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¿Qué es?

Es un síndrome conductual de causa poco clara, en la que probablemente intervienen


factores genéticos y ambientales y en el que existe una alteración en el sistema nervioso
central, que se manifiesta mediante un aumento de la actividad, impulsividad y falta de
atención.

El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) es una de las causas más
frecuentes de fracaso escolar y de problemas sociales en la edad infantil. El síndrome
aparece en la infancia y puede persistir y manifestarse en al edad adulta.

Causas
Se trata de un trastorno neurológico en el que se han propuesto factores de origen
genético (es decir, heredado, no adquirido en el curso de la vida) aunque no se descarta la
influencia de factores que actuarían durante la gestación, el parto o el desarrollo infantil.
El factor genético está demostrado, puesto que el TDAH es entre y 7 veces más frecuente
en hermanos y entre 11 y 18 veces más frecuente en hermanos gemelos. Se han descrito
varios genes posiblemente implicados.

También se sospecha especialmente de toxinas ambientales y algunos estudios, no


concluyentes, apuntan por ejemplo a colorantes empleados por la industria alimentaria.
Aunque el origen del trastorno en la actualidad no se vincula a esas causas, sí es un hecho
conocido que la exposición prolongada a agentes tóxicos puede inducir síntomas que
mimeticen los comúnmente atribuidos a un TDAH.

Características
Los niños con TDAH generalmente empiezan a andar precozmente, pero más que andar lo
que hacen es correr "como si tuvieran un motor dentro", refieren algunos padres. En sus
inicios escolares tienen problemas con la lectoescritura y la matemática, habilidades que
requieren un esfuerzo de concentración más prolongado.

Algunas de las actuaciones que se asocian habitualmente con el TDAH derivan de la


inatención, impulsividad e hiperactividad, si bien ninguna de ellas es concluyente ni
definitiva: no lograr mantener la atención a detalles o evitar cometer errores por descuido
en el trabajo, realizar movimientos nerviosos con manos o pies, o retorcerse en el asiento,
tener dificultad para mantener la atención en tareas o actividades de diversión, levantarse
en situaciones en las que se espera que permanezca sentado, no escuchar cuando le
hablan directamente o sentirse intranquilo e inquieto, no seguir instrucciones y no
terminar el trabajo exitosamente, la dificultad para involucrarse en actividades calmadas
en sus ratos de ocio o para organizar tareas y actividades, la sensación de estar “en
marcha” o “empujado por un motor”, el deseo de evitar los trabajos que requieren un
esfuerzo mental sostenido, hablar excesivamente, perder cosas necesarias para tareas y
actividades, contestar abruptamente antes de que terminen de preguntarte algo,
distraerse con facilidad, la impaciencia para esperar su turno, el olvido de sus deberes
diarios o la interrupción en lo que otros están haciendo son rasgos característicos. 21

Al llegar a la edad adulta, el individuo ha podido acomodar el TDAH a la vida real. Si bien
las características del TDAH han sido plenamente referenciadas respecto a menores de
edad, se suele señalar que no existen estudios suficientes respecto a adultos. No obstante
algunas de estas características en adultos serían:22

 Disminución del rendimiento académico y profesional.


 Dificultades en el desarrollo social y emocional: Amigos poco estables, relaciones
poco duraderas.
 Comportamientos conflictivos.
 Adicción a sustancias tóxicas: Según publicó el psiquiatra Néstor Szerman, un 20 %
de los adultos que sufren adicciones a la cocaína, cannabis y otras sustancias,
padecen TDAH y este índice llega a un 50 % en el caso de personas con
dependencia alcohólica23 añadiendo que dicha drogadicción se suprimiría
actuando más sobre el TDAH que sobre la propia drogadicción.
 Síntomas depresivos: debidos a las carencias emocionales, laborales y educativas
antes citadas y a la sensación de fracaso escolar o profesional.

Diagnósticos
El TDAH generalmente se diagnostica en los primeros años de la enseñanza primaria.
Algunos síntomas están presentes antes de los 7 años, y con frecuencia persiste en la
adolescencia y en la vida adulta.

