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doi:10.5477/cis/reis.146.

171

El discurso implícito: aportaciones para un


análisis sociológico
Implicit Discourse: Contributions to a Sociological Analysis

Jorge Ruiz Ruiz

Palabras clave Resumen


Análisis del discurso En este artículo se aborda la diversidad de tipos o dimensiones del
sAnálisis sociológico discurso implícito. En concreto, se plantea una caracterización
sDiscurso implícito tipológica del mismo basada en las intenciones del productor del
sDiscurso latente discurso, distinguiéndose cuatro dimensiones básicas: el discurso
sDiscurso oculto insinuado, el discurso ocultado, el discurso «fallido» y el discurso
sMetodología subyacente. Después de ofrecer ejemplos de cada uno de ellos, se
cualitativa sostiene la utilidad de la tipología propuesta para el análisis
sociológico del discurso implícito, esto es, para su detección y su
interpretación.

Key words Abstract


Discourse Analysis This article discusses the variety of types or dimensions of implicit
sSociological Analysis discourse. Specifically, a typological characterisation is proposed,
sImplicit Discourse based on the intentions of the producer of the discourse, including a
s Latent Discourse distinction between four basic dimensions: insinuated discourse,
s Hidden Discourse hidden discourse, ‘failed’ discourse and underlying discourse. Some
s Qualitative examples are provided of each dimension, and then it is held that the
Methodology proposed typology is useful for the sociological analysis of implicit
discourse, that is, for its detection and interpretation.

Cómo citar
Ruiz Ruiz, Jorge (2014). «El discurso implícito: aportaciones para un análisis sociológico». Revista
Española de Investigaciones Sociológicas, 146: 171-190.
(http://dx.doi.org/10.5477/cis/reis.146.171)

La versión en inglés de este artículo puede consultarse en http://reis.cis.es y http://reis.metapress.com

Jorge Ruiz Ruiz: Instituto de Estudios Sociales Avanzados (IESA-CSIC) | jruiz@iesa.csic.es

Reis. Rev.Esp.Investig.Sociol. ISSN-L: 0210-5233. Nº 146, Abril - Junio 2014, pp. 171-190
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ASPECTOS EXPLÍCITOS plícitos que los interlocutores infieren en los


E IMPLÍCITOS DEL DISCURSO intercambios comunicativos cotidianos a par-
tir de un principio de cooperación. Este prin-
La necesidad de atender en el análisis socio- cipio de cooperación formulado por Grice
lógico del discurso a sus aspectos implícitos (1975) establece que los interlocutores deben
puede parecer una obviedad. En efecto, po- ajustarse en sus intervenciones a cuatro
demos constatar sin dificultad que todos los máximas o normas que atañen a la cantidad,
discursos presentan contenidos implícitos, a la calidad, a la pertinencia y a la manera de
desde las formas más elementales, como lo que se comunica. Ya sea por la observancia
pueden ser las ironías o las metáforas, hasta de estas normas (implicaturas generalizadas)
formas más complejas y sutiles. Así, aunque o por su transgresión (implicaturas anómalas),
en teoría podamos plantear la existencia de cada interlocutor puede inferir los significados
un discurso transparente o que no contenga implícitos en lo dicho por los demás interlocu-
elementos implícitos, de manera que su sen- tores en las conversaciones cotidianas. Ade-
tido coincida de manera exacta con su con- más, la pragmática también se ha ocupado
tenido explícito, en la práctica esto no ocu- del análisis de otros implícitos no conversa-
rre. Por el contrario, en la práctica todos los cionales, ya sean convencionales (las presu-
discursos sociales incluyen, en mayor o me- posiciones) o no convencionales (los sobren-
nor medida, aspectos o contenidos implíci- tendidos), llegando Ducrot (1977) a formular
tos que es preciso analizar tanto para deter- una teoría de lo implícito2.
minar su sentido como para aprovechar el Estas aportaciones de la pragmática son
potencial de los mismos como vía de acceso muy relevantes para el análisis sociológico del
al conocimiento de la realidad social. discurso, al menos por dos razones. Por un
Sin embargo, esta aparente evidencia de lado, revelan la existencia de multitud de sig-
la importancia sociológica del discurso implí- nificados implícitos en las comunicaciones,
cito contrasta con la escasa formalización de orientando nuestra atención hacia esta di-
los procedimientos con los que los sociólo- mensión oculta o no explícita del discurso.
gos, entre otros, abordamos su análisis. Mien- Por otro lado, porque proporcionan un instru-
tras que para el análisis del discurso explícito mento muy útil para el análisis contextual, es
se han desarrollado diversos y sofisticados decir, para la comprensión del sentido local
procedimientos, el análisis del discurso implí- del discurso3. Sin embargo, la perspectiva
cito adolece de una escasa formalización y un pragmática resulta insuficiente para un análi-
insuficiente desarrollo metodológico1. De he- sis sociológico del discurso implícito, en la
cho, el mayor desarrollo metodológico y las medida en que solo contempla el sentido im-
plícito como algo proyectado en la comunica-
más relevantes aportaciones al análisis del
ción de manera intencional por el hablante y
discurso implícito no provienen de la sociolo-
que es percibido e interpretado por el oyente.
gía, sino de la lingüística, más concretamente
Se deja así al margen del análisis significados
de la pragmática. El análisis conversacional,
por ejemplo, ha centrado su atención en las
implicaturas, esto es, en los significados im-
2 Para una revisión de los distintos tipos de implícitos
considerados por la pragmática puede consultarse
Gallardo (1996). Respecto de la lingüística pragmática,
1 Así, en los manuales de análisis del discurso, las re- en general, puede consultarse Levinson (1989) o
ferencias al análisis de los aspectos implícitos o bien no Escandell (1999).
aparecen o bien se limitan a unos escasos y fragmen- 3 Tanto el análisis conversacional, lingüístico, como el
tarios apuntes. Puede consultarse, por ejemplo, Titscher, análisis de la conversación, etnometodológico, constituyen
Meyer, Wodak y Vetter (2000); Schiffrin, Tannen y Hamil- dos instrumentos muy útiles en el análisis contextual del
ton (eds.) (2001); Johnstone (2002) y Gee (2005). discurso. Véanse Tusón (2002) y Ruiz (2009).

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implícitos no intencionales o que incluso pa- en el análisis, extendiendo un halo de sospe-


san desapercibidos para los interlocutores y cha sobre el productor del discurso, bien
que, como veremos a continuación, tienen como ignorante o bien como ocultador de su
mucha importancia para el análisis sociológi- propia realidad4.
co. Pero, sobre todo, la perspectiva pragmá- Pero junto a estos dos planteamientos
tica resulta insuficiente para los intereses del estériles encontramos en los análisis concre-
sociólogo porque no incluye una interpreta-
tos de sociólogos de muy distintos enfoques
ción sociológica del discurso implícito.
o escuelas una consideración rigurosa y
El insuficiente desarrollo metodológico fructífera de los aspectos implícitos del dis-
del análisis del discurso implícito ha llevado, curso. En este sentido, la llamada Escuela
desde algunos enfoques, a excluirlo del aná- Cualitativa de Madrid5 y el Análisis Crítico del
lisis. Desde este punto de vista, solo el dis- Discurso6 son los enfoques que mayor aten-
curso explícito ofrecería garantías para un ción han prestado a los contenidos implícitos
análisis objetivo, de manera que es el único del discurso y, en consecuencia, son los auto-
al que se le presta atención. En nuestra opi- res adscritos de manera más o menos direc-
nión, esta reducción del análisis del discurso
ta a estos enfoques los que en mayor medi-
a sus aspectos explícitos, lejos de garantizar
da han incluido los aspectos implícitos en
una supuesta objetividad, lo que supondría
sus análisis del discurso. Si bien estos análi-
sería un empobrecimiento del análisis, cuan-
sis no están basados en una metodología
do no una fuente importante de incompren-
común, comparten algunos principios y su-
siones y malentendidos y, en definitiva, erro-
puestos básicos que pueden constituir un
res de interpretación. En el extremo contrario,
punto de partida para este necesario desa-
encontramos otras prácticas analíticas que
consideran el discurso explícito como simple rrollo metodológico. Estos principios básicos
apariencia, de manera que centran el análisis compartidos por los análisis rigurosos del
en los supuestos sentidos implícitos del dis- discurso implícito desde una perspectiva so-
curso, como un ejercicio de desvelamiento ciológica son, al menos, seis:
del verdadero sujeto que se oculta tras el
1. Todos los discursos sociales contienen
discurso explícito. Esta irrelevancia atribuida
elementos implícitos, por lo que para
al discurso explícito como algo engañoso
llevaría, con frecuencia, a buscar el sentido
del discurso fuera del discurso mismo, gene-
4 Martín Criado establece un paralelismo entre esta
ralmente en los propios planteamientos y asunción de opacidad del discurso explícito o manifiesto
supuestos teóricos del investigador. y la lógica del psicoanálisis (1998: 69). Como apunta
este autor, una y otra suponen adscribir al analista y al
Nos encontramos así con dos plantea- analizado una situación asimétrica y concibe el análisis
mientos antagónicos en la consideración de como un mecanismo de desvelamiento de la verdad que
los aspectos implícitos del discurso, pero se esconde tras la apariencia del discurso explícito. Este
paralelismo resulta revelador en la medida en que
igualmente estériles de cara a la compren- muchos de los análisis del discurso que parten de
sión del discurso y de la realidad social en la planteamientos psicoanalíticos derivan en esta asunción
que se ha producido y en la que funciona de opacidad y en la consiguiente desconfianza o
sospecha sobre el discurso explícito.
(Conde, 2009: 52 y ss.): por un lado, la ilusión
5 Entre los más destacados autores de esta Escuela
de transparencia del discurso o la reducción destacan tanto sus fundadores, Jesús Ibáñez o Alfonso
del análisis a los aspectos explícitos; por otro Ortí entre otros, como sus continuadores, Luis Enrique
lado, la asunción de opacidad, que conside- Alonso, Fernando Conde, Enrique Martín Criado… Sobre
la Escuela Cualitativa de Madrid, véase Vallés y Baer (2005).
ra el discurso explícito como una simple fa- 6 En este sentido, tanto Wodak (1995) como Van Dijk
chada que oculta al verdadero sujeto y que (2003) sitúan lo implícito en el centro del Análisis Crítico
lleva a desconsiderar este discurso explícito del Discurso.

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que su análisis sea completo debe aten- un desvelamiento de la verdad que se


der por igual a los elementos explícitos oculta tras el discurso. Así, en los casos
y a los implícitos. En cualquier caso, uno en los que hay una contradicción entre
de los objetivos del análisis del discurso el discurso explícito y el discurso implí-
es poner de manifiesto sus contenidos cito, esta misma contradicción constitu-
implícitos. ye un elemento más de análisis.
2. El discurso implícito está incluido en el 6. El discurso implícito adopta una diversi-
discurso explícito. El discurso implícito dad de formas, de manera que la deter-
se deriva directamente del discurso ex- minación del tipo o los tipos de discur-
plícito, por lo que su análisis puede apo- sos que se encuentran implícitos en
yarse en otros indicios, como son el con- cada caso constituye uno de los objeti-
texto o los elementos no verbales (la vos del análisis de los discursos concre-
prosodia, las vocalizaciones, los gestos tos.
y ademanes o la posición del cuerpo),
pero consiste en un trabajo sobre el dis- Este artículo se centra en esta última
curso explícito7. Ahora bien, el mecanis- cuestión, esto es, en la diversidad de tipos o
mo por el que se deriva el contenido dimensiones del discurso implícito, plan-
implícito a partir del contenido explícito teando una caracterización tipológica del
no es la decodificación sino la inferencia mismo. Además, se ilustrarán los distintos
(Alonso, 1998: 210)8. tipos de discurso implícito definidos con
3. Para la inferencia del discurso implícito ejemplos extraídos tanto de análisis propios
es preciso atender a las condiciones como de análisis de otros autores. Con esta
contextuales de la enunciación. tipología se pretende contribuir al desarrollo
de una metodología para el análisis socioló-
4. Los aspectos implícitos del discurso
gico del discurso implícito, por lo que en un
pueden contradecir el discurso explícito,
último apartado se argumentará la utilidad de
pero ni tienen necesariamente que con-
la tipología propuesta para la detección y la
tradecirse ni, lo que es más importante,
interpretación del discurso implícito.
suelen hacerlo. Por el contrario, el dis-
curso implícito generalmente enriquece
el discurso explícito, es decir, lo comple-
menta y lo amplia. LAS DIMENSIONES DEL DISCURSO
5. El discurso implícito no puede conside- IMPLÍCITO
rarse, en este sentido, como un discurso
Podemos considerar que el discurso implíci-
verdadero que se encuentra oculto tras
to es todo aquello no-dicho explícitamente
el discurso explícito, ni el análisis como
pero contenido en el discurso. No obstante,
esta definición es excesivamente amplia y
ambigua, ya que cuando se habla de discur-
7 Como señala Conde (2009: 54): «es a partir del trabajo
de lectura de la materialidad del texto en toda su so implícito, o de discurso latente, se alude
densidad, en su expresividad literal y en su profundidad a formas discursivas muy diversas. Nos en-
como únicamente puede accederse a los planos
contramos así con distintos tipos, formas o
expresos y latentes del análisis».
8 En este sentido, sostiene Reyes (1995: 55) que
dimensiones del discurso implícito. Es preci-
«entender un enunciado tiene dos aspectos: por un lado, so, por lo tanto, clarificar en qué consiste
se decodifican los signos lingüísticos; por otro, se salta esta diversidad para definir de manera preci-
el escalón que va entre lo dicho y lo implicado, y esto
no se hace mediante más decodificación, sino mediante sa el concepto de discurso implícito que ma-
inferencias». nejamos.

