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Cristianos

y Noviazgo
Ayudando a los jóvenes a vivir un noviazgo en
santidad y con propósito






Por César Donaldo Arzú


Título del Libro: Cristianos y Noviazgo
Nombre del autor: César Donaldo Arzú

Copyright © 2015 por César Donaldo Arzú
Todos los Derechos Reservados.

Edición: César Donaldo Arzú
Diseño de Portada: Jennifer Iliana Cárcamo

Todos los derechos reservados. Este libro ha sido publicado en modalidad de
auto publicación por el autor oficiando también como editor. Ninguna sección de
este material puede ser reproducida en ninguna forma ni por ningún medio sin la
autorización expresa de su autor. Esto incluye pero no se limita a reimpresiones,
extractos, fotocopias, grabación, o cualquier otro medio de reproducción. Para
mayor información por favor contactar con el autor vía correo electrónico en
carzurami@yahoo.com

Publicado en Guatemala en junio 2015
ISBN 978-9929-40-681-0

Facebook: Facebook.Com/Cesar Donaldo Arzú
Twitter: @carzuram
Índice

Índice
Reconocimientos
Prefacio
Introducción
Capítulo 1 – Antecedentes del noviazgo
Relaciones de parejas en tiempos bíblicos
Relaciones de parejas antes de la revolución sexual
Relaciones de parejas después de la revolución sexual

Capítulo 2 – Definición de noviazgo para los cristianos


El noviazgo es una relación amorosa
El noviazgo es una relación formal
El noviazgo es una relación entre un varón y una mujer
El noviazgo es una relación entre cristianos
El noviazgo es una relación que tiene como objetivo preparar a la pareja para el matrimonio
El noviazgo es una relación en la que el compromiso tiene más relevancia que la intimidad
El noviazgo es una relación en la que el instinto es dominado por la sabiduría

Capítulo 3 – Edad apropiada para que los cristianos inicien su


noviazgo
Factores que intervienen
Definiendo la edad apropiada
Qué hacer mientras se llega a la edad apropiada

Capítulo 4 – Los cristianos y el noviazgo prematuro


Noviazgo prematuro
Consecuencias del noviazgo prematuro
El noviazgo prematuro no es para los cristianos

Capítulo 5 – Acciones que los cristianos ejecutan para elegir


con sabiduría
Salir del círculo de los sentimientos
Tener en alta estima el consejo de los padres
Buscar pareja dentro de su mismo pueblo
Orar pidiendo sabiduría
Elegir conforme a valores y no conforme a atributos físicos
Declarar las intenciones a la persona elegida
Enterar a los padres y a los líderes espirituales
Orar en pareja para pedir bendición para la relación

Capítulo 6 – Actitudes que los cristianos asumen para


mantener su noviazgo en santidad
No idolatrar a la pareja
Huir de la fornicación

Capítulo 7 – Cualidades que los cristianos agregan a su


noviazgo para hacerlo exitoso
Enfocarse en el objetivo principal
Definir aspectos del funcionamiento de la futura familia

Bibliografía


Reconocimientos

Desde mis inicios en la fe cristiana, he tenido como mentores a personas
muy especiales que se han esforzado por transmitirme valores bíblicos para
ponerlos en práctica como de principios de vida. Replicar parte de esos valores
en otras personas, es lo que me ha llevado a escribir este libro. Por eso
aprovecho este espacio para hacer un reconocimiento público a esas personas
que son merecedoras de elogios terrenales de mi parte y de una corona de
victoria por parte de Aquel a quien ellos sirven de manera dispuesta.

Gracias a Jorge Alberto Orellana por haber tenido la paciencia de
evangelizarme por tres años y por enseñarme los primeros pasos de un evangelio
centrado en la Biblia.

Gracias al pastor Jorge Mario Orellana por haberme invitado a formar parte
del equipo fundador de la Iglesia Evangélica Centroamericana Mies de Puerto
Barrios; en la cual, una vez instalada, me dio el privilegio de servir como
miembro de la junta pastoral y como pastor de jóvenes durante muchos años.
Además le agradezco porque, con sus enseñanzas personalizadas y sabios
consejos, me orientó a buscar la santidad y a compartirla con aquellos que, al
igual que yo, han sido llamados por nuestro Glorioso Señor Jesucristo para
formar parte de la Nación Santa.

Gracias a todos los hermanos de la Iglesia Evangélica Centroamericana
Mies, en especial a los jóvenes. Compartiendo con cada uno de ustedes he
aprendido a dar lo mejor, porque también he recibido de ustedes lo mejor en
amor.

Gracias a Roel Antonio López por su apoyo incondicional al guiarme en la
manera correcta de redactar un libro orientado a los jóvenes. Le agradezco
infinitamente por haberse involucrado con dedicación y esmero en la revisión de
este material.

Gracias a Jennifer Iliana Cárcamo por colaborar en este proyecto redactando
las reflexiones para algunos capítulos. También le agradezco mucho por el
diseño de la portada de este libro.

Gracias a los jóvenes de la Iglesia El Ejército de Dios de ciudad Guatemala,
por su dinamismo y pasión en la sesión fotográfica para el diseño de la portada
de este libro.

Enorme gratitud y todo mi amor a mi amada esposa Aura Isabel Tomas, por
estar a mi lado sustentándome con su amor y apoyándome incondicionalmente
en todos los proyectos que emprendo. Eres una gran bendición de Dios para mi
vida.

Todo mi amor y ejemplo a mis hijos Herbert, Pamela, César, Hazell y Pablo;
son herencia de Jehová y una enorme bendición para mi vida. Ustedes son y han
sido mi motivo de inspiración en esta vida.

Todo mi cariño y amor de abuelo para mis nietas Zoe y Emiliana. Son una
enorme bendición en mi vida.

Prefacio

Este es el primer libro con el que me estoy aventurando en el mundo de la
literatura. Decidí redactarlo, porque un interés especial en el tema del noviazgo
nació en mí durante el tiempo que fui pastor de jóvenes de la Iglesia Evangélica
Centroamericana Mies de Puerto Barrios, pues por varios años hubo necesidad
de tratar este tema para encontrar principios de sabiduría que los jóvenes
pudieran aplicar a sus vidas a fin tener un noviazgo exitoso. Entendiendo por
noviazgo exitoso aquel que cumple con el objetivo de ser la etapa de preparación
para el matrimonio.

La necesidad de encontrar principios de sabiduría se reafirmó en mí, porque
durante muchos años pude observar a jóvenes cristianos de diferentes
congregaciones, que eran muy entregados a los asuntos de la Fe y que tenían
mucho ánimo de servicio al Señor. Sin embargo, al verse involucrados en una
relación de noviazgo, sin aplicar principios de sabiduría, se dejaron llevar por la
emoción y descuidando su vida espiritual cedieron ante la tentación y se vieron
comprometidos con el pecado de la fornicación. Es decir, la emoción los
arrastró al descuido, dejándose influenciar por la cultura. No se percataron que
Satanás ha capturado las culturas de las sociedades para infiltrar costumbres que
son muy atractivas a la naturaleza pecaminosa pero que debilitan el espíritu del
hombre y lo hace vulnerable a la tentación. Mi intención al escribir este libro, es
aportar elementos de sabiduría que ayuden a los jóvenes a ser precavidos y evitar
ser atrapados por esas costumbres, a fin de mantenerse puros y santos durante su
relación de noviazgo.

Otro problema que pude observar en los noviazgos de cristianos, y que
también ratificó en mí la necesidad de escribir este libro, es que a menudo los
jóvenes que se involucran en este tipo de relación, se olvidan que el objetivo
principal del noviazgo es prepararse para el matrimonio. En consecuencia, no
trazan el rumbo de su relación hacia una unión matrimonial firme y duradera,
sino que, simplemente se involucran para satisfacer el instinto e ir pasándola
bien, hasta que con el correr del tiempo descubran si son o no afines para el
matrimonio. Mi propósito es aportar a los jóvenes ideas para enfocar su
noviazgo en el objetivo principal y también para trazar la ruta a seguir a fin de
alcanzar ese objetivo.

No pretendo por medio de esta obra dar una fórmula mágica para el éxito del
noviazgo entre los cristianos. Las fórmulas mágicas no existen y mucho menos
para una relación tan compleja como lo es el noviazgo. Lo que pretendo es
aportar consejos bíblicos prácticos que los jóvenes puedan aplicar sabiamente a
su vida para no vivir un noviazgo conforme a las costumbres del mundo, sino
conforme a la vocación a la que fueron llamados.

Dios bendiga a cada joven que tenga la oportunidad de leer este libro. El
Señor mueva su corazón a aplicar en su noviazgo los principios que aquí se
presentan a fin de que lo vivan en santidad y con propósito.
Introducción

El presente libro tiene como objetivo ofrecer a los jóvenes cristianos
principios de vida que les ayuden a vivir sus relaciones de noviazgo como
corresponde a hijos del Dios tres veces Santo. Es decir, en santidad y con
propósito.

Es conveniente explicar la razón del por qué un nuevo libro de noviazgo. La
unión de personas en pareja es un asunto puramente cultural. Éste tipo de
relación varía según las costumbres de las sociedades. Y como Satanás es el
príncipe de este siglo,[1] él ha infiltrado en las culturas prácticas perversas que
fortalecen la carne y debilitan el espíritu del hombre; especialmente en aquellas
relacionadas con el noviazgo. Y como esas prácticas son infiltradas sutil y
paulatinamente, nadie se percata de los cambios que estas promueven y cuando
la sociedad viene a reaccionar, es difícil erradicarlas, pues ya se enraizaron en la
cultura y todos las ven como reglas normales de conducta. A las sociedades en
este caso les acontece más o menos lo que le sucede a una rana cuando alguien
pretende cocinarla: Si una persona echa una rana a una olla de agua hirviendo,
ella saltará de inmediato y saldrá huyendo para salvar su vida. Pero si la echa en
una olla de agua fría que está siendo calentada por el fuego, ella estará tranquila
aunque la temperatura del agua vaya subiendo de a poco, porque su cuerpo se irá
adaptando a los cambios de temperatura y, sin percatarse, morirá al hervir
juntamente con el agua. Así le ha estado sucediendo a la sociedad con el
noviazgo, porque sutilmente se le fueron agregando prácticas que en otro tiempo
solamente correspondían al matrimonio, y ahora toda la sociedad las acepta
como normales. La perversidad nos ha ido consumiendo de a poco y, al igual
que la rana, seguimos estando tranquilos como si nada estuviese pasando.

Ahora bien, el problema para los cristianos es que vivimos dentro de las
sociedades que han ido adoptando malas prácticas en las relaciones amorosas; y
al igual que el resto de las personas, no nos percatamos de los cambios, y luego,
también resultamos adoptando la corriente del mundo; aunque, con ciertos
límites, solamente para hacer la diferencia. Lo lamentable de esto, es que a
medida que el límite de perversidad del mundo sube de tono, en esa medida
también sube de tono el nivel de tolerancia a la perversidad de los cristianos.
Por ejemplo, hubo un tiempo en que las mujeres cristianas no vestían pantalón,
porque se tomaba como provocación a los varones; pero las mujeres del mundo
sí, solo que no muy ajustados para no caer en la indecencia. Luego, cuando las
mujeres del mundo dejaron los pantalones formales para usar ajustados, las
cristianas comenzaron a usar los pantalones formales que dejaron de usar las no
cristianas. Y cuando las mujeres del mundo dejaron de usar pantalones ajustados
para usar levanta cola, las mujeres cristianas comenzaron a usar pantalones
ajustados, tanto así, que hoy no es raro ver a jovencitas asistir a las reuniones de
jóvenes vestidas de esa manera, y algunas, hasta con levanta cola. Quiero
aclarar que mi ejemplo no es para prohibir ni para condenar el uso del pantalón
entre las mujeres cristianas, sino para sustentar mi teoría de que el límite de
permisibilidad en el cristianismo se ha ido moviendo conforme se mueve el
límite de perversidad del mundo. El noviazgo no es la excepción en cuanto a
esto, pues hoy en día es común ver a parejas de novios cristianos compartiendo
besos y caricias en exceso, pero que su pensamiento está muy lejos del
matrimonio; y tampoco es de extrañar que algunos ya estén teniendo relaciones
sexuales creyendo que no es pecado a los ojos del Señor.

Es debido a todo lo anterior escrito que me aventuré a escribir este mi
primer libro. En los seis capítulos de esta obra despliego una serie de consejos
(la mayoría de ellos basados en la Biblia) para que los jóvenes logren identificar
las malas prácticas del noviazgo actual y las eviten, a fin de no engrosar más las
estadísticas de jóvenes cristianos que ceden ante la tentación. Mi propósito es
aportar elementos de sabiduría que ayuden a los jóvenes a volver a las sendas
antiguas[2] del noviazgo y tomarlo como la etapa de preparación para su
matrimonio, manteniéndose puros y santos delante de Dios mientras llegan a la
ceremonia de bodas.

Este libro está orientado a jóvenes que tienen un compromiso serio con la
santidad. Cada palabra de esta obra está dedicada a aquellos jóvenes que
valientemente han decidido sujetar el instinto a la sabiduría buscando hacer en su
noviazgo todo lo que es puro, todo lo digno y todo lo que es de buen nombre
para que el Señor sea glorificado por su buen testimonio. Cada palabra de este
libro está orientada también a los jóvenes que están dispuestos a esforzarse para
evitar ser arrastrados por la corriente del pensamiento mundano que pervierte a
los incautos, aunque eso signifique tener que soportar burlas, rechazos y ofensas
de parte de aquellos que, mediante esas actitudes, quieren obligarlos a ser igual
que ellos. Y por último, cada palabra de este libro está orientada a jóvenes que
aman cumplir con su función de sal de la tierra y luz del mundo en medio de una
sociedad que necesita ser preservada del mal y ser iluminada con buenas obras.

Quiera el Señor Jehová Dios Todopoderoso, que estas palabras lleguen a los
corazones de los jóvenes lectores y les ayude a cambiar su cosmovisión del
noviazgo, de manera que cuando les corresponda tener este tipo de relación, lo
hagan sobre principios que les lleve a mantenerse en santidad y enfocados en el
propósito para el cual fue creado.

Capítulo 1 – Antecedentes del noviazgo

El noviazgo no siempre existió en las sociedades y cuando inició no fue lo
que hoy se practica. Durante mucho tiempo en la historia, las parejas no
interactuaban físicamente bajo la figura de una etapa previa al matrimonio con el
objetivo de compartir y conocerse mejor. Es decir, el noviazgo simplemente no
existía. Para conocer un poco más sobre esto, a continuación revisaremos en la
historia, cómo se daban las uniones de personas en pareja en tiempos bíblicos,
cómo se daban antes de la revolución sexual y cómo se dan ahora después de la
revolución sexual.

Relaciones de parejas en tiempos bíblicos



En tiempos bíblicos, era con el desposorio que iniciaban las uniones de
parejas en el pueblo de Israel. El desposorio era un período de compromiso
formal y legal que las parejas contraían previo al matrimonio. Era muy parecido
al compromiso de nuestra época pero con un carácter de mayor seriedad, pues
era un pacto tan serio como el matrimonio mismo. Se consideraba infranqueable
debido a que generaba un alto compromiso de unión futura entre los
contrayentes, a tal grado que, si alguno de ellos quería desistir del mismo, le
correspondía hacer todo un trámite de divorcio. El período del desposorio duraba
aproximadamente un año.

En la celebración de inicio del desposorio, las familias de los novios se
reunían e invitaban a algunas personas que servían de testigos. En medio de la
ceremonia, el varón entregaba a la mujer una prenda como garantía de
compromiso de boda diciendo las siguientes palabras: "Sirva esta prenda como
señal de garantía de que tú estás reservada para mí de acuerdo con la ley de
Moisés y de Israel". Después de la ceremonia, ambos regresaban a los hogares
de sus padres, la mujer a su cotidianidad y el varón a trabajar duro para preparar
los bienes que servirían de base económica para el futuro matrimonio.

Las parejas no tenían contacto físico durante el período del desposorio. La
interacción física entre un hombre y una mujer estaba permitida solamente hasta
después de consumada la ceremonia matrimonial. Tanto la mujer como el varón
guardaban distancia entre sí para evitar toda interacción física. En ese tiempo no
se veía por ningún lado escenas románticas entre parejas no casadas como las
que vemos hoy.

Un aspecto importante que resalto de la figura del desposorio es el alto
compromiso de unión futura que generaba en los integrantes de la pareja. Toda
persona que se involucraba en el desposorio, lo hacía con la idea de consumar un
matrimonio en el corto plazo. El compromiso era tan serio que ninguna persona
se involucraba en una relación de ese tipo a menos que estuviera dispuesta a
casarse. La alternativa de “conozcámonos primero para ver si funciona”, era una
opción impensable.

Otro aspecto importante que resalto del desposorio, es la falta de interacción
física de la pareja previo al matrimonio. Al varón no se le ocurría tocar a una
mujer, ni a la mujer se le permitía entrar en contacto físico con el varón a menos
que estuviesen casados. Cronológicamente, el compromiso era antes de la
intimidad.

Relaciones de parejas antes de la revolución sexual



Hasta antes del siglo XX, no existía el noviazgo en gran parte de Europa y
de las Américas. La gente cambiaba su estado civil de soltera a casada sin pasar
por una etapa de transición, preparación o conocimiento el uno del otro mediante
la interacción sentimental y física.

