Vous êtes sur la page 1sur 3

Durante la organización del Congreso de Viena en 1815, se procede a la organización del mapa

europeo de la siguiente manera:

Polonia seguirá bajo el dominio extranjero y se reparten entre Prusia, a la que se da Posnania;
Austria, que se queda con Galitzia y Rusia, que aumenta sus límites occidentales a costa de Polonia.
El pequeño reino que se crea de Polonia, la “Polonia del Congreso”, queda bajo la soberanía del zar
Alejandro I.

Los Estados italianos, sufrirán una reorganización. El reino Lombardía-Venecia, el Tirol y las
provincias Ilirias pasan a Austria, que se afianzará colocando a miembros de la familia imperial en
distintos ducados: Toscana, Parma y Módena (controlando casi toda la zona norte del territorio). El
reino de Piamonte-Cerdeña recibirá Génova y recupera Saboya, Cerdeña y Niza. El reino de
Nápoles-Dos Sicilia vuelve a los Borbones y, por último, se reconstruyen los Estados de la Iglesia
bajo soberanía papal.

Los Estados alemanes mantienen sus Estados independientes unidos con lazos federales. Los
intereses en juego eran, sobre todo austríacos y prusianos; pensando que la “Confederación
Germánica” (constituida por 38 Estados: de ellos eran reinos Prusia, Baviera, Wurttemberg, Sajonia
y Hannover, y el Imperio Austríaco), serviría de freno a los intentos expansionistas de Francia (que
vuelve a sus fronteras naturales) y Rusia y así mantener el “sistema de seguridad europeo”.

En el norte y noroeste de Europa, Suecia, pierde Finlandia que pasa a Rusia, y Pomerania, a
Prusia; a cambio de esto, Noruega se incorpora a la corona sueca. Dinamarca recibe territorios
alemanes del norte: Schleswig, Holstein y Lavenburgo. Holanda, se convierte en el Reino de los
Países Bajos y aumenta su territorio a coste de Bélgica (cedida por Austria).

La Confederación Helvética (Suiza) se constituye como un Estado Tapón, es reconocida como


Estado neutral y se fijan sus fronteras, estableciéndose 22 cantones. (Idéntica función tienen los
Países Bajos, Prusia, Piamonte-Cerdeña y Baviera).

Inglaterra es la potencia más beneficiada al quedar consolidada su rango de primera potencia


marítima. Va a controlar las rutas más importantes. En el Mediterráneo se asienta en Malta y en las
islas Jónicas, Holanda le cede (a cambio de su apoyo en la anexión a Bélgica) El Cabo y Ceilán, en
las rutas de las Indias, Mauricio y Trinidad y Tobago en las Antillas le garantizan un mejor acceso
al comercio con Sur y Centroamérica.

Durante los siguientes años, con las revoluciones liberales y el fuerte impulso nacionalista y de
autodeterminación de los pueblos hará que el mapa sufra algunos cambios, que irán sucediéndose
entre las décadas de 1820 y 1848. En 1821, Grecia se independiza del Imperio Otomano, formando
una monarquía constitucional. En 1830 Bélgica, logra separarse de Holanda y forma un gobierno
propio, terminando con el Reino de los Países Bajos.

Además, es importante destacar que desde la década de 1830, comienza el largo proceso de
unificación italiana que culminará en 1870 con la anexión de Roma. Casi en el mismo tiempo, en
1871 los reinos de la zona norte de la Confederación Germánica, forman el Imperio Alemán (II
Reich), culminando su etapa de unificación.
Estos cambios no tendrán grandes modificaciones hasta el final de la Primera Guerra Mundial en
1918 que cambiará radicalmente el mapa europeo nuevamente. Hay que destacar también que
durante la etapa de la segunda revolución industrial y el auge del capitalismo en la Belle Epoque,
las grandes potencias europeas se reparten zonas de África y el sur de Asia, como política de
expansiones territoriales para acrecentar las zonas de esferas de influencia y producción de materias
primas.

Tal en el caso de África, gracias a la Conferencia de Berlín, será divida entre Francia que ocupará
las zonas de el noroccidente africano (la zona de Argelia, Túnez, centro de marruecos, Malí, Níger,
etc.) y la isla de Madagascar. Gran Bretaña se quedará con las zonas norte en Egipto y Sudán; en la
zona centro Uganda y Kenia, además de una parte de Somalia, y en el sur la zona de Sudáfrica. En
la zona centro occidental ocupará las zonas de Nigeria. Alemania ocupará las zonas de Togo y
Camerún en el centro; la zona suroeste atlántica de Namibia y la zona centro este de Tanzania.
Bélgica ocupara la zona centro del continente conformando el Congo belga. Italia ocupará la zona
norte en Libia, la zona costera al Mar Rojo de Eritrea y parte de Somalia en el este africano. España
ocupará la zona norte de y sur de Marruecos. Finalmente, Portugal ocupará las zonas de Guinea en
la zona más occidental del continente, la zona centro atlántica de Angola y la zona suroriental de
Mozambique. Además, hay que aclarar que sólo dos estados africanos permanecieron como
independientes: tales son el caso de Liberia y Etiopía.

