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Desde niño, Simón Bolívar recibiría lecciones de la mano de Francisco A. Carrasco, un empleado
de altísima confianza de su familia y tutor de los jóvenes Bolívar.
Carrasco ejercía labores de contador y cajero en una tienda de importaciones. En su tiempo libre,
daba clases a Bolívar de primeras letras, escritura y aritmética.
Don Fernando Vides era cercano a la familia Bolívar. Fue testigo durante la toma de posesión de la
casa de Las Gradillas y tutor del resto de hermanos de Bolívar. Al niño Simón le dio clases de
aritmética, primeras letras y escritura.
4- Guillermo Pelgrón
Don Guillermo Pelgrón era maestro desde 1778 y dirigía una de las pocas escuelas de primaria
que operaban legalmente en Caracas. Instruyó a Simón en lengua y cultura latina y gramática.
Fue sacerdote y maestro de música desde mediados del siglo XVIII, reconocido simplemente por el
nombre de “Padre Sojo”(Calcaño, 1973).
Como maestro y tío abuelo por la línea materna del Libertador, estableció una relación estrecha
con el joven a través de la enseñanza de la música en su escuela de música, establecida en el
pueblo de Chacao, Caracas.
En esa escuela también instruyó a grandes músicos de la historia de Venezuela como José Ángel
Lamas, Juan José Landaeta (autor de la música del Himno Nacional de Venezuela), Lino Gallardo,
Cayetano Carreño, entre otros (Swain, 2016).
Instruyó a Bolívar en historia y religión (espiritualidad) (Prieto & Argüelles Mauri, 2002).
7- Simón Rodríguez
Simón Rodríguez, posteriormente conocido como Simón Robinson, fue un escritor, filósofo y
educador venezolano, reconocido tanto por sus obras como por haber sido uno de los principales
maestros y mentores de Bolívar (Tarver Denova & Frederick, 2005).
Ejerció la docencia desde los 21 años en la Escuela de Lectura y Escritura para Niños. Allí conoció
al pequeño Simón y se convirtió en su maestro.
En el año 1974, Rodríguez presentó un escrito crítico, inspirado en las ideas de Rousseau, acerca
del modelo educativo de las naciones americanas. Su pensamiento y escritos sobre educación
denotaban un espíritu liberal y transgresor para su época.
Incluso Bolívar aludió en sus cartas que su maestro enseñaba divirtiéndose, intentando romper las
viejas costumbres derivadas del colonialismo español.
En su célebre obra Sociedades Americanas, Rodríguez destacó la importancia que cada república
independiente debía darle a la originalidad en sus modelos e instituciones.
Ávido lector y amante de la libertad, su carácter impactaría en Bolívar años más tarde de su primer
encuentro, puesto que Simón era solo un niño y su familia lo envió, durante la adolescencia, a
Europa para que aprendiera de bellas artes y buenas costumbres, como era común en un joven de
su posición.
Viajaron por Francia e Italia, presenciaron la coronación de Napoleón Bonaparte como rey de Italia
y subieron juntos al Monte Sacro, en Roma, donde Simón Bolívar recitó su célebre juramento por la
Independencia de América.
La influencia de Rodríguez como mentor y afecto de Bolívar, sería descrita por el Libertador en una
epístola en el año 1824:
“Usted formó mi corazón para la libertad, para la justicia, para lo grande, para lo hermoso. Yo he
seguido el sendero que usted me señaló. Usted fue mi piloto, aunque sentado sobre una de las
playas de Europa. No puede usted figurarse cuán hondamente se han grabado en mi corazón las
lecciones que usted me ha dado, no he podido jamás borrar siquiera una coma de las grandes
sentencias que usted me ha regalado” (Rumazo González, 2005).
8- Andrés Bello
Andrés Bello fue uno de los humanistas y educadores más importantes de toda la historia de
Venezuela y América Latina. Sus aportes sirvieron como marco de referencia para empezar a
definir la civilización Hispanoamérica.