En aquella época, la costumbre era que si un hombre se interesaba por una
jovencita debía, como primer paso, presentarse ante los padres de ella a solicitar
permiso para visitarla ciertos días de la semana. Si ellos daban su
consentimiento, entonces él iniciaba las visitas periódicas, las cuales consistían
en charlas a cierta distancia bajo la estricta vigilancia de los padres. Es decir,
que durante la cita, los padres de la jovencita estaban sentados en medio de la
pareja controlando el actuar de ambos. El diálogo era prácticamente entre los
suegros y el yerno. En ese tiempo, la interacción física de la pareja iniciaba
cuando en medio de la ceremonia matrimonial el ministro religioso decía al
varón “Y ahora puedes besar a la novia”; era hasta entonces que el hombre
besaba por primera vez a su novia. Antes de ese momento ni siquiera le era
permitido acariciarle las manos.

Los aspectos importantes que resalto de las relaciones de pareja antes de la
revolución sexual, siguen siendo: el alto compromiso de unión futura que
generaba en la pareja y la falta de interacción física previo al matrimonio. Los
cuales considero de mucho valor para la definición que los cristianos debemos
manejar sobre el noviazgo.

Relaciones de parejas después de la revolución sexual



El noviazgo que se practica en nuestros días surgió de un movimiento que se
dio en Estados Unidos y en Europa llamado Revolución sexual. Este movimiento
inició levemente en la década de los cincuentas y alcanzó su máximo desarrollo
entre los años sesentas y ochentas; pero sus efectos y consecuencias están
vigentes hasta hoy.

La revolución sexual impactó las costumbres de la sociedad, porque
promovió cambios sobre la percepción de la moral sexual, llevándola de la
pureza que ostentaba hacia una perversión severa, incluso, en algunos sectores
de la sociedad llegó a niveles de depravación. Este movimiento promovió, desde
la práctica del “Amor Libre” o “Sexo sin Matrimonio”, pasando por la “práctica
de relaciones sexuales sin tener hijos”, hasta llegar a las “relaciones de parejas
del mismo sexo”. Con la propuesta de esas “libertades”, la revolución sexual
vino a propiciar la generalización de todo tipo de relaciones sexuales en el
noviazgo, rompiendo así todos los códigos morales de conducta sexual vigentes
hasta los años cincuenta. Después de esos cambios, los novios ya no
necesariamente terminan casándose, pero sí se involucran sexualmente,
propiciando con esto la proliferación de la fornicación; un pecado del cual Dios
ordenó huir diciendo que el que fornica contra su propio cuerpo peca.[3]

Todos los cambios propuestos por la revolución sexual dejaron
consecuencias negativas en las relaciones de pareja: En primer lugar, aumentó en
el número de parejas de hecho, porque a la gente le pareció muy atractiva la
alternativa de probar en pareja los beneficios del matrimonio sin estar casados y,
si no funciona, se termina la relación sin ningún compromiso. En segundo lugar,
se atrasó la edad para contraer matrimonio, porque como éste dejó de ser
requisito no negociable para intimar sexualmente, dejó también de valer la pena
involucrarse en un compromiso tan serio y con tantas responsabilidades. Y en
tercer lugar, se adelantó la edad para tener relaciones sexuales, porque como con
el uso de la píldora anticonceptiva se hizo posible prevenir los embarazos y con
el aborto se hizo fácil deshacerlos, resultó apropiado adelantar esa edad para que
los jóvenes puedan tener diferentes experiencias sexuales antes de llegar al
matrimonio. Tal y como se ve, estas consecuencias golpearon seriamente los
códigos morales de conducta en la sociedad, a tal grado que se trastornó la
percepción de la seriedad, de la honorabilidad y de la pureza que implica una
relación de pareja; de manera que lo que antes se veía como indecente e
inaceptable, hoy se ve normal y hasta como motivo de burla si no se hace.

Las relaciones de pareja entre cristianos también se vieron afectadas por las
prácticas impuestas por la revolución sexual. Porque al vivir dentro de las
sociedades, los cristianos fueron adoptando de a poco el estilo de noviazgo
propuesto por ese movimiento; muestra de ello es que el noviazgo hoy, es un
tema que constantemente se trata en las sociedades juveniles para prevenir a los
jóvenes a no practicar las perversidades que en la actualidad son comunes en la
sociedad.

Reflexión.

Aunque sea difícil de creer, hubo un tiempo en que el noviazgo no existía, y
todos los jóvenes de ese tiempo vivían muy bien con ello. Es decir, a los varones
no les hacía falta tener una novia, ni a las jovencitas tener un novio. Ellos no
pensaban; como lo piensan muchos jóvenes de hoy; que tener una relación
amorosa antes del matrimonio era altamente necesario; tampoco pensaban que
se podían ver gravemente afectados si no tenían un noviazgo. Porque todo es
cuestión de adaptarse a una idea de percepción de las cosas.

Lamentablemente los cambios que han sufrido las relaciones de pareja, han
ido de mal en peor complicando la santidad en la que los jóvenes cristianos
quieren y deben vivir. Los cambios en las costumbres del enamoramiento y
unión amorosa han golpeado seriamente los principios de santidad. Sin
embargo, como todo es cuestión de adaptarse a una forma de pensamiento;
queda en ti, como joven cristiano, la responsabilidad de no adaptarte a los
cambios que Satanás ha infiltrado en las prácticas de la sociedad, haciendo el
esfuerzo por mantenerte ajeno a ese tipo de pensamiento y teniendo la completa
seguridad de que sí es posible conducirte como a Dios le agrada en tu noviazgo.
Porque, si los jóvenes que vivieron hasta antes de los años cincuenta pudieron
hacerlo, tú también puedes, todo es cuestión de que lo propongas. Tú puedes
vivir felizmente tu noviazgo manteniéndote en santidad.

Pídele a Dios sabiduría y determinación para conducirte de la mejor
manera posible en tu noviazgo y Él te la dará, pues sus oídos están atentos a la
oración de los justos.[4]
Capítulo 2 – Definición de noviazgo para los
cristianos

Si en la actualidad hablamos con un joven sobre noviazgo, en lo primero que
pensará es en una escena romántica en la que una pareja está en un lugar
especial, caminando tomados de la mano, contemplando un atardecer y dándose
muchos abrazos y besos. Él pensará de esa manera, porque ha sido influenciado
por películas, telenovelas, temas musicales o ejemplos a los que ha sido expuesto
desde su niñez. Y como consecuencia de haber estado expuesto a ese tipo de
información, la cosmovisión que tiene del noviazgo, es que éste es una etapa
hermosa en la que hay que pasarla bien en compañía del sexo opuesto,
derrochando intimidad pero sin responsabilidad.

Ahora bien, para los de la fe en Cristo Jesús, y contrario a lo que dicta el
mundo, el noviazgo es una relación amorosa y formal mantenida entre un
hombre y una mujer cristianos, con la firme intención de casarse en el corto
plazo, en la cual el compromiso tiene más relevancia que la intimidad y el
instinto está relegado a la sabiduría.

El noviazgo es una relación amorosa



Para los cristianos, el noviazgo es una relación que se caracteriza por estar
fundamentada en los principios bíblicos del verdadero amor. Para el creyente, el
noviazgo es una relación que gira alrededor del amor puro y santo que se
caracteriza por ser más acción que pasión. Es acción, porque llevan a la pareja a
protegerse entre sí para no cometer errores, a buscar el bien el uno del otro, a
darse honor el uno al otro y a proveer los cuidados que necesitan entre ambos
para mantenerse firmes en la voluntad del Señor. El amor que comparten los
novios cristianos es benigno, no hace lo indebido, no busca lo suyo, no se goza
de la injusticia, todo lo espera y todo lo soporta.[5]

En el noviazgo que practican los no cristianos, el verdadero amor es
desplazado por “pasiones mágicas”, las cuales no son más que lo que el apóstol
Pablo llama pasiones desordenadas. Lo más importante en los noviazgos del
mundo es complacer el instinto y sentirse bien. La relación gira en torno a un
sentimiento “mágico” (ver estrellitas y corazoncitos, sentir cosquilleo, pálpitos
acelerados del corazón, etc.), el cual se alimenta por las citas amorosas y la
interacción física.

Ahora bien, en los noviazgos de cristianos, el verdadero amor controla y
desplaza a las pasiones para enfocarse en la santidad. En las parejas cristianas,
los impulsos que generan las pasiones son debilitados por acciones de santidad
que solamente el verdadero amor promueve. Por ejemplo, en un noviazgo de no
cristianos, es habitual que el varón; movido por la pasión; le pida a la jovencita
la “prueba del amor” para, supuestamente, estar seguro de que lo ama (esto
demuestra que lo que más le interesa es el sexo); mientras que en un noviazgo de
cristianos, al varón ni se le ocurrirá hacer tal propuesta, porque él sabe que el
verdadero amor no busca lo suyo, no hace lo indebido y es benigno (presionar a
su novia para tener sexo ilícito sería muy dañino para ella), además, porque la
seguridad de su relación no la hará descansar en un acto pecaminoso, sino en la
confianza en Dios.

La pasión no debe ser el fundamento de los noviazgos entre cristianos, sino
el verdadero amor, el cual es puro y santo.

El noviazgo es una relación formal



Para los salvos en Cristo Jesús, el noviazgo es una relación que se
caracteriza por ser formal. Una relación amorosa entre cristianos no es un juego
de niños, al contrario, es un asunto tan serio que no permite que niños o jóvenes
inmaduros jueguen a los noviecitos, pues como es una relación con miras al
matrimonio, tiene que percibirse de manera seria y formal.

Los novios cristianos están llamados a cumplir con todas las formalidades
necesarias para asegurar la estabilidad y la seriedad de su relación. Esas
formalidades inician, en primer lugar, con enterar a los padres de ambos sobre
sus intenciones y solicitarles su consentimiento para iniciar la relación. En
segundo lugar, enterar a las familias de ambos también se hace necesario, pues
cuando el matrimonio es consumado, las parejas pasan a ser parte de las familias
respectivamente. En tercer lugar, tienen el deber de informar a los líderes
espirituales sobre sus intenciones, porque los pastores son los que mejor
referencia pueden dar acerca del nivel de madurez espiritual de sus ovejas, y su
retroalimentación debe considerarse de importancia para la consumación del
noviazgo. Y en cuarto lugar, los novios deben informar a toda la congregación,
una vez se haya formalizado el noviazgo, porque, así como es necesario que los
familiares en la carne se enteren de la relación, así también es necesario que se
enteren los hermanos en la fe.

Todo lo que demuestre seriedad, respeto y buen nombre para el noviazgo
debe ser agregado al noviazgo de cristianos. Es importante hacer todo en orden,
con claridad y transparencia para dar un buen testimonio de formalidad a la
relación.

El noviazgo es una relación entre un varón y una mujer



Para los de la fe en Jesús, el noviazgo es una relación amorosa entre un
varón y una mujer. Un noviazgo cristiano solamente puede darse entre personas
de sexos opuestos, pues desde el principio Dios creó al varón y a la mujer para
ser complementarios el uno al otro.[6] Un hombre no es complementario de
otro hombre, ni una mujer lo es de otra mujer, ignorar esto es ir en contra de la
naturaleza que Dios puso en el ser humano. El noviazgo entre cristianos es una
relación que se basa en el diseño natural de Dios, por lo tanto, debe ser entre
varón y hembra.

Cualquier relación amorosa entre personas del mismo sexo es abominable a
los ojos del Señor.[7] Dios prohíbe claramente al varón tener relaciones
sexuales con otro varón, porque es un pecado insoportable delante de su
presencia. Pero, Satanás ha engañado a la sociedad haciéndole creer que el
“amor” es lo más importante en una relación, no importando si son o no del
mismo sexo. Sin embargo, la Biblia declara que el Señor detesta las relaciones
homosexuales, tanto así, que sentencia a los que las practican a no entrar en el
Reino de los Cielos.[8] Entonces, toda relación amorosa tiene que darse entre un
hombre y una mujer para que Dios no la descalifique.

Las uniones homosexuales violentan la preservación del ser humano en este
planeta. El sentido común indica que Dios creó tanto al varón como a la mujer
para formar pareja y procrear hijos; eso garantiza la preservación de la especie
humana en esta tierra. Ahora bien, imaginemos que todos los hombres se casen
con hombres y todas las mujeres con mujeres; sucedería que, de aquí a cierto
tiempo, se acabaría la humanidad. En conclusión, entre más relaciones
homosexuales haya más peligro hay en la preservación del ser humano en la
tierra.

Recordemos entonces que; como el noviazgo es la preparación para el
casamiento, y cuando Dios instituyó el matrimonio lo hizo entre un hombre y
una mujer; todo noviazgo solamente puede darse entre seres de sexo opuesto, lo
contrario es abominación delante de Dios.

El noviazgo es una relación entre cristianos



Para los hijos de Dios, el noviazgo es una relación amorosa entre hijos de
Dios. Es una relación entre dos personas que tienen una práctica de fe en común
fundamentada en Jesucristo como su Señor y Salvador.

Los cristianos no deben unirse en relaciones amorosas con inconversos. El
Señor ordenó en Su Palabra a no unirse en yugo desigual con los incrédulos,
porque la luz y las tinieblas no tienen comunión entre sí y tampoco Cristo con
Satanás.[9] Eso significa que un cristiano no debe unirse en noviazgo con una
no cristiana y viceversa, ya que, espiritualmente hablando, no tienen cosas en
común, pues al cristiano le interesa agradar a Dios con sus actos, pero al
inconverso le interesa agradarse a sí mismo. Por esa causa, todo creyente debe
ser obediente a la Palabra y no involucrarse sentimentalmente en yugo desigual
con un incrédulo.

La juventud cristiana de hoy no da la importancia debida a obedecer el
mandamiento de no unirse en relación amorosa con incrédulos. Quizá por la falta
de percepción de lo que significa ser cristiano, los jóvenes toman este mandato
de una manera muy somera, y tratan de justificar de una y mil maneras su
decisión de enrolarse sentimentalmente con alguien que no es de su misma fe.
Pero esas justificaciones no les ayudarán a mitigar los momentos difíciles que
vivirán como consecuencia de su desobediencia. Porque Dios no puede ser
burlado, ciertamente lo que el hombre sembrare eso también cosechará.[10]

Este tema lo estaremos tratando con mayor detalle en el título “Buscar
pareja dentro de su mismo pueblo” del capítulo 5.

El noviazgo es una relación que tiene como objetivo preparar a la


pareja para el matrimonio

Para los creyentes, el noviazgo tiene como objetivo principal el preparar a la
pareja para el matrimonio. Al igual que en el desposorio, los cristianos que se
involucran en una relación de noviazgo, deben asumir el firme propósito de
contraer nupcias en el corto o a más tardar en el mediano plazo. La seriedad del
noviazgo no da oportunidad de estar jugando a los noviecitos sin enfocarse en
cumplir su propósito principal. Es por eso, que los cristianos deben planificar
que su noviazgo concluya en la ceremonia de bodas para que, de allí en adelante,
empiece una vida exitosa en matrimonio.

Un cristiano no debería involucrarse en una relación amorosa si no tiene la
intención de casarse. En el mundo las personas tienen su relación de noviazgo
solamente para pasar el tiempo, en la mayoría de casos. Pero para los cristianos,
el noviazgo genera un alto nivel de compromiso de futuro matrimonio.

Desde el inicio de la relación, los novios cristianos deben comprometerse a
llegar al matrimonio. Tienen que convenir que solamente por alguna causa que
esté completamente fuera del control de ambos, pueden aceptar que la relación
termine sin matrimonio.

El noviazgo es una relación en la que el compromiso tiene más


relevancia que la intimidad

Para los de la fe en Jesucristo, el noviazgo es una relación en la que el
compromiso tiene más relevancia que la intimidad. Al igual que en el modelo
bíblico del desposorio, los novios cristianos deben asumir compromisos antes de
pasar a las caricias, abrazos y besos. Hablar con los padres de ambos, fijar una
fecha aproximada de matrimonio y todos los compromisos formales que la
relación demande, deben cumplirse antes de pasar a los abrazos, caricias y besos.

En la mayoría de noviazgos de nuestros días, se comparte mucha intimidad
pero poco compromiso. La práctica común que heredó la revolución sexual al
noviazgo, es que primero se experimenta toda clase de intimidad y por último se
adquieren los compromisos, si es que en algún momento hay espacio para pensar
en estos. Es por eso que si al ver una pareja de novios muy acaramelada se le
pregunta si piensan casarse, es seguro que responderán que todavía no están
locos. Les encanta la intimidad pero le huyen al compromiso.

Los cristianos deben eliminar de su noviazgo la mala práctica de darle más
importancia al intercambio afectivo que a los compromisos que la relación
conlleva. En el noviazgo de cristianos, las interacciones físicas tienen que tener
menos prioridad que los compromisos de la relación. Haciendo esto retomarán el
espíritu de compromiso con el que nació el noviazgo y evitarán fracasos en sus
relaciones amorosas.

El noviazgo es una relación en la que el instinto es dominado por


la sabiduría

En el noviazgo entre cristianos, el instinto es dominado por la sabiduría. La
sabiduría controla la reacción instintiva de “ir más allá” en la intimidad cuando
los cuerpos entran en contacto por medio de abrazos, caricias y besos. Esa
reacción instintiva es natural en la conducta del ser humano, porque Dios nos
creó para ser sexualmente atractivos entre varón y mujer. Pero, también debe ser
natural que ambos sean sabios para controlar el instinto, porque, por medio del
Espíritu Santo, Dios puso la capacidad de dominio propio en las personas que
creen en Jesucristo. [11]

La gente que vivió antes de los años cincuenta comprendía muy bien la
naturaleza del ser humano en cuanto a la reacción por el estímulo del sexo
opuesto. Y para evitar tropiezos, los novios no tenían permitido el contacto
físico. Pero como ahora la sociedad ha permitido toda clase de interacción física
entre los novios, el riesgo de no controlar esas reacciones es altísimo; por eso es
bueno que se eviten los roces constantes, las citas prolongadas, los lugares
apartados, las caricias excesivas y todo lo demás que propicie o estimule a tener
relaciones sexuales.

