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Ata al hombre fuerte 24/03/2019

Marcos 3:27 “Ninguno puede entrar en la casa de un hombre fuerte y saquear sus
bienes, si antes no le ata, y entonces podrá saquear su casa“.

Sabemos que existe el Reino de Dios pero también existe el Reino del adversario, y
Dios nos ha dado las herramientas para vencerlo. El Señor Jesús le dijo a Pedro que le
daría las llaves de los cielos y le dio la autoridad de que todo lo que atare en la tierra
seria atado en los cielos, y todo lo que desatare en la tierra seria desatado en los cielos,
esto se encuentra en el libro de Mateo 16:19; hemos recibido palabra de autoridad en
nuestros labios que podemos usar como llave para abrir las puertas de los cielos a
nuestro favor y vencer al adversario.

Si estamos en una guerra la mejor manera de vencer y asegurar nuestra victoria es


atando al hombre fuerte, es la manera de poder saquear su territorio porque ha
quedado neutralizado y a través de la oración, usando la autoridad que Dios nos ha
dado podemos hacer esto, al desenmascararlo quitaremos la influencia del mal en
nuestras vidas, familia, economía, nación etc. Sabemos que Satanás opera en el área
espiritual, por tanto por el poder de Dios podemos ser libres de la garra del destructor.

“Y volvieron los setenta con gozo, diciendo: Señor, aun los demonios se nos sujetan en
tu nombre. Y (Jesús) les dijo: Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo” (Lucas
10:17-18).

La palabra de Dios nos enseña que el nombre de Jesús nos da la autoridad para atar
al hombre fuerte que ha querido dominarnos en nuestras vidas, a través de Jesús
podemos echar fuera demonios (Lucas 10:19), a través de Jesús podemos atarlos
quedando inoperantes, todo aquel que ha recibido a Jesús en su corazón y vive en
comunión con él tiene la autoridad para atar al adversario (Filipenses 2:9-11).
El arma favorita del enemigo para dominarnos ha sido la culpabilidad, pero está escrito
que el Señor Jesucristo anuló todo acta de decreto en nuestra contra en la cruz del
calvario, y despojo a las autoridades y potestades, y nos hizo totalmente libres de
opresión.

El apóstol Pablo llego a sentir culpabilidad, esto lo vemos cuando dijo: “miserable de mi
quien me podrá hacer libre de este cuerpo de muerte” pero luego dijo: no hay ahora
condenación para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne
sino conforme al Espíritu. Esto está en Romanos 8:1.

Si entiendes esta palabra de Dios, desde hoy mismo te levantarás a atar al enemigo
para que no siga actuando en tu vida. No creas las mentiras del diablo que te dice que
no tienes autoridad, la tienes, todo las cosas malas que hiciste quedo en el pasado ya
fueron anuladas en la cruz, ya Dios no se acuerda de eso.

Y ahora ¿qué esperas para atar al hombre fuerte?, deja de vivir en opresión, ordénale
al enemigo que suelte tu vida, tus finanzas, tu familia, tu nación.

El Hombre Fuerte (Mateo 12:29; Marcos 3:27; Lucas 11:21-22)

Mateo 12:29 Porque ¿cómo puede alguno entrar en la casa del hombre fuerte, y saquear
sus bienes, si primero no le ata? Y entonces podrá saquear su casa.

Marcos 3:27 Ninguno puede entrar en la casa de un hombre fuerte y saquear sus
bienes, si antes no le ata, y entonces podrá saquear su casa.

Lucas 11:21-22 Cuando el hombre fuerte armado guarda su palacio, en paz está lo que
posee. 22 Pero cuando viene otro más fuerte que él y le vence, le quita todas sus armas
en que confiaba, y reparte el botín.

En el contexto de la autodefensa de Jesús contra la acusación de que él expulsa a


demonios por el poder de Beelzebub, uno encuentra un refrán sobre el saqueo del
hombre fuerte. Hay dos versiones diferentes de la misma tradición, completamente
distinta el uno al otro: Marcos 3:27 = Mateo 12:29; Lucas 11:21-22. (Mateo parece dar
la preferencia a la versión Marcana, es decir, asumiendo que él tenía acceso a la versión
representada por Lucas.) Ambas versiones, sin embargo, hacen el mismo punto: a fin
de despojar la casa de un hombre fuerte hay que ser más fuerte que lo que él es; sólo
entonces puede uno llevarse sus bienes. Jesús, por supuesto, habla metafóricamente:
el hombre fuerte es Satanás y la casa es su reino o esfera de influencia. Jesús afirma
que aquí ha venido el que es más fuerte que Satanás y está en proceso de despojar su
reino; esta es una referencia oblicua a sí mismo. El reino o el reinado de Satanás, en
otras palabras, está en proceso de ser sustituido por el Reino de Dios. La prueba de
esto es el poder de Jesús sobre demonios.

