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PRIMERA PARTE
EL DIRECTORIO
Todo es desorden: Artigas está en guerra con Buenos Aires, la Asamblea del año XIII fue un fracaso, las
derrotas de Vicapulgio y Ayohuma, aumentan las diferencias entre los miembros del gobierno. La vuelta al trono de
Fernando VII y la posibilidad de una invasión al Rio de la Plata determinaron al Directorio a buscar el apoyo exterior
(Inglaterra) y un acercamiento a España. En 1814 se autoriza una misión para reconocer a Fernando VII a cambio de
un gobierno autónomo, o buscar un rey a cualquier precio: el ofrecimiento se hizo frente a Carlos IV para el Infante
Francisco de Paula, con proyecto constitucional incluido (se trataba de una monarquía hereditaria. Se diseñan dos
Cámaras: una de Lores y otra de diputados del Pueblo y un poder judicial separado).
Los monárquicos debieron suspender sus tratativas por el regreso de Napoleón, no obstante Rivadavia las
mantuvo aún hasta 1816 ante Fernando VII, aun cuando en nuestra tierra el Congreso de Tucumán declaraba la
Independencia.
CRISIS DE 1815
Todo era anarquía; Alvear enfrentando a San Martín, a Artigas, a las provincias del interior, enfrentado a la
realidad a la que pretendía modificar pidiendo un protectorado inglés solo ejercía su mando donde estacionaba sus
soldados; se derrumbó el 3 de abril de 1815 con la sublevación de Fontezuelas.
La facción Alvearista había adjurado de su credo revolucionario y decidida a buscar un modo de liquidar con
el mínimo de pérdidas la entera empresa revolucionaria, que aparecía ahora condenada de antemano; el poder
revolucionario había terminado por hacer del Ejercito su instrumento político por excelencia.
RELACIONES EXTERIORES:
Las relaciones exteriores y los reconocimientos internacionales fueron el único signo de unidad de las
Provincias Unidas del Rio de la Plata, ejercidas de hecho por la provincia de Buenos Aires.
EEUU reconoció nuestra independencia por ley el 4 de mayo de 1822; en diciembre de 1823, Gran Bretaña
reconoce nuestra independencia, junto a la de México y Colombia; con la batalla de Ayacucho el 9 de diciembre de
1824 concluye la guerra de la independencia y más de tres siglos de coloniaje español.
G. LA GENERACION DE 1837
Fueron un conjunto de jóvenes que tuvieron una destacada actuación en el país. Comienzan su actividad
pública luego del derrumbe unitario con el deseo de hacer un replanteo de la situación política y el afán de renovar
la realidad heredada.
Principios comunes:
a) Superación de la antinomia, unitarios/federales: tomando elementos de cada posición intentaron una
“fusión”. Consideraban al Pacto Federal como ley fundamental de la nación.
b) Proyección de las instituciones a través de una Constitución: en cumplimiento de los pactos
preexistentes se proyectaba la organización del país mediante una Constitución, proponiendo un sistema mixto.
c) Las tradiciones de Mayo: consideraban a dicha revolución como “Acta fundadora” de la Nación, era
un corte rotundo con el pasado español, oponiéndose a las “tradiciones coloniales”.
d) Búsqueda de una cultura nacional: enriquecida por pensamientos y corrientes artísticas, científicas y
literarias de la época adecuadas a nuestra realidad.
e) Organización democrática del país.
f) Idea de progreso: se volvió una creencia inquebrantable, que se inscribía en las fuerzas objetivas e
irresistibles de la sociedad.
Su obsesión de “gobernar es poblar, atraer la inmigración europea, con tolerancia religiosa, desarrollo de las
comunicaciones.
g) Partidos políticos orgánicos por sobre las facciones: los unitarios y federales eran facciones que solo
representaban a personas; mientras que los partidos representan un interés social.
h) Coherencia entre la teoría y la práctica: No se debía reiterar experiencias fracasadas. No es cuestión
de libertad escrita, sino de libertad real.
Los objetivos de esta generación eran los propios de su tiempo. Las diferencias surgen al analizar los medios
por los cuales obtener esos resultados.
1) Las diferencias regionales eran las más importantes que las filiaciones políticas, pues aún no habían
llegado a homogeneizar intereses fuera de los limites regional-provinciales.
