pierde su armonía y su unión.
Los involucrados serán criticados por la sociedad y las enemistades se fomentan. Los efectos
pueden ser tan severos que las personas terminen agrediéndose y matándose.

Según la ley de causa y efecto, estos actos de degeneración son un claro signo de la ausencia de
las prácticas sanas y de la cultivación. Después que esa persona muere, renacerá durante cientos
de miles de kalpas en el reino animal, con escasa esperanza de volver a ascender al reino humano.
También la esposa y los hijos de ese hombre sufrirán las consecuencias de esa infidelidad y
finalmente se quedará sin un sucesor.

Por lo tanto, según la opinión de Wang Shi, el placer momentáneo de una aventura sexual es la
causa de angustias eternas y de grandes desastres. Nadie debería ser tan tonto y acceder. Wang
Shi manifestó que en el rechazo de un acto de infidelidad y libertinaje radica la verdadera pureza y
tranquilidad.
¿Por qué Wang Shi se quedó firme frente a la tentación?

Porque es un cultivador del sendero y comprende

la ley de causa y efecto.

¿Con qué motivación se mantuvo serio y determinado?

Porque sabe muy bien que la infidelidad es la trampa de

la miseria.

Wang Shi era muy amable y caía bien a las mujeres. En tres ocasiones, diferentes mujeres trataron
de seducirlo y cada vez él las rechazó. No sorprende que las deidades intervinieran y lo rescataran
de su enfermedad terminal.

Él se ganaba la vida como profesor de piano. En una de las tres ocasiones, un hombre rico le
contrató para dar clase a su amante, llamada Ying Yi. Tenía aproximadamente la misma edad que
él y se veía muy atractiva. Su cintura era delgada, tenía dientes muy blancos y usaba aretes de
grandes argollas doradas. Siempre llevaba muchas joyas y sus movimientos y gestos eran
provocativos, como también la expresión de sus ojos. Tenía una sonrisa muy bonita y su aspecto
general era llamativo y encantador.

Según la costumbre, Wang Shi le daba las clases de piano a Ying Yi en su lujoso hogar. Un día, ni el
señor ni la sirvienta se encontraban. Ying Yi lucía un vestido decorado con un cordón de seda. Su
vestido y sus ornamentos reflejaron un gusto selecto y sofisticado.

Wang Shi le enseñó muy concentradamente, sin prestar atención a más nada. No obstante, Ying Yi
se mostraba distraída y todo el tiempo se equivocaba tocando los dedos de Wang Shi. Sus
atractivos y brillantes ojos, en lugar de fijarse en las teclas, miraron a Wang Shi.

Él no se atrevió a responderle la mirada.

Luego, uno de los aretes de Ying Yi se cayó al piso y Wang Shi se inclinó para levantarlo y
devolvérselo. Ying Yi le preguntó: “¿Podría usted ser tan amable y ayudarme a colocarlo?”

Wang Shi se congeló y no reaccionó.

“Usted es muy extraño,” se quejó Ying Yi, “cualquier otro hombre estaría loco por ayudarme.”

El disgusto de Ying Yi no era más que una estrategia con que quería conmover a Wang Shi. Si él
hubiese sido un hombre ordinario, fácilmente hubiese perdido el control. Pero, Wang Shi continuó
la clase con seriedad, mostrándole a donde debía tocar el teclado.

Entonces, Ying Yi mantuvo sus dedos en el aire esperando que Wang Shi se los colocara. Wang Shi
en ningún momento se dispuso a tocar sus manos. Cada vez Ying Yi se acercó más hasta que su
cuerpo entero casi se apoyó en él. El olor de su perfume seductor instantáneamente llegó a la
nariz de él.

Ella le dijo: “No quiero seguir aprendiendo el piano hoy,” y agarró ambas manos de Wang Shi y las
colocó sobre su pecho. “Mi corazón late muy aceleradamente y mi cuerpo está caliente. ¡No lo
soporto! ¡Me estoy muriendo!”
Wang Shi se consternó. “¿Tiene usted fiebre?”

“Sí, y quiero que usted me baje esa fiebre.” Su aliento le pasó muy cerca. Todo su cuerpo se
presionó sobre él y ella lo abrazó con fuerza, acelerando la respiración.

Wang Shi se quedó atónito y asustado y no supo cómo tratar esta situación.

Quería levantarse, pero no se pudo mover. Se dio cuenta que el fuego del deseo sexual en el
cuerpo de Ying Yi era demasiado fuerte y plenamente encendido. Ni un aguacero frío podía
apagarlo.

Ying Yi susurró a su oído: “Por favor, compláceme. Estaremos en el paraíso.”

Wang Shi sintió que la situación se ponía peligrosa. Con un movimiento de fuerza se zafó de sus
brazos y salió rápidamente por la puerta.

Después, Wang Shi no volvió a esa casa. El señor lo invitó varias veces, pero él se excusó diciendo
que tenía demasiado trabajo y no le quedaba tiempo. Jamás mencionó la razón verdadera.

Wang Shi me dijo que algo similar le había sucedido en tres ocasiones. Cada vez pudo parar los
eventos a tiempo, no involucrándose en un acto de libertinaje e infidelidad. Me dijo que la
cultivación permite a uno controlar la mente y apagar el deseo sexual para no cometer un acto de
impureza. La infidelidad es inmoral. Alguien que sólo se interesa en momentos pasajeros de placer
se produce grandes sufrimientos en el futuro.

Luego, Wang Shi analizó todo fríamente: “Si hubiese accedido a esa aventura, y si el marido luego
se hubiese enterado, ¿de qué manera me habría podido excusar? Por otro lado, si la amante no
hubiese querido terminar nuestra relación, ¿qué habría hecho? Y si nos hubiéramos enamorado
de verdad y esto se hubiese colado hacia la sociedad, ¿cómo habría quedado? ¿Cómo habría
podido salvar mi carrera y mi familia? Además, ¿cómo habría podido seguir diciendo que soy un
practicante espiritual?”

Esta historia nos ha hecho entender cuán dañino resulta ser el desenfreno sexual.

Wang Shi verdaderamente era un hombre honorable y noble y le transmití el método de la


práctica del Dharma Último.

Hay otras historias similares muy conocidas, como por ejemplo la de Liu Shia. Cuenta que Liu Shia
se quedó inmóvil cuando una belleza se sentó en sus piernas.

¿Por qué no reaccionó? ¿Era impotente?

Alguien relacionó su nombre “Shia” con “bajar”, señalando que no podía subir, sólo bajar. La gente
de generaciones posteriores lo ridiculizó, acusándolo de haber sido impotente. Muchos escritores
elaboraron sobre esta historia. Dicen que cuando esa belleza entró en su habitación, lo abrazó, se
sentó en sus piernas y movió su cuerpo, Liu Shia no carecía de deseo sexual ni era impotente. Esa
noche la cena le había caído mal y cuando esa mujer lo abrazó, tenía un terrible dolor de
estómago y estaba cerca de vomitar. Realmente, no pudo reaccionar con la mujer, porque no se
sintió en buenas condiciones. Por eso, la inmovilidad de Liu Shia no tenía nada que ver con
determinación ni fortaleza, sino con un dolor estomacal.
Tengo mis propias apreciaciones en cuanto a la reacción sexual de la gente. Según me he dado
cuenta, el hecho de que algunas personas reaccionan más fuertes que otras se relaciona con su
constitución particular. Algunos experimentan urgencias sexuales tan fuertes que incluso llegan a
forzar a otros. Ellos experimentan una fuerte ansiedad sexual.

Otros tienen impulsos muy débiles, tan débiles que ni siquiera piensan en el sexo. Ellos son del
tipo asexual.

Tanto la ansiedad sexual como también la frialdad no sólo obedecen a razones físicas, sino
también psicológicas.

Según esta clasificación, ¿pertenecen Wang Shi y Liu Shia al tipo asexual que difícilmente se excita
sexualmente? Quién sabe.

Siempre he pensado que el deseo sexual del hombre y de la mujer forman parte de la naturaleza
humana y no puede ser considerado malo ni feo, ni es un tema del cual no se puede hablar. Las
personas ordinarias tienen el derecho de vivir una vida normal de matrimonio y sexo. Según los
preceptos budistas, el que no se comprometió con la vida monástica, puede vivir una vida normal
de matrimonio. Los preceptos budistas y la moral general sólo prohíben el incesto y el adulterio.
Además, para no excederse en los placeres carnales, se exige el control de los deseos sexuales.

Por ejemplo, las preocupaciones de Wang Shi estaban bien fundamentadas. Si el marido de Ying Yi
se hubiera enterado que Wang Shi tenía una relación amorosa con su amante, lo hubiera podido
matar.

Si Ying Yi se hubiera enamorado de Wang Shi y no hubiera querido separarse de él, entonces, ella
podría haberse suicidado.

Si Ying Yi y Wang Shi se hubieran enamorado de verdad, entonces, ambos pudieron haber
cometido suicidio.

La familia de Wang Shi hubiera sufrido mucho y su esposa pudiera haberse suicidado junto a sus
hijos.

Toda la sociedad hubiera quedado impresionada y la reputación de Wang Shi se hubiera


arruinado, ni hablar de su carrera.

Para las personas ordinarias es difícil reprimir y resolver sus impulsos relacionados con la
sexualidad y debido a ese descontrol se originan incontables desastres. Dondequiera suceden
problemas de esa índole en la sociedad contemporánea. Uno de los temas favoritos en muchas
portadas de revistas y periódicos lo componen los escándalos sexuales.

Por otro lado, los monjes y las monjas se comprometen con el celibato y el control de sus impulsos
sexuales. Lo hacen para dedicarse a la cultivación espiritual y a la práctica de la pureza. Ellos deben
eliminar sus deseos sexuales porque si no, obstruirían su progreso espiritual. Los monjes y las
monjas excluyen el sexo de su vida con el propósito de la cultivación y el deseo de alcanzar el
estado divino de la pureza. Por lo tanto, tienen que trascender el deseo sexual.

El Budismo esotérico, que yo enseño, presta mucha atención al control del deseo sexual. Nosotros
transformamos el deseo sexual en lugar de reprimirlo.
El que se dedica a las prácticas del Budismo esotérico y cultiva la energía interna, los canales y las
gotas de luz, gradualmente progresará hacia el estado de la meditación concentrada y la
estabilidad. En ese estado de concentración, la energía interna se mueve sin obstrucción por los
canales internos. Luego, las gotas de luz son transportadas hacia arriba y, cuando se alcanza el
nivel del no-derrame de las esencias, se experimenta un gran placer interno. Ese tipo de placer
supera ampliamente al placer sexual, dura más tiempo y es mucho más auténtico que lo que se
experimenta en una relación sexual.

Desde que he alcanzado esa experiencia de placer superior, de alegría sutil y del no derrame de las
esencias, vivo una vida tranquila, sin que surjan deseos sexuales. Ya no necesito ningún placer
mundano producido entre el hombre y la mujer.

Personalmente, pienso que es muy difícil para las personas con una fuerte ansiedad sexual
controlar sus impulsos. Para ellos sería una gran ventaja si se dedicaran a la cultivación de las
prácticas internas de energía, canales y gotas de luz, porque de este modo podrían trascender sus
deseos sexuales. Cuando internamente se logra transformar el semen del hombre y la sangre
menstrual de la mujer en energía, entonces, se resuelve el problema del deseo sexual.

Sinceramente, puedo asegurar al lector que la práctica del Budismo esotérico proporciona una
solución definitiva al problema del deseo sexual.

4. Verdadera Pureza y Tranquilidad

Una noche, la Madre Dorada se manifestó en mi sueño para informarme: “Mañana una persona
virtuosa te visitará. ¡Préstale mucha atención!”

“¿Una persona virtuosa?

“Sí. Su generosidad surge espontáneamente y su gran amabilidad y sus virtudes han conmovido al
cielo. Su corazón interno posee la naturaleza del Tao y sus obras son fruto del sendero correcto en
medio de nubes oscuras.”

“¿Cuál es el nombre de esa persona virtuosa?”

La Madre Dorada respondió: “Wang Shi.”

“¿Qué debo hacer?”

“Enséñale la verdad del Dharma Último.”

La Madre Dorada quería decir que debía transmitir a Wang Shi la práctica taoísta superior o el
Dharma Último.

Este sueño era muy claro y a la vez muy sorprendente para mí. Muchos de mis discípulos me
habían solicitado la transmisión de esta práctica, no obstante, después de observarlos
cuidadosamente encontré que no calificaban como recipientes dignos para recibir este dharma.
Por lo tanto, no lo enseñé a ninguno de ellos.

También varias otras personas, que no eran discípulos míos, pero que sabían que yo poseía ese
dharma, secretamente me buscaron y me rogaron que se les transmitiera. Pero, rechacé a todos.
Entre las prácticas taoístas, el Dharma Último es la práctica superior, la cúspide de todas las
prácticas que no tiene igual y que permite alcanzar el estado más glorioso.

Es prohibido transmitir este dharma en forma inapropiada y a una persona no calificada. Si se


cometiera este error, la transmisión adquiriría un carácter perverso porque no cuenta con el
fundamento de la compasión. En ausencia de esa base compasiva, el resultado sería desastroso.
Ambos, el que lo transmite en forma impropia y el que lo recibe, serían juzgados por la ley divina y
castigados severamente.

La Madre Dorada me describió la manera virtuosa en que Wang Shi procede: “Es una persona
razonable e inteligente, que sabe distinguir entre el bien y el mal. Sabe cuando puede avanzar y
cuando debe retirarse, ya que observa y examina cuidadosamente el carácter de las cosas. Saber
lo que es correcto y lo que es perjudicial, es la clave para determinar el éxito y el fracaso. El que
puede diferenciar lo correcto de lo incorrecto, está libre de dudas cuando procede y libre de
preocupaciones cuando se retira. Como Wang Shi sabe cuando avanzar y cuando retirarse, puedes
enseñarle el Sendero.”

La Madre Dorada hizo énfasis en que Wang Shi actúa en concordancia con el Tao Celestial. “Es un
hombre sociable, sin egocentrismo ni arrogancia; es abierto, sincero y derecho, con determinación
y fortaleza.”

En la lista de las personas que venían a mi consulta el día siguiente, efectivamente apareció el
nombre de Wang Shi.

Cuando entró, vi a un hombre gentil que se acercaba con pasos firmes. Su cuerpo entero estaba
envuelto de una luz virtuosa. Verdaderamente, se trataba de alguien muy especial.

Inmediatamente lo examiné: “¿Qué piensa de la vida?”

Wang Shi respondió: “La vida está marcada por la transmigración y por el nacimiento y la muerte.”

“¿Cuál es la esencia de las prácticas de la cultivación espiritual?”

“Invertir el flujo de la vida y la muerte y seguir el sendero hacia el Nirvana.”

Le pregunté: “En cuanto a lo correcto y lo incorrecto, ¿discute usted sobre este tema o tiene
dificultades para distinguirlos?”

“Distingo claramente lo correcto de los incorrecto, pero no discuto este tema,” me respondió.

Seguí investigando: “¿Por qué no discute este tema?”

“Porque quiero conservar la pureza y la tranquilidad.”

Pregunté: “¿Conoce usted la duración de su vida?”

“Sí. Disfruto de longevidad.”

“¿Se debe su longevidad a no haber cometido actos pecaminosos?”

“Maestro, usted lo comprende todo,” respondió Wang Shi muy sorprendido. “Una vez en el sueño,
una deidad me informó que originalmente mi vida sólo hubiera llegado a los cuarenta y tres años.
Sin embargo, debido a que rechacé la oferta de una aventura amorosa, mi vida se expandió al
doble. Nunca hablé acerca de esto con nadie. ¿Cómo lo supo?”

Le dije: “También yo recibí esa información por una deidad. Lo que se llama ‘adivinación’ son en
realidad mensajes que ciertas deidades nos transmiten.”

Seguí conversando: “Usted sufrió de cáncer cuando tenía cuarenta y tres años.”

“Es cierto.”

“Y su cáncer era incurable.”

“Correcto.”

“Luego, las deidades intervinieron y le operaron, de modo que su cáncer desapareció.”

“Sí, así es. ¡Es increíble que usted sabe acerca de todo esto!” exclamó Wang Shi.

La operación a la cual las deidades lo sometieron era simplemente maravillosa. Las personas
ordinarias pueden considerar esto absurdo, no obstante me parece que vale la pena contarlo todo
en detalle.

El cáncer de Wang Shi era terminal y él entró en coma. En ese estado, experimentó que alguien lo
llevó al bajo mundo. En el trayecto fueron interrumpidos por los cinco devas del Palacio Lunar: El
Deva Verde Azuloso, el Deva Amarillo, el Deva Blanco, el Deva Negro y el Deva Rojo. Ellos
expresaron: “Esa persona pertenece a nosotros.”

El oficial del bajo mundo argumentó: “Su vida ha terminado.”

Los devas insistieron firmemente: “Aunque se agotó su tiempo según lo que estaba fijado en su
destino, su vida fue prolongada debido a que rechazó involucrarse en un acto de libertinaje.
Debemos llevarlo al Palacio Lunar para curar su enfermedad.”

El oficial del bajo mundo no pudo seguir argumentando con los cinco devas del Palacio Lunar para
no cometer una falta de desobediencia.

Entonces, los cinco devas soplaron su hálito divino sobre Wang Shi y su cuerpo se hizo muy liviano.
Se elevó dejando atrás el bajo mundo y el reino humano. En su vuelo se trasladó por el
firmamento azul oscuro, dejando atrás nubes blancas y grises. Acompañado por los cinco devas
del Palacio Lunar y envuelto en un círculo de luz dorada, llegó directamente a la brillante luna.

Wang Shi me contó que estar extendido sobre la mesa de operaciones en el Palacio Lunar, con los
cinco devas a su alrededor, no se parecía a las intervenciones quirúrgicas en el mundo humano,
donde se emplean instrumentos. Los cinco devas realmente no lo tocaron, pero Wang Shi sentía la
transformación que ocurría en su cuerpo.

En esa operación, experimentó que su espina dorsal se le separó, su vientre se extendió hasta el
límite, su boca se abrió forzosamente, las pupilas de sus ojos le fueron extraídas, su cuello se
separó de los hombros y sus vísceras e intestinos le fueron removidos. Wang Shi dijo que creía que
todo su cuerpo se estaba disolviendo. En realidad, esa disolución fue un proceso de purificación y
esa purificación se convirtió en luz que comenzó a circular en su cuerpo.
Después, se armó de nuevo: sus hombros se reconectaron con el cuello, su boca se cerró, sus
pupilas se reintrodujeron en la cavidad de sus ojos, su vientre volvió a su tamaño original, la espina
dorsal se reconectó y sus vísceras e intestinos fueron colocados en su sitio. Wang Shi sentía un
gran alivio al final de ese proceso.

Luego, los cinco devas del Palacio Lunar le informaron: “Ahora estás completamente curado.”

Wang Shi no recuerda cómo regresó a su cama, sólo se dio cuenta de que volvió en sí y despertó
de su coma. Después se recuperó muy rápidamente.

Cuando le examinaron, descubrieron que su cáncer había desaparecido completamente. Era como
si jamás hubiera sufrido de esa enfermedad.

¿Qué había sucedido? Los médicos no encontraron ninguna explicación.

La causa de este giro asombroso del destino fue la firmeza y el rechazo de Wang Shi frente a la
seducción. Lo que pasó fue lo siguiente:

Desde su juventud, a Wang Shi siempre le gustaba la cultivación del sendero. Conocía muy bien la
visión de que los placeres de la vida ordinaria en realidad se convierten en la raíz de sufrimientos.
Uno se libera de esos sufrimientos al no involucrarse en esos placeres.

Mucha gente considera al sexo como la fuente mayor de todos los placeres. Creen que el abrazo
sexual entre un hombre y una mujer compone la cúspide del disfrute.

No obstante, la visión de Wang Shi era diferente.

El placer carnal es breve y pasajero. Después de la satisfacción comienzan los sufrimientos y la


soledad. El que no se impone frenos, se carga de enfermedades y envejece antes de tiempo.

Las consecuencias de la infidelidad y de las aventuras sexuales son la pérdida del estatus y de la
reputación. Además, la fortuna se vuelve en lo contrario y la familia pierde su armonía y su unión.
Los involucrados serán criticados por la sociedad y las enemistades se fomentan. Los efectos
pueden ser tan severos que las personas terminen agrediéndose y matándose.

Según la ley de causa y efecto, estos actos de degeneración son un claro signo de la ausencia de
las prácticas sanas y de la cultivación. Después que esa persona muere, renacerá durante cientos
de miles de kalpas en el reino animal, con escasa esperanza de volver a ascender al reino humano.
También la esposa y los hijos de ese hombre sufrirán las consecuencias de esa infidelidad y
finalmente se quedará sin un sucesor.

Por lo tanto, según la opinión de Wang Shi, el placer momentáneo de una aventura sexual es la
causa de angustias eternas y de grandes desastres. Nadie debería ser tan tonto y acceder. Wang
Shi manifestó que en el rechazo de un acto de infidelidad y libertinaje radica la verdadera pureza y
tranquilidad.

¿Por qué Wang Shi se quedó firme frente a la tentación?

Porque es un cultivador del sendero y comprende


la ley de causa y efecto.

¿Con qué motivación se mantuvo serio y determinado?

Porque sabe muy bien que la infidelidad es la trampa de

la miseria.

Wang Shi era muy amable y caía bien a las mujeres. En tres ocasiones, diferentes mujeres trataron
de seducirlo y cada vez él las rechazó. No sorprende que las deidades intervinieran y lo rescataran
de su enfermedad terminal.

Él se ganaba la vida como profesor de piano. En una de las tres ocasiones, un hombre rico le
contrató para dar clase a su amante, llamada Ying Yi. Tenía aproximadamente la misma edad que
él y se veía muy atractiva. Su cintura era delgada, tenía dientes muy blancos y usaba aretes de
grandes argollas doradas. Siempre llevaba muchas joyas y sus movimientos y gestos eran
provocativos, como también la expresión de sus ojos. Tenía una sonrisa muy bonita y su aspecto
general era llamativo y encantador.

Según la costumbre, Wang Shi le daba las clases de piano a Ying Yi en su lujoso hogar. Un día, ni el
señor ni la sirvienta se encontraban. Ying Yi lucía un vestido decorado con un cordón de seda. Su
vestido y sus ornamentos reflejaron un gusto selecto y sofisticado.

Wang Shi le enseñó muy concentradamente, sin prestar atención a más nada. No obstante, Ying Yi
se mostraba distraída y todo el tiempo se equivocaba tocando los dedos de Wang Shi. Sus
atractivos y brillantes ojos, en lugar de fijarse en las teclas, miraron a Wang Shi.

Él no se atrevió a responderle la mirada.

Luego, uno de los aretes de Ying Yi se cayó al piso y Wang Shi se inclinó para levantarlo y
devolvérselo. Ying Yi le preguntó: “¿Podría usted ser tan amable y ayudarme a colocarlo?”

Wang Shi se congeló y no reaccionó.

“Usted es muy extraño,” se quejó Ying Yi, “cualquier otro hombre estaría loco por ayudarme.”

El disgusto de Ying Yi no era más que una estrategia con que quería conmover a Wang Shi. Si él
hubiese sido un hombre ordinario, fácilmente hubiese perdido el control. Pero, Wang Shi continuó
la clase con seriedad, mostrándole a donde debía tocar el teclado.

Entonces, Ying Yi mantuvo sus dedos en el aire esperando que Wang Shi se los colocara. Wang Shi
en ningún momento se dispuso a tocar sus manos. Cada vez Ying Yi se acercó más hasta que su
cuerpo entero casi se apoyó en él. El olor de su perfume seductor instantáneamente llegó a la
nariz de él.

Ella le dijo: “No quiero seguir aprendiendo el piano hoy,” y agarró ambas manos de Wang Shi y las
colocó sobre su pecho. “Mi corazón late muy aceleradamente y mi cuerpo está caliente. ¡No lo
soporto! ¡Me estoy muriendo!”

Wang Shi se consternó. “¿Tiene usted fiebre?”


“Sí, y quiero que usted me baje esa fiebre.” Su aliento le pasó muy cerca. Todo su cuerpo se
presionó sobre él y ella lo abrazó con fuerza, acelerando la respiración.

Wang Shi se quedó atónito y asustado y no supo cómo tratar esta situación.

Quería levantarse, pero no se pudo mover. Se dio cuenta que el fuego del deseo sexual en el
cuerpo de Ying Yi era demasiado fuerte y plenamente encendido. Ni un aguacero frío podía
apagarlo.

Ying Yi susurró a su oído: “Por favor, compláceme. Estaremos en el paraíso.”

Wang Shi sintió que la situación se ponía peligrosa. Con un movimiento de fuerza se zafó de sus
brazos y salió rápidamente por la puerta.

Después, Wang Shi no volvió a esa casa. El señor lo invitó varias veces, pero él se excusó diciendo
que tenía demasiado trabajo y no le quedaba tiempo. Jamás mencionó la razón verdadera.

Wang Shi me dijo que algo similar le había sucedido en tres ocasiones. Cada vez pudo parar los
eventos a tiempo, no involucrándose en un acto de libertinaje e infidelidad. Me dijo que la
cultivación permite a uno controlar la mente y apagar el deseo sexual para no cometer un acto de
impureza. La infidelidad es inmoral. Alguien que sólo se interesa en momentos pasajeros de placer
se produce grandes sufrimientos en el futuro.

Luego, Wang Shi analizó todo fríamente: “Si hubiese accedido a esa aventura, y si el marido luego
se hubiese enterado, ¿de qué manera me habría podido excusar? Por otro lado, si la amante no
hubiese querido terminar nuestra relación, ¿qué habría hecho? Y si nos hubiéramos enamorado
de verdad y esto se hubiese colado hacia la sociedad, ¿cómo habría quedado? ¿Cómo habría
podido salvar mi carrera y mi familia? Además, ¿cómo habría podido seguir diciendo que soy un
practicante espiritual?”

Esta historia nos ha hecho entender cuán dañino resulta ser el desenfreno sexual.

Wang Shi verdaderamente era un hombre honorable y noble y le transmití el método de la


práctica del Dharma Último.

Hay otras historias similares muy conocidas, como por ejemplo la de Liu Shia. Cuenta que Liu Shia
se quedó inmóvil cuando una belleza se sentó en sus piernas.

¿Por qué no reaccionó? ¿Era impotente?

Alguien relacionó su nombre “Shia” con “bajar”, señalando que no podía subir, sólo bajar. La gente
de generaciones posteriores lo ridiculizó, acusándolo de haber sido impotente. Muchos escritores
elaboraron sobre esta historia. Dicen que cuando esa belleza entró en su habitación, lo abrazó, se
sentó en sus piernas y movió su cuerpo, Liu Shia no carecía de deseo sexual ni era impotente. Esa
noche la cena le había caído mal y cuando esa mujer lo abrazó, tenía un terrible dolor de
estómago y estaba cerca de vomitar. Realmente, no pudo reaccionar con la mujer, porque no se
sintió en buenas condiciones. Por eso, la inmovilidad de Liu Shia no tenía nada que ver con
determinación ni fortaleza, sino con un dolor estomacal.
Tengo mis propias apreciaciones en cuanto a la reacción sexual de la gente. Según me he dado
cuenta, el hecho de que algunas personas reaccionan más fuertes que otras se relaciona con su
constitución particular. Algunos experimentan urgencias sexuales tan fuertes que incluso llegan a
forzar a otros. Ellos experimentan una fuerte ansiedad sexual.

Otros tienen impulsos muy débiles, tan débiles que ni siquiera piensan en el sexo. Ellos son del
tipo asexual.

Tanto la ansiedad sexual como también la frialdad no sólo obedecen a razones físicas, sino
también psicológicas.

Según esta clasificación, ¿pertenecen Wang Shi y Liu Shia al tipo asexual que difícilmente se excita
sexualmente? Quién sabe.

Siempre he pensado que el deseo sexual del hombre y de la mujer forman parte de la naturaleza
humana y no puede ser considerado malo ni feo, ni es un tema del cual no se puede hablar. Las
personas ordinarias tienen el derecho de vivir una vida normal de matrimonio y sexo. Según los
preceptos budistas, el que no se comprometió con la vida monástica, puede vivir una vida normal
de matrimonio. Los preceptos budistas y la moral general sólo prohíben el incesto y el adulterio.
Además, para no excederse en los placeres carnales, se exige el control de los deseos sexuales.

Por ejemplo, las preocupaciones de Wang Shi estaban bien fundamentadas. Si el marido de Ying Yi
se hubiera enterado que Wang Shi tenía una relación amorosa con su amante, lo hubiera podido
matar.

Si Ying Yi se hubiera enamorado de Wang Shi y no hubiera querido separarse de él, entonces, ella
podría haberse suicidado.

Si Ying Yi y Wang Shi se hubieran enamorado de verdad, entonces, ambos pudieron haber
cometido suicidio.

La familia de Wang Shi hubiera sufrido mucho y su esposa pudiera haberse suicidado junto a sus
hijos.

