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CAPITULO 1
CONCEPTOSFUNDAMENTALESREFERENTESALASDROGAS
1. FROMM, Erich. "La Sociedad del Hombre", Monte Avila Editores- Ca-
racas. 1985, pég. 14.
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plota, como cualquier mercancía, ya privándolo de su libertad, ya des-
truyéndolo en sus capacidades y talen tos.
Resulta necesario, antes de proseguir, determinar qué considerare-
mos como droga a los fmes de esclarecer el confuso marco conceptual
dentro del cual se manipula hoy día el concepto de drogas.
La Organización Mundial de la Salud ha defmido la droga en los si-
guientes términos:
" ...una sustancia natural o sintética, capaz de producir en dosis
variables, los fenómenos de dependencia psicológica o de depen-
dencia orgánica... "(2).
En ella se hace referencia al aspecto químico de la sustancia, exclu-
yendo la fmalidad con la cual se utiliza la sustancia de refetencia. Cree-
mos que la definición de drogas, más ajustada a nuestro análisis es la ela-
borada por Giovanni Jervis, que reza al siguiente tenor:
" ... una sustancia química que es introducida voluntariamente
en el organismo con la finalidad de modificar las condiciones
psíquicas y que en tanto que tal crea más o menos fácilmente
una sustancia de dependencia en el sujeto, ~s decir, una situa-
ción en la que siente la necesidad de recurrir con mayor o me-
nor regularidad a este tipo de productos químicos para supe-
rar las dificultades psicológicas derivadas de una vida cotidia-
na ... "(3).
Esta defmición distinta a la antes citada excluye las sustancias na-
turales referidas en la definición de la Organización Mundial de la Salud,
ya trascrita, debido tal vez a la mayor dependencia que produce en prin-
cipio la ingestión de esas sustancias sintéticas. Por otra parte Jervis hace·
referencia a una cuestión fundamental para la inteligencia de la proble-
mática de las drogas, esto es, se hace referencia a la dependencia como
instrumento de evasión a las contradicciones de la sociedad y la influen-
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4. LAURIE, Peter. "Las Drogas", Alianza Editorial, Barcelona, 1985, p6¡. 45.
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comisión de delitos, y en consecuencia, fuente de delincuencia obligando
a la organización del aparato estatal para su represión. Así ·entonces, el
carácter mercantil que incorpora la droga como sustancia de intercam-
bio ilegal, la conecta con la criminalidad, y aún más según se especula,
con la actividad terrorista política, cuyo examen escapa a la dimen-
sión de este análisis.
Esta aleación ha obligado a los Estados cuya ubicación geopolítica,
hace factible la distribución de drogas, a la elaboración de leyes cada
vez más represivas sin atender las diferencias que se plantean entre los
diversos roles en que se encontrarían los individuos respecto a las dro-
gas, criminalizándose, como ha ocurrido en nuestro país, en forma muy
severa e inadecuada al consumidor. Este sería la víctima del proceso de
drogadicción en aras de mantener la ideología " ... del orden y de la cien-
cia... "(S).
Es preciso recordar aquí como en los procesos de discusión, apro-
bación y ejecución de las leyes, los grupos de poder, determinan en ge-
neral el alcance de las leyes, y en el caso de las normas penales, la crimi-
nalización de conductas que de otra forma pudiesen ser tratadas en for-
ma no-estigmatizante. En el ejercicio de ese poder los grupos dominan-
tes obtienen la suficiente protección legal de sus intereses, mediante el
diseflo de figuras delictivas que como el delito de drogas, que prevee la
reciente Ley Antidrogas, constituye una forma de evitar que a través de
la adicción se deterioren los grupos de relevo de las clases dominantes,
más aún, cuando son precisamente los individuos de mayor disponibili-
dad material, que incluye no solo dinero, sino aviones, valijas diplomá-
ticas y yates, los que tienen acceso directo al mercado de las drogas, es-
pecialmente a las drogas sofisticadas: cocaína pura, heroína, etc. Por
otra parte, las organizaciones de la droga, especialmente las transnacio-
nales, no sólo compiten en el campo económico con las clases de poder
sino que desafían a las mismas cuando éstas concentran para sí, el Po-
der Estatal, como el paradójico caso boliviano, donde se estima que el
capital invertido en la industria del vicio es mucho mayor al presu-
puesto de la Nación. El caso boliviano resulta especialmente interesante
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Esta toxicomanía generalmente se entiende referida a las drogas en
general, pero nunca se piensa en el alcoholismo el cual en opinión de
Giovanni Jervis causa la "toxicomanía socialmente más grave en el mun-
do occidental"(9). Tal es la imagen creada, que el consumidor de drogas
legales (anfetaminas, por ejemplo) no se le percibe como delincuente,
pues no responde al estereotipo del adicto que se ha creado, y ni aún
ellos mismos tiene conciencia de lo que son cuando consumen aquellas
sustancias que, no obstante constituir una categoría de drogas se le de-
nomina "medicinas".