Marcos 3:27 (Ninguno) (puede entrar en la casa) (de un hombre fuerte) (y saquear sus
bienes), (si antes no le ata), (y entonces)(podrá saquear su casa).

En general el verso describe una acción ofensiva, porque la idea es confrontar a un


formidable enemigo (un hombre fuerte), entrar en una casa que no es la tuya, y
saquearla.

Es fuerte. Es violento y hay una forma de hacerlo: Atando primero al que vigila esa
casa.
De aquí surgió la necesidad de definir cada proposición... cada palabra.

Hay que determinar a los sujetos activos del verso. Principalmente: el ninguno y el
hombre fuerte.

¿Quién es "ninguno"?: De entre todos nosotros, nadie, ninguno es capaz de violentar


(entrar) el territorio (la casa) de un Hombre Fuerte, si PRIMERO no lo vence...
La condicionante es clave, y permitirá preguntarnos, de qué modo podemos lograrlo,
pero antes hay que determinar la oposición central del verso. El tipo a vencer.

¿Quién es el Hombre Fuerte?: Ok. ¿Quién es este sujeto? ¿a quién se refiere Jesús?

El Maestro, en el Evangelio de Mateo aclara más la figura de este personaje:

Mateo 12:28 Pero si yo por el Espíritu de Dios echo fuera los demonios, ciertamente ha
llegado a vosotros el reino de Dios.
29
Porque ¿cómo puede alguno entrar en la casa del hombre fuerte, y saquear sus
bienes, si primero no le ata? Y entonces podrá saquear su casa.

Se va aclarando, ¿no? Entra en escena la figura de demonios.

Incluso, el primer verso, el Marcos 3:27, en la versión de la Biblia Nueva Traducción


Viviente, es más específico sobre este Hombre Fuerte:

Marcos 3:27 Permítanme darles otra ilustración. ¿Quién tiene suficiente poder para
entrar en la casa de un hombre fuerte como Satanás y saquear sus bienes?
Solo alguien aún más fuerte, alguien que pudiera atarlo y después saquear su casa.

Hay que estar vigilantes. Dice la biblia:

Juan 10:10 El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que
tengan vida, y para que la tengan en abundancia.
Santiago 4:4 Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad
contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo
de Dios.
Este versículo es parte de un pasaje bíblico en el cual Santiago su autor confronta
severamente lo que se llama mundanalidad.

La mundanalidad es la actitud de algunos creyentes por la cual se adaptan a la


manera de pensar y la conducta que es propia del mundo, El mundo en el cual no
tiene cabida ni la persona ni la palabra de Dios.
Santiago comienza su censura con una exclamación bastante fuerte y descriptiva.
Dice ¡Oh almas adúlteras! Esto nos habla de lo que se da por llamar el adulterio
espiritual. Lo que pasa amigo oyente es que cuando recibimos a Cristo como
Salvador, hemos sido desposados con Dios, pero cuando el centro de nuestro
afecto es el mundo o lo material, o las cosas que no contemplan a Dios y a su Hijo
Jesucristo, entonces hemos llegado a ser infieles con él.

Nos aterrorizamos ante la idea del adulterio en el matrimonio, pero ¿por qué no
reaccionamos igual cuando estamos traicionando a Dios con quien hemos sido
desposados?

Luego Santiago prosigue afirmando que la amistad del mundo es enemistad


contra Dios. Cuando Santiago habla del mundo no se está refiriendo al planeta en
el cual vivimos sino al sistema que el hombre ha edificado para sí mismo en un
esfuerzo para satisfacer el deseo de los ojos, el deseo de la carne, y la vanagloria
de la vida.

En este sistema no hay lugar para Dios o para su Hijo Jesucristo. El entablar
amistad con este sistema es equivalente a declarar la guerra a Dios. ¿Por qué?
Pues porque sencillamente al alinearnos con el mundo estamos de la mano con el
sistema político, religioso, y social que llevó a su Hijo al Calvario. Fue el mundo
con sus pasiones y deseos que ni de lejos reconoció a Jesús como el Mesías.

¿Por qué la amistad del mundo, es enemistad contra Dios? Porque es el mundo
con su bien montada estructura que hoy por hoy está persiguiendo y rechazando
a la Iglesia de Cristo la cual es su cuerpo.

¿Cómo podemos tener amistad con el mundo si su sistema mundano está


continuamente causando aflicción a Jesucristo a través de su iglesia? Es por esto
que Santiago agrega una advertencia crucial. “Cualquiera pues que quiera ser
amigo del mundo, se constituye en enemigo de Dios”

Tenemos que apartarnos de lo que nos aleja de Dios, amistades que nos rodean.

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