2) No se puede obtener el progreso, sin previamente asegurar un Orden, esto es producto de una
ecuación de poder. Rosas debía construir ese poder; durante su reconstrucción resulta dificultoso hacer en forma
paralela su construcción jurídica.
3) La generación de 1837 rechaza nuestros orígenes, nuestra gente, y ensalza a nuestros ocasionales
adversarios; tal vez porque en Europa el pensamiento liberal, la democracia, encarnaba lo que muchos aristócratas
de la antigüedad tomaban como la amenazante encarnación del poder popular, la tiranía de las mayorías. De ahí
que muchos liberales o republicanos conservadores de los EEUU o América Latina fueran enemigos abiertos del
principio democrático, la democracia solo podía ser aceptada como un elemento subordinado a otros elementos no
democráticos incluidos en una constitución mixta.
4) La tradición hispánica es un hecho incontrovertible del pasado, no se lo puede ignorar al punto de
creer que el país nació en 1810, como si los cuatro siglos anteriores hubieran desaparecido. Rechazo que se
potencia cuando se sostiene que el motor del progreso son los extranjeros, despreciando a nuestra gente como raza
inferior.
DORREGO:
Unitarios y federales, cada uno con su proyecto disputaban el poder:
a) Los unitarios son la ciudad, principalmente Buenos Aires, constituyen una minoría cohesionada,
ilustrados, doctores letrados, una elite social, liberales y partidarios del libre comercio, aristocráticos y
monárquicos, amigos de las reformas sociales desde arriba. Observan al país desde afuera, pretendían violar la ley
del tiempo en materia de progreso social, fundando establecimientos, proyectando mejoras irrealizables, que el
buen sentido del país no comprendía y rechazaba. Inferían que debían utilizarse “otros métodos”, y si la legalidad
no sirve, solo nos queda la arbitrariedad, con lo cual su pensamiento se torna contradictorio.
b) Los federales tienen base en la campaña, generalmente iletrados (“barbarie”: eran las tradiciones
criollas y cristianas, los federales, caudillos, los provincianos, la plebe de gauchos, mulatos, indios, orilleros, eran
quienes, supuestamente, no servían para el progreso ni para la civilización) prefieren el ordenamiento del país a
través de pactos, carecen de cohesión, son un partido flexible. Constituyen una federación imprecisa de
organizaciones sectoriales, unidas por la oposición a los unitarios, dentro de cada provincia tenían objetivos
propios. No obstante, su carencia triunfó en la lucha por el poder y se trasformó en vocero de una mayoría
incuestionable, que expresaban las realidades concretas que se vivían en cada provincia.
Ambas facciones fueron incapaces de lograr consensos, fuera del lenguaje de las armas.
Rosas representaba a un gran frente social, llega al poder acompañado de todas las clases sociales. Todos
creen ver en el a un hombre providencial que habría de asegurar la paz tan ansiada y restaurar el orden
desaparecido. Él significa el orden y respeto por las instituciones, el pueblo de Buenos Aires, cansado de tantas
guerras civiles, desea aferrar al hombre que signifique orden, paz. La clase burguesa de Buenos Aires, la oligarquía
porteña apoya al hombre que saben defensor de sus intereses. Además de estos dos estamentos sociales, Rosas
cuenta con el apoyo del partido federal y por último de la masa popular, es el principio de autoridad reconocido en
su figura, sobreestimado por una cierta aureola de héroe legendario.
Ejerció una dominación carismática, tenía la “auctoritas romana” y contó con el inestimable ayuda de dos
mujeres: su esposa Doña Encarnación Ezcurra y su cuñada María Josefina Ezcurra.
En el segundo gobierno de Rosas, comenzó el proceso de centralización, fase inicial de construcción del
estado, un movimiento de fuerzas centrípeto edifica un poder absoluto en su primer momento. Para ello contaba
con:
la representación del espectro social;
dispositivo militar de siete divisiones, con capacidad de imponer obediencia;
sistema activo fabricador de significados, partiendo de discursos a través de los cuales los actores
sociales guían sus acciones. El uso obligatorio del cintillo punzó a empleados públicos;
su intento de homogeneizar la sociedad a través de signos exteriores de adhesión de color rojo.
Su programa fue establecer la ley y el orden. En esta primera fase el gobierno es autoritario, personalista. La
omnipotencia del poder se coloca en un solo hombre.