Ello nos permite observar que detrás de la droga existe toda una
ideología que permite que con el apoyo de medios idóneos, como los de
comunicación de masas, por ejemplo, el alcohol sea aceptado socialmen-
te y se promueva su consumo,fabricación o distribución, mientras se re-
prime, sanciona y estigmatiza el consumo de la marihuana por ejemplo.
De ello surge una falsa conciencia no sólo de la sociedad sino de quienes
la liderizan al no percatarse de la profundidad del problema drogas, má-
xime cuando el mismo Estado se convierte en promotor del consumo de
drogas al no motivar las transformaciones sociales capaces de hacer más
tolerable la vida al ciudadano. Antes bien, las contradicciones sociales se
acentúan y lo asfixiante y alienante de esa existencia, en condiciones
tan adversas, llevan al individuo a obtener desesperadamente alicientes
a su crisis, especialmente socio-económica, lo que por otra parte involu-
cra una crisis de valores.
Esa ideología que manipula todo el sistema de drogas, incluyendo
las leyes encargadas de su represión y control, no sólo mediatiza la justi-
cia penal nacional, sino que a través de instancias de poder, los países
hegemónicos, acuden al foro internacional en la búsqueda de protección
internacional a los intereses que representan, mediante la estructuración
de convenios internacionales, en los cuales los países no desarrollados
intentando sustraerse de las inconveniencias del problema droga some-
ten sus propias normas internas en la sumisión a lo que aquellas dispo-
siciones internacionales les imponen creándose así lo que se ha llamado
toda una "red de control" internacional de la droga.
Estas legislaciones internacionales, establecen, en concordancia
con las leyes internas de cada país, como el nuestro, una serie de princi-
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CAPITULO 11
'
PRINCIPIO DE LEGALIDAD
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to dentro del cual la ley protege el sistema de drogas, defmiendo quie-
nes, b~o que condiciones y que sustancias pueden ser lícitamente im-
portadas~ distribuidas o poseídas, como lo dispone el Artículo 1O de
la Ley de Narcóticos de 1930, el Protocolo Primero y el Considerando
Primero del Protocolo Segundo del Acuerdo Sudamericano sobre Estu-
pefacientes y Psicotrópicos así cómo también, el Artículo 5 y 17 de la
Ley de Estupefactivos de 1934. Esto no sólo determina cuáles son los
espacios de licitud dentro de los cuales puede operar la droga, sino tam-
bién se deslinda la legitimidad del ejercicio de la represión por parte de
las agencias policiales, al menos formalmente. A partir de esta fijación
las sustancias sufren un proceso de criminalización que responde, como
ya indicamos, a la ideología que se esconde tras las formulaciones jurí-
dicas. Una de ellas reiterada en todos los instrumentos bajo análisis: la
ideología médica o ideología clinica, no sólo discierne sobre cuáles son
los operadores lícitos sino, y aún más, sefialará al mismo tiempo las sus-
tancias que no obstante ser genéricamente ilícitas, son lícitamente ope-
radas por el personal clínico, siendo éste un mecanismo a través del cual
las grandes transnacionales farmacéuticas, logran penetrar el mercado lí-
cito de los fármacos con sustancias que son prohibidas como nocivas en
sus lugares de origen, a consecuencia de los rígidos controles de tipo sa-
nitario y preventivo que en esos países existen. Es así como los merca-
dos residuales localizados primordialmente en el Tercer Mundo, pueden
servir para el "lavado" de sustancias que no solamente pudieran ser ilí-
citas, algunas de ellas en cuanto a su uso sin autorización clínica, sino
que su ilicitud es realmente intrínseca pues, de por sí, son sustancias no-
civas a la salud que supuestamente protege el aparato asistencial. Por
otra parte inoperantes como son los mecanismos de control del Estado,
todo uso indebido o generalmente prohibido para la totalidad de las
personas, resulta impune y protegido dentrv del mismo sistema de dro-
gas, cuando dicho uso es referido a los operadores asistenciales a quie-
nes la ley les concede su manipulación y autorización legal cuando se
trate de consumo terapéutico, como se puede observar en el Artículo 3
de la Ley de Estupefactivos de 1934 y el Segundo Considerando del
Protocolo Segundo del Acuerdo Sudamericano sobre Estupefacientes y
Psicotrópicos de 1975.
