Institución Educativa Adventista
Jr. Libertad Nº 745
La Cultura de paz
1. La paz.
Cuando pensamos en la Paz, lo primero que se nos ocurre es la
ausencia de guerra. Pero es una visión pesimista, la Paz es mucho más
que eso.
Así como la siembra comprende una suma de tareas que incluye
preparar la tierra, la Paz también implica muchas cosas. Implica
preparar el terreno para que no surjan circunstancias que la puedan
ponerla en peligro.
La Paz se hace presente en cada momento del día, en el pan en la
mesa, en la dignidad del trabajador que gana su sustento
honradamente, en el trato cordial del empleado público al ciudadano, en
los conductores de automóviles que respetan al peatón y las reglas de
tránsito, en el progreso de la economía y en el respeto de todos por el
medio ambiente.
2. La cultura.
La palabra proviene del verbo latino cultum = cultivar. Cultura es, pues,
educación, formación, desarrollo de las facultades intelectuales y
morales del hombre; y en su reflejo objetivo, cultura es el mundo del
hombre, en oposición al mundo natural. Por tanto; es el conjunto de
maneras de pensar y de vivir. Así, cultura son todas las realizaciones
características de los grupos humanos.
En la cultura están comprendidos el lenguaje, la industria, el arte, la
ciencia, el derecho, el gobierno, la moral, la religión, así como los
instrumentos materiales (edificios, instrumentos, máquinas, objetos de
arte, medios para la comunicación, etcétera).
3. La Cultura de paz.3.
Por Cultura de Paz entendemos todas aquellas acciones que
promocionan la mayor concordia posible y los mayores equilibrios
posibles, individuales y colectivos.
La paz empieza por el rechazo de la violencia como forma de solucionar
los conflictos. Y para que esto pueda ser posible se debe dar un amplio
consenso al respecto, es decir la paz se debe interiorizar culturalmente
y esto supone erradicar la cultura de la guerra y la violencia como forma
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de resolver los problemas. La cultura de la paz se centra sobre todo en
los procesos y en los métodos para solucionar los problemas y esto
supone generar las estructuras y mecanismos para que se pueda llevar
a cabo. Su generalización persigue la erradicación de la violencia
mediante el uso de procedimientos no violentos en la resolución de
conflictos y mediante medidas preventivas.
4. La Declaración y Plan de Acción para una Cultura de Paz.
La cultura de paz halla su reflejo institucional en la Declaración y Plan
de Acción para una Cultura de Paz, aprobado por la Asamblea General
de Naciones Unidas en 1999. También se circunscribe en el
Decenio Internacional para una Cultura de Paz, desde el año 2001
hasta el 2010, durante el que se insta individuos, grupos, asociaciones,
comunidades educativas, empresas e instituciones, a llevar a su
actividad cotidiana el compromiso de:
 Respetar todas las vidas.
 Rechazar la violencia.
 Liberar la generosidad.
 Escuchar para comprenderse.
 Preservar el planeta.
 Reinventar la solidaridad.
Dicho compromiso se traduce concretamente en acciones desarrolladas
a todos los niveles, desde la familia hasta la sociedad civil,
promoviendo:
La educación para la paz, los derechos humanos y la democracia, la
tolerancia y la comprensión mutua nacional e internacional.
La lucha contra toda forma de discriminación.
La promoción de los principios y las prácticas democráticas en todos
los ámbitos de la sociedad.
La erradicación de la pobreza y la búsqueda de un desarrollo
sostenible que beneficie a todos y que proporcione a cada persona un
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marco de vida digno, promoviendo la justa distribución de la riqueza, el
libre flujo informativo y los conocimientos compartidos.
La movilización de la sociedad civil con el fin de forjar en los jóvenes
el deseo ferviente de buscar nuevas formas de convivencia basadas en
la conciliación, la generosidad y la tolerancia.
5. El conflicto interno en el Perú.
Entre los años 1980 y 1998, gran parte del territorio peruano vivió un
clima de enfrentamiento armado entre miembros de partidos políticos
radicales que practicaban una violencia extrema (por eso se les motejó
de “terroristas”) y las fuerzas armadas del Estado peruano, que para
combatirles en sus primeros años no dudo es usar una represión
indiscriminada. El conflicto interno no fue una guerra civil, porque los
actores comprometidos no movilizaron siquiera una parte mínima de la
sociedad peruana. Empero; como la extrema violencia de estos actores
se concentró en determinadas zonas altoandinas de nuestro territorio,
para las poblaciones de aquellos alejados caseríos, el enfrentamiento
no difería en nada de una abierta guerra.
Los partidos políticos que se alzaron contra el Estado peruano fueron el
Partido Comunista del Perú Sendero Luminoso (PCP - SL) y el
Movimiento Revolucionario Tupac Amarú (MRTA), y son los mayores
responsables de las muertes y de las destrucciones ocurridas en esos
años.
6. Sendero Luminoso.
El año 1968 comienza a germinar el Partido Comunista del Perú -
Sendero Luminoso, liderado por Abimael Guzmán Reynoso. Este último,
profesor de filosofía en la Universidad San Cristóbal de Huamanga en
Ayacucho, quien desde los inicios de la década de los setenta junto con
otros profesores de orientación comunista maoísta, entrenados en la
China, ganaron en los claustros universitarios a jóvenes radicales de
izquierda; y así, un 17 de Mayo de 1980 se alzaron en la localidad de
Chuschi (Ayacucho). Ese día, cinco sujetos encapuchados y armados
asaltaron el local donde se guardaban las ánforas y padrones para las
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elecciones nacionales del día siguiente y quemaron once de ellas,
declarándole la guerra al Perú.
El PCP Sendero Luminoso y su accionar genocida fue mundialmente
conocido. El factor que utilizó el terrorismo de Sendero en el país fue
principalmente el factor sorpresa, buscando que su accionar fuera
espectacular, con el mayor derramamiento de sangre posible, para que
tuviera repercusión en los medios de comunicación (diarios, radio y
televisión). Sendero entró en descomposición cuando el 12 de
septiembre de 1992 su líder Abimael Guzmán alias “El presidente
Gonzalo” fue capturado por la GEIN, el Grupo Especial de Inteligencia
de la Policía Nacional.
7. El Movimiento Revolucionario Túpac Amaru.
Este grupo conformado por ex apristas y algunos comunistas renegados
de toda raigambre y que se habían entrenado y apoyado las luchas de
liberación centroamericana germina durante las épocas del gobierno
militar de 1968 al 1980, y como lo afirmara su líder Víctor Polay
Campos: “Lo de la situación revolucionaria era una cuestión común
dentro de la izquierda, todos los grupos planteaban la violencia
revolucionaria. Yo no conozco ningún grupo en ese momento que no
planteara la violencia revolucionaria como requisito a la toma del poder
y la construcción de la nueva sociedad”.
La especialidad de este grupo era la extorsión y el secuestro de los
principales industriales y/o políticos del país, es así que un 17 de
Diciembre de 1996 tomaron como rehenes a más de 400 participantes
de una velada en la residencia del Embajador del Japón, noticia que dio
la vuelta al mundo y el 22 de Abril de 1997, donde la impecable
operación “Chavín de Huántar” de fuerzas combinadas del ejército logró
la liberación de todos los rehenes, con la excepción de un muerto y uno
de los comandos militares. Los terroristas fueron ultimados en el rescate
y fue el fin de ellos.
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