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INTERVENCION ARMADA
POR CAUSAS DE AYUDA
HUMANITARIA.
En concreto, si cometen esta acción es con el claro objetivo de proteger a la población de a pie, que
se está viendo ultrajada y que está indefensa ante las actuaciones de su gobierno que le está dejando
sin derechos. (Hambre, pobreza, guerras, casos de emergencia e incluso casos de genocidios…) son
algunas de las situaciones que llevan a que tenga lugar el intervencionismo humanitario.
Los antecedentes que versan sobre este tema son abundantes. Francisco de Vitoria y Suarez, ya partían
de una premisa de un deber intervenir para defender a víctimas inocentes de sus tiranos y de las leyes
inhumanas que podrían adoptar. De la importancia que todos somos hombres y que debemos
protegernos unos a otros.
A todo esto no basta con que una acción militar que se desencadena sea justa. Luego debe seguir
siéndolo también. A la declaración de guerra justa, llamada ‘ius ad bellum’ o derecho a hacer la
guerra, se le pedía una causa justa, una autoridad legítima, un objetivo correcto, que fuera el recurso
último, el uso proporcionado de la violencia y unas altas probabilidades de éxito que conduzcan al
final de las hostilidades. Estas condiciones se extienden luego en la forma de librar las acciones de
guerra para que siga cumpliendo las condiciones de la guerra justa: es el ‘ius in bellum’. Hay que
utilizar la violencia con sentido de la necesidad, de la proporcionalidad y de forma discriminada para
que no afecte a quienes no son combatientes. Una de sus consecuencias es respetar las convenciones
de Ginebra sobre el trato a los combatientes, a los prisioneros y a la población civil.
RESUMEN
Después de las dos grandes catástrofes –primera y segunda guerra mundial- la humanidad ha hecho
lo posible y quizás hasta lo imposible para evadir otra gran guerra entre Estados.
La Carta de las Naciones Unidas reafirma de manera explícita la «fe en los derechos humanos
fundamentales, en la dignidad y el valor de la persona humana y en la igualdad de derechos de
hombres y mujeres y de las naciones grandes y pequeñas».
Este trabajo trae a colación la interpretación de los puntos más relevantes de la Carta, a su vez, la
descripción de cómo está conformada la OEA, algunos antecedentes respecto a intervenciones de un
Estado hacia otro y la conclusión que se llega a raíz de la pregunta problema que se plantea.
ABSTRACT
After the two great catastrophes -first and second world war- humanity has done everything possible
and perhaps even the impossible to avoid another great war between States.
The Charter of the United Nations explicitly reaffirms "faith in fundamental human rights, in the
dignity and worth of the human person and in the equal rights of men and women and of nations large
and small."
There can be little doubt that the principle of non-intervention - or the duty of one State not to
intervene in the domestic affairs of another - constitutes a fundamental norm of current international
law and one of the guiding principles of contemporary international relations.
In international law that begins to develop after the Second World War, the principle of non-
intervention has become one of the basic rules of international relations. This is recognized in the
Charter of the ONU and the constituent instruments of other international organizations and this
principle was enshrined in important resolutions of the General Assembly of the United Nations.
This paper brings up the interpretation of the most relevant points of the Charter, in turn, the
description of how the ONU is made up, some background regarding interventions from one State to
another and the conclusion that comes from the question problem that arises.
A LA LUZ DE LA CARTA DE LAS NACIONES UNIDAS.
La Carta de las Naciones Unidas (en adelante la llamaré NN.UU) se firmó el 26 de junio de
1945 en San Francisco, al terminar la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Organización
Internacional, y entró en vigor el 24 de octubre del mismo año. El Estatuto de la Corte
Internacional de Justicia es parte integrante de la Carta. “negrillas fuera de texto”
Este apartado limita el uso de la guerra, (es más, lo prohíbe) a fin de preservar las generación futuras,
que no las atañen más otra guerra, como las que se han presentado.
La carta tiene como finalidad convivir en paz y practicar la tolerancia como buenos vecinos. Tiene
como fin unir las fuerzas para mantener la paz y la seguridad internacional. Media en no usar la fuerza
armada sino en servicio del interés común.
Ahora bien, vemos como la misma carta trae contradicciones. En el primer apartado dijimos que la
carta (prohíbe) el uso de la guerra y, vemos ahora como la permite en servicio del interés común.