El diagnóstico es complejo y debe basarse en la evaluación clínica realizada por un médico


experto en el reconocimiento y tratamiento del mismo. Dicha evaluación debe obtenerse
tanto de la observación de la conducta del niño como de la información facilitada por los
padres, profesores, familiares y amigos.

Pueden emplearse de forma complementaria escalas de evaluación de la conducta,


rellenadas por los padres, profesores y otros cuidadores del niño. Proporcionarán
información acerca de la gravedad del trastorno, de la presencia e importancia de otros
trastornos psiquiátricos o de diversos problemas de comportamiento, y podrán ser de
ayuda a la hora de valorar la eficacia de los tratamientos aplicados. Pero dichas escalas
son complementarias, por lo que no pueden determinar un diagnóstico por si solas. Dada
la evidencia de la importante carga genética del TDAH, es conveniente realizar una
historia médica detallada tanto personal como familiar.

Por último, debe tenerse en cuenta que hay un gran número de trastornos en la infancia
que pueden presentar síntomas similares a los del TDAH y cuyo diagnóstico debe
descartarse en el proceso de evaluación del mismo. Entre estos se incluyen los trastornos
del aprendizaje, de conducta, de ansiedad y afectivos (como depresión, ansiedad
generalizada, trastorno obsesivo-compulsivo).

La entrevista a los padres es el núcleo del proceso de evaluación. Frecuentemente es


difícil confirmar el diagnóstico de TDAH sólo con la entrevista del niño o del adolescente,
ya que son capaces de mantener la atención y el control conductual mientras están en la
consulta. La entrevista clínica de los padres y de los niños sirve también para descartar
otras causas médicas, psiquiátricas o ambientales de los síntomas. También es esencial
obtener información de conductas y aprendizaje escolares, así como de los cursos y notas
superadas. Profesores, trabajadores sociales escolares y orientadores pueden
proporcionar información sobre las intervenciones que se hayan intentado y sus
resultados.

La evaluación médica debe incluir una historia completa y un examen físico básico. La
historia debe incluir el uso de fármacos prescritos y el abuso de drogas. Deben descartarse
déficits visuales y auditivos. Las pruebas de función tiroidea están indicadas sólo en
presencia de hallazgos sugestivos de hipo o hipertiroidismo en la historia médica o en el
examen físico, bocio, historia familiar de enfermedades tiroideas o retardamiento del
crecimiento.

También es útil la realización de evaluaciones complementarias. Las evaluaciones del


discurso y del lenguaje pueden ser sugeridas por hallazgos clínicos. En circunstancias
especiales, la evaluación ocupacional o recreativa puede proporcionar información
suplementaria respecto a torpeza motora o a habilidades adaptativas.

Síntomas de Trastorno por déficit de atención e


hiperactividad
Los niños con TDAH son muy inquietos e impulsivos, y tienen problemas para prestar
atención y para concentrarse. A pesar de intentarlo, son incapaces de escuchar
correctamente, de organizar sus tareas, de seguir instrucciones complejas, de trabajar o
jugar en equipo. El actuar sin pensar (la conducta impulsiva) provoca problemas con
padres, amigos y profesores. Suelen ser niños inquietos, siempre en movimiento,
incapaces de permanecer sentados mucho tiempo o con una constante inquietud (que se
ve en tamborileo de dedos, movimiento constante de los pies o las piernas).

El TDAH afecta negativamente al rendimiento de estos niños en el colegio, así como a


otros aspectos de su vida familiar y social. Tiene tres síntomas básicos: hiperactividad,
impulsividad y falta de atención, identificados en el DSM-IV de la siguiente manera:

Items de hiperactividad-impulsividad

 Inquietud, se mueve en el asiento


 Se levanta cuando debería estar sentado
 Corre y salta en situaciones inapropiadas
 Dificultad para jugar tranquilamente
 Excitado a menudo, "como una moto"
 Verborrea
 Responde antes de que finalice la pregunta
 Dificultad para guardar el turno en actividades de grupo
 Interrumpe a otros en los juegos, conversaciones, etc.

Items de inatención

 No atiende detalles, comete errores


 Dificultad para mantener la atención
 Sordera ficticia
 No sigue instrucciones, no termina las tareas
 Dificultad para organizarse
 Evita tareas que requieren esfuerzo continuado
 Olvida y pierde cosas necesarias para su actividad
 Fácil distracción por estímulos externos
 Olvidadizo en las actividades diarias

El TDAH tiene predominio de hiperactividad / impulsividad cuando se detectan 6 o más


items de hiperactividad / impulsividad y menos de 6 items de inatención.

