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HIDALGO
A NACIONAL E INTERNACIONAL.
EQUIPO 4:
A ALIMENTACIÓN.
EQUIPO 4:
2.1 Orientación.
En este aspecto lo que se debe establecer es la orientación del eje mayor de las
instalaciones, lo que permitirá un adecuado manejo de los rayos solares por un lado y la
correcta disposición de la zona de reparo por otro. Los rayos solares actúan como un
antiséptico natural sobre microorganismos que habitan el suelo de los corrales. Al asegurar
que el sol penetre en determinado momento del día y bañe toda la superficie del suelo,
aunque sea unos minutos, se está contribuyendo a la higiene de los mismos. El factor a
tener en cuenta en este caso es el recorrido que realiza el sol desde el amanecer al ocaso,
para asegurar su entrada a toda la superficie del corral.
2.2 Recursos.
El material que se emplee para la construcción de los corrales de encierre, debe ser aquel
que se encuentre en abundancia en la zona, que sea económico y que reúna las
condiciones necesarias para dar operatividad al sistema. Evitar materiales escasos y caros,
ya que ello repercutirá en el mediano o largo plazo negativamente en el sistema. Los
materiales que se utilicen para la construcción son importantes, pero en realidad toman un
rol secundario si tenemos en cuenta el diseño y la calidad de la construcción. Si el planteo
y la construcción de los corrales son correctos, prácticamente cualquier material es útil para
un manejo adecuado.
Cercas
Con independencia de su propósito hay que planificar con cuidado los cercos de la
explotación, ya que son una inversión grande y su posición y mantenimiento afecta las
operaciones de la granja. Según su propósito los cercos pueden ser:
Cercados permanentes, los cuales se construyen para durar muchos años con
reparaciones mínimas, por lo que deberán ser construidos con materiales de buena
calidad.
Cercados temporales, son los que se necesitan por tiempos cortos cuando se rotan
los potreros de praderas (Figura 4.15), o cuando se necesitan realizar algunos
trabajos con el ganado.
Corrales.
Corral de encierro:
El corral de encierro o majada debe proteger el rebaño durante la noche de los vientos
dominantes, de los cambios de temperatura, lluvia y granizo, así como de los predadores
(coyotes y perros ajenos). Es necesario hacer un corral aparte para los sementales, que los
mantenga separado de las cabras, así como otro para animales enfermos.
Un corral de encierro debe tener algunos comederos y bebederos para alimentar a las
cabras en períodos fisiológicos críticos, durante los días de marcación, selección o sequía.
También, el corral de encierro puede incluir un espacio acondicionado para el ordeño
Comederos
El comedero debe estar a una altura de 30 a 40 cm del
piso y debe ser diseñado de forma tal que las cabras
no orinen, defequen o se suban dentro de él. También
debe estar fabricado de materiales resistentes y fáciles
de limpiar. Los comederos pueden estar empotrados
en la construcción, separados de ella o ser móviles; en
este caso se deben diseñar aberturas por donde las
cabras puedan introducir su cabeza sin quedar
atrapadas. Hay muchos diseños de comederos y su
costo depende principalmente del material empleado;
pueden utilizarse canoas de troncos o tubería de PVC,
neumáticos de desecho y recipientes diversos
El comedero más práctico y funcional es el que consiste en un emparrillado, por donde los
animales solamente pueden introducir la cabeza: este emparrillado que puede ser de
madera o metálico, está enclavado sobre el borde de un canal hecho con madera o bloques
y cemento; de tal manera que los animales puedan tocar con la boca el fondo del mismo
Bebederos.
Una cabra requiere de 3 a 10 L de agua por día, según su tamaño, temperatura ambiental,
estado fisiológico y contenido de humedad de los alimentos que consuma. Es muy
importante que el agua esté limpia y, de ser posible, potable. La capacidad del bebedero
de pileta se debe limitar al consumo de un día; así, el depósito podrá mantenerse limpio
con el menor gasto de agua.
Existen varios diseños y tipos de bebederos, pero los más usados son los de pileta, con o
sin llenado regulado con flotador; los bebederos individuales automáticos son cada vez más
comunes, ya que requieren muy poco mantenimiento y limpieza, y uno de ellos puede dar
servicio a 25 o 30 cabras. Donde la temperatura disminuye demasiado, es recomendable
que la tubería sea enterrada o protegida para evitar que el agua se congele y la reviente
Pileta hecha
de medio
tambor
metálico, con
llenado
automático.
Techos o asombraderos.
La forma más económica es con la sombra de árboles grandes como mezquites y fresnos.
Para evitar que las cabras les coman la corteza es necesario que queden fuera del corral
o, si no es posible, protegerlos con malla de acero de 2 m de alto. Los corrales también se
pueden techar con hojas de izote o palma china o de algunos zacates de hoja ancha. Sin
duda, la lámina galvanizada siempre será una buena opción, sólo que cuando sean
colocadas se deben poner sobre travesaños a 1.5 m de distancia, y con la inclinación
suficiente para favorecer la escorrentía rápida del agua y evitar la acumulación de granizo.
