Vous êtes sur la page 1sur 42

“ET HIC TRES UNUM SUNT”

ESTRUCTURAS CRUZADAS Y TEORÍA DE LAS


REDUCCIONES
1
Jean-Pierre Hiernaux

La cuestión de las estructuras cruzadas y de las reducciones a su respecto se


planteaba inicialmente en nuestra publicación «​La Institución Cultural – método de
descripción estructural​» (Prensas Universitarias de Lovaina, 1977. pp. 60-65).
Diversos desarrollos, emprendidos desde antes de 1984 y que han quedado en forma
de notas de clase, son retomados aquí sobre el análisis de las “estructuras cruzadas”
de más de dos códigos y la identificación de otros tipos de estructuras (“paralela” y
“en abanico”) como “reducciones” de las posibilidades teóricas ofrecidas por las
primeras. Así, pues, los tres tipos de estructuras no aparecen como fenómenos
dispares sino, por el contrario, como concreciones variables de una misma
organización de principio cuya base –propuesta en la estructura cruzada– se aplica a
su vez a un cierto número de juegos de diferencias.

1. El fundamento de las estructuras cruzadas y su modo de


descripción.

Para entrar en el examen, recordemos primero el fundamento de las


estructuras cruzadas y verifiquemos, en seguida, el modo de descripción de aquellas

1
Universidad Católica de Lovaina (U.C.L.), Unidad de Antropología y de Sociología. Traducción
de Jorge Francisco Mestre Acuña. (Pontificia Universidad Javeriana); Revisión: Oscar
Saldarriaga Vélez. (Pontificia Universidad Javeriana).
[Copia manuscrita para uso pedagógico. Citar la fuente]

1
de más de dos códigos. El hábito es tratar, gráficamente, las estructuras cruzadas de
dos códigos como sigue:
–sea el código Ai/Bi (ex: Ai= legítimo / Bi= ilegítimo) y el código Aj/Bj (ex:
Aj=espiritual / Bj=temporal), cruzados del modo siguiente:
Ai= Legítimo
|
[Ai-Aj] | [Ai-Bj]
|
Aj= Espiritual -------------------------------------------- Bj= Temporal
|
[Aj-Bi] | [Bj-Bj]
|
Bj= Ilegítimo

Los dos códigos concernidos distribuyen las calificaciones (Ai, Bi, Aj, Bj) que
definen y constituyen términos-objeto o “compuestos” constituidos cada vez por la
repartición diferente de estos códigos de calificación pertenecientes a cada uno de
los códigos cruzados: [Ai-Aj] ; [Ai-Bj] ; [Bj-Bi] ; [Bj-Bj]. Estos términos-objeto o
“compuestos” pueden tener un nombre que, de modo lógico, designa las parejas de
propiedades conjuntas. De este modo, el discurso de las iglesias evangélicas
fundamentalistas que buscan elogiar el antiguo gobierno militar de Chile
manifiestan:
[Ai-Aj]= Legítimo + Espiritual = Las Iglesias Fundamentalistas
[Ai-Bj]= Legítimo + Temporal = Gobierno de Pinochet
[Aj-Bi]= Ilegítimo + Espiritual = La Iglesia Católica
[Bj-Bi]= Ilegítimo + Temporal = Gobierno de Allende
Sea:
Ai= Legítimo
|
[Ai-Aj]= Iglesias Fundamentalistas | [Ai-Bj]= Gobierno de
Pinochet
|
Aj= Espiritual -------------------------------------------- Bj= Temporal
|
[Aj-Bi]= La Iglesia Católica | [Bi-Bj]= Gobierno de Allende
|

2
Bi= Ilegítimo

Se concibe que para el tratamiento de más de dos códigos el tipo de grafo que
venimos de ver está por debajo de las necesidades técnicas. En dicho caso, la
descripción se ve beneficiada por el tratamiento a través de una matriz. Esta se
desarrolla matemáticamente según los principios siguientes:
– n, número de códigos cruzados;
– número de columnas = n, encabezando cada columna, según un orden
arbitrario, inscribiremos cada vez uno de los códigos concernidos;
– número de líneas = 2​n
– división de columnas según el ritmo siguiente:
o primera columna: 2​n​/2, segunda columna: 2​n​/2​2​, tercera: 2​n​/2​3​, última
columna: 2​n​/2​n
– por columna, según las divisiones, ubicar alternativamente el primer término
del código inscrito en el encabezado de la columna, y en seguida el segundo.

Ahora, probemos esto sobre los datos desarrollados más arriba en grafo:
– tenemos dos códigos, sea: n=2
– el número de columnas = n, sea 2; encabezando la primera columna, podemos
ubicar el código Ai= L (Legítimo) / Bi= I (Ilegítimo), y en la segunda el código
Aj= E (Espiritual) / Bj= T (Temporal)
– el número de líneas es 2​n​, sea 2x2= 4.
– la división por columnas es:
o primera: 2​n​/2= 2​2​/2 = (2x2)/4 = 2
o segunda: última columna: 2​n​/2​n​= (2x2)/(2x2) = 1
– en la primera división de la primera columna ubicaremos el primer término
del código de su encabezado [Ai=L] y en su segunda división el segundo
término [Bi=I]; en la segunda y última columna, ubicaremos según las
divisiones, de forma alternativa, el primer término del encabezado [Aj=E] y el
segundo término [Bj=T], de lo cual obtenemos la matriz:

3
Ai=L / Bi=I Aj=E / Bj=T “compuestos”=términos-objeto
Aj=E [Ai-Aj]= Iglesias Fundamentalistas
Ai=L
Bj=T [Ai-Bj]= Gobierno de Pinochet
Aj=E [Aj-Bi]= La Iglesia Católica
Bi=I
Bj=T [Bi-Bj]= Gobierno de Allende

Podremos observar que los términos-objeto aparecen sobre la derecha de la


matriz propiamente dicha en tanto que “compuestos” de las calificaciones puestas en
función sobre cada línea. Estos “compuestos” son exactamente los mismos que
mostraba el grafo en cruz que trazamos inicialmente. Su número es igual al número
de líneas de la matriz. Como bien sabemos, matemáticamente, este número de líneas
es igual a 2​n​, donde n es igual al número de códigos cruzados; sabemos también que,
de modo general, el número de “compuestos” o de términos-objeto teóricamente
posibles para n códigos cruzados es siempre igual a 2​n​. Así, pues, tendremos para tres
códigos cruzados 2​3​, sea 2 x 2 x 2 =8 “compuestos” o términos objeto, etc.
Verificaremos también que el orden de las columnas de la matriz (o el orden de
inscripción de los códigos en los encabezados de las columnas) no modifica en
absoluto el inventario o el contenido de los “compuestos” o términos-objeto
descritos a mano derecha de la matriz: puede ubicarse una columna antes que la otra
(o inscribir uno de los códigos en cambio de otro en el encabezado de la columna)
sin que esto modifique en algo el fenómeno descrito en su conjunto. En las
estructuras cruzadas el orden de las columnas no induce nada, no implica nada y no
significa nada. Esto caracteriza el fenómeno mismo de las estructuras cruzadas
ligado a la simultaneidad (a-secuencialidad y sincronía) de la articulación descrita:
los códigos descritos intervienen en un mismo momento lógico, no hay ninguna
prioridad de intervención del uno en relación al otro. Una lectura “discursiva” de la

4
matriz –suponiendo una lectura de izquierda a derecha como cuando leemos un
texto– sería, por ende, ¡un error óptico!
Tomemos ahora tres códigos cruzados, cargados con lo siguiente:
Ai=I [interior] / Bi= E [exterior]
Aj=H [humanidad] / Bj=M [materialidad]
Al=V [valorización] / Bl=F [finalización]
De donde, según los principios expuestos e ilustrados, una matriz de n=3
columnas y de 2​n​=2​3​ = 8 líneas, que se puede completar como sigue
Ai=I/Bi=E Aj=H/Bj=M Al=V/Bl=F “compuestos”
Al=V
Aj=H
Bl=F
Ai=I
Al=V
Bj=M
Bl=F
Al=V
Aj=H
Bl=F
Bi=E
Al=V
Bj=M
Bl=F

Los términos objeto, que no retomamos a mano derecha en la matriz, pueden


inscribirse como “compuestos” de todas las calificaciones de sus líneas respectivas.
Ellos pueden tener nombres o corresponder a elementos mencionados en el material
en el cual son constitutivos, en el marco de la estructuración observada, del sentido
y del contenido. Para la matriz supra –admitiendo que sus códigos sirven para
calificar tipos humanos– podemos evocar así, en la línea 1 el “compuesto”
«interior-humanidad-valorización» que constituiría por ejemplo «la madre en su
casa educando a sus hijos», mientras que en la línea 4 el compuesto
«interior-materialidad-finalización» podría constituir al «artesano en su taller
transformando sus productos», etc.

5
El modo de descripción de las estructuras cruzadas quedando así establecido
–aunque faltaría comentar las implicaciones de este– nos dirigiremos ahora hacia el
objeto de la presente nota: las relaciones entre estructuras cruzadas y otros tipos de
estructura, sea la «teoría de las reducciones».
2. La estructura paralela como reducción extrema de la estructura
cruzada.