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La forma más habitual y, se puede decir, dice de manera implícita: un discurso implí-
más superficial del discurso implícito es cito que se «filtra» sin que lo quiera quien lo
aquella en la que intencionalmente se dice produce (Ortí, 1998). Podemos denominar
algo, pero no se hace de manera explícita, dimensión «fallida» a este tipo no intenciona-
sino que se da a entender a los receptores. do del discurso implícito.
Se trata, por lo tanto, de una estrategia dis- Pero es que además habría otra forma o
cursiva que consiste en una forma de decir dimensión no intencionada de discurso im-
indirecta: por alguna razón, se prefiere no plícito. Así, no es lo mismo decir implícita-
decir explícitamente algo que, sin embargo, mente lo que no se quiere decir que decir
forma parte de lo que se quiere decir. Llama- implícitamente algo que ni se quiere, ni no se
remos a este tipo de discurso implícito di- quiere decir, porque no se ha reparado en
mensión insinuada, ya que el productor del ello. En ocasiones, decimos cosas que no
discurso espera que los receptores reciban e sabemos que las decimos, pero que reflejan
interpreten estos mensajes implícitos. Inclu- aspectos importantes del discurso. Llamare-
so se suelen ofrecer pistas o indicios que mos dimensión «subyacente» a esta forma
facilitan esta recepción e interpretación, de discurso implícito.
como pueden ser elementos no-lingüísticos.
La consideración de estas cuatro dimen-
Una segunda dimensión del discurso im- siones del discurso implícito supone, sin
plícito surge cuando consideramos lo no- duda, un elemento de dificultad y de comple-
dicho ni explícita ni implícitamente como un jidad en el abordaje teórico y práctico de la
posible mensaje implícito en el discurso. Así, cuestión. Pero no se trata de una compleji-
lo no-dicho puede formar parte del discurso dad gratuita sino que estos conceptos cons-
implícito siempre que se den dos condicio- tituyen instrumentos muy útiles de cara al
nes: 1) que se pueda imputar al productor del análisis del discurso implícito, esto es, para
discurso una intención de ocultación de lo su detección y su interpretación. En cual-
no-dicho; y 2) que esta ocultación produzca quier caso, los ejemplos prácticos de análisis
un efecto de sentido intencionalmente bus- que se presentan en los siguientes apartados
cada. Sin duda, esta dimensión del discurso pueden contribuir a explicar y visualizar de
presenta dificultades para su detección, en manera más clara las diferencias entre las
la medida en que se trata de una omisión. distintas dimensiones del discurso implícito
También implica riesgos interpretativos, en la que se han definido.
medida en que supone atribuir al productor
una intencionalidad de ocultación. Pero tan- En el cuadro 1 situamos las cuatro di-
to las dificultades como los riesgos están mensiones del discurso implícito que hemos
justificados por la importancia discursiva de definido en un eje de coordenadas. Este cua-
las ocultaciones como una dimensión del dro presenta una estructura similar al cua-
discurso implícito a la que podemos denomi- drado semiótico de Greimas (Greimas y
nar discurso ocultado o silenciado. Courtés, 1979). No obstante, no se utiliza
aquí como un instrumento de análisis semió-
Una tercera dimensión del discurso implí-
tico, sino solo como un medio para explorar
cito la encontramos si tenemos en cuenta
las posibilidades lógicas del discurso implí-
que no todo el discurso implícito es intencio-
cito teniendo en cuenta su intencionalidad y
nado, sino que también de manera implícita
su contenido.
se pueden decir cosas que no se quieren
decir. Al igual que hay un discurso explícito
La dimensión insinuada del discurso
fallido o no intencionado, encontramos una
dimensión fallida del discurso implícito, esto El discurso implícito insinuado es el más fá-
es, aquello que no se quiere decir pero se cilmente detectable, porque el emisor suele

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CUADRO 1. Dimensiones del discurso implícito

Querer No querer
Dimensión intencionada Dimensión no intencionada o involuntaria

Querer decir No querer decir

Dimensión insinuada Dimensión fallida (lapsus implícito)


Decir Lo que se dice de manera implícita porque Lo que no se quiere decir pero se dice de mane-
se quiere decir de esta manera ra implícita
Discurso disimulado; discurso evocado;
discurso condensado (metáforas)

Querer no decir
No querer no decir
Dimensión ocultada o silenciada
No decir Dimensión subyacente
Lo que no se dice ni de manera explícita ni
Lo que se dice implícitamente y no se quiere de-
implícita, pero genera un efecto de sentido
cir, pero tampoco se quiere no decir
implícito
Fuente: Elaboración propia.

dejar huellas o indicios que facilitan la infe- la el discurso dirija el discurso implícito a unas
rencia a partir del discurso explícito. Pode- personas determinadas para las que, por lo
mos decir que el discurso implícito insinuado que conoce de ellas, sería más fácil inferir los
se infiere de manera más directa del discurso significados implícitos comunicados, mien-
explícito que las otras dimensiones del dis- tras que para el resto este sentido implícito
curso implícito. Así, en este tipo de discurso puede pasar desapercibido. Esta diferente
implícito, lo explícito conduce o invita a infe- modulación de la facilidad de inferencia de lo
rir lo implícito. No obstante, la mayor facili- implícito del discurso en función del auditorio
dad de inferencia del discurso insinuado es (decir implícitamente algo para que lo entien-
relativa. La inferencia del discurso insinuado dan algunos, pero no otros) supone en cierta
puede depender de múltiples factores relati- medida contemplar una categoría intermedia
vos al emisor (estratégicos, de habilidad co- entre el discurso implícito insinuado y el ocul-
municativa, etcétera), del receptor (por ejem- tado. Dicho de otro modo, algunos discursos
plo, la capacidad de procesamiento de la implícitos pueden ser a la vez insinuados (se
información, la sensibilidad o la atención dan a entender intencionadamente a algunos)
prestada a la comunicación, etcétera) o in- y ocultados (se ocultan para otros).
cluso del contexto en el que se ha producido Un ejemplo de discurso insinuado nos lo
el discurso. Así, un discurso que se ha pro- ofrece el análisis que realiza Van Dijk (2005)
ducido en un determinado contexto en el del artículo editorial del columnista Charles
que adquieren sentido alusiones implícitas, Krauthammer, publicado en The Washington
puede perderlas en otros contextos. Post el 12 de septiembre de 2001, el día si-
Entre los factores estratégicos que pue- guiente a los atentados contra el World Trade
den facilitar o dificultar la inferencia del discur- Center de Nueva York y contra el Pentágono.
so implícito intencionado, uno que reviste El análisis muestra cómo dando por presu-
especial importancia es la orientación de este puestos determinados contenidos, este co-
mensaje implícito del discurso a un auditorio lumnista consigue hacer pasar por conoci-
determinado. Así, puede ser que quien formu- miento socialmente compartido lo que solo

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son sus propias convicciones o posiciones je publicitario es relativamente frecuente la


ideológicas. En este caso, el discurso insi- utilización de discursos implícitos para
nuado sirve como estrategia para dotar de aumentar la capacidad persuasiva de los
mayor fuerza a sus argumentos a favor de las mensajes. Corrales (2000) nos ofrece algu-
acciones de guerra como respuesta a estos nos ejemplos de este uso publicitario del
atentados. Se trata, por lo tanto, de una for- discurso implícito, y sostiene que la eficacia
ma de disimular las propias convicciones comunicativa que proporcionan estos conte-
ideológicas haciéndolas pasar por cuestio- nidos implícitos en la publicidad se debe a
nes conocidas y reconocidas por todos o al que producen una mayor implicación cogni-
menos por la mayoría (conocimiento). tiva del receptor y, con ella, una mayor iden-
Otro ejemplo de discurso disimulado lo tificación personal con los mensajes.
encontramos en el análisis que realiza Wo- Pero no solo se insinúan los discursos
dak (2007) del discurso implícitamente xenó- para disimularlos o para aumentar la eficacia
fobo y antisemita del Partido de la Libertad persuasiva de los mensajes. También nos en-
de Austria (FPÖ) y de su entonces líder Jörg contramos con discursos que se insinúan
Haider. En este caso, la utilización de men- como una estrategia para condensar o sinte-
sajes xenófobos y racistas de manera implí- tizar significados. Un ejemplo de este tipo de
cita constituye una estrategia discursiva para discurso condensado nos lo ofrece el eslogan
evitar la sanción social que recae sobre este del movimiento 15-M9: No somos mercancía
tipo de discursos. La utilización de un discur- en manos de políticos y banqueros. Si aten-
so insinuado respondería, por lo tanto, a una demos a su significado explícito, este eslogan
intención de disimular contenidos o mensa- se refiere a una declaración negativa de iden-
jes que si se expresaran de manera explícita tidad. Pero si atendemos al contenido implíci-
podrían ser objeto de reprobación social o, to, surgen una multitud de mensajes que se
incluso, condena penal. Es más, como se- derivan directa o indirectamente del discurso
ñala Wodak en su análisis, al derivar en có- explícito, aunque alguno de ellos pueda inclu-
digos particulares el discurso implícito quizá so contradecirlo. Algunos de estos conteni-
no llegue a todos los potenciales destinata- dos implícitos son los siguientes: el actual
rios, pero se propicia una mayor identifica- sistema social y político reduce a los ciudada-
ción personal con los mensajes recibidos nos a una condición de mercancía; los ciuda-
entre quienes los reciben de manera efectiva. danos no aceptamos el trato que se nos da en
Así, podemos constatar que los mensajes el actual sistema político y económico10; de-
implícitos con frecuencia tienen una mayor mandamos una reforma del sistema político y
capacidad persuasiva que los discursos ex-
económico de manera que los ciudadanos no
plícitos, de manera que la censura social de
seamos tratados como mercancías; hay una
determinados mensajes o contenidos puede
connivencia entre los sistemas políticos y
llegar a tener un efecto contraproducente.
Nos encontramos así ante un segundo
tipo de discurso insinuado, al que podemos 9 El movimiento 15-M, también conocido como el
denominar discurso evocado, en el que la movimiento de los «indignados», es un movimiento de
intención es aumentar la capacidad persua- protesta que surge en España contra las medidas
adoptadas por los gobiernos para afrontar la crisis
siva de los mensajes dotándoles de una for- económica provocada por la quiebra del sistema
ma implícita. El lenguaje publicitario nos pro- financiero.
porciona numerosos ejemplos de discursos 10 Luego, implícitamente, se afirma lo contrario a lo que
evocados, al ser un tipo de lenguaje particu- se dice de manera explícita: implícitamente lo que se
sostiene es que en el sistema actual las personas somos
larmente denso en este tipo de mensajes tratadas como mercancía en manos de políticos y
implícitos. Dicho de otro modo, en el lengua- banqueros, pero no queremos ser tratados así.

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económicos para reducir a los ciudadanos a plícitos. Pero más que la equiparación implí-
la condición de mercancía; el sistema econó- cita de dos realidades distintas, las metáfo-
mico (la mercantilización de las relaciones) ras implican todo un sistema conceptual
prevalece sobre el sistema político (los dere- (Nubiola, 2000: 75). Esto es, mediante las
chos ciudadanos) y nos oponemos a esta pre- metáforas condensamos implícitamente un
valencia; las medidas para afrontar la crisis conjunto de significados que se atribuyen de
económica no tienen en cuenta la opinión de esta manera a otra realidad distinta.
la ciudadanía y hacen recaer los costes sobre La distinción entre metáforas convencio-
la misma, etcétera. nales y metáforas nuevas o creativas resulta
Este eslogan sirve así como una versión especialmente pertinente para el análisis del
sintética de todo un discurso de protesta, me- discurso insinuado, ya que estas últimas tie-
diante la insinuación condensada de los men- nen una particular capacidad heurística para
sajes. Sin duda, muchos de estos mensajes condensar significados implícitos y represen-
implícitos no se derivan directamente del dis- tar una realidad nueva a través de otra ya
curso explícito, sino que solo son inferidos a conocida. Las metáforas convencionales,
partir del conocimiento que tienen los recep- por el contrario, estarían más enraizadas cul-
tores acerca del contexto en el que se formu- turalmente, por lo que pasarían más desaper-
la este discurso y de otros conocimientos cibidas y actuarían, por así decirlo, de un
compartidos. Esto hace que los mensajes modo más inconsciente. Por esta razón,
implícitos así condensados puedan ser perci- como veremos más adelante, las metáforas
bidos e interpretados de manera desigual por convencionales generan en mayor medida
distintos receptores, en función de sus dife- discursos implícitos subyacentes12.
rentes conocimientos de las circunstancias en Un ejemplo de discurso metafóricamente
las que se ha producido el eslogan y de sus condensado, extraído de una investigación
suposiciones acerca de las intenciones comu- aplicada, lo encontramos en los discursos de
nicativas de quienes lo han producido11. los españoles autóctonos sobre la inmigra-
Un tipo de discurso condensado que pre- ción, producidos en un contexto de grupo de
senta un especial interés es el que se cons- discusión. El estudio de los que forman parte
tituye mediante el recurso a las metáforas. En estos grupos tenía como principal objetivo
este sentido, las metáforas no serían solo un detectar y analizar la islamofobia ordinaria o
recurso retórico o estilístico, sino que tam- cotidiana en la sociedad española, esto es, las
bién tendrían un valor cognitivo, en la medida opiniones y actitudes negativas referidas al
islam y a los musulmanes, alimentadas por
en que mantienen un doble vínculo con nues-
prejuicios y discriminaciones que afectan a la
tra experiencia del mundo: surgen de ella y,
convivencia13. A los grupos de discusión se
a la vez, la estructuran, esto es, «estructuran
les propuso como tema inicial sobre el que
la manera en que percibimos, pensamos y
debatir «la inmigración», con objeto de con-
actuamos» (Lakoff y Johnson, 1986: 40). Las
metáforas, mediante la comparación entre
dos cosas distintas, proyectan sentidos im-
12 Esta distinción entre metáforas convencionales y
metáforas nuevas o creativas es análoga a la que
establece Ricoeur (1976) entre metáforas muertas y
11 Peña (2001: 92) señala esta doble función sintética y metáforas vivas, si bien este autor centra su atención en
persuasiva de los contenidos implícitos en el eslogan las metáforas vivas, ya que sostiene que son las únicas
publicitario. Así, siguiendo a Reboul (1978), sostiene que con capacidad de generar nuevos sentidos.
el eslogan publicitario no tiene solo la función de hacer 13 Este estudio fue realizado por el Instituto de Estudios
más asequible, o más fácil de asimilar, los contenidos a Sociales Avanzados (IESA-CSIC) por encargo de la
los receptores, sino también la de sustraer a la crítica Secretaría de Estado de Inmigración y Emigración, entre
racional los contenidos implícitos. los meses de diciembre de 2007 y julio de 2008.

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CUADRO 2. Fragmentos de grupos de discusión en los que aparece la metáfora del inmigrante como
invitado desagradecido

H3: Pero... es como si yo voy a otro país y quiero implantarme... no...


