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I.

Contextualización “La Tragedia Española” de Thomas Kyd

Thomas Kyd (3 de noviembre de 1558 – 16 de julio de 1594) fue un dramaturgo inglés,


autor de La tragedia española, una sangrienta pieza (considerada antecedente de Hamlet)
que tuvo gran éxito e influencia en su época, fue uno de los iniciadores del teatro isabelino
y compartió vivienda con Christopher Marlowe. Kyd fue detenido por orden del Consejo
Real, acusado de divulgar panfletos heréticos y éste declaró que los documentos que le
fueron requisados pertenecían a su compañero. Pocos días después, Marlowe fue asesinado.

Las referencias más recurrentes acerca de Kyd tienen que ver con su supuesta autoría del
Ur-Hamlet, versión primitiva del Hamlet de Shakespeare. Pero no son más que
especulaciones sin pruebas. Lo que sí parece cierto es que Thomas Kyd escribió la obra de
teatro La tragedia española (The Spanish Tragedy, 1587, conocida en su día también como
Ieronymo), precedente de lo que se ha dado en llamar tragedias de venganza. Este tipo de
dramas, que contienen pasajes extremos y sangrientos, fue explotado durante décadas, hasta
que a mediados del siglo XVII las condiciones políticas y su propia repetición terminaron
con ese estilo de escribir.

En 1602, el texto fue corregido y aumentado en 325 líneas por, según parece, William
Shakespeare.

1. Contexto histórico

El contexto histórico en el que se desarrolla la trama es la anexión de Portugal en 1580 por


parte del rey de España Felipe II (que se prolongaría hasta 1640). Las fuentes de Kyd son
las crónicas de la época; y sus referencias, las tragedias de Séneca (filósofo y escritor
romano del siglo I), repletas de violencia, y la fama de villanos vengativos de los italianos
(personificada en Maquiavelo), y por ende de los españoles (algunos nombres propios y
frases de La tragedia española son italianos).

El ejército español vuelve a la Corte, victorioso en su batalla contra Portugal (inspirada en


la de Alcántara, 1580). Don Andrés ha caído muerto en una refriega con el príncipe de
Portugal, Baltasar; Lorenzo, sobrino del rey, y Horacio, hijo de Jerónimo, Justicia de
España, llevan preso a Baltasar. Los dos se atribuyen la captura de éste. El rey ordena que
Lorenzo custodie a Baltasar.
En Portugal, el Virrey pregunta a sus nobles por la suerte de su hijo. Alejandro le sugiere
que estará preso de los españoles, pero Vil Lupo (personaje que hace honor a su nombre)
asegura al rey que Alejandro mató al príncipe Baltasar. El Virrey cree a Vil Lupo y
Alejandro es apresado.

Bel Imperia, hermana de Lorenzo y amada del recién fallecido don Andrés, es informada
por Horacio de las circunstancias de su muerte. Ella decide que a partir de entonces su amor
será para Horacio, con el objeto de vengar a don Andrés. Baltasar se declara a Bel Imperia,
pero ella no le corresponde. Lorenzo da esperanzas a Baltasar, al que llama lisonjeramente
“mi señor”.

Se celebra una cena convocada por el rey de España, con el embajador de Portugal y todos
los demás. Jerónimo prepara una mascarada con actores que representan episodios
históricos relacionados con Inglaterra, Portugal y España. El fantasma de don Andrés se
queja de que su asesino esté disfrutando de tales recreos y la Venganza le consuela: pronto
cambiará todo.

Baltasar se lamenta a Lorenzo de que Bel Imperia no le hace caso. Lorenzo obliga al
sirviente Pedringano a confesar a quién ama Bel Imperia. Pedringano desvela que se trata
de Horacio. Lorenzo le pide que le avise cuando los dos amantes tengan su próximo
encuentro. Baltasar se propone matar a Horacio con la ayuda (e incitación) de Lorenzo. Bel
Imperia y Horacio fijan una cita amorosa en el jardín del palacio de Jerónimo. Baltasar y
Lorenzo, que están espiándoles, se dan por enterados.

