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En Puerto Rico surge como consecuencia a los cambios económicos, políticos, sociales y al huracán San
Ciriaco.
En el siglo XIX se comienza a dar servicio de bienestar social de una contribución adinerada de personas.
1899 Se establece junta de caridad para distribuir alimento a las personas necesitadas con la ley
orgánica que se crea el primer capítulo de la Cruz Roja Americana con el propósito de prestar servicio a
la familia de los militares afectados por la primera guerra mundial.
1923 Cruz Roja ofrece talleres académicos en la universidad de Puerto Rico bajo la iniciativa de Beatriz
Lazalles.
1923-1931 Se establece las bases para el trabajo social como profesión en Puerto Rico.
1928 Surge las segundas unidades escolares rurales del departamento de educación a consecuencia
económica.
1935 Surge la asociación insular se empezara a formar lo que hoy llaman colegio de trabajo social.
1941 Se establece la ley 41 regula la practica en Puerto Rico y que se convirtiera en pionera en legislar
en la reglamentación del trabajo social colegiación compulsoria.
1942 Segunda guerra mundial se nombra el comité de trabajo social en defensa nacional tenia propósito
labor preventivo con el fin de enfrentar los efectos de la guerra y ayudar a la primera dama del
gobernador.
1943 Se crea la primera plaza en una institución privada se llama casa de convalecencia en Guaynabo.
1956 Queda establecida como profesión del trabajo social en Puerto Rico.
En 1903 la COS funda la London School of Sociology para institucionalizar el plan de formación que
desde sus comienzos tenía estipulado.
El plan de la COS fue seguido en otras ciudades grandes de Inglaterra y Escocia y nueve años más tarde
llega a Estados Unidos, donde se organiza en 1877 la primera sociedad de este tipo.
La necesidad de preparación especial para el TS fue propuesto por primera vez por Anna L. Dawes en
Massachussets en 1893. Mary Richmond en 1897 formuló el plan para el establecimiento de la Escuela
de Instrucción para la Filantropía Aplicada., que organizó los primeros cursos de TS en Nueva York en
1898.
Cofundador de la COS. Fue nombrado secretario en 1875 y permaneció en el cargo durante 38 años. Fue
una persona influyente en la sociedad inglesa.
Hombre religioso, pero fundamentalmente humanista, proyectó sus principios sobre la COS:
Principio de autoayuda
Caridad no ligada a ninguna religión concreta.
Beatrice Webb:
Militó en la COS en 1883 con un espíritu crítico. Las pautas de la COS eran insuficientes para atender la
miseria que imperaba a finales del s. XIX.
Junto a Booth lleva a cabo un estudio genérico de las condiciones de vida de los barrios londinenses, al
que acompaña otro estudio más concreto acerca de las condiciones laborales de quienes trabajan en el
sector de la confección pero en sus propios domicilios.
Este matrimonio creó en 1894 el “Movimiento de los Establecimientos” donde jóvenes graduados en
Oxford y en Cambridge pudieran ejercer su influencia personal, consagrando sus vidas a actividades
comunitarias. Posteriormente se denominaron trabajo social con grupos u organización de la
comunidad.
Su contribución radica en las ideas que aportó al campo de la teoría y de la práctica del TS con grupos: la
personalidad de una persona ser robustecería mejor dentro de un grupo por la interacción positiva de
sus miembros, ya que se dotan a sí mismos de un fin y de unas normas de funcionamiento.
Primeros triunfos: Bajo la influencia de una serie de hombres cristianos se promulgan las primeras leyes
sociales, que pretenden abolir el trabajo de niños y mujeres.
En 1853 en Alemania.
El sindicalismo lucha por la jornada de 8 horas, pero la multiplicidad de organizaciones obreras retrasa el
proceso de unificación, que no se realizará hasta 1880-1890.
A partir de este momento los sindicatos cristianos (de ideología liberal) se ponen en contra de los
sindicatos revolucionarios, socialistas o anarquistas.
Con el Papa León XIII evoluciona la actitud de la Iglesia ante el temor de la descristianización en el medio
urbano.
La socialdemocracia alemana abre el camino a un socialismo democrático que se adapta a las normas
legales del Estado. A partir de ahora es habitual en toda Europa del norte la alianza del movimiento
obrero y elementos de las clases medias, e incluso de una parte de la burguesía liberal.
El desarrollo del trabajo social a nivel mundial se transporta en el tiempo casi que al inicio de la
civilización. El trabajo social se da a raíz de un interés en común que es el de solucionar una necesidad
que se tiene en común o que se ve reflejada en otro al cual se desea ayudar. En el tiempo más antiguo,
más específicamente en la era a.C se ve marcada por los principios religiosos ya que estos tienen como
principio ayudar al prójimo, hacer el bien.
En general estas tienen en común que al actuar de esa manera, contribuyen a mi crecimiento personal y
espiritual, ejemplos de esto son el budismo y el islam.
Empezando la era actual hay un gran ejemplo de los principios del trabajo con la sociedad y es el
Sistema Alimenticio de Nerva (96-98 d.C) en el cual es emperador de Roma Marco nerva que establece
un sistema en el que pretende ayudar a los más necesitados y asegurar la nutrición de los niños.
En el siglo XVI se empieza un trabajo con fuerza en cuanto a la caridad, empiezan movimientos con las
damas de la caridad fundado por Vicente de Paul en 1617 en Francia. Más adelante Federico de Ozaman
organiza en 1833 una conferencia de caridad más adelante junto con la sociedad de san Vicente de Paul
para socorrer materialmente a indigentes y solucionar los problemas.
En la primera mitad del Siglo XX se creó la primera escuela del Trabajo Social en Latinoamérica en
Santiago de Chile, por el Doctor Alejandro del Río, de formación profesional en medicina en el año de
1925; en Puerto Rico se creó en el año de 1934; en Argentina, se fundó la primera escuela en 1940, en
Ecuador en 1945, en Venezuela en 1956; en 1966 se crea la primera escuela de Servicio Social en
República Dominicana.
Otro aspecto importante, tiene que ver con la formación profesional, en Latinoamérica, y en sus inicios
currículos en los que se incluían materias de medicina, derecho y una gran mayoría de materias de tipo
práctico, como los son la economía del hogar, los primeros auxilios, nutrición, entre otras, esto, con el
objetivo de dotar a los estudiantes de conocimientos que les permitieran atender diversas
problemáticas, así como ofrecer conocimientos en artes y oficios dentro de la práctica de trabajo social
con grupos, para que estas habilidades pudieran utilizarse en la generación de ingresos de los
participantes.
Es a partir de 1950 que se incluye en el currículo de las diferentes universidades, la cátedra de servicio
social de grupo, esta fue una inclusión lenta y gradual que se extendió por las diferentes escuelas de
Trabajo Social de Latinoamérica, después de ser propuesta en el Primer Congreso Latinoamericano de
Trabajo Social, celebrado en Chile en el año de 1945.