Analizaremos esto más adelante a medidas que se vaya desglosando el sentido de la carta.
La carta evidencia que en ningún momento es aceptable utilizar la guerra incluso recurrir a la amenaza
o al uso de la fuerza contra integridad territorial de cualquier estado. Regido por el principio de
soberanía, los miembros deben cumplir con buena fe las obligaciones contraídas en esta carta. Incluso
prohíbe intervenir en asuntos que sean propios de la jurisdicción de cada estado. Entonces cabe le
pregunta ¿es posible que un Estado intervenga militarmente en otro por causa de ayuda humanitaria?,
pregunta que es el objeto de resolver de este escrito.
La carta en su capítulo ll nos habla sobre los Miembros de las Naciones Unidas, pero no específica
quienes son. Dice: “Son Miembros originarios de las Naciones Unidas los Estados que habiendo
participado en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Organización Internacional celebrada en
San Francisco, o que habiendo firmado previamente la Declaración de las Naciones Unidas de 1 de
enero de 1942, suscriban esta Carta y la ratifiquen de conformidad con el Artículo 110.” (NN.UU)
A colación, los miembros que actualmente componen las Naciones Unidas en el año 2019, son:
Afganistán, Albania, Alemania, Andorra, Angola, Antigua y Barbuda, Arabia Saudita, Argelia,
Argentina, Armenia, Australia, Austria, Azerbaiyán, Bahamas, Bangladés, Barbados, Baréin,
Bélgica, Belice, Benín, Bielorrusia, Birmania, Bolivia, Bosnia y Herzegovina, Botsuana, Brasil,
Brunéi, Bulgaria, Burkina Faso, Burundi, Bután, Cabo Verde, Camboya, Camerún, Canadá, Catar,
Chad, Chile, China, Chipre, Colombia, Comoras, Corea del Norte, Corea del Sur, Costa de Marfil,
Costa Rica, Croacia, Cuba, Dinamarca, Dominica, Ecuador, Egipto, El Salvador, Emiratos Árabes
Unidos, Eritrea, Eslovaquia, Eslovenia, España, Estados Unidos, Estonia, Etiopía, Filipinas,
Finlandia, Fiyi, Francia, Gabón, Gambia, Georgia, Ghana, Granada, Grecia, Guatemala, Guayana,
Guinea, Guinea ecuatorial, Guinea-Bisáu, Haití, Honduras, Hungría, India, Indonesia, Irak, Irán,
Irlanda, Islandia, Islas Marshall, Islas Salomón, Israel, Italia, Jamaica, Japón, Jordania, Kazajistán,
Kenia, Kirguistán, Kiribati, Kuwait, Laos, Lesoto, Letonia, Líbano, Liberia Libia, Liechtenstein,
Lituania, Luxemburgo, Madagascar, Malasia, Malaui, Maldivas, Malí, Malta, Marruecos, Mauricio,
Mauritania, México, Micronesia, Moldavia, Mónaco, Mongolia, Montenegro, Mozambique,
Namibia, Nauru, Nepal, Nicaragua, Níger, Nigeria, Noruega, Nueva Zelanda, Omán, Países Bajos,
Pakistán, Palaos, Panamá, Papúa Nueva Guinea, Paraguay, Perú, Polonia, Portugal, Reino Unido,
República Centroafricana, República Checa, República de Macedonia, República del Congo,
República Democrática del Congo, República Dominicana, República Sudafricana, Ruanda,
Rumanía, Rusia, Samoa, San Cristóbal y Nieves, San Marino, San Vicente y las Granadinas, Santa
Lucía, Santo Tomé y Príncipe, Senegal, Serbia, Seychelles, Sierra Leona, Singapur, Siria, Somalia,
Sri Lanka, Suazilandia, Sudán, Sudán del Sur, Suecia, Suiza, Surinam, Tailandia, Tanzania,
Tayikistán, Timor Oriental, Togo, Tonga, Trinidad y Tobago, Túnez, Turkmenistán, Turquía, Tuvalu,
Ucrania, Uganda, Uruguay, Uzbekistán, Vanuatu, Venezuela, Vietnam, Yibuti, Zambia y Zimbabue.
Actualmente (2019), la organización está compuesta por todos los países oficiales e independientes
del mundo a excepción de la Ciudad del Vaticano, que posee el rol de estado observador.