Toda la sociedad hubiera quedado impresionada y la reputación de Wang Shi se hubiera


arruinado, ni hablar de su carrera.

Para las personas ordinarias es difícil reprimir y resolver sus impulsos relacionados con la
sexualidad y debido a ese descontrol se originan incontables desastres. Dondequiera suceden
problemas de esa índole en la sociedad contemporánea. Uno de los temas favoritos en muchas
portadas de revistas y periódicos lo componen los escándalos sexuales.

Por otro lado, los monjes y las monjas se comprometen con el celibato y el control de sus impulsos
sexuales. Lo hacen para dedicarse a la cultivación espiritual y a la práctica de la pureza. Ellos deben
eliminar sus deseos sexuales porque si no, obstruirían su progreso espiritual. Los monjes y las
monjas excluyen el sexo de su vida con el propósito de la cultivación y el deseo de alcanzar el
estado divino de la pureza. Por lo tanto, tienen que trascender el deseo sexual.

El Budismo esotérico, que yo enseño, presta mucha atención al control del deseo sexual. Nosotros
transformamos el deseo sexual en lugar de reprimirlo.
El que se dedica a las prácticas del Budismo esotérico y cultiva la energía interna, los canales y las
gotas de luz, gradualmente progresará hacia el estado de la meditación concentrada y la
estabilidad. En ese estado de concentración, la energía interna se mueve sin obstrucción por los
canales internos. Luego, las gotas de luz son transportadas hacia arriba y, cuando se alcanza el
nivel del no-derrame de las esencias, se experimenta un gran placer interno. Ese tipo de placer
supera ampliamente al placer sexual, dura más tiempo y es mucho más auténtico que lo que se
experimenta en una relación sexual.

Desde que he alcanzado esa experiencia de placer superior, de alegría sutil y del no derrame de las
esencias, vivo una vida tranquila, sin que surjan deseos sexuales. Ya no necesito ningún placer
mundano producido entre el hombre y la mujer.

Personalmente, pienso que es muy difícil para las personas con una fuerte ansiedad sexual
controlar sus impulsos. Para ellos sería una gran ventaja si se dedicaran a la cultivación de las
prácticas internas de energía, canales y gotas de luz, porque de este modo podrían trascender sus
deseos sexuales. Cuando internamente se logra transformar el semen del hombre y la sangre
menstrual de la mujer en energía, entonces, se resuelve el problema del deseo sexual.

Sinceramente, puedo asegurar al lector que la práctica del Budismo esotérico proporciona una
solución definitiva al problema del deseo sexual.

5. Bebo Té de las Raíces Superiores del Ginseng

¿Tienen los monjes y las monjas realmente ningún deseo sexual? ¿Cómo tratan los problemas de
la sexualidad?

El sendero de la cultivación espiritual es muy arduo. En Budismo, los preceptos de los monjes y
monjas prohíben los deseos sexuales. Muchos de ellos usan el método de la concentración y la
contemplación.

Concentración = represión de los deseos sexuales.

Contemplación = sabiduría de la transformación de los deseos sexuales.

Aplicar la sabiduría de la transformación incluye la contemplación del esqueleto, la contemplación


de la impureza y la contemplación de la vacuidad, con el propósito de alcanzar la iluminación.

Personalmente, durante los veinte años que vivía en Seattle, bebía el té de las raíces superiores
del Ginseng. Los monjes y monjas del Templo Ling Shen Ching Tze sabían que tomaba ese té todos
los días. Muchos de mis discípulos también lo sabían y algunos de ellos, que vivían en países muy
lejanos, adquirieron las raíces superiores del Ginseng por paquetes en los herbarios de la medicina
china tradicional para enviármelos a Seattle. Ellos sabían que yo, el Buda Viviente Lien-shen, bebía
té preparado con esas raíces.

¿Cual es el secreto de ese té de los raíces superiores del Ginseng?

Con la siguiente historia lo comprenderán.

Lien-hua Li-ye es la administradora de la sociedad Ch’an-kuan, ubicado en Carolina del Norte.


Mientras estuve ocupado enseñando el Dharma en ese lugar, ella salió a Chinatown para comprar
en una tienda de medicina tradicional la raíz superior de Ginseng con el deseo de ofrecer ese té a
su Gurú.

Lien-hua Li-ye dijo al farmacéutico chino lo que quería y él le respondió: “No podemos venderle
esto.”

“¿Por qué no?” Lien-hua Li-ye se sorprendió.

“Porque la parte superior de la raíz de Ginseng puede hacer daño.”

“¿Hacer daño?” Lien-hua Li-ye no comprendió.

El farmacéutico le explicó: “Si usted compra ese tipo de raíz y prepara té para su esposo, él
perdería su potencia sexual. Luego, si su esposo estuviera impotente, ¿no significaría eso hacerle
daño? Por esta razón, no podemos venderle la raíz superior de Ginseng.”

“Oh.” Lien-hua Li-ye no supo qué decir por un momento.

Finalmente, ella convenció al farmacéutico de venderle algunos pedacitos y pudo prepararme el


té.

Quiero decir a todo el mundo: Según la medicina tradicional china, la parte media de esa raíz es
muy nutritiva y los salientes fibrosos del Ginseng tienen un efecto muy refrescante para disminuir
el calor interno. En cuanto a la parte superior de la raíz de Ginseng, nadie la consume, la cortan y
la desechan.

El farmacéutico chino creía que nadie debería consumir esa parte, porque es una sustancia fría
cargada de energía yin. El que consume ese té se torna impotente. Más aun, el pene se encoge
poco a poco hasta parecerse a un frijol o un maní.

Por eso, cuando Lien-hua Li-ye pidió esa raíz, el farmacéutico sospechó que quería causar la
impotencia a su esposo.

No obstante, la parte superior de la raíz del Ginseng también proporciona beneficios. Al consumir
sólo un poco, el té puede parar el sangrado de la nariz.

He estado bebiendo ese té por veinte años. ¿Me habré tornado impotente? ¿Se convirtió mi pene
en un pequeño frijol?

¡Qué llegue cada uno a sus propias conclusiones!

He estado practicando la meditación del fuego interno, que transforma el calor disperso en el
cuerpo en un fuego puro y concentrado con el fin de eliminar las impurezas y la ignorancia. El
fuego impuro es el fuego de la ignorancia que aviva nuestro temperamento y los deseos, sobre
todo el deseo sexual. Este tipo de calor impuro debe eliminarse completamente. Por lo tanto,
bebo el té de la raíz superior del Ginseng, porque esa sustancia fría o yin puede neutralizar el
elemento yang del fuego en el cuerpo.

Las personas de la sociedad contemporánea no conocen la importancia de restringir sus


actividades sexuales y muchos incluso se arriesgan a tomar aquellas tabletas azules (Viagra). Se
dice que Viagra se ha convertido en el medicamento más vendido en el mercado actual, ya que
para muchos hombres proporciona una comodidad muy deseada.

Pues, cuando la sociedad contemporánea se divierte con Viagra, yo soy el único que bebe té de la
raíz superior del Ginseng.

Me doy cuenta de que cada vez me alejo más de las costumbres ordinarias de la gente. No es
simplemente la distancia, sino que miro hacia la dirección opuesta. No deseo lo que otros anhelan;
tampoco ellos se interesan en lo mío. Los hombres ordinarios toman Viagra y yo bebo el té de las
raíces superiores del Ginseng. ¿Qué conviene más?

6. El Decreto del Señor Yama, Rey del Bajo Mundo

En una ocasión, cuando visité en mi meditación profunda el bajo mundo, el Señor Yama se acercó
y me saludó muy respetuosamente. Se mostró muy reverente y me invitó a disfrutar una comida
excelente, con delicias muy raras de encontrar en el mundo humano.

Quedé muy sorprendido y sonriendo dije al Señor Yama: “Debe haber una intención escondida
detrás de tanta cortesía.”

El Señor Yama me respondió: “¡No crea! Algo muy serio me está preocupando.”

“¿Qué cosa?”

Me explicó: “Lo más importante en la vida es conservar la salud y no malgastar la fuerza vital en
desenfrenos y excesos sexuales. El que no toma eso en cuenta, daña su esencia interna y su
conducta se torna corrupta. El desenfreno y el exceso sexual son como un cuchillo afilado cuya
corte provoca la pérdida de la esencia, debilitando todo el cuerpo, incluyendo los huesos. De este
modo, la energía vital disminuye de una manera tal, que no se podrá lograr nada, si no se opta por
la cultivación. El que se involucra además en actos inmorales, crea mucho karma negativo. ¿Como
es posible que la gente no se de cuenta de la importancia del control de sus impulsos?”

“Estoy de acuerdo con usted,” le dije.

El Señor Yama continuó: “En el reino celestial se emitió un decreto y me lo entregaron a mí. Ahora
deseo pasarlo a usted para que lo difunda ampliamente en el mundo humano.”

“¿Por qué el Rey del Bajo Mundo quiere entregarme a mí de este decreto?”

Me explicó: “En el mundo entero, las personas que pueden entrar en meditación profunda son
muy pocas; de igual modo, son contados los que pueden trasladarse libremente por los Diez
Reinos del Dharma. También es verdad que sólo pocos se dedican a escribir libros del Dharma
todos los días sin interrupción y el número de los que pueden conversar conmigo, Rey del Bajo
Mundo, es aún menor.”

“¿Por eso me escogió?”

“Ciertamente,” afirmó.

Le dije: “Desde los tiempos de la antigüedad se emitieron muchos decretos.”

“Sí, pero este es más específico y detallado.”


El Señor Yama me lo entregó y yo sentía mucha curiosidad por leerlo. Dice lo siguiente:

Como ofensas sexuales y de adulterio deben entenderse:

Dedicarse a escuchar sonidos y expresiones eróticas que excitan el corazón y que inundan la
mente con pensamientos lascivos y desenfrenados; participar en conversaciones de contenido
promiscuo.

Conductas descritas como “Voyeurismo”, experimentando placer a través de la observación


escondida de otras personas en situaciones íntimas y actividades sexuales; filmar con cámaras
escondidas escenas de sexo y similares.

Actividades de flirteo y chismorreo, usando palabras atrevidas y de sexo.

Acoso sexual, tocar el cuerpo de otros para fines de molestarlos y excitarlos sexualmente.

Escribir libros pornográficos que contienen descripciones atrevidas de actos sexuales.

Llenar la mente con fantasías sexuales, imaginaciones carnales ofensivas y desenfrenadas. Generar
tales pensamientos desviados y fantasiosos, aunque no exista una condición desviada externa.
Esto incluye: Dedicarse a pensamientos maliciosos y dañinos después de intentos seductivos no
respondidos; reaccionar con deseos desenfrenados y obsesivos viendo a una mujer atractiva;
reaccionar con rabia y resentimientos al encontrarse en desventaja al lado de otros pretendientes;
reaccionar con celos al encontrar a otros mejor parecidos que uno mismo; enamorarse de una
belleza inalcanzable, generar fantasías y esperanzas en vano.

Procurar placer a través de la comercialización del sexo.

Cometer adulterio y dedicarse a actividades sexuales en forma indiscriminada, proyectando


dondequiera y cuando quiera deseos sexuales sin control.

Producir situaciones de esclavitud y prostitución sexual; traficar con seres humanos para fines de
sexo.

Raptar a otros y someterlos por la fuerza a abusos sexuales. (Violar y dañar la integridad física y
psicológica de otros compone una ofensa kármica muy severa.)

Contradecir la moralidad; dedicarse a actividades sexuales anormales y desviadas.

Llevar a cabo actos sexuales en lugares impropios, como por ejemplo en santuarios y delante de
estatuas sagradas que representan a deidades y Budas.

Dedicarse a la unión sexual bajo las luces del sol, de la luna y de las estrellas.

Corromper la virtud de un practicante espiritual; destruir su integridad y su concentración en el


sendero.

Dedicarse a relaciones sexuales durante un tiempo inapropiado, por ejemplo en el aniversario de


una deidad, en el aniversario de la muerte de los padres de la persona, etc.
Este decreto del Rey del Bajo Mundo se refiere principalmente a las faltas sexuales que envuelven
los ojos, los oídos, las manos, las palabras, el cuerpo y la mente.

Además de estos quince puntos, el decreto contiene muchas aclaraciones de pie de página que
amplían en detalle a lo que se refiere. Todo el texto es muy implícito, explicando claramente todas
esas ofensas kármicas.

Me recuerdo que un discípulo me preguntó una vez: “¿Sería una ofensa si alguien ofrece su cuerpo
por dinero?”

Respondí: “¡Claro, que es una ofensa!”

“La muchacha que se ofrece necesita dinero, de modo que se lo pago. Me parece aceptable, ya
que ambos obtenemos lo que deseamos.”

Le respondí: “Lea esto; lo que usted desea saber está descrito en el punto 7, que se refiere a la
comercialización del sexo.”

Una discípula femenina me preguntó: “¿Sería un acto ofensivo proporcionarle a otro el placer que
necesite?”

“Sí, es ofensivo.”

“Gran Maestro, ¿no nos enseñó usted que debemos ser complacientes con otros? Si yo ofrezco
placer a alguien sin pedirle ninguna recompensa, ¿sería esto realmente ofensivo? En cuanto a las
Cuatro Contemplaciones Inconmensurables (benevolencia amorosa, compasión, alegría y
ecuanimidad), lo que hago debe considerarse benevolencia amorosa y caridad.”

Casi me quedé sin palabra.

Este caso lo encontramos bajo el punto 8, cometer adulterio y dedicarse a actividades sexuales en
forma indiscriminada, proyectando dondequiera y cuando quiera deseos sexuales sin control.

En otra ocasión, un hombre me preguntó en privado: “¿Puedo tomar refugio en usted?”

Le confirmé: “Sí, puede hacerlo. No abandonaré a ningún ser sintiente.”

“Pero, soy un pervertido sexual.”

“¿Le atraen otros hombres?” Pensé que era un homosexual.

Me dijo: “No. Me da mucha vergüenza hablar de esto. Tengo la perversión de robar la ropa
interior usada de mujeres para ponérmela y coleccionarla. ¿Es muy ofensivo?”

“Ciertamente.” Me quedé sorprendido.

Avergonzado, él bajó la cabeza y yo le dije: “Según el presente decreto, la ofensa suya forma parte
de las fantasías sexuales, al dedicar su mente y su imaginación a ideas sexuales perversas. Aun
cuando las condiciones externas (la consumación) no se producen, la mente genera pensamientos
morbosos e ilusorios. A pesar de todo, usted puede tomar refugio. Luego encontraré una solución
a su problema y le ayudaré a vencer su perversión sexual.”
Según veo, la homosexualidad es un tema importante en la sociedad contemporánea. La causa de
la homosexualidad se relaciona con la constitución corporal como también con condiciones
psicológicas. Desde el punto de vista de la religión, la homosexualidad no puede escapar del
señalamiento de que sostener relaciones sexuales anormales constituye un acto en contra de la
moral.

Según el Budismo, que se atiene a la ley de causa y efecto, todos los deseos sexuales, tanto entre
hombres y mujeres como entre personas del mismo sexo, obedecen a causas y condiciones. El
gran valor de la enseñanza del Buda es que los Budas y Bodhisattvas comprenden muy bien las
causas. Pues, un gran Bodhisattva está muy atento y actúa compasivamente porque comprende
las causas y condiciones (de las cosas que pasan). En cuanto al deseo sexual de los hombres y las
mujeres, aparte de que se exprese de forma normal o no, los Bodhisattvas se concentran en
enseñar a los seres sintientes a apartarse de las prácticas malsanas y a desarrollar las virtudes para
que de este modo cambien sus causas y condiciones y se liberen de efectos y retribuciones
negativas.

Mi mensaje para los homosexuales es el siguiente: Ellos pueden practicar yoga budista, siempre
que se atengan al principio de la causalidad y que eviten actos que resulten en consecuencias
contraproducentes; de esta manera lograrán gradualmente disminuir sus deseos sexuales
desviados.

El deseo sexual y la causalidad están relacionados uno con el otro. Una relación de pareja se deriva
de infinitos siglos de transmigración. Este entrelazamiento continuo entre los seres puede volverse
un nudo de odio y de disgusto: primero se aman y luego se odian y causan daño uno al otro.

Un buen practicante espiritual puede disolver el surgimiento de pensamientos sexuales y evitar


complicaciones y dificultades sólo mediante la contemplación concentrada y sabia de las causas y
los efectos.

Un buen practicante espiritual, con infinita compasión, se eleva por encima de las causas del
deseo sexual, derivados de la confusión y de la ignorancia, y se libera de las ataduras mundanas.

Conocí el caso de un escritor que relató su vida en su autobiografía. Cuenta que en su juventud
estudió en un templo budista cómo practicar la meditación y desarrolló gusto en masturbarse
delante del altar de los Budas. De noche, con nadie a su alrededor, se masturbaba delante de las
estatuas con el propósito de ser visto por los Budas. Dijo que para él fue una experiencia
estimulante y confortante. Este tipo de comportamiento se debe a una compleja rebelión
psicológica y, naturalmente, esa persona cometió la ofensa de llevar a cabo actos sexuales frente a
estatuas de Budas y deidades, o sea, en un lugar inapropiado.

Pregunté al Señor Yama: “¿Qué me dice usted de todos esos hombres de la sociedad
contemporánea que toman Viagra para ser potentes y aumentar el placer carnal?”

El Señor Yama me respondió: “Lo que concierne las relaciones sexuales, hay varios preceptos y
reglas que observar. Por ejemplo, está prohibido tener sexo cuando se está enfadado, después de
hacer ejercicios, después de haber comido y bebido en abundancia, cuando se siente hambre,
después de sufrir una enfermedad seria, antes y después del parto, durante la menstruación,
cuando se tiene un resfriado y después de usar afrodisíacos y drogas que desinhiben.”
“¿Cuenta Viagra como afrodisíaco y droga que desenfrena?”

Me respondió: “Si alguien es impotente y depende de ese medicamento para recuperarse,


entonces su uso sería legítimo. Pero, si alguien que no es impotente lo usa para contrarrestar su
edad avanzada y su debilidad física con el fin de dedicarse a los placeres sexuales, esto sería
incorrecto y en este caso Viagra debe ser considerado como un afrodisíaco o una droga
desinhibidora.”

Escuchando sus palabras, me quedé impactado.

El Señor Yama dijo además: “La gente en general pasa por alto dos tipos de prohibiciones: No se
debe sostener relaciones sexuales cuando ocurre una eclipse del sol ni cuando ocurre una eclipse
de la luna.”

“¿Por qué estas prohibiciones?”

“Durante esos eventos, los campos magnéticos se alteran mucho; el yin y el yang pierden su
equilibrio y entran en conflicto.”

“¿Qué ocasiona esto?”

“Se formarán fetos defectuosos y deformes.”

El Señor Yama me dijo: “Tengo la esperanza de que, cuando salgas del samadhi, te dediques a
promulgar este decreto del Rey del Bajo Mundo, para que toda la gente se entere. Este decreto es
una exhortación a que cada persona proteja su salud y su estabilidad en la vida. Expresa
claramente el principio de obtener bendiciones mediante la práctica de las virtudes y la evitación
de las desinhibiciones y excesos sexuales. Esto no se limita sólo al adulterio, sino incluye a
cualquier actividad sexual. También las parejas estables deben observar los preceptos y
prohibiciones que se establecieron tanto para los devas en los cielos como para los seres humanos
en la tierra.”

Uní las palmas de mis manos en respeto al Rey del Bajo Mundo.

Igualmente, el Señor Yama, Rey del Bajo Mundo, hizo el mismo gesto, rogando que no tarde en
difundir este decreto entre la gente.

7. La Historia de un Famoso Pintor

Hay un pintor muy conocido de nuestro país, de nombre Tsao Wei. Inicialmente se especializó en
técnicas chinas, pero, más tarde se dedicó a pinturas en aceite al estilo occidental. Sus obras, que
se exhibieron alrededor del mundo, ganaron muchos premios y a la vez despertaron muchas
críticas.

Las obras de Tsao Wei eran muy liberales y sin disimulos. Tenía gran talento y usó una gran
variedad de estilos y métodos, incluyendo el realismo, el impresionalismo, presentaciones
abstractas e incluso toques espirituales.

En el tiempo en que yo todavía ofrecía consultas, me dijeron que Tsao Wei tenía interés en
visitarme. También yo quería conocer a Tsao Wei, pero, desafortunadamente, no habíamos tenido
la oportunidad de encontrarnos.
Luego, pasó un tiempo sin que nadie lo mencionara y casi lo olvidé.

Un día, me visitaron unos familiares de él. Me presentaron una fotografía y me pidieron ayudar a
esa persona, diciendo que su nombre era Tsao Wei.

Reaccioné con asombro: “¿Es el pintor Tsao Wei?”

“Sí, el es pintor.”

“¿El pintor que reside en Francia?” Casi no podía creerlo.

“Sí, él mismo.”

Miré atentamente al hombre en la foto y me pareció muy diferente a la imagen que tenía en mi
memoria de Tsao Wei. En ese retrato se veía muy acabado y enflaquecido y, con su cara delgada y
ojos hundidos, se asemejó a un cadáver.

“¿Qué enfermedad tiene?”

“Ninguna enfermedad específica,” respondió uno de los familiares.

Otro dijo: “Hay muchas opiniones diferentes.”

El padre de Tsao Wei explicó: “Su padecimiento es muy extraño. Un día, de repente sintió que su
cuerpo había perdido toda la fuerza y tuvo que quedarse acostado. Lo llevamos al hospital para los
chequeos de emergencia, pero los médicos no encontraron ninguna explicación de su estado.
Hasta la fecha, han tratado todo lo posible, aplicándole diversos métodos modernos de
diagnóstico, y aunque tienen muchas hipótesis, desconocen la causa de su quebranto. Le aplicaron
varios tratamientos, pero ninguno se ha mostrado efectivo.”

Pedí la fecha y la hora del nacimiento de Tsao Wei y entré en samadhi, fijándome en el retrato.

Vi a dos mensajeros volando desde el este hacia el oeste, vestidos de verde y azul; estaban
alzando una bandera que tenía inscrito el nombre de Tsao Wei. Luego, veía a un grupo de monjes
cantando sutras, tocando el ritmo con un pez de madera. Detrás de ellos seguió un grupo de
personas y todo pareció una procesión funeraria.

Moví mi cabeza y dije: “Prácticamente no queda esperanza.”

Reaccionaron con gran dolor.

El padre de Tsao Wei dijo: “Mi hijo es un joven muy inteligente y talentoso y su futuro se perfilaba
muy brillante. Es mi hijo único. Si se va, ¿qué esperanza queda a un viejo como yo?” No pudo
retener las lágrimas.

Pregunté: “¿Qué dicen los médicos?”

“También opinaron que ya no durará mucho.”

Dije: “Tanto tiempo oía sonar el nombre de Tsao Wei, pero no me fue posible conocerlo en
persona. Admiro su talento y vi algunas de sus exposiciones. Quería encontrarme con él durante
mucho tiempo y siento una profunda compasión por él.”
El padre de Tsao Wei dijo: “Como mi hijo no es un desconocido para el Maestro Lu, seguramente
usted encontrará una manera de ayudarle. Por favor, se lo ruego, ¡haga lo que pueda!”

Después de una pausa dije: “Trataré de aplicar un método para producirle un cuerpo sustituto, a
ver si tiene efecto.”

Recorté una figura humana de un pedazo de papel y le transferí energía espiritual. Entregué esa
figura a los familiares de Tsao Wei para que se la llevaran a su casa. Los instruí a escoger un día
“ch’u” del calendario lunar y quemar el papel fuera de la puerta trasera de su casa, junto con
algunos papeles dorados para los espíritus, y esperar a ver el resultado.

En mi meditación observé la situación.

Tan pronto quemaron el papel, aparecieron dos mujeres hermosas. Ambas estaban desnudas y
tenían gran belleza. La expresión de sus ojos era dinámica y encantadora y se veían sexy y
provocativas. Esas dos mujeres salieron por la puerta trasera y se quemaron junto con la figura de
papel, tornándose en humo.

¿Qué estaba pasando? No lo sabía, pero entendía que esos dos fantasmas femeninos habían
estado molestando a Tsao Wei.

Después, su familia me informó que había experimentado una ligera mejoría y que pudo comer
una taza de arroz glutinoso. No obstante, después de dos días recayó en la misma condición de
antes. Se sintió extremadamente débil y no se pudo mover.

La familia de Tsao Wei me pidió más ayuda. Recorté otra figura de papel y al aplicar el mismo
procedimiento anterior, Tsao Wei volvió a experimentar cierta mejoría. No obstante, a los dos
días, regresó a su estado anterior.

La cosa más extraña fue que, cada vez que se aplicó ese método de un cuerpo sustituto, aparecían
dos mujeres hermosas, siempre desnudas. Me fijé en cada una de ellas y noté que tenían una
belleza comparable con una Miss Mundo, aunque cada una a su propio modo. Pude distinguirlas y
ninguna era igual a la otra, sobrepasando una la belleza de otra.

Lo que veía, me dejó estupefacto. Después de todo, ¿cuántas de esas mujeres había? ¿Por qué
estaban poseyendo a Tsao Wei?

Hablé de eso con su padre: “Veo que hay un gran número de mujeres hermosas y desnudas
alrededor de Tsao Wei.”

Su padre reaccionó con dudas: “No puede ser.”

“¡Píenselo!”

El padre de Tsao Wei dijo: “Conozco el carácter de Tsao Wei muy bien. Es un artista. Aunque no
parezca muy serio y le gustan las mujeres en general, sólo sostiene relaciones cercanas con su
novia. Ha habido muchas mujeres que lo adoran, pero él nunca ha sostenido relaciones pasionales
con ninguna de ellas. Rechaza las relaciones casuales y se atiene a esos principios. Es imposible
que hubiera tenido tantas mujeres.”

El padre de Tsao Wei no se pudo explicar de dónde salían todas esas mujeres.
Evidentemente, tampoco yo lo comprendí.

Luego, la hermana de Tsao Wei recordó que su hermano había pintado cientos de cuadros de
mujeres desnudas. Sus exhibiciones habían sido sensacionales.

No obstante, esas pinturas de Tsao Wei levantaron grandes controversias, ya que exhibían
mujeres al desnudo sin disimulos. Se veían totalmente reales, enseñando todo, incluso las partes
íntimas. Además, las poses de esas mujeres hermosas despertaban sensaciones lascivas.

Es comprensible que la sociedad y los medios reaccionaron frente a esas exposiciones.


Preguntaban si era arte o pornografía.

Los moralistas se molestaron, porque en los desnudos de Tsao Wei se ven detalles de las partes
íntimas de las mujeres. Además, la expresión facial de cada mujer insinúa el deseo sexual y el
placer, de modo que para ellos no se trata de arte, sino de un exceso. Una pintura, que expone el
sexo, tiene la intención de provocar la sensualidad, lo que no concuerda con la moral y corrompe
la mente. Para los moralistas, las pinturas de Tsao Wei solamente se concentran en la sexualidad.
Con este tipo de arte, bajo el disfraz de la libertad, Tsao Wei no aporta nada constructivo a la
sociedad, sino que contribuye a la intranquilidad.

Los moralistas argumentan que la libertad del arte debe ser medida en términos de que no
interfiera con los criterios de otros. El arte sexual provocativo no promueve la virtud, sino que
abusa de la dignidad de la mujer y lleva a la gente a obsesionarse con el sexo. Una tendencia tan
promiscua realmente produce miedo.

Tsao Wei argumentaba que desde la antigüedad existen pinturas de mujeres al desnudo. Todos los
gestos y acentuaciones en ese arte tienen la finalidad de exponer la belleza del cuerpo humano,
incluyendo las expresiones faciales, que son la parte más difícil de retratar. Según él, la perfección
con que un artista logra revelar la naturaleza humana en sus pinturas es un testimonio de su
capacidad.

Un verdadero artista de la brocha fina disfruta al revelar o retratar aspectos de la naturaleza. La


naturaleza humana es natural y espontánea y el cuerpo al desnudo es inocente y hermoso; no hay
nada morboso en ello. El arte no puede ser restringido por límites intelectuales y morales, ni
puede conformarse con ser ultra-conservador y tradicional, sin la posibilidad de renovarse y
desarrollarse.

Tsao Wei no pretendía ofender a nadie; entendía que cada uno tiene su propio punto de vista.
Pensaba que las personas que criticaban sus pinturas al desnudo tenían mentes estrechas y
limitadas. Para él, su propio estado de mente era imparcial y puro, sin intenciones promiscuas ni
maliciosas.

Ambas partes expusieron sus argumentos en la prensa;

ambos defendieron sus puntos de vista;

manifestando cada uno su propia vibración.


Después de enterarme de que Tsao Wei había creado tantas pinturas al desnudo, sus familiares
me llevaron al sótano de su estudio de arte para ver su colección. Lo que más me impresionó era
que todas esas mujeres hermosas en los cuadros eran exactamente las mismas que había visto en
mi meditación.

Algunas tenían cabellos rubios, otras castaños y también había pelirrojas. Todas se veían muy
relajadas exhibiendo su belleza al desnudo.