La formación profesional en Latinoamérica ha sido menos fragmentada, porque en los currículos de las
universidades se han incluido los tres métodos del Trabajo Social, Caso, Grupo y Comunidad, lo que
genera una intervención integral y una complementariedad entre estos al momento de interactuar con
los sujetos y sus realidades. Pero es necesario aclarar que esto no siempre fue así- En la década de los
70s, incluso en los 80s se retiró de los pensum de Trabajo Social de las universidades los cursos de
Trabajo Social de Caso y Grupo, por razones políticas. Porque, se consideraba que estos métodos no
respondían a las necesidades latinoamericanas. Se privilegió la producción académica y la enseñanza del
método de Trabajo Social Comunitario.
En América Latina las primeras residencias se generaron en las primeras décadas del s. XX, los cuales han
recibido diferentes nombres desde su creación como lo son, las residencias sociales y los centros
comunitarios. Los servicios de estos centros van dirigidos a los niños, a las niñas, a las y los jóvenes, a la
población adulta y a la familia.
En estos centros comunitarios las y los Trabajadores Sociales son los que han tenido mayor presencia,
estos guían su participación a través de los métodos de Trabajo Social con individuos, el comunitario y el
de grupos en la prestación de los servicios.
Por otra parte, las experiencias de las dictaduras en algunos países Latinoamericanos, determinaron la
erradicación de los grupos por considerarlos una amenaza para el régimen, lo que originó la extinción de
los grupos.
Para terminar, Brasil ha sido una gran influencia con el Trabajo Social Crítico, la cual aporta a la
pedagogía social. Este país cuenta con grandes representantes como José Paulo Neto, Marilda Villela
Lamamoto, entre otros.
De otro lado, el Trabajo Social en América Latina ha estado influenciado directamente por el de Estados
Unidos y el de Europa, lo que llevó entre muchas otras cosas del contexto a que en 1965 se conformara
el Movimiento de la Re conceptualización, impulsado por la inconformidad con el modelo imperante de
Estados Unidos, del cual hacía parte el Servicio Social; en este movimiento de la re conceptualización se
cuestionó, se revisó y se buscaron alternativas de transformación de la realidad del contexto
Latinoamericano.
La historia del Trabajo social en Colombia, se puede dividir en tres grandes períodos: la Pre re
conceptualización, la Re conceptualización y la pos-re conceptualización. Es una hipótesis que obedece a
la lógica sencilla de ordenar la descripción en torno de un evento crucial que establece un antes y un
después. Para el caso del Trabajo Social en Colombia, ese acontecimiento fue la re conceptualización, es
decir, un empeño académico orientado por el ideario marxista que intentó construir un Trabajo Social
nuevo que ya no obedeciera a la lógica del capital sino a la emancipación socialista.
El surgimiento del Trabajo Social en Colombia hizo parte del interés político expansionista de la Iglesia
Católica Romana que para la época buscaba contrarrestar la influencia del ideario marxista y el avance
de la lucha socialista. Con tales fines desplegó al menos tres frentes que fueron: la evangelización
doctrinaria a través de la prédica parroquial y la acción misionera, la organización de relaciones de
ayuda o Bienestar Social como la Asistencia Social informada por la ética caritativa o una modalidad de
la Autogestión denominada “Obrerismo” basada en la Doctrina Social de la Iglesia y un frente académico
centrado en la discusión filosófico teológica dentro del cual se originó la Unión Católica Internacional de
Servicio Social fundada en Bruselas en 1925. La UCISS tenía como propósitos estudiar a la luz de los
principios católicos, las cuestiones científicas y prácticas del Servicio Social, desarrollar el Servicio Social
con el objeto de contribuir a la realización de un orden social en el mundo moderno, promover la
creación de escuelas de Servicio Social y de grupos católicos de acción social en diversos países
promoviendo sus relaciones mutuas y representar en el terreno internacional oficial o privado el punto
de vista católico en lo que concierne al Servicio Social. (Martínez y otros, 1981).
Doña María Carulla interpretó con mucha claridad el sentimiento católico que impulsó el surgimiento de
los primeros programas de Trabajo Social. Decía en una entrevista realizada en abril de 1975: “La
situación de Colombia es bastante confusa. La población pasó de un plano de servilismo a uno ya
industrializado, pero los trabajadores desconocen sus derechos y sobre todo falta un gran sentimiento
de caridad cristiana en las relaciones humanas. Las encíclicas papales si bien son conocidas aún no han
sido encarnadas, todo lo cual crea un clima propicio a las ideas anarquistas y comunistas por lo cual es
necesario que la iglesia tome conciencia para inducir a las gentes sencillas a responder al momento
histórico” (Martínez y otros, 1981)
Es probable que doña María se refiriera a los agudos conflictos de clase que se expresaron bajo la forma
de grandes huelgas sindicales surgidas en los enclaves capitalistas de las compañías bananeras y
petroleras norteamericanas durante la década de los años veinte.
1.3.2 Desarrollo
En Colombia el desarrollo del trabajo Social comenzó con la Escuela de Trabajo Social fundada en Bogotá
en 1936, empieza a funcionar en 1937 y es reconocida por el gobierno hasta 1940. Este es su inicio en
cuanto a la educación Superior, compuesto por 20 estudiantes y se llamo “Escuela de Servicio Social del
Colegio Mayor”. Adicionalmente su desarrollo en nuestro país podría verse en dos momentos
importantes:
a- 1930-1945 :
b- 1946-1956:
CAPITULO 2
A lo largo de la historia, tres han sido los campos en los que se ha especializado el Trabajo Social:
individuos/familias, grupos y comunidades. La teoría en cada uno de estos agentes de acción admite una
forma definida de intervenir en el individuo pero siempre, ensamblado en un contexto social
determinado. La práctica de nuestra profesión se apoya en la teoría, la cual promueve e impulsa la
acción para promover el cambio social. La teoría permite organizar y comprender nuestros
pensamientos, reflexionar sobre las distintas posibilidades de acción, y posibilita atender lo individual
desde lo colectivo.
Según Mary Richmond comienza a ser relevante para el Trabajo Social en 1889, cuando toma contacto
con las sociedades organizadas de la caridad. Realiza un diagnóstico en función de los datos obtenidos
de su experiencia de Trabajadora Social.
Su diagnóstico Social, explica el método del proceso que se debe seguir para hacer un buen diagnóstico
de los problemas sociales de los clientes. Los principales pasos en la metodología del Trabajo Social de
casos son los siguientes:
Evidencia social: Consiste en cada uno y todos los hechos, como historia personal o familiar, que
tomados todos juntos, indican la naturaleza de las dificultades sociales de un determinado cliente y los
medios para su solución.
Procesos del diagnóstico: Es la interpretación o el intento de una definición de las dificultades sociales
del cliente:
Variación de los procesos: Hace referencia a todos aquellos hechos que pueden introducir modificaciones
en el diagnóstico. Es el control y la revisión del proceso según un cuestionario del control, comprueba y
observa lo anterior.