El sabio teme y se aparta del mal dice la Palabra del Señor.[12] Como hijos
sabios, los novios cristianos deben apartarse de toda tentación para así dominar
el instinto con la sabiduría durante su relación de noviazgo. Esta es la única
manera de mantener una relación como conviene a santos.

Reflexión.

De lo primero que tú como cristiano debes estar convencido es que vives en
este mundo pero no eres parte de él.[13] Tu ciudadanía no es de esta tierra, sino
del Reino Celestial.[14] Por eso, el Señor te demanda vivir como un digno
representante de su Reino aquí en la tierra en todas las áreas de tu vida.

Para vivir como digno representante del Reino Celestial aquí en la tierra, la
Palabra del Señor te aconseja a no adoptar las costumbres del mundo, sino a
transformarte por medio de la renovación de tu mente.[15] Eso, entre otras
cosas, significa que debes procurar que las malas costumbres que se practican
en el mundo no contaminen tu mente haciéndote creer que son normales. Esto lo
expreso, porque el ser humano es un ser de costumbres y fácilmente se adapta a
todo lo que está en su entorno social sin discernir a veces si le favorece o no
para agradar a Dios. Este es el caso de las relaciones de noviazgo que se
practican hoy en la sociedad. Tú por ejemplo, pudieras percibir normal que los
jóvenes tengan una relación amorosa solamente porque se gustaron el uno al
otro sin importar si están preparados o no para el matrimonio; porque al fin y al
cabo lo que importa, según tu mente, es que si hay amor entre ellos es suficiente.
También sé que si ya te gustó alguna persona, es seguro que ya hayas soñado
despierto con ella, con escenas románticas en un playa donde caminan juntos
tomados de la mano, viendo una luna llena que adorna el paisaje de tus sueños.
Tú tienes ese tipo de sueños, porque es lo que has visto en telenovelas, en
películas, entre tus compañeros de estudio, entre los vecinos del barrio, etc.
Pero si te pregunto si a la par de ese sueño quisieras colocar otro donde estés
trabajando duro para alimentar a tu esposa con tres o cuatro hijos, de seguro
me dirás que no lo quieres, porque lo que has aprendido en tu entorno social es
que tienes que disfrutar los beneficios del noviazgo sin adoptar los
compromisos que conlleva.

Las prácticas de noviazgo que el mundo te ofrece hoy, resultarán siendo más
perjudiciales que beneficiosas para tu vida espiritual si no eres sabio. En el
mundo se hace lo que Satanás ordena, pues él es el dios de este siglo.[16] Su
interés es que la sociedad en general viva en contra de los principios que el
Señor ha establecido. Lamentablemente él ha tenido éxito en sus propósitos,
pues las prácticas perversas que introdujo en el noviazgo, son las principales
causas por las que cada año a nivel mundial nacen más de trece millones de
niños cuyas madres son jovencitas entre diez y diecinueve años,[17] también
son las causas por las que en el mundo hay más de cuarenta millones de abortos
en promedio cada año.[18] Para evitar ser parte de esas estadísticas, te
aconsejo que pongas en práctica lo que la Palabra del Señor te exhorta a hacer:
No adoptes las prácticas de noviazgo que el mundo propone, por muy divertidas
y atractivas que te parezcan; sino busca practicar un noviazgo que sea digno de
gente lavada con la Sangre del Cordero Santo.

Para practicar un noviazgo digno de cristianos, tienes que restringir en tu
noviazgo los límites permisivos que propician satisfacer los placeres carnales.
Quítate de la mente la idea de “probar para ver si funciona” porque eso te
llevará a tener varias parejas y te puede hacer daño. Echa fuera de tu mente la
idea de excederte en el contacto físico con tu pareja, porque eso puede llevarte a
pecar. Y por último, quítate de la mente la idea de gozar del sexo en tu
noviazgo, porque es pecado delante de Dios y además desvirtúa lo que es un
noviazgo entre cristianos.

Aunque el mundo haya desvirtuado el noviazgo, (Quitándole lo puro y lo
especial y usándolo para satisfacer los placeres carnales) tú como ciudadano
del Reino Celestial aquí en la tierra, no debes caer en esa trampa, porque
mereces vivir en el nivel superior de vida que Dios espera de Sus santos
redimidos. Procura con una mente renovada conforme a la mente de Cristo
honrar el Nombre del Señor viviendo una relación de noviazgo conforme al
verdadero amor, aplicando sabiduría, templanza y paciencia. Si haces esto te
aseguro con todo mi corazón que serás feliz.
Capítulo 3 – Edad apropiada para que los
cristianos inicien su noviazgo

Establecer una edad apropiada para iniciar una relación de noviazgo puede
generar controversia en las sociedades. Porque, por un lado están los que
sostienen que la edad no es importante, siempre y cuando haya amor entre la
pareja; y por el otro, están los que creen que es necesario llegar a una edad de
madurez mental y emocional, pues esto ayuda a que el noviazgo concluya en un
matrimonio. Es muy difícil que la sociedad se ponga de acuerdo respecto a este
tema, sin embargo, creo que los cristianos deberíamos tener definida una edad
mínima promedio en la que los jóvenes puedan iniciar con una relación de
noviazgo, a fin de que los padres tengan una referencia para autorizar las
relaciones amorosas de sus hijos y también para ayudar a los mismos jóvenes a
no involucrarse en un noviazgo prematuro.

Para sugerir una edad mínima aproximada que sirva de referencia a los
cristianos para iniciar con una relación de noviazgo, analizaremos primero los
factores que, según mi criterio, intervienen en ella.

Factores que intervienen



Desarrollo del cuerpo humano

El desarrollo del cuerpo humano es el factor principal para definir la edad
promedio en que los cristianos pueden iniciar una relación de noviazgo. El
desarrollo del cuerpo despierta la atracción de un ser humano por otro del sexo
opuesto, como consecuencia de cambios físicos, mentales y emocionales que lo
llevan de la niñez a un adulto capaz de la reproducción sexual. De manera que,
el niño cuyo pasatiempo principal era el juego de carritos o pistolitas, una vez
iniciados estos cambios, ahora invierte buena parte de su tiempo en admirar la
belleza de la mujer deseando acercarse a ella para acariciarla y entregarle todo su
amor. Y a la vez, la niña, cuyo pasatiempo principal era el juego con muñecas,
de pronto cambia su prioridad e invierte buena parte de su tiempo en cuidados
personales para verse más hermosa y atractiva al varón, pues ahora desea estar a
su lado para sentirse protegida y amada. El desarrollo del cuerpo humano es el
detonante de la atracción mutua entre el varón y la mujer. Éste es el factor
principal que influye en la determinación de la edad promedio en que los
cristianos deberían tener su primera relación de noviazgo.

Normalmente, y según lo que indican los profesionales en la materia, el
desarrollo del cuerpo ocurre entre los diez y once años en las mujeres, y entre los
trece y catorce años en los varones. A esas edades los adolescentes empiezan a
experimentar la sensación de que alguien les gusta y también empiezan a tener
sus primeras fantasías de noviazgo, porque se despierta en ellos el instinto que el
Señor puso de ser complementarios el uno al otro.[19] Cuando los adolescentes
llegan a esas edades, se vuelven vulnerables al deseo de tener una relación
amorosa, y sienten que tienen todo el derecho a involucrarse en un noviazgo por
el mismo sentimiento de atracción. Sin embargo, experimentar ese sentimiento
no significa que ya estén preparados para el matrimonio y si no están preparados
para el matrimonio, tampoco están preparado para el noviazgo.

Si la edad apropiada para iniciar una relación de pareja dependiera solo de
este factor, diríamos entonces que un cristiano está apto para iniciar una relación
de noviazgo cuando siente atracción por el sexo opuesto. Sin embargo, como no
solo de este factor depende, pasaremos a analizar el segundo para ir
estableciendo la edad promedio sugerida.

La madurez mental y emocional

La madurez mental y emocional, también es otro factor importante requerido
para que los cristianos inicien un noviazgo, porque; aunque por un lado las
hormonas impulsan a los jóvenes a desear tener una relación amorosa a temprana
edad; a esa edad aún no se ha alcanzado la madurez suficiente para iniciar con
ese tipo de relación.

La madurez mental y emocional, según los expertos en la materia, se
describe como el punto culminante del proceso de crecimiento y desarrollo del
cuerpo humano en su totalidad, que consiste en la integración y consolidación de
diversas cualidades de toda la persona, desde lo físico, lo psicológico y lo
espiritual. Es decir que la persona ha logrado una armonía y proporción entre el
modo de vivir y la naturaleza humana.

Según los expertos en el tema, una persona alcanza la madurez mental y
emocional entre los veinte y los veintiún años en promedio. En esa edad es
cuando las cualidades de toda la persona se han consolidado, formando un ser
capaz de tomar responsablemente las decisiones que conciernen a su vida usando
el libre albedrío que Dios puso en su ser.

Los cristianos tienen que esperar a tener madurez mental y emocional para
involucrarse en una relación amorosa, porque hacerlo antes puede ser más
perjudicial que beneficioso, pues las actitudes inmaduras pueden provocar
heridas emocionales que afecten a largo plazo a uno o a ambos miembros de la
pareja.

Si definir la edad apropiada para tener una relación de pareja dependiera del
desarrollo del cuerpo humano y de la madurez mental y emocional, podríamos
decir que un cristiano es apto para iniciar una relación de noviazgo cuando sienta
atracción por el sexo opuesto y cuando haya alcanzado la madurez mental y
emocional. Sin embargo, sigo analizando el tercer factor para establecer la edad
promedio sugerida.

Capacidad económica para sostener un hogar

La capacidad de sostener económicamente un hogar, es otro de los requisitos
importantes para que los cristianos inicien una relación de noviazgo. La pareja,
o al menos el varón, debería ser económicamente activo para involucrarse en una
relación, cuyo propósito principal, es el formar una familia. Una persona
económicamente activa es aquella que tiene un trabajo o que está apto para
desempeñar uno. Entonces, si un cristiano desea involucrarse en una relación
sentimental debería tener un trabajo o por lo menos, debería estar buscando uno.

La edad promedio en la que una persona adquiere la capacidad de sostener
económicamente un hogar puede variar dependiendo las costumbres de la
sociedad. En las sociedades de zonas rurales es común que una persona pase a
ser económicamente activa entre los doce y los quince años, pues para trabajar y
ganarse la vida solo necesita el conocimiento empírico de un oficio. Ese
conocimiento lo adquiere de sus progenitores, quienes a través de la enseñanza
práctica le transmiten el conocimiento para desempeñarse en una tarea y así
poder mantener a una familia. Ahora bien, en las sociedades de zonas urbanas la
edad mínima se eleva en la misma medida que el conocimiento se diversifica.
Por ejemplo, hasta a mediados del siglo pasado una persona no requería de
mucha preparación académica para ejercer un trabajo profesional, con haber
cursado los estudios primarios le era suficiente para calificar para un buen
empleo y ganarse la vida. Si lo traducimos a edad, una persona estaba preparada
entre los doce y los diecisiete años. Sin embargo, a partir de finales del siglo
XX, la edad para ser económicamente activo se fue elevando, debido a que, al
diversificarse el conocimiento, hubo necesidad de especialización en cada área y
por consiguiente los estudios universitarios se hicieron indispensables para
competir en el mercado laboral. Como consecuencia de ello, la edad mínima se
movió a veintitrés años en promedio. En resumen, la edad para estar preparado
para sostener económicamente una familia depende de las costumbres de la
sociedad en que se vive.

Sea cual fuere la edad en la que las personas adquieren la capacidad de
sostener económicamente un hogar, lo importante es tener esa capacidad para
poder involucrarse en una relación de noviazgo. Porque si el objetivo principal
del noviazgo es el matrimonio y formar una familia, se tiene que tener la
capacidad de generar los ingresos necesarios para sufragar todos los gastos, a fin
de satisfacer las necesidades básicas de esa familia.

Definiendo la edad apropiada



Luego de revisar la incidencia en la vida del desarrollo del cuerpo humano,
la madurez mental y emocional, y la capacidad de sostener económicamente un
hogar, defino que la edad aproximada para iniciar una relación de noviazgo es la
edad en la que una persona siente atracción por el sexo opuesto, está preparada
física, mental y emocional, y tiene la capacidad económica para sostener un
hogar. Ningún cristiano debería tener una relación sentimental si no cumple con
estos tres requisitos.

Qué hacer mientras se llega a la edad apropiada



Ser pacientes

Los jóvenes cristianos deben de esforzarse en ser pacientes para esperar hasta
estar preparados física, mental, emocional y económicamente para tener una
relación de noviazgo. De seguro muchos jóvenes pensarán que es imposible
cumplir con los tres requisitos que propongo, porque la brecha que hay entre el
tiempo en que el cuerpo abre los ojos al amor y el tiempo en que se pueden
cumplir con esos requisitos es de aproximadamente diez años. Eso significa que
ellos deben tener la paciencia de esperar esos diez largos años luchando contra
las exigencias de las hormonas, contra el bombardeo erótico de los medios de
comunicación, contra la presión de los amigos y contra el sentimiento de “Si
todos lo hacen, por qué yo no puedo hacerlo”. Para ganar la batalla, los jóvenes
tienen que recordar que el fruto del Espíritu Santo produce en el cristiano un
atributo llamado “templanza”,[20] el cual le ayudará a tener control sobre sus
emociones y sobre sus impulsos. Solamente debe echar mano de ese atributo
para tener paciencia y esperar a tener la edad apropiada para iniciar una relación
de noviazgo.

Tener determinación a mantenerse puros

La autodeterminación a mantenerse puros y santos delante del Señor, también
debe ser fuente de motivación a los jóvenes cristianos para no involucrarse
prematuramente en una relación de noviazgo. Así como Daniel, Ananías, Misael
y Azarías, decidieron mantenerse puros delante del Señor rechazando la comida
del rey Nabucodonosor,[21] así también los jóvenes cristianos deben
mantenerse puros, alejándose de la costumbre mundana de involucrarse en un
noviazgo prematuro, pues uno de los mayores riesgos de tener ese tipo de
relación es ceder ante la tentación y por ende perder la pureza.

Imitar a los que vivieron antes de la revolución sexual

Si los jóvenes incrédulos que vivieron hasta antes de los años cincuenta pudieron
soportar las presiones internas y externas, y se abstuvieron de buscar pareja
cuando no estaban preparados, también los jóvenes cristianos de hoy, teniendo al
Espíritu Santo, podrán soportar y esperar con paciencia a estar preparados para
iniciar su relación de noviazgo. Imitar a los jóvenes que vivieron antes de la
revolución sexual, en cuanto a la paciencia y control sobre los sentimientos,
ayudará a los jóvenes cristianos de esta generación a esperar el tiempo de tener
la edad apropiada para iniciar con una relación de noviazgo.

Reflexión.

En la vida todo tiene su momento oportuno y hay un tiempo específico para
todo lo que se hace en esta tierra.[22] Todo lo que se hace en la vida del ser
humano tiene un momento propicio para llevarse a cabo con éxito. Anticiparse
a ese momento, puede afectar seriamente la conclusión de lo que se hace, tanto
así, que puede marcar negativamente la vida de la persona. Por ejemplo, si
pones a un niño de siete años a manejar un autobús repleto de personas, lo más
probable es que se produzca un gran accidente que dañe al niño y a todos los
pasajeros del bus, porque no es el momento oportuno en la vida de éste niño
para manejar un vehículo colectivo. Pero cuando ese niño crezca y llegue a su
mayoría de edad y reciba capacitación para el manejo seguro y efectivo del
autobús, entonces será el momento oportuno para que lo haga, porque para
entonces los riesgos de accidentarse habrán disminuido, pues ya estará
capacitado para ser piloto.

El noviazgo tiene su tiempo oportuno para ser exitoso en la vida de las
personas. Hay un momento propicio en tu vida para iniciar con una relación
amorosa. Ese momento lo identificarás, porque será cuando estés preparado
física, mental, emocional y económicamente. Si te involucras en una relación
amorosa sin estar preparado; al igual que el niño del autobús; es muy probable
que te estrelles en tu futuro y salgas afectado seriamente tú y mucha gente que
está a tu alrededor. Ahora bien, si tienes paciencia para esperar ese momento,
tendrás menos riesgos de fracaso, porque para entonces ya tendrás la capacidad
de manejar este tipo de relación controlando eficientemente cada una de sus
fases.

Una virtud que debes procurar explotar para esperar el momento oportuno
de iniciar tu noviazgo, es la paciencia. El Espíritu de Cristo que mora en
nosotros los cristianos, te capacitará para que; como parte de Su fruto en ti;
desarrolles la paciencia que necesitas para esperar sin sobresaltos el momento
oportuno para iniciar tu noviazgo. Así como una mujer embarazada espera con
paciencia durante nueve meses que su hijo se vaya formando en el vientre hasta
que llegue el día oportuno para el nacimiento de un niño sano y completo, así
también tienes que tener la paciencia para esperar que tu cuerpo, tu mente, tus
emociones y tu capacidad económica vayan madurando hasta estar listo para
manejar una relación de noviazgo.