H5: No, ahora tú vienes a mi casa y me dices: mira, la televisión ahí no me gusta, ponla en
aquella esquina. ¿Tú quién eres?
H3: No, no, ¿tú quién eres? Estás en mi casa, y si no, pues pilla y te vas.
(Hombres, mayores de 60 años, jubilados que comparten habitualmente espacios públicos
con inmigrantes. Granada)

M4: Es como si tú en tu casa, tú quieres entrar en mi casa, para que yo te deje entrar en mi casa
tú tendrás que respetar mis costumbres de mi casa, porque no vas a venir tú a mi casa con las
leyes que tú quieras.
(Mujeres, de 45 a 60 años, amas de casa o trabajos eventuales, con nivel de estudios
obligatorios, residentes en barrios con alta presencia de inmigrantes. Madrid)

H2: Escucha, tú tienes tres habitaciones en tu casa, y están tus tres hijos, y ahora voy yo esta
noche a dormir, y ahora tú le quitas la habitación a tu hijo y me la das a mí. Pero una noche, si me
quiero quedar toda la vida me vas a decir, oye, que en mi casa no hay lugar. Porque Onteniente
es mi casa, no hay más. ¿Sabes lo que te quiero decir o no?
(Hombres, entre 45 y 60 años, empresarios que tienen o han tenido empleados inmigrantes,
nivel de estudios de segundo grado como máximo. Alcoy)

M3: Yo no me voy a adaptar a ti porque tú seas así, tú tengas esa religión. Adáptate tú a mí, que
tú estás aquí.
M6: Que tú estás en mi casa.
(Mujeres, de 25 a 40 años, trabajadoras de cooperativas agrarias con compañeras
musulmanas, con estudios medios como máximo. Puebla de Vícar)

textualizar las opiniones específicas referidas El mantenimiento por los inmigrantes de


a los musulmanes y propiciar, en la medida de sus propias costumbres se interpreta así
lo posible, un discurso espontáneo sobre los como una descortesía hacia los españoles
mismos. Así, los discursos de los grupos es- autóctonos, en la medida en que supondría
tuvieron centrados en su primera parte en la una imposición de la diferencia. Según esta
inmigración en general, con mayores o meno- opinión, los inmigrantes deberían integrarse
res referencias a los inmigrantes de origen en la sociedad española, entendiendo esta
musulmán según los casos. En este discurso integración como un abandono de sus pro-
general sobre la inmigración se formula en pias costumbres y la consiguiente adopción
distintos grupos una metáfora para justificar de las costumbres españolas. Este sería, a
el rechazo hacia los inmigrantes, que los equi- grandes rasgos, el discurso explícito plan-
para con un invitado desagradecido o ingrato. teado con la metáfora, pero junto a él encon-
En el cuadro 2 se reproducen fragmentos de tramos también varios mensajes implícitos:
las transcripciones de varios de los grupos de la equiparación de los inmigrantes con un
discusión en los que aparece esta metáfora, invitado supone atribuirles una ciudadanía
con el objetivo de ilustrar la recurrencia de la degradada, en la medida en que en su con-
misma en los discursos. dición de invitados tendrían menos derechos

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180 El discurso implícito: aportaciones para un análisis sociológico

que los «propietarios», que los autóctonos; discurso, de una omisión intencionada por
la actitud de la población autóctona es aco- parte del productor del discurso, el discurso
gedora en la medida en que se le asigna el ocultado suele pasar desapercibido, tanto en
papel de anfitrión; el rechazo de los inmi- la vida cotidiana como para un análisis espe-
grantes no sería causado por una actitud cializado como el que aquí se propone. Pero
racista o xenófoba de la población autócto- también se trata de un tipo de discurso im-
na, sino que sería una reacción lógica de defen- plícito en el que los ejemplos son especial-
sa ante el abuso que, por parte de los inmi- mente necesarios para ilustrar su naturaleza
grantes, supondría el mantenimiento de sus y su funcionamiento, ya que puede resultar
propias costumbres, etcétera. De esta ma- hasta cierto punto contraintuitivo que algo no
nera, la metáfora no solo responde a la ne- dicho ni explícita ni implícitamente pueda
cesidad heurística de representar una reali- formar parte del discurso implícito.
dad nueva, la inmigración, mediante su El discurso ocultado es una forma de dis-
comparación con otra ya conocida, la situa- curso implícito intencional por lo que suele
ción y los deberes de un invitado; además, formar parte de estrategias argumentativas
implícitamente se justifica el rechazo hacia más o menos cercanas a la manipulación
los inmigrantes y se invierten los términos de ideológica. Así, lo encontramos con cierta
la relación entre el agresor y la víctima que frecuencia en los discursos de los represen-
conlleva la xenofobia. Por lo tanto, esta me- tantes políticos con objeto de reforzar sus
táfora no solo sirve a los participantes en los propias posiciones discursivas. Ejemplos de
grupos para condensar implícitamente signi- discurso ocultado son, en este sentido, la
ficados, sino que también les sirve para ha-
referencia a una organización terrorista como
cer más presentable y justificable su rechazo
una banda de asesinos, ocultando o silen-
hacia los inmigrantes.
ciando la intencionalidad política de sus
Esto nos lleva a considerar que los distin- atentados, o como grupo revolucionario,
tos tipos de discursos insinuados no son in- ocultando la vertiente criminal de sus actua-
compatibles entre sí sino que, por el contra- ciones; o la ausencia de referencias a las
rio, con frecuencia los encontramos de manera consecuencias negativas de una interven-
simultánea o combinada. Así, la metáfora ción militar, como una estrategia argumenta-
que nos sirve de ejemplo responde a una in- tiva para evitar su rechazo (Van Dijk, 2006)14.
tención de condensar significados, pero También puede ser una ocultación implícita
también a una intención de disimular o hacer la ausencia de determinados contenidos en
más presentable la xenofobia y aun de me- los mensajes o noticias de los medios de
jorar la capacidad persuasiva del propio dis-
curso evocando una situación más conocida
y con múltiples significados implícitos que 14 Señala Van Dijk (2006: 62), en este sentido, que «un
favorecen la identificación personal. ejemplo bien conocido de esta última estrategia fue la
afirmación con la que el gobierno de Estados Unidos y
sus aliados legitimaron el ataque a Irak en 2003: “co-
La dimensión ocultada o silenciada nocimiento” acerca de armas de destrucción masiva,
del discurso conocimiento que luego resultó falso. Se oculta informa-
ción que puede llevar a conocimientos que se podrían
La importancia de lo intencionalmente ocul- usar para resistir la manipulación, por ejemplo, acerca de
los costos reales de la guerra, el número de muertos, la
tado para el análisis del discurso fue ya se- naturaleza del “daño colateral” (civiles muertos en bom-
ñalada tanto por Jesús Ibáñez (1985) como bardeos masivos y otras acciones militares), etc. Carac-
por Alfonso Ortí (1998). No obstante, no re- terísticamente es ocultado, limitado o de alguna manera
hecho aparecer menos riesgoso y, por ello, discursiva-
sulta fácil encontrar ejemplos de discursos mente desenfatizado, mediante eufemismos, expresiones
ocultados o silenciados: al tratarse de un no- vagas, implícitos, etc.»

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Jorge Ruiz Ruiz 181

comunicación. En este sentido, Herzog utili- Además, no todas las ocultaciones tienen
za el concepto de exclusión discursiva para que referirse a la intención de producir un
referirse a este efecto de la desaparición o efecto discursivo específico. En ocasiones,
infrarrepresentación de determinados conte- las ocultaciones están vinculadas a otras es-
nidos en los medios de comunicación, apli- trategias discursivas a las que responden.
cándolo por ejemplo a la ausencia o escasez Así, en el ejemplo expuesto antes del discur-
de referencias positivas respecto de la inmi- so implícitamente condensado, la metáfora
gración y de los inmigrantes y, más concre- del inmigrante como invitado ingrato solo se
tamente, en la ausencia del punto de vista de sostiene en una ocultación. En concreto, lo
los inmigrantes en los discursos y relatos que se oculta es que los inmigrantes en su
sobre la inmigración transmitidos a través de mayoría trabajan en España y contribuyen
los medios de comunicación de masas (Her- con sus impuestos y cotizaciones. Sin esta
zog, 2011: 620-621). ocultación la metáfora no se sostiene, ya que
Ahora bien, los discursos ocultados no un invitado a nuestra casa no trabaja, ni con-
tienen siempre una intencionalidad de mani- tribuye a los gastos de la misma. Es más, si
pulación ideológica. En otros casos, los dis- lo hiciera cambiaría de manera inmediata su
cursos ocultados responden a estrategias situación y su condición, esto es, adquiriría
discursivas de cortesía o estrategias de pru- derechos. Vemos así cómo distintas dimen-
dencia (Martín Criado, 1991: 203-204). Este siones del discurso implícito, el discurso in-
tipo de intencionalidad es la que encontra- sinuado y el discurso ocultado, pueden com-
mos, por ejemplo, cuando se evitan determi- binarse en una misma estrategia discursiva.
nados temas o contenidos delicados en fun- Otro tipo de discurso ocultado lo encon-
ción del contexto en el que se formula el tramos en oposición a lo que Scott (1990)
discurso. Así, si una Denominación de Ori- denomina «discurso público». Señala Scott
gen te invita a dar una conferencia sobre, por que los discursos de las clases subordinadas
ejemplo, los aspectos sociales del vino, se- pueden presentar una conformidad o aquies-
guramente evitaremos hablar del alcoholis- cencia con el discurso dominante, esto es,
mo o haremos una referencia muy velada al con el discurso de las clases dominantes,
mismo, por mucho que las consecuencias que podría interpretarse como una ausencia
personales y familiares del mismo sean indu- de resistencia a la dominación. Sin embargo,
dablemente uno de los aspectos sociales esta conformidad sería ficticia, en la medida
más relevantes. en que es producto de una estrategia de
Por otro lado, la ocultación tendría una ocultamiento de las prácticas de resistencia.
intención discursiva similar a una negación, Los dominados evitarían exponer discursiva-
ya que en ambos casos se trata de negar mente su resistencia ante quienes detentan
una determinada realidad que resulta incó- el poder tanto para evitar las posibles repre-
moda o contradice los propios argumentos. salias de estos como para mejorar los resul-
Pero la ocultación tiene una mayor eficacia tados de sus propias prácticas de resisten-
argumentativa que la negación, ya que nor- cia. Nos encontramos así con un «discurso
malmente lo ocultado pasa desapercibido, oculto» de las clases dominadas, compuesto
de manera que se evita la necesidad de ar- por verbalizaciones y por otras prácticas de
gumentar en contra de lo que se oculta y el resistencia a la dominación, que permanece-
riesgo de que se puedan argumentar razo- ría estratégicamente fuera de la mirada de
nes o hechos que reivindiquen lo negado. los poderosos. El verdadero discurso de las
Así, la ocultación puede tener un contenido clases dominadas estaría, de este modo,
similar a la negación, pero tiene un efecto ocultado o, al menos, velado por un discurso
discursivo diferente. público fingidamente conformista.

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182 El discurso implícito: aportaciones para un análisis sociológico

Sin duda, la ocultación en el discurso de- entre discurso oculto y discurso ocultado es
rivada de la distribución asimétrica del poder muy sutil y no siempre es fácil de establecer.
en la sociedad es una cuestión muy impor-
tante para la investigación sociológica15. La dimensión «fallida» del discurso
Pero este tipo de discurso oculto no puede
Podría pensarse que los actos fallidos en el
considerarse un discurso implícito, al menos
discurso, lo que se dice sin querer, tienen un
desde el punto de vista que aquí se adopta, escaso interés para el sociólogo, en la medi-
ya que no puede inferirse del discurso explí- da en que serían productos más individuales
cito. Como mucho, del discurso explícito se que sociales. Esto nos llevaría a un análisis
puede inferir una sospecha de que la confor- más psicológico que sociológico y, de he-
midad con el discurso dominante es fingida cho, los actos fallidos son uno de los sínto-
y que tras ella se oculta otro discurso que se mas a los que mayor atención concede el
mantiene estratégicamente silenciado, pero psicoanálisis. Sin embargo, también puede
no hay ningún efecto de sentido que permita considerarse que los actos fallidos tienen un
inferir cuál es este discurso oculto. El discur- significado social, si son contemplados
so oculto o bien está ausente o bien se hace como un indicio de una estrategia intencional
explícito bajo determinadas condiciones16, de ocultamiento. En este sentido, el acto fa-
pero en ningún caso es un discurso implícito, llido no pondría de manifiesto tanto una ca-
porque no se oculta para producir un efecto racterística o una patología personal o indi-
de sentido, sino para que no sea detectado vidual como una ocultación intencionada
por el poder. En cualquier caso, la distinción que funciona socialmente. Así, las dimensio-
nes ocultada y «fallida» del discurso implícito
están estrechamente relacionadas, ya que la
15 Por un lado, es importante en la medida en que nos dimensión «fallida» surge precisamente
lleva a relativizar los discursos que muestran una
cuando una estrategia de ocultamiento fra-
acusada conformidad o aquiescencia con los discursos
socialmente dominantes, ya que estos discursos pueden casa. Podemos definirla, por lo tanto, como
ser producto, al menos en parte, de una ocultación aquella dimensión del discurso implícito que
estratégica. Por otro lado, es importante porque muestra
limitaciones de las técnicas de investigación basadas en
consiste en decir implícitamente algo que se
la producción discursiva para captar aquellos discursos tiene la intención de ocultar. En ocasiones
que se enfrentan o se separan de los socialmente nuestras propias palabras nos traicionan o
dominantes. En este sentido, la consideración de una
eventual ocultación discursiva aconseja adoptar nos delatan y, aunque a veces pueden hacer-
estrategias metodológicas para garantizar unas lo de manera explícita, lo más habitual es
condiciones que propicien la emergencia de los discursos que lo hagan implícitamente.
ocultos. Por ejemplo, las técnicas grupales que dejan
abierto el campo discursivo, permitiendo una dinámica Ibáñez quizá sea uno de los sociólogos
discursiva autónoma y espontánea, serían más eficaces que más atención y mayor importancia ha
en este sentido que las técnicas basadas en una
moderación más directiva. concedido al discurso fallido. Uno de los
16 León Medina (2009) se refiere al discurso oculto de ejemplos que ofrece de este tipo de discurso
los trabajadores de una multinacional automovilística, resulta muy ilustrativo de la utilidad de su
pero como una dimensión de su discurso explícito
producido en dieciocho entrevistas personales, no como
análisis. Señala Ibáñez que ante la pregunta
un discurso implícito. En estas entrevistas se generan «¿cree usted que habría que matar a todos
unas condiciones que propician la emergencia del los judíos y a todos los farmacéuticos?», una
discurso oculto de los trabajadores, estableciendo un
distanciamiento simbólico y práctico respecto de la
respuesta del tipo «y a los farmacéuticos,
empresa y creando un clima de confianza entre el ¿por qué?» es una manifestación implícita de
entrevistador y el entrevistado, de manera que se hace antisemitismo, en la medida en que asume
explícito un discurso que es ocultado en otras
condiciones, y más concretamente en las relaciones como lógico plantear la posibilidad de matar
cotidianas de la empresa. a todos los judíos, o al menos más lógico