Para concluir, en el método de casos dentro del Trabajo Social se hace importante seguir los pasos para
llegar a una buena intervención de los sujetos que solicitan la ayuda de un profesional.
Esta destacada educadora de trabajo social en la década de los 50 define al método de caso como: " Un
proceso utilizado por ciertas agencias de bienestar humano para ayudar a los individuos a enfrentarse
más efectivamente a sus problemas en funcionamiento social"
Algunos aspectos básicos que constituyen el núcleo del trabajo social de caso:
LA PERSONA: Es aquel individuo que tiene la necesidad en el área socio emocional a quien también se le
conoce como cliente.
El método grupal tiene su inicio en las formas de trabajo social organizado por la Iglesia que ofrecía
distintos tipos de actividades. Se comienza a pensar que tienen que solucionar los problemas desde
centros. El inicio también está en las clases obreras, y en sus luchas, cuya solución fue “lucha como
grupo”.
El Trabajo Social con Grupos presenta un objeto de estudio, ámbito de actuación y metodología propias,
así como un presupuesto metodológico: la ciudadanía democrática no se basa en la buena voluntad de
quienes diseñan las dinámicas de grupo sino en el rigor metodológico de una disciplina científica.
2.2.1 Principios y Fases Del TSG
Señala que el Trabajo Social de grupos es una intervención que se da en un conjunto de personas, que
con su propósito intenta el crecimiento individual del grupo y a través del grupo. El desarrollo del grupo
hace tareas específicas que además debe tener en reflejo para su medio social; NO solo en un grupo,
sino también fuera. Dice que quien trabaja con los grupos debe dominar las técnicas grupales y debe
tener habilidades interacionales, de relación, y hace referencia a una relación que le permite actuar con
los otros
Abre camino en las sociedades contemporáneas como método de intervención social ya que, a través de
la interacción de sus miembros se dotan de identidad y conciencia. Nuestra identidad se configura a
través de la relación con los otros, a través de interacciones, somos animales sociales. El individuo no
toma por sí mismo las decisiones sino a través de la influencia de la sociedad. Por ejemplo, el fenómeno
de la exclusión social no puede ser interpretado de forma individual sino que se debe analizar las
dimensiones estructurales que influyen en la progresiva desvinculación social de los individuos. A pesar
del carácter individualista del mercado y de los postulados neoliberales, es necesario aislar al individuo
de culpabilidad e insertarlo en contextos sociales partiendo del carácter relacional del ser humano, en
donde cobran vida los vínculos sociales tan necesarios para el devenir biológico de las especies. No todo
puede estar marcado por la dependencia racional económica.
Grupos Primarios: Caracterizado por una asociación y cooperación intima, cara a Cara, son primarios en
muchos sentidos pero sobre todo por el Hecho que son fundamentales para formar la naturaleza social.
Grupos Secundarios: El grupo secundario, esta caracterizado por una relación funcional en base a un
interés especifico, que al perderse o terminarse lleva a la disolución, su duración es breve, suelen ser
formales y caracterizan a la sociedad moderna.
Grupos Abiertos: Llamamos abierto al grupo flexible que permite el ingreso y salida de los miembros,
esto último ya sea abandonar el grupo o actividad definitivamente o para pasar a otro en el que se
pueda ingresar más fácil.
Grupos Cerrados: Grupo cerrado es aquel que pone resistencia al cambio de participantes, no deseando
recibir nuevos miembros para conservar prestigio y por poder o por temor a cambios (común
en adolescentes) .En algunos, se establecen normas para la admisión (pandilla), y en otros el egreso está
funcionando (grupo delincuente).
Grupos Homogéneos: Son aquellos en que los miembros tienen características en común, en cuanto a la
edad, sexo, nivel socioeconómico etc.
Grupos Heterogéneos: La heterogeneidad en un grupo es cuando hay diversas desigualdades entre los
miembros que lo conforman. Puede ser en la edad, el sexo, situación económica etc.
Grupos Organizados: Llamamos así a aquellos grupos en donde existe una división de trabajo que
encamina una meta productiva, en los que se establecen juntas en las cuales se delegan posiciones y
roles determinados, asumiendo que cada miembro es parte solidaria de la estructura y donde el líder, el
jefe y/o los orientadores son el personal más capacitado.
Grupos Desorganizados: Cada uno asume roles independientes con el otro, no existiendo división del
trabajo, es permisivo y por lo tanto es escasamente productivo.
Grupos Formales: Los grupos formales elaboran formas compartidas con respecto a objetos materiales,
a los miembros, a la comunidad, y a la institución. En algunos grupos esas normas están determinadas
antes del ingreso de los miembros. Los roles están prescritos la seguridad está dada por reglamentos.
Grupos Informales: Cada miembro actúa como desea y con libertad, pueden producirse desajustes y
tensiones en los miembros que no son capaces de cumplir con la conducta exigida; frustra al no permitir
expresión.
A. ETAPAS:
I. Formación.
El proceso comienza con la motivación para formarlo, esta derivado para formar el grupo porque trabaja
con el método, es decir, la gente tiene confianza en él y está seguro de sí mismo como persona y
profesional.
II. Conflicto.
Ningún grupo puede ser tan armonioso, pues entonces no podríamos hablar de proceso y estructura a la
vez al acumular las tensiones no olvidadas o solo parcialmente olvidadas; en vez de permitir el ajuste de
las condiciones cambiantes, conduce a la rigidez de la estructura y crea posibilidades de una explosión
catastrófica.
III. Organización
El grupo cerrado tiende a cerrarse, consolidando su unidad, esto, si bien es positivo implica un riesgo de
crear barreras en la comunicación.
IV. Integración
Se dice que el grupo está integrado o cohesionado, cuando hay diferentes estructuras parciales, o roles
que se hallan suficientemente ajustados entre sí. El grupo funciona como una unidad. Las relaciones
interpersonales son primarias o próximas a serlo. El grupo ha llegado a la madurez, existen pocos
cambios y el liderazgo está repartido entre todos sus miembros.
B. ESTRUCTURAS:
Las partes determinadas, las que integran ese todo unidas dentro de una red de interacción se llaman
roles.
La estabilidad en una estructura estará dada por la unión de los roles que la integran ya que un cambio
obliga a los diferentes elementos a reubicarse, modificarse o coordinarse con las nuevas variables
ofrecidas.
1) Estructura Autocrática
Es una estructura autocrática cuando un miembro (líder) actúa como jefe tomando decisiones en
nombre del grupo en base de sus propios intereses o necesidades personales. Entre sus principales
características están:
2) Estructura Paternalista
Es el grupo caracterizado por un líder que toma decisiones para el bien del grupo, tal como en las
interpreta. Como estructura grupal se da con gran frecuencia en nuestra sociedad, en la familia, la
parroquia, la escuela etc. Las características más sobresalientes del líder del grupo son:
Surge del individualismo característico de una sociedad en transición, confundiéndose muchas veces su
estructura con la democrática en el sentido de la absoluta libertad. Este concepto es totalmente
equivoco pues el hacer cada uno lo que desea solo conduce a la desorganización.