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SANCIONES Y MEDIDAS
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ternacionales, .evidentemente complacientes, a legislar sobre áreas que
no eran propiamente conflictivas desde el punto de vista de la delin-
cuencia. No obstante, la correcta orientación de las leyes hacen a estos
instrumentos, realmente abanderados en el tratamiento rehabilitatorio
del transgresor mediante las medidas de seguridad que hemos descrito,
atenuando al mismo tiempo la sanción de privación de libertad indivi-
dual, para aquellos casos en que no queda otra alternativa. La concep-
ción del transgresor es adecuada y la forma como se le sanciona, justa,
último fm éste de toda norma de conducta.
CAPITULO 111
ANTECEDENTES JUDICIALES
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-Convención Unica sobre Estupefacientes: Artículo 38.
-Convención sobre Sustancias Psicotrópicas: Artículo 20.
ANTECEDENTES POLJTICOS
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1.- NORMASADM/NISTRAT/VAS.
Por medio de ellas se trata de determinar el modelo de comporta-
miento que deben seguir tanto los operadores lícitos como ilícitos de
drogas en cuanto a las tareas que le son inherentes, de.terminándose
las sustancias criminalizadas, cuya manipulaCión ·ilícita generará la re-
presión de la norma correspondiente, ratificándose el control internacio-
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nal que se incorpora a la Ley por la aprobación de los convenios inter-
nacionales a los cuales nos referíamos en el encabezamiento de este ca-
pítulo.
Tales tareas comprenderían respecto a las sustancias estupefacien-
tes y psicotrópicas:
O1) Comercio
02) Expendio
03) .Industrialización
04) Fabricación
05) Refinación
06) Transformación
07) Extracción
08) Preparación
09) Producción
10) Importación
11 ) Exportación
12) Prescripción
13) Posesión
14) Suministro
15) Almacenamiento, y
16)Transporte.
El anterior catálogo resulta a nuestro modo de ver casuísticamente
repetitivo, a consecuencia del afán por evitar la exclusión de cualquier
tarea que siendo ilícita, pudiese quedar impune.
- Artículo 1 y 2 de la Ley Orgánica sobre Sustancias Estupefa-
cientes y Psicotrópicas.
En el Artículo 3 ejusdem, encontramos la reafirmación de la ideo-
logía clínica, esto es, se deja en libertad a los operadores clínicos de ma-
nipular las sustancias dentro de los lineamientos que establece el mismo
artículo citado.
Por otra parte encontramos disposiciones referidas a distintos cam-
pos dentro de las cuales ejerce control la administración pública en ma-
teria de drogas. Este control administrativo se ejerce sobre:
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III) Distribución y Comercio Interno.
Ambas actividades aparecen condicionadas a la autorización pre-
via, para su realización, del Ministerio de Sanidad y Asistencia Social,
específicamente en cuanto al expendio de las sustancias al público por
parte de los operadores clínicos, en las prescripciones de carácter tera-
peútico que aquellos ordenen, cuya posología se encuentra igualmente
determinada por el Estado.