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que la posibilidad de matar a todos los far- La «gracia» del chiste está en la agudeza
macéuticos (1975: 130). El análisis del dis- del judío, tanto al plantear la pregunta como
curso fallido pone así de manifiesto lo que se al interpretar las respuestas, para poner de
trata de ocultar discursivamente, aquellas manifiesto una amenaza que las autoridades
cuestiones que por estar mal vistas o sancio- negaban sistemática e intencionalmente.
nadas socialmente, o por cualquier otra ra- Pero para que la inferencia de antisemitismo
zón, no se manifiestan de manera explícita. generalizado y de la amenaza subsiguiente
Ahora bien, Ibáñez deja abierta la cuestión sea verosímil, el chiste introduce dos elemen-
de si este discurso fallido puede considerar- tos: el contexto, esto es, la Alemania nazi y la
se un síntoma de una actitud generalizada recurrencia de la respuesta «fallida», esto es,
socialmente o, por el contrario, es solo impu- la realización de una encuesta en la que esta
table al individuo que lo formula17. respuesta se repite. Para inferir la amenaza
Una versión más detallada de este mis- generalizada, el judío atiende no solo al enun-
mo ejemplo nos la ofrece Peinado (2002: ciado, sino también a las condiciones de la
391), proporcionándonos algunas claves enunciación. Lo que interesa resaltar aquí es
que el análisis sociológico del discurso y, más
para determinar en qué condiciones y en
en concreto el análisis del discurso implícito,
qué medida un discurso fallido puede inter-
opera según una inferencia similar, en la que
pretarse como síntoma de una actitud so-
las condiciones de la enunciación son al me-
cialmente generalizada. Señala Peinado
nos tan importantes como lo enunciado.
que Ibáñez toma este ejemplo de un chiste
que circulaba en círculos intelectuales de Pero, en contra de lo que plantea el chiste,
Alemania después de la Segunda Guerra la encuesta no es un instrumento útil para in-
Mundial y que estaba referido a la etapa de ferir el carácter generalizado de un discurso
ascenso del nazismo. Un alemán de origen «fallido»: por un lado sería excesivamente
judío expresa a un amigo de origen ario su costoso recurrir a ella; además, es muy difícil
intención de abandonar el país al sentirse que se produzca una respuesta recurrente de
amenazado, a lo que este responde que sus este tipo y, en cualquier caso, la encuesta no
temores no están justificados porque en es una técnica que permita el registro de este
Alemania nadie perseguía a los judíos. El tipo de respuestas atípicas o no esperadas.
judío le cuenta que ha realizado una en- Pero, por el contrario, disponemos de crite-
cuesta entre la población preguntando si les rios cualitativos para inferir esta generaliza-
parece correcta la eliminación de judíos y ción. Así, que un discurso «fallido» pase desa-
farmacéuticos. El amigo le pregunta enton- percibido en un determinado contexto, puede
ces que por qué los farmacéuticos, a lo que ser interpretado como un síntoma de que está
le responde que eso mismo preguntaron los generalizado, en el sentido de que se le con-
encuestados y concluyendo que por eso sidera normal, de que está normalizado en
dicho contexto. Así, más revelador que la pro-
debía irse de Alemania.
pia recurrencia de la respuesta en la encuesta
es el hecho de que el propio amigo, al que no
se le supone una actitud antisemita, acepte
17 Incluso en algunas de sus reflexiones parece defender
una interpretación psicológica de estos actos fallidos, esta distinción entre los judíos y los farmacéu-
como cuando afirma: «así como el código indica la ticos de cara a su exterminio.
sociedad (significando a los individuos), los actos fallidos
manifiestan a los individuos. Mediante ellos reivindican Un ejemplo extraído de una investigación
su verdad, contra la verosimilitud social» (Ibáñez,1986: aplicada nos puede ayudar a comprender
342). No obstante, la referencia a este tipo de discurso cómo se puede llegar a interpretar los discur-
implícito entre los ejemplos de análisis sociológico
muestra que le concedía una especial relevancia para el sos «fallidos» a partir de las condiciones de
mismo. la enunciación. En un estudio sobre la per-

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184 El discurso implícito: aportaciones para un análisis sociológico

CUADRO 3. Fragmentos de grupos de discusión del estudio en los que aparece un conocimiento por
suposición de las bibliotecas públicas de Andalucía

H: Seguramente habrá.
H: Sí, yo creo que hay más.
M: ¿Sí?
H: Yo creo que seguramente en La Chana hay una...
M: En los barrios.
M: Pero la antigua biblioteca de Granada era la del río y luego hicieron la de Andalucía, creo.
(Estudiantes universitarios en exclusiva, menores de 26 años. Granada)

M: Pues hay alguna revista especializada de Literatura. Pero a lo mejor no está...


H: Ahora creo que también tiene videoteca.
M: ¿Qué? Ah, videoteca.
M: Videoteca. Ya, ya...
(Ocupados/as y jubilados/as, entre 56 y 65 años, Andújar)

cepción y valoración de las bibliotecas públi- miento pero no lo consigue, sino que preci-
cas en Andalucía, se realizaron ocho grupos samente al sostener una suposición se está
de discusión con potenciales usuarios de las reconocimiento implícitamente que se des-
mismas18. Los discursos de estos grupos conoce aquello que se supone: si supongo
mostraron un conocimiento escaso e impre- algo es porque no tengo un conocimiento
ciso de las bibliotecas, que se correspondía mejor o más preciso sobre esa cuestión. El
con un uso de las mismas escaso o inexis- intento de ocultar el propio desconocimiento
tente. Así, los pocos conocimientos que sobre las bibliotecas supone, además, que
mostraron los participantes en los grupos no se percibe que este desconocimiento está
eran con frecuencia por experiencia directa mal visto socialmente. En este sentido, es
de las mismas, sino por referencias. Pero destacable que aunque aparezca en los dis-
junto a estos dos tipos de conocimiento de cursos de casi todos los grupos, este tipo de
las bibliotecas, directo o «por experiencia» e conocimiento por suposición es más fre-
indirecto o «por referencia», en algunos dis- cuente en aquellos en los que los participan-
cursos apareció un tercer tipo que denomi- tes son estudiantes o tienen un nivel de es-
namos «por suposición». En el cuadro 3 se tudios más alto. Esta mayor frecuencia
reproducen algunas citas literales en los que puede interpretarse que responde a un ma-
aparece este tercer tipo de conocimiento. yor interés en ocultar el desconocimiento, ya
que éste es menos justificable socialmente
Este conocimiento por suposición puede
para quienes tienen un nivel de estudios alto
considerarse un discurso «fallido», en la me-
o para quienes se dedican al estudio. El he-
dida en que intenta ocultar el desconoci-
cho de que la suposición sea un argumento
que surge en un contexto grupal y que sea
admitido como tal por el grupo, nos permite
18El estudio fue realizado por el IESA-CSIC por encargo
de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía establecer, al menos como conjetura, el ca-
durante el año 2009. rácter generalizado de este tipo de discurso

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«fallido» en los grupos en los que aparece de lo tanto, una lógica del don que conlleva que
manera habitual o recurrente. la contratación establece un vínculo de gra-
titud del empleado hacia el empleador, que
La dimensión «subyacente» del discurso va más allá de la estricta relación laboral para
generar una relación personal de deuda20.
Una cuarta dimensión del discurso implícito Sin duda, esta forma de concebir el acceso
está constituida por aquello que se dice im- al empleo y la propia relación laboral está
plícitamente sin que haya ninguna intención estrechamente relacionada con un mercado
para ello por parte del productor del discur- laboral como el andaluz y, en un sentido más
so; es decir, aquello que se dice implícita- amplio, el español, en el que la escasez de
mente pero ni se quiere decir, ni se quiere no empleo le confiere un especial valor.
decir, sino que pasa desapercibido para el
Otros ejemplos de discursos subyacentes
mismo. Además, se trata de contenidos im-
serían los denominados repertorios interpre-
plícitos que normalmente pasan desaperci-
tativos (Wetherell y Potter, 1996), las compa-
bos también para sus interlocutores en los
raciones, en la medida en que comparar di-
contextos cotidianos en los surgen y circu-
versos objetos presupone postular un espacio
lan. Se puede decir, por tanto, que se trata
o campo semántico común a los mismos
de la dimensión del discurso, si se permite la
expresión, más implícita, en la medida en (Conde, 2004), o el código ético compartido
que es la que permanece más al margen de por los trabajadores de una multinacional
la conciencia de los sujetos implicados, por automovilística (León Medina, 2009). Estos
lo que denominamos dimensión subyacente ejemplos presentan algunos elementos co-
del discurso a estos contenidos implícitos. munes que nos pueden servir para caracteri-
zar los discursos implícitos subyacentes. En
En las metáforas suelen encontrarse con-
efecto, la lógica del don, los repertorios inter-
tenidos implícitos subyacentes, más concre-
pretativos, los campos semánticos y el códi-
tamente, como se señaló antes, en las metá-
go ético de los trabajadores son conceptos o
foras convencionales. Un ejemplo de este
constructos teóricos que el sociólogo elabora
discurso metafóricamente subyacente lo
en sus análisis. Ahora bien, estos conceptos
encontramos en los discursos de los desem-
tienen la peculiaridad de que se derivan de los
pleados andaluces producidos en ocho gru-
textos sobre los que trabaja o, para ser más
pos de discusión, realizados en el marco de
precisos, se infieren de los discursos explíci-
un estudio sobre los servicios públicos de
tos que analiza, lo que les confiere un carácter
empleo en Andalucía19. En estos discursos
de discurso implícito subyacente.
abundan las expresiones que se refieren al
acceso al empleo como «que te den em- Podemos preguntarnos, entonces, cómo
pleo», o a su búsqueda como «pedir em- llega el analista del discurso a elaborar estos
pleo». En estas expresiones subyace una conceptos, es decir, qué tipo de inferencia le
concepción del empleo como un bien valioso permite derivar estos discursos subyacentes
del que dispone el empresario y la contrata- de los discursos explícitos. Pues bien, la ela-
ción se concibe metafóricamente como una boración de los conceptos teóricos que
concesión, o un favor, del empleador hacia el
empleado. Subyace a estas expresiones, por
20 Esta misma lógica del don ha sido señalada también
por Martín Criado (1997: 192 y ss.) en su análisis del
discurso de jóvenes trabajadores españoles, constatan-
19 El estudio se denomina «Análisis y Evaluación de los do que no se refiere exclusivamente al momento de la
servicios públicos de empleo en Andalucía» y fue contratación, sino que se extiende a toda la relación
realizado por el IESA-CSIC en 2003 por encargo de la laboral transmutando simbólicamente una relación de
Consejería de Empleo de la Junta de Andalucía. dominación en una relación paternalista.

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186 El discurso implícito: aportaciones para un análisis sociológico

constituyen el discurso subyacente supone ded theory», aunque ésta no tiene que estar
una inferencia hipotética o abductiva. Una referida necesariamente a contenidos subya-
abducción es un tipo de razonamiento en el centes del discurso.
que la conclusión es una hipótesis o conje-
tura. Ante un hecho en principio sorprenden-
te o anómalo, la inferencia abductiva formula LA DETECCIÓN Y LA INTERPRETACIÓN
una hipótesis que, de ser cierta, explicaría tal DEL DISCURSO IMPLÍCITO
hecho21. Es decir, ante un hecho sorpren-
dente o anómalo detectado en el discurso El análisis sociológico del discurso implícito
explícito, el analista formula una conjetura, se articula en dos operaciones sucesivas: la
de manera que esta conjetura subyace al detección y la interpretación. Lo que se sos-
discurso explícito. El carácter complejo y tiene en este punto es que la tipología de
poco habitual de este tipo de inferencia ex- discursos implícitos que se ha esbozado en
plicaría a su vez que esta dimensión subya- las páginas anteriores puede ser un instru-
cente del discurso implícito pase desaperci- mento útil para estas dos operaciones. Se
bida para los interlocutores en la vida dedica este último apartado a argumentar en
cotidiana, ya que se trata de un razonamien- favor de esta utilidad.
to muy alejado de los intereses prácticos y El análisis sociológico del discurso implí-
las habilidades lógicas de los sujetos impli- cito persigue, ante todo, poner de manifiesto
cados en la misma. lo que se dice sin decir, lo que los discursos
Una de las fuentes principales del discur- contienen más allá de su contenido explíci-
so subyacente está en lo que se da por su- to23. En este sentido, detectarlo es ya una
puesto por los interlocutores, esto es, lo que parte, si no la fundamental, del análisis del
es considerado por estos como conocimien- discurso implícito. Pero ¿cómo se detecta el
to socialmente compartido (Van Dijk, 2005). discurso implícito? Según se ha venido de-
El análisis sociológico pone de manifiesto fendiendo, la detección del discurso implíci-
estos contenidos subyacentes cuestionando to solo puede realizarse infiriéndolo del dis-
su presupuesto carácter evidente y explicán- curso explícito. Por lo tanto, esta detección
dolos mediante construcciones teóricas que requiere de un trabajo sobre los textos ana-
dan cuenta de los esquemas mentales implica- lizados, esto es, de una lectura atenta de los
dos22. Pero es importante insistir en que es- textos. A su vez, esta lectura atenta puede
tas construcciones teóricas no suplantan el ser definida en función de algunas caracte-
discurso analizado, sino que hacen emerger rísticas básicas que interesa resaltar. En pri-
sus contenidos subyacentes, es decir, ponen mer lugar, es una lectura que respeta la inte-
de manifiesto aspectos del discurso que pa- gridad de los textos. La disección o el
san desapercibidos cotidianamente. En este troceamiento de los textos, característica de
sentido, el análisis del discurso subyacente
otras prácticas analíticas, supone un impedi-
procede de una manera similar a la «groun-
mento para la detección del discurso implí-
cito en la medida en que borra muchos de
los indicios que permiten su inferencia. Por
21 Sobre el papel y la importancia de la abducción en
el análisis sociológico del discurso y en la construcción
de teoría véanse Kelle (2005) y Ruiz (2009).
22 En este sentido, Van Dijk (2005: 294) apunta que 23 En este sentido, el análisis del discurso implícito
«cada comunidad epistémica es también una comunidad supone en cierta medida su desnaturalización, ya que
de discurso: lo que es conocido por la comunidad no con el análisis los contenidos implícitos dejan de serlo,
necesita ser expresado explícitamente en el discurso de se explicitan. Pero hay que puntualizar que el análisis
dicha comunidad, excepto en el discurso didáctico, o no modifica el discurso, sino que solo contribuye a su
cuando el consenso sobre lo conocido se rompe». comprensión.