Tomemos este ejemplo, en que un joven que abandona la educación


profesional motiva su decisión por la secuencia siguiente en estructura paralela:
Escuela / Trabajo
| |
Dependencia / Autonomía

Alternativamente al tratamiento en estructura paralela, inscribamos la misma


información en un grafo de estructura cruzada:
Ai= Escuela
|
Escuela-dependencia | O
|
Aj= Dependencia -------------------------------------------- Bj= Autonomía
|
O | trabajo-autonomía
|
Bi= Trabajo

Observamos que, en el grafo superior, que los “compuestos” por la estructura


paralela (escuela-dependencia y trabajo-autonomía) son, de hecho, “compuestos”
pertenecientes a la gama de los que son posibles producir, con los mismos códigos
iniciales (Ai=Escuela/Bi=Trabajo y Aj=Dependencia/Bj=Autonomía), una estructura
cruzada.
Vemos también que la estructura paralela es lo que es porque, en relación a
las combinaciones ofrecidas por la estructura cruzada, las demás posibilidades
fueron excluidas (referidas en el grafo superior con la “O”). Así, pues, el número de
“compuestos” se trajo a solamente dos de cuatro posibles. Además, en contravía del

6
cruce de códigos, la estructura paralela optimiza la linealidad de las disyunciones: la
segunda confirma y prolonga el movimiento de la primera. Los “compuestos” así
obtenidos son antitéticos. Podemos, pues, concluir que, de modo formal, la
estructura paralela es una sola de las posibles combinaciones ofrecidas por la
estructura cruzada, de la cual, todas las demás posibilidades fueron excluidas; o aún
más, la estructura paralela es la reducción extrema (máxima) de las posibilidades
teóricas ofrecidas por una estructura cruzada, de la cual, la combinación de códigos
es traída a la linealidad de los “compuestos” de dos términos antitéticos únicamente.
En el caso actualmente abordado –el de un juego de dos códigos– abordemos
más de cerca, cuales son las posibilidades teóricas excluidas por la estructura
paralela observada en el joven del cual tomamos el caso:
–Una primera exclusión porta sobre otra combinación paralela teóricamente posible
en las antípodas de la escogida (formulada), sea:
Escuela / Trabajo
| |
Autonomía / Dependencia
(Que esta exclusión resulte de una evidencia cultural totalmente específica se
concibe sin problema si evocamos que otros jóvenes pueden ser animados, por el
contrario, por la perspectiva según la cual valdría más prolongar tanto como sea
posible la escolaridad para, en especial, dilatar la entrada a “la galera del
productivismo”: «nunca se es tan libre a cuando se es estudiante»).
–Una segunda exclusión porta sobre las posiciones “mixtas” o “complejas” propias a
la estructura cruzada misma: una Escuela que puede ser o bien Dependiente, o bien
Autónoma, y un Trabajo que puede ser también el uno o el otro; o incluso, una
autonomía que puede encontrarse bien sea en la Escuela, bien sea en el Trabajo y
una dependencia que, a su vez, podría estar en ambos lados –lo que enuncia, en
estricto sentido, la misma cosa, así sea en un modo discursivo diferente–. (Véase, en
el grafo las combinaciones Ai-Aj, y Ai-Bj, y Bi-Aj y Bi-Bj).
(Aquí, una vez más, el aspecto construido culturalmente puede aparecer si
concebimos que, de modo efectivo, ciertos sujetos “juegan” con la semejanza de esas

7
posibilidades complejas, mientras otros no ven el mundo más que en dos partes: una
“negra” y una “blanca”…).
Retomando las observaciones que venimos de hacer, constatamos que en
contravía de lo que postula la estructura cruzada, la estructura paralela a) suprime
los “compuestos” mixtos o complejos y por ende, optimiza la divisiones simples,
continuas y absolutas, b) opera, además, esta “reducción” por una elección parcial,
exclusiva de otras posibilidades de reducción en el mismo nivel pero que, irían en un
sentido radicalmente contrario. Así, pues, podemos definir aún mejor lo que es (y lo
que hace) una estructura paralela: la estructura paralela es y opera la reducción
extrema de las posibilidades teóricas ofrecidas por una estructura cruzada, trayendo
la combinación de los códigos a la estricta linealidad y los “compuestos” a dos
términos antitéticos solo según una orientación “parcial”.
Lo que precede, en evidencia, importa para la articulación de los resultados
de la descripción estructural con una teoría sociológica de los sistemas de sentido, de
sus condiciones de aparición y de sus modos de efecto, en particular, en la relación
entre condiciones sociales y modalidades de movilización psico-afectivas de los
sujetos. Con todo, nos centraremos aquí y en lo inmediato en continuar nuestro
análisis formal. Para completarla, sobre el punto que vamos, examinemos, pues, la
cuestión de la “reducción” en el caso de un juego de más de dos códigos. Con este
fin, tomemos un material donde los códigos, –ya evocados más arriba– para ilustrar
la estructura cruzada de tres códigos, han sido, de hecho, articulados en paralelo en
un discurso que busca producir la verosimilitud de los destinos respectivamente
inversos del “hombre” y de la “mujer”; sea el montaje siguiente:
Ai= I [Interior] / Bi= E [Exterior]
| |
Aj= H [Humanidad] / Bj= M [Materialidad]
| |
Al= V [Valorización] / Bl= F [Finalización]
| |
MUJER / HOMBRE

8
(El material postula que la localización en el interior, la relación a la
humanidad y la acción ​valoralizadora “constituyen” (hacen) la mujer, mientras que
la práctica del exterior, el trabajo sobre la materialidad y la finalización de las cosas
“hacen” al hombre…)
Comparemos ahora, con vistas a analizar las “reducciones”, la posición de la
estructura paralela supra, en la matriz que daría el cruce de los tres códigos
concernidos:
Ai=I / Bi=E Aj=H / Bj=M Al= V / Bl= F Términos-objeto
Ai= I Aj= H Al= V 1. [Ai-Aj-Al]=I-H-V = MUJER
Bl= F 2. O a
Bj= M Al= V 3. O b
Bl= F 4. O c
Bi= E Aj= H Al= V 5. O c’
Bl= F 6. O b’
Bj= M Al= V 7. O a’
Bl= F 8. [Bi-Bj-Bl] = E-M-F= HOMBRE

Como ya establecimos con anterioridad, constatamos aquí también la


estructura paralela observada es la reducción extrema de las posibilidades teóricas
que ofrece el cruce de los códigos que ella implica. En evidencia, el número de
códigos cruzados siendo más elevado que en el ejemplo anterior, el número de
posibilidades teóricas excluidas es más elevado también: corresponde a 2​n​-2, donde n
es el número de códigos cruzados, 2​n el número de líneas de la matriz y, por ende,
también el de “compuestos” posibles en esta, y -2 el número de estos “compuestos”
ya efectivamente incluidos en la estructura paralela dada.
Destacaremos, que los “compuestos” elegidos por la estructura paralela
efectivamente realizada se encuentran en las dos extremidades de la matriz (primera
y última línea). Esta forma de representación, en principio arbitraria, resulta del
orden en que hemos ingresado los códigos en los encabezados de las columnas: no

9
sólo hemos inscrito en el orden izquierda-derecha del orden arriba-abajo del grafo,
sino que también hemos puesto sistemáticamente todos los términos del lado
“izquierdo” del grafo (Ai, Aj, Al) a mano izquierda de la inscripción de los códigos y
los de la “derecha” a la derecha. De ahí deriva la representación del contenido de las
columnas, puesto que sabemos que el primer término de cada columna será puesto
en la primera división de la columna y el segundo en la siguiente. La composición de
las líneas de la matriz y el orden de sucesión del contenido de los “compuestos” se
encadenan automáticamente. Todos los efectos de orden podremos aun observar se
derivan del mismo hecho.
Recordaremos, del ejemplo pasado, que una estructura paralela de dos
códigos, excluyendo los “mixtos” o “complejos” propios a la estructuración cruzada,
excluye también una estructura paralela alternativa que le es opuesta en todos los
puntos, en el sentido que, en relación con un código tomado como punto de partida,
ella articula el contrario en el sentido “inverso”, sea:
En relación a Ai/Bi
| |
Aj/Bj … excluye: Ai/Bi
| |
Bj/Aj
(al tomar Aj/Bj como punto de partida para montar el otro código inverso
desembocamos en una tautología: Aj/Bj
| |
Bi/Ai
Esta combinación es la misma que ya fue descrita antes “en el otro sentido”).
En el caso presente, donde la estructura paralela comporta tres códigos, las
estructuraciones paralelas excluidas pueden tomar cada uno por punto de partida
para articular los otros en sentido inverso. Sin recaer en tautologías, podemos
recomponer tres estructuras paralelas alternativas excluidas para la escogida, sea:
En relación a la estructura paralela escogida como sigue:
Ai-Aj-Al = I-H-V
--------------------
Bi-Bj-Bl = E-M-F

10
Partiendo de Al/Bl e invirtiendo los otros códigos a este respecto, la exclusión
de: 2.a: Ai-Aj-Bl = I-H-F
------------------------
7.a: Bi-Bj-Al = E-M-V
Partiendo de Aj/Bj e invirtiendo los otros códigos a este respecto, la exclusión
de: 3.b: Ai-Bj-Al = I-M-V
----------------------
6.b:Bi-Bj-Bl = E-H-F
Partiendo de Aj/Bj e invirtiendo los otros códigos a este respecto, la exclusión
de: 4.c: Ai-Bj-Bl = I-M-F
-------------------------
5.c: Bi-Aj-Al = E-H-V