Es particularmente interesante el hecho, de que por medio de éste
control administrativo se invade el ámbito de competencia que deberían
defender los Colegios Profesionales, pues la sanción de suspensión del
ejercicio profesional cuando han estado incursos profesionales en la co-
misión de delitos de droga, antes que estarte conferida a esas institucio-
nes gremiales, se encuentra reservada, casi por tradición, a los órganos
de la policía sanitaria.
- Artículos: 20 al 30 ejusdem.
IV Normas Penales
En particular, las previsiones penales, son, como ya expresáramos,
la resultante de los compromisos internacionales y de la ideología sub-
yacente trás el sistema de drogas, y la cual hemos visualizado en las pá-
ginas anteriores.
Centraremos esta parte del análisis en la descripción de los tipos
penales contenidos en la Ley, la prevención general y específica y las
medidas de seguridad aplicables a los drogadependientes.
2.1 DELITOS:
Pudiéramos dividirlos en delitos comunes y delitos militares, los
cuales encuentran sus tipos rectores en los Artículos 31, 32 y 33 de la
Ley, en base a los cuales se han disefl.ado los subtipos que analizaremos
más adelante.
2.1.1 Delitos Comunes:
Se tipifican dos tipos principales: el tráfico de las sustancias o sus
materias primas y la posesión de las sustancias criminalizadas.
Delitos de tráfico:
Se diferencia a nuestro modo de ver entre el delito que ocurre con
motivos de la manipulación de las sustancias como producto fmal (pro-
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2 -Facilitación
-Suministro Distribución de la sustancia.
- Refmación
-Almacenamiento
ISO
3 - Financiamiento Producción/Distribución de
- (ordene o dirija) la sustancia.
1 .- - Siembre
-Coseche Cultivo de insumos.
-Preserve
2.- - Adquiera
-Almacene Distribución de insumos.
- Suministre
- Transporte
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Delito de Incitación al consumo:
Delitos de Instigación.
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-Artículo 69 ejusdem.
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A.- Agravantes de la Penalidad.
1.- Agravantes de la Pena de carácter genérico, para los delitos de
tráfico, distribución y suministro de drogas, en atención a los lugares o
locales donde se cometieren.
-Artículo 40 concatenado con los Artículos 36, 65 y 68 ejusdem.
2.- Agravantes para los delitos militares, a que nos hemos referido,
ya se trate de:
2.1 Delito de Consumo en Servicio Militar Activo.
-Artículo 45 de la L.O.S.E.P.
2.2 Delito de Consumo durante el Servicio Militar Profesional.
--Artículo 47 ejusdem.
2.3 Delito de Contaminación con sustancias Estupefacientes o Psi-
cotrópicas.
--Artículo 46 ejusdem.
2.4 Igualmente encontramos en la Ley, una agravante genérica,
que opera cuando el sujeto activo sea un militar q_ue cometa
alguno de los delitos comunes a que antes nos hemos referido.
En este caso se prevee también la pérdida de la pensión de dis-
ponibilidad o retiro y la asignación de antigüedad.
-Artículo 48 en concordancia con el Artículo 63, Ordinar 3
de la L.O S.E.P.
3.- Agravante en razón de prestar sujeto activo del delito, algún
servicio vinculado a la salud pública.
- Artículo 35 ejusdem.
4.- Agravante en razón de privar a los imputados de los beneficios
de libertad provisional y suspensión de la pena, la cual constituye
a nuestro entender una agravante genérica.
- Artículo 62 ejusdem.
5.- Agravante en razón de ser el sujeto agente, un funcionario pú-
blico encargado de la prevención conforme a la L.O.S.E.P.
-Artículo 67 ejusdem.
6.- Agravante en razón de prohibir la aplicación de la prescripción
procesal, especial o judicial, al proceso de un delito común.
-Artículo 76 ejusdem.
7.- Agravantes genéricas en razón de:
7 .l Actuar el sujeto agente en la consumación de delitos bajo
Jos efectos de las drogas.
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- Artículo 72 concordante con lo dispuesto en el Artículo 36, 40
y 68 ejusdem.