Más de 60 Estados Miembros de las Naciones Unidas nunca han sido miembros del Consejo.
Un Estado que es Miembro de las Naciones Unidas, pero no del Consejo de Seguridad podrá
participar sin derecho a voto, en sus deliberaciones cuando el Consejo considera que los intereses de
ese país se ven afectadas. Tanto los miembros y los no miembros de las Naciones Unidas, si son
partes en una controversia que se considera por el Consejo, podrán invitarse a participar, sin derecho
a voto en las deliberaciones del Consejo, el Consejo establece las condiciones para la participación
de un Estado no miembro.
En el capítulo IV se establece los principales órganos de las Naciones Unidas, estos son: una
Asamblea General, un Consejo de Seguridad, un Consejo Económico y Social, un Consejo de
Administración Fiduciaria, una Corte Internacional de Justicia y una Secretaría.
La Asamblea General es uno de los órganos principales de las Naciones Unidas, el único en el que
todos los Estados Miembros (193 en la actualidad) están representados, cada uno con un voto. El
Consejo de Seguridad tiene la responsabilidad primordial de mantener la paz y la seguridad
internacionales.
El Consejo de Seguridad, tiene 15 miembros y cada miembro tiene un voto. De acuerdo con la Carta,
todos los Miembros de la ONU convienen en aceptar y cumplir las decisiones del Consejo de
Seguridad. Éste es el único órgano de la ONU cuyas decisiones los Estados Miembros, conforme a la
Carta, están obligados a cumplir.
Las partes, deben buscar un arreglo pacífico de sus controversias. En cuya controversia en que están
vean susceptibles de perder la paz y la seguridad internacional trataran de buscar una solución,
mediante la negociación, la mediación, la conciliación o cualquier otro mecanismo alterno de
solución. El encargado de instaurar un arreglo entre las partes es el Consejo de Seguridad.
Se evidencia que el único encargado en mediar las controversias que puedan existir entre los estados
es el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, evita a cualquier modo situaciones graves entre
las partes mediantes recomendaciones o medidas provisionales que juzgue aconsejable.
Ahora bien, el Consejo de Estado debe buscar siempre la manera pacífica para resolver los problemas
que se presente entre los Estados. Pero la misma carta en su artículos 44 – 46 facilita al consejo hacer
uso de la fuerza, tomar medidas militares urgentes, pero con una preparación e investigación de la
situación. El Comité de Estado asesorara y asistirá al Consejo de Seguridad en todas las cuestiones
relativas a las necesidades militares del Consejo para el mantenimiento de la paz y la seguridad
internacionales, al empleo y comando de las fuerzas puestas a su disposición, a la regulación de los
armamentos y al posible desarme.
En este sentido, hay 2 maneras en que se puede hacer la guerra; uno es previa autorización al Consejo
de Seguridad y el segundo es en legítima defensa, esto es, que si un estado ataca a otro (sin
autorización del consejo) este podrá defender su soberanía sin esperar un estudio del consejo pero
alegando en ejercicio de derecho de legítima defensa y le será comunicado al Consejo de Seguridad.
Este es uno de los puntos más importante de la carta, a su vez nos da indicios sobre la pregunta
problema a resolver (recordemos: ¿es posible que un Estado intervenga militarmente en otro por causa
de ayuda humanitaria?). La organización creara condiciones de estabilidad y bienestar necesario para
las relaciones pacíficas y amistosas entre las naciones y, además promoverá:
a. niveles de vida más elevados, trabajo permanente para todos, y condiciones de progreso y
desarrollo económico y social;
c. el respeto universal a los derechos humanos y a las libertades fundamentales de todos, sin hacer
distinción por motivos de raza, sexo, idioma o religión, y la efectividad de tales derechos y
libertades.
La ONU sigue los acontecimientos en los 16 Territorios no autónomos que quedan en la lista. El
organismo de la ONU que supervisa este trabajo es el Comité Especial encargado de examinar la
situación con respecto a la aplicación de la Declaración sobre la concesión de la independencia a los
países y pueblos coloniales (o Comité Especial de los 24, también llamado Comité Especial de
Descolonización), creado en 1961 por la Asamblea General mediante la resolución 1541 (XV).