El rey de España ha decidido concertar una boda entre su sobrina Bel Imperia y Baltasar,
para sellar la alianza con Portugal. Horacio y Bel Imperia se encuentran ya en el jardín, en
una idílica escena amorosa. Entran Baltasar y Lorenzo y cuelgan de un árbol a Horacio y lo
apuñalan, llevándose a Bel Imperia. Jerónimo se despierta con los gritos y descubre a su
hijo colgado y muerto. Luego aparece Isabel, su esposa. Los dos se lamentan amargamente
y Jerónimo jura venganza. El fantasma de don Andrés vuelve a quejarse de lo que
presencia, pero la Venganza le pide que aguarde.

De nuevo en Portugal, el virrey ordena la muerte de Alejandro, espoleado por Vil Lupo.
Cuando Alejandro está a punto de perecer en la hoguera, llega el embajador portugués de
vuelta de España y comunica que Baltasar vive. El virrey ordena desatar a Alejandro y
torturar a Vil Lupo hasta la muerte.

Jerónimo encuentra una carta escrita con sangre en la que Bel Imperia acusa a Baltasar y a
Lorenzo de la muerte de Horacio. Decide comprobar si lo escrito es cierto antes de pasar a
la acción. Se encuentra con Lorenzo y disimula. Pero Lorenzo sospecha que Jerónimo
puede saber algo por culpa de Severino, criado de Baltasar. Así que ordena a Pedringano
que mate a Severino. Pero tiene la idea añadida de que esa muerte sea observada por la
guardia real. Pedringano mata a Severino y los guardias lo arrestan para llevarlo en
presencia del Justicia, Jerónimo.

Sabedor Baltasar de que ha muerto su criado, se dispone a acelerar el proceso de


ajusticiamiento de Severino. El malo de la obra, Lorenzo, lo ha urdido todo para que no
queden testigos de la muerte de Horacio y alardea de ser él quien tiende las trampas y
Baltasar el que cae en ellas. Además hace llegar a la celda de Pedringano una caja donde
manda decirle que está su orden de perdón. Pedringano va a la horca confiado y se burla de
su condena ante el verdugo y Jerónimo. Pero la caja es abierta, está vacía y es ahorcado.

Jerónimo, el personaje con más profundidad de la obra, sigue lamentando la muerte de su


hijo. El verdugo le entrega una carta que portaba Pedringano, en la que acusa a Baltasar y
Lorenzo. Al contener la misma información que la carta de Bel Imperia, confirma que todo
es cierto.

Isabel, la madre de Horacio, está enajenada por la muerte de su hijo, y corretea y lanza
frases inconexas mezcladas con otras elocuentes. Bel Imperia se encuentra retenida por su
hermano Lorenzo, alejada de la Corte, pero ahora que los dos criados testigos han muerto,
es liberada de nuevo. Lorenzo le cuenta una sarta de mentiras y luego pretende que acepte
el amor de Baltasar, que pone la puntilla soltando frases cursis.

Unos portugueses están buscando la casa del duque de Castilla (hermano del rey) para ver a
su hijo Lorenzo. Preguntan a Jerónimo, que les indica que lo encontrarán bañándose en
sangre de inocentes, tras unas cuantas alusiones retóricas más a la muerte y el delito. Los
portugueses se ríen, creyendo que Jerónimo simplemente chochea. Jerónimo se presenta
luego ante el rey, que está celebrando las buenas noticias de Portugal (el virrey acepta la
boda de su hijo con Bel Imperia). Pero su estado alterado y su prudencia le impiden acusar
abiertamente a Lorenzo todavía.

Varios ciudadanos acuden ante Jerónimo por diversos pleitos legales. Éste se fija en uno de
ellos, anciano, que ha ido a denunciar la muerte de su hijo. Jerónimo navega entre la
realidad y la ficción, confundiendo al anciano con su hijo muerto.

Llega el virrey de Portugal hasta la corte de España (atravesando el mar, según el autor)
para asistir a la boda concertada. Y el duque pregunta a su hijo Lorenzo que por qué se
rumorea que está en contra de Jerónimo, tan querido por el rey. Lorenzo dice que son
habladurías.