Con mi clarividencia observé que cada una de esas mujeres estaba viva, lo que me asombró
profundamente. Esas mujeres vivían en torres y parques, parecidos a palacios imperiales. Sus vidas
transcurrieron en medio de lujosos jardines y terrazas.

La escena que vi se pareció al tiempo del Emperador Chie de la Dinastía Sia y al Emperador Chou
de la Dinastía Yin; ambos habían construido palacios con extravagancias extremas. El Emperador
Chou incluso tenía varios palacios y les dio nombres alusivos a sus encantos. Mantenía por la
fuerza a tres mil mujeres bellas en esos palacios. Las usaba para entretenerse y se pasaba el
tiempo con ellas dando riendas sueltas a toda clase de placeres desenfrenados y excitantes. El
Emperador Chou mandaba colgar carne de los árboles y llenar las piscinas de vino. Todas esas
mujeres andaban desnudas, riéndose y correteando en medio de fuentes de vino y bosques de
carne.

Había también músicos que componían y tocaban melodías estimulantes de los deseos. Cualquiera
que escuchaba esa música perdía la compostura. El Emperador gozaba viendo a las mujeres bailar
con gestos excitantes y lascivos.

Entonces, comprendí la verdad detrás de todo esto: Tsao Wei no era otro que el mismo
Emperador Chou.

Por medio de mi visión clarividente capté cómo Tsao Wei retozaba y disfrutaba sus días con
numerosas mujeres, sin hacer nada significativo. Incluso la médula de Tsao Wei estaba podrida.

Enseguida tomé la decisión: “Hay que quemar a todos esos cuadros.”

Sin embargo, la familia se opuso.

Dijeron: “Usted debe comprender que esas pinturas son piezas maestras y tienen mucho valor.
Además, son los trabajo favoritos de Tsao Wei.”

Pregunté: “¿Qué les importa más, su salud o su arte?”

Respondieron: “Naturalmente, su salud.”

Insistí: “Entonces, ¡quemen esos cuadros!”

Tal como lo había anticipado, al quemar esas pinturas se produjo un milagro. Anteriormente, Tsao
Wei se encontraba en un estado extremadamente frágil y débil, sin fuerza alguna. Prácticamente
no tenía esperanza de sobrevivir. No obstante, después de eliminar aquellas pinturas de mujeres
desnudas, experimentó una recuperación obvia y rápida. Era como si se le hubieran removido un
enorme peso de encima y sintió un gran alivio; era como un árbol viejo que de repente sacó
nuevos retoños. De las cenizas de los cuadros se produjo su recuperación.
Pronto, Tsao Wei volvió a comer y caminar y pudo quedarse levantado cada vez por más tiempo.
La circulación de su sangre y su energía gradualmente se equilibraron y su enfermedad quedó
curada milagrosamente.

Sólo en tres meses, Tsao Wei estaba plenamente restablecido.

Luego, le pregunté: “¿En qué estabas pensando cuando pintaste a esas mujeres?”

Me respondió: “Sentía placer, pero no un placer lascivo.”

“¿De verdad?”

Se sonrió y se quedó callado.

Le dije: “Esas pinturas eran fuertemente cargadas de lascivia. ¿Cómo crees que esto no saliera de
tu mente?”

Tsao Wei respondió: “La mente es el maestro de la brocha.”

Le dije: “Al exhibir pinturas de mujeres al desnudo despertaste el deseo sexual de la gente. No sólo
hiciste que se excitaran, sino que engancharan sus mentes e involucraran sus pensamientos. De
este modo estableciste la causa para degenerar hacia los tres reinos inferiores, compuesto por los
infiernos, los animales y los espíritus infelices.”

Tsao Wei aceptó lo que dije y movió su cabeza afirmativamente: “No volveré a pintar cosas
similares jamás.”

Comenté: “Desde la antigüedad hasta los tiempos actuales, desde el Este hasta el Oeste, siempre
ha habido artistas que crearon pinturas de hombres y mujeres al desnudo, queriendo exponer el
poder y la belleza física. El cuerpo humano, con su elegancia y gracia natural, es un objeto ideal
para un pintor. Sin duda, las líneas de un cuerpo al desnudo son hermosas, ya que reflejan
cualidades sublimes y hasta celestiales. No objeto este tipo de arte. Sin embargo, cuando el pintor
enfoca intensamente los atractivos sexuales, despertando reacciones de lujuria y cargando su obra
de aspectos libidinosos, el corazón del observador reacciona frente a tanta sensualidad y se
originan ofensas, aunque no sean aparentes.”

Tsao Wei comprendió lo que dije.

Luego, le hice la historia de Li Po-Shi, un famoso pintor de tiempos antiguos. Sus objetivos
principales habían sido los caballos. Día y noche, sus pensamientos giraban alrededor de caballos
sin que los pudiera parar por un momento.

Un día, cuando Li Po-Shi estaba durmiendo la siesta, llegó su buen amigo, el Maestro Ch’an (Zen)
Tung Siu. Fijó su mirada atentamente en Li Po-Shi y en un momento lo vio como un caballo, en
otro como un ser humano.

El Maestro Tung Siu despertó a Li Po-Shi y le dijo que, si continuaba pensando continuamente en
caballos, renacerá como un caballo.

Esto asustó a Li Po-Shi y se sintió profundamente tocado. Comprendió el mensaje y con sinceridad
agradeció esta enseñanza al Maestro.
8. Intestinos Cercenados

Cuando terminé el capítulo anterior “La Historia de un Famoso Pintor”, me vino a la mente el caso
de otro pintor de nombre Tien Ning. Tien Ning era un hombre bien parecido, elegante y
encantador.

Una vez, vino a mi consulta para una adivinación.

Le dije: “Te ves muy bien.”

Tien Ning se mostró muy contento.

Según mi observación, Tien Ning tenía un pasado muy bueno. Había nacido en el Condado de Lin-
pao en la provincia de Henan. Según la historia china, en ese lugar se ubicaba el Monte Chung-ku,
donde el Emperador Amarillo acostumbraba preparar ofrendas a cientos de deidades.

Tien Ning era muy afortunado por haber nacido en un lugar de una energía tan favorable y supe
que en su vida anterior formaba parte de la clase de los devas. ¿Qué quiere decir esto? Indica que
había sido una deidad celestial en vidas pasadas y que en la actualidad es una encarnación de una
deidad de nombre Yuan-chao. Yuan-chao era un deva de la naturaleza que gobernaba sobre
ciertas montañas, ríos y tierras. A menudo volaba por el espacio, visitando diferentes partes del
mundo y se deleitaba con la belleza de los panoramas. Desde el espacio irradiaba luces brillantes.
Residía en medio de las nubes del espacio en un área llamado Yuan-pu, o jardín celeste, desde
donde controlaba la zona.

Conté a Tien Ning acerca de su procedencia y él pensó que se trataba de una fantasía. Reaccionó
con una sonrisa al escuchar lo que le decía.

Realmente, esas cosas se parecen a un mito y si alguien no quiere creerlas, lo acepto sin
problemas, siempre que reaccione con una sonrisa.

Independientemente de si Tien Ning creía en mis palabras o no, decidió anexar en su tarjeta de
presentación dos ideogramas debajo de su nombre que decían Yuan-chao. También adoptó ese
apodo con sus amigos.

Según entiendo, la razón por la cual Tien Ning llegó a ser un pintor exitoso se debió a su amor por
la naturaleza… montañas verdes, agua de brillo plateado y estallidos de luces en el firmamento.

Después de un tiempo, cuando nuevamente me encontré con Tien Ning, me quedé impresionado,
porque se veía muy deteriorado.

Le pregunté: “¿Estás enfermo?”

“No.”

Dije con honestidad “Noto que has perdido mucha energía vital.”

Tien Ning levantó los hombros y subió su mano en un gesto de defensa. Parecía que lo que le decía
no le importaba en lo más mínimo.

Por mi parte, me sentí bastante preocupado por este pintor amigo mío y pregunté: “¿Quieres que
te ayude con una adivinación?”
“No me hace falta.”

No obstante, le advertí: “Debes estar muy cuidadoso, ya que tu energía vital primaria está
agotada, lo que indica que vas a sufrir una desgracia.”

Tien Ning respondió: “Gracias por tu consejo. Estoy bien y todo está en orden.”

De hecho, aunque Tien Ning no decía nada, capté que algo andaba mal. Anteriormente, tenía una
capa de luz blanca alrededor a su coronilla que había desaparecido. Me preocupé, porque en lugar
de la luz blanca vi una capa de vapor oscuro. Gradualmente, esta capa oscura cubrirá todo su
cuerpo y, luego descenderán los desastres sobre él.

Poco después, me encontré con su mejor amigo y le pregunté: “¿Cómo está Tien Ning?”

“No podía estar mejor.”

“¿Qué quieres decir con esto?”

“Está teniendo muy buena suerte con una mujer.”

Luego, el amigo de Tien Ning me contó lo siguiente:

Una noche, Tien Ning tomó el último tren a su casa y en el compartimiento sólo había dos
pasajeros: él y una mujer. Ella se sentó en el asiento en frente y se miraron mutuamente. A
primera vista, esa mujer le cayó bien y le pareció muy atractiva. No sólo era hermosa, sino
también elegante. No usaba maquillaje y se veía muy bella. La ropa que tenía puesta era sencilla,
pero bien refinada.

En lugar de evadir los ojos de Tien Ning, ella reaccionó con miradas bien seductoras.

Entonces, Tien Ning la preguntó: “¿Está usted sola?”

“Naturalmente. O, ¿ve usted alguien conmigo?” La mujer se mostró divertida.

Tien Ning se reía, ya que su pregunta había sido muy tonta.

“¿A dónde está su esposo?”

“Mi esposo murió recientemente.”

Bueno, se trataba de una viuda; y ¡qué viuda!

La expresión de la cara de la mujer era difícil de definir, entre sonriente y seria. Su mirada directa
ponía el corazón de Tien Ning a volar.

El cabello de la mujer era bonito y suave, su boca pequeña como una cereza, sus dientes como
brillantes conchas blancas y su piel se veía tan suave… Estaba vestida de negro, lo que acentuaba
su piel hermosa y su cuerpo gracioso.

Tien Ning conversó muy amenamente con ella. Ella le contó que, como su esposo estaba muerto,
ella necesitaba una ocupación para producir su sustento. Tien Ning inmediatamente le propuso un
trabajo como modelo.
La mujer respondió: “Una modelo tiene que tener una figura muy bonita. ¿Le parece que puedo
calificar?”

Tien Ning le respondió: “Su figura es exquisita.”

“¿Realmente?” Los ojos de la mujer chispearon.

Tien Ning se animó y dijo: “¡Vamos a ver! Lo sabré tan pronto le pase la mano.”

Sorprendentemente, en lugar de evitar que Tien Ning la tocara, ella se levantó y terminó sentada
en sus rodillas. Entonces, con ese cuerpo tan suave en sus brazos, la mente de Tien Ning quedó
atrapada y sus manos se movieron sin control. Luego también su boca entró en ese juego.

Finalmente, el tren llegó a su destino y se detuvo. Los dos bajaron y caminaron en plena noche
hacia un hotel.

Aunque la mujer había enviudado recientemente, se mostró muy desenfrenada. Después que se
excitó sexualmente, quería quemar ese fuego hasta el final, para sentirse completamente
satisfecha, como si no existiera más nada.

Como un pulpo de ocho tentáculos, esa mujer abrazó a Tien Ning. Al parecer, tenía más
experiencia que él; se mostró muy diestra, tanto para el ataque como para la defensa. De este
modo, Tien Ning cayó preso de su pasión.

Después que yo supe esto, comencé a temer por la vida de Tien Ning.

Al nacer, había traído consigo muy buena energía vital desde su vida previa. Podía haberse
convertido en un gran practicante espiritual. Por eso, traté de liberarlo y transformar su vida y le
enseñé a recitar: “Confieso todas mis transgresiones cometidas desde tiempos inmemoriales,
originadas por los apegos, el odio y la ignorancia, arrepintiéndome de ellas profundamente.”

Por medio de la cultivación espiritual, el practicante se beneficia de la luz pura y de la transmisión


del Dharma por parte de los Bodhisattvas, con la finalidad de eliminar y purificar sus ofensas
kármicas que cometió desde tiempos inmemoriales, para obtener un renacimiento iluminado por
la luz de los Budas. Por lo tanto, en adelante no debe cometer otras ofensas.

Incluso traté de persuadir a Tien Ning a que renunciara del mundo, ya que poseía condiciones
kármicas para ser un buen monje. Pensé, qué maravilloso sería si aceptara la vida de un
renunciante.

“En el primer nivel de votos, uno promete acabar con todas las impurezas dentro de sí; en el
segundo, uno promete cultivar todas las virtudes; en el tercero, uno promete liberar a todos los
seres sintientes.” De ahí en adelante, se puede llegar a la perfecta maduración hasta alcanzar la
Iluminación. Luego, uno se compromete con el Buda-dharma para todas las vidas futuras, con
manifestar la mente del bodhi (bodhicitta) y con practicar el sendero de los Bodhisattvas.

Me desperté de mi sueño y me sentí muy triste. Tantos pensamientos surgieron al margen de mi


meditación tranquila durante la noche.

Tien Ning se había corrompido. Había caído preso de sus placeres carnales. Lo veía claramente.
Incluso había un espectro que llenaba con sus exhalaciones de vapor oscuro la capa energética del
cuerpo de Tien Ning. Ese espectro vestía una camisa roja y pantalones cortos, estaba descalzo y
sostenía un cuchillo de carnicero en las manos. Con gran furia, corría alrededor de Tien Ning y
gritaba: “¡Te voy a cortar los intestinos! ¡Te los voy a sacar!”

La capa oscura se extendió gradualmente por todo el cuerpo de Tien Ning.

Pregunté al espectro, quien era.

“¡Un carnicero!” (Luego supe que había sido administrador de un matadero.)

“¿Qué quieres hacer?”

“¡Matar a este tipo!”

“¿Por qué?”

“Él sostiene relaciones amorosas con mi esposa y quiero vengarme de él.”

Escuchando esto, me asusté aun más y temía por la vida de Tien Ning. El esposo de esa señora
estaba muy ofendido. No se debe pensar que tener relaciones íntimas con una viuda no importa
porque su esposo está muerto. En este caso, el esposo se había convertido en un espectro celoso
que protegía a su esposa y quería vengarse de Tien Ning.

A pesar de todo, yo aun tenía la esperanza de poder rescatar a Tien Ning.

Con mi mano izquierda formé el mudra que penetra el tiempo y con mi mano derecha el mudra de
dar órdenes y recité la siguiente invocación: “¡Que este mensaje se difunda en el círculo que
abarca el cielo y la tierra! Según el capítulo nueve del decreto celestial, ¡que los oficiales divinos
actúen bajo mi mando! ¡Que desciendan y se hagan presentes rápidamente!”

De una vez una deidad descendió del cielo y se identificó como el oficial a cargo. Me preguntó:
“¿Qué puedo hacer por usted? Con todo el respeto, he venido a recibir sus órdenes.”

Respondí: “Se trata del lamentable caso de Tien Ning.”

El oficial reaccionó: “Es una lástima. La ética está decayendo cada vez más en el mundo humano.
La moral anda por el suelo mientras las tentaciones carnales van en constante aumento y la gente
se hunde más y más, sin lograr recuperar el control de sí mismo. Tan pronto surge un pensamiento
en la mente de alguien, aunque esto no es visible ni puede ser detectado por otros, las deidades se
enteran enseguida. Por eso, lo que está pasando con Tien Ning, el Cielo lo sabe y su nombre fue
borrado de la lista del registro de los devas celestiales. Aunque es muy triste, ya no lo podemos
salvar.”

Investigué: “Si le quitaron su rango, ¿qué consecuencias tendrá esto para él?”

El oficial a cargo me respondió: “Originalmente, Tien Ning perteneció a la clase de las deidades.
Pero, decayó cuando no se controló y sedujo a la viuda para sostener relaciones íntimas con ella.
En su caso, le tocan quince castigos. Además de perder su registro como deva, su alma está
destinada a la degeneración. Cuando muera, tendrá que ir a sufrir en el infierno del diamante
(Avici). Luego, renacerá en el reino animal y vivirá como un ser bruto.”

“¡Esto es horrible! ¿No habría alguna oportunidad para él?”


El oficial respondió: “Tien Ning debe reconocer su falta y arrepentirse rápidamente. Debe volver a
cultivar las virtudes diariamente. Debe confesarse delante del oficial a cargo de la extensión de la
vida, delante del oficial de las estrellas, del sol y de la luna y delante de las deidades de las
montañas, ríos, fuentes, caminos y casas.”

“¿Por qué debe confesarse delante de todos ellos?”

El oficial dijo: “Aunque pertenece al rango de las deidades, no comprendió sus restricciones en
cuanto al sexo. Ha actuado sin tomar en cuenta su naturaleza innata, llena de virtud, y ha
permitido que sus tendencias inferiores continuamente tomaran el mando. Ha caído en la
tentación y está hundiéndose cada vez más profundo en un mar de sufrimientos. Al sostener
relaciones sexuales sin control, a cualquier hora y en cualquier lugar, ha ofendido las tres luces del
sol, de la luna y de las estrellas, como también a los oficiales a cargo de las montañas, ríos y
demás.”

Me quedé fuertemente impresionado cuando escuché esto.

“Si Tien Ning no llega a confesarse, ¿qué sucederá con él?”

“Sus intestinos serán cercenados, pedazo por pedazo.”

Después de decirme todo esto, el oficial a cargo se alejó en los brazos del viento.

Como se trataba de un caso tan urgente, me apresuré a ver a Tien Ning. Le dije todo lo que me
habían informado.

Tien Ning no se impresionó y reaccionó con indiferencia. Dijo: “Es verdad, el esposo de mi amante
era carnicero. ¿Y qué? Mientras pueda estar con esa mujer, sólo admiro los patos mandarines y no
me preocupa la inmortalidad. Como hombre, estoy disfrutando el mayor placer de este mundo.
No me importan el sol, la luna, las montañas, los ríos y el mar.”

Le advertí: “Debes comprender que ni los desastres ni las bendiciones vienen de la nada; son los
mismos seres humanos que los causan. Un sabio transforma los deseos sexuales y sólo ese logro
proporciona el verdadero placer supremo. Glorioso, el sabio camina libre, no tiene limitaciones y
trasciende la dualidad de sí y de otros.”

“No entiendo lo que estás diciendo. No soy ningún sabio.”

“¡Debes arrepentirte rápidamente!”

“No tengo que arrepentirme de nada.”

“Si no te arrepientes, tendrás que sufrir mucho y te cortarán los intestinos.”

“Prefiero convertirme en un fantasma, antes de abandonar los placeres carnales.”

Tien Ning simplemente no quiso escucharme.

Luego le mandé una carta que decía:

“Es tiempo que comprendas lo siguiente: la forma, incluyendo el cuerpo, es en sí vacía, como
también son vacíos los placeres derivados de la forma. Los apegos a tales placeres, como si
realmente se poseyera algo, igualmente son vacíos. ¿Por qué causarse tanto daño con el deseo
sexual? ¿Por qué perseguir gustos momentáneos? Si se investiga más a fondo el placer sexual, se
cae en cuenta que realmente no existe. El sexo es vacío y el placer que se busca obtener por
medio de él está también vacío. Todo lo relacionado con el sexo es ilusorio y vacío; no hay
absolutamente nada que se pudiera obtener por medio de él.

“Debemos recuperar e imponer las reglas morales entre los hombres y las mujeres. La razón por la
cual los seres humanos se diferencian de los animales es precisamente su capacidad moral. Si
alguien se corrompe y se dedica a actividades sexuales sin control, esto significa que actúa como
un animal en un cuerpo humano. En este caso, aunque se trate de un ser humano, su
comportamiento es peor que el de una bestia.

“No obstante, todos los seres sintientes se reproducen debido al deseo sexual. Por lo tanto, todos
traen consigo apegos sexuales y deben cuidarse para no caer en la trampa del desenfreno carnal
para luego no poder controlarse. Por eso, debemos practicar la contemplación de la impureza, la
contemplación del esqueleto y la contemplación de la vacuidad; entonces seremos capaces de
extinguir los apegos sexuales y mantener el pensamiento correcto y la pureza.”

Le envié la carta a Tien Ning, pero no me contestó ni una sola palabra. Me di cuenta que esto era
un caso sin esperanza.

Algunas personas piensan: “En este tiempo moderno, suena demasiado anticuado cuando Sheng-
yen Lu advierte en contra del adulterio. Estamos en la edad de la liberación y los hombres y las
mujeres están libres de hacer lo que quieran. Este es un tiempo abierto a las posibilidades.”

La gente en general argumenta: “¿Por qué no hacerlo, si eso es lo que se quiere?”

Muchos dicen: “No nos interesan los aspectos profundos del amor, queremos disfrutar el placer
del momento.”

Entre los conceptos populares en la sociedad actual está: Viagra, condones, juegos sexuales,
perversiones, orgías sexuales, teatros obscenos, strip tease y otros más. Es obvio que este mundo
está obsesionado con el sexo y la industria en ese campo florece. La gente ya no se alerta frente a
los efectos dañinos del libertinaje sexual, ni presta atención a los desastres que esos actos pueden
crear.

Según se observa, la tendencia a obtener placer por medio de las posesiones materiales se ha
desplazado gradualmente hacia el sexo y ahora observamos la creación de bares para los viernes,
de hoteles de una noche, la búsqueda de compañeros sexuales, citas por Internet, etc.

Yo, Sheng Lien Lu, Buda Viviente Lien-shen, soy un practicante espiritual que está observando lo
que pasa en esta sociedad moderna. Soy una persona que optó por vivir en soledad; dedico mi
tiempo a escribir libros y entrar en samadhi profundo (meditación). Debido a mis habilidades
psíquicas, conozco a todos los reinos del Dharma y estoy al tanto de los desastres que se derivan
del deseo sexual. Estoy profundamente preocupado por la gente.

Sin embargo, mientras estoy promulgando la observación de los cinco preceptos, que incluyen el
adulterio y demás transgresiones sexuales, yo mismo he sufrido grandes desafíos y limitaciones
por haber sido objeto de acusaciones y defenderme sería muy complicado.
Siempre me he manifestado claramente en contra del adulterio y si algún discípulo estuviese
envuelto en este tipo de transgresión, él no podrá esperar ningún logro en absoluto.

El Surangama Sutra constata: “Sería igual a cocinar granos de arena en lugar de granos de arroz.”
Analizando esta frase, se comprende el mensaje.

Debido a mis habilidades espirituales puedo trasladarme por los Diez Reinos del Dharma y capto
en qué medida el deseo sexual está detrás de los desastres y de las bendiciones que los seres
sintientes experimentan. No solamente los practicantes espirituales deben atenerse a los
preceptos, también conviene que las personas en general los observen, ya que regulan la
conducta. No sería correcto que únicamente los budistas se rijan por esas reglas, mientras las
demás personas no lo hagan, ya que ningún acto cae fuera de la ley de causa y efecto. Está muy
claro y lo puedo confirmar que la conducta sexual tiene que ver con las bendiciones y el bienestar
de los seres sintientes; nadie, sin excepción, puede escapar a la ley de la retribución.

Es muy triste que las personas de este tiempo, que quieren ser modernas, consideren mis
enseñanzas sobre las consecuencias del libertinaje sexual demasiado pedantes, conservadoras,
prudentes y elevadas, al no permitir el desafío y el coraje.

Me doy cuenta que los seres contemporáneos están perdiendo la racionalidad porque únicamente
se interesan en conseguir placeres y entretenimientos. Para ellos, el placer del sexo significa lo
máximo y los principios, como los de la moral, han caído en el olvido. He sabido de casos en que
padres sostuvieron relaciones sexuales con sus hijos, hermanos con hermanas, personas con
perros y adultos con niños.

No puedo soportar viendo esa degeneración de los seres humanos, ni el desprecio que muestran
hacia las enseñanzas sagradas y profundas. Al ser un practicante que posee facultades espirituales,
aunque muchos budistas me rechazan como un herético, me he comprometido con escribir libros
como Vivir Atento a la Pureza y Vivir Atento a la Iluminación. Soy un Iluminado y a la vez soy una
persona comprensiva. Quiero escribir y advertir acerca de los desastres que el desenfreno sexual
causa. En medio de la fuerte tendencia general de concebir al sexo como prioridad número uno, se
requiere mucho coraje para escribir y publicar libros como los presentes.

El que presta atención, aprende que los placeres y entretenimientos sexuales no duran más que
un momento y sus efectos no son otra cosa que sufrimiento, vacuidad e impermanencia. La gente
sólo procura el placer temporal y no se da cuenta de las penas eternas que esto envuelve.

Dedicarse a actividades sexuales sin restricciones origina muchos problemas, tales como
enfermedades, envejecimiento prematuro y una duración corta de la vida. Además, afecta el
estatus social, arruina la reputación, acaba con la fortuna y crea enemistades.

Desde el punto de vista de la ley de causa y efecto, la persona que comete transgresiones sexuales
no renacerá como un ser humano, sino que degenerará hacia el nivel del animal. El libertinaje
realmente es la causa de grandes desastres. Estoy explicando este tema muy claramente. ¿Cómo
puede ser que alguien no lo comprenda?
El precepto de no cometer adulterio ni otras transgresiones sexuales, impuesto por el Budismo,
puede dividirse en dos aspectos: uno psicológico y otro físico. En cuanto al aspecto físico, hay
métodos de adquirir el control mediante las prácticas del Budismo esotérico.

Sabemos que es posible renacer como un sabio, pero hay demasiado pocos casos en que alguien
renazca como tal. La mayoría de la gente viene como seres ordinarios. ¿Por qué se apegan tanto al
sexo? Es porque la semilla del deseo sexual forma parte del cuerpo físico de cada uno. Los seres
humanos nacen del semen del padre y de la sangre menstrual de la madre y, por tanto, contienen
dentro de sí la semilla de la sexualidad.

Por otro lado, el deseo sexual puede manifestarse en forma refinada y gradual o en forma súbita e
intensa. Cuando en la vida de una persona se presenta una afinidad kármica, esto causará que esa
persona se enamore instantáneamente y pierda la cabeza.

Las actividades sexuales legítimas de un budista laico no son prohibidas cuando concuerdan con el
Buda-dharma. Sin embargo, aun tratándose de conductas sexuales legítimas, se debe ser
cauteloso y mantener la vigilancia para no caer en la autocomplacencia. Para los monjes y las
monjas, evitar el surgimiento de deseos sexuales es absolutamente necesario. Deben estar
entregados a la cultivación de la mente y del corazón y dedicarse diariamente a las prácticas
espirituales.

Personalmente, soy un practicante que realmente efectuó exitosamente las prácticas esotéricas
del Dharma de la Escuela del Verdadero Buda. Aplicamos tres prácticas que eliminan el deseo
sexual:

La Práctica del Fuego Interno – también llamado Meditación del Fuego Interno, que requiere como
base el dominio del Vaso Precioso de Energía (Chi).

La Práctica del No-derrame – que usa el fuego interno para transformar las gotas de luz en
energía; forma parte de las Seis Prácticas del linaje de los Sakya y permite acabar con los derrames
de las esencias.

La Práctica de las Gotas de Luz – que pone el agua a descender y el fuego a ascender,
transformando las gotas de luz en energía que circula dentro del cuerpo. En este proceso se abren
los tres canales internos, giran las siete ruedas de los chakras y todo el cuerpo se llena de luz.

Con el logro de estas tres prácticas, se obtiene lo siguiente:

El deseo sexual desaparece por completo (en su lugar, se experimenta el gran placer supremo).

La pérdida de semen cesa y, en el caso de las mujeres, el flujo menstrual cesa.

Todo el cuerpo irradia luz pura. (En Budismo esotérico, este estado es conocido como el logro del
Gran Placer Supremo, junto con la manifestación de la Clara Luz.)

Siendo yo un cultivador exitoso de las prácticas esotéricas del Dharma del Verdadero Buda,
efectué las prácticas del Fuego Interno, del No-derrame y de las Gotas de Luz y alcancé los
resultados. Comprendo perfectamente cuán difícil es para los seres humanos trascender
completamente el deseo sexual. No obstante, a través de mi propia práctica, además de la
cultivación de la mente y del espíritu, he podido comprobar y demostrar la eficacia del no-
derrame, de la pureza, de la luz y del gran placer supremo.

Soy un practicante genuino y puro. He realizado el no-derrame y he efectuado la Gran Perfección,


una práctica elevada del Budismo Esotérico.

Naturalmente, estoy consciente de que una persona como yo es muy rara en este mundo. Sería
maravilloso si todos los seres sintientes pudieran practicar el Dharma Esotérico del Verdadero
Buda, para que su sueño de alcanzar la Tierra Pura pueda convertirse en realidad.

Al concluir este capítulo, quisiera terminar la historia de Tien Ning.