El TDAH tiene predominio de inatención cuando se detectan 6 o más items de inatención y


menos de 6 items de hiperactividad / impulsividad.

Se considera un TDAH combinado cuando se detectan 6 o más items de hiperactividad /


impulsividad y 6 o más items de inatención.

En cualquier caso, todos estos items deben persistir más de 6 meses, en dos o más lugares
(colegio, casa, etc.).

Tratamiento Farmacologico
En la actualidad a la mayoría de niños diagnosticados se les prescribe un tratamiento
farmacológico, generalmente metilfenidato. Dicho fármaco, perteneciente a la familia de
psicoestimulantes, actúa incrementando la disponibilidad de dopamina y noradrenalina en
el espacio intersináptico (inhibiendo su recaptación). Ambos neurotrasmisores (dopamina
y noradrenalina) actúan especialmente en las regiones del lóbulo prefrontal del cerebro,
zona implicada en la planificación de la conducta y en la inhibición de impulsos. Por ello,
una mayor disponibilidad de dopamina y noradrenalina mejora la atención, ayuda a
controlar reacciones impulsivas y favorece el aprendizaje.

Actualmente se ha empezado a administrar otro farmaco denominado atomoxetina, el


cual inhibe únicamente la recapatación de noradrenalina. Su efecto en lo referente a
atención e inhibición de impulsos es muy parecido al del metilfenidato.

El tratamiento farmacológico ha demostrado una alta eficacia en el tratamiento del TDAH,


de hecho, muchos médicos afirman que la medicación es el único recurso terapéutico que
produce una mejoría en pacientes con TDAH.

Efectivamente, el tratamiento farmacológico es necesario en todos aquellos casos en los


que el diagnóstico de TDAH esté claro. Sin embargo, no por ello debemos olvidar la
importancia de un tratamiento multidisciplinar. En este sentido se han realizado estudios
científicos en los que se corrobora una mejoría de aquellos niños, que además de recibir
tratamiento farmacológico siguen una intervención psicosocial (Presentación Herrero y
cols. 2010). Las terapias multidisciplinares deben abarcar tres aspectos esencialmente: el
ámbito escolar, el familiar y el trabajo individual con el niño.

Los objetivos del tratamiento se centran en:

 Reducir los síntomas del TDAH


 Reducir los síntomas comórbidos
 Reducir el riesgo de complicaciones
 Educar al paciente y a su entorno sobre el trastorno
 Adaptar el entorno a las necesidades del paciente
 Mejorar las habilidades de abordaje de los pacientes, padres y educadores
 Cambiar las percepciones desadaptativas

Las tres bases imprescindibles del tratamiento son:

 Información exhaustiva a padres y profesores.


 Tratamiento farmacológico.
 Tratamiento psicopedagógico.
La acción terapéutica puede orientarse hacia una reorganización educativa y
comportamental (terapia de modificación del comportamiento), complementada con la
práctica de un deporte o actividades en centros recreativos para propiciar la descarga
motriz del niño. En la gran mayoría de los casos será necesario el tratamiento
farmacológico precedido de una suficiente psicoeducación de la familia y el profesorado.

El tratamiento farmacológico es imprescindible en 7 de cada 10 niños con TDAH, y tiene


que individualizarse en cada paciente identificando la dosis mínima eficaz y bien tolerada.
Aunque hay otras alternativas farmacológicas, el tratamiento habitual es mediante
psicoestimulantes que mejoran la liberación de noradrenalina y dopamina. El tratamiento
con anfetaminas y psicoestimulantes ha sido utilizado en el TDAH desde hace décadas,
encontrándose tasas de mejoría entre los dos tercios y los cuatro quintos. La
dextroanfetamina aumenta la neurotransmisión dopaminérgica y noradrenérgica
incrementando la liberación de dopamina, bloqueando la recaptación presináptica e
inhibiendo la actividad de la monoaminooxidasa. El metilfenidato bloquea la recaptación
de dopamina y noradrenalina y tiene una actividad postsináptica agonista directa.