4) Estructura Participativa
Los miembros actúan en conjunto para lograr la integración. El líder trabaja inicialmente con el grupo,
pero distribuyendo funciones hasta que estas son asumidas por todos. Se caracteriza porque:
La comunicación es abierta
Existe consenso en la toma de decisiones
Es flexible permitiendo la introducción del cambio
Tiene alto nivel de productividad
En el transcurso del siglo XIX (hacia 1880) en Inglaterra, a raíz de la expansión del industrialismo y del
proceso acelerado de urbanización, se crean centros sociales para preservar los “valores humanos y
espirituales” apuntando a la integración social en pos de mejorar las condiciones sociales. Esta
experiencia se hace extensiva a EE.UU.
En 1925 en la “Conferencia Nacional de Trabajo Social” se plantea el trabajo comunitario como “la forma
de ayudar a un grupo de personas a reconocer sus necesidades comunes y a resolver esas necesidades.”
Este esquema es tomado como estrategia política colonialista después de la Segunda Guerra Mundial,
aplicándose en países asiáticos y africanos.
El método de organización de la comunidad tiene como objetivo introducir cambios planificados en una
comunidad en pos de mejorar los niveles de vida pero sin perseguir transformaciones estructurales en la
organización política y social.
Para dar cuenta de la concepción de “comunidad” en este contexto socio- histórico tomamos como
representativa la definición dada por Ezequiel Ander Egg: “Comunidad es un grupo territorial de
personas con relaciones recíprocas, que se sirven de medios comunes para lograr fines comunes.”
En lo expresado hasta aquí, la comunidad se subordina a una especie de limitación geográfica. El hábitat
en común es el principal factor de unidad del grupo, de tal manera que si sus miembros tuvieran que
dejarlo, la vida comunitaria se desintegraría.
En este breve recorrido histórico, se destacan postulados que están presentes en la concepción de
comunidad y en la forma de intervenir en ella. Así encontramos como componentes comunes:
Una comunidad es una agrupación o conjunto de personas que habitan un espacio geográfico
delimitado y delimitable, cuyos miembros tienen conciencia de pertenencia o de identificación con
algún símbolo local y que interaccionan entre sí más intensamente que en otro contexto, operando en
redes de comunicación, interés y apoyo mutuo, con el propósito de alcanzar determinados objetivos,
satisfacer necesidades, resolver problemas o desempeñar funciones sociales relevantes a nivel local.
El término comunidad es uno de los conceptos más utilizados en las ciencias sociales, haciendo
referencia a realidades muy diversas. En su aceptación originaria el término “comunidad” hacía
referencia a un ámbito espacial de dimensiones relativamente reducidas y en su sentido lato la palabras
denota la cualidad de común, o bien, la posesión de alguna cosa en común, se trata de algo compartido,
según sea lo que se comparte habrá diferentes alcances del vocablo.
Hay una larga tradición de ayuda mutua y de acción comunitaria que existe desde que existe la
humanidad, desde la familia. La tribu, las comunidades religiosas, las mutuales de gremios hasta llegar al
estado asistencial y de bienestar. Hace 50 años que el desarrollo de la comunidad está promovida por
los gobiernos dando un enfoque científico tecnológico a las formas naturales de solidaridad de las
comunidades que se hace cada vez mas impersonales, complejas y externas.
2) Organización y desarrollo de la comunidad
La organización de la comunidad surgió dentro de la profesión del social work y su principal evolución
fue en los Estados Unidos. El desarrollo de la comunidad surge después en África y Asia donde nace y se
desarrolla expandiéndose después a América Latina y Europa. El término desarrollo de la comunidad se
emplea para describir los esfuerzos para ayudar a las comunidades de los países menos desarrollados y
el término organización comunitaria para planificar los servicios de bienestar de las comunidades de los
países industrializados (Murray Ross)
3) Organización de la Comunidad.
Nace como método del trabajo social en Estados Unidos y sus antecedentes se dieron a conocer en
determinadas actividades de la COS (Charity Organizatión Societies)
Lindeman en 1920 fue uno de los primeros en utilizar el término organización de la comunidad para
designar la “fase de organización de la comunidad para controlar sus problemas y lograr mejores
servicios de las instituciones”.
Pettit en 1925 hace referencia de la organización de la comunidad como “forma de ayuda social a un
grupo de personas a reconocer y resolver sus necesidades comunes”.
4) El desarrollo de la Comunidad
Su enfoque va ligado a las Zonas rurales en países subdesarrollados, es un método de acción social y
programa especifico que nace de un contexto y circunstancia muy diferente de la organización de la
comunidad. Aquí es importante la presencia de expertos de estados unidos en las Naciones Unidas
(Organización que tuvo gran protagonismo en estos programas), no es extraño encontrar trasvase
conceptual/metodológico del método de organización de la comunidad, existiendo algunas
concordancias en cuanto a principios operativos y métodos de actuación.
El pecado original del desarrollo de la comunidad. La expresión “desarrollo de la comunidad” fue puesta
en circulación por la oficina de colonias Británicas, para designar el programa de acción social. Según el
Colonial Office, era un movimiento de promoción que debía iniciarse para preparar su emancipación. Las
acciones programadas tenían como objetivo educacionales: alfabetización, capacitación laboral etc.;
destinado a mejorar el trabajo de las industrias, estos proyectos eran acciones encaminadas a
introyectar en los colonizados los valores del sistema imperial para funciones de acuerdo a las pautas y
valores. Los profesionales del pensamiento progresista y comprometido con los sectores populares
pusieron resistencia al desarrollo comunitario.
El desarrollo de la comunidad como instrumento del proceso social en los primeros años de iniciación se
denominaron centros comunales y proyectos específicos: -Mejora materiales –organización de Servicios
– acción comunal. Las Naciones Unidas desarrollo un informe titulado “el progreso social mediante el
desarrollo de la comunidad” el cual indica que la política que se encuentra en etapa de formulación y
experimentación, destinado a crear condiciones de progreso económico y social a la comunidad. Este
documento además hace un balance distinguiendo 6 tipos:
1. Realización de obras: el caso de Grecia, a través del programa de bienestar social mediante el empleo.
4. Acción comunitaria a través de sociedades y consejos rurales: Ceilán (sociedad de fomento rural) y
Jamaica (Comisión bienestar social).