El deva Wen Chang me dijo: “Según el curso natural de las cosas, la retribución por haber
cometido ofensas sexuales se presenta muy rápidamente. En su ignorancia, los infractores no
temen la retribución y continúan sus desenfrenos. No se dan cuenta de que al no restringir sus
placeres, el desastre llega velozmente. ¡Ojalá que todo el mundo escuchara mis instrucciones!
Desde los tiempos antiguos, es bien sabido que sólo alguien que se ajusta a los principios morales
puede recibir bendiciones. Por otro lado, el comportamiento no virtuoso atrae la desgracia. Las
generaciones de antes aceptaron con mayor facilidad las enseñanzas de los principios morales ya
que conocieron un caso histórico en que, como consecuencia de actos libertinos, se destruyeron
estados y se arruinaron familias enteras. El contenido del Libro de las Canciones es una denuncia
de la degeneración corrupta, causada por el adulterio, las uniones libres y los excesos licenciosos e
inmorales, que son abusos que manchan la naturaleza pura del ser. El que tolera y comete esos
actos, destruye su propia reputación. Si no se purifica, no podrá esperar ser un invitado en el
palacio celestial para disfrutar de fragancias divinas. ¿Cómo sería posible que alguien de mala
reputación recibiera bendiciones divinas? Es una lástima que los pecadores no se den cuenta que
tendrán que sufrir la retribución por haber abusado de su cuerpo, por haber dañado su reputación
y por haber cometido actos sexuales indebidos. Sólo es natural que, lo que se causó, tenga su
efecto. Para evitar fuertes retribuciones kármicas, es necesario purificar la mente.”

Debido a su desenfreno sexual, Tien Ning tuvo que sufrir una retribución terrible.

Una noche, durante una tempestad ciclónica, Tien Ning salió a la calle. Los árboles se torcían bajo
los fuertes vientos, las ramas se quebraron y las hojas volaron por el aire. No había gente en la
calle.

De repente, un letrero, elaborado con una afilada placa metálica, se desprendió con el viento y
voló por el aire. En un instante, se clavó en el vientre de Tien Ning, produciéndole una terrible
herida. El corte fue tan profundo, que una parte de sus intestinos salieron fuera de su cuerpo.

Tal como se había dicho, su intestino quedó cercenado y la sangre corrió por la calle. Tirado en el
suelo, Tien Ning gritó en agonía.

Cuando la ambulancia llegó, Tien Ning había perdido demasiada sangre y murió.
El pecado de Tien Ning había sido sostener relaciones sexuales con una viuda, destruyendo su
castidad. Por eso, cayó al infierno donde tendrá que sufrir durante ocho cientos kalpas. Luego,
durante otros ocho cientos kalpas renacerá como oveja o cerdo para ser matado por la gente. Sólo
después podrá renacer como ser humano, pero será ciego y mudo.

Para llamar la atención de todos, escribo los siguientes versos:

En medio de un mar de tentaciones sexuales,

los seres sintientes viven confundidos.

No saben cuánto daño los desenfrenos causan

y jamás controlan sus deseos.

No se deciden a cultivar la pureza

prefiriendo seguir ignorantes,

aun cuando la muerte está cerca.

9. Lo que Sucedió en el Templo de la Deidad Patronal Ching-ku

Ese templo, dedicado a la deidad patronal Ching-ku, también se conoce como Templo de la Señora
Lin-shui. Esa deidad femenina se ha demostrado sorprendentemente responsiva, lo que ha atraído
a un gran número de fieles. El abad de ese templo, de nombre Cheng, me contó una interesante
historia y la relato a continuación.

Una noche, el abad soñó que Ching-ku se manifestó delante de él. Su cara se veía pura y hermosa;
en su mano derecha sostenía una preciosa espada y en su mano izquierda una espiral hecha de
cuerno, parecido a la estatua principal del templo. Vestía un traje divino y emitía luz dorada. Le
atendían dos niños, de apariencia linda y transparente. Un niño cargaba el desempolvador de la
inmortalidad y el otro un abanico precioso.

Respetuosamente, el abad unió las palmas de sus manos y preguntó: “¿Es usted la Señora Lin-
shui?”

Ching-ku asintió.

“¿Vino a este lugar humilde para darnos alguna instrucción?”

Ching-ku respondió: “En estos días, un caballero llamado Ling-yuan viene regularmente a este
templo. Desde la coronilla de esa persona se emiten coloridas luces y su cuerpo tiene el resplandor
de los cinco colores. Cuando toma asiento, le acompañan varios seres divinos cuyas luces
interactúan con las de él.”
Escuchando esto, el abad se sorprendió y dijo: “El Sr. Ling-yuan no tiene nada en especial; ¿cómo
es posible?”

Ching-ku reaccionó: “¿Cómo podría una persona ordinaria, con ojos materiales, captar la eficacia
espiritual de alguien?”

Entonces, el abad preguntó: “¿Qué debo hacer cuando esa persona viene a visitar el templo?”

Ching-ku le dijo: “Debido a que Ling-yuan tiene el mismo rango que yo, me perturba el hecho de
que él tome asiento abajo, mientras mi asiento esté arriba. Usted tiene una silla de loto hecho de
sándalo, que es el objeto de mayor valor de este templo. Sería bien que se le invite a sentarse en
ella y que se le sirva té de la mejor calidad. De este modo, me sentiría satisfecha y mi mente
estaría en paz.”

El abad respondió: “Cumpliré con su deseo.”

Luego indagó: “¿Cuál es la historia de este caballero Ling-yuan?”

Ching-ku contestó: “Esta persona es el discípulo principal de Po-Shiu y Po-Shiu viene del templo
taoísta Lu-shan, ubicado en Chin-ling. Durante veinte años, Ling-yuan practicó los métodos
taoístas que le fueron transmitidos en el Templo Lu-shan y alcanzó un grado elevado; además,
adquirió algunos poderes sobrenaturales. También yo soy discípula de Po-Shiu y, por eso, Ling-
yuan y yo pertenecemos al mismo rango.”

El abad se sorprendió: “¿No es usted Ching-ku?”

“Soy un cuerpo de división.”

“¿Cuál?”

“La deidad con la cabeza de paja que se deriva de Ching-ku.”

El abad no lo comprendió y preguntó: “¿La deidad con la cabeza de paja?”

Ching-ku respondió: “La deidad principal es Ching-ku y tiene cuerpos de división tan numerosos
como las pajas. Uno de sus cuerpos de división se llama ‘deidad con la cabeza de paja’ y es un
espíritu de división de la deidad principal.”

El abad aun no estaba muy claro en cuanto a esto y Ching-ku le pidió no hacer más preguntas. No
tenía importancia si él entendía o no, mientras cumpliera con su deseo.

Después de despertar de ese sueño, el abad procedió según las instrucciones de la deidad. Cada
vez que el Sr. Ling-yuan vino, le llevó el asiento de loto y lo invitó a sentarse en él. También le
preparó té de las mejores hojas que encontró en la tienda. En todos los aspectos, el abad trató al
Sr. Ling-yuan con mucho respeto.

Luego, incluso comprobó que el Sr. Ling-yuan verdaderamente poseía cierta eficacia espiritual.
Cuando decía que iba a llover, efectivamente llovía; cuando decía que venía una tormenta, se
cumplía; y cuando anunciaba la llegada de un ciclón que causaría inundaciones, asimismo ocurría.
Su predicción del tiempo mostró incluso una exactitud mayor que la de la oficina meteorológica,
porque ésta publica siempre la noticia demasiado tarde. En Taiwán, la gente se ríe de esa oficina y
la mencionan con palabras descalificadoras.

En varias ocasiones, el abad y el Sr. Ling-yuan disfrutaron de algunas conversaciones.

Después de un tiempo, el abad de nuevo vio a Ching-ku en su sueño. Esta vez, sólo le dijo: “En
adelante, no necesitas sacar más el asiento de loto para el Sr. Ling-yuan, tampoco tienes que
prepararle té.”

“¿Por qué?” El abad no lo entendía.

“Las luces de colores, que antes envolvían su cuerpo, se le quitaron. Volvió a ser un hombre
ordinario y los seres divinos que antes lo acompañaron, lo abandonaron.”

“¿Por qué?” El abad estaba sumamente sorprendido.

Muy molesta, Ching-ku le contestó: “Pregúntaselo a él, entonces lo sabrás.”

Cuando el abad despertó de su sueño, se sintió confundido. Primero, Ching-ku quería que tratara a
Ling-yuan con distinción y ahora le dio órdenes contrarias. A pesar de no comprender la situación,
tenía que obedecer a su disposición.

Cuando la actitud del abad cambió bruscamente, el Sr. Ling-yuan se dio cuenta. Además, el abad le
preguntó a qué se había dedicado recientemente.

“¿Hay algo fuera de orden?”

“Ching-ku está muy enojada.”

El Sr. Ling-Yuan bajó su cabeza, quedándose pensativo por un rato. Luego dijo: “Ahora no me
sorprende que mi inspiración y mi intuición sufrieran cambios. Parece que muchas de mis
habilidades psíquicas ya no están funcionando y mis poderes han desaparecido. El método que
anteriormente había practicado dejó de ser eficaz y los protectores del dharma me abandonaron.
Me he sentido agobiado, con la mente distraída.”

“Usted debe haber cometido alguna falta”

“No hice nada malo que me concierna a mí mismo, pero…”

“¿Pero qué?”

El Sr. Ling-yuan confesó: “Tengo un amigo que quería tener sexo con una mujer del vecindario.
Aunque trató de seducirla, ella lo rechazó. Ese amigo sabía acerca de mis métodos secretos y me
pidió un favor. No quería rechazarlo y le preparé un talismán. Ese talismán sirve para despertar el
deseo sexual en otra persona. No mucho después que le facilité ese talismán a mi amigo, la mujer
se le acercó y se le entregó voluntariamente. Ahora, ellos mantienen una relación de amantes.”

El abad se impresionó. “Usted se prestó a preparar un talismán indebido, que destruye la voluntad
de una persona.”
Entonces, el Sr. Ling-yuan se dio cuenta de su error y gritó: “¡Soy culpable, soy culpable! ¡Qué
vergüenza!” y salió corriendo.

Fuera del templo, se arrepintió sinceramente y luego trató de reparar el daño lo mejor que pudo
mediante obras buenas.

En adelante, Ching-ku aparecía a menudo en los sueños del abad y le daba instrucciones muy
exactas.

Por ejemplo, para el festival del aniversario del templo acostumbraban preparar un banquete. Se
sugirió colocar cien mesas, una mesa para cada diez personas, para acomodar a mil personas. Sin
embargo, algunos argumentaron que cien mesas no bastarían, ya que esperaban una mayor
participación y querían colocar doscientas mesas para dos mil personas.

La diferencia entre esas opiniones era muy grande e igualmente el costo que esto envolvía.

Por la noche, Ching-ku instruyó al abad: “Debes colocar ciento sesenta mesas; con esto basta.”

Luego, resultó que esa cantidad de mesas era justamente lo que necesitaban, ni una mesa más ni
una menos. Parece que Ching-ku misma hizo llegar los participantes, ya que su número
correspondió exactamente con las sillas que tenían disponibles.

El abad también me contó que Ching-ku en ocasiones me mencionó a mí.

Sorprendido, pregunté: “¿Qué dijo?”

“Dijo que a usted no se le notan características especiales, ya que ella no ve la luz encima de su
cabeza ni alrededor de su cuerpo.”

Asentí con mi cabeza: “Chin-ku tiene razón, porque generalmente concentro toda mi luz en mi
interior.”

Me contó además: “Una vez, Ching-ku vio a un Buda delante de usted. Cuando ese Buda
desapareció, otro se manifestó detrás de usted. Cuando éste desapareció, otro Buda se manifestó
a su derecha y, cuando ese Buda desapareció, otro se manifestó a su izquierda. Ella vio a esos
Budas descender y emitir luz dorada delante y detrás de usted, a su derecha y a su izquierda. Esos
cuatro Budas, con sus auras de luces doradas, se desplazaban sobre flores de loto tan grandes
como ruedas de carros. Al principio, la luz dorada abarcaba sólo un espacio pequeño, pero,
gradualmente aumentaba hasta llenar la ciudad entera. Incluso se expandía por todo el espacio.
Cuando Ching-ku vio esto, se quedó muy impresionada.”

El abad me preguntó: “¿Quién es usted realmente, a pesar de parecerse a un hombre ordinario?”

Respondí: “Soy Sheng-yen Lu.”

“¿Quién es Sheng-yen Lu?”

“Una persona como cualquier otra.”

Lo que concierne al talismán dibujado por el Sr. Lin-yuan, con el acto de preparar un talismán
capaz de despertar el deseo sexual de alguien, él ofendió al Cielo. En consecuencia, las luces de
color alrededor de su cuerpo se le quitaron; también perdió sus poderes. ¿Fue una ofensa tan
grave? ¿Cómo pudo el Cielo enterarse?

Un sabio de la antigüedad dijo una vez: “Un caballero debe vigilar sus pensamientos y acciones
para no pisar en un sendero equivocado, ni debe incurrir en actos escondidos. Jamás debe
consentir ni llevar a cabo actos corruptos y degenerados, ni mostrarse mal agradecido con sus
padres. En todo lo que hace, tiene que cuidarse igual como lo hiciera frente a una situación
peligrosa, o como si caminara sobre una capa fina de hielo. Cultivando la tranquilidad y la
honestidad, no importa si vive acompañado o solo, nunca debe desviarse del fundamento de la
moralidad.”

¿Qué ofensa cometió el Sr. Lin-yuan, cuando preparó ese talismán desviado? Aunque se trata de
un simple dibujo y parece ser un asunto trivial, este acto incluye lo siguiente:

– Consentir que alguien transgreda los preceptos; causar daño a otros; involucrarse en prácticas
fraudulentas y engañosas para manipular a otros; interferir en secreto en la voluntad de otros;
beneficiarse de favores en forma indebida.

Estas faltas pesan aun más cuando un practicante adquirió métodos del dharma, ya que él debe
saber lo siguiente:

Recorrer el sendero correcto implica actuar en concordancia con los principios de la naturaleza,
estar en armonía con los demás, no emplear formas engañosas ni manipular la voluntad de otros;
siempre actuar con honestidad, rectitud y determinación.

Por otro lado, desviarse hacia un sendero erróneo implica contradecir los principios de la
naturaleza, interferir con los demás, no atenerse a la ética, violar las reglas morales y chocar con la
justicia.

El Sr. Lin-yuan debería haber procedido de manera distinta, con otra determinación y sin el temor
de perder una amistad. De ninguna manera debería haber violado los principios sólo para
complacer a un amigo. Cuando se le presentó la situación, tenía que determinar qué era lo
correcto y qué lo incorrecto. Luego, reconociendo lo incorrecto, debería haber procedido en forma
correcta.

Además, el Sr. Lin-yuan debía haber sabido que dondequiera se encuentran deidades que nos
observan. Hay deidades que nos acompañan de día y otras de noche; deidades que registran
nuestros actos, deidades que se encargan de apremiarnos según nuestros méritos y otras que nos
reprimen. Al estar en todas partes, nada escapa a sus miradas. Las deidades celestiales conocen
incluso nuestros pensamientos momentáneos y, naturalmente, se enteran de la preparación de un
talismán.

En este sentido, quisiera señalar: Tan pronto surge un pensamiento, el espíritu se aviva. Cuando el
espíritu se aviva, el corazón se perturba. ¡Hay que tener mucho cuidado!
¿Cómo puede un talismán que aviva el deseo sexual ser tan poderoso? Hay que entender que una
mente desviada atrae a los espectros desviados y ese talismán contó con la asistencia de esos
espíritus desviados.

Conozco una historia de un especialista en preparar talismanes, que se sentía atraído hacia una
mujer. Esa mujer era bella y encantadora y se enamoró de ella. Mirándola de cerca, no pudo
frenar el deseo de tenerla. Ya esta situación pasó a la categoría de las ofensas: Viendo una belleza,
el corazón reacciona y desea poseerla.

Ese hombre se llenó de deseos y en un momento de debilidad preparó un talismán para confundir
la mente de esa linda mujer; quería que ella aceptara una relación amorosa entre ambos. Luego,
colocó ese talismán en el camino donde ella acostumbraba pasar.

No obstante, en lugar de ella, ese día vino una puerca grande y gorda y pisó el talismán. Cuando el
poder mágico del talismán la tocó, esa puerca quedó sexualmente estimulada. Desde ese
momento, todas las noches se sintió estimulada y corrió con toda la fuerza hacia la casa de aquel
hombre, casi rompiéndole la puerta. Hacía tanto ruido, que el hombre se horrorizó y no supo qué
hacer.

Ese especialista en talismanes sólo había aprendido la mitad del método taoísta. Sólo sabía cómo
iniciar un talismán, pero no como quitar su efecto. Era una situación muy embarazosa.

Personalmente, pienso que los talismanes no son un invento exclusivo de china. En India, Ceilán,
Birmania, Tailandia y otros países en Asia del Sur, se conocen y se emplean tanto talismanes como
encantaciones. Hay dos tipos de talismanes: los que procuran efectos benignos y virtuosos y los
que procuran efectos maliciosos y desventurados.

Generalmente, la gente no sabe que los talismanes forman parte de las prácticas de la magia y
pertenecen a la superstición y el ocultismo.

Realmente, los talismanes tienen efectividad debido al poder de la mente. Los que yo aprendí
pueden ayudar a la gente a disolver infortunios y eliminar desastres; pueden curar enfermedades
y remover aflicciones; también pueden dar órdenes a espectros y espíritus. Un talismán puede
penetrar el cielo y la tierra y producir muchas transformaciones.

El efecto de un talismán, sea bueno o malo, no proviene de él mismo, sino de la persona que lo
prepara, ya que la naturaleza por sí de los talismanes es completamente neutral.

En mi opinión, el sendero de la cultivación está lleno de obstáculos. Muchos los han podido vencer
y otros fallaron. Algunos han podido llegar hasta la mitad del camino, pero luego cayeron en
tentaciones y se desviaron y siguieron senderos equivocados.

Es muy importante que un cultivador sepa practicar el control mental para frenar su deseo sexual
y evitar daños. Debe observar con cuidado cada pensamiento que le surge y no permitir que su
mente se apegue a objetos externos. Tan pronto le surjan pensamientos del deseo, debe
considerar a sus ojos y oídos como ladrones. Si esos ladrones llegan a invadir su mente, su cuerpo
y su corazón, él perderá el control. Por lo tanto, nunca se debe aflojar la atención sobre lo que
pasa en la mente y, externamente, se deben controlar los ojos y oídos (y demás sentidos). Cuando
los ojos y oídos se desapegan de los objetos externos, el corazón no se agita y la mente no pierde
su determinación; entonces, uno se podrá mantener virtuoso y no caerá en la tentación.

Es imprescindible frenar el surgimiento de los pensamientos para poder prevenir los movimientos
del corazón. En todo caso, si al ver a una belleza la mente se entrega al deseo de poseerla, según
la ley celestial, esto origina una retribución.

Todos los practicantes deben prestar mucha atención al surgimiento del deseo sexual.

« 8. Intestinos Cercenados

10. Hijos Mudos

Un día un señor de nombre Cheng Chu vino a mi casa para una consulta. Anotó el nombre de su
hijo, la fecha y hora de su nacimiento y preguntó por su futuro. Entré en un estado meditativo;
luego le escribí el siguiente verso en la hoja de respuesta:

El mal hábito existe desde hace mucho,

¿cómo distinguir blanco y negro en la vida diaria?

El karma de la palabra es tan pesado que el hijo

difícilmente pueda hablar.

Sólo la confesión y el arrepentimiento evitan que

se extienda este karma.

Cheng Chu leyó el verso y dijo: “No entiendo.”

“¿Sufre su hijo de algún defecto físico?”, pregunté.

“Sí.”

“¿De qué?”

“Es mudo.”

Señalé hacia la tercera línea del verso que dice: “El karma de la palabra es tan pesado que el hijo
difícilmente pueda hablar”, y dije: “Ahí lo dice claramente.”

Entonces, Cheng Chu manifestó: “Mi esposa está embarazada de nuevo. Como nuestro primer hijo
es mudo, ella está un poco asustada. Se hizo un estudio y el médico nos informó que viene una
niña. ¿Tendrá la niña el mismo problema que nuestro hijo?

Volví a entrar en meditación y respondí: “No lo sé.”

Cheng Chu reaccionó diciendo: “Usted es un experto hábil y sabio. Otros me contaron que usted
sabe todo. No acepto que ahora me diga que no sabe. Por favor, trate nuevamente de encontrar la
respuesta.”
Acepté y entré otra vez en meditación. Tan pronto tranquilicé mi mente, recibí una visión. En
medio de un halo de luz roja se manifestó la deidad guardiana del día y me dijo: “Lien-shen,
debido al pesado karma de la palabra, Cheng Chu está destinado a tener dos hijos mudos. Dile que
si él se arrepiente de sus faltas, puede salvar a su hija de este impedimento.”

Salí de la meditación y conté a Cheng Chu lo que había visto. Le recomendé no continuar con su
lenguaje ofensivo.

Cheng Chou no comprendió y me preguntó: “¿A qué lenguaje ofensivo usted se refiere?”

Contesté: “Tampoco lo sé. La deidad guardiana del día sólo mencionó esto, tal como le dije. Usted
debe reflexionar para saber a qué se refiere.”

Entonces, Cheng Chu se marchó.

Más adelante, la esposa de Cheng Chu realmente tuvo una niña y tal como se esperaba, era muda.
Primero su hijo y ahora también su hija con el mismo impedimento. Qué carga tan pesada para
esta bonita familia – ¡dos hijos mudos! Cheng Chu y su esposa descartaron la idea de tener más
hijos.

Un día, Cheng Chu volvió a visitarme (en un encuentro informal) y comentó la predicción que le
había dado la última vez. Ahora Cheng Chu estaba consciente de sus acciones de la palabra. En
ciertas ocasiones chismeaba sobre la vida privada de otra gente. Por otro lado, le encantaba hacer
chistes de contenidos sexuales. Contar esas picardías de sexo era su especialidad y a menudo hacía
a otros reír y olvidar su vergüenza.

Cheng Chu me dijo: “Con esos chistes picantes la gente se relaja y se ríe. ¿Por qué no puedo
hacerlos? ¿Por qué sería esto lenguaje ofensivo?” Luego, incluso me hizo un ejemplo de uno de
sus chistes:

“Una madre, antes de dejar a su hija salir con su novio, la instruyó que no debe perder la cabeza y
mantenerse muy alerta; en ningún momento debe actuar de un modo relajado. Le dijo: ‘Si tu
novio quiere besarte, debes decir: ¡No! Y si desliza su mano hacia abajo, debes decir ¡Para!’ La hija
lo prometió. Cuando regresó, estaba llorando. ‘¿No te dije lo que debías hacer?’, reaccionó la
madre. Y la hija contestó: ‘Mi novio me besó y deslizo su mano hacia abajo, y continuamente le
dije: ¡No – para, no – para!”

Cheng Chu conocía tantos chistes de este tipo que podía contarlos desde la mañana hasta la
noche. En cualquier situación, en un viaje, en el autobús, en la oficina, siempre los tenía en la
punta de la lengua.

Su apodo era “príncipe”, una abreviación de “príncipe amarillo”, que en chino hace alusión a
actividades pornográficas.

Al escuchar el “chiste amarillo” de Cheng Chu, no pude hacer otra cosa que reír. Realmente hace
su efecto en la gente, aunque puede haber diferentes opiniones en cuanto a si es “amarillo” o no.

Sin embargo, hay un precepto en Budismo que nos compromete con no usar un lenguaje
pecaminoso; esto incluye las mentiras, el lenguaje abusivo, las difamaciones y el lenguaje inmoral.
Las personas ordinarias simplemente se ríen sin pensar que hay algo malo en esto. No obstante,
¿qué sucedería si este chiste se contara a monjes o monjas en un templo budista? Ciertamente se
trataría de una ofensa.

Para ayudar a Cheng Chu a comprender, le expliqué cómo funciona la ley celestial.

Esta ley se refiere a los problemas que surgen cuando alguien se divierte con ser charlatán,
empleando palabras obscenas, empalagosas y vanidosas que perturban la mente de la gente;
incluye además hacer descripciones exageradas, acentuando acciones de mal gusto, turbias y
desfiguradas, que arruinan la reputación de otra gente al difundir en forma jocosa asuntos
privados de ellos, etc. Una de estas ofensas kármicas de la palabra equivale a una falta menor; diez
faltas menores cuentan como una ofensa y veinte faltas menores cuentan como una ofensa
mayor. Una ofensa conlleva una reducción de la vida por un año y cien ofensas por tres años. El
monto de la fortuna a que uno estaba destinado al nacer también se afecta. La duración de la vida
y la fortuna se reducen en correlación a las ofensas que uno comete. Las ofensas mayores
causarán además desdicha a los hijos y ellos podrán nacer con defectos.

Cheng Chu se quedó profundamente impresionado al enterarse de esta ley y yo tenía la esperanza
de que él decidiera cambiar su mal hábito de la palabra.

Luego me preguntó: “¿Si de ahora en adelante controlo mi forma de hablar, podrá mi hija llegar a
hablar?”

Le dije: “La deidad guardiana de aquél día así lo aseguró.”

“¿Cómo debo proceder para arrepentirme y cambiar realmente?”

“Debe hacer un voto de no volver a cometer esas ofensas de la palabra.”

Le pasé una hoja de papel para redactar su voto. Cheng Chu escribió:

En fecha xxx, yo, discípulo XX, voluntariamente tomo el voto de abstenerme de todas las faltas que
implican inmoralidades sexuales, desde el adulterio hasta el lenguaje ofensivo. Para darle
efectividad a este voto, me quedaré en ayuno, tomaré un baño, prenderé incienso y me
comprometeré formalmente con esta promesa. Con sinceridad y respeto, tomo este voto delante
del Deva Wen Cheng, que sabiamente enseña: Entre cientos de virtudes, el respeto filial es el más
elevado, mientras el mal mayor es atentar en contra de la vida. Desde ahora en adelante prometo
no cometer más ofensas de la palabra para no crear más karma negativo. En lo que me resta de
vida, cambiaré mi forma de pensar y en caso de que volviera a cometer las mismas ofensas,
recibiría el castigo correspondiente. Ruego que las deidades y protectores del Dharma acepten con
compasión mi arrepentimiento y me otorguen su ayuda y protección para enderezar mi vida.
(Firma y sello del discípulo)

Cheng Chu llenó la hoja con estas palabras y luego llegamos al templo del Deva Weng cheng para
quemarla delante del santuario.

Vi a la deidad guardiana del día manifestarse y llevarse el escrito al cielo.

Desde ese entonces, Cheng Chu no volvió a contar chistes con temas sexuales. En su lugar, hace
cuentos cómicos normales. Además, practica actos virtuosos y de generosidad. Ha dado
donaciones para los pobres, aportes para imprimir libros sagrados, construir templos, puentes y
calles, ha auspiciado la elaboración de estatuas budistas como también numerosas recitaciones
del nombre del Buda y de los mantras.

Más adelante, la esposa de Cheng Chu tuvo un sueño. Se vio con su hija caminando en un desierto.
Había mucho calor y se morían de la sed. En el sueño, ella exclamó: Namo Bodhisattva Kuan Yin,
por favor, ayúdenos. Enseguida el Bodhisattva Kuan Yin se manifestó con un enorme aura de luz;
estaba sentada sobre una preciosa flor de loto, sostenida por una nube auspiciosa de cinco
colores. Sostenía en la mano un ramito de sauce y lo mojó en su envase de néctar. Luego, dispersó
el néctar con el ramito sobre el desierto e instantáneamente apareció un oasis con una fuente de
agua clara. Maravilladas, la señora de Cheng Chu y su hija se acercaron y bebieron de esa fuente
de agua. Después ella despertó.

Asombrosamente, desde ese día ciertas quejas de salud de la señora de Cheng Chu, como ataques
de asma y dolores de cabeza, no volvieron a ocurrir. Pero, lo más curioso fue que su hija comenzó
a hablar y con el tiempo superó su problema por completo. El médico que había hecho el
diagnóstico volvió a examinarla y la encontró completamente normal. Era difícil para la gente
creerlo. Tampoco el médico supo qué decir frente a este milagro.

Como resultado, toda la familia de Cheng Chu tomó refugio en la Escuela del Verdadero Buda.

Aunque la hija de Cheng Chu se curó de su impedimento, su hijo se quedó mudo.

De nuevo, Cheng Chu vino a consultarme.

Entré en meditación y vi un pedazo de hierro.

Le dije: “Se trata de un destino predeterminado.”

Hierro significa determinación fija. Todas las enfermedades obedecen a una predeterminación fija
o variable. Lo que es variable puede ser cambiado, sin embargo, lo que está predeterminado de
una manera fija, no podrá ser modificado.

11. El Cerdo Pa-chie

Un amigo mío me pidió el favor de ayudar a un hombre de negocios a preparar su altar. Ese señor
había oído acerca de mi reputación y decidió invitarme para esa finalidad.