Su trabajo dio origen al Código Civil; su crítica fue importante en el proceso independista; promovió
la creación de instituciones educativas y medios de comunicación; aportó grandes obras a la
literatura y al estudio de las primeras letras, entre otras hazañas de una vida dedicada durante más
de 7 décadas al humanismo.
Sin embargo, como maestro de Bolívar, tuvo una corta influencia durante su juventud,
impartiéndole clases particulares de Geografía y Literatura.
Años más tarde, se encontraron en Europa y juntos conformaron la expedición diplomática hacia
Londres para buscar financiamiento inglés para la causa independista (Lynch, 2006).
Bolívar zarpó a Madrid con tan solo 15 años de edad. Fue recibido en la cómoda casa del Marqués
de Ustáriz, su protector y maestro durante la estancia en la capital española.
Según algunos historiadores, Ustáriz fue una de las personalidades más importantes en la vida y
formación de Bolívar, a pesar de que la historiografía se enfoque en la influencia de Rodríguez y
Bello.
Algunas cartas de Bolívar certifican que, en Madrid, Bolívar aprendió de equitación, baile y
esgrima, mientras profundizaba en sus lecturas de filósofos ilustrados, clásicos de la antigüedad,
historiadores, oradores y poetas, incluyendo los clásicos modernos, para la época, de España,
Francia, Italia y Gran Bretaña.
También el marqués apoyó a Bolívar durante el cortejo y matrimonio con la joven María Teresa Del
Toro (Cardozo Uzcátegui, 2011).
Alexander von Humboldt fue científico y naturalista alemán de gran influencia para la humanidad,
debido a que su carácter e ideas resaltaban frente a los ideales comunes de su tiempo.
Conoció a Bolívar durante su estancia en París y establecieron, desde entonces, un lazo que
llenaría de sentido muchas inquietudes del Libertador de América y forjaría también una amistad
que se prolongó hasta la muerte de Bolívar, en 1830 (Rippy & Brann, 1947).
En Humboldt, Bolívar encontró un igual ante sus opiniones sobre la naturaleza y las naciones.
Junto a él nutrió su pensamiento de profundo humanismo, cosmovisión, respeto y conciencia
naturalista.
Para Humboldt, Bolívar representaba todo el potencial que América significaba. Por ello, dedicó
varios años de estudio a la naturaleza del Nuevo Mundo. Bolívar le reconoció cada descubrimiento
como una hazaña que había dado más al continente que cualquier otro conquistador (Revista
Madre Tierra, 2014).
Cuando era pequeño, Bolívar inició su educación como un niño de su posición, a través de tutores
particulares que ya habían instruido a sus hermanos mayores.
Sin embargo, tras la muerte de su madre a los 9 años, la tutela de Simón pasa a manos de su
abuelo Feliciano. Al poco tiempo, este también murió y quedó bajo la tutela de su tío Carlos, el cual
se reconocía como un hombre avaro que quería quedarse con la inmensa fortuna del niño Simón
(Sherwell, 2005).
Carlos inscribió a Bolívar en la Escuela Pública del Cabildo de Caracas. Allí su experiencia
educativa fue muy pobre y floja, no solo a su rebeldía, sino a que el recinto tenía numerosos
problemas de organización y recursos que impedían un óptimo servicio.
Por reclamo de una de sus hermanas, retiraron al niño de dicha institución y, desde entonces, su
educación adquiriría un carácter informal y liberal de la mano de influyentes maestros y tutores.
Se formaría con libros y documentos profundos de John Locke, Thomas Hobbes, Voltaire,
Rousseau, Montesquieu, entre otros (Straussmann Masur, 2016). Su formación se complementó
con viajes a Europa e, incluso clases de idiomas modernos, esgrima, danza y equitación.
Referencias
FRAY FRANCISCO DE ANDUJAR PEDRO PALACIOS Y SOJO