Vous êtes sur la page 1sur 7

Doctorado en Ciencias de la

Educación
Comportamiento Humano

Diana Milena Arredondo Clavijo


ADCO18248/30404534

Ensayo “Familia, Sociedad y Cultura


como Determinantes del Individuo.
Unidad 2.

Mabel Guadalupe Haro Peralta.


Diciembre 09 de 2018.
Familia, Sociedad y Cultura como Determinantes del Individuo.

“Los científicos dicen que estamos hechos de átomos,


pero a mí un pajarito me contó que estamos hechos de historias”
Eduardo Galeano.

Desde la gestación, el individuo se encuentra determinado por un entramado de


relaciones sociales, las cuales parten desde el lazo mismo de consanguinidad materna,
siendo este, el primer lazo familiar, para luego identificarse como un sujeto social, el
cual inicia su proceso de inmersión colectiva a partir de las relaciones que permean sus
pensamientos, comportamientos y roles sociales.

No obstante, la disposición biológica también es un determinante del


comportamiento humano, sin ser este, el principal factor que condiciona dicho
comportamiento; por tal razón, la familia, se posiciona como la organización con la cual
el individuo establece sus primeras relaciones y se convierte en un factor fundamental
que condiciona al ser humano, además de ser reconocida como un sistema de seres
humanos en el cual las personas están relacionadas por lazos de consanguinidad y
afinidad en un lugar común, con características culturales y geográficas que permiten
satisfacer las necesidades básicas, físicas y psicológicas de quienes la conforman,
pero más allá de la representación anterior, la familia, como principal institución social,
es la generadora de los movimientos económicos y sociales que conducen al desarrollo
y progreso de los países. Así, durante los años de la infancia y la niñez, cuando el
individuo es relativamente incapaz de valerse por sí mismo, la familia es esencial para
sobrevivir.

"El determinante del comportamiento de los individuos no se basa en la genética,


sino en relaciones significativas y por eso podemos decir que la “familia” va más allá de
los padres biológicos. Es un adulto responsable con quién hay vínculos afectivos y
sirve de referente para el niño o la niña" (Rosales, 2016).
Por lo anterior, se debe resaltar la importancia de la comprensión del concepto
"familia" y cómo influye en el desarrollo humano de los individuos, lo que significa que
los parentescos y lazos de consanguinidad distan de ser el factor primordial para
referirse a la conformación de un verdadero núcleo familiar, el concepto va más allá de
una sustentación biológica, el concepto trasciende de la postura de cubrir las
necesidades básicas del sujeto en sus primeras etapas de desarrollo físico, a tener una
gran incidencia en el desarrollo social y emocional de todos los seres humanos, lo que
posteriormente generará las habilidades para vincularse a la sociedad.

Es así, como la célula familiar, a su vez, se encuentra contenida dentro de otro


grupo de mayor conformidad, y de acuerdo a estudios antropológicos, se establece que
el ser humano por lo general tiende a agruparse, buscando pertenecer o hacer parte de
algo, como también, busca seguridad y estabilidad.

Con relación a Candamil y Grajales (1998): quienes argumentan que:


“La sociedad está dada por la interacción de grupos humanos y que a lo largo de
toda la historia de la humanidad, las sociedades han ido cambiando para volverse
más complejas conforme el hombre desarrolla métodos más eficaces para lograr
transformar la naturaleza y lograr también subsistir y reproducirse tanto a nivel
biológico como social”.

Por lo anterior, la mayoría de los antropólogos coinciden en que el ser humano


posee una marcada tendencia a agruparse bajo formas familiares muy similares,
procurando un sentido de pertenencia, seguridad, estabilidad y trascendencia.

No obstante, la sociedad, en sus diferentes manifestaciones, también es reconocida


como el medio en el que se concentran todos los elementos que se relacionan con el
individuo, así, como las experiencias que marcaran su trayecto como sujeto social.
Según Aristóteles, el hombre es un ser social por naturaleza, de esta misma manera
lo clasificaron Santo Tomás de Aquino y Ferguson, pero la sociología se ha encargado
de desmentir éste argumento, pues como lo menciona Juan Carlos Agulla en su libro
“Educación Sociedad y Cambio Social”; en el cual realiza la distinción de diferentes
postulados como "lo social (cultural histórico) del hombre es algo adquirido en la
convivencia", es decir, lo social aparece como un resultado de la vida humana con los
otros hombres, de tal suerte que lo "con-forma" y lo "trans-forma" al hombre de alguna
manera. Por lo tanto el hombre no nace social se hace social, (Agulla, 1973).