Granada, 1983
Después del golpe militar de 1979 en Granada el movimiento New Jewel llegó al poder. En octubre
de 1983, bajo el pretexto de proteger a estudiantes de medicina estadounidenses, así como a los
llamamientos de una serie de países de la Organización de los Estados Americanos -Antigua y
Barbuda, Dominica, Santa Lucía, San Vicente y las Granadinas- el entonces presidente de EE.UU.,
Ronald Reagan, ordenó la invasión. A la Intervención militar de EE.UU. contra Granada se le dio el
nombre de Furia Urgente.
Panamá, 1989
A mediados de los años 80 entre Estados Unidos y Panamá entraron en conflicto por los términos de
la transferencia del control del Canal de Panamá. Cuando las autoridades de Panamá comenzaron a
llevar a cabo una política exterior independiente de Estados Unidos y a fortalecer los vínculos con los
países de América Central y del Sur, EE.UU. comenzó a ejercer una fuerte presión diplomática,
económica y de información. Tras sanciones económicas fallidas trataron de impulsar un golpe de
Estado. En diciembre de 1989, el presidente George Bush ordenó la operación militar Operación
Causa Justa contra Panamá
Irak, 1991
Somalia, 1993
A principios de los años 90 Somalia fue escenario de una caótica guerra civil y de una catástrofe
humanitaria. En diciembre de 1992, como parte de la Operación Restaurar la Esperanza, fueron
enviadas al país fuerzas de paz de la ONU. La operación comenzó con el desembarco de las unidades
del Cuerpo de Marines de Estados Unidos en la capital Mogadiscio. En 1993 se inició la nueva
Operación Continuación de la Esperanza. Como parte de esta operación, EE.UU. trató sin éxito de
atrapar a Mohamed Farrah Aidid, uno de los líderes de los grupos armados locales que aspiraba a
tomar poder en el país.
Yugoslavia, 1995
La primera operación militar a gran escala en la historia de la OTAN supuso una violación de los
principios del derecho internacional. El Consejo de Seguridad de la ONU no aceptó una resolución
que habría autorizado el uso de la fuerza por parte de la OTAN. Como parte de la guerra de Bosnia,
que comenzó en 1992, Estados Unidos y sus aliados de la OTAN adoptaron una posición anti-serbia
y apoyaron abiertamente a los musulmanes bosnios. En 1995 se llevó a cabo la operación Fuerza
Deliberada. Los serbios de Bosnia fueron sometidos a bombardeos aéreos por aviones de la OTAN.
En 1998 en Tanzania y Kenia fueron cometidos actos de terrorismo contra las embajadas de EE.UU.
En respuesta, EE.UU. lanzó la Operación Alcance Infinito. Se llevó a cabo un ataque con misiles de
crucero contra los campos de entrenamiento de milicianos de Al Qaeda en Afganistán. También se
lanzaron misiles contra una fábrica farmacéutica en Sudán que, según las autoridades
estadounidenses, se había utilizado para producir armas químicas.
Yugoslavia, 1999
La razón para la intervención de la OTAN liderada por Estados Unidos contra Yugoslavia fue la
guerra de Kosovo, que empezó en 1996. Bajo el pretexto de las denuncias de limpieza étnica y
crímenes de lesa humanidad, así como el incumplimiento de los requisitos sobre la "retirada de las
tropas serbias de la región serbia autónoma de Kosovo y Metohija " en marzo 1999 comenzó la
Operación Fuerza Aliada. Como en el golpe contra las fuerzas serbias en 1995, la operación se
presentó como una "intervención humanitaria". La capital de Yugoslavia, Belgrado, y otras ciudades
del país fueron atacadas con cohetes y con bombas.
Afganistán, 2001 -
Después de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001, el presidente George W. Bush exigió
que el movimiento Talibán extraditara a Osama Bin Laden. Los talibanes se negaron a hacerlo, al
igual que en 1998, tras los ataques terroristas en Tanzania y Kenia, y las autoridades estadounidenses
pusieron en marcha la Operación Justicia Infinita que pronto pasó a llamarse Libertad Duradera. En
octubre de 2001 comenzaron los ataques con cohetes y bombardeos de los talibanes. Las sanciones
de la ONU sobre la introducción de las tropas -Fuerza de Asistencia para la Seguridad Internacional-
fueron impuestas después del inicio de la operación. Las fuerzas terrestres estadounidenses se
encuentran en el proceso de retirada de Afganistán.