Durante el tiempo en que yo estaba dando consultas e inspecciones de Feng Shui, no sólo veía
casas y tumbas, sino también altares. Sé cómo colocar los altares para que tengan efectividad y
por eso gané tanta reputación.

Los aspectos claves para identificar el sitio ideal para poner un altar son los siguientes:

Debe contar con brazos protectores como soportes laterales, debe haber presencia de chi del agua
para saludar a los dioses de la fortuna, y la orientación magnética debe concordar con la del dueño
de la casa, para facilitar la prosperidad.
Pues, me invitaron a la residencia de aquel hombre de negocios y él me enseñó la estatua de la
deidad que quería poner. Tenía orejas tan grandes que podían servir de abanico, una nariz con
fosas nasales pronunciadas y el pecho y la barriga al desnudo. La barriga era redonda y gorda y en
la mano sostenía un rastrillo. La forma de esta deidad correspondía exactamente a la del cerdo Pa-
chie de la novela El Viaje al Oeste. El cerdo Pa-chie personifica los apegos a la comida y los
placeres carnales.

Me di cuenta que el altar estaba dedicado a una deidad lasciva y no al deva de la tierra que otorga
bendiciones.

Entonces, pregunté al dueño: “¿Cuáles son sus planes de negocio?”

Me respondió: “Abrir un bar.”

En Hong Kong y otros lugares, un bar es un sitio para comer, pero, en Taiwán un bar es un club
nocturno dedicado al negocio del sexo, donde se bebe en compañía de mujeres libres.

Escuchando lo que dijo, me impresioné. ¡Esto es terrible!

Por mi mente pasaron los siguientes pensamientos:

“Un budista no debe dedicarse a tres tipos de negocios: el que implica matar, el de jugar apuestas
y el que envuelve el sexo. Estas tres actividades conllevan el incumplimiento de los preceptos, lo
que tendría repercusiones kármicas. Lo mejor es no envolverse en ninguno de esos negocios. Por
otro lado, el hombre que me invitó no era budista, de modo que yo, un practicante budista
esotérico, no debía ayudarle en la preparación de un altar.

“Además, conozco las leyes celestiales. En los bares, los hombres y las mujeres beben y se
entretienen con el desenfreno. Beber tragos alcohólicos sólo es la entrada, realmente lo hacen
para despertar sus deseos sexuales y a poner sus manos en actividad. De este modo caen en actos
impropios, aprovechando la cercanía física de las mujeres. Seduciendo y jugando, se abrazan y se
ríen y sus manos y bocas se tocan. Se desenfrenan y cometen ofensas mediante la boca, las manos
y el cuerpo.

Son muy pocos los que entran en un bar sólo para beberse un trago, ya que los que ahí frecuentan
tienen tendencias corruptas. El alcohol les sirve para despertar los placeres. Después, las parejas
entran en habitaciones secretas donde sostienen relaciones sexuales.

“Cometer ofensas sexuales con la boca, las manos y el cuerpo, trae como consecuencia una
reducción de la duración de la vida y de la fortuna; además, se sufre una degradación del estatus,
mala suerte y pobreza. En caso que esa persona lograra renacer como ser humano, tendría pies
defectuosos y poco servibles para caminar y manos tiesos, con los dedos rotos. También podría
sufrir de ulceraciones abiertas, manos mal olientes, hemofilia y otros males.

“Si yo accedo a preparar el altar para un bar e invoco al cerdo Pa-chie a residir ahí, ¿no sería esto,
aunque en forma indirecta, un acto dañino?

“Si invocara al espíritu del cerdo, sería de gran efectividad. Luego, su espíritu se apegaría a muchos
hombres y los induciría a perder el control y a desarrollar malos hábitos. Difícilmente podrían
resistir y vendrían al bar todas las noches. Sólo pensando en las aventuras con las mujeres, la boca
se les llenaría de saliva y sus ojos brillarían de lujuria. Pensarían con desesperación en los placeres
sexuales y respirarían con impaciencia.

“Sus ánimos volarían alto y su control de la mente se perdería completamente. Concentrarían


todas sus energías en los placeres carnales.

“El cerdo Pa-chie da miedo de verdad, porque peor que otras deidades de intenciones desviadas,
pone el negocio del sexo a florecer.”

En ese instante, decidí parar todo ahí mismo. No podía preparar el altar con esa deidad del cerdo
para aquel señor.

Le dije: “No puedo hacerlo.”

Me preguntó: “¿Por qué no?”

Reaccioné con un tartamudeo, sin saber qué decir. Aunque conozco el principio de las cosas y no
me involucro en asuntos desviados, en ese momento no podía ser tan drástico y rechazar a ese
señor. Además, ya había prometido a su amigo que le haría ese favor. ¿Cómo podía ahora
echarme hacia atrás?

Verdaderamente, me encontré en un dilema y no pude tomar una decisión.

En ese instante se presentó una luz espiritual delante de mí y la Madre Dorada del Estanque de
Jade me susurró al oído: “No te preocupes, ¡hazlo! Yo cargaré con la responsabilidad de las
consecuencias.”

Escuchando sus palabras, me repuse enseguida.

Si la Madre Dorada del Estanque de Jade quería ser la responsable, entonces no habría problemas.
Uno de sus nombres oficiales es Altísima Divina Madre Dorada del Estanque Primordial y Último
de Gran Sabiduría del Reino Occidental. Ella es la milagrosa energía primaria del Oeste, de donde
proviene el elemento de la tierra. Es una de las deidades más veneradas de las cinco direcciones.

Según la leyenda, la Madre del Reino Occidental es la Madre Dorada, en posesión del rango
superior de la esencia Yin. La Madre Dorada y el Padre de Madera se encargan del equilibrio de las
energías yin y yang, componen la tierra y sostienen todas las cosas. Todas las Inmortales
femeninas en los tres reinos y diez direcciones están bajo el mando de la Madre Dorada del
Estanque de Jade.

En el sutra del Tao, que pertenece al Canon taoísta, podemos leer lo siguiente:

En su palacio, la Madre Dorada del Reino Occidental está sentada al Oeste, mirando hacia el Este.
Solemnemente y en medio de un gran resplandor, viste un abrigo dorado adornado de colores
claros y brillantes. Alrededor de su cintura lleva una correa de gran poder espiritual de la cual
cuelga una espada altamente poderosa. Tiene puesta una corona adornada de flores excelsas y sus
zapatos son decorados con plumas de fénixes místicos. Refleja una edad de treinta años y su
cuerpo exhibe una gran belleza natural, incomparable con las condiciones mundanas. Es una
deidad que se distingue por logros muy elevados.

La Madre Dorada del Estanque de Jade me informó:


“Mi aparición en este asunto se debe a una razón mística. No te preocupes sobre el ceremonial de
la instalación del altar, porque te prestaré mi asistencia. La mente de los seres sintientes está
manchada por el deseo sexual. Quiero usar esta oportunidad para llamar la atención de la gente
con la finalidad de que aprendan a dar a sus vidas un significado mejor.”

Muy bien. Entonces, comencé:

“Con gran respeto y sinceridad, invoco a las deidades del Cielo, de la Tierra, del Sol y de la Luna
para que irradien su luz. Con el poder de la luz divina, se abren los ojos de la deidad para que
pueda ver el mundo; con la luz divina se abre la boca de la deidad para que pueda hablar; con la
luz divina se abren los oídos de la deidad para que pueda escuchar los sonidos del mundo; con la
luz divina se abre el corazón de la deidad… “

Recité este encantamiento repetidas veces para invocar el poder de la luz de las deidades y pensé:
“¿Por qué el cerdo Pa-chie aun no ha llegado?”

En las mesas de las ofrendas había una gran variedad de platos vegetarianos como también de
carnes. Solamente de los panecillos rellenos al estilo de Shandong había ciento ocho. También
tenían brandy de arroz de Shanxi, difícil de encontrar, vino de sorgo de Taiwán y Whiskey
importado.

En ese momento escuché un ruido fuerte y por fin llegó el cerdo Pa-chie desde el aire. Con una
sola mordida, se comió diez panecillos rellenos y se bebió la botella del vino de sorgo.

Debido a ese ceremonial que yo efectué, el negocio del bar floreció. Todo el tiempo afluía un gran
número de clientes. El espacio para aparcar los vehículos se llenaba tanto, que muchos tenían que
dejar su vehículo en la calle. La gente venía por paquetes y las ganancias crecieron
exuberantemente. Tanto el dueño como las mujeres exhibían grandes sonrisas, llenos de
contentura.

Al enterarme de lo que estaba pasando, me inquieté bastante. ¿Qué podía hacer? Aunque el
florecimiento de ese negocio se debía a mis habilidades de Feng Shui y a mi poder de invocación,
me preocupé porque se trataba de un club nocturno donde la gente se corrompe. Ese negocio
había crecido tanto y posiblemente estaba dañando la moral de mucha gente. El dueño ganó una
fortuna y por suerte no me dio participación; no lo hubiera aceptado tratándose de esa clase de
negocio. Realmente, me sentí terrible por haber invitado al cerdo Pa-chie a estar presente en ese
lugar.

¿A dónde estaba la Madre Dorada del Estanque de Jade? ¿No se comprometió ella con la
responsabilidad? Es imposible que ella hubiera querido hacerme daño.

El dueño del establecimiento, para quien hice la instalación del altar, se sintió extremadamente
excitado al ver su negocio florecer tanto; el dinero se apilaba mientras que las bocas de los
hombres se transformaban en las de cerdos, gozando de las mujeres.

Luego, me pidió que le instalara otro altar y que efectuara el ceremonial para la invocación de la
deidad del cerdo. Había abierto otra sucursal y se reía tanto que no cerraba la boca.
Cuando una persona tiene un encuentro con la buena suerte, se pone muy contenta. Aquel
hombre elogió mucho la inspección de Feng Shui del Maestro Lu y su invocación del cerdo Pa-chie.
Esto me causó muchos problemas, porque todos esos negocios comenzaron a invitarme para
efectuar ese ceremonial. ¡Casi me convirtieron en un maestro del cerdo!

Un día, caminando por la calle de ese bar, me sorprendí mucho porque no veía a nadie y la puerta
estaba cerrada. Cuando pasé por las otras dos sucursales, las rejas de las puertas estaban
cerradas, las luces apagadas y no había nadie.

¿Qué había pasado?

Cuando el negocio del bar estaba en la cúspide, la gente venía por paquetes, de cerca y de lejos.
Había muchas muchachas bonitas que atrajeron a los hombres, tanto a profesionales, campesinos,
trabajadores como a hombres de negocios. El dueño de esos establecimientos nocturnos llegó a
ser célebre en el mundo de las finanzas.

Un día no esperado, ese señor vino a verme.

Le pregunté: “¿Qué le ha pasado?”

Me respondió en un tono de disgusto: “Decidí invertir todo mi capital en una mina y un accidente
destruyó todo. Perdí todo lo que tenía, incluyendo los tres bares, para responder por el daño.
Ahora me quedé sin un centavo.”

Me miró y preguntó: “¿Hubo algún error en sus inspecciones?”

Sonreí: “Sólo inspeccioné a los bares, pero no a la mina.”

“Tiene razón.”

El señor intentó una sonrisa y dijo: “¿Por qué la deidad no continuó beneficiándome?”

Le respondí: “La deidad del cerdo sólo protegió el negocio del bar, donde le colocaron ofrendas,
pero no a la mina. Se ha mostrado que la deidad de la mina y la deidad del cerdo no son
compatibles. El que está en el negocio de la ópera, debe mostrar respeto al Rey Occidental Ch’in y,
el que tiene una carpintería, debe honrar al Profesor Lu Pan.” (Creencia china)

El señor se fue muy afligido. Mirándolo desde atrás, vi sombras tras sombras que lo estaban
acompañando y mi corazón se entristeció. Los asuntos mundanos cambian constantemente.
Muchas personas ricas serán pobres y muchos pobres serán ricos. Ser pobre y ser rico se
intercambia continuamente, igual lo hacen los desastres y las bendiciones. Si no hubiera habido
tanta fortuna en los bares, ¿hubiera sucedido un desastre en la mina?

La llamada fortuna no es algo fijo, ni tampoco el llamado desastre.

Después de un tiempo, aquél señor me dio otra sorpresa, porque decidió ingresar en una orden
monástica. Luego vino a presentarse como monje y sin duda se veía dignificado y solemne. Había
cambiado completamente.

Le dije: “¿Es cierto lo que mis ojos están mirando?”

“Sí.”
“¿Cuál fue su motivó?”

“En un sueño se me manifestó una deidad femenina muy claramente y me dejó saber que en mi
vida anterior había sido monje. Dijo que también en mi vida actual debo continuar como monje.”

De una vez comprendí que esa deidad había sido la Madre Dorada del Estanque de Jade.

Admitió: “Los negocios que hice sólo se debían a pensamientos pasajeros de ignorancia.”

“¿Y ahora, en qué piensa?”

“Ahora comprendo la verdad budista de la ilusoriedad e impermanencia de las cosas y comprendo


que la Talidad (el auténtico Ser) nunca cambia.”

“¿Qué está practicando?”

“Practico el retorno a la naturaleza original que nunca cambia, tal como dice el Sutra del Corazón:
no hay nacimiento ni extinción, no hay aumento ni disminución, no hay pureza ni impureza. Se
refiere al Dharma de la no-acción que también se conoce como Naturaleza Búdica, Cuerpo del
Dharma, Tathagata, Realidad Última, Reino del Dharma, Naturaleza del Dharma y Vacuidad.”

“¿Qué me dice de su pasado?”

“Mi pasado obedecía a una mente falsa.”

“¿Y ahora?”

“Ahora estoy identificado con la mente verdadera.”

“¿Y qué me dice, tanto de su pasado como de su presente?”

“Todos los dharmas se originan a partir de la Talidad. Debido al efecto de causas y condiciones,
aparece el nacimiento y la muerte.”

Comentó además: “Todo en mi vida ha cambiado. He dejado de matar, de robar y, especialmente,


de cometer faltas sexuales; tampoco digo mentiras ni bebo alcohol. No uso trajes costosos, ni oigo
canciones populares ni miro presentaciones de bailes. No duermo en camas anchas ni como a
cualquier hora; no guardo oro, plata, joyas ni otros valores.”

“¿Lo hace para cumplir los preceptos?”

“Correcto.”

Entonces, le dije: “Ahora usted es un monje, desempeñándose en la carrera verdadera. Esta


carrera le permite penetrar en la verdad del universo y de la vida y ayudar a los seres sintientes a
transformar su ignorancia en iluminación; es la vía que trasciende el nacimiento y la muerte.”

Después que se despidió, mostré mi veneración a la Altísima y Divina Madre Dorada del Estanque
Primordial y Último de Gran Sabiduría del Reino Occidental. Ella quería que hiciera el ceremonial
para invocar al espíritu del cerdo, permitiendo el éxito de esos negocios, y más tarde los mandó a
cerrar. Desde el éxito hasta el fracaso, ella guió a ese señor hasta que se hiciera monje. Todo había
sido planificado hábilmente por la Madre Dorada. Ella sabía todo lo que iba a suceder desde el
principio.
Según mi entender, la Madre Dorada del Estanque de Jade se manifestó por una gran causa. Esa
causa es transformar y liberar a los seres sintientes.

12. Un Espectro lleno de Odio

Un hombre llamado Chiang Chung vino a verme con el propósito de consultar acerca de su
fortuna. Dibujé un coche sobre un pedazo de papel y le dije: “Usted está haciendo esto.”

Uno de los presentes comentó: “Negocia con automóviles.”

Chiang Chung movió su cabeza en desacuerdo.

Otro opinó: “Tiene un taller de reparación de autos.”

Nuevamente, Chiang Chung se mostró negativo.

Otra persona exclamó: “Ya sé, usted es chofer; ¿no es cierto?”

Chiang Chung lo negó y dijo: “No lo pueden adivinar; tengo un negocio de carritos de juguete. Los
adultos tienen coches grandes y los niños coches chiquitos.”

Todo el mundo se divirtió.

Subí la mirada y me fijé en la cara de Chiang Chung. Justamente, cuando me dispuse a adivinar su
suerte, de repente observé un cambio en su rostro. Previamente tenía cabellos cortos, pero ahora
lo veía con una melena. Sus mejillas rosadas se tornaron en un color verde grisáceo y sus ojos, su
nariz, su boca y sus oídos se veían ensangrentados. Su aspecto fue chocante, especialmente la
expresión de odio en sus ojos.

Me asusté y por un momento no supe qué decir. Después le indiqué: “Debemos pasar hacia
adentro para hablar sobre su fortuna.”

Chiang Chung me siguió a la habitación y le dije: “Usted trae consigo un espectro lleno de odio.”

Primero, él no lo quiso admitir y lo negó.

Entonces, le dije: “Se trata de una mujer. Tiene un hundimiento en la barba. Si usted no libera a
ese espectro, toda su vida será obstruida por ella.”

Chiang Chung continuó negándolo.

Le dije: “Los dos hicieron planes para juntarse, pero en el último momento usted la dejó sola. Por
eso ella se quedó muy enfadada”

Escuchando mis palabras, Chiang Chung se impresionó. Se arrodilló y me contó en detalle todo lo
que había pasado.

Él tenía un negocio de fabricación de carritos de juguete. En la oficina trabajó una contable, que
era muy bonita. Sólo tenía un año de casada.
Chiang Chung también estaba casado, pero no se sentía del todo feliz porque su esposa tenía un
carácter difícil y en ocasiones actuaba de forma áspera y violenta. Cuando Chiang Chung contó su
situación a la nueva contable, ella le mostró simpatía. Pasando mucho tiempo juntos en la oficina,
poco a poco su simpatía se tornó en amor. Sin que ella se lo mostrara, Chiang Chung también se
enamoró de ella. Por temor a la esposa violenta de Chiang Chung, ellos se cuidaron para mantener
su amor totalmente en secreto.

Muchas veces, cuando se presentaba la oportunidad de estar solos, sin el peligro de que la esposa
de él ni el esposo de ella se enteraran, ellos sostuvieron relaciones íntimas. Un día se juraron
fidelidad eterna y que vivirían y morirían juntos.

Se dice que no importa cuán dura sea la cáscara de un huevo, comoquiera se rompe. Tarde o
temprano su relación amorosa llegaría a destaparse. Un día, el esposo de la contable encontró una
nota con un mensaje amoroso de Chiang Chung. Inmediatamente prohibió que ella siguiera en ese
trabajo y llamó a la casa de Chiang Chung y habló con la esposa de él.

Como la esposa de Chiang Chung tenía un carácter muy violento, llena de amargura y
resentimiento, ella azotó a su esposo con una correa.

Chiang Chung lloró y le pidió perdón.

Con esto se hubiera podido terminar la historia de los dos “patos mandarines” enamorados. No
obstante, de momento la contable reaccionó con gran apego a su amor. Ella quería a Chiang
Chung tanto que prefirió morir.

Finalmente, los dos se combinaron para morir juntos. Pensaban que, aunque la vida era de gran
valor, su amor valía aun más y para salvar ese amor, podían prescindir de la vida.

De este modo, ella bebió un veneno delante de él y murió instantáneamente. Cuando llegó el
turno a Chiang Chung, tan pronto sus labios tocaron la copa con el veneno, se echó atrás y decidió
seguir viviendo.

En cuanto a esta historia, quiero hacer los siguientes comentarios:

A menudo las ligazones amorosas prohibidas originan situaciones desastrosas con consecuencias
tristes y patéticas. Aun así, la gente no se detiene y sigue arriesgándose. De este modo ocurren,
una y otra vez, muchas muertes innecesarias. Hay personas que en su desesperación se tiran en
ríos profundos y otros se suicidan en parejas, se queman, se ahorcan o beben venenos. Pierden la
razón por lo que llaman amor. ¿No es triste ver cuánto daño desencadena el desenfreno sexual?

Chiang Chung me contó que después que ella se mató, los pedidos en su negocio sufrieron una
fuerte disminución. Su cuerpo se debilitó mucho y si no estaba enfermo de un lado, lo estaba del
otro. Se puso tan mal que no podía levantarse sin que hubiera una causa real para ello.

Lo más terrible fue que comenzó a sufrir de insomnio y tenía constantes pesadillas. Ninguna de las
píldoras para dormir le hacía efecto.

Muy agobiado, Chiang Chung solicitó mi ayuda.


Le dije: “Cuando te fijaste en esa señora, que era tan dulce y atractiva, tan gentil y afectuosa,
reaccionaste con pensamientos amorosos. Esos pensamientos envolvieron no sólo a tu mente,
sino también a tu cuerpo y no podían pasar desapercibidos ni ser aprobados por los espectros y los
espíritus. Fue una relación indebida, porque ambos eran casados; tú tenías tu esposa y ella su
esposo. Dañaste la amistad con ella cuando no la respetaste y violaste tus compromisos
matrimoniales. Con esto se alteraron las causas y condiciones completamente. Quebrar las reglas
morales de esta manera no está lejos del comportamiento de los animales.

Aunque esa contable se enamoró de ti, con discreción deberías haberla rechazado. Deberías haber
pensado que una relación amorosa con ella implicaría una ofensa en contra de su esposo. Y no
solamente en contra de él, sino también en contra de sus padres y sus suegros. Además, para su
esposo sería una experiencia muy vergonzosa, teniendo que sufrir esa desgracia y ese dolor. Sería
casi igual que matarlo.”

Por otra parte, en la sociedad moderna, la gente considera el amor como lo máximo, que
trasciende a todas las demás experiencias de la vida. Pero, en realidad, se trata sólo de poner en
juego libremente el deseo sexual. El que no restringe su deseo sexual y destruye un matrimonio,
producirá odio y resentimientos que, a su tiempo, se le devolverán y acabarán con su vida.

Escribí anteriormente sobre situaciones como esta. Posiblemente, la mujer moriría de la


humillación y su esposo del odio. Al fin, ambos cometerían suicidio.

Hay tantos casos en que el esposo mata a la esposa, la esposa mata el esposo, el esposo mata el
amante de su esposa, o la esposa busca sorprender a su esposo junto con la amante para cometer
un acto de venganza, o viceversa. “

Escuchando mis palabras, a Chiang Chung le salió el sudor y bajó la cabeza. Vi que estaba
arrepentido. Por eso le prometí: “Te ayudaré a liberar el alma de ella.”

Pensé que con el método esotérico de salvar y liberar las almas, el espectro de la mujer, que lleno
de odio había tomado posesión de Chiang Chung, se beneficiaría del Buda-dharma y abandonaría
su cuerpo. La enviaría a los seis reinos de transmigración para que pudiera renacer. De esta
manera, este enredo quedaría solucionado.

Anoté el nombre de la mujer, su fecha de nacimiento, su fecha de muerte, la dirección de su


tumba y le preparé una lámpara en forma de copa. Luego la encendí e hice una ofrenda completa
de incienso, flores, te y frutas.

Recité: “Desde tiempos inmemoriales, las tendencias malsanas nacidas de las codicias, del odio y
de la ignorancia han dominado a la mayoría de las personas. Al desenfrenar sus deseos (basados
en los cinco sentidos que implican los objetos deseados) ellos se manchan y se llenan de la sombra
oscura de la ignorancia. No importa si están vivos o muertos, todos están destinados a despertar y
reconocer la verdad. Superando los malos hábitos, encontrarán amigos virtuosos y sabios y podrán
aprender el Buda-dharma para dejar atrás el mundo del odio y las causas y condiciones malas.
Según el Surangama Sutra: ‘Cuando uno se junta con otra persona perfumada, el perfume se
transmite.’ ¡Que se suelten los amarres! ¡Que los vivos alcancen logros elevados y que los muertos
renazcan!”
Continué dirigiéndome a ella: “Jamás una persona debe cometer suicidio, porque cada uno posee
la naturaleza búdica dentro de sí. Esa naturaleza no es diferente del Buda. Mediante la cultivación
espiritual, cada uno puede realizarse como Buda. Cometer suicidio es igual a matar a un Buda y
derramar su sangre. Es una ofensa kármica muy grande. Sólo si la confiesas y te arrepientes podrás
obtener la liberación.”

La instruí: “Debes soltar tu odio, ya que todo odio es ilusorio como un sueño y todo amor es como
una burbuja o una sombra. La misma vida humana es como el rocío o como un relámpago.
Abandonar todo el odio se llama liberación.”

Empujando sus olas, el río Yangtse continuamente fluye hacia el este.

Todas las huellas dejadas por los héroes se borran con el paso del tiempo.

Lo correcto y lo incorrecto, el éxito y el fracaso, en un instante se vuelven vacíos.

El verdor de las montañas aun está a la vista,

pero la hora de la puesta del sol ya se acerca.

El espectro femenino comenzó a hablar desde el interior de la lámpara: “Maestro, por favor,
¡ayúdeme!”

Le dije: “Tienes que ayudarte a ti misma y soltar tu odio.”

“No puedo. Los dos estamos amarrados.”

“¿Quién los amarró?”

“La Señora Mística del Noveno Cielo.”

“¿Cómo sucedió esto?”

Ella me contó: “Nosotros pronunciamos un juramento en el templo de la Señora Mística del


Noveno Cielo, prometiendo que viviríamos y moriríamos juntos ahora y siempre. Por eso la Señora
Mística del Noveno Cielo nos unió con un hilo rojo. Ahora estoy atada a su cuerpo y no puedo
liberarme. Por eso le ruego que me ayude.”

Me quedé atónito. “¡Qué nudo kármico se han tejido!”

Pregunté a Chiang Chung si esto era verdad. Se puso a pensar y luego lo confirmó. En ese tiempo,
ellos estaban perdidamente enamorados. Fueron a visitar el templo de la Señora Mística del
Noveno Cielo en las montañas del interior de Taiwán. Ambos se arrodillaron delante del altar con
un incienso en la mano y pronunciaron solemnemente: “Juramos ser esposos de generación en
generación para siempre. Nuestro amor nunca cambiará. ¡Que la Señora Mística del Noveno Cielo
sea testigo de nuestro juramento!”

Además dijeron: “Conscientemente, declaramos delante de la Señora Mística del Noveno Cielo,
que nuestro voto no es vacío.”
No había esperado esto. Después de todo, verdaderamente no se trató de un juramento vacío. La
Señora Mística del Noveno Cielo realmente había unido a los dos con un hilo rojo.

Frente a una situación como esta, quisiera llamar la atención de la gente para expresar la siguiente
recomendación: ¡Nunca pronuncie un juramento a la ligera! Primero, hay que pensar en las
consecuencias, antes de comprometerse. Una deidad encargada registra todos los juramentos;
esto vale también para el Budismo esotérico. Nadie debe pensar que un juramento no significa
nada, como si fuera un juego. Cada vez que alguien pronuncia un juramento, esto queda
registrado por la deidad. Cuando se incumple, desde el mundo invisible llegará el castigo.

Si otra persona hubiera encontrado un caso como este, difícilmente hubiera sabido resolverlo. En
mi caso, afortunadamente tengo una amistad con la Señora Mística del Noveno Cielo.

¿Quién es la Señora Mística del Noveno Cielo? Es la asistente de la Madre Dorada del Estanque de
Jade. Había sido maestra del antiguo Emperador Amarillo. Cuando el Emperador Amarillo luchó
contra el rebelde Chi You, ella descendió y confirió al Emperador Amarillo una distinción marcial
consistente de un sello y una espada. Además, le entregó el tambor hecho de piel de vaca de
ochenta tonos que el Emperador Amarillo tocó durante la pelea con Chi You.

También se cuenta que entre la primavera y el otoño, la Señora Mística del Noveno Cielo se
transformó en la Señora de la montaña Nan Shan. Mandó al Estado Yueh enviar una expedición en
contra del Estado Wu con un ejército bien equipado de seis mil soldados. Cuando ganaron la
pelea, se despidió alejándose por el aire. En agradecimiento, el rey del Estado Yueh construyó en
la montaña Nan Shan un templo en su honor. Ese templo lleva el nombre de la Señora Mística del
Noveno Cielo.

La Señora Mística del Noveno Cielo tuvo un discípulo de nombre Pai-yun Tong-chun, que recibió
de ella la enseñanza de todos los métodos del dharma. Cuando murió, subió al cielo, donde se
encarga de los libros taoístas de la Señora Mística del Noveno Cielo. Ella representa la tradición
taoísta original, que cuenta con su propio linaje. Yo, Sheng-yen Lu, poseo el sello del original
Dharma Último y Verdadero.

Debido a ese linaje, conocí a la Señora Mística del Noveno Cielo.

En cuanto al caso de los dos que tomaron el juramento, ella me dijo: “Generalmente sería
extremadamente difícil quitar ese hilo rojo que los tiene atados. Pero, al pedírmelo tú, ¿qué puedo
decir? Debes aplicar el talismán que puede cortar el hilo; con esto ellos quedarán separados.”

El talismán con el poder de cortar este tipo de amarres es parte de los métodos taoístas originales.
Lo preparé y mediante su poder salvé a Chiang Chung de su sufrimiento. Liberé al espectro, que
abandonó su odio, y la envié de retorno a los ciclos de transmigración en los seis reinos.

