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UNIVERSIDAD PANAMERICANA

Facultad de Humanidades
Licenciatura en Trabajo Social con Orientación en Desarrollo Sostenible

El Valor de la Responsabilidad de los Padres Hacia los Hijos


(Seminario de Cursos Medulares)

Norma Angelica Torres Milian

Cobán, Alta Verapaz. Febrero 2019


El Valor de la Responsabilidad de los Padres Hacia los Hijos
(Seminario de Cursos Medulares)

Norma Angelica Torres Milian

Cobán, Alta Verapaz. Febrero 2019


Autoridades de la Universidad Panamericana

MTh. Mynor Agusto Herrera Lemus

Rector

Dra. HC. Alba Aracely Rodríguez de González

Vicerrectora Académica

M.A. Cesar Augusto Custodio Cóbar

Vicerrector administrativo

EMBA. Adolfo Noguera Bosque

Secretario General

Autoridades de la Facultad de Humanidades

M.A. Elizabeth Herrera de Tan

Decana

MSC. Ana Muñoz de Vásquez

Vicedecana

M.A. Eymi Castro de Marroquín

Coordinadora de Egresos
Nota: Para efectos legales, únicamente el sustentante es responsable del contenido del presente
trabajo.
Contenido

Resumen i
Introducción ii

1. Como Educar el Valor de la Responsabilidad 1


1.1 Dar un Buen Ejemplo 2
1.2 Fomentar el Dialogo y la Reflexión 2
1.3 Establecer Responsabilidades, Normas y Compromisos 3
1.4 Proponer Metas a Corto Plazo 3
1.5 Enlazar los Esfuerzos y los Logros 4
1.6 Ayudarles a Controlar sus Impulsos 4

2. Responsabilidad de los Padres 5


2.1. Amar a sus Hijos 5
2.2 Enseñarles la Ley Divina 6
2.3 La Fe Correcta y el Temor a Dios 6
2.4 Leerles los Relatos de Dios 7
2.5 La Obediencia 7
2.6 Bendecirlos 8
2.7 Guiarlos Correctamente 8
2.8 Corregirlos 8
2.9 Evitar enfadarlos 9

3. Habilidades que Conforman la Responsabilidad 9


3.1 Compromiso 9
3.2 Perseverancia 10
3.3 Toma de Decisiones 10
3.4 Autonomía 11
3.5 Seguridad 11
3.6 Autoexigencia 11
Resumen

i
Introducción

ii
El valor de la Responsabilidad de los Padres
Hacia los Hijos

Los padres responsables cotidianamente se ofrecen y concretan compromisos con niños para toda
una vida. Ser padres de familia demuestra toda la fe, el valor, amor y alegría que les ofrece por su
futuro, ya que criar niños es satisfactorio. Una meta central de los padres es desarrollar personas
capaces y para lograrlo nutren y educan a una criatura a partir de su infancia. Cada familia tiene
su estilo, sus normas y su cultura propia para hacerlo.

La labor de ser padres abarca un sin fin de aspectos relevantes, debido a que cada familia es
diferente en el papel que juega en el desarrollo de sus hijos. Es importante que las familias
reconozcan y pongan en práctica el valor de la responsabilidad para crear conciencia de la gran
magnitud que esta confiere a los seres humanos. “Y estas palabras que te mando hoy, estarán
sobre tu corazón. 7 Y las repetirás a tus hijos, y hablaras de ellas cuando estés en casa o cuando
vayas por el camino, al acostarte y al levantarte” (Deuteronomio 6.6-7).

1 Como educar el valor de la responsabilidad

El valor de la responsabilidad tiene especial importancia hoy en día, pues nos encontramos ante
una sociedad de bienestar y consumo en la que la inmediatez y accesibilidad para satisfacer las
necesidades y demandas están a la orden del día.

De ahí que sea imprescindible crear desde el seno familiar, una base sólida para que los hijos
puedan enfrentarse a la sociedad con un criterio firme que les permita afrontar decisiones futuras
y que les forje a ser adultos responsables. Para saber cómo educar dicho valor se presentan los
siguientes criterios.

1.1 Dar un buen ejemplo

Los hijos cuando son pequeños son seres inocentes que rara vez van a cuestionar lo que sus
padres digan o hagan. Para ellos, lo que su figura de referencia, llevan a cabo el ejemplo que
deben seguir, por lo que es obvio que tendrán a imitarlas. Muchas veces los padres recriminan la

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conducta de sus hijos de forma muy negativa y no les permiten errar sus juicios sobre ellos, de
esta manera resulta siendo un duro golpe para su autoestima.