Irak, 2003
Las autoridades de EE.UU. aportaron pruebas falsas para tratar de convencer al mundo que Irak
desarrollaba armas de destrucción masiva. La votación sobre el proyecto de resolución propuesto por
EE.UU. no se produjo después de que los representantes de Rusia, China y Francia anunciaran que
vetarían cualquier resolución que contuviera un ultimátum con posibilidad de uso de la fuerza contra
Irak. En marzo de 2003 se puso en marcha la Operación Libertad Iraquí. A principios de mayo, el
presidente George W. Bush. anunció la finalización de la fase activa de la hostilidades. En 2011 se
retiraron los últimos soldados estadounidenses.
El uso de drones se ha convertido en una parte integral de la estrategia de guerra de EE.UU. contra
grupos terroristas. Desde 2002 varias modificaciones de aviones no tripulados atacaron los territorios
de Yemen, Pakistán y Somalia. La intensidad de los ataques desde 2008, año en que el presidente
Barack Obama llegó al poder, se ha duplicado en comparación con la etapa inicial de la utilización
de aviones no tripulados. Funcionarios de la ONU han criticado reiteradamente las acciones de
EE.UU. afirmando que Washington sigue haciendo caso omiso de los riesgos que estos ataques
suponen para la población civil.
Libia, 2011
En febrero de 2011 en Libia estalló el conflicto armado entre las fuerzas del gobierno liderado por
Muammar Gaddafi y grupos de la oposición. Esgrimiendo el uso de aviones para la represión de las
protestas pacíficas, algo que no fue probado, el Consejo de Seguridad de la ONU adoptó una
resolución para imponer sanciones contra el gobierno oficial de Libia. En virtud de la nueva
resolución, aprobada en marzo, en los cielos de Libia se estableció una zona de exclusión aérea. Los
países de la OTAN lanzaron bombardeos contra las fuerzas e instalaciones gubernamentales en el
país. Oficialmente la guerra terminó con la muerte de Gaddafi a manos de una turba enfurecida en
octubre de 2011.
Y sin duda no podemos obviar una situación que nos atañe en la actualidad; que es la problemática
que hoy en día afronta Venezuela. Aunque aún no hay muchos escritos de su actualidad, se puede
observar a la luz de las Naciones Unidas los sufragios que esta padece, y que sin duda dará mucho
que escribir en la historia.
Venezuela, 2019
La crisis del actual gobierno de Maduro se debe a que “no tiene cómo estabilizarse, no tiene carisma,
no tiene dinero para redistribuir y ha tenido que recurrir a la represión y al apoyo de las Fuerzas
Armadas. Además, ha perdido popularidad y se ha ido destruyendo con la ideología de construir un
Estado socialista”, sostiene Margarita López Maya, historiadora venezolana, doctora en Ciencias
Sociales de la Universidad Central de Venezuela y experta en la política de Venezuela.
En las últimas semanas, los venezolanos opositores han salido a las calles a protestar contra el
gobierno de Maduro. Algunos videos y afirmaciones de los ciudadanos, que circulan en redes sociales
muestran cómo la Guardia Nacional y la Policía Nacional Bolivariana los ha atacado.
Frente a las protestas opositoras, el presidente Nicolás Maduro aseguró ante el Consejo Político de la
Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblos
(ALBA-TCP) que “la derecha venezolana” está recibiendo “nuevas órdenes del Departamento de
Estado de los EE. UU.”, en lo que significa una “nueva arremetida contra su gobierno”
¿Por qué se están yendo de Venezuela?
Porque huyen de la peor crisis económica de la historia reciente del país, con la mayor
inflación del mundo y con problemas de desabastecimiento de alimentos, medicinas y
productos básicos. Si la situación económica venezolana nunca ha sido buena, ahora el plan
económico diseñado por Nicolás Maduro ha instalado al país en un caos. Las entidades
bancarias privadas y públicas están limitando el acceso al efectivo y, tal y como informa El
País, después de horas de cola los venezolanos sólo han logrado retirar de los cajeros
"puñados de bolívares soberanos". Por lo tanto, tal y como informa este medio, a la
dramática pérdida de poder adquisitivo acumulada en los últimos meses se suma ahora el
control de la cantidad de dinero de la que pueden disponer los venezolanos. (Riestra Laura,
2018)
Según informa BBC Mundo (Referenciado por Riestra Laura), hasta 50.000 venezolanos cruzaron la
frontera con Colombia por la grave situación en su país. Otros miles huyeron a Perú en los últimos
años. O a Chile, e incluso a pequeñas islas del Caribe. Así, según AFP, más de un millón de
venezolanos han ingresado a Colombia en el último año y medio, más de 400.000 a Perú y unos
300.000 a Chile. En Ecuador este año entraron 600.000 y unos 100.000 viven en Argentina.