Se produce un encuentro entre Jerónimo y el duque de Castilla, en el que todo parece


quedar aclarado y Jerónimo declara su afecto por Lorenzo (asesino de su hijo). El fantasma
de don Andrés vuelve a escandalizarse y a quejarse a la Venganza, que se estaba echando
un sueñecito. De nuevo ésta se encarga de calmarlo.
Bel Imperia y Jerónimo se alían para vengar a Horacio. Lorenzo y Baltasar ejercerán de
actores en un drama escrito por Jerónimo para ser representado ante el rey. Bel Imperia se
suma al elenco. Jerónimo explica que se trata de la historia de Solimán y Perseda, tragedia
en la que mueren todos los personajes principales, en la que también él tendrá un papel.
Además, propone que cada personaje hable en una lengua distinta: latín, griego, italiano y
francés. Baltasar repone que el público no entenderá nada, pero Jerónimo dice que saldrá él
al final a explicarlo todo.

Isabel, enajenada, corta las plantas del jardín donde asesinaron a su hijo Horacio, en la
creencia de que su marido ha perdonado a los culpables, y luego se suicida. Mientras, su
esposo Jerónimo prepara el escenario para su representación.

Se pone la obra en escena, con el rey de España y el virrey de Portugal como principales
espectadores. La trama coincide con los sucesos reales, y en ella mueren tanto el amado de
la protagonista como el pretendiente de ésta, causante de la primera muerte. Y también ella,
que se suicida.

Al final sale Jerónimo para explicar que él tiene un hijo realmente muerto, y enseña su
cadáver en el escenario. Añade que las tres muertes de la obra se han producido realmente
(él ha matado a Lorenzo y Bel Imperia a Baltasar, antes de suicidarse). Se arranca la lengua
para no seguir hablando y cuando le obligan a escribir pide un cuchillo para afilar la pluma.
Con éste, mata al duque de Castilla y luego se suicida.

Los supervivientes, el rey de España (que acaba de perder a su hermano y a dos sobrinos) y
el virrey de Portugal (que ha perdido a su hijo y a su futura nuera), celebran las exequias. El
fantasma de don Andrés se muestra satisfecho al fin ante la Venganza, puesto que han
muerto todos sus enemigos. Para finalizar la obra, pide que cada uno de ellos sustituya en
sus suplicios a los distintos héroes mitológicos castigados por los dioses.

La influencia de Kyd en Shakespeare se hace evidente, ya no porque quizás escribiese el


Hamlet primitivo, sino porque La tragedia española contiene numerosos elementos
concomitantes con el Hamlet definitivo: la locura producida por la muerte de seres
queridos, que lleva al suicidio (Isabel/Ofelia); la locura fingida para ejecutar la venganza
(Jerónimo/Hamlet); la representación de una obra de teatro (el “teatro dentro del teatro”)
para evidenciar un crimen (Solimán y Perseda/La ratonera); la utilización de una corte
extranjera para dar rienda suelta a historias sobre enfrentamientos de la nobleza
(Dinamarca/España); la inclusión de un fantasma que pide venganza (don Andrés/Hamlet
padre), etc. Pero conviene dejar claro también que lo que en Thomas Kyd es sólo una eficaz
trama trágica, en Shakespeare es todo un espejo de la condición humana con una carga de
profundidad carente en el resto de sus contemporáneos.
II. Desarrollo “La Tragedia Española”

1. Influencias

Muchos escritores han influido en La Tragedia española, notablemente aquellos de la


tradición Medieval y Séneca. El juego es aparentemente Senecan con su tragedia
sangrienta, retórica del horrible, el personaje del Fantasma y temas de venganza típicos.
Los personajes del Fantasma de Andrea y Venganza forman un coro similar a ese de
Tantalus y Fury en Thyestes. El Fantasma describe su viaje en la hampa y pide el castigo al
final de juego que tiene influencias de Thyestes, Agamenón y. El uso de la retórica
onomastic también es Senecan, con caracteres que juegan sobre sus nombres, que
Hieronimo hace repetidamente. Hieronimo también se refiere a los juegos de Senecan,
Agamenón y Troades, en su monólogo en la Ley 3, escena 13. El personaje del Anciano,
Senex, se ve como una referencia directa a Séneca.