EL PODER NACIONAL:
A partir del segundo mandato de Rosas comienza a ejercer una serie de funciones nacionales que por
repetición de actos generó una costumbre para establecer las bases de un Estado Nacional desde que el país
adquiriera su independencia.
Durante este período se comenzó a percibir la desintegración de la estructura legal económica del Virreinato
del Río de la Plata. La “nueva” conformación económica estaba vinculada al mercado internacional como
exportador de bienes pecuarios e importador de productos industriales., y permitió a la región pampeana
litoraleña, adquirir una estructura diferenciada al resto de las provincias; la estancia era la unidad productiva y al
mismo tiempo la unidad político social, como núcleo organizativo de la vida de campaña.
El control de Aduana de Buenos Aires y la Ley de Aduanas, constituyó la clave para comprender el período,
pues las provincias necesitaban una limitación de las importaciones y gozar de una porción importante de las rentas
aduaneras.
El predominio de Buenos Aires sobre las demás provincias se ligaba en este caso, a la integración de todas
las regiones de la economía.
LA CUESTIÓN DE LA CONTITUCIÓN NACIONAL.
Rosas representa el sistema de dominación “carismático” y como tal, se trata de una situación excepcional,
limitada a la existencia de ciertas situaciones especiales, es transitoria, y se ve destinada a transformarse en una
forma racional (constitucional) o tradicional (monarquía); la confederación rosista estaba destinada
irreversiblemente a concluir en una organización constitucional, con o sin Rosas.
El Pacto Federal creó una autoridad nacional: a “Comisión Representativa”.
Derrotado el bloque unitario de Gral. Paz, la Comisión se cayó como autoridad, la letra del tratado
interprovincial, no pudo controlar el poder carismático de Rosas.
La organización racional, la constitución, fue preocupación de los referentes federales: Rosas, Estanislao
López y Facundo Quiroga, que discutieron el tema entre 1832 y 1834 y concluyó en: la Carta de Hacienda de
Figueroa el 20 de diciembre de 1834, donde Rosas insiste en el motivo central, mientras hay tumultos, si dentro de
cada estado en particular no ha elementos de poder para mantener el oren respectivo,, la creación de un gobierno
general representativo no sirve más que para poner en agitación a toda la república a cada desorden parcial que
suceda. Por ello no es tiempo para sancionar una constitución nacional.
Sin embargo, en el mismo período se sancionaron varias constituciones provinciales, tales son las de
Corrientes, Jujuy, San Luis, Santa Fe y Santiago del Estero.
Pero el estado de excepción y el correspondiente poder carismático, no puede ser “eterno”, siempre es
transitorio cuando se superan las circunstancias extraordinarias que lo motivaron y la República está a salvo, el
derecho resucita, recobra valor. Por ello la bandera de organización constitucional supo convertirse en el punto de
crítica más fuerte a Rosas. en la medida que el poder se estabilizaba, el reclamo de la constitución era más fuerte.
La dilatación de la misma terminó siendo el argumento central para derrocarlo, aceptado tardíamente por Rosas, al
borde de la batalla de Caseros.
La Confederación siempre fue un proyecto provisorio, hasta tanto las provincias se encontrasen en “plena
libertad y tranquilidad”; la prolongación del provisorato atentaba contra la evolución natural hacia la Consolidación
del Estado Federal.
Entre 1846 y 1850 se había consolidado el poder de Rosas, el orden estaba adherido a la persona de él, y
como tal destinado a identificarlo con su persona.
Urquiza se vistió con la sucesión que inevitablemente ocurriría, el federalismo confederal, que se transforma
en República federal, el paso de la dominación carismática, a la racional.
El nacimiento de nuestro Estado, como todos, requirió de un orden, sin este no hay organización posible. Ese
orden comenzó con la Confederación, al punto que podemos transcribir tres documentos:
1) uno de Felipe Ibarra, dirigida a Sola, gobernador de Salta, cuando este trata de convencer a Ibarra
que se pliegue a la Coalición del Norte, sublevada ante Rosas.
2) Una entrevista realizada por Vicente Gregorino Quesada a Rosas durante el exilio.
3) El apartado especial del Testamento de José de San Martin donde hace entrega del sable que uso en
la guerra de la independencia a Rosas, como prueba de satisfacción por sostener a la República contra las injustas
pretensiones de los extranjeros.