- El metilfenidato de liberación inmediata es el psicoestimulante más utilizado


históricamente en niños con TDAH. Constituye la primera opción terapéutica
combinándolo con rehabilitación cognitiva, intervención psicológica, pedagógica y
familiar. El metilfenidato mejora la capacidad de atención y la hiperactividad sin objetivo,
así como la motivación, la capacidad de aprendizaje y el control inhibitorio. Los efectos
secundarios más frecuentes son la pérdida de apetito y el retraso en la conciliación del
sueño y, en algunos casos, cefalea o gastralgia. Estos efectos secundarios suelen
desaparecer reduciendo la dosis, aunque generalmente disminuyen con el tiempo.

- El metilfenidato de liberación prolongada comercializado en España desde Abril de 2004.


El principio activo recubre y se encuentra en el interior de una cápsula, cuya estructura
permite se liberación gradual y paulatina a lo largo de 12 horas después de su toma única
matutina.

- Antidepresivos:

 Atomoxetina : es un inhibidor selectivo de la recaptación de noradrenalina que


actúa por inhibición del transportador noradrenérgico presináptico. Presenta una
escasa afinidad por los sistemas muscarínico, colinérgico, histaminérgico,
serotoninérgico y alfa 1 y 2 adrenérgico, lo cual disminuye la tasa de efectos
secundarios propios de los antidepresivos clásicos. Es, probablemente, el fármaco
que mejores perspectivas ofrece en cuanto a eficacia y seguridad como alternativa
al metilfenidato clásico de acción inmediata. Al igual que otros antidepresivos, no
consigue un efecto antiterapéutico óptimo hasta pasadas tres o cuatro semanas.
 Bupropion : Es un antidepresivo con efecto agonista indirecto dopaminérgico y
noradrenérgico, potencialmente eficaz en el tratamiento del TDAH. Posiblemente
constituye una alternativa en el tratamiento del TDAH del adulto. Recientemente
comercializado en España, pero sólo como fármaco para el tratamiento del
tabaquismo, es complicada su prescripción en población infantil.
 Antidepresivos triclínicos : se ha comunicado clásicamente la eficacia con el
empleo de la amitriptilina, imipramina, desipramina, clorimipramina y nortriptilina.
En relación al metilfenidato clásico presenta la ventaja de tener una larga vida
media que permite flexibilizar las toas, disminuir su número y minimizar el riesgo
de abuso. Por otra parte, tiene efectos beneficiosos en la ansiedad y depresión
frecuentemente comórbidas pero han sido superados por los fármacos
actualmente utilizados.

El tratamiento global siempre debe contemplar la psicoeducación con los padres, la


familia, los profesores y el ámbito escolar: la información sobre la naturaleza del
trastorno, su clínica y evolución, las alternativas terapéuticas y el manejo concreto de
situaciones debe constituir siempre el primer paso por parte del especialista.

Psicología
TRATAMIENTO DEL TRASTORNO POR DÉFICIT DE ATENCIÓN CON HIPERACTIVIDAD

Evaluación

 Entrevistas a los padres y al niño


 Uso de cuestionarios, a ser posible cuantificables para establecer comparaciones
con el postratamiento.

Entrenamiento de los padres

 Información a los padres sobre las características y pronóstico del trastorno


 Instrucción para comprender las interacciones con el niño, observando cómo el
comportamiento del niño influye en el de los padres y el de éstos en el del; niño.
También se les enseña que su forma de reaccionar ha ido cambiando a lo largo del
tiempo, y se desdramatiza la sensación de impotencia y de; incapacidad para
manejar la situación.
 Entrenamiento en observación del niño mientras comparten con él alguna;
actividad.
 Explicación de los objetivos del tratamiento (Reducción de las conductas;
perturbadoras y aumento de conductas adaptativas); Especificación de las i
conductas objetive en las tres áreas de: Atención. Impulsividad e Hiperactividad);
Operacionalización de los objetivos de cambio; Instrucción en j registro de la
conducta.
 Entrenamiento en el uso de las diferentes técnicas cognitivas y de modificación i
de conducta (Refuerzo positivo. Programas de refuerzo. Refuerzo diferencial j de
conductas incompatibles. Tiempo fuera. Coste de respuesta. Economía de fichas),
mediante instrucciones y modelado del terapeuta, aplicándolas bajo sus
indicaciones, en los casos concretos que los padres van presentando.
 El terapeuta ofrece feedback constante a los padres respecto a la ejecución que
han desarrollado en las tareas para casa, usando refuerzo social y reinterpretando
los errores que cometan como pasos en todo aprendizaje.