La Señora Mística del Noveno Cielo dejó un texto a la gente de este mundo que se refiere al
peligro de la promiscuidad sexual. Dice lo siguiente:

“El que con deseos sexuales se fija en la esposa de otro o en su hija, debe pensar: ¿Qué haría yo si
alguien hiciera lo mismo con mi esposa o mi hija, seduciéndola, llevándola a la cama, riéndose y
retozando con ella, hablándole en forma lasciva y desenfrenada? Si se produjera esta situación, yo
sufriría lo indecible y reaccionaría con una furia que incluso quisiera matar a ese hombre al
instante. ¿Quién podría soportar semejante humillación?

“Además, se debe pensar en las consecuencias que se producen por enamorar y abusar de la
esposa de otro o de su hija; el testarudo no se inmutaría, pero quien fue abusado seguirá el resto
de su vida lleno de odio. Sus familiares no podrían tolerar esta situación, sintiéndose muy
avergonzados. El matrimonio, que de otro modo hubiera durado toda la vida, terminaría
bruscamente. Incluso habría peligro de muerte, ya que la vida de las personas envueltas perdería
la estabilidad. Podrían optar por buscar venganza, o el sufrimiento los llevaría a la depresión. La
situación afectaría al esposo, los hijos e incluso los nietos y la reputación de la familia quedaría
arruinada.

“Los seres humanos viven entre el cielo y la tierra y cuentan con la energía auspiciosa de los cinco
elementos, que son oro, madera, agua, fuego y tierra; además tienen el orgullo de poder
determinar sus actos y atenerse a la rectitud. Las uniones matrimoniales pertenecen a la ley
natural que forma parte de la naturaleza humana. Cuando alguien no respeta la ley natural y actúa
en contra de la moral, cae en la categoría de las bestias. Incluso hasta los pajaritos Sui son fieles a
su pareja y un ganso silvestre prefiere llorar solo en lugar de aventurarse con otra pareja. Esto
indica que un hombre desenfrenado no merece ser llamado ‘humano’, porque actúa peor que los
pájaros y las bestias.

“Por lo tanto, los seres humanos deben refrenar sus deseos sexuales, especialmente los
practicantes espirituales. Los pensamientos sexuales vienen del gusto por los placeres carnales. El
que quiere eliminar el deseo sexual de raíz, debe en primer lugar observar los preceptos
estrictamente para superar el gusto por los placeres. El que persiste en los desenfrenos sexuales,
seguirá buscándolos y se desviará hacia lo incorrecto. Cuando alguien no puede controlarse,
correrá el peligro de caer bajo la influencia de cualquier mujer de gestos suaves y formas
atractivas. En este caso, ni la esposa ni la amante ni los hijos podrán frenar la perpetración de
actos ilícitos, ya que ese hombre seguirá siendo infiel y dejará a su familia en la sombra.

“Si un hombre se entrega a los placeres carnales, sus hijos y nietos morirán jóvenes y sus
descendientes no podrán disfrutar de prosperidad. Desde el cielo y la tierra, los espíritus cercanos
a esa persona y las deidades que la miran desde las alturas, reaccionarán como un rayo. Cuando el
Cielo se ofende debido a seres humanos que irrespetan la moral, la retribución ciertamente se
manifestará pronto. Ocurrirán desastres e infortunios, unos tras otros. Cuando esto suceda, será
demasiado tarde para los lamentos. La vida del infractor inmoral estará en peligro; tendrá encima
de sí una espada afilada capaz de cortarle la cabeza mientras duerme. Aunque aun estuviera
soñando, su fin ya le habría llegado. La muerte causada por el derramamiento de sangre es el
resultado de excesos carnales. Una mujer atractiva en realidad es un tigre que ni siquiera escupe
los huesos después de haberse tragado un hombre. ¿Cómo la gente no puede ver y aceptar esa
verdad?”

Leí este texto, que es un llamado de abstención a la infidelidad, y exhorta a la gente a mantener el
control mental y la vigilancia de sus pasos. Sinceramente, quisiera que todo el mundo adoptara
ese control y actuara atento a las consecuencias.

13. La Seducción de un Monje


Cuando era joven, me contaron la siguiente historia acerca de la seducción de un monje. Desde
ese entonces, su contenido ha permanecido en mi mente y no la puedo olvidar. Espero que con la
difusión de esta historia, los practicantes aprendan a prestar una mayor atención a los preceptos
para no quebrantarlos.

Todo se desarrolló de la siguiente manera:

Había un monje que persistentemente se dedicaba a prácticas de austeridad, soportando


carencias y dificultades. Vivía y practicaba en soledad en una choza en la montaña.

De este modo pasó veinte años, viviendo sin comodidad y alimentándose de frutas y hierbas. Su
ropa se había tornado tan vieja que escasamente cubría su cuerpo.

Un día, alguien lo descubrió en esa montaña. Entonces, la noticia corría de una persona a diez y de
diez a cien. La gente pensaba que la práctica de austeridad de ese monje era incomparable, ya que
no había bajado de esa montaña en veinte años, soportando muchas limitaciones. Vivir en soledad
es muy difícil. No obstante, ese monje se las había arreglado para sobrevivir el frío de los
inviernos. Todo esto despertaba una gran admiración en la gente.

Alguien incluso dijo que ese monje estaba viviendo con tigres y serpientes que no le hacían daño y
que se habían convertido en sus protectores del dharma con el tiempo.

Después que esto se hizo conocido, la gente que vivía en un cerro de esa montaña comenzó a
visitar el monje. Primero, no existía un camino para llegar, pero, gradualmente se formó un
sendero serpentino que llevaba directamente hacia la choza del monje. Con el tiempo, debido a la
gran frecuencia con que la gente lo visitaba, el camino mejoró bastante.

Igualmente, la choza del monje mejoró. Los aldeanos incluso estaban planeando construirle un
templo grande con el fin de que mucha gente pudiera acudir a sus enseñanzas y aprender las
prácticas.

La reputación moral y las virtudes del monje llegaron a hacerse conocidas en muchas partes. Todo
el mundo estaba convencido de que se trataba de un monje altamente realizado.

En el cerro, al pie de la montaña, vivía un poderoso terrateniente. Cada año, en su cumpleaños,


todas las personas de la clase alta de la localidad se juntaban para estar en su fiesta del
aniversario. Incluso dignatarios de comunidades vecinas asistían a la celebración y toda la ciudad
adquirió un ambiente tan festivo que casi hacía competencia al Año Nuevo.

Ese año, igual que en los anteriores, el terrateniente organizó un gran banquete para recibir a toda
la gente que acostumbraba venir a felicitarlo. No obstante, esa vez no fue igual que antes, sólo
llegaban pequeños grupos de dos o tres amigos. Ni siquiera aparecían las personas de la clase alta
de su pueblo y el terrateniente se sentía muy decepcionado.

Justamente ese día, aquel monje altamente realizado efectuó una ceremonia y por eso la gente se
olvidó del aniversario. Para ellos, el monje superaba en grande el liderazgo del terrateniente. Su
proclamación del dharma se estaba esparciendo como un fuerte viento y varias leyendas
comenzaban a tejerse acerca de él. Todos los fieles le mostraban mucho respeto y admiración y
ninguno quería perderse la ceremonia.
La reputación de ese monje altamente realizado era excelente y distinguida. Mostraba una firmeza
ejemplar para mantener los preceptos y un carácter moral muy elevado. Cada vez que un
habitante nuevo llegaba a la ciudad, inmediatamente se hacía discípulo de ese monje. Sin duda, en
poco tiempo se había convertido en la estrella de ese lugar.

Frente a esta circunstancia, el terrateniente se sintió desatendido y despreciado. Anteriormente,


el hombre más rico y más respetado y admirado del pueblo había sido él. A menudo hacía obras
de bien y así se había ganado un buen nombre entre la gente. Todo el mundo lo reconoció por su
bondad.

No obstante, ese monje de la montaña, supuestamente de un grado elevado, no gastaba ni un


centavo y atraía a tanta gente sólo por medio de la palabra. Por eso, el terrateniente se sintió
afectado ya que ese monje le había quitado su puesto preferencial y estaba opacando su buen
nombre.

Cuando la gente alababa a ese monje altamente realizado delante del terrateniente, él no les
mostraba sus celos, pero, en privado, sentía un resentimiento amargo por el monje.

Una noche, llegó un carruaje donde el monje altamente realizado; llevaba a una mujer tan bella
como el jade, acompañada por sus sirvientas. La mujer había venido para escuchar el discurso del
monje. Se presentó como la esposa de un alto oficial del estado vecino. Se movía con gracia y
elegancia. Tenía cejas muy finas, curvadas como la luna, y la expresión de sus ojos era
encantadora. Tenía nariz fina, boca pequeña y su voz sonaba como el canto de un ruiseñor. Cada
paso lo hacía con elegancia, sonando las pequeñas campanitas que adornaban su ropa. Esta dama
sencillamente era hermosa y atraía la atención.

El monje altamente realizado dio su discurso con la mirada hacia abajo. Terminada la exposición
del dharma, se dispuso a regresar a su habitación, pero, la bella dama y sus acompañantes,
elogiando el contenido extraordinario del discurso, insistían en que continuara. Entonces, el monje
hablaba de los motivos que llevaron al Buda a renunciar al mundo. Sus palabras impresionaron a la
bella dama tan profundamente que lágrimas brotaron de sus ojos.

El monje altamente realizado continuó su charla hasta la puesta del sol y todavía la bella dama y
sus sirvientas pedían que continuara.

Al poco rato oscureció y el camino de la montaña casi no se veía. Supuestamente, ella quería
regresar tan pronto el monje terminara el discurso, pero, al crecer su interés, no se dio cuenta de
la puesta del sol y las horas pasaron muy rápidamente. Sin la luz del día, todo se veía negro en la
montaña y sólo se escuchaban los ruidos de pájaros y bestias salvajes. Todo el mundo conocía los
peligros del bosque, de modo que la señora tenía que pasar la noche con sus sirvientas en esa
montaña.

Durante veinte años, ese monje altamente realizado había vivido solo en su choza sencilla y
rústica, dedicado a la práctica. Con la afluencia de los discípulos, todo cambió y con su ayuda se
había levantado una edificación para las actividades. Se trataba de un gran salón con un precioso
altar, que tenía en ambos lados habitaciones. Esas habitaciones se usaban únicamente en tiempos
de ceremonias; de otro modo, nadie dormía en la montaña y el monje altamente realizado
continuaba su vida en soledad.
Pues, aquella señora y sus sirvientas decidieron quedarse esa noche, lo que en principio no
presentaba ningún problema. Ella se acomodó en la habitación de la derecha y sus sirvientas en la
de la izquierda. Todos se retiraron temprano.

Llegando la media noche, alguien tocó la puerta de la choza en que vivía el monje altamente
realizado, no muy fuertemente pero con insistencia.

El monje abrió la puerta y ahí encontró a la bella y encantadora señora. Pero, se veía muy pálida,
con una expresión de dolor y desesperación en la cara, como si se hubiera enfermado. Se ponía las
manos en la cabeza, aparentemente sufriendo de un fuerte dolor.

El monje se alarmó: “¿Qué le pasa?”

“Déjeme entrar primero, el viento sopla demasiado frío.”

Sin pensarlo, el monje la dejó pasar y le ofreció una taza de té para calmarla.

Ella dijo: “Maestro, ¡tiene que ayúdeme!”

“Como no, le ayudaré, pero no soy médico.”

“Usted puede salvar a una discípula.”

“Si puedo salvarla, ciertamente lo haré.”

Entonces, la bella señora le contó que había heredado una enfermedad muy rara y que desde su
juventud padecía de ataques de dolores de cabeza tan fuertes que la llevaban a dar vueltas por el
suelo. El método para acabar con los ataques era muy fácil. Un hombre tenía que tocarle el
ombligo con su ombligo. Aunque parecía extraño, tan pronto el toque se producía, su dolor de
cabeza desaparecía. Antes, su padre le ayudó y desde se casó es su esposo quien la salva.

Con lágrimas en los ojos, la bella señora exclamó: “No he sufrido ningún ataque desde hace mucho
tiempo, pero parece que esta noche me va a suceder. Por eso, vine a pedir su ayuda.”

El monje respondió: “No hay ningún otro hombre en este lugar.”

La bella señora se mostró como una niña mimada y dijo con su gracia: “Precisamente, como no
hay otro hombre aquí, vine a pedir la ayuda del maestro.”

De repente, la señora gritó del dolor y se desmayó en el suelo. Comenzó a dar vueltas con las
manos puestas en la cabeza. Parecía sufrir un estado extremadamente doloroso.

El monje altamente realizado no sabía qué hacer. Si no le ayudaba, ¿cómo podía soportar mirando
delante de sí a esa bella señora sufriendo de esa terrible enfermedad? ¿Cómo no podía ayudarle?
Si lo hacía, tenía que bajar sus pantalones para tocar el ombligo de la mujer con su ombligo.

El monje altamente realizado observó que ella, aun enferma, se veía hermosa mientras daba
vueltas por el suelo. Sus cabellos largos se habían soltado y su vestido abierto exponía su suave
piel blanca. Sus pechos blandos, su cintura delgada, su cadera redonda y sus piernas bien
formadas parecían ser piezas de jade que despertarían en cualquier hombre deseos irresistibles.
El monje altamente realizado se dijo a sí mismo: “No estoy buscando en ningún momento el placer
sexual. Me retiraré inmediatamente después de tocarla; de este modo, nadie sufre daño. Salvar la
vida de una persona vale más que construir una pagoda de siete pisos. Sólo tengo que pensar en
eso y nada más.”

Entonces, el monje altamente realizado bajó sus pantalones y tocó con su ombligo el ombligo de la
mujer. No fue muy fácil hacerlo, pero tan pronto la tocó, ella enseguida mejoró. Agarró al monje
con sus dos manos y con fuerza enganchó sus dos piernas alrededor de él. Se volvió un pulpo
atrapando al monje con tanta intensidad, que casi le impidió la respiración.

En el Surangama Sutra podemos leer: “Los Tathagatas de las Diez Direcciones comparan el deseo
sexual con el fuego. Tan pronto un bodhisattva registra en sí el menor surgimiento de un deseo
sexual, lo evita como si se tratara de caer en una trampa de fuego. Si un practicante no elimina el
deseo sexual, meditar sería igual a cocinar arenas y piedras pretendiendo convertirlas en arroz.
Sólo obtendrá piedras calientes, aunque lo trate durante cientos de miles de kalpas.”

Después de unos días, un mensajero enviado por el terrateniente llevó una carta al monje
altamente realizado a la montaña. Sólo contenía un breve verso que decía:

“Tocando el tambor por la mañana y sonando la campana al

anochecer,

el monje altamente realizado se hizo famoso por su

cultivación.

¡Qué lástima que la reliquia de sus logros,

que no se marchitaría en cientos de años,

se perdiera en una flor de loto de dos pétalos!”

Cuando el monje altamente realizado leyó el verso, el color de su cara cambió. Lleno de
remordimiento, trató de entender la situación. “¿Cómo era posible que no supiera ver más allá de
lo aparente en aquel momento? ¿No nos enseñaron nuestros maestros a cuidarnos de las
apariencias?

“Cuando ví a esa bella mujer tirada en el suelo, debí haber visto un cadáver, con huesos duros y sin
conciencia. Esa mujer realmente tiene la cabeza hueca, sin un ápice de sabiduría. ¿Qué hay en ella
que pudiera haberme atraído?

“Cuando vi su suave piel blanca, debí haber visto las fibras y la sangre debajo de su piel y la carne
cruda alrededor de sus huesos. ¿Qué hay en ella que pudiera haberme atraído?

“Cuando vi a esa mujer tan hermosa como las flores debajo de la luna, debí haber sabido que no
es más que un esqueleto. De su cráneo sale humo negro, tiene ojos huecos, hoyos en lugar de
nariz y dientes amarrillos. ¿Qué hay en ella que pudiera haberme atraído?
“Cuando vi la cintura fina de esa bella mujer, debí haber visto su carne descompuesta, sus
intestinos apestados y su estómago podrido, lleno de fluidos amarillos de un olor inaguantable. En
verdad, su cintura fina con sus movimientos hechizadoras no tiene un ápice de belleza. ¿Qué hay
en ella que pudiera haberme atraído?

“Cuando vi el cuerpo de esa bella mujer torcerse en el suelo, debí haber sabido que sus
movimientos funcionan como una máquina, con huesos y tendones y que su cuerpo es como una
colmena de avispas que pican donde quiera. ¿Que hay en esos huesos blancos que pudiera
haberme atraído?

“Cuando vi todo el cuerpo de esa bella mujer, debí haber visto que consiste de carne podrida, de
venas y huesos sin carne ni piel. Debí haber visto sus venas secas y sus huesos y tendones
inservibles; su cuerpo lleno de gusanos, tornándose negro en plena descomposición. Hubiera sido
horripilante mirarla; de modo, ¿qué pudiera haberme atraído?

“Como no hubiera encontrado nada en ella que pudiera haberme atraído, ¡jamás me hubiera
metido en ese problema!”

Hablando en serio, no sólo ese monje altamente realizado se metió en problemas, sobre todo lo
hizo aquella mujer maliciosa al seducirlo con su belleza.

El monje se culpó a sí mismo: “¿Cómo podía yo, que practiqué tanto durante todos esos años,
preservando mi integridad moral, viviendo en soledad, cometer un acto tan bochornoso e inmoral,
tan sucio y perjudicial?

“Perdiendo el control, entregué toda mi fuerza vital en la boca de una serpiente venenosa de
energía yin. ¡Qué ignorante fui, cuando alimenté con mi esencia yang la boca de esa serpiente!”

Pensando de este modo, el monje altamente realizado se sentía destruido. Estaba tan angustiado
y horrorizado que sus pelos se erizaron. Ahora era demasiado tarde para los lamentos.

El Sutra de Los Cuarenta y Dos Capítulos nos da las siguientes pautas:

“Cuando un hombre ve a una mujer, si es anciana, debe tratarla como si fuera su madre; si es
mayor, la debe tratar como a una hermana mayor y si es niña, la debe tratar como a una hermana
menor. Procediendo de esta manera, la mente está libre de cualquier pensamiento malsano.”

En el Sutra de la Malla de Brahma leemos:

Todos los hombres han sido nuestros padres y todas las mujeres nuestras madres. Vinimos a la
vida por medio de ellos. Por lo tanto, debemos cultivar el respeto filial y tratar con bondad y
compasión a todos los seres.”

Luego, el monje altamente realizado se enteró de que aquella mujer no había sido esposa de
ningún oficial ni pertenecía a una familia respetable, sino que se trataba de una prostituta muy
conocida.

El terrateniente la había contratado para llevar a cabo ese trabajo sucio. Él y algunos amigos
habían ingeniado cuidadosamente todo este plan con el fin de seducir al monje.
Luego querían difundir entre la gente, que el monje altamente realizado se dedicaba en secreto a
los placeres sexuales con una amante. Por lo tanto, violaba los principios de la moral y degradaba
al Budismo y sus maestros. Con actos tan impuros, el monje estaba manchando la reputación del
Budismo en todo el país y a la vez anulaba su propia prédica.

En su aflicción, el monje se culpó de haber acabado de un solo golpe con su vida y con su práctica.

El que destruye a un practicante causa un daño terrible.

¿Quién no se sentiría deprimido? ¿Quién no se sentiría aterrorizado?

Lo más terrible fue que aquel monje altamente realizado acabó con su vida y se ahorcó.

Un tiempo después de ese suicidio, la esposa del terrateniente tuvo un hijo. Cuando ese hijo llegó
a la adultez, acabó con toda la fortuna de la familia y el terrateniente se vio forzado a andar como
un mendigo en las calles.

La bella mujer se enfermó y poco a poco su cuerpo se infectó de un proceso de putrefacción hasta
que finalmente murió.

Las demás personas envueltas en esa conspiración sufrieron ataques de locura y perdieron la
razón.

Quisiera hacer los siguientes comentarios concernientes a esta historia:

Aunque la realización alcanzada por ese monje pudo haber parecido muy elevada, desconocemos
su nivel real. En Budismo conocemos muchos niveles en cuanto a los estados de concentración
meditativa.

En ese nivel, todavía se albergan pensamientos de deseos sexuales en la mente y se reacciona con
facilidad a situaciones externas que estimulan de alguna manera los placeres sexuales. En este
caso, se debe practicar “la contemplación de la impureza” y “la contemplación del esqueleto” para
que no surjan pensamientos sexuales.

Aunque ya no surgen pensamientos de deseos sexuales, todavía se debe fortalecer la cesación del
deseo sexual. Esto implica que en ningún momento surjan tales pensamientos. En este sentido, se
debe continuar “la contemplación de la impureza” y “la contemplación del esqueleto” con la
finalidad de acabar definitivamente con el surgimiento de pensamientos cargados de deseos
sexuales.

En ese nivel, la mente se entrena para establecerse firmemente en un estado de luz, lleno de
pureza y tranquilidad. El estado mental del practicante está sereno y sin mancha, gozando de paz y
gloria y experimentando la liberación. Este estado de luz debe ser actualizado continuamente en
cuerpo y mente para morar sin interrupción en la paz y la perfección. En este estado de pureza se
obtiene el logro del cuerpo glorioso de la perfección. El que alcanza este nivel de experiencias
disfrutará de completa paz y ninguna tentación o influencia externa podrá afectarlo.
El practicante realiza la vacuidad de la forma.

El practicante realiza la vacuidad de la conciencia.

El practicante realiza la completa vacuidad de la forma.

El practicante alcanza el estado sin pensamiento ni no-pensamiento.

El practicante alcanza la meditación de la completa extinción.

A través de mis prácticas he logrado pasar más allá del tercer nivel y he llegado a lo que se llama
“Estado Glorioso de Luz”. ¿A qué se refiere? Es la Gloria acompañada de Luz que se experimenta
en cuerpo y mente. Este estado glorioso es eterno y jamás se altera; supera grandemente los
placeres mundanos experimentados entre el hombre y la mujer. Los placeres mundanos de la
unión sexual resultan del derrame de las esencias vitales y el estado glorioso que yo experimento
jamás resulta ni da lugar a derrame alguno. Precisamente, se llama también “No-derrame” al
estado Glorioso de Luz.

¿De qué luz hablo? Me refiero a la luz que se produce gradualmente a medida que el cuerpo y la
mente se purifiquen. Esa luz es liberación. Puede ser tan pequeña como un punto o tan grande
como el Monte Sumeru. Es la expresión de la auto-maestría; es capaz de traspasar el espacio
infinito y se manifiesta totalmente espontánea. Al experimentar esa luz, todo se vuelve puro y
tranquilo, sin mancha y sereno.

Por esta vía, continué entrando en los estados de la No-regresión, de la Inmovilidad, de la Auto-
iluminación y de la Budeidad.

Para volver a aquel monje altamente realizado, al no soportar el daño que su reputación sufrió,
optó por quitarse la vida y cometió suicidio. Sin embargo, no entiendo lo que hizo.

¿No comprendió ese monje que quitarse la vida es igual a matar a un Buda? Todos poseemos la
naturaleza innata de Buda y todos somos futuros Budas. Cometer suicidio equivale a matar a un
Buda.

Matar a un Buda, matar al padre, matar a la madre, matar a un monje, matar a un acharya
(maestro) y matar a un sabio (que incluye los arhat y bodhisattvas), componen las siete ofensas
más graves.

Destruir la vida pertenece a las transgresiones llamadas “parajika” (las más graves para un monje).
Es una ofensa que abandona el Buda-dharma y tiene un efecto de guillotina, sin esperanza ni
perdón.

Según mi visión, ese monje altamente realizado hubiera tenido dos alternativas que valen para
todos los monjes:
Un monje que ha violado los preceptos, se convierte en un incumplidor de las reglas y no tiene
excusas. Ese monje no debe volver a quebrantar los preceptos. Debe mantenerse inconmovible en
cuanto a las acusaciones externas, al escándalo, al desprecio y los lamentos y debe practicar
diligentemente la concentración meditativa hasta alcanzar el estado Glorioso de Luz.

Debe contemplar las historias de las vidas previas del propio Buda para entender la relación entre
las causas y los efectos. También el Buda había sido monje anteriormente y había violado los
preceptos y cometido adulterio.

Los logros en el Sendero se obtienen únicamente a través de la práctica esforzada, no por medio
de la flojedad. Hay que persistir siempre con mayores esfuerzos, manteniéndose alejado de las
tentaciones y del entretenimiento.

Retornar a la vida secular ordinaria. Si un monje ha violado los preceptos y le resulta difícil
continuar según lo explicado en el punto anterior, de ninguna manera debe pensar en el suicidio
como solución. Si él no puede continuar como monje, entonces puede volver a la vida de un laico.
No obstante, regresar a la vida secular no significa que de ahí en adelante pueda identificarse con
las costumbres mundanas y pasar sus días cantando, bailando, visitando burdeles, etc. No significa
que pueda comer carne, beber alcohol, producir dinero en apuestas, ni tampoco que podrá
entretenerse con riquezas ni enorgullecerse de su rango.

Este paso únicamente significa que debe continuar su práctica, pero como laico. Si lo hace bien,
posiblemente podrá salvar a muchos seres sintientes. Si verdaderamente se avergüenza de su
error y se arrepiente, no caerá en la flojedad.

En lo que concierne a las demás personas envueltas, como la prostituta y el terrateniente y


sus amigos, ellos deben recordar un viejo refrán que dice: “Es preferible agitar las aguas de mil ríos
que agitar la mente de un practicante.”

Además, se ha dicho: “Destruir la integridad de otro es el peor karma que alguien puede
cometer. Pronto sufrirá las retribuciones. Experimentará infortunios, una vida corta, la muerte de
sus hijos y se quedará sin heredero. Cuando muera, su alma no obtendrá perdón y tendrá que
sufrir lo indecible.”

El terrateniente perdió su fortuna y tuvo que convertirse en mendigo andando por las calles.
Realmente, fue una retribución relativamente ligera.

La prostituta había sido m ignorante y como castigo le cayó una enfermedad extraña que hacia
pudrir su cuerpo poco a poco hasta que finalmente murió. Después, ella ciertamente caería en un
infierno como retribución por su ignorancia.

En lo que concierne a los amigos del terrateniente envueltos, su retribución consistía en volverse
locos. Hay mucha gente como ellos, que en su tiempo ocioso crean problemas a otros.
En cuanto al monje altamente realizado, quien, después de haber sido víctima de la seducción, se
suicidó por ahorcamiento, su alma debe haber caído en un estado muy deplorable. Su ofensa
kármica realmente había sido muy pesada.

Wang Chou-tzu, un viejo sabio, escribió:

“Entre todo el karma malsano, el que la gente más fácilmente comete, lo componen las
transgresiones sexuales. Nada puede ser peor que el karma que quiebra la moral y atrae los
desastres. Se ha dicho que los deseos lascivos son el mal peor entre todos los males. Si lo
comparamos con el restante karma malsano del mundo, ¿por qué se dice que el sexo es el mal
peor?” Es así, porque tan pronto surge un pensamiento sexual, ese pensamiento corroe a todos
los demás pensamientos. Aun si esos pensamientos no llegan a hechos consumados, las fantasías
que se producen son malsanas y ofensivas. Cuando se seduce a alguien, automáticamente surgen
ideas en la mente que perjudican a otros. Si las personas envueltas se agreden, surge el odio en su
mente. Si alguien es dominado por las pasiones, se forman apegos malsanos a los actos carnales.
Si alguien envidia a otro por su pareja, el veneno de los celos nace en la mente. Si alguien se
propone quitar la pareja a otro, la idea de matar se presenta en la mente. En todos estos casos, el
sentido de la vergüenza y la conciencia moral quedan completamente anulados. En consecuencia,
se crea mucho karma malsano y las buenas intenciones están ausentes.

“Por lo tanto, entre los miles y miles de males, el mal peor lo componen los deseos sexuales. Tan
pronto surge el menor pensamiento sexual, la luz interior de la persona disminuye y su mente se
corroe. Conocí a un hombre honesto y bueno que se quedó sin sucesor; fue un hombre de un gran
talento en letras, que experimentó la pérdida de la buena suerte en la mayor parte de su vida.
Todo esto fue causado por la enfermedad del deseo sexual. Cuando en la mente de una persona
surgen esos deseos, enseguida debe cortarlos de raíz para eliminar el karma malsano de esta
enfermedad. El Cielo no permite que miremos la belleza con ojos lascivos, sino que ha establecido
que la veamos con una mente pura. Tan pronto nos surge la menor apetencia lujuriosa en la
mente, cometemos una ofensa que no se escapa del castigo.”

Cuando leí este consejo, escrito por un anciano sabio, sentí gran respeto por sus palabras.

14. Sucesos Extraños en un Ritual de Liberación del Bardo

En una ocasión, hace muchos años, me invitaron para llevar a cabo un ceremonial de Liberación
para el alma de un hombre joven. Había sido hijo de una familia muy rica y tanto su padre como su
abuelo tenían grandes negocios.

La ceremonia se llevó a cabo en el patio de la casa y las ofrendas preparadas por la familia fueron
abundantes y excepcionales.

