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EL I

PSICOANALISIS:
Lubián Elena, El psicoanálisis en Psicología: la actividad mental, EUDEBA,2000, Buenos Aires.
EL DESCU13R1MlENTO
DEL lNCONC1ENTE

r:lcna Lubián

lntroducción
Al El factor anímico
La introducción a los conceptos fundamentales que delimitan el corpus
teórico del psicoanélisis presenta, ademés de las dificultades que suelen
caracterizar a toda introducción a un campo especifico de saber, ciertos
obstéculos particulares que se desprenden de la concepción del psiquismo
y por ende de la concepción de sujeto que este sostiene.
Freud1 no deja de señalar, a lo lilr90 de sus escritos, los escolios con los

s
,. Memr/cmorrmos slIrlntomr/:tt nl(lIInns dnro~ hinof'l1fJms. Pnro crltonunr ~Il su virlOrxjsitn Ilu/llrrosn
biogmfirJS,. mtre los mós r/rstnrndM 1fTts('(ira por Pt:/tr lY.'IY:-frtud, non vida ele nucstm tiempo., clr In
cual pfCX'f'dtn los dOlOS mtnC'ionndos o cOlltfmmdón.
5ir.mund Frtlld IIOrt to Frtibt,;;. M(lravio. tn 1856, rtJofro ol'n~ ml1$ lan't SIl fomil!o sr tras/odo o Vit"lIn,
C'iudod que rltbt .•d obantlolJor tll '938 ddJido (110 ¡m'osión y ptrstcl1cidn ",'Z;, mutrr' tn Londres, tO 1939.
Curso tswdlos tn f(Itdirino. rirric/i:lo, por fllzones quc su blogroflo ¡xrmiten otlSoor, o r:onvertilSt en un
e/entlfico notural, o {)tsar Que como tI mismo lo ofimJo le inrrrc:sobon sobrr todo los OSlIIHOSIJumallOS.
mds que los obJttos nnturo/rs. Aunque mantuvO unn ~lOsirio/1 cririco respecto de In filoso/in y In t~/og¡(I.
sus C'ollocimJrn/os fiJosdft<:Qs SDU('x/musrivos.
Com/r/uD su routrtJ de /nves!igorior rOlhnjnnd,) "'1 ('1 Dtpo,rnn1~"ln de [0010910 de In Univtrsi(fnd, pos~
!e,iormenre '''grt'so t/l rr loocratorlo (fe Fisiu/.1gio ¡le Emst Sr(!C'Kt, donde se dtdi('Q 01 tS/lIdio rid slsumn
neMosO. BriJcte ero C'oll5ideroda 1m cima rX}Junl'JI(C'rfe/ posItivismo. [,~ esr morco ('sencialmente rositi.'¡s-
ro se (onn(¡ f(turt, C'utstMn que no cJeso"ol1rfTl~nros uQj'; pero 'lIJe mrrrC't sel indognrfo COIIdetenimiellto n
(lrI de compmx1lf, Hlns nlld de lo opnmt/t parnrllljn, rl hecho Que s/~!1doimllSNl1do su (ormociÓll posili~
visIr! sro FffUC/ ti nutClr de l/lla trorfo, lo P!.l'¡'O(Illll/itirn que prodlfCt' un dimltSD que sr oC'IIJlojustnlllrnrr
.Ie OQlttl/O Que lo Cirnrlo. rrodldonnlll1elllC', c1e}nde /(I(!(I: el SIIleco.
Dumnte Sil e'tarifo ell el laboro torio ronotC' n DrC'urr, ,''' cJestncocfo mMico d/"ica (1C¡Uil'n Frrud Ir att;bll~
I/nn itl"I'l'/~a dtdsivn en los comitllzoS J1~~u pfllctlm.
EII 18B2 oeupo un puesto en rJl/ospita! (Jt'llrrnl de Vitna, prtpnrflndosr pmn /" JJ(fterlr~ (le /,lllleriltlrl(l.
En IRaS esrudio tri ell..tlborutO(io Patológjco c/r Ctmrcot, rn Poris. Este lo intrDc/IICt rn e/ estudIo dr 105
drsordt'lles mento/es rsprdficos y rn r/ uso de lo IJi/Jnosis pnro In CtlfO dr los p~ret/is/s IJisrrrirns, p(ltnllsis
qur /10 tmio" una COUSl'I orgonicn.
1011
W=.
¡j "j" El Psicoamilisis - Elena [.ubidn
.
'1 que nos encontramos al emprender su enseñanza. Las hipótesis del psi-
desencadena. el psicoanálisis ha incidido de manera cruci,,: en el modo en
que, desde entor.ces, el mundo occidental concibe la subjetividad.
coanalisis "est~n expuestas a parecer muy extrañas a los modos ordinarios
de pensamiento". 'i fünoai11enlalrntntt contradicen los puntos de .vista ~s térm ¡nos fre.u,dl~.I1.~s~in.c.Qllciente...sexUé¡jj¡jaG,.(6¡Jresi.ón,a n¡¡uslja
corrientes"'. (Freud. 1915/1973a, p. 3419i ~if!1ie_flto d.eculp~, p~lsiól: de mu~rt~,.el:!re ot£9s, 'la n pasado ~ forma:.
parte del conjunto de representaciones a través de las cualesintentamo~
;;sa cxtrañclU, esa contmdicci6n, anticipan el punto de ruptura llue el nombrar cierto "malestar" inherente a la existencia h~lmana, ,_.. ,. ~-
psicusnallsls produce respecto de los 5sberes anteriores.
Sus,teorizaciones no sólo redefinieron el campo de la psicologla sino
En la Introducción" "Las lecciones introductorias al Psicoanálisis", ar- que dejaron sus marcas en la literatura, el cine, el arte en general e incluso
(ícu16 de 1915; Freud presenta alpsicoanalisis como un tratamiento espe- en nuestra vida cotidiana. Un lapsus, un fallido, un olvido •.diflcilmente
cial del padecimiento neurótico' que guarda diferencias esenciales con el sean atribuidos en nuestra sociedad a una mera equivocación producto
modo de abordaje propuesto por la medicino y la psiquiatrla. de la casualidad. .
Esle tratamiento "especial" odquiere su particularidad a partir de una La aceptación de los principios fundamentales del psicoanalisis fue
l(~orización acerca de los procesos pslquicos radicalmente diferente a la creciendo a lo largo del siglo XX, fundamentalmente en Gran Bretaña
que existia hasta ese momento. La singularidad del descubrimiento freu-
Francia, Estados Unidos, Argentina. '
diano implica no sólo una manera distinta de abordar los slntomas neu-
róticos sino que produce a su vez una nueva concepción acerca de la ~reud reseña que el psicoanálisis: "En su origen, tuvo una intencio- , !
nalidad puramente terapéutica; se proponla crear un nuevo tratamiento ,I
subjetividad. ,I
eficaz para las enfermedades neuróticas. Pero concatenaciones que al co-
A pesar de las criticas y resistencias que ha desencadenado y aún mienzo no podran vislumbrarse llevaron al psicoanálisis mucho más allá
de su meta inicial. Al final pretendió haber colocado sobre una nueva base
C¡¡n,ldo Tt!Jrrso de Por{s rtllUIlcio o/ Hospiln/ y oore su C'OIlSu1torlo privado romo esprcin/isro en ellfC'nnC'~ toda, nuestra concepción de la vida anlmica y, por eso, revestir impor-
,1ocles II(wjoscJs. 5( adentra t'/I rl estudio de los -nC'tirosis. Y de los /IIt!odas pnNY su curación.
tancia para todos los campos del saber que se fundan en una psicologla"
fn /8R!) viajo (1 NOllry poro (lct1cccirmn(u en le rtcIlirn ¡ljpnót;ca
'fu ton /880 Rrtouu Irabio Ifrsptrtndo un pro(lllldo i/ltt,ts ('11r"url o/ CfJmulliror/e ('1 trnromitnto de UrJO (Freud, 1925/1979a, p. 223).
ptleit/1tr hisrtrico ¡JOr mro;o de In SLIqC'stión lú/JIlórico.
Rn:/tll en J89J ambos publican UH ¡"forme preliminor conjunto sobrr lu /lisferio, prro" (SO altura Frtlld Las formulaciones freudianas abren una nueva via al considerar que
Yl1!e Imb!a disroncicrdo de Brel/er y ti" SlIS IJlpótes/s. Ellnrgo y nmllo rom/no llur hobrlo de com/uC';( o In
1'tIllstnlrc!oll de lt1 (¡,mio JISitlHlllalltkft '}{lb/" roll/erlznr/u. (Prrcr OllY, 1989). el sufrimiento, el padecimiento presente en los "sintomas neuróticos"
?
respo.nde un pro~eso esencialmente "psicógeno", es decir. a pr.ocesos
1. JlC'mtJs /1111I1(1(/0rloJ V\'TsiONts nI rastel/mIO de In obro dr F,c/ld: la dt lópcz 8nflestrros (8/lJfioltN( an/mlcos mdependlentes de la dimensión orgánica-anatómica. (Freud,
Nl/~~1I1 y lo de EtcllcVfrry (Amorrorttl edltO/ef), noun nnyomos I"M/cglnrfa -rlr amenlo n fn cito- la
c/(IrldCll/ ola ,igurnsldod eoncr¡Jllln/ de 111trtlduccldn, 1925/1979a, p. 229)
O¡ltnmen/Jor In grn1Jrl "lncoIlt1cIIU", "ronc:/cIIC:i"" y .prtcOlldellic", J/gU/('III/O ,,/ USO adol'lm/o /lor lo Im-
dUCc:iÓfl ele E/cf1rvc;-ry, {Nula ele lo (llIto,-nl. Freud señala que el fracaso de las terapéuticas tradicionales en el tra-
tamiento de las perturbaciones neuróticas se enlaza de modo directo
J. ti ¡crmi"o m:lfrosls d(lto de 1777, c1esigllClu, de modo genero/lorla UrnTstrie de (/(tcciones funcionoles
t'IIlOf que 11CI1~flU((/ */n(ll"'lIIc1ónllf t('flé'" tflrucluwl-flel órgnno fcslollndo; se los C'tlllsldernbn r:n(tnlledn.
con el desconocimiento de la influencia del factor pslquico. La medicina
dl'S (lel s{s!tm(l rterv/Ojo. (/1 s/lltom(lto/oglo c/(oSCriptrl po' lo psiquintr/o ('1 WJriado, rr(fHornos (11I1c;Olloles y la pSlqulatrla le otorgaban una preponderancia exclusiva a los factores
que /1t(:luyrn Ins IJOr(ilis/s /,Isttricm, difusas eslndos angustlosus Il(lsto !mstomos Idcnrivos QUt tll algunos
outOITS ahorc% prescnclo de delirios_
a~atómicos, fisicos y. qulmicos, a la vez que compartfan un supuesto do-
III sinf)uJ(lr/c(od dI' Frturf C()IISISlr, luego de lliftrellc-i(lr distintos ('iIl1dros, en collsiduar qllt tll e( ('(ISO dc- mm~n,te propio del discurso cientifico de la época: "las cosas psíquicas no .
tus l/(1mod(lS *(lsfcollC'lIrosis* (lriSlerlo. IliHcria de ongusOl1, neuTOsis obsC'sivo) el (actor dtterm/nonte es 111I I [ '