El juego también derriba típicamente calidades de Senecan como el uso de un personaje de


fantasmas, pero en Kyd el Fantasma es la parte del coro, a diferencia de en Thyestes donde
el Fantasma se va después del prólogo. También, el Fantasma no es un prólogo que
funciona ya que no da la información del auditorio sobre la acción principal en la etapa, ni
su conclusión. El Fantasma es similar a aquellos en el métrico (sentido en la forma del
metro) juegos medievales quienes vuelven para hablar de su perdición y comentario de la
oferta sobre la acción. La venganza parece a un carácter medieval que sirve de un guía para
aquellos en un viaje aunque sea un guía para un Fantasma, que no es Medieval.

2. Personajes

Cifras en el marco

El fantasma de Don ANDREA


Una encarnación de VENGANZA

España

El REY español
El Duque de CASTILE, Don Cyprian, el hermano del Rey
Don Lorenzo, el Duque del hijo de Castile
Bel-imperia, el Duque de la hija de Castile
PEDRINGANO, el criado de Bel-imperia
CHRISTOPHIL, el criado de Don Lorenzo
El muchacho de la PÁGINA de Don Lorenzo
Don Hieronimo, Knight Marshal de España
Su esposa, ISABELLA
Don HORATIO, su hijo
Un CRIADO de Don Hieronimo
LA CRIADA de Isabella
Don BAZULTO, un anciano
GENERAL del ejército español
Tres VIGILANTES
UN DIPUTADO
UN VERDUGO
UN MENSAJERO
Tres CIUDADANOS

Portugal

El VIRREY portugués
Príncipe BALTHAZAR, su hijo
Don PEDRO, hermano al Virrey
ALEXANDRO y VILLUPPO, nobles portugueses
El EMBAJADOR portugués
SERBERINE, el hombre de la porción de Balthazar
Dos NOBLES de Portugal
Dos ciudadanos PORTUGUESES (Portingales)

3. Complot
Antes de que el juego comience, el Virrey de Portugal se ha rebelado contra el gobierno
español. Una batalla ha ocurrido en que los portugueses se derrotaron y su líder, el hijo
Balthazar del Virrey, se captura; pero el oficial español Andrea no ha sido matado por
ninguno además de Balthazar capturado. Su fantasma y el espíritu de Venganza (presentan
a escena en todas partes de la totalidad del juego) el saque como el coro y, a principios de
cada acto, Andrea lamenta la serie de injusticias que ocurren antes de tranquilizarse por la
Venganza que los que merecen conseguirán su comeuppance. Hay una trama secundaria
acerca de la enemistad de dos nobles portugueses, uno de los que intenta convencer al
Virrey de que su rival ha asesinado a Balthazar ausente.
El sobrino Lorenzo del Rey y el mejor amigo Horatio de Andrea discuten sobre quien
capturó a Balthazar, y aunque se aclare temprano en que es de hecho Horatio que le derrotó
mientras Lorenzo esencialmente engaña su camino en la toma del crédito parcial, el Rey
abandona a Balthazar en el precio de Lorenzo y parte estropear de la victoria entre los dos.
La hermana de Lorenzo de comodidades de Horatio, Bel-imperia, que estaba enamorada de
Andrea contra los deseos de su familia; a pesar de sus antiguos sentimientos para Andrea,
Bel-imperia pronto se enamora de Horatio. Su noviazgo con Horatio es motivado
parcialmente por su deseo de la venganza. Bel-imperia tiene la intención de atormentar a
Balthazar amoroso, el asesino de su ex-amante.

Como Balthazar está enamorado de Bel-imperia, la familia real concluye que su


matrimonio sería una manera excelente de reparar la paz con Portugal. El padre de Horatio,
Marshall Hieronimo, organiza un entretenimiento para el embajador portugués; Lorenzo,
sospechando que Bel-Imperia ha encontrado a un nuevo amante, soborna a su criado
Pedringano y descubre que Horatio es el hombre. Persuade a Balthazar a ayudarle a
asesinar a Horatio durante una cita a escondidas con Bel-Imperia; Hieronimo y su esposa
Isabella encuentran el cuerpo de su hijo ahorcado y apuñalado, e Isabella se vuelve loca.
Las revisiones hechas al juego original complementan la escena con Hieronimo que
brevemente pierde sus ingenios también.