La carta magna del desarrollo de la comunidad en 1956 grupos de expertos de Naciones Unidas
sistematiza las diferentes experiencias y produce un documento “desarrollo de la comunidad y servicios
conexos” explica el significado y aplicación de esta técnica social. Considerado este documento como la
“Carta Magna del desarrollo de la comunidad” cuya definición por muchos años llego a ser clásica dando
a entender que el desarrollo de la comunidad se incorporo para designar aquellos procesos donde los
esfuerzos de una población se suman a los de su gobierno para mejorar las condiciones económicas,
sociales y culturales de las comunidades, integrar la vida del país y permitirles contribuir progreso
nacional. En este documento se mencionan principales servicio técnicos:
La consolidación de los programas e acción comunal. A comienzos de los años 70 los programas de
desarrollo de la comunidad parecen estar consolidados. 35 países llevan a cabo este programa y más
tarde otros 30 también lo inician. En 1960 las Naciones Unidas proporcionaban 22 expertos a 13 países;
en 1966 serán 71 expertos en 31 países. En diciembre de 1961 la Asamblea General de las Naciones
Unidas designa “el decenio de las naciones unidas para el desarrollo” Resolución 1710 (XVI) la secretaria
general de la ONU redacta propuestas para un programa de acción, se sugieren 3 propuestas:
1) Mejoramientos de estos programas y su implantación en otros países
2) Mayor atención a la economía del desarrollo de la comunidad.
3) Identificación intima del desarrollo de la comunidad con órganos de administración local.
Los proyectos comunitarios se deben inscribir en las estrategias de desarrollo territorial planificadas por
los gobiernos municipales, además son promovidos e impulsados por instituciones con presencia en lo
local como son: El Ministerio de Cultura, Ministerio de Educación, Ministerio de Salud Pública, Ministerio
de la Agricultura , Planificación Física , INDER, entre otros; así como organizaciones no gubernamentales,
asociaciones y organizaciones religiosas.
María del Carmen Caño lo define como” el proceso de transformación de las condiciones económicas,
sociales y culturales y de las relaciones sociales de los espacios locales, mediante el desarrollo de una
cultura y un estilo participativo que involucre la acción integrada de la mayor diversidad de los actores
sociales, en la generación de los procesos de cambio encaminados al mejoramiento de la calidad de
vida”
En el proyecto de programa de trabajo comunitario integrado se plantea: “El problema cardinal del
trabajo comunitario podría ser definido en término de cómo articular de manera coherente los
diferentes factores existentes en función de dinamizar las potencialidades de la comunidad encaminada
al logro progresivo de su auto gobierno.
Teniendo esto como fundamento es lo que nos permite entender el trabajo comunitario como
movimiento de masas, como el modo de articular coherentemente los diferentes actores en función de
promover su participación y dinamizar las potencialidades de la comunidad, lo que implica tener en
cuenta las múltiples formas de organización de la sociedad independientemente de su régimen social,
desde las instituciones y organizaciones, pasando por la familia y otros grupos formales e informales,
hasta el sujeto particular que incorpora en sí todas las relaciones vinculares descritas anteriormente.
Autogenerado
Multidireccional
Integrador
Participativo
Plural
Permanente
El trabajo comunitario, aunque se ha avanzado mucho, a veces es fragmentado pues falta integración de
los factores y agentes de cambio, pues cada uno lo realiza desde su punto de vista y sus intereses
institucionales. Coexisten en ocasiones una multiplicidad de programas institucionales que actúan
simultáneamente, pero sin un proceso de integración y articulación de sus objetivos, con carácter poco
diferenciado entre sí y con respecto a las especificidades de cada comunidad, todo lo cual provoca el
solapamiento en ocasiones choque de acciones, programas, proyectos lo que provoca además reducción
de su efectividad y su eficiencia.
En los diagnósticos se omiten aspectos importantes como la memoria histórica, las tradiciones,
costumbres, saber popular o estados de las estructuras sociales concretas.
Otra cuestión a destacar es la ausencia de una carrera universitaria que prepare a profesionales para el
trabajo comunitario específicamente, aunque se han dado pasos de avances con la formación de los
trabajadores sociales de nuevo tipo y con la apertura de la carrera de Licenciatura en Estudios
Socioculturales.
Existen muchos especialistas que coinciden en el hecho de que si se coordinaran e integraran las
acciones para el desarrollo del trabajo comunitario, así como para la gestión y planificación de proyectos
de desarrollo local se obtendrían mejores resultados.
En este sentido algunos autores plantean que: “si en una comunidad no se consigue poner orden en las
diferentes intervenciones y en el uso de los múltiples recursos (tanto humanos, como técnicos y
económicos) es probable que no vaya a haber una intervención comunitaria sino la confusión de
múltiples y parcializadas intervenciones, que impedirán una seria participación de la comunidad”. (M.
Marchioni, 1994).
Teniendo en cuenta estas consideraciones las ventajas de la coordinación en el trabajo comunitario son:
Las prácticas comunitarias dicen por sí solas que existen un conjunto de obstáculos para la coordinación
como son:
CAPITULO 3
Este período se encuentra totalmente orientado hacia la construcción profesional pero admite tres sub-
períodos. Al primero podría llamársele filosófico para denotar la prevalecía que tuvo la discusión ética y
el ideario católico en la conformación del Trabajo Social. El segundo es de transición, pues si bien
continúa el predominio de la racionalidad ética, existe un esfuerzo significativo por darle un sustento
metodológico más consistente a la intervención. Un tercer momento contiene un cambio radical en las
visiones que construían al Trabajo Social pues perdió presencia la dimensión ética y se entronizó el
estudio de las ciencias sociales y humanas y los métodos sistemáticos de intervención.
Se inicia en el año de 1936 con la fundación de la primera escuela de Trabajo Social anexa a la
Universidad Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario. La escuela empezó labores en 1937 y fue
aprobada por el gobierno nacional mediante Resolución 317 de 1940. Tuvo el auspicio de la Unión
Católica Internacional de Servicio Social (UCSIS), la curia de Bogotá y la gestión de doña María Carulla
Soler, trabajadora social bogotana, graduada en la primera promoción de la Escuela de Asistencia Social
de Barcelona España, quien obtuvo de monseñor José Vicente Castro Silva, rector del Colegio Mayor de
Nuestra Señora del Rosario, el patrocinio del claustro universitario para la fundación de la escuela. Los
estatutos fueron firmados en 1935 por el comité directivo en el que figuraban los nombres de monseñor
Castro Silva y los doctores Rafael Escallón, Jorge Cavalier y Tomas Rueda Vargas. Las clases se iniciaron
en abril de 1936 con veinte alumnas matriculadas y un grupo de 10 señoras oyentes interesadas en
obras sociales como Lorencita Villegas de Santos, Elvira Echeverry de Vélez y Emilia de Gutiérrez entre
otras. Como profesores participaron los doctores Jorge Bejarano, Rafael Barberi, Jorge Camacho Gamba,
Enrique Enciso, Héctor Pedraza, Hernán Vergara, Rafael Escallón, Carlos Holguín, Guillermo Nanetti, Olga
Lucía Reyes, y Francisco de Abrisqueta y los monseñores Ernesto Solano y Carlos Romero, este último
también capellán del plantel. Después de veinte años de labores durante los cuales graduó 95
trabajadores sociales la escuela clausuró sus actividades. (Federación, 1983).