Comederos de madera, dispuestos en el exterior del corral para evitar que los animales
vuelquen la comida.
Las instalaciones en general suelen ser las mismas, puesto que en gran parte del país las
cabras son de doble propósito.
Para rebaños muy numerosos una solución puede ser el uso de una plataforma de ordeno
con comedero de trampa, en la cual se pueden ordeñar varios animales al mismo tiempo
dependiendo de la longitud de la misma.
2.6 En pastoreo.
Altura de pastoreo:
Se debe evitar un excesivo pastoreo de los animales, para que los mismos no destruyan
los puntos de crecimiento de las plantas, que en líneas generales se encuentran entre 10 a
30 cm del suelo. Si los puntos de crecimiento son afectados se produce un rebrote más
lento de las plantas.
Tiempo de pastoreo:
La permanencia por demasiado tiempo de los animales en la pastura provoca un pisoteo
excesivo que va en detrimento de la aireación del suelo, produciéndose una compactación
del mismo. De esta forma se pierde progresivamente el número de plantas y la calidad del
suelo y por lo tanto de la pradera.
Tiempo entre pastoreos:
Es recomendable dar un tiempo necesario para que la pastura se recupere y pueda ofrecer
su máximo potencial forrajero al reingreso de los animales, evitando de esta manera que
las malezas ganen espacio por sobre las forrajeras, debilitadas por el mal manejo. Además,
el correcto descanso del potrero contribuye a la disminución de la carga parasitaria en el
ambiente, por lo que es una buena práctica sanitaria.
Si no se tienen en cuenta estos tres aspectos, que hacen al buen manejo del pastoreo, se
produce sobre pastoreo con consecuencias negativas importantes.
Las épocas críticas son temporadas de seca, pre-servicio, servicio, gestación y lactancia.
Pre-servicio:
Dos semanas antes de iniciar los servicios es recomendable suministrar a las cabras 400 a
600 g de alimento concentrado por día, para mejorar los índices de preñes y prolificidad
(Flushing). Esta práctica debe hacerse aumentando progresivamente desde 100 g hasta
alcanzar la cantidad recomendada por el tiempo que dura el servicio y hasta 20 días
posteriores, a fin de disminuir el porcentaje de pérdidas embrionarias.
Gestación y lactancia:
Este periodo dura en términos medios alrededor de 150 días. En el mismo se pueden
diferenciar dos momentos: G1 (los primeros 100 días) y G2 (los últimos 50 días). Las
necesidades nutricionales de ambos son totalmente distintas. En G1 el o los fetos solo
desarrollan el 30 % del peso que tendrán al nacimiento, por lo cual los requerimientos de la
madre son solo de mantenimiento. En G2 el desarrollo de o de los fetos aumenta
exponencialmente al 70 %, con lo cual también lo hacen las necesidades nutricionales. Es
recomendable, por lo tanto, suplementar con una ración que contenga el 16% de proteína,
a razón de 500 g/animal/día. La utilización de heno de leguminosas de buena calidad reduce
el suministro de suplemento. Una cabra de peso promedio de 45 kg. en la última fase de
gestación, o a comienzos de lactación debe consumir entre 100 a 200 g de PC por día y 1
000 a 1500 g de TND.
La utilización de suplemento estará de acuerdo con la oferta forrajera (heno y pasto).
La capacidad de consumo de las cabras durante el último tercio de gestación, se dan cifras
que varían de 820 g a 2, 1 Kg. de MS por día, estando disminuida en relación con el peso
vivo (PV) o el peso metabólico (P 0.75). Las mismas cabras en fase de lactación, llegan a
consumir e1 7% de su PV, es decir 180 g por Kg. de peso metabólico.
Es aconsejable, durante la época de lactación y con el propósito de conseguir excelentes
promedios de producción, ofrecer un suplemento (alimento concentrado) con 18 a 20% de
contenido de proteína cruda (PC) y energéticamente con un contenido de un 75% del total
de nutrientes digestibles (TND).
En caso de que el forraje contenga un alto contenido de MS, como en la utilización de
rastrojos de cosecha gruesa, campo natural y forrajes diferidos en la época invernal, puede
suministrarse una suplementación con alto contenido de urea a efectos de mejorar el
aprovechamiento de la MS disponible. Este suplemento proteico podría tener la siguiente
composición:
Sal 50 %
Urea 8 - 12 %
Maíz partido 30 %
Harina proteica veg. 10 %
Núcleo vit-mineral 1 %
Azufre 150 g
Para su utilización es necesario primero suministrar durante 20 días sal ad-libitum, para que
los animales estabilicen el consumo, entonces luego se comenzará a administrar el
concentrado proteico, con el nivel más bajo de urea (8%) hasta llegar al nivel máximo (12
%).
En las regiones semiáridas del país, donde mayoritariamente se explota el caprino, se
producen grandes variaciones en el crecimiento de los pastos, de forma tal que los recursos
herbáceos para la alimentación del ganado, en determinadas épocas del año, son muy
escasos. En tales situaciones, algunas plantas arbustivas pueden contribuir a compensar
las deficiencias de forrajes ya que permiten ser usados como alimento verde o seco.
Referencias.