conflicto psiqulco (¡lfe st ex¡>rrsa slmbóllCfllllente, Orsar/vl/oremos


ffllhniu. tnOll(1jll('SCO. 2()O'JJ.
tstC' nll:'C'onrsmo a lo lorgo Iltl prt:~e"t(' admltlan un tratamiento exacto y cientlfico".
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1
I '
, I Por su parte, la filosofla y la psicologla rechazaron las teorizaciones "B) Frcud y la ciencia
,j freudianas desde otros presupuestos. Si bien "ellos estaban habituados
I1 a admiti' conceptos abstractos ... en la cúspide de sus explicaciones del Es relev~nt.e .s~~I.~r q~e Fre,udno cuestiona, en principio, los 'p(Jstu-
~I mundo, y era imposible que les escandalizase la ampliación del campo lad~ materialistas y positivistas sobre los que se asienta la ciencia_de.
de la psicolog/a, iniciada por el psicoanálisis', el obstáculo radicaba en el su epoca, sino el enfoque fragmentario que la lleva a desestimar. t.nto.
modo de concebír lo ps(quico (Freud, 1925/1979a, p. 230), La filosofla y el factor psíquico como la posibilidad de q~le éste pueda ser interrogado
:¡'
1' la pslcologla prefreudiana entendlan lo psrquico sólo como "un fenómeno ,desde unª perspectiva cient!fica,
I de conciencia" y por ende a la psicologla como la ciencia de los fenó- Varios de sus biógrafos reseftan la permanente adhesión de Freud a los
l.
,. menos de la conciencia, la postulación de la existencia de un pslquismo preceptos de sus primeros maestros, entre ellos E1'11st[lrücke, reconocido
1, inconclente', resultaba, de acuerdo a esta concepción, una contradicción fisiólogo con quien Freud dio sus primeros P;¡SOS en el terreno de la inves-
insalvable. tigación científica.
Freud afirma en 1915 que: "Ni la Filosofía especulativa, ni la Psicología Peter Gay, autor de "Freud: Una vida de nuestro tiempo" señala el valor
descriptiva, ni la llamada Psicoiogla experimental. ligada a la Fisiologia de que la filosofia de la ciencia sostenida por Brücke -considerado el repre-
los sentidos, se hallan tal y como son enseñadas en las universidades. en sentante más eminente del positivismo en Viena- tuvo en la formación
estado de proporcionarnos dato ninguno útil sobre las relaciones entre lo de Freud. (Gay, 1989, p, 54), Su postura mecanicista se sitúa en las an-
, somático y lo anlmlco y ofrecernos la clave necesaria para la compren- típodas del vitalismo, corriente filosófica romántica surgiea a finales del
j sión de una perturbación cualquiera de las funciones anímicas'" (Freud, siglo XVIII, sostenida por algunos cientificos naturales', Peter Gay resalta
¡, .
1915/1973, p. 2129), que los maestros con los que se formó Freud como investigador científico,
i la vida pslquica, terreno abandonado por la ciencia a los poetas y a Brücke junto a Hermann L F. Helmholtz, al rechazar los principios vita-
I 105 mlsticos, se constituirá en el objeto de investigación del psicoanálisis; listas "se unen para arrojar a la basura de la superstición todo misticismo
para su estudio se mantendrá "libre de toda hipótesis de orden anatómi- natural, toda mención a las fuerzas <1ivinasocultas mal1ifest~ndose en la
co, quimico o fisiológico extraño a su peculiar esencia" y trabajará con natJra leza" [Gay, 1989, p. 58).
cOnceptos auxiliares puramente psicológicos. (Freud, 1915/1973, p, 2128). Ernst Jones por su parte, cita un escrito de Du Bois-Reymond, de 1842:
, l'W..dado que la cualidad de.lopsrquico no se adecua a los requedmi~n-
,. .Brücke y yo hemos hecho el solemne juramento de dar vigor a esta ver-
".
I~ tos del m_etodq ~xperimental,. basadCl.en la observación, la medición y la dad: "No existen en el organismo otras fuerzas actívas que las fuerzas
/i . posibilidad de predictibilidad, la particularidad 'del objeto de investigaci.ón flsicas y químicas corrientes. En aquellos casos que, por el momento, no
y el modo de abordaje propuesto por el psicoanálisis condujeron de en.tr.-= pueden ser explicados por estas fuerzas. se debe buscar de hallar la forma
• .'da a cuestionar su procedencia científica . o via especifica de la acción de estas últimas, mediante el metodo flsico-
matemático, o bien suponer la existencia de nuevas fuerzas, iguales en
4. Drsarroliarrmos tI mnC'tpro rtr iflCOl'lC'len~ y ¡as obJrrlonrs qUt el mismo smdttl en aportarlos P(Jst~
dignidad a las fuerzas flsico-qulmicas inherentes a la materia, y reduc-
rlllrtS. PrtrtndrmoJ prtstntot l/II plJllornmo gtllt{nl 'lile dI' ('ur/lto t1t l(1s Nfr1cctt a los qUt rltll1t su orlgrrl tibles a la fuerza de atracción y repulsión". (Jones, 1980, p. 51), Peter
sr enfrtnto lo tt'Offrr ps/commIlOca, (wtrs dr odrntrnmos rl1 tI ('Iludlo elt sus C'Onctptos (undntntnto/rs,
ylI que con.fdtmmos qur Ins mlsm(l! Inf/ulftll tri su oborc1cJt. (Nora dt lo outom).

5. R«ordrmoJ, poro ubicar las coroctrrislicos rir lo Psico/oglo dr Jo tpoco. que en 1879 Wundr fullrio tI 6. £1 vllo/ismo 'rxplicr,./os fffldmtno! que' u' vrnIiron rn e/ orgrrnismo'por In m'rlón rtt' luerzos IInmn(/as
prlmt'f loboratorlo de Psirolog/a Exptrlmrnral, Illtrntnndo r1rrmnlnor un correlato dir«to rntlt Jos (tnd~ vito/('s, IlIrirptnditlltrs de la matrr/¡r. Supone qll(' la vIda tS la com(l de In organización 1/(' lo mlltrn'(1 vi.
I/Il'nos pslquloos y su botamento org6nko lo psica/aglo sr define, drsdr ('so pr(sputivo, romo In "/('(l(/rr viente, o difcrenr;ia rlrl meran/cismo QU('ronsidrr(l que In ,No es un dcrto (k In orgnnilncinn de lo m(l(('tio.
que ('stud/a/os ft'n6mrnos y los conrtllirlos dI' fn conciencio. (Noto de' /o OlltO(O).

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1051
1
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Y El Psicoanálisis - Elena Lubián
j
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Lejos de intentar simplificar el problema' señalando la vocación cien-
~¡ Gay ':flrma al rcspecto que Freud adhería sin ningún tipo de duda a esta lltica del creador del psicoanálisis, cste recorrido pretende indicar ele-
conc~oción y SU coincidencia con ella sobrevivió a su giro desde las expli- mentos que permitan situar la paradoja frente 3 la que nos encontramos:
cacio~es fisiológicas a las explicaciones pSlcologlcas. de. los hechos men- Freud no sólo no cuestiona los principios básicos sobre los que se asienta
tales. No dcja de agregar que Freud aplicó estos pnnclplo~ de un m~do la ciencia de su época. sino que considera que el psicoanálisis desciende
que Brücke no hubiera previsto fácilmente ni tampoco hubiera aplaudido de la ciencia y se sirve de sus principios ...y sin embargo es el creador de
con entusiasmo ..., se trataba ahora de lo pslqulco. una teorla que se dirige justamente a aquello que la ciencia rechaza de su
Los proeeso~~sigu¡cos. ~esde la p,e!sp~~!t!.aJr_el!c!i~!!a, ,~e P!,es.!.a~Jl~ campo, es decir el sujeto.
una"observación" que no se asienta en lo VISible, en lo a~rehenslble P9r IjI, Que se ocupe del sujeto sin oponerse a una actitud cientlfica constitu-
~n'-iraJasiil(j e'n aqUeilo que se hace oir a través de los smt()m.as~ _. yeel nú~leocentral-de la paradoja. Adentrarse en el estudio de los sínto-
Fre~d adviert~ los obstáculos: "En la ense~anza médica estáis acos- mas neuróticos y en los procesos pslquicos constitutivos de la subjetividad
tumbrados a ver directamente aquello de que el profesor os habla en sus implica renunciar a
la búsqueda de una causalidad lineal. La renuncia no
lecciones. Veis la preparación anatómica, el precipitado resultante de una se contradice con afirmar la existencia de una legalidad y un orden com-
reacción quimica o la contracción de un músculo por el e~ecto de la ex- plejo de determinaciones en la base de los procesos pslquicos. La legalidad
cilación de sus nervios. Más tarde se 05 ponc en presencia del enfermo y el determinismo en juego 105 vuelve susccptibles de un abordaje formal
misl110 y podéis observar directamente los sin tomas d.e su dolenCia, los que excluye sin embargo ia posibilidad de predictibilidad. En tanto los
lraductos cei proceso morboso y. en muchos casos. mcluso el germen procesos psíquicos se producen en "un" sujeto ata~en a la dimensión de lo
"singular". Particularidad por la cual el orden de determinaciones que los I
I¡ravocador de la enfermedad", ... " ...En el pSlcoanallslsno hallamos nmgu-
~a de ta'es facilidades de estudio". "El tratamiento pSlcoanalltlco"aparcce desencadena sólo puede ser reconstl1Jido a posteriori, siendo válido úni-
como un intercambio de palabras entre el paciente y el analista .. (Freud, camente para "ese' caso en singular. ~I camJlo.!IeLpsLcaanálisis. ~uerlao. ,.
1915/1973, p. 2129). Intercambio que tampoco admite la poslbilld~d de tJS.Slu!8~J, _ento~~~~_Oo_sóI9 lapredictibi)idad sillO también la consti1u~
ser presenciado, ya que el absoluto resguardo de la intimidad del paCIente - ción...de un .saber universal
..- .. que funcione
....-. en términos de absoluto,-.
' -_

forma p;¡rte de las condiciones de su relato. No hable.ndo nada para ver Según la opinión de Freud, la oposición al psicoanálisis podrla atri-
ni tampoco nado para mostrar. la ense~anza de sus prinCipiOS no se ade- buirse sólo a una resistencia intelectual (propia del pensamiento frcnte
cua al35 exigencias y 3 los criterios de validaCión propios de las clenc.as a "lo nuevo"). sin embargo considera que la misma responde fundamen-
experimentales. talmente a resistencias de otro orden, calificado como "afectivo", (Freud,
A pesar de las diferencias planteadas, Freud ~ostendrá la raigambre 1925/1979a, p. 224). Si bien el posterior desarrollo de los pilares de la
cientlfica del psicoanálisis. Tomemos a modo de ewnplo una de sus afir- teorla psicoanalltica permitirá dilucidar cabalmente el origen atribuido
maciones: En 1911, en un texto escrito para ser leido en .un ~ongreso por Freud a la peculiar resistencia que el psicoanálisis despierta, antici-
de Medicina sostiene: "El psicoanálisis es una notable combl~acl.ón, pues paremos el eje que los sostiene, Partimos de la aseveración de que estas
comprende no sólo un método de investigación de las neurosIs Silla ~am.
bién un método de tratamiento ba~ado ~n .Ia etlologla aSI descublerta~
Puedo comenzar diciendo que el pSlcoanalisls no es hiJOde la especula 7. El olldllsfs mjnl/f:foso rit /£1 comp/~¡rJ rtloción tntre ciellcla y ps/coond/lsfs txCtd(' rl Jl"op6sfto (1(' rstn
intror.!ucL'Íon, J;II tillOOrgO dejamos stt1o/crdo qUf' lo mismo es mOr/l;O de UN profvndo delJotr dentro rlr /1/ I
dón sino ei resultado de la experiencia; y por esa razón, como todo nuevo
producto de la ciencia. está inconcluso" (Freud, 1913/1979, p. 207).
comunldnJ pslroonn/Jtfco. J(JcqUtS taron {1901- '!lB1}, ps/C'Oonol/sto (rancts, sr Ira oculJ<Jdo dt IlItrrrvg/lr
ills1stell/t"mentr ('stn ~Iodón o ro 1rugo de Sil aurO. (Nott'f (Ir In outof(lj li
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,i ¡ resistencias se asientan en una reacci6n contra los co~tenidos de su teoria La perspectiva freudiana, en oposición a una concepción que preten-
más que en un cuestionamiento a su proceder metodológico, da reducir el destino del sujeto a una causalidad meramente biológica,
'11
.' ¡ , al sostener una praxis que aborda el sufrimiento a través de la palabra
Si bien señalamos que Freud no cuestiona el método de investigación como modo de interrogar y elaborar su origen, resulta aún hoy contro-
sustentado por el positivismo, su concepci6n del sujeto y de la cultura se vertida, subversiva, Sobre todo en la medida en que esc origen remite al
distanciara radic~lmente de la ideología asociada a esta corriente. Desde inconciente, a la represión, al sentimiento de culpa, a la sexualidad, a la
la perspectiva ideológica, el positivismo infl~enciado por las ideas de la
muerte".
Ilustración, implicaba una nueva visión del mundo y una nueva manera de
actuar en todos los campos de la actividad humana. Las verdades eternas ------ .~_._~ ...
._--
y el entendimiento divino son sustituidos por la primacla de la razón, las hipótesis fundamentales del psicoanálisis
erigida en el único principio válido para la explicación de los problemas
Hemos resaltado que la singularidad del descubrimiento freudiano im-
"
relativos al mundo, la naturaleza, la sociedad y el hombre, En el siglo XIX
plica la construcción de un metodo para el abordaje de los síntomas neu-
la ciencia y la industria se conciben como herramientas que contribuyen
r6ticos y a su vez una nueva concepci6n acerca de los procesos animicus,
al progreso material y moral de la sociedad, La idea de progreso-en el pia-
Freud nos advierte que esta nueva concepción, rasgo esencial del psicoa-
no social- y la de evolución (surgida a partir de la teoria darwiniana) -en
nálisis, parte de dos afirmaeiones fundamentales que "causan la mayor
el campo natural- se impusieron tanto en el discurso cientlfico como en
extrañeza y atraen sobre él la desaprobación general" [Freud, 1915/1973,
discurso socio-polltico. En el horizonte se vislumbraba un conocimiento
11' p,21291.
!,' continuo correlativo con un progreso infinito",
,'.. Estas hip6tesis, que desplegaremos a continuación, son precisamente
El modo en que Freud analiza los motivos que determinan el malestar
1 las que dan cuenta de la ruptura entre el psicoanálisis Y el discurso soste ..
i;
en la cultura, considerado por él como insalvable en su núcleo estnuctural,
" nido por la psicologla y la medicina de la época, y permiten un abordaje
!: agujerea la ilusión de un orden social que unido a los avances del cono-
cimiento cientifico garantice la armonla y la felicidad de la humanidad, diferente de los slntomas neur6ticos.
-- la f1rimera de las afirmaciones sostenida por el psico¡JIHilisis se
El psicoanálisis sostiene la existencia del ¡nconciente, es decir
opone a la aeefltación de la identidad entre lo psíquico y lo concien-
de pensamientos que se piensan sin un pensador que se reconozca
te. Para su compresión es necesario ubicar sucintamente las acepciones
como tal, pensamientos que tienen una incidencia decisiva en la
que cobran la conciencia y lo psíquico,
vida del sujeto. Estos pensamientos no sabidos no sólo destituyen la
: ~~ ilusión del hombre como amo de sus actos sino que además son tes- Desde una perspectiva filosófica, epistemológica y psicológica el se;r ,
timonio del papel fundamental que la sexualidad y la muerte juegan tido del término conciencia remite a la percatación o reconocimiento'
¡'.: t en relación al campo de la subjetividad. Ambos ordenes, sexualidad de algo, sea de algo exterior, como un objeto, una situac:ón, o de algo l
"