En síntesis se podría afirmarse que en este sub-período el Trabajo Social se concibe únicamente como
profesión, es decir, una forma de intervención social centrada en lo domestico con una orientación
ético-católica explicita.
Este período se inicia con un hecho de gran significación. Se trata del decreto gubernamental 1572 del 1
de julio de 1952 del Ministerio de Educación Nacional, que reglamenta la Ley 25 del 27 de Octubre de
1948 sobre escuelas de Servicio Social, en el cual se establecen orientaciones académicas universales
para la formación de trabajadores sociales. De tal decreto se destacan el artículo 1° que define el
carácter de las escuelas de Servicio Social, el 4° en el cual se establece que todas las escuelas de Servicio
Social existentes en el país, cualquiera que sea la entidad de la que dependan, someterán su plan de
estudios y organización a la supervisión de los ministerios de Educación e Higiene, y el 6° que define un
plan de estudios general de tres años.
En el plan de estudios básico de 1952, la profesión, es decir, el énfasis conferido a la intervención social,
continúa dominada por la educación ética explícita a través de dos áreas. La de Filosofía Social, contenía
el curso de Doctrinas sociales, Doctrina social católica, Economía Social, Sociología y Antropología, con
un total de 180 horas. La de Formación religiosa y moral tenía 216 horas, intensidad equivalente a la
Derecho y legislación, y un poco mayor que la correspondiente a Medicina social. Las asignaturas fueron
Moral General, Moral Familiar, Ética Profesional, con 36 horas cada una y Cultura Religiosa con 108
horas, es decir, tres veces más de lo programado para cualquiera de las asignaturas del área, cuatro
veces más con respecto a las materias de menor intensidad, y 36 horas por encima de cátedras de gran
importancia como Sociología, Legislación del Trabajo, Higiene Alimentaria, Origen Histórico del Servicio
Social, Caso Social o Estadística e Investigación Social, con 72 horas cada una.
La opción disciplinar no estuvo siquiera intuida. Solo aparece un curso de Investigación Social y
estadística con 72 horas, dentro del área de Servicio Social, es decir, como herramienta auxiliar para el
ejercicio de la profesión.
Este período se inicia con dos acontecimientos de significación académica para el Trabajo Social. El
primero ocurre en 1959 cuando la Asociación de Escuelas de Servicio Social, creada en 1951, y el
Ministerio de Educación Nacional solicitaron a la embajada de los Estados Unidos los servicios de la
doctora Cecilia Bunker, trabajadora social de Puerto Rico, para analizar el pensum. Tal estudio originó
otro plan de estudios básico que empezó a funcionar en 1960 en el Colegio Mayor de Cundinamarca. El
segundo evento sucede en Junio de 1963 cuando se realiza el primer seminario de Facultades y Escuelas
de Servicio Social convocado por la Asociación Colombiana de Universidades, del cual surge otro
pensum básico. En el seminario participaron la Universidad Bolivariana de Medellín, que envió como
delegados a Mercedes Echavarría de Rojas y Martha Ospina; La escuela de Servicio Social de Cali cuyas
delegadas fueron Saray Colman y María Eugenia García, la escuela de Servicio Social de Cartagena,
representada por Josefina Suárez y el R. P. Rubén Castro, la Escuela de Servicio Social de Pamplona
representada por Josefina Muñoz y sor Ligia Melo; la Pontificia Universidad Javeriana, que envió al R. P.
Jorge Betancur, S. J. y a Ruth Pizano de Vela y el Colegio Mayor de Cundinamarca, representado por Ligia
Neira y Magdalena Fernández. Fueron asesoras Alicia Rico de Pinzón, Helena Menderos de González,
Nina Chávez de Santacruz, Martha Godinho y Willard Dodge.
En síntesis, puede afirmarse que durante este período el Trabajo Social continuó entendido como una
profesión, es decir, una forma de intervención social, pero ahora fundamentada en las ciencias sociales y
humanas que por sus exigencias de neutralidad valorativa hicieron invisible lo más propio y fundamental
de la profesión, lo que debe ser plenamente consciente y debatido, esto es, su orientación ética e
intencionalidad política.
Para definir ésta etapa históricamente en el Trabajo Social, Malangón (2012) enfatiza que “la re
conceptualización fue un periodo de crítica y transformación radical de las visiones en que se formaban
los trabajadores sociales”. Tuvo origen en Argentina y Chile a mediados de los sesenta, generando
impacto sobre los inicios de los setenta, donde la ideología marxista fue preponderante. En virtud de lo
anterior Malangón explica que “desde allí se inició un cuestionamiento profundo, apasionado y vertical
del trabajo social; se analizó su articulación en el modo de producción capitalista, el papel ideologizante
de las ciencias sociales” buscando principalmente la determinación de los problemas sociales en las
personas y no en organizaciones sociales capitalistas. Así bien Estrada dice que “este cuestionamiento se
centra en analizar y criticar la formación y la intervención profesional. En ese sentido, se destaca cómo
la ausencia de una formación que se funde en el conocimiento de la relación entre teoría y método para
abordar el estudio de las realidades sociales”.
Ander-Egg, (1986) en el diccionario del trabajo social, define la re conceptualización como un:
“movimiento de cuestionamiento y reformulación del trabajo social que se inicia en América Latina, a
mediados de la década del 60, como consecuencia de la crisis de la profesión. El movimiento de re
conceptualización pretendió cambiar los presupuestos políticos, ideológicos y científicos del trabajo
social, y reformular su metodología y su práctica profesional con el fin de que respondieran a la realidad
social, económica, política y cultural de un continente subdesarrollado y dependiente como es América
Latina. Si bien el movimiento de re conceptualización tuvo desde sus inicios un carácter heterogéneo, y
a veces ambiguo y contradictorio, en sus diferentes tendencias se dio un propósito fundamental:
producir un cambio en el dispositivo conceptual referente al marco teórico vigente hasta ese momento
en la profesión. En un segundo momento apuntó también a producir un cambio en el contenido
ideológico. Estrechamente ligado a ello, implicó, un cambio de perspectiva en cuanto a la
intencionalidad del trabajo o de la acción social realizada desde la profesión... A fines de la década del
70, puede considerase como cerrado el proceso y el movimiento de re conceptualización; éste ya había
perdido su impulso y algunas tendencias se habían diluido en la fantasía de una terminología seudo
científica y seudo revolucionaria. Sin embargo, su saldo final ha sido positivo”
Durante este periodo se inició la indagación en métodos que no tuvieran únicamente en cuenta los tres
escenarios del trabajo social, caso, grupo y comunidad. Por lo tanto Malagón afirma que “la re
conceptualización intentó construir el trabajo social como una profesión revolucionaria. Se presumía
que los trabajadores sociales, sin dejar sus cargos en las organizaciones de bienestar social, podrían
subvertir el sistema desde su interior aprovechando <<las fisuras>> que existieran”
Se tenía como principal fundamento, ocasionar un cambio en cuanto a teoría se refiere en su momento
respecto de la profesión, así como en la intencionalidad de la misma hacia el trabajo social.