Procura ser paciente en la espera del momento oportuno para tener un
noviazgo, y mientras ese momento llega, esfuérzate en prepararte lo mejor
posible para que, cuando te corresponda, inicies tu relación de la mejor manera
posible. Porque así como un gusano espera pacientemente su metamorfosis que
lo llevará a ser una bella mariposa, así también la espera paciente del momento
oportuno te llevará a tener un noviazgo exitoso.
Capítulo 4 – Los cristianos y el noviazgo
prematuro

Noviazgo prematuro

El noviazgo prematuro es la pretensión de amar antes de tiempo. Es una
relación amorosa que se da en una pareja que no está preparada física, mental,
emocional y económicamente. En otras palabras, es tener novio o novia cuando
todavía no se está preparado para contraer matrimonio.

Consecuencias del noviazgo prematuro



Las consecuencias que pueden afectar a los involucrados en un noviazgo
prematuro son muchas, sin embargo, a continuación describo dos de ellas.

Deshonra a los padres por noviazgos sin autorización

Involucrarse en un noviazgo prematuro conduce a los jóvenes a tener una
relación clandestina, lo cual deshonra a los padres. Como generalmente los
padres no autorizan a sus hijos tener pareja sentimental a temprana edad, estos
suelen rebelarse en desobediencia y resultan teniendo noviazgos a escondidas.
Por consiguiente se ven obligados a concertar sus citas en lugares apartados y
oscuros. Ahora bien ¿Qué honra hay para un padre recibir comentarios de que
su hijo o hija estaba en gran romance con una pareja en un lugar a oscuras? La
respuesta es ninguna, porque lo que un padre anhela, es que sus hijos hagan todo
en orden para sentirse honrados.

Por otro lado, rebelarse en contra de los padres teniendo noviazgos sin
autorización también se cataloga como un acto de injusticia. Porque es injusto
hacer de menos la aprobación de las personas que han estado al cuidado de los
hijos desde su niñez hasta la juventud, solamente para complacer a una persona
extraña. Los padres se desgastan para proveer el sustento diario, el vestuario, la
educación y todo lo que los hijos necesitan para crecer. No valorar ese esfuerzo
entregándose a un noviazgo sin contar con la autorización de ellos, es un acto de
injusticia, porque es hacer de menos y darle la espalda a los seres terrenales que
merecen toda la consideración, todo el respeto y toda la honra de parte de
aquellos que fueron engendrados, nutridos y crecidos por ellos. Los cristianos no
deben actuar con injusticia, porque es un pecado que daña seriamente las
relaciones interpersonales, incluyendo una muy importante, la de padres e hijos.

Para mantenerse actuando en justicia, los jóvenes cristianos no deben
involucrarse en noviazgos prematuros, y menos aún sin el consentimiento de sus
padres; pues el amor hacia ellos lo deben manifestar en honra, para que Dios les
retribuya con largos días de vida aquí en la tierra. [23]

Ceder ante la tentación del sexo ilícito

La consecuencia más seria del noviazgo prematuro es ceder ante la tentación
del sexo ilícito. Como esta clase de noviazgo está condenado a ser muy extenso,
la pareja acumula muchas experiencias físicas durante largo tiempo, lo cual hace
que por instinto los cuerpos de ambos vayan pidiendo ir más allá de los besos
inocentes para pasar a experiencias sexuales más comprometedoras.

El joven cristiano tiene que evitar el sexo ilícito alejándose de toda
fornicación e inmundicia que no conviene a los santos.[24] Para ello debe ser
sabio y huir del mal apartándose de todo aquello que lo pueda hacer ceder ante la
tentación de fornicar. Y como el noviazgo prematuro allana el camino para
acceder a ese pecado, entonces es de lo primero que todo buen cristiano debe
huir.

La consecuencia del sexo ilícito trae consigo otras repercusiones para los
jóvenes que las practican, a continuación describo algunas de ellas.

1. Afecta la relación del creyente con su Señor.


Cualquier pecado afecta la relación del cristiano con su Señor, en
especial la fornicación, porque atenta contra el templo de Dios, el cual
es el cuerpo del creyente.[25] La fornicación hace que el creyente
pierda la buena comunión con su Señor. Su vida devocional se ve
afectada, porque pierde el interés en la oración, en leer la Palabra y en
asistir regularmente a la congregación.

El sexo ilícito también causará que el cristiano pierda temporalmente la
paz que sobrepasa todo entendimiento. El Espíritu Santo le redargüirá
de pecado y no lo dejará tranquilo hasta que confiese, pida perdón y se
aparte de ese pecado.

La fornicación es perjudicial para la relación del creyente con Dios y
por ello se hace necesario que el cristiano sea sabio y haga todo el
esfuerzo posible para no involucrarse en un noviazgo prematuro y así
evitar ceder ante la tentación de ese pecado.

2. La mujer es deshonrada al perder su virginidad.

Contrario a lo que el mundo quiere aparentar, toda mujer es deshonrada
cuando pierde su virginidad sin estar casada. Para Dios la virginidad de
la mujer tiene un valor muy alto, tanto así, que Él instruyó a sus
sacerdotes a casarse única y exclusivamente con mujeres vírgenes.[26]
El Señor puso el sello de virginidad en la mujer para que en la primera
noche de bodas se selle con sangre el pacto del matrimonio, porque en
todos los pactos que Él ha establecido, tiene que haber sangre de por
medio para que tenga validez. Perder entonces la virginidad sin estar
casada es una deshonra para toda mujer, porque no hay pacto serio que
confirmar delante de Dios al acostarse con un varón en esas
condiciones.

Al perder la virginidad no estando casadas, las jovencitas quedan
expuestas a seguir pecando con uno y con otro varón. Luego de tener su
primera experiencia sexual es muy difícil, para un número importante
de jovencitas, dejar de practicar el sexo, aumentando con ello las
probabilidades de acostarse con cada novio que tenga. Eso afecta la
reputación de la mujer, por cuanto su honra, la de su futuro esposo y la
de sus futuros hijos descansa en su recato.

Los varones también deben valorar la virginidad de la mujer para no
deshonrarla. Una mujer no pierde la virginidad sola, pues ella necesita
de un varón para consumar el hecho. El varón que consuma ese hecho,
es responsable delante de Dios de la virginidad de esa mujer y debe dar
cuenta de ello.[27] Los varones deben cuidar entonces de no andar de
picaflores dañando a jovencitas haciéndolas perder su virginidad
solamente por el placer de tenerlas un rato en la cama; porque, en mi
opinión, eso los hace corresponsables delante del Señor, por cuanto
ellos las impulsaron a ese camino.

Satanás ha engañado a la sociedad haciéndole creer que la virginidad de
la mujer no tiene valor. En estas últimas décadas el diablo ha
popularizado la idea de que las jovencitas pueden entregar su virginidad
a un varón, siempre y cuando, las haga pasar un momento “mágico” por
ser la primera vez, aunque no estén casados; y que ellas no sentirán
remordimientos después de hacerlo. Lo que ha ocultado el diablo, es la
frustración que sienten las jovencitas al perder su virginidad en una
relación pasajera; porque lo más natural, es que una mujer se sienta
sucia y utilizada al acostarse con un varón por primera vez sin estar
casada, sabiendo que nada le garantiza que ese varón la vaya a honrar
después que ya consiguió lo más preciado de ella. Para no caer en el
engaño del diablo, las jovencitas deben hacer caso omiso a todos los
consejos, recomendaciones y retos que le orienten a acostarse con un
varón sin estar casadas.

Para mantener el privilegio de llegar vírgenes al matrimonio, es
aconsejable que las jovencitas y los jovencitos, no se involucren en
relaciones sentimentales a temprana edad, de esa manera no se
expondrán al riesgo de ceder ante la tentación del sexo ilícito y por
consiguiente perder su virginidad.

3. Un embarazo no deseado.

Un embarazo no deseado también es una posibilidad latente como
consecuencia del sexo ilícito. Lo natural a suceder cuando un varón y
una mujer tienen relaciones sexuales, es que resulte un embarazo, no
importando si la pareja lo desea o no, o si está preparada o no para
mantener un hijo; pues Dios mismo creó al ser humano para
reproducirse por medio de ese tipo de relaciones, sean lícitas o no. Por
lo tanto, el riesgo de embarazo no deseado es alto cuando los jóvenes
ceden ante la tentación de tener sexo sin estar casados.

Un embarazo no deseado puede traer graves repercusiones a la pareja:
En primer lugar, ser madre soltera, esto se da cuando el varón rehúsa a
aceptar la responsabilidad de ser padre y abandona a la jovencita con
toda la responsabilidad de dar a luz y hacer crecer al hijo. En segundo
lugar, un matrimonio forzado, en cuyo caso los jóvenes son obligados a
aceptar las consecuencias de sus hechos aventurándose a un matrimonio
prematuro. Y en tercer lugar, el aborto, en cuyo caso los jóvenes ven
como única opción de salida el “deshacer su error” asesinando a su hijo
indefenso. Las repercusiones de un embarazo no deseado marcarán
fuertemente la vida, tanto del varón como de la mujer.

Los embarazos no deseados han afectado los sueños de muchos
jóvenes. Los planes de varios muchachos se han visto truncados como
consecuencia de un embarazo que no esperaban. Por ejemplo, muchos
jóvenes que soñaban con ser profesionales universitarios, terminaron
trabajando como peones de mantenimiento, porque tuvieron que asumir
la responsabilidad de mantener a su esposa y a su hijo, pues eso los
obligó a abandonar sus estudios en la universidad y con ello se esfumó
el sueño de ser profesionales . Un embarazo no deseado afectará
drásticamente los planes de los jóvenes que deciden involucrarse
sexualmente cuando no están casados.

Los jóvenes que no se involucran en noviazgos prematuros no tendrán
el riesgo de un embarazo no deseado, porque no están expuestos a ceder
ante la tentación del sexo ilícito. Recomiendo a los jóvenes
mantenerse viviendo en sabiduría y evitar ese tipo de relaciones.

El noviazgo prematuro no es para los cristianos



Ningún cristiano debería optar por involucrarse en un noviazgo prematuro.
Ya hemos dicho anteriormente que el noviazgo no es un juego de niños, por el
contrario, es una relación que requiere de preparación especial de los
involucrados. Debido a ello, en los ambientes cristianos, no debería ser usual
ver parejas de novios adolescentes o de niños, ni mucho menos a padres y líderes
espirituales consintiendo ese tipo de relaciones.

Aun teniendo la aprobación de los padres, no es conveniente que los jóvenes
cristianos se involucren en un noviazgo prematuro. Hay padres que autorizan a
sus hijos tener una pareja sentimental cuando no tienen la edad apropiada. Lo
justifican diciendo (de manera derrotista), que es para evitar que sus hijos tengan
un noviazgo clandestino. Sin embargo, lo que esos padres olvidan, es que deben
educar a sus hijos para ser obedientes en presencia o en ausencia de ellos para
que les vaya bien en la vida y sean bendecidos por el Señor. También olvidan
que un noviazgo prematuro conlleva los mismos riesgos con o sin su
autorización. Los padres que autorizan a sus hijos tener noviazgo a temprana
edad, prácticamente los están impulsando a la ruleta del fracaso. Es por eso que,
el consentimiento de los padres no debe ser suficiente motivo para que los
jóvenes cristianos se involucren en un noviazgo prematuro, pues, el efecto de esa
autorización tiene muchas probabilidades de ser perjudicial para ellos.

Aunque sientan una fuerte atracción hacia alguna persona, los jóvenes
cristianos tienen que evitar enrolarse sentimentalmente con ella, cuando todavía
no tienen la edad apropiada, ya que, así como el pecado no conviene a la
santidad, así el noviazgo prematuro no conviene a los cristianos.

Reflexión.

El cristiano sabio teme y se aparta del mal para que su vida no sea marcada
negativamente.[28] Así como José huyó sabiamente de la esposa de Potifar
cuando lo acosaba sexualmente, así también el cristiano sabio debe huir del
noviazgo prematuro para que su vida no se vea afectada por las malas
consecuencias que éste puede generar. Es de sabios entonces apartarse de toda
clase de mal para evitar vivir malas experiencias.

Un noviazgo prematuro muy probablemente marcará tu vida de manera
negativa. De seguro tu anhelo es que tu noviazgo sea una relación muy especial
y que termine en un matrimonio feliz; no solo porque la ceremonia de boda sea
bonita, sino porque toda la vida conyugal esté fundamentada sobre buenos
principios para que dure hasta que la muerte los separe. Pero, si te aventuras a
tener una relación de noviazgo antes de estar preparado física, mental,
emocional y económicamente, es muy probable que tus pretensiones de felicidad
no se cumplan, porque de seguro experimentarás situaciones difíciles, las cuales
te dejarán malas experiencias y tristes recuerdos. Porque aventurarte en un
noviazgo prematuro, es como intentar cruzar un puente que está a media
construcción en un automóvil que transita a alta velocidad; lo más probable es
que tengas consecuencias no muy favorables, debido a las situaciones de riesgo
que suelen presentarse. No te conviene entonces iniciar un noviazgo si aún no
tienes en la edad apropiada. Si lo haces, hay muchas probabilidades de que tu
vida salga afectada.

Muchas jovencitas que habían soñado con tener un esposo que fuera un
hombre de bien, responsable, buen cristiano, que llegase a ser buen padre y
todas las innumerables buenas virtudes posibles, terminaron relacionadas con
un varón que ni en sombras es lo que habían soñado, todo por no tener la
paciencia de esperar el momento oportuno. De igual manera, algunos
jovencitos que también habían soñado con tener como pareja a una mujer
virtuosa, terminaron relacionándose con mujeres de mala vida, cuyas prácticas
morales son muy distantes de una mujer virtuosa, también por no tener la
paciencia de esperar el momento apropiado.

Tal como no hay mérito en perdonar a alguien que no te ha ofendido,
tampoco hay mérito en esperar algo que no anhelas. Si tú anhelas una relación
de noviazgo buena y que marque tu vida positivamente, tienes que ser paciente y
esperar hasta estar completamente preparado. No es de locos esperar, ni es de
locos ser paciente; de que cuesta, ¡CUESTA!, no solo porque nuestro mismo
cuerpo nos pide a gritos tener una pareja sentimental, sino porque también el
mundo se encarga de poner todo a nuestra disposición para que sea fácil
cometer el error de anticiparnos en tener pareja cuando aún no estamos
preparados.

Dios no se ha equivocado, cuando te dice que no confíes en tu propia
prudencia,[29] ni cuando te dice que sobre toda cosa guardada, guarda tu
corazón.[30] Te conviene entonces, no dejarte llevar por tus sentimientos, ni por
tus emociones, sino ser prudente y paciente en la espera. Entiendo que esperar
no es agradable, ser paciente no es fácil y ser obediente la mayoría de veces
resulta ser aún más difícil y menos agradable, especialmente cuando las
hormonas te impulsan a buscar pareja y con el agravante de vivir en medio de
una sociedad que te presiona por todos lados para que cedas y decidas
involucrarte en una relación amorosa de manera prematura. Pero, también
entiendo que tenemos un Dios que ha puesto en nosotros un Espíritu de poder,
de amor y de dominio propio[31] que te fortalecerá para soportar las presiones
internas y externas y así obrar en paciencia. Una vez más te digo que no será
fácil, pero sin temor a equivocarme también te digo que valdrá la pena hacer el
esfuerzo y esperar. El Espíritu Santo que mora en ti te sustentará con su poder
para fortalecerte en la templanza y paciencia que necesitas para soportar toda
presión que te provoque a tener un noviazgo prematuro.

Sé sabio y apártate de una relación de noviazgo prematuro para así vivir a
plenitud cada etapa de tu vida y no sufrir malas experiencias que te puedan
dejar malos recuerdos o frustraciones por no haber alcanzado tus sueños.


Capítulo 5 – Acciones que los cristianos
ejecutan para elegir con sabiduría

Los jóvenes cristianos se caracterizan por elegir con mucha sabiduría a su
pareja. La elección de la pareja conlleva mucha seriedad y responsabilidad,
porque se está eligiendo, nada más y nada menos que, a la persona con quien se
vivirá por el resto de la vida. Ese es suficiente motivo para que los jóvenes
actúen de manera sobria, inteligente y prudente en esa elección. Y para
ayudarlos, a continuación presento una serie de acciones para elegir sabiamente
a su pareja.

Salir del círculo de los sentimientos



Para elegir con sabiduría a la pareja, sugiero a los jóvenes salir del círculo de
los sentimientos y entrar en el círculo de la inteligencia. Los jóvenes elegirán
mejor si hacen a un lado las emociones que generan los sentimientos y la
sustituyen por la objetividad que genera la inteligencia. Salir del círculo de los
sentimientos hará que los jóvenes elijan inteligentemente, porque habrán
evaluado objetivamente todos los aspectos favorables y desfavorables de la
persona a elegir.

Elegir bajo la influencia de los sentimientos hará que los jóvenes se guíen
más por emoción que por convicción. Esto los llevará a hacer una evaluación
muy superficial de la persona a elegir, pues sus criterios serán: “me gusta”, “es
guapo o bonita”, “es el o la más popular de la escuela o de la congregación”,
“me hace sentir feliz”, “hacemos buena pareja”, etc. Muchos jóvenes que han
elegido de esa manera han terminado frustrados, porque obviaron evaluar la
clase de persona que era el fulano o la fulana y se llevaron una sorpresa no grata
cuando se percataron de que no era lo que esperaban. Elegir bajo la influencia
de los sentimientos puede traer consecuencias no muy favorables a los jóvenes
cristianos.