.\ y muerte, adquieren este papel en consonancia con la marca que interior, como las modificaciones experimentadas por el propio yo. En un •.•
.
!.
' hace del ser humano el hahltante de un universo determinado por la sentido estrictamente psicol6gico, la conciencia "es la percepci6n del yo
,! ,! incidencia de lo simbólico'. por 51 mismo" (Ferrater Mora, 1994), Se la considera como la propiedad o
':
.1; ,
facultad del esplritu humano de reconocerse en sus atributos esenciales
y en las modificaciones que en si mismo experimenta, Algunas escuelas
B. £1 r~SCl1fllllo tn Ilf'gritcr dr r1l.'sorrol/os o norionts C'orrrspondt o lo (fUroro, su objrwo apunro 'aciIJr'l'
a p011ir Iltl suhmym/o de las ronN'¡J!lInlilocionrs
la l('Ct~1I11 prinr/pDl~ del rbrl'us
(1

tronco psiroannlftlro. filosóficas la describen como una función o conjuntos de fcJnciones. enca-
minadas hacia algo; desde esa perspectiva Brentano concibe In conciencia
10"/
El Psicoanálisis - Elena Lubión

como intercionalidad mientras que los desanollos de Wundt han llegado a Profundizar en torno a las caracteristicas del campo de fenómenos que
identificar conciencia y voluntad. (Ferrater Mora, 1994, véase Conciencia). suscitan la atención de Freud ¡¡bre una vía de respuesta a esta pregunta y
En el contexto del descubrimiento freudiano, la corriente psicológica a la evaluación de sus consecuencias.
predomin;¡nte definia su objeto en términos oe contenidos de conciencia. Muy tempranamente Freud estudia el olvido temporal de nOll1brc~
Freud se~ala que la psico!ogla suele responder a la pregunta por el sig- propios. Le interesan los casos en los que el olvido recae sobre un nombre ' , : ~ )_J

nitkOllu dc lo Ilslqulco enumerando sus constituycntes -percepciones, absolutamente conocido por la persona V que en determinado momento, !~C:;i~("_:.'
ideas, recuerdos, sentimientos y actos volitivos- y resaltando su cualidad frente a la intención de ser mencionado, desaparece momentáneamente
esencial: esa cualidad es !a conciencia. de la _memoria. Existe la intención por parte del slljeto de enunciarlo, pero
Freud considera que la psicologia dc su época establece una iden- algo, que 110 puede ser atribuido a la ignorancia ni a un déficit cognitivo, t'J~ 'L' :~::"'
tidad entre lo psiquico y lo conciente. Si se parte de ese presupuesto, le impide disponer de ese nombre.
como consecuencia lógica se atribuira a los actos que lleva adelante un Los sueños también ocuparán un lugar importante en !a teoria psi~='-'
sujeto la cualidad de la conciencia y.se 105 considerará producto de la vo- coanalltica. Su carácter enigmático. a veces francamente disparatado. su
luntad y la intencionalidad que caracterizan a la función de la conciencia. extraña temporalidad, la pérdida de la identidad de los personajes, donde
Se perfila osi ulla concepción de sujeto que lo presenta como alguien que uno puede ser muchos y muchos congregarse en uno, el hecho de que, en ,
sabe de sr y que diriye sus propios actos. numerosas ocasiones, los acontecimientos que en ellos ocurren, se apar- .', ¡¿ ~,¡!,.,
- ¿Cómo eXlll1cllr, desde esta postura, la existencia de cl.erto~ fe: ten claramente de la Intención del sujeto y sin embargo remitan a cucs- "
nomeños o nctos IIgodos a la su\IJctlvldad que sin e,nbal'go resulton tiones cruciales de su existencia, welven :a ~nf!ent.arl1os a la pregunta l.:

contrarios a lo Intención y voluntod condente e Incl.u,so absoluta- ¿qué relación guarda con el psiquismo este fenómeno' tal alejado de los
mente extra,los a la imagen que la persona tiene de .si? propósitos de la conciencia?
Freud profundizará la interrogadón en torno a estos fenómenos ¿Y los incómodos lapsus o actos fallidos en donde e! sujeto se ~n'- .J'", :
que se presentan como lo opuesto a lo que podrla nombrarse como cuentra diciendo algo que no comprende y que contradice su intención o "1

cfecto de la voluntad eonciente de un sujeto. peor aun diciendo algo que no deseaba decir en absoluto? ¿Quién habló
allí donde: "Yo no quise decir eso"?
Dentro de los desarrollos freudianos, el interés en torno a los sínto-
mas nClIrlíticos ocupa un lugar preponderante. Freud los dr.fine como Hasta los chistes, al producir un sentido inesper;¡do que excede el n;;;;: .
actos nocivos qlJe llevan ¡¡ experime/1tar sensaciones displaeenteras vIo ca de la significación establecida para un término, permltlrli" a Freud i .•... .,
dolorosas: pens¡¡mientos, temores, dolencias corporales que escapan a la ahondar en el estudio de lo pslquico. ' I
.,
voluntad del sujeto aunque no respondan a una determinación orgánica. La puesta en serie de estos fenómenos permite observar que los mls';o~'
Producen d¡¡ño al sujeto, fundamentalmente derivado del esfuerzo psl- comparten ciertas caracterlsticas: en principio no pueden ser atribuidos a
~uico que implica la lucha entre tendencias que llevan a esas conductas la intención conciente del sujeto, Implican un decir o un hacer que indicn
y otras que intentan impedirlo. Esta lucha sue:e cor.centrar toda la ener- un punto de fracaso respecto de la voluntad. Al no poder ser explicados
gia psiquica del p¡¡ciente e incapacitarlo para dedicarse a toda actividad por aquel en quién se presentan introducen la dimensión del enigma.
(Freud, 191 S¡1973, a. 2346). ¿Cómo sostener aqui la voluntad, la concien-
. cia y la intencionalidad? ¿Podemos negarles sin embargo ser considerados Se configuran como un orden de casos que instaura un campo del psi-
como una manifestación de la vida psíquica? qUlsmo que al no responder a la forma tradicional del saber, ha sido, en
general, desechado por la ciencia -como el caso de los sueños- o atribuido
, . Il I
1:1 •• ' , :!,," •.•tt!!H"~'" C!~, . ., .

I i
al inasible campo de la casualidad -suerte que han corrido 105 olvidos y los tarea de delimitar el concepto de inconciente en el sentido estrictamente
I1'1, actos fallidos- o forzado a someterse a una terapéutica que en el mejor de psicoanalítico Ydemostrar la legalidad que lo sustenta.
!I! sus resultados se mostraba intitil, al encasillarlos en los cuadros médicos '''''''La segunda afirmación -lógicamente anudada a la primera, resul-
'1' conocidos -tal el destino de 105 sintomas neuróticos. .,: ta aún más extraña e incluso, en primera instancia, incomprensible-
Freud sostendrá que estos fenómenos -sintomas, olvidos, sueños, r"enuncia que "determinadas "mociones pulsionales que no pueden
1: actos fallidos, chlstes- tienen un sentido, que responden a una le- .rtf i designarse sino como sexuales, en sentido estricto y en sentido lato,
"1 ' desempeñan un papcl enormcmente grande, hasta ahora 110 apre-
'1':: galidad que los vuelve abordables no sólo a través de la te orla sino

~I'
: ¡
!
I
también por la práctica psicoanal/tica ya que lo que en ellos se deja
ofr ntalle al sujeto.
1I ~ ciado lo suficiente, en la causadón de las enfermedades nerviosas y
l' mentales. y, más aún, que esas mismas mociones sexuales pnrtici-
L: pan, en medida que no debe subestimarse, en las más elevadas crea-
,; Se vuelve necesario retornar a las dos afirmaciones que sustenta el psi- " clones culturales, artisticas y sociales del esplrltu humano" (Freud,
; ;
coanálisis- afirmaciones que, tal como lo se~ala Freud causan extrañeza J915/1979a, p. 20).
': y desaprobación- porque son ellas las que posibilitan el abordaje de los
" "~'" Un saber no sabido que influye considerablemente en las intenciones
slntomas y de los otros fenómenos mencionados, otorgándoles un lugar
concienfes. que se inmiscuye en el decir y en el hacer de ~n sujeto, qu,e. '
':; dentro de la vida pslquica.
se deja oir enigmáticamente en sus sintomas o, cotidianamente, en sus
':;! "~ 1 La primera afirmación fundamental de la teoría psicoanalltica sue~os, sus olvidos, sus fallidos, sus ocurrencias.
'¡,lí ,:, ;',' ". I
asevera que 105 procesos pslquicos son en si mismos inconcientes, y
: que los procesos concientes no son sino actos aislados o fracciones
Cadenas de pensamientos que se piensan en una escena que no es "
la escena de la conciencia, gubernada por otra lógica, entramados a la_
'; de la vida anímica total.
.¡ . -::-. sexualidad. Ajenos a su intención conciente pero, sin embargo, íntima-
:", -' F~eudplantea que existen un pensamiento y una voluntad inconciente y 'mente ligados a 105 deseos del sujeto.
:,' conSidera que "la aceptación de los procesos pslquicos inconcientes inicia
Sexualidad presentada por Freud de un modo sorpresivo, por fuera de
.; -:.:- en la ciencia una nueva orientación decisiva" (Freud, 1915/1973, p. 2130).
la trama de significaciones que habitualmente evoca este término. Surge
"
Punto de ruptura que no sólo subvierte y cuestiona todo el acervo de mencionada en una dimensión diferente a la que exclusivamente la co-
conocimientos con 105que la psicologla de la época se manejaba sino que necta con el coito, o la que alude a lo obsceno, a lo moral. Se la presenta
también supone, entre otras consecuencias, una nueva concepción del portando el poder de generar sufrimiento, de ser la causa de perturba-
sujeto y del saber, que inaugura, valga la redundancia, un nuevo campo ciones animicas, pero tambien de intervenir en las creaciones artisticas y
de saber. culturales.
Freud sostiene la existencia de un pensamiento que se piensa sin un
pensador que se reconozca como tal, es decir, la existencia de un saber
r"- E:lpsic~análisis introduce, entonces, el inconcicnte Y la scxuali~\
dnd, otorgándoles un papel preponderante, determinantc en la exis-:
no sabido por el sujeto de la conciencia, que ejerce consecuencias en la , tencia humana. I,
vida de la persona, un saber que, el sujeto, "no sabiendo que lo sabe, cree
Pero, aún más, el tratamiento psicoanalítico "aparece como un:
ignorarlo" (Freud, 1915/1973, p. 2180). "Esto es lo que Freud de.scubrió y
intercambio de palabras entre el Ilaciente y el analista" [Frcud,:
decidió llamar inconcicntc" (Jinkis, 1993, p.175).
1915/1973, p. 2126). '
-- Intentar mostrar los alcances de esta afirmación nos demandará la .. .

I
~
:.;j El Psicoanálisis - Elena Lubián

~' Inconciente, sexualidad, leng~aje. Al Irencionarlos nombramos los pi- organismo, la teorla psicoanalftica, repara de modo especial cn el
lares en los que se funda /a teorla psicoanalitica. hecho de que los seres humallos son los un/cos seres vivientes lfu!'
habitan un universo marcado llor el lenguaje. Esta caracterlstica inci-
de de un modo singular en la realidad humana,
la importancia dc lo simbólico. Psicoanálisis y lenguaje
Muy tempranamente Freud señala que el sujeto humano nace en un
Una joven mujer sufria desde hacia dos años intensos dolores en las estado de prematuración e indefensión que lo obligan a llamar la atención
piernas que le impedlan no sólo caminar sino mantenerse en pie, es deri- de una persona experimentada que lo asista y mediante acciones especi-
vada a Freud por un colega, con la presunción de que se trata de un caso ficaslogr.e satisfacer sus requerimientos. Se refiere al hecho de que en los.
de histeria. Freud, luego de descartar una afección orgánica, sólo intenta- seres humanos el sistema nervioso termina de madurar posteriormente a
rá propiciar que hable, su nacimiento -prematuración- lo que determina el estado de indefensión
4
. i: 1 ;:.
,en el que nace todo sujeto, Este estado, que se caracteriza.por [a impusi-.
. ". Igual torea solicitara que asuman aquellos que acudían atormentados. !:.( ':':;

por profundos y en apariencia absurdos autorreproches, ideas obsesivas, bilidad del arreglarse las por si mismo, exige la presencia de otra person~
rituales extenuantes, o en los casos en que la angustia o un temor inexpli- que lo asista brindándole [os cuidados que permiten su subsistencia; la
cable e irracional -3 atravesar un espacio abierto; a utilizar cierto medio modalidad 2e esos cuidados está a su vez en relación con el lugar que el ~" ,'.' '~'J'::>.
de transporte; a topar,e con un improbable riesgoso animal. ..- movla a niño ocupa respecto de los que cumplen la función materna y paterna, En
una consulta. los comienzos de la vida, el modo habitual de llamar al "otro", es a traves
del llanto (Freud, 1895/1973a). Es este otro -encarnado habitualmente
_. Señalamos que Freud comienza su Introducción a las "Lecciones in- pero no de modo excluyente por la madre- el que al interpretar el llanto
troductGrias de psicoanálisis" presentando al tratamiento psicoanalitico como un llamado irá nombrando, significando y paradójicamente a la vcz
C0l110 "un intercambio de palabras entre el paciente y el analista", Se
construyendo las demandas del recién nacido.
obs~rvag~~ .?on las palabras del paciente las que adquieren un lugar pie~
!londerante en la cura, pero lo que se espera del paciente no es un relato Desde el acto inaugural que inscribe la existencia de un sujeto a traves
comun, por el contrario, se le pide algo que es totalmente inbabitual en un del nombre propio -nombre impuesto a través del cual se nombrara- hasta
diálogo, se le pide que se deje llevar por los pensamientos que interrum- los cuidados cotidianos que la madre prodiga al niño dan cuenta de una
pC,nI,a trama delíb.erada del disc.urso V.los cpmunique sin restricciones, realidad que se funda y se sostiene en las palabras que provienen de csc
sin buscar la coherencia que cotidianamente se aguarda y se exige en otro. Cuidados y palabras que marcan el cuerpo del niño y de las quc éste
cualquier conversación. se irá apropiando a través de un largo y complejo proceso de subJetlvaclón.
¿Por qué le otorga Freud un lugar relevante y ccntral a la pala- Que el hombre esté atravesado por los efectos del lenguaje, que
bra dentro del tratamiento? Para responder esta pregunta es nece- su existencia dependa en los Inicios de los cuidados maternales, tie-
sario abordar otros Interrogantes. ne efectos, entre ellos que su realidad no es ya una realidad mel'a-
mente biológica., y es esta peculiaridad, carac!erlstlca de 105 sercs
¿Cu¡il es el mecanismo que, segun Freud, da lugar a la sintoma-
hablantes la que, entre otros consccuenclas, sostiene la existencia
tologia histérica? ¿Qué factores intervienen en la producción de los
síntomas? ¿Cómo concibe la constitución del aparato psíquico?
9. los obselVOt'ionts dr: Rtné Spitz Job", tI Mamslllo Infantil lJ Hosl'i!nl/smo odquirrrll dC'slfr:('sto le('tur~
A diferencia de otras teorlas qu~ abordan la conducta del sujeto hu. sOJlort~ C'OI'(cptl/n/, ola \1'('1 nllC'son testimonio rM 1'('50 dI' lo simúóllco; tri tolllo sr: trafo c/" un ('u('rpo y
mano partiendo de las coordenadas biológicas que lo determinan en tanto no vo dr: l/ti otpCllIIsmo. /ID 0/;:0010 ron cuu,ir las r:t~5idad('s virnJrs poro qur lo vida sr mOlltenyo. (Noto
,1r: 1(1 aUlom)
H r:llll:'UglU"I~I:t •• CIC:rlU LUUllIfl