El presidente Iván Duque, inició el 13 de febrero, una visita oficial de trabajo a los Estados Unidos.
Ese viaje tuvo una agenda que incluyo encuentros con líderes del Congreso, empresarios y directivos
de organismos multilaterales.
El presidente Donald Trump recibió en la Casa Blanca a su homólogo colombiano Iván Duque, para
conversar sobre la actual crisis política en Venezuela, la lucha contra las drogas y el terrorismo.
Durante el encuentro con los medios en la Oficina Oval, antes de iniciar la reunión a puerta cerrada,
el presidente Trump no descartó enviar 5 mil soldados a Colombia para atajar la situación en
Venezuela, pues al ser preguntado al respecto, se limitó a decir: "ya veremos".
Frente a este suceso, varios analistas políticos e internacionalistas del país sostienen que la visita de
Iván Duque a la Casa Blanca, no puede ser vista como un aval o una búsqueda de intervención militar
en Venezuela.
Señalan que tampoco se puede creer en la afirmación de Trump sobre el tema. Según el
internacionalista de la Universidad del Rosario, Mauricio Jaramillo, es poco probable que Colombia
permite una intervención militar pues estaría rompiendo una tradición en la política exterior.
“Es difícil que Colombia entregue un aval para una intervención militar, esto a mi juicio rompería
una tradición importante de nuestra política exterior. Obviamente el Gobierno en muchas
oportunidades ha dicho y ha insistido en que ellos no ven con buenos ojos una intervención militar,
ya que va en contra de un principio elemental del derecho internacional. Sin embargo, Colombia ha
reconocido que está a favor del cambio del régimen en Venezuela, pero ha insistido que para esto hay
unos canales diplomáticos que todavía no han agotado".
A su vez, el senador del gobiernista Centro Democrático, Carlos Felipe Mejía, expuso que apoyan el
cerco diplomático de la Casa de Nariño y la coalición.
"No creo que la intervención militar sea la solución. Apoyo la posición del gobierno del presidente
Duque y del Grupo de Lima de cerrar el cerco diplomático, económico y jurídico que permita el
retorno de Venezuela a la democracia. La intervención militar debería ser la respuesta de las Fuerzas
Armadas de Venezuela respaldando al presidente legítimo Juan Guaidó", consideró.
Tras la declaración del presidente Donald Trump al no descartar las 5 mil tropas hacia Colombia, para
intervenir a Venezuela, Duque señaló que más que hablar de tropas, lo importante es que las Fuerzas
Militares de Venezuela acompañen al presidente legítimo Juan Guaidó y que la comunidad
internacional siga haciendo una presión diplomática.
“Para que la dictadura llegue a su final eso es más importante que hablar de tropas. Y creo que lo que
tiene que hacer la gran mayoría de las instancias multilaterales es también insistir en eso y mucho
más cuando estamos viendo crímenes de lesa humanidad como prohibir y obstruir el ingreso de ayuda
humanitaria” aseguró
TEORIAS.
La intervención “es interferencia dictatorial o coercitiva, por un actor o actores foráneos, en la esfera
de la jurisdicción de un Estado soberano, o más ampliamente de una comunidad política
independiente.” De esta manera, Joana Abrisketa define intervención humanitaria como las
De esta manera, la intervención humanitaria quedaría condenada por el derecho internacional público.
Sin embargo, el Capítulo VII de la Carta de las Naciones Unidas establece que el Consejo de
Seguridad determinará cuándo existe una amenaza o violación a la paz y seguridad internacionales,
en cuyo caso se podrán tomar las medidas necesarias para mantener ambas.
La intervención humanitaria es una respuesta a una situación de crisis en la cual el gobierno estatal
no puede garantizar los servicios básicos requeridos por su población. Una crisis de este tipo se
convierte en humanitaria cuando los sucesos representan una seria amenaza a la salud, bienestar y
seguridad de la misma.