Ahora bien, elegir bajo la influencia de la inteligencia hará que los jóvenes
elijan más con el razonamiento que con el corazón. Sus criterios para elegir
serán: “es cristiana o cristiano”, “tiene madurez espiritual”, “tiene buenos
principios”, “tiene buen nivel de educación”, “se lleva bien con su familia”, “es
responsable”, etc. Este tipo de evaluación ayuda a definir si conviene o no
unirse al fulano o a la fulana, visualizando la relación a futuro. Por ejemplo, si
tiene buenos principios, de seguro será un buen cónyuge; si es responsable, de
seguro cumplirá con todos los compromisos del futuro hogar; si se lleva bien con
su familia, de seguro se esforzará por mantener unida a su familia porque será de
gran valor para él. En conclusión, si los jóvenes eligen inteligentemente a su
pareja tendrán un noviazgo exitoso y por consiguiente un matrimonio estable.

Una práctica que aconsejo a los jóvenes ejecutar para elegir con inteligencia
a su pareja, es actuar y pensar como si estuvieran eligiendo pareja para un ser
muy querido y que quieren elegir la persona idónea para ella. Esto les ayudará a
salir por completo del círculo de los sentimientos y buscarán a una persona que
para el futuro pinte ser un buen cónyuge, un buen padre o buena madre y un
hombre o una mujer que ame a Dios y todas las buenas virtudes que se necesitan
para tener un buen matrimonio. Mi respaldo para este consejo es que en tiempos
bíblicos quienes elegían la pareja de los hijos eran los padres y ellos ni siquiera
les preguntaban si les agradaba o no la otra persona, simplemente tenían que
aceptar al fulano, porque era la voluntad de sus padres. Este tipo de elección
tenía sus ventajas, porque al estar fuera de la influencia de los sentimientos, los
padres elegían inteligentemente, pues evaluaban muy bien a la persona,
poniendo como prioridad sus valores antes que sus atributos físicos. Como
resultado, los matrimonios eran muy estables y prósperos; prueba de ello es que
no había tantos divorcios como los hay en nuestros días. Si los jóvenes toman
este consejo, dejarán en segundo plano la atracción física y todas esas
superficialidades por las cuales eligen hoy a sus parejas y se enfocarán en
analizar si les conviene o no unirse a una persona, evaluando sus valores.

Es necesario que los jóvenes salgan del círculo de los sentimientos para
hacer una elección inteligente de su pareja, porque el cristiano sabio elige con la
mente y no con el corazón.

Tener en alta estima el consejo de los padres



Para elegir sabiamente a su pareja sentimental, a los jóvenes les favorecerá
tener en alta estima el consejo de sus padres. La perspectiva que los padres
tienen acerca de la vida es muy diferente a la de los hijos, ya que, la experiencia
que tienen hace que sean más objetivos en la evaluación de la persona a quien
ellos entregarán a su hijo o hija para vivir el resto de sus días. Ellos evaluarán
aspectos como la educación, los principios de vida, la clase de familia de la que
proviene, la iglesia en la que se congrega, nivel de compromiso con la obra del
Señor y otros aspectos importantes que, por lo regular, los jóvenes no toman en
consideración al momento de elegir. Es muy importante que los jóvenes
aprovechen los valiosos consejos de sus padres para agregar sabiduría a la
elección y así minimizar los riesgos de fracaso en su relación.

La disposición de los hijos de obedecer el consejo de sus padres también es
importante para hacer una buena elección. No basta solamente con escuchar los
consejos de los padres, sino que también hay que obedecerlos y ponerlos en
práctica. Es decir, los consejos de los padres deben tomarse como mandatorios,
porque obedecerlos siempre redundará en beneficio para los hijos, ya que, los
padres normalmente nunca desean el mal para ellos, sino que siempre les
procuran el bien. Entonces, sugiero a los jóvenes, poner mucha atención a las
recomendaciones de sus padres sobre la persona a elegir y tomarlas como un
mandato a obedecer, pues detrás de un buen consejo siempre hay una buena
intención del que lo da y un beneficio para el que lo recibe.

Quiero motivar a los jóvenes a ser obedientes a las recomendaciones de sus
padres al momento de elegir su pareja, porque eso les ayudará a clarificar el
criterio que tengan sobre la persona a elegir y por consiguiente harán una
elección sabia. La obediencia de los hijos hacia los padres trae buenas
consecuencias a los que la practican, pues Dios los bendice.

Buscar pareja dentro de su mismo pueblo



Para hacer una elección sabia, los jóvenes cristianos deben buscar pareja
dentro del mismo pueblo cristiano. Los cristianos hemos sido constituidos como
una nación santa, llamada a glorificar el nombre de Dios, viviendo en santidad y
apartados de toda contaminación del mundo que nos rodea.[32] Conscientes del
privilegio que implica pertenecer a ese pueblo santo, los jóvenes cristianos deben
tomar la decisión de no contaminarse uniéndose en relaciones amorosas con
personas que no sean cristianas.[33] Todo cristiano tiene la obligación de no
unirse en yugo desigual con los incrédulos para no sufrir consecuencias
posteriores.[34]

Un cristiano que busca pareja fuera del pueblo cristiano demuestra entre
otras cosas:

1. Que no se ha percatado del privilegio que significa pertenecer a un
pueblo santo.

Un cristiano que se involucra con una inconversa, demuestra que no se
ha percatado del privilegio que significa pertenecer al pueblo que el
Señor compró a precio de Sangre para sacarlo de las tinieblas, a fin de
ser una nación santa y vivir en un nivel superior de vida, sin
contaminación con el pecado.[35] Tampoco se ha percatado de que el
cristiano ha sido rescatado de una vana manera de vivir, la cual lo tenía
condenado al fuego del infierno para que, en agradecimiento por su
rescate, viva dedicado a Dios en todos los aspectos de su vida, no dando
lugar a poner en riesgo su santidad.

Los cristianos que se relacionan sentimentalmente con incrédulos, no se
han percatado del privilegio que significa portar el calificativo de
cristiano y ser llamados hijos de Dios, tampoco han valorado el precio
que Dios pagó por su liberación, ni mucho menos han dimensionado el
significado de la palabra santidad.

2. Que no ha comprendido que lo santo y lo profano no deben
mezclarse.[36]

Un cristiano que se involucra sentimentalmente con una inconversa,
demuestra que no ha comprendido que así como Cristo no tiene
relación con Satanás[37] y como la luz no tiene comunión con las
tinieblas; así el cristiano no debe tener comunión amorosa con una
persona inconversa. También demuestra no haber comprendido que, así
como el agua y el aceite no pueden mezclarse, así lo santo y lo profano
tampoco, porque delante de Dios es como querer unir la santidad con el
pecado.

Para el Señor, la mezcla de lo santo y lo profano es abominación. En la
historia bíblica del pueblo de Israel vemos que en varias ocasiones, el
Señor los reprendió severamente por mezclar lo santo y lo profano. Es
de esperar entonces la reprensión de parte Dios para aquellos que,
siendo sus santos hijos, se mezclen con incrédulos.

Un cristiano que se involucra sentimentalmente con una no cristiana,
demuestra que no ha comprendido el alto significado de la santidad de
Dios como para rebajarla mezclándola con lo profano.

3. Que para él tiene más importancia agradarse a sí mismo que
agradar a Dios.

El cristiano que se involucra en una relación amorosa con una persona
mundana, demuestra que para él es más importante complacer sus
deseos que agradar al Señor. Todo cristiano debe tener como prioridad
agradar a Dios antes que a los hombres, incluyéndose él mismo,[38] no
hacerlo demuestra preferencia por él antes que a Dios, lo cual es
idolatría.

Demuestra también, que no ha aprendido a negarse a sí mismo, a tomar
su cruz y seguir a Cristo.[39] El cristiano debe negarse a complacer las
exigencias de la naturaleza pecaminosa, soportando las presiones
internas que ésta genera, y así vencer los deseos de la carne para vivir
conforme a la voluntad de Dios. Involucrarse con incrédulos solo
evidencia que el ego de la persona es mucho más fuerte que la
convicción de ceder ante la voluntad de Dios.

Y por último, demuestra que no ha aprendido a menguar para que
Cristo crezca en él.[40] No ha aprendido que el cristiano debe hacer
menguar sus intereses personales y dejar que los intereses de Cristo
tomen prioridad en él. Tampoco ha aprendido que debe crucificar el
egocentrismo natural que lo lleva a concentrarse en sus intereses
personales, para que Cristo viva en él tomando control de sus intereses
y sus decisiones.[41]

El cristiano que se involucra sentimentalmente con una no cristiana,
demuestra que agradar a Dios no es relevante ante sus deseos
personales.

4. Que cree tener más sabiduría que Dios.

Una persona cristiana que se involucra sentimentalmente con una no
creyente, demuestra que cree ser más sabio e inteligente que Dios.
Cuando el Señor habla dando prohibiciones, consejos y exhortaciones,
de Su Sabiduría lo extrae; y cuando el joven decide no obedecer esos
mandatos, sino apoyarse en su propia prudencia, hace de menos la
sabiduría de Dios, y el que hace de menos la sabiduría de Dios,
demuestra que valora más su sabiduría que la de Dios, por lo tanto, cree
ser más sabio que Dios.

Además, el cristiano que se involucra con una no creyente, demuestra
que cree que sus convicciones le protegerán más que los consejos de la
Palabra de Dios. Cuando Dios habla, lo hace para protección del mismo
creyente, porque Él sabe lo que le conviene y lo que no. Por ejemplo,
no unirse en yugo desigual con incrédulos, protege al creyente de los
riesgos de apartarse de los caminos del Señor, pues es más probable que
el incrédulo afecte su vida negativamente a que él influya positivamente
en la vida del incrédulo. Apoyarse en su propia opinión antes que en el
consejo de Dios, demuestra que la persona tiene más confianza en sus
convicciones que en la Palabra de Dios.

5. Que tiene preferencia por los hijos del mundo que por los hijos de
Dios.

Un cristiano que se involucra en una relación amorosa con una no
creyente antes que con alguien de su mismo pueblo, demuestra que
tiene preferencia por los hijos del diablo sobre los hijos de Dios. Su
interés por los miembros de su mismo pueblo es menor al que tiene por
los miembros de un pueblo ajeno que no tiene en cuenta los asuntos de
Dios.

El Señor exhorta en Su Palabra a dar preferencia los unos a los otros
entre los cristianos.[42] La persona cristiana que prefiere unirse
sentimentalmente a una inconversa, demuestra que no ha considerado
obedecer esta exhortación del Señor.

Orar pidiendo sabiduría



Siguiendo con las acciones para escoger sabiamente, el cristiano debe orar
para elegir a la persona que sea idónea como su pareja. En su oración habitual, el
creyente debe pedir por sabiduría para elegir a quien cumpla con las cualidades
esenciales para ser su pareja idónea. Cuando la sabiduría falta es muy probable
que se elija conforme a la voluntad del hombre y no conforme a la de Dios, es
por eso que la oración es clave para recibir del Señor la orientación precisa para
hacer una buena elección.

El Señor responderá a la oración del justo que clama por sabiduría para
elegir bien a su pareja. Los oídos de Jehová están atentos al clamor de los justos
para responder sus peticiones.[43] Es por eso que a los jóvenes les conviene
orar fervientemente cuando se disponen a elegir pareja para recibir del Señor la
orientación precisa y así elegir conforme a Su voluntad. En Su Palabra el Señor
ha prometido que al que pide se le da, al que llama se le abre y el que busca
encuentra.[44] Entonces hay que orar con fe para hacer una buena elección,
porque hay promesa de que Él escucha y responde las oraciones.

Ahora bien, así como es importante orar pidiendo, así también es importante
poner atención a la respuesta del Señor para aceptarla y obedecerla. Si la
respuesta que se recibe del Señor indica que la persona que pretendemos no es la
mejor opción, hay que desistir de esa intención, porque de lo contrario
estaríamos haciendo nuestra voluntad y no la de Dios. Y si no obedecemos la
respuesta de Dios, entonces la oración solamente fue un pretexto.

Orar constantemente pidiendo sabiduría y estar atentos a la respuesta del
Señor, ayudará a los jóvenes a elegir a la persona que, de acuerdo a la voluntad
de Dios, será la persona idónea para ellos.

Elegir conforme a valores y no conforme a atributos físicos



Para elegir sabiamente, los cristianos deben evaluar a la persona conforme a
valores y no conforme atributos físicos. Los jóvenes deben aprender a darle más
importancia a los valores que las personas poseen que a los atributos físicos. Por
ejemplo, deben darle más importancia a, si la persona es cristiana a que si es
bonita, también deben darle más importancia a, que si es responsable y honesta a
que si tiene bonito cuerpo. Cuando el cristiano elige conforme a valores se
garantiza una vida de paz aunque la persona elegida no sea muy atractiva
físicamente.

La sociedad de hoy ha orientado a los jóvenes a elegir dando más
importancia a la apariencia física que a los valores. Esas exigencias han llevado
a los jóvenes a interesarse más por mantener una buena apariencia física que a
mejorar sus principios y valores de vida. De tal manera que hoy vemos a
personas con rostros y cuerpos casi perfectos pero con una vida desordenada en
la mayoría de casos. Ahora bien, los creyentes no deben actuar conforme a las
exigencias del mundo, no deben dejarse llevar por la impresión que causa una
cara hermosa o un cuerpo tonificado, porque lo más probable es que elijan a una
persona con quien difícilmente serán felices. Dejarse guiar por las apariencias,
puede ser contraproducente para los cristianos, porque la gracia y la hermosura
son engañosas y pasajeras,[45] en cambio los valores son permanentes y entre
más tiempo pasa más se perfeccionan.

Un cristiano que elige conforme a valores se decidirá por una persona que:

1. De preferencia es esforzada.

Las personas que eligen a su pareja conforme a valores, regularmente se
deciden por una persona que es esforzada. Cuando se elige conforme a
valores, se evalúa si la persona a elegir tiene la virtud de ser esforzada,
debido a ello, lo más probable es que la decisión recaiga sobre una
persona que tenga esa cualidad. En este caso, el varón advertirá si la
mujer es honorable, extraordinaria, fuerte, buena ama de casa,
hacendosa, eficiente, prospera y valiosa; estas son las características
que definen a una mujer virtuosa. Las jovencitas por su lado,
advertirán si el varón es responsable, diligente, trabajador, protector,
honesto y todas las demás buenas virtudes que podamos mencionar. Y
ambos advertirán si la otra persona tiene amor a Dios y a Su obra, si es
íntegra, si tiene lealtad, si es respetuosa, si es generosa, si es tolerante,
si es responsable y si es amable.

El valor de ser esforzado es una característica importante a evaluar por
parte de quienes eligen conforme a valores. El cristiano que desea tener
a su lado a una persona esforzada tiene que dejar de lado la costumbre
de elegir solo conforme a atributos físicos y enfocarse en hacer una
elección en la cual se le dé mucha importancia a los valores.

2. De preferencia no tiene un pasado sexual comprometedor.

Las personas que eligen a su pareja conforme a valores, es muy
probable que se decidan por una persona que no tiene un pasado sexual
comprometedor. (Una persona que tiene pasado sexual comprometedor
es quien voluntariamente ha perdido su virginidad, porque se ha dejado
influenciar por la idea de que ésta no tiene valor y que puede tener toda
la experiencia sexual que desee y con quienes desee mientras llega el
momento de unirse a alguien en matrimonio. Esto excluye a aquellas
personas que han sido víctimas de violación o cualquier atropello
sexual, porque ellas no tienen la culpa de la maldad de otros y no
excluirlas sería injusto) Quien elige conforme a valores, de preferencia
escogerá a una persona que voluntariamente haya decidido guardarse
pura y virgen para el matrimonio. Una persona así denota que tiene un
alto sentido de pureza moral y que tiene un alto compromiso con la
honorabilidad. Y por esos principios, es muy probable que le dé un alto
valor al matrimonio y se aferre a la idea de que es para toda la vida.
Entonces, una persona cristiana que elige a su pareja dándole más
importancia a los valores que a los atributos físicos, tiene muchas
probabilidades de ser muy feliz en su relación.

Ahora bien, mi intención no es inducir a los cristianos a descartar por
completo a las personas con un pasado sexual comprometedor, ni
tampoco condenar al fracaso los matrimonios con personas que tienen
ese problema, porque todos merecemos una segunda oportunidad, y
descartar por completo a quienes por error tuvieron experiencias
sexuales que marcaron su vida, sería injusto, especialmente para
aquellos que ya son creyentes. Mi propósito es hacer notar que, si el
cristiano elige a una persona con un pasado sexual comprometedor,
podría tener consecuencias, las cuales, si no sabe cómo controlarlas,
podrían afectar seriamente su noviazgo y su matrimonio. Por ejemplo.
Si un varón decide tomar como novia a una mujer con hijos, debe estar
preparado para aceptar que la relación incluye, no solamente la relación
con esos hijos, sino también la tolerancia de ver llegar al padre de esos
niños a casa de su novia para relacionarse con ellos. De la misma
manera si una jovencita se involucra con un hombre divorciado y con
hijos, tiene que ser tolerante a la relación de su novio con la expareja
por motivo de esos hijos. Y como no todas las personas tienen la
madurez suficiente para sobrellevar este tipo de relaciones, aconsejo
que de preferencia se elija a una persona sin pasado sexual
comprometedor y así evitar problemas posteriores. Ahora, si el
cristiano cree tener la capacidad de controlar y evitar las consecuencias
que mencioné anteriormente, solamente le aconsejo honrar a la persona
elegida como si la hubiese encontrado virgen y que olvide su pasado
para no hacer reclamos posteriores; esto lo expreso, porque en
momentos de discordia es cuando normalmente afloran ese tipo de
reclamos, pues he conocido a mujeres que después de convivir varios
años con un varón todavía reciben reclamos porque éste no la encontró
virgen, también conozco parejas que no son felices, porque alguno de
los cónyuges no se relaciona bien con los hijos que no son de ambos. Y
por último agrego la recomendación de exigir a su pareja poner reglas
claras en cuanto a la relación con su ex pareja de manera que no afecte
la nueva relación. Eso incluye regular los horarios de visitas, horarios
de llamadas, que las visitas se hagan cuando él o ella estén presentes en
casa, etc. Concluyo reiterando que, si el cristiano no tiene la madurez
suficiente para soportar una relación con una persona que tiene un
pasado sexual comprometedor, es preferible que busque a alguien que
no lo tenga, porque de hacerlo repercutirá en una vida amargada para
ambos y eso no es justo.