que señalamos como fundantes del psicoanalisis, algunas teorizaciones


misma del ¡nconciente.
que consideramos centrales para su comprensión.
El mundo que habitamos es un mundo signado por palabras, y las pa-
labras no sólo posibilitan la ilusión de la comunicación entre los humanos . f_'
sino que además y fundamentalme~te tiene efectos sobre su psiquismo, Antecedentes :...).'.'rE\)
sobre su constitución. Luego de terminar sus estudios en medicina, Freud decide dedicarse
En ocasiones el mismo Freud define al psicoanálisis como Cura por fa al estudio de las enfermedades nerviosas, Esta especialidad estaba aún
palabra ya que sostiene que a través de ellas se puede aliviar el sufri- poco desarrollada en Viena. En 1895 viaja a Paris a estudiar con Charcot
miento ps/quico. Es necesario ubicar como concibe Freud el aparato psl- (1825- 1693) en la Salp~triere. Se interesa particularmente en las indaga-
quico para ir bordeando esta Intima relación entre lenguaje y psiquismo. ciones, que éste realiza sobre la histeria.
La palabra histeria deriva del griego ilystera (matriz, útero); se trata
de una neurosis caracterizada por cuadros c1lnicos diversos. Se destacan
Construcción de la leorla
las manifestaciones corporalcs: crisis paroxísticas (ataques de llanto, risa,
Ya en 1893 comienzan a esbozarse conceptualizaciones que resultaran convulsiones, desmayos, alucinaciones) y/o síntomas dur<lderos (por ejem-
relevantes en la construcción de la teoria psicoanalitica, sin embargo Frcud plo; anestesias, parálisis, contracturas, ceguera).PJlra)OS antiguos, sobre
no disponla aún del término psicoanálisis ni consideraba siquiera que estu- todo Hipócrates, la histeria era una enfermedad orgánica de origen ute-
viese construyendo una nueva teorla. Esta construcción es ardua, se prolon- rino, y por lo tanto especlficamente femenina. Este prejuicio perman~ció
ga hasta la fecha de su muerte en 1939 y continúa recibiendo nuevos apor- arraigado por muchos siglos en la concepción médica. En la Edad Media la
tes y relecturas de aquellos que prosiguen las enseñanzas freudianas. En sintomatologla histérica fue atribuida a la intervención del diablo: un dia-
vida de Freud, la teoria experimentó marchas y contramarchas, rectificación blo eng3~ador, capaz de simular las enfermedades y entrar en el cuerpo de
ele ideas, abandono de hipótesis, delimitación de conceptos, formulación de las mujeres para "poseerlas". Las histéricas pasaron a ser denominadas 1)0-
incógnitas y enunciación de nuevos principios. seldas y ser acusadas de brujeria. La hoguera fue en muchas ocasiones su
.' Para construir el andamiaje teórico del psicoanálisis Freud se sirve de destino. Hacia fines dei Renacimiento muchos médicos comenzaron a sos-
r conceptos provenientes de las ciencias más relevantes de su época. En tener que la enfermedad provenía del cerebro, las histéricas pasaron a ser
.'1
la medida que la biologla junto con la termodinámica ocupaban un lugar tratadas como alienadas. Hacia finales del siglo XIX, las investigaciones
preponderante dentro de los desarrollos cientlficos encontramos sus mar- de Charcot y dela Escuela de Nancy contribuyeron a propiciar s~ abordaje
cas en las teorizaciones freudianas. Recurre tambiér, a otras disciplinas: dentro del campo de las neurosis. (Roudinesco, 2000). Estas investiga-
la arqueología, la mitología, el arte, las religiones, el derecho, intentando ciones, además de cuestionar que esta fuese privativa de la feminidad,
cernir y nombrar la originalidad de su descubrimiento. Es importante re- permitieron atisbar la legalidad que comanda los fenómenos histéricos'''.
marcar sin embargo que poco a poco esos conceptos importados de otras
disciplinas irán adquiriendo una significación propia que se distancia de ID. Clmrrot Inauguro un modo (fe dnslfiC'flridn fllIr rI'Sfjllglllll In ('riSIS his't~.(1 dI' Ir' aj.~is. t'l'iltóPt¡~O. Lr
aquella que los mismos portaban originalmente. ot0/96 c: ¡tI histerln el t'sfotutn dI' (nfrrlJltriOlI 111'.:';050 ~. fU/lc;onn/' (I~ M¡Drl1 lIl'(rri¡/(rrIO lo' orgrlfll('O
Rrsp«to de los pnr6/isis I,isttr/ms, les ouiLJlI}'o 11/1oflgl'n (mI/mur/ro OSIJ~I~cl0o In rx/sfrllCl(J (~t' l/JI es todo
No es 'nuestra intención, por otra parte imposible en una introduc- IJis'tr!CO Jlft''o'lo. SoSCltVO lo r){isfe,}c:C1 (Ir /u hiHt(;n mOR'¡¡//lICJ, oolltrcrd,,'¡rnoo una conCt';,c,ón ff~ largo
dota. flllSo (/~ In /lIpn:JSis /~ perm/fi6 d~srtlrtnr In ol.'usari6n (/r sit.lIl1/ncidn tk lo r¡ue NO tlcrl'roora IinHo
ción, dar cuenta de las reformulaciones que experimentó la teorla. rnlOl1C1'S'" hiHrrio. A rrovts rlr: lo hipnosis ('rroDo r'xpN"ilflr'ntolmr'l1ft:' s/nfomos hist~(lc(JS lJue c/t' lII,"ed,o-
ro hocla rI~sapnrr'etr, cf~mostrnnrlo dl' lal morio d cartlctr-r flClIIlIliC,O ,I<'!~("n!('ollcdCllI. (f10lUi;llr'Sro,2D'.XJ).
Subrayaremos, a efectos de poder esbozar los alcances de los conceptos to tr-orizClción Ji(lDrt el troU:IIO ('JI/OS (Ir'sotfollo~ rlr CI1~n.ot sr rl¡rl'rrllc,(1 riel OlrflllCC r¡ut' It, otorg" frnllf.
~'1
, :t"
~~' ,
" El Psicoanálisis - Elena Lubicin
,
/ En 1896 Freud se instala en Viena como especialista en enfermedades ---
¡el plano anímico del enfermo ya que a traves de la misma se lograban
nerviosas, En su "Presentación autobiográfica" señala las pocas armas de 'suprimir síntomas no asociados a causas anatómicas.
las que se disponia entonces para abordar la cura de estas enfermeda- ~reud señala sin embargo que desde el comienzo practicó la hip-
des:' la electroterapia, I~ hidroterapia eran sólo paliativos momentáneos. nosIs con otro fin. diferente de la sugestión hipnótica,. Se servi" de ,
Dentro de este panorama la hipnosis", fenómeno que concita la aten- ell.a para avc,riguar acerca de la historia "genética" (la génesis. el :..~
ción de algunos cientlficos de la epoca, parecia ofrecer otras perspectivas.
[Freud: 1925/1979b, p, 16). El hecho principal del hipnotismo consiste en
origen) del srntoma del enfermo, sobre todo en la medida en que los
pacientes no podian comunicar demasiado acerca de ello, La hipnosis le
,~ i
i,
,
que se puede poner a un se' humano en un estado semejante al dormir en permitfa retuperar cierto saber que en estado de vigilia no se encontraba
el que guarda una especial condllCta respecto del hipnotizador. Sólo oye, disponible. Freud consideraba que este saber acerca del oeasionamiento
responde, comprende y obedece las órdenes que provienen de éste. "La in- del slntoma lo orientaria respecto del origen del fenómeno patológico.
fiucncia de la vida anlmica sobre lo corporal se eleva extraordinariamente (Freud: 1925/1979b, p.19). Es importante marcartl~le, tal como lo relata el
en el hipnotizado". A través de la orden sugestiva, en estado hipnótico, se mismo Freud, el proceso a traves del cual se intenta averiguar los factores
pueder, producir o suprimir sintomas en el paciente (Freud, 1890/1986, p. que llevaron al ocasionamiento de los slntomas, se devela en si mismo !
126). Su experiencia en la Salpebere y el pasaje por la escuela de Nancy, como un método terapéutico respecto de esos slntomas. Resaltarros en-
donde lIebeault y Bernheim utilizaban la sugestión -con o sin hipnosis- tonces que desde el comienzo el camino que conduce a la construcción II
con fines terapeuticos, lo adentraron en esta práctica. Ésta se le presenta de la teorla psicoanalltica se presenta fundamentalmente como la teori- ,
\ ;¡ Freud como un recurso terapéutico para influir beneficiosamente sobre zación de una praxis, es decir la construcción de los principios y supuestos I
que permitan explicar y abordar aquello con lo que Freud se va encontran-
i
'.' .~
do en su práctica. .-- ,;
CIl(lf('!)t S~ ~fi~fr o/ troumn er: Sil OCl'/lritlll mtdi('o: -nCC'Íóll de 11I:(1 violenciiJ ('..-terno S"obr(' el O'9mr;SfflO".
. ~:
(NoH! de In (Jlltora).
r /. Ji el11ilJllolilOdof
, .•
dlC'(' "1Islrrill(lpuec1ellIovr(e/ brozo., ('sIr eCJe Inmóvil ...e/ hitmotizodo aplico roda su
Freud no deja de mencionar la importancia que ejercieron sobre él 1;;5-
(rlrffO y 110 /JUt(lt mo."C'rlo" iFrrud, 18'101'986, p. 12G) Desde ('sra persjX't:CiI'O, Frtud, (tI otorf)arle 1m va.ocl
comunicaciones del DI', Joseph Breuer (1842-1925) acerca del trata- '
}lrt¡:onderOlrfe o/ focror an/mico rllla cOL/soción de los pert:lfuOrtOlles /ufquicos, ronsidcró, rn el inlrlo dt miento de una muchacha en un caso de histeria. "Cuando Breuer la tomó
~lIS iI.vtstH)!lCIOneJ, qUt w I¡ipnosls poniu t" moaos ritl mMjro un importOllte Iccurso porlJ modi(ir:r.f y
¡"('jnror f'I rstndo /lrl enfermo tn /0 ",'gflio. (Frrud, l8.1)0/'986, p, '2Gl Sin emba'!lo tamtJirrl moslro muy
a su cargo, presentaba un variado cuadro de parálisis con contracturas, c-
{ellJl,rollomC',He" $USrtporos ~speeto cle 105n,leS dt ~sta tfcllktl y se,loló sus "mires. inhibiciones y estados de confusión pslquica. Una observación casual per-
Eu 1/109ell lo rtw~a sobre "Hi¡JrIot/:Wlo' dc: ADust Forel FretJd slCllo que "Firfa expíiCtlr los '('nÓn/ellos
1l//l/1riliC1J$ sr /1011'vnrllllmln trrs lt'ortns de dlrt:fC'I1.es(1IIldamt11ras,La mos ollr/gua, (lue teY.fervlnIloy ro- mitió al médico discemir que era posible liberarla de esa perturbación de
UfJN.'/II(lScomo fu de MeSJllcr. !l/¡lnllr qtJr, en rol nelC) de hlpllolllnr, l/M f/lslone/a ImpolICteroble -un (/lIid()-
la conciencia si se la movla a expresar con palabras la fantasla afectivR
pnstr del f.lJ1fwfiwcJor uf o,!/nnfJmo /llfJtlOI11Udo, Mttnrer Ifnnut 'IlIf1gllet/SlJ/o, u eJt~ rlgellfr: Sil trori(1 sr
ha Vlftlto tan nJrnn el JI1/fltlltaJldad rltntllíro ¡Ir nutslros dIos C/f/Csr fa plltde COnJ/(krof dCJWJ(lri(l, Uno que en ese momento la dominaba, De esta experiencia, Breuer obtuvo un
~p,)(1a'torJo, lo somolica, txpliro los fell'Ómtnos IlI/lfl6tiro, slgu(elldo tI esquemn de las reflejos tSpj,Jn.
I("!. '1 \'t' en -'o hi.unostc 1/11rstCIIlo (/slolrlgk:r.mentt o¡t~rfld:) del s{stemo I/(MOSO. (stado prcx1vrirlo ¡Jor rs-
método de tratamiento. La porla en estado de hipnosis profunda y hacia
tinwlns rxtrriortS lpost rtt /llanos. flJerlón de Irl octividCld sMsorlnl, (lpro:t1moC'fón de maglletos, oJllicorlón que le contara e;;da vez lo que oprimla su ánimo. Tras superar de esa ma-
'¡r fII('to/C's, rtc,], Astvtfo 'lIJe rerl('s (stlmulos sólo a(oe" efecto ,hiV¡;ógeno' rkrdo uno cierto disposición
(1t/ JHt~11J(1 U(fV¡'OSO, Y que por lanto !o/o Jos Iltl1rOpotoS (105hiHtr/COJ, en flCuticu/or] son hlpno!llntJlrs; nera los ataques de confusión depresiva, aplicó el mismo procedimiento a
des¡j~llo, pues, tr innl/jo de uoos represtntocionts tn lo hipnosis, y drscrlá( uno strle I;uiccr de olretocjonts cancelar sus inhibiciones y perturbaciones corporales. En estado de vigilia,
purnfllellfe somdrlcns qrfc .~eous('rvan dumntC' el estado h{pnÓlico. (0",0 ÍJiell s( sob~, la 9rO(l autoridad
dt (I1nrrol suslellto esfn ronctpCiOll txrlusivomrnfe somlHico rfe 1(1 /lipncsis. l...) Fo~tI st si!uo ¡)(lr enlero la muchacha no sabia más que otros enfermos acerca del modo en que
tI! ti tem,~ rf~ uno ttrctro !torio, /(r de 1{1 sugestión, td/f{codo por U~beolllt y sus dise/pulos (lkmhe!m, se habían generado sus sintomas, y no hallaba lazo alguno entre ellos e
R(r.UIl/S, t.tl)tou/. ~grlll rifo, to(1os 105ftnflmtnos de lo hipnosis soo efecros pSiqlliros, col:~tc'/lencins de
U/lOS rtll'es('nrocioll(s t'Vocndos en tI hipJlotlsmo con o sin propósito cftllútmdc. y'ti ('storto de lo hip"osis, ImpreSiones cualesquiera de su vida. En la hipnosis descubrla enseguida i
milla Inl, 11(1t'1 ¡lfocJudr/o ¡lO~tsflnll!l(J$ cxtcrlortS, 51110 por una sl/gestlón; no es ptopio dt 1ll.'llfÓpntas, S/¡w
la conexión buscada. Resultó que todos sus slntomas se rerrontab¡¡n ¡¡ "
lltlr se lo lill~dt obtener con Ilgrro em~t1(J en /0 gro" mayor!o de IOJ/}('r10Iln5 sonos; en sumo: tri roncepto
rll' h'¡;nol/snlo, Inll nrhu/lHfJ /1115/(1 aliorn, t/rllt (¡lit Clsfnll/n~r nI dr sugestlón-, (Frrurl J889/1986. IJ. JOS)
•..., I :»1t..:UlUUHI)I) - clf:na LUOlOn