EL ESTADO NACIONAL
La concepción y gestación del Estado Nacional fue un largo proceso, cuyo parto se produjo a partir de la
herencia que dejo Rosas.
Su legado fue:
a) Surgimiento y consolidación de la elite rural, una especie de burguesía. Que adquirió creciente peso
gracias a su capacidad para sacar ventajas de las oportunidades que ofrecía el clima económico de la Argentina.
b) Encausar y calmar las pasiones populares que habían señalado límites estrictos a lo que era
políticamente posible en la Argentina.
c) Crear condiciones que hicieran posible a apertura de una nueva etapa en la vida del país. La iniciativa
política se localizó decididamente en el campo de las elites.
Anotamos como herencia institucional de Rosas:
a) Conducción unificada de las relaciones exteriores en general, pudiendo declarar la guerra, acordar la
paz y celebrar tratados internacionales sujetos a ratificación legislativa.
b) Interpretación y aplicación del Pacto Federal de 1831 que se constituyó en fuente jurídica.
c) El derecho de intervenir las provincias, como así también las funciones de árbitro y mediador oficioso
en los diferendos interprovinciales.
d) El otorgamiento de concesiones mineras a extranjeros.
e) Resolver las cuestiones de límites interprovinciales.
f) El ejercicio del derecho de patronato.
g) El cargo de general en jefe delos ejércitos federales en todo el país.
h) El ejercicio de la función judicial federal para juzgar los delitos políticos contra el Estado Nacional.
i) El derecho de gracia y perdón.
j) La vigilancia a cerca de la circulación de escritos sediciosos en toda la República.
k) El control del tráfico fluvial por los Ríos Paraná y Uruguay.
l) La concesión de permisos de ingreso al país.
m) La competencia federal para juzgar ciertos delitos.
EXPERIENCIA INSTITUCIONAL
Las atribuciones nacionales ejercidas por Rosas, se cristalizaron en el acuerdo de San Nicolás, que el régimen
y el promotor del citado acuerdo eran enemigos, pues los firmantes en general eran partidarios del Restaurador. Allí
se precisan las atribuciones del Director Provisorio de la Confederación Argentina.
Cuando Rosas fue derrocado el país se encontraba unificado, había logrado la unidad nacional, superado a
un país anárquico, dividido, arruinado e inestable. Había constituido una Nación.
2. SEGUNDA PARTE
3) Porteños y Provincianos
Después de la batalla de Caseros, el poder había modificado su geografía; Rosas no era la referencia obligada
para fijar posición a favor o en contra del Restaurador. La victoria de Urquiza y el Acuerdo de San Nicolás,
transformó a antiguos rosistas en porteños autonomistas seguidores de un antiguo unitario: Valentín Alsina,
mientras notables opositores a Rosas, como Alberdi, serán federales urquicistas, o como Sarmiento, al principio
oficial del Ejército grande, subordinado a Urquiza en Caseros, y luego acérrimo enemigo. El poder es relacional y
muy fluido.
En junio de 1852, Mitre crea el Partido Liberal, que recibirá su bautismo estrenando la primera
manifestación orgánica del nuevo “frente”, fueron las Jornadas de Junio de 1852 (en donde se trata el acuerdo) en
la Legislatura de Buenos Aires, en donde a su instancia, y sobre todo de Vélez Sarsfield y Mitre, rechazan el Acuerdo
de San Nicolás. Como consecuencia de esto, Buenos Aires también lo rechaza. (el dictado de la Constitución era un
engaño, donde la lucha por el poder, estaba disfrazada de la lucha por la constitución) El gran acuerdo propuesto
por Urquiza, estaba muerto. Su rechazo formal se realizó el 22 de junio y el 23 de junio Urquiza declaró resuelto el
poder legislativo, ordenó el arresto y destierro de Mitre, Vélez Sarsfield y demás agitadores, dispuso la clausura de
los periódicos opositores y asumió por breve tiempo el gobierno provincial.