Finalmente esta etapa permitió que el Trabajo Social alcanzará un nivel de desarrollo en América Latina,
incluyendo un nuevo orden dentro de la profesión, con base en las ciencias sociales, haciendo uso de las
teorías socio-políticas y económicas de la época.
El trabajo social antes de la re conceptualización era principalmente instrumentalista, esto quiere decir,
que brindaba ayuda más bien asistencial, para opinión de algunos sólo era reproductor del sistema
opresor que imperaba en ese momento. De este modo surgían posturas que analizaban un cambio en el
modo de hacer trabajo social, viendo las instituciones estatales como frentes de lucha en donde el
poder podía provocar el cambio tan anhelado. En este contexto la re conceptualización ayuda a
replantear las relaciones de nuestra profesión con el estado y como estamos utilizando nuestras
técnicas efectivamente en la población.
Durante este período se mira al sujeto individual como principal agente de cambio, por lo tanto si
somos nosotros los que construimos esta sociedad, también seremos capaces de lograr el cambio social.
Por lo tanto, la figura del sujeto surge como garante de intervención en tanto que es él quien puede
contribuir a esta nueva sociedad. Para ello se implementan nuevas formas de trabajo basados en
modelos socioeducativos promocionales con la aspiración de ampliar las bases de participación social
desde las organizaciones populares, mediante el intento de fortalecer la identidad profesional. Esto no
significa que la idea del asistencialismo se erradica completamente, ésta siempre queda como opción de
acuerdo al perfil que queramos crear como profesionales. Por lo tanto durante la re conceptualización
se comienza un análisis más exhaustivo de la participación del sujeto y como éste, por medio de nuestro
aporte, puede contribuir a su mejoramiento.
Cuando inicia la Re conceptualización que afectó al Trabajo Social, también significó el cuestionamiento
de otras disciplinas científicas que comenzaron a poner en duda su interpretación de la realidad con el
fin de crear acciones sociales que pudieran satisfacer las necesidades, contribuir a la transformación y
proporcionar la participación del pueblo en la toma de decisiones tanto en el ámbito económico como
en el político. Para lo cual Trabajo Social plantea un método integral conformado por objetivos teóricos
y objetivos políticos para transformar. Sin embargo no pudo superar limitaciones como una metodología
exagerada, dando como resultado una racionalidad tecnocrática formal sobre valoradora del proceso de
planificación y también la racionalidad instrumental vacía de relaciones sociales y de sujetos. La Re
conceptualización retomó la investigación, diagnostico, planeamiento utilizando metodología y
evolución, Influenciado por el positivismo, volcándose más tarde hacia una visión crítica.
“Hay que dudar y explicitar todo, hay que comenzar por hacer una revolución en nosotros mismos, y
que nuestro titulo no nos haga olvidar que esencialmente somos hombres” (Natalio Kisnerman, Servicio
Social Pueblo)
Hablar de la Re conceptualización para una profesión ligada esencialmente a las personas, grupos y
comunidades, es hablar de un proceso de inflexión en sus fundamentos teóricos, metodológicos,
operativos e ideológicos sobre los cuales asentaba el ejercicio profesional. Así, esta renovación
profesional permitió abrir nuevas perspectivas, reflexiones, análisis y debates sobre el quehacer
profesional buscando para ello, diferentes insumos teóricos y prácticos en el ámbito de las Ciencias
Humanas.
Como toda disciplina del campo de lo social, la acción del Trabajo Social (nuestra profesión) siempre
tuvo una objetiva dimensión política, aunque no siempre deliberadamente visualizada por sus agentes.
Por cierto, el Trabajo Social siempre operó – compleja y oscilantemente – entre dos opciones: legitimar
o cuestionar el orden social vigente en un período determinado (Alayon, 2005: 9).
Pero este desafío profesional tanto en Chile, Argentina, Uruguay por nombrar sólo algunos países fue
truncado a sangre y fuego, a partir de septiembre 1973, el Trabajo Social se ve afectado principalmente
por la restricción a los derechos políticos y por las características del nuevo modelo económico a
implementar. Al asumir el Estado un rol subsidiario, se restringe el campo profesional por la reducción
del gasto público, y muchos profesionales se ven afectados por el desempleo.
En este complejo contexto de los años ‘70 es que debemos ubicar el desarrollo de la Re
conceptualización. Y, notoriamente, no resulta fortuito que el Trabajo Social haya visto sacudidos los
fundamentos en los cuales basaba su ejercicio profesional. Puesto que la profesión se desarrolla en la
compleja trama de las relaciones sociales y, por lo tanto, no es extraña a las características de una
sociedad en un determinado momento histórico y, consecuentemente, no es ajena al papel del Estado, a
la dinámica de las políticas sociales, a las características de las instituciones sociales y a los movimientos
de la sociedad civil.
Al finalizar, comparto una reflexión de Kisnerman, escrita hace casi 40 años pero desgraciadamente aun
vigente en la actualidad.
“Para nosotros, profesionales del Servicio Social, es fundamental hoy precisar qué significado tiene
nuestra disciplina. O seguimos paliando efectos, desgastándonos en activismo alienante y recibiendo
honorarios para ver el espectáculo de la miseria y el hambre, o nos insertamos –cambiando primero
nosotros- en un proceso de cambio, añado, en forma permanente en compañía de muchos otros más.”
Cifuentes y Gartner, definen que se crea un “interés por recuperar la propia historia; la mayor parte de
la producción de ese entonces se orienta en esta dirección. Esto puede interpretarse como un intento
por recuperar la identidad a partir del trayecto vital, reconociendo valor a los aportes derivados de la
historia de la profesión que, por efectos de la sobre ideologización que caracterizó la etapa anterior,
fueron totalmente descalificados y sometidos al ostracismo”
Mientras se opera esta recapitulación hacia la búsqueda de la propia naturaleza, se abandonan las
lecturas estructurales de tipo macro con proyecciones transformadoras de largo alcance y se rescatan
del cuarto de los recuerdos las herramientas técnicas que hacen posible intervenciones sobre micro
realidades con la mira puesta en la gestación y ejecución de políticas sociales. En palabras de Aylwin
(1998):
Ahora bien Parola, (citada por Cifuentes y Gartner) plantea que “la búsqueda sigue, en parte, girando en
torno a la configuración de una metodología que caracterice el Trabajo Social y a la dificultad para
diferenciar entre intervención y producción de conocimiento”.
La disolución del bloque socialista europeo, la relegación ideario marxista en el contexto académico, su
mejor comprensión por los profesores de Trabajo Social y las perentorias señales del mercado laboral,
propiciaron que después de veinte años los centros académicos entendieran que la profesión de Trabajo
Social no podía convertirse en una práctica revolucionaria sino a costa de su desaparición. Entonces se
inició con incertidumbre, culpabilización y a veces sin mucha conciencia un proceso complejo que hoy
día tiene al menos tres direcciones.