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esta razón, es conveniente dejar esta disec- característico. La caracterización tipológica


ción analítica para un segundo momento del del discurso implícito esbozada también
análisis y comenzar con una lectura de los puede ser útil para la primera de estas cues-
textos en su integridad. En segundo lugar, es tiones, es decir, para la determinación de su
una lectura que, junto a los elementos tex- intencionalidad24. En concreto, las dimensio-
tuales, atiende a otros elementos no verba- nes intencionadas del discurso implícito,
les, como pueden ser la prosodia, las voca- esto es, el discurso insinuado y el discurso
lizaciones, los gestos y ademanes o la ocultado, nos remiten a una interpretación
posición del cuerpo. Por esta razón es im- de los discursos basada en las estrategias
portante que sea una lectura de los textos discursivas de sus productores y en los efec-
apoyada en la audición o visionado de los tos de sentido que producen o persiguen; el
materiales de los que proceden, en su caso. discurso «fallido» y el discurso subyacente,
Por último, la detección del discurso implíci- es decir, las dimensiones no-intencionadas
to requiere de una lectura comprensiva, esto del discurso implícito, nos remiten por el
es, que no se limite a dar cuenta de una ma- contrario a una interpretación del discurso
nera mecánica de lo que se dice, sino que como reflejo o síntoma de las actitudes y re-
busque establecer el sentido de lo dicho. presentaciones sociales de sus productores.
En este último aspecto de la lectura aten- En cualquier caso, esta distinción es muy
ta, la lectura comprensiva, es en el que la ti- sutil y, por supuesto, abierta a discusión.
pología del discurso implícito planteada pue-
La interpretación sociológica del discurso
de resultar útil. Así, esta tipología puede ser
implícito no difiere sustancialmente de la in-
utilizada como una guía para la detección del
terpretación del discurso explícito. En cierto
discurso implícito, preguntando al texto so-
sentido, la interpretación sociológica de los
bre aquello que se dice implícitamente. La
discursos consiste en ofrecer una explica-
detección del discurso implícito comenzará
ción sociológica de los mismos, produciendo
por la sospecha de una carencia, de algo que
de esta manera conocimiento sobre la reali-
se dice sin estar explícitamente en el texto.
dad social en la que han surgido y en la que
A partir de esta sospecha se le pregunta al
funcionan. En la medida en que esto es así,
texto qué se dice implícitamente porque se
que esta interpretación se refiera no solo a
quiere decir de esta manera, esto es, qué se
insinúa; qué no se dice produciendo implíci- los contenidos explícitos sino también a los
tamente un efecto de sentido, esto es, qué contenidos implícitos, supone aumentar de
se oculta; qué se dice implícitamente aunque manera sustancial la capacidad del análisis
no se quiera decir, esto es, qué se dice de sociológico de los discursos para producir
manera fallida; y, por último, qué se dice im- conocimiento sobre la realidad social.
plícitamente sin que haya ninguna intención
de decirlo o de no decirlo, esto es, qué sub-
yace al texto.
CONCLUSIONES
Pero el análisis del discurso implícito no Los discursos sociales están atravesados
se limita a su detección, a ponerlo de mani- por contenidos implícitos intencionales, por
fiesto o explicitarlo, sino que requiere tam- cuestiones que se dicen sin decir o que se
bién de interpretación. Esta interpretación se
refiere, al menos, a tres cuestiones: la inten-
cionalidad, esto es, si es intencionado o no 24 Para la determinación de los efectos de sentido y
y, en su caso, qué se pretende con él; los para la determinación de la extensión del discurso
implícito, la tipología propuesta no es suficiente, ya que
efectos de sentido que produce; y su exten- se requiere tomar en consideración el contexto y las
sión o generalización como tipo de discurso condiciones de enunciación del mismo.

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188 El discurso implícito: aportaciones para un análisis sociológico

dicen indirectamente. Del mismo modo, los en el contenido explícito de los discursos, de
discursos son interpretados cotidianamente que se dice (o se quiere decir) algo más de lo
bajo la premisa de una posible presencia de que explícitamente se refleja en el discurso;
estos contenidos implícitos intencionales, de también el sociólogo formula conjeturas so-
que lo que se dice explícitamente puede no bre estos contenidos implícitos y también se
corresponderse con lo que se quiere decir o, somete a prueba estas conjeturas. Pero hay
para ser más precisos, con lo que se quiere dos importantes diferencias en el análisis so-
dar a entender. ciológico respecto de las interpretaciones
En la vida cotidiana, los actores sociales cotidianas: 1) que mientras el interés de las
se enfrentan a los contenidos implícitos de personas en la vida cotidiana por los conte-
nidos implícitos es eminentemente práctico,
los discursos de una manera natural, no-
el interés del sociólogo es exclusivamente
problemática. Ante una sospecha de que
teórico; y 2) que las condiciones de compro-
pueda haber contenidos implícitos en los
bación de sus conjeturas en las que se en-
discursos que interpretamos, se formula una
cuentra el sociólogo son diferentes a las que
inferencia que suele ser abductiva, esto es,
se tienen en la vida cotidiana. Veamos estas
suele adoptar la forma de una conjetura.
dos diferencias por separado.
Cuando se tiene ocasión y oportunidad, es-
tas conjeturas se ponen a prueba en la con- El interés práctico que rige en la vida coti-
versación. En la mayoría de las ocasiones diana hace que solo se contemplen o que
esta comprobación consiste en que estruc- solo interesen los contenidos implícitos inten-
turamos nuestras respuestas bajo el supues- cionales y positivos, es decir, cuando lo que
to de que estas conjeturas son ciertas y es- se quiere decir no se corresponde con lo que
peramos el resultado de esta «apuesta», la explícitamente se dice. El interés teórico del
respuesta de nuestro interlocutor, como una sociólogo le hace contemplar o interesarse
por otros contenidos implícitos, tanto los más
comprobación de esta conjetura. En las con-
sutiles (los derivados de omisiones u oculta-
versaciones cotidianas se produce por tanto
ciones discursivas) como los no intenciona-
un ajuste entre los contenidos, tanto explíci-
les, esto es, los que se dicen sin querer (falli-
tos como implícitos, planteados por los dis-
dos) o sin reparar en ellos (subyacentes). Los
tintos interlocutores implicados. En otras
contenidos implícitos intencionales son muy
ocasiones, cuando no tenemos capacidad
importantes porque funcionan socialmente,
de interlocución con los productores de los
pero no son los únicos que interesan a los
discursos que interpretamos, nos tenemos
sociólogos. La necesidad de atender a esta
que contentar con indicios contextuales, de
multiplicidad de formas de los contenidos im-
manera que carecemos de suficientes crite-
plícitos en los discursos es una de las princi-
rios para comprobar nuestras conjeturas.
pales conclusiones a la que nos remite la tipo-
El análisis conversacional funciona en base logía de discursos implícitos propuesta.
a estos mismos supuestos e indaga en el de- Por otro lado, el sociólogo rara vez tiene
sarrollo de la conversación la presencia de capacidad de interlocución con los producto-
contenidos implícitos, pero lo hace desde fue- res de los discursos que analiza, como un me-
ra y una vez concluida la interacción, esto es, dio para comprobar las conjeturas que realiza
sin que haya implicación en la conversación y sobre los contenidos implícitos. Lo puede te-
reconstruyendo retrospectivamente los ajustes ner en el momento de realizar entrevistas o
respectivos de los actores implicados. moderar grupos, pero no después cuando
El sociólogo, por su parte, procede en está realizando el análisis. Además, los conte-
sus análisis de una manera similar. También nidos implícitos no intencionales o incluso los
se parte de una sospecha de que algo falta derivados de omisiones discursivas no pue-

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Jorge Ruiz Ruiz 189

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tiva. Esta prueba argumentativa podría formu- Conde, Fernando (2004). «El papel de la compara-
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cualitativa a la cuantitativa en los discursos so-
que los contenidos implícitos conjeturados
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están presentes en los discursos analizados, cias Sociales, 7.
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RECEPCIÓN: 05/09/2012
REVISIÓN: 31/01/2013
APROBACIÓN: 11/12/2013

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doi:10.5477/cis/reis.146.171

Implicit Discourse: Contributions to a


Sociological Analysis
El discurso implícito: aportaciones para un análisis sociológico

Jorge Ruiz Ruiz

Key words Abstract


Discourse analysis This article discusses the variety of types or dimensions of implicit
sSociological Analysis discourse. Specifically, a typological characterisation is proposed,
sImplicit Discourse based on the intentions of the producer of the discourse, including a
s Latent Discourse distinction between four basic dimensions: insinuated discourse,
s Hidden Discourse hidden discourse, ‘failed’ discourse and underlying discourse. Some
s Qualitative examples are provided of each dimension, and then it is held that the
Methodology proposed typology is useful for the sociological analysis of implicit
discourse, that is, for its detection and interpretation.

Palabras clave Resumen


Análisis del discurso En este artículo se aborda la diversidad de tipos o dimensiones del
sAnálisis sociológico discurso implícito. En concreto, se plantea una caracterización
sDiscurso implícito tipológica del mismo basada en las intenciones del productor del
sDiscurso latente discurso, distinguiéndose cuatro dimensiones básicas: el discurso
sDiscurso oculto insinuado, el discurso ocultado, el discurso «fallido» y el discurso
sMetodología subyacente. Después de ofrecer ejemplos de cada uno de ellos, se
cualitativa sostiene la utilidad de la tipología propuesta para el análisis
sociológico del discurso implícito, esto es, para su detección y su
interpretación.

Citation
Ruiz Ruiz, Jorge (2014). “Implicit Discourse: Contributions to a Sociological Analysis”. Revista Española de
Investigaciones Sociológicas, 146: 171-190.
(http://dx.doi.org/10.5477/cis/reis.146.171)

Jorge Ruiz Ruiz: Instituto de Estudios Sociales Avanzados (IESA-CSIC) | jruiz@iesa.csic.es


Institute for Advanced Social Studies - Spanish National Research Council (IESA-CSIC)

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172 Implicit Discourse: Contributions to a Sociological Analysis

EXPLICIT AND IMPLICIT ASPECTS OF municative exchanges based on a coopera-


DISCOURSE tive principle. This cooperative principle
was formulated by Grice (1975) and establi-
The need in the sociological analysis of dis- shed that interlocutors have to adjust their
course to address its implicit aspects may interactions to four maxims or rules that
seem obvious. In effect, it can be easily noted pertain to the quantity, quality, relation and
that all discourses have implicit contents, manner of what is being communicated.
from their most basic forms, such as irony Whether it is by compliance with these rules
and metaphor, to more complex and subtle (generalised conversational implicatures) or
forms. Whilst in theory we can suggest that by their violation (non-standard conversa-
there is such thing as transparent discourse, tional implicatures), each interlocutor may
or discourse that does not contain implicit infer implicit meanings from what is being
elements, to the extent that its meaning coin- said by other interlocutors in day-to-day
cides exactly with its explicit content, this conversations. Pragmatics has also dealt
does not happen in practice. On the contrary, with the analysis of other forms of non-con-
in practice, all social discourses to a greater versational implications, either conventional
or lesser extent include implicit aspects or (presuppositions) or non-conventional (as-
contents which must be analysed, both to sumptions) in nature, resulting in the formu-
determine their meaning and to take advan- lation of a theory of implication2 by Ducrot
tage of their potential to facilitate access to, (1977).
and understanding of, social reality.
These contributions from pragmatics are
However, this apparent evidence of the highly relevant for the sociological analysis of
sociological importance of implicit dis- discourse, for at least two reasons. On the
course contrasts with the low degree of for- one hand, they reveal the existence of multi-
malisation of the procedures used by sociolo- ple implicit meanings in exchanges, directing
gists, amongst others, to approach its our attention towards the hidden, non-explicit
analysis. Whereas various sophisticated dimension of discourse. On the other hand,
procedures have been developed for the they provide a very useful tool for contextual
analysis of explicit discourse, the analysis of analysis, that is, for understanding the local
implicit discourse suffers from the afore- meaning of discourse3. However, the prag-
mentioned lack of formalisation, as well as matic perspective is not sufficient for a so-
from poor methodological development1. In ciological analysis of implicit discourse, as it
fact, the greatest methodological develop- only looks at implicit meaning as something
ment and the most relevant contributions to intentionally projected onto communication
the analysis of implicit discourse have not by the speaker and perceived and interpre-
come from sociology, but from linguistics, ted by the hearer. The analysis thus excludes
specifically from pragmatics. Conversational unintended implicit meanings, or implicit
analysis, for example, has focused on impli- meanings that even go unnoticed by inter-
catures, that is, on the implicit meanings
that interlocutors infer from everyday com-
2 For a review of the different types of implications con-
sidered by pragmatics, see Gallardo (1996). With respect
1 In discourse analysis manuals, references to the ana- to pragmatic linguistics in general, see Levinson (1989)
lysis of implicit aspects either do not appear or are limi- or Escandell (1999)
ted to a few fragmented notes. See, for example, 3 Both conversational, linguistic analysis, and conversa-
Titscher, Meyer, Wodak & Vetter, (2000); Schiffrin, Tannen tional, ethno-methodological analysis, are two very use-
& Hamilton (eds), (2001); Johnstone (2002); and Gee, J. ful instruments for the contextual analysis of discourse.
P. (2005). See Tusón (2002) and Ruiz (2009).

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Jorge Ruiz Ruiz 173

locutors which, as we will see next, have ignorant of, or as being responsible for the
great import in sociological analysis. But, hiding of their own reality4.
above all, the pragmatic perspective is insuf- But alongside these two sterile proposals,
ficient for sociological interests because it we find in the specific analyses of sociolo-
fails to include a sociological interpretation of gists from very different focuses and schools,
implicit discourse. a rigorous and fruitful consideration of the
The lack of sufficient methodological de- implicit aspects of discourse. The so-called
velopment for the analysis of implicit dis- Madrid Qualitative School5 (Escuela Cualita-
course has led, in some approaches, to its tiva de Madrid) and Critical Discourse Analy-
being excluded from analysis. From this sis6 are the approaches that have paid the
point of view, only explicit discourse provides most attention to the implicit content of dis-
the guarantee of an objective analysis, and course and, as a consequence, the authors
therefore it has been the only one to which who more or less directly subscribe to these
attention has been paid. In our opinion, this approaches are the ones who have included
restricts discourse analysis to its explicit as- the implicit aspects to the greatest extent in
pects, and is far from guaranteeing a sup- their discourse analysis. Even though these
posed objectivity. This impoverishes the analyses are not based on a common metho-
analysis, as well as being a major source of dology, they share some basic principles
misunderstandings and misconceptions and, which could serve as a starting point for this
ultimately, of misinterpretation. At the other much-needed methodological development.
end, different analytical practices can be There are at least six basic principles shared
found that consider explicit discourse to be by the rigorous analyses of implicit discourse
mere appearance. As a result, the analysis from a sociological perspective:
focuses on the supposed implicit meanings
of discourse, as an exercise in uncovering 1. All social discourse contains implicit ele-
the true subject that lies behind the explicit ments. For a thorough analysis to be con-
discourse. This irrelevance attributed to ex- ducted, equal weight must be given to
plicit discourse as deceptive often results in both the implicit and explicit elements. In
the meaning of discourse being sought out- any case, one of the objectives of dis-
side discourse itself, generally in the very course analysis is to show implicit con-
proposals and theoretical assumptions of the tents.
researcher.
We are thus faced with two antagonistic
approaches in considering the implicit as- 4 Martin Criado established a parallel between this as-
sumption of the opacity of explicit or manifest discourse
pects of discourse, both equally sterile when and the logic of psychoanalysis (1998: 69). As noted by
it comes to understanding discourse and the this author, they both ascribe an asymmetric situation to
social reality in which it has occurred and in the analyst and the analysed, and conceive of analysis
as a means of uncovering the truth that hides behind the
which it works (Conde, 2009: 52 and ff): on appearance of the explicit discourse. These parallels are
the one hand, the illusion of transparency revealing in that much of discourse analysis that is based
and the reduction of the analysis to the ex- on psychoanalytic approaches is derived from this as-
sumption of opacity and consequent distrust or suspi-
plicit aspects; and on the other hand, the as- cion of explicit discourse.
sumption of opacity,which considers explicit 5 The most well-known authors of this School include
discourse to be a simple façade that hides both its founders, Jesús Ibáñez and Alfonso Ortí amongst
the true subject and results in this explicit others, as well as their followers, Luis Enrique Alonso,
Fernando Conde, Enrique Martín Criado On the Madrid
discourse being disregarded from the analy- Qualitative School, see Vallés and Baer (2005).
sis, so spreading an aura of suspicion around 6 Both Wodak (1995) and Van Dijk (2003) place implica-
the producer of discourse, either as being tions at the centre of Critical Discourse Analysis.