Estas estructuras paralelas excluidas pueden directamente ser leídas en la


matriz donde sus cadenas respectivas aparecen como espejo en relación con la
división horizontal del medio de esta matriz. Refiriéndonos a los número y las
letras-símbolos que hemos indicado veremos, pues, la cadena «a» de la primera
estructura paralela excluida en la línea 2 de la matriz y su cadena inversa «a’» en la
línea 7 (como espejo: segunda línea desde abajo); de igual modo, la cadena «b» de la
segunda estructura paralela excluida en la línea 3 de la matriz y su cadena inversa
«b’» en la línea 6 (tercera línea desde abajo); finalmente, la cadena «c» de la última
estructura paralela excluida está justo encima de la mediana de la matriz (la línea 4)
y su cadena inversa «c’» está justo debajo (línea 5, o en espejo: línea 4 desde abajo).
Por lo demás, el número de estructuras paralelas alternativas y excluidas por la
elegida corresponde al resultado matemático de (2​(n-1)​–1) donde n es el número de
códigos cruzados y donde la constante –1 resulta del descuento de la estructura
paralela elegida. Esto significa que el número total de estructuras paralelas
articuladas en una estructura cruzada (la elegida y las excluidas tomadas en
conjunto) es igual a 2​(n-1) o, de modo más prosaico, a la mitad del número de líneas
de la matriz, sea también 2​2​/2. Verifiquémoslo en seguida:
–Combinación de dos códigos: n=2
número de estructuras paralelas excluidas: 2​(n-1)​–1 = 2​(2-1)​–1 = 1

11
número total de estructuras paralelas articuladas: 2​(n-1)​= 2​(2-1)​=2
o también la mitad del número de líneas: 2​n​/2= 2​2​/2 =2

–Combinación de tres códigos: n=3


número de estructuras paralelas excluidas: 2​(n-1)​–1 = 2​(3-1)​–1 = 3
número total de estructuras paralelas articuladas: 2​(n-1)​= 2​(3-1)​=4
o también la mitad del número de líneas: 2​n​/2= 2​3​/2 = 4

–Combinación de cuatro códigos: n=4


número de estructuras paralelas excluidas: 2​(n-1)​–1 = 2​(4-1)​–1 = 7
número total de estructuras paralelas articuladas: 2​(n-1)​= 2​(4-1)​=8
o también la mitad del número de líneas: 2​n​/2= 2​4​/2 =8
Al situar la estructura paralela como reducción extrema de las posibilidades
teóricas de la estructura cruzada, acabamos de notar, pues, que a estructura cruzada
es, en efecto, una forma de articulación de múltiples estructuras paralelas. Sin
continuar inmediatamente sobre esta línea, regresemos una vez más a nuestro hilo
conductor, la «teoría de las reducciones», que continuaremos esta vez sobre la
relación entre estructura cruzada y en abanico.

3. La estructura en abanico como reducción media de la estructura


cruzada.
2
Consideremos los elementos titulares de los géneros donde todo hombre se
llama “señor” sea cual fuere su estado civil, mientras que as mujeres se llamarán
“señora” o “señorita” según estén casadas o solteras. Sabemos que, como es clásico,
esto forma la estructura en abanico descriptible como sigue:
Ai=hombre / Bi=mujer
| |

2
«Titulaires des sexes » es la expresión francesa que usa el autor. Se prefirió la traducción por género
para mayor claridad en español. (nota del traductor)

12
Señor / Señora, Señorita
|
Aj=soltera / Bj=casada
| |
Señorita / Señora
Reubiquemos, en primer lugar, estas informaciones en un grafo de estructura
cruzada:

Ai=Hombre
Señor.
|
O | O
|
Aj=soltera(o) –-––––––––––––––––--–––––-Bj=casada(o)
|
Señorita | Señora
|
Bi=Mujer

Con estos datos procedentes de un “abanico”, notamos que de nuevo nos


enfrentamos a una “reducción” de las posibilidades teóricas de la estructura cruzada.
En efecto, mientras que los “compuestos” [Bi-Aj]=[mujer-soltera] y
[Bi-Bj]=[mujer-casada] son elegidos bajo el amparo de las denominaciones o
términos-objeto respectivos Señorita y Señora, las posibilidades teóricas
O=[Ai-Aj]=[hombre-soltero] y O=[Ai-Bj]=[hombre-casado] no se realizan sino que
son, más bien, “aplastados” o “reducidos” a la única calificación Ai=hombre que
absorbe o constituye el todo del término objeto Señor. De hecho, es así que la virtud
disyuntiva del código Aj=soltera(o)/Bj=casada(o) es anulada del lado de Ai=hombre,
cuando funciona plenamente del lado de Bi=mujer. De modo que, una vez más,
respecto de los cuatro términos-objeto teóricamente posibles en una estructura
cruzada de dos códigos, no se realizan aquí –con los mismos códigos– más que tres
términos-objeto, organizados entre ellos “arrancando” primero –a través de la
intervención del primer código– un primer término a los dos otros tomados en

13
conjunto (Señor // Señorita/Señora), y luego, disociando –por la intervención del
segundo código– los dos términos de la dupla restante (Señorita/Señora). Sea la
secuencia siguiente:
Operación 1: Ai=hombre/Bi=mujer
Resultado 1: Señor / Señorita, Señora
Operación 2: Aj=soltera / Bj=casada
Resultado 2: Señorita / Señora

Esta secuencialidad expresa un orden operatorio lógico totalmente obligatorio.


Así, pues, no es posible obtener la secuencia final Señor//Señorita/Señora, tal como
es dada en el material, si se tratara de hacer intervenir los códigos en otro orden.
Ensayemos por casualidad:
Operación 1: Aj=soltera / Bj=casada
| |
Resultado 1: Señor, Señorita / Señor, Señora
| |
Operación 2: Ai=hombre/Bi=mujer || Ai=hombre/Bi=mujer
| | | |
Resultado 2: Señor Señorita Señor Señora
Al principiante tal grafo podría parecerle agradable (estructura en abanico de
desarrollo bidireccional, si esto existe canónicamente –lo que discutiremos más
adelante). Sin embargo, al observador mínimamente enterado la no-conformidad de
esta descripción con relación al material salta a los ojos. En efecto, y en primer lugar,
este grafo no muestra de forma alguna la disyunción específica de Señorita respecto
de Señora en el seno de las mujeres; ese “seno”, como lugar específico en el que se
encuentran en común Señorita y Señora, ha desaparecido del grafo. En segundo
lugar, no hay dos “Señores” diferentes de los cuales el uno estaría en el ramaje
izquierdo del grafo y el otro en el ramaje de derecha; no hay más que uno y hay que
describir estructuralmente como ese solo Señor, en su única posición, se sitúa en

14
relación con Señora y Señorita que comparten juntos el lugar de no-Señor –el “seno”
de las mujeres”– antes de disociarse entre ellas.
El modo constitutivo de la estructura en abanico implica, pues, una
secuencialidad lógica, un orden de intervención obligatorio entre los códigos
implicados: cada uno “juega” en un momento diferente, según cierto orden de
prioridad. Esto separa totalmente la estructura en abanico de la estructura cruzada
donde, por el contrario, observamos la simultaneidad, la a-secuencialidad o la
sincronía de la composición: los códigos concernidos intervienen en un mismo
momento lógico, sin prioridad de intervención entre ellos.
Es el modo constitutivo que venimos de describir el que hace que la estructura
en abanico de dos códigos no realice sino tres términos-objeto en cambio de los
cuatro teóricamente posibles en estructura cruzada. Y ya hemos notado que de los
tres términos-objeto realizados, solo dos son retomados en los “compuestos” de la
estructura cruzada (aquí abajo: Señora y Señorita), mientras que el tercero, que
reemplaza o “aplasta” los dos otros compuestos posibles
–O=[Ai-Aj]=[hombre-soltero] y O=[Ai-Bj]=[hombre-casado]– se reduce a un solo
término formado de una sola calificación ([Ai=hombre]= Señor):

Ai=Hombre
Señor.
|
O | O
|
Aj=soltera(o) –-––––––––––––––––--–––––-Bj=casada(o)
|
Señorita | Señora
|
Bi=Mujer

En comparación a la reducción extrema que opera la estructura paralela


respecto de la estructura cruzada –restricción de los “compuestos” de dos términos

15
3
antitéticos por “linearización” de las disyunciones– , la reducción operada por la
estructura en abanico aparece, según lo que precede, menos intensa o “media”: el
número de términos-objeto excede siempre la simple dualidad, algunos conservan su
carácter de mixto (Señora y Señorita comparten un rasgo común: Bi=mujer),
disyunciones de rango inferior son así trascendidas por conjunciones de rango
superior (Señora/Señorita se traslada a la unidad al nivel de [Señora,
Señorita]/Señor) y, en cambio, de prolongar linealmente las disyunciones, la
estructura en abanico compone, así, encajonamientos.
En este momento, podemos resumir que ​la estructura en abanico es y opera
una reducción “media” de las posibilidades teóricas ofrecidas por una estructura
cruzada, introduciendo en la combinación de códigos una secuencialidad que
excluye o reduce ciertos “compuestos” en beneficio del encajonamiento jerarquizado
de los que son retenidos.
En lo que sigue, podemos aún comparar, primero en gráfico y luego en matriz,
las reducciones respectivamente operadas por la estructura paralela y por la
estructura en abanico. Comencemos por los grafos:
Grafo de reducción de estructura paralela:
Ai= Escuela
|
Escuela-dependencia | O
|
Aj= Dependencia -------------------------------------------- Bj= Autonomía
|
O | trabajo-autonomía
|
Bi= Trabajo
Grafo de reducción de estructura en abanico:
Ai=Hombre
Señor.
|
O | O
|
Aj=soltera(o) –-––––––––––––––––--–––––-Bj=casada(o)

3
Para no traducir por un término que pueda alterar el sentido de esta palabra, se ha preferido
conservar y calcar el neologismo tal como aparece en el texto francés. (Nota del traductor).