La primera es la vuelta a la simple formación profesional dentro de los modelos funcionalizantes pero
actualizados con las exigencias y avances propios del capitalismo del tercer milenio. Las teorías del caos
y la complejidad, la visión sistémica de primer y segundo orden con sus desarrollos en terapia familiar, la
discusión ambientalista, la informática, la gerencia social y la planificación estratégica alternan con los
tradicionales cursos de antropología, sociología, economía, psicología, ciencia política y la enseñanza de
los métodos de caso, grupo y comunidad. Sin embargo, algunas opiniones formadas en la Re
conceptualización aún se resisten a considerar el Trabajo Social como una práctica funcionalizante y han
objetado la cercanía entre formación y mercado.
La segunda busca explicar las diferencias entre el ámbito profesional y el disciplinar e iniciar la
formación de trabajadores sociales investigadores. Se le han opuesto la dificultad para entender las
diferentes formas de pensamiento que dominan una y otra. Se cree que la disciplina se resuelve en la
investigación diagnóstica que exige la práctica profesional, sin autonomía ni distancia entre ellas, y que
plantear lo contrario es un contrasentido o una escisión equívoca. O bien se piensa que el hacer
disciplinar autónomo desdibuja el carácter “práctico” del Trabajo Social convirtiéndolo en una forma
teorizante similar a la Sociología. Se vacila ante la idea de formar investigadores desde el pregrado o
frente a los debates que demanda clarificar la pertinencia disciplinar o definir el objeto de estudio.
La tercera agrega a la formación profesional y disciplinar una visión crítica del sistema que incluye al
propio Trabajo Social y por lo tanto produce contradicciones. Muestra que se puede ser revolucionario
no por ser trabajador social, sino por la fuerza de un compromiso personal con la utopía de la
humanidad como especie solidaria y admite la contradicción como herramienta pedagógica valiosa y
estrategia política legítima para que el sujeto crítico encuentre formas de supervivencia en el mundo
capitalista.
Las anteriores hipótesis pueden ser útiles para debatir la historia del Trabajo Social latinoamericano que
parece tener los mismos movimientos y avatares. También para analizar las diferencias y similitudes de
su desarrollo en otros continentes. Es decir que en la interpretación de la historia del Trabajo Social
existe un programa de investigación disciplinar interesante, amplio y complejo, que se corresponde con
una de las expresiones de su objeto.
CAPITULO 4
Las dos primeras fases destacan el origen pragmático y funcionalista de la profesión y ubica al
profesional en el rol de entrega de calmantes de alivio temporal a la población carente de recursos.
“Al trabajador social no le correspondía conocer la verdad, solo actuar para ocultar el trasfondo de los
intereses económicos, políticos sociales y religiosos prevalecientes. La iglesia, el sector privado y el
estado agudizaron el pragmatismo profesional en sus guías de fraternidad, benevolencia y leyes
normativas de seguridad social trayendo como consecuencia la enajenación profesional que le impedía
conocer la realidad. El obrar por el obrar o el hacer el bien sin mirar a quien o por que, determino la
primera fase profesional destinada a adaptar a los inadaptados con correctivos rehabilitadores
suministrados como dadivas de salvación “ (Aylwin Nydia, identidad e historia profesional )
Esta metodología, realizó intentos de integración de los métodos tradicionales que no llegaron a
concretarse, tiene como aporte el haber incorporado al proceso metodológico los métodos auxiliares
del Trabajo Social y se considera una metodología en construcción por la necesidad de continuar
trabajando en función de la integración de conocimientos.
“El trabajo social desarrollista esta incrustado en las políticas del desarrollo moderno de la sociedad, es
en vías de desarrollo, para lo cuales, el establecimiento de modelos exógenos permitió al trabajador
social asumir nuevos papeles como agente de cambio “(Torres Díaz Jorge - Historia del trabajo Social –
pg. 237).
CAPITULO 5
Para Ezequiel Ander Egg la asistencia social se encuentra basada en una concepción benéfico asistencial,
el servicio social en lo tecnocrático desarrollista mientras que el trabajo social se basa en una
perspectiva concientizadora – revolucionaria.
Egg, en 1985 presenta la evolución histórica de Trabajo Social como profesión dividida en tres etapas, en
las que predominarían secuentemente tres concepciones de la profesión que él denomina: benéfico
asistencial- aséptico tecnocrática y, desarrollista concientizadora destacando en la identificación de
estas concepciones la descalificación de las dos primeras que corresponderían al trabajo social clásico.
Fue la etapa dada en la época de la Asistencia Social, que va desde 1925 a la década de los 40 y hace
referencia a la beneficencia, a los problemas atendidos como individuales sin conexión a estructuras
globales, se ve condicionado por la situación política y social bajo un marcado signo paternalista y
caritativo. Está basada en un pensamiento dominante y un periodo pre –profesional asentada en la
ejecución de obras de caridad y contribución de donantes.
Esta época surge por la demanda de profesionales que pudieran desarrollar de una forma adecuada la
antigua beneficencia pública y privada, siendo fomentado, fundamentalmente por la Iglesia Católica, ya
que los poderes públicos no van a asumir la promoción de tales profesionales.
Comienza en 1940, y se caracteriza porque la influencia de la asistencia social de estilo europeo pierde
vigencia y el servicio social norteamericano comienza a dar mejoría y estilo al servicio social en
Latinoamérica, esta influencia norteamericana, tuvo las siguientes notas distintivas. Mayor preocupación
técnico- científica. Elevación del status profesional. Acentuación psicologista de su marco teórico
referencial y de su práctica.
Además este se caracteriza por la asepsia tecnocrática que anteponía a la situación real con frecuencia
dramática- de las personas con quienes trabajan y del país en donde reside.
Este carácter aséptico neutro pretende alcanzar los tecnócratas que son coherentes con la ideología y la
política que le atribuyen al servicio social así se explica el supuesto positivismo que se otorga en esta
concepción conforme a la cual la ciencia es absolutamente prescindente de la ideología y de la política.
Es allí donde aparecen los trabajadores sociales tecnócratas con objetividad aséptica. Son profesionales
con una actitud neutral. Son insípidos ante el dolor humano.
Desde fines de la década de los 60 muchos trabajadores sociales buscan encontrar nuevas formas de
acción social que dieran respuesta a los problemas actuales de nuestro continente.
Para alcanzar este propósito los trabajadores sociales se asignaron como ocupación principal prestar
atención a la realidad latinoamericana. Lo importante era crear métodos desde nuestra realidad ya que
con métodos de otro lado se había fracasado.
La nueva propuesta que se planteo el trabajo social fue la concientización, organización y movilización
del pueblo y de cada persona.
Es la etapa del trabajo Social propiamente dicho. Es una movilización con nuevos planteamientos y
perspectivas políticas ideológicas y científicas.
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