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174 Implicit Discourse: Contributions to a Sociological Analysis

2. Implicit discourse is included in explicit This paper is based on the last point, that
discourse. Implicit discourse is directly de- is, on the diversity of types and dimensions
rived from explicit discourse, and therefore of implicit discourse and proposes a typo-
its analysis may rely on other evidence logical characterisation. Different types of
such as context or non-verbal elements implicit discourse are illustrated and defined
(prosody, vocalisations, gestures and ex- with examples taken from both the author’s
pressions or body position), but it consists analyses and from other researchers’ ana-
in a study of explicit discourse7. However, lytical work. This typology is intended to con-
the mechanism by which the implicit con- tribute to the development of a methodology
tent is extracted from the explicit content for the sociological analysis of implicit dis-
is not a process of decoding but one of course, and so the usefulness of the pro-
inference (Alonso: 1998: 210)8. posed typology for the detection and inter-
3. In order to infer the implicit discourse, the pretation of implicit discourse is argued in
contextual conditions of the utterance the last section of the paper.
must be dealt with.
4. The implicit aspects of discourse may
contradict the explicit discourse, but they
THE DIMENSIONS OF IMPLICIT
DISCOURSE
do not have to contradict each other and,
what is more important, they usually do Implicit discourse can be considered to be
not. On the contrary, the implicit discourse everything that is not said explicitly but is con-
generally enriches the explicit discourse, tained in the discourse. However, this defini-
as it complements and expands it. tion is too wide and ambiguous, as when talk-
5. Implicit discourse cannot be considered, ing of implicit or latent discourse, reference is
in this sense, as the true discourse found made to various different discursive forms.
to be hiding behind the explicit discourse, Different types, forms and dimensions of im-
nor is the analysis an unveiling of the truth plicit discourse can be thus identified. It is
that is concealed behind discourse. Thus, necessary to clarify what makes up this diver-
in cases where there is a contradiction sity so as to precisely define the concept of
between explicit and implicit discourse, implicit discourse under discussion.
this very contradiction is one more ele- The most common, which could also be
ment of the analysis. said to be the most superficial, form of im-
6. Implicit discourse takes a variety of forms, plicit discourse is that in which something is
and the determination of the implicit type intentionally but not explicitly said; instead,
or types of discourse in each case consti- it is something that receivers are given to
tutes one of the objectives of the analysis understand. It is, therefore, a discursive
of specific discourses. strategy that consists in saying something
indirectly: for some reason, it is preferred
not to explicitly say something that is,
7 As noted by Conde, ‘it is only by reading the material nonetheless,part of what is meant. We will
form of text in its full density, its literal expressiveness refer to this type of implicit discourse as the
and its depth that the explicit and latent levels of the
analysis can be accessed‘. (2009: 54).
insinuated dimension, as the producer of
8 Reyes maintains that ‘understanding an utterance in-
the discourse expects receivers to receive
volves two aspects: on the one hand, decoding the lin- and interpret these implicit messages. Clues
guistic signs; and on the other, the gap between what is or indications such as non-linguistic ele-
said and what is implied is bridged, and to do so, no
further decoding is required, but only inferences’ (Reyes, ments are provided to ease their reception
1995: 55). and interpretation.

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A second dimension of implicit discourse and practical approaches to the issue. This
arises when considering the unsaid,either complexity is not gratuitous,however; these
explicitly or implicitly, as a possible implicit concepts are very useful instruments in ana-
message in discourse.The unsaid can be lysing implicit discourse, both for its detec-
part of implicit discourse provided that two tion and interpretation. In any case, the prac-
conditions are met: 1) an intent to mask the tical examples of analysis shown in the
unsaid can be attributed to the producer of following sections can help to explain and
the discourse; and 2) this masking produces more clearly identify the differences between
an intentionally sought after effect on mean- the different dimensions of implicit discourse
ing. This discourse dimension is obviously that have been defined above.
difficult to detect, as it constitutes an omis- In Chart 1 the four dimensions of implicit
sion. It also entails risks of interpretation, discourse that we have defined have been
since it involves attributing to the producer located on a coordinate axis. This table is
the intention of hiding something. But both presented in a similar way to Greimas semio-
the difficulties and risks are justified, due tic square (Greimas and Courtés, 1979). Never-
to the discursive importance of conceal- theless, it is not used here as an instrument
ments as a dimension of implicit discourse, for semiotic analysis, but only as a way of
which can be referred to as hidden or si- exploring the logical possibilities of implicit
lenced discourse. discourse, taking into account its intentional-
A third dimension of implicit discourse ity and its content.
can be identified if we take into account that
not all implicit discourse is intentional, but
The insinuated dimension
rather, that it is possible to implicitly say
of discourse
things that we do not mean to say. Just as
there is a failed or unintentional explicit dis- Insinuated implicit discourse is the easiest to
course, a failed dimension of implicit dis- detect, as the speaker usually leaves traces
course can be identified, something that the or indications that allow it to be easily inferred
speaker does not mean to say but is said
from explicit discourse. It can be said that
implicitly, that is, an implicit discourse that is
insinuated implicit discourse is inferred more
‘filtered’ without the speaker meaning to do
directly from explicit discourse than any other
so (Ortí, 1998). We can call this type of unin-
dimension of implicit discourse. In this type
tentional implicit discourse the ‘failed’ dimen-
of implicit discourse, the explicit elements lead
sion.
or invite to infer the implicit elements. However,
There is also another form or dimension of the greater ease of inferring insinuated dis-
unintended implicit speech. It is not the same course is relative. The inferring of insinuated
to implicitly say what one does not mean to discourse may depend on multiple factors
say, as to implicitly say something that one related to the speaker (strategic ones, linked
may or may not mean to say, because it has to communicative ability, etc.), to the receiver
not been noticed. At times we say things that (for example, capacity to process informa-
we are not aware that we are saying, but tion, sensitivity and attention paid to commu-
which reflect important aspects of discourse. nication, etc.) or even to the context in which
We call this type of implicit discourse the ‘un- the discourse has been produced. In this
derlying’ dimension. way, a discourse that has been produced in
The consideration of these four implicit a specific context in which implicit allusions
discourse dimensions entails an element of have acquired meaning may lose them in
difficulty and complexity in the theoretical other contexts.

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176 Implicit Discourse: Contributions to a Sociological Analysis

CHART 1. Dimensions of implicit discourse

Wanting to Not wanting to


Intentional dimension Involuntary or unintentional dimension

Meaning to say Not meaning to say

Insinuated dimension Failed Dimension (implicit slip)


Saying What is said implicitly because it is meant to What is not meant to be said but is said in an
be said in this way implicit way
Disguised discourse; evoked discourse;
condensed discourse (metaphors)

Meaning not to say Not meaning not to say

Not Hidden or silenced dimension Underlying dimension


saying What is not said in an explicit or implicit way, What is said implicitly and is neither meant nor
but which generates an effect of implicit not meant to be said
meaning

Source: Own elaboration

Amongst the strategic factors that could Krauthammer, published in the Washington
facilitate or hinder the inference of intentional Post on 12 September 2001, the day after
implicit discourse, one that is particularly im- the attacks on the New York World Trade
portant is directing the implicit message of Centre and the Pentagon. The analysis
the discourse to a particular audience. The shows how, taking for granted certain con-
person who formulates the discourse may tents, this columnist managed to pass off
direct the implicit discourse to specific peo- what were only his own convictions and ideo-
ple for whom, according to the speaker’s logical positions as socially shared knowledge.
knowledge of them, it is easier to infer the In this case, the insinuated discourse was a
implicit meanings being conveyed, whilst for strategy to reinforce his arguments in favour
the others this implicit meaning could pass of a war-based response to the attacks. It is
unnoticed. This different modulation in the a way of disguising personal ideological con-
ease of inferring the implicit elements of dis- victions and passing them off as known
course based on the audience (to say some- questions that are recognised by all, or at
thing implicitly to be understood by a few least by the majority (knowledge).
people, but not by others), entails to a certain Another example of disguised discourse
extent the need to contemplate an intermedi- can be found in the analysis by Wodak (2007)
ate category between insinuated implicit dis- of the implicitly xenophobic and anti-Semitic
course and hidden implicit discourse. In discourse of the Austrian Freedom Party
other words, some implicit discourses could (FPÖ) and their then leader Jörg Haider. In this
be both insinuated (some people are inten- case, the use of implicitly xenophobic and
tionally given to understand such discourses) racist messages constitutes a discursive
and hidden (such discourses are hidden for strategy for avoiding the social sanctions nor-
others). mally associated with these types of discour-
An example of insinuated discourse is the ses. Insinuated discourse is used with the in-
analysis carried out by Van Dijk (2005) of the tention to disguise contents or messages
editorial article by the columnist Charles which, if expressed explicitly, would be sub-

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Jorge Ruiz Ruiz 177

ject to social rejection or even criminal convic- tive expression of identity. But if we look at
tion. Further, as noted by Wodak in her analy- the implicit content, multiple messages arise
sis, given that it results in specific codes, the that are directly or indirectly derived from the
implicit discourse may not reach all of its explicit discourse, although some of them
potential recipients, but it encourages greater may even be in contradiction to it. Some of
personal identification with the messages re- these implicit contents are the following: the
ceived by those who effectively receive them. current social and political system reduces
So it can be stated that implicit messages citizens to the condition of merchandise;
often have a greater persuasive ability than we, as citizens, do not accept the treatment
explicit discourses, to the extent that social we receive in the current political and eco-
rejection of certain messages or contents nomic system10; we demand a reform of the
could have a counter-productive effect. political and economic system so that citi-
This is how a second type of insinuated zens are not treated as merchandise; the
discourse is identified that we can call evoked political and economic systems are collud-
discourse, in which the intention is to increase ing to reduce citizens to the condition of
the persuasive capacity of messages provid- merchandise; the economic system (the
ing them with an implicit form. The language commodification of relationships) prevails
of advertising provides many examples of over the political system (citizens’ rights) and
evoked discourses, with this language type we oppose this; the measures taken to con-
being particularly dense interms of implicit front the economic crisis do not take the citi-
messages. In other words, the use of im- zens’ opinion into account and place the
plicit discourse to increase the persuasive costs onto them, etc.
capacity of messages is relatively frequent in This slogan serves as a synthesised ver-
the language of advertising. Corrales (2000) sion of everything in the protest discourse
provided some examples of this use of im- through the condensed,insinuated messages.
plicit discourse in advertising, and held that Without a doubt, many of these implicit mes-
the communicative efficiency of these implicit sages are not directly derived from the ex-
contents in advertising is due to the fact that plicit discourse, but are only inferred from the
they produce greater cognitive involvement in knowledge that the receivers have about the
the receiver and, along with it, greater per- context in which the discourse was produced
sonal identification with the messages. and other shared meanings. This means that
But discourse is insinuated not only to the condensed implicit messages can be per-
hide it or to improve the persuasive efficiency ceived and interpreted differently by different
of the messages.There are also discourses receivers, due to the different knowledge they
that are insinuated as a strategy to condense have of the circumstances in which the slogan
or synthesise meanings. An example of this was produced and their assumptions about
type of condensed discourse is exemplified the communicative intentions of those who
by the slogan for the 15-M9 movement: We produced it11.
are not merchandise in the hands of politi-
cians and bankers. If we concentrate on its
explicit meaning, this slogan refers to a nega- 10 Later, implicitly, they state the opposite to what they
say explicitly: implicitly they argue that people are treated
as a commodity in the current system by politicians and
bankers, but that we do not wish to be treated in this
9 The 15-M movement, also known as the ‘indignados’ way.
(the indignant ones), is a Spanish protest movement that 11 Peña (2001: 92) noted this double persuasive and
arose to oppose the measures adopted by governments synthetic function of the implicit contents in advertising
to confront the economic crisis provoked by the failure slogans. Following Reboul (1978), Peña held that adver-
of the financial system. tising slogans do not only have the function of making

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178 Implicit Discourse: Contributions to a Sociological Analysis

A particularly interesting type of con- ordinary and everyday Islamophobia in


densed discourse is that which is formed by Spanish society. That is to say, negative
resorting to metaphors. Metaphors are not opinions and attitudes to Islam and Muslims
only a rhetorical or stylistic resource, but they fed by prejudice and discrimination,which
also have a cognitive value,to the extent that affected coexistence13. The subject of ‘im-
they maintain a double link with our expe- migration’ was initially proposed to the dis-
rience of the world: they arise from it and at cussion groups as an initial theme with the
the same time they structure it, that is ‘they aim of contextualising specific onions about
structure how we perceive, how we think, Muslims and encouraging spontaneous dis-
and what we do’ (Lakoff and Johnson, 1986: course, to the extent possible. The discus-
40). Metaphors, by comparing two different sion groups were first centred on immigra-
things, project implicit meanings. But more tion in general, with more or less numerous
than implicitly equating two different realities, references to immigrants of Muslim origin,
metaphors imply an entire conceptual system depending on each case. In this general dis-
(Nubiola, 2000: 75). That is, the use of meta- cussion on immigration a metaphor was for-
phors implicitly condenses a set of meanings mulated in different groups to justify the re-
attributed to a different reality. jection of immigrants, which compared them
The distinction between conventional meta- to an ungrateful or unappreciative guest.
phors and new, or creative, metaphors is es- Chart 2 shows fragments of the transcriptions
from a number of discussion groups in which
pecially relevant for the analysis of insinuated
this metaphor appeared, with the aim of il-
discourse, as these last have a particular heu-
lustrating its recurrence in the discourses.
ristic capacity for condensing implicit mean-
ings and represent a new reality through one The maintenance of their own customs by
that is already known. Conventional meta- immigrants is seen as a lack of courtesy to-
phors, on the contrary, are more culturally wards native Spaniards in that it involves an
rooted, and therefore they are more likely to go imposition of difference. According to this
unnoticed and act in a more unconscious way, opinion, immigrants should integrate them-
so to speak. For this reason, as we will see selves into Spanish society, integration being
later, conventional metaphors generate under- understood as the abandoning of their own
lying implicit discourses to a larger extent12. customs and adoption of Spanish ones. This
would be, broadly speaking, the explicit dis-
An example of metaphorically condensed
course proposed by the metaphor, but to-
discourse, taken from a piece of applied re-
gether with it various implicit messages were
search, can be found in the discourse of na-
also found: by equating immigrants with a
tive Spaniards on immigration, produced in
guest, a degraded level of citizenship is at-
the context of a group discussion. The study
tributed to them, insofar as in their ‘guest’
in which these groups participated had as its
status they have fewer rights than the ‘own-
main objective the detection and analysis of
ers’, the natives; the attitude of the native
population is welcoming in that they assign
themselves the role of host; the rejection of
contents more accessible, or easier to assimilate for the
receivers, but also of shielding the implicit content from
rational criticism.
12 This distinction between conventional metaphors and 13 This study was carried out by the Institute of Advanced
new or creative metaphors is analogous to that establi- Social Studies (Instituto de Estudios Sociales Avanzados
shed by Ricoeur (1976) between dead metaphors and (IESA-CSIC)) commissioned by the Secretariat of State
live metaphors, although this author focused on live for Immigration and Migration (Secretaría de Estado de
metaphors, as he held that they are the only ones capa- Inmigración y Emigración), between the months of De-
ble of generating new meanings. cember 2007 and July 2008.