16
|
Señorita | Señora
|
Bi=Mujer

Al comparar los dos grafos supra, se ve bien como en estructura paralela son
dos compuestos antitéticos los elegidos –posiciones diagonales en el grafo– ,
mientras que en estructura en abanico son elegidos dos compuestos que, alrededor
de Bi=mujer, presentan un criterio de “mixtos” –posiciones horizontales en el grafo
(o verticales según la orientación)– al mismo tiempo que dos otros compuestos
posibles son anulados en beneficio de un solo término (Señor) teniendo una sola
calificación (Ai=hombre) que lo separa del conjunto de las mujeres en sus
variedades, posicionándolo así de alguna forma como vedette. Sigamos con las
matrices:
Matriz de reducción en paralelo:
Ai=E [Escuela]/Bi=T [Trabajo]
Aj=D [Dependencia] / Bj= A [Autonomía]
Ai=E / Bi=T Aj=D / Bj=A “compuestos”=términos-objeto
Aj=D [Ai-Aj]=Escuela-Dependencia
Ai=E
Bj=A O–
Aj=D O–
Bi=T
Bj=A [Bi-Bj]= Trabajo-Autonomía

Matriz de reducción en abanico:


Ai=H [hombre] / Bi=M [mujer]
Aj=S [Soltero] / Bj=C [Casado]

Ai=H / Bi=M Aj=S / Bj=C “compuestos”=términos-objeto


(Aj=S) O–
Ai=H
(Bj=C) Ai=H= Señor

17
O–
Aj=S [Aj-Bi]= M+S = Señorita
Bi=M
Bj=C [Bi-Bj]= M+C = Señora

En la primera matriz, vemos dibujarse la estructura paralela como


“linearización” y “antitetización” en posición de espejo en relación a la línea mediana
horizontal de la matriz: la primera línea de arriba, elegida, es contradefinida
continuamente respecto de la primera línea de abajo, también elegida; la disyunción
el primer código allí puesto es así confirmada en todos los puntos por el segundo;
todas las combinaciones que darían “mixtos” a este respecto son, de hecho, anulados.
En la segunda matriz, por el contrario, se dibuja la estructura en abanico: anulación
de dos “mixtos” en pro de un término caracterizado por una sola calificación
–Ai=H=Sr.– y conservación de otros dos “mixtos” (Señora/Señorita) que, aún estando
disociados en un nivel terminal, van a encajonarse en el nivel anterior en la
calificación que los disocia juntas del primer término constituido – [Señorita+
Señora]= [Bi-F] / [Ai=H=Señor]. O aún más, en la matriz de estructura paralela, las
calificaciones hechas inoperantes –(Bj=A), (Aj=D)– son aquellas que “diversificarían”
o “diluirían” el efecto de las entradas iniciales –(Ai=E), (Bi=T)– al crear “mixtos” que
suprimirían la antetización global que es puesta. En la matriz de la estructura en
abanico, en cambio, las calificaciones hechas inoperantes –(Aj=S),(Bj=C)– son
aquellas que, allí donde reaparecerían, dividirían en “mixtos” un término final hasta
aquí unitario por su sola y única calificación (Señor=[Ai=H]), suprimiendo así su
singularización y su estatuto de “vedette” frente a una posición inversa caracterizada,
a este nivel, por su condición compuesta de colección y de colección de mixtos
(NO-Señor= [Señorita+Señora]=[Bi=F] o Señorita=[Aj=S]/Señora=[Bj=C]).
No haremos aquí el epílogo sobre lo que la última formulación citada, además
de su aspecto estructuralmente compuesto, puede implicar como debilitamiento del
campo femenino, en tanto campo fraccionado, frente al campo unitario masculino.
Pero, para continuar con nuestra exploración formal –notando, claro, las

18
implicaciones y retos sociológicos que representan los sistemas analizados–,
recurriremos ahora lo que aportan en este último nivel las proposiciones alternativas
de las militantes feministas que, bajo el argumento de que a los hombres solteros no
4
se les llama “señoritos” , reclaman la solución final donde «señora» sería
exclusivamente el contrario de «señor» (​La Institución cultural, o.c.​, pp.76-77).
Traigamos primero a la matriz de estructuración la última proposición:
Ai=H [hombre] / Bi=M [mujer]
Aj=S [Soltero] / Bj=C [Casado]

Ai=H / Bi=M Aj=S / Bj=C “compuestos”=términos-objeto


Aj=S O–
Ai=H Ai=H= Señor
Bj=C
O–
Aj=S O–
Bi=M Bi=M= Señora
Bj=C
O–

Se ve que, en la matriz, esta vez los últimos “mixtos” que subsistían –[Aj-Bi]=
M+S = Señorita y [Bi-Bj]= M+C = Señora– son igualmente anulados. Señora deviene
así la antítesis simple de Señor, realizando, pues, la «igualdad estructural». Pero así
también, son ​todos los “compuestos” los que han sido anulados. En otras palabras,
no queda el más mínimo vestigio de estructura cruzada, incluso el código Aj=S/Bj=C
desaparece y todo queda reducido a un solo código disyuntivo –[Ai=H]->

4
Para mayor claridad un breve comentario sobre las palabras usadas en el análisis, dado que al cambiar
de lengua se pierde una información pertinente. En francés, estos apelativos están construidos por un
prefijo posesivo –«mi» en español– que gracias al uso son ahora palabras completas: ​mademoiselle está
hecha de las partes ​ma y ​demoiselle (esta segunda fracción es palabra en sí misma y es la que utilizan
para derivar el término que usan en su argumento las feministas) como ​ma-dame​. Diríase mi-señorita o
doncella o mi-dama. En español, ​demoiselle y ​mademoiselle corresponderían a «señorita». Las
feministas arguyen, según el autor, que a los hombres no se les llama ​demoiseau, ​derivando así del
término femenino, el correspondiente a los hombres y no partiendo de la palabra propia ​monsieur
[mon-sieur]. El punto está en que no hay, en la palabra masculina, forma de derivar el « señorito » que
gracias al diminutivo, se puede construir en español.

19
Señor/[Bi=M]->Señora, donde Señor es el nombre del macho y Señora el de la
hembra–, forma mínima de estructura donde la “reducción” es absoluta, incluso
perdiendo el desarrollo “paralelo” con otros códigos. Podemos decir, pues, que nos
encontramos frente a una “igualación estructural” por “aplanamiento” o “desde
abajo”.
Examinemos ahora las implicaciones estructurales de la argumentación por el
absurdo según las cuales no se le llama a un hombre soltero «señorito». Para este fin,
basta transportar al grafo las condiciones necesarias para el establecimiento de tal
denominación:
Ai=H [hombre] / Bi=M [mujer]
Aj=S [Soltero] / Bj=C [Casado]
Ai=H / Bi=M Aj=S / Bj=C “compuestos”=términos-objeto
Aj=S [Ai-Aj]=[H-S]= Señorito
Ai=H
Bj=C [Ai-Bj]=[H-C]= Señor
Aj=S [Bi-Aj]=[M-S]= Señorita
Bi=M
Bj=C [Bi-Bj]=[M-C]= Señora

En esta última matriz, se observa –al contrario de la alternativa que igualaba


anteriormente– la reintroducción de compuestos –[Ai-Aj]=[H-S] y [Ai-Bj]=[H-C]–
que habían sido eliminados para producir la estructura en abanico inicial. De este
modo, todas los “compuestos” teóricamente posibles son realizadas y el abanico es
trascendido para devenir, así, una estructura cruzada efectiva y completa. Al notar
que la «igualdad estructural» de los machos y las hembras es también así
conseguida, como en la alternativa precedente, aunque sea de modo y en
condiciones diferentes, podríamos hablar aquí de «igualación estructural» por
«expansión» o «desde arriba», al menos en términos de estructuras. No obstante, se
nota también que la argumentación presentada por el absurdo, no lo es de forma
alguna, en relación con el propósito de «igualación» evocado. Sin embargo, para
explicar el favor concedido a la alternativa anteriormente observada, el analista

20
podría entonces ser conducido a implicar la operatividad verosímil de otros motivos,
implicando de manera subyacente otros imperativos de sentido, como por ejemplo,
que la «igualación» debe hacerse «levantando» la titularidad femenina al nivel de la
masculina en cambio de «degradar» la última a las condiciones de la primera, o aún
más, que se trata de unificar los elementos femeninos más allá de la diferenciación
que introducirían sus estados civiles en cambio de exigir que los elementos
masculinos se dividan por igual sobre esta base, etc.
Sea como sea, sobre este debate en cuanto a la denominación de los géneros,
venimos de ilustrar muy concretamente la continuidad de los diferentes tipos de
estructuras, el paso de una a otra haciéndolo –hacia “arriba” o más complejos, o
hacia “abajo” o más simple, lo más reducido– cada vez promediando algunas
latitudes o algunos problemas de más o de menos sobre un lienzo de referencia
teórica que permite el modelo más englobante, a saber, la matriz de la estructura
cruzada. Por otra parte y al mismo tiempo, la ilustración concreta que venimos de
seguir habrá sugerido también las demandas e implicaciones sociales que se yacen
detrás y que se juegan en las “expansiones” o “reducciones” estructurales que
podemos describir…
Regresemos, ahora, a nuestras exploraciones formales para reforzar la
comprensión de la diferencia estructural esencial entre las estructuras en abanico y
aquellas cruzadas, siguiendo el ejemplo en curso. Así, pues, cuando –respecto a la
estructura en abanico inicial Señor//Señora/Señorita– la proposición de introducir el
«Señorito» emerge, el observador neófito podría ser tentado de formalizarlo
Señor/Señorito//Señora/Señorita produciendo el grafo que sigue:
Ai=hombre / Bi=mujer
| |
Señor, Señorito / Señora, Señorita
| | | |
Aj=Soltero/Bj=Casado Aj=Soltera/Bj=Casada
| | | |
Señorito Señor Señorita Señora