Cuando llegué, tomé asiento en la silla reservada para el maestro. Tan pronto me acomodé, vi al
Deva de la casa con un banderín blanco que decía: “Retribución kármica por transgresiones
sexuales.” No dije nada, pero me sorprendí.

Mientras estaba sentado, leí el texto de la presentación del joven. Su apellido era Hsu y su nombre
Pen. Murió a los veinticinco años y la causa de su muerte no pudo ser determinada claramente.
Debido a que yo ya había tomado asiento, no pude parar la ceremonia simplemente porque el
Deva de la casa me había enseñando las palabras “Retribución kármica por transgresiones
sexuales.”

Todo siguió el curso fijado por el ritual.

Cuando llega el momento de llamar el alma del fallecido, el monje o la persona encargada del
ritual acostumbra consultar con los bloques de adivinación si el alma ha llegado. No obstante, en
mi caso procedo de otra manera, porque observo con mis propios ojos si el alma está presente o
no. Sólo así llevo a cabo la liberación del bardo; sólo si veo el alma llegar y cómo al final se eleva, lo
considero una verdadera Liberación. De otro modo, sería un ritual vacío, falso y sin sentido.

Recité el mantra con que se cita el alma del fallecido. Luego, leí y quemé el texto de la oración de
las súplicas. No obstante, el alma de Pen Hsu no había llegado y si no venía, todo el esfuerzo sería
en vano.

Sentí que esta liberación del bardo no podía continuar. (Si otro monje hubiese conducido el
ceremonial, como quiera él hubiese continuado, ya que no pudiera haber comprobado la ausencia
del alma.) Pero, en mi caso, sé perfectamente cuando una liberación del bardo es falsa y en este
caso no continuaría con el ritual.

Decidí aplicar el mudra del gancho del vajra del Budismo esotérico para atraer el alma y pronuncié
el decreto para estos fines. Aun así, al alma no aparecía. Entonces, el deva de la casa, también
encargado de la duración de la vida, volvió a mostrarse con el banderín blanco que decía:
“Retribución kármica por transgresiones sexuales.”

Según la creencia china, el deva de la casa y de la cocina también es el encargado de la duración de


la vida de las personas que habitan ahí. Está a cargo de la vivienda y del fogón para cocinar y
durante las dinastías Shang y Chou hacía su aparición en muchas ocasiones. Según la leyenda, el
día 3 del octavo mes lunar, ese deva celebra su aniversario y, el 24 del primer mes lunar, sube al
cielo para rendir su informe sobre la familia de la casa. Cuando el informe consta de hechos
favorables, la familia es premiada con la protección del deva de la tierra y de la cocina.

En realidad, el deva de la cocina es una transformación del deva del fuego. Según las creencias
populares chinas, ese deva no sólo se encarga de los fogones, sino también se fija en los actos
buenos y malos y registra los méritos y transgresiones. Una vez al año, se encarga de informar al
Cielo acerca de esos actos, lo que determina las bendiciones e infortunios que la familia de la casa
podrá disfrutar durante el próximo año.

Pregunté al deva de la cocina: “¿Dónde está al alma de Pen Hsu?”

Me respondió: “No hay alma.”

Le dije: “Durante la vida, la persona es un ser humano, pero, después que muere, se convierte en
un alma. Es difícil aceptar que alguien no tenga alma.”

El deva de la cocina insistió: “No hay alma.”

“¿Será que estás escondiendo el alma de Pen Hsu?”


Movió su cabeza y respondió: “¡No!”

Me quedé pensativo. El deva no tenía el alma de Pen Hsu y mi llamado había llegado al juzgado del
bajo mundo. Si el alma de Pen Hsu hubiese estado en el bajo mundo, ya se hubiese presentado.
¿Por qué no vino? Sencillamente había desaparecido.

En el mundo humano, Pen Hsu murió. En el bajo mundo, Pen Hsu no apareció. ¿A dónde estaba?
Quizás había ido al reino de los cuatro elementos, tierra, agua, fuego y aire.

Recité el mantra: “Om, tun-chu-li mi-li-li fan-tu-li jo-lili julu julu jom.”

Ese mantra significa:

Busco en el polvo de la tierra,

en el mundo del agua,

en el fuego y la luz,

en la rueda del viento;

busco en todos los mundos escondidos

llamando la actual forma de existencia de Pen Hsu.”

Tampoco hubo respuesta.

Sé muy bien que entre los mantras que se usan para citar las almas, este es el que cuenta con
cientos de miles de poderes. Si todavía el alma no se presentaba, entonces, el ceremonial de la
liberación del bardo no podía continuar, ya que hubiera sido en vano. Por lo tanto, bajé de mi
asiento y dije al señor de la casa: “No puedo continuar.”

El señor se asustó y preguntó: “¿Hay algún problema? ¿No bastó nuestra ofrenda de dinero?”
(Pensaron que era cuestión de dinero.)

“Esto no tiene que ver con dinero. Algo extraño está sucediendo.”

“¿Qué cosa?”

Entonces, dije frente a todo el mundo: “La atmósfera está cargada y extraña y el alma no se ha
presentado. El problema tiene algo que ver con la retribución kármica por transgresiones sexuales.
No puedo llevar a cabo ésta liberación del bardo.”

El señor de la casa reaccionó: “¡Esto es una terrible ofensa! En medio de un ceremonial del
dharma, un monje se niega a continuar. ¿A qué se refiere por ‘atmósfera cargada en que el alma
no se ha presentado’ y que quiere decir con ‘retribución kármica por transgresiones sexuales’?
Simplemente buscaremos a otro maestro para que efectúe el ceremonial.”

Mostré mi respeto al señor de la casa y a sus allegados y salí, sintiéndome muy mal.

Luego me informaron que esa misma noche trajeron a otro grupo famoso por sus cantos de sutras.
Un monje mayor y varios de sus seguidores, equipados con un moderno sistema electrónico de
música, cantaron con mucha bulla los sutras y canciones. Incluso extendieron el ritual de la
liberación para todos los seres sintientes en los tres reinos bajos.

El señor de la casa se quejó de mí, diciendo al monje: “Usted es más famoso que Sheng-yen Lu y la
ceremonia suya era más impresionante. ¿Quién realmente es Sheng-yen Lu? ¡No tenía porqué
referirse a la retribución kármica!”

Esta noticia me dio pena, porque lo que había encontrado era algo muy raro. Había llegado y
tomado asiento y luego me había levantado diciendo que no podía completar el ceremonial. En lo
que recuerdo, nunca antes hubo un caso como este. En toda mi vida, sólo me encontré uno o dos
veces con una situación parecida. En el peor de los casos, sólo tenía que esperar un rato antes de
proseguir con el ceremonial.

Realmente, no exagero ni pienso muy elevado de mi persona. Pero, estaba seguro que el alma de
Pen Hsu no había llegado y no pude encontrarlo en ninguna parte. Como esa alma no se presentó,
¿cómo podía llevar a cabo su liberación del bardo?

Pues, soy demasiado honesto. No uso palabras en vano ni me dedico a falsas liberaciones del
bardo. No obstante, quería saber a dónde se había ido el alma Pen Hsu y por eso fui a visitar el
Templo de Cheng-juang para consultar a mi amigo, el deva de la ciudad.

Le pregunté: “¿Dónde está el alma de Pen Hsu?”

Cheng-juang me respondió: “Debo consultar los archivos.”

“Por favor, hazlo.”

Cheng-juang tardó quince minutos para luego venir a decirme: “Lo lamento, no puedo encontrar
nada en el registro.”

“¿Cómo es posible? Pen Hsu vivía en tu distrito. El alma de cualquier persona que muere en estos
alrededores debe estar registrada. No entiendo que no aparezca en tus archivos.”

Cheng-juan respondió: “Hay dos clases de personas que no pasan por el registro cuando mueren.
Uno es un cultivador espiritual que directamente asciende al cielo; pero, esto es muy raro. El otro
caso sería alguien que recibe una retribución muy fuerte y su forma y su espíritu son destruidos
completamente.”

“¿Sería factible que Pen Hsu hubiese ascendido?”

“Imposible. No hay ni un sólo practicante en esta zona que calificaría.”

“Entonces, ¿sería que la forma y el espíritu de Pen Hsu habrían quedado totalmente destruidos?”

“Esto sí es factible.”

Cheng-juang agregó: “Alguien que asesina premedita-damente es sumamente cruel, alguien que
viola a mujeres es terriblemente venenoso y alguien que comete adulterio y mata por esa razón es
extremadamente malicioso. Ninguno de los que cometen esas graves ofensas puede escaparse de
un castigo como este.”

Le di las gracias a Cheng-juang por su ayuda y me despedí.


Cuando llegué a mi casa, contemplé durante un largo rato lo que había sucedido. Sin duda, había
visto muy claramente el deva encargado de la extensión de la vida levantar un banderín blanco
con la inscripción “Retribución kármica por transgresiones sexuales.” ¿Sería posible que ese tipo
de ofensa puede producir la destrucción de la forma y del espíritu?

Me senté delante de mi altar con mis ojos cerrados y entré en meditación.

De repente apareció una pantalla delante de mí que exhibía las siguientes frases:

“Las sirvientas, forzadas por su pobreza a trabajar en la casa de la familia Hsu, fueron abusadas
sexualmente por Pen Hsu, el hijo del señor. Se aprovechó de su situación y las sometió a sus actos
inmorales, difíciles de describir.

“Dominado por sus deseos sexuales, ese joven se buscó lo que quería. Con un apetito insaciable,
se entregó ininter-rumpidamente a los placeres, desenfrenándose cada vez más. Incluso sostuvo
relaciones sexuales delante del fogón de la cocina, lo que es una ofensa seria. Donde quiera y en
cualquier momento se dedicó al sexo, de modo que no se diferenciaba de los animales.

“Totalmente desenfrenado, no le importó con quién lo hacía y en qué lugar. Actuó tan
perversamente que incluso abusó de una monja en un santuario budista. Contaminó ese lugar de
cultivación con sus actos extremadamente lascivos y maliciosos. Por eso, sus ofensas se
multiplicaron por cien sin que él pudiera escapar de la retribución.

“Además, Pen Hsu sedujo a una viuda del vecindario, una mujer que se había comprometido con la
castidad. De este modo, destruyó su castidad. Esa ofensa es muy grave, difícil de comparar con
otras.

“En una ocasión. él vio a una mujer bien parecida y enseguida pensó en seducirla. Gobernado por
el deseo carnal, quiso tomarla por la fuerza. La mujer se defendió y no se entregó, aunque la
amenazó de muerte. Entonces, la sofocó hasta matarla y la violó.

“No sólo sostuvo relaciones sexuales con mujeres ordinarias, sino también con una monja.
Enviciado por el sexo, tampoco respetó la viuda. Después de matar a aquella mujer bien parecida,
la enterró en una loma del desierto. No sintió el menor arrepentimiento por lo que había hecho y
continuó seduciendo mujeres de buenas familias.

“Cuando aquella mujer bien parecida llegó al bajo mundo, ella acusó a Pen Hsu de asesinato.
Entonces, el juez del bajo mundo envió dos rakshas (demonios) para que acabaran con él. Lo
devoraron totalmente, incluyendo sus huesos. Con una sola mordida, acabaron con su alma y
tanto su cuerpo como su alma quedaron completamente extinguidos.”

En la pantalla de mi mente me fueron revelados todos esos hechos. Ahora, todo quedó muy claro
y me impresioné profundamente.

Ese tipo, Pen Hsu, verdaderamente abusó en exceso de su apetito sexual. Usaba las sirvientas que
trabajaban en su casa a su gusto, algunas solteras y otras casadas; incluso lo hizo en la cocina
delante del fogón. Tuvo sexo con una monja delante de un altar con estatuas de Budas. Abusó una
viuda del vecindario y destruyó su castidad. Trató de someter a una mujer de buena familia, la
violó y la mató.
A Pen Hsu lo devoraron dos demonios feroces del mundo de los rakshas. Cuando se lo tragaron, su
alma no pudo escapar.

Frente a un caso como este, quisiera dar la siguiente advertencia:

Es un terrible error, dedicarse a los placeres carnales sin restricción. El abuso sexual causa mucho
daño; todos los excesos generan desastres terribles. Desde tiempos inmemoriales, los sabios han
advertido estos peligros destructivos. El que abusa de las satisfacciones carnales, no tiene moral.
Dejándose llevar por los placeres, insistirá en la búsqueda de satisfacciones y no parará hasta que
llegue su muerte.

El que se contamina por medio de acciones ofensivas,

gradualmente cae en la degeneración.

El que se excede en placeres carnales prohibidos,

no tiene frenos para cometer cualquier otro acto de maldad.

Un día, caminando por la calle, se me acercó un señor mayor, a quien no reconocí. Me preguntó:
“¿No es usted el Maestro Sheng-yen Lu?”

“Sí.”

“¿No me reconoce?””

“Su cara me luce conocida,” respondí, “pero, diariamente veo alrededor de cien personas, de
modo que es difícil recordar a todos.”

Entonces, el viejo se introdujo: “Mi apellido es Su y soy el mayordomo de la casa de la familia Hsu.
He visto a Pen Hsu crecer y estuve presente en aquella ceremonia de liberación.”

“Oh, ya sé.” Me recordé del señor Su. En aquella ocasión hablé varias veces con él, dándole las
instrucciones para la ceremonia.

Me dijo: “Esa noche, escuché claramente lo que usted dijo cuando se levantó e interrumpió la
ceremonia.”

“Lo lamento, pero realmente no pude liberar a Pen Hsu.”

El viejo me tocó el hombro y dijo: “Usted sí es de verdad un auténtico maestro del dharma.”

“¡Auténtico! (en dialecto taiwanés) ¿Por qué dice eso?”

El viejo respondió en voz baja: “Todos sabemos acerca de la conducta de Pen Hsu. Lamentamos
mucho lo que pasó; pero, somos empleados de la familia Hsu y no podemos hablar.”
Respirando profundamente, el viejo añadió: “Pen Hsu se corrompió con sus excesos; era un
hombre malo y su vida acabó pronto.”

Además, me mencionó lo siguiente:

En la casa de los Hsu, con él como mayordomo trabajaban cuatro sirvientas. Una noche, él no
pudo dormir; se levantó y salió al patio para fumar un cigarrillo. De repente escuchó a una de las
sirvientas de apellido Shen, bastante bien parecida, emitiendo unos gemidos. El viejo se asustó y
escondiéndose en la oscuridad, vio a dos cuerpos desnudos en el suelo teniendo relaciones
sexuales. Era Pen Hsu y la sirvienta Shen, una mujer casada de edad madura. Más adelante, el
viejo también se dio cuenta de que ellos tenían sexo en la cocina.

Lo más inconcebible fue que Pen Hsu lo hacía con las cuatro sirvientas y entre ellas comenzaron a
surgir disgustos motivados por los celos.

Le pregunté: “¿Estaba también una monja envuelta?”

El viejo se turbó. ¿Cómo lo supo?”

Pues, en la casa había un salón dedicado a los ancestros de la familia Hsu. Después construyeron
un anexo e invitaron a monjas a residir ahí y encargarse de la parte religiosa. Pen Hsu escogió una
de las monjas y ella no lo rechazó. Cuando el abad se enteró de este problema, mandó a la monja
rápidamente a otra parte.

“¿Y qué pasó con la viuda?”

El viejo respondió: “¡Usted lo sabe todo! Ese mal nacido no se frenó por nada. Me da asco hablar
de todo esto.”

“¿Cómo murió?”

El viejo contó: “Su muerte ocurrió en forma muy extraña. ¡Verdaderamente muy extraña! Durante
el almuerzo, comiendo un bocado de arroz, de repente se quedó tieso y no se movió más. Luego,
se cayó de la silla y nos dimos cuenta de que estaba muerto.”

Tanto el viejo como yo suspiramos.

Quiero concluir con tres estrofas para terminar esta historia.

Las sirvientas solteras soñaban con el matrimonio,

manteniendo su virginidad.

Motivadas por la pobreza dejaron atrás sus padres

amorosos

para trabajar en la casa de una familia rica.


El hombre de la casa no debió haberse fijado

en la hierba suave del patio

ni haber abusado de los tragos del banquete.

La sirvienta casada no era una mujer sin valor,

tenía el sentido del pudor como se debe.

Trabajando en la casa por necesidad,

el joven señor la obligó a servirle como mujer,

no importándole que ella estaba casada.

Esa familia rica debe poner las cosas en orden,

ya que por costumbre la sirvienta es leal a su amo

y, por tanto, es una falta intolerable

que el mismo amo la haya seducido.

La viuda se había quedado sola,

requiriendo que un hombre noble protegiera su integridad.

No obstante, el joven rico y poderoso,

aprovechó su soledad y la sedujo

cometiendo una ofensa terrible y difícil de calificar.

Su placer no fue más que el paso de nubes

y todo terminó con la muerte del joven.

Una familia rica no sólo perdió a su hijo,

también arruinó su honor.

Como consecuencia inevitable esa familia decaerá.

15. Un Feliz Cambio del Destino

Conocí a una pareja de apellido Chou que llevaban varios años de matrimonio. No tenían hijos y
consultaron con varios médicos. Oraban a las deidades, se postraban a los Budas y aplicaban los
remedios que le fueron indicados, no obstante, nada les dio resultado.

La vida matrimonial de los Chou era muy armoniosa, ya que se querían mucho. Un día, vinieron a
consultarme y me preguntaron: “¿Qué dice nuestro destino? ¿Vamos a tener hijos?”
Lo investigué y la respuesta fue negativa.

Me preguntaron: “¿No habrá algún remedio secreto para nosotros?”

Tuve que insistir: “No”.

“¿Significa esto que no habrá ninguna esperanza para nosotros de tener un hijo?”

“Así es.”

“Nos han dicho que usted tiene gran poder y que no hay nada que no pudiera lograr. ¿No puede
usted ayudarnos?” Con mucha sinceridad me lo rogaron.

Les dije: “En su caso, realmente no tengo ninguna solución.”

Después me contaron su historia familiar:

El padre de Chou era el hombre más rico de su región y Chou era su único hijo. Sus padres estaban
ansiosamente esperando un sucesor para continuar el linaje familiar. Chou y su esposa tenían
muchos años de casados, pero hasta el momento no tuvieron hijos.

La generación anterior no comparte las nociones modernas. Para los Chou, no tener hijos no era
un asunto tan serio y hablaron abiertamente su situación. Sin embargo, los viejos de la generación
anterior no pensaban de esa manera y se afectaban seriamente porque no había un hijo que
pudiera llevar su apellido hacia el futuro. Se sentían inferiores y abochornados, especialmente por
ser personas de gran estima en la ciudad. Para ellos, no tener un sucesor del linaje familiar era
como si hubieran cometido un terrible pecado.

Les pregunté: “¿Qué indican los exámenes médicos?”

“Todo parece normal.”

“¿Qué tal probar una inseminación artificial?”

“Lo hicimos y falló.”

Entonces les dije: “Aunque podría darles un talismán para la concepción de un hijo, la deidad que
consulté me indicó que en el caso de ustedes no tendría efecto. Realmente lo lamento.”

Al fin, los Chou tenían que irse sin llevarse una solución.

Antes de despedirlos, les entregué el Sutra del Alto Rey Avalokitesvara y les recomendé: “Reciten
este sutra mil veces.”

“¿Nos ayudará para concebir un hijo?”

“Ojalá que suceda un milagro.” Me sentí bastante frustrado, sin poder indicarles ninguna
alternativa.

Luego, los Chou no sólo recitaron ese sutra mil veces, sino cada uno de ellos lo recitó cinco mil
veces, lo que hace un total de diez mil veces. Aun así, no ocurrió ningún milagro.

Cuando lo supe, sentí pena.


Sé muy bien que el Sutra del Alto Rey Avalokitesvara tiene gran poder. Ha estado en circulación
desde la Dinastía Tang y hay incontables milagros relacionados con él. No obstante, los Chou lo
recitaron diez mil veces y no fueron respondidos por el Bodhisattva Avalokitesvara. No pude evitar
pensar que era injusto.

El Sr. Chou reaccionó muy comprensivo: “Gran Maestro Lu, por favor no se aflija. No podemos
culpar al Bodhisattva por no responder. Tenemos que culparnos a nosotros mismos por no ser
dignos de recibir su bendición.”

La esposa de Chou decía muy amablemente: “El Sutra del Alto Rey es muy bueno y nos sentimos
conformes al recitarlo. No necesitamos pedir lo imposible. Todo obedece a nuestra afinidad
kármica y aceptamos el curso natural de las cosas. Continuaremos recitándolo.”

Esta situación era comparable con los emperadores que no se afectaban por las adversidades,
mientras los eunucos, que les servían, temblaban de ansiedad. (Un decir tradicional chino.)

Luego, los padres de los Chou no quisieron esperar más. Sin consultar, decidieron comprar a una
joven campesina de un lugar remoto para que sirviera a Chou de concubina y le diera un hijo.

Cuando Chou se enteró, lo rechazó.

Su esposa reaccionó muy noble y dijo: “Es una tradición muy vieja que un hombre puede tener un
sucesor con la ayuda de una concubina. Debemos intentarlo para complacer a tus padres.”

Chou aun no estuvo de acuerdo.

Al fin, sus padres y su esposa lo convencieron y él lo aceptó.

Durante su primera noche con ella, Chou observó a la joven muy de cerca. No era fea. Tenía una
cara redonda y un cuerpo relleno, pero no era gorda. Tenía la constitución física de las mujeres
que fácilmente conciben hijos. No obstante, la joven lloró desconsoladamente.

Chou la preguntó: “¿Por qué eres tan infeliz?”

La joven contestó: “Mejor no le cuento.”

“¿Qué es lo que te aflige tanto? Puedes contármelo y trataré de ayudarte a resolverlo.” Chou lo
dijo con toda sinceridad.

La joven se dio cuenta que Chou era una persona honesta y no siguió escondiendo la verdad. Le
contó: “Mi padre trabajó en el campo de un terrateniente durante muchos años. Sus ingresos eran
muy pocos y escasamente podíamos sobrevivir. Recientemente, lo despidieron y él tomó dinero
prestado para iniciar un pequeño negocio. Lamentablemente, fracasó y no tenía con qué pagar su
deuda. Por eso, decidió venderme.”

Ella continuó: “Desde mis años de la escuela, un compañero de clase y yo nos entendemos muy
bien. Tenemos mucho en común y nuestros sentimientos son más que una simple amistad. Le
prometí que me casaría con él y él juró que no se juntaría con otra mujer que no fuera yo. Ahora
me encuentro en esta situación y lo único que puedo es llorar.”
Escuchando su historia, Chen la comprendió perfectamente y de una vez decidió ayudarle.
Regresaría a la joven a su padre sin pedirle nada. Esa noche, la joven durmió en la cama y él en el
sofá.

El día siguiente, los padres de Chou y su esposa preguntaron cómo le había ido durante la noche.
Entonces, Chou les contó la historia y les participó la decisión que había tomado. Ni sus padres ni
su esposa se opusieron y aceptaron que devolviera a la joven.

Más adelante, Chou tuvo un sueño y me lo contó: “Vi un hermoso palacio celestial y muchas torres
que irradiaban múltiples luces. Estaba en un valle y arenas doradas cubrían el suelo. Delante del
palacio veía a dos niños jugando. De repente se manifestó el Bodhisattva Avalokitesvara con una
indescriptible belleza y solemnidad. Una hermosa fragancia llenó el aire y luces puras alumbraban
el lugar. Cuando los niños vieron al Bodhisattva, se acercaron llenos de alegría. Uno le tomó de la
mano izquierda y el otro de la mano derecha. Juntos con el Bodhisattva, cruzaron las nubes hacia
una esfera más abajo. Después me desperté.”

Hice una investigación acerca del significado de este sueño y lo que supe me dio una gran alegría.

Le dije: “Debido a que permitiste que la joven retornara a su casa, ya no tendrás que preocuparte
por tener hijos. En tu frente apareció ahora la línea que indica que vas a tener hijos. Se trata de un
signo muy auspicioso.”

Chou reaccionó: “Tantos años que no tuve hijos: no quiero pensar que este sueño sea falso.
¿Realmente será posible ahora?”

Le respondí: “Esta vez, sin duda, vas a tener hijos.”

Después, la esposa de Chou, que no había podido concebir durante tantos años de matrimonio, se
encontró embarazada. Antes de dar a luz, su esposa vio al Bodhisattva Avalokitesvara en el sueño,
llegando con dos niños, uno en cada mano. Luego, ella tuvo mellizos.

Cuando nacieron esos niños, ambos formaron el mudra del Señor Indra, Deva Gobernante de los
Cielos Trayastrimsa.

Según mi saber, no es correcto que se utilice una concubina. Aunque suena razonable pagar a una
mujer por ese servicio, pero, hay que pensar que la unión de un hombre con una mujer debe
contar con el pleno consentimiento de ambos, sin que el hombre se aproveche de una mujer
pobre y sin defensa. Forzar a una mujer a convertirse en concubina constituye un acto en contra
de su voluntad.

Se crearía una situación aun más deplorable si se buscara a una mujer joven para un hombre viejo.
Sería comparable con un toro viejo comiendo hierba suave o, con plantar flores en los desechos de
una vaca. En una situación como esta, la joven concubina, tan inocente y tierna, tiende a ser
abusada por la esposa del hombre debido a reacciones de celos. De este modo, se produce una
enemistad y la concubina se deprime y desea morir. Desde los tiempos antiguos, tales situaciones
venenosas han originado sufrimientos terribles.

Por otro lado, hay hombres que tienen varias esposas y concubinas, supuestamente porque no
tienen hijos. Sólo en contados casos esto corresponde a la verdad. La mayoría de esos hombres lo
hace porque tienen dinero y no pueden controlar sus deseos sexuales. Como consecuencia, las
esposas y concubinas se pelean entre ellas para ser la favorita del hombre. Sus confrontaciones
adquieren características terribles, imposibles de contar. Antes que un hombre decida complicarse
la vida con varias esposas y concubinas, debe enterarse de los peligros y daños que esto implica. Si
no existe una verdadera necesidad, es mejor no crear una afinidad kármica de este tipo.

Aunque en los tiempos antiguos, un terrateniente siempre tenía varias esposas y concubinas, hoy
en día la ley no lo permite. Como sea, en estos tiempos modernos, muchos hombres ricos tienen
en secreto varias esposas y amantes y la moral se está degenerando. Debemos estar atentos para
no caer en estos errores.

Cuando ocurre un desastre, la gente cree que esto estaba en su destino. De hecho, deben
reflexionar para darse cuenta qué ofensas cometieron, especialmente del tipo sexual, y
entenderán que se trata de la rápida llegada de la retribución. En todo caso, cada uno debe buscar
la culpa en sí mismo cuando se encuentra en medio de una situación dolorosa. Entonces, debe
proponerse firmemente no volver a cometer los mismos errores y comenzar de nuevo.

Una persona que logra controlar sus deseos sexuales, también será capaz de transformar su
infortunio en lo contrario; desde el cielo recibirá bendiciones maravillosas.

16. El Alcalde Chen

Conocí a un hombre llamado Chen que estaba haciendo campaña para ganar la posición de
alcalde. Él vino a consultarme: “¿Seré yo el ganador de las elecciones?”

En ese instante, una deidad me transmitió un poema que decía:

Entregado a la campaña pre-electoral, atrayendo a gente por paquetes,

muchos de los líderes del condado apoyan su candidatura.

Dondequiera se ven los banderines que destacan su color;

lleno de entusiasmo todo el mundo exclama: ‘¡El ganador!‘¡El ganador!’

Chen lo leyó y sonriéndose exclamó: “Bonito poema. Indica que yo seré elegido.”

Desde hace mucho, Chen estaba aspirando a la posición de alcalde y cuando leyó el poema, pensó
que debía continuar sus esfuerzos para que los electores lo favorecieran. Creyó que muchas
personas famosas y de prestigio le ayudarían en la campaña y sus banderines estarían a la vista
dondequiera que se mirara. Si ganara las elecciones para ocupar la posición de alcalde, su anhelo
más grande por fin se convertiría en realidad.

Muy contento, Chen se despidió y se llevó el poema.

En ese poema había una repetición, que decía ‘¡El ganador! ¡El ganador!’

El oponente de Chen, de nombre Chin, se enteró de nuestro encuentro y también vino una noche
para hacerme la visita. Chin dijo: “Por favor, si le es posible, solicite a las deidades otro poema,
esta vez para mí.”

Entonces, la misma deidad transmitió un poema para él, que decía:


Sembrar flores ilusorias en este mundo no dará resultados.

Cuando llegue la hora, el sol se levantará por el horizonte.

Manteniéndose con pasos rectos, sin retrasos ni desvíos,

a la vista de las deidades, su posibilidad se está forjando

en un cien por ciento.

Cuando Chin vio el poema, no lo entendió muy bien. ¿Qué quería decir con ‘flores ilusorias’? ¿Qué
quería decir ‘el sol se levanta’? El que se propone ganar las elecciones, naturalmente no debe
echar atrás ni asustarse. ¿Qué quería decir ‘cien por ciento’? Esta última frase parecía ser la más
importante.