vlve,~cias Impresionantes que tuvo mientras cuidaba a su padre enfermo."' frente a una impresión pslquica resulte obstaculizada fracasará también
(freud, 1925/1979b, p, 20). _ la posibilidad de la tramitación del afecto. Freud concluye que toda im-
Este procedimiento fue denominado por Breuer método catártico; Freud presión que el sistema nervioso se vea imposibilitado de resolver, a travé,
comienza a aplicar el método catártico en los casos de histeria y pro- de alguna de las vlas mencionadas, se convertirá en un trauma pslquico.
pone la siguiente hipótesis: la causa de la histeria debe buscarse en Junto con estas premisas advierte que los estados pslquicos suelrn
un "trauma pslqu!co". expresarse mediante uno corporal, más allá de la función comuni-
,'En esa época, en la que aún no disponla de la conceptualización del cativa de las palabras, el uso lingülstico -a través dc los múltiflk,
aparato pslqulco, parte de una tesis solidaria con la significación que le sentidos que la materialidad fónica de las palabras permite- ofnT('
otorga a la noción de trauma: Si un ser humano experimenta una im- puentes que posibilitan esa modalidad de expresión.
presión pslquica en su sistema nervioso se acrecienta "algo'" qUfl por el Freud ilustra este mecanismo de simbolización relatando diver,r,',
momento, llamará "suma de excitación". Conjetura que para conservar la ejemplos: Una paciente, a la edad de quince años, "estaba una vez en la
. I , salud, en todo Individuo, existe la tendencia a empequeñecer esa suma de cama bajo la vigilancia de su abuela, mujer enérgica y severa. De repenh'
I I empezó a quejarse diciendo sentir penetrantes dolores en la frente, enl le
'1;' _."'O exc~t:;i;:'ntea un ejemplo ilustrativo: Un hombre sufre una ofensa, le dan ambos ojos, dolores que luego la atormentaron dur,mte varias semall:1'
I, !
. .ti"'.1 - una bofetada, frente a ello surge la inclinación a aminorar enseguida esa En el análisis de este dolor, que se produjo al cabo de casi treinta aih1,
,t-' excitación acrecentada; devuelve la bofetada, y de ese modo queda más me refirió que su abuela la había mirado tan 'penetrantemente, que ;il;
tió su mirada en el cerebro. Resultaba que por entonces tenia miedo 01,'
'~, .. ',_'''ó-;::' aliviado. Existen para el hombre otros modos de reacción. la palabra. marca
:) ." - del universo humano, dcvlene un sustituto posible de la acción. Al respecto ver reflejarse en los ojos de la abuela cierta sospecha. Al comunica"""
i. Freud nos recuerda la observación de un autor inglés: "el primero que en I esta idea la sujeto se echó a reír y desaparecieron sus dolores. No enmll
J, vez de arrojar una flecha al enemigo le lanzó un insulto fue el fundador de tramos aqul sino el mecanismo de la simbolización". "Toda lIna serie dI'
~:; la civilización". (Freud, 1893/1979, p. 37) sensaciones flsicas, consideradas generalmente como de origen orgánico,
tenlan en esta paciente un origen pslqulco o, por lo menos, admitian una
~'. El procesamiento asociativo, es decir el pensar, constituye otro modo interpretación pslquica. Cierta serie de sucesos aparecla acompaliada 1'11
". de tramitar los afectos. Volvamos al ejemplo, si el ofendido no devuelve ella de la sensación de una herida en el corazón ("Aque!lo me hirió ('11,-\
,: la bofetada ni insulta, puede sin embargo aminorar el afecto despertado corazónll)". "Paralelamente a la ~ensaciól1 del aura histérica {opresión) el1
por la ofensa evocando en su Interior representaciones sobre su propia la garganta, se desarrollaba el pensamiento de "Eso tengo que tragárnlf'
dignidad en contraposición con la poca dignidad del ofensor. Pero: "Si un lo" cuando tal sensacion surgia al recibir la sujeto una ofensa". (F,eur!,
ofendido no puede devolver la afrenta, ni dando a su vez una bofetada 1895/1973b, p.133)
" ni por medio de un insulto, se crea la posibilidad de que el recuerdo de
"
i,:,.. ese suceso vuelva a convocarle el mismo afecto que estJVO presente al Dentro de ese marco teorico Freud sostendrá que en la basr de 1",
comienzo. Una afrenta devuelta, aunque sólo sea de palabra, se recuerda síntomas histéricos existe una historia de padecimientos (Iue es-
de otro modo que una que se debió tolerar, y es caracterlstico que la len- condc vivencias teñidas de afccto, estas valen como trauma, las
gua llame 'mortificación, a este padecer tolerado calladamente". (Freud, representacloncs, los pensamientos despertados por el trauma, han
1893/1979, p. 53) sido arrojados fuera de la conciencia del enfermo, en la medid;r
en que, por diversos motivos - miedo al dolor psrquico, cuestiones
A partir de estas consideraciones sostendrá que toda vez que la reacción morales, coerción social, incapacidad del aparato para cnfrentar su
¡! Il; I
llli'
El rsicoan~lisis - E/ello Lubión

resolución- no le resultan aceptables. impidiendo. I'0r consiguiente. se adhiere a otras representaciones, en si no inconciliables, que en vir-
la tramitación del afecto. tud de este «enlace falso" devienen representaciones obsesivas". (Freud,
1894/1979, p. 53)
Partiendo de estos presupuestos, utilizará el metodo catártico, El obje-
tivo de la cura apuntaba a lograr la desapilrición del sintoma mediante la Aun cuandó se produzcan importantes modificaciones en sus teori.
"abreacción", es decir a propiciar la tramitación del afecto producto de la zaciones, estas consideraciones, que pueden ser retornadas a partir de
,,,"'.> situación traumática, Para ello era necesario recuperar -con el recurso de desarrollos posteriores, permiten ubicar el mecanismo que sustenta la for-
13 hipnosis- el recuerdo vivido de la escena que habia quedado fuera de mación de slntomas.
:,( -'.' ' la 11emoria conciente del paciente, su recuperación posibilitaba expresar Joseph Breuer V Plerre Janet (1859-1925) -otro investigador de la
_ \ l y tramitar. a través de las palabras, el afecto que en su momento quedó epoca-o afirmaban que en los casos de histeria era pertinente plantear una
. !' coartado, anulándose asl el poder patógeno de la Situación traumatlca. disociación de la conciencia, con formación de grupos psíquicos separa-
,¡ Al aplicar el método catártico a otras neurosis encuentra que también dos, Breuer la atribula a causas fisiológicas mientras que Janet planteaba_
. Ies posible solucionar otros slntomas, tales como los correspondientes a las una debilidad congénita. En 1894, Freud se difercnciará de estas enn- í' ".' ""~".' ('
12
neurosis obse~ivas. FOl'lnallzA entonces el mecanismo pslquico que co- I eepclones V sostendrá que la sintomatologlo histérica es el rcsulta- : e-:,; eé -;<~ "Jl'l,;,-c;
monda no sólo In producción de los slntomas histéricos sillO también do ete una defensa frente a representaciones de Indole sexual. ¡ . ,,[ . (, f'Jr\
I otros sintamos IIrolllos de las neurosis.
L_ En "LaSJlli!LOJl.s,isº~j~d~.~lefe~:'~~am.ina cie~os. ca.~,os_..cl.~
f~b!.a.y~e..
neurosis obsesiva a las que pone en sene con la hlstena, senal.a esos pa:
Subrayemos: la histeria. desdc la visión freudiana, no es producto ;"' ,:.
de factores congénitos o de IIna alteración fisiológica, sino de la 'K~t~: .', !irfl ~i
defensa frente a representaciones de carácter sexual que resultan I
¡;
"¡ ",'.'
~.
Cíéñíes"por mi analizados gozaron de salud p<'quica hasta el m?mentoen
(ju.esobrevino un caso de inconciliabilidad en .~uvida de representacIOnes.
es decir, hasta que se presentó a su yo una VivenCia,una represe~taclon,
-----_._-----------------------
12, r,elld s¡nt~t;Z(l diftf'Nl6os
SUf ron ambos nutOfrJ: -Stgdn /o aoctr;lI(l d~ jemrt la escls!dll
r:1ttlcirr t's un rasgo wimorio Ilr /n OlftMC1ó1l hlsttrlm. Titnt porbnsr:
al' {'OII-
rndebltllJIIl{1trJ r1~In aptitud Imm
11(1('1
r
rn slJlttsis pS/QuiOO, (m eslrcdromltonlo rito' trompo £1toconl'it/ld(l', qut COnlO rSlIgum /uiquico t'tsfimonln In
'üna sensación que despertó un afecto tan penoso que la persona dCCl- rirytnt'ITIrlón (Ir los indlvJdaos hisr~n'cos. En oposición nI ¡Hilito efc "'sto rito j(lIlCf. Sto$/1110 el SIIStt'tlf(fC/lllJlIf
O~urf. Seglln 8N:IIC', ,base y rcmc!;flóm rlr lo/listrrln t's el Ud'l('IIllllifflto tic 111105 rsfados de NIlCi('Il~';I'
dió olvidarla, no confiando en poder solucionar con su yo, mediante un Ilt'C'lIlinrmcntt onfriruJ, COII una rJplltltd IImltn¡la pnllf Jo (lslIciorion, 11105f1l1l' pm/JO/ir dmomlmlf rCs/nr/o,(
'trabajo de pensamiento, la contradicción que esa representación incon- Ili/Jl1!1mcsg• Lo escis/do rie ennCif'1r:io es, ¡mcs. sl'Cllud/lrlu. t1llclutrld(l; SE'/umlucr ('11..,Irll/(/ (le que' /m ;l'~
(lfe'${"ltoC'jonf's que' ofloron ell (,IUu/llS IJIpllofdcs cslfin 5rgrrgod{JJ ricll'Olt.C'rr/u (Isor:/ntlvv /.l:m rI rr.~tlln'r
ciliable le oponla"." .. "Sólo sé que en los pacientes por mi analizados ese l'O/I('nil/o rk l'Ofrcfrl'cm." {Frrlld, '89-41'979./J. ,¡fUl
.olvido, no se logró, sino que llevó a diversas reacciones patológicas que [J ,aiC'Olllk'"sis sr c""ontrd I}(,(JIlto r.n nom/(J opnslcláll R>l1 hl$ ('QlIl't'PI'IOIll'j d~ Jflnrl, ~bll/o n qut': IOn)SI'
Iltytlbu n rcromllldr IflrtctnnH'fJlt lo IIIJtrrlll (11(1dtgNltmclóllllerr,lItmlo C'Ong~/Jlto;b) alttrlu, en W'll1f'
provocaron una histeria, o una representación obsesiva "al buscar" "lograr Und m~m d('5tripdiJll, lino ~xplir::nrI6n rilndmlca IX1S(ldn M la int~racdonrito fas (u~rz(fS anlmlc:os, ~.c) 'atrl.
convertir esta representación intensa en una débil. arrancarie el afecto". !Julo ~I orfgen d(' lo disl'X'Jnridn on/mico (cuyo h'1/Iortanr/o tambi~¡l Jall('t hobla rtfonoddo), /10 Cluno [(n!lrl
rl~ la] Slll trsls (Jsllruiro, ftsu!ton(t d~ 1/110 aftcrl6n rongtll1ta, sino o !In tJ¡Jfclol prOUSD olllmlco cono culo
'¡Freud, 1894/1979, p. 49) ronlO .rtprtsI6n¡.. {Frtuc1, 1913/1919} "La prJmtm dUefl!nr/(J C"Otl Brtllrr 0110", tI! 111'problema a!forMe (11
IIItrlJniSllIO mas Intilll~dt la hfsttrlo. El prr(erfn unn !~rl(l, par NS( decir, aun fJsroldg/crr.' q.lrrlo t'JqJlil'fIr
En la histeria: "el modo de volver inocua la representación inconcilia- lo eSe/sld" del afmo ~ los hlst~rkos por In Incomun(c:oclóll entrt" dl(e/entes estados £1(' rllN (o ('sfll£1os de:
ble es trasponer a lo corporal la sumade excitación (producto del afecto)", C'Ollrirrtcfo. eomo £1rclo"lJos rntonCfsJ, l' av c:rt'o lo trori(l de los 'rstados hlpno(£1rs.; (l Juicla d!.' O,t'u~"
Ir)f }lfotiuctos dt esos tstndos pCllttrabon (11 la .ronciellr;¡¡ dt vigilia. COlIJOlIflOS wtrpos t.t/rnllos flll
a este mecanismo lo denomina conversión. (Freud, 1894/1979. p. 49). osimilados. Yo tl1rtudler los :'Osos mtnt¡s c/clltlfimmrflr(', dlSrtfllk! £111Il£1equiem telldC'lIcins e illcf/lIflrioJlrJ
(",Mogos o fas de la vida ro;Jdi(l/ffI y conet/Jio lo rscisldll1Jslquim m/snm romo ftSlI/toriO de UIIIJlOr:cSO (ft'
En la neurosis obsesiva, la representación debilitada queda aisla- repulsión 01 que I!tlm~ tntoncts tdtfrnsru Y.IIUts tord(', 'fe}Jl'('s/óllt "._.. "No 005tOlllt', tSloy romplctonlf.omr
sC!J"m de (jlle' fer! dCSOCIICfdo IJC1rlo tll\'O q.'~ \ft', con f1(1tstro scpamclulI, JolJrr\,!,III£1" lIato r/(,J/Jllés. [SIU
rla de toda asociación dentro de ia conciencia, "pero su afecto, liberado, 'cspolld/o n motivos IIIftS110m/us ~CIlt1l1do dNJlll~S yo me WO/lflflc/~ de m(mem mníl L't'I/lld5 lermlnourc
A
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rl
~IIf.l\'O,rl~ lo Im'Kl/ftllld(l rlr /o srxlJnfi¡/od en In c(luJor/dl! dr los nrunJsIs., (u:, ('//lrimero ell mostmr/1l1'
ems lC'nceionrs de jlldifj,JtIe/o f'('('hrfl" 'Iur ¡¡¡OS far£1e me 51"/(," tC1n '(lmJlio~s. rtrrlU/, 1914/19'1[1, 10) 'J.
ti rSlcoanallsls • frena LLlbián