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Jorge Ruiz Ruiz 179

CHART 2. Extracts from discussion groups which included the metaphor of immigrant as an ungrateful guest.

M3: But... it is as if I went to another country and set myself up... no...
M5: No, now you come to my house and you say: look, I don’t like the television there, put
it in the other corner. Who are you?
M3: No, no who are you? You are in my house; and if you don’t [like it], get up and go.
(Retired men, over 60 years old, who normally share public spaces with immigrants.
Granada)

W4: It is as if you are in yourhouse, you want to come into my house. For me to let you into my
house you have to respect my customs of my house, because you won’t come into my house
and have it all your own way.
(Women, between 45 and 60 years old, housewives or with temporary jobs, in terms
of education level, compulsory schooling, residents in neighbourhoods with a high
immigrant population. Madrid)

M2: Look, you have three bedrooms in your house, and your three kids are there, and I’m going
to come to sleep tonight, so you take a bedroom from one of your kids and you give it to me.
For one night, if I want to stay my whole lifeyou are going to tell me, hey you, there is no space
in my house. Because Onteniente is my home, and that’s that. You know what I mean?
(Men, between 45 and 60 years old, current or former employers of immigrant emplo-
yees, maximum education level: secondary. Alcoy)

W3: I am not going to adapt to you because you are like that, you have that religion. You
adapt to me, you are here.
W6: You are in my home.
(Women, between 25 and 40 years old, workers in agricultural cooperatives with Mus-
lim co-workers, maximum education level: secondary. Puebla de Vícar)

immigrants is not caused by a racist or xeno- also allows them to make their rejection of
phobic attitude on the part of the native po- immigrants more presentable and justifiable.
pulation, but is a logical defence reaction This leads us to consider that the different
against abuse, by immigrants, who wished to types of insinuated discourses are not in-
maintain their own customs, etc. In this way, compatible with each other but, on the con-
the metaphor is not only a response to the trary, they often occur simultaneously or in
heuristic need to represent a new reality, im- combination with each other. So the meta-
migration, by comparing it with another one phor we used as an example serves the in-
that is already known, the situation and du- tention to condense meanings, but also to
ties of a guest; it also implicitly justifies the disguise xenophobia or make it more pre-
rejection of immigrants and inverts the terms sentable, as well as increasing the persua-
of the relationship between aggressor and sive capacity of one’s discourse by evoking
victim that xenophobia entails. This meta- a better-known situation with multiple im-
phor does not only allow the groups’ partici- plicit meanings that favour personal identifi-
pants to implicitly condense meanings, but it cation.

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180 Implicit Discourse: Contributions to a Sociological Analysis

The hidden or silenced dimension of and news items on the media can also be a
discourse form of implicit concealment. Herzog uses the
concept of discursive exclusion to refer to this
The importance of the intentionally hidden
effect of the disappearance or underrepresen-
content for discourse analysis was noted by
tation of specific content in the media, apply-
both Jesús Ibáñez (1985) and Alfonso Ortí
ing it, for example, to the absence or scarcity
(1998). However, it is not easy to find exam-
of positive references to immigration and im-
ples of hidden or silenced discourses: since
migrants and, more specifically, to the ab-
it is a non-discourse, an intended omission
sence of the immigrants’ point of view in dis-
on the part of the producer of the discourse,
course and narrations on immigration
hidden discourse is often overlooked, both in
broadcast by the mass media (Herzog, 2011:
everyday life and in the specialised analysis
620-621).
of the type proposed here. It is also a kind of
implicit discourse in which examples are par- Nevertheless, hidden discourses do not
ticularly important to illustrate its nature and always have the intention of ideological ma-
how it works, as to some extent it can be nipulation. In other cases, hidden discourses
rather counter-intuitive that something that is are the result of discursive strategies for cour-
not said, either explicitly or implicitly, could tesy or prudence (Martín Criado, 1991: 203-
form part of implicit discourse. 204). This type of intention is found, for exam-
ple, when certain delicate topics or contents
Hidden discourse is a form of intentional
are avoided,depending on the context in
implicit discourse, and therefor it is often part
which the discourse is produced. So, if invited
of argumentative strategies that are more or
by the authorities of a wine region under a
less close to ideological manipulation. It is fre-
protected designation of origin to give a con-
quently found in the discourse of politicians
ference on, for example, the social aspects of
with the aim of reinforcing their own discursive
wine, we would obviously avoid talking about,
positions. Examples of hidden discourse in-
or would merely make a veiled reference to,
clude referring to a terrorist organisation as a
alcoholism, no matter how the personal and
group of assassins, and so hiding or silencing
family consequences thereof are undoubtedly
the political intentions of their attacks, or as a
one of the most relevant social issues.
revolutionary group, which hides the criminal
nature of their actions; or the absence of refer- In addition, concealment has a discursive
ences to the negative consequences of mili- intention similar to negation, as in both cases
tary action, used as an argumentative strategy a specific reality that is found to be awkward
to avoid its rejection (Van Dijk, 2006)14. The or which contradicts our arguments is ne-
absence of certain contents in the messages gated. But concealment has a greater argu-
mentative efficiency than negation, as what is
concealed normally goes unnoticed, and so
avoids the need to argue against what is be-
14 Van Dijk noted:‘A well-known example of the latter
strategy was the claim with which the US and its allies ing hidden,and the risk that arguments could
legitimated the attack on Iraq in 2003: “knowledge” be made for reasons or facts that uphold the
about weapons of mass destruction, knowledge that
later turned out to be false. Information that may lead to
content being negated. Thus concealment
knowledge that may be used critically to resist manipu- could have a similar content to negation, but
lation, for instance about the real costs of the war, the it has a different discursive effect.
number of deaths, the nature of the “collateral damage”
(e.g. civilians killed in massive bombing and other military Not all concealments are the result of an
action), and so on, will typically be hidden, limited or intention to produce a specific discursive
otherwise made less risky,and hence discursively de-
emphasized, for instance by euphemisms, vague expres- effect. Sometimes, concealments are linked
sions, implicitness, and so on’ (ibid., p 62). to other discursive strategies. And so, in the

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Jorge Ruiz Ruiz 181

previous example about condensed implicit hidden discourse cannot be considered to


discourse, the metaphor of the immigrant as be an implicit discourse, at least from the
an ungrateful guest can only be held by point of view adopted here, as it cannot be
concealment. Specifically, what is concealed inferred from explicit discourse. At most, a
is that the majority of immigrants in Spain suspicion that compliance with the domi-
work and contribute with their taxes and so- nant discourse is feigned can be inferred
cial security payments. Without this being from explicit speech, and that behind this
concealed, the metaphor is unsustainable, discourse another discourse is hidden
as house guests do not work, or contribute which is strategically silenced; but there is
to our house costs. Further, if they did, this no effect on meaning that would make it
would immediately change their status and possible to infer what this hidden discourse
condition, that is, they would acquire rights. was. Hidden discourse is either absent or
We see here how different dimensions of im- made explicit under certain conditions16,
plicit discourse, insinuated discourse and but in no case is it implicit discourse, as it is
concealed discourse can be combined in not hidden in order to produce an effect on
the same discursive strategy. meaning, but to prevent detection by those
Another type of hidden discourse can be in power. In any case, the difference be-
found in opposition to what Scott (1990) tween hidden discourse and intentionally-
called ‘public discourse’. Scott noted that concealed discourse is subtle and not al-
the discourses of the lower classes may ways easy to establish.
show a conformity or acquiescence to the
dominant discourse, that is, to the discourse The ‘failed’ dimension of discourse
of the dominant classes,which could be in- It could be thought that failed acts in dis-
terpreted as an absence of resistance to course, what is said without meaning to, are
domination. However, this conformity may be
fictitious, insofar as it is caused by a conceal-
ment strategy of resistance practices. The
ment with, or acquiescence to, socially dominant dis-
dominated avoid discursively exposing their courses, as these discourses could be, at least in part,
resistance to those in power, both to avoid the product of a strategy of concealment. On the other
possible retaliation and to enhance the re- hand, it is important because it shows the limitations of
research techniques that are based on discursive pro-
sults of their own resistance practices. Thus duction in order to capture those discourses which con-
we are faced with the ‘hidden discourse’ of front or separate from those that are socially dominant.
When considering a possible discursive concealment, it
the dominated classes, composed of ver-
is advisable to adopt methodological strategies that
balisations and other practices of resistance guarantee the conditions for the emergence of concealed
to domination which remain outside of the discourses. For example, group techniques that leave
the discursive field open, allowing for an autonomous
purview of the powerful. In this way, the true
and spontaneous discursive dynamics, would be more
discourse of the dominated classes would be efficient than techniques based on a more direct mo-
hidden or, at least, veiled by a mock con- deration.
formist public discourse. 16 León Medina (2009) referred to the hidden discourse
of the workers of a multinational car production com-
Without a doubt, the concealment in dis- pany, but as a dimension of their explicit discourse,
course derived from an unequal distribution produced in eighteen personal interviews, not as im-
plicit discourse. These interviews generated conditions
of power in society is an important question that fostered the emergence of the hidden discourse of
for sociological research15. But this type of the workers, establishing a symbolic and practical dis-
tance from the company, and creating a climate of trust
between the interviewer and the respondent, so that a
discourse was made explicit that was hidden under
15 On the one hand, it is important in that it leads us to other conditions, and more specifically in the day-to-day
relativise those discourses that show a marked agree- relationships within the company.

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182 Implicit Discourse: Contributions to a Sociological Analysis

of little interest to sociologists, as they are is only attributable to the person who for-
more individual than social products. This mulated it17.
would lead us into the realms of psycho- Peinado provided a more detailed version
logical rather than sociological analysis; in of this example (2002:391), and gave some
fact, failed acts are one of the symptoms to clues to determine under what conditions,
which most attention is paid in psychoa- and to what extent, failed discourse can be
nalysis. However, it can also be considered interpreted as a symptom of a widespread
that failed acts have social meaning, if they social attitude. Peinado noted that Ibáñez
are contemplated as a sign of an intentional took the example of a joke that circulated
concealment strategy. The failed act does amongst German intellectuals after the Se-
not show so much a personal or individual cond World War and that referred to the rise
characteristic or pathology, as intentional of Nazism. A Jewish German told a German
concealment that operates socially. The hid- Aryan friend of his intention to leave the
den and ‘failed’ dimensions of implicit dis- country because he felt threatened, to which
course are therefore closely related, since his friend responded that his fears were un-
the ’failed’ dimension arises precisely when justified, as no one in Germany persecuted
a concealment strategy fails. We can define the Jews. The Jew told him that he had con-
it, then, as that dimension of implicit dis- ducted a survey asking people if they thought
course that consists in implicitly saying the elimination of Jews and pharmacists was
something that is meant to be concealed. right. His friend then asked him ‘why
On some occasions our own words betray pharmacists?’,to which he responded that
us or reveal us and, although at times this that was the same answer given by those
may be done explicitly, it usually happens participating in the survey, and he concluded
implicitly. that he had to leave Germany.
Ibáñez is possibly the sociologist who The ‘humour in this joke is the acuity of
has focused most, and has given the greatest the Jew, both in asking the question and in
importance to, failed discourse. One of the his interpretation of the answers,to unveil a
examples he provided of this type of dis- threat that the authorities intentionally and
course showed the usefulness of his analy- systematically denied. But for the inference
sis. Ibáñez noted that, when asked the of widespread anti-Semitism and the subse-
question, ‘do you believe that all the Jews quent threat to be credible, the joke introdu-
and all the pharmacists should be killed?’, ces two elements: the context, that of Nazi
an answer such as ‘why the pharmacists?’ Germany, and the recurrence of the ‘failed’
shows an implicit anti-Semitism, in that the response, that is, conducting a survey in
answer accepts killing all the Jews as a which this response is repeated. In order to
logical option, or at least,as a more logical infer that there is a general threat, the Jew
possibility than killing all of the pharma- looked not only at what was said, but also at
cists (1975: 130).The analysis of failed dis- the conditions of under which the utterance
course highlights what is discursively
meant to be concealed, those questions
which, due to the fact that they are frowned 17 In some of his reflections he even seemed to defend
upon or socially sanctioned, or for any oth- a psychological interpretation of these failed acts, when
he stated: ‘as the code indicates society (giving meaning
er reason, are not expressed in an explicit to individuals), failed acts manifest the individuals.
manner. Nonetheless, Ibáñez left open the Through them individuals assert their truth, against social
question of whether failed discourse could plausibility’ (Ibáñez, 1986: 342). However, the reference
to this type of implicit discourse amongst the examples
be considered to be a symptom of a wide- of sociological analysis shows that he attributed special
spread social attitude or, on the contrary, it significance to them.

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Jorge Ruiz Ruiz 183

was made. What is interesting to emphasise experience, but from other people’s opi-
here is that sociological discourse analysis nions. But together with these two types of
and, more specifically, the analysis of implicit knowledge of libraries, direct or ‘from expe-
discourse, operates according to a similar rience’, and indirect or ‘from other people’s
inference, in which the conditions of the ut- opinions’, in some discourses a third type
terance are at least as important as the utte- called ‘by supposition’ appeared. In Chart 3
rance itself. some direct quotations are shown in which
But, in contrast to what the joke propo- this third type of knowledge appears.
ses, the survey is not a useful instrument for This knowledge from supposition can be
inferring the widespread character of a considered to be a form of ‘failed’ discourse,
‘failed’ discourse. It would be too burden- in that it unsuccessfully tries to hide lack of
some to resort to it; besides, it would be very knowledge. Precisely by holding a supposi-
difficult for a response like this to keep tion there is an implicit acknowledgement
occurring and, in any case, the survey is not that what is supposed is not known: if I su-
a technique which would permit this type of ppose something, it is because I do not have
atypical or unexpected response to be re- better or more precise knowledge about the
corded. However, qualitative criteria are topic. The attempt to hide one’s lack of
available with which to make this generalisa- knowledge about libraries also involves that
tion. So, if a ‘failed’ discourse goes unno- this lack of knowledge is seen in a bad light
ticed in a certain context, this could also be socially. It is noteworthy that, even though it
interpreted as a symptom that it is wide- appears in the discourse of most groups, this
spread, in the sense that it is considered to type of knowledge from supposition is more
be normal, that it has become normalised in frequent among those in which the partici-
that particular context. The fact that his own pants are students or have a higher level of
friend, who would supposedly not have an education. This greater frequency could be
anti-Semitic attitude,accepted this distinc- interpreted as reflecting a greater interest in
tion between Jews and pharmacists in terms hiding the lack of knowledge, as this is less
of their extermination is more revealing than socially justifiable for those with a high level
the reoccurrence of the answer in the survey. of education or for students. The fact that the
An example taken from a piece of applied assumption is an argument that arises in a
research can help us to understand here how group context and is admitted as such by the
‘failed’ discourses can be interpreted based whole group, allows us to establish, or at
on the conditions under which the utterance least conjecture, the widespread character of
was made. In a study about the perception this type of ‘failed’ discourse amongst those
and assessment of public libraries in Andalu- groups in which it occurs on a regular or a
sia, eight discussion groups made up of po- recurrent basis.
tential library users were employed18. The
discourse of these groups showed that their The ‘underlying’ dimension of discourse
knowledge about libraries was poor and im-
A fourth dimension of implicit discourse is
precise, consistent with low or non-existent
made up of that which is said implicitly, but
use. The poor knowledge of the groups’
without any intention to do so by the produ-
members did not result from direct personal
cer of the discourse; that which is said impli-
citly, but not meant to be said, nor meant not
to be said, but that passes unnoticed by the
18The research was conducted by the IESA-CSIC com-
missioned by the Department of Culture of the Junta de producer of the discourse. These are implicit
Andalucía in 2009. contents that also normally go unnoticed by

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184 Implicit Discourse: Contributions to a Sociological Analysis

CHART 3. Extracts from the study’s discussion groups which included knowledge about public libraries in
Andalusia from supposition

M: Surely there will be.