Chin me pidió que le explicara el significado de ese poema. Le dije: “Usted es muy afortunado y va
a conseguir lo que quiere, siempre que se esffuerce. ¿No le suenan bien las palabras ‘cien por
ciento’?”

Chin objetó: “Chen tenía dos‘¡El ganador!‘¡El ganador!’ ¿Por qué no me salieron cosas similares?”

Le dije en voz bajita: “Él tendría dos, pero usted tiene cien.”

Muy contento, Chin se despidió.

En el pasado, cada vez que se celebraban elecciones, las personas que querían postularse como
candidatos acostumbraban consultarme para saber si estas posiciones estaban en su destino.
Cuando confirmaban su buena suerte, entonces se postulaban, si no, no lo hacían. También
consultaban, cuál era el momento correcto para ellos postularse.

Esta vez, Chen y Chin eran oponentes para la posición de alcalde. Chen había preparado su
candidatura desde hace mucho tiempo, mientras Chin se decidió en último momento.

Observé a esas dos personas con mi visión espiritual.

Vi a Chen sentado en la preciosa silla del alcalde. Vi cómo las deidades de alrededor y oficiales
divinos levantaban banderas y le entregaban placas de reconocimiento, acompañados por
trompetas y tambores. Según mi predicción, Chen sería el elegido y mi predicción no debería
fallar.

También observé a Chin e igualmente lo vi sentado en la preciosa silla del alcalde. También vi al
oficial divino vestido de rojo levantando banderas decoradas que decían “Alcalde Chin”.

Esto sí era raro. ¿Dos personas elegidas como alcalde? Esto no podía ser. ¿En qué falló mi visión?

De hecho, el contenido de los dos poemas, transmitidos por la deidad, era bastante ambiguo. Por
eso, causaron un gran dolor de cabeza a ambos candidatos y originaron fuertes confrontaciones.
Debido a la fama de mis habilidades de predicción, las personas no cesaban en llegar de todas
partes del mundo para consultarme. Hasta dieron tantos empujones a mi portón de entrada que
lo rompieron. Luego tuve que encargar a uno de mis discípulos, dueño de un taller de madera,
hacerme otro.

Cada vez que había campañas electorales, sea para escoger el alcalde, los congresistas y hasta el
mismo presidente, todos los candidatos venían a consultarme acerca de sus posibilidades.

No obstante, soy un practicante espiritual y todos esos asuntos mundanos no me benefician. Por
eso, la Madre Dorada me pidió que emigrara a los Estados Unidos de América. Rápidamente tuve
que empacar mis cosas y junto con mi familia, la Maestra Lien Hsiang y mis dos hijos Fo ching y Fo
chi, nos establecimos en la región de Seattle.

Más tarde me enteré del resultado de la elección del alcalde. Todo el mundo quedó sorprendido.
El que supuestamente debía ganar, perdió y el que estaba perdiendo, ganó.

Aunque la gente ordinaria no puede predecir con exactitud los resultados de las elecciones, según
las encuestas había muy poca diferencia entre ambos candidatos. Personalmente, no sabía qué
pasó. ¿Cómo podía ser que el favorito, según las encuestas, perdiera y el candidato del puntaje
menor ganara?

En mi meditación me trasladé al cielo. Pregunté al oficial encargado: “¿Qué hay detrás de este
resultado?”

El oficial me respondió: “Se debe a la reducción de su suerte.”

“¿Por qué?”

“Debido a una transgresión sexual.”

“¿Quiere decir esto que al candidato, que se perfilaba como ganador, las deidades tuvieron que
reducirle la suerte debido a la infidelidad matrimonial?”

“Así es.”

Pensé: “Continuamente vuelve y aparece la palabra ‘sexo’ como ofensa que corrompe.” El oficial
divino me entregó el siguiente texto que advierte en contra de las ofensas sexuales. Espero que
cuando la gente lo lea, proceda con mayor cuidado. Dice así:

“En el inmenso reino de los mortales, donde imperan la ignorancia y las pasiones, cuando la
sabiduría es pisoteada, la estupidez será difícil de extinguir. Las personas deben reconocer el valor
de las relaciones maritales legítimas para mantener en alto la pureza de la familia y no contradecir
el principio natural. Cuando en una familia se actúa según ese principio, los hijos del matrimonio
difícilmente se tornarán corruptos. ¿Cómo podría alguien, que se atiene a lo correcto y no se
envuelve en relaciones extramaritales, prestarse a brincar verjas para un encuentro sexual
secreto, sabiendo que luego tendrá que pagar sin fin por esta falta? Entre las miles de ofensas, las
transgresiones sexuales son las peores. A los ojos de los observadores divinos, el que se deja
dominar por sus deseos sexuales, atrae miles de infortunios sobre su vida. Se le acortará la vida y
su prosperidad se reducirá; será castigado con la pobreza y no tendrá sucesor. Después que
muera, lo enterrarán en un campo silvestre y no habrá quien le muestre homenaje. Todo el
mundo conoce La Doctrina del Medio (uno de los clásicos de Confucio), pero nadie se recuerda
que en todos sus escritos, Confucio aconseja a la gente a mantenerse lejos de las pasiones
sexuales.

“Todo el mundo ha leído Las Analectas de Confucio (también conocidas como Comentarios
filosóficos), que contienen la instrucción de observar los preceptos desde la juventud. Los jóvenes
aun no tienen una disposición determinada. ¿Cómo puede alguien creer que cambiar la sabiduría
por la estupidez podría dar algún resultado bueno? Un hombre en declive usa mujeres por paga,
se impone a mujeres débiles e incluso acaba con su resistencia por la fuerza, como en el caso de
viudas o vírgenes. Cuando la castidad de una viuda es arruinada por la imposición de un hombre,
su esposo muerto no tendrá paz. Cuando un hombre viola a una virgen, ella reacciona con un
miedo desesperado. También hay casos en que los hombres abusan de las sirvientas, ya que no
tienen cómo defenderse y son una presa fácil. Hasta la enfermera no se salva, ¿cómo entonces
puede cumplir con su trabajo de curar? En esas situaciones corruptas, las sirvientas jóvenes están
forzadas a tolerar el vociferar de la señora de la casa y las exigencias extravagantes del señor. El
amo disfruta con rebajar a estas mujeres; no obstante, su crueldad difícilmente se destapa. Actúa
como un salvaje buscando placeres prohibidos con mujeres de clase baja y prostitutas. Los
bodhisattvas miran con pena estas situaciones impuras, en especial cuando un hombre va tan lejos
y causa daño a una monja.

“En los Comentarios sobre las Estaciones de la Primavera y del Otoño dice lo siguiente: ‘Al hombre
le toca ocuparse de su esposa, a la esposa le corresponde atender a su familia y ambos no deben
violar esta regla.’

“El Libro de los Rituales especifica: ‘Cuando en lo interno y en lo externo las reglas caen en
desorden, las conductas resultantes bajan al nivel del animal y los culpables ciertamente serán
castigados. También es un error engañar a la esposa con palabras suaves, confundiendo su mente,
y luego proceder en forma lasciva, enredándose en aventuras con otras mujeres. Sin duda, en
lugar de obtener felicidad, esto lleva hacia el profundo mar de sufrimientos.

“Otra ofensa podría ser que alguien use el método de destacarse como hombre culto y talentoso,
hablando de temas interesantes y contando chistes cómicos con la finalidad de atraer a las
mujeres y tener relaciones sexuales con ellas. Otra falta sería difundir chistes de contenidos
ofensivos que irrespetan la armonía entre el cielo y la tierra. La retribución por difundir y escribir
libros pornográficos es sufrir en el infierno durante miles de kalpas. Lo mismo se aplica a los que
aceptan roles sexuales provocativos en las películas y a los que pintan cuadros pornográficos con
cuerpos al desnudo en posiciones sexuales. Con esto incitan a otros y dañan su mente; por tanto,
la retribución que les toca será muy severa. Además, escuchar y cantar canciones que excitan la
sensualidad y despiertan pensamientos prohibidos, son actos que conducen a la decadencia. Otra
falta sería fabricar remedios que prometen la inmortalidad, diciendo que la esencia yang se
refortalece absorbiendo esencias de carácter yin; al engañar a otros, caerá en los tres reinos bajos.
¿Cómo hay personas que se prestan a cometer esas ofensas, comprometiendo su vida con castigos
cada vez más severos?

“La Doctrina de Cheng contiene instrucciones bien conocidas por todos. Sólo contemplando La
Canción de Lu, los pensamientos sin duda se purifican. Esas instrucciones nos enseñan que, en
lugar de pensar en placeres sexuales, debemos dedicarnos a obras virtuosas, recordando que el
no-pensar es la vía de la no-acción. Tan pronto surge en la mente una tentación, hay que recordar
las reglas. Junto con los deseos sexuales se enciende el fuego de las pasiones y para no caer, se
debe retroceder a tiempo del borde de ese precipicio. Cuando alguien rectifica después de haber
tenido pensamientos pecaminosos, incluso después de haber cometido una transgresión, todavía
puede obtener bendiciones. Dedicándose en adelante a obras buenas, el destino se mejorará y los
desastres se extinguirán. Luego, los asistentes del bajo mundo vestidos de verde llevarán a esa
persona a tomar asiento en la silla de un funcionario, tal como lo hicieron con el caballero Hong,
quien pasó con éxito los exámenes provinciales para funcionarios, a pesar de su avanzada edad.
Cuando el decreto del Emperador llega escrito en papel amarillo y anuncia el éxito del candidato,
inmediatamente obtendrá un puesto elevado, como también sucedió con el famoso escolar
Chiang.

“El que continuamente desvía su conducta de la norma y no cumple con las reglas, pronto se
encontrará sufriendo las retribuciones. Aunque se encuentra en problemas, todavía puede reparar
su error en el último momento, ya que la retribución no llega con todo su peso al que se confiesa y
se arrepiente de su falta. Si se confiesa y se arrepiente con sinceridad, podrá purificar su mente y
disfrutar de tranquilidad. El que continuamente actúa según los principios morales, acumula
vastos méritos escondidos a través del control de su conducta. El que se dedica a la cultivación del
bien y observa las reglas de la buena moral, disfrutará de dicha familiar y todos sus hijos tendrán
matrimonios felices. Por lo contrario, el que desde su juventud se orienta hacia las satisfacciones
carnales e insiste en prácticas lascivas, al final perderá incluso su vida y su cara quedará
desfigurada. El que se deleita con música y poemas de contenidos lujuriosos, como consecuencia
se convertirá en un espectro horripilante, al que le cuelga la lengua por la boca.

“Ojalá que todo el mundo decida observar los preceptos con firmeza, sin permitir que su corazón
se dañe. La gente debe darse cuenta que los placeres carnales son como un cuchillo suspendido
encima de su cabeza que en cualquier momento puede caer y matarlos. El que no se frena a
tiempo sufrirá infinitamente. Sólo el que se mantiene firme frente a la tentación será capaz de
entrar al reino de los devas. Tomando en cuenta que los pensamientos, palabras y actos
libidinosos ofenden al Cielo, ningún hombre debe seducir a una mujer. Incluso en situaciones
románticas, con brisa suave y luna llena, inspirado en recitar poemas, hay que estar muy vigilante
para no perder la cabeza. Aunque un hombre en su vida matrimonial compone versos amorosos y
disfruta estando con su pareja, jamás debe incurrir en excesos. Nadie debe meterse en la vida
sexual de otros y hacer comentarios impropios o chistes. En cuanto a las prostitutas, a ellas no les
interesa el amor y, por tanto, no conviene que un hombre busque satisfacciones con ellas. Cada
uno debe cuidar su cuerpo como si se tratara de una pieza de jade blanco sin mancha, para jamás
exponerse a peligros ni maltratos.”

Cada palabra de este texto es expresada en forma de verso, con expresiones muy elaboradas que
cubren todos los temas de las tentaciones y ofensas sexuales.

Después de leerlo, comprendemos perfectamente de dónde provienen las causas de muchos


infortunios, como la reducción de la prosperidad, el acortamiento de la vida, no tener un hijo
sucesor, no disfrutar de buena salud, sufrir de muchas enfermedades, ser pobre y morir joven,
morir en un accidente, sufrir de desastres de agua, fuego y otros.
Todos los eventos, también las elecciones, son vigilados por las deidades. Entre los miles de males,
la lascivia es el número uno. Las personas virtuosas y los caballeros de verdad deben proceder con
mucho cuidado.

17. Un Lamentable Desastre

Una vez visité a Chai Lien y su familia. En nuestra juventud habíamos sido compañeros de clase en
la escuela. En su casa, su hijo Chai Ling salió de su habitación y cuando pasó por la puerta de la
sala, su padre lo llamó para que saludara al “tío”Lu.

Chai Ling inclinó su cabeza hacia mí y siguió su camino. En ese segundo, vi la cara de Chai Ling y me
sorprendí. Pensé: “Sus ojos tienen una mirada retraída y su cara luce amarillenta.”

Pregunté a Chai Lien: “¿Cuántos años tiene tu hijo ahora?”

“Ya cumplió diez y ocho.”

“Está en los años rebeldes.”

Chai Lien me dijo: “¡Qué va! Mi hijo es tranquilo. Es el tipo de muchacho que desde pequeño
nunca nos ha dado disgustos. Le encanta estudiar y raras veces sale a jugar. Siempre está metido
en su habitación.”

“¿Qué libros está leyendo?”, pregunté.

“Bueno, como padres nos contentamos con que nuestro hijo prefiere estar en la casa y que no
busca problemas en la calle.”

Le dije a mi amigo: “Tengo conmigo unos libros con temas de la cultivación espiritual. Voy a
regalarlos a Chai Ling para que los lea.”

“¡Qué bien! Muchas gracias.”

“Es muy importante saber qué libros el hijo de uno está leyendo. Ustedes, sus padres, deben
también prestar atención a las lecturas de su hijo.”

Después de unos días, Chai Lien vino a verme totalmente afligido y desesperado. Cargaba en sus
manos una pila de libros. Temblando del disgusto, tiró los libros al suelo.

Los recogí y vi los títulos: “El Tentador Sexual”, “La Viuda Alegre”, “Una Monjita bajando por la
Montaña”, “Las Historias de las Aventuras Sexuales del Emperador Wu Tse Tien”, “Los Juegos en el
Agua”, etc.

Chai Lien dijo: “Este muchacho estaba escondido en su habitación todo el día y yo pensaba que se
dedicaba a sus estudios. Pero, ¡imagínate lo que estaba leyendo! Parece que pasaba todo el
tiempo en eso. Tenía una caja llena de esa clase de libros. Y no sólo libros, también encontré fotos
de hombres y mujeres desnudos en posiciones atrevidas.”

Después de mi última visita, Chai Lien siguió mi consejo y entró en la habitación de su hijo para ver
qué estaba leyendo. No esperando que su padre entrara, Chai Ling estaba entregado a la lectura y
tenía una mano en su pantalón, tocando sus genitales.
Chai Lien miró el título del libro: “Una Mujer Libertina Enamora a un hombre”.

El libro contenía fotos de mujeres escasamente vestidas y mujeres con uniformes de monjas
abrazando a hombres. Tenían las bocas abiertas y miradas muy seductoras.

Chai Lien se puso furioso y su hijo bajó la cabeza. Preguntó repetidas veces: “¿Por qué lees este
tipo de basura?”

“Es también un tipo de conocimiento.”

“¡Esto es pornografía y nada más!”

“Mis compañeros de clase son aun peores.”

“¿Por qué dices eso?”

“Porque todos han tenido experiencias sexuales.”

“Todavía no has terminado la Escuela Secundaria.”

“Según las estadísticas, el cincuenta por ciento de los estudiantes secundarios tienen ese tipo de
experiencia. Yo soy uno que se ha quedado atrás.”

Chai Lien estaba tan turbado que sus lentes se le cayeron y casi se rompieron. Naturalmente, él
sabía que en la actualidad las relaciones sexuales libres eran ampliamente toleradas, acabando
con la ética y la moral. El amor sin compromiso prevalecía cada día más y los jóvenes estudiantes
en su tierna edad corrían el peligro de caer en un mar sin fondo al entregarse a las apetencias
sexuales. Dondequiera había negocios dedicados al sexo y los interesados miraban las películas
marcadas con X como si nada. Esta decadencia se está imponiendo como una moda. Sin embargo,
cuando Chai Lien se dio cuenta que su propio hijo se había corrompido, no supo cómo reaccionar.

Me preguntó: “¿Qué debo hacer ahora?”

“Enséñale a tu hijo las cosas como deben ser.”

“¿Y qué hago con esos libros?”

“Todos esos libros pornográficos deben ser quemados.”

“¿Cómo le enseño?”

“Debes buscar la manera de dirigir su atención a actividades constructivas y animarlo para que
participe en entretenimientos sanos en las horas fuera de clase.”

“¿Será posible que él corrija sus pensamientos?”

“Observando la historia, nos preguntamos: ¿Por qué algunos escolares muy dotados y personas
con elevados ideales sufrieron de debilidad física? ¿Por qué no disfrutaron de longevidad? En la
mayoría de los casos, la causa de su deterioro radicaba en sus fuertes deseos sexuales. Aunque
muchas personas conocen perfectamente las consecuencias antes de dedicarse a actividades
sexuales, como quiera lo hacen y después intentan arrepentirse. No obstante, una vez que ellos
encienden las llamas del deseo, su conciencia se apaga totalmente. Siempre piensan que una o
dos veces no les causará daño y se proponen frenarse a tiempo. Sin embargo, cada vez tienen el
mismo pensamiento y pierden el control sucesivamente. De este modo, no logran detenerse y al
fin se desperdician a sí mismos y agotan su esencia vital. Luego, sus cuerpos se debilitan, se
enferman y la muerte les sorprende.”

“Mi hijo sólo tiene diez y ocho años.”

“Esos libros lo corrompieron. Siendo tan joven, la constante masturbación ha arruinado su salud.
Ahora él debe eliminar sus deseos sexuales y no seguir masturbándose para que su esencia vital y
su médula vuelvan a reforzarse. Sobre todo, debe enfocar su mente en la purificación del espíritu.”

“Algunos autores piensan que una o dos aventuras esporádicas no hacen daño.”

“La voluntad de los jóvenes todavía no está firme y no cuentan con suficiente madurez para actuar
con firmeza según los principios.”

“¿Qué me dice de personas casadas?”

“A los veinte años, la frecuencia de las relaciones sexuales no debe exceder de una vez en siete
días; a los treinta años, se recomienda una vez en catorce días; a los cuarenta, una vez en
veintiocho días y a los cincuenta, una vez en cuarenta y cinco días. Después de llegar a los sesenta,
se aconseja parar las relaciones sexuales, porque a esa edad el Tien-kui no vuelve a
recomponerse.”(El Tien-kui se refiere a la circulación de la energía, a las esencias, la médula y la
sangre.)

Después que Chai Lien se fue, no volvió.

Más adelante, me enteré que un vecino mató a su hijo con un cuchillo como acto de venganza.
¡Qué noticia tan horrenda!

Según las informaciones, en el vecindario vivía una mujer joven, cuyo esposo se ausentaba a
menudo haciendo viajes de negocios. La joven se entretenía leyendo y a menudo tomó prestados
los libros de Chai Lin. Ambos se acercaron mucho y al fin sucedió que… “Una Mujer Libidinosa
Enamoró a un Hombre”. Debido a sus repetidos encuentros, el esposo los descubrió e impulsado
por la ira, mató a Chai Lin.

Así terminó a destiempo la vida de este joven, hijo de un amigo.

Al escuchar la noticia, pensé:

Un hombre joven, lleno de energía y vigor, sin tener todavía una dirección clara de su vida, de
ninguna manera debe permitirse entrar en contacto con materiales pornográficos. Si llega a ver
esas cosas atrevidas, difícilmente logrará impedir que sus pensamientos se envicien.

Actualmente, esto no sólo comprende libros y fotos, sino también películas, videos y tiendas de
accesorios. Visitar lugares eróticos es muy peligroso porque las tentaciones que ahí sobresaltan
pueden resultar ser irresistibles.

Por lo tanto, es muy importante educar correctamente a los niños y jóvenes. En caso que ellos ya
hubiesen cometido errores, hay que instruirlos a que se arrepientan y se purifiquen rápidamente.
La salud, el carácter moral y la espiritualidad son tesoros demasiado preciosos que nadie jamás
debe dañar.
A los jóvenes les conviene participar en actividades escolares, como subir montañas, nadar, viajar,
participar en campamentos y observar los ambientes naturales asociados con la tierra y el cielo.
También pueden asistir a centros budistas en verano o en invierno. Desarrollar una fe religiosa
fuerte les ayuda a respetar la vida y a no matar, no robar, no mentir, no beber ni cometer faltas
sexuales; también les permite concentrarse en visiones sanas acerca de su futuro.

Hay que tener claro que la ofensa kármica del adulterio, por más secreto que sea llevado a cabo,
no se esconde a los ojos divinos. Una ofensa de esa categoría causará la reducción de la
prosperidad y acortará la vida. Incluso, toda la riqueza y la buena posición que alguien pueda
haber alcanzado se esfuman debido a actividades sexuales prohibidas.

El que tiene una larga lista de deudas kármicas, difícilmente las puede pagar todas en esta vida. A
una persona. que cometió muchas ofensas y no trata de purificarlas antes de morir, las deidades y
oficiales divinos no le podrán otorgar bendiciones. Todo el mundo debe entender que cada uno es
responsable de su destino.

Hay tantas personas muy talentosas y estudiadas, pero, sus destinos son pobres y desafortunados.
¿Por qué? Ellos deben preguntarse si cometieron ofensas sexuales, especialmente adulterio.

La ofensa de la infidelidad es muy peligrosa. Hay que pensar mucho, para no exponerse a esos
peligros.

Al estar vivo, todavía queda tiempo para uno arrepentirse y para mejorar su destino. De otro
modo, nada impedirá que ocurra un lamentable desastre.

18. Consejos que Ayudan a Controlar los Deseos Sexuales

Para concluir este libro, quiero aprovechar este último capítulo para dar consejos concretos de
cómo se puede evitar que problemas relacionados al sexo causen consecuencias desastrosas en
nuestras vidas. Ojalá que toda la gente acepte e implemente los siguientes diez métodos.

Con frecuencia leer libros de temas espirituales y de la cultivación espiritual.

Atenerse a los cinco preceptos (no matar, no mentir, no robar, no cometer adulterio ni otros actos
sexuales pecaminosos, no ingerir bebidas alcohólicas ni otras sustancias tóxicas).

Mostrar respeto a los Budas y a las Deidades.

Atesorar la pureza del ser, la espiritualidad y las esencias vitales.

No mirar ni escuchar asuntos que violan la moral.

No participar en conversaciones sobre temas de actividades sexuales.

Quemar los libros pornográficos que uno encuentre.

Tener un sano control sobre la vida matrimonial para no cometer excesos. (Los monjes y monjas
deben atenerse a su voto del celibato y cortar los deseos sexuales.)

Levantarse por la mañana tan pronto se despierta.


Alentarse y ayudarse mutuamente para no cometer faltas y para atenerse a los presentes
consejos.

Es bien sabido que cuando un hombre percibe la belleza de una mujer y se siente atraído hacia
ella, en su mente se despierta el deseo de poseerla. Esto está claramente explicado en el Tai-shang
Kan-yin Pien. Cualquier ofensa en este sentido será registrada por los espíritus que residen en el
propio cuerpo, por el deva de la familia y el deva de la cocina. Las seis estrellas de la constelación
de la Osa Mayor también serán testigos.

Involucrarse en placeres carnales prohibidos y en actos lascivos, sin duda daña invisiblemente la
virtud de la persona. El Cielo tiene su propio modo de intervenir. Insistir en conductas inmorales
conlleva la destrucción de la buena reputación y el deterioro de la fortuna. Si el destino de la
persona originalmente hubiese sido de riqueza, sin duda, su suerte disminuirá considerablemente.
Si, por otro lado, esa persona contase con un destino poco afortunado, entonces sufriría aun
peores miserias y degradaciones.

Frente a los ojos de todo el mundo han sucedido casos en que presidentes y primeros ministros se
vieron forzados a renunciar debido a escándalos sexuales.

Ciertamente, divertirse libremente con placeres de la carne y cometer excesos sexuales lascivos,
da origen a muchos desastres extraños. Es así, porque tanto los principios naturales como los
morales, que regulan la convivencia humana, son llevados a un estado de desorden. En el caso de
la infidelidad, siempre habrá individuos involucrados que reaccionen con ira. Por eso, puede
terminar en que el esposo mate a su esposa, que la esposa mate a su esposo, que el esposo mate
el amante de su esposa, que la esposa y su amante conspiren en contra de su esposo, que uno de
ellos cometa suicidio, que dos se ataquen y se maten, etc. Crear una situación de infidelidad,
indudablemente puede costar la vida.

Todos debemos saber que cuando el fuego del desenfreno queda encendido, la persona se vuelve
cada vez más insaciable. Al permitirse derrames sin restricción, su energía acabará pronto y sus
huesos y la médula se secarán. Adicionalmente, la persona se expone al riesgo de ser infectada por
enfermedades sexualmente transmitidas, como el SIDA, la sífilis y otras afecciones venéreas.
Muchos han perdido su vida en una edad joven y muchos de ellos a causa de una enfermedad. Sin
duda, los que viven entregados a los placeres carnales, corren el peligro de morir antes del tiempo.

Más aun, esas personas corrompen su mente y cada pensamiento sexual que les surge, las
desviará cada vez más. Cuando la mente funciona en base a tales apetencias, concomitantemente
se generan pensamientos de ira, de decepción, de mentiras, de conspiración, de celos y de infligir
daños a otros. Con una mente enredada en esas ideas, la persona actúa sin rumbo e incurre en
todo tipo de karma malsano.

En los casos peores, las desviaciones abarcan:

Molestar a niños sexualmente.

Violar a niñas pequeñas.

Seducir y violar a viudas.


Seducir y violar a monjas.

Actos como estos ni siquiera son llevados a cabo por animales y, por tanto, las ofensas kármicas
que implican aumentan cientos de veces más.

Sin embargo, me doy cuenta que las cuatro ofensas mencionadas no bastan. La mente humanan
se ha corrompido tanto, que las situaciones exceden toda la imaginación.

Hay individuos que tienen sexo con perros, de modo que irrespetan las fronteras entre las
especies.

Hay casos en que padres e hijos y hermanos y hermanas tienen sexo.

Hay abuelos que molestan a sus nietas y abuelas que lo hacen con sus nietos.

Estas conductas son peores que las de los animales y violan todos los principios morales. Los
individuos que los cometen sufrirán retribuciones terribles en los tres reinos inferiores; caerán en
los infiernos o experimentarán existencias como espíritus infelices y como animales. Sus castigos
serán prácticamente interminables.

El Avatamsaka Sutra (Sutra Adornado por las Flores) constata: “Aunque un bodhisattva se sienta
feliz con su esposa, no es permisible que disfrute excesivamente del sexo, ni en la propia alcoba, ni
pensar en la de la esposa de otro o de su hija.”

Las leyes del bajo mundo dicen: “Alguien que viola la hija de otro sufrirá la retribución de quedarse
sin sucesor. Alguien que viola la esposa de otro sufrirá la retribución de tener descendientes
lascivos.”

Siempre debemos recordar que todas las formas de belleza son vacías e ilusorias y que los placeres
sexuales no tienen duración. Una figura femenina con gestos graciosos es sólo un aspecto
superficial; adentro, su cuerpo está lleno de excrementos nauseabundos. En todas las
circunstancias debemos mantenernos alertos y no generar pensamientos de fantasías sexuales.
Frente a una situación tan peligrosa, en que una joven seductora se nos acercara o una mujer llena
de pasión, hay que reaccionar con firmeza, determinado a no cometer un error. Frente a la
tentación, jamás debemos aflojar nuestra conciencia, sino valernos del poder de la sabiduría. De
este modo captaremos el peligro de la situación y seremos capaces de emplear el pensamiento
correcto y evitar un desarrollo desdichado.

Es preciso recordar que tres pulgadas encima de la cabeza de los seres humanos comienza el reino
de las deidades y que los devas de la Osa Mayor son testigos de nuestros actos. Además,
dondequiera se mueven espíritus y espectros, observando todo lo que pasa. Dentro del cuerpo de
cada persona moran por lo menos tres espíritus (en la cabeza, en el tronco y en los pies). En cada
hogar, siempre están presentes los espíritus de la casa y de la cocina. Nadie debe pensar ni por un
momento que está solo, sin testigos.

Las bendiciones y la gloria celestial son muy asequibles para los seres humanos. Sin embargo, un
solo paso erróneo puede conllevar el sufrimiento infernal. Todavía en el borde del abismo hay
tiempo para frenar y alejarse de un mar de sufrimientos. Frente a cualquier tentación, hay que
recordar que un sólo error es capaz de desencadenar un terrible desastre.
¡Ojalá que todo el mundo despierte!

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