¡Intolerables para el aparato pslqulco. la Importancia de esta afir-


en calidad de resistencia, a que lo olvidado se hiciese de nuevo conciente,
i mación es decisiva para la creación del psicoanálisis, ya o partir de
tenlan que ser también las que anteriormente habian produc:do tal olvido
t ella "comIenza la hIstoria del concepto frcudiano de Incone/entc".
(Masotta, 1977, p. 27)
En los comienzos de su práctica Freud conjetura en el origen de las
y expulsado de la conciencia los sucesos patógenos correspondientes".
(Freud, 1909/1973, p. 1542)
Es decir establece una rclación entre la resistencia a reco/dar y el pro-
neurosis la existencia de un trauma real: un acontecimiento penoso de ceso defensivo que desencadenó el sin toma. La defensa se ejerce ante
carácter sexual ocurrido en Jainfancia del paciente con la participación representaciones de indo le sexual" que rcsultan inconciliables con el cir-
, de un adulto o de otro ni~o mayor. Si bien mantendrá el concepto de trau-
," culo de representaciones que constituyen el yo". Como modo de evitar un
~I ma su significación se irá modificando a lo largo su obra. la denominada conflicto, se genera entonces un grupo ps/quico separado, escindido de la
'!:¡ "teorla traumática o teorla de la seducción" será prontamente abandona- I<onciencia; esta escisión es efecto de la defensa.
da, esto implicará un giro decisivo en ía construcción de la teorla psicoa- -,
ji! nalitica y del método terapéutico. Se afirma una hipótesis que posteriormcntc dará lugnr a la con- :
,Ji
._~-
ccptuallzoclón del illcollciente. Una reprcscntación efc illefole sexual:
F
j,,; El inconciente freudiano
.. que resulta Inconciliablc cori el yo se torna patógeno a consecucne/n 1
de haber sido expulsada de la conciencia :11servicio de un proecso ;
defensivo. - --
¡,j...-, -Freud advierte las limitaciones del método catártico y senal" su insuc,
P
:"-.
I', I'~. !ls.i~6sia..:.~iJ1.ien

',:"'\. J
permiÍ]a~1 ¿esCubrim!e~todelos traumas iniciales que
, '/ ..:>=.. hablan dado lugar a ciertos síntomas, estos persistian pues acabaron por
Paralelamente se produce el abandono de la teoria traumática. Frcud1
pone en cuestión sus primeras intuiciones. las supuestas escenas sexuales'
de seducción ocurridas en la infancia del paciente, cuya tramitación se
1"1;;"')"';<', no depender de los mismos sino de una larga cadena de recuerdos a ello,s
~t-i.,;.'" ¡¡saciados. Por otra parte el efecto terapéutico era poco duradero pues buscaba lograr a través del método catártico, podian no haber ocurrido en :-:::.
--....
P", '. "
<~,
)':-
,,;, , dejaba intacta la capacidad del paciente para enfermar bajo la acción de la realidad, sin embargo apareelan en el relato de los pacientes, se trata-
:lr I íluevos traumas. . ban entonces de fantasías. En lugar de desestimarlas, Freud les otorgará
~<
lf:
J
~ntes
~~!)Jrentaadel11¡\S con una fruct/fero complicación: no tQdoslo~.pa.:
~anp'a~lQ.I.~.d.e.~eLbip!1.Q.t[~ªd.9~,
Produce un primer cambio en
un papel relevante en relación a la const:tuclón del psiquismo.
las fantasfas16, ligadas a deseos inconcicntes", participan en la pro-
l el método al sustituir la hipnosis por la orden sugestlva,Je asegl!!]
~~. a los pacientes que bajo la Jl.r~~iºn,de .su. mano, aplic.ada sobre lafr~~te, IJ. 111ronrt!pc:i6n fr~urllon(l sobr~ lo s('xc/{'Ilk/od .~t'ftl rl~sorfllllo t'n lIIl 0POfIOlfo }JIISlrrinr.
, ¡jfarece-iáñrecu'erd~5Yg~do.~ a laj1roducción .del sin toma. 14. lJtonffo dt "s(r conw,to tMriCO rl va rltsigfl(' ('1 conjunto dr rrprrsrnroC'Íollrs que SlIUt'nto lo ¡//Iogr:n
dr Si rn Jo ClJo' un slljeto sr Irt:ono('(' y a lrnvts dr lo c¡¡ol sr pr('srnro. los Irp'l'sento('io.'1rs Inconciliables
Esta modificación en la técnica será decisiva respecto de la inven- sr roroC'teriran por pont( ('Il ('urstlOn 'sr '!lodo de rt'plrsrntrus(' y rs por eSr) qllr prO/!,lero 1m rltNO (ir
ción del método psicoanalítico y del descubrimiento del inconciente. rirsronocimicnro qll(, orodo 'o qo(' el slIjrto sob(' d(' si [Noco d(' 10 autora).

1!i. Ef eon~pto dr Ion tasIo sr ('n trama con In COI1CrpriUIl qur (rcud ptodll('ir(1 resu('~.to (le Jo sex'.JCJlidod,
Freud relata que a partir de entonces tropezó con obstáculos que di. fundnmmcOlmt"t~ ('(In/a pnSfulnrión (Ir lo rxistrncia de la seXlJulirlntf Illlon:il. l(l5 rrln('.'otlt~ ('11(((:omD.:lS
ficultaban la recuperación de los recuerdos. Postula, entonces, la noción conctprns Se cJeStf!'fo/IC!fO en r/ "portollo sobrr seJeIJ(Jlitil/rl. {Nora ck la CllltCro}.

de resIstencia, es decir la existencia de una fuerza que se opone e impide 1G.El ('oncrp/o d(' dtsro /nr:01lcirntr ndqulrrr su rstrlctCl slg/lffimi:I6n n pomr dc Irtll100l({llje mttnJ1sica.
lógico de los P'oC'tsos Inco.'1citntts. fsr obordojr impUro UIlO sr(;(' cJr ttorilnciollrs qllt po' Sil complrjirtnrl
el surgimiento de recuerdos. Eh ella funda su concepción de los proceses IfCIsorrJ:1en rf oDjrtillO de 1:nO IrrtufCI itmoour:torio. Consignrmo~ sin emberga qlJ(' ((("lId poscu/o (JI drsro
psiquicos en las neurosis; "Las fuerzas que en el tratamiento se oponlan, incor.c~ntr ('omo rl moto, cfr los P'OC1:S0SpSít¡u;ros los turwa qur roflwf/flnn r/ trabnjo drl apomro
o"'mko son .mociones dr dtsro-, La pnlollfO "mociÓr'. cOII'po'In In n~pf.'i,1/1 dI' mnvimlrntn. En "la
Iflr~rp'N(Je¡6r. rl~ los sut'''(ls. dic(' Freurl.' /lamomos (IrSrO o UIlO nloc:i6!1 pSlqlllár diriglflo {I rrror[}(lr l(l

125 I
'"M"'. f!.i"
! ~~. , 'f
: :~J

El "sicoanálisis - Elcna Lubicin

. . ,. ..-- Defensa,
, ,.
,.1 ducción de los s'nlomas neuróticos asi como también de los modos a tr~-
vés de los cualcs ti sujcto aborda la realidad. Estos desarrollos permltlran términos
represión, desco ¡nconciente, conflicto, rcsistencias,
centrales dentro dc In teoda Ilsiconnalítica.
son ;
'
. .;.
situar y designar "otra realidad" que es determinante para la eXistencia La tarea del método psicoanalltico apuntará a esclarecer los efectos
humana: la realidad Ilsiquien. enigmáticos de la vida psíquica al deshacer todas las represiones a fin de
- Lo rellresiún es definido como el proceso que expulsa de la conciencia imposibilitar la prosecución de la enfermedad y su nueva formación.
a drterminadas representaciones que conllevan "una mOción d~ des~o que A rmrtir de 1900 Freud se aboca a producir un ordenamiento
se encuentra en aguda oposición a los demás deseos del mdlv.lduo y por que permita dar cuenta del modo dc funcionamiento del aparato
ello resulto ser inconciliable con las exigencias éticas y estetlcas de la psiqufco. Propondré pensar al aparato pslquico como un instrumento com-
personalidad. (rreud, 1909/1979, p. 21) . puesto por sistemas o instancias que responden a una determinada serie
Consecuentemente con estas teomaciones hallará una vla que perm!te temporal más que espacial y que no se corresponden con un correlato ana-
sustituir la utilización de la 11ipnosis y de la sugestión:. "las ocurrencias tómico. Freud postulará un primer esquema del aparato en el que diferencia
de los pacicntes", es dccir pensamientos involuntarios que perturban el polo perceptivo del pelo motor y dos sistemas: el inconciente. ubicado
. . ",,," el relato intencional y que en general son silenciados por e! paciente .
Considcrara que estas ocurrencias surgen de los produc:os pSlqU.ICOSre-
detras de otro sistema: el preconciente-concíente,
a la motilidad.
que regula el acceso

. o.,;;.
, primidas. Esta n10dificación en la técnica dara lug~r al. meto do pSI~?a~?- Caracterizará luego el modo de funcionamiento de estos dos sistemas
__ -.:¡. lítica propi"mente dicho. c;¡racterizado por la utl.lizaclón de la aSOClaClon a través de diferenciar el proceso primario, propio del sistema inconcien-
'.. - IIhn~,como vla de acceso a los pensamientos mconClentes. El. procedi- te, del proceso secundario atinente ai sistema preconciente- conciente.
miento que permite avanzar desde las .ocurrencias h~sta lo reprlmld.o, sin Utilizara la referencia a la energia libre para dar cuenta del desplaza-
recurrir a la hipnosis, volviendo asequible lo mconclente es denommado miento y la condensación como modos de funcionamiento del proceso
,-,'itl!-SLl!l'c~n_clón.JFreud, 1904/1973, p. 1004). Ya no se tratara de que el primario.
paciente recupere bajo presión el recuerdo una supuesta escena, SinO de I ~.- ... , ..... -" _...... ." .
colegir. a través de la interpretación, deseos mconclentes -Inherentes al ! -- En 1915 formaliza distintas acepciones del término inconciente:
sujeto pero inconciliables con su yo- que se están en la base del proceso , descriptiva, dinámica y sistemática.