Por otro lado, elegir a una persona sin pasado sexual comprometedor,
ayuda al cristiano a evitar el riesgo de ceder ante la tentación del sexo
ilícito. Lo que no has tenido no te hace falta, pero lo que has tenido y
de pronto te lo quitan, te hará falta. Así es el sexo para las personas que
han tenido experiencia en esa área; a ellas les será difícil controlar su
deseo sexual, porque ya saben que viene después de los besos y las
caricias. Es decir, que como ya están acostumbrados a tener sexo, los
besos y las simples caricias no les satisfacen, por lo tanto, se darán la
tarea de buscar su satisfacción. Pero si el cristiano cree poder controlar
ese riesgo, solamente le aconsejo ser muy cauteloso y evitar a toda
costa el contacto físico excesivo, y si es posible evitarlo por completo,
esto le ayudará a mantenerse puro y santo para el Señor, porque el sabio
ve el peligro y se aparta.[46]

La persona que elige conforme a valores de preferencia se inclinará por
una persona sin pasado sexual comprometedor o por una persona
comprometida con la pureza sexual, aunque ésta haya tenido un pasado
sexual comprometedor, en este último caso, él será sabio para controlar
todos los riesgos y las consecuencias.

Declarar las intenciones a la persona elegida



Una vez se haya elegido a la persona y después de orar, corresponde al
cristiano hacer la declaración de sus intenciones. Esta declaración debe hacerse
con mucha formalidad y seguridad, tal cual lo hizo el siervo de Abraham a los
padres de Rebeca cuando le asignaron la tarea de buscar esposa para Isaac.[47]
Éste es el paso clave de la elección de pareja, todos los pasos giran alrededor de
este momento crucial dentro del cortejo, porque para eso se han ejecutado todos
los pasos anteriores. Por eso tiene que planificarse con detalle y hacerse con
mucho cuidado para no echar perder todo lo que se ha hecho.

Enterar a los padres y a los líderes espirituales



Poner al corriente a los padres de los jóvenes es un paso que los cristianos
dan antes de consumar el noviazgo. Después de hacerle conocer sus intenciones
a la persona elegida y obviamente obtener el sí, el cristiano está obligado a
presentarse delante de los padres de la jovencita y expresarles su intención de
entablar una relación seria con ella, esto para que ellos sean los primeros en
enterarse sobre la nueva relación. También el joven debe presentar la jovencita a
sus padres a fin de que ellos ya no la vean como una amiga, sino como la futura
esposa de su hijo.

Ningún joven cristiano debería iniciar la relación de noviazgo con una
jovencita ni mucho menos besarla o acariciarla sin antes hablar con los padres de
ella y contar con el permiso respectivo. En el mundo, los jóvenes se enrolan en
relaciones amorosas y los últimos en enterarse son los padres, mas entre los
cristianos no debe ser así, porque eso deshonra a los padres. Cada joven debe
recordar que el primer mandamiento con promesa es honrar a padre y madre.[48]

Los líderes espirituales de la pareja también deben ser enterados sobre su
intención de unirse en una relación amorosa. Es justo que pastores y líderes
juveniles se enteren de las relaciones de sus consiervos, porque ellos también
darán cuenta de sus ovejas al Señor.[49] Al ser ellos sus pastores, tienen derecho
a estar informados sobre los asuntos sentimentales de sus ovejas, porque parte
del cuidado hacia sus consiervos incluye el dar las recomendaciones pertinentes
sea cual sea el caso.

Orar en pareja para pedir bendición para la relación



Es prudente que la pareja se tome un tiempo para orar juntos previo a
formalizar la relación de noviazgo. Ya teniendo el consentimiento de ambos y la
autorización de los padres, es recomendable que la pareja dedique un tiempo a
orar pidiendo al Señor una bendición especial para la relación. Orar juntos
ayudará a crear el hábito de oración en pareja y servirá como fundamento para
hacerlo a diario cuando ya estén casados. Orar juntos fortalecerá la amistad, el
noviazgo y el futuro matrimonio.

Personalmente considero que seis meses es un tiempo prudente para orar.
Durante ese tiempo, es bueno que los pretendientes se mantengan solo como
amigos, a fin de conocerse un poco más y terminar de discernir si conviene o no
consumar la relación de noviazgo.

La vida de los cristianos se sustenta en la oración por eso es importante que
la pareja vaya creando el valioso hábito de orar juntos desde la etapa previa y
durante el noviazgo.

Reflexión.

Para Dios la elección de pareja dentro de Su Pueblo siempre ha sido y será
algo que requiere de mucha sabiduría. Tanto es así, que en tiempos bíblicos, Él
delegó a los padres la responsabilidad de decidir con quien se casaba el hijo y a
quien entregaban la hija.[50] Los padres eran muy cuidadosos en la realización
de esta tarea, porque la persona escogida pasaba a formar parte de su familia, y
lo que menos querían era que sus hijos se casaran con personas que mancharan
el nombre de esa familia o la desviara en adoración de otros dioses, ya que,
sabían que tendrían que dar cuenta al Señor de ello por ser los únicos
responsables delante de Él.

Los padres elegían con sabiduría a la pareja de sus hijos, porque estaban
fuera de la influencia de los sentimientos. Ellos se enfocaban en asegurar un
matrimonio estable y duradero para sus hijos; y para lograrlo, dejaban a un
lado todas las vanidades que los pudieran llevar al fracaso. Ellos también se
enfocaban en asegurar la continuidad de la adoración exclusiva del Nombre de
Jehová en sus familias, y para ello excluían a cualquier persona cuyas
costumbres fueran paganas, por muy bien parecida físicamente que esta fuera o
por muy buen status social y económico que tuviera. A ellos no se les
dificultaba elegir con la mente, porque la influencia de los sentimientos era
nula, por lo tanto, elegían de manera inteligente.

Para elegir pareja con la misma sabiduría que lo hacían los padres en el
pueblo de Israel, es recomendable que tú también salgas de la influencia de los
sentimientos y apliques los mismos principios de sabiduría que ellos aplicaban
en la elección de la pareja de sus hijos. Si bien es cierto que esta sociedad te ha
enseñado que el corazón es el que manda y que debes elegir conforme a lo que
tus sentimientos te dicten, también es cierto que el corazón es perverso y
engañoso más que todas las cosas[51] y si eliges guiado por él, es muy
probable que resultes eligiendo a la persona con la que menos te hubiera
gustado compartir por el resto de tu vida. Ahora bien, si eliges de manera
inteligente, dejando a un lado las vanidades y las superficialidades que los
sentimientos generan, es muy probable que elijas a la persona idónea, y en
consecuencia tengas una relación estable y duradera, y en la que el Nombre de
Jehová sea glorificado perpetuamente. Elige a tu pareja con la mente y no con
el corazón.

Actualmente en la sociedad se maneja la idea de que es muy importante que
la persona a elegir, te guste mucho para sentirte bien con ella y para que tu
noviazgo sea exitoso. A través de las telenovelas e historias de amor, la sociedad
ha sido convencida, por figuras pre-establecidas, de que el gustarse es la base
de la felicidad en una relación amorosa. Y ese concepto se ha enraizado tanto en
las personas que incluso ha sido adoptado por muchos cristianos, incluyendo
líderes. Mi opinión al respecto es que, el gustarse es, como dicen los
norteamericanos, un “nice to have”, es decir, es bueno si se tiene, pero si no se
tiene, no te afecta, porque no es importante. El respaldo para mi opinión es la
Biblia, porque; como ya vimos al principio; en ella encontramos muchas
historias en las que las parejas se formaban a voluntad de los padres sin el
consentimiento de los hijos y eran matrimonios estables y duraderos. Ahora
bien, no estoy diciendo que es malo que te guste la persona a elegir, tampoco
estoy diciendo que si te gusta la persona a elegir tu noviazgo será un fracaso. Lo
que trato de decirte es que, si encuentras a una persona cuyas cualidades
apuntan para ser tu pareja idónea, deberías procurar unirte a ella aunque no te
guste físicamente, porque lo más importante es que sus valores encajen con los
tuyos, pues el que te guste no será un consuelo para ti cuando te encuentres en
medio de problemas de infidelidad o de violencia intrafamiliar o de adicciones o
de otro tipo. Elegir conforme a lo que el mundo propone no siempre da buenos
resultados en la vida real, en las telenovelas sí, pero eso es ficción. Dale más
importancia a los valores de las personas que a lo que sientas por ella.

Un gran amigo me decía que los jóvenes deben ver el matrimonio como un
proyecto de vida y el noviazgo como la etapa de pre factibilidad de ese proyecto.
Y estoy de acuerdo con sus palabras, porque si tú tomas tu noviazgo como tal, lo
menos que te importará es si alguien te gusta o no, sino que te enfocarás en
buscar a la persona que tenga las cualidades perfectas para ser tu socio ideal en
el matrimonio. Es decir, que comparta tu visión de cristiano, tus metas
familiares y tus metas personales; que sea tu soporte en tiempos de angustia y
que se mantenga fiel a los propósitos del matrimonio. Todo eso se resume en
hacer una elección con sabiduría.

El Señor se agradará de ti si eliges a tu pareja con la mente y
consecuentemente hará que te enamores de ella, pues Él bendecirá tu relación
para que sea próspera, estable y duradera.

Capítulo 6 – Actitudes que los cristianos
asumen para mantener su noviazgo en
santidad

Vivir en santidad es una premisa para los cristianos en el noviazgo. Una de
las etapas en la que la santidad del cristiano se expone a riesgos es la del
noviazgo, especialmente por las libertades en el contacto físico que la sociedad
ha permitido a las parejas en la actualidad. Para minimizar esos riesgos y
mantener un noviazgo digno de cristianos, la pareja debe poner como principios
de conducta los consejos de la Palabra de Dios, pues dos cristianos no hacen un
noviazgo cristiano si al momento de interactuar entre ellos se olvidan de los
principios de vida que el Señor Jesucristo exige. Se hace necesario entonces que
los dos tengan temor de Dios y apliquen Su Palabra para vivir un noviazgo en
santidad. En otras palabras, como buenos hacedores de la Palabra,[52] tienen
que poner en práctica cada mandamiento y tomar en serio cada advertencia del
Señor, porque, solo el conocimiento de la Palabra, no es suficiente para vivir en
santidad, sino que es necesario ponerla como norma fundamental de conducta y
como guía de cada acto de la vida.

Para que un noviazgo sea cristiano tiene que cumplir con la premisa de
mantener en santidad a la pareja, por lo tanto, los involucrados deben esforzarse
por hacer que su noviazgo cumpla con las siguientes acciones de conducta:

No idolatrar a la pareja[53]

En el noviazgo entre cristianos no se idolatra a la pareja. Suele suceder que
los jóvenes se emocionan tanto con el noviazgo que resultan dando más
importancia a fortalecer esa relación que la relación con Dios. En este caso,
ambos pierden la perspectiva de lo que Dios debe significar para ellos y resultan
retirando de sus agendas las actividades cristianas que se entrecruzan con sus
citas amorosas. El tiempo que antes ocupaban para orar y leer la Biblia o para
asistir a la congregación, ahora lo ocupan para sus momentos románticos. Todas
sus actividades personales se circunscriben a los cuidados del noviazgo y por
consiguiente, descuidan su relación con el Señor. Eso demuestra que aman más a
la pareja que al Señor. Se olvidan que amar a otro ser antes que a Dios es
idolatría y los que hacen tal cosa no son dignos del Señor.[54]

Descuidar la relación con el Señor para fortalecer la relación de noviazgo
puede traer consecuencias negativas a la vida de la pareja, de las cuales
mencionaré algunas a continuación:

1. Estrellarse con el pecado.

Una de las consecuencias que la idolatría genera, es la de estrellarse con
el pecado por ceder ante la tentación. El riesgo de estrellarse, aumenta
en la medida en que uno o ambos miembros de la pareja son carnales;
es decir, entre más descuiden su relación con Dios más débiles
espiritualmente estarán; y entre más debilidad tengan, más carnales
serán; y entre más carnales sean, mayor será el riesgo de ceder ante la
tentación y comprometerse con el pecado. Las parejas cristianas que
descuidan su relación con Dios para fortalecer la suya se vuelven
vulnerables a las tentaciones aumentando el riesgo de ceder ante ellas.

Para evitar ese tipo de consecuencia, los novios deben ser sabios y
corregir ese tipo de actitud procurando retomar todas sus actividades
devocionales con regularidad para fortalecer su vida espiritual.

2. Manipulación.

Otra de las consecuencias que la idolatría deja, es la manipulación que
ejerce el idolatrado sobre quien lo idolatra. Esto sucede porque quien
idolatra hace que su vida gire por completo en torno a su pareja y esto
empuja al idolatrado a tomar control, no solo de la relación, sino
también de las acciones y pensamientos de su pareja manipulándola
para que haga lo que él o ella desea. Una relación así es muy peligrosa,
porque propicia la oportunidad al idolatrado de hacer lo que se le antoje
con su pareja sin que esta se percate de las consecuencias que
impliquen esos actos. Quien idolatra a su pareja queda expuesto a ser
arrastrado por las ideas de su contraparte incluyendo las buenas y las
malas.

Otra manera en que se manifiesta la manipulación es cuando el novio
ejerce sobre la novia la autoridad que solo los padres tienen derecho a
ejercer sobre ella. Esto sucede cuando el novio restringe los horarios y
controla las actividades de la novia, a tal grado que, ella tiene que
pedirle permiso para realizar esas actividades aun cuando ya cuenta con
el consentimiento de sus padres. Una actitud así es perjudicial para la
pareja y una falta de respeto hacia los padres de la novia, porque, si
bien es cierto que el Señor ha delegado la autoridad de la pareja al
varón, esta solo aplica única y exclusivamente en el matrimonio, no en
el noviazgo. Por lo tanto, la novia que idolatra a su novio, se expone a
pecar de injusticia permitiendo que su novio usurpe la autoridad que
solo los padres pueden ejercer sobre ella.

Para evitar este tipo de consecuencias la pareja tiene que poner al Señor
como centro de su relación, de esa manera su noviazgo será acorde a las
prácticas cristianas.

3. Inestabilidad emocional.

Otra de las consecuencias de idolatrar a la pareja es caer en
inestabilidad emocional cuando la relación termina sin llegar al
matrimonio. Esto sucede porque quien idolatra siente que su vida no
tiene sentido si la otra persona no está a su lado. Eso puede llegar a ser
muy crítico, porque el afectado puede pensar que no vale la pena vivir
sin la pareja, y en esas circunstancias el suicidio puede verse como una
opción viable para escapar del problema. Entonces, quien idolatra a su
pareja se expone a caer en inestabilidad emocional y por consiguiente, a
graves consecuencias.

Para corregir ese tipo de actitud, los novios deben evitar la idolatría
recordando que nadie, excepto Dios, les es indispensable para vivir, a
menos que sus órganos vitales estén conectados a la otra persona.

Para tener una relación de noviazgo como conviene a santos, la pareja
debe tener cuidado de no desplazar a Dios de la prioridad que se
merece. Los novios tienen que mantenerse firmes en las buenas
prácticas de fe procurando no bajar su frecuencia en la oración, en la
lectura de la Palabra y en la asistencia a los servicios devocionales de la
congregación. Para eso, tienen que planificar sus citas amorosas en
horarios que no se traslapen con aquellas actividades que son cruciales
para el crecimiento de su vida espiritual. Haciendo esto, evitarán caer
en idolatría y disminuirán riesgos.

Huir de la fornicación[55]

En el noviazgo, los cristianos tienen como tarea recurrente el huir de la
fornicación. Los jóvenes deben tomar medidas de sabiduría para prevenir ser
seducidos por el pecado. Entre estas medidas tenemos:

1. Rechazar las libertades que el mundo da al noviazgo.

Para huir de la fornicación y mantener una relación de noviazgo en
santidad, a los jóvenes cristianos les conviene rechazar todas las
libertades que la sociedad otorga al noviazgo en la actualidad. La idea
mundana de que entre más íntimo sea el noviazgo más efectivo será y
de que entre más se involucren sexualmente más garantía hay de
conocerse mejor, no debe ser opción para los cristianos. Porque esa idea
promueve prácticas que deberían ser aborrecibles para ellos, ya que,
hace permisible la relación sexual sin matrimonio, lo cual va en contra
del anhelo de vivir en santidad. Es por eso que, desde el principio de la
relación a los novios les corresponde retirar de sus mentes la idea de
que tienen licencia abierta para intimar con su pareja usando como
pretexto el convivir como si fueran esposos para ver si la relación
funciona, porque eso no aplica para los cristianos, pues es pecado.

2. Ser sobrio especialmente en las citas.[56]

Para huir de la fornicación y mantener el noviazgo en santidad, los
jóvenes cristianos tienen que procurar con todo su corazón mantenerse
sobrios durante las citas amorosas. Es en las citas donde se maximizan
los riesgos de ceder ante la tentación, y estos riesgos se incrementan en
la medida en que se pierde el juicio. Es por eso que los jóvenes deben
procurar, para esos momentos, tener una mente sana, ser sensatos,
razonables, prudentes, juiciosos y tener dominio propio.