A partir de septiembre, Buenos Aires rompió relaciones con el resto del país (nota de clase: ellos no querían
que Urquiza sea el presidente, entonces se segrega del país. Lo que se discute acá era el poder. Y los llamados
unitarios lo que querían era el poder, por eso este país es gobernado por unitarios con una ley federal.). Lo hace a
través de una ley provincial inspirada por Vélez Sarsfield del 20 de Septiembre de 1852, por medio de la cual ordenó
el retiro de los constituyentes que habían enviado a Santa Fe y declaró: “la provincia de Buenos Aires no reconoce ni
reconocerá ningún acto de los diputados reunidos en la ciudad de Santa Fe como emanados de una autoridad
nacional convocada e instalada debidamente” (recordemos que los constituyentes estaban reunidos en Santa Fe
para poder dictar la constitución, pero no lo logran porque estaban en guerra, y Buenos Aires había dado orden de
meter preso a todos los constituyentes. El encargado de hacerlo era el general Paz, jefe de las tropas porteñas.).
También retiró la delegación de las Relaciones Exteriores efectuada en el Protocolo de Palermo a favor de Urquiza.
La unidad nacional lograda por Rosas, se rompió a los ocho meses de su ausencia, lo que origino dos bloques
compactos. Re-comenzaba la guerra entre provincianos y porteños por la “hegemonía del poder sobre todo el país”,
ahora Urquiza es la voz de las provincias; Mitre, Vélez Sarsfield y Alsina, hablan por Buenos Aires.
4. La Convención Constituyente de 1853.
Con la protección de Urquiza, la Convención Constituyente inició sus sesiones preparatorias el 15 de
noviembre. El 20 de noviembre de 1852, se instaló la Convención reunida en Santa Fe, en ejercicio del poder
constituyente originario, para cumplir con el objetivo declarado de la sublevación contra Rosas. El proyecto
constitucional se forjó en “tierra de nadie”, entre la guerra y la paz que sostenían la Confederación y Buenos Aires.
Entre las fuentes principales del proyecto se anotan las “Bases” de Alberdi, caracterizada como un sistema
autoritario progresista.
El 18 de abril de 1853 se presentó el proyecto de Constitución, y el 20 de abril comienza su tratamiento
general. El 19 de noviembre se elige como presidente de la Convención a Facundo Zuviría, quien se hallaba en
contra del dictado de la Constitución ya que el argumentaba que la constitución no regía ni tenía vigencia en un
contexto de guerra. Era necesario la paz, la organización, porque en la guerra a nadie le importa y no hace falta la
misma porque la prioridad es vencer.
Así, las posiciones de los Sres. Convencionales estaban fundadas en el análisis del trasfondo político del
momento: los que proponen postergar la sanción de la Constitución, apoyaban sus argumentos en la situación
bélica existente entre la Confederación y Buenos Aires; los que sostenían la sanción inmediata de la misma, replican
que la Constitución es la enseña de la guerra, que la Confederación tiene frente a la separatista Buenos Aires.
En otras palabras, se concluye que la Constitución de 1853 se sancionaba para la guerra, no para la paz. Y en
ese momento la Confederación llevaba la iniciativa: Buenos Aires estaba sitiada por tierra por la fuerza de Lagos, y
por agua a partir de 1853, por una escuadra al mando de Halted Coe. Tiempo después se notificó por nota a Buenos
Aires el texto de la Constitución recién sancionada: la respuesta fue el rechazo del Ministro de Gobierno Torres.
El profe sostiene que Zuviria tenía razón. Fueron necesarios 10 años de enfrentamientos, de violencia, de
sangre, para unificar el país y mucho más para “pacificarlo”, fue necesario vencer una contienda para incorporar a
Buenos Aires a la Confederación, y otra guerra para imponer su hegemonía. Cuando todo ello hubo transcurrido,
recién en ese momento la Constitución de 1853, con sus reformas de 1860, recién se transformó en la Constitución
Nacional.
2. ¿Y la Constitución?
Luego del triunfo de Pavón, Mitre requería la “centralización e institucionalización del poder estatal en el
nuevo gobierno nacido de la batalla”, para ello era necesario regularizar el funcionamiento de los instrumentos de
dominación. Esta vez la lucha cambió de sentido, de un “conflicto horizontal” entre partes, como ocurriera entre la
Confederación y Buenos Aires, se pasó a una confrontación vertical entre desiguales. Toda movilización de fuerzas
contrarias al orden establecido iba a ser considerado como “levantamiento o rebelión interior”.