Lorenzo cierra con llave a Bel-Imperia lejos, pero sucede en el envío de Hieronimo a una
carta, escrita en su propia sangre, informándole que Lorenzo y Balthazar eran los asesinos
de Horatio. Sus preguntas y tentativas de ver a Bel-Imperia convencer a Lorenzo de que
sabe algo; con miedo que el criado Serberine de Balthazar haya engañado el complot,
Lorenzo convence a Pedringano de asesinarle, luego hace los arreglos para la detención de
Pedringano en las esperanzas de hacerle callar también. Hieronimo, designado al juez,
condena a Pedringano a la muerte; Pedringano espera que Lorenzo consiga su perdón, y
Lorenzo, habiendo escrito una carta falsa del perdón, le deja creer que este derecho hasta el
verdugo deja caer a Pedringano a su muerte.

Lorenzo logra impedir a Hieronimo buscar a la justicia convenciendo al Rey que Horatio
está vivo y bien. Además, Lorenzo no permite que Hieronimo vea al Rey, afirmando que
está demasiado ocupado. Esto, combinado con el suicidio de su esposa, que pasa sólo antes
de la petición de Hieronimo al Rey, empuja Hieronimo por delante de su límite. Vocifera
incoherentemente y cava en la tierra con su daga. Lorenzo continúa a decir a su tío, el Rey,
que el comportamiento raro de Hieronimo es debido a su inhabilidad de tratar con la nueva
riqueza encontrada de su hijo Horatio (el rescate de Balthazar del Virrey portugués), y se ha
vuelto loco con celos. Recobrando sus sentidos, Hieronimo, junto con Bel-Imperia, finge la
reconciliación con los asesinos. Los dos planean poner un juego junto, Soliman y Perseda.
Bajo la tapa del juego apuñalan a Lorenzo y Balthazar a la muerte delante del Rey, Virrey y
Duque de Castile (Lorenzo y el padre de Bel-Imperia); Bel-Imperia se mata, e Hieronimo
dice a su auditorio de su motivo detrás de los asesinatos, pero rechaza revelar la
complicidad de Bel-Imperia en el complot. Entonces arranca con los dientes su propia
lengua para impedirse hablar bajo la tortura, después de la cual mata al Duque y luego a él.
Andrea y la Venganza se satisfacen, entregando castigos eternos convenientes a los partidos
culpables.

4. Las adiciones de 1602

Como notado encima, el White/Pavier Q4 de 1602 añadió cinco pasos, en total 320 líneas,
al texto existente de los tres libros en cuarto previos. El más sustancial de estos cinco es una
escena entera, por lo general llamada la escena del pintor ya que es dominada por la
conversación de Hieronimo con un pintor; a menudo se designa III, xiia, cayéndose como
hace entre escenas III, xii y III, xiii del texto original.

El Diario de Henslowe registra dos pagos a Ben Jonson, fechado el 25 de septiembre de


1601 y el 22 de junio de 1602, para adiciones a La Tragedia española. Aún la mayor parte
de eruditos rechazan la visión que Jonson es el autor de las adiciones de 1602. Se juzga que
el estilo literario de las adiciones es un-Jonsonian; Henslowe pagó a Jonson varias libras
por sus adiciones, que ha parecido una suma excesiva para 320 líneas. Y John Marston
parece parodiar la escena del pintor en su 1599 juegan a Antonio y Mellida, indicando que
la escena debe haber sido existente y haber sabido a auditorios por aquel tiempo. Las cinco
adiciones en el texto de 1602 pueden haber sido hechas para el renacimiento de 1597 por
los Hombres del Almirante. Los eruditos han propuesto varias identidades para el autor de
las revisiones, incluso Dekker, John Webster y Shakespeare — "Shakespeare ha sido quizás
el favorito en la búsqueda persistente..."

(Puede parecer sorprendente encontrar a Shakespeare, dramaturgo de la casa para los


Hombres del señor Chamberlain, como un revisor supuesto de un juego asociado con su
compañía rival los Hombres del Almirante. Aún el señor Tomás Moro proporciona un
precedente de Shakespeare que trabaja como un revisor en un contexto sorprendente.)