6.- Accesoria de la pena en atención a los medios de comisión de
los delitos, mediante el decomiso, de todos los instrumentos, equipos y
aparatos utilizados para la comisión de tales hechos.
-Artículo 73 en concordancia con el Artículo 74 ejusdem.
7.- Accesoria de la pena en razón de títulos, acciones, valores, de-
rechos reales o personales, muebles o inmuebles propiedad de personas
interpuestas con el producto de la comercialización de la droga.
- Parágrafo Unico del Artículo 69 ejusdem.
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158
- Artículo 82 en concordancia con los Artículos 11 O y 193
ejusdem.
Otro de los aspectos importantes a los fines de la prevención y la
desestigmatización de los sujetos sometidos a tratamiento, es el mane-
jo discreto de la identidad tanto de los individuos en proceso de reha-
bilitación como aquellos que se encuentran sometidos a los procedi-
mientos que la Ley prevé con lo cual se logra evitar lo estigmatizante
y vejatorio que del tema hace los medios de comunicación sensacio-
nalistas.
--Artículo 82 y 90 ejusdem.
El control de los movimientos migratorios e inmigratorios, cons-
tituyen otra fórmula de prevenir no sólo la introducción de las sustan-
cias sino de grupos organizados de operadores de drogas.
4.-MEDIDAS DE SEGURIDAD.
Obviamente, que la concepción de las medidas hacen referencia a
una estimación peligrosista de aquellos individuos vinculados al pro-
blema de las drogas. Sin embargo en el fondo es evidente su carác-
ter asistencial, aun cuando estigmatizan te para el consumidor por ejem-
plo que al aplicársele una medida de seguridad queda relegado del grupo
como un ser extraño al re~to a consecuencia de un comportamiento
anormal, del cual hay que proteger al grupo.
La Ley define los diferentes tipos de medidas, a la vez que estable-
ce que sujetos queden sometidos a tal tratamiento; las medidas previstas
en la Ley, abarcarían desde el tratamiento clínico hasta la expulsión del
país de aquellos extranjeros que hayan cometido tales delitos de drogas.
Al propio tiempo se prevé algunas medidas de carácter asistencial dic-
tadas dentro del proceso penal correspondiente, respecto a los consumi-
dores que por él se determinen.
-Artículo 49 y Artículos del 50 al 55 en concordancia con el Ar-
tículo 103 y 106 ejusdem.
Creemos que esta consideración que se hace del consumidor no es
más que la resultante indeseable del proceso de criminalización del con-
sumo, y el desacato a las orientaciones clínicas que evidencian ante to-
do, no una enfermedad como sefiala Laurie, sino un síntoma, que nos
puede inducir a darnos cuentas de que en el fondo del consumo de dro-
gas, subyacen, las profundas contradicciones que aquejan a nuestras
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S.-NORMAS PROCESALES.
Respecto a la estructura procesal, cuyo análisis escapa a nuestro
cometido, bastamos mencionar que las normas de procedimiento conte-
.nias en la Ley abarcan:
a) El consumo ilícito.
b) Las multas y las clausuras de establecimientos.
e) El Proceso Penal para los delitos previstos en la L.O.S.E.P. y,
d) El procedimiento de Ex tradición.
BIBLIOGRAFIA GENERAL
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cas. 1985, Pág. 14.
2. DEL OLMO, Rosa, "La socio-política de las drogas". Ediciones Faces/UC
V. Caracas. 1985. Pág. 18.
3. JERVIS, Giovanni, "La Ideología de las drogas y la cuestión de las drogas
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4. LAURIE, Peter, "Las Drogas". Alianza Editorial, Barcelona. 1985.
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5. MARTINEZ R, José, "Regulación legal del consumo de drogas conforme
a la Legislación vigente''. Grupo de Estudios e Investigaciones Penales y Criminoló-
gicas. (CENIPEC). 1985. Pág. 15.
6. BOCARANDA, J.J., "La Ley Antidrogas: Aspectos Sustantivos y Proce-
dimentales". Editor, 1986.
7. HERNANDEZ, Tosca, "La Ideología del delito y de la pena". Instituto
de Ciencias Penales y Criminológicas". Caracas, 1970.
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