21
La ilusión aparecería como si tuviéramos entre manos una estructura en
abanico a desarrollo bidireccional, y sería reforzada por el hecho mismo de que el
desglose estructural de los términos-objeto aparece aquí del todo conforme al
material. Sin embargo, el error es perfecto en cuanto a la canonicidad de la
descripción puesto que ya hemos demostrado más arriba que la propiedad
constitutiva de una estructura en abanico es la secuencialidad obligatoria del orden
de intervención de los códigos que la forman: no se puede, sin ser inconforme al
material, representar una estructura tal comenzando por cualquiera de sus códigos.
Ahora bien, el grafo de más arriba puede ser invertido de arriba abajo conservando
su conformidad con el material. Así, pues:

Aj=Soltero / Bj=Casado
| |
Señorita, Señorito / Señor, Señora
| | | |
Ai=Hombre/Bi=Mujer Ai=Hombre/Bi=Mujer
| | | |
Señorito Señorita Señor Señora

Esta capacidad de inversión es la prueba de que no tratamos aquí, de modo


alguno, con una estructura en abanico sino, claramente, con una estructura cruzada,
de la cual es justamente una propiedad constitutiva el hecho de la simultaneidad
(a-secuencialidad, sincronía) de la intervención de los códigos que la forman. Es la
razón por la cual ya señalamos que, para una estructura cruzada como tal, el orden
de las columnas de la matriz no tiene significado alguno y puede, en principio, ser
mezclado a gusto. Verifiquémoslo de nuevo aquí abajo:
Matriz en estructura cruzada de «izquierda a derecha»:
Ai=H [hombre] / Bi=M [mujer]
Aj=S [Soltero] / Bj=C [Casado]
Código 1 Código 2
“compuestos”=términos-objeto
Ai=H / Bi=M Aj=S / Bj=C
Ai=H Aj=S [Ai-Aj]=[H-S]= Señorito

22
Bj=C [Ai-Bj]=[H-C]= Señor
Aj=S [Bi-Aj]=[M-S]= Señorita
Bi=M
Bj=C [Bi-Bj]=[M-C]= Señora

Matriz en estructura cruzada de «derecha a izquierda»:


Ai=H [hombre] / Bi=M [mujer]
Aj=S [Soltero] / Bj=C [Casado]
Código 2 Código 1
“compuestos”=términos-objeto
Aj=S / Bj=C Ai=H / Bi=M
Ai=H [Ai-Aj]=[H-S]= Señorito
Aj=S
Bi=M [Bi-Aj]=[M-S]= Señorita
Ai=H [Ai-Bj]=[H-C]= Señor
Bj=C
Bi=M [Bi-Bj]=[M-C]= Señora

Al comparar las versiones «izquierda-derecha» y «derecha-izquierda» de las


matrices supra, se verifica que aunque los elementos fuesen presentados en ordenes
diferentes, el fenómeno descrito permanece idéntico a sí mismo en su conjunto. Por
el contrario, no se pueden invertir las columnas de la matriz de la estructura en
abanico. Se puede hacer la prueba misma sobre la que ya conocemos y que
reproducimos una vez más a continuación:
Matriz de estructura en abanico:
Ai=H [hombre] / Bi=M [mujer]
Aj=S [Soltero] / Bj=C [Casado]

Ai=H / Bi=M Aj=S / Bj=C “compuestos”=términos-objeto


(Aj=S) O–
Ai=H Ai=H= Señor
(Bj=C)
O–
Bi=M Aj=S [Aj-Bi]= M+S = Señorita

23
Bj=C [Bi-Bj]= M+C = Señora

Sobre esta última matriz, regresemos, pues, a la observación de la reducción


que permitió la constitución del abanico por anulación de ciertas posibilidades
teóricas de la estructura cruzada. Sabemos que esta anulación concernió dos
“compuestos” teóricamente posibles –[Ai-Aj]=H-S y [Ai-Bj]=H-C– al beneficio de un
solo término caracterizado por una sola calificación – [Ai=H]= Señor. Sabemos
también que otros dos “compuestos”, por el contrario, fueron conservados
–[Bi-Aj]=M-S=Señorita y [Bi-Bj]=M-C=Señora– disociados por uno de los códigos
–[Aj=S]/[Bj=C] -> Señorita/Señora – y traídos a la unidad al nivel del otro:
Señorita+Señora= [Bi=F]. Notemos ahora que ese modo de constitución del abanico,
además de ser una reducción de la estructura cruzada, constituye una elección
arbitraria al interior mismo de las posibilidades de realización de dicha reducción,
excluyendo otras posibilidades en la materia. En efecto, teóricamente, otro abanico
pudo haber sido producido realizando las operaciones que hemos descrito sobre
otros lugares de la matriz. Así, la anulación de dos “compuestos” pudo haberse dado
sobre los que, por el contrario, fueron elegidos –[Bi-Aj]=M-S y [Bi-Bj]=M-C– y esto
para beneficio de otro término caracterizado por una sola calificación y no por
aquellos que fueron elegidos: Bi=M. Así, pues, también, otros dos “compuestos”
distintos a los que fueron excluidos, hubieran sido elegidos –[Ai-Aj]=H-S y
[Ai-Aj]=H-C – y disyuntos por uno de los códigos, serían traídos a la unidad al nivel
del otro: Ai=H. Lo que daría la matriz siguiente:
Matriz de estructura en abanico alternativa (nivel secundario):
Ai=H [hombre] / Bi=M [mujer]
Aj=S [Soltero] / Bj=C [Casado]

Ai=H / Bi=M Aj=S / Bj=C “compuestos”=términos-objeto


(Aj=S) Ai-Aj=H-S= ​Y
Ai=H
(Bj=C) Ai-Bj=H-C= ​Z

24
Aj=S –O
Bi=M Bi=M=​X
Bj=C
–O

X, Y y Z formarían así una titularidad según los géneros y el estado civil donde
X sería el título femenino universalmente válido para toda dama –propongamos
“Señora”–, Y sería el título de un hombre soltero –conocemos ya “Señorito”–, y donde
Z sería el título exclusivo de un hombre casado –dejémosle “Señor”. De esta
alternativa queda una estructura en abanico pero que, esta vez, pone en relieve la
universalidad de las mujeres y el fraccionamiento matrimonial de los hombres,
según el grafo:
Grafo de estructura en abanico alternativa (nivel secundario):
Ai=hombre / Bi=mujer
| |
Señor, Señorito / Señora
| |
Aj=Soltero/Bj=Casado
| |
Señorito / Señor

Destaquemos que, comparado al abanico inicial, este abanico alternativo no


resulta más que del desplazamiento de la operación del segundo código desde la
esfera B (femenino) del primero hacia la esfera A (masculino). En cambio, la
secuencialidad de los códigos, en cuanto a su orden de intervención, se ha
mantenido. Podríamos hablar aquí de “alternativa secundaria”, en el sentido que la
entrada primera –el orden secuencial de los códigos del abanico– no fue
cuestionado. Pero, de solo evocarlo dan ganas de probarlo. De modo que, otro
abanico excluido por aquel elegido inicialmente aparecería desde el momento en que
postuláramos que no sería el código de los sexos el que inicie el abanico sino el de
los estados civiles. En matriz, y luego en grafo, esta alternativa de nivel primario
daría lo que sigue, postulando las anulaciones del nivel secundario en las dos líneas
de abajo de la matriz:

25
Matriz de estructura en abanico alternativa (nivel primario):
Ai=H [hombre] / Bi=M [mujer]
Aj=S [Soltero] / Bj=C [Casado]
Código 2 Código 1
“compuestos”=términos-objeto
Aj=S / Bj=C Ai=H / Bi=M
Ai=H [Aj-Ai]=[H-S]= Y
Aj=S
Bi=M [Aj-Bi]=[M-S]= Z
(Ai=H) O–
Bj=C Bj=M=X
(Bi=M)
O–

Grafo de estructura en abanico alternativa (nivel primario):


Aj=Soltero / Bj=Casado
| |
Y,Z / X
| |
Ai=Hombre/Bi=Mujer
| |
Y / Z

X, Y y Z formarían aquí una titularidad según los géneros y el estado civil


donde el primer criterio es ahora el estado civil, donde X es un título universalmente
válido para toda persona casada independientemente de su sexo –concretemos esta
5
innovación “revolucionaria” como “Casade” –, Y sería el título de un soltero
6
masculino –“Soltero”–, y donde Y sería el título del soltero femenino –“Soltera” –. Se

5
El neologismo resultante de la traducción es evidentemente pésimo e inevitable al mismo tiempo.
“Marion” es el término escogido por el autor tomando la raíz “​mar​-” –que completada con “​-ié​” o “-​iée​”
denotaría el género del sujeto– y le suma el sufijo neutro “-​ion​”. Este tipo de sufijo no existe como
variable posible en español, lengua en la cual la mayoría de palabras no-invariables (bébé o pájaro, por
ejemplo) tienen una delimitación de género binaria denotada por la acentuada dicotomía “a”/”o”. El
traductor se excusa de antemano por la insoslayable fealdad de la palabra propuesta. (Nota del
traductor).
6
Se ha conservado el procedimiento que sigue el autor aunque en español pueda parecer gratuito. Las
palabras soltero y soltera no pueden, al traducirse, connotar el sentido de los neologismos que propone
el autor utilizando sufijos que evidencien el género en una palabra que, en francés, es neutra. Soltero en
francés es invariable para ambos géneros (​Célibataire)​ , que no es exactamente lo mismo que célibe. Se