~resivo. .' """ El término inconciente en scntido descriptivo alude al estado de


, Frente al conflicto, la represión es un modo, no sm consecuenCias, de una representación que esté ausente dc la conciencia. Una representación
, i"tentar ahorrar el displacer que este conflicto ocasiona. La r~presión ausente de la conciencia pero susceptible de el/a es una representación "
sera planteada, a lo largo de la obra de Freud, como un me~anrsm? es- latente, que pertenece a la inst~ncia "preconclente"; el modo de funciona-
~r:~•. I .• :-
tructural del aparato pslquico que se lleva a cabo de un moda l~con~lente miento de este sistema seguiré/as leyes propias de los procesos ligados a /ü
para el sujeto. Los slntomas seran considerados corr,o la expreslon Simbó- conciencia.
lica de un conflicto pslquico. ,p El sentido dinamico del tél'mino inconciente designn a representa-
I,
!.
ciones intensas y eficaces que no logran devenir concientes efecto de un
proceso represivo llevado a cabo anteriormente, por lo tanto estas reprc-
(In /lurJ/a ¡ns('(i¡ltf1 1'11/0 /1Slql1ll'OJr/r I/lln pt}mtrn y miti.C'(I_e;qmit~d(l ¡le ~t,t5(Uro.Ó~I.
¡11I0l C'lllIlIlémj(yl sentaciones no devienen concientes no por su debilidad sino porque una
{Fn:~rl, I!jJ9: 558/ ESIO! '~{,(lf1idos /¡l Jltvrtn n Watu/(If qm' jfJj flruCt'JOS Otl/(lIJ(()S st (l!1C'I. ¡lor t. ",-Inc/¡Jlo
r1('/I'!rll't'_. (Nota ,It la nulofnj.
fuerz~, efecto de la represión, se opone a ello. Esta fuerza actuará a modo
de uria barrera, denominada por Freud "censura", que impide el pasaje de
1:1Psicoanálisis - Elena Lubián

la representación reprimida a la conciencia. Estas r~presentaciones .-que conciencia, los enlaces se producen a través de cadenas de represenwcio-
roanreprimidas en tanto están en relación con un deseo ¡nconciente que nes en las que preponderan la materialidad fónica, este tipo de asociación.
resulta inconciliable con el yo- tienen pod~r_patógeno, inciden desd~ ~
caracterizada por prescindir de la significación conceptual. se denomina
~conciente .el) la vi9.ª-.9.eJsuje!.o~j}9.~las9~e.~e hallan en la base de J2,s '],s<1~iacJ.~t~(.na."; en contraposición, la lógica que rige el sistema pre-
.s!ntomas y de las restantes forl1J.~~i.o.~~~deJJnconcij!nte ..Desde esta pers- conciente -conciente exige que las asociaciones entre representaciones
pectiva,lo reprimido pasará a ser modelo de lo inconciente".
_J Freud señala que es necesario plantear la existencia de un siste-
ma "¡neone/ente", es decir una instancia estructural de lo anlmlco,
se establezcan a partir de su relaCión conceptual. propia de las .denomi-
nadas "asociaciones _ .... .... A fin de esclarecer estos desarrollos, recu-
---."......-...:- ....internas:'.
,

rriremos a una referencia de 1905 acerca del fenómeno del chiste. Freud
que se rlgc por una legalidad propia, diferente a la de la conciencia, afirma: "En un grupo de estos chistes (los juegos de palabras), la técnica
esa legalidad se sustenta a través de dos mecanismos -desplaza- • consiste en acomodar nuestra postura psíquica al sonido y no al sentido
miento y condensación- y opera en la producción de las diferentes . de la palabra." "Algunos estados patológicos de la actividad de pensar, de
formaciones dellnconeiente: los sin tomas, los olvidos, los sueños, los hecho privilegian de esa manera la representación acústica de la palabra
actos fallidos, los chistes. sobre el significado de esta. (oo. ) Esos enfermos en sus dichos avanzan
------_ _.-
El desplazamiento
... es un mecanismo por el cual el acento, el sentido, de
una representación que resulta inconciliable con el yo. se separa de la misma
siguiendo las asociaciones ,externas. -según la fórmula en uSO-, en lugar
de las 'internas.". (Freud, 1905/1979, p. 115)
y se desliza sobre otra representación próxima a la primera pero original- Én..su~.!"'!.bajos sobre el ol'lido y el £histe se halla c1aril.lX!enteejW1.Q1i.-
mente nimia o indiferente para la vida an(mica. La representación inconci. ficado .este..modode funcionamiento que da cuenta de la iabilidadq~Ja
Iiable es reprimida pero el afecto -el sentido-, asociado a ella, permanece unión entre una palabra y su significado. "la palabra, como punto no.dal
enlazado a una nueva representación sustitutiva.1ª . .£Il'l!'.SJ!.S~,~Ó.n,cuya de múltiples representaciones, está por asl decir predestinada a la muiti-
condición es un desplazamiento previo, permite que en una única represen- -':;o'cidad. las neuros'is aprovechan t<Jndesorejuiciadamente como el sue-
tación confluya el sentido derivado de distintas representaciones. ño l<Jsventajas que la palabra ofrece así a la condensación y al disfraz".
(Freud, 1900/1979, p. 346)
¿Qué peculiaridad poseen las representaciones sustitutivas para
facilitar el enlace del afecto. del sentido, que se ha desprendido de A pesar de no disponer de los conceptos lingUlsticos" que distinguen
la representación Inconciliable? el orden del concepto -significado- del orden de la materialidad fónica
Es aqui donde cobra especial importancia el lenguaje, pero de un modo de la palabra -significante-, Freud teoriza acerca de estos dos órdenes
distinto al que habitualmente lo concebimos. atinentes a la palabra. los términos: palabra puente, palabras encrucijada
o palabra estimulo de complejo, presentes en su obra, dan cuenta de cilo.
Freud plantea que en el inconciente la asociación entre representa- la materialidad fónica de las palabras, dimensión ¡¡carde con la polisemia
dones se lleva a cabo regida por una lógica diferente a la lógica de la de la lengua, se presta al deslizamiento del sentido [Desplazamiento) y
en intima relación con la existencia del deseo inconciente, posibilita la
'7. El tn(l1~nt(o ron citrtos obstÓculos portlcularrs r;uc sur9tn tll lo r:/;/'/('O lo flr'¡.'orón 1ue90n C'Ompll'jilor
Ntos dt50rrol/os. En 1923 propone unn Stgundo ordrnocidn mttopsicoldglco (7 portlr dt k1 ron' disclnglll'
18. LOJ des(lrro/los /levados adelante ¡W' Ftrriinnnr1 de Saussurt respecto dtJ signo H.'1iJu/srico. Cfl los
y formaliza tm inSlanclas; tilo, yo y Juprryd Esro nutVD formafirncl6n no excluye (l/o prJmrro: c:onstitlll,d
tuo/es sr dlfcrencla ti ordcn rll'/ s/gnlfirodo (CMttptO) del orr1tn del s:gnifiroMt (mottrio/i(fod (dn/m), son
un Intrnto rk abordnr rlrsdr otfOS dngll/os uno pro/Jlromdtlro el/"ico pa,'11Ja cual Jo roncrptlJoliloridn dr 10
contrmDorótmJs o I'J obro frtudlono. Fftud. sIn rtlltmrgo, no IIeg6 C'ontOC'lofSt ("(In lo obre de 5(1/1$$11(('.
inronritntt C'OmoslndnlmOlft lo tC'primida rrsultCl illSlIficitntt. (Noto f1l' lo olllom}.
A portir de lo ~(lt1orod6n ydr /0 ('ritiro r¡ut Jorqueslocon ,~fizQ en rorno nI signo s~wuuflono. d ttmllno
.significante- ha devenido un C'Onct(Jfo rrft'Vnn!r drntro de fa !torlo psirormnffticn. (Noto de' /(1 ol/tom)
El Psicoanálisis - Elena Ll/bión

producción de distintas significaciones sostenidas a partir de una misma a la sexualidad ,desde ciertas representaciones establecidas: surge en la
sucesián.rónica (Condensación). pubertad, su objeto es el sexo opuesto, su mela la unión sexual. Freud
Al portar distintos sentidos de los quc poseen dcntro del código, conslde;a, que-esta concepción est:i plagad¡¡-de errores, imprecisiones y
conclUSiones apresuradas,
las palabras se prestan para expresar simbólicamente, de un modo ---,
velado, los conflictos psíquicos. Dentro de, ~ste m~rco la pulsión deviene un concepto fundamental ¡\;,.~ '. ~.
las forrnaclones dcllnconclente son formaciones sustitutIvas que en el, andamiaje teónco del psicoanálisis, Su significación se diferencia' -1.
taxa.tlvamente del Instinto, Este implica una conducla preformada y he- .. "-'
ocultan e indican la existcncia de representaciones reprimidas, El
redada -Ilro~i.a del compor~amicnto animal- dirigida a la conservación y Y. "':,~J'!Cl
fracaso de la represión se manifiesta paradójicamente a través de ellas, la reproducclon de [a especte, '
ya que han conseguido, tras su disfraz, tras su apariencia inocua, burlar
la censura. Sin embargo, al quebrar la intencíonalidad que habitualmen- Un a,nálisis detenido de la sexualidad humana devela que existen n:-"
te intenta comandar el decir ylo el hacer del sujeto, producen un punto merosas conductas que se apartan tanto del objeto", hacia el cual Sll-
de enigma. Un sueria, un_~histe,_u]l sJntoma. un lapsus, un olvido suelen puesta~ente se dirige la tendencia sexual, como de su fin o meta. Se
generar sorprcs¡Í' éñ'elsujeto ya que no es posible enlazarlos con la trama detendra a describir y examinar el campo de las llamadas pei'\lersi'ones
-intencional propia de los p_ensamlentos concientes. Conllevan una ruptu: sexual,es, campo que habla ya suscitado el interes de la ciencia pero desde
r'a 'dél sentido establecido a la vez que hacen resonar otros sen,tidos que una mrrada meramente d:scriptiva. Estas .c~n_duC!~?,s~xuales que se apar-
indican la marca de lo reprimido; por ello se constituyen en puntos privi- !~n dela no~ma nos ensenan que la relación al objeto y al fin de la pulsiÓry
legiados para la práctica analítica, ~,~~,!I e.n,e!.ser hU"1~nono se car~cleriza por la fijeza propia del instinto.
d termino perverslOn, que no reviste en este contexto una connotacióñ~
moral, circunsCri~e la caracterlstica distintiva de prácticas sexuales en las 'n.
El valor de la sexualidad que se ha renuncrado a la meta de la reproducción, constituyéndose en su • O",, ()
Freud Intuye desde los comienzos el importante papel que la sexuali- lugar la ganancia de placer como meta autónoma, ,_
dad desempeña en la causación de los slntomas neuróticos, sin embargo Aun si~. adentrarnos en ,casos considerados patológicos, es posibleubi-
seró recien alrededor de 1905 con la publicación de "Tres ensayos para car la labilidad de la relaClon entre la pulslón sexual con su ollÍeto y su fin
una teorla sexual" que podrá comenzar a formalizar y fundamentar el en la llamada vida sexual normal. •
lugar determinante que esta tiene en la vida anlmica. Esta formalización
supone una operación decisiva: Freud diferenciará la sexualidad de la Na~a garantiza ni establece de antemano que es lo que suscitará la
gcnitalidad; estc movimiento es condición necesaria para poder enten- atracCión sexu~1 en el sujeto humano, A diferencia de lo que sucede con
der la afirmación freudiana respecto de la existencia de la sexualidad la conducta aOlmal determinada por el instinto, no podemos afirmar de
infantil y los alcances de un concepto ligado de modo indisoluble a esta manera universal qué objelo ~esperlará el deseo sexual para cada sujeto;
tematica: la I)ulslon. las cond!c~ones erótlcas.que rigen la relación al objeto sexual y que a su
vez partiCipan en e'. registro del amor son absolutamente singulares: un
A su vez estos desarrollos son antecedentes lógicos en la construcción tono de voz, una mirado, un color, un rasgo de personalidad puede des-
de otra noción central para la compresión del psiquismo: la fantasia. encadenar una IrreSistible atracción que 110 se presto sin r.ll1bergo a ser
Freud se~ala que existe una opinión vulgar acerca de la sexualidad ins-
taloda en la sociedad y compartida por la ciencia de su época que concibe
I '1" 1
I ., , ,
El Psicoanálisis - Elena Lllbián

elevada a la categoría de universal. La primera vivencia de placer se produce a paltir de la recepción 9_~
mento.'_p.l;,~o.prontQel.placer obtenido a travé.s del cbiJpeteo se independiza
El objeto amado suscita deseos que no se limitan al terreno de la ge-
nitalidad; los besos, las caricias, las miradas, las palabras, otras zonas del
Q.~Úetode la. alimentación.. Esta actividad permite recort~r..sJpape1 pre:
po~dera~te que Juegan en esa etapa la zona de la boca yde 10.5 Jabl9~
cuerpo forman parte del juego amoroso o deviene en si mismas meta de ganancia de placer refiere exclusivamente, en este caso,s esa zQna eróge.R:l.
la satisfacción sexual. Esta modalidad de obtención de placer se repite respecto de las funciones
Incluso el acto de la masturbación de innegable carácter sexual no excretorias. En la medida que estas acciones quedan asociadas a sensaciones
involucra al otro sexo ni tiene como fin la unión sexual. placenteras, el niño las organiza de tal manera que le procuren la máxima
r- ganancia de placer mediante las correspondientes excitaciones de l<1s
_.( \ Freud se centra en demostrar que la sexualidad no se restringe
~< a la genitalldad. que estos no son términos equivalentes; la geni- - zonas erógenas de la mucosa.
-:;. talidad pertenece al campo de la sexualidad pero la sexualidad no l' Desde esa perspectiva Freud afirma que si el niño tiene una vida sexual
se limita a ella. Separados ambos términos Freud resaltará el papel I esta no puede ser sino de índole perversa, ya que le falta lo que convierte
primordial que cobra la obtcnción de placer. más allá del objeto o I a la sexualidad en la función de la reproducción. La sexualidad en el níno
del fin Q traves del cual se logre. Este movimiento amplia de manera I se limita por consiguiente a la práctica de una serie de pulsiones parciales
considerable la extensión del termino sexualidad. I que, independientemente unas de otras, buscan ganar placer, en parte en
,..-' I el cuerpo propio, en p<1rteen un objeto exterior. (Freud, 1917/1979, p. 287)
: La noción de zona erógena esclarece la orientación de sus concep-
. tual1zaciones: diversas zonas del cuerpo participan en la producción y ob- i Freud distingue tres fases: oral, anal, fálica de acuerdo a la prepon- i
---,
tención de placer, independientemente de la realización del acto sexual, I demncia de la zona erógena en juego y a las pulsiones correspondientes , r~~'):;

j' y constituyen también una sede dc la excitación sexual. Por su parte el


....Jérmino libido nombra la fuerza en la cual se exterioriza la Dulsión sexual.
I a cada una de ellas. Estas fases si bien siguen un orden sucesivo, a la vez -
se superponen y coexisten. En el transcurso de la etapa fálica adquie'ren {'.
.