Entrenamiento del niño

 Entrenamiento en relajación
 Técnica de la tortuga

Entrenamiento de autocontrol

Se enseña mediante el entrenamiento en solución de problemas, a lo largo de todo el


programa y se gradúan desde enseñar a solucionar tareas sencillas, generalmente de tipo
académico, a solucionar problemas de tipo impersonal, para por último, aprender a
solucionar problemas de tipo interpersonal. Las técnicas cognitivo-conductuales que se
utilizan son las siguientes:

 Solución de problemas: El aprendizaje de solución de problemas se realiza


mediante la enseñanza de autoinstrucciones cuyo contenido se estructura en seis
pasos:
o Definición del problema
o Estructura de aproximación del problema
o Focalización de la atención
o Elección de alternativa
o Reconocimiento y rectificación de errores
o Autoevaluación v autorrefuerzo
 Autoinstrucciones: Se sigue el esquema clásico de cinco fases:
o Modelado de la tarea por parte del terapeuta con autoinstrucciones
manifiestas
o Ejecución de la tarea por el niño con instrucciones del terapeuta
o Realización de la tarea por el niño con autoinstrucciones manifiestas
o Realización de la tarea por el niño susurrrando las autoinstrucciones
o Realización de la tarea por el niño con autoinstrucciones encubiertas
 Costo de respuesta: Al inicio de cada sesión se le entrega un número; de fichas al
niño y pierde una si:
o da una respuesta errónea
o olvida; uno de los pasos de la solución de problemas
o realiza la tarea con demasiada rapidez
 Refuerzo: El niño gana una ficha extra por cada ocasión en que ha i utilizado las
técnicas aprendidas fuera de la sesión.
 Autoevaluación: Al final de las tres primeras sesiones, el terapeuta: evalúa la
ejecución del niño, y le explica el porqué de la calificación adjudicada. A partir de la
cuarta sesión, el niño evalúa su propia ejecución y es reforzado si coincide con la
evaluación del terapeuta.

En lo referente al entorno escolar es necesario que los maestros y profesores conozcan el


problema y se les ayude y apoye a la hora de enseñar a niños con TDAH. De este modo, los
maestros podrán seguir todas aquellas pautas que favorezcan el aprendizaje y atención de
estos alumnos. Desde las más simples, como la situación en clase o programas de control
conductual como la economía de fichas, hasta otros más complejos (y difíciles de poner en
práctica con nuestro sistema educativo) como elaborar tareas específicas que favorezcan
el desarrollo cognitivo y la atención.

Por otro lado, la terapia con los padres es esencial en los casos de niños con TDAH. No
sólo para dotarles de estrategias y recursos de modificación de conducta, sino también
para ofrecer un apoyo emocional y reducir los problemas psicológicos y el estrés que
suelen manifestar estos padres. Tal y como demuestran la mayoría de investigaciones al
respecto, gran parte de la gravedad del TDAH se debe a la repercusión que tiene sobre los
padres del niño afectado. Así mismo, no debemos olvidar que el bienestar de los padres
también incidirá positivamente en el estado emocional de su hijo.

Por último, en lo que respecta a los niños que padecen este trastorno, los tratamientos
psicoterapéuticos están enfocados principalmente al aprendizaje de estrategias de
autocontrol, técnicas de relajación y entrenamiento en autoinstruciones (las cuales
ayudan a controlar y guiar la conducta). Dichas pautas están encaminadas a reducir los
síntomas específicos del TDAH. Por otro lado, cabe destacar que se ha comprobado la
existencia de otros problemas psicológicos asociados al trastorno, tales como baja
autoestima, dificultad para entablar relaciones, ansiedad y depresión. Ante lo cual es
preciso un seguimiento terapéutico, con el objetivo de evitar o solucionar dichos
problemas psicológicos.

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