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La ONU pide 202 millones dólares para medio millón de libios sin agua ni comida

5 febrero 2019
Las Naciones Unidas y el Gobierno de Consenso
Nacional de Libia lanzaron hoy el Plan de Respuesta
Humanitaria 2019, que busca recaudar 202 millones
de dólares para proporcionar apoyo y protección
sanitaria a unos 550.000 libios vulnerables.
Las Naciones Unidas lanzaron este martes su Plan de
Respuesta Humanitaria para Libia en el que solicita a la
comunidad internacional de donantes 202 millones de
dólares. La ayuda se destinará a proporcionar protección,
asistencia sanitaria, agua y saneamiento, refugio y educación para 552.000 personas vulnerables. Pese a que la mayoría de
las personas necesitadas se encuentran en zonas urbanas muy pobladas de las regiones occidental y oriental del país, las que
se enfrentan a condiciones más críticas se ubican en la zona costera de Sirt y en las zonas meridionales del país como
Murzuq, Sebha y Alkufra, donde el acceso es difícil debido a la inestabilidad. La ayuda se destinará principalmente, un
58% a los desplazados internos libios, repatriados y comunidades de acogida, mientras que el resto se prevé asignar a
migrantes y refugiados.
El bienestar de decenas de miles de niños, mujeres y hombres en Libia afecta gravemente al país africano tras siete años de
inestabilidad e inseguridad. En la actualidad miles de familias no pueden costearse los alimentos, el agua y los artículos
domésticos básicos. Según los cálculos de la ONU, alrededor de medio millón de personas necesitan protección que se
destinará a la protección de menores, las personas afectas por la violencia de género, y la defensa de los civiles,
especialmente los desplazados internos y repatriados que residan en las zonas afectadas por los remanentes explosivos de
guerra, como las minas terrestres. También para ayudar a unos 6000 migrantes y refugiados que se encuentran en situación
de detención.

La Corte Penal Internacional y Venezuela

28 de enero de 2019

A la luz de lo sucedido en Venezuela el día 23 de enero bien vale la


pena recordar la denuncia presentada ante la Corte Penal Internacional
(CPI) el 26 de setiembre de 2018 por Argentina, Paraguay, Colombia,
Chile, Perú y Canadá. La denuncia, en contra de Nicolás Maduro, es
por delitos de lesa humanidad (secuestros, desapariciones forzadas,
tortura y ejecuciones extrajudiciales) cometidos en el país desde 2014.

La denuncia constituye un hecho inédito en la historia de la CPI desde 2002, año en que dicho tribunal comenzó a funcionar
(su sede es en La Haya, Países Bajos). En los casos anteriores en los que la CPI intervino, lo hizo a instancias de
organizaciones de derechos humanos. La denuncia presentada ante la fiscalía de la CPI, basada en audiencias, informes,
relevamiento en territorio venezolano y en un dictamen elaborado por la OEA, habla de "una acción sistemática contra
jóvenes de entre 15 y 30 años, a los que, sin justificación, se les detendría o llevaría fuera de sus casas para acusarlos de
actos que no habrían cometido o asesinarlos aduciendo que opusieron resistencia". En efecto, a medida que en Venezuela
la situación económica y social, empeora, vastos sectores de la población exigen cambios políticos radicales que van
acompañados por masivas marchas.

Dichas manifestaciones, más visibles desde 2014, han concluido, como la reciente marcha del miércoles 23 de enero, con
la violenta intervención de la GNB (Guardia Nacional Bolivariana), la PNB (Policía Nacional Bolivariana), del Ejército y
de grupos paramilitares, en contra de los manifestantes. El saldo ha sido de cientos de detenidos, personas heridas y varios
muertos. La situación ha sido claramente aprovechada por el gobierno para reprimir indiscriminadamente y atemorizar a
los opositores, cometiendo toda clase de excesos y arbitrariedades. Las manifestaciones se dan en el marco de una profunda
crisis institucional y económica que se halla bajo observación de la comunidad internacional. La llamada 'crisis venezolana'
(escasez de alimentos y medicamentos, hiperinflación, inseguridad, represión, persecución política, abuso de poder,
autoritarismo creciente, desplazamientos forzados), ha llevado a más de tres millones de venezolanos a hacer abandono del
país. Son esos hechos los que la comunidad internacional observa con especial preocupación y, gracias a la denuncia
formalizada el 26 de setiembre pasado, serán objeto de investigación por la CPI.
Mantener la paz en África es una responsabilidad mundial

20 noviembre 2018

La ONU está reformándose y aumentando su capacidad de


cooperación junto con la Unión Africana para enfrentar los
crecientes desafíos en sus operaciones de mantenimiento de la
paz, que se ven amenazadas por el terrorismo, la delincuencia
trasnacional y los grupos armados que a veces atacan
directamente a los trabajadores de la ONU.

“El mantenimiento de la paz en África continúa presentando algunos de nuestros mayores desafíos. Las misiones de las
Naciones Unidas están llevando a cabo operaciones complejas con mandatos multidimensionales en entornos
extremadamente peligrosos”, declaró el Secretario General este martes ante el Consejo de Seguridad durante un debate
sobre paz y seguridad en África. António Guterres aseguró que la delincuencia transnacional, los grupos armados no
estatales y los grupos terroristas plantean serios desafíos, a veces dirigidos directamente al personal de mantenimiento de
la paz.
“El continente africano alberga siete de las catorce misiones de mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas y más del
80% de las fuerzas. Los países africanos proporcionan casi la mitad de los cascos azules de las Naciones Unidas desplegados
en todo el mundo, incluidos casi dos tercios de todas las mujeres que mantienen la paz y la mayoría de las oficiales de
policía de las Naciones Unidas. Más de 150 gobiernos han firmado la Declaración de Compromisos Compartidos en apoyo
a la Acción para el Mantenimiento de la Paz, incluidos 42 en el continente africano.

Fuerte el impacto del calentamiento global

04/02/2019.El medio oeste y el noreste de los Estados Unidos


están padeciendo las temperaturas más bajas de los últimos 25
años. Chicago es un caso emblemático, con mínimas de -25
grados Fahrenheit y una sensación térmica de -49 º F, menor a la
de lugares como el Everest o la Antártica. Paralelamente, otras
latitudes experimentan intensas olas de calor. A fines del año
pasado algunas zonas de Australia Occidental alcanzaron los 120º
F, la temperatura más elevada desde que se tienen registros.
Las temperaturas pueden desplomarse o elevarse dependiendo de la región y la estación. El calentamiento global, de manera
indirecta, puede reducir transitoriamente las temperaturas de zonas específicas, al facilitar la desestabilización del vórtice
polar -fenómeno detrás de las gélidas jornadas en EE. UU.-, al tiempo que produce un aumento significativo y permanente
en la temperatura promedio mundial.
El último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) de la ONU sugirió limitar
el aumento de la temperatura global a 1.5º desde su nivel preindustrial, siendo este tope más exigente que los 2 grados
establecidos originalmente en el Acuerdo de París. Pero el IPCC advierte que, de mantenerse el actual ritmo de emisiones
de gases invernadero, la temperatura global superaría en 2040 el umbral propuesto. En este contexto, el escaso avance en
materia de recortes de emisiones logrado durante la vigésima cuarta versión de la Cumbre del Clima de la ONU (diciembre
pasado) es preocupante. Las apuestas apuntan a lo que se pueda lograr mediante la innovación tecnológica. Desde los
incipientes progresos para remover el CO2 de la atmósfera hasta el notable desarrollo de los autos eléctricos y las energías
renovables no convencionales.

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