1. Temas y adornos

Una disputa de mucho tiempo entre eruditos ha sido el estado moral de la venganza. Como
la venganza es el tema más obvio del juego, mucho debate se ha hecho sobre ello. Uno
puede hacer juicios sobre la moralidad Hieronimo basado en sus objetivos enfocados en la
venganza pero la pregunta de la cual muchos eruditos afrontan es si la falta de sus
intenciones es realmente su. Steven Justice teoriza que el juicio del juego se cae menos en
Hieronimo que en una especie de sociedad en la cual la tragedia resulta de un estilo de vida.
Se sostiene que Kyd usó la tragedia de venganza para dar el cuerpo a imágenes populares
de España católica. Kyd trata de hacer España el bandido en el cual muestra cómo el
tribunal español no da a Hieronimo ninguna opción aceptable. El tribunal gira Hieronmino
a la venganza en la búsqueda de la justicia, cuando en realidad es completamente diferente.

Los críticos pueden decir que la actitud de Hieronimo es lo que la tradición cristiana central
llama la Vieja Ley. El tema que se mantiene aquí es el directo de la Biblia, una especie
de “ojo para un ojo” idea. Esto es donde Hieronimo dice:

“Para la sangre con la sangre va, mientras me siento como el juez, / satisfacerme, y la
ley discharg’d” (III.vi.35-36).

Estas líneas claramente revelan la pasión de Hieronimo de la justicia en la sociedad

Un tema adicional de La Tragedia española es la propia tragedia, o más expresamente


asesinato y muerte. Caracteres múltiples se matan o casi se matan durante la trama.
Horatio se ahorcó, Pedringano se ahorcó, Alexandro casi se quemó en la apuesta, y
Villuppo se asumió torturado y ahorcado. Kyd consecuentemente se refiere a mutilación,
tortura y muerte. Esto es el espectáculo inmediatamente al principio del juego cuando el
fantasma de Don Andrea describe su permanencia en la hampa:

“Y los asesinos gimen con matar nunca heridas, / Y wights perjurado escaldado en el
plomo hirviente, / Y todos los pecados asquerosos con tormentos abrumaron (I.i.68-70).

Vivamente describe en estas líneas así como anterior la alta frecuencia de asesinato y
tortura en la hampa. El asesinato y la muerte arreglan el tema de tragedia que se mantiene a
través de la última escena del juego.

El tema central es esencialmente la venganza. El título dado explica que hay alguna clase
del daño que se ha puesto sobre el protagonista principal para hacerle querer buscar la
venganza. La venganza, sin embargo, no es el único tema. Un tema clave es el de Riqueza y
Poder. Este tema está claro en las únicas acciones de Balthazar. Mata a Horatio al principio
a fin de ganar el poder que por su parte le da la riqueza. Esto también está claro con el
personaje de Lorenzo. Hacia el final del juego trata de convencer al rey de deshacerse de
Hieronimo. Lorenzo sabe que en ausencia de Hieronimo, se hará más poderoso y más
cercano al rey.

El juego también tiene un tema de venganza en el contexto histórico. El juego en un


camino decreta de nuevo el conflicto entre España e Inglaterra. Kyd toma esta oportunidad
de frecuentar la Armada Invencible y hacer una broma política. Esto es muy popular en
tragedias isabelinas y griegas. El juego se usa como una especie de mecanismo de defensa
para los ingleses. Este tipo de la literatura todavía se usa hoy.
5. Estructura

La estructura en la esencia es un 'juego dentro de un juego'. El juego comienza con el fondo


de por qué Hieronimo quiere buscar la venganza. Se ve como el carácter menor y
finalmente lleva a ser el protagonista a añadir al complot de venganza. Cuando se hace el
protagonista principal, el complot comienza a desplegarse y hacerse la historia de venganza
que es. Kyd incorpora construir hasta la venganza como una manera de mostrar las luchas
internas y externas de los caracteres. La venganza actual ocurre durante el juego que etapas
de Hieronimo, haciendo esto el punto culminante del juego. La resolución es esencialmente
la explicación al rey de lo que ha pasado. El juego dentro del juego no se describe hasta que
el juego actual se realice, intensificando el punto culminante, y la resolución es corta
debido a las explicaciones que han ocurrido ya.