Para lograr el propósito de mantenerse sobrios en las citas, los novios
deben conocer, lo que a mi criterio, es la curva del control de la
tentación.


La primera zona de la curva marca el área en la que las emociones
pueden ser controladas fácilmente, a esa zona le llamo “Bien
portados”; es en esa zona donde los novios tienen que procurar
mantenerse durante toda la cita.

La segunda zona marca la negociación que la tentación inicia con la
pareja para convencerlos de pecar. A esta zona le llamo “Corre porque
te quemas”. En esa zona se tiene parcialmente el control de las
emociones, pues los pensamientos se empiezan a nublar, porque el
instinto empieza a querer tomar el control de los actos. Es llegando a
esa zona cuando los novios deben ser sabios y cancelar la cita para otro
día, a fin de evitar el peligro.

La tercera zona marca el momento en que la concupiscencia da a luz el
pecado, porque la pareja ya perdió por completo el control de las
emociones y cedió ante la tentación. A esa zona le llamo “Fallaste, ya
pecaste”. Esta es la zona en la que las parejas deben evitar caer, pues es
en la que la emoción tiene total control sobre el razonamiento y el
instinto sobre la sabiduría. En esa situación los novios cometen
cualquier error.

Y por último, la cuarta zona es la que marca el momento en que se
recupera el control sobre las emociones, sin embargo, ya es tarde,
porque ya ocurrió lo que no debía pasar. A esta zona le llamo “¿Por qué
lo hice?” En esta zona aflora el remordimiento, los reclamos y las
lágrimas. Sin embargo, ya solo es como desahogo, pues
lamentablemente no fueron sabios para prevenir el error.

Para mantener un noviazgo digno de ser llamado cristiano, los novios
deben procurar incansablemente mantenerse sobrios, porque, solamente
manteniendo control sobre sus instintos, mantendrán en santidad su
noviazgo.

3. Evitar el contacto físico excesivo.[57]

Para minimizar el riesgo de ceder ante la tentación y vivir un noviazgo
en santidad, es necesario que los jóvenes eviten los excesos en el
contacto físico durante sus citas. Ninguna pareja de novios cristianos
planifica ceder ante la tentación y tener sexo pre-matrimonial, sino que,
con el recorrer del tiempo, se van creando paulatinamente las
condiciones apropiadas, y un día sucede. El contacto físico excesivo
acelera la creación de esas condiciones, las caricias por largos períodos
preparan el cuerpo para la relación sexual; y una vez se está en esa
condición, se es más vulnerable a ceder ante la tentación. Es por eso
que es de mucha importancia que los novios cristianos eviten a toda
costa los excesos en los roces corporales, porque esto les ayudará a no
exponerse al pecado. (Entiéndase por contacto físico excesivo a todo
aquel estímulo que altera el estado normal del cuerpo y aumenta el
deseo de tener relaciones sexuales).

El conocimiento de las reacciones instintivas del cuerpo, ayudará a los
jóvenes a ser sabios y evitar el contacto físico excesivo. Algo que debe
considerar la pareja, es que el cuerpo humano aumenta paulatinamente
el límite de satisfacción ante cualquier experiencia. Por ejemplo, al
principio de la relación, el tomarse de las manos y el darse besos
simples satisfacen las expectativas de la pareja, pero conforme va
pasando el tiempo, el cuerpo va subiendo el límite de satisfacción y se
hace necesario agregarle más calor a los besos y a las caricias para
sentirse satisfechos, y en la proporción que sube el límite de
satisfacción, así sube el tono del contacto físico, hasta que la relación
sexual llega a ser necesaria para sentirse satisfechos. La sabiduría
manifestada en evitar la interacción corporal en exceso ayudará a los
novios a no ceder ante la tentación.

En el noviazgo entre cristianos, la santidad es tan importante que, si
para mantenerla es necesario evitar por completo el contacto físico, hay
que hacerlo. Conozco la historia de una pareja de novios que tuvieron
que optar por vivir su noviazgo sin besos y sin caricias debido a que
ambos habían tenido experiencias sexuales antes de conocerse y de ser
cristianos; y como conocían sus límites, decidieron no tener contacto
físico durante su noviazgo para evitar exponerse a la tentación. Ese es
el tipo de actitud que los novios cristianos deben asumir para demostrar
que están muy comprometidos con la santidad.

Moderar el contacto físico en las citas, controlando el aumento de los
límites de satisfacción, ayudará a los jóvenes a huir de la fornicación y
a mantenerse viviendo en la santidad que nuestro Dios demanda de sus
hijos.

4. Evitar las citas en lugares solitarios.[58]

Un noviazgo entre cristianos requiere reglas muy claras a cumplir para
facilitar huir de la tentación y mantener en santidad a los novios. Una
de esas reglas básicas, es la de no tener citas amorosas en lugares
solitarios, apartados u oscuros. Las citas en lugares muy privados
exponen a la pareja al riesgo de pecar, porque propician la intimidad; y
entre menos expuestos estén al riesgo menos posibilidades tendrán de
ser tentados. Por eso, es recomendable que los novios acuerden sus
citas en lugares que no provoquen ir más allá de los besos. Por
ejemplo, no es conveniente que tengan sus citas en casa de amigos o en
casa de la jovencita cuando esté sola o en el dormitorio de ella, aunque
los padres estén en casa, o en cualquier otro lugar que propicie un
ambiente para la intimidad. También deben de cuidar no tener sus citas
en horarios muy avanzados de la noche sin la supervisión de los padres
o algún adulto mayor, especialmente para las fiestas de fin de año.

Evitar las citas amorosas en lugares solitarios y apartados es una
manera eficaz de huir de la fornicación y favorecer un noviazgo en
santidad.

5. No vestirse de manera provocativa.[59]

Otra de las reglas que el noviazgo entre cristianos requiere para huir de
la fornicación y facilitar un noviazgo en santidad, es que la mujer evite
vestirse de manera provocativa para las citas. La ropa que vestimos
envía mensajes inconscientes a las personas que están alrededor nuestro
y además refleja la personalidad, el carácter, las intenciones y el juicio
de una persona. Vestirse de manera provocativa hace que la mujer envíe
inconscientemente un mensaje sexualmente sugerente al varón, quien lo
recibirá por su punto de estímulo sexual que es la vista; esto despertará
en él el deseo de tener sexo. Y como el hombre por naturaleza es un
cazador y ante cualquier estímulo puede incrementar su habilidad para
cazar, es muy probable que intente satisfacer su instinto, procurando
consumar el acto sexual. Entonces, para minimizar la provocación
visual a su pareja, es bueno que las jovencitas no vistan ropa
provocativa en sus citas, sino la que esté en perfecta consonancia con su
profesión de fe; pues una mujer que ama a Jesucristo procurará no
causar furor con su vestuario, ya que, su principal interés será mostrar
el carácter de Dios en todo cuanto hace y en todo cuanto usa. Si una
mujer se viste como debe hacerlo una cristiana, su vestimenta revelará
pureza y castidad, no le interesará mostrar las formas de su cuerpo para
competir con otras, ni para estimular la vista de su novio.

Para evitar vestirse de manera provocativa las jovencitas tienen que
estar firmes en los fundamentos de la fe cristiana. Esto lo expreso,
porque, lamentablemente en estos días estamos viviendo en una
sociedad altamente hedonista y obsesionada con la apariencia física y la
moda, lo cual provoca; en la mayoría de casos; que los varones vean a
las mujeres más como un objeto sexual que como una mujer para
formar un hogar. Esto sucede porque los diseñadores de la actualidad
han erotizado la moda promoviendo estilos que sugieren sexo por
doquier. Esos estilos se caracterizan por promover el uso de ropa
extremadamente ajustada o extremadamente corta o vestidos con
pronunciados escotes o blusas y faldas transparentes o pantalones súper
ajustados que no dejan nada a la imaginación. Para evitar el uso de ese
tipo de vestuario, las jovencitas tienen que luchar en contra de las
costumbres de la sociedad que las presiona para seguir toda esa
corriente mundana del vestuario; y para ello tienen que estar muy
firmes en el principio bíblico que enseña que la mujer debe vestirse con
decoro, pudor y modestia,[60] buscando la manera de no atraer las
miradas para sí por el vestido que resalta sus atributos físicos, sino por
las virtudes espirituales que le adornan.

Para huir del pecado de la fornicación en el noviazgo entre cristianos, la
mujer debe evitar vestirse de manera provocativa. Debe usar ropa que
refleje honorabilidad, decencia, pureza, honestidad, modestia y
castidad. Pues vistiendo así evitará despertar en su novio el deseo
natural de tener sexo con ella.

6. Limpiar la mente de toda contaminación sexual.[61]

Para huir de la fornicación y vivir en santidad durante el noviazgo, los
cristianos deben procurar limpiarse de todo lo que pueda contaminar su
mente con el sexo. El testimonio cristiano encierra uno de los valores
más altos que tiene que ver con la eliminación definitiva de todo lo que
representa suciedad sexual dentro de su vida. Es decir, que con el
Espíritu Santo morando en él, su responsabilidad se circunscribe a sacar
de sí toda la vieja levadura (pecado) que corrompe su vida.[62] Por lo
tanto, el esfuerzo por limpiar su vida de toda contaminación de pecado
sexual es obligatorio.[63]

Para huir del pecado, los novios cristianos tienen que limpiar su mente
de la contaminación que genera la pornografía. La pornografía es un
mal que se ha generalizado, y que está afectando la mente y espíritu de
muchos jóvenes cristianos y no cristianos en la actualidad; y se ha
enraizado tanto dentro de la sociedad, a tal grado, que está afectando
incluso a líderes de las congregaciones cristianas. Es tarea de los
jóvenes cerrar las puertas de su mente y de su corazón a este terrible
mal que está causando contaminación a muchos cristianos usando la
tecnología como autopista para expandir su veneno.

La tecnología ha violentando la intimidad y la privacidad de muchos
creyentes facilitando el acceso a videos, revistas y fotografías con
contenido sexual explícito. Antes, quien quería ver pornografía, tenía
que dar el paso público de comprar una revista o ir a una sala de cine.
Ese paso público era suficiente para restringir el acceso y fascinarse con
ella, pues no cualquiera se animaba a pasar la vergüenza de ser
identificado con ese gusto. Ahora bien, con el aparecimiento del
Internet, también desapareció la barrera de ese paso público; poniendo a
disposición todo el material obsceno, al alcance de un solo Click. Esa
facilidad ha propiciado que 8 de cada 10 jóvenes varones con acceso a
Internet hayan tenido alguna experiencia visual con imágenes de
desnudos y de relaciones sexuales explícitas; también ha propiciado que
cada segundo, 3.075.64 usuarios estén pasando por un sitio
pornográfico; que cada segundo 28.258 usuarios de Internet sean
expuestos a imágenes pornográficas; que cada segundo, 372 usuarios de
Internet estén escribiendo términos de adultos en los motores de la
búsqueda y que cada 39 minutos, un nuevo vídeo pornográfico se esté
creando en los Estados Unidos.[64] Es alarmante entonces, como este
mal ha infectado a nuestros jóvenes y adultos, tanto a mujeres como a
hombres. Es contra todo ese asedio, que los jóvenes tienen que luchar
para librar su mente de la contaminación sexual que genera la
pornografía. Para lograrlo, tienen que ser esforzados y valientes, a fin
de no ser parte de las grandes multitudes afectadas con este terrible y
destructivo mal.

Al limpiar su mente de la contaminación sexual que resulta de ver
pornografía, los novios cristianos se librarán de varias consecuencias
que provoca este mal: En primer lugar, se librarán de ver a su pareja
como un objeto para satisfacer sus caprichos sexuales. En segundo
lugar minimizarán los riesgos de ceder ante la tentación de fornicar,
pues con uno de los dos que tenga la mente contaminada, se hace muy
fácil ceder, pues la prioridad del afectado será buscar la oportunidad de
saciar sus deseos sexuales a la mayor brevedad posible, sin medir las
consecuencias. En tercer lugar, se librarán de truncar los sueños y
planes que todo joven tiene, pues por causa de la pornografía, hay
muchos jóvenes que no han alcanzado sus sueños, porque resultaron
casándose de manera prematura y obligada para asumir las
consecuencias de sus hechos. Y en cuarto lugar, se librarán de pecar
contra la vida de un bebé, porque por causa de la pornografía, hay
muchas jovencitas que han decido que abortar, ante la falta de apoyo de
la pareja y de los padres. Tal y como se ve, las consecuencias que deja
la pornografía son nocivas para la vida santa que Dios requiere de sus
hijos. Por esa causa, los jóvenes deben luchar con todas sus fuerzas
para librarse de la contaminación mental y espiritual que este mal
genera a quienes caen en sus garras.

Mantenerse limpio de la contaminación sexual ayudará a los novios
cristianos a huir del pecado de fornicación y por consiguiente a vivir un
noviazgo en santidad. Aislarse sabiamente de todo contacto con
material sexual explícito es imperativo. Si lo hacen, se librarán de
muchos problemas.

Reflexión.

Todo cristiano se caracteriza por ser santo en su manera de vivir, pues no se
adapta a los pensamientos del mundo, sino que atiende el llamado de Dios para
ser como aquel que lo llamó.[65] La prioridad del creyente es andar en rectitud
siempre, porque su mente advierte la presencia constante del Señor que es tres
veces Santo, y eso hace que la santidad se convierta en su bandera por donde
quiera que vaya y en cualquier ámbito en que se desenvuelva.

Para el cristiano verdadero, vivir en santidad en todas las áreas de su vida
no es negociable, pues su pensamiento es de continuo perfeccionarse en justicia
y verdad; de manera que cada día que pasa, es más santo,[66] aunque el mundo
a su alrededor esté cada día más perdido en la maldad.

En función de lo anterior, te digo que si en verdad eres cristiano, toda
inmoralidad y toda impureza no deben formar parte de tu relación de noviazgo.
[67] La sobriedad y la templanza deben ser tus fieles acompañantes. La
sobriedad te ayudará a mantener control sobre tus emociones y la templanza a
mantenerte invariable ante las tentaciones. Si lo haces así, estarás garantizando
un noviazgo digno de llamarse cristiano y muy distinto al que el mundo
promueve.

Aunque la gente de alrededor mantenga relaciones de noviazgo conforme a
las costumbres mundanas y te presionen para que hagas lo mismo, tú debes
procurar agregar toda la santidad posible al tuyo, a fin de que el Señor se sienta
honrado por tu manera de proceder. El mundo te presionará directa o
indirectamente para actúes conforme a sus costumbres, y tratará de hacerte
pensar que el exceso de intimidad entre novios es normal y que ayuda a
fortalecer la relación; al mismo tiempo te calificará como una persona
retrógrada si decides vivirlo de manera pura y santa. Cuando eso suceda, tienes
que recordar que las tinieblas no prevalecen ante la luz, porque la luz es tan
fuerte que las hace desaparecer. Tú eres la luz del mundo,[68] por lo tanto, la
oscuridad del mundo no puede apagar tu luz. Eso significa que, con carácter
fuerte, debes oponerte a la influencia de esos pensamientos mundanos para que
tu noviazgo santo sea una obra que ilumine a los hombres y glorifiquen al Señor
por tu buen testimonio.[69] Te es requerido entonces, no dejar que las presiones
de este mundo te dominen y te lleven a vivir un noviazgo pecaminoso.

Como hijo obediente procura no amoldar tu noviazgo a las malas prácticas
que el mundo tiene. Más bien procura vivir un noviazgo en santidad, porque
aquel que te llamó ha dicho “Sed Santos porque Yo Soy Santo”.[70]
Capítulo 7 – Cualidades que los cristianos
agregan a su noviazgo para hacerlo exitoso

Un noviazgo exitoso es aquel que cumple con los requisitos establecidos y
con las condiciones necesarias para lo que fue creado. Este tipo de noviazgo
tiene bien claro que el matrimonio es su objetivo principal.

Todo buen cristiano debe procurar tener un noviazgo de éxito. En lo que
esté a su alcance, el cristiano tiene que hacer todo lo posible para que su
noviazgo cumpla con el objetivo para el cual fue creado. Ya hemos dicho, en
reiteradas ocasiones, que en el mundo las personas se entregan a relaciones de
noviazgo solo para satisfacer el instinto; el cosquilleo que sienten en el estómago
al ver a la persona que les agrada, es el único motivo por el que se aventuran a
una relación amorosa sin preocuparse por dar un rumbo definido a esa relación.
Lo que les interesa es pasarla bien, disfrutar de la compañía del sexo opuesto y
nada más. Sin embargo, el cristiano no tiene que seguir esa conducta, porque ha
sido llamado a vivir glorificando a Dios con sus hechos. Consciente de ese
papel, el cristiano debe procurar hacer todo lo que sea posible para tener un
noviazgo exitoso.

Para hacer exitoso el noviazgo, se debe tener el cuidado de agregar algunas
cualidades que a continuación menciono.

Enfocarse en el objetivo principal



El noviazgo entre cristianos, debe enfocarse en el objetivo principal que es
el matrimonio. Hemos mencionado en repetidas ocasiones que, en su
concepción primaria, el noviazgo es la etapa de preparación para el matrimonio.
Ninguno entonces, debería tener una relación de este tipo a menos que tenga
planificado casarse.

Enfocarse en el matrimonio ayudará a los novios a mantener un norte bien
definido sobre las expectativas de la relación. Todos sus esfuerzos tienen que
estar encaminados a alcanzar un matrimonio feliz.