26
ve que, así como las “Señoras” y las “Señoritas” se dicen a veces debilitadas frente a
los “Señores”, puesto que al llamarlas así se manifiesta su estado civil (o su edad si
hubiéramos compuesto el edad de modo distinto), los “Solteros” y las “Solteras” son
aquí victimizados respecto de los “Casades” ya que, en esta sociedad ficticia donde la
titularidad de base evoca el estado civil, dirigirse a ellos de forma educada impondría
–y muy desigualmente respecto a los “Casades” que permanecen indiferentes en este
punto de vista– la revelación de sus géneros…
Aunque estemos bastante avanzados, en la materia al menos, en las
posibilidades teóricas culturalmente excluidas, aún resta otro abanico alternativo
igualmente excluido que es la variante secundaria de la variante primaria antes
presentada. En efecto si para el abanico inicial pudimos transferir la operación del
segundo código desde la esfera B del primero hacia su esfera A, podemos en el grafo
supra, hacer un movimiento similar transfiriendo esta vez la operación del segundo
código de la esfera A del primero a su esfera B. Esto constituye una alternativa
secundaria dentro de la alternativa primaria que venimos de describir. Veámoslo en
la matriz y el grafo a continuación:
Matriz de estructura en abanico alternativa
(Nivel secundario del nivel primario)
Ai=H [hombre] / Bi=M [mujer]
Aj=S [Soltero] / Bj=C [Casado]
Código 2 Código 1
“compuestos”=términos-objeto
Aj=S / Bj=C Ai=H / Bi=M
(Ai=H)
Aj=S [Aj=S]= X
(Bi=M)
Ai=H Bj+Ai=C+H=Y
Bj=C
Bi=M Bj+Bi=C+M=Z

ha agregado las dos últimas notas para ayudar a mantener el sentido general de la reflexión que busca
mostrar las posibilidades sociales de reflexión y propuesta que permite el juego empírico con las
herramientas del análisis estructural; en este caso creación de palabras o cambio de las costumbres de
la lengua desde el problema del género y el estado civil, de ahí la insistencia en el neologismo. (Nota del
traductor).

27
Grafo de estructura en abanico alternativa
(nivel secundario del nivel primario):
Aj=Soltero / Bj=Casado
| |
X / Z,Y
| |
Ai=Hombre/Bi=Mujer
| |
Y / Z

X, Y y Z una vez más formarían una titularidad según los géneros y los estados
civiles donde el primer criterio es el estado civil pero donde X es, esta vez, un título
universalmente válido para todo soltero en independencia de su sexo –pongamos,
7
por ejemplo, “Soltere” –, Y sería entonces el título de una persona masculina casada
–Casado–, y Z sería entonces sería el título de una persona casada femenina –Casada.
Se nota ahora que “Soltere” es el título privilegiado en función del cual, para una
igualación “desde abajo”, las “Casadas” deberían emprender el combate de
emancipación que impondría el solo vocablo de “Casade” donde se unirían todas las
personas casadas, orgullosas de estarlo, en independencia de su género,
conquistando así la igualdad estructural respecto de los “Solteres” privilegiados hasta
entonces…
En apariencia, no hay más alternativas posibles en términos de abanicos de dos
códigos. Notemos ahora que la puesta en marcha de una estructura en abanico
determinada no es solo una reducción de las posibilidades teóricas ofrecidas por la
estructura cruzada: también es parcial al operar esta reducción, ya que son excluidos
otros abanicos posibles tanto al nivel primario como secundario. Venimos así de ver
también que en un juego de dos códigos –abanico elegido y abanicos excluidos en
conjunto– cuatro abanicos pueden ser teóricamente producidos: dos que se
diferencian al nivel primario por el orden secuencial de intervención de los códigos

7
Mismo sentido del neologismo anterior, « casade ». Se trataría de un término invariable para
los dos géneros. (Nota del traductor).

28
concernidos y dos otros que constituyen –respecto de cada uno de estos primeros–
variables secundarias a partir de la operación del segundo código bien sea sobre la
esfera A del primero, bien sea sobre su esfera B. Se puede visualizar y resumirse así:

Alternativa “secundaria”
Abanico Inicial
→ Transferencia horizontal de A hacia B.

Ai / Bi Ai / Bi
| |
Aj/Bj Aj/Bj

Alternativa “primaria” Alternativa “secundaria” de la primaria



Secuencia vertical invertida Transferencia horizontal de A hacia B.

Aj / Bj Aj / Bj
| |
Ai/Bi Ai/Bi

Hemos mostrado ya que la estructura en abanico resulta de una reducción de


la estructura cruzada. Lo anterior significa, pues, también que una estructura
cruzada de dos códigos contiene –además de dos estructuras paralelas (véase antes)–
cuatro abanicos teóricamente posibles. La experiencia que aquí cerramos permite
asimismo especificar el cálculo del número total de estructuras en abanico incluidas
en una estructura cruzada de n códigos, sabiendo que ese número depende de las
variaciones primarias y de las variaciones secundarias teóricamente posibles:
—El número de variaciones “primarias” depende del número de permutaciones
posibles en la secuencia de sucesión vertical de n códigos: para n=2 ella es de 2x1=2
(véase el ejemplo anterior donde tenemos dos posiciones primarias: la inicial y la
alternativa primaria); para n=3 es de 3x2x1=6; para n=4 es de 4x3x2x1=24, etc.
—El número de variaciones secundarias depende del número de códigos que se
suceden en el abanico: en un orden primario dado, con dos códigos, hay dos
posiciones posibles del segundo en relación al primero (véase encima, 2 posiciones

29
horizontales por orden primario), por ende, dos formas de abanico; si se agrega un
tercer código, él podrá tener también dos posiciones en relación al segundo que ya
puede tener dos posiciones respecto del primero, así, 2x2=4 formas de abanico; con
un cuarto código de más, se multiplica el número de abanicos por 2, sea 4x2=8 o el
desarrollo 2x2x2=8; sea, según el número de códigos, los resultados 2, 2​2​, 2​3​, etc. La
fórmula general para un número cualquiera de códigos 2​(n-1) que nos da, en efecto,
para dos códigos 2​(2-1)​=2, para tres códigos 2​(3-1)​=4, para cuatro 2​(4-1)​=8…
—Como a cada una de las alternativas primarias corresponden igual número de
formas secundarias, el número total de abanicos para n códigos es igual al número
de alternativas primarias por el de las secundarias, lo que da para dos códigos
[2​primarias​x2​secundarias​=4​abanicos​] como en nuestro ejemplo anterior; para tres códigos
[6​primarias​x4​secundarias​=24​abanicos​]; para cuatro códigos [24​primarias​x8​secundarias​=192​abanicos​] que
ventilan ya el calor del cálculo…
En lo inmediato, sin embargo, cerremos el último paso de nuestra exploración
de la “teoría de las reducciones” examinando su caso mínimo: la estructura cruzada
truncada por obligación cultural directa de una sola de sus posibilidades teóricas.

4. La estructura cruzada truncada como reducción mínima.

Consideremos los datos que sintetizan la percepción del espacio de campesinos


8 9
tradicionales : perciben su “propia región”, “ciudad menor” y “aglomeraciones”; son
ellos términos-objeto discernidos a partir del cruce de dos códigos de calificación : el
primero disocia estos términos según sean de tipo “pueblo” o “ciudad”, el segundo
según participen de la misma cultura que los locutores –“interior”– o que a sus ojos
parezcan regidos por una cultura exógena a la suya –“exterior”– (Cf. La Institución
Cultural, o.c., p.62).

8
Campesino aquí se ha escogido para traducir el sustantivo ​ruraux ​que en español podría
equivaler a « rurales ». No obstante en la medida que su sentido no es exactamente el mismo,
pues, en español es más un adjetivo, se ha propuesto dicho término. (Nota del traductor).
9
Bourg es el término francés que describe un pueblo grande con características de ciudad
menor. Se podría describir como « pueblo grande » o « ciudad menor ». (Nota del traductor).

30
Tenemos pues,
–los códigos de calificación:
Ai=poblado/Bi=ciudad
Aj=interior/Bj=exterior
–y sus atribuciones como siguen:
“región”= [Ai-Aj]=P-I
“ciudad menor”= [Bi-Aj]=C-I
“aglomeración”= [Bi-Bj]= C-E

Notaremos ya que no tenemos que ver aquí con una estructura paralela, ya que
hay más de dos “compuestos” o términos-objeto en juego. Intentemos un análisis en
términos de estructura en abanico. Por ejemplo:
Ai=poblado / Bi=ciudad
| |
Región / Ciudad menor, Aglomeración
| |
Aj=interior / Bi=exterior
| |
Ciudad menor / Aglomeración

En el examen se constata que más allá de las apariencias esta formalización en


abanico no logra ensamblar correctamente los datos. En efecto, la “región” no solo es
“poblado” sino también “interior”, lo que el grafo precedente ignora. Si se quisiera
introducir ese dato, se podría caer en la tentación de presentar las cosas como sigue:
Ai=poblado / Bi=ciudad
| |
Región / Ciudad menor, Aglomeración
| | |
Aj=interior/Bj=exterior Aj=interior/Bj=exterior
| | | |
Región¿? Ciudad menor / Aglomeración
El grafo supra es, no obstante, no-canónico: una estructura en abanico no se
comporta de tal modo. De hecho, Región no puede ser a la vez conjunto (2da línea
del grafo) y una parte misma del conjunto (cuarta línea del grafo), como parece

31
decirlo la gráfica. Dejando provisoriamente el “¿?”, se observa también que el orden
de los códigos del grafo es perfectamente reversible sin, por tanto, suprimir sus
lagunas, como lo veremos para la Aglomeración, que sería esta vez parte y conjunto
al mismo tiempo:
Aj=interior / Bj=exterior
| |
Región, Ciudad menor / Aglomeración
| | |
Ai=poblado/Bi=ciudad Ai=poblado/Bi=ciudad
| | | |
Región / Ciudad menor ¿? / Aglomeración

Al recordar que la no-secuencialidad de los códigos (su posibilidad de


inversión) es el indicio de una estructura cruzada, intentemos ahora esta:
Ai=poblado
|
[Ai-Aj]=P-I=Región | [Ai-Bj]=P-E= O
|
Aj=interior -------------------------------------------------Bj=exterior
|
[Bi-Aj]=C-I= Ciudad Men. | [Bi-Bj]=C-E=Aglomeración
|
Bi=ciudad.