En el caso de Asia el reparto se dio de la siguiente manera: Gran Bretaña ocupará la zona de la
India que abarca los actuales países de India, Pakistán y Bangladesh, además de la zona de la actual
Myanmar (antes Birmania o Siam). Controlará también la zona sur de la península Arábiga (la zona
de Omán y Yemen). En las Islas controlará la zona norte en Malasia y Australia. También tendrá un
protectorado económico en la zona de Hong Kong perteneciente al Imperio Chino. Francia
controlará la zona de Indochina que conforman los actuales Vietnam, Laos y Camboya. Holanda
seguirá controlando las Indias Orientales (las Islas de Indonesia). Japón también entrará en el juego
expansionista y expandirá su influencia hacia Corea y la Isla de Formosa (hoy Taiwán). Filipinas
(que pertenecía a España) pasa a ser estadounidenses desde 1898, luego de la guerra Hispano-
Estadounidense. Entre los estados que existían y seguirán con su poder está el Imperio Ruso, El
Imperio Chino, El Imperio Otomano. Persia (Irán) será un territorio en los que el Imperio Ruso y
Gran Bretaña tendrán influencias y que lo manejarán como estado Tapón. Afganistán aguantó las
ambiciones de expansión de estas dos potencias mencionadas, y por la razón de que ninguno pudo
conquistarlos crearon, en común acuerdo, un Estado Tapón para culminar con los conflictos entre
estas dos potencias. Lo mismo sucederá con Siam (hoy Tailandia) que para evitar futuros conflictos
territoriales entre Gran Bretaña y Francia, crearon este Estado Tapón. Bután también tendrá un
papel de Estado Tapón.

Con el final de la Primera Guerra Mundial y los Tratados de París (1919-1920) el mapa europeo
nuevamente sufrirá grandes cambios. Antes de la guerra en el centro de Europa prevalecían los
grandes imperios germanos de Alemania y Austria, que comprendían los imperios centrales. Italia
estaba unificada pero algunos territorios del norte aun seguían en control austríaco. El Imperio Ruso
controlaba todo el este europeo, y en los Balcanes, el influyente nacionalismo eslavo pretendía crear
un estado serbio que controlara a todos los países eslavos de la región. Por este motivo se suceden
las dos guerras de los Balcanes entre 1912 y 1913. Este motivo de impulso nacionalista llevará al
estallido de la Primera Guerra Mundial en 1914.

Los tratados de París dejaron a Europa sin sus grandes imperios, Alemania queda como estado
democrático (República de Weimar), y pierde la zona de Alsacia y Lorena que pasan a ser
Francesas, además con la creación de Polonia, Alemania pierde la zona del pasillo de Danzing para
darle salida al mar a Polonia (de esta forma Alemania quedara dividida en dos). Austria quedará
diezmada en varios países, además de perder su monarquía de Habsburgo: aparecen
Checoslovaquia, Hungría, Rumania, Polonia se extiende a territorios antes controlados por dicho
imperio y también se verá beneficiada en este aspecto, Italia que tendrá los territorios del norte.
Yugoslavia aparece como país de los Balcanes y estará conformada por: Bosnia-Herzegovina,
Croacia, Macedonia, Montenegro, Serbia y Eslovenia

El Imperio Ruso desaparece con la revolución comunista en 1917 y años después (1922) se crea la
URSS. Es importante remarcar también que la creación de todos estos países en el este europeo
forman el “Cordón Sanitario”, que cumplían el papel de frenar el avance de posibles revoluciones
comunistas en Europa. Esto se conformó con los países de Estonia, Letonia, Lituania, Polonia,
Checoslovaquia, Rumania, Bulgaria y abarcaron la zona del Mar Báltico hasta el Mar Negro.

La evolución hacia 1939 deja en el mapa el ascenso de los Totalitarismos como principal cambio,
Italia desde 1922 y la Marcha de Roma se impuso el fascismo. En Alemania desde 1933 Hitler
implantó el totalitarismo nazi. España tras la Guerra Civil (1936-1939) se convirtió en la dictadura
franquista. Mientras otros países siguieron su estela en busca de una mejora social y económica,
consecuencia de la Crisis económica y las continuas revoluciones y protestas tanto del proletariado
como de los comunistas, lo que muestra la debilidad gubernamental de estos países sin tradición
democrática. A diferencia de ello, Inglaterra, Francia o los países escandinavos mantuvieron su
régimen democrático.

Vous aimerez peut-être aussi