El caso es que no siempre comulgan con lo que predican, ya que los hijos no tardan en darse
cuenta de ello, no tiene sentido que les digan que sean ordenados y no alcen la voz cuando son
los primeros en actuar. De nada sirven mil palabras y enseñanzas verbales si el ejemplo no es
coherente con ellos.

Los padres deben darse cuenta de que son el espejo en el que los hijos se reflejan, se guían y se
referencian. Si están mal a nivel emocional, las emociones también serán las suyas y el
comportamiento se verá proyectado en ellos. Por lo tanto, como adultos es evidente que tienen
derecho a fallar, es recomendable que hagan un esfuerzo por incrementar el autocontrol y la
disciplina, sobre todo, delante de sus hijos. Para poder dar un buen ejemplo es necesario
inculcarles los diez mandamientos establecidos por Dios. “El que dice que permanece en El, debe
andar como El anduvo” (Juan 2:6) “Porque hoy te mando que ames al Señor tu Dios, que andes
en sus caminos, y guardes sus mandamientos, sus normas y preceptos, para que vivas y te
multipliques y el Señor tu Dios te bendiga en la tierra que entras a poseer” (Deuteronomio 30:16).

1.2 Fomentar el dialogo y la reflexión

El dialogo es fundamental a la hora de estrechar lazos y mantener una relación de confianza y


cariño con sus hijos, les hace sentirse seguros y valorados, es el vehículo esencial para la
comunicación, reflexión y la transmisión de valores. Sin embargo, a menudo la falta de tiempo, el
cansancio o las preocupaciones cotidianas hacen que no aprovechen las oportunidades que les
brindan para conocerlos mejor y compartir sus miedos y experiencias.

A veces la mejor forma de fomentar el dialogo o la reflexión no es hablar, sino saber escuchar, Al
sentirse valorados y comprendidos, los hijos ganan autoestima y seguridad en sí mismos. Este
aumento de confianza hace que tengan más ganas de compartir sus ideas y experiencias diarias.
“Y conversaban entre sí acerca de todas estas cosas que habían acontecido. Y sucedió que
mientras conversaban y discutían, Jesús mismo se acercó y caminaban con ellos” (Lucas 24: 14-
15).

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1.3 Establecer responsabilidades, normas y compromisos

Pactar las normas del hogar con los hijos resulta mucho más efectivo e inteligente que la
imposición, esto edifica la comunicación de padres e hijos en lugar del miedo o temor ante una
voz rígida e impositiva de los progenitores o tutores de los menores. El dialogar con los hijos
sobre las normas que cada uno tiene dentro del hogar, de acuerdo con la edad, es una dinámica de
crianza mucho más efectiva y positiva que la acción de la imposición, ya que con el dialogo todos
los integrantes de la familia se sienten tranquilos y confiados de poder expresar lo que piensan y
sienten, los menores aprenderán sobre el compromiso, el cumplimiento, las normas y la
responsabilidad, mientras que con el miedo, aprenderán a ser mentirosos o asolapados ante el
temor de llegar a ser castigados. Es necesario fomentar en los hijos lo antes mencionado, para que
vivan con éxito en la sociedad.

“Porque cada uno llevará su propia carga2 (Gálatas 6:5). “Y así lo hizo Noé, conforme a todo lo
que Dios le había mandado, así hizo” (Génesis 6:22).

1.4 Proponer metas a corto plazo

El proponer metas es beneficioso para que los hijos aprendan a una temprana edad y se esfuercen
por lograrlas, las metas ayudan a establecer un propósito definido por el cual trabajar. Enseñarles
a fijarse metas les hace un gran favor, porque se acostumbran a tener un plan de acción no solo
para sus estudios, sino para cualquier otro aspecto.

Esto ayuda a los hijos con su responsabilidad y la concentración, así mismo a tener una fecha
límite en la que les gustaría alcanzar el objetivo, como para tener un sentido de dirección hacia
donde quieren llegar y que les gustaría llegar a ser. “Si nadie sabe qué sucederá, quien le
anunciará como ha de suceder” (Eclesiastés 8:7).

1.5 Enlazar los esfuerzos y los logros

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El esfuerzo de los hijos debe ponderarse para ayudarlos a crecer emocionalmente, ello les sirve a
la hora de formar su identidad, su carácter y la personalidad. Enlazar su esfuerzo le levantará la
autoestima, sobre todo lo nutre de diversas experiencias y le enseña a tomar sus fracasos solo
como un elemento para ser mucho más fuerte.

