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24/05/2018-06:46
“Sí, mejor que en Bolivia. En ahí no me han querido atender, la doctora me ha dicho ‘no
hay solución para vos’, a mis hijos nomás me lo ha hecho llorar. El Señor me ha dado así,
pero yo estoy con fe en Dios”, fueron las palabras de Sara Mamani, que fue quemada con
ácido (en el rostro, cuello, tórax y brazo) por su expareja, en agosto de 2015, y en
diciembre de ese mismo año migró a Argentina para atender su salud, porque en
Cochabamba no pudo recuperarse ni recibió ayuda.
Nicanor H., su expareja, le causó ese daño porque la mujer no quiso vivir con él. Pero el
agresor jamás corrió con los gastos de su curación.
La mujer, cuando se fue a Argentina, tenía fuertes dolores y no podía levantar la cabeza.
En el país vecino le hicieron una cirugía y ella ha tenido mejoras, pero todavía debe
realizarse dos operaciones más. “Gracias a Dios, han hecho parar las doctores (mi cara),
ya estoy recta, pero falta todavía algunas cosas, eso quisiera que me ayuden”, dijo en un
contacto telefónico con Los Tiempos.
Sara tiene a dos hermanos y a una hija en Argentina, quienes la motivaron a viajar a ese
país y la ayudan en lo que pueden. Pero no todo ha sido fácil para ella, porque tuvo que
visitar varios hospitales y pedir donativos en la calle. “Yo no trabajo, no veo bien, mi brazo
está dolido, mi cara también, no puedo hacer nada. Tenía que salirme a la calle a pedir,
me han ayudado un poquito, pero yo tenía que pagar al médico. Mi papá tenía que
enviarme mil dólares, pero no me envió. Hay una señora que me ha ayudado, le ha dado
dinero a mi hija”, contó
La mujer lleva más de dos años en Argentina. Ha recibido ayuda de algunas personas,
pero gestionar las cirugías tampoco ha sido fácil. “Para una operación, caminé un año y
medio”, pero, a pesar de las dificultades, ella admite que ha tenido mejoras en el país
vecino. “Sí, mejor que Bolivia. En ahí no me han querido atender, no me han querido
bañar, tenía que bañarme cada rato, por eso será mi ojo se ha hecho así, poco a poco se
está quemando”.
Sara también rechaza el contacto con los medios de comunicación, por temor a las
reprimendas de sus hijos y de su médico en Argentina, quienes también reprocharon el
hecho de que haya pedido dinero en las calles de Buenos Aires. “Mis hijos se van a
enojar, el doctor me ha retado”.
Indicó que en nuestro país requiere ayuda para sacar su carnet de discapacidad.
El daño causado por el ácido a su cuerpo no sólo ha deteriorado su salud, sino también la
ha dañado emocionalmente porque la mujer sufrió depresión desde que sucedió el
incidente. “El tiempo está perdido, no estoy trabajando nada, no tengo nada yo, no sé qué
hacer”.
“Estoy consternada, quisiera saber más datos. Cuándo pasó, dónde está el agresor, y
podríamos ponernos en campaña para ayudar a la señora. Quiero saber si se hizo algún
tipo de acción para hacer justicia. Hablaré para hacer campaña”, dijo Ángela Nogales,
miembro de Mujeres de Fuego.
En 2015, el hospital Viedma atendió a tres mujeres quemadas con ácido por sus parejas.
La primera víctima fue la pareja de un taxista que le echó ácido en el rostro. La segunda
fue Elizabeth Cayo (18) y la tercera, Sara Mamani (45).
De la primera víctima no se tienen datos. De Elizabeth Cayo se sabe que fue atacada en
Uyuni y se desconoce su estado de salud actual. En 2015 se le había realizado un primer
injerto con éxito y debía realizarse dos intervenciones más.
Según el reporte de médicos del hospital Viedma, en ese entonces, ambas debían
atravesar por un largo proceso para recuperar la motricidad del cuello y rostro por la
gravedad de sus quemaduras que alcanzan el tercer grado.
En esa época, la cirujana plástica del hospital Viedma y médico tratante, Milady Vargas,
explicó que lo primordial era que ambas recuperaran la movilidad del cuello.
El agresor de Sara, Nicanor H., fue enviado con detención preventiva a la cárcel de El
Abra en 2015.
La víctima aseguró que su agresor le echo ácido porque ella terminó la relación y rechazó
ir a vivir con él.
"La manada": el caso del grupo de 5 jóvenes que abusó sexualmente de una chica
en los Sanfermines que causa indignación en España
Redacción BBC Mundo
26 abril 2018
Tanto los agresores como la víctima pueden apelar la decisión de la Audiencia Provincial
de Navarra.
Decenas de manifestantes congregados frente a la corte criticaron el veredicto al grito
de: "No es abuso, es violación".
Abuso vs violación
Los cinco hombres, que tienen cerca de 30 años y son oriundos de Sevilla, y la víctima,
de Madrid, no estuvieron presentes cuando se leyó la sentencia después del juicio, que
duró cinco meses.
Los hechos ocurrieron en la madrugada del 7 de julio de 2016, después de que, según
consta en la sentencia, la mujer agredida entabló conversación en la vía pública con uno
de los condenados.
En el camino, pararon en una calle. La mujer y uno de los condenados habían empezado
a besarse en la boca. Los cinco hombres hicieron luego a la mujer entrar en un portal
cercano, donde, según reza el fallo, "rodeada por cinco varones, de edades muy
superiores y fuerte complexión", la denunciante "se sintió impresionada y sin capacidad
de reacción".
La mujer "sintió un intenso agobio y desasosiego, que le produjo estupor y le hizo adoptar
una actitud de sometimiento y pasividad", lo que la llevó a acceder a los deseos de los
agresores.
De acuerdo con el informe policial, la actitud de la víctima durante la escena fue "pasiva o
neutral". Asimismo, agrega el informe, mantuvo los ojos cerrados todo el tiempo.
La joven fue encontrada en estado de consternación por una pareja que se hallaba en la
calle, cerca de donde ocurrió el incidente.
La víctima le dijo al juez que todavía estaba bajo tratamiento psicológico para lidiar con
el trauma.
Algunos de los hombres fueron vistos luego en un video en el que aparentemente abusan
de otra mujer que parece inconsciente.
José Ángel Prenda, 28 años: se lo considera el líder del grupo. Fue quien escribió el
mensaje en WhatsApp sobre el video. En 2011, fue sentenciado a dos años de prisión
por robo con uso de fuerza.
Antonio Manuel Guerrero: guardia civil, nacido en 1989. Se cree que él grabó seis
videos. También admitió robarle el celular a la víctima.
Ángel Boza, 26 años: su historial delictivo incluye robo con uso de fuerza y manejar
bajo la influencia de las drogas y el alcohol.
Alfonso Jesús Cabezuelo, 29 años: oficial militar. Se cree que grabó uno de los
videos.
Jesús Escudero, 27 años: peluquero.
El hecho de que la corte se haya inclinado por no interpretar los actos de estos cinco
hombres como violentos e intimidatorios generaron duras críticas entre los grupos
feministas y de destacadas figuras públicas del país europeo.