Al resolverse la Confederación se retornó de hecho a un arreglo institucional, por fuera del texto
constitucional: con excepción de las relaciones exteriores confiadas al gobierno provisional de Mitre, la resolución
de los asuntos públicos siguió en manos de las provincias. Teóricamente seguía la Constitución de 1853, reformada
en 1860, pero en los hechos no se aplicaba. ¿Fue un nuevo iustitium? ¿fue otra “violencia fundante”? Esta vez la
violencia fundamente tenía una particularidad, su finalidad era obtener un sistema de dominación efectivo, y
mantenerlo “dentro” de la Constitución nacional existente.
3. La nueva dominación
El Gral. Mitre resumía su programa en “Nacionalidad, Constitución y Libertad”, una nación unida superior a
sus partes; una Constitución federal, garantía de los derechos de esas mismas personas, libertad de crítica,
eliminación del caudillaje autocrático que impedía a los pueblos expresarse libremente. Sin embargo, esto resultó
una contradicción, ya que mientras sostenían principios de la libertad de los pueblos, derribaban regímenes que
gozaban del consenso de las poblaciones para imponerles oros, creados desde afuera.
Esto fue así porque era necesario “penetrar” en el interior del país, lo que se hizo a través de distintas vías, la
más usada la violencia para imponer un orden, que no podía ser considerado dentro del ordenamiento
constitucional vigente. El poder actuaba totalmente divorciado de la Constitución de1853/60. Estas vías de
penetración fueron:
a) La penetración represiva: esta modalidad consistió en aplicar la violencia física o amenaza de
coerción, tendientes a lograr el acatamiento de la voluntad de quien la ejerce y suprimir toda eventual resistencia a
su autoridad: su elemento era el ejército nacional. Así fue designando gobernadores impuestos en las provincias,
mando a desconocer la Confederación de la que hasta ese momento la integraba, y muchas otras medidas. trataba
de construir un poder igual al que los gobernadores habían otorgado a Urquiza en el Acuerdo de San Nicolás, no
obstante, las diferencias existentes en cuanto a su legalidad, porque en1852 no existía Constitución, y ahora en
1861, estaba vigente la Constitución. Mitre ejercía el poder constituyente, “la violencia fundante de un nuevo orden
jurídico”, al margen de la Constitución, pero sin derogarla expresamente. Ejercía lo que actualmente se denomina
derecho constitucional repentino.
b) La penetración corporativa: es la captación de apoyo entre los sectores dominantes locales y
gobiernos provinciales, a través de alianzas y coaliciones basadas en compromisos y prestaciones recíprocas
tendientes a preservar y consolidar el sistema de dominación impuesto por el orden nacional. La fuente re
represión fue complementada por tres sistemas de cooptación:
1) con subsidios a las provincias, imposibles en tiempos de Urquiza, se les dio a cada un 1000 pesos
mensuales en carácter de auxilio. La suspensión de las mismas constituía un instrumento de acción política.
2) Otorgamiento de cargos públicos, creando los colegios nacionales, la justicia federal (lo organizó para
tener un juez delegado que controlara sus intereses, esto implicaba una expansión del poder nacional), fuerzas
armadas, etc. Todo esto en territorios provinciales.
3) La intervención federal fue usada como un instrumento de control sobre las provincias, para
mantener o imponer “provincias amigas”, al margen de la normativa constitucional.
c) La penetración material: se refiere a las formas de avance del Estado Nacional sobre las provincias,
con obras públicas, servicios, recompensas destinadas a incorporar actividades productivas a la economía
pampeana, tendientes a crear un estado nacional. Así por ejemplo, la construcción de caminos, postas, correos,
puentes, sistema uniforme de pesas y medidas, etc. También se efectuaron concesiones estatales para la
construcción de ferrocarriles, y el crecimiento desconocido hasta ese entonces del empleo público nacional.
d) La penetración ideológica: se refiere a la generación de consenso generalizado de la legitimidad de la
dominación, ya si bien inicialmente el Estado debe recurrir a la penetración represiva, no puede sobrevivir sin la
ideológica. Esto se realizó a través de:
1) la educación que fue un vehículo privilegiado como estrategia de penetración ideológica;
2) El matrimonio civil reemplazó al religioso, estableciendo el control del Estado sobre esta institución;
3) El servicio militar obligatorio fue un poderoso mecanismo de socialización y adoctrinamiento;
e) Conclusión: a medida que el poder se consolidaba, la Constitución orgánica aumentaba su
efectividad. Los gobiernos provinciales perderían el poder de emitir moneda, decretar el estado de sitio, administrar
justicia en el fuero Federal o recaudar impuestos. El Estado Nacional se encargaba de innumerables obligaciones: de
atraer la inmigración, conducir las relaciones exteriores, atraer capitales, orientar la inversión productiva, etc. Su
actuación tenía como ejes la tierra, la inmigración y la educación para instaurar el “orden y el progreso”.