Los críticos dicen que La Tragedia española se parece a una Tragedia de Senecan. Las
separaciones del acto, punto culminante sangriento enfatizado, y la propia venganza, hacen
este juego parecerse a algunos los juegos antiguos más famosos. Kyd realmente reconoce
sus relaciones a Senecan Tragedies usando latín directamente en el juego sino también hace
que el cristianismo entre en conflicto con ideales paganos. También vemos el uso de Kyd
de Séneca a través de su refiriendo a tres juegos de Senecan en la Tragedia española. Se
dice que este juego era el iniciador del estilo para muchas “tragedias de venganza
isabelinas, el más notablemente Hamlet”.
III. ¨La Tragedia Española¨ una valoración desde la teoría del
Iceberg.
Para comenzar con el análisis que será de mucho utilidad para una lectura profunda en la
catedra de Literatura Universal II, en primer lugar, se hará referencia al escritor
norteamericano, Premio Nobel de Literatura 1954, Ernest Hemingway, el cual propuso la
Teoría del Iceberg o Teoría del témpano. Esta consiste en que el escritor ha de concebir su
obra conociendo mucho más de la historia de lo que finalmente cuenta en lo que escribe. El
escritor conoce la totalidad del Iceberg, pero lo que sobresale del agua es solo una pequeña
porción de este (alrededor de una octava parte aunque en la práctica no es necesario ser tan
riguroso siempre).

El escritor es ante todo un administrador de la información que posee sobre la historia que
narra y sus personajes. No todo lo que sabe el escritor sobre una historia es indispensable
para que esta se entienda, e incluso hacer uso de información innecesaria puede ser
negativo para la narración. De otra parte, el escritor ha de escoger el momento adecuado
para dejar salir cierta información a la superficie, solo cuando sea totalmente necesario para
la historia. Entre más conozca un escritor de lo que escribe mucho mejor; y así todo este
conocimiento no sea plasmado en lo que escribe, ese conocimiento es perceptible para el
lector al lograr comprender a partir de lo necesario.

En segundo lugar, en base a esta teoría yo lector puedo observar que el dramaturgo se
vale de la representación escénica para expresar y dar a conocer una visión compartida por
sus contemporáneos de una situación concreta y determinada. Se tiene, así, una
interpretación del contencioso español, a través del medio teatral. Lo que el lector alcanza
a dimensionar debajo del Iceberg de la venganza y la muerte que en el caso de La
Tragedia española es a una España que vendría a ser la tierra de los horrores más
sanguinarios y de las tragedias más lacerantes.

En España, por sus connotaciones adversas, podía suceder de todo. Lo que en Inglaterra no
podía tener lugar, porque resultaría inapropiado, indecoroso e inadmisible, si podía
acontecer en tierras hispanas, puesto que en ellas todo era procedente y dramatizable.
España reunía las condiciones más idóneas para la escenificación del universo dramático
kydiano presidido por el caos, la injusticia y la tragedia, y en abierta oposición con el orden
establecido, donde todo estaba divinamente ordenado y en completa armonía. Sin embargo
esta visión medieval pronto iba a quedar trasnochada por las circunstancias que propiciarían
un cambio radical en la época renacentista, posibilitando una nueva forma de entender y de
vivir la relación del hombre con lo español en La Tragedia Española lo mundano y lo
divino. El teatro isabelino y jacobeo fue uno de los más fervientes difusores de esta nueva
concepción del mundo. La ruptura entre lo nuevo y lo viejo se hace claramente patente en
el drama renacentista inglés, lo que conlleva necesariamente una crisis de valores que
aparecerán en escena confrontados y en irreconciliable oposición.
La idea de una sociedad y de un universo basado en el principio metafísico de jerarquía y
de interdependencia fue reemplazada por un sentido más humano y personal de la vida. La
profunda y angustiosa conciencia de cambio, los avances científicos y el creciente
escepticismo fueron las causas que dieron como resultado una actitud de recelo ante lo
político y lo religioso, lo que llevó al hombre a ejercer un papel más activo y decisivo en el
devenir histórico. Bajo esta lectura profunda La Tragedia Española es, asimismo, testigo
dramático de excepción del derrumbamiento de un orden estable y del progresivo
desencanto del hombre perdido en un mar de dudas y sinsentidos al experimentar la
sinrazón de un existir caótico, injusto e inmerecido. Ello explica la locura existencial de
Hieronimo en perpetuo conflicto entre lo que es y lo que se desea, entre lo justo
inalcanzable y lo injusto permitido, ya que nos encontramos con que "la justicia de la
naturaleza " se opone directamente a " la justicia del cielo.”33 Es por ello que se da una
rebelión existencial por su parte que le lleva a luchar con todas sus fuerzas contra un
destino en el que no participa activamente y por el que se siente utilizado como un objeto.
Esto no ha de extrañar, porque "La tragedia española en su conjunto se ha fijado de forma
continua la acción marioneta -como del hombre cuyo destino está predeterminado en contra
del sentido de la elección o en el mundo apasionado y seguro de si mismo, totalmente
individual.