rélevancia los genitales. Sin embargo Freud advierte que el niño carece de
I)~sde .e~~a.s_p~rsflesti'@s.fr.eud ~stielle que I.a_~_wencia.!!e.l..p.t~m
la representación que permite abordar la diferencia de los sexos. En esta
~u.¡ILest.á presente prácticamente. de~de I.os.comienzos mismos ..de la
etapa se producen operaciones decisivas para la constitución psíquica y 1<1
vida humana. estas teorlzaciones son las que lepermi.ten .plantear y sos-
determinación de las modalidades psicopatológicas propias de las neuro-
tener la existencia de una sexualidad infantil. Su existencia cuestionil~1
sis. El complejo de Edipo y el complejo de castración, términos asociados
prejuicio que sitúa el comienio de la vida sex'~al en la pubertad.
de modo universal a los desarrollos freudianos, cobran su significación en
La sexualidad infantil presenta caracteristicas especificas. Las pri- relación a esa etapa.". ~
meras mociones de la sexualidad aparecen en el lactante apuntaladas en
Freud le otorga un lugar relevante a la investigación sexual y a las
otras funciones Importantes para la vida. La principal fuente del placer
teorías sexuales propias de ese periodo, ellas atestiguan que el nilío no
sexual infantil, al ser este independiente de la función sexual de la repro-
ducción, es la excitación de ciertos lugares del cuerpo particularmente cuenta de entrada con un saber acerca de la difcrenciación de les sexos?'
eltimulables, los genitales, las aberturas de la b"oca, el ano y la uretra,
pero también la piel y otras superficies sensibles. Freud caracterizará a esa 20. Al ¡gua( que flemos c:omlgnarlo resptrro d~ otros ('(nlC'C'ptOs, /0 I'XpliCflci61l de ambos ('ompJ('jos rtf/l/irfe'
va 'C'(XJrr;l1~ que' (')(Crtlr el prt5rnlr !munjo. (N% rle fp nurorn)
etapa de la vida sexual infantil cn términos de "autoerotismo" ya que el
1',. La norión d(' fa/o, rrlacionndo mil /n (lOor/zatión del c~mpkjo dt rnHroC'ic!n. pt,milt ll1tul, ti nlconC't'
niño busca y encuentra sus objetos en el cuerpo propio. de estas ofinnncionrs: tito /loción (emitr n la CfcC'nriolnfnnril qut' 5osti('n(' la pr('mlHlllnillfflol 0('/ fJf/1t,
('5 efl'cir -'o rrN'flrJ(l d(' qu(' rodru /;(,II('n", (N~todr lo fU/roml.

IDI
r" e,k,,""'''' . n",,' ,,',d"
El interes sexual del niño se dirige primero a saber de dónde vienen A partir de estos desarrollos podemos formalizar y articular lo que en
los bebes, pero "su capacidad de conocimiento choca con las barreras el comienzo partió de una intuición freudiana: el papel decisivo que tiene
que le impone la falta de desarrollo de su constitución sexual" (Freud, la sexualidad en la constitución del psiquismo y en la causación de las
1917/1979, p, 236), Estas barreras hacen obstáculo al descubrimiento, e perturbaciones animicas.
incluso a la comprensión cabal, de una explicación correcta. las teorlas
Efectivamente ya no se trata de plantear la existencia de un suceso o
sexualcs surgen en ese contexto, los niños: "Primero suponen que los ni-
aCOntecimiento sexual traumático; el encuentro con la propia sexua-
ños nacen cuando se ha comido algo en particular, y no saben que sólo las
lidad deviene traumático. Ese encuentro, unido a la falta de un saber
mujeres pueden tenerlos"" Cuando crecen, pronto observan que el padre
natural que oriente al ser- humano en el camino de la sexualidad, slempre-
tiene que desempeñar algllll papel en la venida de los ni~os, pero no pue-
es a destiémpo.
den colegir cuál. SI por casualidad son testigos de un acto sexual, lo ven
como un intento de sometimiento, ur,a violencia" (Freud, 1917/1979, p, En 1915 al establecer el significudo del término pulsión, Freud la de-
290J, A su vez conjeturan queel nacimiento del hijo tiene que producirse fine como un representante. pslquico de. los estimulas procedentes del in-
por el intestino, posteriormente suponen que es el ombligo o la región terior del cuerpo, que se manifiesta como una fuerza constante (es decir,
del esternón la que se abre para dar lugar al nacimiento. Aun habien- que no responde a los ciclos y ritmos que regulan la conducta instintiva); P..JLS, u::'
do recibido un esclarecimiento acerca de sus preguntas persisten en sus su meta es la satisfacción -la cual sólo se alcanza cancelando el estado de
teorias: "se comportan como los primitivos a quienes se les ha impuesto estimulación en la fuente de la pulsión, es decir el cuerpo propio- y su ob-
el cristianismo y siguen venerando en secreto a sus viejos idolos" (Freud, jeto es aquello por lo cual puede a!canzar su meta. Este es variable y no se
1937/1979, p. 236) halla enlazado a la pulsión originariamente. (Freud. 1915/1979c, p. 118J
Luego del atravesamiento de la etapa fálica, Freud ubica una etapa Se~alamos que el ni~o experimenta desde los comienzos sensaciones
de latellcid, caracterizada. por la declinación de la actividad y el ¡nten!s en el cuerpo propio, estas sensaciones ligadas al placer sexual surgen fun-
sexual propios de la infancia, hasta el momento del surgimiento de la pu- damentalmente en el seno de la relación con aquellos que se encargan
bertad. Los sucesos y pensamientos ligados a la sexualidad infantil suelen de su cuidado. El niño, en tanto objeto de amor de la madre, recibe sus
caer completamente bajo la amnesia infantil. Con la pubertad se alean- cuidados y su atención, estos cuidados, que incluyen ocuparse del cuerpo
za el afianzamiento de una cuarta fase que Freud denomina genital, en del niño y de sus necesidades, al vehiculizar un deseo, dejan inevitable-
la que se produciria la subordinación de las distintas pulsiones parciales mente sus marcas cn el psiquismo del niño .. La madre, o .9~~e. ~s~.
bajo el primado de los genitales posibilitando la unión sexual y con ella la lugar, con .~~~~arrclas,.s.u! ~~!ls, sus ,atenc!on~s,.g!s-p'alabríis, erogeniza
reproducción. elcueipO:-q~ll1iño,~.s~~rog!n.iza~iÓ~ esfullºsnte p~ra la constituclóñdcT
Sin embargo Freud no deja de advertit' que los modos de satis- psiqulsmo pero a su vez desen~adenasensaciones en el niño sin que' él
Facción privilegiados en lu Infuncla, ligados a la historia Individual, .disponga aún de representaciones que le permitan slmbolfiarlas, Ese no
dejun sus marcns c Inciden de manero decisiva en la sexualidad del s.ager constitutivo propio de la sexualidad humana es el campo fértil en el.
ndulto, ni ¡Junto que lu funcl6n dc obtener placer y la función sexual !l!L~surgen y proliferan las fantaslas,.
quc garantizn la procrcución "a menudo no llegan a coincidir inte- A partir de estos desarrollos, Frwd considerará que la práctica sexual
gnlmcnte", (Freud, 1938/1973b, p. 3384) infantil (sea espontánea o provocadaJ marca la dirección que seguirá la
vida sexual tras la madurez. los sin tomas ya no serán concebidos como
productos directos de los recuerdos reprimidos de vivencias sexuales
El Psicoanálisis - Elena Lubián

infantiles, sino que entre los sin tomas y las Impresiones infantiles se in- analista". la "batalla" en torno a las resistencias, que contribuyeron a la
tercalan las fantaslas (invenciones de recuerdos!, casi siempre producidas
causaclón de la neurosis y que dificultan l' obstaculizan la curación, se
en los a~os de la pubertad. Estas fantasias se construyen a partir de los libra en el marco de fa transferencia.
recuerdos infantiles. rebasándolos, y trasponiéndose directamente en los
slntomas. Lo determinante respecto de la causación de la neurosis no son. Sin embargo, para poder hablar de la finalización de un análisis. es
por lo tanto. las excitaciones sexuales que un individuo experimenta en condición que, al final del mismo, la libido quede libremente disponible
su infancia, sino, sobre todo, su reacción frente a estas vivencias y las para el sujeto: una vez solucionados los sintomas resta aún :a disolución
fantasías a ellas encadenadas: es decir si responde o no con la .represión» de la transferencia. Esa disolución implica la caida del lugar que el analis-
a esas impresiones. (Freud. 1906/1979. p. 266) ta ocupó en la economla pslquica del paciente durante el transcurso del

---_._-_ __ ..__ - '~'.


~ tratamiento. Esta concepción de la cura se sitúa en las antlpodas de los
"tratamientos que se basan en la sugestión como herramienta para erra-
llreves puntualizaciones sobre los desarrollos freudianos dicar los sintomas. Desde esta perspectiva el psicoanálisis so.stiene que la
Intentamos esbozar algunos elementos conceptuales que permitiesen cura no consiste en una mera desaparición de los slntomas sino que impli-
producir una primera aproximación a los fundamentos que sostiene la teo- ca una modificación en la posición sllbjetiva del analizante, una modifica-
rla psicoanalftica, como lo advertimos en distintos tramos de este trabajo, ción en la disposición a desencadenar una neurosis. No es la influencia del
analista la que permite el alivio del padecimiento. sino el cambio operado
restan abordar importantes desarrollos y modificaciones que propiciarlan
en el sujeto via el trabajo y el atravesamiento del análisis.
un cabal conocimiento de la complejidad que reviste la te orla freudiana.
En el largo y arduo camino de su práctica, Freud se topará con diversas
Nuestra intención se centró en brindar un acercamiento a la teorla
resistencias que en ocasiones contribuyen a dificultar el objetivo de un aná-
que posibilitase atisbar la lógica que rige la práctica del psicoanálisis y Sil
concepción de los procesos anlmicos. lisis. En distintos articulas subraya las dificultades singulares que ciertas
configuraciones subjetivas ofrecen a la posibilidad de acción del disposi-
Desde esta perspectiva consideramos atinado incluir ciertas precisio- tivo, al punto de afirmar que la técnica no puede ser la misma ni siquiera
nes acerca de las caracterlsticas distintivas de su método de tratamiento; aún para todos los casos de psiconeurosis. Pone especial acento en las
estas a su vez contribuyen a elucidar algunas formulaciones freudianas formas de la enfermedad yen el tipo de pulsiones que predominan en el
que trascienden el terreno de las neurosis y permiten reflexionar sobre las paciente. Es decir abre i~terrogantes que complejizan el alcance de lo que
particulares condiciones de la existencia humana. inicialmente define como el campo de aplicabilidad del metodo analitico,
Un concepto anudado a los anteriormente expuestos caracteriza a la justamente por ello deja abierta la posibilidad de que otros se aboquen
clinica freudiana. Nos referimos a 1;1 transferencia, esta designa la espe- a reinterrogar sus limites, posibilitando que estos puedan ser ampliados.
cial relación que se establece entre el analista y el paciente, El lugar que (Laznik & Lubián, 2005)
el analista ocupa en la cura -ligado al saber que se le atribuye respecto de Anticipemos por otra parte que estos obstáculos le mostrarán la exis-
lo inconciente- propicia que se reediten en la escena anaJitica, en torno tencia de fuerzas que cuestionan que sea la búsqueda del placer la que
a la persona del analista, los modos y las demandas de amor a través de impera en el psiquismo. La presencia de estas fuerzas explican no sólo las
los cuales el sujeto se ha dirigido a los otros de su historia. En ese marco dificultades por las que transita un análisis sino, también, el extraño pero
transcurre la cura. Freud señala que toda la energla pslquica del neuróti- habitual hecho de que un sujeto se aferre a situaciones que se oponen a
co. es decir $IJ libido, está en principio empeñada en sus sfntomas. Efecto su bienestar.
de la entrada en un análisis, ésta pasa a concentrarse en la "persona del
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El Psicoanálisis - ElcIlo Lubián

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~)~.. Hacia 1920 Freud se aboca ~ investigar estas tendencias. la repetición
de sucesos, por parte del sujeto. que nunca fueron placenteros p.ara nll1-
Buenos Aires: Amorrortu.
I • Freud, S. (1914/1979). Contribución a la historia del movimiento psicoana-
guna de las instancias pslquicas lo lIev<Jrán ~Iantear la eXistencia de un
"Más allá dcl principio del placer" en el pSlqUlsmo humano. litlco. En Obros Campleto~ Tomo XlV. Buenos Aires: Amorrortu.

La postulación de cste principio es concomitante con I? formula.ción de • Freud, S. (191S/1979a). Conferencias de introducción al psicoanálisis. En
Obros Completos. Tomo xv. Buenos Aires: Amorrortu.
lo "ulslón muerte. Esta reformulación de su teorla permlt¡r¡l cernir desde
otro ángulo las resistencias y los obstac.ulos que surgen en el tran.scurso • Freud. S. (19IS/1979b). lo inconclente. En Obros Completas. Tomo XIV
de un análisis y posibilitará abordar fenomenos en los que el pad~clmlen- " Buenos Aires; Amorrortu.
to no se expresa simbólicamente: la angustia. los rasgos de caracter, las • Freud. S. (1915/' 979c). Pulsiones y desti"os de pulsión. En Obro.• Co,"plclos .
impulsiones, la necesidad de castigo. (Laznik & otros, 2003). Pero además Tomo XlV. Buenos Aires: AmorrOrlu.
conducirá a interrogar y delimitar la esencia del permanente malestar en
- la cultura como una de las c1aves.dela existencia humana.
• Freud, S. (1917/1979). Conferencie 20 la vida sexual de losseres humal1os.
En Obro5 Completos. TomoXVI. Buenos Alres:'Amorrortu.

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