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El aceite de ricino se obtiene de las semillas del ricino y está clasificado como un
aceite vegetal. Es un líquido incoloro o con una ligera tonalidad amarilla muy
pálida, inodoro o de olor y sabor muy suave. Tiene un punto de ebullición de 313°
C y una densidad de 961 kg por metro cúbico. Aproximadamente el 90% de las
cadenas de los ácidos grasos que contiene son de ácido ricinoleico, además el
ácido oleico y el linoleico son otros componentes significativos.
El aceite de ricino, en muchas ocasiones mal traducido como aceite de castor por
su denominación en inglés (castor oil), se obtiene a partir de las semillas de la
planta Ricinus communis, que contienen aproximadamente un 40-50% de su peso
del aceite. El aceite a su vez contiene el 70-77% de los triglicéridos del ácido
ricinoleico. A diferencia de las propias semillas, no es tóxico.
(*) El aceite de ricino cuenta con una particularidad: «inestabilidad térmica», que
debido a su estructura única, en lugar de ser un punto en contra se torna en su
mayor fortaleza. Esta inusual inestabilidad, a determinada temperatura crítica,
dispara un mecanismo que da al aceite de ricino su perfil de superlubricante único
en su tipo, permitiéndole lubricar a temperaturas donde los aceites de tipo sintético
lo harán de manera deficiente. Debido a su singular estructura molecular al
depositarse entre el pistón y el cilindro donde el calor generado en la combustión
lo lleva a un punto crítico, el aceite de ricino sufre un proceso de «deshidratación»,
perdiendo una molécula de agua. El aceite de ricino se polimeriza rápidamente al
ser expuesto a alta temperatura. A medida que se polimeriza, forma ésteres de
peso molecular más y más elevado. Estos ésteres a su vez se comienzan a
descomponer a temperaturas cercanas a los 350 ºC. El aceite de ricino forma
enormes estructuras moleculares a estas elevadas temperaturas, en otras
palabras, a medida que la temperatura aumenta el aceite de ricino expuesto a las
mismas responde de manera en que se transforma en un «mejor lubricante».
Desafortunadamente el producto final de este proceso es lo que se denomina
vulgarmente un «barniz» o «goma» por lo cual se recomienda el aceite de ricino
para ser utilizado en motores de dos tiempos de competición los cuales son
sometidos periódicamente a desarme y limpieza de sus partes. La formación de
este barniz o goma que mientras el motor está en funcionamiento se encuentran
en estado de liquido muy viscoso, no solo provee de una película de lubricante de
alta resistencia entre el cilindro y pistón, sino que además mejora el sellado de
la cámara de combustión incrementando la estanqueidad de la misma y por ende
la compresión del motor. Otra de las propiedades sobresalientes del aceite de
ricino es su alta polaridad, lo que le confiere gran afinidad a las superficies
metálicas. Posee un flash point de sólo 230ºC pero su punto de combustión se
encuentra alrededor de los 450ºC, este comportamiento es inusual, si se
considera que los aceites sintéticos utilizados para este tipo de aplicaciones
poseen un flash de alrededor de 205ºC y un punto de combustión de 290ºC.
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