Sólo queda el recurso a lo prohibido ante la injusticia insatisfecha; la venganza atroz e


insaciable. Así el ansia de justicia que urge la esperada reparación, y la planificación y
realización del acto de venganza forman un todo dramático indisoluble en torno al cual gira
y se desarrolla la representación teatral. Se buscan y se piden ambas, porque en el fondo
vienen a ser motivadas por lo mismo. Es obvio, pues, que "cualquier discusión de la
venganza inevitablemente se convertirá en una discusión de la justicia , por la pasión de la
venganza está indisolublemente atado con justicia, al no hacerse justicia, la venganza se
torna en imperativo categórico existencial. El dilema, en esta ocasión, no es otro que vengar
o morir. No hay otra salida, " Sin embargo, debo tomar venganza o morir a mí mismo"
(2.1.116). El vengarse se convierte, de esta forma, en la única gratificación positiva ante la
injusta frustración. El hombre se halla viviendo en alienación permanente y en
contradicción irreconciliable. Hieronimo no puede encontrar satisfacción a su pena en su
propia tierra. El rey está más preocupado en asuntos de estado que en conocer el
desasosiego y la inquietud en los que está sumido su subdito. Lo importante son las
relaciones entre España y Portugal. Lo demás es secundario. Y para ello no se escatima
medio alguno, incluso la guerra. Lo público parece ser lo único políticamente rentable. Por
ello es prácticamente imposible obtener justicia de parte de la autoridad constituida, por lo
que el ofendido y el agraviado tendrán que buscarla por su mano. No hay otra alternativa.
El fin, en este caso, justifica los medios, por lo que todo se puede obtener a cualquier
precio, y donde el drama que se escenifica está abocado a la tragedia final. Lo que se
pretende nunca se alcanza. El vivir se va consumiendo en la nada del deseo. De esta forma,
no extraña que se presente una masiva y progresiva infección cósmica.
UNIVERSIDAD DE EL SALVADOR

FACULTAD DE CIENCIAS Y HUMANIDADES

DEPARTAMENTO DE LETRAS

Profesor/Responsable: Manuel de Jesús Hernández Facultad:

Ciencias y Humanidades.

Asignatura: Literatura universal II

Año y Ciclo Académico: Ciclo II/ 2016

Tema:

Guía de lectura La Tragedia Española

Integrantes:

Barahona Martínez Maritza A. Carnet: BM14044

Jueves 1 de Septiembre de 2016, Ciudad Universitaria, S. S. El Salvador.


Bibliografía

Kyd, Thomas. The Spanish Tragedy. Philip Edwards, ed. The Revels Plays; Methuen &
Co., 1959; reprinted Manchester, Manchester University Press, 1986; pp. xxi-xxvii

Broude, Ronald. Tiempo, Verdad, y directamente en 'La Tragedia española'. Estudios en


Filología, volumen 68, núm. 2 (abril de 1971), pps 130-145. Publicado por: universidad de
Prensa de Carolina del Norte. El 1 de abril de 2009.

El juez, Steven. España, Tragedia y La Tragedia española. Estudios en Literatura inglesa,


1500-1900, volumen 25, núm. 2, Drama isabelino y Jacobino (Primavera, 1985), pps 271-
288. Publicado por: universidad de arroz. El 1 de abril de 2009.
Kay, Carol McGinnis. "Engaño a través de Palabras: Una Lectura de La Tragedia
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