Enfocarse en el objetivo principal del noviazgo tiene dos metas claves:

1. Fijar la fecha de la boda.

Fijar la fecha de la boda es una meta importante a cumplir para que un
noviazgo sea exitoso. Es muy sano que desde los primeros meses de la
relación, los novios establezcan una fecha aproximada para la
ceremonia de bodas. Haciendo esto tendrán un norte bien definido y
una meta especial por la cual trabajar juntos. Mi recomendación al
respecto, es que en los primeros dos meses de la relación se establezca
el año en que se celebrará la ceremonia. Luego, conforme van pasando
los meses recomiendo fijar el mes, esto no debe pasar del sexto mes. Y
por último recomiendo establecer el día de la ceremonia, de manera que
al cumplir el año de noviazgo, la fecha de la boda ya esté fijada, no
importando si es a uno o dos años más tarde.

Ahora bien, si la frecuencia de las citas, es alta es recomendable que la
fecha de la boda se planifique para un año a más tardar, es decir que,
entre más frecuentes sean las citas, más cercana debería ser la fecha de
boda.

Fijar la fecha de la boda, es un paso de formalidad que agrega éxito a la
relación de noviazgo. Es bueno fijar la fecha del matrimonio desde el
inicio de la relación para que la pareja se concentre en la preparación
para ese magno evento y todas las demás responsabilidades que
conlleva por el resto de la vida. Un noviazgo con fecha de matrimonio
establecida, es una relación formal y exitosa.

2. Ahorrar para formar el capital inicial del futuro matrimonio.

Es recomendable que los novios ahorren para formar el capital inicial
del futuro matrimonio. Si ambos trabajan, es bueno que se pongan de
acuerdo y definan cuanto de su mensualidad ahorrarán para el enganche
de la casa, para la compra de los muebles y para los gastos de la
ceremonia de bodas. Todo matrimonio necesita de un capital para
funcionar bien desde su inicio, por lo tanto, ahorrar ayudará a la pareja
a cumplir con esta meta.

Ahorrar ayudará a los novios a prevenir problemas económicos en el
futuro matrimonio. Un buen ahorro ayudará a la pareja a prevenir
discusiones futuras por inconformidades que causa la falta de dinero
para cubrir las necesidades de comida, vestido y techo. Los novios
tienen que tomar conciencia que, por mucho amor que se tengan, la
falta de dinero puede afectar su futuro matrimonio. Es por eso que,
deben prepararse económicamente durante la etapa del noviazgo para
reducir las posibilidades de ese padecimiento.

Ahorrar para formar el capital inicial del futuro matrimonio es una meta
que la pareja de novios debe manejar con prioridad y seriedad. Porque
cumplirla agrega formalidad a la relación, enfoca al noviazgo hacia su
objetivo principal y ayuda a prevenir problemas económicos futuros.
En conclusión, cumplir la meta de ahorrar para formar el capital inicial
del matrimonio, es un paso importante para el éxito del noviazgo.

Definir aspectos del funcionamiento de la futura familia



Aparte de enfocarse en el objetivo principal, es recomendable que los novios
también definan algunos aspectos fundamentales sobre los cuales funcionará la
futura familia.

Aspectos relacionados con la Fe

1. Definir el curso de su vida devocional futura.

Es recomendable que los novios definan cual será el curso de su vida
devocional cuando ya estén casados. Una buena vida devocional les
ayudará a fortalecer su relación con Dios y a mejorar su futuro
matrimonio. Por eso deben definir el tiempo y la frecuencia de los
devocionales familiares y personales.

2. Elegir la congregación a la que asistirán.

Es bueno que los novios elijan la congregación a la que asistirán como
miembros activos una vez estén casados. En caso que durante el
noviazgo asistan a congregaciones diferentes, es bueno que se pongan
de acuerdo y decidan a cuál de las dos asistir. Es recomendable que
tomen esa decisión antes de la boda para que ambos tengan muy claro a
qué congregación asistirán, y eso no sea una causa de discusión cuando
ya estén casados.

Si los novios asisten a congregaciones diferentes, es preferible que la
mujer se agregue a la congregación a donde asiste el varón, esto por
cuestión de autoridad, pues el varón ha sido llamado a ser cabeza de la
mujer[71] y ella a sujetarse en autoridad al esposo.[72] Sin embargo,
si la congregación a la que asiste la novia tiene prácticas doctrinales
mejor fundamentadas en la interpretación correcta de la Biblia, es mejor
que se congreguen allí.

Si por motivo de domicilio les es necesario escoger otra congregación,
recomiendo que la elección se haga con mucho cuidado, porque en
estos últimos tiempos, la apostasía está reinando en las prácticas
doctrinales de muchas congregaciones, las cuales se han apartado de la
sana doctrina para seguir lo que el apóstol Pablo llamó doctrinas de
demonios.[73] En este caso, es recomendable que busquen una
congregación cuyas prácticas estén fundamentadas en la interpretación
correcta de la Biblia.

En conclusión, elegir la congregación a la cual asistir cuando ya sean
esposos, es un paso firme e importante que los novios deben de dar para
tener noviazgo exitoso. Nunca deben decidir el asistir a congregaciones
distintas. ¡No funciona!

3. Definir el nivel de participación futura en el ministerio.

Es bueno que los novios definan anticipadamente el nivel de
participación que tendrán en el ministerio de la Fe cuando ya estén
casados. Esto les ayudará a construir su agenda semanal futura sobre la
cual se basará su participación activa en la iglesia a la que se
congreguen.

Al preparar esa agenda, deben tener el cuidado que las
responsabilidades de la congregación estén muy bien balanceadas con
las tareas del hogar. Un buen balance ayudará a evitar las quejas
frecuentes de los cónyuges sobre el descuido de las responsabilidades
del hogar por parte de alguno de ellos. Porque es recurrente escuchar a
mujeres quejándose de que los esposos no dedican suficiente tiempo a
la familia por estar atendiendo los asuntos de la congregación o a los
hombres quejándose de que las esposas no atienden adecuadamente los
quehaceres de la casa por estar ocupadas en los asuntos de la iglesia.
Una agenda bien balanceada ayudará a no descuidar, ni las actividades
de la congregación, ni los compromisos del hogar.

En conclusión, la definición del nivel de participación en el ministerio
de la Fe es importante, porque ayudará a los novios a prevenir
inconformidades por descuidos de las responsabilidades futuras y
también les ayudará a proyectar los tesoros que harán en el cielo,
respaldados por la calidad de servicio que le darán al Señor cuando ya
estén casados.

Aspectos relacionados con la administración del hogar

1. Definir si uno o ambos trabajarán para obtener ingresos.

Durante la etapa del noviazgo, es bueno que la pareja defina si uno o
ambos trabajarán para conseguir los fondos de la futura familia. Esto les
ayudará a tener una perspectiva de cómo será su economía en los
primeros años de matrimonio.

El mejor modelo económico para el matrimonio cristiano, es en cual, el
varón trabaja para llevar el sustento diario a la familia y la mujer
cumple con los deberes de la maternidad, los cuales consisten en dar a
luz hijos y hacerlos crecer, cuidando de ellos y transmitiéndoles los
buenos valores para que sean cristianos de buen testimonio.[74] Ahora
bien, sabemos que en una sociedad en la que las mujeres han alcanzado
espacios que en otros tiempos les fueron negados, es común que se les
haga difícil aceptar este consejo. Sin embargo, cuando la mujer opta por
trabajar fuera de casa, automáticamente deja la responsabilidad de los
deberes de la maternidad o a las guarderías o a los abuelos o a la
empleada de servicios domésticos o a otras terceras personas. Estas
terceras personas son las que terminan educando a los hijos
transmitiéndoles sus valores, los cuales, muchas veces, no son acordes a
lo que se espera. Pues en la mayoría de casos, las guarderías no tienen
una atención personalizada para los niños, los abuelos normalmente son
muy permisivos o alcahuetes con los nietos, y la trabajadora de
servicios domésticos regularmente no educará con el amor que lo hace
una madre, pues nada más cumple con su trabajo. Consecuentemente,
los hijos de estos matrimonios crecen sin una buena guía espiritual, y,
en la mayoría de casos, llegan a ser jóvenes con un carácter rebelde
debido a la falta de la presencia materna. Es de esperar entonces que si
la mujer deja el privilegio de ser la madre formadora para ir a trabajar
fuera de casa, muy probablemente, sus hijos no crezcan con los buenos
valores cristianos que habían planificado para ellos. Si la prioridad del
futuro matrimonio es que sus hijos crezcan cimentados en principios
cristianos, lo recomendable es que definan adoptar el modelo en el que
el esposo trabaja y la esposa atiende los deberes de la maternidad. Y en
el caso que; por escasez económica; la mujer tenga necesidad de
trabajar, que lo haga de manera artesanal en casa o instalando un
negocio propio o en un trabajo de medio tiempo; la idea es que pueda
trabajar y que tenga cerca a sus hijos buena parte del día; así podrá
aportar ingresos a la familia sin descuidar las responsabilidades
maternas.

Para que el noviazgo sea exitoso, es importante que la pareja tenga
definido en esa etapa el modelo económico que adoptarán para obtener
los ingresos monetarios que el futuro matrimonio necesitará para
subsistir.

2. Definir si planificarán o no el número de hijos a tener.

El noviazgo es una buena etapa para que la pareja defina si planificará o
no el número de hijos a tener en el futuro matrimonio. Establecer una
posición en cuanto a si usará o no algún método de planificación es
importante; porque dependiendo de esa decisión, la pareja tiene que
tomar acciones, ya sea para prevenir y espaciar los embarazos o para
prepararse para recibir los hijos que Dios les permita tener.

En mi opinión; a menos que las condiciones médicas de uno o de
ambos no lo permitan; sería bueno que la pareja optara por no usar
métodos de planificación familiar y tener los hijos que Dios les quiera
dar. Sé que en pleno siglo XXI y con todos los avances de la medicina
preventiva, éste consejo suena controversial y retrógrado. Sin embargo,
mi fundamento para darlo es el siguiente:

a. No hay argumento bíblico que apoye la planificación
familiar.

En toda la Biblia no hay un solo versículo que sirva de
argumento para fundamentar que el hombre tome la autoridad
de controlar los embarazos, espaciándolos o eliminándolos. El
término que comúnmente se usa aún entre los cristianos para
justificar el uso de métodos de prevención de embarazos es
“Sabiduría” y el argumento es que “es sabio planificar el
número de hijos para darles una buena calidad de vida,
considerando lo difícil de la economía y la sobrepoblación en
esta etapa que nos ha tocado vivir”. Ahora bien, si hablamos
de sabiduría humana, el argumento es válido, porque; en
medio de una sociedad donde la tasa de desempleo es alta, los
salarios son relativamente bajos en comparación con la canasta
básica y los accesos a los medios de salud son limitados; la
idea de tener muchos hijos suena descabellada. Sin embargo, si
hablamos de sabiduría Divina, el argumento pierde todo
sentido, porque para el Señor; sea cual sea la situación
económica de un país o lugar determinado; el fruto del vientre
sigue siendo cosa de alta estima y el que se llena de hijos en la
juventud sigue siendo sumamente dichoso.[75] Y como el
cristiano está llamado a conducirse, no conforme a sabiduría
humana, sino que conforme a la sabiduría divina (la cual entre
otras cosas significa conducirse en toda circunstancia de
acuerdo a la voluntad de Dios, aplicando a la vida el
conocimiento de Su Palabra, sabiendo que Él está presente en
todo tiempo y lugar), la planificación familiar debería
considerarse como última opción para los cristianos, sea cual
fuere el método que se use.

b. Para Dios los hijos son una bendición.

Los hijos que el Señor da son una bendición para quienes los
reciben.[76] Los hijos son una bendición de Dios para los
padres. Éste era el sentir de las generaciones de la historia
bíblica y aún en parte de nuestros tiempos, pues tener muchos
hijos se percibía como una gran bendición, y no tenerlos, era
motivo de vergüenza, especialmente para las mujeres.[77]
Pero lamentablemente, en este tiempo la costumbre se ha
invertido, porque aún entre los cristianos, tener muchos hijos
es casi motivo de vergüenza y de burlas, y tener pocos, se
percibe como una gran bendición. Ahora bien, si para Dios los
hijos son una bendición, para los cristianos también deberían
serlo, pues debemos pensar igual que Él.[78]

c. Los hijos de los justos no mendigan pan.

En la Biblia está escrita la promesa de que los hijos de los
justos no mendigan pan.[79] Esa promesa garantiza el cuidado
de Dios para la descendencia de quienes han sido justificados
por la fe en Jesucristo. Eso significa que el Señor provee el
sustento diario a la simiente de los justos aún en medio de la
peor crisis económica global o local. Él no necesita de nuestra
ayuda para cumplir con su promesa porque es Todopoderoso.
[80]

La preocupación por satisfacer las necesidades básicas del
hogar es la causa principal por la cual las parejas se aventuran
a usar un método de prevención familiar, para limitar el
número de hijos. Esa preocupación cobra sentido cuando la
esperanza de nuestro futuro descansa en nuestras capacidades
humanas. Sin embargo, cuando esa esperanza la hacemos
descansar en el Poder de Dios, toda preocupación pierde
sentido, porque es cuando entendemos que el mismo Dios que
proveyó de alimento (de manera milagrosa) a la viuda de
Sarepta[81] en medio de una gran crisis económica, es el
mismo Dios en el que tenemos puesta nuestra fe. Y también es
el mismo que, cuando faltó el sustento, alimentó
milagrosamente a cinco mil hombres con tan solo cinco panes
y dos peces.[82] Pudiera seguir enumerando ejemplos
bíblicos, sin embargo, concluyo que, cualquiera que sea la
situación económica de nuestra sociedad, los cristianos no
deberíamos afanarnos por el sustento diario de nuestros hijos,
a tal grado de, tomar la decisión de limitar el número de ellos,
por causa de ese sustento; porque, si el Señor alimenta a las
aves del campo que no siembran, ni siegan; y viste con
esplendor a las flores del campo que no tejen, ni hilan,[83] Él
también proveerá alimento, vestido y techo a la simiente de
todo aquel que es de la fe en Jesucristo.

Por otro lado y para concluir, cualquiera que sea la decisión que tome la
pareja en cuanto a si planificar el número de hijos o no, es importante hacerlo en
la etapa de noviazgo. Esto agregará formalidad a la relación y hará del
noviazgo una relación exitosa.

Reflexión.

Todo cristiano tiene la responsabilidad de pensar en todo lo que es de buen
nombre y todo en lo que hay excelencia moral y alabanza para que esos
pensamientos se conviertan en acciones que glorifiquen a Dios.[84] Como los
pensamientos normalmente se convierten en acciones, Tú como cristiano tienes
la responsabilidad de pensar en tener un noviazgo formal para que tus acciones
te lleven a materializar una relación exitosa.

Concibe en tu mente la idea de que tu noviazgo se enfocará en alcanzar su
objetivo principal. Imagínate que llegas a un muelle para abordar un barco,
porque deseas viajar hacia un destino específico; y cuando le preguntas al
capitán, cuál es el puerto destino del próximo viaje, él te responde que el barco
es hermoso, que cuenta con la mejor comodidad, con tecnología de punta, pero
que no sabe hacia dónde se dirige. ¿Te subirías a ese barco? Estoy seguro que
no, porque por mucho lujo que tenga, lo que te interesa es llegar al destino que
has planificado, y ese barco no sería un recurso que te pueda ayudar para hacer
exitoso tu viaje. De la misma manera que una persona sensata no concebiría la
idea de subirse a un barco como el del ejemplo anterior, así un cristiano sensato
no debería pensar en involucrarse en una relación amorosa que no tenga como
objetivo principal el matrimonio y que no tenga un rumbo trazado que garantice
el éxito de la misma.

No permitas que el enemigo mine tu mente haciéndote creer que tener un
noviazgo formal es solo para gente del pasado o de otra época. Satanás ha
envenenado la cultura y por medio de ella ha llevado cautivos los pensamientos
de la sociedad para que obren de acuerdo a sus propuestas. Él ha minado la
mente de los jóvenes con la idea de que la formalidad es asunto de viejos y que
obrar conforme a todo lo bueno es solo para gente atrasada. Debido a ello, es
muy probable que tus amigos te presionen para que concibas en tu mente la idea
tener un noviazgo informal; te dirán que no estás actualizado, que pareces viejo,
que tus pensamientos son de gente antigua, etc. Cuando eso suceda, recuerda
que el Señor te llama a pensar diferente que la gente del mundo para que actúes
diferente a ellos. Porque si el mundo piensa y actúa conforme a la voluntad de
su príncipe, los cristianos pensamos y actuamos conforme a la voluntad nuestro
Señor, pues tenemos la mente de Cristo.[85]

Concluyo esta reflexión diciéndote que es imprescindible que concibas en tu
mente la idea de tener un noviazgo formal para que cuando corresponda, vivas
un noviazgo formal. El rol de la mente en la concepción de tu noviazgo es
importante, porque tú eres lo que tus pensamientos son y si piensas en todo lo
que es de buen nombre y en todo lo que hay excelencia moral y alabanza, tu
noviazgo será formal y exitoso.

Anhelo con todo mi corazón, que hoy tomes con valentía y compromiso la
FIRME DECISIÓN de tener un noviazgo que honre a Dios, a tu familia y a tus
futuros hijos.

Bibliografía

Libros:
Biblia Reina Valera 1960
Dios Todopoderoso

Usos y costumbres de las tierras bíblicas.
Wight Fred H. Edición en PDF.

Documentos:
El noviazgo y la Palabra de Dios.
Una adaptación del mensaje “El cortejo” (Heartcry, Conferencia misionera
para líderes y pastores) de Paul Washer, por J. P. Martínez Menchaca.

Webs:
El noviazgo: Ideas rápidas para el noviazgo.
Disponible en: http://www.ideasrapidas.org/noviazgo.htm

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