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Existen numerosas evidencias que ponen de manifiesto la existencia del proceso evolutivo.
Distinguiendo el campo del que provienen, pueden reconocerse cinco fuentes de evidencia:
la observación directa, la biogeografía, el registro fósil, el estudio de las homologías y la
imperfección de la adaptación.
Antes de que el naturalista inglés Charles Darwin propusiera la teoría de la evolución que
cambiaría para siempre el mundo de la biología, la teoría de Lamarck ya proponía una
explicación acerca de cómo habían podido ir apareciendo las diferentes formas de vida sin
necesidad de recurrir a uno o varios dioses.
Su idea era que si bien el origen de todas las formas de vida podía ser creado
espontáneamente (presumiblemente por obra directa de Dios) pero que, después de esto, la
evolución se iba produciendo como producto de un proceso mecánico fruto de las
propiedades físicas y químicas de la materia con la que están formados los organismos y de
su entorno.
La idea básica de la teoría de Lamarck era la siguiente: el entorno cambia, las formas de
vida luchan por adaptarse continuamente a las nuevas exigencias de su hábitat, estos
esfuerzos modifican sus cuerpos físicamente, y estos cambios físicos son heredados por la
descendencia. Es decir, que la evolución que proponía la teoría de Lamarck era un proceso
que se sostiene en un concepto llamado herencia de las características adquiridas: los
padres transmiten a los hijos los rasgos que adquieren a partir de cómo se relacionan con el
entorno.
TEORÍA DE LA EVOLUCIÓN DE WALACE
Walace, en el libro " On the law which has regulated the introduction of species", sostenía
que cada especie ha aparecido de manera coincidente, en el tiempo y en el espacio, con una
especie preexistente estrechamente relacionada con ella. Las especies relacionadas entre sí
tienden a aparecer en las mismas áreas geográficas. El origen de las especies era un proceso
genealógico. Y pone de manifiesto la importancia del registro fósil.
Wallace propuso en 1889, la hipótesis de que la selección natural podría dar lugar al
aislamiento reproductivo de dos variedades al formarse barreras contra la hibridación, lo
que podría contribuir al desarrollo de nuevas especies.
Wallace propuso el siguiente escenario: cuando dos poblaciones de una misma especie han
ido evolucionando por separado, adaptándose cada una de ellas a las condiciones concretas
de cada medio, con el paso del tiempo llegará un momento en el que, si se cruzan, la
descendencia híbrida estaría menos adaptada que cada una de las poblaciones parentales y,
en ese punto, la evolución tenderá a eliminar estos híbridos. Además, bajo estas
condiciones, la selección natural favorecería el desarrollo de las barreras de hibridación,
pues los individuos que eviten la hibridación poseerán una descendencia más adaptada,
contribuyendo así al aislamiento reproductivo de las dos especies iniciales y formando
nuevas.
TEORÍA DEL CATASTROFISMO
El principal impulsor del catastrofismo fue Georges Cuvier, durante el siglo XIX. Aunque
los cristianos siempre tuvieron una visión catastrofista de la historia, Cuvier usó las
evidencias científicas y no las bíblicas. Sin embargo, la Iglesia jugaba un rol importante en
los descubrimientos académicos, por lo que la visión religiosa de estos hechos se inmiscuyó
en la ciencia. Muchos científicos declaraban que las catástrofes tenían que ver con hechos
sobrenaturales, como el episodio del Arca de Noé.
Sin embargo, Cuvier se equivocó al afirmar que la Tierra tenía las mismas condiciones en
la prehistoria que ahora, y que solo las catástrofes periódicas mataban a los animales. Esto
no es cierto, dado que las condiciones climáticas y de vida eran diferentes.
TEORÍA DEL CREACIONISMO
Esta teoría explica sobre el origen del universo, pues se basa en las Sagradas Escrituras
( BIBLIA), por un Dios supremo todopoderoso e inteligente. Las formas de creacionismo
nombradas anteriormente son consideradas formas de “creacionismos anti-evolución”
porque requieren la intervención directa de un creador, además de este tipo de creacionismo,
existe el “creacionismo pro-evolución” expresado en el creacionismo evolutivo y en una
postura filosófica llamada evolución testa; el creacionismo pro-evolución cree en la
existencia de un creador y un propósito, pero sí acepta que los seres vivos se han formado a
través de un proceso de evolución natural. Esta forma de creacionismo no interfiere con la
práctica de la ciencia, ni es presentada como una alternativa al nestorianismo, sino como un
complemento filosófico o religioso a la teoría de la evolución.
TEORÍA DEL NEODARWINISMO
La teoría neodarwinista fue elaborada en los años treinta y cuarenta por Dobzhansky,
Simpson, Mayr, Huxley, etc. Basándose en la variabilidad genética y en la selección
natural, aspectos proporcionados por la teoría darwinista, pero con algunas modificaciones
debido principalmente a los novedosos conocimientos sobre genética, ecología.
El neo-darwinismo o la teoría sintética de la evolución se refieren al darwinismo, sobre
todo la selección natural, a los descubrimientos sobre la herencia impulsada por la genética.
Una vez en la época de Darwin no se conocían los conceptos de la genética, que no podía
explicar cómo se da la diversidad de características dentro de una población. Por lo tanto,
era necesario que una nueva teoría evolutiva, reinterpretando el darwinismo, fueron capaces
de responder a estas preguntas. La teoría sintética de la evolución se basa en tres aspectos
de la evolución: la mutación, la recombinación y la selección natural.