El cuadro resultante podía traducirse en esta fotografía: (anexo página 394 y 395 del libro)
1) Las Etapas
a) La etapa formativa (1862-1880): en esta primera fase se presenta un tribunal despojado de principios
teóricos y afincado en la necesidad de imponer la vigencia de la Constitución. Se establece la posición institucional
como poder del Estado, se deslinda competencia en materia de poder de policía, se establecen las bases del control
constitucional, etc.
b) La etapa de la libre empresa (1880-1930): fue la etapa del predominio del liberalismo económico y su
centro en el derecho de la propiedad individual, definido por los jueces de la época, y adoptado luego por nuestra
Corte Suprema, en un determinado fallo, como “todos los intereses apreciables que el hombre puede poseer fura de
sí mismo, fuera de su vida y fuera de su libertad.” Es la etapa denominada el orden conservador, en donde el Estado
se ha consolidado, se han callado los desórdenes internos y el país se desarrolla bajo la consigna “paz y
administración”; La Corte asume la jurisprudencia constitucional de los EE.UU.
c) La era de la problemática social y el intervencionismo estatal (1930-1980): esta etapa se inicia con la
crisis mundial de 1930, que en los EE.UU. obtiene como respuesta la New Deal del presidente Franklin D. Roosevelt.
En materia constitucional se da un giro de 180 grados, con el abandono del derecho de la propiedad como centro
de toda preocupación y se pasa a la restricción de los derechos individuales, intensificándose la protección de los
derechos civiles, se crea un doble estándar de constitucionalidad, por un lado, los derechos económicos y por el
otro las llamadas libertades fundamentales. En Argentina fueron años turbulentos, donde las cuestiones
constitucionales se centraron en la justificación de los gobiernos de facto, el estado de sitio y el intervencionismo
estatal y económico. Se da la recepción y “normalización” de la emergencia como capitulo central del ejercicio
constitucional, que tiene como marco general la enorme predisposición de la Corte a convalidar las decisiones
ejecutivas.
1) La etapa comienza con el golpe de estado del 6 de septiembre de 1930, que derroca al presidente
Irigoyen, convalidado por la Corte. Tres años después la Corte Suprema, en un celebre fallo reconoce al gobierno de
facto, argumentando que tiene facultades ejecutivas, pero no legislativas ni judiciales, que a los funcionarios de
hecho se les reconocen las mismas facultades que a los de derecho, pero en ningún caso mayores atribuciones, que
el gobierno surgido de la revolución puede verse en la necesidad de utilizar lo que se ha llamado decretos leyes, etc.
2) El golpe de estado de junio de 1943, volvió a ser justificado por la Corte en otro fallo, pero ampliando
ahora las facultades del gobierno de facto a las legislativas.
3) La revolución de 1955, avanzó un poco más, atribuyéndose el uso de facultades constituyentes,
derogó por decreto la reforma constitucional de 1949 y convocó al poder constituyente por otro, con proscripción
del peronismo. También se le reconocieron atribuciones legislativas, más el plus de la destitución de los jueces para
ser reemplazados por personas “confiables”.
4) El presidente Frondizi tenía legalidad, pero no la fuerza, ya que después de soportar numerosos
planteos militares, las fuerzas armadas lo derrocaron en 1962.