Esta descripción es a la vez canónica y acorde al material, salvo que una de las
posibilidades teóricas de la estructura cruzada que aparece –[Ai-Bj]=P-E= O– no fue
realizada en el material. Por lo demás, tenemos tres “compuestos” o “mixtos” (y no
solamente dos, como en estructura en abanico, donde el tercero no parte más que de
una calificación y “aplasta” el lugar de otros dos compuestos). Esto termina de
confirmar que estamos aquí en estructura cruzada y no en abanico. Sin embargo, se
trata de una estructura cruzada truncada por una de sus posibilidades teóricas, sin
que por ello dé lugar a la desaparición del principio mismo de composición que hace
a la estructura cruzada, el cual es realizado plenamente –y no puede sino serlo en
función del material– para cada uno de los demás “compuestos” del grafo. Esto
parece diferenciar la reducción actual de todas aquellas examinadas antes, las cuales

32
se obtenían siempre al “degradar”, en un aspecto u otro, los principios constitutivos
de la estructura cruzada: en la reducción en abanico, de hecho, el cruce de dos
códigos se anulaba en parte, al uno de los términos ser compuesto solo por una
calificación; en la reducción en estructura paralela, el principio mismo de cruce se
anula a favor de una antitetización lineal. Aquí, el principio de cruce subsiste y es
puesto en marcha por completo para cada “compuesto”, excepto que uno de ellos no
es constituido en el material (i.e. en la percepción de los locutores) aún cuando la
estructura ahí activada le reserva efectivamente su lugar estructural. Veremos, pues,
en este ejemplo el nivel de reducción mínima de una estructura cruzada: un “simple
olvido” de una de las posibilidades teóricas asimismo llamada lógicamente por la
forma de combinación puesta en obra. Que ese “simple olvido” esté lejos de ser
culturalmente inocente –ni en su génesis, ni en sus efectos sociales– es claro, en
evidencia, cuando se nota, por ejemplo, que lo que los campesinos tradicionales
“obliteran” es la posibilidad de entidades morfológico-ecológicas similares a las suyas
(poblados) en una cultura distinta a la suya (exterior) y que, además, esta
obliteración ofrece a uno de los “compuestos” restantes el monopolio de la
mediación entre los dos otros (la “ciudad menor” es el elemento que cada vez, a una
calificación de distancia, hace de vínculo entre la región y la aglomeración que, por
lo demás, no tiene propiedad común alguna). El mismo fenómeno de “obliteración”
portante sobre un “jerarca-laico” en la Iglesia, aún cuando se considera el
“jerarca-clérigo”, la “base-laica” y la “base-clériga” es de la misma especie e implica
comentarios del mismo estilo (La Institución Cultural, o.c., …).

5. Algunos elementos de balance… provisorio y provisional.

Al término de los elementos desarrollados hasta ahora, los tres tipos de


estructura practicadas usualmente en el análisis –paralela, abanico y cruzada– han
aparecido, claro, no como fenómenos sui generis y sin vínculo entre ellos sino, por el
contrario, como variaciones –cada vez a cierto número de distancias– alrededor de
una sola y única matriz que concreta completamente la estructura cruzada. De ahí,

33
nuestra invocación según la liturgia de la trinidad: “Et hic tres unum sunt”, los tres
son uno.
En cuanto a las reducciones que “operan” los otros tipos de estructuras
relativas a las posibilidades teóricas de la estructura cruzada –reducciones de las
cuales hemos expuesto e ilustrado las modalidades detalladas más arriba– podemos
ahora retomarlas de modo sinóptico. Así, para un juego de dos códigos, del cual
sabemos que entrega 2​n “compuestos” en estructura cruzada, los fenómenos de
reducción pueden representarse como sigue midiéndolos a partir de los
“compuestos” elegidos por contraposición a los excluidos en cada tipo de
estructuración:
Tabla de reducciones para un juego de dos códigos
Ai/Bi Aj/Bj Cruzada Trunc. Trunc. Trunc. Trunc. Ab. Ab. Ab. Ab. Par. Par.
Ai Aj X X X X X X X
Ai Bj X X X X X X X
Bi Bi X X X X X X X
Bj Bj X X X X X X X
# de
0 1 1 1 1 2 2 2 2 2 2
excluidos

En las dos primera columnas (Ai/Bi) (Aj/Bj) este tablero da los compuestos
posibles para el cruce de dos códigos (véase al principio de este texto el modo de
construcción de las matrices de estructura cruzada). La columna “cruzada” marca los
“compuestos” realizados por estructura cruzada (uno por cada línea de la matriz,
como lo sabemos, sea el número máximo de posibilidades). Las columnas “trunc”
indican los “compuestos” retenidos (X) y excluidos ( ) por diferentes realizaciones de
estructura cruzada truncada (para dos códigos cruzados, cuatro soluciones
diferentes de “truncado” son teóricamente posibles). Las columnas “ab” indican los
compuestos retenidos y excluidos por las diferentes estructuras en abanico
teóricamente posibles (hemos mostrado antes que su número se calcula
(2x1)x(2​(2-1)​)=4). Las columnas “par” indican los compuestos retenidos por las

34
estructuras en abanico teóricamente posibles (hemos mostrado antes que su número
se calcula 2​(n-1)​).
Podemos redibujar los grafos correspondientes a partir del tablero. Así, pues, se
lee en el tablero que la estructura paralela mencionada en la última columna a la
derecha contiene lo compuestos [Ai-Bj], [Bi-Aj], sea el grafo:
Ai / Bi
| |
Bj / Aj

Del mismo modo, la primera columna de “ab” mencionada en la tabla contiene


los compuestos [Ai-Aj], [Ai-Bj], lo que –Ai siendo el punto común o el pivote (y Bi
implicándose de modo lógico como su inverso)– evoca el grafo siguiente:
Ai / Bi
| |
Ai / Bj

A título de ejemplo complementario, se presenta una tabla de las reducciones


para un juego de tres códigos. La base es la matriz de cruce de tres códigos. No
trataremos aquí más que abanicos y paralelos. El número de abanicos (a)
teóricamente posibles es, para 3 códigos, (3x2x1)x2​(3-1)​=24, el número de estructuras
paralelas posibles (p) es 2​(3-1)=4​. Los encabezados titulados i,j y l de las tres primeras
columnas simbolizan los códigos en juego: Ai/Bi, Aj/Bj, Al/Bl. Sea: (ver siguiente
página)

35
Tabla de reducciones para un juego de tres códigos
ijl ilj jil jil lij lji
i j l a a a a a a a a a a a a a a a a a a a a a a a a p p p p

Ai Aj Al X X X X X X X

Ai Aj Bl X X X X X X X

Ai Bj Al X X X X X X X

Ai Bj Bl X X X X X X X

Bi Aj Al X X X X X X X

Bi Aj Bl X X X X X X X

Bi Bj Al X X X X X X X

Bi Bj Bl X X X X X X X

# excl. 6 6 6 6 6 6 6 6 6 6 6 6 6 6 6 6 6 6 6 6 6 6 6 6 6 6 6 6

Se nota que los 24 abanicos teóricamente posibles están reagrupados en grupos


de 4. Cada cuarteto, en efecto constituye un grupo de variantes secundarias de una
variante primaria caracterizada por cierto grupo de sucesión secuencial de los
códigos concernidos, el cual está indicado en el encabezado de los grupos. Así, pues,
el primer grupo (“ijl”) corresponde al orden de códigos indicado en las tres primeras
columnas de la tabla. El grupo “ilj”, por el contrario implica que el primer código que
juega en el abanico aún es “i”, pero que el segundo es “l” y el tercero “j”. Teniendo en
cuenta el orden secuencial de un cuarteto dado, la primera columna presenta un
abanico que se desarrolla hacia su “izquierda”; la segunda, una transferencia “hacia la
derecha” de la esfera de aplicación del tercer código respecto del segundo; la tercera,
una transferencia “hacia la derecha” de la esfera de aplicación del segundo código en
relación con el primero, quedando el tercer código a la “izquierda”; el cuarto, a partir
de la estructuración anterior, una transferencia a la “derecha” de la esfera de
aplicación del tercer código respecto del segundo. Verifiquemos e ilustremos esto
gráficamente para el cuarteto “ilj” que sigue el orden secuencial de los códigos:
—primera columna: “compuestos” elegidos= [Ai-Aj-Al], [Ai, Aj, Bl]; leamos el
primer compuesto y sigamos en el orden las implicaciones de sus términos:
→​ Ai: el pivote es Ai (que implica a Bi como su inverso) ​→​ Ai/Bi

36
→​Aj (que tiene a Bj como su inverso) es el segundo pivote articulado al primer
rango en Ai.
Ai / Bi
|
Aj / Bj

→​Al (y su inverso Bl) se articula en Aj como tercer y último rango:

Ai / Bi
|
Aj / Bj
|
Al / Bl

→​Tenemos así el primer abanico del cuarteto concerniente: se desarrolla


hacia la izquiera (el segundo compuesto que está allí contenido se lee en la sucesión,
de arriba hacia abajo [Ai, Aj, Bl]; notamos también un compuesto truncado [Ai,Bj], al
que volveremos más tarde).