Premiarlos con una cena, viaje o de cualquier índole que no sea económicamente se les dirá
cuánto vale y cuánto lo aprecian. Esto, también lo impulsará a alcanzar metas mucho más altas,
es caritativo retribuir sus buenos resultados para que aprecie en carne propia lo bien que un ser
humano se siente cuando es reconocido y admirado por los demás, así, aprenderá a hacer lo
mismo con sus compañeros, familiares y amigos. Los halagos que se le dé a un hijo los usará
como una unidad de medida en el momento de deducir si va o no por el camino correcto. Es de
esta manera que él obtendrá la respuesta que necesita saber si debe mantenerse o cambiar sus
estrategias. “Estando convencido precisamente de esto que el que comenzó en vosotros la buena
obra, la perfeccionará hasta el día de Cristo Jesús” (Filipenses 1:6).

1.6 Ayudarles a controlar sus impulsos

Enseñar a los hijos a controlar sus impulsos debe ser una de las metas en la educación familiar,
con un poco de práctica y dedicación, el hijo e hija puede aprender a mantener bajo control sus
emociones y a pensar en sus acciones antes de llevarlos a cabo. Cuando ellos comprenden la
diferencia entre los sentimientos y comportamientos es más fácil que empiecen a entender la
forma de controlar sus impulsos.

Una de las claves para que sean realmente fuertes es que tengan conciencia de sus emociones, no
se trata de suprimir sus sentimientos, sino de apoyarles y enseñarles a elegir formas saludables
para lidiar con ellos. “Mejor es el lento para la ira que el poderoso, y el que domina su espíritu
que el que toma una ciudad” (Proverbios 16:32)

2. Responsabilidad de los padres

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La clave de la responsabilidad es hacer de la paternidad una experiencia compartida, involucrarse
en todo para darles a sus hijos el amor y el cuidado que requieren. Los padres como actores en la
formación de sus hijos, deben de asumir sus responsabilidades como un derecho y un deber que
les corresponde para que ellos los vean como una prenda muy preciada.

Cuando los padres educan a los hijos en valores, hacen de estos hombres y mujeres íntegros en la
moral, con características que los convierte en seres excepcionales, capaces de descubrir sus
potencialidades y habilidades, donde están en condiciones de enfrentarse a un mundo de cambios
permanentes y constante. Los padres deben de empoderarse del papel que les corresponde y
asumir cada día la posición de liderazgo en la formación de sus hijos. Las responsabilidades que
asumen son las siguientes.

2.1. Amar a sus hijos

La principal responsabilidad es que el amor se convierta en la base de las relaciones familiares,


ya que el amor en familia no es algo descontado. Hoy en día hay padres que no atienden bien a
sus hijos y olvidan sus obligaciones. Por ello es importante promover el amor en casa.

El mejor camino para empezar a amar consiste precisamente en sentirse amado, de esta manera
los hijos llegan a valorar y amar profundamente a sus padres cuando no solo es amado, sino,
sobre todo, cuando se da cuenta de ese amor por parte de quienes le acogieron en el mundo de la
vida. Los padres deben de amar a sus hijos, debido a que son llamados a dar cariño de calidad, a
buscar maneras concretas para estar con los hijos de forma que éstos sientan que son muy
amados. El amor paterno además, necesita hacerse más visible a través de explicaciones apoyadas
siempre por el ejemplo. “Los niños deben ser engendrados con amor y deseados por ambos
padres” (Tito 2,4)

2.2 Enseñarles la Ley divina

Se les debe inculcar que la Ley divina es el camino que Dios indica para conducirse a la plena
realización de uno mismo y a la consecución del fin de nuestra vida que es la felicidad eterna . De
esta manera enseñar que la Ley antes mencionada, manda ante todo hacer el bien y evitar el mal,

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ya que muestra el camino que debe seguir para practicar el bien y alcanzar su fin. “Así que la Ley
es santa y el mandamiento es santo, justo y bueno” (Romanos 7:12).

2.3 La Fe correcta y el temor a Dios

En la actualidad se visualiza como los jóvenes están siendo parte del enemigo, un constante
ataque que muchas veces no terminan bien, puesto que muchos caen en las drogas, la rebeldía y
sucesos penosos que marcan sus vidas para siempre. Es por ello que resulta tan importante llevar
a los hijos a tener una verdadera relación con Dios, una amistas real y genuina que les de bases
sólidas para crecer con principios de amor, misericordia y verdad en el corazón.