M: Yes, I think there are more.
W: Do you?
M: I am sure that in there is one in La Chana…
W: In the neighbourhoods.
W: But the old Granada library was by the river and later they built the Andalusia library, I think.
(Only university students, under 26 years old. Granada)

W: There is a journal specialised in Literature. But it may not be there...


M: I think that they also have a video library now.
W: What? Ah, a video library.
W: Video library. Right, right...
(Employed and retired men and women, between 56 and 65 years old, Andújar)

their interlocutors in the everyday contexts in concept of work as a valuable good that the
which they arise and circulate. Consequently, employer has and being contracted for work
it can be said, if I may use the expression, is metaphorically seen as a concession, or a
that they constitute the most implicit dimen- favour, from the employer to the employee.
sion of discourse, in that they are the ones Underlying these expressions is the logic of
that remain most on the edge of the awareness the gift,which means that a work contract
of the subjects involved. That is why these establishes a bond of gratitude on the part
implicit contents are referred to as the ’un- ofthe employee to the employer which goes
derlying’ dimension of discourse. beyond a strict employment relationship and
In metaphors we often find underlying im- generates a personal relationship of indebted-
plicit content, more specifically, as noted ear- ness20. Without a doubt, this way of concei-
lier, in conventional metaphors. An example ving access to work and the employment
of this underlying metaphorical discourse relationship that goes with it is strictly related
can be identified in the discourse of unem- to the kind of labour market that exists in
Andalusia and, in a wider sense, to the Span-
ployed people from Andalusia produced in
ish one, where the scarcity of work confers a
eight discussion groups, carried out in the
special value on it.
scope of a study on Andalusian public em-
ployment services19. In these discourses ex- Other examples of underlying discourses
pressions abound that refer to the process of are those that have been called interpretative
accessing employment as ‘for them to give repertoires (Wetherell and Potter, 1996), com-
you a job’, or to looking for work as ‘asking
for a job’. Underlying these expressions is a
20 This same logic of the gift was also noted by Martín
Criado (1997: 192 and ff) in his analysis of the discourse
of young Spanish workers.He indicated that it not only
19 The research is called "Analysis and evaluation of applies to the term of employment, but that it also ex-
public employment services in Andalusia" and was con- tends to the whole employment relationship, symboli-
ducted by the IESA-CSIC in 2003 commissioned by the cally converting a relationship of domination into one of
Department of Employment of the Junta de Andalucía. paternalism.

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Jorge Ruiz Ruiz 185

parisons, in as much as comparing various One of the main sources of underlying


objects presupposes the postulation of a discourse is found in what is taken for
common semantic space or field (Conde, granted by the interlocutors, that is, what
2004), or the ethical code shared by workers is considered by them to be socially shared
in a multinational car company (León Medi- knowledge (Van Dijk, 2005). The sociologi-
na, 2009). These examples have some ele- cal analysis unveils these underlying con-
ments in common that could serve to char- tents and questions their presupposed ob-
acterise underlying implicit discourses. In vious character, explaining them by using
effect, the logic of the gift, interpretative re- theoretical constructs that reflect the men-
pertoires, semantic fields, and the ethical tal schemas involved22. But it is important
code of workers are theoretical concepts or to stress that these theoretical constructs
constructs that sociologists develop in their do not replace the analysed discourse, but
analysis. These concepts have the peculiarity they allow the underlying content to emer-
that they are derived from the texts on which ge, that is, they show aspects of discourse
they work or, to be more precise, they are that pass unnoticed on a daily basis. In this
inferred from explicit speeches analysed, sense, the analysis of underlying discourse
conferring on them a character of underlying is carried out in a similar way to grounded
implicit discourse. theory, whilst the latter does not necessa-
We wonder, then, how the discourse ana- rily refer to the underlying content of dis-
lyst develops these concepts, that is, what course.
type of inference permits these underlying
discourses to be derived from explicit dis-
course. The development of the theoretical THE DETECTION AND
concepts that make up the underlying dis- INTERPRETATION OF IMPLICIT
DISCOURSE
course entails a hypothetical or abductive
inference. Abduction is a type of reasoning in The sociological analysis of implicit dis-
which the conclusion is a hypothesis or a course is articulated in two successive ope-
conjecture. Faced with a fact that in principle rations: detection and interpretation. The
is surprising or anomalous, the abductive in- type of implicit discourse that has been out-
ference formulates a hypothesis that, if true, lined in the preceding pages can be a useful
would explain the fact21. That is, faced with tool for these two operations. The last sec-
a surprising fact or an anomaly detected in tion of this paper is dedicated to arguing in
the explicit discourse, the analyst makes a favour of this usefulness.
conjecture, so that this conjecture underlies The sociological analysis of implicit dis-
the explicit discourse. The complicated and course above all seeks to show what is said
unusual nature of this type of inference ex- without it being said, what discourses con-
plains the fact that this underlying dimension tain beyond their explicit content23. Detect-
of implicit discourse goes unnoticed by inter-
locutors in everyday life,since it is a type of
reasoning far removed from the practical in- 22 Van Dijk noted: ‘Each epistemic community is at the
terests and the logical skills of the subjects same time also a discourse community: What is known
involved in it. in the community need not be explicitly expressed in the
discourse of the community, except in didactic dis-
course, or when the consensus on what is known breaks
down’ (ibid., p 294).
21 On the role and importance of abduction in the so- 23 The analysis of implicit discourse involves a certain
ciological analysis of discourse and the construction of degree of denaturalisation, as with analysis, implicit con-
theory, see Kelle (2005) and Ruiz (2009). tent stops being implicit and becomes explicit. But it

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186 Implicit Discourse: Contributions to a Sociological Analysis

ing implicit discourse is not only one part, said and why it is being said in this way,
but the most basic part of its analysis. But namely, what is being insinuated; what is not
how can implicit discourse be detected? being said, which implicitly produces an ef-
According to what has been argued in this fect of meaning, namely, what is being con-
paper, implicit discourse can only be de- cealed; what is said implicitly although it is
tected by inferring it from explicit discourse. not meant to be said, namely, it is said in a
This detection requires working on the texts failed way; and lastly, what is said implicitly
being analysed, performing an attentive without any intention of saying it or not say-
reading of the texts. At the same time, this ing it, namely, what underlies the text.
attentive reading could be defined in terms But the analysis of implicit discourse is
of some basic characteristics that are worth not limited to it being detected, unveiled or
highlighting. Firstly, this reading respects made explicit; it also requires interpretation.
the integrity of the texts. The dissection or This interpretation refers to at least three is-
breaking up of the texts, which is a charac- sues: the intention, that is, if it is intentional
teristic of other analytical processes, hin- or not and, if so, what is intended by it; the
ders the detection of implicit discourse, as effects it has on meaning; and how extended
it deletes many of the signs that allow it to or widespread it is as a type of characteristic
be inferred. For this reason, it is better to discourse. The typological characterisation
leave this analytical dissection until later, of implicit discourse as discussed could also
and to start the analysis with a reading of be useful to address the first of these ques-
the entire texts. Secondly, it is a reading tions, that is, determining its intentionality24.
which deals with both textual and other Specifically, the intentional dimensions of
non-verbal elements, such as prosody, vo- implicit discourse, namely, insinuated and
calisations, gestures and body position.
concealed discourse, refer to an interpreta-
This is why the reading of the texts should
tion of discourse based on the discursive
be supported by hearing or viewing the ma-
strategies of the producers and the effects
terials from which they arise. Lastly, the de-
on meaning that they produce or seek.
tection of implicit discourse requires a com-
‘Failed’ discourse and underlying discourse,
prehensive reading approach, that is, one
the unintended dimensions of implicit dis-
that it is not limited to reflecting what was
course, refer, however, to an interpretation of
said in a mechanical way, but that seeks to
discourse as a reflection or symptom of the
establish the meaning of what was said.
attitudes and social representations of the
It is in this last aspect of attentive, com- producers. In any case, the distinction is very
prehensive reading, that the typology of the subtle and obviously, remains open to dis-
implicit discourse described could be of use. cussion.
This typology could be used as a guide for
The sociological interpretation of implicit
the detection of implicit discourse, by asking
discourse does not substantially differ from
the text about what has been implicitly said.
the interpretation of explicit discourse. The
The detection of implicit discourse starts
sociological interpretation of discourse con-
with the suspicion of a lack, of something
sists in providing a sociological explanation
that is being said without it being explicitly in
and so producing knowledge about the so-
the text. Based on this suspicion,questions
are posed to the text: what is being implicitly
24 In order to determine the effects on meaning and the
scope of implicit discourse, the proposed typology is not
must be pointed out that analysis does not change the sufficient, as it requires taking into consideration its con-
discourse, but only contributes to its understanding. text and the conditions under which it is uttered.

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Jorge Ruiz Ruiz 187

cial reality in which the discourse has arisen Conversational analysis works on the
and in which it operates. In as much as this basis of these assumptions and explores
is the case, and this interpretation refers not the implicit content in the course of the con-
only to the explicit content but also to the versation, but it does so from outside and
implicit content, it involves substantially in- once the interaction has been completed,
creasing the capacity of the sociological that is, without being involved in the conver-
analysis of discourse in producing know- sation and retrospectively reconstructing
ledge about social reality. the respective adjustments of the actors in-
volved.
Sociologists conduct their analysis in a
CONCLUSION similar way. They also start from the suspi-
Social discourses are permeated by inten- cion that something is missing in the explicit
tional implicit content, by things that are said content of the discourses, that more is being
without being said or that are said indirectly. said (or meant to be said) than what is expli-
In the same way, discourses are interpreted citly reflected in the discourse. The sociolo-
every day based on the premise that these gist also forms conjectures on these implicit
intentional implicit contents may occur, that contents and puts these conjectures to the
what is said explicitly may not correspond test. But there are two important differences
with what is meant to be said or, to be more in the sociological analysis compared to the
precise, what one wishes to give to under- daily interpretations: 1) whilst the interest of
stand. people in everyday life in the implicit content
is eminently practical, the sociologist’s inte-
In daily life, social actors are faced with
rest is purely theoretical; and 2) the condi-
the implicit contents of discourse naturally,
tions for the testing of the sociologists’ con-
in an unproblematic way. Faced with the
jectures are different than those of everyday
suspicion that there could be implicit con-
tent in the discourse that we interpret, an life. We will look at these two differences
often abductive inference is used, that is, separately.
an inference that takes the form of a con- The practical interest that governs daily
jecture. When the occasion or the opportu- life means that only the intentional and posi-
nity presents itself, these conjectures are tive implicit content is contemplated, namely,
tested in conversation. On most occasions, those cases when what is meant to be said
this testing consists in structuring our re- does not match what is explicitly said. The
plies with the assumption that these con- theoretical interest of sociologists makes
jectures are true and we expect the result of them contemplate or be interested in other
this ’bet’, the answer of our interlocutor, as implicit contents, both the more subtle (de-
a test of the conjecture. In daily conversa- rived from omissions or discursive conceal-
tions adjustments between contents take ments), and the unintentional, that which is
place, both explicit and implicit, proposed said without meaning to (failed) or without it
by the different interlocutors involved. On being noticed (underlying). The intentional
other occasions, when we do not have the implicit contents are very important because
ability to engage in conversation with the they operate socially, but they are not the
producers of the discourse that we are in- only ones of interest to sociologists. The
terpreting, we must content ourselves with need to address these multiple forms of im-
using contextual indications, as we lack plicit content in discourses is one of the main
sufficient assessment elements to test our conclusions of the typology of implicit dis-
conjectures. courses proposed.

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188 Implicit Discourse: Contributions to a Sociological Analysis

On the other hand, sociologists rarely tion is to enrich and clarify the social debate
have the ability to have a dialogue with the rather than to leave it closed26.
producers of the discourse analysed, as a
means of testing the conjectures made
about the implicit content. They may have it
at the time of carrying out interviews or
BIBLIOGRAPHY
moderating groups, but not afterwards, Alonso, Luis Enrique (1998). La mirada cualitativa en
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sive omissions cannot be tested by means nº 43. Madrid: Centro de Investigaciones Soci-
of discussion. Under these conditions, the ológicas (CIS).
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sociologists cannot be any(thing) more than positivo de paso de la dimensión cualitativa a la
argumentative. This argumentative proof cuantitativa en los discursos sociales”. Empiria,
could be formulated in the following man- Revista de Metodología de Ciencias Sociales. n°7
ner: we could think that the conjectured im- Corrales, Pedro (2000). “El lugar común en la con-
plicit content is present in the discourse strucción e interpretación del texto publicitario”.
under analysis, since by considering it we Círculo de Lingüística Aplicada a la Comuni-
understand it better, taking into account the cación (clac) 1: 13-27.
contextual conditions under which the dis- Ducrot, Oswald (1977). “Presupuestos y sobreenten-
course has been formulated25. It can be said didos (Revisión)”. In: El decir y lo dicho. Polifonía
that, given that sociologists have a limited de la enunciación, Barcelona: Paidós.
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tion is not so much to establish certainties as
to make a contribution in terms of knowledge
about social discourses; ultimately, the inten- 26 In fact, for implicit discourse analysis an intersubjec-
tive assessment can be established as an additional
‘test’ of the acceptability or plausibility of the interpreta-
tion made. However, given the high cost of this ‘test’, in
25 The logic of this argumentative proof is similar, to a terms of time, effort and money, it is not advised in prac-
certain extent, to the feasibility established by Rescher tice, as its intention is not to establish the truth of the
(1976) as a mechanism or criterion for taking decisions discourse as much as to contribute to its better under-
in contexts where there is insufficient information. standing.

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RECEPTION: September 5, 2012


REVIEW: January 31, 2013
ACCEPTANCE: December 11, 2013

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