—Segunda columna: “compuestos elegidos”: [Ai, Bj, Al], [Ai, Bj, Bl]. Leamos a
partir del primero de los compuestos siguiendo los unos y luego los otros, los
términos que menciona y sus implicaciones:
→​ Ai: el pivote es Ai (que implica a Bi como su inverso) ​→​ Ai/Bi
→​Bj (que tiene a Aj como su inverso) es el segundo pivote articulado al primer
rango en Ai (lo cual nos conduce al mismo punto de partida del caso anterior con la
sola diferencia de que Bj es ahora el pivote).
Ai / Bi
|
Aj / Bj
→​ Al (y su inverso Bl) se articula en Bj como tercer y último rango:

Ai / Bi
|
Aj / Bj
|

37
Al / Bl

→ Tenemos así una variante secundaria del abanico precedente: transferencia


hacia la derecha de la esfera de aplicación del tercer código respecto del segundo (el
segundo compuesto se lee en la sucesión, de arriba a abajo, [Ai, Bj, Bl]; se observa de
nuevo un compuesto truncado: [Ai, Aj]).
—Tercera y cuarta columna:
→​Al proceder como se ilustró dos veces supra, veremos aparecer las dos
últimas variantes secundarias contenidas en el cuarteto.
Tercera variante: (transferencia hacia la derecha de la esfera de aplicación del
segundo código respecto del primero, el tercero estanto a la izquierda).

Ai / Bi
|
Aj / Bj
|
Al / Bl

Cuarta variante: (transferencia hacia la derecha de la esfera de aplicación del


tercer código respecto de la segunda).
Ai / Bi
|
Aj / Bj
|
Al / Bl

La formación de variantes segundarias (de número 2​(n-1) para un número n de


códigos), según el tipo de seguimiento descrito aquí arriba, se reproduce de la misma
manera al interior de cada cuarteto compartiendo un tipo primario (i.e. el orden de
sucesión de los códigos). Para leer según la tabla, los compuestos de los otros
cuartetos hace falta tener en cuenta , justamente, el orden de sucesión de los
códigos. Así, por ejemplo, en la primera columna de “ilj”, la sucesión [Ai, Aj, Al] a la
cual es remitido a mano izquierda de la tabla, en primera línea, debe traducirse en
cuanto al orden de sucesión de los términos, como Ai-Al-Aj (dado que e orden

38
secuencial es ilj). Y así para cada línea según el orden secuencial que caracteriza el
cuarteto. Después, si se quieren retractar los abanicos concernientes, se procederá
exactamente como se expuso e ilustró antes.
Para volver a trazar las cuatro estructuras paralelas mencionadas en el tablero
de reducciones de un juego de tres códigos, se procederá exactamente como en el
caso del tablero de las reducciones de un juego de dos códigos. Así, por ejemplo, la
estructura paralela mencionada en la segunda columna “p” del tablero contiene or
un lado la línea de asociaciones [Ai, Aj, Bl] y del otro lado la “línea inversa”
[Bi-Bj-Al], sea el grafo siguiente:
Ai / Bi
| |
Aj / Bj
| |
Bl / Al
Anteriormente en nuestra exposición, hemos mostrado como el simple
tratamiento gráfico de los datos puede, si no se hace con precaución, conducir a
veces con bastante facilidad a errores o a ilusiones ópticas (por ejemplo, estructuras
cruzadas descritas erróneamente como abanicos). Sobre este punto, el tratamiento
en matriz puede aportar mayor seguridad en la descripción y eliminar ciertas
dificultades. La lectura apropiada de las matrices puede siempre partir de ellas para
llegar a grafos correctos si dicha forma de representación de los resultados fue la
deseada.
Además, como lo hemos visto a lo largo de toda nuestra exploración, el
tratamiento en matrices permite, directamente, las diferentes formas de
estructuración en su relación a una base lógica única. Esto permite, entre otras, en
un modo estandarizado, no solo la comparación de entre estructuras efectivamente
realizadas sino también entre estas y estructuras alternativas teóricamente
concebibles y no-realizadas, que devienen de alguna forma calculables. En la medida
que la significación y las implicaciones de una estructuración dada guardan relación

39
tanto con la forma que abarca como con las que excluye, esta última posibilidad
puede revelarse fecunda para cierto número de análisis concretos. Al mismo tiempo
constituye una contribución a la imaginación alternativa frente a las
estructuraciones observadas.
Asimismo, la posibilidad del tratamiento de datos de todo tipo de formas
estructurales según una matriz estándar y el desarrollo matemático de esta matriz al
tiempo que las variaciones que pueden observarse gracias a ella, permitirían augurar
para el futuro las posibilidades de apoyo logístico de base informática. No que
estemos contemplando el “analisis estructural automático de contenidos” sino más
bien que diversas funciones al apoyar la práctica de observación del analista podrían
conocer formas de soporte informático que acrecentaría, notablemente, la seguridad
y la velocidad. Así, podemos pensar, por ejemplo, en posibles programas interactivos
“instruidos” en los principios matriciales evocados antes que, mientras que el
observador del material pondría allí los dato que encuentra, adelantarían los
desarrollos estructurables posibles a partir de los indicios presentados, demandarían
observaciones o verificaciones complementarias para poder avanzar/acortar en la
identificación de las formas en vía de esborzarse, controlarían la coherencia de las
descripciones, etc. Y, en evidencia, con esta base, darían finalmente los grafos
finalmente identenficados así como sus implicaciones estructurales (cálculo de las
exclusiones y otras implicaciones de otros tipos de estructuras). Sobre la misma base,
podríamos pensar aún, por ejemplo, en funciones de archivo que, haciendo la
memoria de análisis o de etapas de análisis anteriores, podrían alrededor de diversos
criterios, dirigir recordatorios al analista, en particular frente a similitudes o
desemejanzas entre colecciones de resultados, estimulando, pues, el análisis
comparativo. Se podrían concebir aplicaciones que asimismo para el aprendizaje de
los procedimientos y los principios de análisis mismos. Consignación/control de los
resultados, anticipación de las consecuencias estructurales, guía de la práctica de la
observación, archivo de procedimientos anteriores, etc. Parecen así, con los usos

40
didácticos posibilidades derivables de una sistematización más avanzada como la
sugerida por la base matricial que aquí exploramos.
Al mismo tiempo es verosímil que la continuación del trabajo en esta dirección
conduzca a aclaraciones conceptuales y a integraciones teóricas más avanzadas en
cuanto a los fenómenos estructurales mismos, beneficiando a su vez a la practica del
análisis.
Respecto de las diferentes perspectivas así evocadas, la presete recopilación de
notas, lo sabemos, constituye solamente la obertura a una primera exploración, lejos
de estar completa y ciertamente lacunaria donde puede faltar bastante por corregir a
completar o a encontrar lo que ya parece sabido. En materia de la teoría de las
reducciones, sobre la que aquí nos enfocábamos, concierne, sin duda, en particular
el análisis de las estructuras en abanico. Así, pues, podríamos completar diciendo
que el desarrollo de los abanicos tal como nosotros los hemos analizados antes,
implica, a diferentes niveles, “compuestos” truncados. Para darse cuenta basta
considerar el siguiente abanico de cuatro códigos:
Ai / Bi
Aj / Bj
Al / Bl
Am / Bm
Además de los compuestos completos que aparecen en la forma actual del
tablero de las reducciones – [Ai, Aj, Al, Am] [Ai, Aj, Al, Bm] observamos en efecto en
este grafo dos compuestos truncados a diferentes niveles : [Ai, Aj, Bl] y [Ai, Aj]
respecto de los cuales Bi está, en la misma lógica, el resultado de un truncado
máximo, es decir de un efecto de abanico nulo. Estos fenómenos podrían también
ser retomados en el tablero de las reducciones y ser analizados en su significado e
implicación. De modo que, no hemos tratado aún lo que podrían llamarse “abanicos
eclécticos”, por ejemplo de la forma que sigue:
Ai / Bi
Aj / Bj Al / Bl

41
(este sería el caso por ejemplo de un material en que en el segundo grado del
abanico, haría la distribución de las partes cntradefinidas de Ai según un código
definidio (Aj/Bj) y las de Bi según otro (Al/Bl)).
Se concibe que tales formas podrían también analizarse en el marco que estamos
explorando y tomar lugar en el análisis comparado de las diferentes formas de
estructuración y sus implicaciones. Relativo a la última forma observada, aparece
también que en todo lo que precede solo tratamos un tipo de abanico: aquellos
donde todos los codigos se encadenan los unos a los otros en conjuntos y no algunos
del enramado derecho y otros del izquierdo. Por lo restante, si para el tipo de
abanico que hemos seguido hemos podido completar empíricamente las tablas de
reducciones, quedaría pendiente montar la fórmula para “llenar” –es decir la fórmula
de cálculo de los contenidos diferentes de las composiciones posibles– de la que la
regularidad de la tabla de los 3 códigos aparece claramente. A cada día, sin embargo,
su propia pena.

42

Vous aimerez peut-être aussi