Una labor que no será completa es, si los padres no se involucran presentando un modelo
adecuado a los niños donde este implícita la oración, la búsqueda y la lectura de la palabra, pues
no se debe olvidar que los niños que aprenden a orar desde pequeños pueden desarrollar una vida
de oración poderosa y efectiva. El hogar es la influencia más poderosa para desarrollar el
crecimiento positivo emocional y espiritual.

“Temen al Dios verdadero y guarda sus mandamientos, porque este es todo el deber del hombre”
(Eclesiastés 12:13). “La mayoría de los padres se esfuerzan por ser buenos proveedores” (1
Timoteo 5.8)

2.4 Leer los relatos de Dios

En la actualidad hay muchos niños o jóvenes que se dedican a leer otros libros o a ver la
televisión y es algo que no debe de ser, ya que se les debe leer los relatos de la sagrada escritura,
siendo una influencia directa en la vida cotidiana que nos viste de amor. La Biblia presenta
muchos relatos siendo algunos sobre el amor a Dios, la fe, del matrimonio, entre otros.

“Por la mañana hazme saber de tu gran amor, porque en ti he puesto mi confianza. Señálame el
camino que debo seguir” (Salmos 143:8). “Por encima de todo, vístanse de amor, que es el
vínculo perfecto” (Colosenses 3:14).

2.5 La obediencia

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Para algunos niños es muy complicado ser obedientes y para muchos padres es difícil enseñar a
obedecer. Todos los padres se preocupan por la desobediencia de sus hijos, es uno de los temas
que causa mayor malestar en el entorno familiar, pero enseñar a ser obedientes requiere su
tiempo. La obediencia es algo que se va inculcando poco a poco, empezando desde que son bebé
hasta que se convierten en adultos.

La labor de los padres es educar, enseñarles sus límites, lo que se traduce en enseñarles a
obedecer, debido a que es un comportamiento que enseña a escuchar a los demás. “Hijo mío,
obedece el mandamiento de tu padre y no abandones la enseñanza de tu madre” (Proverbios
6:20). “Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios son hijos de Dios” (Romanos
8:14).

2.6 Bendecirlos

Los padres tienen la importante tarea de guiar a los hijos hasta Dios. La bendición paterna es muy
esencial, siendo la capacidad de invocar la bendición de Dios sobre sus hijos y como padres es
una responsabilidad especial y el deber de confiar, ya que las oraciones tienen un doble efecto
sobre ellos. “El Dios que está en el cielo los proteja y los haga volver a mi lado sanos y salvos,
que su ángel los acompañe con su protección, hijo mío” (Tobías 5, 17).

2.7 Guiarlos correctamente

Como padres tienen la responsabilidad de instruir a sus hijos por el buen camino para que puedan
convertirse en adultos responsables y sobre todo brindarles ejemplos, ya que ellos se forman a
imagen y semejanza de quienes los educan. “Instruye al niño en el buen camino y aun cuando
envejezca no se apartará de él” (Proverbios 29:15).

2.8 Corregirlos

Cuando los hijos realizan actos indebidos deben de corregirlos y llevarlos por el buen camino
para que sean libres y responsables. Esta es una tarea maravillosa y grandiosa que requiere mucha

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paciencia, madurez, constancia, fortaleza de espíritu, buen criterio y sobre todo de mucho amor.
Corregir a los hijos a tiempo es una satisfacción muy grande para la familia. “Bienaventurado el
hombre a quien corriges, Señor y lo instruyes en tu Ley” (Salmos 94:12).

2.9 Evitar enfadarlos

Es importante enseñar a los hijos a no responder impulsivamente, ya que deben aprender a


controlar los sentimientos de enfado, siendo una parte normal del crecimiento. Para poder evitar
de enfadarlos es que antes de cualquier problema es debe dejar claras algunas normativas sobre el
desarrollo de actividades.

También es importante que ambos padres se involucren y estén de acuerdo sobre ciertas reglas y
ser conscientes de las posibles consecuencias de actuar de forma distinta. “Porque la ira del
hombre no obra la justicia de Dios” (Santiago 1:20)

3 Habilidades que conforman la responsabilidad

El momento para plantearse educar en la responsabilidad es desde la más tierna infancia, ya que
es erróneo pensar que el niño o niña es aun pequeño, para ello pues únicamente hay que saber
ajustar que tipo de responsabilidades se tienen que otorgar. Siendo las siguientes.