Desde que la guerra no es declarada ni justa ni legal, la comunidad internacional ha conocido más
conflictos que nunca y nunca habían sido tantos los países participantes en ellos, así fuera solamente
por la intervención de sus ciudadanos que son comerciantes de armas, consejeros de logística o
estrategia, diversos expertos, miembros o voluntarios al servicio de organizaciones no
gubernamentales o gubernamentales, internacionales o transnacionales, militares o humanitarias, o,
simplemente, en el peor de los casos, simples civiles, víctimas de efectos colaterales o actos de
terrorismo. Para Agnès Lejbowicz:
Conclusión.
Cuando el Consejo de Seguridad avala una intervención armada, esta intervención no se llama guerra,
puesto que la guerra es precisamente lo que dicha intervención de la ONU combatirá por orden suya
para reestablecer la paz.
La posibilidad de una acción colectiva que pueda llegar a comprender el uso de la fuerza armada está
contemplada en el Capítulo VII, titulado “Acción con respecto a las amenazas contra la paz,
quebrantamiento de la paz y actos de agresión,” cuyo primer artículo –el 39- establece que el Consejo
de Seguridad determinará la existencia de toda amenaza a la paz, quebrantamiento de la paz o acto
de agresión, pudiendo formular recomendaciones o decidir qué medidas serán tomadas para mantener
o restablecer la paz y la seguridad internacionales. Esas medidas pueden ser de dos tipos: las que no
impliquen el uso de la fuerza armada, que de acuerdo al artículo 41 pueden comprender la interrupción
total o parcial de las relaciones económicas y de las comunicaciones ferroviarias, marítimas, aéreas,
postales, telegráficas, radioeléctricas y otros medios de comunicación, así como la ruptura de
relaciones diplomáticas; y aquéllas que, cuando esas medidas son inadecuadas o han demostrado
serlo, el Consejo de Seguridad, de acuerdo al artículo 42, puede ejercer por medio de las fuerzas
aéreas, navales o terrestres, la acción que sea necesaria para mantener o restablecer la paz y la
seguridad internacionales, pudiendo tal acción comprender demostraciones, bloqueos, y otras
operaciones ejecutadas por fuerzas aéreas, navales o terrestres de miembros de las Naciones Unidas.
Para concluir, no olvidemos la pregunta problema objeto de este escrito. A mi juicio, si bien la
intervención armada de un Estado en otro, aunque se invoquen razones humanitarias, está prohibida
por el actual derecho internacional, tal prohibición se extiende a la realizada por un conjunto de
Estados. Es significativo al respecto que, sobre la base de lo dispuesto por el artículo 18 de la Carta
de la OEA, los instrumentos constitutivos de las principales organizaciones regionales, así como las
resoluciones 2131 (XX) y 2625 (XXV) de la Asamblea General de Naciones Unidas categóricamente
expresen que “ningún Estado o grupo de Estados tiene el derecho a intervenir..”.
Del mismo modo, tal tipo de intervención no puede ser llevada a cabo por una organización regional
si no cuenta con la autorización del Consejo de Seguridad. Si bien las organizaciones regionales
disponen de amplias facultades para “entender en los asuntos relativos al mantenimiento de la paz y
la seguridad internacionales,” que sean susceptibles de acción regional, de acuerdo al artículo 53,
párrafo 1 de la Carta, la aplicación de medidas coercitivas por acuerdos o por organismos regionales
requieren la autorización del Consejo de Seguridad.
Con todo, debe señalarse que la Carta no ha excluido que el propio Consejo de Seguridad pueda
utilizar los acuerdos u organizaciones regionales para aplicar medidas coercitivas. Sin embargo, esta
disposición contenida también en el párrafo primero, artículo 53, hasta ahora no ha sido empleada;
pero nada obsta que en el futuro, a medida que se vaya acrecentando una efectiva cooperación entre
las Naciones Unidas y las organizaciones regionales, el Consejo de Seguridad pueda delegar en las
organizaciones regionales parte de sus atribuciones para situaciones de carácter humanitario.
A modo de reflexión, me atrevo a poner un apartado religioso como buen católico y buscando
la paz para todos. Se reflexiona <por todos los pueblos que están en guerra para que den pasos
concretos de paz y sus políticas sean orientadas hacia el bien común de sus ciudadanos. Oremos>
Bibliografías.