Gianluca Cicco

Lucia Gutiérrez
7 de enero de 2019

Tarea Escrita
Cuento sobre lengua y genero

Fundamentación: Para la parte uno de Lengua en su contexto cultural, decidí hacer un

cuento, el cual es una obra textual la cual me permite expresarme en un lenguaje informal hacia
todos los lectores y expresar mi punto de vista con una moraleja, sin necesidad de argumentos
o contraargumentos, solo con la historia y la experiencia de mis personajes. Los cuentos pueden
ser habilidades para hacer comprender de manera sencilla un tema especialmente a las personas
de menor edad como niños de 7 a 12 años. Se procura relacionar este cuento con un aspecto
analizado en el curso, introduciendo ejemplos y anécdotas relacionadas con el tema, trabajado a
través de lecturas, discusiones y presentaciones analizadas en clase. Esta tarea apunta a
esclarecer la relación que existe entre lengua y género.
El tipo de texto elegido es cuento: Un cuento es una narración breve en donde se narra una
historia de ficción con un número definido de personajes, cuenta con una introducción, una intriga, un
climax y un desenlace, normalmente son cortos.
Como mi trabajo escrito es un cuento, claramente sus receptores serán niños de 7 a 12
años, pues tengo como intención el comunicar lo importante que es la lengua y como se debe
hacer un uso correcto de ella, pues aparte de ser un uso fundamental para comunicarnos como
seres humanos, también se puede usar para lastimar. El mensaje se intentará transmitir en el
contexto de sexismo del actual siglo, el siglo XXI. De igual manera, en términos de análisis, nos
presenta como los textos cumplen con unas funciones del lenguaje y actos de habla que hacen
al receptor una idea clara frente cómo se relaciona el lenguaje con el género y los
malentendidos que trae consigo.

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 Cuento:
Hace mucho mucho tiempo, las hembras y los machos se debatían por poder, los machos
por ser los más fuertes tomaban las decisiones importantes mientras que las hembras se
encargaban de aquellas menos importantes. A través de los años, las hembras tomaron voz y
voto, pues literalmente alcanzaron a ser ciudadanas y obtener los mismos derechos que los de
su sexo opuesto. Hoy en día, podemos decir que nos encontramos en una igualdad de género,
pues las hembras de este bosque ya pueden hacer exactamente lo mismo que los machos, sin
que nadie les cuestione. El mundo siguió, pero nuestra lengua sigue siendo la misma y aunque no
lo creamos, a veces lo que nos hace sexistas no son las acciones, sino las palabras que utilizamos.
Esta es la historia del conejo y la liebre.
El conejo, era un animal arrogante que parecía que seguía viviendo en los viejos tiempos,
nunca superó, que la liebre y las otras hembras del bosque fueran capaces de tomar las mismas
decisiones que el, que pudieran participar en política, en deportes, que pudieran trabajar y
muchas otras actividades diferentes. Para el, el mundo estaba cambiando, pero no para bien, sino
para mal. “Eran mejores los viejos tiempos” decía de vez en cuando. Por el otro lado estaba la
liebre, esa hembra sí que sabía que era lo que estaba haciendo, era la principal voz de las
hembras en el bosque, y participaba de forma activa para que cada día hubiera un poco más de
igualdad de género.
Un día, ambos animales, en desacuerdo, se encontraron mutuamente en la reunión más
importante del bosque, la cual tiene como propósito escuchar propuestas, ponerlas a votación y
tomar una decisión de forma que sea bueno para todos. En esa reunión se habló acerca del
poder femenino, y de cómo controlar comportamientos que generen violencia, reducir el
sexismo en el bosque. La votación acabó en empate, no hubo resolución y los animales tendrían
que controlarse, podrían seguir con sus ideales sin irrespetar los otros. Saliendo de la reunión
ambos se encontraron, y claramente se reconocieron pues eran enemigos.
“Hey, Liebre, cómo estás, viniste a verme ganar las elecciones? Tal parece que todo va a
volver a ser como antes! Ustedes volverán al hogar y harán lo que nosotros digamos...” dijo el
conejo. La liebre no le contesto, para ella todo estaba mal con ese conejo, el lenguaje y la forma
en la que se comportaba, nada de eso estaba bien.

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 “Uy, parece que alguien tiene miedo y no me quiere contestar, tal vez si uso el lenguaje
inclusivo si me prestes atención, nosotrxs no somos tan diferentes como crees” le dijo el
conejo después de no haber recibido respuesta.
Esta vez, el conejo se pasó, y la liebre le respondió con un tono de voz fuerte “si no sabes
usar el lenguaje inclusivo para beneficiar a aquellos que no se sienten reconocidos, no lo hagas”
y la liebre siguió caminando.
El conejo no llego a entender a que se refería en ese momento la liebre, y esto lo dejo
pensando, tanto que no podía dejarlo dormir. Después de dos días intentando descifrar aquello
que le había dicho la liebre, el conejo tomó la decisión de meterse en internet y buscar “a quien
beneficia el lenguaje inclusivo?”. Claro, el conejo sabía la existencia de esta modalidad de
modificar algunas letras de algunas palabras para cambiar su género. En internet, encontró miles
de artículos relacionados con el tema, academias con estudios de miles de paginas, hablando de
lo desactualizado que esta la lengua, tanto el español como muchas otras, al seguir usando las
palabras en masculino como genéricas.
“Que!” dijo el conejo, este seguía sin entender, y por ello tomó la decisión de continuar
con su investigación hasta poder resolver aquello que no entendía, claramente debía hacer uso
del internet, pues el conejo siempre se sentía orgulloso por saber mucho de historia,
matemáticas y lengua. Como no sabía de que hablaba la liebre, si le preguntaba a otros animales
sobre el tema, seguramente se iba a sentir avergonzado.
Busco de nuevo “masculino genérico” y le apareció de nuevo muchos artículos, en donde
explicaban que en la lengua español, utilizamos palabra en masculino como una forma de
representar a los géneros existentes. Después de leer algunos de ellos, llegó a una conclusión
que nunca antes había notado, y era que en cierto modo la liebre tenía razón.
De un momento a otro, el conejo dejó de participar regularmente a las reuniones,
seguramente cambió de opinión.
Pasaron los años, y al final hubo menos sexismo entre los animales del bosque, tanto
hombres, mujeres y personas identificadas con otros sexos o orientaciones sexuales podían salir
a caminar, trabajar y ser activos socialmente sin ser discriminados. El conejo siguió siendo el
mismo de siempre, así nació y así murió, nunca entendió el porqué los tiempos cambian, sin
embargo, en el fondo supo que, el lenguaje inclusivo no tenía porque cambiar la lengua

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totalmente, sino que era una manera de usar la lengua para reconocer a aquellos que no se
sienten reconocidos, no era obligación hacer uso de el.

Moraleja:
Como moraleja, comprendemos qué hay que aceptar cada uno de los ideales que la gente
tenga, así como uno respeta el de los otros, los otros deberían respetar el de uno, también que
siempre habrá un conejo, que no está de acuerdo y que para dar a conocer su opinión hace uso
de oraciones vulgares, no hay que hacer uso de ese tipo de palabras para dar a entender un
punto de vista, pero si hay que hacerle entender las cosas de una forma respetuosa, de la misma
manera que la liebre le explicó al conejo como debía usar el lenguaje inclusivo. De vez en
cuando se pueden hacer preguntas, es humano equivocarse y tener dudas, no hay que sentir
vergüenza de ello. No hay que comportarse como el conejo.

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