El postulado de Agulla, confirma que lo social es adquirido en la convivencia y que


por consecuencia puede llegar a afectar las estructuras humanas. En lo que refiere a la
influencia que ejerce la sociedad como determinante del comportamiento, sin duda se
puede decir cada persona ejerce un rol social, y que depende de cada individuo el
impacto que éste ocasione en el entorno en que habita.

Desde el contexto educativo, la academia ocupa un papel importante dentro de la


sociedad, ya que es facilitadora y posibilitadora del desarrollo de potencialidades
individuales y colectivas de los sujetos, que asu vez, son los autores principales de los
cambios sociales.

Otro factor que sin duda influye en el comportamiento humano es la Cultura.


Adentrarse por los laberintos de comprender las complejidades del comportamiento
humano, implica ver la cultura desde la perspectiva antropológica, como algo que se
lleva consigo, como un abrigo permanente y que como una eterna viajera acompaña a
su amo por donde quiera que él se desplace (Gómez, 1999).

Es así, como la cultura hace su presentación a partir de una serie de reglas de


convivencia y de solución de conflictos que, consciente o inconscientemente, el ser
social ha aceptado y practicado durante toda su existencia (McCracken, 1986).
Dichas reglas, de acuerdo a lo anterior, son las que deciden y marcan el grado de
aceptación o de rechazo de determinado comportamiento asumido por alguien
perteneciente a una cultura. En este sentido, son los patrones culturales los que
determinan, la admiración o el rechazo en la forma de comportarse o la conducta de los
individuos, entonces, aparecen así las recompensas como una forma de premiar a
quienes respeten el orden estatuido y los castigos para quienes se atrevan a desafiar lo
imperante, lo dominante, lo "normal" (Schein, 1985).

En este sentido, se puede evidenciar, como las sociedades contemporáneas han


posibilitado, a partir de la cultura, que el hombre, haya podido estructurar y perpetuar
las instituciones sociales que le permiten organizarse para enfrentar su batalla por el
diario vivir (Bourgeon, 1994). Dichas tradiciones, que conforman la mayor herencia
histórica de la los individuos, han permitido que factores como los valores éticos y
morales perduren y se sostengan en una sociedad cambiante, pero conservada por
generación tras generación como legado histórico heredado a través de las
expresiones individuales, familiares, religiosas, sociales, éticas, subculturales, políticas,
económicas, legales, ambientales, de negocios, de clase social, y de grupos de
referencia, como algo normal dado el grado de enraizamiento que estas
manifestaciones tienen en el seno de cada sociedad, de cada grupo humano (Wood y
Howell, 1991).

En síntesis, el comportamiento humano es en esencia un compendio de


determinantes, que sin importar el rol o grado de jerarquía, inciden desde sus
particularidades sobre el individuo.

Por ello, no es posible abordar un mero determinante para considerar cuál de todos
incide en menor o mayor grado de importancia sobre el comportamiento humano,
teniendo en cuenta que cada individuo es un compendio de personalidad, herencia
biológica, cultural, social, las cuales se relacionan entre sí, arrojando como resultado un
entramado de relaciones, interacciones, sistemas y esquemas que dan paso al
reconocimiento individual y colectivo.
Bibliografía

Agulla, Juan Carlos; "La sociología de la educación"; en Educación Sociedad y Cambio


Social. Edit. Kapeluisz, 1973.

Bourgeon, D. (1994). Essai de modélisation du comportement dans le domaine culturel;


une application au spectacle théatral. Thèse de doctorat en Sciences de Gestion.
Université de Bourgogne.

Candamil Elsa, G. G. (1998). Familia, sociedad y cultura como determinantes del


individuo. Cali: Universidad del Valle.

Cultura y comportamiento humano. Pensam. gest. [online]. 2017, n.42, pp.1-5. ISSN
1657-6276. http://dx.doi.org/10.14482/pege.42.10450.

Gómez, A. (1999). Cultura y civilización. Bogotá: Fundación Sergio Arboleda.

Grajales, E. M. (1998). Comportamiento Humano. Cali: Universidad del Valle.

McCracken, G. (1986). Culture and consumption: A theoretical account of the structure


and movement of the cultural meaning of consumer goods. Journal of Consumer
Research,

Rosales, A. M. (2016). Derechos de los Niños. La importancia de la familia en el


desarrollo de los niños y niñas. Colombia.

Schein, E. (1985). Organizations, culture and leadership. San Francisco: Jossey-Bass.

Wood, V. and Howell, R. (1991). A note on hispanic values and subcultural research: An
alternative view. Journal of the Academy of Marketing Science,

Vous aimerez peut-être aussi