3.1 Compromiso

Se trata de que los niños y niñas sepan asumir y cumplir obligaciones, siempre adaptadas a su
edad cronológica y capacidad. En la sociedad en que vivimos hay muchos niños y jóvenes que
están acostumbrados a que todas sus necesidades y sus deseos estén cubiertos por sus padres, sin
ser conscientes del esfuerzo que supone para estos, satisfacer dichas necesidades, como
consecuencia se encuentran niños que no se comprometen, que no son responsables con sus
obligaciones. El compromiso es ahora más que nunca, un valor para enseñar a los hijos.

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Educar el valor del compromiso implica ayudar a que los hijos vayan desarrollando cada vez más
su autonomía, su responsabilidad, su perseverancia, de manera que puedan ir tomando sus
conductas, superando los obstáculos que se van encontrando y disfrutando de alcanzar las metas
que se proponen. “Que gobierne bien su casa, teniendo a sus hijos sujetos con toda dignidad”
(Timoteo 5:8)

3.2 Perseverancia

Con perseverancia se obtiene la fortaleza y esto permite a los hijos no dejarse llevar por lo fácil y
lo cómodo. Por eso es muy importante que los niños aprendan a ser perseverantes, les brindará la
estabilidad, confianza en sí mismo y madurez. Esto se adquiere a través de sus acciones y se logra
cuando se es constante en las actividades, El niño puede aprender a ser perseverante en distintos
ámbito de su vida, siendo uno de los valores que destacan quienes alcanzan éxito en su vida.

“Bienaventurado el hombre que persevera bajo la prueba, porque una vez que ha sido aprobado,
recibirá la corona de la vida” (Santiago 1:12)

3.3 Toma de decisiones

El proceso de toma de decisiones es fundamental en la vida cotidiana, ya que se comienza a


desarrollar en la infancia, poco a poco. Por esta razón es importante que sepamos guiar a los hijos
y así se logrará que el proceso de toma de decisiones se convierta en una herramienta valiosa en
sus vidas y no un motivo de agobio. Es importante recalcar que este aspecto puede estar presente
en cualquier ámbito social, familiar, laboral.

Durante la infancia a los niños se les ayuda a elegir muchas cosas, desde la ropa hasta los
alimentos, de esta manera les facilita visualizar que opciones tienen y porque unas son mejores
que otras. “Bendeciré al Señor que me aconseja en verdad, en las noches mi corazón me instruye”
(Salmos 16:7). “Dios nos insta a buscar el consejo de muchos para reconocer en cuál de todos se
encuentra la sabiduría de Dios que nos da seguridad” (Proverbios 11:14).

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3.4 Autonomía

Impulsar la autonomía en los hijos es de mucha importancia, ya que resulta capas de realizar por
sí mismo las tareas y actividades propias y las de su entorno social. Es muy frecuente en los
padres escuchar hablar del deseo de que su hijo sea autónomo, pero por otro lado se ve también
varias pautas paternales, que resultan ser protectoras hacia los hijos. Sin embargo es esencial para
un desarrollo adecuado que los padres fomenten la autonomía. “Pero Jesús dijo Dejad a los niños
y no les impidáis que vengan a mí, porque de los que son como éstos es el reino de los cielos”
(Mateo 19:14)

3.5 Seguridad

Es fundamental que los hijos e hijas tengan la capacidad de adaptarse, que tengan seguridad en sí
mismos para poder enfrentar los retos a lo largo de su vida. Para ayudarlos a ser seguros de sí
mismo se le debe transmitir que ellos son capaces de tomar sus propias decisiones, equivocarse,
cometer errores y volver a intentar las cosas que no les hayan salido bien. “Quien se conduce con
integridad, anda seguro, quien anda en malos pasos será descubierto” (Proverbios 10:9

3.6 Auto exigencia

Es importante que en esta comunicación aprenda a escuchar a su hijo, deje que le explique que le
ocurre y muestre interés, paciencia y comprensión. No se le debe juzgar por querer hacer las
cosas bien, sólo es necesario darle a conocer que no es necesario estar tan estresado por exigirse
demasiado. Realmente es esencial que los padres enseñen a los pequeños a aprender de los
errores y que vean las equivocaciones como algo positivo y como un método de aprendizaje
eficaz, recalcarle que para hacer las cosas mejor es preferible realizarlo por segunda vez.

“Hijo mío, no desprecies la disciplina del Señor, ni te ofendas por sus reprensiones. Porque el
Señor disciplina a los que ama, como corrige un padre a su hijo querido” (Proverbios 3:12-12)
Referencias

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Reina-Valera, (1560) Texto Bíblico Reina Valera, Editorial Sociedad Bíblica Emanuel

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