5) El presidente Arturo U. Illia, fue electo en el año siguiente. Hoy ha recibido la valoración ex post de su
corto periodo, pero durante su mandato fue acosado por los “sindicatos peronistas con un plan de lucha, unido a la
presión empresaria insatisfechos por sus intereses de avanzar frente a oligopolios o privilegios y fue hostigado por
la prensa que difundió la imagen de un gobierno ineficiente y moroso”. Fue derrocado por el golpe del 28 de junio
de 1966 dirigido por el General Juan Carlos Onganía. Este gobierno de facto, titulado revolución argentina,
incorporó algunas novedades a la usurpación:
La Junta de Comandantes, negó su provisoriedad, expresando que tenía objetivos y no tiempos, y
dictó un “estatuto” ejerciendo el poder constituyente, y creando un nuevo conjunto de organismos para ejercer el
poder constituido, como un nuevo sistema jerárquico de leyes, declarando como ley suprema al mentado estatuto,
un peldaño abajo la Constitución Nacional y “leyes nacionales”; ya no dictaba decretos leyes, si no directamente
leyes, en cuanto no se “opongan” a los fines enunciados en el acta de la revolución argentina;
Disolución del Congreso Nacional y las Legislaturas provinciales, destitución de los miembros de la
Corte Suprema de Justicia de la Nación y al Procurador General, todo siendo convalidado por la Corte Suprema que
fue designada al efecto en el fallo “Ricardo Molinas”. La usurpación concluyó con el llamado a elecciones de 1973
en base a una nueva “reforma constitucional de facto” denominada “Estatuto Fundamental” dictada por decreto el
24 de agosto de 1972, el que, aunque haya sido apoyada por cierta doctrina, es incompatible con el ejercicio del
poder de un gobierno de facto.
6) El 25 de mayo de 1973 asume el nuevo presidente Héctor Cámpora, conforme el diseño
constitucional del Estatuto Fundamental, aunque su aplicación derivó en un limbo de dudas. Ese año fue un año
tormentoso donde se liberaron presos políticos, el Congreso sancionó una ley de amnistía y el 20 de junio de ese
mismo año, con el regreso de Perón los sectores opuestos del mismo peronismo libran su batalla en Ezeiza; al corto
tiempo asume provisoriamente Lastiri, quien convoca a una nueva elección de autoridades nacionales para
septiembre de 1973, siendo electo para un nuevo periodo presidencial Perón, y su esposa Isabel Martínez, quien lo
sucedió a su muerte.
7) El 24 de marzo de 1976 los comandantes en jefe, Jorge Videla, Agosti y Massera, derrocaron al
gobierno y el mismo día se conoció el “acta para el proceso de reorganización nacional” por la cual las Fuerzas
Armadas asumen “el poder político de la REPÚBLICA” luego firman una serie de propósitos y objetivos y finalmente
un “estatuto” que establece a la Junta de Comandantes en ejercicio del poder constituyente, dicha junta designa al
Presidente y le otorga todas las facultades del Congreso de la Nación, que es reemplazado por una Comisión de
Asesoramientos Legislativo. Es la Junta Militar la que designa a los miembros de la Corte. Subordina la Constitución
Nacional al acta y estatuto del proceso. Este gobierno de usurpadores inicia el periodo más doloroso de nuestra
historia, implementando el terrorismo y violación masiva de derechos humanos.
8) Al fin, la democracia volvió con Raúl Alfonsín, como presidente electo el 30 de octubre de 1983, y con
él, el respeto por los derechos humanos que ahora la Corte Suprema defiende con vigor.
d) Conclusión: la visión jurisprudencial entre poder y derecho en Argentina, se muestra con claridad en
todo lo anterior dicho, desde reconocer un nuevo “estado”, con ejercicio del terrorismo de Estado y con normas
que relegan la constitución a un plano secundario. El derecho argentino fue acompañando al proceso de
dominación.
2) El desmontaje de la Constitución
El proceso analizado muestra como las relaciones entre poder y derecho se han traducido en períodos de
“desmontaje de la Constitución”, la norma en cuestión no queda afectada, pero sí su EFICACIA. Entre sus
características, Kagy señala las siguientes:
Introducción del “derecho de emergencia” que desvincula al operador gubernativo de controles y
responsabilidades.
La admisión de la doctrina del “quebrantamiento constitucional”, por vía consuetudinaria, iniciada en
1930, conforme a la cual es admisible que en un caso concreto se infrinja la constitución, siempre que el precepto
continúe rigiendo en el futuro.
La delegación de competencias legislativas y la concesión de plenos poderes al Poder Ejecutivo,
confiriéndole un poder exorbitante.
La admisión de reformas directas de la Constitución por un procedimiento distinto al previsto en la
misma.